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El ejercicio no solo sirve para bajar de peso y moldear el cuerpo, en sí debería ser parte

indispensable de un estilo de vida saludable. La inactividad física es uno de los


principales factores de riesgo de padecer enfermedades no transmisibles, como las
enfermedades cardiovasculares, el cáncer y la diabetes.

Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), alrededor del 23% de los adultos de
18 años a más no se mantienen suficientemente activos, mientras que en los
adolescentes de 11 a 17 años la cifra se eleva a 80%.

En general, se recomiendan 60 minutos de actividad física moderada o intensa. Además del


ejercicio, cualquier otra actividad física realizada en el tiempo de ocio, para desplazarse de un
lugar a otro o como parte del trabajo también es beneficiosa para la salud. Sin embargo, el
ejercicio ofrece grandes beneficios si es que se practica de manera continua y correcta.

Una persona que ha pasado un largo periodo de inactividad o que recién va iniciar a hacer
ejercicios tiene varias alternativas. Andrezza Bueno, líder regional de Smart Fit Perú,
recomienda:

► Caminar o trotar. Para empezar con el ritmo de entrenamiento y mejorar la capacidad


cardiovascular es recomendable entrenar de 20 a 30 minutos tres veces por semana. Se puede
ir incrementando el tiempo y la intensidad en la velocidad según la capacidad de recuperación.

Estiramientos antes y después de trotar, son importantes ya que los músculos por la falta de
ejercicios pierden tonicidad y flexibilidad. Son fundamentales para prevenir lesiones y mejora
la flexibilidad en las articulaciones.

► Otras disciplinas. Nadar, jugar fútbol o montar bicicleta te ayudarán a ganar condición física
y preparar el cuerpo para una rutina más exigente.

Con practicarlos tres veces por semana y una duración de 20 a 30 minutos podrás mejorar tu
condición cardiovascular, tonificar los músculos y optimizar el físico junto a la salud. No hay
que olvidar ingerir mayor líquido al realizar alguna actividad extra a la rutina diaria.

► Gimnasio. Cuando se empieza por primera vez en un gimnasio es recomendable utilizar


maquinas que permitan mantener estable la postura y que guíen el movimiento.

Si entrenas por la mañana


Desayuno. Una comida ligera media hora antes de empezar a ejercitarse es fundamental.
Si no lo haces puedes sentirte sin ánimos o mareado en plena actividad. Con un jugo de
fruta o con un batido bastará. También puedes ingerir una fruta, como un plátano o una
mandarina, un vaso de yogurt o una barra energética.

Asimismo, durante el ejercicio es importante mantenerse bien hidratado: beber un litro


de agua es lo recomendado.

Luego del ejercicio. Para ayudar a que tus músculos se recuperen y para reemplazar sus
provisiones de glucógeno, lo mejor es ingerir comida que contenga tanto proteínas
como carbohidratos.

Una buena alternativa proteica la podemos hallar en una tajada de queso, un huevo
revuelto, un filete de atún o una porción de pollo. En tanto a los carbohidratos, es
importante que tengan fibra para que ayuden a acelerar el metabolismo y así quemar
calorías. Una buena opción son las frutas como la piña, papaya, melón o sandia.
Además, podemos acompañar la comida con una infusión.

Almuerzo. La recomendación general es combinar balanceadamente los tres grupos


alimenticios. En ese sentido, un plato debe contener 50% verduras, 25% proteínas
(carnes, huevo, queso, etc.) y 25% carbohidratos (arroz, papa, etc).

Cena. La última comida debe seguir la misma estructura que el almuerzo, pero
excluyendo los carbohidratos.

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