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EN QUÉ CONSISTE EL MÉTODO THE WORK

The Work permite a las personas, no sólo identificar y cuestionar sus creencias
dolorosas, sino a profundizar en sus proyecciones inconscientes sin ser bloqueado por
la vergüenza o el miedo contra la que en general tienen que defenderse. Es un
método sencillo, ya que su propia autora lo define como un “proceso que consta de 4
preguntas y 3 inversiones o inquiry”.
En primer lugar las preguntas invitan a la persona a reflexionar profundamente
acerca de aquello que las daña y el impacto que genera en su vida. Y en segundo
lugar, a través de la indagación o inquiry, la persona es invitada a invertir o darle la
vuelta a esos pensamientos dolorosos, de forma que pueda indagar en ellos y
contemplar otro enfoque de la realidad que no se está percibiendo, por el fuerte
impacto negativo que le provoca el pensamiento.
En la aplicación del Método The Work diferenciamos 3 fases, tiempos o actos, que se
realizan separadamente, en actitud meditativa o de quietud.
PRIMER ACTO:
Byron Katie invita a encontrar o identificar alguna persona o situación sobre la que se
tiene una visión o juicio negativo. Sobre esta situación concreta se comienza a
trabajar, para lo cual en la primera parte vamos a contestar por escrito una serie de
cuestiones que Katie recoge en un instrumento denominado “Hoja de El Trabajo“.
Recoger tus pensamientos y juicios por escrito te permite darte el tiempo que
necesitas para identificar lo que realmente te estresa o te daña, sin dar vueltas
innecesarias. Esta hoja está dividida en seis preguntas o apartados para centrar bien
la cuestión y tomar los máximos detalles posibles.
Las instrucciones generales para rellenar la hoja serían: “Piensa en una situación
recurrente, una situación confiablemente dolorosa o estresante para ti, aunque haya
sucedido sólo una vez, y que se repite en tu mente. Antes de contestar cada una de
las preguntas a continuación, permítete visitar mentalmente el momento y el lugar
del suceso estresante”.
Para ilustrar bien cómo se rellena una hoja de El Trabajo, voy a utilizar como hilo
argumental e ilustrativo un ejemplo real de una sesión que facilité a una persona,
cuya fuente de sufrimiento era que se sentía en la obligación de ayudar a su hermano
a salir de la droga.

1. Describe qué o quién te produce dolor, estrés o sufrimiento y porqué (siempre


centrándose en esa situación concreta).

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Por ejemplo: Estoy deprimida y ansiosa porque tengo que ayudar a mi hermano a
salir de la droga.
En esta pregunta, la persona indica la emoción más fuerte que le provoca su juicio
(la depresión), sin embargo a la hora de cuestionar esta primera cuestión, vamos a
tomar sólo el juicio, no la emoción, es decir, vamos a trabajar con la creencia:
“Tengo que ayudar a mi hermano a salir de la droga“.

2. Describe, en esa situación, cómo quieres que esta persona o situación cambie,
¿qué quieres que haga? (De lo que se trata aquí es de ser lo más concreto y claro
posible).
Por ejemplo: Quiero que mi hermano no me exija ayudarlo. Que aprenda a
solucionar sus propios problemas sin arrastrar de mi.

3. Describe, en esa situación, ¿Qué consejo le darías a esa persona? (Aquí se trata
de dar un consejo a la persona o situación que juzgamos, de manera que sintamos
que lo va a comprender y que verdaderamente podrá ayudarlo).
Por ejemplo: Mi hermano debería cuidarse. Debería dejar de hacerse daño y de
tratar de tapar sus propios problemas a través de sus adicciones.

4. Para que tú seas feliz en esta situación, ¿Qué necesitas que esta persona
piense, diga, sienta o haga? (La persona debe dejar claro aquí lo que ella necesita
del otro o de la situación que le daña).
Por ejemplo: Necesito que mi hermano me deje tranquila y respete que yo ahora no
puedo ayudarle. Necesito que mi hermano respete mi negativa a acompañarlo en
este momento.

5. En esta situación, ¿Qué piensas de esta persona? Haz una lista. (Aquí se trata de
poner una serie de adjetivos calificativos a esa persona o situación que nos está
haciendo daño).
Por ejemplo: Mi hermano, en esta situación, es: exigente, abusivo y dañino.

6. Señala que hay en o acerca de esta situación que no quieres volver a


experimentar nunca más.
Por ejemplo: Nunca más quiero contestar el teléfono de madrugada y encontrar que
mi hermano Miguel ha tenido un accidente de coche, está colocado y me pide ayuda.

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SEGUNDO ACTO:

En la segunda parte del método, una vez la persona ha cumplimentado su “Hoja de El


Trabajo” sobre la situación concreta que le daña, interviene directamente el
profesional para facilitar el método, procurando que la persona se sienta
acompañada y pueda abrirse a experimentar a través de las cuatro preguntas básicas
que conforman esta segunda parte, las cuáles han de formularse secuencialmente,
así como ofreciendo a la persona el espacio, el silencio y la escucha necesaria para
que pueda entrar en sí misma y responder de manera auténtica, no automática. La
persona ha de encontrar un estado de quietud que favorezca que se produzca un
verdadero insight[4] a través de la reflexión y de sus propias respuestas.
[Nota4] Insight es un término utilizado en Psicología proveniente del inglés que se
puede traducir al español como “visión interna” o más genéricamente “percepción”
o “entendimiento”. Se usa para designar la comprensión de algo. Este término fue
introducido por la Gestalt.
El profesional va a tomar cada una de las 6 cuestiones reflejadas en la hoja y ayudará
a la persona a cuestionarlas una a una, por separado y secuencialmente, teniendo en
cuenta que cuestionarlas es aplicarle 4 preguntas y 3 inversiones (al opuesto, al
otro/a y a sí mismo/a). El rol del profesional es absolutamente neutro, y no
interviene en ningún momento para opinar, mucho menos para sugerir o juzgar lo
oportuno del trabajo que está llevando a cabo la persona. Lo máximo que interviene
es para aclarar algún punto, en cuanto a la cumplimentación de la hoja, el
significado de las preguntas o asuntos similares.

Las 4 preguntas básicas son:

1. ¿Es verdad? (Le indicamos a la persona que sólo responda “si” o “no, sin
explicación alguna).
Cuando le preguntas a la persona si es verdad aquello que la daña, le permites
abrirse, ir a otro nivel. Es decir, esas preguntas puedan ser contestadas por esa
sabiduría que la persona lleva dentro, y mediante la cual sólo puede acceder a través
de un proceso de silencio y quietud.

Ejemplo. El profesional pregunta: ¿Es verdad que tú tienes que ayudar a tu hermano
a salir de la droga? (Mediante esta sencilla pregunta, la persona puede llegar a
comprender que ella no tiene que hacerlo, no está obligada, no es su

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responsabilidad). Esto sólo lo puede ver honestamente si lo cuestiona, y sólo
accediendo de esta manera puede integrar nuevas respuestas.

1. ¿Puedes saber con absoluta certeza que es verdad? (A través de esta pregunta,
se le da nuevamente a la persona la oportunidad de responder “si” o “no”, sin
más).
Esta pregunta se formula cuando en la primera cuestión la persona ha respondido:
“si”.

Se trata de una nueva invitación que permite un marco de reflexión e interiorización


mucho mayor, ya que se le pregunta por segunda vez y de manera mucho más
tajante, desafiando a la mente impulsiva, cargada de razones y que mantiene su
postura.

Ejemplo. El profesional pregunta: ¿Puedes saber con absoluta certeza que es verdad
que tú tienes que ayudar a tu hermano a salir de la droga?
La persona ayudada contestó que No, no tenía que hacerlo. Se dio cuenta.

1. ¿Cómo reaccionas, qué sucede cuando crees en ese pensamiento?


Con esta pregunta la persona va a descubrir las implicaciones o repercusión que tiene
en su vida tener ese pensamiento. Cómo se trata a sí mismo y a los demás cuando lo
tiene. Qué deja de hacer, qué emociones experimenta y cómo afecta a su cuerpo.

Por ejemplo. El profesional pregunta: ¿Cómo reaccionas, qué sucede cuando crees en
el pensamiento de que tú tienes que ayudar a tu hermano a salir de la droga?
La persona objeto del ejemplo respondió (resumidamente) que reaccionaba con
mucho nerviosismo y desesperanza. A nivel físico sentía mucha presión en el pecho y
en la cabeza. Sentía ganas de llorar y de salir corriendo. Se trataba a sí misma de
manera muy autoritaria y déspota, exigiéndose dar el 100% en un momento en el que
ella estaba al 30%, por su estado emocional y preocupaciones. Observaba con
claridad la repercusión que tenía este pensamiento en la propia relación que tenía
con su hermano, al cual mentía constantemente y evitaba a toda costa, sin darle a él
la posibilidad real de buscar otros apoyos en otros miembros de su familia.

1. ¿Quién serías sin tú sin el pensamiento? (en esta misma situación)


Con esta pregunta la persona percibe quién sería ella sin ese pensamiento que la
daña, y desde ese lugar se la invita a comunicarse con el profesional.

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Ejemplo: Imagínate quién serías tú en esta situación con tu hermano, (o en cualquier
otra situación de tu vida diaria) sin el pensamiento de que tú tienes que ayudarlo a
dejar la droga?
La persona objeto del ejemplo respondió (resumidamente) que si no se le pasara por
la cabeza ni un segundo que tiene que ayudar a su hermano, se sentiría libre,
relajada. Estaría de buen humor cuando hablara con él, y con más disposición a
compartir algunos momentos juntos. Estaría mas centrada y realizaría más
actividades de ocio, y fumaría menos.
La persona puede ver con claridad mediante las preguntas 3 y 4 cómo el pensamiento
cambia su estado emocional, y la diferencia entre creer el pensamiento que la acosa,
y creer en su opuesto, que la libera. Vivir esto en primera persona suele tener
resultados muy liberadores, de hecho en el ejemplo descrito los tuvo.

TERCER ACTO:

La tercera parte del método, consiste en las inversiones, es decir, dar la oportunidad
a la persona para experimentar los opuestos a lo que cree que es verdad, y
proporcionar además 3 ejemplos concretos y genuinos de cómo puede ser verdad lo
opuesto a lo que crees que es verdad.

Para ilustrar bien este apartado, vamos a seguir el hilo conductor del ejemplo con el
que hemos ido trabajando.

INVERSIÓN 1 (al opuesto): Invitamos a la persona “X” a que inverta esa creencia que
la estresa en primer lugar al opuesto, y que nos de 3 ejemplos genuínos y especificos
de cómo puede ser verdad ese opuesto.
Ejemplo: La frase original era “tengo que ayudar a mi hermano a salir de la droga”.
Ahora se le pide que la inverta al opuesto: “No tengo que ayudar a mi hermano a
salir de la droga”.
Le pedimos los 3 ejemplos de cómo puede ser verdad que no tengo que ayudarlo a
hacerlo:
 ejemplo 1: él no quiere dejar la droga, no me ha pedido que lo ayude en eso.
 ejemplo 2: moralmente no estoy obligada a hacerlo, pues ya lo he apoyado
muchas veces, sin éxito, y yo también tengo mi propia vida y problemas que
atender.

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 ejemplo 3: yo soy la hermana pequeña, y mis hermanos mayores están más
predispuestos a apoyarlo, por tanto no tengo porqué asumir eso ahora, hasta
enfermar.

INVERSIÓN 2 (al otro): Cuando la persona invierte al otro, lo que hace es colocarse
ella en el puesto del otro, y colocar al otro en su puesto. Vamos a verlo más claro
con el ejemplo:
Ejemplo: La frase original era “tengo que ayudar a mi hermano a salir de la droga”.
Ahora la invertimos al hermano: “Mi hermano tiene que ayudarme a mi (a dejar la
droga[5]”.
[Nota5] Aclaración: La droga, en tanto que adicción, puede ser interpretada como
la adicción que tiene la persona del ejemplo propuesto de ayudar a su familia, aún a
pesar de su propia salud.
 ejemplo 1: mi hermano tiene que ayudarme a dejar los ansiolíticos y los
antidepresivos que tomo desde hace un par de años.
 ejemplo 2: mi hermano ha aceptado en otras ocasiones que yo no estaba
preparada para ayudarlo, ya que incluso he enfermado y he tenido que ingresar
en salud mental, por este motivo él tendría que ayudarme.
 ejemplo 3: mi hermano es mayor que yo, y por tanto está obligado a ayudarme a
mi.
Con esta inversión la persona “X” se libera un poco de su nivel de exigencia y se da
cuenta de que es igualmente verdad que ella tiene que ayudar a su hermano, como
que él tendría que ayudarla a ella. Esto le facilita ver cómo ella se coloca en una
situación de mayor vulnerabilidad al exigirse estar ahí cuando no puede hacerlo
ahora, por su perfil y características en este momento. Ver que su hermano también
tendría que hacerlo y no lo hace, la hace sentirse menos culpable o responsable de
él, por tanto la libera.

INVERSIÓN 3 (a sí misma): Cuando la persona invierte el pensamiento a sí misma, se


coloca a ella misma en todas las posiciones posibles frente al problema, es decir,
puede hacerse consciente de lo que ella tiene que darse a sí misma, que es lo único
verdaderamente manejable para ella aquí y ahora. Veamos el ejemplo:
Ejemplo: La frase original era “tengo que ayudar a mi hermano a salir de la droga”.
Ahora la invierte a sí misma: “Tengo que ayudarme a mi misma a salir de la
droga”.

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 ejemplo 1: Yo también tengo que ayudarme y apoyarme a mí misma para reducir
el consumo de ansiolíticos, estando tranquila, viviendo mi vida un poco al
margen de la de mi familia.
 ejemplo 2: Yo tengo que ayudarme a mí misma a no caer en una depresión mayor
(como la que tuve hace unos años y que me llevó a un intento de suicidio), por
tanto tengo que ayudarme con esta droga que es mi familia, a alejarme
prudencialmente de ella.
 ejemplo 3: tengo que ayudarme a dejar la droga de hacerme responsable de
todos los problemas que padecen mis hermanos, la droga de querer ser siempre
la imprescindible, ya que de otro modo parece que no valgo lo suficiente, a mis
ojos.
Una cuestión destacable en todo este proceso es que cuando la persona no está
familiarizada con el método, y por tanto no tiene una apertura mental suficiente
para experimentar los opuestos a lo que cree que es verdad y vivir sus ejemplos, el
profesional puede apoyarle dándole algún ejemplo específico que ha percibido sobre
su historia, siempre desde el respeto y pidiéndole permiso para intervenir. Por
ejemplo se le puede decir: “Yo tengo un ejemplo de cómo tú tienes que ayudarte a
ti misma en esta situación con tu hermano, ¿Quieres escucharlo?” Y si la persona
responde afirmativamente le damos nuestro ejemplo. Puede que lo tome o que
considere que no va con ella. Eso no importa, lo importante es que se vaya
desbloqueando poco a poco y abriéndose al proceso.

5. CONCLUSIONES
Parece ser que en contextos tan cambiantes como los que estamos atravesando, los
profesionales de la ayuda han de comprometerse de manera decidida por formarse
en todas aquellas herramientas y métodos con los que pueda hacer frente a toda la
problemática derivada de estas nuevas situaciones de crisis. En este sentido, The
Work constituye un importante instrumento con el que acompañar y alimentar la
relación de ayuda, ya que prepara y predispone a la persona hacia el cambio de
enfoque en su situación problema. De igual modo, uno de los aspectos más relevantes
que proporciona es que al tratarse de una herramienta que permite a la persona
trabajarse a sí misma, el propio profesional la puede emplear para realizar su
autotrabajo, lo que va a redundar en una mejora de su calidad de vida y de la
calidad de su trabajo.

6. BIBLIOGRAFÍA

7
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Social. Madrid.
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 Fernández T. Coord. (2009). Fundamentos del trabajo social. Editores: Madrid:
Alianza.
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 Gaviria, S. E., Cuadrado G. I. y López S. M. (2009). Introducción a la psicología
social. Editorial Sanz y Torres. UNED. Madrid.
 Hidalgo, R. y Coumar A. (2012). “The Work” of Byron Katie: A New
Psychotherapy?(http://www.padoin.com/thework/anil.pdf) tomado el día 20 de
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 Katie, B. (2009). Amar lo que es. Barcelona. Ediciones Urano.
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Joy). Barcelona. Editorial La liebre de Marzo, S.L.
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socioeducativo y terapéutico en trabajo social. San José: Editorial de la
Universidad de Costa Rica.
 Rondón G., L. M. y Taboada G., M. L. (2013). Voces para la ética del trabajo
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 Rojas M. C. (2007). La dimensión terapéutica del Trabajo Social y la protección
de los derechos humanos. IV Congreso Internacional – VII Congreso Nacional de
Trabajo Social San José, Costa Rica, 5 a 7 de setiembre de 2007. 2-10-2013.

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