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SPONGIA TOSTA

Spongia tosta
Millares de años habían pasado antes que la medicina doméstica
hallara entre las innumerables sustancias medicinales ensayadas en vano
un medicamento propio para
curar la enfermedad tan molesto llamada papera; pero lo encontró por fin
en la esponja quemada, de la cual Arnoldo de Villanueva, en el siglo
XIII, nos habla el primero como de un medio empleado para combatir la
referida enfermedad. La medicina recogió un fruto cuya semilla no había
sembrado, apropiándose este descubrimiento de la práctica doméstica...
Los síntomas siguientes, que la esponja quemada engendra en las
personas sanas, cuya lista quisiera yo que fuese más completa, enseñarán
para qué otros usos saludables podrá aplicar la medicina homeopática
este enérgico medicamento.
En aquellos casos en que la práctica vulgar recurría todavía a la
esponja quemada para la curación de la papera, la daba mezclada con la
pimienta, el hollín, etc., a la dosis de media dracma hasta una, por día,
mientras que yo he encontrado que bastaba, para conseguir el objeto, de
una a dos dosis de la más pequeña gota de la tintura convenientemente
dilatada, es decir, de la decillonésima dilución.
El antídoto más poderoso de la esponja quemada es el alcanfor.
La aplicación más notable que la homeopatía ha hecho de esta
sustancia es contra la terrible enfermedad aguda que se designa con el
nombre de crup. Después de haber comenzado por calma o destruir la
inflamación local, por medio del acónito, será muy rara vez necesario, en
tal caso, emplear concurrentemente una pequeña dosis de hígado de
azufre calcáreo.

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