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ADMINISTRACION DE LA IGLESIA I. EN BMP


Msc. Ana Julia Díaz Lira.

Administración de la Iglesia I.
Índice:
UNIDADES CONTENIDOS PÁGINAS

Objetivo general de la presente materia………..………………………... 2


Orientaciones metodológicas…………………………………...………… 2
I CONCEPTO DE IGLESIA……………………………………………
1.1. Introducción……………………………………………………………..
1.2. Razón y Conceptos de Iglesia………………………………………..
1.3. Estudio Etimológico e Histórico del término Iglesia………………...
1.4. Ejemplo neo testamentario de la palabra Iglesia…………………...
II CONCEPTO E IMPORTANCIA DE LA ADMINISTRACIÓN
DE LA IGLESIA LOCAL.
2.1. Conceptos Administrativos……………………………………………
2.2. Importancia y Propósitos de la administración Eclesial.
2.3. La buena Administración incide positivamente en el desarrollo de
la Iglesia………………………………………………………………………
2.4. La iglesia, administradora del plan de Dios…………………………

III BASES BÍBLICAS Y TEOLÓGICAS DE LA


ADMINISTRACIÓN ECLESIAL……………………………………
3.1. Los fundamentos de la Administración desde la Biblia…………….
3.2. Papel del administrador, cualidades y requisitos a la luz de la
Biblia………………………………………………………………………….
IV APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS Y TEORÍAS
ADMINISTRATIVAS AL CONTEXTO ECLESIAL……………..
4.1. Principios de la Administración……………………………………….
4.2. Teorías de la administración………………………………………….
4.3. Aplicando principios y teorías administrativas al contexto actual
de la Iglesia………………………………………………………………….
V MODELO DE GOBIERNO ECLESIAL…………………………….
5.1. Modelos…………………………………………………………………
5.2. Características…………………………………………………………
5.3. Dificultades en los modelos de gobierno eclesial………………….
5.4. Análisis de algunos modelos…………………………………………
5.4.1. Iglesia Metodista…………………………………………………….
5.4.2. Iglesia Bautista………………………………………………………
5.4.3. Asambleas de Dios………………………………………………….
5.4.4. Iglesia de Dios……………………………………………………….
5.4.5. Iglesia Católica……………………………………………………….
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REGLAS PARLAMENTARIAS.
VI 6.1. Concepto de Reglas Parlamentarias.
6.2. Reglas Parlamentarias Básicas.

Objetivo general de esta materia:

Proveer a los y las estudiantes de Bachillerato en Ministerios Pastorales herramientas de mucha


utilidad como: Principios de la administración eclesial, sus bases bíblicas, algunas teorías, modelos y
características gerenciales, las técnicas y métodos de la administración, así como el uso y manejo de
las reglas parlamentarias en el quehacer de la iglesia local.

Orientaciones metodológicas:
 El presente texto está estructurado en 6 unidades. En las mismas se presentan conceptos,
definiciones, principios, teorías, características, reglas Parlamentarias, experiencias e información
tocante a la Administración Eclesial I.

 Las conferencias de la docente serán expuestas mediante diapositivas en Power Point. Sin embargo,
se requiere que cada estudiante disponga del material en físico en Word, a fin de que todos y todas
puedan cumplir con los ejercicios y/o trabajos en el aula de clase y las investigaciones extra aula.

 Además de las conferencias o exposiciones de la docente, los y las estudiantes realizarán trabajos
grupales en el aula, en los que leerán, analizarán, reflexionarán y expondrán los contenidos que e
la facilitadora orientará en clase.

 La metodología para organizar la enseñanza aprendizaje, será la siguiente:


 Conferencias de la facilitadora.
 Elaboración Conjunta (interacción dialogada estudiantes-facilitadora).
 Trabajos de grupos para el análisis y la reflexión.
 Plenarias y/o exposiciones de los resultados de los trabajos grupales.
 Investigación como trabajo final que orientará la facilitadora.
 El sistema de evaluación, medición y aprobación del curso será el siguiente:
 Asistencia y participación en clase: 10%
 Trabajos grupales de reflexión y análisis: 40%
 Trabajo final: 40%.
 Examen final 10
 TOTAL 100%

P.D.: El o la docente está eximido/a para asignar un trabajo diferente al orientado en este texto si así lo considera necesario,
siempre y cuando no sea contrario a los contenidos del mismo.
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Primera Unidad:

CONCEPTO DE IGLESIA.

Objetivos Específicos
1. Conceptualizar el término Iglesia y su razón.
2. Analizar los aspectos básicos etimológicos e históricos del término Iglesia.
3. Conocer algunos ejemplos neo testamentarios de la palabra Iglesia

Al concluir esta unidad, los y las estudiantes estarán en capacidad de:


1. Explicar los conceptos de Iglesia y sus bases bíblicas y teológicas.
2. Aplicar correctamente los principios, teorías, modelos, técnicas y demás herramientas
obtenidas del estudio de esta asignatura

1.1. Introducción:
Hay muy pocas palabras que son tan frecuentemente usadas por los cristianos como la
palabra “iglesia”. Desafortunadamente, son pocos los que en verdad entienden esa palabra
del mismo modo en que la Biblia la entiende, y aplican su significado bíblico en la práctica.
Dada la importancia de un claro entendimiento de lo que la Palabra de Dios dice sobre la
iglesia, dedicaremos el estudio de esta primera unidad a su detallado análisis.
Un vistazo a lo que la mayoría de la gente piensa que la palabra “iglesia” significa demuestra
que la gran mayoría usa esta palabra ya sea para denotar un lugar donde se llevan a cabo
varias ceremonias religiosas o como componente en el título de varias denominaciones. Sin
embargo, esos usos de la palabra “iglesia” no corresponden a los de la Palabra de Dios,
haciendo necesario un mejor análisis del significado de esta palabra.
La palabra “iglesia” es una traducción de la palabra griega “ekklesia” que significa “lo que es
llamado”. Como E. W. Bullinger dice, esa palabra era usada “por cualquier asamblea, pero
especialmente por ciudadanos o una selección de ellos, “burgueses”.
En el Nuevo Testamento se usa 115 veces, 3 de las cuales se traduce como “asamblea” y 112
como “Iglesia”. Un vistazo a las 3 veces que esta palabra se traduce como “asamblea” es
suficiente para demostrarnos que no era utilizada únicamente por asambleas de cristianos.
De hecho, en Hechos 19, refiriéndose a una demostración en contra de Pablo, veamos lo que
sucedió en Éfeso dice: Hechos 19:32, 35, 39, 41

El carácter de una asamblea mencionada en el N.T. es determinada por el texto, en el cual se


sitúa la palabra en Hechos 19:32, aquí se utiliza asamblea, pero el contexto nos muestra que
se trata más de un motín que de una reunión de creyentes. – “Entre tanto, en la reunión, unos
gritaban una cosa y otros otra, porque la gente estaba alborotada y la mayor parte ni sabía
para qué se habían reunido”. “Ekklesia” está traducido por “asamblea” muchas veces en
variadas biblias. Jesús utilizó la palabra iglesia por primera vez, con sentido cristiano, en
Mateo 16:18 “edificaré mi iglesia”. La palabra “iglesia” llegó a ser un nombre corriente en el
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N.T., para describir la comunidad de los creyentes, o sea el conjunto de todos aquellos que
escucharon el llamado del Espíritu Santo para dejar la incredulidad y el pecado, para creer en
Cristo Jesús como Su Salvador Personal. En el N.T. la palabra iglesia no significa nunca un
edificio, ni un lugar de culto, como es el caso de hoy en día. Muchos piensan que “iglesia”
significa un lugar como dice en 1Cor. 14:19 “pero en la iglesia, prefiero decir 5 palabras con
inteligencia, para que pueda instruir a los otros, que 10.000 en lenguas”.

En tiempos del NT el término se aplica con mayor frecuencia al cuerpo de personas que creen
en Jesús como el Mesías y lo aceptan, viven sus enseñanzas y están unidos en una
organización creada por Jesús (Mt. 16:18; 1 Co. 3:11; Mt. 28:19, 20; Mr. 16:15, 16; Hch. 2:38,
41, 47; 16:13; Ro. 12:4, 5.

La Iglesia, creación de Dios, construcción de Cristo, animada y habitada por el Espíritu 1Cor
3.16, Ef 2,22, está confiada a los hombres, los apóstoles «escogidos por Jesús bajo la acción
del Espíritu Santo, y luego los que, por la imposición de las manos, recibirán la autoridad para
la realización de la tarea de llamar a otros y otras. 1Tim 4:14 2Tim 1:6.

La Iglesia, guiada por el Espíritu Jn 16:13, es «columna y soporte de la verdad» 1Tim 3,15,
capaz, sin desfallecer, de «guardar el depósito de las sanas palabras recibidas» de los
apóstoles 2Tim 1:13s, es decir, de enunciarlo y explicarlo sin error. Constituida cuerpo de
Cristo por medio del Evangelio Ef 3:6, nacida de un solo bautismo Ef 4:5, nutrida con un solo
pan 1Cor 10:17 reúne en un solo pueblo Gal 3,28 a los hijos del mismo Dios y Padre Ef 4:6;
borra las divisiones humanas reconciliando en un solo pueblo a judíos y paganos Ef 2,14ss,
civilizados y bárbaros, amos y esclavos, hombres y mujeres 1Cor 12:13, Col 3:11, Gal 3:28.
Esta unidad del cuerpo de Cristo, como se dice desde el siglo II; está hecha para reunir todas
las diversidades humanas, hechos10:13 «Mata y come», para adaptarse a todas las culturas
1Cor 9:20 y abarcar al universo entero Mt 28:19.

La Iglesia es santa Ef 5:26, no sólo en su cabeza, sus junturas y sus ligamentos, sino también
en sus miembros que ha santificado el bautismo. Cierto que hay pecadores en la Iglesia 1Cor
5,12; pero están desgarrados entre su pecado y las exigencias del llamamiento que los ha
hecho entrar en la asamblea de los «santos» hechos 9:13. A ejemplo del maestro, la Iglesia no
los rechaza y les ofrece el perdón y la purificación Jn 20,23 Sant 5:15, 1Jn 1:9, sabiendo que
la cizaña puede todavía convertirse en trigo en tanto la muerte no haya anticipado para cada
uno la «siega» Mt 13,30. La Iglesia no tiene su fin en ella misma: conduce al reino definitivo,
por el que la sustituirá la parusía de Cristo y en el que entrará nada impuro Ap. 21:27 22,15.
Las persecuciones avivan su aspiración a transformarse en Jerusalén celestial.

En este estudio trataremos de ampliar razón de ser, conceptos, etimología e historia y algunos
ejemplos del termino Iglesia en el N.T.
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1.2. Razón y conceptos de Iglesia.

Razón de la Iglesia.
¿Cuál es la razón de ser Iglesia? Mt 28: 19.
La razón de la Iglesia es Evangelizar, siendo este su estilo de vida, la mayor necesidad del
mundo es Jesucristo y lo damos a conocer a través de la evangelización y nuestro testimonio
de vida, porque ahora que estamos en Cristo debemos reflejar al resucitado.
Hacer discípulos, es lo que en realidad todo creyente debiera hacer. Sin embargo, no siempre
es lo que hacemos. En ocasiones, se responsabilizan las circunstancias de no lograrlo. En
otro sentido, pensamos que la gente no siempre está dispuesta para el evangelio. En cambio,
Jesús hizo discípulos y envío la iglesia hacer lo mismo. El hecho de que, el Maestro nos
enviara a conquistar seguidores, fundamenta la verdad que podemos lograrlo. Un aspecto
determinante; los discípulos son de y para Jesucristo. Es probable que, uno de los factores
que debe redefinir la iglesia, sea su disponibilidad a ser obedientes en la gran comisión.
Formar parte del envío misionero, implica hacer discípulos en nombre de Jesucristo y para la
gloria de su nombre.
La iglesia en su totalidad, ha sido comisionada a la tarea de revelar el evangelio de salvación,
hasta que este sea formado en la vida de los creyentes.

En ocasiones interpretamos la gran comisión, como el medio que libera mi responsabilidad al


hablarle a una persona de Jesús. En cambio, Dios concibe el envío misionero como la llave
del evangelio, que revela la entrada a la eternidad por medio de Jesucristo. Solo el evangelio
de Jesús, salva a la gente de su pecado y la vida de conflictos en la que se hayan
relacionados. Las personas no pueden salvarse a sí misma. La gente necesita para salvarse,
la noticia de que Jesús les salva por medio de su expiación en la cruz.
La sociedad actual, necesita discípulos de Jesucristo anunciándoles la salvación del
evangelio; dispuestos a su vez, a enseñarles a ser modelados por su persona. El hecho de
que, una persona aprendió a desarrollar sus decisiones en el evangelio, es lo que le da la
credencial para ayudar a otros a tomar sus decisiones a través del evangelio. Los apóstoles
de Jesús, pasaron tiempo con su maestro para aprender de sus enseñanzas. Motivo que más
tarde les aportó, un profundo beneficio personal al tomar sus decisiones guiados por el
Espíritu Santo.

La Iglesia evangélica de Jesucristo, posee de su maestro la verdad de su salvación. Por


consiguiente, si deseamos ver las vidas camino a la salvación, debemos anunciarles la única
esperanza representada en el Hijo de Dios. Las alternativas de salvación que el mundo
propone, forman parte de soluciones superficiales que no expone la respuesta que la
sociedad necesita. Dios ha provisto al ser humano, la forma de regresar a su presencia y con
ello la solución a sus conflictos. Razón por el cual, Jesús comisionó su Iglesia para ser parte
de esa solución. Ir a predicar en nombre de Jesús, significa mucho más que aceptar la
invitación de nuestro maestro, es la razón de ser de la Iglesia de Jesucristo.
Hacer discípulos en nombre de Jesús, es la misión que nos propone el anuncio de la verdad.
A su vez, la bendición de ser parte de la restauración del reino, que ahora mismo Dios se ha
propuesto en la persona de su Hijo.
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La tarea precisa urgencia en toda dirección, para hacer misiones en el poder de Jesucristo.
Testificar de la persona de Jesús, nos proporciona la bendición de anunciar su salvación para
formar seguidores al estilo de su maestro.

Conceptos de Iglesia.

Iglesia - Diccionario Bíblico Sencillo


(gr. «Ekklesia», del verbo «ek kaleõ», «llamar fuera de»).
(a) Uso del término. En los estados griegos recibía este nombre la asamblea de los
ciudadanos, convocada por un heraldo para tratar y decidir los asuntos públicos (cfr. la
asamblea alborotada de Éfeso, (Hech 19:32- 41). La LXX traduce como «ekklesia» el término
hebreo «kãhãl», que designa a la asamblea o congregación de Israel. Es en este sentido que
Esteban habla de «la congregación» («ekklesia») que estuvo con Moisés en el desierto (Hech
7:38).
El Señor Jesús emplea por primera vez en el NT el término iglesia, que va a recibir un
tratamiento tan corriente en el NT. Señalemos ya aquí que este término no designa jamás un
edificio ni un lugar de culto, como sucede en la actualidad.
(b) Definición. En esencia, la Iglesia es la comunidad de todos los creyentes del Nuevo
Testamento que han sido unidos por el lazo de la fe y de la acción regeneradora del Espíritu
Santo, de una manera vital, a Jesucristo. Esta Iglesia «espiritual» es el cuerpo místico del
Señor, del que se llega a ser miembro por el bautismo del Espíritu, y en este sentido sólo es
discernida por los ojos de la fe (1 Co 12:13).
Es «universal» por cuanto todos los hijos de Dios de todos los países y procedencias forman
parte de ella (Hech 2:47), (Hech 9:31), comprendiendo también a todos los rescatados ya
recogidos en el Señor (He 12:22-23). Si bien en cierto sentido es «invisible», es al mismo
tiempo «visible», pues se halla en la tierra manifestada por medio de miembros vivos y
activos, para que el mundo pueda ver su amor fraternal, constatar sus buenas obras, y
comprender su fiel testimonio del Señor (Jn 17:21),( 1 P 2:12),( Fil 2:15-16). Asimismo, es
también «local», ya que en el NT la comunidad cristiana de cada localidad era considerada
como una iglesia, lo que permite emplear asimismo el término «iglesias» (Hech 8:1),(Hech
11:26),(Hech 13:1),(Hech 14:23),(Hech 27:2),(Hech 15:41),( Ro 16:4-5),( 1 Co 7:17),( 1 Tés
2:14). (c) Relación entre Cristo y la Iglesia.
La relación entre Cristo y la Iglesia queda maravillosamente ilustrada en el NT. Cristo es la
Cabeza, el Jefe del Cuerpo de la Iglesia (1 Co 12:12-13), (1 Co 27:2), (Ef. 5:23), Ef. 30:2); es
el Esposo celestial, que se ha unido tan íntimamente a ella que los dos ya no son más que
una sola carne (2 Co 11:2), (Ef. 5:31-32).
Es la piedra cabecera del ángulo del templo del Señor, cuyas piedras vivas son los creyentes
individuales edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas (Ef. 2:19-22),
(1 P 2:4-5); es así como se debe interpretar Mt. 16:18, siendo que Pedro fue el primero en
confesar claramente el nombre del Salvador, siendo en este sentido la primera piedra
individual puesta sobre el fundamento. Cfr. (Hech 4:11-12). Cristo es asimismo el sumo
sacerdote que encabeza el regio sacerdocio constituido por todos los miembros de la Iglesia
(1 P 2:5), (1 P 9-10), (He 9:11). (He 14:2), (Ap. 1:6).
(d) Unidad. La unidad de la Iglesia es un don de Dios y un milagro conseguido por la obra de
la Cruz y de Pentecostés, reuniendo en uno solo a los hijos de Dios que estaban esparcidos
(Jn 11:52), (Ef. 2:13-16), (1 Co 12:13). Así se cumple la oración intercesora de Cristo,
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pidiendo para los suyos una perfecta unidad de naturaleza, semejante a la del Padre y el Hijo
(Jn 17:11), (Jn 20-23).

La base séptuple de esta unidad queda indicada en (Ef. 4:4-6); esta unidad existe entre
aquellos que adoran y sirven al Dios uno y trino, que han venido a ser miembros del cuerpo de
Cristo, la Iglesia, por el bautismo del Espíritu, teniendo la sola fe que salva y la esperanza viva
del retorno de Cristo. Fuera de esta base, es ilusoria toda búsqueda de unidad. De todas
maneras, no tenemos que hacer, ni organizar la unidad, que es espiritual, mediante nuestros
esfuerzos, sino guardarla en el vínculo de la paz (Ef. 4:1-3). Esto demanda un constante
esfuerzo de los creyentes, y debe llevarnos a la confesión de que todos hemos pecado
gravemente a este respecto. ¡Se debería prestar más atención a la severa advertencia de (1 C
3:16-17). (e) Dones y ministerios en el seno de la iglesia. En el Cuerpo de Cristo cada
miembro recibe uno o varios dones del Espíritu, para capacitarle a actuar en bien del resto de
los miembros. Una enumeración de los dones y ministerios posibles se halla en (1 Co 12:7-
11), (1 Co 28-30), (Ro 12:4-8), (Ef. 4:11).
Por cuanto todos los miembros del cuerpo de Cristo son así dotados y llamados al sacerdocio,
no existe jerarquía en la Iglesia, ni división entre clero y laicos. Lo que sí existe es una
armónica distribución de los dones y ministerios, ejercidos en mutuo amor y sumisión los unos
a los otros (1 P. 4:10-11). En la Iglesia del NT los apóstoles ejercieron un papel que era, en un
sentido, irrepetible (Hech. 1:21-22; Ef. 2:20); los obispos (gr. «supervisores»), llamados
también ancianos (Hech. 14:23; 15:22; 20:17, 18), estaban encargados de velar sobre el
rebaño y de asegurar la predicación y la enseñanza (1 Ti. 3:1-7; 5:17); los diáconos ejercían
un ministerio de servicio (Hech. 3:8-13; 6:2-6; cfr. Ro. 16:1-2: Febe, diaconisa de la iglesia de
Cencrea). Éstos eran cargos siempre establecidos por la irreemplazable autoridad de los
apóstoles bien personal, bien delegada expresamente (1 Ti. 3:1-7, 8-13, 14-15; Tít. 1:5), lo
cual es evidencia de que no eran establecidos por las iglesias mismas. Había también
profetas, evangelistas, pastores y maestros (Ef. 4:11). Éstos son constituidos por la autoridad
directa del mismo Señor, cabeza de la Iglesia (cfr. Hech. 13:1-3), ejerciendo sus ministerios en
comunión con toda la Iglesia pero no, ciertamente, comisionados por ella, sino por el mismo
Señor para edificación mutua. Es además un ministerio plural, y no reducido a un solo
hombre, como sucede tan frecuentemente hoy en día. Las actividades y la autoridad quedan
así en el seno de la Iglesia, de manera que en el Concilio de Jerusalén las decisiones son
tomadas en nombre de los apóstoles, ancianos, hermanos y, finalmente, de toda la Iglesia,
bajo la dirección del Espíritu Santo (Hech. 15:22-23, 28).
El destino eterno de la Iglesia. En esta tierra, la Iglesia es aún imperfecta, incompleta y
menospreciada; no es del mundo y marcha, como su Señor, por el camino de la cruz (Lc.
12:32; Jn. 15:18, 20; 17:14-18). Su tarea es dar testimonio de Jesucristo y ganar almas para
Su nombre (1 P. 2:9-10; Fil. 2:15-16). Tiene que crecer en la santidad (Ef. 4:12-16); es
inminente el momento en que se cumplirá el número de los elegidos (Ro. 11:25) y en que
Cristo hará comparecer ante Sí a su esposa perfecta, gloriosa e irreprensible (Ef. 5:27). Para
ello, su esposa habrá sido arrebatada al cielo al encuentro de su Señor (1 Tés. 4:14-17; cfr.
Mt. 25:1-13), purificada y unida a Él en las Bodas del Cordero (Ap. 19:7-9). Sentada con Cristo
en su trono, reinará con Él por los siglos de los siglos (Ap. 3:21; 22:3-5). Entonces aquellos
que han sido salvos por la fe del Evangelio, gozarán de su felicidad sin adversidad alguna, en
la presencia del mismo Dios, en aquella ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y
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constructor es Dios, gozando de una comunión entrañable con Cristo y con el Padre en una
unión eterna por el Espíritu (He. 11:10; Jn. 14:1-3; Ap. 21:9-22:5). Las últimas palabras de la
Biblia retumban con la esperanza de la Iglesia alimentada por el Espíritu: «Y el Espíritu y la
Esposa dicen: Ven... El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve.
Amén, sí, ven, Señor Jesús» (Ap. 22:17, 20)

Iglesia - Diccionario Español


1. Congregación de los fieles cristianos en virtud del bautismo.
2. Conjunto del clero y pueblo de un país donde el cristianismo tiene adeptos.
3. Estado eclesiástico, que comprende a todos los ordenados.
4. Gobierno eclesiástico general del sumo pontífice, concilios y prelados.
5. Cabildo de las catedrales o colegiatas.
6. Diócesis, territorio y lugares de la jurisdicción de los prelados.
7. Conjunto de los súbditos de una iglesia (diócesis)

Iglesia - Diccionario Alfonso Lockward


El término griego ekklesia, que se traduce como i., significa “asamblea, congregación,
reunión”. Originalmente, se usaba para designar una asamblea de ciudadanos reunida para
tratar asuntos comunales o políticos en una ciudad griega. En hebreo había una palabra
similar, kahal, que se empleaba para referirse a una asamblea hecha con propósitos
religiosos. En el período helenístico de la historia de Israel, la palabra griega que se buscó
como equivalente fue sinagoga, que quiere decir “reunir, juntar”. Cuando se hizo la traducción
de la Biblia hebrea al griego (Septuaginta), donde decía kahal se puso “sinagoga”. Pero
también se traducía como ekklesia, en diversos lugares (“... y en ellas estaba escrito según
todas las palabras que os habló Jehová en el monte el día de la asamblea [ekklesia]” [Miq
2:5]).
De manera que cuando el Señor Jesús dijo: “... edificaré mi Iglesia.” (Hech 19:39]). Pero muy
pronto se restringió el uso de la palabra para referirse a la reunión, o asamblea, o
congregación de los cristianos. El término así utilizado tiene sólo dos sentidos en el NT: uno
que habla del conjunto de los cristianos de todos los tiempos y otro que designa lo mismo,
pero con un sentido local, aquellos que se reúnen en un sitio. A lo primero se le denomina “i.
universal”, y a lo segundo “i. local”. En ningún lugar del NT se habla de i. como refiriéndose a
un local o un edificio. Este es un uso que se aplicó, por extensión, en períodos posteriores.
Tampoco se habla de una i. en el sentido regional, o nacional, o internacional. Cuando los
apóstoles escribían a las Iglesias que estaban diseminadas en una región o provincia, les
llamaban “las Iglesias.”
Las Iglesias del NT. ¿Cómo eran las Iglesias del NT? ¿Cuáles cosas sucedían en ellas? La
primera que conocemos fue la de Jerusalén. Los apóstoles se reunían en un “aposento alto,
donde moraban...”; “... partiendo el pan en las casas...” (Flm 1:2]).
En cuanto al gobierno de las Iglesias, es evidente que los apóstoles asumieron la dirección de
la de Jerusalén. Luego, para ciertos trabajos que les distraían de la “oración y el ministerio de
la palabra” se escogieron siete personas para “servir a las mesas”, surgiendo así lo que se
llamó el oficio de diácono (1Ti 5:17). Aunque la Iglesia de Jerusalén no interfería en los
asuntos de las demás Iglesias, se reconocía su autoridad moral por ser la más antigua y por la
significación histórica de la ciudad y la experiencia de sus líderes.
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Con la predicación del evangelio, las Iglesias se preocupaban por los pobres y marginados
sociales. En Jerusalén, “vendían sus propiedades y sus bienes, y los repartían a todos según
la necesidad de cada uno” (Stg 5:14-15).
La Iglesia no encubre los grandes problemas, errores y pecados que existían en aquellas
comunidades cristianas. En Jerusalén •Ananías y •Safira mintieron (2Ti 3:5-7). En la mayoría
de las cartas a las iglesias de Asia, a las cuales Juan se dirige en el Apocalipsis, se detectan
defectos y pecados que existían en ellas.
La observación de estos aspectos de la vida de las Iglesias, corrientes en toda la historia
hasta el día de hoy, nos asombran las declaraciones apostólicas en cuanto a la Iglesia No “las
Iglesias, sino ”la Iglesia“ Ella es la casa de Dios, la Iglesia del Dios viviente, columna y
baluarte de la verdad" (Efe 5:26-27).

Iglesia - Diccionario de Jerusalén


SIGNIFICADO DE LA PALABRA. El grupo verbal germánico Kirche, inglés church, holandés
kerk, procede del griego tardío, casa del Señor. En la mayoría de las lenguas románicas la
palabra Iglesia se deriva del lat. ecclesia, reproducción. En el gr. profano, designaba la junta
del pueblo, la asamblea en Atenas y en la mayoría de las griegas. El heraldo convocaba a los
ciudadanos a junta o asamblea. En el gr. Extra bíblico o precristiano no tiene sentido alguno
específicamente religioso. En los LXX, aparte de algunas excepciones, es la correspondencia
gr. del heb. qáhál la congregación del pueblo de Israel, sobre todo en cuanto comunidad
religiosa con fines cultuales. En este sentido se halla en el NT 2 veces en Mt. 23 veces, 65
veces Pablo, una vez en Sant, 3 veces en 3Jn, 20 veces en Ap.
El apóstol ejerce la autoridad suprema en las Iglesias fundadas por él; junto a los
carismáticos: (1COr 12,38 Ef. 4,11) tienen también cierta autoridad no limitada a la Iglesia
local. Autoridades locales se citan ya o se suponen en 1Tes 5,12 Rom 12,8 1COr 12,28; en
Flp 1,1 nombra a los obispos y diáconos de la ciudad.
(A) La Iglesia como cuerpo de Cristo. (I) Epístolas principales. Los lugares más importantes a
este respecto son 1cor 12,12-31 y Rom 12,4-8; cf. también 1Cor 6,12-20 10,14-22.
(B) Entre otras metáforas paulinas que expresan la relación entre Cristo y la I., destáquese
particularmente la de la Iglesia como esposa de Cristo, sobre todo por estar relacionada con la
terminología paulina del cuerpo de Cristo (Ef. 5,23-32). Cristo es la cabeza de su cuerpo, de la
Iglesia; y la Iglesia es la esposa, es el cuerpo del varón (5,28). Entre Cristo y la Iglesia existe
una relación matrirnonial, que es la más acabada imagen de la que debe darse entre
consortes cristianos (5,23ss); a la vez, el matrimonio cristiano es la rnisteriosa imagen de las
relaciones de Cristo con la Iglesia (5,32) Esta sublime concepción, expuesta como de paso
entre exhortaciones domésticas, brota de las primitivas ideas cristianas sobre Jesús como
esposo (Mc 2,19; Jn 3,29, cf. Ap. 21,22), combinadas con las propias concepciones del
apóstol sobre Cristo y la Iglesia.
(C) La organización de las Iglesias fundadas por Pablo es tema especial de las cartas
pastorales.
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Iglesia - Diccionario Mundo Hispano


La palabra en inglés deriva del gr. kuriakos (perteneciente al Señor), pero también deriva de
otra palabra gr., ekklesia (de donde “eclesiástico”), denotando una asamblea. Se usa en su
sentido general y en este sentido se adoptó para describir la nueva reunión o congregación de
discípulos de Jesús.
En los Evangelios, el término se encuentra solamente en Mat 16:18 y 18:17. Esta escasez
quizá pueda explicarse por el hecho de que ambos vv. Parecen contemplar una situación que
seguiría al ministerio terrenal de Cristo.
No obstante, los vv. Muestran que Cristo tiene esta reconstitución en perspectiva, que la
iglesia reconstituida así descansará sobre la confesión apostólica y que emprenderá el
ministerio de reconciliación.
Cuando volvemos a Hechos la situación cambia. La obra redentora ha sido cumplida y la
iglesia del NT puede tener su cumpleaños en Pentecostés. El término se usa ahora
regularmente para describir los grupos locales de creyentes. Así, leemos de la iglesia en
Jerusalén. Desde el principio la iglesia ha tenido tanto un significado local al igual que uno
general, denotando tanto la asamblea individual como la comunidad mundial.
Este doble uso también se ve en Pablo. El dirige sus cartas a iglesias específicas (p. ej., Ap.
2:1).
La iglesia no es principalmente una estructura humana como un organismo político, social o
económico. Es básicamente la iglesia de Jesucristo (Ef. 1:23).
La iglesia recibe su vida de Jesucristo por el Espíritu Santo; pero lo hace por la Palabra por
medio de la cual obtiene vida (1Co 4:1).
Finalmente, el trabajo de la iglesia no es meramente el procurar la salvación de la gente; es
en primer lugar procurar la gloria de Dios (Ef. 2:7).
Por tanto, ni la iglesia ni su función cesan con la terminación de su labor terrenal. Por eso, hay
base para la antigua distinción entre la iglesia triunfante y la iglesia militante. Toda la iglesia es
triunfante en su realidad verdadera. Pero la iglesia que lucha y va en camino todavía está
comprometida en el conflicto entre la antigua realidad y la nueva. Su destino, sin embargo, es
ser llevada a plena conformidad con el Señor (Ap. 7:9 ss., gozando su plena realidad como la
novia y el cuerpo del Señor.

Iglesia - Diccionario Pastoral


Etimológicamente significa reunión, asamblea, pueblo convocado. En el AT se emplea pocas
veces, pero significativamente para designar la asamblea religiosa del pueblo de Dios
[Dt_4,10]; [Dt_31,30]; [Jos_8,35]; [Jue_20,2]; [1Re_8,1], [1Re_8,14], [1Re_8,22], [1Re_8,55];
[Sal_32,26]. Con el NT se convierte en el vocablo preferido para designar al nuevo pueblo de
Dios, que tiene a Jesucristo como fundador [Mt_16,18] y que está compuesto de judíos y
gentiles sin distinción [He_15,7-9], [He_15,14]; [He_18,10]; [Rom_15,9-13]. Son sobre todo el
libro de los Hechos y san Pablo quienes emplean abundantemente el término iglesia para
designar: a) la entera comunidad cristiana que nace, se desarrolla, se extiende por el mundo
entero y se hace presente en cada una de las concretas comunidades locales [He_5,11];
[He_8,1]; [He_8,3]; [He_9,31]; [He_11,22], [He_11,26]; [He_12,1]; [He_14,23], [He_14,27];
[He_15,3], [He_15,4], [He_15,22], [He_15,41]; [He_16,5]; [He_18,22]; [He_20,17], [He_20,28];
[Rom_16,1], [Rom_16,4], [Rom_16,16]; [1Cor_1,2]; [1Cor_4,17]; [1Cor_6,4]; [1Cor_10,32];
[2Cor_8,1], [2Cor_8,18], [2Cor_8,23]; [Gál_1,2], [Gál_1,22]; [1Tes_1,1]; b) El misterio del reino
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de Dios, que se encarna y se revela en esta realidad a la vez humana y divina, visible y
transcendente, santa y pecadora, pueblo de Dios y cuerpo de Cristo [Ef_1,22-23]; [Ef_2,20];
[Ef_3,10], [Ef_3,21]; [Ef_4,12-16]; [Ef_5,23-32]; [Col_1,18], [Col_1,24-25]; [1Tim_3,15].

1.3. Estudio etimológico e histórico del término iglesia.


EKKLESIA: es el vocablo griego que el Nuevo Testamento usa para referirse a la comunidad
cristiana, viene de la expresión EK-KALEO que significa literalmente "llamar afuera".
En la Grecia antigua, se tenía por costumbre convocar al pueblo a Asambleas públicas, con el
objeto de tratar temas políticos. Por el gran número de participantes, se congregaban fuera de
los muros de la ciudad al ser invitados por un anunciador o mensajero oficial llamado heraldo.
En la primera traducción bíblica del A.T. realizada 250 años antes de Cristo, denominada
Septuaginta o versión de los 70 (por haber intervenido 70 judíos en la traducción del hebreo al
griego) aparece por primera vez la palabra EKKLESIA, la cual no era equivalente o igual a la
palabra Iglesia tal cual la usamos hoy.
Ekklesia fue la traducción de la voz hebrea "qajal" que designaba a la congregación de Israel.
En el A.T. tienen el mismo significado "QAJAL" (hebreo), ekklesía (griego) o congregación
(español) y aparecen por ejemplo en 1R. 8:14, 1 Cr.13:2-4, Sal. 22:22, etc.
Ya en el Nuevo Testamento se combinan las dos modalidades: el concepto griego del llamado
afuera (EK-KALEO) con el concepto de congregación de Israel (QAJAL), para definir a la
Iglesia como el Israel espiritual, o sea los llamados afuera del mundo por Dios, los
convocados por Él y apartados de Él.
Habiendo visto brevemente un poco de historia, estamos en condiciones de dar una definición
de la Iglesia: "La Iglesia es un pueblo llamado afuera, llamado a salir del mundo y entrar al
Reino de Dios (Jn. 17:14-16 y Jn. 18:36), entendiendo por el mundo todo el sistema impío que
actúa independiente de Dios y hostil a Cristo, en sus más diversas expresiones culturales,
políticas, religiosas, económicas, laborales, sociales, etc. (2 Cor. 6:17-18).
El término Iglesia se aplica de tres maneras distintas, las que tienen que ver más con la
extensión o alcance que se le da a la palabra, que con el significado, ya que éste sigue siendo
el mismo.
El vocablo griego es "EKKLESIA". Está formado por el prefijo "ek" que significa "fuera de" y la
forma nominal "klesia" que se deriva del verbo "kaleo" cuyo significado es "llamar".
Etimológicamente, "iglesia" significa "los llamados fuera".
EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.
Los escritores veterotestamentarios usaban cualquiera de estas dos palabras hebreas edhad
y qahal para referirse a la reunión del pueblo de Israel se usaba con más frecuencia en los
libros históricos para referirse al pueblo o asamblea de los hijos de Israel. El profesor
L.Berkhof citando a Hort dice que después del exilio, los judíos de habla griega traducían la
palabra qahal por ekklesía y designaban con ella tanto la congregación de Israel como una
asamblea de la congregación.
El término "ekklesia" apareció en el Antiguo Testamento cuando éste fue traducido al griego
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cerca del año 250 A.C. (en la traducción conocida como LA SEPTUAGINTA).
El término hebreo "QAHAL" (Cajal) significa "CONVOCAR" y en la Septuaginta es traducido
como "EKKLESIA".
Ejemplos:
(a) En Dt. 18:16 el término "qahal-ekklesia" se traduce al castellano por "asamblea".
(b) En Jueces 20:2 el mismo término se traduce por "reunión".

EL CONCEPTO IGLESIA EN EL NUEVO TESTAMENTO.


La primera imagen de la iglesia que se da en el Nuevo Testamento se encuentra en la última
parte de Hechos 2. Ya los evangelios se habían encargado de crear en nosotros una
expectativa, una ilusión, de un cuadro de la iglesia, por medio de recoger las profecías que
sobre ella hicieron Jesús y Sus apóstoles (Mateo 16.18; Marcos 9.1; Hechos 1.4–8). Ahora, en
Hechos 2, cuando la iglesia ya ha sido establecida, el Espíritu Santo nos presenta un vívido
retrato de ella.
Este cuadro de la iglesia nos ayuda a visualizar las principales características de ella. Ya no
tenemos que estar preguntándonos cómo es en realidad la iglesia que Jesús estableció.
Examinemos detenidamente los principales rasgos de la iglesia en el cuadro que de ella pinta
Lucas en Hechos 2:
Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el
partimiento del pan y en las oraciones.
Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los
apóstoles.
Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; y vendían
sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada

1.4. EJEMPLO NEO TESTAMENTARIO DE LA PALABRA IGLESIA.


Aunque en las siguientes citas bíblicas no aparece el término "ekklesia", sí aparece el
concepto en diferentes formas.
A. COMO UN CAMBIO DE ESTADO.
1. Jn. 15:19 - Yo os elegí del mundo.
2. Hech. 26:18 - De las tinieblas a la luz.
3. Col. 1:13 - Trasladado al reino de Su amado Hijo.
4. I Pe. 2:9 - De las tinieblas a Su luz.
B. COMO UN LLAMAMIENTO.
1. Ro. 8:30 - A los que llamó.
2. II Tes. 2:14 - Os llamó mediante nuestro Evangelio.

C. COMO UNA SEPARACION.


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1. Hech. 2:40 - Sed salvos de esta perversa….


2. II Co. 6:17 - Salid de en medio de ellos.
D. COMO PERTENENCIA AL SEÑOR.
1. I Pe. 2:9 - Linaje escogido... pueblo adquirido por Dios.
2. Ef. 5:25 - Para rescatar a Su Iglesia.
3. Fil. 3: 20-21 - Ciudadanía celestial.
4. Tít. 2:14 - Redimirnos... un propio pueblo
E. COMO UNA REUNION.
1. I Co. 14:26 - Os reunís como iglesia.
2. Hech. 12:12 - Estaban reunidos orando.
III. CONCEPTO LOCAL DE LA PALABRA IGLESIA.
A. I Corintios 1:2 - La iglesia que está en Corinto.
B. Romanos 16:5 - La iglesia que está en su casa.
IV. CONCEPTO UNIVERSAL DE LA PALABRA IGLESIA.
A. Mateo 16:18 - Edificaré Mi Iglesia.
B. Efesios 1:22 - Lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la Iglesia.
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Segunda Unidad:

CONCEPTO E IMPORTANCIA DE LA ADMINISTRACIÓN DE LA


IGLESIA LOCAL.

Objetivos Específicos

1. Manejar los conceptos administrativos a través del estudio consiente y disciplinado.


2. Reflexionar sobre la importancia y propósitos de la administración Eclesial.
3. Analizar la buena administración y su incidencia positiva en el desarrollo de la Iglesia.
_________________________________________________________________________
Al concluir esta unidad, los y las estudiantes estarán en capacidad de:
Entender y explicar que la Iglesia de Jesucristo está fundada sobre bases administrativas, que El
sentó las bases de dicha Organización, donde él es el administrador por excelencia.

2.1. Conceptos Administrativos.

A. Liderazgo
El emprendedor quiere crear, lograr, movilizar personas e ideas para cumplir las metas
trazadas, pero también debe motivarlas para que lo hagan con entusiasmo y disposición. Es
necesario que tenga habilidades organizacionales, que sepas cómo llegar a tus colaboradores
y posibles clientes. Debes convencer e influenciar para concretar negocios.

B. Plan
Es desarrollar un proyecto definiendo, objetivos, estrategias, responsables y recursos, con el
fin de ejecutar acciones para lograr resultados; y está elaborado en un escrito donde
planteamos los pasos a desarrollar con sus tiempos y recursos dentro de una organización
definida.
C. Planificación
Es el proceso de establecer las ideas para definir el futuro de la empresa, determinar las
acciones que se deben tomar para el logro exitoso de los objetivos. Todos los procedimientos
han de definirse previamente. Planear te ayudará a analizar e investigar todas las situaciones
posibles. No olvides realizar un plan de negocios.
D. Organización
La estructura de la empresa debe estar bien coordinada para alcanzar las metas planificadas.
Definiendo las tareas y responsabilidades de cada colaborador o del propio emprendedor. Los
recursos y las acciones deben ser organizados mediante estrategias previamente definidas.
Establece una rutina diaria o cronograma en una agenda.
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E. Control
El administrador busca controlar. El emprendedor debe desarrollar el auto control ante
situaciones difíciles para poder dirigir a sus colaboradores y mantener la calma cuando las
cosas no resulten como se espera. También debes supervisar las tareas que desempeñas y
las del resto del equipo, para hacer ajustes o correcciones cuando sea necesario.
F. Coordinación
La sincronización entre las ideas, actividades y recursos materiales, financieros, humanos, es
fundamental para obtener los resultados esperados. Las organizaciones que establecen
metas altas, requieren un mayor nivel de coordinación para alcanzarlas. En el caso de los
emprendedores, es necesario dar seguimiento a todas las acciones para descartar las no
favorable y conservar las positivas. El contacto con clientes y socios ayudará a establecer
relaciones más sólidas y de valor.
G. Creatividad: Cómo hacer lo mejor con los recursos disponibles debe ser el mantra de
cualquier emprendedor. El ingenio y la inspiración son cualidades indispensables porque
suelen existir muchas limitaciones y debes aprovechar lo que tienes a tu disposición para
generar ideas.
H. Perseverancia: Los obstáculos siempre estarán a la orden del día y debes aprender a lidiar
con ellos. Construir un negocio exitoso requiere tiempo. Es como una pequeña planta a la que
debes regar para que crezca. Si no tienes la capacidad y fortaleza para sobrellevar esto, no
podrás salir adelante con tu negocio.
I. Objetivo: Se refiere a los fines propuestos en una actividad, proyecto o programa
determinando en el ámbito empresarial, la expresión organizacional de la orientación a dar en
los procesos, la planificación de acciones y está totalmente ligado con la medición de
resultados.
J. Política: Es el ejercicio del poder en la organización en relación con unos intereses
definidos para lo misional. La política requiere enmarcarse en una actividad en procura de
obtener poder, retenerlo, ejercitarlo con miras al logro de un fin. Una política es de obligatorio
cumplimiento ya que se constituye en norma de actuación organizacional.
K. Meta: La meta de un proyecto es el punto final alcanzado, puede proyectarse a corto,
mediano o largo plazo, la meta es la cuantificación del objetivo que se pretende alcanzar en
un tiempo determinado y con los recursos necesarios, de tal forma que permita medir la
eficacia en el cumplimiento de un programa o proyecto.
L. Estrategia: Estrategia es la determinación de los objetivos básicos a largo plazo de una
empresa, la adopción de los cursos de acción y la asignación de los recursos necesarios para
su cumplimiento, se vale de relaciones y acciones especiales, entre el medio ambiente interno
y externo de la empresa. La estrategia está recogida en el marco definido por la misión, visión,
objetivos, filosofía, principios y valores de una empresa; es decir, debe ser coherente y
pertinente al direccionamiento de la empresa o del proceso a abordar.
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M. Administración: Es el proceso de planificar, organizar, dirigir y controlar el uso de los


recursos y las actividades de trabajo con el propósito de lograr los objetivos o metas de la
organización de manera eficiente y eficaz.
Desglosando ésta respuesta en términos sencillos, diremos que la administración:
A. Es todo un proceso que incluye (en términos generales) planificación, organización,
dirección y control para un adecuado uso de los recursos de la organización (humanos,
financieros, tecnológicos, materiales, de información) y para la realización de las
actividades de trabajo.
B. Tiene el propósito de lograr los objetivos o metas de la organización de manera
eficiente y eficaz; es decir, lograr los objetivos con el empleo de la mínima cantidad de
recursos.
2.2. Importancia y Propósitos de la administración Eclesial.
Importancia de la administración en la Iglesia
La importancia de la administración, está en que imparte efectividad a los esfuerzos humanos.
Ayuda a obtener mejor personal, equipo, materiales, dinero y relaciones humanas. Se
mantiene al frente de las condiciones cambiantes y proporciona previsión y creatividad. El
mejoramiento es su consigna constante.
A lo largo de la mayor parte de nuestra existencia pertenecemos a una organización u otra.
Por consiguiente, un elemento básico de toda organización o iglesia es su META o propósito.
La meta puede cambiar (entretener al público), pero sin una meta, ninguna organización
tendría razón de ser.
Además, todas las organizaciones e iglesias tienen un programa o método para alcanzar las
metas; es decir, un plan. El plan puede referirse al ejercicio de las habilidades para un juego, a
ensayar cierto número de veces antes de cada actuación, o a fabricar y anunciar un producto.
Es decir, sin un plan de lo que debe hacer una organización o iglesia, ninguna podrá ser
efectiva.
La administración consiste en darle forma, de manera consciente y constante, a las iglesias.
Todas cuentan con su pastor o líder para alcanzar las metas y este estudio trata de cómo se
administran las iglesias. En concreto, de cómo los pastores pueden servir a sus iglesias para
establecer y alcanzar sus metas. En este proceso, los pastores pueden marcar el tono,
influyendo en la actitud que adoptan los feligreses ante su iglesia.
Puntos de importancia de la administración:
A continuación presentamos una lista completa de todos aquellos beneficios que ofrece la
administración y que dan lugar a su importancia para las organizaciones.
* Crea y ejecuta conocimiento relevante sobre la forma correcta de uso y optimización de los
recursos con que se cuente para operar una organización.
* Otorga efectividad a los esfuerzos humano.
* Permite el crecimiento sustentable de las organizaciones.
* Genera información relevante sobre la forma correcta de tratar los recursos con que cuenta,
sobre todo de los recursos humanos que son un elemento indispensable en cualquier
organización y deben ser cuidados
* Mide el desempeño y crea información relevante para realizar los cambios pertinentes que
mejoren la operación de las organizaciones.
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* Reduce costos de operación.


Propósitos de la administración
A.- Proveer más y mejores líderes para un desarrollo mejor de las actividades.
1.- Diógenes (IV a.C.) buscaba un hombre
2.- Cristo dijo: “Los obreros son pocos”
3.- La falta de líderes es la causa de crisis tanto en las empresas como en las iglesias y por
ende en la sociedad.
4.- Tipos de líderes en la administración
a.- el que jala la carreta por sí mismo y lleva al grupo donde él quiere
b.- el que deja que los demás lo hagan mientras él va sentado cómodamente
c.- el que instruye y anima a los demás haciéndoles trabajar como si la iniciativa fuera de
ellos; nadie piensa que se está haciendo lo que el líder desea, pero en efecto así es.
5.- El líder nace y se hace
B.- Lograr más armonía entre los elementos de la iglesia o asociación
Los tres factores indispensables para la unidad son:
a.- comunicación entre individuos
b.- voluntad de servir
c.- un propósito y objetivo común que unifique los esfuerzos de todos.
C.- Desarrollar en el mundo un programa integral

 Predicar
 Enseñar
 Pastorear
 Administrar

2.3. La buena Administración incide positivamente en el desarrollo de la Iglesia.

Aunque la administración es considerada como una fase o expresión del ministerio como
enseñar y predicar, la administración tiene un impacto en todo lo demás que hace la
congregación. Si no se alcanza el presupuesto, si no se abre el templo para los servicios, si
no se encienden las luces, nadie se quedara para escuchar al predicador. Si no se paga la
propiedad, no habrá donde reunirse para orar ni para la joven pareja que va a ser aconsejada
y casada por el pastor. La administración hace posible que se lleven a cabo la mayoría de las
otras fases del ministerio.

Afecta porque la administración es una necesidad en la Iglesia pero también es una realidad,
La administración es necesaria para traer eficiencia, orden y organización al trabajo de la
Iglesia para que todos los recursos incluyendo recursos humanos sean usados efectivamente
para alcanzar logros significativos en el reino y es una necesidad por que el ministerio no se
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puede hacer, sin una buena estructura organizacional, planeamiento, y supervisión


administrativa.

Dios está obrando maravillas en nuestros días, nuestras iglesias están creciendo, el desafío
es muy grande, pero también lo es la responsabilidad de organizarlas en forma tal que todo se
haga decentemente y con orden. Cada día hay más personas, más recursos, más obras qué
hacer, más necesidad de administrarlas

A fin de hablar un mismo idioma, al tratar este tema quisiera definir la administración en la
Iglesia como el ordenamiento de todos los recursos de la congregación de tal manera que
esta cumpla su misión. Cuando hablamos de administración no sólo debemos pensar en la
parte económica, sino también en los recursos materiales, humanos y espirituales. Somos
administradores (1 Co. 4,1-2) del Evangelio y seremos fieles en la medida que usemos todos
los recursos en forma sabia para lograr ese fin.

En esto hay dos peligros: 1) Ser tan organizados que no demos lugar a la obra del Espíritu
Santo y, 2) que seamos tan místicos que dejemos todo a la dirección de Dios y procedamos
sin planes. Esto, aparte de traer confusión, nos hará perder tiempo y recursos. Tendremos
menos efectividad en nuestra misión como Iglesia. El secreto está en el equilibrio, en una
administración guiada por el Espíritu Santo.

2.4. La iglesia, administradora del plan de Dios


«Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos.» (Hechos 2.47b)
«...para que la multiforme sabiduría de Dios sea ahora dada a conocer por medio de la iglesia
a los principados y potestades en los lugares celestiales, conforme al propósito eterno que
hizo en Cristo Jesús nuestro Señor, en quien tenemos seguridad y acceso con confianza por
medio de la fe en él» (Efesios 3.10-12)
Los mismos textos paulinos se refieren al destino del hombre elegido y llamado a ser hijo
adoptivo de Dios, no sólo en la dimensión individual de la humanidad, sino también en la
comunitaria. Dios piensa, crea y llama a sí a una comunidad de personas. Este designio de
Dios es enunciado más explícitamente en un paso importante de la carta a los Efesios: 'Según
el benévolo designio que en él [Cristo] se propuso de antemano, para realizarlo en la plenitud
de los tiempos: hacer que todo tenga a Cristo por Cabeza, lo que está en los cielos y lo que
está en la tierra' (1, 9.10). Así, pues, en el designio eterno de Dios la Iglesia como unidad de
los hombres en Cristo-Cabeza se inserta en un plano que abraza a toda la creación .se podría
decir, en un plano 'cósmico', el de unir todas las cosas en Cristo-Cabeza. El primogénito de
toda la creación se convierte en el principio de 'recapitulación' de esta creación, para que Dios
pueda ser todo en todo' (1 Cor 15, 28). Cristo, por consiguiente, es la clave de lectura del
universo.
La Iglesia, cuerpo viviente de quienes se adhieren a él como respuesta a la vocación de hijos
de Dios, está asociada a él, como participe y administradora, en el centro del plan de
redención universal.
El plan de Dios se indica lo más sucinto posible en los primeros tres capítulos de Efesios.
Pablo habla de “la voluntad de Dios" (Ef. 1:1), “el buen propósito de su voluntad” (Ef. 1:5), “el
misterio de su voluntad conforme al buen propósito, que de antemano estableció en Cristo”
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(Ef. 1:9). Pablo dice en varias ocasiones que Dios “nos eligió,” “nos designó” y “nos
predestinó” según su voluntad.
Observe especialmente Efesios 1:10: “con miras a una buena administración en el
cumplimiento de los tiempos, es decir, de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que están
en los cielos, como las que están en la tierra.”(Biblia de las Américas)
Acá Pablo ve el plan de Dios como una estrategia cósmica que tiene que ver con toda la
creación. El plan de Dios es “reunir en él todas las cosas, tanto las del cielo como las de la
tierra” (Ef. 1:10). Cinco veces en Efesios Pablo habla de “las regiones celestiales.” Dios es el
“Padre de todos, que está sobre todos y por medio de todos y en todos,” y Cristo “ascendió
por encima de todos los cielos, para llenarlo todo [el universo entero].” (Ef. 4:6,10).
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Tercera Unidad:

BASES BÍBLICAS Y TEOLÓGICAS DE LA ADMINISTRACIÓN


ECLESIAL.

Objetivos Específicos

Analizar las bases bíblicas y teológicas de la administración eclesial.

Al concluir esta unidad, los y las estudiantes estarán en capacidad de:

1. Analizar los fundamentos bíblicos y teológicos de la administración eclesial.


2. Debatir a la luz de la Biblia las cualidades y requisitos que debe poseer un administrador de la
Iglesia.

La Biblia nos enseña del interés de Dios por el uso apropiado de sus recursos. Como sus
siervos, somos responsables del cuidado y adecuada distribución de sus recursos materiales,
financieros, humanos y espirituales.
En el evangelio Según San Mateo 25:45-51 nos da una clara lección cuando un siervo o
administrador usa mal los recueros, o no toma en serio sus responsabilidades.
La Biblia tiene mucho que decir acerca de la Administración y el uso apropiado de las
posesiones de Dios. Por lo tanto, es necesario ver la perspectiva Bíblica sobre el tema. No
es posible comprender o ejercer la administración si no se logra comprender cuál es la
posición del hombre sobre la tierra ¿dueño o administrador?
Estos recursos le guiarán ver la Administración como una herramienta creativa para cuidar lo
que Dios ha puesto en su vida.

De Jehová es la tierra y su plenitud, el mundo, y los que en él habitan. Porque el fundó


sobre los mares y la afirmo sobre los ríos.
(Salmo 24: 1 – 2)

3.1. Los fundamentos de la Administración desde la Biblia.


La iglesia está fundada sobre bases administrativas a la luz de las sagradas escrituras.
El administrador por excelencia Cristo; sentó las bases de una organización universal. La
técnica de la acción concentrada se ve en que, aunque el Señor predico y llamo a las
multitudes, escogió un pequeño grupo de doce para comisionarles la continuidad de la obra
que él había iniciado.
Pablo en la carta a los Corintios enfatiza que el siervo de Dios debe ser un buen administrador
“se requiere de los administradores que cada uno sea hallado fiel” en este pasaje se
establecen tres hechos:
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Primero, que para ser administrador de los misterios de Dios es necesarios es un servidor.
Segundo, que los misterios de Dios es decir, la iglesia con todos sus factores divinos y
humanos es un cuerpo administrable.
Tercero, que el requisito por excelencia para participar en la administración es la fidelidad.
El fundamento básico sobre el cual descansa la administración eclesial es un claro
entendimiento de la fe cristiana y de la misión de la iglesia. Tal entendimiento es esencial,
porque el único objetivo de la administración eclesial es el cumplimiento del propósito de la
iglesia. Los estudios bíblicos, históricos y teológicos señalan los objetivos de la administración
eclesial y proveen la metodología aceptable para avanzar hacia el logro de los mismos.
La administración eclesial es ministerio, no métodos. Debe estar orientada hacia la persona,
puesto que la misión de la iglesia es dar a conocer el amor de Dios a todas las personas.
La administración eclesial debe procurar ser una disciplina del Espíritu Santo para hacer que
el amor de Dios sea una realidad en la vida de las personas, individual y socialmente. Esto
significa que la administración eclesial, correctamente entendida, posee una cualidad viva y
dinámica.
La administración eclesial es una ciencia, una arte y un don. Como ciencia, la administración
eclesial involucra procedimientos y técnicas que se pueden aprender a través del estudio y la
práctica. Como arte, la administración requiere sensibilidad relacional, intuición y sentido del
tiempo. Este arte no puede simplemente aprenderse, sino que debe estar basado en la
personalidad de los líderes y en su deseo de desarrollar personas y organizaciones. Como
don, la administración se desarrolla espiritualmente, y en muchos pasajes bíblicos se
menciona como requisito de los líderes que atienden las necesidades generales de sus
subordinados, y que a su vez viven en subordinación al Maestro, Jesucristo.
Realicemos un análisis de algunos pasajes bíblicos que son el fundamento de la
administración cristiana.
Ejemplos: En la Biblia se haya valiosos ejemplos de Administración.

En el A.T
En la creación, Dios demuestra su omnisapientísima habilidad administrativa, planeando,
organizando y ejecutando y evaluando cada etapa creativa realizada. Dios vio que todo era
buena en gran manera (Gén. 2:31). 2)

En el Éxodo también se aprecian ejemplos de una excelente administración. El caso del


consejo de Jetro suegro de Moisés que le recomienda seleccionar hombres de virtud (ver Ex.
18:13-22).

Organización de los campamentos y el tabernáculo.


En el Nuevo testamento tenemos el gran ejemplo de administración por excelencia: A Jesús.
El Señor Jesús escogió a un pequeño grupo de doce para comisionarles la continuidad de la
obra que Él había empezado (Marcos. 3:13-13; Lucas. 16:13; Juan 20:21).
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Jesús estaba más interesado en preparar y comisionar a unos pocos que en impresionar a las
multitudes.
Otros ejemplos en el N.T
Dirigiéndose a la Iglesia de Corinto (1 Cor.4:1-6), San Pablo les dice:
1 Así, pues, téngannos los hombres por SERVIDORES de Cristo, y
ADMINISTRADORES de los MISTERIOS de Dios.
2
Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado FIEL.
3
Yo en muy poco tengo el ser juzgado por vosotros, o por tribunal humano; y ni
aun yo me juzgo a mí mismo.
4
Porque aunque de nada tengo mala conciencia, no por eso soy justificado; pero el
que me juzga es el Señor.
5
Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual
aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los
corazones; y entonces cada uno recibirá su alabanza de Dios.
6
Pero esto, hermanos, lo he presentado como ejemplo en mí y en Apolos por amor
de vosotros, para que en nosotros aprendáis a no pensar más de lo que está
escrito, no sea que por causa de uno, os envanezcáis unos contra otros.
Realicemos un ligero análisis exegético de los términos claves que utiliza Pablo y que los
pusimos en mayúsculas en esta perícopa o párrafo dirigido a la Iglesia de Corinto. San Pablo
destina todo el capítulo 4 de Primera Corintios para exhortar a los ADMINISTRADORES, que
los considera como SERVIDORES Y ADMINISTRADORES, tanto de Cristo como de los
misterios de Dios.
En el versículo 1, Pablo comienza utilizando el término SERVIDORES, la forma griega que
utiliza es:   (jypherétas Cristu), es decir: subordinado de Cristo. Pablo
utiliza el término jypherétas asociado al término   (oikonómus= administrador),
término que a su vez procede de dos raíces griegas:   (oikos) que significa CASA, y de
 (nomos) que significa LEY. Desde el contexto helénico, el Mayordomo era la persona
que establecía Ley en la Casa. Cuyo concepto no está divorciado de lo que vimos
anteriormente desde el latín, que el MAIOR DOMUS. El mayor, el grande en edad y
experiencia para gobernar o administrar el Domus, la Casa. Sin embargo, para San Pablo, el
oikonómus o el que establece ley en la casa (administrador), debe ser un jypherétas, es
decir, debe estar subordinado a Cristo. El término griego jypherétas tiene un sentido muy
amplio, se refiere a estar subordinado a, se aplicaba a los remeros de barcos, a los
servidores y a toda persona que estaba bajo autoridad. Pablo se lo aplica así mismo.
A criterio de San Pablo, el mayordomo, concepto nuevo en la iglesia cristiana primitiva, debía
tener la característica de estar sujeto o subordinado a Cristo, esta característica estaba
asociada al requisito de ser mayordomo, pero al mismo tiempo era superior a los
conocimientos de administración de una casa. Este concepto no sólo se aplicó a la casa de
los aristócratas, sino también a la Iglesia del Señor. Por ello, Pablo dice a la iglesia de
Corinto que sean Servidores de Cristo y Administradores de los MISTERIOS de Dios.
¿Cuáles son los Misterios de Dios? En Teología Propia hemos entendido que los Misterios de
Dios es toda aquella acción de Dios que trasciende infinitamente las capacidades de
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conocimiento del ser humano. Pero también es cierto que Dios mismo ha querido que
el ser humano lo conozca en esta vida, aunque sea de forma limitada. Por ello, Dios se
ha revelado a sí mismo en la creación y en todo lo visible –que es la revelación natural
que el hombre puede descubrir por su sola razón, sin necesidad de la fe. Pero de forma
más teológica, más profunda y completa por medio de la fe en la revelación
sobrenatural en la historia de la salvación, que alcanza su cúspide definitiva en el Dios
con nosotros, Jesucristo.
En el versículo 2 Pablo agrega otro requisito para los administradores que consiste en que
deben ser fieles. Se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado FIEL. La
forma griega que utiliza Pablo es:   (jina pistós tis jeurethe), que
significa: que cada uno sea hallado fiel. Utiliza la forma gramatical del primer aoristo del
subjuntivo en voz pasiva del verbo (jeurisko), lo que implica que para ser administrador, la
fidelidad es la condición necesaria en todas las relaciones humanas y en el manejo del
dinero y en la administración de todas las cosas dentro de la casa (dentro de la iglesia)
y fuera de ella, algo así como en el caso de los empleados bancarios o en otras
situaciones que se requiere de extrema confianza.
Luego, en los versículos del 3 al 6, San Pablo se dedica a aclarar algunas situaciones tanto
personales como de Apolos, ambos en calidades de administradores del Señor. El contexto
histórico de 1 Corintios capítulo 4, que aborda el tema de los administradores, se refiere al
caso de que muchos administradores eran acusados en los tribunales porque sustraían o
robaban dinero o bienes del dueño o amo. Por ello, trasladado el concepto de administrador a
la Iglesia Cristiana, Pablo es enfático al exhortar que los administradores debían ser
SERVIDORES y ADMINSTRADORES, pero también debían ser FIELES, a fin de que dentro
de la iglesia no se repita lo que con frecuencia sucedía con administradores seculares,
que eran acusados en los tribunales como ladrones.
El Concepto básico y fundamental de la Administración eclesial está intrínsecamente asociado
a la ÉTICA CRISTIANA, que se fundamenta en el reconocimiento de que todos los bienes
provienen de Dios y deben ser usados para su gloria, honra y que se aplica por igual a
todo tipo de bienes, ya sea dinero, tiempo, dones, talentos u oportunidades de servicio
en la obra del Señor. David asevera en el Salmo 24: “De Jehová es la tierra y su plenitud, el
mundo y los que en él habitan” (Sal.24:1). No solamente el globo terráqueo es de Dios, sino
también todos los seres vivos animales y personas que habitamos en él.
El ejercicio de la administración, desde una perspectiva cristiana presupone la justicia. “El
significado de la administración eclesial es que los pobres tengan iguales derechos a los
recursos de Dios (Dt. 15:8–9). El sentido de la transformación es que, como administradores
de los abundantes regalos de Dios, hagamos justicia, luchando juntos por medio de la
oración, el ejemplo, la representación y la protesta para tener los recursos redistribuidos y se
limiten las consecuencias de la avaricia (Hchs. 4:32; (Hchs. 5:11)”.
A la iglesia se le ha dado la más grande y más importante administración que el mundo haya
conocido jamás: La salvación. Dios ha encomendado a la iglesia dar a conocer el evangelio
al mundo, pero los y las mayordomos/as responsables de la proclamación del Evangelio de
Jesucristo deben ser SERVIDORES/AS de Cristo y ADMINISTRADORES/AS de los Misterios
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de Dios, pero todos y todas deben ser FIELES. El Señor dueño de la Iglesia requiere expandir
su Reino, pero con personas que le demuestren CONFIANZA plena.
Trabajo en Equipo:

En clase analice el texto bíblico: Mateo 25:21-23. Analizar aquí: 1) por qué el Señor asignó
cantidades diferentes, 2) por qué el Señor se fue y dejó a las personas con las
cantidades de talento asignado, y 3) en términos de mayordomía de los bienes, qué
significan las palabras del Señor: Bien, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel,
sobre mucho te pondré. Entra en el gozo de tu Señor.

Hace unos 20 o 30 años atrás, la vida cristiana evangélica era más genuina, de mayor
entrega, se evidenciaba mayor amor por la obra del Señor, la gente trabajaba arduamente en
la iglesia, se levantaban muchísimos campos misioneros, había gran cantidad de hombres y
mujeres dispuestos/as a trabajar en la obra del Señor. En los campos la gente iba caminando
bajo sol o lluvia a las actividades de la iglesia, y los trayectos de camino eran muy largos y
lodosos, pero la gente iba muy contenta.

En el contexto postmoderno en que estamos viviendo, se puede observar con demasiada


facilidad que los y las evangélicos/as de hoy, CARECEN DE CONCIENCIA EVANGÉLICA, ya
no se ve aquella ferviente fe, entrega, alegría y disposición al trabajo en la obra del Señor.
¿Dónde está la administración de la Iglesia de hoy? ¿Será que la administración solamente
la entendieron y vivieron en plenitud los y las cristianos/as de aquellos tiempos? ¿Qué hará el
Señor con sus administradores de hoy que al parecer ya no se consideran SERVIDORES de
Cristo, ni ADMINISTRADORES de los misterios de Dios, ni mucho menos practicantes de la
FIDELIDAD? En mi tiempo de juventud mucho se hablaba en la iglesia de poner en práctica
los doces espirituales y los talentos. Hoy, ni siquiera los pastores hablan de dones y talentos.

Trabajo Individual:

Analizar algunos fundamentos de la Administración Eclesial que deben ser aplicados en los y
las administradores/as del Señor en la Iglesia de hoy. A continuación se presentan unos
textos bíblicos que abordan algunos fundamentos de la administración Eclesial.

 2 Corintios 8:12.
 Lucas 16:8.
 Lucas 12:42-44.
 Lucas 12:
 1 Corintios 4:2.
 2 Corintios 8:21.

3.2. Papel, Cualidades y requisitos de los administradores a la luz de la Biblia.


Papel del Administrador.
Una manera para definir la administración es decir que se trata de un procedimiento gerencial
o arreglo de supervisión para el cumplimiento de una responsabilidad o el logro de una meta
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En la Biblia, se usa la palabra hebrea pequddah' en 1Crónicas 26:30 para referirse al término
administración. Según la enciclopedia de expresiones Bíblicas "Perspicacia en cuanto a las
Escrituras", la raíz de este término proviene de una expresión que significa "dar atención
a". Asimismo, en Ruth 1:6, se usa esa misma palabra para referirse a la supervisión, con la
acepción: "al cuidado de". Otras referencias sobre el uso del concepto "Administrador" en la
Biblia, pueden encontrarse en los siguientes textos: 2 Crónicas 24:11; Números 3:32 y 2
Reyes 11:18. En todos los casos, la aplicación se relaciona con administrar recursos,
supervisar, dar atención a una asignación o estar al cuidado de algo.
Mucho se ha discutido sobre el rol del Administrador en las organizaciones. La definición de
su papel en la empresa moderna es todavía un tema candente, sobre todo si se consideran
los cambios que a nivel estructural y orgánico están sufriendo las organizaciones.
¿Es el Administrador sólo un supervisor o debe ser un líder? ¿Debe él tomar todas las
decisiones? ¿Su motivación es el poder o el logro? ¿Debe tener siempre el control o debería
dar participación a sus subordinados? ¿Debe orientarse hacia la tarea o hacia las relaciones?
¿Tiene que ocuparse del día a día o su responsabilidad principal son los asuntos
estratégicos? ¿Su función es controlar o facilitar? ¿Debe ejercer el poder o la influencia?
¿Qué cualidades necesita para ser un gerente efectivo? Todas estas son las interrogantes que
surgen al momento de abordar el tema del gerente.
¿Qué dice la Biblia respecto al papel del Administrador?
Como ya se ha explicado, en la Biblia se usa la palabra administrador para referirse al hombre
que tenía un puesto de responsabilidad como encargado de algún comercio, alguna propiedad
o bienes, o tenía otras personas bajo su supervisión. Por eso en muchos casos, para referirse
al gerente en la Biblia se habla del Superintendente.
En las Escritura Griegas Cristianas o Nuevo Testamento, el término griego para
superintendente, epískopos, se usa en Hebreos 12:15 con el significado de "vigilar
cuidadosamente". También se usa el sustantivo episkopé, que significa "puesto de
superintendente" (1 Timoteo 3:1).
Un superintendente era alguien que atendía ciertos asuntos o a ciertas personas, haciendo
visitas, inspeccionando y efectuando nombramientos. La Enciclopedia "Perspicacia" dice que
el término griego para superintendencia tiene la idea inherente de supervisión protectora.
Desde la antigüedad hebrea era común el uso de superintendentes (Administradores) para
dar atención a los asuntos de interés político, comercial, civil, militar y religioso.
Los capítulos 23 a 27 del libro Primero de las Crónicas, en las Escrituras Hebreas,
muestran los muchos y diversos puestos y sistemas de Administración que existían durante el
reinado de David, tanto con respecto al sacerdocio del Templo en Jerusalén como a la corte
real, incluidas cuestiones económicas y militares.
La profecía que aparece en el libro del profeta Isaías (60:7) hace una comparación entre los
"superintendentes" y "los que asignan tareas". Este hecho muestra cómo el administrador no
centraliza las decisiones y tareas en sí mismo, sino que puede asignar trabajo a otros, así
como supervisar y velar por los intereses de aquellas personas o cosas confiadas a su
cuidado.
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En la congregación cristiana, el uso de Administradores para supervisar el trabajo eclesial


queda de manifiesto en la siguiente exhortación que en su tiempo hiciera el apóstol Pablo a
los hombres que habían sido nombrados en puestos de responsabilidad en la congregación
de Éfeso, en Asia menor:
"Presten atención a sí mismos y a todo el rebaño, entre el cual el espíritu santo los ha
nombrado obispos, para pastorear la congregación de Dios" (Hechos 20:17,28)
(gr. epískopos, "supervisor", "el que supervigila", ‟Superintendenteˮ, ‟Administradorˮ). Como
se lo usa en el NT, este término generalmente se refiere a la persona que sirve como
"supervisor", "superintendente" o "guardián" de una iglesia. Una vez (1 P. 2:25) se lo usa para
Cristo como guardián de las almas. Los "guardianes" o "supervisores" de Hech. 20:28 son
llamados "ancianos" (gr. presbúteros).
No había una cantidad fija de superintendentes o "administradores". Su número dependía de
los varones capacitados y reconocidos como "ancianos" que hubiera en una congregación
dada. Filp. 1:1, en el Nuevo Testamento, da a entender que no había un superintendente, sino
que se trataba de un cuerpo que combinaba sus esfuerzos para superentender los asuntos de
la congregación.
En su obra Epíscopos y Presbyteros, el profesor Manuel Guerra y Gómez apunta lo siguiente
a este respecto: "Desde luego epíscopos en el protocolo de la epístola a los Filipenses no
supone una autoridad monárquica; es más bien un término que nombra a las personas de
evidente estructuración plural y colegial encargadas de la dirección y del gobierno de la
comunidad cristiana de la ciudad de macedónica".
Este es un dato importante porque revela cómo el modelo Bíblico de administración se
adelantó a la práctica gerencial moderna en su esfuerzo por administrar en equipo, de manera
interfuncional.

Cualidades de un buen administrador:

A. Un buen administrador es Fiel:

“Ahora bien, se requiere de los administradores, que cada uno sea hallado fiel. 1 Co 4:2
Tiene la confianza del dueño. Hace exactamente lo que su patrón le dice. Podríamos decir
que la fidelidad es el comportamiento correcto del administrador en relación con su amo. La
fidelidad depende de una obediencia diaria a lo que Dios nos ha dicho que hagamos. La
obediencia a los mandamientos de la Escritura, la persistencia en reclamar las promesas de la
Palabra de Dios, la consagración diaria para andar en la luz y permanecer en Cristo,
permitiendo que Su Palabra more en nosotros, son las cualidades de un administrador fiel. No
administra los bienes basándose en sus gustos o caprichos, sino en el amor, la fidelidad y la
obediencia a su Señor.
B. Un administrador Fiel es Digno de Confianza:
La integridad es la conducta correcta del mayordomo en relación con otras personas. La virtud
más importante en la vida es la integridad. Como buenos mayordomos, nuestra reputación,
nuestro carácter, la confianza que nos merecen los demás y nuestra integridad, deben estar
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por encima de todo interés personal. Si las personas pueden observar las buenas cosas que
hacemos como mayordomos de Dios, probablemente alabaran al dueño (Mateo 5:16)
C. Un Buen administrador es Sabio:
Sgo. 1:5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada. No te engañes, Dios sabe cuando estamos
malgastando las posesiones, y cuando las usas para Su Gloria. Haga una reflexión y
evaluación personal y pida al Espíritu Santo a que le ayude a invertir su vida donde tenga los
mejores resultados para Su gloria. Necesitamos mucha sabiduría para administrar
correctamente. Podemos ser como José, que todo lo que hacía prosperaba.
D. Un Buen administrador es Fructífero:
La medida de un buen administrador es el fruto de lleva (Mt 25:14-29). Un administrador fiel
escudriña sus oportunidades e invertirá lo que Dios le ha dado, de tal manera que produzca
los mejores resultados. Jesús dijo: los elegí a ustedes para que lleven fruto y vuestro fruto
permanezca (Jn 15:16-9). Recordemos que todo árbol que no da fruto es cortado.
E- Un administrador es Piadoso:
Un buen administrador también se preocupa en vivir una vida piadosa. La santidad es el más
elevado y glorioso atributo de Dios. La piedad personal comienza con nuestro nacimiento
dentro de la familia de Dios. Tenemos que saber que el administrador no solo administra los
bienes, también representa a su amo delante de los demás.
F.- un buen administrador
* Dedica diariamente un tiempo o estar en la presencia de Dios por medio del estudio Bíblico y
de la oración.
* Le obedecemos en todas las cosas y evitamos todo aquello que deshonra al Señor.
*Mantenemos las cuentas claras con Dios.
*Sabemos valorar lo que tenemos, sea poco o mucho.
Para ser un buen administrador tenemos que ordenar nuestra propia vida. Todo nuestro estilo
de vida debe reflejar el hecho de que somos responsables al Señor por el manejo de los
recursos de toda índole que El haya puesto en nuestras manos.
Requisitos:
La Biblia plantea los siguientes requisitos de interés para los Administradores:
A. Madurez de carácter
B. Libre de acusación
C. No un borracho, pendenciero
D. No ser ávido de ganancia (falta de honradez)
E. De juicio sano
F. Capacitado para enseñar
G. Que pueda exhortar y censurar
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H. No ser un golpeador
I. No ser terco, sino razonable
J. No ser belicoso ni propenso a la ira
K. Probado en cuanto a aptitud
Usted puede hallar estas y otras características del Administrador Bíblico en los siguientes
textos de las Escrituras Griegas Cristianas: 1 Timoteo 3:1-7, Tito 1:5-9
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Cuarta Unidad:

APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS Y TEORÍAS


ADMINISTRATIVAS AL CONTEXTO ECLESIAL.

Objetivos Específicos:

Aplicar al contexto Eclesial de hoy los principios y teorías administrativas que más se adecuen a
nuestra realidad para administrar de manera eficiente el trabajo en la Iglesia.

Al concluir esta unidad, los y las estudiantes estarán en capacidad de:


1. Analizar los principios y teorías administrativas con el propósito de aplicar eficazmente al
trabajo eclesial.
2. Aplicar al contexto Eclesial de hoy los principios y modelos administrativos que más se adecuen a
nuestra realidad para administrar de manera eficiente el trabajo en la Iglesia.

4.1. Principios de la Administración.


Principios de la administración.
El carácter científico de la misma, su universalidad y su misma existencia solo serán posibles
en la medida en que cuente con un cuerpo de conocimientos sistemáticamente ordenados y
esto es posibles cuando se carece de principios.
La proposición de Fayol de principios administrativos denota la experiencia y sensibilidad que
le hacían ver a la administración fundamentalmente como un fenómeno social que no admite
modelos rígidos y fatales: “la función administrativa no actúa más que sobre el personal” y
“empleare con preferencia la palabra principios, despojándola de toda idea de rigidez. No hay
nada de rígido ni absoluto en materia administrativa; todo es en ella cuestión de medida. No
hay que aplicar casi nunca dos veces el mismo principio en condiciones idénticas: es preciso
tener en cuenta circunstancias diversas y cambiantes, hombres igualmente diversos y
cambiantes y muchos otros elementos viables”.
“Los principios son flexibles y susceptibles de adaptarse a todas las necesidades. Se trata de
saber utilizarlos. Es un arte difícil que exige inteligencia, experiencia, decisión y mesura”.
1. Principio de la división del trabajo.
“producir más y mejorar con el mismo esfuerzo”. “la especialización de las funciones y la
separación de, los poderes”, sin embargo no adoptan una postura fanática ante el mismo,
antes bien advierte sobre sus peligros, “la división del trabajo tiene sus límites que en la
experiencia, acompañada del espíritu de medida, enseña a no franquear”.
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2. Principios de la autoridad – responsabilidad.


Fayol define al a autoridad como “el derecho de mandar y el poder de hacerse obedecer”,
señalando que la autoridad debe de ir siempre acompañada de la respectiva responsabilidad
debe ser investido de la correspondiente autoridad.
3. Principio de la disciplina.
Henry Fayol define la disciplina como “el respeto a las convenciones que tienen por objeto la
obediencia, la asiduidad, la actividad y las muestras exteriores de respeto”. Señalando que la
disciplina basada, en la unilateralidad y autocracia del patrón se va a ir deteriorando, dando
paso a convenciones entre “patrono o grupo de patronos y las colectividades obreras”.
4. Principio de unidad de mando.
“un agente no debe recibir órdenes más que de un solo jefe” Fayol rechazando la posibilidad
de “adaptación del organismo social a la autoridad de mando”, tratando en esta forma de
eliminar los problemas inherentes a la dualidad como son: la confusión, las fugas de
autoridad, de responsabilidad y el nacimiento del caos.
5. Principio de la unidad de dirección.
Se refiere más a un problema de estructura organizativa. Este principio pregona la importancia
de tener un solo jefe y un solo programa de acción para la solución de un problema,
“un cuerpo con dos cabezas es, en el mundo social, como en el mundo animal, un monstro.
Le es difícil vivir”. “un solo jefe y un solo programa para un conjunto de operaciones que
tiendan al mismo objeto”.
6. Principio de la subordinación del interés particular al interés general.
Es una muestra de la visión de Fayol, cuyo enfoque democrático, aunque quizá incipiente, se
adelantó a su época.
“el interés de una gente, o de un grupo de agentes, no debe prevalecer contra el interés de la
empresa”.
7. Principio dela remuneración del personal.
“La remuneración del personal es el principio del servicio prestado. Debe de ser equitativo y
que, en la medida de lo posible, de satisfacción a la vez al personal y al empresa, al patrono y
al empleado”.

Establece los distintos modos de retribución para el obrero y adiciona elementos como el pago
de primas, premios especiales e incluso participación en los beneficios.
El sistema de cálculo para el reparto de utilidades considera aspectos globales (días
trabajados y salarios devengados) que estandarizan las cantidades apagar, dejando a un lado
la verdadera participación que haya tenido cada trabajador, sus aportaciones, calidad en el
desempeño de sus funciones y otros aspectos, que quizá le hubieran hecho recibir con una
misma mejor, una cantidad mayor, o tal vez menor.
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8. Principio de la centralización.
No lo establece Fayol al nivel de una frase, sino más bien hace una serie de consideraciones
alrededor de él.
Son los principios de unidad de mando y de dirección los que condicionan en buena parte
esto.
Del carácter del jefe, de su valor, del valor de sus subordinados y también de las condiciones
dela empresa depende la parte de la iniciativa que conviene dejar a los intermediarios.
Se podría llegar a establecer así una relación:
Estilo democrático de dirección que busca más que subordinados, colaboradores; igual a
descentralización.
Estilo autocrático que conceptúe la dirección como privilegio y, por lo tanto, a los empleados
como meros agentes; igual a centralización. “Todo lo que aumenta la importancia del papel de
los subordinados es descentralización; todo lo que disminuye la importancia de ese papel es
centralización”.
9. Principio de la jerarquía.
Fayol nos habla de la jerarquía como la serie de niveles que existen desde la autoridad
suprema hasta los puestos de menor importancia. Entiende por vía jerárquica el camino que
siguen las comunicaciones pasando por todos los niveles de la organización desde o hacia la
máxima autoridad.
10. Principio del orden.
“un lugar para cada cosa y cada cosa en su lugar”, “un lugar para cada persona y cada
persona en su lugar”. El autor analizando busca lograr una armonía mediante la aplicación de
aspectos técnicos de organización, reclutamiento, etc.

11. Principio de la equidad.


Fayol considera que justicia significa la aplicación de reglas y normas establecidas, pero
considerando que por más precisas que pretendan ser nunca podrán abarcar todos los casos
que se presenten teniendo en cuenta que además de la aplicación se requiere sensatez,
experiencia y bondad. La equidad resulta de la combinación dela benevolencia con la justicia.
12. Principio de la estabilidad del personal
Fayol analiza los problemas derivados de una rotación excesiva de personal, analiza lo insano
que resulta preparar elementos que después se retiren dela organización, insiste en la
necesidad de permanencia y afirma que “un jefe de mediana capacidad que se mantiene largo
tiempo en su puesto es infinitamente preferible a otros jefes de elevada capacidad que no
hacen más que pasar por él”.
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13. Principio de la iniciativa.


“La libertad de proponer y la de ejecutar”, constituyen la fuente de las innovaciones y el
avance constante, dado que la iniciativa es fruto del intelecto. Fayol nos dice “concebir un
plan y asegurar su éxito es una de las más vivas satisfacciones que puede experimentar el
hombre inteligente”.
14. Principios de la factibilidad.
Lo que se planea debe ser realizable es inoperante elaborar planes demasiado ambiciosos u
optimistas.
15. Principios de la objetividad y cuantificación.
Cuando se planea es necesario basarse en datos reales, razonamientos precisos y exactos y
nunca en opiniones subjetivas, especulaciones, de cálculos abiertos.
16. Principios de unión del personal o espíritu de equipo.
“La unión hace la fuerza” es un dicho muy antiguo, pero en realidad es la única fórmula para
que un equipo de trabajo logre sus objetivos. La empresa debe trabajar al unísono, como una
sola alma y por un mismo objetivo. Cuando exista esa coordinación, seguramente estaremos
hablando de una organización en especial. La armonía y la unión entre personas constituyen
grandes fuerzas para la organización. Es necesario hacer uso de los controles para asegurar
un orden, pero no abusemos de ellos porque entonces lo único que lograremos será una
división de opiniones y, por ende, fomentaremos la división del personal.
El poder de la unión no se manifiesta sólo por los felices efectos de la armonía reinante entre
los elementos de una empresa. Los convenios comerciales, los sindicatos, las asociaciones
de todas clases desempeñan un papel considerable en el manejo de los negocios y, en
consecuencia, en la cohesión de sus elementos. Evitar las frustraciones del trabajador
también implica la creación de un equipo con espíritu.

4.2. Teorías de la administración.

Principales teorías administrativas.


1. Teoría clásica (1916) Su representante es Henri Fayol. Esta teoría tiene una perspectiva
estructuralista y su enfoque organizacional se centra exclusivamente en la organización
formal; tiene una aproximación normativa y prescriptiva. Su concepto de organización es el
de una estructura formal como conjunto de órganos, cargos y tareas. Concibe al hombre como
un homo económicus que percibe una remuneración por sus laborales. Busca la máxima
eficiencia.
2. Teoría científica: El representante es Frederick Taylor quien desarrolló esta teoría en 1903.
Esta teoría tiene una perspectiva que pone énfasis en las tareas y el enfoque organizacional
se centra en la organización formal exclusivamente. El método se centra en la
departamentalización. Su concepto de organización se basa en la sustitución de métodos
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empíricos por un método científico y se basa en tiempos y movimientos. Concibe al hombre


como un homo economicus y las aportaciones son los principios básicos de la administración
como: planeación, preparación, control y ejecución. El propósito de esta teoría es el aumento
de la eficiencia empresarial a través del incremento de la producción. Los incentivos vienen a
ser la remuneración por las labores del trabajador.

3. Teoría humanista: El representante es Elton Mayo, quien en el año 1932 elaboró esta teoría
desde una perspectiva conductista con enfoque en las relaciones humanas. Se basa en la
organización informal, aquella que subyace por fuera de la organización formal. Considera al
trabajador un hombre social, y las aportaciones es que estudia a la organización como grupos
de personas, la delegación plena de la autoridad, la autonomía del trabajador, la importancia
del contenido del cargo, las recompensas y sanciones sociales, el nivel de producción
depende de la integración social. Los incentivos principales del trabajador son los sociales y
los simbólicos. Los resultados son la eficiencia óptima.
4. Teoría del comportamiento: Su representante es Abraham Maslow quien en el año 1950
desarrolló esta teoría desde una perspectiva conductista. Estudia la organización formal y la
informal. Se enfoca en la psicología organizacional y el concepto de organización se basa en
relaciones interpersonales. La concepción del hombre es de un ser individual y social. Los
aportes de la teoría del comportamiento es la teoría de Maslow de las necesidades humanas
sobre la base de una pirámide de necesidades que el hombre va satisfaciendo a medida que
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cumple metas. Los incentivos tienen que ver con la pirámide de necesidades, y busca al
empleado satisfecho.
5. Teoría X / Y: El representante es Douglas Mac Gregor quien elaboró esta teoría con una
perspectiva mecanicista. El enfoque de la organización es de innovación y creatividad. El
concepto de la organización es de positivos: Y y negativos X. La concepción del hombre es de
un ser individual y social. La teoría X lleva a las personas a hacer exactamente lo que la
organización pide que haga, ya que se da en forma de imposición.
La teoría Y desarrolla un estilo de administración muy abierto y extremadamente democrático.
Autócrata = X versus Autocontrol= Y
6. Teoría neoclásica: Esta teoría fue elaborada por Peter Drucker en 1954 bajo la perspectiva
metodológica. Considera a la organización formal y a la informal. Para Drucker la
organización es un sistema social con objetivos por alcanzar racionalmente. Los aportes de
esta teoría es que le asigna alta jerarquía a los conceptos clásicos de estructura, autoridad y
responsabilidad. Además incorpora otros enfoques teóricos como la dinámica de grupos, la
organización informal, la comunicación interpersonal y la apertura hacia una dirección
democrática. Los objetivos organizacionales son la integración entre objetivos individuales de
los trabajadores con los objetivos organizacionales.
7. Teoría estructuralista: Su representante es James Burnham en 1947. La perspectiva la
ubica sobre la estructura organizacional, las personas y el ambiente. Tiene un enfoque de la
organización múltiple y globalizante, formal e informal. La organización es considerada una
unidad social grande y compleja. Se basa en un sistema abierto y utiliza un modelo natural. El
hombre, para el estructuralismo, es un ser social que desempeña roles dentro de varias
organizaciones. Los aportes de la teoría estructuralista son los niveles jerárquicos: 1. nivel
técnico, 2. nivel gerencial, 3. nivel institucional. Los objetivos organizacionales tratan de lograr
un equilibrio entre los objetivos organizacionales e individuales. Los incentivos son materiales
y sociales.
8. Teoría burocrática: Esta teoría fue esbozada por Max Weber en 1940. Su perspectiva se
basa en la estructura organizacional. Se basa en la organización formal y el enfoque es un
sistema cerrado. La organización es humana pero basada en la racionalidad. Las
característica de la organización son una serie de normas y reglamentos, división del trabajo,
impersonalidad de las relaciones, jerarquía de autoridad, rutina y procedimientos. Los aportes
son un enfoque de sistema cerrado, énfasis en la planeación y control, establecimientos de
tipos de sociedades y autoridades.
9. Teoría de los sistemas. El referente de esta teoría es Ludwing von Bertalanffy (1951). Tiene
una perspectiva integradora, y define a la organización como un sistema abierto o cerrado. No
se limita a la división y coordinación entre los departamentos como teorías anteriores. Los
aportes de esta teoría, es el globalismo o totalidad. Define la Entropía: tendencia de los
sistemas a desgastarse. Las organizaciones como clases de sistemas sociales. Las funciones
de un sistema dependen de su estructura. Los objetivos organizaciones son, evitar la entropía.
Los incentivos son tecnificarse. Y los resultados que busca esta organización son la
tecnificación y la agilidad de los procesos.
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10. Teoría matemática. Los representantes de esta teoría son: Herbert Simon, Von Neumann y
Mongesntem. Se desarrolló entre 1947-1954. Desde una perspectiva de ‘toma de decisiones
acertadas’. El enfoque de organización es cuantitativo. Y se concibe a la organización como
un espacio donde se aplican procesos decisorios. La teoría de la matemática se basa en dos
perspectivas: la del proceso y la del problema, de las cuales se obtiene las características de
la toma de decisiones que son: Decisiones programadas y no programadas. Las aportaciones
son: teorías de los juegos: estrategia y análisis de conflictos, de los grafos: técnicas de
planeación y programación por medio de redes -de las colas: cuida el tiempo de espera, la
cantidad de clientes y el tiempo de prestación del servicio.
11. Teoría contingencial. Elaborada en 1980 por William Dill, William Starbuck, James
Thompson, Paul Lawrence, Jay Lorsch y Tom Burns. La organización es un sistema abierto.
Existe una relación funcional entre las condiciones del ambiente y las técnicas administrativas.
Subraya el ajuste entre procesos organizacionales y las características de la situación,
requería la adaptación de la estructura organizacional a diversas contingencias. Considera
que el funcionamiento de una organización depende de la interacción con el entorno a partir
de la influencia del ambiente, la tecnología, la estructura y el comportamiento. Los objetivos
organizacionales son: tener un plan A, B y C para cada situación.

4.3. Aplicando principios y teorías administrativas al contexto


actual de la Iglesia.

¿Qué pasa con la Iglesia? ¿Por qué hay tantos líderes que no son funcionales debido a la
mala administración de la Iglesia? ¿De quién es la responsabilidad de los desórdenes que
ocurren en el seno del cuerpo de Cristo? ¿Por qué en los seminarios e institutos bíblicos se
descuida tanto la formación de la administración en los futuros líderes?
Como no queremos caer en el mismo error, comenzaremos considerando dos asuntos de
suprema importancia en lo que nos compete: Los principios básicos y las teorías
administrativas para conocer de qué manera son aplicables a la Iglesia a la luz de la Biblia.

Cada líder y miembro de una iglesia deben entender que esta es un organismo vivo
administrable, (una empresa espiritual). Es por ello que debemos entender que los mismos
principios que rigen las empresas seculares, deben ser aplicados para la Iglesia, si queremos
que haya éxito, aunque hay ciertos principios que deben ser vistos desde otra óptica. No
vamos a renunciar a los principios empresariales, pero tampoco vamos a querer manejar a la
Iglesia como si tuviésemos una fábrica. Tampoco podemos pensar de que como la Iglesia es
la empresa de Dios, que “el Señor se encargue de suplir todas las cosas y nosotros
descansaremos”.

La idea de todo esto es que si la Iglesia es un organismo vivo administrable, las cosas no
pueden ser improvisadas, o ¿cuál fábrica abre en la mañana y los empleados se preguntan
qué irán a elaborar ese día? ¿Hoy haremos pantalones o clavos? ¿Quizá el patrón esté
pensando que hoy podamos hacer bolsas de algodón de azúcar o nos ponga a fabricar un
barco? ¡No! Esto sería ridículo.
¿Cómo es posible que un cristiano llegue a tiempo al culto pero en su trabajo su jefe deba
estar llamándole la atención porque siempre llega tarde? Y al contrario, ¿cómo es posible que
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un cristiano llegue de primero a su trabajo pero llega al culto a mitad de la prédica? La Biblia
tiene una exhortación a esto en Filipenses 2.15: “…para que lleguen a ser sin defecto e
inocentes, hijos de Dios irreprensibles, en medio de una nación torcida y corrupta, brillando
como luces en el mundo”

Quinta Unidad:
EL PELIGRO DE LA PREDICACIÓN CUANDO LA BIBLIA NO ES SU
BASE O LA FUENTE: Una exposición analítica-reflexiva.
Objetivos Específicos:

Analizar y reflexionar respecto al peligro de la predicación cuando


la Biblia no es su base y fuente.

Al concluir esta unidad, los y las estudiantes estarán en capacidad de:


Reflexionar acerca del peligro de la predicación cuando la Biblia
no es su base y fuente.

5.1. La Biblia: Base y fuente de la Predicación.


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La predicación es comunicación y como tal, hay que ubicarla dentro de la relación del orador
con la audiencia. En ese evento conocido como el momento de la predicación, el predicador
presenta el mensaje a la iglesia del Señor, lo articula a ésta y luego lo presenta al mundo.
Este evento se encuentra afectado por la experiencia del predicador, la tradición, las
Escrituras y las necesidades particulares del conjunto de las personas a las cuales se les
presenta el mensaje.
Hay por lo menos tres factores que influyen en la acción de la predicación. En primer lugar, la
persona del predicador. Definitivamente, no se puede separar el carácter del predicador de
la acción de la proclamación de la Palabra. Otros profesionales pueden separar su carácter
de su acción profesional, pero éste no es el caso del predicador.
El segundo factor que influye en la acción de la predicación es la audiencia. La predicación
es una comunicación entre dos partes. La audiencia, como una de las partes, tiene tanta
participación en el mensaje como el predicador. El mensaje tiene que llegar a la audiencia. El
mismo va dirigido a un grupo de personas en un tiempo y lugar particulares. Este mensaje
tiene que lograr que la audiencia piense, sienta decida y haga algo durante la acción de la
predicación. Desde esta perspectiva, debe hablar a la congregación y en muchas ocasiones,
por la congregación. En otras palabras, la proclamación es una afirmación de la palabra de
iglesia a sí misma y al mundo.
El tercer factor que influye en la acción de la predicación son las Escrituras. Por eso nuestra
preocupación de hablar sobre: el peligro de la predicación cuando la Biblia no es su base,
es decir, el peligro de predicar sin la Biblia. La predicación debe presentar las Escrituras
como una voz viva, eficaz y poderosa a la congregación. El texto bíblico dice: “Porque la
palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta
partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las
intenciones del corazón” (Heb.4:12).

La predicación, definitivamente, significa proclamar el texto bíblico del pasado con la


misma fuerza y autoridad a la generación del presente. Tiene que existir una continuidad
del texto del pasado con el presente. Sin esta continuidad, el mensaje carecería de valor
normativo para la audiencia que lo escucha.
 En primer lugar, porque las Escrituras son el elemento normativo en la vida de la iglesia.
Esta no puede separarse de su fuente primaria de alimentación y disciplina. La proclamación
sin el valor de la Escritura inspirada, es un mensaje vacío de la gracia y poder de Dios.
 En segundo lugar, Las Escrituras sirven como vigilancia y supervisión de la vida y fe de
la iglesia. Wilfredo Estrada dice que “El mensaje no se debe ofrecer como un mero ejercicio
intelectual incoloro, sino basado en un texto que lo autentique como Palabra de Dios a la
iglesia en el ‘aquí’ y ‘ahora’ y en el peregrinaje hacia el futuro”. 1

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Wilfredo Estrada. Op. Cit. En Continente Nuevo, 1992.
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 En tercer lugar, las Escrituras le ofrecen una continua variedad de temas al predicador.
Al leerlas, el predicador encuentra temas diversos que le ofrecen una gama de posibilidades
para alimentar la iglesia sin caer en la monotonía. Los predicadores que caen en la
monotonía infecunda han perdido el contacto con el texto bíblico. Éste constantemente
renueva al predicador y le ofrece alternativas de pastos nuevos, “...saca de su tesoro cosas
nuevas...” (Mt.13:52).
No hay duda de que la interpretación de las Escrituras es esencial en la predicación. Una de
las funciones fundamentales del predicador es interpretar el texto bíblico a su audiencia
con la misma fuerza que el texto tuvo para aquella primera audiencia. Los que escuchan
las Escrituras interpretadas hoy, deben sentir la misma urgencia, el mismo deseo e intención
de responder a éstas que aquellos que las escucharon por primera vez. El predicador debe
leer el texto para encontrar el mensaje que éste le ofrece de inmediato. Esa primera lectura
del texto debe ser sin ningún tipo de ayuda externa para oír, pensar, sentir, imaginar y
hacer preguntas con relación al texto. Las preguntas pueden ser:
 ¿De qué habla este texto?
 ¿Qué dice para mí este texto?
 ¿Qué enseña este texto?, etc.
Durante la lectura del texto, el predicador abre su propia vida y se compromete honestamente
con la Palabra misma para comenzar a analizar lo que más tarde se convertirá en mensaje.
Al mismo tiempo, el predicador comienza a identificarse con la audiencia que más adelante
oirá el texto y tendrá que, sin ningún tipo de ayuda, reaccionar al texto de acuerdo a sus
propios pensamientos y necesidades.

Una vez que se ha seleccionado el texto y se ha ubicado en su contexto cultural, social,


religioso y político, el predicador tiene que presentar el mensaje del texto en sus propias
palabras. Esto quiere decir que el predicador tiene que asumir una responsabilidad muy seria
por su exposición del texto en la acción de la predicación. Esta es la parte más difícil en la
proclamación del mensaje bíblico, esta es la razón por la que algunos prefieren no utilizar el
texto bíblico para la predicación.
Predicar la Biblia y desde la Biblia, requiere estudiar el texto, leer el pasaje bíblico en su
contexto histórico, adueñarse del mismo y asumir responsabilidad por la proclamación del
texto ante la audiencia. Hay que entender qué es lo que el texto señala y cuál es la
acción a la que nos invita. El mensaje no concluye hasta que el predicador afirma la verdad
bíblica del texto a su audiencia y le reclama con amor y firmeza una decisión o acción a tomar.
El mensaje debe evocar una respuesta en la audiencia.

Predicar desde las Escrituras es una experiencia agotadora, pero al mismo tiempo
refrescante. Es una renuncia a lo puramente trivial para ir a las raíces de la fe normativa de la
iglesia y traducir esa fe en acción práctica para que la audiencia pueda manejar su situación
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“aquí” y “ahora” y al mismo tiempo, mantener su esperanza en que el futuro está en las manos
de Dios. Asumir esta responsabilidad en la predicación requiere sencillez, humildad y
compromiso. La alternativa es ceder al peligro de predicar sin la Biblia. ¡Dios nos libre de
caer en semejante peligro!

El mensaje no se debe ofrecer como un mero ejercicio intelectual, sino basado en un texto que lo autentique como
Palabra de Dios a la iglesia en el “aquí” y el “ahora” y en el peregrinaje hacia el futuro.
(Wilfredo Estrada).

5.2. Poniéndonos a la disposición del texto bíblico nos convertimos en


siervos de la palabra y la predicación: Pasos para preparar un sermón
expositivo.

1) Respetando el texto bíblico.


Explicar un texto cualquiera requiere, si se ha de ser fiel al mismo, cierto grado de
supeditación de nuestros conceptos preconcebidos para ponerse uno por debajo de las
palabras que queremos explicar a fin de evitar la manipulación y obligar a que el texto diga lo
que nosotros ya habíamos pensado. El buen expositor, antes que servirse de un texto le sirve
a él. Respetar el texto bíblico, es un regla aplicable a cualquier porción de las
Escrituras. Recuerdo muy bien cuando yo estaba estudiando mi especialidad en Biblia en la
carrera de Teología, uno de mis profesores en Semiótica Bíblica, el holandés Dr. Jan Harmant,
me enseñó que siempre se debe tener profundo cuidado cuando uno está trabajando el texto
bíblico, decía que es muy bonito introducirse al texto sagrado, pero que al mismo tiempo era
muy peligroso por cuanto estamos expuestos a caer en el peligro de decir lo que el texto
no está diciendo. Pues estamos tentados a exponer lo que a criterio y conveniencia propia
se nos antoja. Frente al texto bíblico estamos obligados a predicar lo que el texto dice, ya sea
que su mensaje sea suave o fuerte, o bien nos guste o no.

¿Es posible hacer una exposición de un texto bíblico utilizando los mismos métodos para
interpretar y explicar un texto de Miguel de Cervantes? La respuesta es NO. De hecho, me
da la impresión de que a veces en algunas iglesias se hace precisamente eso, lo cual es
lamentable. Pero como estamos hablando de un sermón bíblico, se debe entender la
categoría espiritual, el carácter trascendente de la actividad expositiva que se va a hacer
desde el púlpito, cosa que se supone es muy diferente a una charla académica.
Nos acercamos entonces a la porción bíblica que queremos estudiar para luego explicarla a
otros con un entendimiento claro, pero nunca ausente, de lo que el Señor Jesús nos quiso
decir en Juan 6:63: “Las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida”. Ante
una declaración de esta naturaleza se nos hace más imperativa la necesidad de someternos
realmente al texto y no hacer que él se someta a nosotros. Somos nosotros que nos
debemos poner a disposición del texto bíblico, no al revés. Si logramos eso, si nos
acercamos al texto con una actitud de siervos de la palabra, entonces es buena señal que
estamos comenzando a hacer bien las cosas.

2) Escogiendo el texto bíblico.


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Por supuesto, lo primero que tenemos que ver es la selección del texto. La predicación
expositiva supone una limitación en cuanto a la porción bíblica que usaremos para el sermón.
Es cierto que se puede predicar sobre un libro de la Biblia, en una solo ocasión, dando una
idea general del mismo. Pero no es eso lo que entendemos como predicación expositiva.
Cuando se selecciona ese estilo de sermón nos estamos atando a una porción bíblica
que no ha de ser demasiado extensa, pues sabemos que si lo es, estaríamos a tantos
pensamientos que nos pondría en una indecisión, sería como estar en un jardín donde
hay demasiadas flores hermosas para escoger.
El texto bíblico, entonces, no debe ser tan extenso para una predicación expositiva, pero
también es importante que usted se cerciore de que no está mutilando la idea del texto. Por
ejemplo, si va a predicar en Juan 6, hay que estar seguro si la idea del pensamiento que inicia
en el versículo 1 termina en el versículo 10 ó 15, porque si la idea termina en el versículo 15,
pero usted predica hasta el versículo 10, significa entonces, que está mutilando el
pensamiento completo que el texto desarrolla. Por otro lado, si la idea termina en el versículo
10 y usted predica hasta el versículo 15, está mezclando dos ideas y dos pensamientos que
no se corresponden. Todo eso implica y es parte de la escogencia del texto.
3) La extensión del texto bíblico.
Como decíamos anteriormente, el texto debe ser preferentemente corto, breve. ¿Qué tan
corto y breve? En buena medida esto estará condicionado por el grado de profundidad que
pretendamos alcanzar y la cantidad de tiempo que el público (no nosotros, salvo en
excepciones) esté dispuesto a dedicar al tiempo que durará el sermón. Otros factores deben
ser tomados en consideración, incluyendo la capacidad intelectual de la audiencia. Sin
embargo, si estudiamos con la actitud antes señalada, preparando nuestro sermón como
“siervos de la Palabra”, es muy posible que el texto nos sorprenda presentándonos una
abundancia de ideas y pensamientos que no suponíamos que estaban allí.

Muchas veces hemos escogido un texto para estudiarlo y luego predicar sobre él, pero según
se va desarrollando nuestro trabajo bajo el imperio de la porción, descubrimos en ella facetas
interesantísimas que nos han obligado a recortar más la extensión del texto a exponer. Es
bueno tomar en cuenta el tiempo que disponemos para predicar, si el tiempo es corto,
podemos hacer una exposición resumida. Resumir no significa mutilar información, sino,
sintetizar. Si disponemos de un tiempo mayor para predicar, entonces podemos ser más
amplios en la exposición del contenido del texto.

4) Contextualizando el texto bíblico.


Una vez escogido el texto que vamos a predicar, tendremos la cautela de cumplir
escrupulosamente con la norma de estudiar el contexto. Alfonso Lockward dice que “un
texto fuera de contexto no es más que un pretexto. Es imprescindible conocer el caldo
donde se cuece la porción que vamos a utilizar”. 2 Cuando Lockward habla de conocer el
caldo donde se cuece la porción bíblica que vamos a predicar, se está refiriendo a que
2
Alfonso Lockward. Siervos de la Palabra. En Continente Nuevo, 1992.
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debemos hacernos el propósito de tratar que el sabor de ese caldo esté siempre
presente en el momento en que estudiemos y expliquemos el contenido rico de la
porción bíblica.
Un texto fuera de su contexto histórico, es como una comida que puede oler sabrosa, pero si
no le echó los sazonadores correspondientes y adecuados, el sabor es horrible y puede ser
rechazado. Mucho cuidado con hacer prédicas de textos bíblicos que no han sido bien
contextualizados.
¿Por qué es necesario contextualizar el texto bíblico? Es bueno saber que toda la Biblia
se escribió en contextos geográficos e históricos muy distintos al contexto de nosotros en
América Latina. La Biblia se escribió en tres contextos geográficos distintos: África, Asia y
Europa. Pero cuando se escribió la Biblia en un período aproximado de unos 1500 a 1600
años, esos tres continentes no eran como son hoy en la modernidad. La Biblia se escribió
originalmente en tres idiomas: hebreo, arameo y griego. Miles de ideas, pensamientos,
conceptos, sentidos, significados y argumentos que nos presenta la Biblia, fueron escritos y
desarrollados en otros idiomas muy distintos a los idiomas que se conocen hoy en nuestro
contexto. Por ello, es más que necesario, que el predicador haga una CONTEXTUALIZACIÓN
del texto bíblico. En pocas palabras, la contextualización del texto es explicar el texto en su
sentido y significado original en el marco de su contexto histórico. Luego debe traerlo,
analizarlo, adaptarlo y aplicarlo al contexto de hoy.

5) Analizando el texto bíblico.


Para el análisis del texto bíblico, (me imagino que ya estudió la Hermenéutica y los Métodos
de Estudio, seguramente ya los estudió o los estudiará en algún momento). Aquí solamente
mencionaré los métodos de análisis del texto bíblico.
a) El Método Histórico-Gramático-Literal. Método que está casi en desuso.
b) El Método Histórico-Crítico-Gramatical. Este método es muy académico, pero muy
bueno.
c) El Método Analítico (Se asocia con el método inductivo, es decir, es un análisis del texto
que se hace de lo particular a lo general).
d) El Método Sintético (Se asocia con el método deductivo, es decir, es un análisis del texto
que se hace de lo general a lo particular).
e) El Método Biográfico (la narrativa biográfica y la apologética: polémica y argumentativa).
f) El Método Temático o Tópico (también llamado, Método Teológico).
g) El Método Histórico (Análisis del contexto e incidencias positivas y negativas en el marco
de su propia historia).
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También para el análisis del texto bíblico, puede aplicar el Método OIA, es decir, la
Observación, la Interpretación y la Aplicación.

6) Interrogando al texto bíblico.


Otra técnica para trabajar el texto bíblico son las interrogantes que se le hacen. Qué, quién,
cuándo, por qué, para qué, de dónde, por dónde, etc. Cuando le hagamos preguntas al
texto, debemos tener la prudencia de que sea el texto mismo quien responda y no nuestras
respuestas preconcebidas. Mucho cuidado con eso.
Seguramente en hermenéutica usted aprendió o aprenderá que las preguntas que
corresponden a la observación del texto son ¿Qué dice este pasaje? ¿Qué es lo que está
diciendo este pasaje? Las preguntas que corresponden a la interpretación del texto son
¿Qué significa este pasaje? ¿Qué quiere decir este pasaje? Y las preguntas que
corresponden a la aplicación del texto son ¿Qué significa para mi vida este pasaje? ¿Qué
dice para mí este pasaje?
Somos nosotros que nos ponemos a disposición del texto. No al revés. Si logramos eso, si nos acercamos al
texto con una actitud de siervos de la Palabra, comenzamos con buen pie.
(Alfonso Lockward).

Un texto fuera de contexto no es más que un pretexto.


Es imprescindible conocer el caldo donde se cuece la porción que vamos a utilizar.
(Alfonso Lockward).

7) Interrelacionando los segmentos del texto.


Después de analizar el texto, pasamos a las interrelaciones de los segmentos. Es en la
identificación de ellas que descubrimos el sentido, es decir, lo que el texto quiere decir.
Esta verdad o verdades, vienen a ser nuestro mensaje principal. No se preocupe que no
se peca con titular los segmentos si ello nos ayuda a facilitar la comprensión por parte de la
futura audiencia. No es malo utilizar todas reglas que nos permitan trabajar y exponer mejor
el texto, siempre y cuando se respete el contenido y mensaje real del texto.
Las interrelaciones de los segmentos del texto bíblico deben hacerse con la frecuencia que
nos sea posible, tratando de cotejar Escritura por Escritura. Cristo utilizaba muchos ejemplos
de la vida cotidiana en sus enseñanzas. Nosotros también estamos autorizados a hacer lo
mismo. Pero debemos recurrir a ellos después de buscar en el resto de las Escrituras
ejemplos que puedan referirse como relacionados o aclaratorios de nuestra porción escogida.
En otras palabras, nos referimos a los pasajes paralelos. Recuerde que en hermenéutica se
estudian los tres tipos de pasajes paralelos: Paralelos de Palabras, Paralelos de Ideas y
Paralelos de Enseñanzas. Entonces, para interrelacionar un texto, se debe hacer uso de los
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pasajes paralelos, es decir, hacer uso de todos aquellos pasajes que usted considere, pero
que esté muy seguro que refuerzan el contenido del texto que ha escogido para predicar.

8) Aplicando el texto bíblico.


Hagamos énfasis en el uso de la palabra “sentido”, porque la misma es útil, no sólo para
señalar lo que el pasaje realmente quiere decir, sino también lo que significa para nuestras
vidas en términos prácticos. Cuando hayamos descubierto lo que el texto enseña, no será
difícil, si somos fieles a esa enseñanza, identificar las áreas en la vida práctica donde sus
verdades tienen aplicación. Al terminar el estudio de la porción, no debemos decirnos:
“esto es lo que este texto quiere decir”. Porque no debemos estudiar para complacer una
curiosidad intelectual, sino espiritual.
Preparamos un sermón destinado a influir primero en mi vida personal y
posteriormente en la vida de los oyentes, el sermón debe prepararse con el propósito
de que produzca cambios sustanciales en mi vida y la de los oyentes. En ese momento
lo que debemos hacer son las siguientes preguntas: ¿Qué significa para mi vida este
pasaje? ¿Qué dice para mí este pasaje? ¿Qué quiere decir esta enseñanza para mí, o
para todos nosotros? Y según sintamos que el Espíritu Santo nos habla respondiendo a ese
cuestionamiento, encontramos lo que se llama la aplicación del texto, que es la parte final
del sermón, lo que completa el sentido.

Tomando en cuanto este consejo general, la persona que piensa predicar expositivamente
irá apuntando las ideas que el texto le señala. La mayoría de predicadores expositivos
utilizan esos apuntes conformando un bosquejo con frases cortas que le servirán de guía en el
momento de exponer. Otros predicadores prefieren escribir sus ideas un poco más extensas.
Para esto NO existe una regla fija.

Lo importante siempre será escribir y presentar clara y exactamente las ideas que el texto
presenta. Lo que nunca debe variar y que sí es fijo, y como condición fundamental, es que se
deben hacer todas estas funciones o trabajos con una actitud de siervos de la Palabra. Para
que sea ella la que realmente hable y no nosotros.
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Bibliografía:

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Internacional. Grand Rapids, Michigan, y San José Costa Rica.

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4. José Antonio Forzán (2010). Manual de Expresión Oral. Ed. Autor-Editor. Madrid, España.

5. Juan A. Broadus (1981). Tratado sobre la Predicación. CBP. El Paso, Taxas. EE.UU.

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7. John MacArthur. La Predicación: Cómo Predicar Bíblicamente. Ed. La Biblioteca del


Pastor. EE. UU.
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8. John Piper. La Supremacía de Dios en la Predicación. 2da. Edición. EE.UU.

9. María del Socorro Fonseca Yerena (2005). Comunicación Oral: Fundamentos y Práctica
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10. Martyn Lloyd-Jones. La Predicación y los Predicadores. Estados Unidos.

11. Socorro Fonseca (2011). Comunicación Oral y Escrita. Ed. Pearson. México.

12. Stephen Olford & David Olford. Guía de Predicación Expositiva. Ed. Unilit. EE.UU.

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