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LAS TRES SELECCIONES

(FUNDAMENTAL, NATURAL Y ARTIFICIAL)

JORGE WAGENSBERG*
Director del Museo de la Ciència.
Fundació ’la Caixa’. Barcelona (España).

Introducción La realidad de este mundo está hecha de


objetos y de sucesos. Los objetos ocupan el
La física habla más bien de leyes funda- espacio con materia y los sucesos el tiempo
mentales; la química más bien de estructuras con cambios. La materia de este mundo, unos
y de procesos; la biología más bien de meca- dos billones y medio de trillones de cuatrillo-
nismos; la geología, la paleontología o la ar- nes de kilos, se distribuye en objetos cuyas
queología más bien de acontecimientos; y la propiedades evolucionan con el tiempo. Una
psicología, la economía o la sociología más galaxia, un árbol o una catedral, son objetos
bien de líneas de pensamiento. ¿Se puede que aparecen, se transforman y desaparecen.
poner un poco de orden en todo esto? Hay La identidad de un objeto es el conjunto de
por lo menos una cosa común en todas las las propiedades que lo distinguen de los de-
disciplinas científicas: la voluntad de com- más objetos, como su composición, su estruc-
prender la realidad. La clave quizás esté en tura, su forma, su tamaño, su función (si la
un concepto que es, a su vez, común a la tiene), su posición en el espacio, su fecha en
idea de comprender y a la idea de realidad: el tiempo... En rigor y en el límite, un objeto
es el concepto de selección. Pero empecemos sólo es idéntico a sí mismo. Atendamos, por
por la idea de realidad. un momento, a la totalidad (!) de los objetos
que han existido en la historia del universo...
*Licenciado y doctor en Física por la Universidad de Barcelo-
na; profesor de Teoría de los Procesos Irreversibles en la Fa-
cultad de Física de dicha universidad, donde dirige un grupo Las edades de la historia
de investigación en biofísica. Es autor de múltiples trabajos
científicos aparecidos en publicaciones especializadas interna-
cionales y de una extensa obra de difusión científica hacia Según la cosmología vigente, en el principio
otros dominios de la cultura. Destaca el libro Nosotros y la de los tiempos, la materia del universo se des-
ciencia (1980) e Ideas sobre la complejidad del mundo
parramaba en una especie de sopa de quarks.
(1985). En 1983 creó la colección de pensamiento científico
Metatemas y desde el año 1991 es director del Museo de la Cada objeto actual tiene una particular evolu-
Ciència de la Fundació ’La Caixa’. ción que arranca de aquella lejana fecha.

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Atendiendo a esta evolución, se diría que, des- experimente un cambio. Esta probabilidad
de entonces hasta ahora, han ocurrido tres co- está condicionada por las leyes de la natura-
sas de auténtica trascendencia. La primera es, leza y por la realidad preexistente en su en-
desde luego, la creación de la materia. La nada torno de espacio y tiempo. Por ello, el hecho
se rebeló contra sí misma y así surgió –diga- de que tal cambio ocurra finalmente depen-
mos- la materia inerte. Algunos miles de mi- derá de un tipo de selección que bien pode-
llones de años después, en un rincón del uni- mos llamar selección fundamental. Es un
verso, un pedazo minúsculo de materia inerte tipo de selección impuesta por leyes tan fun-
se rebeló contra la incertidumbre de su entor- damentales y universales como la gravita-
no y se complicó lo bastante como para ganar ción, la conducción de calor o la propagación
cierta independencia respecto de su entorno. de la luz. Principios tan prestigiosos de la fí-
Así se asomó la materia viva a la existencia. sica, como el Primero y Segundo de la Ter-
Y hace bien pocos millones de años, una parte modinámica son, de hecho, claras expresio-
bien modesta de la materia viva protagonizó la nes de una selección fundamental (un móvil
tercera gran rebelión y se complicó aún más perpetuo o que no conserve la energía no su-
hasta lograr anticipar muy altos grados de la pera la selección para acceder a la realidad;
incertidumbre. Así emergió la materia inteli- no será un proceso real) y lo mismo puede
gente en un nivel capaz de producir conoci- decirse de las elegantes ecuaciones de las le-
miento abstracto y capaz de preguntarse, por yes de la mecánica clásica, cuántica, estadís-
ejemplo, por la evolución de la materia. Esta tica, relativista...
reflexión nos permite imaginar una partición Un ejemplo claro de selección fundamen-
de la historia de nuestro rincón del universo tal: la gran mayoría de los cuerpos celestes, a
en tres grandes edades: I) La edad de la mate- partir de cierto tamaño, son esféricos porque
ria inerte, cuando sólo existía esta clase de la uniformidad e isotropía del espacio (au-
materia; II) La edad de la materia viva, cuando sencia de posiciones y de direcciones espe-
sólo existía materia inerte y materia viva, y III) cialmente privilegiadas) y el carácter central
La edad de la materia inteligente, en la que co- de las fuerzas dominantes seleccionan (favo-
existen las tres clases de materia. Estamos en recen) esta forma por encima de cualquier
esta última, por lo que un objeto de la actuali- otra. Si en lugar de situarnos en el isótropo
dad puede lucir propiedades de una, dos o tres espacio interestelar, nos situamos en la ver-
de estas grandes eras de la historia universal. ticalidad del campo gravitatorio sobre la mis-
ma superficie de un planeta como la Tierra,
la selección fundamental deja de favorecer
La selección fundamental formas como la esfera. En este caso se pierde
buena parte de la isotropía del espacio por-
Consideremos ahora la probabilidad de que la verticalidad local de la gravedad es
que un objeto de la edad de la materia inerte una dirección claramente privilegiada. Tam-

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bién se ha perdido la uniformidad del espa- clase de incertidumbre puede prolongarse en


cio, porque no es lo mismo estar en la cima los nuevos espacios, río abajo hasta el punto
de una montaña, en la orilla de un río o en el de afectar seriamente a una propiedad de los
fondo del mar. Son entornos de distinta in- objetos como es el tamaño. La selección fun-
certidumbre. La violencia de las tormentas damental puede favorecer entonces tamaños
de aire, agua y electricidad en la cima no muy pequeños, tanto que hará falta inventar
puede compararse con la suavidad de la in- nuevas palabras para designar a los objetos,
certidumbre en ciertas zonas del valle ni con como guijarro, grano de arena o partícula de
la espesa calma en el fondo del océano. Aho- polvo ..., objetos que descansan en el fondo
ra, además de las fuerzas gravitatorias, in- del mar listos para reanudar el larguísimo ci-
tervendrán otros fenómenos fundamentales clo de la roca sedimentaria o que vuelan por
importantes, como los cambios térmicos, la las altas capas de la atmósfera a la espera de
erosión y la reacción química con agentes nuevas incertidumbres. A una propiedad que
tan inciertos como el aire y el agua, o las co- se consolida en la realidad gracias a la selec-
lisiones con otros objetos sólidos. Por ejem- ción fundamental podemos nombrarla como
plo, los estratos rocosos que asoman en las propiedad fundamental. Es la forma esférica
montañas debido a la erosión suelen apare- de los planetas, el tamaño minúsculo de una
cer como típicas hileras horizontales de rocas partícula de polvo o la peculiar estructura del
pseudocúbicas. La selección fundamental no granito. Se puede decir, en suma, que la se-
favorece cualquier forma. Los pseudocubos lección fundamental regula, mediante las le-
son el resultado de una primera sucesión de yes y el margen de azar que aquellas permi-
selecciones fundamentales en las que aún ten, la necesidad para que un objeto exista
pueden reconocerse la horizontalidad de un con las propiedades que se observan en la
mar ancestral y la verticalidad de las fractu- realidad. La esfericidad, por ejemplo, es una
ras por compresión, debida a los fuertes necesidad mayor para un planeta que para
cambios de temperatura. Estas rocas acaban un canto rodado. O dicho de otro modo, la
desprendiéndose y ruedan cuesta abajo ha- necesidad tiene grados, según sea la dosis de
cia espacios de diferente incertidumbre. azar que permitan las leyes, y es el resultado
Arrastradas por riadas más o menos violen- de la selección fundamental.
tas, los objetos se ven sometidos a nuevos Consideremos ahora un objeto típico de la
fenómenos como la abrasión y la meteoriza- materia viva. Ahora, para existir, para man-
ción. Ahora chocan unos contra otros, así tener una identidad viva, no basta con supe-
que, en el valle, cerca de las orillas del río, la rar el examen de la selección fundamental.
selección fundamental filtra, favorece la pre- Un individuo vivo supera, además, la llama-
sencia de rocas más pequeñas y redondea- da selección natural. Esta idea, debida a
das, tanto que ya merecen otro nombre, Darwin, es probablemente una de las ideas
como piedras, o mejor, cantos rodados. Esta más simples, brillantes y potentes de toda la

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historia de la ciencia. Un ser no vivo sigue mente frecuente. Pero ¿por qué había de fir-
mansamente los caprichos de la incertidum- mar? ¿Qué ventaja puede tener una esfera
bre de su entorno. La temperatura de una para el porvenir del concepto huevo? Bien,
piedra fluctúa, con mayor o menor inercia, al no es difícil encontrarle algunas. En primer
compás de las fluctuaciones de la temperatu- lugar, la esfera es la mínima superficie que
ra ambiental. Un individuo vivo en cambio encierra un volumen determinado, la esfera
tiende a mantener su identidad independien- minimiza la relación entre un volumen y su
te de tales caprichos. La temperatura de un cantidad de frontera con el exterior. Es lo
ratón fluctúa mucho menos que la tempera- contrario de lo que se intenta con el radiador
tura de su ambiente. Toda innovación emer- diseñado para calentar una habitación. Los
gente en un individuo vivo que favorezca huevos esféricos pierden lentamente el calor
esta independencia respecto de su incerti- que se produce en su interior (en realidad, la
dumbre tiende a aprobar otro examen, el de gallina cuando incuba hace de manta, es de-
la celebérrima selección natural. En el mun- cir, evita que el huevo se enfríe, pero no lo
do de lo vivo, la selección natural acentúa la calienta, el calor fluye del huevo hacia la ga-
presencia de ciertas propiedades, modifican- llina, o sea, ¡es el huevo el que calienta a la
do fuertemente el efecto previo de la selec- gallina!. Además, la forma esférica también
ción fundamental y -¡atención!- introduce un dificulta un ataque a mordiscos por unas
concepto radicalmente nuevo en la historia fauces cuyo diámetro no sea mucho mayor
del universo: es el concepto de función. En que el de la esfera. Parece pues que puede
efecto, sólo por pasar el filtro de la selección arriesgarse la afirmación de que las esferas
natural, una innovación queda adornada con vivas protegen como mínimo contra el en-
una función, que no es sino el detalle por el friamiento y la depredación. Proteger, he
cual el individuo vivo mejora su disposición aquí la presunta función de ciertas esferas
para defender su independencia. de ciertos objetos vivos en ciertos ambientes.
Un objeto bien frecuente del mundo vivo La selección natural aumenta la presencia de
es el huevo. Todos los animales, todos, des- esferas en el mundo vivo gracias a esta fun-
cienden de esta prestigiosa célula. La selec- ción. Algo antes, la selección fundamental
ción fundamental, en la incertidumbre am- había permitido una presencia previa míni-
biental y de las condiciones de isotropía de ma de esta forma, lo suficiente como para
las aguas del Cámbrico, favoreció la forma poder concurrir al reto de la selección natu-
esférica. La esfera triunfó espectacularmente ral. Sin embargo, la incertidumbre ambiental
como una buena forma para el concepto hue- puede seguir promocionando nuevas selec-
vo. La selección fundamental es generosa ciones naturales, y con ellas, nuevas funcio-
con la esfera, de modo que la selección natu- nes.
ral no tuvo más que firmar una forma es- Cada golpe de cincel de la selección natu-
pontánea que ya de por sí era razonable- ral distorsiona, pues, una o varias propieda-

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des de los objetos vivos y les dota de nuevos ficación de los objetos del gran catálogo del
matices funcionales. En ocasiones, un cam- mundo. Es la selección artificial.
bio en la incertidumbre ambiental descubre
una función oculta en una novedad seleccio-
nada naturalmente por otra novedad bien La selección artificial
distinta. Es el caso del concepto pluma, que
emerge con la función de proteger térmica- La selección fundamental actúa nada más
mente y que, millones de años después, re- existir la materia inerte y las leyes funda-
sulta que se consolida otra tanto o más tras- mentales de la naturaleza; la selección natu-
cendente: la capacidad de volar. Un golpe de ral inmediatamente después de que de ella
selección puede proveer más de una función. surgiera el primer ser vivo y, finalmente, la
Pero también es importante comentar que la tercera y última clase de selección, la selec-
misma función puede asomar en la evolu- ción artificial, justo después de que cierto
ción como consecuencia de dos golpes de se- ser vivo accediera a un nivel de inteligencia
lección bien diferentes. Las plumas no son capaz de anticiparse a su incertidumbre me-
imprescindibles para volar, como bien saben diante el conocimiento abstracto. La selec-
los murciélagos, ciertos insectos, ciertas se- ción artificial no puede violar la selección
millas... Incluso es posible que la selección fundamental ni la natural, pero sí puede bur-
natural apruebe soluciones similares en ob- larlas modificando ciertas probabilidades. Lo
jetos bien diferentes para resolver incerti- mismo ocurre de hecho con la selección na-
dumbres parecidas (convergencia). Es el tural respecto de la fundamental. Antes de la
caso de la forma de los delfines (mamíferos) materia viva, sólo se veían volar objetos más
y la de los atunes (peces). O el ojo del tipo densos que el aire si éstos eran muy ligeros,
del pulpo (molusco), una estructura reinven- como partículas de ceniza o de polvo. Una
tada (reseleccionada) decenas de veces a lo piedra rebotada de una avalancha o un me-
largo de la evolución en géneros muy distan- teorito procedente del cosmos son sucesos
tes de animales. En todo caso, una cosa está nada frecuentes en términos de su tiempo de
clara: la inseparable relación entre dos con- ocurrencia. La selección natural distorsionó
ceptos, el de función y el de algún tipo de se- definitivamente esta posibilidad y el cielo se
lección no fundamental. De hecho, el concep- vio más tarde surcado por insectos, reptiles y
to función depende de dos tipos de selección. pájaros bastante más pesados. Fue un logro
La primera es la que acabamos de comentar, de la selección natural. Pero, desde luego,
la selección natural. La segunda se adivina nada comparado con la posibilidad de con-
sin más que añadir un ejemplo a la lista de templar un Boeing 747 atravesando el
las raras maneras de volar sin plumas: la de Atlántico a diez mil metros de altura, en la
la recentísima industria aeronáutica. Es la edad de la materia inteligente que vivimos
que falta para abordar la primera gran clasi- ahora. Todas las piezas de este artefacto y

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su compleja relación mutua son el resultado objetos o fenómenos diferentes. Entonces


de la selección artificial. anuncia una nueva comprensión científica. Y
Si el resultado de la selección fundamen- eso ocurre cuando existen condiciones que
tal es la necesidad, el resultado de las selec- cumplir, cuando, oculta o no, está actuando
ciones natural y artificial es la función. Sin algún tipo de selección. A veces nombramos
embargo, la función que procede de una se- esta situación de maneras más solemnes.
lección artificial introduce una novedad Decimos que existe una ley, un conocimien-
esencial respecto a la de una selección natu- to, una inteligibilidad...
ral. La selección natural se encuentra con Un ejemplo. Escojamos un rincón de la re-
las funciones; la selección artificial, además, alidad, digamos una playa fluvial. Conside-
puede buscarlas. Con la selección artificial remos los objetos que vemos en ella, es de-
emergen nuevos conceptos en la historia de cir, los cantos rodados, y atendamos a tan
la realidad, conceptos todos ellos relaciona- sólo una de sus propiedades, por ejemplo, la
dos con la anticipación de la incertidumbre forma. En principio, se observa una notable
pero todos ellos rigurosamente ausentes en diversidad de formas. Hay simetrías circula-
los contextos de las selecciones fundamen- res, esféricas, triángulos, elipsoides..., pero,
tales y naturales. Son conceptos como pro- ¡atención!, la distribución de todas estas for-
yecto, diseño, plan, intención, teleología... mas no es en absoluto equiprobable. Predo-
Quizá se pueda acuñar esta máxima: Crear mina, con mucho, la simetría circular; a mu-
es seleccionar... ¿qué si no? Es lo que hace cha distancia los triángulos... Las formas no
un jugador de ajedrez cuando mueve una son equiprobables. La distribución de la va-
pieza; es lo que hace un poeta cuando escri- riedad de formas de las piedras quizá tenga
be; es lo que hace un escultor cuando escul- forma. Hay algo que comprender. Huele a
pe..., ¡y es lo que hace un científico cuando nuevo conocimiento. La existencia de una
hace ciencia! Aquí se cierra un interesante teoría sobre la forma no parece un sueño
círculo virtuoso. Comprender también es se- descabellado.
leccionar. Démonos ahora una vuelta por lo vivo,
De hecho, si no existiera algún tipo de se- una selva tropical por ejemplo, y echemos
lección, todos los objetos y todos los sucesos también un vistazo a un espacio habitado
serían igualmente probables. En tal caso no por lo inteligente, digamos una ciudad. Una
habría nada que comprender. Pero una se- primera ojeada nos convence de que, en
lección es un instrumento para romper equi- efecto, las probabilidades de emergencia se
probabillidades. En general, al científico se le han distorsionado. Ahora constatamos (si
despierta el olfato cuando se da cuenta de seguimos atendiendo a la forma de los obje-
que algo se aparta de la equiprobabilidad, tos) que, en los nuevos paisajes elegidos, en
cuando percibe que algo se repite en la natu- la selva y en la ciudad, la distribución de for-
raleza, cuando observa cosas comunes en mas se ha alejado aún más de la uniformi-

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dad. Ciertos objetos con forma de hélice, por de la relación entre forma, necesidad y fun-
ejemplo, son mucho más frecuentes en una ción que emerge de este esquema conceptual
selva que en otros ambientes. Y, aunque en de selecciones: la esfera protege, el hexágo-
principio no tenía por qué ser así, las hélices no pavimenta, la espiral empaqueta, la héli-
aún se prodigan con mayor insistencia en un ce agarra, la parábola emite y recibe, la
ambiente urbano. Cuando un objeto aprueba onda desplaza, la punta penetra, la catena-
el examen de una selección natural o artifi- ria aguanta, los fractales intiman el espacio
cial gana algo. Gana algo que promociona su con continuidad...
probabilidad de permanencia en la realidad
de este mundo: gana función. ¿Qué función?
Por lo menos ya tenemos algo que buscar, ya Superando las selecciones
tenemos algo que comprender, ya sabemos
lo que queremos saber... Así se puede trazar una panorámica de la
La hélice es una forma definitivamente realidad entera y de nuestra voluntad para
trascendente en selvas y ciudades. Basta un comprenderla. La selección natural es un lo-
sencillo y breve experimento mental: si eli- gro de la selección fundamental y la selec-
minamos de un plumazo todas las trepado- ción artificial un logro de la selección natu-
ras, zarcillos, colas, trompas... (hélices vi- ral. Superar selecciones fundamentales
vas) de una selva, ésta se vendrá abajo con significa estabilidad, opciones para permane-
estrépito. Y con no menos estrépito se de- cer en la realidad. Superar selecciones natu-
rrumbará una ciudad si la privamos de re- rales proporciona funciones, opciones para
pente de todos los tornillos, cables y cuerdas seguir vivo. E inventar selecciones artificia-
previstos en sus múltiples estructuras (héli- les, ya sea en forma de leyes, mecanismos,
ces inteligentes). La hélice agarra. La hélice historias o grandes esquemas conceptuales,
es una forma frecuente frecuentemente fa- significa crear conocimiento, opciones para
vorecida por su función de anclaje seguro y aumentar la independencia respecto de la in-
fuerte. Un remolino de agua o un tornado certidumbre.
son hélices espontáneas, no tienen función, Conocer para anticipar la incertidumbre,
pero un zarcillo, una semilla con un refina- tal es la ilusión de cualquier inteligibilidad
do mecanismo que la hace caer en hélice científica, ya sea una ley fundamental, un
cuando se desprende, una trompa de elefan- modelo, un mecanismo, una historia o un
te, el trenzado de una cuerda o un simple esquema conceptual.
tornillo, comparten la función de agarrar. La
presencia de la hélice en la realidad se com-
prende por su función de agarrar... Un co- Lecturas recomendadas
nocimiento sobre la emergencia de las for- 1. Spinoza B. Ética demostrada según el orden geo-
mas en la naturaleza podría salir muy bien métrico. Madrid: Editorial Trotta, 2000.

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EVIDENCIA CIENTÍFICA, ATENCIÓN SANITARIA Y CULTURA

2. Bell G. Selection, the Mechanism of Evolution. 7. Wier A, Dolan M, Grimaldi D, Guerrero R, Wa-
London: Chapman & Hall, 1977. gensberg J y Margulis L. Spirochete and protist
3. Meyr E. Una larga controversia: Darwin y el dar- symbionts of a termite (Mastotermes electrodo-
winismo. Drakontos: Crítica, 1992. minicus) in Miocene amber. PNAS 2002;99
4. Wagensberg J. El Progreso: ¿Un concepto acaba- (3):1410-1413.
do o emergente? Metatemas 52. Barcelona: Tus- 8. Pastor Satorras R, Wagensberg J. Branch distri-
quets Editores, 1998. bution in diffusion-limited aggregation: a maxi-
5. Wagensberg J. Complexity versus Uncertainty mum entropy approach. Physica 1996;A224:
and the question of staying alive. Biology and 463-479.
Philosophy, 2000. 9. Pastor Satorras R, Wagensberg J. The maximum
6. Dennet DC. Freedom evolves. New York: Viking entropy principle and the nature of fractals. Phy-
Press, 2003. sica 1998;A 251:291-302.

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