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Y NORMATIVOS VIGENTES
OFICINA DE PASTORAL
Arzobispado de Lima
www.arzobispadodelima.org
ARQUIDIÓCESIS DE LIMA
DOCUMENTOS DISCIPLINARES
Y NORMATIVOS VIGENTES
OFICINA DE PASTORAL
PRESENTACIÓN
Estimados Sacerdotes:
Con mucha alegría me complace hacerles llegar este trabajo que contiene los
principales documentos del gobierno pastoral de la Arquidiócesis de Lima. Como
sabemos: “Corresponde al Obispo diocesano gobernar la Iglesia particular que
le está encomendada con potestad legislativa, ejecutiva y judicial, a tenor del
derecho”1.
1 CIC 391, 1
2 CIC 392, 2
ÍNDICE
TÍTULO I
DE LA FUNCIÓN DE SANTIFICAR
CAPÍTULO I
DE LA SAGRADA EUCARISTÍA
1. Sobre las actividades de la Catequesis de adultos del Arzobispado de Lima .... 111
2. Decreto sobre el libro de Confirmaciones .......................................................... 115
3. Microfilmación o digitalización de los archivos bautismales y parroquiales
por parte de la sociedad genalógica de UTAH - mormones - ............................ 117
4. Sobre la validez del Bautismo conferido por los mormones ............................. 118
CAPÍTULO III
DEL SACRAMENTO DE LA PENITENCIA Y LAS INDULGENCIAS
1. Instrucción sobre las oraciones para obtener de Dios la curación ..................... 127
2. Decreto por el que se enriquecen indulgencias, actos de culto en
honor de la Misericordia Divina ........................................................................ 139
3. Declaración sobre la Masonería ......................................................................... 142
4. Aspectos prácticos para la atención de las Confesiones .................................... 143
CAPÍTULO IV
DEL SACRAMENTO DEL MATRIMONIO
TÍTULO III
DE LA CURIA ARZOBISPAL
CAPÍTULO I
DE LA SAGRADA EUCARISTÍA
2. Reafirmar la centralidad del “día del Señor” y de la Eucaristía dominical en las dis-
tintas iglesias de la Arquidiócesis, entre las cuales se destacan las parroquias. (Ver p. 29)
5. El sacerdote no puede hacer suyo el estipendio por las Misas de binación o trinación.
(Ver p. 26)
7. Sobre las facultades ministeriales y el carné de identidad que deben presentar los
sacerdotes transeúntes que deseen celebrar sacramentos en la Arquidiócesis. (Ver p. 81).
8. Sobre el Libro de Misas que se debe llevar en toda iglesia para la firma de los sacer-
dotes transeúntes. (Ver p. 81).
9. Los sacerdotes no pueden cambiar y variar los textos de la sagrada liturgia y solo
pueden utilizar las Plegarias Eucarísticas del Misal Romano al celebrar la Eucaristía. (Ver
p. 61).
10. No está permitido omitir o sustituir arbitrariamente las lecturas bíblicas prescri-
tas, ni cambiar el Salmo Responsorial por otro texto no bíblico. (Ver p. 62; p. 90 y p. 105).
15. Sobre la necesidad de estar en gracia de Dios para recibir la Sagrada Comunión
y la disposición interior de los fieles antes de comulgar. (Ver p. 72 y p. 63)
17. Sobre el modo de recibir la Sagrada Comunión de parte del fiel (Ver p. 54 y p. 64)
18. Sobre los casos en que se permite la comunión bajo las dos especies y el modo de
distribuirla (Ver p. 55 y p. 64)
21. Sobre la necesidad del gluten y el mosto como materia válida para la Eucaristía (Ver
p. 83)
22. Sobre la comunión del fiel celíaco bajo la sola especie de vino (Ver p. 83)
23. La vestidura propia del sacerdote al celebrar la Eucaristía es la casulla revestida so-
bre el alba y la estola según el color litúrgico prescrito. (Ver p. 66 y p. 184).
24. Los sacerdotes concelebrantes deben procurar también usar la casulla y estola, por
lo menos de color blanco. (Ver p. 66 y p. 185).
25. Sobre las características de los vasos sagrados y patenas que se deben usar en la
misa (Ver p. 66).
26. Sobre el ministro autorizado para la purificación y el lugar donde se debe purificar
los vasos sagrados. (Ver p. 66).
28. Sobre la música sagrada y la participación de los coros en las celebraciones litúr-
gicas. (Ver p. 85 y p. 104)
29. Sobre los abusos en la celebración de la Eucaristía y los delitos graves cometidos
contra la santidad del Santísimo Sacramento. (Ver p. 69).
30. Sobre el lugar donde debe estar ubicado el sagrario en el templo. (Ver p. 66).
31. Sobre las cualidades que debe reunir el sagrario: sólido, inamovible, no transparen-
te, firme y compacto. (Ver p. 80).
33. Sobre la visita diaria de los fieles al sagrario y la vigilancia continua. (Ver p. 80).
34. Sobre la Exposición diaria del Santísimo Sacramento en las capillas de Adoración
Eucarística y los cuidados que se deben proveer para la seguridad. (Ver p. 101).
37. Sobre la limpieza y el ornato de las capillas de Adoración Eucarística. (Ver p. 103).
38. Sobre la procesión del Corpus Christi en las parroquias. (Ver p. 93).
39. Sobre el ejercicio de las Cuarenta Horas y la Indulgencia Plenaria con la que está
enriquecido. (Ver p. 77)
F) SOBRE LA CONSTRUCCION Y REMODELACION DE LOS LUGARES DE
CULTO
41. Sobre los criterios y características que deben tener los lugares de culto en la
Iglesia (Ver p. 96)
42. Sobre los lugares y símbolos litúrgicos que no deben faltar en toda iglesia católica:
sagrario, altar, ambón, sede, pila bautismal, confesionario. (Ver p. 96)
48. Que en todas las parroquias e iglesias de la Arquidiócesis se fijen de manera estable
horarios de confesiones adecuados a la necesidad real de los penitentes. (Ver p. 143)
49. Sobre el confesionario como lugar propio para celebrar este sacramento. (Ver p. 144)
50. Sobre la vestimenta litúrgica para administrar este sacramento: sotana y estola o
alba, cíngulo y estola. (Ver p. 144)
53. Sobre quienes están facultados para absolver los pecados reservados. (Ver p. 144)
54. Sobre algunos criterios y normas en relación a las oraciones para obtener de Dios
la curación, (Ver p. 127).
55. Sobre el culto en honor de la Divina Misericordia y la Indulgencia Plenaria con la
que está enriquecido. (Ver p. 139)
56. Sobre las propiedades esenciales del matrimonio canónico (Ver p. 155).
58. El párroco en el que tienen domicilio alguno de los novios es la persona responsable
de realizar las investigaciones prematrimoniales y el expediente matrimonial (Ver p.
149 y p. 157).
59. Sobre el tiempo de realizar el expediente y los documentos que se han de requerir
(Ver p. 156).
62. Sobre el sujeto del matrimonio y los posibles impedimentos (Ver p. 158).
63. Sobre los matrimonios con disparidad de cultos y de mixta religión (Ver p. 158).
65. Sobre el ministro sagrado y los testigos presenciales del matrimonio (Ver p. 159).
66. Sobre las licencias de traslado matrimonial y cuando se requiere visado de la Curia
Arzobispal (Ver. p. 160)
67. Sobre el lugar sagrado donde se debe celebrar el matrimonio, el rito que debe em-
plearse y el servicio de los coros y fotógrafos en la celebración. (Ver p. 160).
70. Sobre los exámenes para solicitar licencias ministeriales y para determinados
oficios eclesiásticos. (Ver p. 167).
71. Sobre la presentación de los candidatos a párrocos, administradores y vicarios
parroquiales de parte de los superiores religiosos. (Ver p. 175).
72. Sobre las disposiciones que debe cumplir el párroco para ausentarse de la parro-
quia más de una semana (Ver p. 168).
73. Sobre la obligación del rezo de la Liturgia de las Horas. (Ver p. 170)
74. Sobre la obligación del uso del traje eclesiástico por parte de los clérigos. (Ver p.
176)
75. Sobre la solicitud y el uso del carné de identidad sacerdotal (Ver p. 177)
80. Sobre el nombramiento y las tareas del capellán de un colegio parroquial arquidio-
cesano. (Ver p. 181).
81. Sobre el nombramiento, funciones y cese del Vicario Episcopal. (Ver p. 192).
83. Sobre los actos administrativos reservados al obispo diocesano. (Ver p. 194).
84. Sobre el nombramiento y las funciones del decano. (Ver p. 196 y p. 198).
86. Sobre los consejos parroquiales de asuntos económicos, (Ver p. 212 y p. 213).
DE LA FUNCIÓN DE
SANTIFICAR DE LA IGLESIA
TÍTULO I
CAPÍTULO I
DE LA SANTÍSIMA
EUCARISTÍA
TÍTULO I
DE LA FUNCIÓN DE SANTIFICAR LA IGLESIA
CAPÍTULO I
DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA
DE LA DIGNIDAD DE LA
CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Celebraciones sacramentales
El Señor Jesús envió a los Apóstoles “a realizar la obra de salvación que proclamaban,
mediante el sacrificio y los sacramentos, en torno a los cuales gira toda la vida litúrgica”
(SC 6). Es por eso que en la Arquidiócesis hay que procurar que la celebración de los
sacramentos se realice con la mayor dignidad posible y con la mayor autenticidad.
Muchas veces las celebraciones sacramentales no son lo que debieran ser por la falta de
preparación de quien los recibe. Sabemos que los sacramentos confieren la gracia a quien
no pone óbice a la misma, de allí que el esfuerzo pastoral ha de orientarse a que quien
recibe el sacramento esté lo más adecuadamente dispuesto para que éste dé su fruto pleno
en el sujeto.
Hay que procurar que los sacramentos sean expresión de la fe, y promuevan la fe.
Promoción litúrgica
Por esto ha de promoverse la adecuada realización de la liturgia, buscando que ésta sea
expresión, celebración y profundización de la fe. Ha de promoverse la liturgia para que
llegue a ser la fuente y la cumbre de la vida de la Iglesia arquidiocesana. Este encargo
recae de modo especial sobre los pastores ya que el Concilio exhorta que “los pastores de
almas fomenten con diligencia y paciencia, la educación litúrgica y la participación activa
de los fieles, interna y externa, conforme a su edad, condición, género de vida y grado de
cultura religiosa, cumpliendo así una de las funciones principales del fiel dispensador de
los misterios de Dios y, en este punto, guíen a su rebaño no sólo de palabra, sino también
con el ejemplo” (SC 19).
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DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ARZPASTORAL 001/01
Lima, Mayo de 2001
Por encargo del Señor Cardenal Arzobispo de Lima, tengo a bien hacerles llegar la siguiente circular.
Con alguna frecuencia se viene preguntando si en la Arquidiócesis de Lima está permitida la cele-
bración de la Sagrada Eucaristía en lugares que no sean los templos. Al respecto debo recordarles lo
que señala el “Documento Normativo para los Sacerdotes de la Arquidiócesis de Lima”, que fuera
publicado en el mes de Febrero de 1999, y que fue ampliamente difundido en su oportunidad:
“Téngase como norma que la celebración de la Sagrada Eucaristía sólo debe realizarse en lugar sagra-
do. No se debe celebrar en clubes, empresas u otros lugares afines. Con el debido criterio pastoral y
pidiendo permiso al Obispo, se podrá hacerlo en campos abiertos (ver CIC, 932; XIX Sínodo Arqui-
diocesano, Documento Final, Art. 1, “En la Liturgia” nº 4, párr. 2, pág. 29 )”.
En las casas particulares, sólo se podrá celebrar la Eucaristía en torno a enfermos o ancianos impedi-
dos y con permiso del Obispo. El sacerdote a quien se le conceda el permiso, deberá asegurarse que el
lugar de la celebración reúna las condiciones de dignidad y reverencia que exige la Sagrada Eucaristía,
y que la celebración guarde un tono familiar (número pequeño de asistentes). En dicha celebración
además del enfermo o impedido, podrán recibir la Sagrada Comunión aquellos que por cuidar del
enfermo o anciano no puedan asistir a la Misa dominical.
También quisiera informarles que la celebración de los sacramentos del Bautismo, Confirmación y
Matrimonio deberá realizarse sólo en los templos, quedando prohibida su celebración fuera de los
mismos, salvo casos de emergencia (Bautismo y Confirmación en peligro de muerte; Matrimonio en
caso de grave enfermedad de uno de los cónyuges).
Finalmente, también se ha venido preguntando si las mujeres pueden ejercer el servicio de acólitos o
de monaguillos en la Arquidiócesis de Lima. Al respecto debo recordarles que sigue vigente la legis-
lación aprobada por el XIX Sínodo Arquidiocesano de Lima (1996), que estipula que, “el servicio de
acólitos en la Arquidiócesis se reserva a los varones” (ver Documento Final, Art. 1, “En la Liturgia”,
N° 8, pág. 30). Por tanto no está permitido a las mujeres realizar dicho ministerio en la celebración de
la Eucaristía y en los demás Sacramentos.
Confiando que la presente circular aclare dudas sobre las normas indicadas, aprovecho la oportunidad
para manifestarles mi aprecio y estima personal.
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OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Canc.- 178/Arz./04
Arzobispado de Lima, 29 de Setiembre de 2004
CONSIDERANDO:
Que “al Obispo diocesano compete en la diócesis que se le ha confiado toda la potestad
ordinaria, propia e inmediata que se requiere para el ejercicio de su función pastoral” (c.
381 § 1);
Que la Iglesia recomienda encarecidamente a los sacerdotes la celebración diaria del Sa-
crificio Eucarístico, prescribiéndoles, sin embargo, que no les es lícito celebrar sino una
vez al día, exceptuados los casos contemplados por el derecho;
DECRETO:
25
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Segundo: Autorizar, siempre que se den las condiciones de escasez de sacerdotes y por
necesidad pastoral, la trinación en los domingos y fiestas de precepto, no seguidas inme-
diatamente una de la otra, y exclusivamente en la Parroquia (cf. c. 905 § 2). En cualquier
caso, como es obvio, la condición de escasez de sacerdotes no se daría cuando el motivo
para la binación o trinación fuese de naturaleza personal.
Tercero: Establecer que el sacerdote celebrante no pueda hacer suyo el estipendio de las
Misas de binación y trinación. Se quedará sólo con el estipendio de una Misa y entregará
mensualmente a la Sindicatura Arzobispal el monto correspondiente a las ofrendas de bi-
nación y trinación; destinado el 50% para el Seminario y el 50% para el Fondo Sacerdotal
(cf. c. 951).
Regístrese y Comuníquese.
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OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Canc.-179/Arz./04
Arzobispado de Lima, 29 de Setiembre de 2004
CONSIDERANDO:
Que corresponde al Obispo diocesano “promover la santidad de los fieles” (c. 387) y ser
el moderador, promotor y custodio de toda la vida litúrgica de la Iglesia a él encomendada
(cf. c.835 § 1);
Que “los fieles tienen derecho a recibir de los Pastores sagrados la ayuda de los bienes
espirituales de la Iglesia, principalmente la palabra de Dios y los sacramentos” (c. 213),
así como “a tributar culto a Dios según las normas de su propio rito” (c. 214);
Que “todo sacerdote que celebra o concelebra la Misa puede percibir estipendio, para
que la aplique por una determinada intención” (c. 945 § 1), que en justicia está obligado
a satisfacer personalmente (a tenor de los cc. 948 y 949), o a encomendar su aplicación a
otro sacerdote (cf. cc. 954 —955);
Que el Decreto Mos Iugiter de la Congregación para el Clero del 22 de febrero de 1991,
sobre los estipendios en la Misa, permite, con carácter excepcional, la celebración de
las llamadas Misas Colectivas (entre nosotros Misas Comunitarias) con las siguientes
condiciones:
1. Que los fieles, advertidos previa y explícitamente, consientan libremente que su inten-
ción y respectiva ofrenda, sean acumuladas en una Misa comunitaria.
2. Que se indique el día, lugar y hora en que se celebran estas Misas.
3. Que no se celebren más de dos veces por semana en cada lugar de culto.
4. Que el celebrante retenga para sí sólo el estipendio fijado en la diócesis y entregue el
resto al Ordinario.
DECRETO:
27
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
pendio ofrecido para la celebración de la Misa, teniendo también presentes las sanciones
establecidas en el canon 1385.
Regístrese y Comuníquese.
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OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ARZPASTORAL 012/2005
Lima, 01 de abril de 2005
—Recomendaciones Pastorales —
Por este motivo, la «Pontificia Comisión para América Latina», dedicó sus reflexiones
a este tema en su última Asamblea Plenaria realizada en Roma el pasado mes de enero.
Fruto de este importante encuentro eclesial es el documento que se adjunta a la presente
y que recoge valiosas recomendaciones pastorales al respecto.
Confiando que estas recomendaciones les sean de utilidad para su trabajo pastoral, apro-
vecho la ocasión para renovarles los sentimientos de mi especial estima en el Señor.
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DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
LA MISA DOMINICAL
CENTRO DE LA VIDA CRISTIANA EN AMÉRICA LATINA
INTRODUCCIÓN
Jesucristo, nuestro Señor, en la última Cena, antes de padecer instituyó el sacrificio eucarístico
y el sacerdocio ministerial. Al decir «haced esto en memoria mía» (Lc 22, 19), ordenó que el
sacrificio eucarístico fuera celebrado hasta su venida al final de los tiempos.
RECOMENDACIONES
1. Es necesario reafirmar la centralidad del «día del Señor» y de la Eucaristía dominical en las
distintas comunidades de la diócesis, entre las que destacan las parroquias (cf. Sacrosanctum
Concilium, 42).
2. En el misterio de la Eucaristía se refleja la estructura trinitaria de la economía de la salva-
ción: de ahí que es necesario enfatizar su dimensión pneumatológica y su articulación con el
misterio de la Iglesia. También es necesario insistir en la dimensión sacrificial de la celebración
eucarística: ofrenda total, libre, gratuita y amorosa de Jesús al Padre en la cruz, por nosotros y
por nuestra salvación.
3. El reino de Dios, cuyo germen es la Iglesia, fue el núcleo de la predicación de Jesús, por eso
30
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
31
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
18. Difundir la lectio divina como medio para la preparación remota a la celebración eucarís-
tica y para la formación de los fieles.
19. Es imprescindible dar una catequesis viva y completa sobre el valor y la naturaleza de la
santa misa, apoyándose especialmente en la encíclica Ecclesia de Eucharistia. Para ello, puede
ser muy útil valerse del esquema ternario de la aclamación: »Anunciamos tu muerte, proclama-
mos tu resurrección, ¡ven Señor Jesús!».
20. Renovar la catequesis de la iniciación cristiana de tal modo que se vea más claramente el
vínculo entre los tres sacramentos: bautismo, confirmación y Eucaristía.
21. Es preciso motivar la participación frecuente en el sacramento de la reconciliación, así como
recordar los casos en que constituye un requisito necesario para poder recibir la Eucaristía.
22. Acoger con especial solicitud pastoral a las personas impedidas de participar en la comu-
nión eucarística (uniones irregulares) invitándolas a la oración, a leer y escuchar la palabra de
Dios y a ejercitar la penitencia y la caridad.
23. Incrementar la catequesis sobre la Eucaristía en la familia, con los niños, los jóvenes y
especialmente con los adultos.
24. Promover con decisión la participación de la familia: padre, madre e hijos en la celebración
eucarística dominical, para hacer más significativa la presencia del núcleo familiar.
25. Fomentar las distintas formas de piedad eucarística como: la procesión del Corpus Christi y
las otras procesiones eucarísticas; la adoración al santísimo Sacramento, en particular la prácti-
ca de la adoración nocturna, cada vez más difundida; las Vísperas con la bendición del Santísi-
mo; las visitas al Santísimo; las Cuarenta Horas, etc. Todas ellas aumentan el fervor eucarístico
y favorecen la asistencia a la misa dominical.
26. Es necesario valorar la práctica de tantos fieles que asisten a las grandes fiestas y pere-
grinaciones, y procurar que la sagrada Eucaristía ocupe en ellas un lugar central, así como
aprovechar dichas ocasiones para fomentar una mayor y más viva participación en las misas
dominicales.
27. Preparar muy bien las misas televisadas y las transmitidas por radio para aquellos que están
impedidos o no están obligados al precepto. Para ello se necesita conocimiento y preparación
técnica.
28. Ayudar a tomar conciencia de la gracia y la fuerza misionera que tiene la Eucaristía domi-
nical, a fin de que la participación en ella dé un fuerte impulso al compromiso y a la misión de
los cristianos.
29. Incentivar a los miembros de los movimientos y asociaciones eclesiales a participar en la
misa dominical en la parroquia.
30. Que en los trabajos de preparación de la V Conferencia general del Episcopado latinoameri-
cano se dé un énfasis especial al «día del Señor» y a la participación en la misa dominical como
primer compromiso y testimonio del discípulo de Jesucristo.
31. Que el CELAM ofrezca subsidios catequísticos que sirvan para una mejor comprensión y
vivencia de cada momento y de cada signo de la celebración eucarística.
32. Recomendar que en las celebraciones dominicales en ausencia del sacerdote se usen al-
gunos signos que indiquen a los fieles que dichas celebraciones no sustituyen la celebración
eucarística. Se aconseja que sean llamadas «celebración en espera del sacerdote».
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TÍTULO I
DE LA FUNCIÓN DE SANTIFICAR LA IGLESIA
CAPÍTULO I
DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA
DE LOS MINISTROS DE LA
SANTÍSIMA EUCARISTÍA
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ARZPASTORAL 021/2004
Lima, 15 de setiembre de 2004
MINISTROS EXTRAORDINARIOS
DE LA SAGRADA COMUNIÓN
Es oportuno indicar que el presente trabajo viene a sumarse a aquellos dos, que sobre el
mismo tema, la Oficina de Pastoral de la Arquidiócesis de Lima publicó en los meses
de agosto 2002 y de junio 2003, los cuales conservan toda su vigencia en nuestra Iglesia
local. (Ver Circular ARZPASTORAL 014/2002, Sobre los Ministros Extraordinarios Tem-
porales de la Sagrada Comunión; y Circular ARZPASTORAL 013/2003, Sobre los Minis-
tros Extraordinarios Temporales de la Sagrada Comunión —Normas Complementarias)
Sin otro particular, aprovecho la ocasión para renovarles los sentimientos de mi más alta
estima en el Señor.
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DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ANEXO I
Ref. Decreto Arzobispal Canc.- 127/ARZ/04, nº 7
Es innegable que los fieles no ordenados ya desde hace algún tiempo colaboran en diversos
ambientes de la pastoral con los sagrados ministros a fin de que “el don inefable de la Eucaristía
sea siempre más profundamente conocido y se participe de su eficacia salvífica con siempre
mayor intensidad” (Instrucción Immensae caritatis, AAS 65(1973), p. 264).
Pero ello no debe llevar a confusiones que lleven a no distinguir entre el sacerdocio ministerial
y el sacerdocio común de los fieles. “La disciplina canónica sobre el ministro extraordinario de
la sagrada comunión debe ser, sin embargo, rectamente aplicada para no generar confusión, la
misma establece que el ministro ordinario de la sagrada comunión es el Obispo, el presbítero y
el diácono, mientras son ministros extraordinarios sea el acólito instituido, sea el fiel a ello dele-
gado a norma del can. 230 § 3” (Instrucción sobre algunas cuestiones acerca de la colaboración
de los fieles laicos en el sagrado ministerio de los sacerdotes, artículo 8).
No se debe de perder de vista que por institución divina existe en la Iglesia dos modos de par-
ticipar del único sacerdocio de Cristo: el sacerdocio común de todos los fieles y el sacerdocio
ministerial, que “aunque su diferencia es esencial y no sólo en grado, están ordenados el uno
al otro; ambos, en efecto, participan, cada uno a su manera, del único sacerdocio de Cristo”
(Constitución Dogmática, Lumen gentium, n. 10).
Por lo tanto debe de quedar claro que si se permite a los fieles laicos ser ministros extraordi-
narios de la sagrada comunión, que de suyo es algo ordinario en el ministro sagrado, lo es en
ciertos casos y debe de tenerse en cuenta lo siguiente:
B. No obstante cuando lo exija la necesidad podrá distribuir la comunión otro fiel que deberá
ser designado por el ordinario del lugar ad actum vel ad tempus e incluso si fuese verdade-
ramente necesario de modo estable.
36
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
- Que sean tantos los fieles que desean comulgar que la celebración de la Santa Misa o la dis-
tribución fuera de la Misa de la Eucaristía se prolongase demasiado (ver: Instrucción sobre
algunas cuestiones acerca de la colaboración de los fieles laicos en el sagrado ministerio
de los sacerdotes, artículo 8).
Por lo tanto debe desterrarse la práctica de que los ministros extraordinarios de la sagrada
comunión ayuden habitualmente al celebrante a distribuir la comunión cuando:
D. Este encargo siempre es de suplencia y extraordinario y debe ser ejercitado a norma del
derecho. El canon 230 § 3 del CIC afirma que los servicios litúrgicos ahí mencionados (mi-
nisterio de la palabra, presidir oraciones litúrgicas, administrar el bautismo, dar la sagrada
comunión) pueden ser asumidos por los fieles no ordenados sólo “ex temporánea depu-
tatione” o en suplencia, requiriéndose para la licitud el caso de la necesidad y la carencia
de clérigos, si no se dan conjuntamente ambas circunstancias la intervención de los laicos
constituye un acto gravemente ilícito.
E. Los sacerdotes deben tener presente que estas facultades dadas a alguno de los fieles para
que sean ministros extraordinarios de la sagrada comunión son concedidas en razón del bien
espiritual de los fieles dado que “se trata de un servicio litúrgico que responde a las objetivas
necesidades de los fieles, destinado sobre todo, a los enfermos y a las asambleas litúrgicas
en las cuales son particularmente numerosos los fieles que desean recibir la sagrada comu-
nión” (Instrucción sobre algunas cuestiones acerca de la colaboración de los fieles laicos
en el sagrado ministerio de los sacerdotes, artículo 8); y por lo tanto los sacerdotes no están
eximidos en absoluto de su obligación de distribuir la sagrada Eucaristía a los fieles que se
lo soliciten y a los enfermos.
2. Aquellos fieles que sean escogidos para ser ministros extraordinarios de la sagrada
comunión deben de llevar una vida coherente con la fe de la iglesia católica.
Todos los bautizados están llamados ciertamente a dar testimonio de su fe cristiana y a buscar la
santidad en la situación o estado en que se encuentran, “todos los fieles deben esforzarse según
su propia condición por llevar una vida santa, así como por incrementar la Iglesia y promover
su continua santificación” (CIC, can 210). Ello no puede ser la excepción en aquellos fieles
que sean propuestos para ejercer de ministros extraordinarios de la sagrada comunión, sería un
verdadero anti testimonio que aquellos que va a distribuir el mismo Cuerpo de Cristo desdigan
con su vida lo que dicen confesar con sus labios.
Resulta pues una verdadera exigencia que se realice una necesaria selección entre los fieles
37
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
“Es deber de la autoridad competente cuando se diera la objetiva necesidad de una suplencia,
de procurar que la persona sea de sana doctrina y ejemplar conducta de vida. No pueden ser ad-
mitidos al ejercicio de estas tareas aquellos católicos que no llevan una vida digna, no gozan de
buena fama, o se encuentran en situaciones familiares no coherentes con la enseñanza moral de
la Iglesia. Además la persona debe poseer la formación debida para el adecuado cumplimiento
de las funciones que se le confían” (Instrucción sobre algunas cuestiones acerca de la colabora-
ción de los fieles laicos en el sagrado ministerio de los sacerdotes, articulo 13).
De lo anterior se deduce que no se debe admitir para ser ministros extraordinarios de la sagrada
comunión a quienes viven en situaciones irregulares (es el caso de los que conviven “more
uxorio” en uniones libres, los que se casan sólo civilmente o los divorciados vueltos a casar).
Aquellos fieles que sean elegidos para ser ministros extraordinarios de la sagrada comunión
deben además poseer una verdadera piedad eucarística y haber recibido la debida instrucción
sobre el modo digno y respetuoso en que debe ser tratada la Eucaristía, es decir la recta doctrina
eucarística, las rúbricas que se deben de observar y la disciplina acerca de la admisión para la
comunión. “A norma del derecho particular perfeccionen sus conocimientos frecuentando por
cuanto sea posible, cursos de formación que la autoridad competente organizará en el ámbito
de la Iglesia particular, en ambientes diferentes de los seminarios, que son reservados sólo a los
candidatos al sacerdocio, teniendo gran cuidado que la doctrina enseñada sea absolutamente
conforme al magisterio eclesial y que el clima sea verdaderamente espiritual” (Instrucción so-
bre algunas cuestiones acerca de la colaboración de los fieles laicos en el sagrado ministerio de
los sacerdotes, artículo 13).
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OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
A. Tener acceso directo al sagrario “Quien cuida de la Iglesia u oratorio ha de proveer que se
guarde con la mayor diligencia la llave del sagrario en el que está reservada la santísima
eucaristía” (CIC 938 § 5), hay que decir que sólo por especial concesión de la santa sede
puede guardar la llave del sagrario un laico (Instrucción Nullo unquam 6, AAS 30 (1938),
p. 203-204).
B. Guardar la Sagrada Eucaristía en sus casas: “a nadie le está permitido conservar en su casa
la Santísima Eucaristía o llevarla consigo en los viajes, a no ser que lo exija una necesidad
pastoral y observando las prescripciones dictadas por el Obispo diocesano” (CIC 935).
C. Llevar la sagrada comunión a los enfermos sin la autorización expresa del párroco, quien
a su vez deberá velar para que en la medida de lo posible se realice entre dos personas y se
transporte la sagrada eucaristía en un porta viáticos digno.
D. Cuando el ministro extraordinario lleve la sagrada comunión a los enfermos irá directamente
desde el lugar donde se reserva el santísimo sacramento hasta el domicilio del enfermo, por
lo tanto debe excluir cualquier actividad profana, para evitar todo peligro de profanación y
para guardar el sumo respeto al Cuerpo del Señor (Ver Instrucción Redemptionis sacramen-
tum, n. 133).
39
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ANEXO II
Ref. ARZPASTORAL 013/2003
NORMAS COMPLEMENTARIAS
1. Los ministros extraordinarios no usan ornamentos sagrados, para así distinguir su función de
la de los ministros ordenados. Ellos deben más bien distinguirse por su vestimenta seglar, la
cual debe ser siempre adecuada, sobria y digna.
3. Se aconseja vivamente que después del rezo del Padrenuestro, los ministros extraordinarios
se dirijan a la sacristía de la iglesia para lavarse las manos. Recién al comenzar el rito de la
Fracción del Pan, ellos se dirigen al presbiterio. Lo primero que hacen al llegar a él es una
genuflexión a la Eucaristía. Antes de la Comunión, se quedan de pie a un lado, no en el altar
o cerca del mismo, porque no son concelebrantes o diáconos4.
40
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
4. Son los primeros en comulgar recibiendo la Comunión solamente bajo la especie del Cuerpo
de Cristo. Después de hacerlo reciben del ministro ordenado el copón para distribuir la Eu-
caristía a sus hermanos. A cada ministro deberá acompañarlo un monaguillo con una patena.
De esta manera se evitará el peligro que la hostia o alguna de sus partículas puedan caer al
piso. El Cuerpo de Cristo está presente también en cada una de las partes del pan consagrado
por pequeña que ésta pueda ser.
6. Nunca deberán presentar el copón para que cada uno se sirva. Han de realizar el gesto mi-
nisterial conforme a lo que hizo el Señor: “Se lo dio diciendo: ¡Tomad!”. Asimismo darán
importancia al diálogo de la Comunión. El ministro que distribuye la Eucaristía muestra la
hostia consagrada al fiel y dice: “el Cuerpo de Cristo”; y espera la respuesta del “Amén”
para recién entregar la Comunión. “El «Amén» que dicen los fieles, cuando reciben la Co-
munión, es un acto de fe personal en la presencia real de Cristo”6. La distribución de la
Comunión debe de hacerse siempre con pausa y dignidad ya que lo que se ofrece y recibe es
nada menos que el Cuerpo del Señor.
41
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
1. Para realizar esta función cada ministro extraordinario debe contar con un porta viático don-
de llevará con dignidad y reverencia el Cuerpo de Cristo, así como un ejemplar del “Ritual
de la Sagrada Comunión fuera de la Eucaristía”.
2. La sagrada Eucaristía deberá ser entregada al ministro extraordinario por el ministro orde-
nado. Está terminantemente prohibido que la sagrada forma sea sacada directamente del
sagrario o tabernáculo por él.
3. Una vez recibidas las hostias las llevarán inmediatamente a los enfermos. Al finalizar la
distribución de la Comunión, si han quedado hostias, éstas deberán o ser consumidas por él
o ser regresadas de inmediato a la iglesia para que queden reservadas en el sagrario. Es un
abuso contra la Eucaristía el quedarse con las hostias consagradas en la propia casa.
4. Deberán tener conocimiento de las personas a quienes se va a visitar y cuidar que las mismas
sepan el día y hora de la visita. De ninguna manera deberán presentarse de improviso o ir a
lugares donde la sagrada Eucaristía pueda correr el riesgo de una profanación por indiferen-
cia u otra causa grave. Cuando los ministros extraordinarios realicen este servicio deberán,
bajo grave responsabilidad, dedicarse íntegra y exclusivamente a distribuir la Comunión a
las personas que van a visitar y nunca combinar la visita a los enfermos, ancianos u otros
impedidos con otras acciones o actividades. Siempre deberán ir acompañados de una perso-
na madura y de conducta recta.
5. Deberán instruir a las familias y personas que van a visitar sobre las razones de este servicio
extraordinario. Asimismo deberán pedir que en el lugar donde se va a distribuir la sagrada
Comunión se prepare una mesa a manera de altar, que esté cubierta con un mantel blanco, y
donde esté colocada una cruz pequeña y un cirio encendido. En dicha mesa el ministro ex-
traordinario depositará la sagrada hostia hasta el momento de darle la Comunión al enfermo,
anciano o impedido.
6. Finalmente deberán observar fielmente el rito que ofrece el “Ritual de la Sagrada Comunión
fuera de la Misa” para esta ocasión.
42
TÍTULO I
DE LA FUNCIÓN DE SANTIFICAR LA IGLESIA
CAPÍTULO I
DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA
DE LA PARTICIPACIÓN DE LA
SANTÍSIMA EUCARISTÍA
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ARZPASTORAL 007/2001
Lima, Julio de 2001
45
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ANEXO I
Excelencia Reverendísima:
2. En este contexto merecen una especial atención las dificultades y los sufri-
mientos de aquellos fieles que se encuentran en situaciones matrimoniales irregulares2.
Los pastores están llamados, en efecto, a hacer sentir la caridad de Cristo y la materna
cercanía de la Iglesia; los acogen con amor, exhortándolos a confiar en la misericordia
de Dios y, con prudencia y respeto, sugiriéndoles caminos concretos de conversión y de
participación en la vida de la comunidad eclesial3.
46
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
efectiva, los divorciados vueltos a casar deberían entrevistarse con un sacerdote prudente
y experto. Su eventual decisión de conciencia de acceder a la Eucaristía, sin embargo,
debería ser respetada por ese sacerdote, sin que ello implicase una autorización oficial.
En estos casos y otros similares se trataría de una solución pastoral, tolerante y benévola,
para poder hacer justicia a las diversas situaciones de los divorciados vueltos a casar.
Esta norma de ninguna manera tiene un carácter punitivo o en cualquier modo discrimi-
natorio hacia los divorciados vueltos a casar, sino que expresa más bien una situación
objetiva que de por sí hace imposible el acceso a la Comunión eucarística: «Son ellos los
que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objeti-
vamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Euca-
ristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía
los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la
indisolubilidad del matrimonio»7.
Para los fieles que permanecen en esa situación matrimonial, el acceso a la Comunión
eucarística sólo se abre por medio de la absolución sacramental, que puede ser concedida
«únicamente a los que, arrepentidos de haber violado el signo de la Alianza y de la fide-
lidad a Cristo, están sinceramente dispuestos a una forma de vida que no contradiga la
indisolubilidad del matrimonio. Esto lleva consigo concretamente que cuando el hombre
y la mujer, por motivos serios, -como, por ejemplo, la educación de los hijos- no pueden
cumplir la obligación de la separación, ”asumen el compromiso de vivir en plena conti-
nencia, o sea de abstenerse de los actos propios de los esposos”»8. En este caso ellos pue-
5 Mc 10,11-12: ”Quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquélla; y si ella repudia
a su marido y se casa con otro, comete adulterio”.
6 Cf. Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1650; cf. también n. 1640 y Concilio de Trento, sess. XXIV: DS 1797-
1812.
7 Exhort. Apost. Familiaris consortio, n. 84: AAS 74 (1982) 185-186.
8 Ibid, n. 84: AAS 74 (1982) 186; cf. JUAN PABLO II, Homilía para la clausura del VI Sínodo de los Obispos,
47
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
6. El fiel que está conviviendo habitualmente «more uxorio» con una persona
que no es la legítima esposa o el legítimo marido, no puede acceder a la Comunión euca-
rística.
En el caso de que él lo juzgara posible, los pastores y los confesores, dada la gravedad de
la materia y las exigencias del bien espiritual de la persona10 y del bien común de la Igle-
sia, tienen el grave deber de advertirle que dicho juicio de conciencia riñe abiertamente
con la doctrina de la Iglesia11. También tienen que recordar esta doctrina cuando enseñan
a todos los fieles que les han sido encomendados.
Esto no significa que la Iglesia no sienta una especial preocupación por la si-
tuación de estos fieles que, por lo demás, de ningún modo se encuentran excluidos de
la comunión eclesial. Se preocupa por acompañarlos pastoralmente y por invitarlos a
participar en la vida eclesial en la medida en que sea compatible con las disposiciones
del derecho divino, sobre las cuales la Iglesia no posee poder alguno para dispensar12. Por
otra parte, es necesario iluminar a los fieles interesados a fin de que no crean que su par-
ticipación en la vida de la Iglesia se reduce exclusivamente a la cuestión de la recepción
de la Eucaristía. Se debe ayudar a los fieles a profundizar su comprensión del valor de la
participación al sacrificio de Cristo en la Misa, de la comunión espiritual13, de la oración,
de la meditación de la palabra de Dios, de las obras de caridad y de justicia14.
48
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
8. Es verdad que el juicio sobre las propias disposiciones con miras al acceso a
la Eucaristía debe ser formulado por la conciencia moral adecuadamente formada. Pero
es también cierto que el consentimiento, sobre el cual se funda el matrimonio, no es una
simple decisión privada, ya que crea para cada uno de los cónyuges y para la pareja una
situación específicamente eclesial y social. Por lo tanto el juicio de la conciencia sobre la
propia situación matrimonial no se refiere únicamente a una relación inmediata entre el
hombre y Dios, como si se pudiera dejar de lado la mediación eclesial, que incluye tam-
bién las leyes canónicas que obligan en conciencia. No reconocer este aspecto esencial
significaría negar de hecho que el matrimonio exista como realidad de la Iglesia, es decir,
como sacramento.
9. Por otra parte la Exhortación Familiaris consortio, cuando invita a los pasto-
res a saber distinguir las diversas situaciones de los divorciados vueltos a casar, recuerda
también el caso de aquellos que están subjetivamente convencidos en conciencia de que
el anterior matrimonio, irreparablemente destruido, jamás había sido válido17. Ciertamen-
te es necesario discernir a través de la vía del fuero externo establecida por la Iglesia si
existe objetivamente esa nulidad matrimonial. La disciplina de la Iglesia, al mismo tiem-
po que confirma la competencia exclusiva de los tribunales eclesiásticos para el examen
de la validez del matrimonio de los católicos, ofrece actualmente nuevos caminos para
demostrar la nulidad de la anterior unión, con el fin de excluir en cuanto sea posible cual-
quier diferencia entre la verdad verificable en el proceso y la verdad objetiva conocida
por la recta conciencia18.
49
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
10. De acuerdo con todo lo que se ha dicho hasta ahora, hay que realizar ple-
namente el deseo expreso del Sínodo de los Obispos, asumido por el Santo Padre Juan
Pablo II y llevado a cabo con empeño y con laudables iniciativas por parte de Obispos,
sacerdotes, religiosos y fieles laicos: con solícita caridad hacer todo aquello que pueda
fortalecer en el amor de Cristo y de la Iglesia a los fieles que se encuentran en situación
matrimonial irregular. Sólo así será posible para ellos acoger plenamente el mensaje del
matrimonio cristiano y soportar en la fe los sufrimientos de su situación. En la acción
pastoral se deberá cumplir toda clase de esfuerzos para que se comprenda bien que no
se trata de discriminación alguna, sino únicamente de fidelidad absoluta a la voluntad de
Cristo que restableció y nos confió de nuevo la indisolubilidad del matrimonio como don
del Creador. Será necesario que los pastores y toda la comunidad de fieles sufran y amen
junto con las personas interesadas, para que puedan reconocer también en su carga el
yugo suave y la carga ligera de Jesús19. Su carga no es suave y ligera en cuanto pequeña o
insignificante, sino que se vuelve ligera porque el Señor -y junto con él toda la Iglesia- la
comparte. Es tarea de la acción pastoral, que se ha de desarrollar con total dedicación,
ofrecer esta ayuda fundada conjuntamente en la verdad y en el amor.
+ Alberto Bovone
Arzobispo tit. de Cesarea de Numidia
Secretario
19 Cf. Mt 11,30.
50
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ANEXO II
El Código de Derecho Canónico establece que: «No deben ser admitidos a la sagrada
comunión los excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o
de la declaración de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto pecado
grave» (can. 915).
En los últimos años algunos autores han sostenido, sobre la base de diversas argumen-
taciones, que este canon no sería aplicable a los fieles divorciados que se han vuelto a
casar. Reconocen que la Exhortación Apostólica Familiaris consortio, de 1981, en su n.
84 había confirmado, en términos inequívocos, tal prohibición, y que ésta ha sido reafir-
mada de modo expreso en otras ocasiones, especialmente en 1992 por el Catecismo de
la Iglesia Católica, n. 1650, y en 1994 por la Carta Annus internationalis Familiae de la
Congregación para la Doctrina de la Fe.
Pero, pese a todo ello, dichos autores ofrecen diversas interpretaciones del citado canon
que concuerdan en excluir del mismo, en la práctica, la situación de los divorciados que
se han vuelto a casar. Por ejemplo, puesto que el texto habla de «pecado grave», serían
necesarias todas las condiciones, incluidas las subjetivas, que se requieren para la exis-
tencia de un pecado mortal, por lo que el ministro de la Comunión no podría hacer ab
externo un juicio de ese género; además, para que se hablase de perseverar «obstinada-
mente» en ese pecado, sería necesario descubrir en el fiel una actitud desafiante después
de haber sido legítimamente amonestado por el Pastor.
Ante ese pretendido contraste entre la disciplina del Código de 1983 y las enseñanzas
constantes de la Iglesia sobre la materia, este Consejo Pontificio, de acuerdo con la Con-
gregación para la Doctrina de la Fe y con la Congregación para el Culto Divino y la
Disciplina de los Sacramentos, declara cuanto sigue:
1.- La prohibición establecida en ese canon, por su propia naturaleza, deriva de la ley di-
vina y trasciende el ámbito de las leyes eclesiásticas positivas: éstas no pueden introducir
cambios legislativos que se opongan a la doctrina de la Iglesia. El texto de la Escritura en
que se apoya siempre la tradición eclesial es éste de San Pablo: «Así, pues, quien come el
pan y bebe el cáliz del Señor indignamente, será reo del cuerpo y de la sangre del Señor.
Examínese, pues, el hombre a sí mismo, y entonces coma del pan y beba del cáliz: pues
el que come y bebe sin discernir el Cuerpo, come y bebe su propia condenación» (1 Cor
11, 27-29).
Este texto concierne ante todo al mismo fiel y a su conciencia moral, lo cual se formula
en el Código en el sucesivo can. 916. Pero el ser indigno porque se está en estado de
pecado crea también un grave problema jurídico en la Iglesia:
51
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
2. Toda interpretación del can. 915 que se oponga a su contenido sustancial, declarado
ininterrumpidamente por el Magisterio y la disciplina de la Iglesia a lo largo de los si-
glos, es claramente errónea. No se puede confundir el respeto de las palabras de la ley
(cfr. can. 17) con el uso impropio de las mismas palabras como instrumento para relati-
vizar o desvirtuar los preceptos.
Sin embargo, no se encuentran en situación de pecado grave habitual los fieles divorcia-
dos que se han vuelto a casar que, no pudiendo por serias razones -como, por ejemplo, la
educación de los hijos- «satisfacer la obligación de la separación, asumen el empeño de
vivir en perfecta continencia, es decir, de abstenerse de los actos propios de los cónyu-
ges» (Familiaris consortio, n. 84), y que sobre la base de ese propósito han recibido el sa-
cramento de la Penitencia. Debido a que el hecho de que tales fieles no viven more uxorio
es de por sí oculto, mientras que su condición de divorciados que se han vuelto a casar
52
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
4.- Teniendo en cuenta la naturaleza de la antedicha norma (cfr. n. 1), ninguna autoridad
eclesiástica puede dispensar en caso alguno de esta obligación del ministro de la sagrada
Comunión, ni dar directivas que la contradigan.
5.- La Iglesia reafirma su solicitud materna por los fieles que se encuentran en esta situa-
ción o en otras análogas, que impiden su admisión a la mesa eucarística. Cuanto se ha
expuesto en esta Declaración no está en contradicción con el gran deseo de favorecer la
participación de esos hijos a la vida eclesial, que se puede ya expresar de muchas formas
compatibles con su situación. Es más, el deber de reafirmar esa imposibilidad de admitir
a la Eucaristía es condición de una verdadera pastoralidad, de una auténtica preocupa-
ción por el bien de estos fieles y de toda la Iglesia, porque señala las condiciones necesa-
rias para la plenitud de aquella conversión a la cual todos están siempre invitados por el
Señor, de manera especial durante este Año Santo del Gran Jubileo.
53
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ARZPASTORAL 014/2003
Lima, 02 de Junio de 2003
Debido a varias consultas que recientemente hemos recibido acerca del “Modo de dis-
tribuir y recibir la Sagrada Comunión”, me es grato recordarle las siguientes normas
litúrgicas vigentes.
También hay que dar importancia al diálogo de la comunión: el ministro que distribuye la
Eucaristía muestra la hostia consagrada al fiel y dice: “el Cuerpo de Cristo”2; y espera la
respuesta del “Amén” para recién entregar la comunión. El «Amén» que dicen los fieles,
cuando reciben la Comunión, es un acto de fe personal en la presencia de Cristo» . La
distribución de la comunión debe de hacerse siempre con pausa y dignidad ya que lo que
se ofrece y recibe es nada menos que el Cuerpo del Señor.
«Obran contra las normas —dice la Congregación romana en su respuesta- tanto quienes
54
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
obligan a los comulgantes a recibir la hostia solamente en las manos, como quienes nie-
gan a los fieles la recepción de la Comunión en la mano, en las diócesis donde se permite
este uso».
Aquellos fieles que deseen recibir la comunión en la mano deberán ser instruidos en la
manera de hacerlo: extender la mano izquierda, bien abierta, haciéndole con la derecha,
también extendida, “como un trono”, para luego con la derecha tomar la hostia consagra-
da y comulgar allí, antes de volver a su lugar.
Es bueno recordar que no se “coge” la hostia con los dedos -a modo de pinzas-, sino que
el ministro lo deposita dignamente en la palma abierta de la mano. No se “coge”, más
bien se “acoge”, porque la Eucaristía es un don.
Finalmente, el fiel que ha recibido la Eucaristía en su mano, permaneciendo delante del
ministro eucarístico la llevará a su boca antes de regresar a su lugar.
Respecto a si los comulgantes pueden tomar la hostia por sí mismos o siempre han de
recibirla del ministro, en 1980 la Instrucción “Inaestimabile Donum” señaló: «La Co-
munión es un don del Señor, que se ofrece a los fieles por medio del ministro autorizado
para ello. No se admite que los fieles tomen por sí mismos el pan consagrado y el cáliz
sagrado; y mucho menos que se lo pasen de uno a otro»3.
Recordamos que en la Arquidiócesis de Lima no está permitido dar a los fieles la comu-
nión bajo las dos especies en las misas dominicales y de semana. Sólo está permitido
dar a los fieles y consagrados la comunión bajo las dos especies en los siguientes casos:
55
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
comunión de la Iglesia.
g. En sus iglesias a todos los miembros de los Institutos que profesan consejos
evangélicos y de otras asociaciones en las que por los votos religiosos u obliga-
ción o promesa se consagran a Dios; además a todos los que habitualmente viven
en la casa de los miembros de aquellos Institutos y sociedades.
i. A todos los que hacen ejercicios espirituales, en la misa que durante los ejerci-
cios se celebra especialmente por tal grupo con participación activa; a todos los
que participan en una reunión de alguna Comisión de pastoral, en las misas que
celebran en común.
j. A todos aquellos que se mencionan en las letras b y d, en las misas de sus jubi-
leos.
En aquellos casos donde está permitido recibir la Sagrada Comunión bajo las dos espe-
cies eucarísticas y ésta se hace por intinción se tendrá presente lo siguiente:
a. «En el caso de la Comunión bajo las dos especies distribuida por intinción,
nunca está permitido depositar en la mano del fiel la hostia empapada en la
56
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
7. PATENAS EUCARÍSTICAS.
Recientemente el Santo Padre Juan Pablo II ha escrito que «La sagrada Eucaristía, con-
tiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua y Pan
de Vida, que da la vida a los hombres por medio del Espíritu Santo…El tesoro es de-
masiado grande y precioso como para arriesgarse a que se empobrezca o hipoteque por
experimentos o prácticas llevadas a cabo sin una atenta comprobación por parte de las
autoridades eclesiásticas competentes…Por tanto, siento el deber de hacer una acuciante
llamada de atención para que se observen con gran fidelidad las normas litúrgicas en la
celebración eucarística. Son una expresión concreta de la auténtica eclesialidad de la
Eucaristía; éste es su sentido más profundo».
Confiando que el repaso de estas normas le sirva para instruir adecuadamente a sus mi-
nistros ordinarios y extraordinarios de la sagrada comunión, así como a todos sus fieles,
aprovecho la oportunidad para renovarle los sentimientos de mi más alta estima en el
Señor.
57
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ARZPASTORAL 019/2004
Lima, 12 de Agosto de 2004
El pasado 16 de Julio, fiesta de Nuestra Señora del Carmen, el Señor Arzobispo Primado,
mediante el Decreto Arzobispal Canc.-127/ARZ/04, encargó a la Oficina de Pastoral del
Arzobispado de Lima preparar un subsidio con las principales normas de la Instrucción
Redemptionis Sacramentum, para que éste sirva como guía de estudio y comprensión
del documento Vaticano y pueda además ser usado para la organización de jornadas de
reflexión con los fieles de nuestras comunidades. Mediante la adjunta publicación damos
cumplimiento al pedido del Señor Cardenal.
Confiamos que este trabajo contribuya a que participemos de manera más plena, cons-
ciente y activa, en la celebración del misterio Eucarístico y a que crezcamos en la reve-
rencia, piedad y amor frente al don del Cuerpo y de la Sangre del Señor Jesús.
58
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
CAPÍTULO I
La Ordenación de la Sagrada Liturgia
3. Los Presbíteros
- Presidan los presbíteros con piedad y fielmente la celebración de los sagrados misterios
de Cristo, especialmente el sacrificio de la Eucaristía y el sacramento de la Reconcilia-
ción. No vacíen el propio ministerio de su significado profundo, deformando de manera
59
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
arbitraria la celebración litúrgica, ya sea con cambios, con mutilaciones o con añadidos
(31).
- Esfuércese el párroco para que la Santísima Eucaristía sea el centro de la comunidad
parroquial. Bajo la autoridad del Obispo diocesano, modere el párroco en su parroquia la
sagrada liturgia, vigilando que no se introduzcan abusos en su celebración (32).
- Procuren los presbíteros cultivar convenientemente la ciencia y el arte litúrgicos, a fin
de que por su ministerio litúrgico las comunidades cristianas que se les han encomenda-
do alaben cada día con más perfección a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo (33).
4. Los Diáconos
- No dejen nunca de vivir el misterio de la fe con alma limpia. Trabajen para que la Sa-
grada Liturgia sea celebrada conforme a las normas de los libros litúrgicos debidamente
aprobados (35).
CAPÍTULO II
La Participación de los Fieles Laicos en la
Celebración de la Eucaristía
- El fiel laico llamado a prestar ayuda en las celebraciones litúrgicas, debe estar debida-
mente preparados y ser recomendable por su vida cristiana, fe, costumbres y fidelidad
60
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
CAPÍTULO III
La Celebración correcta de la Santa Misa
- El pan a consagrar debe ser ázimo, de sólo trigo y hecho recientemente. No se pueden
usar cereales, sustancias diversas del trigo. Es un abuso grave introducir en su fabrica-
ción frutas, azúcar o miel (48).
- Las hostias deben ser preparadas por personas honestas, expertas en la elaboración y
que dispongan de los instrumentos adecuados (48).
- No se excluyan las hostias pequeñas, cuando lo requiere el número de los que van a
recibir la sagrada Comunión (49).
- El vino que se utiliza en la celebración del santo Sacrificio eucarístico debe ser natural,
del fruto de la vid, puro y sin corromper, sin mezcla de sustancias extrañas. Téngase
diligente cuidado que el vino destinado a la Eucaristía se conserve en perfecto estado y
no se avinagre. Está totalmente prohibido utilizar vino del que se tiene duda en cuanto
a su carácter genuino o a su procedencia. No se debe admitir bajo ningún pretexto otras
bebidas de cualquier género (50).
2. La Plegaria Eucarística
- Sólo se pueden utilizar las Plegarias Eucarísticas del Misal Romano o las aprobadas por
la Sede Apostólica. Los sacerdotes no tienen el derecho de componer plegarias eucarís-
ticas, cambiar el texto aprobado por la Iglesia, ni utilizar otros, compuestos por personas
privadas (51).
- Es un abuso hacer que algunas partes de la Plegaria Eucarística sean pronunciadas por
el diácono, por un ministro laico, o bien por uno sólo o por todos los fieles juntos. La Ple-
garia Eucarística debe ser pronunciada en su totalidad, y solamente, por el sacerdote (52).
- Mientras el Sacerdote celebrante pronuncia la Plegaria Eucarística, no se realizarán
otras oraciones o cantos, y estarán en silencio el órgano y los otros instrumentos musica-
les, salvo las aclamaciones del pueblo previstas en el rito (53).
- El sacerdote no puede partir la hostia en el momento de la consagración (55).
- En la Plegaria Eucarística no se puede omitir la mención del Sumo Pontífice y del
Obispo diocesano (56).
- Los fieles tienen el derecho de tener una música sacra adecuada e idónea y que en el
61
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
altar, las vestiduras litúrgicas y los paños sagrados resplandezcan por su dignidad, no-
bleza y limpieza (57). (Ver Arzobispado de Lima “Circulares, Mensajes y Documentos
—2003”, Participación de los Coros en los Templos —Orientaciones, pp. 57-65.)
- No se pueden cambiar y variar los textos de la sagrada Liturgia (59).
- No se pueden separar la liturgia de la Palabra y la liturgia Eucarística, ni celebrarlas en
lugares y tiempos diversos, aunque sea el mismo día (60).
- No está permitido omitir o sustituir, arbitrariamente, las lecturas bíblicas prescritas, ni
cambiar las lecturas y el salmo responsorial, que contienen la Palabra de Dios, con otros
textos no bíblicos (62).
- La lectura del Evangelio se reserva al ministro ordenado. Un laico, aunque sea religio-
so, no debe proclamar la lectura evangélica en la celebración de la Misa, ni tampoco en
otros casos, en los cuales no sea explícitamente permitido por las normas (63).
- La homilía nunca la hará un laico. Tampoco los seminaristas, estudiantes de teología,
asistentes pastorales, ni cualquier miembro de alguna asociación de laicos (64-66).
- La homilía debe iluminar desde Cristo los acontecimientos de la vida, sin vaciar el sen-
tido auténtico y genuino de la Palabra de Dios, por ejemplo, tratando sólo de política o
de temas profanos, o tomando como fuente ideas que provienen de movimientos pseudo-
religiosos contemporáneos (67).
- No se puede admitir un “Credo” o Profesión de fe que no se encuentre en los libros
litúrgicos debidamente aprobados (69).
- A las ofrendas, además del pan y el vino, se pueden agregar otros dones. Estos últimos
se pondrán en un lugar oportuno, fuera de la mesa eucarística. Para proteger la dignidad
de la sagrada Liturgia, conviene que las ofrendas sean presentadas en forma apta (70).
- La paz se debe dar antes de distribuir la sagrada Comunión, y se recuerda que esta prác-
tica no tiene un sentido de reconciliación ni de perdón de los pecados, sino que más bien
significa la paz, la comunión y la caridad antes de recibir la santísima Eucaristía (71).
- El gesto de la paz debe realizarse sobriamente, dándose sólo a los más cercanos. El sa-
cerdote puede dar la paz a los ministros, permaneciendo siempre dentro del presbiterio,
para no alterar la celebración. Hágase del mismo modo si, por causa razonable, desea dar
la paz a algunos fieles (72).
- La fracción del pan eucarístico la realiza solamente el sacerdote celebrante, ayudado,
si es el caso, por el diácono o por un concelebrante, pero no por un laico. Ésta comienza
después de dar la paz, mientras se dice el “Cordero de Dios”. No se debe prolongar este
rito sin necesidad (73).
- Las instrucciones o testimonios de vida cristiana expuestos por un laico, se harán fuera
de la celebración de la Misa. Su sentido no debe confundirse con la homilía, ni suprimirla
(74).
62
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
sí pueden escuchar confesiones en el mismo lugar donde se celebra Eucaristía. Esto debe
hacerse de manera adecuada (76).
- La celebración de la Misa no puede ser intercalada como añadido a una cena común,
ni unirse con cualquier tipo de banquete. No se debe celebrar la Misa, a no ser por grave
necesidad, sobre una mesa de comedor, o en el comedor, o en el lugar que será utilizado
para un convite, ni en cualquier sala donde haya alimentos. Los participantes en la Misa
tampoco se sentarán en la mesa, durante la celebración (77).
- No está permitido relacionar la celebración de la Misa con acontecimientos políticos o
mundanos, o con otros elementos que no concuerden plenamente con el Magisterio (78).
- No se debe celebrar la Misa por el simple deseo de ostentación o celebrarla según el
estilo de otras ceremonias, especialmente profanas (78).
- No se debe introducir ritos tomados de otras religiones en la celebración de la Misa
(79).
CAPÍTULO IV
La Sagrada Comunión
- El sacerdote no debe proseguir la Misa hasta que haya terminado la Comunión de los
fieles (88).
- Sólo donde la necesidad lo requiera, los ministros extraordinarios de la sagrada comu-
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DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
- Cada vez que celebra la Santa Misa, el sacerdote debe comulgar en el altar, pero antes
que de que proceda a la distribución de la Comunión, lo hacen los concelebrantes (97).
- Para la comunión de los sacerdotes concelebrantes utilícese siempre hostias consagra-
das en la misma Misa y reciban todos los concelebrantes, siempre, la comunión bajo las
dos especies. Si un sacerdote o diácono entrega a los concelebrantes la hostia sagrada o
el cáliz, no debe decir nada, es decir, no pronuncia las palabras “el Cuerpo de Cristo” o
“la Sangre de Cristo” (98).
- La comunión bajo las dos especies está siempre permitida a los sacerdotes que no pue-
den celebrar o concelebrar en la acción sagrada (99).
- Para administrar a los laicos Comunión bajo las dos especies, se deben tener en cuenta,
convenientemente, las circunstancias, sobre las que deben juzgar en primer lugar los
Obispos diocesanos (101).
- Se debe excluir totalmente la administración de la Comunión bajo las dos especies
cuando exista peligro, incluso pequeño, de profanación (101).
- No debe administrarse la Comunión con el cáliz a los laicos:1) Donde sea tan grande
el número de los que van a comulgar que resulte difícil calcular la cantidad de vino para
la Eucaristía y exista el peligro de que sobre demasiada cantidad de Sangre de Cristo,
que deba sumirse al final de la celebración. 2) Donde el acceso ordenado al cáliz sólo sea
posible con dificultad. 3) Donde sea necesaria tal cantidad de vino que sea difícil poder
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OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
CAPÍTULO V
Otros Aspectos que se refieren a la Eucaristía
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DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
- El alba debe estar ceñida a la cintura con el cíngulo. Si el alba no cubre el cuello, úsese
el amito (122).
- La vestidura propia del sacerdote celebrante es la casulla revestida sobre el alba y la
estola. El sacerdote que se reviste con la casulla debe ponerse la estola (123).
- El celebrante principal siempre deberá llevar la casulla y la estola del color litúrgico
prescrito. Los sacerdotes concelebrantes deberán procurar usar también la casulla y la
estola, por lo menos de color blanco. Sólo por causa justa (por ejemplo gran número de
concelebrantes o falta de ornamentos), podrán omitir llevar la casulla y usar sólo la estola
sobre el alba (124).
- El diácono deberá esforzarse por usar la dalmática sobre el alba y la estola (125).
- Se reprueba el no llevar las vestiduras sagradas, o vestir solo la estola sobre la cogulla
monástica, o el hábito común de los religiosos, o la vestidura ordinaria (126).
- En todas las iglesias y oratorios deberá haber un número adecuado de ornamentos litúr-
gicos, confeccionados según las normas (126).
CAPÍTULO VI
La reserva de la Santísima Eucaristía y su culto fuera de la Misa
66
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
CAPÍTULO VII
Ministerios Extraordinarios de los Fieles Laicos
- Las tareas pastorales de los laicos no deben asimilarse demasiado a la forma del minis-
terio pastoral de los clérigos. Los asistentes pastorales no deben asumir lo que propia-
mente pertenece al servicio de los ministros sagrados (149).
- Solamente por verdadera necesidad se recurra al auxilio de ministros extraordinarios,
en la celebración de la Liturgia. Pero esto, no está previsto para asegurar una plena
participación a los laicos, sino que, por su naturaleza, es suplementario y provisional.
Además, donde por necesidad se recurra al servicio de los ministros extraordinarios,
multiplíquense especiales y fervientes peticiones para que el Señor envíe pronto un sa-
cerdote para el servicio de la comunidad y suscite abundantes vocaciones a las sagradas
órdenes (151).
- Estos ministerios de mera suplencia, no sean ocasión para que se deforme el ministerio
67
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
2. La Predicación
- El pueblo cristiano tiene derecho a que sea celebrada la Eucaristía en su favor, los
domingos y fiestas de precepto, o cuando concurran otros días festivos importantes, y
también diariamente cuando sea posible (162).
- Los laicos tienen derecho a que ningún sacerdote, a no ser que exista verdadera impo-
sibilidad, rechace nunca celebrar la Misa en favor del pueblo, o que ésta sea celebrada
por otro sacerdote, si de diverso modo no se puede cumplir el precepto de participar en
la Misa, el domingo y los otros días establecidos (163).
- Cuando falta el ministro sagrado, el pueblo cristiano tiene derecho a que el Obispo, en
lo posible, procure que se realice alguna celebración dominical para esa comunidad. Esta
clase de celebraciones deben ser consideradas siempre como absolutamente extraordina-
rias, los responsables de las mismas (diácono o fieles laicos), deberán mantener viva en
la comunidad una verdadera “hambre” de la Eucaristía (164).
- Es necesario evitar cualquier confusión entre este tipo de reuniones y la celebración
eucarística. Los Obispos diocesanos determinarán si se debe o no distribuir la Eucaristía
68
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
en este tipo de reuniones. En ausencia de un ministro sagrado, será preferible que las
diversas partes de la reunión sean distribuidas entre varios fieles, en vez de que uno sólo
dirija toda la celebración. No conviene en ningún caso, que se siga que un fiel laico “pre-
side” la celebración (165).
- Se ruega vivamente a los sacerdotes que celebren diariamente la Santa Misa por el
pueblo, en una de las iglesias que le han sido encomendadas (166).
- El clérigo que ha sido apartado del estado clerical está prohibido de ejercer la potestad
de orden. No le está permitido celebrar los sacramentos. Los fieles no pueden recurrir a
él para la celebración (168).
CAPÍTULO VIII
Los remedios
- Para evitar los abusos en torno a la Eucaristía, lo que más urge es la formación bíblica
y litúrgica del pueblo de Dios, pastores y fieles, de modo que la fe y la disciplina de
la Iglesia, en lo que se refiere a la sagrada Liturgia, sean presentadas y comprendidas
rectamente. Sin embargo, donde los abusos persistan, debe procederse en la tutela del
patrimonio espiritual y de los derechos de la Iglesia, conforme a las normas del derecho,
recurriendo a todos los medios legítimos (170).
1. Graviora Delicta
- Aunque el juicio sobre la gravedad de los actos se hace conforme a la doctrina común
de la Iglesia y las normas por ella establecidas, como actos graves se consideran siempre,
objetivamente, los que ponen en peligro la validez y dignidad de la santísima Eucaristía,
esto es, contra lo que se explicó más arriba, en los nn. 48-52, 56, 76-77, 79, 91-92, 94,
96, 101-102, 104, 106, 109, 111, 115, 117, 126, 131¬133, 138, 153 y 168. Prestándose
69
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
3. Otros abusos
- Cuando algo sea realizado mal, corríjase, conforme a las normas del derecho (175).
4. El Obispo Diocesano
- Al Obispo Diocesano le corresponde dar normas obligatorias para todos, sobre materia
litúrgica (176).
- El Obispo debe promover la disciplina que es común a toda la Iglesia, exigir el cumpli-
miento de las leyes eclesiásticas, y vigilar para que no se introduzcan abusos, especial-
mente acerca del ministerio de la Palabra, la celebración de los sacramentos y sacramen-
tales, el culto de Dios y de los Santos (177).
- Los delitos contra le fe y también los graviora delicta cometidos en la celebración de
la Eucaristía y de los demás sacramentos, deben comunicarse sin demora a la Sagrada
Congregación para la Doctrina de la Fe (179).
5. La Sede Apostólica
- Cualquier católico tiene derecho a exponer una queja por un abuso litúrgico, ante el
Obispo diocesano o el Ordinario competente que se le equipara en derecho, o ante la
Sede Apostólica, en virtud del primado del Romano Pontífice (184).
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OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ARZPASTORAL 02/2011
Lima, 07 de febrero del 2011
Desde sus inicios, la Iglesia profesa con profunda convicción que el “sacramento
más Augusto, en el que se contiene, se ofrece y se recibe al mismo Cristo Nuestro Señor,
es la Santísima Eucaristía, por la que Ella vive y crece continuamente”1. La Sagrada Eu-
caristía es vital en la vida de los fieles pues “es el centro de toda la vida cristiana”2, cuya
importancia radica en la comunión sacramental con Cristo. El Papa Benedicto XVI nos
recuerda que la Eucaristía “alimenta y acrecienta en nosotros lo que ya se nos ha dado en
el Bautismo, por el cual todos estamos llamados a la santidad”3. Por ello, es un ardiente
deseo de la Iglesia, Madre y Maestra, que los fieles participen plena, consciente y activa-
mente de la Santa Eucaristía4. Dicha participación en la Santa Misa es más plena cuando
el fiel se acerca a la comunión eucarística, verdadero acto sacramental que supone la
fe, a la vez que la nutre y la expresa. “Ciertamente, lo mejor es que todos aquellos que
participan en la celebración de la santa Misa y tienen las debidas condiciones, reciban
en ella la sagrada Comunión. Sin embargo, alguna vez sucede que los fieles se acercan
en grupo e indiscriminadamente a la mesa sagrada. Es tarea de los pastores corregir con
prudencia y firmeza tal abuso”5.
Esta tarea, propia de nosotros, ministros del altar, requiere hacer entender a los
fieles que la participación plena supone primero tener total conciencia del Misterio que
se celebra y disposición de hacer ´vida´ el misterio celebrado. Nunca debemos olvidar
que la celebración de la Santa Misa es la actualización del sacrificio de la Cruz; ya que
“privado de su valor sacrificial, se vive como si no tuviera otro significado y valor que
el de un encuentro convival fraterno”6. Por otro lado, la participación activa de los fieles
laicos en la celebración de la Eucaristía no puede equivaler a una mera presencia, más
o menos pasiva, sino que debe ser un continuo ejercicio de su sacerdocio común. La
participación activa es sobre todo profundizar en la palabra de Dios y en el misterio que
se celebra. Movidos por la preocupación de que el excelso Sacramento de la Eucaristía
sea recibido por los fieles con la debida preparación, queremos recordarles que recibir el
sacramento de la Eucaristía supone las siguientes disposiciones interiores:
71
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Cristo se hace presente por acción del Espíritu Santo, bajo la apariencia del pan y el
vino, para que los cristianos entremos en comunión con Él. Cada vez que comemos y
bebemos la carne y sangre del Señor nos alimentamos de Él9. Esta presencia de Cristo no
es figurativa o simbólica sino real, porque “es también corporal y substancial, pues por
ella se hace presente Cristo, Dios y hombre, entero e íntegro”10. Los fieles deben tener
claro que la Sagrada Eucaristía es el mismo Jesús que nació, murió, resucitó y que está
sentado a la derecha del Padre. La participación en la Eucaristía supone, entonces, una
íntima comunión con Jesucristo.
72
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Urge, pues, instruir a los fieles en la necesidad de estar en gracia de Dios para recibir
digna y fructuosamente la Sagrada Comunión. Pido a ustedes el esfuerzo de secundar la
acción del Espíritu que convence acerca del pecado, la justicia y la condena15, enseñando
el recto sentido del pecado y la posibilidad de su remisión en el sacramento de la Con-
fesión. La masiva comunión de los fieles sin la práctica frecuente del sacramento de la
confesión distorsiona de manera grave la pastoral eucarística por lo que les pido una vez
más que sean constantes en dedicar horas a la confesión.
La práctica del ayuno no sólo es un deber legal, implica el querer preparar el alma y el
cuerpo para que el Señor tome posesión de nosotros. Hay que recordar que “las personas
de edad avanzada o enfermas, y asimismo quienes las cuidan, pueden recibir la santísima
Eucaristía aunque hayan tomado algo en la hora inmediatamente anterior”18.
Monición de preparación
La Santísima Eucaristía es el sacramento fuente y culmen de la caridad cristiana19; ahí
radica la urgencia del cuidado en la comunión del Cuerpo y Sangre de Cristo. Y como
pastores del rebaño de Dios, debemos llevar a los fieles a que cada vez reciban mejor y
fructuosamente las Divinas especies, siguiendo los consejos del Apóstol de los gentiles:
“Examínese, pues, cada cual, y coma así el pan y beba el cáliz”20. Para ayudar a que la Sa-
grada Comunión sea recibida dignamente se propone el uso de las siguientes moniciones,
u otras parecidas, en todas las Misas (en especial en Matrimonios, funerales, bautismos,
etc.) que se celebren en los templos de la Arquidiócesis de Lima. Ella debe ser leída por
un monitor o el mismo celebrante antes de la Sagrada Comunión:
“Yo soy el pan bajado del cielo” dice el Señor. Las personas que estén debida-
mente preparadas y desean comulgar pueden acercase. Para recibir la sagrada
Eucaristía se debe estar plenamente en comunión con la Iglesia Católica y ha-
15 cfr. Jn 16,8
16 CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA, n. 1387
17 CODIGO DE DERECHO CANÓNICO, c. 919.
18 Ibid.
19 BENEDICTO XVI, Exhortación apostólica Sacramentum Caritatis, 1.
20 Cfr. 1Co 11, 28
73
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
llarse en gracia de Dios, es decir sin conciencia de pecado mortal21, los demás
pueden tomar asiento.
Confiando en que estas notas le sirvan para dar mayor realce a la adoración de Nuestro
Señor Jesucristo, agradezco su atención.
74
TÍTULO I
DE LA FUNCIÓN DE SANTIFICAR LA IGLESIA
CAPÍTULO I
DE LA SANTÍSIMA EUCARISTÍA
ARZPASTORAL 018/2001
Al iniciar el año 2002, nuestra Arquidiócesis desea seguir promoviendo la adoración de la San-
tísima Eucaristía, que es la fuente y cumbre de la vida del cristiano y especial vínculo de unidad
eclesial a través del piadoso Ejercicio de las Cuarenta Horas.
Este insigne Ejercicio de oración eucarística fue instituido por el Sumo Pontífice Clemente
VIII en 1592 y ha sido ratificado por varios Pontífices, entre ellos, el Papa Pío VII, quien con-
cedió la indulgencia plenaria a todos los fieles de la ciudad de Lima, quienes “verdaderamente
arrepentidos, confesados y alimentados con el Santísimo Sacramento de la Eucaristía hicieren
el indicado Ejercicio de la oración de las cuarenta horas en los días y en las iglesia que fuere
señalada” (S. S. Pío VII, Breve del 4 de mayo de 1816). En 1899, el Arzobispo de Lima, Mons.
Manuel Tovar estableció que este Ejercicio se realizara en forma de Jubileo circular, costumbre
que fue sancionada por el XVIII Sínodo de Lima en 1959.
Durante el Año 2002, pedimos que los fieles tengan presente la siguiente intención general: Que
en nuestra Arquidiócesis de Lima surjan buenas y santas vocaciones sacerdotales y religiosas.
Para que este Jubileo tenga uniformidad en su desarrollo en la Arquidiócesis, señalamos las
siguientes normas que ayudarán a realizar este Ejercicio convenientemente, teniendo en cuenta,
toda la disciplina doctrinal y litúrgica referente al culto de la Santísima Eucaristía fuera de la
Misa, emanada del Concilio Ecuménico Vaticano II y de los documentos pontificios posterio-
res:
1. Pertenece a la esencia de este piadoso Ejercicio, la oración de los fieles en presencia del
Santísimo Sacramento durante un tiempo en el curso de los tres días del Jubileo de las 40 horas,
para que los fieles, “permaneciendo ante Cristo, el Señor, disfruten de su trato íntimo, le abran
su corazón pidiendo por sí mismos y por todos los suyos y rueguen por la paz y salvación del
mundo, ofreciendo con Cristo toda su vida al Padre en el Espíritu Santo, saquen de este trato
admirable un aumento de su fe, su esperanza y su caridad” (Eucharisticum Mysterium 50).
2. Este Ejercicio está enriquecido con la Indulgencia Plenaria, concedida por Pío VII a los fieles
de la ciudad de Lima, la misma que puede ganarse según lo establecido por el actual Código de
Derecho Canónico (cc 992-997) y que a continuación detallamos:
77
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
- Confesión sacramental, que puede realizarse algunos días antes o después del Ejerci-
cio.
- Oración por las intenciones del Santo Padre el Papa, el mismo día del Ejercicio.
- Realizar alguna de las siguientes obras:
4. La indulgencia se gana una sola vez al día y se puede aplicar en sufragio de un difunto.
7. Téngase presente todo lo prescrito sobre la adoración del Santísimo Sacramento fuera de la
Misa, muy en especial:
- La solemnidad de la exposición.
- Concordancia con los tiempos señalados por la sagrada Liturgia y el Jubileo de las 40
horas.
10. Así mismo, se debe organizar las Confesiones para esta ocasión, si es posible, pidiendo
ayuda a las parroquias de la Vicaría Pastoral.
11. Encargamos a los Vicarios Pastorales vigilar y cuidar la mejor realización de este Ejercicio.
78
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
12. Se adjunta a esta Circular el rol de turnos de adoración durante el año 2002. Este rol será im-
preso en afiches y trípticos que serán distribuidos en las distintas parroquias y templos de Lima.
Que María Santísima, que permaneció y sigue permaneciendo ante el Señor en constante ado-
ración los ayude y sostenga en este santo propósito.
79
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ARZPASTORAL 016/2002
Lima, Agosto de 2002
1. Introducción.
El culto a la Sagrada Eucaristía debe su origen a la reserva que se hacía del Santísimo
Sacramento para administrar la comunión a los enfermos. Éste fue su fin primigenio y
primario. Después la Iglesia ha promovido esta reserva para que la Eucaristía pueda ser
objeto de culto y adoración diaria por parte de los fieles cristianos, así como para su distri-
bución fuera de la Misa1. Ahora bien, el lugar para la reserva de la Sagrada Eucaristía es el
Sagrario o Tabernáculo. La palabra “Sagrario” ya indica que es el lugar donde se guarda
lo sagrado. “Tabernaculum” en latín significa “tienda de campaña”, de ahí la fiesta de los
Tabernáculos o de las Tiendas en Israel, y sobre todo la “tienda del encuentro” donde Dios
se manifestaba al pueblo escogido.
Hoy en día, se hace muy necesario velar con solicitud por la seguridad del Sagrario para
así evitar todo peligro de profanación. Por ello para brindar eficaz seguridad al mismo, se
deben observar las siguientes disposiciones:
1. Durante el tiempo que la iglesia o templo permanezca abierto, siempre deberá haber
una persona de toda confianza que ejerza continua vigilancia sobre el Sagrario y/o sobre
la capilla donde está expuesto el Santísimo Sacramento.
2. Cuando se proceda a cerrar la iglesia o templo se habrán de tomar todas las precauciones del caso para
que éste quede muy bien cerrado (ventanas y puertas) y no quede en su interior ninguna persona escondida.
80
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
3. La llave del Sagrario debe ser diligentemente custodiada3. Todas las demás precaucio-
nes resultarán ineficaces, si esta última no se observa con particular esmero.
4. Por tanto no se dejará nunca la llave del Sagrario sobre el altar o en la cerradura del
mismo, ni siquiera durante los actos de culto (celebración de la Santa Misa, exposición
del Santísimo Sacramento, distribución de la Comunión fuera de la Misa, etc.), especial-
mente si el Sagrario está en un lugar apartado y menos visible.
5. El sacerdote encargado (párroco, administrador parroquial, vicario parroquial, cape-
llán, rector de iglesia), y no otra persona, es el responsable de la llave del Sagrario. Por
ello, terminados los actos de culto, guardará este sacerdote la llave del Sagrario en su
propia casa, o la dejará en la sacristía en lugar secreto y seguro, bajo otra llave, que a su
vez guardará en casa cuidadosamente.
6. Se vuelve a recordar que no se debe admitir a celebrar la Eucaristía u otro sacramento o
sacramental, a ningún sacerdote cuya identidad y facultades ministeriales no hayan sido
primero plenamente establecidas. Pídasele siempre a los sacerdotes transeúntes (sean de
la propia diócesis u otra), así como a los sacerdotes de otros países que estén de visita, el
respectivo carné de identidad sacerdotal.
7. En cada parroquia, capellanía o rectoría, deberá haber un “Libro de Misas” que será
firmado por los sacerdotes transeúntes (sean de la propia diócesis u otra) así como por
los sacerdotes provenientes de otros países. Dicho libro deberá contar con los siguientes
datos a llenarse: Nombre del sacerdote; día y hora de la celebración eucarística; intención
de la Misa; diócesis de origen; y firma.
8. Se recuerda una vez más que, cuando sea necesario, la sagrada Eucaristía deberá ser
entregada al ministro extraordinario de la sagrada Comunión en un porta viático por el
párroco, el vicario parroquial, el capellán o el rector de la iglesia. Está terminantemente
prohibido que, fuera de los ministros ordinarios, la sagrada forma sea sacada directamen-
te del sagrario o tabernáculo.
9. Todos estos criterios y disposiciones acerca de las cualidades que debe tener un Sagra-
rio, así como del cuidado que se le debe brindar, parten del hecho que en él se deposita el
tesoro más grande de la Iglesia peregrina: la Santísima Eucaristía. «En el santísimo sacra-
mento de la Eucaristía están “contenidos verdadera, real y substancialmente el Cuerpo y
la Sangre junto con el alma y la divinidad de nuestro Señor Jesucristo, y, por consiguiente,
Cristo entero” (DS 1651)4».
81
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ARZPASTORAL 019/2003
Lima, 13 de Octubre de 2003
DOCUMENTO DE LA CONGREGACIÓN
PARA LA DOCTRINA DE LA FE
SOBRE EL USO DEL GLUTEN Y MOSTO
Luego de un cordial saludo en Cristo, me es muy grato hacerle llegar el adjunto docu-
mento de la “Congregación para la Doctrina de la Fe”, donde se estudia como resolver
las dificultades que tienen algunas personas en la recepción de la comunión eucarística
cuando, por diferentes y graves motivos, no pueden asumir pan preparado normalmente
o vino normalmente fermentado.
Sin otro particular, aprovecho la ocasión para renovarle los sentimientos de mi más alta
estima en el Señor.
82
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Excelencia:
Desde hace muchos años la Congregación para la Doctrina de la Fe estudia cómo resolver
las dificultades que tienen algunas personas en la recepción de la comunión eucarística
cuando, por diferentes y graves motivos, no pueden asumir pan preparado normalmente
o vino normalmente fermentado.
Para ofrecer a los Pastores orientaciones comunes y seguras, en el pasado han sido emana-
dos varios documentos (CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE, Rescrip-
tum, 15 de diciembre de 1980, en Leges Ecclesiae, 6/4819, 8095¬8096; De celebrantis
communione, 29 de octubre de 1982, en AAS 74, 1982, 1298¬1299; Lettera ai Presidenti
delle Conferenze Episcopali, 19 de junio de 1995, en Notitiae 31, 1995, 608-610).
Ahora se estima oportuno volver sobre el asunto, a la luz de la experiencia de los últimos
años, retomando y aclarando donde sea necesario, los documentos antes mencionados.
1. Las hostias sin nada de gluten son materia inválida para la Eucaristía.
2. Son materia válida las hostias con la mínima cantidad de gluten necesaria para obtener
la panificación sin añadir sustancias extrañas ni recurrir a procedimientos que desnatura-
licen el pan.
3. Es materia válida para la Eucaristía el mosto, esto es, el zumo de uva fresco o conserva-
do, cuya fermentación haya sido suspendida por medio de procedimientos que no alteren
su naturaleza (por ejemplo, el congelamiento).
1. El fiel celíaco que no pueda recibir la comunión bajo la especie del Pan, incluido el pan
con una mínima cantidad de gluten, puede comulgar bajo la sola especie del Vino.
2. El sacerdote que no pueda comulgar bajo la especie del Pan, incluido el pan con una
mínima cantidad de gluten, puede, con permiso del Ordinario, comulgar bajo la sola es-
pecie del Vino cuando participa en una concelebración.
3. El sacerdote que no pueda asumir ni siquiera una mínima cantidad de vino, en caso
que le fuera difícil procurarse o conservar el mosto, puede, con permiso del Ordinario,
comulgar bajo la sola especie del Pan cuando participa en una concelebración.
4. Si el sacerdote puede asumir el vino sólo en cantidades muy pequeñas, en la celebra-
ción individual, la especie del Vino restante será consumida por un fiel que participa en
la Eucaristía.
83
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Mientras le solicito que transmita la presente a los demás miembros de esa Conferencia
Episcopal, aprovecho la circunstancia para saludarle con sentimientos de estima en Cris-
to.
84
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ARZPASTORAL 020/2003
Lima, 15 de Octubre de 2003
La Iglesia siempre ha tenido en gran estima a los coros, ya que un coro bien formado aña-
de belleza y solemnidad a la liturgia y también ayuda y alienta a través del canto a que la
asamblea congregada celebre de manera más plena, consciente y activa el misterio de la
fe. Es bueno recordar que los que conforman los coros no son sólo aficionados a la música
o profesionales que actúan, sino antes que nada son bautizados, es decir son creyentes ,
jóvenes o niños—que cuando cantan en la acción sagrada celebran ellos mismos su fe y
ayudan a que la comunidad participe mejor de la celebración litúrgica.
Sin embargo, últimamente se viene constatando en algunas iglesias y templos de nuestra
Arquidiócesis, que algunos coros, por falta de una adecuada formación en la naturaleza
de la liturgia, caen en algunos desaciertos durante las celebraciones litúrgicas, sobre todo
con ocasión de la celebración del sacramento del matrimonio y de las misas por diversas
necesidades, rituales y votivas. El presente documento busca ofrecer unas pistas de re-
flexión y algunos criterios de orientación para que los párrocos, capellanes y rectores de
iglesias puedan orientar mejor la participación de los coros en sus templos, y así ayudar a
que ellos contribuyan al esplendor de la liturgia.
1. Hay que recordar que los “templos” son lugares sagrados5, destinados por su consa-
gración con carácter permanente a la celebración de los divinos misterios y donde se
administran los sacramentos, en especial la Eucaristía.
Los “templos” son verdaderamente la casa de Dios, y son los lugares donde mora el Se-
ñor en el Santísimo Sacramento del Altar. ¡Con cuánta más razón que el pueblo de Israel
podemos nosotros hacer nuestras las palabras de la Sagrada Escritura!: “Qué amables son
tus moradas, oh Señor de los ejércitos…Qué alegría cuando me dijeron, vamos a la casa
del Señor”6.
Es por ello que las iglesias o templos no pueden ser considerados simplemente como
lugares “públicos”, es decir, lugares donde se puede tener todo tipo de reuniones o hacer
todo tipo de acciones. Cuando las iglesias se utilizan para finalidades distintas de la pro-
pia o en ellas se ejecutan acciones profanas se pone en peligro su naturaleza sagrada, con
consecuencias negativas.
5 Ver Sagrada Congregación para el Culto Divino “Carta sobre los conciertos en las iglesias”, 5-11-87, n. 5.
6 Salmo 83,1; 121,1.
85
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
3. Por ello entre los muchos signos y símbolos usados por la Iglesia para celebrar su
fe, la música es de importancia preeminente. Como canto sagrado unido a las palabras
forma una parte necesaria e integral de la liturgia solemne. Sin embargo, la función de la
música es “ministerial”, es decir, debe servir y nunca dominar. La música debe ayudar a
los creyentes reunidos a expresar y compartir el don de la fe. Debe realzar los textos de
modo que hablen más plena y efectivamente. La calidad del gozo y del entusiasmo que la
música añade al culto de la comunidad no puede ser obtenida de otro modo. Finalmente,
ella imparte un sentido de unidad a la asamblea y establece el tono adecuado para una
celebración particular. De esta manera la música sagrada contribuye al fin del culto divino
que es la gloria de Dios y la santificación de los fieles.
4. Por todo lo dicho la música a emplearse en la liturgia es la “música sagrada”. Por ella
se entiende “aquella que, creada para la celebración del culto divino, posee las cualidades
de santidad y de perfección de formas. Con el nombre de música sagrada se designa aquí:
el canto gregoriano, la polifonía sagrada antigua y moderna, en sus distintos géneros, la
música sagrada para órgano y para otros instrumentos admitidos, y el canto sagrado po-
pular, litúrgico y religioso”7.
5. Para que la música sagrada pueda ser también litúrgica son necesarias entre otras las
siguientes condiciones:
a. Un texto que esté de acuerdo con la doctrina católica, más aún que esté tomado
principalmente de la Sagrada Escritura y de las fuentes litúrgicas8.
b. La correspondencia o íntima relación entre la música ejecutada y el rito y el
tiempo litúrgico celebrado (una melodía navideña no sería litúrgica, si es cantada
en cuaresma).
c. El respeto de las rúbricas (no sería litúrgico, después de la primera lectura, un
canto que no fuese un Salmo).
d. La prudente y contenida duración del canto (la Santa Misa no es un concierto).
Por tanto, toda música litúrgica es y debe ser sagrada, pero no necesariamente toda
música sagrada es litúrgica.
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OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
suelen incurrir algunos coros que participan en los templos de nuestra Arquidiócesis. No
pretendemos hacer una relación exhaustiva sino tan sólo señalar algunos de ellos.
1. Es un desacierto que los coros ejecuten en la Santa Misa música de origen y caracte-
rísticas seculares o profanas, tomada del repertorio de moda del momento o del folklore
nacional, popularizada por cantantes e instrumentistas de innegable mérito en su género,
pero que no es apropiada para la liturgia. Asimismo, no es aconsejable para la liturgia,
que la letra haya sido leve o radicalmente retocada para hacerla “religiosa”. Su origen
y características son inconfundibles y son los que se presentan al oído y mente de las
personas cuando se ejecuta en la acción litúrgica. La letra modificada no sacraliza una
composición claramente secular y no pocas veces esas modificaciones contienen algunos
errores doctrinales aunque suene agradable.
2. Los templos tienen por sí mismos un carácter sagrado, independiente a la acción litúr-
gica, porque han sido dedicados (consagrados) al culto divino. Por tanto va en contra de
su naturaleza sagrada el interpretar música secular o profana antes o después de alguna
celebración litúrgica.
a. No hacen distinción en sus cantos entre los tiempos de Adviento, Navidad, Cua-
resma, Pascua y Tiempo Ordinario, o no tienen presentes las diversas Solemnida-
des o Fiestas que la Iglesia celebra. Al no hacer esta distinción se entonan siempre
los mismos cantos, la misma música durante todo el año, lo cual empobrece enor-
memente la celebración del año litúrgico.
b. También es común que los cantos que se suelen emplear, por ejemplo, para la
celebración del sacramento del matrimonio sean los mismos que se usan en las mi-
87
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
sas por diversas necesidades, rituales y votivas; o que el Salmo, que es Palabra de
Dios y que forma parte de la Liturgia de la Palabra, sea reemplazado por cualquier
canción; o que durante la presentación de las ofrendas del pan y el vino se entone
cualquier canto menos uno alusivo a la presentación de los dones; o que se alargue
demasiado el canto de la paz, opacando así el canto o el rezo del Cordero de Dios,
durante el rito de la Fracción del Pan, etc.
c. Algunos coros omiten y/o modifican partes de los textos litúrgicos del Ordinario
de la Misa. De esta manera caen en el desacierto de cantar versiones del Señor ten
piedad, el Gloria, el Santo, el Cordero de Dios y el Padrenuestro, cuya letra no está
en concordancia con el texto del Misal Romano. O que al cantar el Credo, le falten
algunos artículos de fe. Se incurre así en el error de supeditar el texto litúrgico a
una melodía, cuando una de las funciones principales de la música sagrada es re-
vestir el texto litúrgico con una melodía apropiada expresamente compuesta para
hacer al texto más eficaz.
5. Otro desacierto es que durante ciertos ritos o momentos de la celebración que no revis-
ten tanta importancia, algunos coros entonan cantos o melodías de prolongada duración,
entorpeciendo así el ritmo de la celebración litúrgica.
1. Hay que tener presente que “todo instrumento admitido en el culto se utilizará de forma que respon-
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OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
da a las exigencias de la acción litúrgica, sirva a la belleza del culto y a la edificación de los fieles”10.
3. “Los instrumentos que, según el común sentir y el uso normal, sólo son adecuados para la música
profana serán excluidos de toda acción litúrgica, así como de los ejercicios piadosos y sagrados”12. Por
ejemplo, el uso de “baterías” o de “guitarras eléctricas” durante la celebración no sería algo aconse-
jable.
4. Siguiendo la recomendación del Concilio Vaticano II de tener “en gran estima en la Iglesia latina
el órgano de tubos como un instrumento musical tradicional, cuyo sonido puede añadir un esplendor
admirable a las ceremonias de la Iglesia, levantando poderosamente las almas hacia Dios y hacia las
realidades celestiales”13, en la medida de lo posible ahí donde se cuente con este instrumento, aliéntese
su uso en la liturgia por parte de los coros. El avance tecnológico de hoy ha hecho posible que en el
campo de la música se cuente con teclados electrónicos llamados “sintetizadores” que reproducen
con cierta fidelidad el sonido del órgano. Ahí donde los coros puedan usarlos sería muy recomendable
que lo hagan.
2. Sólo se debe interpretar en el templo música sagrada (ver I, 4). “La Iglesia no rechaza en las ac-
ciones litúrgicas ningún género de música sagrada, con tal de que responda al espíritu de la misma
acción litúrgica y a la naturaleza de cada una de sus partes y no impida la debida participación activa
del pueblo”14.
3. Para la elección de los cantos se debe tener en cuenta la naturaleza y la solemnidad de la celebra-
ción litúrgica en la que se va a participar así como el tiempo del año litúrgico que se está viviendo.
“Téngase en cuenta que la verdadera solemnidad de la acción litúrgica no depende tanto de una forma
rebuscada de canto o de un desarrollo magnífico de ceremonias…sino de la ejecución de sus partes
según su naturaleza…pero todo lo que conduzca a omitir, cambiar o a realizar indebidamente uno de
89
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
4. En la medida de lo posible los coros deben escoger algunos cantos litúrgicos que puedan ser canta-
dos por toda la asamblea presente, ya que es toda la asamblea cultual la que debe ejercer el ministerio
de la música. “Ciertamente la acción litúrgica reviste una forma más noble cuando se celebran solem-
nemente, con el canto, los Oficios divinos en los que intervienen los ministros sagrados y el pueblo
participa activamente”2.
5. A veces el coro, dentro de la asamblea de los fieles y como parte de ella, asumirá el papel de lide-
razgo, mientras que otras veces conservará su propio ministerio característico. Esto quiere decir que el
coro dirigirá al pueblo en la oración cantada, alternando o reforzando el canto sagrado de la asamblea,
o realzándolo con la adición de una elaboración musical. Otras veces en el curso de la celebración
litúrgica el coro sólo cantará obras cuyas exigencias musicales requieren de su exclusiva competencia.
Los cantores de los coros deberán cantar con moderación. Ellos deben recordar que su participación
en la acción litúrgica no es equivalente a cantar en un concierto musical o lírico. Por tanto, recomen-
damos a los cantores de los coros no cantar a volúmenes demasiado altos que puedan perturbar a los
asistentes a la celebración o inhibirlos a cantar.
6. Los coros deben hacer uso del tesoro de la música sagrada: “el canto gregoriano, la polifonía sagra-
da antigua y moderna, la música sagrada para órgano y para otros instrumentos admitidos, y el canto
sagrado popular, litúrgico y religioso”3. Además sería muy loable que los coros aprendan a cantar las
aclamaciones y respuestas previstas en el Ordinario de la Misa.
7. Los cantos del Ordinario de la Misa, el Señor ten piedad, el Gloria, el Credo, el Cordero de Dios y el
Padrenuestro, deben guardar fidelidad y concordancia con el texto del Ordinario de la Misa recogido
en el Misal Romano: “debe tenerse también gran respeto a los textos compuestos por la Iglesia. A
nadie le está permitido cambiar, sustituir, quitar o añadir algo a su arbitrio. Con particular interés ha de
respetarse el Ordinario de la Misa”4.
8. Asimismo, el Salmo después de la primera lectura, no debe ser sustituido por una canción reli-
giosa, ya que estaríamos reemplazando la Palabra de Dios por una palabra humana. Si el Salmo no
es cantado por el coro y/o la asamblea, éste deberá ser leído por un lector idóneo. De igual manera,
ninguna canción deberá interrumpir la celebración eucarística más allá del significado de la misma.
Tampoco se debe alargar demasiado los cantos en ciertos ritos o momentos de la celebración como
son por ejemplo la presentación de las ofrendas, el rito de la paz, la firma del pliego matrimonial, etc.,
haciendo que se opaquen o incluso se supriman algunas acciones más importantes como por ejemplo
el canto o el rezo del Cordero de Dios5.
9. Es tarea urgente alentar y velar para que los coros amplíen su repertorio musical y de esta manera
1 Ibid. n. 11.
2 Concilio Vaticano II, Constitución Sacrosanctum Concilium, n. 113.
3 Sagrada Congregación de Ritos, Instrucción Musicam Sacram, 5-3-67, n. 4b.
4 Sagrada Congregación de Ritos, Instrucción, Liturgicae Instaurationes, 5-9-70, n. 3.
5 Ver Sagrada Congregación de Ritos, Instrucción Musicam Sacram, 5-3-67, n. 11.
90
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
tengan cantos apropiados y aprobados para cada tiempo del año litúrgico, para los diversos tipos de
celebraciones y para cada momento de la celebración; y que los cantos del Ordinario de la Misa guar-
den fidelidad y concordancia con el texto oficial del Misal Romano.
Para lograr este objetivo es importante que los párrocos, capellanes y rectores de iglesias sepan acoger
y orientar adecuadamente a los coros que participan en sus templos. Para ello, sería muy recomenda-
ble propiciar reuniones de coordinación y de formación frecuentes con los directores de los coros, por
ejemplo con ocasión del inicio de los diferentes tiempos del año litúrgico.
1. Algunos coros suelen recurrir al servicio de la música grabada. Al respecto hay que recordar que la
liturgia es un complejo de signos expresados por seres humanos vivientes. La música siendo preemi-
nente entre esos signos debe ser “viva”. Por tanto, mientras que la música grabada pudiera ser usada
con ventaja en las misas con niños6 o fuera de la liturgia, nunca debe ser usada dentro de la liturgia
para reemplazar a la asamblea, al coro, al organista o a otros instrumentistas.
2. Otros coros suelen recurrir en la celebración sólo a la música instrumental, es decir a melodías sin
palabras. Si bien la liturgia prefiere la música unida a las palabras pues “el canto sagrado, unido a las
palabras, constituye una parte necesaria o integral de la liturgia solemne”7, ésta se puede usar siempre
y cuando la música instrumental que se interprete sea sagrada y acorde con la naturaleza de la acción
litúrgica. Existe un gran repertorio de música para órgano que ha estado siempre estrechamente aso-
ciado a la liturgia.
Es altamente recomendable usar este repertorio así como otra música religiosa idónea que puede ser-
vir para este fin. Sin embargo, las partes del Ordinario de la Misa como el Señor ten piedad, el Gloria,
el Credo, el Santo, el Cordero de Dios y el Padrenuestro, si se van a interpretar deberán interpretarse
tanto música como texto y no tan sólo su melodía. De no poder cantarse deberán siempre rezarse,
cuando las normas litúrgicas lo establezcan.
3. Es también oportuno señalar que durante la consagración del pan y del vino, los coros se abstendrán
de tocar una vaga música de fondo, la cual entorpece la audición de las palabras de la consagración y
la adoración del misterio eucarístico por parte de la asamblea.
IV. CONCLUSIÓN
Al finalizar estas consideraciones queremos agradecer la labor que los coros realizan en nuestra Ar-
quidiócesis ya que su participación sirve de apoyo a la asamblea de los fieles, congregada para cele-
brar el don de la fe.
Confiamos que las presentes orientaciones y reflexiones sirvan para que pastores, músicos y fieles,
6 Ver Sagrada Congregación para el Culto Divino, Directorio para las Misas con Niños, 22-10-73, n. 32.
7 Concilio Vaticano II, Constitución Sacrosanctum Concilium, n. 112.
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DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
todos a una, nos esforcemos por conseguir el verdadero fin de la música sagrada, “que es la gloria de
Dios y la santificación de los fieles”8, para que así la belleza expresiva de la oración, la participación
unánime de la asamblea en los momentos previstos y el carácter solemne de la celebración, sean vehí-
culos adecuados para que la gracia del Señor toque y convierta los corazones de todos:
“¡Cuánto lloré al oír vuestros himnos y cánticos, fuertemente conmovido por las voces de vuestra
Iglesia, que suavemente cantaba! Entraban aquellas voces en mis oídos, y vuestra verdad se derretía
en mi corazón, y con eso se inflamaba el afecto de piedad, y corrían las lágrimas, y me iba bien con
ellas”9.
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OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ARZPASTORAL 002/2005
Lima, 14 de enero de 2005
I. CONSIDERACIONES PRELIMINARES
La piedad popular favoreció el proceso que instituyó la fiesta del Corpus Christi; a su
vez, ésta fue causa y motivo de la aparición de nuevas formas de piedad eucarística en el
Pueblo de Dios1.
Durante siglos, la celebración del Corpus Christi fue el principal punto de confluencia
de la piedad popular a la Eucaristía. En los siglos XVI-XVII, la fe, reavivada por la ne-
cesidad de responder a las negaciones del movimiento protestante, y la cultura —arte,
literatura, folclore —han contribuido a dar vida a muchas y significativas expresiones
de la piedad popular para con el misterio de la Eucaristía. La devoción eucarística, tan
arraigada en el pueblo cristiano, debe ser educada para que capte dos realidades de fondo:
- Que toda forma de devoción eucarística tiene una relación esencial con el Sa-
crificio eucarístico, ya porque dispone a su celebración, ya porque prolonga las
actitudes cultuales y existenciales suscitadas por ella.
A causa precisamente de esto, el Ritual Romano advierte: “Los fieles, cuando veneran a
1 Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos, Directorio sobre la Piedad Popular
y la Liturgia, nn. 160-163.
93
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Cristo, presente en el Sacramento, recuerden que esta presencia deriva del Sacrificio y
tiende a la comunión, sacramental y espiritual”2
La procesión de la Solemnidad del Cuerpo y Sangre de Cristo es, por así decir, la “forma
tipo” de las procesiones eucarísticas. Prolonga la celebración de la Eucaristía: inmedia-
tamente después de la Misa, la Hostia que ha sido consagrada en dicha Misa se conduce
fuera de la iglesia para que el pueblo cristiano dé un testimonio público de fe y de vene-
ración al Santísimo Sacramento.
Los fieles comprenden y aman los valores que contiene la procesión del Corpus Christi:
se sienten “Pueblo de Dios” que camina con su Señor, proclamando la fe en Él, que se ha
hecho verdaderamente el “Dios con nosotros”.
Con todo, es necesario que en las procesiones eucarísticas se observen normas que regu-
len su desarrollo, en particular las que garantizan la dignidad y la reverencia debidas al
Santísimo Sacramento.
2. Para que en verdad la procesión eucarística sea una pública manifestación de fe y amor,
de todo el Pueblo de Dios, en la presencia real del Señor Jesús en la Eucaristía, invítese a
participar en ella a los sacerdotes, a los ministros sagrados, a las familias, a las comuni-
dades de vida consagrada, a los movimientos eclesiales, a las hermandades y cofradías, a
los colegios y universidades, etc., que forman parte de la comunidad parroquial.
3. Se deberá estudiar bien el recorrido procesional para prevenir cualquier dificultad con
el tráfico y para evitar cualquier peligro de profanación, y así guardar el máximo respeto
al Cuerpo de Cristo. El recorrido procesional nunca deberá traspasar los límites del propio
territorio parroquial.
4. Asimismo, será necesario prever con anticipación los elementos típicos de la piedad
popular que se usarán durante la procesión eucarística, como son entre otros: el adorno
de las calles y de las ventanas, las ofrendas de flores, las alfombras de flores, los altares
donde se colocará el Santísimo en las estaciones del recorrido, los cantos y las oraciones,
etc. Todo ello debe contribuir a que todos manifiesten su fe y amor en la presencia real de
Cristo en la Eucaristía.
94
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
6. “Conviene que la procesión salga de una iglesia y se dirija a otra. Pero nada obsta para
que, habida cuenta de la situación local, pueda también volver a la misma iglesia de la
que salió”5.
95
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Pero el templo cristiano como lugar de culto no tiene sólo un carácter funcional y lo-
gístico sino sobre todo simbólico, por eso “la disposición general del edificio sagrado
conviene que se haga de tal manera que sea como una imagen de la asamblea reunida,
que consienta un proporcionado orden de todas sus partes y que favorezca la perfecta
ejecución de cada uno de los ministerios (Ordenación General del Misal Romano, 257).
De lo expuesto se sigue que hemos de tener en gran estima nuestros templos y hemos de
prepararlos y conservarlos en tal modo que sean siempre elementos con un valor simbó-
lico para la celebración.
Pero en nuestro medio surge otra necesidad con relación a nuestras iglesias y es que algu-
nas de ellas son un patrimonio artístico y cultural y/o cuentan con valiosas obras de arte,
por lo cual hay que ser muy cuidadosos en el tratamiento que se les dé.
Disposiciones sinodales
2. Provéase que en cada templo exista un altar, un ambón y una sede fijos. Esos símbolos
litúrgicos significan por sí mismos. Donde no puedan ser fijos que sean de un material
noble y sean suficientemente significativos. Asimismo provéase los templos parroquiales
de una fuente bautismal digna y una sede para oír las confesiones, dejando siempre la
posibilidad del uso de las rejillas entre el penitente y confesor (CIC c. 964).
3. Cuídese que en toda iglesia, capilla u oratorio facultado para reservar el Santísimo Sa-
cramento de la Eucaristía, haya un sagrario digno y noble, con la suficiente seguridad. En
cuanto a su ubicación, según el espíritu de la renovación conciliar, no es el mejor lugar el
centro del presbiterio. Cuídese que no interfiera con los lugares de la celebración.
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OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ARZPASTORAL /2005
Lima, 01 de noviembre de 2005
I. CRITERIOS GENERALES
4. El mismo Concilio recordó que la Iglesia nunca consideró como propio estilo artístico algu-
no, sino que, acomodándose al carácter y las condiciones de los pueblos, procuró con especial
interés que los lugares sagrados sirvieran al esplendor del culto con dignidad y belleza, aceptan-
do los cambios de materia, forma y ornato que el progreso de la técnica y de la misma liturgia
introdujeron con el correr del tiempo (cfr. Constitución Sacrosanctum Concilium, 122-123).
5. Con motivo del Gran Jubileo del Año Santo 2000, S.S. Juan Pablo II afirmó que la nueva
evangelización exige un renovado compromiso en el culto litúrgico, de modo que, además
de su intrínseco valor estético, los monumentos de arte sagrado deben poseer también valor
catequístico y cultual (cfr. Discurso a la Asamblea Plenaria de la Comisión Pontificia para los
Bienes Culturales de la Iglesia, 31.III.2000, n° 5).
6. Por eso, al evaluar la posible construcción de templos, iglesias u otras estructuras para la
evangelización y el culto público, es preciso tener en cuenta tanto las necesidades prácticas de
la comunidad cristiana como la finalidad litúrgica o catequética de los espacios a construirse y
los medios con los que se cuenta para ello.
7. Con la finalidad de ayudar a los sacerdotes y agentes pastorales responsables de las edifica-
97
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ciones que en el futuro se deba realizar en las parroquias, iglesias, capillas, oratorios y otros lu-
gares similares de atención pastoral de la Arquidiócesis de Lima, el Señor Cardenal Arzobispo
Metropolitano ha dispuesto constituir una Comisión Consultiva.
9. Como su nombre lo indica, esta Comisión es un órgano de consulta del Arzobispo Metropo-
litano de Lima. Ejercerá sus funciones en el marco de la pastoral arquidiocesana de conjunto,
en espíritu de servicio a los fieles, en comunión con los pastores y en sujeción al Ordinario del
lugar.
Conforman la Asamblea:
a) Un sacerdote perito en liturgia y arquitectura religiosa (*)
b) Un ingeniero colegiado, de probada fe católica y vida eclesial, con experiencia en
construcción de locales religiosos (*)
c) Un arquitecto colegiado, de probada fe católica y vida eclesial, con experiencia en
arquitectura religiosa (*)
d) Un laico con experiencia en evangelización (*)
e) El Director de la Sindicatura o su delegado.
11. La Comisión se reunirá una vez al mes y cuando la convoque su Presidente o el Señor
Arzobispo de Lima. Para que la Comisión pueda reunirse en Sesión se requiere la previa convo-
catoria a todos sus miembros, indicando quienes tienen la facultad de decisión en cada reunión.
Los informes o dictámenes de la Comisión se harán por consenso. Cualquiera de sus miembros
podrá dejar constancia de las razones por las que no está de acuerdo con el informe o dictamen
respectivo.
98
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
12. Durante la primera quincena del mes de enero de cada año, la Comisión presentará al Señor
Arzobispo de Lima la Memoria Anual y el Estado de Cuentas del año que ha terminado, así
como someterá a su aprobación el Presupuesto para el año que comienza.
13. El Presidente de la Comisión, junto con el Obispo Auxiliar encargado representan al Señor
Arzobispo Metropolitano. En virtud de ello, les corresponde especialmente:
a) Convocar, presidir, dirigir y levantar las Sesiones de la Comisión, así como decidir
la Agenda a tratarse.
b) Ser el nexo entre el Señor Arzobispo y la Comisión, manteniendo informados a todos
sobre los asuntos que corresponda para la buena marcha de la Comisión.
c) Velar para que la Comisión mantenga siempre su naturaleza y finalidades eclesiales,
así como la fidelidad al Magisterio y al Arzobispo Metropolitano.
d) Cuidar que los criterios de la Comisión se mantengan dentro de lo establecido en la
pastoral arquidiocesana de conjunto.
e) Transmitir por escrito al Señor Arzobispo de Lima los informes o dictámenes de la
Comisión.
15. Cuando lo amerite el caso, la Comisión puede crear Comités especiales para ver asuntos
específicos. Estos Comités estarán compuestos por tres a cinco miembros, pudiéndose invitar
también a fieles que no sean miembros de la Comisión pero que sean expertos en la materia a
tratarse. En caso de que un Comité emita un informe o dictamen, éstos no serán transmitidos a
nombre de la Comisión sin que sean previamente revisados y aprobados por ella.
16. Todo obispo, sacerdote, religioso, religiosa o agente pastoral a cuyo cargo esté la adminis-
tración de un inmueble de propiedad de la Arquidiócesis de Lima o cedido en uso a ésta, deberá
solicitar la autorización del Arzobispo Metropolitano cuando desee realizar obras de construc-
ción, remodelación o ampliación de un templo parroquial, iglesia, capilla, oratorio u otro lugar
de evangelización y culto público que conforma el patrimonio de la Arquidiócesis de Lima.
99
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
18. Recibida la solicitud, el Señor Arzobispo de Lima podrá resolver directamente, pero de
ordinario solicitará la opinión de la Comisión Consultiva, la cual deberá remitirle su informe
en un plazo no mayor a treinta días desde la fecha en que reciba la documentación completa.
20. Los informes o dictámenes que emita la Comisión Consultiva no serán vinculantes para el
Señor Arzobispo Metropolitano, aunque él sabrá valorar la opinión técnica de la Comisión y
de ordinario no actuará de modo contrario al parecer de personas experimentadas y prudentes
como han de ser sus miembros.
21. Durante el presente año 2003, la Comisión podrá introducir algunos cambios al presente re-
glamento, de acuerdo a la experiencia; contando con la autorización del Sr. Arzobispo de Lima.
22. La gestión económica de los proyectos a ejecutarse, así como los mecanismos y decisiones
acerca de los gastos que comporte el trabajo de la Comisión (movilidad, material, etc....) serán
acordados por la misma Comisión, contando con la asesoría del Director de la Sindicatura y la
autorización del Sr. Arzobispo de Lima.
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OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ARZPASTORAL 01/2011
Lima, 07 de febrero del 2011
La Capilla del Santísimo Sacramento está destinada a la exposición del mismo Señor Je-
sucristo, oculto en la apariencia de pan. La capilla debe ser el lugar de encuentro personal
con aquel que nos ama. El arreglo y la disposición del lugar del culto eucarístico en una
parroquia merecen una reflexión pastoral pausada del párroco, y también una gran aten-
ción artística que no se debe dejar de lado. Así, se hace necesario que esta capilla tenga
ciertos cuidados que ayuden a un verdadero espíritu de recogimiento:
Cuidados en cuanto a la organización:
101
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
5. La Santa Hostia expuesta para la adoración debe renovarse frecuentemente para evitar
cualquier tipo de descomposición. Un tiempo prudente es el de quince días7.
6. El ambiente de la capilla debe ser apto para la oración personal, de modo que los fieles
no dejen de venerar al Señor. Se debe procurar que todo en la capilla; diseño, decoración,
luces, etc., nos lleve rápidamente a centrarnos en Jesús Eucaristía, evitando todo tipo de
distracción.
7. Se debe favorecer el silencio. Esto no significa que no estén permitidos el rezo del
Santo Rosario, coronillas, etc. dentro de la misma capilla.
Cuidados en cuanto a la seguridad:
9. Cuando se proceda a cerrar la capilla se habrán de tomar todas las precauciones del
caso para que no quede en su interior ninguna persona escondida.
10. Una vez hecha la reserva del Santísimo Sacramento, la llave del Sagrario debe ser
diligentemente custodiada8. Todas las demás precauciones resultarán ineficaces, si esta
7 CIC 924 y 934,2: se exige la celebración de la Misa en el lugar donde hay reserva por lo menos dos veces al
mes. El CIC 239 exige la renovación frecuente de las especies eucarísticas.
8 Cfr. CIC 938 § 5.
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OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
11. La custodia donde se expone al Señor, debe estar protegida por un cristal seguro, de
manera que nadie pueda tocar y/o llevarse la Hostia Santa, con peligro de profanación.
12. La limpieza y el decoro de la capilla es muy importante, por lo que el párroco debe
designar una persona responsable para que diariamente mantenga digno este lugar de cul-
to. El día de la renovación de la Santa Hostia se debe aprovechar para hacer una limpieza
más profunda de la capilla.
Confiando en que estas notas le sirvan para dar mayor realce a la adoración de Nuestro
Señor Jesucristo, agradezco su atención.
103
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
“La música y el canto son algo más que un embellecimiento —tal vez superfluo— del cul-
to, pues forman parte de la actuación de la liturgia, más aún, son liturgia. Por tanto, una
solemne música sacra con coro, órgano, orquesta y canto del pueblo no es una añadidura
que enmarca y hace agradable la liturgia, sino un modo importante de participación
activa en el acontecimiento cultual”.
Benedicto XVI, Discurso en la basílica de “Nuestra Señora de la Antigua Capilla”
en Ratisbona, 13-11-2006.
Con estas palabras el Papa Benedicto XVI recordaba una práctica que siempre ha estado
presente en la tradición viva de la Iglesia, y es que la música sagrada forma parte integral
de la liturgia y ayuda a una mejor participación de los fieles en la celebración sagrada,
pues eleva el alma a Dios. Con razón decía San Agustín que “el que canta ora dos ve-
ces”. El fin de la música en la celebración eucarística no es, pues, meramente estético o
emotivo, sino que debe ayudar a los fieles a elevar el espíritu y dar gloria a Dios. Por ello
tanto la letra de las canciones como la forma musical que se utiliza debe expresar la fe
de la Iglesia.
A la luz de las enseñanzas del Papa Benedicto XVI, quien está promoviendo insisten-
temente el redescubrimiento del sentido sagrado de la misa, queremos ofrecer en este
documento algunas orientaciones en torno a la música sagrada, teniendo en cuenta espe-
cialmente la participación de los coros en las celebraciones eucarísticas. Recordamos y
actualizamos de esta manera, las orientaciones publicadas en el año 2003 en torno a este
mismo tema, que siguen teniendo plena vigencia.
Debe entenderse por “música sagrada” o “litúrgica” “aquella que, creada para la celebra-
ción del culto divino, posee las cualidades de santidad y de perfección de formas. Con
el nombre de música sagrada se designa aquí: el canto gregoriano, la polifonía sagrada
antigua y moderna, en sus distintos géneros, la música sagrada para órgano y para otros
instrumentos admitidos, y el canto popular, litúrgico y religioso” (Congregación de Ritos,
Instrucción Musicam Sacram, 5-3-1967).
Lamentablemente constatamos que no siempre se han seguido estos criterios. Más bien
en algunas iglesias de nuestra Arquidiócesis se siguen dando situaciones que es necesario
corregir. En los numerales siguientes se indican algunos abusos que se han constatado y
en letra cursiva la corrección necesaria de parte de los sacerdotes y responsables de la
liturgia:
a) Los coros ejecutan durante la Santa Misa canciones de origen y características secu-
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OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
lares o profanas, que aunque puedan ser significativas para quienes los contratan, por
evocar el recuerdo de un familiar, no son propiamente litúrgicas. Es necesario recordar
que no basta que la letra haya sido “cambiada” o “retocada” para convertir en sagrada una
composición que es claramente secular.
En ocasiones los sacerdotes permiten que los coros entonen este tipo de canciones antes
o después de la celebración litúrgica, olvidando que la iglesia es un lugar sagrado donde
mora el Santísimo Sacramento y consagrada para el culto a Dios.
b) En algunas ocasiones los coros seleccionan cantos que no van de acuerdo con el tiempo
litúrgico ni con la naturaleza de la acción sagrada que se va a celebrar. También es fre-
cuente que al entonar el Kyrie, el Gloria, el Credo, el Santo, el Padrenuestro o el Cordero
de Dios, no se siga con fidelidad la letra de los textos originales del Ordinario de la Misa,
distorsionando el sentido de los mismos. En ocasiones durante ciertos momentos de la
celebración se entonan cantos de prolongada duración que entorpecen el ritmo de la cele-
bración litúrgica y opacan otros ritos más importantes. (por ejm. el saludo de la paz que
opaca el rezo del Cordero de Dios).
Cuando se opta por cantar el Kyrie, el Gloria, el Credo, el Santo, el Padrenuestro o el Cor-
dero de Dios, se debe respetar la letra propia de estos ritos de acuerdo al Misal Romano,
evitando supeditar el texto a la melodía del canto.
“Debe tenerse gran respeto a los textos compuestos por la Iglesia. A nadie le está permi-
tido cambiar, sustituir, quitar o añadir algo a su arbitrio” Sagrada Congregación de Ritos,
Instrucción Liturgicae Instaurationis, 05-09-70.
c) Es común también que se cambie el Salmo que corresponde por cualquier otro Salmo
o incluso que sea reemplazado por otra canción.
105
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
el Salmo que aparece en el Leccionario propio de la fiesta, a no ser que en algunas misas
rituales (v.g. matrimonios, funerales, votivas, etc.) sea permitido elegir otro Salmo pro-
puesto por el leccionario correspondiente. En ningún caso se puede reemplazar el Salmo
por cualquier otra canción.
“Todo instrumento debe callar cuando el sacerdote o un ministro pronuncian en voz alta
un texto que les corresponda por su función propia” Sagrada Congregación de los Ritos,
Instrucción Musicam Sacram, 5-3-1967.
e) En algunas celebraciones litúrgicas, los cantores entonan los cantos con una modula-
ción exagerada que perturba a los fieles y los distrae de la participación en el misterio.
Los sacerdotes deben recordar a quienes interpretan los cantos que el sujeto de la liturgia
es la Iglesia, que la celebración eucarística no es un concierto y que los coros tienen una
dimensión ministerial que debe caracterizarse por la discreción.
f) En ocasiones, los cantos son interpretados con un volumen demasiado alto que perturba
a la asamblea y la inhibe de participar en el canto. A veces se utiliza instrumentos musi-
cales que son adecuados para la música profana, pero no son aconsejables para la acción
litúrgica (v.g. las baterías, guitarras eléctricas).
Los párrocos deben velar para que los instrumentos musicales que acompañan la cele-
bración sean los adecuados y respondan a la naturaleza de la música litúrgica. La Iglesia
alienta el uso del órgano de tubos o los teclados electrónicos que reproducen con fideli-
dad el sonido del órgano en la liturgia. Es posible recurrir a otros instrumentos de cuerda
como la guitarra o el violín procurando que faciliten y acompañen las voces de la asam-
blea, con un volumen moderado que no perturbe a los fieles.
En la medida de lo posible, los coros deben elegir algunas canciones litúrgicas que pue-
dan ser entonadas por toda la asamblea presente. Aunque un modo de participar en la
música litúrgica es a través de la escucha de una bella pieza sagrada; es aconsejable que se
aliente la participación de los fieles entonando los cantos que son dirigidos por un cantor
o una coral.
g) Muchas veces los coros movilizan los instrumentos y realizan sus ensayos inmedia-
tamente antes de la celebración litúrgica, perturbando a los fieles que tienen derecho a
prepararse a través del silencio y la oración antes de la acción sagrada.
106
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Es conveniente espaciar el horario de las Misas para que exista un tiempo prudencial
entre dos celebraciones, evitando así interrupciones que perturban la preparación y parti-
cipación en la Eucaristía. De ser posible, procurar que el ensayo de los coros y el afina-
miento de los instrumentos se de en algún ambiente de la parroquia que no sea el templo,
o en algún horario que no interrumpa la oración de los fieles en la iglesia.
h) No pocas veces el modo de participar en la Santa Misa de las personas que conforman
los coros o de los instrumentistas deja mucho que desear. Algunos conversan o incluso
se retiran de la iglesia en los momentos en los que no intervienen activamente, como por
ejemplo durante la homilía.
Los párrocos deben acoger, conocer y orientar a los coros que participan en sus celebra-
ciones. Quienes conforman los coros prestan un servicio ministerial, aunque sean sujeto
de honorarios; por tanto es importante que sus integrantes, aun los que no son católicos,
participen de manera activa y recogida durante toda la celebración litúrgica.
i) Algunos coros recurren al uso de música grabada. Estas pistas musicales no deben
reemplazar la música viva que ha de ser entonada por la asamblea, el coro o los instru-
mentistas. Incluso en algunas ocasiones se ha constatado que se cae en la estafa de acom-
pañar con fonomímica una pista pregrabada.
Las pistas musicales pre grabadas nunca deben reemplazar al coro o al canto de la asam-
blea, ya que en la liturgia viva participan personas humanas vivas a través de gestos y
palabras. Sólo en las Misas con niños puede ser utilizada la música grabada. (Ver Sagrada
Congregación para el Culto Divino, Directorio para las misas con niños, 22-10-73, n. 32).
CONCLUSION
Este documento busca ser un instrumento sencillo para que los pastores, valorando el
papel de los coros, puedan orientarlos y ayudarlos a cumplir de la mejor manera su mi-
nisterio; de manera que colaboren al esplendor de la liturgia y a una participación cada
vez más plena y fructífera de los fieles en los misterios santos.
Es muy recomendable tener a nivel de las vicarías episcopales y las parroquias reuniones
de evangelización, coordinación y formación litúrgica con los integrantes de los coros
para que puedan interiorizar estos criterios y descubrir el sentido sobrenatural de su mi-
nisterio sagrado.
107
TÍTULO I
CAPÍTULO II
ARZPASTORAL 021/2001
Lima, 21 de Diciembre de 2001
Nos es grato dirigirnos a Ustedes para informarles sobre las actividades del Programa de
Catequesis de Adultos de este Arzobispado.
- Las personas adultas que no han podido recibir los sacramentos del Bautismo,
Confirmación y Eucaristía oportunamente. Los menores de 18 años son aceptados
cuando se establece la dificultad que les impide seguir la catequesis parroquial,
previa presentación de su párroco.
- Las personas que van a sufrir una operación quirúrgica riesgosa o que van a
viajar al extranjero.
- Se les pide que se inscriban en uno de los tres cursos de preparación para
recibir los sacramentos de la Iniciación Cristiana, que se dictan en el año.
111
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Reiteramos nuevamente nuestra preocupación: los futuros cónyuges cristianos que están
unidos sólo civilmente o sólo conviven, sean presentados al Programa por los mismos
Párrocos, y no por el secretario o secretaria de la Parroquia. Muchos de estos casos re-
quieren, desde que se inicia el expediente matrimonial, la atención pastoral del sacerdote.
Anexamos a la presente una hoja informativa sobre cada uno de los programas en que se
indican fechas, duración de los cursos y lugar de las charlas.
Con la confianza de que la labor de este Programa sea una contribución a la ingente
necesidad de atender pastoralmente a muchos hermanos y hermanas, aprovechamos la
oportunidad para que el Señor Jesús, dueño de la mies, les conceda abundantes bendicio-
nes y éxitos pastorales.
112
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ANEXO
Con información actualizada al 2011
CONFIRMACIONES
BAUTISMOS DE ADULTOS
Se dirige a las personas mayores de 18 años, procedentes de familias cristianas, y que por
diversas circunstancias no han sido bautizados de niños. También se dirige a los adultos
que proceden de otras religiones y que deseen ser católicos.
Inscripción: El mes anterior del inicio del curso, en la Oficina de Trámite Documentario
del Arzobispado de Lima: Jr. Chancay 282, Lima. Todo el año, de lunes a viernes de 9
a.m. - 12:30 p.m. / 2 p.m. - 4:30 p.m.
Documentos: Presentar la fotocopia simple de la partida de nacimiento y del DNI, la
Licencia de Bautismo de Adultos. Llenar un documento de compromiso y firmarlo.
Curso: Tres veces al año, los sábados de 3 a 6 pm.
Ciclo de charlas:
1er. GRUPO: Enero (Primer sábado) - BAUTISMOS: Vigilia Pascual
2do. GRUPO: Abril (Primer sábado) - BAUTISMOS: Julio (Último sábado)
3er. GRUPO: Agosto (Setiembre) - BAUTISMOS: Noviembre (Último sábado)
Lugar de las charlas: Sólo los sábados en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de
Lima. Jr. Carlos Bondy 700, Pueblo Libre (Alt. Cdra. 7 Av. La Marina con Jr. Castilla,
espaldas del Seminario Santo Toribio de Mogrovejo)
113
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
114
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Canc.-151/ARZ/05
Arzobispado de Lima, 30 de agosto de 2005
CONSIDERANDO:
- Que el bien común de la Iglesia, y la debida garantía de los derechos de las perso-
nas, exigen que quede debida constancia de los sacramentos que los fieles reciben a
lo largo de su vida cristiana;
- Que conforme a los cánones 535 §1; y 895 del Código de Derecho Canónico, y a
las normas complementarias de la Conferencia Episcopal Peruana al mismo Código
aprobadas por la Santa Sede, es potestad del Obispo diocesano determinar acerca de
los libros parroquiales a usarse de acuerdo a las necesidades de su propia diócesis;
DECRETO:
115
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Regístrese y comuníquese.
116
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ARZPASTORAL 021/2005
MICROFILMACIÓN O DIGITALIZACIÓN DE
LOS ARCHIVOS BAUTISMALES Y PARROQUIALES
POR PARTE DE LA SOCIEDAD GENEALÓGICA DE UTAH,
MORMONES
Luego de un cordial saludo en el Señor Jesús, cumplo con informarles que ante una con-
sulta formulada a la Santa Sede por la Conferencia Episcopal Peruana, sobre la conve-
niencia de permitir a la Sociedad Genealógica de UTAH —Mormones, de microfilmar o
digitalizar los registros bautismales y parroquiales, la respuesta ha sido negativa, ya que
«significaría, sea violar la privacidad debida a las personas, sea cooperar con las prácticas
erróneas de tal secta (bautismo de los muertos por procura).» Ver documento adjunto.
Por tanto se pide a los señores párrocos, rectores de iglesias y capellanes, NO autorizar a
que dicha institución microfilme o digitalice sus archivos parroquiales.
117
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ARZPASTORAL 015/2001
Lima, Octubre de 2001
Estimado Padre:
Luego de un cordial saludo en el Señor Jesús, me es muy grato hacerle llegar el presente
informe de la Congregación para Doctrina de la Fe sobre la validez del bautismo confe-
rido por los Mormones.
Por ello junto, con la respuesta de la Congregación para la Doctrina de la Fe, tengo a bien
adjuntarle las síntesis de dos trabajos: uno, del R. P. Luis Ladaria SJ, donde se explican las
razones histórico-doctrinales que fundan la respuesta de la Congregación para la Doctrina
de la Fe; y, otro, del R. P. Urbano Navarrete SJ, donde se analizan los efectos pastorales
de dicha respuesta.
Confiando que este informe le será de utilidad para su ministerio, aprovecho la ocasión
para renovarle los sentimientos de mi más alta estima en el Señor.
Fraternalmente en Cristo.
118
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ANEXO I
Respuesta a una duda sobre la validez del bautismo conferido por los mormones
Pregunta:
Respuesta:
No.
El Sumo Pontífice Juan Pablo II, en la audiencia concedida al infrascrito Cardenal Pre-
fecto, aprobó y ordenó publicar la presente respuesta decidida en la sesión ordinaria de
esta Congregación.
119
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ANEXO II
La respuesta negativa que ha dado la Congregación para la doctrina de la Fe a una “duda” sobre
la validez del bautismo administrado por la Iglesia de Jesucristo de los santos del último día
cambia la práctica del pasado.
La Iglesia mantuvo esta idea frente a las múltiples comunidades cristianas no católicas surgidas
después de la Reforma del siglo XVI. El bautismo administrado por los Mormones era consi-
derado válido, al igual que el bautismo de otras comunidades eclesiales no católicas, pues la
materia y las palabras de la forma del bautismo conducían a ese juicio. Sin embargo, el conoci-
miento que se podía tener de los errores doctrinales que se profesaban en este nuevo grupo fue
muy escaso durante todo el siglo.
En el siglo XX se adquirió en la Iglesia Católica un conocimiento cada vez más profundo de los
errores trinitarios que contiene la doctrina propuesta por Smith. Como quiera que la duda sobre
la validez del bautismo administrado por los Mormones se fue difundiendo más y más, se creó
una praxis no uniforme. A pedido de la Congregación para la Doctrina de la Fe, la Conferencia
Episcopal de los Estados Unidos realizó un estudio al respecto.
Para la Iglesia Católica son cuatro los requisitos para que el sacramento del bautismo se ad-
ministre válidamente. Examinemos cada uno de estos cuatro elementos en la doctrina y en la
praxis de los Mormones.
1. La materia.
En este punto no se plantea ningún problema.
2. La forma.
A primera vista la fórmula usada por los Mormones podría parecer una fórmula trinitaria: “Ha-
biendo sido encargado por Jesucristo, yo te bautizo en el nombre del Padre y del Hijo y del Es-
píritu Santo”. La semejanza es sólo aparente, pues no existe la coincidencia doctrinal de fondo.
La invocación de la Trinidad, no es de las tres personas que subsiste en la única divinidad, sino
120
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Este último término tiene un contenido operativo, no sustancial, porque la divinidad tuvo su
origen cuando los tres decidieron unirse y formar la divinidad para llevar a cabo la salvación del
hombre. Más aún, esta divinidad y el hombre comparten la misma naturaleza y son sustancial-
mente iguales. Las diferencias doctrinales son tan grandes que ni siquiera se puede considerar
esta doctrina como una herejía.
Resumiendo:
El bautismo de la Iglesia Católica y de los Mormones, difieren esencialmente, tanto por lo que
atañe a la fe en el Padre, en el Hijo y en el Espíritu Santo, como por lo que atañe a la referencia
a Cristo que los instituyó. Es por eso que la Iglesia Católica lo considera inválido. No está de-
más decir que la decisión de la Congregación para la Doctrina de la Fe se refiere a la doctrina
sobre el bautismo de los Mormones, de ninguna manera indica un juicio sobre las personas que
se adhieren a la Iglesia de Jesucristo de los santos del último día. Católicos y Mormones han
colaborado juntos en la solución de una serie de problemas que afectan al bien común.
El autor termina su artículo expresando el deseo que el diálogo y el estudio continúen para
seguir progresando en el entendimiento y respeto mutuo.
121
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
La decisión tiene como finalidad dar unidad a la práctica pastoral, administrativa y judicial de la
Iglesia frente a los Mormones, sobre todo cuando se trata de la petición de admisión en la Igle-
sia Católica, y en el caso de la solicitud de matrimonio con un católico. Para los efectos canóni-
cos, su aplicación reviste un carácter obligatorio. Si se tiene la certeza que un bautismo ha sido
administrado en la Iglesia de Jesucristo de los santos del último día, se lo considera inválido.
En consecuencia, si un mormón quiere hacerse católico, se le aplican las normas referidas a los
que jamás han sido bautizados y se preparan para recibirlos, es decir, las normas para los cate-
cúmenos. Sin embargo, en este caso la catequesis debe ser más intensa y cuidadosa; sobretodo,
muy específica, que tenga en cuenta los errores doctrinales.
3. MATRIMONIO.
a) Cuestión previa.
La Respuesta se aplica a los matrimonios celebrados por los mormones sea antes o después de
su publicación.
b) Admisión al matrimonio.
La primera consecuencia es que el matrimonio de los mormones, contraído entre ellos o con
otra persona válidamente bautizada, no es matrimonio sacramento. A1 no haber, ahora, duda
sobre la no validez del bautismo de los mormones, el matrimonio de uno de ellos con un cató-
lico, sin la debida dispensa del impedimento concedida por el Ordinario, es ilícito e inválido:
c) Forma de la celebración.
Para la dispensa de la forma canónica se deberán aplicar los criterios que la Conferencia Epis-
copal haya establecido para la dispensa de la forma en los matrimonios entre un católico y un
no bautizado. En cuanto a la forma litúrgica se debe tener presente la diferencia entre el matri-
monio de un católico con un bautizado no católico, y el matrimonio de un católico con un no
bautizado. La celebración en la Iglesia no es obligatoria, sino solamente permitida, si se trata de
un matrimonio entre un católico y un no bautizado.
d) Privilegio paulino.
Los matrimonios no ratos aunque consumados, dados determinados presupuestos, pueden ser
disueltos por la potestad concedida por Cristo a la Iglesia. Los matrimonios que no son ratos
aunque sean consumados pueden tener la aplicación del privilegio paulino si se verifican las
condiciones que exigen tal institución. La primera condición es que el matrimonio haya sido
celebrado entre dos no bautizados (dos mormones, o un mormón y un no bautizado). La se-
gunda condición: la conversión y el bautismo de uno de los cónyuges, y el otro permanece en
los errores de los mormones, del cual el cónyuge bautizado ha debido liberarse para aceptar las
122
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
verdades de la fe cristiana.
Para que pueda ser aplicado el privilegio paulino se solicita el llamado “discessus” del cón-
yuge que permanece mormón (el cual se verifica sólo si éste no quiere cohabitar con la parte
bautizada o no quiere cohabitar pacíficamente sin ofensa al Creador). Si a esto añadimos que
el no bautizado, no sólo se mantiene en sus convicciones, si no que la vida con el cónyuge no
bautizado deviene muy difícil para el ejercicio de la vida cristiana.
Para que el cónyuge bautizado pueda contraer válidamente un nuevo matrimonio se debe pre-
guntar a la parte no bautizada si también quiere recibir el bautismo o, al menos, si quiere coha-
bitar pacíficamente sin ofensa al Creador, con la parte bautizada. El autor reconoce que es muy
difícil que estas preguntas puedan ser contestadas afirmativamente.
Con todo, tal interpelación puede ser omitida cuando “de un procedimiento al menos sumario
y extrajudicial, resulte que no es posible o que sería inútil hacerla”. Si la parte no bautizada
responde negativamente, la parte bautizada tiene el derecho de contraer nuevo matrimonio con
una parte católica. No es pastoralmente aconsejable conceder la dispensa del impedimento de
disparidad de culto para que la parte bautizada pueda contraer un segundo matrimonio con otro
mormón.
f) Causas de nulidad.
Si un matrimonio entre un católico y un mormón hubiese sido contraído en el pasado o se con-
trajese en el futuro como matrimonio entre un católico y un bautizado, es decir, sin la dispensa
de impedimento de disparidad de culto, tal matrimonio deberá ser sanado en raíz si se verifican
las condiciones requeridas. De no ser así, dicho matrimonio es susceptible de una causa de
nulidad matrimonial.
123
TÍTULO I
CAPÍTULO III
DEL SACRAMENTO DE
LA PENITENCIA Y LAS
INDULGENCIAS
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ARZPASTORAL 017/2001
Lima, Diciembre de 2001
Estimado Padre:
Con alguna frecuencia se realizan en nuestro medio encuentros de oración para obtener
el don de la curación. Tales encuentros de oración plantean la cuestión de su justo dis-
cernimiento desde el punto de vista doctrinal y litúrgico. Además es competencia de la
autoridad eclesiástica su vigilancia y el dar las normas oportunas para su recto desarrollo.
Con el fin de favorecer cuanto hay de bueno en dichos encuentros de oración así como de
corregir lo que se debe evitar, la Congregación para Doctrina de la Fe publicó, el pasado
mes de setiembre, la Instrucción sobre “Las Oraciones para obtener de Dios la curación”.
Fraternalmente en Cristo.
127
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Anexo I
INTRODUCCIÓN
La oración que implora la recuperación de la salud es, por lo tanto, una experiencia pre-
sente en toda época de la Iglesia, y naturalmente lo es en el momento actual. Lo que cons-
tituye un fenómeno en cierto modo nuevo es la multiplicación de encuentros de oración,
unidos a veces a celebraciones litúrgicas, cuya finalidad es obtener de Dios la curación,
o mejor, las curaciones. En algunos casos, no del todo esporádicos, se proclaman cura-
ciones realizadas, suscitándose así esperanzas de que el mismo fenómeno se repita en
otros encuentros semejantes. En este contexto a veces se apela a un pretendido carisma
de curación.
Ha parecido, por tanto, oportuno publicar una Instrucción que, a norma del can. 34 del
Código de Derecho Canónico, sirva sobre todo para ayudar a los Ordinarios del lugar, de
manera que puedan guiar mejor a los fieles en esta materia, favoreciendo cuanto hay de
bueno y corrigiendo lo que se debe evitar. Era preciso, sin embargo, que las disposiciones
disciplinares tuvieran con punto de referencia un marco doctrinal bien fundado, que ga-
rantizara su justa orientación y aclarara su razón normativa. Con este fin, la Congregación
par la Doctrina de la Fe, simultáneamente a la susodicha Instrucción, publica una Nota
doctrinal sobre la gracia de la curación y las oraciones para obtenerla.
128
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
I. ASPECTOS DOCTRINALES
“El hombre está llamado a la alegría, pero experimenta diariamente tantísimas formas de
sufrimiento y de dolor”1. Por eso el Señor, al prometer la redención, anuncia el gozo del
corazón unido a la liberación del sufrimiento (cf. Is 30,29; 35,10; Ba 4,29). En efecto, Él
es “aquel que libra de todo mal” (Sab 16, 8). Entre los sufrimientos, aquellos que acom-
pañan la enfermedad son una realidad continuamente presente en la historia humana, y
son también parte del profundo deseo del hombre de ser liberado de todo mal. Pero la
enfermedad se manifiesta con un carácter ambivalente, ya que por una parte se presenta
como un mal cuya aparición en la historia está vinculada al pecado y del cual se anhela la
salvación, y por otra parte puede llegar a ser medio de victoria contra el pecado.
Sin embargo, es en el Nuevo Testamento donde encontramos una respuesta plena a la pre-
gunta de por qué la enfermedad hiere también al justo. En su actividad pública, la relación
de Jesús con los enfermos no es esporádica, sino constante. Él cura a muchos de manera
admirable, hasta el punto de que las curaciones milagrosas caracterizan su actividad:
”Jesús recorría todas las ciudades y aldeas; enseñando en sus sinagogas, proclamando la
1 JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica Christifideles laici, n. 53, AAS 81(1989), p. 498.
2 Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1502.
3 JUAN PABLO II, Carta Apostólica Salvificis doloris, n. 11, AAS 76(1984), p. 212.
129
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Buena Nueva del Reino y sanado toda enfermedad y toda dolencia” (Mt 9, 35; cf. 4, 23).
Las curaciones son signo de su misión mesiánica (cf. Lc 7, 20-23). Ellas manifiestan la
victoria del Reino de Dios sobre todo tipo de mal y se convierten en símbolo de la cura-
ción del hombre entero, cuerpo y alma. En efecto, sirven para demostrar que Jesús tiene
el poder de perdonar los pecados (cf. Mc 2, 1-12), y son signo de los bienes salvíficos,
como la curación del paralítico de Bethesda (cf. Jn 5, 2-9.19.21) y del ciego de nacimiento
(cf. Jn 9).
También la primera evangelización, según las indicaciones del Nuevo testamento, fue
acompañada de numerosas curaciones prodigiosas que corroboraban la potencia del
anuncio evangélico. Ésta había sido la promesa hecha por Jesús resucitado, y las primeras
comunidades cristianas veían su cumplimiento en medio de ellas: “Estas son las señales
que acompañarán a los que crean: (…) impondrán las manos sobre los enfermos y se
pondrán bien” (Mc 16, 17-18). La predicación de Felipe en Samaría fue acompañada por
curaciones milagrosas: “Felipe bajó a una ciudad de Samaría y les predicaba a Cristo. La
gente escuchaba con atención y con un mismo espíritu lo que decía Felipe, porque le oían
y veían las señales que realizaba; pues de muchos posesos salían los espíritus inmundos
dando grandes voces, y muchos paralíticos y cojos quedaron curados” (Hch 8, 5-7). San
Pablo presenta su anuncio del Evangelio como caracterizado por signos y prodigios rea-
lizados con la potencia del Espíritu: “Pues no me atreveré a hablar de cosa alguna que
Cristo no haya realizado por medio de mí para conseguir la obediencia de los gentiles,
de palabra y de obra, en virtud de señales y prodigios, en virtud del Espíritu de Dios”
(Rm 15, 18-19; cf. 1 Ts 1, 5; 1 Co 2, 4-5). No es en absoluto arbitrario suponer que tales
signos y prodigios, manifestaciones de la potencia divina que asistía la predicación, esta-
ban constituidos en gran parte por curaciones portentosas. Eran prodigios que no estaban
ligados exclusivamente a la persona del Apóstol, sino que se manifestaban también por
medio de los fieles: “El que os otorga, pues, el Espíritu y obra milagros entre vosotros, ¿lo
hace porque observáis la ley o porque tenéis fe en la predicación” (Ga 3, 5).
La victoria mesiánica sobre la enfermedad, así como sobre otros sufrimientos humanos,
no se da solamente a través de su eliminación por medio de curaciones portentosas, sino
también por medio del sufrimiento voluntario e inocente de Cristo en su pasión y dando
a cada hombre la posibilidad de asociarse a ella. En efecto, “el mismo Cristo, que no co-
metió ningún pecado, sufrió en su pasión penas y tormentos de todo tipo, e hizo suyos los
dolores de todos los hombres: cumpliendo así lo que de Él había escrito el profeta Isaías
(cf. Is 53, 4-5)”4.
Pero hay más: “En la cruz de Cristo no sólo se ha cumplido la redención mediante el su-
frimiento, sino que el mismo sufrimiento humano ha quedado redimido. (…) Llevando a
efecto la redención mediante el sufrimiento, Cristo ha elevado juntamente el sufrimiento
4 Rituale Romanum, Ex Decreto Sacrosancti Oecumenici Concilii Vaticani II instauratum, Auctoritate Pauli
PP. VI promulgatum, Ordo Unctionis Infirmorum eorunque Pastoralis Curae, Edtio tyipica, Typis Polyglottis
Vaticanis, MCMLXXII, n. 2.
130
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
La Iglesia acoge a los enfermos no solamente como objeto de su cuidado amoroso, sino
también porque reconoce en ellos la llamada”a vivir su vocación humana y cristiana y a
participar en el crecimiento del Reino de Dios con nuevas modalidades, incluso más va-
liosas. Las palabras del apóstol Pablo han de convertirse en su programa de vida y, antes
todavía, son luz que hace resplandecer a sus ojos el significado de gracia de su misma
situación: “Completo en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo, en favor de
su Cuerpo, que es la Iglesia” (Col 1, 24)6. Precisamente haciendo este descubrimiento,
el apóstol alcanzó la alegría: “Ahora me alegro por los padecimientos que soporto por
vosotros” (Col 1, 24)”. Se trata del gozo pascual, fruto del Espíritu Santo. Y, como San
Pablo, también muchos enfermos pueden convertirse en portadores del “gozo del Espíritu
Santo en medio de muchas tribulaciones” (1 Ts 1, 6) y ser “testigos de la Resurrección
de Jesús”7.
Durante la actividad pública de Jesús, muchos enfermos se dirigen a Él, ya sea directa-
mente o por medio de sus amigos o parientes, implorando la restitución de la salud. El
Señor acoge estas súplicas y los Evangelios no contienen la mínima crítica a tales peticio-
nes. El único lamento del Señor tiene qué ver con la eventual falta de fe: “¡Qué es eso de
si puedes! ¡Todo es posible para quien cree!” (Mc 9, 23; cf. Mc 6, 5-6; Jn 4, 48).
No solamente es loable la oración de los fieles individuales que piden la propia curación o
la de otro, sino que la Iglesia en la liturgia pide al Señor la curación de los enfermos. Ante
todo, dispone de un sacramento “especialmente destinado a reconfortar a los atribulados
por la enfermedad: la Unción de los enfermos”8. “En él, por medio de la unción, acom-
pañada por la oración de los sacerdotes, la Iglesia encomienda los enfermos al Señor su-
friente y glorificado, para que les dé el alivio y la salvación”9. Inmediatamente antes, en la
Bendición del óleo, la Iglesia pide: “infunde tu santa bendición, para que cuantos reciban
la unción con este óleo sean confortados en el cuerpo, en el alma y en el espíritu, y sean
5 JUAN PABLO II, Carta Apostólica Salvificis doloris, n. 19, AAS 76(1984), p. 225.
6 JUAN PABLO II, Exhortación Apostólica Christifideles laici, n. 53, AAS 81(1989), p. 499.
7 Ibid., n. 53.
8 Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1511.
9 Cf. Rituale Romanum, Ordo Unctionis Infirmorum eorunque Pastoralis Curae, n. 5.
131
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
liberados de todo dolor, de toda debilidad y de toda dolencia”10; y más tarde, en los dos
primeros formularios de oración después de la unción, se pide la curación del enfermo11.
Ésta, puesto que el sacramento es prenda y promesa del reino futuro, es también anuncio
de la resurrección, cuando “no habrá ya muerte ni habrá llanto, ni gritos ni fatigas, porque
el mundo viejo ha pasado” (Ap 21, 4). Además, el Missale Romanum contiene una Misa
pro infirmis y en ella, junto a las gracias espirituales, se pide la salud de los enfermos12.
Obviamente, el recurso a la oración no excluye, sino que al contrario anima a usar los me-
dios naturales para conservar y recuperar la salud, así como también incita a los hijos de
la Iglesia a cuidar a los enfermos y a llevarles alivio en el cuerpo y en el espíritu, tratando
de vencer la enfermedad. En efecto, “es parte del plan de Dios y de su providencia que el
hombre luche con todas sus fuerzas contra la enfermedad en todas sus manifestaciones, y
que se emplee, por todos los medios a su alcance, para conservarse sano”17.
Los Hechos de los Apóstoles hacen referencia en general a prodigios realizados por ellos:
“los Apóstoles realizaban muchos prodigios y señales” (Hch 2, 43; cf. 5, 12). Eran pro-
10 Ibid., n. 75.
11 Ibid., n. 77.
12 Missale Romanum, Ex Decreto Sacrosancti Oecumenici Concilii Vaticani II instauratum, Auctoritate Pauli
PP. VI promulgatum, Edtio typica altera, Typis Polyglottis Vaticanis, MCMLXXV, pp. 838-839.
13 Cf. Rituale Romanum, Ex Decreto Sacrosancti Oecumenici Concilii Vaticani II instauratum, Auctoritate Ioan-
nis Pauli PP. II promulgatum, De Benedictionibus, Edtio tyipica, Typis Polyglottis Vaticanis, MCMLXXXIV,
n. 305.
14 Cf. Ibid., nn. 306-309.
15 Cf. Ibid., nn. 315-316.
16 Cf. Ibid., n. 319.
17 Rituale Romanum, Ordo Unctionis Infirmorum eorunque Pastoralis Curae, n. 3.
132
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Tanto el final del Evangelio de Marcos como la carta a los Gálatas, como se ha visto más
arriba, amplían la perspectiva y no limitan las curaciones milagrosas a la actividad de los
Apóstoles o de a algunos evangelizadores con un papel de relieve en la primera misión.
Bajo este aspecto, adquieren especial importancia las referencias a los “carismas de cura-
ción” (cf. 1 Co 12, 9.28.30).
El significado de carisma es, en sí mismo, muy amplio: significa “don generoso”; y en este
caso se trata de “dones de curación ya obtenidos”. Estas gracias, en plural, son atribuidas
a un individuo (cf. Co 12,9); por lo tanto, no se pueden entender en sentido distributivo,
como si fueran curaciones que cada uno de los beneficiados obtiene para sí mismo, sino
como un don concedido a una persona para que obtenga las gracias de curación en favor
de los demás. Ese don se concede in uno Spiritu, pero no se especifica cómo aquella per-
sona obtiene las curaciones. No es arbitrario sobre entender que lo hace por medio de la
oración, tal vez acompañada de algún gesto simbólico.
El primer verbo, aunque en las otras ocasiones en que aparece en la Carta se refiere a la
salvación espiritual (cf. 1, 21; 2, 14; 4, 12; 5, 20), en el Nuevo Testamento se usa también
en el sentido de curar (cf. Mt 9, 21; Mc 5, 28.34; 6, 56; 10, 52; Lc 8, 48); el segundo ver-
bo, aunque asume a veces el sentido de ”resucitar” (cf. Mt 10, 8; 11, 5; 14, 2), también se
usa para indicar el gesto de ”levantar” a la persona postrada a causa de una enfermedad,
curándola milagrosamente (cf. Mt 9,5; Mc 1,31; 9,27; Hch 3,7).
18 Cf. CONCILIO DE TRENTO, secc. XIV, Doctrina de sacramento estremae unctionis, cap. 2: DS, 1696.
133
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Los Padres de la Iglesia consideraban algo normal que los creyentes pidieran a Dios no
solamente la salud del alma, sino también la del cuerpo. A propósito de los bienes de la
vida, de la salud y de la integridad física, San Agustín escribía: “Es necesario rezar para
que nos sean conservados, cuando se tienen, y que nos sean concedidos, cuando no se
tienen”19.
No son diferentes las expresiones que se leen en los ritos orientales de la unción de los
enfermos. Recordamos solamente algunas entre las más significativas. En el rito bizan-
tino, durante la unción del enfermo, se dice: “Padre Santo, médico de las almas y de los
cuerpos, que has mandado a tu Unigénito Hijo Jesucristo a curar toda enfermedad y a
librarnos de la muerte, cura también a este siervo tuyo de la enfermedad de cuerpo y del
espíritu que ahora lo aflige, por la gracia de tu Cristo”24.
En el rito copto se invoca al Señor para que bendiga el óleo a fin de que todos aquellos que
reciban la unción puedan obtener la salud del espíritu y del cuerpo. Más adelante, durante
la unción del enfermo, los sacerdotes, después de haber hecho mención a Jesucristo, que
fue enviado al mundo “para curar todas las enfermedades a librar de la muerte”, piden a
Dios que “cure al enfermo de la dolencia del cuerpo y que le conceda caminar por la vía
de la rectitud”25.
Durante los siglos de la historia de la Iglesia no han faltado santos taumaturgos que han
134
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Las curaciones ligadas a lugares de oración (santuarios, recintos donde se custodian reli-
quias de mártires o de otros santos, etc.) han sido testimoniadas abundantemente a través
de la historia de la Iglesia. Ellas contribuyeron a popularizar, en la antigüedad y en el
medioevo, las peregrinaciones a algunos santuarios que, también por esta razón, se hicie-
ron famosos, como el de San Martín de Tours o la catedral de Santiago de Compostela,
y tantos otros. También actualmente sucede lo mismo, como por ejemplo en Lourdes,
desde hace más de un siglo. Tales curaciones no implican un “carisma de curación”, ya
que no pueden atribuirse a un eventual sujeto de tal carisma, sin embargo, es necesario
tener cuenta de las mismas cuando se trate de evaluar doctrinalmente los ya mencionados
encuentros de oración.
Por lo que se refiere a los encuentros de oración con el objetivo preciso de obtener cura-
ciones que, aunque no sea prevalente, al menos ciertamente influye en la programación de
los encuentros–, es oportuno distinguir entre aquellos que pueden hacer pensar en un “ca-
risma de curación”, sea verdadero o aparente, o los otros que no tienen ninguna conexión
con tal carisma. Para que puedan considerarse referidos a un eventual carisma, es necesa-
rio que aparezca determinante para la eficacia de la oración la intervención de una o más
personas individuales o pertenecientes a una categoría cualificada, como, por ejemplo,
los dirigentes del grupo que promueve el encuentro. Si no hay conexión con el “carisma
de curación”, obviamente, las celebraciones previstas en los libros litúrgicos, realizadas
en el respeto de las normas litúrgicas, son lícitas, y con frecuencia oportunas, como en el
caso de la Misa pro infirmis. Si no respetan las normas litúrgicas, carecen de legitimidad.
En los santuarios también son frecuentes otras celebraciones que por sí mismas no están
orientadas específicamente a pedirle a Dios gracias de curaciones, y sin embargo, en la
intención de los organizadores y de los participantes, tienen como parte importante de
su finalidad la obtención de la curación; se realizan por esta razón celebraciones litúrgi-
cas, como por ejemplo, la exposición de Santísimo Sacramento con la bendición, o no
litúrgicas, sino de piedad popular, animada por la Iglesia, como la recitación solemne del
Rosario. También estas celebraciones son legítimas, siempre que no se altere su auténtico
sentido. Por ejemplo, no se puede poner en primer plano el deseo de obtener la curación
de los enfermos, haciendo perder a la exposición de la Santísima Eucaristía su propia
finalidad; ésta, en efecto, “lleva a los fieles a reconocer en ella la presencia admirable
de Cristo y los invita a la unión de espíritu con Él, unión que encuentra su culmen en la
135
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Comunión sacramental”26.
Art. 1.- Los fieles son libres de elevar oraciones a Dios para obtener la curación. Cuando
éstas se realizan en la Iglesia o en otro lugar sagrado, es conveniente que sean guiadas por
un sacerdote o un diácono.
Art. 2.- Las oraciones de curación son litúrgicas si aparecen en los libros litúrgicos apro-
bados por la autoridad competente de la Iglesia; de lo contrario no son litúrgicas.
Art. 3.- § 1. Las oraciones litúrgicas de curación deben ser celebradas de acuerdo con el
rito prescrito y con las vestiduras sagradas indicadas en el Ordo benedictionis infirmorum
del Rituale Romanum27.
§ 2. Las Conferencias Episcopales, conforme con lo establecido en los Prenotanda, V,
De aptationibus quae Conferentiae Episcoporum competunt28, del mismo Rituale Roma-
num, pueden introducir adaptaciones al rito de las bendiciones de los enfermos, que se
retengan pastoralmente oportunas o eventualmente necesarias, previa revisión de la Sede
Apostólica.
26 Rituale Romanum, Ex Decreto Sacrosancti Oecumenici Concilii Vaticani II instauratum, Auctoritate Pauli
PP. VI promulgatum, De Sacra Communione et de Cultu Mysterii Eucharistici Extra Missam, Edtio tyipica,
Typis Polyglottis Vaticanis, MCMLXXIII, n. 82.
27 Cf. Rituale Romanum, De Benedictionibus, nn. 290-320.
28 Ibid., n. 39.
136
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Art. 4.- § 1. El Obispo diocesano29 tiene derecho a emanar normas para su Iglesia parti-
cular sobre las celebraciones litúrgicas de curación, de acuerdo con el c. 838 § 4.
§ 2. Quienes preparan los mencionados encuentros litúrgicos, antes de proceder a su rea-
lización, deben atenerse a tales normas.
§ 3. El permiso debe ser explícito, incluso cuando las celebraciones son organizadas o
cuentan con la participación de Obispos o Cardenales de la Santa Iglesia Romana. El
Obispo diocesano tiene derecho a prohibir tales acciones a otro Obispo, siempre que
subsista una causa justa y proporcionada.
Art. 5.- § 1. Las oraciones de curación no litúrgicas se realizan con modalidades distin-
tas de las celebraciones litúrgicas, como encuentros de oración o lectura de la Palabra de
Dios, sin menoscabo de la vigilancia del Ordinario del lugar, a tenor del can. 839 § 2.
§ 2. Evítese cuidadosamente cualquier tipo de confusión entre estas oraciones libres no
litúrgicas y las celebraciones litúrgicas propiamente dichas.
§ 3. Es necesario, además, que durante su desarrollo no se llegue, sobre todo por parte de
quienes los guían, a formas semejantes al histerismo, a la artificiosidad, a la teatralidad o
al sensacionalismo.
Art. 7.- § 1. Manteniéndose lo dispuesto más arriba en el art. 3, y salvas las funciones para
los enfermos previstas en los libros litúrgicos, en la celebración de la Santísima Eucaristía, de
los Sacramentos y de la Liturgia de las Horas no se deben introducir oraciones de curación,
litúrgicas o no litúrgicas.
§ 2. Durante las celebraciones, a las que hace referencia el § 1, se da la posibilidad de intro-
ducir intenciones especiales de oración por la curación de los enfermos en la oración común
o ”de los fieles”, cuando ésta sea prevista.
Art. 8.- § 1. El ministerio del exorcistado debe ser ejercitado en estrecha dependencia del
Obispo diocesano, y de acuerdo con el can. 1172, la Carta de la Congregación para la Doc-
trina de la Fe del 29 de septiembre de 198531 y el Rituale Romanum32.
§ 2. Las oraciones de exorcismo, contenidas en el Rituale Romanum, debe permanecer dis-
137
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Art. 9.- Quienes guían las celebraciones, litúrgicas o no, se deben esforzar por mantener un
clima de serena devoción en la asamblea y usar la prudencia necesaria si se produce alguna
curación entre los presentes; concluida la celebración, podrán recoger con simplicidad y pre-
cisión los eventuales testimonios y someter el hecho a la autoridad eclesiástica competente.
Art. 10.-La intervención del Obispo diocesano es necesaria cuando se verifiquen abusos en
las celebraciones de curación, litúrgicas o no litúrgicas, en caso de evidente escándalo para
comunidad de fieles y cuando se produzcan graves desobediencias a las normas litúrgicas e
disciplinares.
El Sumo Pontífice Juan Pablo II, en el curso de la audiencia concedida al Prefecto, ha apro-
bado la presente Instrucción, decidida en la reunión ordinaria de esta Congregación, y ha
ordenado su publicación.
138
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ARZPASTORAL 018/2002
Lima, Septiembre de 2002
Así, los fieles son impulsados a conmemorar con íntimo afecto del alma los misterios del
perdón divino y a celebrarlos con fervor, y comprenden claramente la suma convenien-
cia, más aún, el deber que el pueblo de Dios tiene de alabar, con formas particulares de
oración, la Misericordia Divina, obteniendo al mismo tiempo, después de realizar con
espíritu de gratitud las obras exigidas y de cumplir las debidas condiciones, los beneficios
espirituales derivados del tesoro de la Iglesia. «El misterio pascual es el culmen de esta
revelación y actuación de la misericordia, que es capaz de Justificar al hombre, de resta-
blecer la justicia en el sentido del orden salvífico querido por Dios desde el principio para
el hombre y, mediante el hombre, en el mundo» (Dives in misericordia, 7).
La Misericordia Divina realmente sabe perdonar incluso los pecados más graves, pero
al hacerlo impulsa a los fieles a sentir un dolor sobrenatural, no meramente psicológico,
de sus propios pecados, de forma que, siempre con la ayuda de la gracia divina hagan un
firme propósito de no volver a pecar. Esas disposiciones del alma consiguen efectivamen-
te el perdón de los pecados mortales cuando el fiel recibe con fruto el sacramento de la
penitencia o se arrepiente de los mismos mediante un acto de caridad perfecta y de dolor
perfecto, con el propósito de acudir cuanto antes al mismo sacramento de la penitencia.
En efecto, nuestro Señor Jesucristo, en la parábola del hijo pródigo, nos enseña que el
pecador debe confesar su miseria ante Dios, diciendo: «Padre, he pecado contra el cielo
y contra ti; ya no soy digno de llamarme hijo tuyo» (Lc 15, 18-19), percibiendo que ello
es obra de Dios: «Estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado»
(Lc 15, 32).
Por eso, con próvida solicitud pastoral, el Sumo Pontífice Juan Pablo II, para imprimir
en el alma de los fieles estos preceptos y enseñanzas de la fe cristiana, impulsado por la
dulce consideración del Padre de las misericordias ha querido que el segundo domingo
de Pascua se dedique a recordar con especial devoción estos dones de la gracia, atribu-
139
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
El evangelio del segundo domingo de Pascua narra las maravillas realizadas por nuestro
Señor Jesucristo el día mismo de la Resurrección en la primera aparición pública: «Al
atardecer de aquel día, el primero de la semana, estando cerradas, por miedo a los judíos,
las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, se presentó Jesús en medio de
ellos y les dijo: ”La paz con vosotros”. Dicho esto, les mostró las manos y el costado.
Los discípulos se alegraron de ver al Señor. Jesús les dijo otra vez: “La paz con vosotros.
Como el Padre me envió, también yo os envío”. Dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo:
”Recibid el Espíritu Santo. A quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a
quienes se los retengáis, les quedan retenidos”» (Jn 20, 19-23).
Para hacer que los fieles vivan con intensa piedad esta celebración, el mismo Sumo Pon-
tífice ha establecido que el citado domingo se enriquezca con la indulgencia plenaria,
como se indicará más abajo, para que los fieles reciban con más abundancia el don de la
consolación del Espíritu Santo, y cultiven así una creciente caridad hacia Dios y hacia el
prójimo, y, una vez obtenido de Dios el perdón de sus pecados, ellos a su vez perdonen
generosamente a sus hermanos.
De esta forma, los fieles vivirán con más perfección el espíritu del Evangelio, acogiendo
en sí la renovación ilustrada e introducida por el concilio ecuménico Vaticano II: «Los
cristianos, recordando la palabra del Señor “En esto conocerán que sois mis discípulos, si
os amáis unos a otros” (Jn 13, 35), nada pueden desear más ardientemente que servir cada
vez más generosa y eficazmente a los hombres del mundo actual. (...) Quiere el Padre que
en todos los hombres reconozcamos y amemos eficazmente a Cristo, nuestro hermano,
tanto de palabra como de obra» (Gaudium et spes, 93).
Por eso, el Sumo Pontífice, animado por un ardiente deseo de fomentar al máximo en el
pueblo cristiano estos sentimientos de piedad hacia la Misericordia Divina, por los abun-
dantísimos frutos espirituales que de ello pueden esperarse, en la audiencia concedida el
día 13 junio de 2002 a los infrascritos responsables de la Penitenciaría apostólica, se ha
dignado otorgar indulgencias en los términos siguientes:
140
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
2. Se concede la indulgencia parcial al fiel que, al menos con corazón contrito, eleve al
Señor Jesús misericordioso una de las invocaciones piadosas legítimamente aprobadas.
3. Además, los navegantes, que cumplen su deber en la inmensa extensión del mar; los
innumerables hermanos a quienes los desastres de la guerra, las vicisitudes políticas, la
inclemencia de los lugares y otras causas parecidas han alejado de su patria; los enfermos
y quienes les asisten, y todos los que por justa causa no pueden abandonar su casa o des-
empeñan una actividad impostergable en beneficio de la comunidad, podrán conseguir
la indulgencia plenaria en el domingo de la Misericordia Divina si con total rechazo de
cualquier pecado, como se ha dicho antes, y con la intención de cumplir, en cuanto sea
posible, las tres condiciones habituales, rezan, frente a una piadosa imagen de nuestro Se-
ñor Jesús misericordioso, el Padrenuestro y el Credo, añadiendo una invocación piadosa
al Señor Jesús misericordioso (por ejemplo, «Jesús misericordioso, confío en ti»).
Si ni siquiera eso se pudiera hacer, en ese mismo día podrán obtener la indulgencia ple-
naria los que se unan con la intención a los que realizan del modo ordinario la obra
prescrita para la indulgencia y ofrecen a Dios misericordioso una oración y a la vez los
sufrimientos de su enfermedad y las molestias de su vida, teniendo también ellos el pro-
pósito de cumplir, en cuanto les sea posible, las tres condiciones prescritas para lucrar la
indulgencia plenaria.
Los sacerdotes que desempeñan el ministerio pastoral, sobre todo los párrocos, informen
oportunamente a sus fieles acerca de esta saludable disposición de la Iglesia, préstense
con espíritu pronto y generoso a escuchar sus confesiones, y en el domingo de la Miseri-
cordia Divina, después de la celebración de la santa misa o de las vísperas, o durante un
acto de piedad en honor de la Misericordia Divina, dirijan, con la dignidad propia del rito,
el rezo de las oraciones antes indicadas; por último, dado que son «Bienaventurados los
misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia» (Mt 5, 7), al impartir la catequesis
impulsen a los fieles a hacer con la mayor frecuencia posible obras de caridad o de mise-
ricordia, siguiendo el ejemplo y el mandato de Jesucristo, como se indica en la segunda
concesión general del «Enchiridion Indulgentiarurn».
Luigi DE MAGISTRIS
Arzobispo titular de Nova
Pro-penitenciario mayor
141
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ARZPASTORAL 007/2001
Lima, Julio de 2001
Esta Sagrada Congregación puede responder que dicha circunstancia es debida a un crite-
rio de redacción, seguido también en el caso de otras asociaciones que tampoco han sido
mencionadas por estar comprendidas en categorías más amplias.
El Sumo Pontífice Juan Pablo II, en la audiencia concedida al cardenal Prefecto abajo
firmante, ha aprobado esta Declaración, decidida en la reunión ordinaria de esta Sagrada
Congregación, y ha mandado que se publique.
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OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Canc.- 085/ARZ./08
Arzobispado de Lima, 28 de Abril de 2008
CONSIDERANDO:
Que el Santo Padre Juan Pablo II, en su Carta Apostólica en forma de Motu
Proprio, “Misericordia Dei”, sobre algunos aspectos de la celebración del Sacramento
de la Penitencia, pide reforzar solícitamente este sacramento, para proponerlo de manera
convincente y eficaz en su práctica, en uso de mi potestad ordinaria;
DECRETO:
Adécuense estos horarios a la necesidad real de los penitentes (días y horas que les resul-
ten asequibles). Asimismo ofrézcase la celebración de este sacramento antes de las Misas
de horario y durante la celebración de la Santa Misa, si es que se cuenta con otros sacer-
dotes disponibles. Los párrocos, capellanes, rectores de iglesias y de santuarios, deberán
informar a su Vicario Episcopal de los horarios establecidos. El Vicario Episcopal a su
vez deberá informar al Señor Cardenal Arzobispo de dichos horarios, a partir de la fecha
de promulgación de este decreto.
2° Que de Junio a Diciembre del año en curso, se destine la homilía dominical del primer
143
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
domingo de cada mes a hacer una catequesis del sacramento de la Penitencia, según los
contenidos doctrinales del Catecismo de la Iglesia Católica (N° 1422-1484).
3° Que el lugar propio para oír las confesiones es una iglesia u oratorio (ver can. 964 § 1),
que es el lugar donde la Iglesia se reúne en nombre de su fe para la celebración litúrgica y
otras acciones vinculadas a ella. En la iglesia u oratorio, la sede específica de este sacra-
mento es el confesionario (ver can. 964 § 2). Este deberá estar ubicado en “lugar patente”
y estará “provisto de rejillas”, de modo que puedan utilizarlo los fieles y los confesores
que lo deseen.
Sólo por graves razones de orden pastoral de carácter extraordinario se puede justificar la
celebración del sacramento en lugares diversos.
5° Salvo que exista una circunstancia real de amenaza de peligro de muerte (ver can 961
§1), en la Arquidiócesis de Lima no está permitida la confesión de penitentes con absolu-
ción general, ya que en nuestra realidad pastoral no se dan las condiciones descritas en el
can. 961 §2 para los casos de “causa grave”.
b. Que “el fiel está obligado a confesar según su especie y número todos los peca-
dos graves cometidos después del Bautismo y aún no perdonados por la potestad
de las llaves de la Iglesia ni acusados en la confesión individual, de los cuales
tenga conciencia después de un examen diligente”.
c. Que “se reprueba cualquier uso que restrinja la confesión a una acusación ge-
nérica o limitada a sólo unos o más pecados considerados significativos. Por otro
lado, teniendo en cuenta la vocación de todos los fieles a la santidad, se les reco-
mienda confesar también los pecados veniales”.
d. Que el pecado de aborto es pecado reservado y que además del Obispo diocesa-
no, sólo están facultados para absolver la excomunión:
144
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
- El Canónigo Penitenciario
Regístrese y comuníquese.-
145
TÍTULO I
CAPÍTULO IV
ARZPASTORAL 010/2004
Lima, 19 de Abril de 2004
Como es bien sabido y atendiendo a lo dispuesto en los cc. 1115 y 1118 del CIC, en la
legislación canónica se favorece la celebración del matrimonio en la propia comunidad
parroquial, al mismo tiempo que también se mantiene un respeto a la libertad de elección
de los contrayentes sobre el lugar de celebración del sacramento, siempre que existan
motivos razonables para ello.
Esta Licencia hay que entenderla como un visto bueno otorgado por el Párroco u Obispo
propio. Ella no debe confundirse con la Delegación (ver c. 1111) que obliga para la vali-
dez del matrimonio cuando éste se celebra por un sacerdote o diácono distinto del Párroco
u Ordinario del lugar. Es oportuno recordar, que el Ordinario del lugar puede delegar a
otro Ministro Sagrado la facultad para asistir válidamente a un matrimonio en todo el
ámbito de su jurisdicción (ver c. 1111). Teniendo esto presente:
4. Sin embargo, cada tres meses, los Señores Párrocos deberán enviar al Excelen-
149
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
150
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
SOBRE LA FAMILIA1
La familia, definida como la Iglesia doméstica y el santuario de la vida y del amor, es uno
de los lugares privilegiados del ministerio y misión eclesial. Por tanto, la etapa preparato-
ria a la formación de la familia cristiana es una fase importante la pastoral familiar tanto
lo referente a la recepción del sacramento matrimonial como en lo referente a su futuro
desenvolvimiento en la Iglesia y la sociedad.
DISPOSICIONES SINODALES
2. Incorpórese los aspectos fundamentales del matrimonio católico, según lo arriba se-
ñalado, en la pastoral juvenil, los programas de confirmaciones de jóvenes y adultos, los
151
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
5. Desarróllese programas, con personal especializado, para atender todas las gamas de
la problemática familiar.
152
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Canc.- 054/Arz/10
Arzobispado de Lima, 11 de Febrero de 2010
CONSIDERANDO:
Que el matrimonio y la familia constituyen una de los bienes más preciosos de la huma-
nidad y, por ello, la Arquidiócesis de Lima quiere hacer sentir su voz y ofrecer su ayuda.
Que la preparación al matrimonio ha de ser vista y actuada como un proceso gradual
y continuo que comporta tres momentos principales: la preparación remota, próxima e
inmediata.
Que por ello es necesario formar adecuadamente a los jóvenes para la fructuosa recepción
del sacramento del matrimonio y, al mismo tiempo, se debe hacer todo lo posible para de-
fender la institución familiar y acompañar a los padres de familia en esta importante tarea.
Que, asimismo, cada familia es un “santuario de la vida” y, por lo tanto, se debe afirmar
siempre una cultura de la vida humana para la edificación de una auténtica civilización de
la verdad y del amor en defensa de la vida.
SE DECRETA:
Artículo Segundo:
La Comisión se encargará de establecer el contenido de los Cursos de formación para
quienes tienen la responsabilidad, en las parroquias, de atender la preparación de los
novios para el Matrimonio. Asimismo organizará estos Cursos y designará las personas
que dictarán los diferentes temas. Al terminar el Curso, y habiendo superado el examen
correspondiente, otorgará el Diploma que autoriza al interesado a colaborar en la parro-
quia con el párroco respectivo.
Artículo Tercero:
La Comisión estará encargada de aprobar previamente los contenidos de los Cursos Pre
Matrimoniales que se dan en las Parroquias y Capellanías de la Arquidiócesis; para ello
solicitará a todas las parroquias y Capellanías que envíen sus actuales Programas.
Artículo Cuarto
La Comisión, para apoyar la promoción de la familia, podrá asesorarse de las personas
competentes y organizar Encuentros, preparar documentos y guiones explicativos, que
faciliten la tarea de los padres de familia, de los párrocos y de los religiosos en esta im-
portante tarea de ayudar a la familia en todas sus dimensiones.
153
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Artículo Sexto
El respeto incondicional al derecho a la vida de toda persona – desde el primer instante
de la concepción hasta la muerte natural – es uno de los pilares sobre los que se basa toda
sociedad civil. Con la finalidad de estar bien informados y poder actuar con firmeza en
defensa de este principio, se establece el Comité para la Defensa de la Vida.
Regístrese y comuníquese.-
154
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ARZPASTORAL 08/2011
Lima, 09 de Junio de 2011
I. PRINCIPIOS GENERALES
“La Alianza matrimonial, por la que el varón y la mujer constituyen entre sí un consor-
cio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a
la generación y educación de la prole, ha sido elevada por Cristo el Señor a la dignidad
de Sacramento entre bautizados”. (cfr. CIC. 1055 § 1)
2. “Por tanto, entre bautizados no puede haber contrato matrimonial válido que no sea por
eso mismo sacramento”. (cfr. CIC. 1055 § 2)
155
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
9. Cada Vicaría o Decanato, si es posible, debe contar con un Equipo de Pastoral Matri-
monial y Familiar para atender esta necesidad y exigencia pastoral.
10. El pliego matrimonial es un documento administrativo en donde los novios que tienen
la intención de acceder al sacramento del matrimonio presentan una serie de testimo-
nios que avalan su soltería y su libertad, así como la ausencia de todo lo que pudiera
impedir la celebración válida y lícita del matrimonio. (cfr. CIC 1066).
12. El expediente matrimonial debe elaborarse en la parroquia donde uno de los contra-
yentes tiene su domicilio o cuasidomicilio (cf. CIC 1115), por lo menos tres meses
antes de la celebración del matrimonio.
13. Para elaborar el expediente matrimonial se requieren los siguientes documentos pro-
batorios:
1. Partida de Bautismo de cada uno de los contrayentes, legalizadas por el notario ecle-
siástico de nuestra Arquidiócesis, con una vigencia no mayor a los 6 meses.
2. Constancia de Confirmación.
3. Copia de la Partida de Nacimiento y/o del Documento Nacional de Identidad (DNI)
de los contrayentes.
4. Declaración jurada del domicilio de cada uno de los contrayentes.
5. Acta de matrimonio civil.
6. Constancia de haber realizado un curso prematrimonial.
7. Dos testigos de soltería por cada novio, que no sean familiares y que les conozcan
el máximo de tiempo posible (mínimo cinco años), provistos de su documento de
identidad.
8. En caso de viudez, certificado de defunción de su cónyuge, o declaración de muerte
presunta (cfr. CIC 1707 § 1).
9. Si se diera el caso, documento sobre nulidad o disolución del matrimonio anterior
(CIC 1085 § 2).
156
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
15. Si por cualquier causa la celebración del matrimonio se prolonga más allá de una año
de abierto el expediente, sería necesario realizar un nuevo expediente.
17. Urgiendo siempre la responsabilidad del párroco (cf. CIC 530 § 4); éste investigará
sobre la identidad y el estado de los contrayentes, su formación y vida cristiana. Ade-
más conversará con ellos sobre la naturaleza y los fines del matrimonio.
18. La declaración de los contrayentes debe realizarse por separado y personalmente, a fin
de asegurar la voluntad de los novios de contraer matrimonio libre y responsablemen-
te, sin presiones internas o externas, y con clara conciencia del compromiso sagrado
e indisoluble que desean asumir.
19. Si durante la investigación se descubre que uno o ambos contrayentes no han recibido
el sacramento de la Confirmación, exíjaseles que lo reciban antes del matrimonio
teniendo una catequesis adecuada, a no ser que no puedan recibirlo sin una dificultad
grave. (cfr. CIC 1065 § 1).
V. PROCLAMAS MATRIMONIALES
20. Las proclamas se publicarán en la parroquia de domicilio de cada uno de los contra-
yentes.
21. Deben hacerse 3 (tres) proclamas a viva voz en 3 (tres) domingos seguidos o, al me-
nos, en 2 (dos) domingos o fiestas de precepto. En su lugar, pueden publicarse durante
15 (quince) días seguidos en un lugar visible de la iglesia. También sería conveniente
publicarlas en el boletín parroquial. (cf. c. 1067; cfr. Conferencia Episcopal Peruana,
Normas Complementarias CIC 1057).
22. Los párrocos deben tener presente que las proclamas obligan “sub gravi” y sólo po-
drán ser dispensadas, con causa justa, después de haberse constatado por otros medios
la libertad canónica de los contrayentes.
23. Todos los fieles están obligados a manifestar al párroco o al Ordinario del lugar, antes
de la celebración del matrimonio, los impedimentos de que se tengan noticia (cfr. CIC
1069).
157
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
VI. SUJETO
24. Pueden contraer Matrimonio todos aquellos a quienes el Derecho no se los prohíba, es
decir, que no exista impedimento dirimente (cf. CIC. 1083 - 1094).
26. A fin de que los jóvenes puedan contraer el vínculo matrimonial con la debida pon-
deración y madurez, se establece como edad mínima para la celebración lícita del
matrimonio los 18 años, tanto para el hombre como para la mujer. (cfr. Conferencia
Episcopal Peruana, Normas Complementarias CIC 1083 § 2).
27. Es inválida la celebración de un matrimonio dispar, es decir, entre una persona cató-
lica y una no bautizada (no necesariamente que profese una religión cristiana), sin la
debida dispensa del Ordinario del lugar (cfr. CIC 1086). Este impedimento, por ser
eclesiástico, puede ser dispensado por la autoridad competente.
28. Está prohibida la celebración de un matrimonio mixto, es decir, entre una persona
católica y una bautizada no católica, sin la debida licencia del Ordinario del lugar (cf.
CIC 1124).
29. Las condiciones para otorgar la dispensa son las mismas que se prescriben para el
otorgamiento de la licencia (cf. CIC 1125):
1. Que la parte católica declare que está dispuesta a evitar cualquier peligro de apar-
tarse de la fe y prometa sinceramente que hará cuanto sea posible para que toda la
prole se bautice y se eduque en la Iglesia Católica.
2. Que se informe en su momento al otro contrayente sobre las promesas que debe
hacer la parte católica, de modo que conste que es verdaderamente consciente de la
promesa y la obligación de la parte católica.
3. Que ambas partes sean instruidas sobre los fines y propiedades esenciales del Matri-
monio, los cuales no pueden ser excluidos por ninguno de los dos.
30. Se necesita la licencia del Ordinario del lugar para celebrar lícitamente el matrimonio
en los siguientes casos (cfr. CIC 1071):
158
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
3. Matrimonio de los que están sujetos a obligaciones naturales nacidas de una unión
precedente.
31. En la celebración del Sacramento del Matrimonio, los ministros son los propios con-
trayentes, pero el consentimiento lo manifiestan frente al testigo calificado de la Igle-
sia y dos testigos comunes (cf. c 1108 § 1).
32. El ministro sagrado sólo asiste, bendice y recibe en nombre de la Iglesia el consenti-
miento de los esposos. (cfr. CIC 1108 § 2).
34. Los contrayentes pueden invitar al sacerdote de su preferencia que presida su ceremo-
nia, para ello es necesario que el párroco del lugar haga la debida delegación.
35. Para que sea válida la delegación de la facultad de asistir a los matrimonios, debe
darse expresamente a personas determinadas. Si se trata de delegación especial, ha
de darse para un matrimonio determinado; y si se trata de delegación general, ha de
concederse por escrito (CIC 1111 § 2).
36. Se entiende que la delegación para un matrimonio determinado se puede dar de pala-
bra, incluso por teléfono, pero la general ha de darse por escrito, y esto para la validez.
37. Los testigos comunes han de tener uso de razón y capacidad de dar testimonio del
matrimonio que presencian. No se exige que sean hombres o mujeres, ni siquiera que
sean creyentes. Lo que cuenta es que hayan estado presentes en el momento de la ce-
lebración y que hayan percibido el intercambio del consentimiento matrimonial ante
el testigo calificado.
159
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
X. TRASLADO MATRIMONIAL
40. Está prohibido celebrar el Sacramento del Matrimonio en capillas privadas (casas
religiosas, colegios, clubes, etc.) sin la debida autorización del Ordinario del lugar.
41. El Párroco debe velar para que el Sacramento del Matrimonio se prepare y se celebre
conforme a los libros litúrgicos.
43. En la celebración del Matrimonio se seguirá el rito litúrgico propio, evitando innova-
ciones que puedan desorientar o causar escándalo a los fieles.
44. Después de la celebración del Matrimonio, el Párroco del lugar donde se celebró el
Matrimonio, o quien hace sus veces, aunque no hubiera asistido al Matrimonio, tenga
sumo cuidado de hacer las anotaciones en los libros parroquiales (cfr. CIC 1121 § 1).
45. El Párroco de donde se realizó el matrimonio debe notificar cuanto antes al Párroco
del lugar donde se realizó el Bautismo de cada uno de los cónyuges para hacer las
anotaciones respectivas (cfr. CIC 1122 § 2).
46. El párroco debe dar el visto bueno a los cantos y composiciones musicales que se
pretende ejecutar en la ceremonia, para evitar introducir cantos y música profanos,
ajenos al sentido de la liturgia, aunque éstos hayan sido solicitados por los novios o
sus familias.
XIV FOTÓGRAFOS
160
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
161
TÍTULO II
Canc.- 093/ARZ/09
Arzobispado de Lima, 8 de Mayo de 2009
CONSIDERANDO
Que es necesario comprobar que los candidatos, antes de recibir las Órdenes sagradas del
diaconado y presbiterado, respondan a la fe, costumbre y disciplina eclesiástica sometién-
dose a un Examen Sinodal (Cfr. CIC c. 1052); Sínodo Arquidiocesano XIX; Disposicio-
nes Sinodales n° 5);
Que para el nombramiento del oficio eclesiástico de Párroco, es necesario que conste
con certeza de su idoneidad según el modo estableció por el Obispo diocesano, incluso
mediante un examen (cfr. CIC cc 520-524);
SE DECRETA
PRIMERO: El nombramiento de los miembros del Tribunal para los Exámenes Sinoda-
les, Licencias Ministeriales y para el oficio eclesiástico de Párroco.
A quienes se les encomendará esta responsabilidad conforme al Reglamento elaborado
para los fines que se persiguen. El Tribunal examinará con un mínimo de tres miembros,
salvo causa justa.
SEGUNDO: Dicho Tribunal sesionará los segundos y cuartos martes del mes a partir
de las 10.00 horas en el local del Arzobispado de Lima, previa coordinación con la Can-
cillería.
TERCERO: Los temas de los respectivos exámenes están indicados en los Programas
del Tribunal que se les entregará en la Cancillería, previo pago.
Regístrese y comuníquese
165
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Capítulo I:
De los Exámenes Sinodales de los Candidatos al Diaconado y al Presbiterado.
1. El Examen será solicitado por el Rector del Seminario Arquidiocesano, o por el respec-
tivo Superior Mayor, mediante carta dirigida al señor Arzobispo, según los candidatos
sean seminaristas o integrantes de institutos de vida consagrada.
166
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
7. En caso de ser calificado un examinado como no apto, el Rector del Seminario o Supe-
rior Mayor podrá solicitar un nuevo examen en fecha posterior.
NOTA: Se comunicará que los hermanos que van a dar examen presbiteral tendrán que
adjuntar la constancia de Ordenación Diaconal para su expediente.
Capítulo II:
De los Exámenes de los Clérigos presentados para determinados oficios eclesiásticos
y de aquellos que solicitan licencias ministeriales
167
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ARZPASTORAL-002/2001
Lima, 07 de Junio de 2001
Por encargo del Señor Cardenal Arzobispo de Lima, tengo a bien informarles la ma-
nera como el párroco debe proceder cuando va a ausentarse de su parroquia por más
de una semana, por vacaciones u otro motivo.
Por tanto se ha establecido lo siguiente:
1. El Párroco tiene la obligación de avisar al Ordinario del lugar (ver CIC, can.
533,2). Y a tenor del CIC, can 533, 3, se debe tener en cuenta:
2. El Párroco que tengan previsto ausentarse por más de una semana de su Parroquia,
deberá comunicarlo por escrito a la Curia Arzobispal por lo menos quince (15) días
antes de su salida.
168
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
7. Finalmente se recuerda que a tenor del CIC can 533, 2: “puede el párroco au-
sentarse de la parroquia, en concepto de vacaciones como máximo durante un mes
continuo o interrumpido; pero en ese tiempo de vacaciones no se incluyen los días
durante los cuales el párroco asiste una vez al año al retiro espiritual”.
Atentamente en el Señor.
169
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ARZPASTORAL —004/2001
Lima, Junio de 2001
CIRCULAR
El rezo de la Liturgia de las Horas, u Oficio Divino, va más allá de nuestra piedad perso-
nal. Cuando la rezamos lo hacemos no tanto en nombre propio como en nombre de toda
la Iglesia e incluso en nombre del Señor Jesús, para bien de la Iglesia y de todo el mundo.
Confiando que este documento le ayude a comprender aún más la naturaleza y la dinámi-
ca del Oficio Divino, aprovecho la oportunidad para renovarle los sentimientos de mi más
alta estima en el Señor Jesús.
Fraternalmente en Cristo.
170
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ANEXO
La celebración íntegra y cotidiana de la Liturgia de las Horas es, para los sacerdotes y
diáconos en camino al presbiterado, parte substancial de su ministerio eclesiástico.
Sería una visión empobrecida mirar dicha responsabilidad como el mero cumplimiento de
una obligación canónica, aunque también lo es, y no tendría presente que la ordenación
sacramental confiere al diácono y al presbítero un especial encargo de elevar a Dios uno y
trino la alabanza por su bondad, por su soberana belleza y por el designio misericordioso
acerca de nuestra salvación sobrenatural.
Junto con la alabanza, los sacerdotes y diáconos presentan ante la Divina Majestad la ora-
ción de intercesión a fin de que se digne acudir a las necesidades espirituales y temporales
de la Iglesia y de toda la humanidad.
Sin embargo, la Liturgia de las Horas, llamada también Oficio Divino o Breviario, de
ninguna manera carece de valor cuando se la recita solo o, en cierta forma privadamente,
ya que aún en este caso ”estas oraciones se realizan privadamente, pero no imploran cosas
privadas” (Gilbertus de Holland, Sermo XXIII in Cant., en P. L. 184, 120).
171
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Así pues, en el mismo rito de la ordenación diaconal el ministro sagrado pide y recibe de
la Iglesia el mandato de la recitación de la Liturgia de las Horas, el que pertenece, por lo
tanto, al ámbito de las responsabilidades ministeriales del ordenado, y va más allá del de
su piedad personal.
El Código de Derecho Canónico, por su parte, establece en el can. 276, § 2, n. 3, que: ”los
sacerdotes y los diáconos que aspiran al presbiterado están obligados a cumplir cada día
con la Liturgia de las Horas, usando sus propios libros litúrgicos, debidamente aproba-
dos; los diáconos permanentes tienen esa obligación en los términos establecidos por la
Conferencia Episcopal”.
Con los antecedentes expuestos se puede responder a las preguntas planteadas en la si-
guiente forma:
R/. Quienes han sido ordenados están obligados moralmente, en virtud de la misma or-
denación recibida, a la celebración o recitación íntegra y cotidiana del Oficio Divino tal y
como está canónicamente establecido en el canon 276, § 2, n. 3 del CIC, citado anterior-
mente. Esta recitación no tiene por ello la índole de una devoción privada, o de un piadoso
ejercicio realizado por la sola propia voluntad del clérigo, sino que es un acto propio del
sagrado ministerio y oficio pastoral.
2. ¿Se extiende la obligación sub gravi a la recitación íntegra del Oficio Divino?
a. Un motivo grave, sea de salud, o de servicio pastoral del ministerio, o del ejer-
172
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
b. La omisión total o parcial del Oficio por sola pereza o por realizar actividades
de esparcimiento no necesarias, no es lícita, más aun, constituye un menosprecio,
según la gravedad de la materia, del oficio ministerial y de la ley positiva de la
Iglesia;
e. El Ordinario propio del sacerdote o diácono puede, por causa justa o grave,
según el caso, dispensarlo total o parcialmente de la recitación del Oficio Divino,
o conmutárselo por otro acto de piedad (como por ejemplo, el santo Rosario, el
Via Crucis, una lectura bíblica o espiritual, un tiempo de oración mental razona-
blemente prolongado, etc.).
R/. La respuesta debe darse por partes, para aclarar los diversos casos:
b. Lo mismo vale para la ”hora intermedia”, que tampoco tiene asignado ningún
tiempo determinado de celebración. Para su recitación obsérvese el tiempo que
media entre la mañana y la tarde. Fuera del coro, de las tres horas Tertia, Sexta y
Nona, cabe elegir una de las tres, aquella que más se acomode al momento del día,
a fin de que se mantenga la tradición de orar durante el día, en medio del trabajo
(Cf. IGLH, 77).
173
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
cuanto antes. De igual modo, si las Vísperas no pueden recitarse en las horas de
la tarde, deben recitarse apenas se pueda (SC 89). Con otras palabras, el obstáculo
que impide observar la ”verdad de las horas” no es de por sí una causa que excuse
de la recitación de los Laudes o las Vísperas, porque se trata de ”Horas principa-
les” (SC, 89) que ”merecen el mayor aprecio” (IGLH, 40).
Quien recita gustosamente la Liturgia de las Horas y procura celebrar con dedicación las
alabanzas al Creador del universo, puede recuperar al menos la salmodia de la hora que
haya sido omitida después del himno de la hora correspondiente y concluir con una sola
lectura breve y la oración.
174
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ARZPASTORAL 008/2001
Lima, Agosto de 2001
Entre los actos de colaboración de los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades
de Vida Apostólica en el ministerio pastoral de la Arquidiócesis, destaca la presentación
de los candidatos para los oficios de Párroco, de Administrador Parroquial y de Vicario
Parroquial, particularmente en el caso de Parroquias encomendadas a dichos Institutos, a
norma de los cánones 520, 682 y 738 § 2.
Para que la provisión canónica de estos oficios pueda realizarse en el modo más ade-
cuado, como corresponde a la importancia de estos servicios pastorales, se solicita a los
Superiores que, al presentar a los miembros de su respectivo Instituto o Sociedad para la
provisión de estos oficios, faciliten las informaciones oportunas, en las que aparezca la
idoneidad de los candidatos, a tenor del can. 521.
En particular será oportuno que, con la presentación del candidato, adjunten un “Curri-
culum vitae” del mismo. En él, además de los datos personales del candidato, conviene
especificar: los estudios por él realizados, su experiencia pastoral y el juicio del Superior
mayor sobre la idoneidad del religioso que se presenta, teniendo presente lo establecido
en can. 521.
175
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ARZPASTORALL 010/2001
Lima, Julio de 2001
176
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Estimado Hermano:
Con este motivo, nos dirigimos a Usted para reiterarle la conveniencia de obtener el
respectivo carné de identidad sacerdotal y, si se ha vencido, de renovar su vigencia. Para
cumplir con esta norma aquidiocesana, le indicamos lo siguiente:
- Las características del carné son las siguientes: Impreso a color, en papel de seguridad
con holograma, con fotografía y firma digitalizadas.
- El sacerdote que solicita el carné debe dirigirse a la Oficina de Pastoral, sito Jr. Chancay
282, Lima. Telf. 203-7743. Atención: Sr. Iván Landa.
- El sacerdote solicitante deberá contar con las licencias ministeriales respectivas y ac-
tualizadas. Deberá llenar un formulario con sus datos personales y su firma, al cual se
adjuntará una foto tamaño carné o pasaporte, a color, vestido con traje clerical o con
hábito religioso. Cancelar la suma de veinte nuevos soles (S/. 20.00) en la misma Oficina.
Fraternalmente en Cristo.
177
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ARZPASTORAL 013/2002
Lima, Agosto de 2002
1. La misión que un Capellán desempeña para bien de la vida cristiana de una comunidad
de vida consagrada, o de una asociación pública de fieles, o de un colegio, o de una cárcel
u hospital; o sobre un grupo de personas que no pueden gozar de la atención ordinaria
por parte de los párrocos, es sin lugar a dudas de gran importancia. Por ello el Código de
Derecho Canónico dedica a los capellanes los cánones que van del 564 al 572. En ellos el
Derecho de la Iglesia precisa su identidad y misión.
3. Para que el Capellán pueda cumplir con su misión, él debe gozar de todas las facultades
necesarias, tanto de aquellas que el Derecho Canónico le señala (ver CIC can. 566 § 1 y
2), como de aquellas especiales que requiera su misión específica y que le son concedidas
a través del derecho particular o por delegación particular. Para todo ello se hace necesa-
rio su nombramiento por el Ordinario del lugar (ver CIC can. 565).
4. Por tanto, se solicita a las comunidades de vida consagrada, a las asociaciones públicas
de fieles, a los colegios, a los hospitales, etc., que actualmente tengan a un sacerdote que
actúe como Capellán pero que no tenga el nombramiento del Ordinario del lugar, que éste
sea presentado para su designación. La presentación se hará mediante una carta dirigida al
Señor Arzobispo de Lima, la cual se dejará en la Cancillería del Arzobispado. Asimismo
aquellas comunidades que carezcan de Capellán y necesiten de uno, se les alienta a que
presenten su pedido.
5. En ambos casos para que la provisión canónica de este oficio pueda realizarse del modo
más adecuado, como corresponde a la importancia de este servicio pastoral, se solicita
que al presentar al candidato, se facilite la información oportuna en la que aparezca cla-
ramente establecida su idoneidad. En particular será conveniente que se adjunte un “Cu-
rriculum vitae” del sacerdote propuesto. En él, además de sus datos personales, conviene
especificar los estudios por él realizados y su experiencia pastoral. Todo esto sin perjuicio
que el Ordinario del lugar pueda designar a otro sacerdote que considere más idóneo para
desempeñar dicha función.
178
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Estas facultades constituyen el estatuto marco de los capellanes. Según el caso ellas pue-
den ser completadas o ampliadas para su mejor y mayor eficacia por el derecho particular
o delegaciones particulares.
5. ACTUACIÓN. Deberá ser coordinada con el Párroco en cuyo territorio está la ca-
pellanía (ver CIC can. 571). Al Capellán de un instituto religioso laical le corresponde
cuanto se refiere a las funciones litúrgicas, pero no le es lícito inmiscuirse en el régimen
del Instituto (ver CIC can. 567, § 2).
6. CESE. Véase lo que se dispone sobre el cese de los Rectores de iglesia (CIC can. 572;
563).
179
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
180
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ARZPASTORAL 03/2011
03 de Marzo del 2011
Siguiendo los pasos de Cristo, la misión de la Iglesia se dirige a la persona, a cada persona
en particular; y consiste en anunciar y comunicar a Cristo mismo. Entre los modos de esta
acción evangelizadora de la Iglesia se encuentra el brindado en los “colegios parroquia-
les católicos”. En nuestra Arquidiócesis, contamos con varias instituciones educativas
de este tipo. La labor educativa desarrollada en estos centros de enseñanza requiere un
profundo cuidado de parte de la arquidiócesis y del promotor respectivo en concreto. Lo
que se quiere es que cada vez más católicos sean conscientes de su identidad y su misión
en la sociedad.
Sobre el Capellán7
6 BENEDICTO XVI; Saludos a los alumnos en Twickenham, Gran Bretaña; 17 de setiembre del 2010
7 Cfr. ARZPASTORAL 013/2002 Sobre el Nombramiento de Capellanes.
181
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
182
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Les pido encarecidamente que en cualesquiera circunstancias en las que no se cumpla con
este requisito, se informe lo antes posible al Obispo Auxiliar correspondiente o al Vicario
General de la Arquidiócesis de Lima.
VICARÍA GENERAL
ARQUIDIÓCESIS DE LIMA
183
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
La Eucaristía
- Los cantos deben ayudar a expresar los misterios de la fe que se celebra. Tanto el coro
como los instrumentos usados nunca deben opacar las intervenciones de los ministros
ni las respuestas del pueblo.
- Las intervenciones del pueblo como son el Señor ten piedad, el Santo, la aclama-
ción después de la Consagración, el Amén del final de la Plegaria eucarística, el Padre
nuestro y el Cordero de Dios deben ser preferentemente cantadas y nunca interrumpi-
das o disminuidas por un coro o instrumentos.
• La mesa del altar debe estar hecho de material noble y adosado al piso del altar. Su di-
seño debe mantener relación con las dimensiones del templo (la mesa no debe ser ni de-
masiado pequeña, ni demasiado grande, ni debe ser algo que indique provisionalidad).
• Los manteles deben armonizar con la forma y medida de la mesa del altar. Los cande-
labros deber usarse sobre el altar o cerca del mismo. Los manteles deber estar siem-
pre limpios y la ornamentación de la mesa no deben quitar la visibilidad del pueblo.
(OGMR V, 268 Y 270).
184
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
• Los vasos sagrados deben ser confeccionados de material sólido y que sean conside-
rados nobles. Se deben preferir siempre los materiales irrompibles e incorruptibles (Ib.
VI, 291; ID 16) y la copa de los cálices debe ser de un material que no absorba líquidos
(OGMR VI, 291).
- La preparación bíblica, litúrgica y espiritual de los lectores (VQA 8; Dom. Cenæ 10).
También la preparación técnica de los mismos (OLM 55): saber el arte de leer en pú-
blico y el uso de los instrumentos para la amplificación de la voz).
• Los libros, verdaderos signos de la Liturgia de la Palabra, deben ser dignos, decorosos,
incluso bellos (SC 122; OLM 35). No tomar las lecturas de las hojas dominicales cuyo
objetivo es preparar para la celebración o profundizar los textos después de la celebra-
ción.
• La homilía, por la que se exponen los misterios de la fe y las normas de la vida cristia-
na, es obligatoria para los domingos y las fiestas de precepto. Es recomendada para los
demás días (SC 52, IOe 53; OGMR 41-42; CIC 767). Todo presbítero debe cuidar de
preparar su homilía a través del estudio y de la meditación (VQA 8). Al prepararla debe
tener en cuenta el misterio que se celebra y las necesidades particulares de los oyentes
(ICE 54), apoyando su explicación en algún aspecto de las lecturas bíblicas del día o de
otro texto del Ordinario o del Propio de la Misa, llevando así a los oyentes a una activa
participación de la Eucaristía, abriendo el corazón de los fieles a la acción de gracias a
Dios, alimentando su fe, prepararlos para la Comunión y a asumir las exigencias de la
vida cristiana (OLM 41). La homilía no debe sobrepasar los veinte minutos.
• La concelebración se debe reservar para las ocasiones previstas en el OGMR (N° IV,
153). En caso de concelebración, los sacerdotes deben procurar vestirse con casulla.
• Se debe mantener el rito de lavabo, que expresa su deseo de purificación interior (OGMR
n, 52).
185
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
• Cuando se distribuye la sagrada Comunión a los fieles usar la patena, que evita que las
partículas de las hostias caigan al suelo (OGMR IV, 80).
• Los pastores deben asumir, como deber propio y grave, la catequesis del pueblo para que
la fe de éstos sea viva, explícita y operativa (CIC 773).
• La catequesis sacramental es una tarea prioritaria sobre todo para celebrar los sacramen-
tos de la iniciación cristiana y el matrimonio. Esta catequesis debe desarrollarse en un
tiempo prudencial, ni muy largo ni muy corto, adaptándose a las posibilidades de tiempo
de los fieles. La etapa anterior como la posterior al sacramento debe ser cuidadosamente
elaborada por un equipo competente. El párroco y los padres de familia deben interve-
nir en la preparación de los niños a la primera Confesión y Comunión respectivamente
(CIC 914).
• No se debe descuidar la catequesis para los disminuidos físicos (CIC 777) y los párrocos
deben preocuparse en preparar a los fieles para la Confirmación en el tiempo oportuno
(CIC 890).
186
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
• Es importante que el párroco tenga la capacidad para coordinar los dones y carismas
que el Espíritu suscita en la comunidad parroquial, examinándolos y valorándolos cui-
dadosamente (pdV 26).
• El párroco ha de tener una gran diligencia en llevar cuidadosamente los libros parro-
quiales (CJC 535, 1).
• Se debe constituir en la parroquia un consejo pastoral, que presidido por él, colabore en
el fomento de la actividad pastoral. Este consejo tiene voto meramente consultivo (CIC
536) y debe elaborar un plan pastoral parroquial que se revise y evalúe periódicamente.
187
TÍTULO III
DE LA CURIA ARZOBISPAL
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ARZPASTORAL 006/2001
Lima, Julio de 2001
Una diócesis es «una porción del Pueblo de Dios cuyo cuidado pastoral se encomienda
a un Obispo con la colaboración del presbiterio, de manera que, unida a su pastor y con-
gregada por él en el Espíritu Santo mediante el Evangelio y la Eucaristía, constituya una
Iglesia particular, en la cual verdaderamente está presente y actúa la Iglesia de Cristo una,
santa, católica y apostólica»1.
Toda diócesis posee un conjunto de organismos y personas que colaboran con el Obispo
diocesano en el gobierno de la porción del Pueblo de Dios que le ha sido encomendada
(ver cc. 469 y ss.). Entre las personas que colaboran estrechamente con el Obispo encon-
tramos, entre otras, a los Vicarios Episcopales.
Adjunta a la presente encontrará un trabajo que busca ser un aporte para comprender me-
jor la naturaleza de la misión de servicio que ellos desempeñan para bien de nuestra Igle-
sia local de Lima. En dicho trabajo se describe claramente la naturaleza de estos oficios y
cuáles son sus facultades, deberes y derechos entre otras consideraciones.
Tengo a bien solicitarle lo estudie con el fin de que nuestra Arquidiócesis de Lima crezca
en la comunión y así podamos lanzarnos con eficacia a la obra de la Nueva Evangeliza-
ción que nos pide el Nuevo Milenio que hemos comenzado.
Fraternalmente en el Señor.
________________________________________
191
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
4 La potestad ordinaria vicaria es la que se ejerce en nombre y representación de otra persona, de la cual depen-
de. Sólo el Obispo diocesano tiene potestad ordinaria propia porque la ejerce en nombre propio.
5 El Vicario Episcopal tiene potestad ejecutiva (no legislativa, ni judicial), ordinaria o aneja al oficio, Vicaria,
episco-pal y subordinada al Obispo. Se trata de una potestad parcial o circunscrita al ámbito de competencia que
se le ha señalado. El Vicario General tiene potestad universal o general, aquí reside una diferencia fundamental
respecto al Vicario Episcopal.
192
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
6 El CIC dice en el c. 134 § 3: “Cuando se atribuye nominalmente en los cánones al Obispo diocesano en el ámbi-
to de la potestad ejecutiva, se entiende que compete solamente al Obispo diocesano y a aquellos que se equiparan
según el c. 381 § 2, excluidos el Vicario General y Episcopal, a no ser que tengan mandato especial”.
7 La potestad delegada es la que se concede a una persona por sí misma y no en razón del oficio.
193
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
194
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
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DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Canc.- 156/ARZ/03
Lima, 11 de Junio de 2003
La antigua y venerable institución arciprestal, llamada también del vicario foráneo, deca-
no o de otro modo, nació casi al mismo tiempo que la parroquia, al servicio de la comu-
nión interna de las Iglesias particulares. La multiplicación de comunidades parroquiales
en unas diócesis cada vez más extensas, exigió la creación de esta instancia intermedia
para hacer más eficaz la función pastoral del Obispo, y asegurar la necesaria unidad entre
todas ellas. Por esa razón, siempre que la Iglesia se ha propuesto revitalizar la acción
pastoral, ha vuelto a poner los ojos en las posibilidades que ofrecía el Arciprestazgo,
como medio transmisor de las corrientes renovadoras y eslabón casi necesario entre las
parroquias y el gobierno de la diócesis.
En la Iglesia particular de Lima, la institución del Decanato va a resultar una pieza clave
para el proceso de aplicación de las enseñanzas del Concilio Vaticano II, y estará desti-
nada a convertirse en unidad básica de la coordinación pastoral y cauce adecuado para la
atención del presbiterio diocesano. De ahí que, teniendo como finalidad principal revita-
lizar la Iglesia de Lima, inspirándonos en las enseñanzas conciliares, vemos que es nece-
sario reconocer un lugar importante al Arciprestazgo o Decanato, como instrumento para
lograr una acción más organizada y coordinada en la comunidad diocesana. Esta misma
realidad exige la promulgación del «Estatuto del Decano», que en este mismo acto queda
aprobado por mí, la del «Directorio diocesano del Decanato» y la de la «Organización de
la Arquidiócesis en Decanatos».
196
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ciones evangelizadoras. Por eso, queremos que el Arciprestazgo o Decanato asuma una
función importante en la vertebración del presbiterio diocesano y de toda la comunidad
cristiana de Lima. Presbíteros, religiosos y laicos deben encontrar en él, un cauce de
encuentro y comunión, un instrumento efectivo para ejercer la corresponsabilidad y una
plataforma adecuada para programar y realizar las acciones misioneras.
Por todo ello,
1 La organización propuesta para este año ha sido modificada con respecto a la organización actual.
197
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
I
ESTATUTO DIOCESANO DEL DECANO
Art. 1. El Decano es un sacerdote, nombrado por el señor Arzobispo, para colaborar más estre-
chamente con él y con sus Obispos Auxiliares-Vicarios Episcopales, al frente de un Decanato
concreto, durante un tiempo determinado, con el fin de promover, coordinar y moderar la ac-
tividad pastoral común, preocuparse por los sacerdotes y procurar que la vida parroquial vaya
de acuerdo con la pastoral diocesana, de modo que la atención pastoral de la diócesis crezca en
unidad y eficacia.
Art. 2. El oficio de Decano se regula de acuerdo con las disposiciones canónicas vigentes (cá-
nones 553-555 del CIC de 1983).
Art. 3. El oficio de Decano no está ligado con el de párroco de una parroquia determinada, y
su función es eminentemente pastoral, gozando para ello de facultades administrativas en su
demarcación, de acuerdo con estos Estatutos.
Art. 4. Cuando el señor Arzobispo lo considere oportuno, podrá designar un Vice Decano, que
tendrá las funciones que le confiera en el nombramiento.
Art. 5. Podrán ser candidatos a Decano los sacerdotes que, a juicio del Señor Arzobispo, sean
considerados idóneos, teniendo en cuenta las circunstancias de lugar y tiempo, de acuerdo con
los siguientes criterios:
Art. 6. El señor Arzobispo hará una consulta previa a los sacerdotes, con oficio pastoral en el
Decanato, de acuerdo con el modo que estime más oportuno en cada ocasión.
Art. 7. El señor Arzobispo nombrará al Decano para un trienio. El nombramiento puede ser
renovado sucesivas veces.
198
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Art. 8. Promover y moderar, bajo la dirección del Obispo Auxiliar-Vicario Episcopal, la pasto-
ral común en el Decanato, de acuerdo con las normas diocesanas.
Art. 9. Convocar, presidir y moderar el equipo sacerdotal del Decanato, de acuerdo con sus
propias normas.
Art. 10. Ser el representante del Decanato ante los órganos e instituciones diocesanas y ante
cualquier otro organismo o persona.
Art. 11. En unión con el Obispo Auxiliar-Vicario Episcopal, cuidar de que los clérigos de su
distrito vivan de modo conforme a su estado, y cumplan diligentemente sus deberes.
Art. 13. Cuidar de que no falten a los presbíteros de su demarcación los medios espirituales y
materiales, y ser especialmente solícito con aquellos que se hallan en circunstancias difíciles o
se vean agobiados por problemas.
Art. 14. Cuidar de que los párrocos de su distrito, que se encuentran gravemente enfermos, no
carezcan de los auxilios espirituales y materiales, y que se celebre dignamente el funeral de los
que fallezcan.
Art. 15. Procurar que los clérigos asistan a las conferencias, reuniones y coloquios teológicos y
pastorales, tanto en la Arquidiócesis como en otras sedes. En este último caso, deberá tratarse
de actividades aprobadas, al menos, por el Obispo Auxiliar-Vicario Episcopal de la Vicaría
respectiva.
Art. 16. Distribuir los óleos sagrados a los párrocos, procurando su renovación anual y su digna
conservación.
Art. 17. En comunión con el Obispo Auxiliar-Vicario Episcopal, procurar que las funciones re-
ligiosas se celebren según las prescripciones de la sagrada liturgia; que se cuide diligentemente
el decoro y esplendor de las iglesias y de los objetos y ornamentos sagrados, sobre todo en la
celebración eucarística y en la custodia del Santísimo Sacramento. Asimismo, ayudar a cuidar
la educación en la fe, el servicio de la Caridad y que la participación de los laicos se realice de
acuerdo con las normas de la Iglesia.
199
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Art. 19. Con la anuencia del Obispo Auxiliar-Vicario Episcopal de la Vicaría respectiva, el
Decano determinará un lugar para el archivo arciprestal.
Art. 21. Realizar el acto de profesión de fe y prestar juramento de fidelidad ante el Obispo
Auxiliar-Vicario Episcopal de la Vicaría correspondiente, antes de tomar posesión de su oficio.
Art. 22. Como representante del Decanato, hablar con el señor Arzobispo y/o sus Obispos
Auxiliares-Vicarios Episcopales y/o su Vicario General, siempre que sea requerido o lo consi-
dere necesario.
Art. 23. A ser posible, asistir al señor Arzobispo y a los Obispos Auxiliares - Vicarios Episcopa-
les en sus visitas a las parroquias del Decanato.
Art. 25. Procurar las relaciones necesarias y oportunas de los órganos arciprestales con los
servicios pastorales diocesanos.
Art. 26. Acudir y participar en las reuniones de Decanos, que convoque el señor Arzobispo, o
los Obispos Auxiliares-Vicarios Episcopales.
200
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
5. DISPOSICIONES FINALES
Art. 28. Queda abrogada cualquier norma o costumbre diocesanas que sean contrarias a este
Estatuto.
Art. 29. Este Estatuto queda sometido a cualquier disposición ulterior, diocesana o supradio-
cesana al respecto.
II
DIRECTORIO DIOCESANO DEL DECANATO
1. NATURALEZA
Art. 1. La Arquidiócesis de Lima está organizada en tres zonas pastorales territoriales2, cada una
de las cuales está bajo la conducción de un Obispo Auxiliar que también es Vicario Episcopal.
Cada zona territorial se divide a su vez en Vicarías territoriales y cada una de éstas está com-
puesta por Decanatos territoriales, que agrupan a parroquias vecinas, con el fin de facilitar la
cura pastoral, mediante actividades comunes, y están a cargo de un Decano.
2. FINES
3. Brindar ayuda espiritual y material a los párrocos y demás clero de la zona, tal como
se detalla más adelante en el Art. 5 de este Directorio.
201
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
8. Ayudar a los agentes de pastoral con una formación eficaz y conjunta, mediante ser-
vicios en el propio Decanato o Vicaría
3. ESTRUCTURAS Y ORGANIZACIÓN
Art. 3. Son órganos del Decanato: el Decano o Arcipreste y el Equipo Sacerdotal del Decanato
o Arciprestazgo.
1. Es como una célula vital del Presbiterio Diocesano, que posibilita la realización con-
junta y orgánica de la misión sacerdotal en el Decanato, y de la fraternidad sacerdotal.
2. Pertenecen al mismo todos los sacerdotes que tienen cargo pastoral dentro del De-
canato. A sus reuniones puede invitarse eventualmente a los demás sacerdotes y a los
diáconos que residen en dicha demarcación.
202
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
5º. Ayudar en la programación del Decanato, que deberá estar de acuerdo con
el plan diocesano, el de la respectiva Vicaría Episcopal y con la realidad de
cada una de las parroquias. Así como ayudar en la revisión de las actividades
realizadas.
6º. Fomentar los carismas de cada miembro del Equipo Sacerdotal, y, según
éstos, elegir a los sacerdotes que presidan las Comisiones que se viera conve-
niente formar.
1º. El Presidente nato del Equipo sacerdotal es el señor Arzobispo, el Presidente delegado del mismo
es el Obispo Auxiliar-Vicario Episcopal. El Presidente extraordinario es el Decano. Así, el Decano
también tiene la facultad de convocar, presidir y moderar la reunión del equipo, fijando el orden del
día, de acuerdo con sus miembros, siempre en unidad con el Presidente nato y con el Presidente
delegado.
2º. El Equipo elegirá a un Secretario, quien ejercerá las funciones propias de su cargo.
3º. El equipo se reunirá, al menos una vez al mes, para tratar de cuestiones pastorales. Ningún miem-
bro podrá dejar de asistir a una reunión, a no ser por causa imprevista, grave y justa, en cuyo caso
deberá comunicarlo al Decano, quien le informará lo más pronto posible de lo acordado.
Art. 6. Queda abrogada cualquier norma o costumbre diocesanas que sean contrarias a este Direc-
torio.
Art. 7. Este Directorio queda sometido a cualquier disposición ulterior, Arquidiocesana o supra-
diocesana al respecto.
203
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Canc.- 186/ARZ/06
Arzobispado de Lima, 12 de Diciembre de 2006
CONSIDERANDO:
Que, vista la experiencia pastoral durante dicho periodo, es necesario modificar la actual
distribución de los decanatos para una mejor coordinación en le trabajo pastoral entre las
parroquias;
SE DECRETA:
Regístrese y Comuníquese.-
204
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Canc.- 114/ARZ/07
Arzobispado de Lima, 06 de agosto de 2007
CONSIDERANDO:
Que, es necesario la actual distribución de los Decanatos, realizada por Decreto Arzobis-
pal Can.- 186/ARZ/06 del 12 de diciembre de 2006, para una mejor coordinación en el
trabajo pastoral entre las parroquias;
SE DECRETA:
Regístrese y Comuníquese.-
205
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
VICARIA EPISCOPAL I
DECANATO 1
Parroquias:
1. Nuestra Señora de Guía
2. San Francisco de Paula
3. San Lázaro
4. San Lorenzo
5. San Francisco Solano
6. María Madre del Pueblo de Dios
7. Natividad de María
8. San Pablo Apóstol
9. San Juan Bautista
10. San Esteban
11. Nuestra Señora de los Ángeles
VICARIA EPISCOPAL II
DECANATO 2
Parroquias:
1. El Sagrario
2. San Pedro
3. Nuestra Señora de Montserrat y San Sebastián
4. San Marcelo (asumió la ex Parroquia Sagrados Corazones-Recoleta)
5. Santo Toribio (La Inmaculada)
6. La Visitación de Nuestra Señora
7. Nuestra Señora de Cocharcas
8. Nuestra Señora de las Mercedes
9. Santa Ana
10. Santiago Apóstol (Cercado)
11. Sagrado Corazón de Jesús (Huérfanos)
206
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
DECANATO 3
Parroquias:
1. La Virgen de Nazareth
2. Nuestra Señora de Guadalupe (El Agustino)
3. Nuestra Señora del Camino
4. Santa Magdalena Sofía Barat
5. El Divino Maestro
6. La Sagrada Familia
7. Nuestra Señora del Buen Consejo
8. San Antonio María Claret
DECANATO 6
Parroquias:
1. Cristo Rey
2. Nuestra Señora del Sagrado Corazón (Lince)
3. San Antonio de Padua
4. San José
5. Santa Beatriz
6. Santa María Madre de la Iglesia
7. Santa Rosa de Lima
8. Santa Teresita del Niño Jesús
9. Nuestra Señora del Sagrado Corazón (Jesús María)
DECANATO 7
Parroquias:
1. Corazón de María
2. Jesús Redentor
3. María Madre de Dios
4. Nuestra Señora de la Caridad
5. Nuestra Señora del Carmen
6. Sagrado Corazón de Jesús
7. Cristo Sacerdote
8. San Judas Tadeo
207
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
VICARIA EPISCOPAL IV
DECANATO 11
Parroquias:
1. Nuestra Señora del Pilar
2. San Felipe Apóstol
3. Nuestra Señora de la Medalla Milagrosa
4. San Juan María Vianney
5. Nuestra Señora de la Asunción
6. Santa María Reina
7. Nuestra Señora de Belén
DECANATO 12
Parroquias:
1. Santa Rita de Casia
2. Nuestra Señora del Carmen (Carmelitas)
3. Nuestra Señora de Fátima
4. La Virgen Milagrosa
5. Santa Mónica
VICARIA EPISCOPAL V
DECANATO 5
Parroquias:
1. Nuestra Señora del Perpetuo Socorro
2. La Virgen Medianera
3. Nuestra Señora de la Merced
4. La Santísima Trinidad
5. San Pío X
6. Nuestra Señora de Fátima
7. Jesús Nazareno
8. Virgen del Buen Remedio y San Pablo Apóstol
9. Nuestra Señora de los Desamparados y San José
10. San Pablo y Nuestra Señora del Carmen
11. María Auxiliadora
208
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
DECANATO 15
Parroquias:
1. San Juan Apóstol
2. San Lucas
3. San Miguel Arcángel
4. Santa María Magdalena
5. La Encarnación
VICARIA EPISCOPAL VI
DECANATO 4
Parroquias:
1. San Norberto
2. San Ricardo
3. Nuestra Señora de Guadalupe
4. Nuestra Señora de la Piedad
5. Nuestra Señora de la Esperanza
6. San Juan Macías
7. Nuestra Señora de Las Victorias
8. Virgen Peregrina (Cuasiparroquia)
DECANATO 10
Parroquias:
1. Jesús Obrero
2. Santiago Apóstol
3. San Vicente de Paúl
4. Nuestra Señora de La Evangelización
5. Santa María de Nazareth
6. La Inmaculada Concepción
DECANATO 14
Parroquias:
1. Nuestra Señora de la Alegría
2. Nuestra Señora de Gracia
3. Santa María Madre de la Paz
4. Señor de la Divina Misericordia
5. Cristo Salvador
209
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
DECANATO 8
Parroquias:
1. San Pedro (Chorrillos)
2. Virgen de la Familia (Cuasiparroquia)
3. Jesús Artesano
4. Cristo Misionero del Padre
5. Nuestra Señora de Lourdes
6. Santa Catalina de Siena
7. Santa María de los Ángeles
DECANATO 9
Parroquias:
1. La Santísima Cruz
2. San José Obrero
3. San Francisco de Asís
4. Sagrado Corazón de Jesús (Barranco)
5. Los Doce Apóstoles
6. San Roque
Parroquias:
1. Inmaculado Corazón
2. La Resurrección
3. San Pablo de la Cruz
4. Nuestra Señora de la Reconciliación
5. Nuestra Señora del Consuelo
6. Sagrado Corazón de Jesús (Surco)
7. San Francisco de Borja
8. San Leopoldo
9. Santísimo Nombre de Jesús
210
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
VICARIA EPISCOPAL IX
DECANATO 16
Parroquias:
1. El Espíritu Santo (Manchay – Pachacamac)
2. La Preciosísima Sangre (Cieneguilla)
3. Jesús: Camino, Verdad y Vida
211
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Canc. 160/Arz/09
Arzobispado de Lima 9 de octubre de 2009
VISTO:
CONSIDERANDO:
La parroquia, persona jurídica pública en la Iglesia (cfr. cc. 113, § 2; 374, 515, §
3), «es sujeto capaz de adquirir, retener, administrar y enajenar bienes temporales según
la norma jurídica» (c. 1255), en cuanto que es la titular de esos bienes legítimamente
adquiridos a su nombre (cfr. c. 1256).
Regístrese y Comuníquese.-
212
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
ANEXO I
Definición y Naturaleza
Artículo 1.- Los Consejos Parroquiales de Asuntos Económicos son obligatorios para y en
cada parroquia, según el Código de Derecho Canónico (cfr. c.537); por tanto, deben constituirse
de inmediato en todas las parroquias y comunidades equiparadas a ellas en nuestra Arquidióce-
sis, con toda la novedad de esta figura jurídico pastoral; que entraña y concreta en este campo
una rica eclesiología conciliar que habrá que asumir y actuar superando cualquier otro esquema
mental.
Artículo 2.- Tales Consejos Parroquiales de Asuntos Económicos se rigen en adelante por
cuanto establece al respecto el derecho universal y el derecho particular (cfr. c. 1276).
Fines y Funciones
Artículo 4.- La labor del Consejo Económico se realiza en el marco de las siguientes funciones,
de acuerdo con el párroco:
213
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
6. Para las obras extraordinarias mandarán hacer proyecto y presupuesto de las mismas
y estudiarán el modo de financiación, presentando todo ello al Consejo Diocesano de
Asuntos Económicos en los modelos establecidos para su aprobación. (cfr. canon 1281;
Normas relativas a la administración de bienes eclesiásticos en la Arquidiócesis de
Lima, Artículo 2).
Artículo 6. - Cada Consejo Parroquial de Asuntos Económicos estará integrado, al menos, por
tres miembros; quienes en cuanto sea posible, deberán ser, además de cristianos ortodoxos,
214
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Artículo 7.- Los miembros del Consejo Parroquial de Asuntos Económicos son elegidos por
el párroco por un período de tres años, pudiendo ser reelegidos, pero no por más de otros dos
períodos continuados.
Esta elección debe ser presentada al Arzobispo, por escrito, para su reconocimiento, sin el cual
los elegidos no pueden constituirse ni ejercitar sus funciones.
Artículo 8.- En cada reunión del Consejo Parroquial de Asuntos Económicos se levantará el
acta correspondiente en libro adecuado, lo que estará a cargo de uno de los miembros del Con-
sejo elegido por sus pares. El libro de actas se conservará en el Archivo parroquial.
Artículo 9.- Los consejeros elegirán de entre ellos un responsable para revisar los registros
contables durante el período correspondiente.
Artículo 10.- El Párroco remueve de por sí a los miembros del Consejo Parroquial de Asuntos
Económicos pero siempre en cuanto le asistan razones graves o al menos atendibles, y previa
comunicación de tal decisión, con suficiente tiempo para obtener respuesta, al Arzobispo.
Artículo 11.- Si por cualquier motivo quedaran solo dos miembros, el párroco completará el
mínimo de tres hasta que se cumpla el periodo de tres años del Consejo.
Artículo 12.- El Consejo Parroquial de Asuntos Económicos cesa en caso de traslado, renun-
cia, remoción o fallecimiento del párroco (o equiparado). Su sucesor definitivo deberá designar
un nuevo Consejo Parroquial de Asuntos Económicos dentro de un plazo razonable que no
podrá extenderse más allá de los nueve meses.
Modo de proceder
Artículo 13.- La convocatoria para las reuniones del Consejo corresponde al Presidente, y
se celebrarán mensualmente en fecha fija o, según las necesidades, previo aviso a todos los
miembros.
Artículo 14.- Son preceptivas las reuniones para la redacción del presupuesto anual, para la
aprobación de cuentas y para la aprobación de gastos o asuntos extraordinarios (cfr. Normas
relativas a la administración de bienes eclesiásticos en la Arquidiócesis de Lima, Artículo 9).
Artículo 15.- Cuando hayan de tomarse acuerdos, se atendrán a las normas generales de dere-
cho sobre esta materia (cfr. cc. 119, 127; 165-178).
215
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
Canc. 161/Arz/09
Arzobispado de Lima, 9 de octubre de 2009
CONSIDERANDO:
Que, “los bienes eclesiásticos propiamente dichos, según su naturaleza, deben adminis-
trarlos los sacerdotes conforme a las normas de las leyes eclesiásticas, con la ayuda, en
cuanto sea posible, de expertos laicos, y destinarlos siempre a aquellos fines para cuya
consecución es lícito a la Iglesia poseer bienes temporales, esto es: para el mantenimiento
del culto divino, procurar la honesta sustentación del clero y realizar las obras del sagrado
apostolado o de la caridad, sobre todo con los necesitados” (cfr. Presbyterorum ordinis,
nº 17).
Que, los sacerdotes deben hacer un buen uso de los bienes temporales, evitando toda
clase de vanidad y todo cuanto les pueda desviar del espíritu de pobreza que Cristo nos
recomienda (cfr. Presbyterorum ordinis, nº 17).
Que, se han hecho los estudios y consultas debidas en esta materia, acogiéndose diversas
y valiosas sugerencias;
En uso de mis Facultades Ordinarias y teniendo en cuenta las normas del Derecho Canó-
nico vigente:
DECRETO:
1. Aprobar “ad experimentum”, por un trienio, las Normas relativas a Asuntos Económi-
cos y Administración de Bienes en la Arquidiócesis de Lima, consta de catorce Artícu-
los, que regirán a partir del martes primero de diciembre de dos mil nueve.
216
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
Anexo I
• Cada parroquia debe llevar un registro al día de todos sus movimientos económicos a fin
de tener una información suficientemente clara y detallada de sus estados financieros y
presupuestarios que muestren la real situación de la misma.
• Los libros de ingresos y egresos y cualquier otro registro complementario, deben ser
cuidadosamente guardados en el Archivo parroquial.
• Los recibos de los gastos deben conservarse por un periodo de cinco años. Es oportuno
señalar que todo gasto debe contar con la aprobación del párroco.
• Cada artículo, en el libro de contabilidad de la parroquia, debe señalar claramente el
propósito del gasto.
• Debe usarse una forma estandarizada para ingresos y gastos, conforme al formato que
ha sido aprobado por la Sindicatura del Arzobispado de Lima (cfr. Canc.¬267/ARZ./02).
(Anexos 1 y 2).
• Cada vez que haya un cambio de párroco o administrador parroquial, o cuando la au-
toridad eclesiástica lo determine, se realizará una revisión financiera diocesana de los
libros contables de la parroquia, por parte de la Sindicatura Eclesiástica. Esto incluye la
revisión de los libros contables del Colegio Parroquial, si lo hay.
• Si el Arzobispo de Lima considera necesario, se llevará a cabo una auditoria contable
externa, en lugar de la referida revisión financiera.
• Los fondos de la parroquia no deben ser usados para la adquisición de bienes o servicios
personales (seguros, ropa, libros, etc.) del párroco, de los vicarios parroquiales ni de los
sacerdotes adscritos a la parroquia.
• Los gastos asumidos por la parroquia son los referidos a la administración ordinaria de
la misma.
• Cualquier pregunta respecto a que si un gasto personal es asumible por la parroquia debe
hacerse al Ordinario del lugar o a la Sindicatura del Arzobispado.
• Si los fondos de la parroquia han sido usados para los gastos personales en situaciones
de emergencia, éstos deberán ser reembolsados lo más pronto posible.
217
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
• Cada sacerdote debe preocuparse por tener un seguro de salud y de pensiones, previsión
social que debe ser de conocimiento del Arzobispo de Lima.
• Se exhorta encarecidamente a los sacerdotes de nuestra Arquidiócesis a inscribirse y
cumplir oportunamente con el pago de las cuotas del Fondo de Solidaridad Sacerdotal
Santa Rosa, promovido por la Conferencia Episcopal Peruana.
• Son gastos ordinarios de la parroquia los relativos a la realización del culto divino,
sustento de los sacerdotes, tales como vivienda y alimentación, pago de los servicios,
gastos de mantenimiento, obras de caridad y apostolado, etc.
• Hay otros gastos extraordinarios que, por el monto que implican o por el tipo de com-
promiso que comportan, deben hacerse con las debidas consultas y autorizaciones.
• Son actos que sobrepasan la administración ordinaria:
• Para que estos actos de administración sean válidos, el párroco deberá contar necesaria-
mente con la autorización escrita del Arzobispo (cfr. c. 1281;).
• La Transparencia e información a los fieles debe ser la habitual, por eso, es recomenda-
ble dar a conocer periódicamente la situación económica de la parroquia.
Artículo 6. Colectas
• Para evitar confusiones contables, la colecta parroquial de la Misa no debe ser contada por
una sola persona. Estas personas registrarán en cuaderno la fecha y el monto de la recauda-
ción junto a sus respectivas firmas.
• La colecta de los domingos debe ser contabilizada lo más pronto posible y depositada en un
lugar seguro.
• Como medida de precaución, todas las parroquias deben tener una caja de seguridad pequeña
para guardar las colectas y otros ingresos bajo llave. Se recomienda evitar acumular recursos
en efectivo y hacer uso de cuentas bancarias.
• Las colectas de solidaridad, diocesanas o imperadas por la Santa Sede, deberán ser enviadas
a la Sindicatura del Arzobispado en un plazo no mayor a los quince días de su realización.
• Todas las parroquias de la Arquidiócesis de Lima deben contribuir con las siguientes colectas
establecidas para las diversas necesidades de la Iglesia, a saber:
218
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
• Cualquier otra colecta requerida se hará previa autorización y comunicación oportuna del
Arzobispado.
• Las parroquias deben tener cuentas bancarias a nombre de la misma parroquia y mane-
jadas con firmas mancomunadas (dos firmas conjuntas).
• Las cuentas deben registrarse de la siguiente manera: “Parroquia (capilla, etc.) ...” y
serán titulares de dichos fondos el párroco y dos personas idóneas, preferentemente el
Vicario parroquial o algunos de los miembros del Consejo Parroquial de Asuntos Eco-
nómicos.
• La disposición de los fondos se realizará con la orden del párroco, de la que se dejará
constancia en el libro rubricado por él para tal fin.
Artículo 8. Tributos
• Todas las parroquias deben presentar a la Sindicatura Eclesiástica, según el formato es-
tablecido, tanto el Balance Financiero Anual como el presupuesto Anual de sus ingresos
y Gastos, para su correspondiente aprobación. Ambos informes deberán presentarse en
los tres primeros meses del año (cfr. Canc.- 267/ ARZ./02).
• El párroco o administrador parroquial es el responsable de enviar, en las fechas señala-
das, la información solicitada.
• Se ha de adjuntar, también, la relación del personal que labora, el cargo y la remunera-
ción bruta. Asimismo, se ha de especificar el número de las cuentas bancarias, los saldos
actuales y las firmas titulares.
219
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
• Dado que todo contrato laboral genera responsabilidades y compromisos serios a una
institución, se recomienda que cada parroquia tenga el personal necesario e idóneo para
los servicios que se brindan.
220
OFICINA DE PASTORAL - ARZOBISPADO DE LIMA
• En los contratos de trabajo, el párroco deberá observar cuidadosamente las leyes civiles
en materia laboral y social, actuando conforme a los principios que se enseñan en la
doctrina social de la Iglesia.
• Entre las obligaciones que deberá cumplir con el personal de la parroquia está la del
salario justo.
221
DOCUMENTOS DISCIPLINARES Y NORMATIVOS VIGENTES
ARZPASTORAL 012/2001
Lima, Septiembre de 2001
Con un cordial saludo en el Señor, me es muy grato dirigirle la presente por el si-
guiente asunto de interés.
Habiéndose constatado la circulación en nuestro medio de especies valoradas ecle-
siásticas falsificadas como son, las Constancias de Bautismo, de Confirmación, de Matrimonio;
Pliego Matrimonial; Licencias de Traslado, y de Bautismo de Adultos; Dispensas de Presenta-
ción de la Partida Bautismal para el Expediente Matrimonial, de Impedimentos, de Lectura de
Proclamas, etc.; y que algunas Parroquias de nuestra Arquidiócesis vienen imprimiendo sus pro-
pias ediciones de las mismas o vienen usando ejemplares antiguos con los sellos de los anteriores
Arzobispos de Lima, se recuerda:
1. Que está prohibido a las Parroquias de la Arquidiócesis sacar sus ediciones propias
de dichas especies valoradas eclesiásticas o sacar fotocopias de las mismas con el objeto de uti-
lizar un original varias veces.
2. Que las especies valoradas eclesiásticas deben ser obligatoriamente adquiridas en
la Sindicatura del Arzobispado de Lima por el mismo Párroco. De no poder hacerlo personal-
mente, se podrán adquirir a través de una persona de toda confianza de la Parroquia, la cual debe-
rá presentarse identificada con una carta del párroco en la que además se indique qué documento
y qué cantidad del mismo se desea adquirir.
3. Que a partir de la fecha, sólo tendrán validez para cualquier trámite arzobispal
aquellas especies valoradas que lleven el sello del actual Arzobispo de Lima. Así mismo, la
Oficina de Legalizaciones del Arzobispado de Lima no legalizará ningún tipo de especie valo-
rada con los sellos episcopales anteriores. Finalmente, es oportuno indicar que, hasta fin de año,
tendrán valor legal las especies valoradas que contengan el sello verde del actual Arzobispo y, a
partir de Enero de 2002, sólo tendrán valor las que lleven su sello rojo cardenalicio.
4. Que las especies valoradas en cuyo formato se requiera su legalización, deberán
ser necesariamente legalizadas por el Notario Eclesiástico del Arzobispado de Lima.
5. Que los Señores Párrocos deben tener extremado cuidado en el uso y manejo de
estas especies valoradas, pues en nuestro medio están circulando muchas de ellas falsificadas,
por lo que se les pide revisar personalmente estos documentos y no dejar su examen a criterio
de terceros.
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Arzobispado de Lima
www.arzobispadodelima.org
OFICINA DE PASTORAL