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Después de Adornotarea 2
Después de Adornotarea 2
Algunas reflexiones.
Desde mi perspectiva, Denora olvida que las mayores aportaciones del musicólogo
alemán son en el campo de la filosofía y, como filósofo, sus interrogantes se sostienen, por
una parte, en un riguroso método dialéctico de interpretación y, por otra, en una mirada crítica
de la sociedad.
Los ajustes propuestos por Denora parecen más un intento superficial orientado a una
re- significación dulcificada que a una reflexión seria sobre el espesor de la obra del pensador
alemán como sociólogo de la música. Me parece que Adorno, desde el marxismo y la
dialéctica, interpreta el mundo y lo denuncia para dar cuenta de la “vida dañada” en cada una
de sus manifestaciones por insignificantes que nos parezcan. “Hasta el árbol que florece
miente, al momento en que percibimos su florecer sin la sombra del espanto”, nos señala en
“Mínima moralia” con absoluto rigor.
De Nora lo usa para dar cuenta de una falta, de un sesgo en la mirada adorniana, para
ampliar el espectro de los estudios de la música sobre la base de un pensamiento que olvida
su soporte crítico y político. La separación entre forma y contenido no es plausible y el
enfoque metodológico propuesto por Denora oblitera el soporte filosófico que en Adorno es
sustento del análisis musical. La música es una expresión más en la cual la barbarie se
expresa. Desde ella e incluso en ella, operan los mecanismos de administración ideológica
sobre el hombre. No es por lo tanto la música necesariamente un repositorio estético, ni un
dispositivo portador de belleza, sino un medio a través del cual denunciar los mecanismos de
dominación. El invaluable aporte de Adorno no está en su recorrido musicológico, ni en la
supuesta neutralidad científica del sociólogo que era, sino en el imperativo ético de la
filosofía crítica, develando los mecanismos culturales en los que actuamos, lamentablemente
y desde su perspectiva, como víctimas y victimarios.