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1. ¿Qué es la Sociología?
El término fue acuñado por Augusto Comte en 1824, combinando una palabra de raíz
latina (socius), con otra griega (logos), que vendría a traducirse, como saber o
conocimiento sobre la sociedad. Lo que se buscaba en la Sociología como ciencia, era
englobar todo tipo de saberes y conocimientos relativos al hombre en sociedad, en una
disciplina científica. La sociología es una disciplina generalizadora que se ocupa
principalmente de la modernidad: del carácter y la dinámica de las sociedades modernas
o industrializadas, y es la ciencia social que trata más directamente de las cuestiones que
nos afectan en nuestra vida cotidiana: el desarrollo del urbanismo moderno, el crimen y
el castigo, el género, la familia, la religión, el orden social y económico.
Primero hay que definir el campo y el carácter científico. En este sentido, la definición
más precisa se fundamenta en que la Sociología es una ciencia social, que pretende
captar (observar y describir), y explicar (interpretar), cómo se desarrolla la vida social, y
las pautas de conducta que los individuos desarrollan en el interior de la sociedad. Es
una ciencia social, y por tanto, que pretende comprender causalmente (racional y
objetivamente), los hechos y fenómenos que existen y ocurren en la sociedad, o en una
parte de la realidad social. Es, en definitiva, una ciencia social, porque pretende conocer
la vida de los hombres en sociedad, y, por tanto, entender de la existencia y
funcionamiento de grupos, instituciones y sociedades. El objeto de estudio es el acto
social.
Lo social es aquello que surge de la sociedad o está en ella, es decir, todo hecho o
acción que se desarrolla, grupal o colectivamente, en el seno de la sociedad. Social
sería, por tanto, el matrimonio, la educación, la familia, etc. Lo sociológico es aquello
que se deriva del estudio o análisis de tales fenómenos sociales, realizado desde la
sociología. Sociológico sería, las conclusiones obtenidas del estudio de las diferentes
maneras de celebrar el matrimonio en una sociedad, en función de las diferentes clases
sociales, etnias, culturas o religiones existentes, o la propia descripción de los mercados
matrimoniales.
La actividad científica requiere del uso de conceptos con los que transmitir los
significados de los hechos que observamos. Los conceptos científicos pueden ser
clasificatorios (según las propiedades de los objetos empíricos); comparativos (según las
relaciones entre los objetos), y magnitudes (según escalas proporcionales de los
objetos). La ciencia sociológica, pues, trabaja con conceptos y categorías (clases de
equivalencia); es decir, expresiones linguísticas que se refieren a definiciones de los
distintos fenómenos, hechos o actos sociales específicos, de los que son su
representación sintética. Por ejemplo, los conceptos de etnia, juventud o clase social.
Otra cosa es que los diferentes enfoques delimiten de una manera u otra, esos u otros
conceptos.
Se entiende por Sociología General aquella parte de la ciencia sociológica que se ocupa
de conceptos, argumentos y modelos o teorizaciones útiles para cualquier rama de la
Sociología o ámbito de la investigación sociológica. Además, existen sociologías
especiales o específicas, que sólo se ocupan de una zona del objeto sociológico, es
decir, que son ramas especializadas de la Sociología.
Por hecho social entendía Durkheim toda interacción, o regularidad del comportamiento
colectivo, suficientemente extendida en una sociedad como para tener existencia propia,
que se presenta de un modo exterior a los individuos, a los que presiona o coacciona
para que se acomoden a ella. Así, las costumbres, creencias, modas, el matrimonio, el
lenguaje o la educación son para Durkheim hechos sociales. Considerar los hechos
sociales como cosas, como datos, permitía estudiarlos de manera positiva, como las
ciencias naturales, biológicas o médicas, es decir, como una cuestión técnica.
Los funcionalistas dieron gran importancia a los conceptos de posición y papel social
(status y rol). Un status está conformado por las expectativas de derechos y obligaciones
recíprocamente reconocidas en relación con otras posiciones, así como por la función o
propósito que cumple en la estructura social. Como forma de identidad social, el status
va unido a uno o más roles, que definen la conducta esperada de quien ocupa esa
posición.
Todas las ciencias sociales toman como punto de partida el estudio del hombre como ser
social. Hay otras además de la Sociología (la economía, la cultura, la política, la
historia...) y se hace necesario el trabajo interdisciplinar. Hoy en día, la Sociología y la
Antropología son muchas veces indistinguibles, debido a la globalización.
En Marx, por ejemplo, se mezclan elementos sociológicos, económicos y filosóficos.
La Sociología es la ciencia que tiene por objeto el estudio de la sociedad humana y las
relaciones sociales, tanto al nivel del funcionamiento de la estructura social o entramado
de grupos e instituciones sociales, como de la acción social desarrollada por las
personas en su interior.
3. La teoría sociológica
La sociedad se constituye por la necesidad que tienen los seres humanos de entrar en
relación mutua para producir los bienes y servicios con que satisfacer sus necesidades:
el origen de lo social se halla en la producción. El modo de producción condiciona el
proceso de la vida social, política e intelectual, y la realidad social determina la
conciencia del individuo. Según Marx, la sociedad está basada en su modo de
producción material, es decir el conjunto y grado de desarrollo de las relaciones de
producción y fuerzas productivas de que disponga, mientras que en su parte superior se
encuentra la estructura del estado y las formas de conciencia social o ideologías. Para el
marxismo, la infraestructura o base económica de la sociedad es el fundamento real a
partir del cual hay que explicar, en última instancia, la superestructura jurídica y
política, así como las representaciones de la conciencia social tales como la religión, la
filosofía, el arte, etc. Al terreno de la superestructura pertenecen dos ámbitos claramente
distintos: el de los aparatos jurídicos y políticos y el de las formas de conciencia social.
Por los primeros se instrumenta el dominio efectivo de la clase dominante y los
marxistas tienden a sostener una concepción instrumental del derecho y del Estado.
Mediante las segundas se persuade y se esconde o se camufla la dominación económica
y la apropiación del fruto del trabajo ajeno.
Las relaciones de clase son el eje vertebral alrededor del cual se distribuye el poder
político y sobre el que la organización política se asienta. La superestructura es para
Marx algo que se monta sobre la base económica, de donde surgen las clases sociales.
El Estado tiene carácter de clase dominante en la sociedad. Las clases principales
(dueños de medios de producción y trabajadores por cuenta ajena) tienen intereses
enfrentados, por lo que se hallan en conflicto permanente; esta lucha de clases da lugar a
una dinámica continua de la sociedad. Una clase social está constituida por las personas
que ocupan una posición similar en las relaciones de producción, bien porque posean la
fuerza de trabajo o bien los medios de producción. Esto supone un modelo de clases de
tipo relacional y dual, ya que a cada modo de producción le corresponden dos grandes
clases (burguesía y proletariado) que son antagónicas entre sí y tienen su razón en esa
relación de oposición (lucha de clases). Pero, además, en cada sociedad existen una
serie de clases o fracciones de clase subsidiarias o marginales (la pequeña burguesía o
los jornaleros agrícolas) y restos de otros modos de producción (la aristocracia).
La sociología de Marx es una sociología del cambio (cuyo agente es la clase obrera, que
librará de la opresión capitalista). Conforme se desarrollan las fuerzas productivas, entre
otras causas por el avance del conocimiento científico, éstas entran en contradicción con
las relaciones de producción, llegando un momento en que se abre una etapa de
revolución social. Marx infravaloró aspectos de organización y gestión con la aparición
de la burocracia, como factor reestructurador de las relaciones de producción
1. Racional con arreglo a fines, cuando la acción está orientada a obtener metas o fines
concretos y buscados.
2. Racional con arreglo a valores, cuando la conducta viene determinada por la creencia
consciente en valores éticos, estéticos o religiosos.
3. Afectiva, cuando son motivos y estados sentimentales los que determinan la acción.
4. Tradicional, cuando la acción viene determinada por una costumbre arraigada.
Weber rechaza las teorías holísticas de la historia y entiende que la realidad social tiene
sentido para la Sociología a través de los conceptos. Weber tampoco comparte las
posiciones metodológicas del positivismo, ya que entiende que el sociólogo no puede
estar distanciado de los actores sociales, debe compartir su posición y dar
interpretaciones.
La teoría de la estratificación de Max Weber, establece tres dimensiones: clase, status y
partido, determinadas por lo económico, lo social y lo político, respectivamente. Si la
clase viene determinada por la posición ocupada en el mercado, la situación de status es,
en cambio, subjetiva: el status de una persona se refiere a las valoraciones que las otras
hacen de ella y de su posición social, atribuyéndole algún nivel de prestigio social o
estima.
Una explicación de los procesos sociales requería comprender los motivos y fines que
animaban a los actores sociales, puesto que éstos últimos no actuaban de una manera
mecánica, sino intencionada. Así, por ejemplo, en el estudio de los tipos de autoridad, es
importante conocer por qué un poder es considerado legítimo por la población a él
sometida (carisma del gobernante, tradición histórica, legitimación democrática).
1. El pluralismo sociológico
La sociología tuvo que justificar su existencia y su valor frente a las ciencias naturales y
otras ciencias sociales mediante complejos modelos teóricos. El paso del tiempo ha
hecho de filtro frente a la pluralidad de enfoques gracias a la contrastación empírica,
quedándose algunos de ellos como fundamentales (paradigmas).
Hoy en día sigue habiendo un pluralismo, en relación con el objeto (la realidad social),
pero no un caos teórico, permitiendo un enriquecimiento conceptual y teórico. Hay un
constructivismo social y nos encontramos con que por un lado, hay teóricos que apuntan
multitud de enfoques, y por otro, los que sostienen que hay dos grandes bloques: la
sociología del consenso (funcionalista) y la sociología del conflicto (marxista).
Las principales divisiones teóricas del pensamiento sociológico, son reflejo en cierta
medida de los enfoques elaborados tiempo atrás. Son como el desarrollo actual de las
perspectivas clásicas o paradigmas sociológicos, propio del cambio habido en la
sociedad, desde que estos se formularon.
Dentro de la sociedad, Habermas concibe dos formas de acción social: por un lado la
acción comunicativa y por otro la acción de acuerdo a fines u orientada al éxito (para
sacar ventaja y oprimir….dominio). A la acción social con lógica comunicativa se
presenta cuando los actores interaccionan en un proceso de entendimiento sobre metas
comunes y compartidas, concibiendo para ello, el entendimiento como un acuerdo sobre
alguna afirmación, dentro de tres dimensiones:
2) Moral, donde las propuestas se realizan sobre la base de las normas establecidas.
3) Psicológica donde las afirmaciones son valores por la persona a partir de sus
circunstancias internas.
Por miserabilismo entienden los autores aquella actitud que tiende a visualizar al sujeto
popular como situado en una condición infrahumana (racismo de clase). Desde posturas
menos radicales, el miserabilismo desarrolla fácilmente vasos comunicantes hacia una
actitud complementaria: el paternalismo.
El populismo, identificado por los autores como una inversión de la actitud anterior, que
puede sintetizarse en la adhesión al lema "La gente del pueblo vale más que nosotros".
Identificado como portador de la verdadera cultura, de los auténticos valores, el sujeto
popular se ve así investido de atributos que lo ponen en una situación de privilegio que
hay que imitar, rescatar, etc., según lo sugiera la complejidad de la construcción
ideológica que toma al populismo como sustrato de base.
Módulo III - ¿Qué es la sociología de la música?
2. Conformación de la disciplina
A partir de los 50, donde podemos hablar de una sociología de la música, surgen los
trabajos de Boehmer, quien señala otras dos corrientes, la positivista (sus objetos de
estudio son la música en cuanto dato y los contextos donde es socialmente efectiva,
obviando la tentación de explicarla a partir del conocimiento de cada obra musical en sí
propia; Silbermann) y la marxista (prima la interpretación de la música como producto
de la sociedad, basnándose en la premisa marxista de que cualquier cambio en la
superestructura social está determinado por cambios en la base material de la sociedad,
esto es, en la economía; Eisler).
En los 70 hay una gran pluralidad de enfoques, con cuatro corrientes principales. La
primera estudia el 'significado social' de la música, siguiendo una línea de pensamiento
implícito en los trabajos de Weber y de Adorno. La segunda está orientada hacia el
estudio de la música como 'interacción social`, y está bien representada en los trabajos
de Howard Becker, para el cual las obras de arte - y, por lo tanto, la música - sólo
adquieren sentido cuando se las considera una consecuencia de la multitud de
actividades que forman parte de su producción y consumo. La tercera, centrada en la
música en cuanto 'identidad social', que destaca el poderoso papel que tiene en la
formación de identidades individuales y colectivas en el seno de la sociedad. Esta
perspectiva se ha aplicado particularmente en el estudio de la música popular urbana, tal
como se revela en los trabajos del sociólogo Simon Frith. Por último, hay una corriente
que explora de forma sistemática el estudio de las dinámicas de las industrias musicales,
por ejemplo de las compañías discográficas.
Silbermann (con actitud empírica) amplía esta definición viendo la música desde cuatro
perspectivas que determinan de manera diferente la naturaleza de la disciplina y sus
métodos:
1. Aproximación al fenómeno musical como "aspecto de la vida humana social", que
determinaría la sociología como el estudio de ese aspecto.
2. La música entendida como una actividad social, que determinaría una sociología de la
música que se ocuparía principalmente de "averiguar cuáles son las formas esenciales
de la actividad musical y cuáles son los grupos sociales específicos que se reúnen en
torno a una forma musical específica."
3. La música vista en el seno de las relaciones personales. Esta perspectiva plantea
múltiples tareas para la sociología de la música, que, siguiendo a Silbermann, pasaría a
ser el estudio de
a) los efectos de la música sobre la vida social de los hombres;
b) la influencia de la música en la formación, el contacto y los conflictos de grupos;
c) la evolución y diferenciación de modelos y actitudes sociales por medio de la música;
d) la formación y desarrollo de las instituciones socio-musicales;
e) las organizaciones sociales que influencian la música.
4. La música vista como proceso social vivo y actual. Esta perspectiva determina la
sociología como el estudio de este proceso, siempre dinámico, en cuanto interrelación
entre música y sociedad.
Al hilo de estas clasificaciones, Silbermann enuncia una triple orientación para la
sociología de la música que la define como:
1. El estudio que considera las condiciones y formas de la evolución de ciertas muestras
socio-musicales sobre un cierto transcurso de tiempo;
2. El estudio funcional y descriptivo que consiste en averiguar la existencia y la
diferencia de muestras socio –musicales y descubrir sus significaciones con respecto a
la cultura total;
3. El estudio comparativo que consiste en confrontar y comparar los diversos ejemplos
socio-musicales, para descubrir trascendencias de objetos de adaptación social en el
presente y en el futuro.
Concluyendo que la sociología de la música se compone de:
1. La caracterización general de función y estructura de la organización socio-musical,
como un fenómeno que proviene de la interacción de individuos en grupos para
satisfacer sus necesidades.
2. De comprender la relación y conexión de la organización socio-musical con las
modificaciones socio-culturales.
3. El análisis estructural de grupos socio-musicales bajo el aspecto de la
interdependencia funcional de sus miembros, su actitud, la formación y repercusión de
papeles y normas y el ejercicio de control.
5. Una tipología de grupos basada en funciones.
6. La previa visión y el planteamiento práctico de transformaciones fundamentales con
respecto a la música, su vida y sus esferas de acción.
Hay diferentes enfoques. Los primeros trabajos surgieron de la etnomusicología (en los
años 60), debido a la migración de africanos, asiáticos y europeos a los Estados Unidos
durante el siglo XX (y antes), y la fuerte repercusión en la música que estas migraciones
provocaron. En torno a los últimos quince años, la perspectiva urbana dentro de la
musicología histórica ha comenzado a forjarse como una sólida tendencia de
investigación. Hay interesantes trabajos que estudian, por ejemplo, la Brujas medieval o
la colección Man and Music, que estudia ocho ciudades europeas; pero se centran en las
referencias más conocidas, quedando todavía por investigar importantes centros (aunque
fueran ciudades más pequeñas) a lo largo de diferentes épocas.
Por lo general, sólo se han estudiado las instituciones más importantes como catedrales,
cortes y teatros de ópera, cometiendo el error de dejar de lado a cofradías, conventos,
monasterios e iglesias parroquiales, en donde participaban los mismos músicos que en
los centros importantes, y donde se tiene una visión más real de lo que acontecía en las
ciudades en ese período en concreto. Hay que retomar las investigaciones en ese
sentido.
Aun así, las fuentes que quedan hay que estudiarlas con precaución, ya que pueden
alterar los hechos por intereses particulares y hay una 'retórica de la descripción' cuyo
propósito es más ajustarse a un tipo de documentos que presentar la información. Por
último, el conocimiento musical de aquellos que confeccionaban los documentos era, en
la inmensa mayoría de los casos, muy limitado, con obvias carencias técnicas e
interpretativas para expresar adecuadamente lo que percibían, si es que, en el mejor de
los casos, esa fuera su intención. Por lo tanto hay que plantearse: quién creó el
documento y qué intereses podía tener, con qué finalidad se creó y a quién estaba
dirigido.
También hay que utilizar nuevos tipos de fuentes como censos de población (y así saber
en qué zona vivían los músicos), catastros, documentos fiscales y testamentos, en los
que se ve la relación afectiva y emocional.
1. Introducción
2. La música en la sociedad
Los grupos sociales más conocidos y estudiados son la clase social, la etnia, la raza, el
sexo, la edad, la religión, la nacionalidad, la familia y la subcultura. Entendemos la
sociedad como un agregado de distintos grupos, que, a su vez, acaban por solaparse,
dando lugar a tres tipos de solapamiento.
Por ejemplo, al identificar un grupo social y una etnia, ambas tienen características
similares, como prácticas culturales y educación, y otras propias, que distinguen a los
grupos entre sí. Otro solapamiento sería el que una etnia puede estar dentro de una
determinada clase social y otra en varias. La tercera sería que los individuos pueden
pertenecer a varios grupos sociales.
a) Prácticas musicales. Se puede percibir las prácticas musicales de tres modos: quién y
cómo produce la música, la distribución (cómo pasa la música del productor al
consumidor) y la recepción (uso de esa música).
b) Significado musical. Cómo construyen los diferentes grupos sociales los significados
musicales, lo que dichos significados son, cómo se ponen de acuerdo los distintos
grupos con respecto a esos significados, y cómo los rebaten, tanto en el seno de un
grupo como entre los distintos grupos.
d) Identidad social de los individuos. La música sirve para definir su identidad como
individuo en el seno de un grupo o de unos grupos, añade cohesión al grupo y conlleva
significados apropiados a fuerza de convención, influye en nuestras repuestas y
comportamiento, y es adecuada en distintos grados, y para determinados usos y
significados.
4. La música en la educación
Algunos profesores están siendo cada vez más conscientes de las relaciones de género,
sin discriminaciones y animando a ambos sexos. También que incluyan música clásica,
pop-rock y étnica, y tienen que mostrarse continuamente sensibles y responsables ante
los grupos sociales y con los significados, los valores y las identidades musicales
personales de cada alumno. La música debe adoptarse y llevarse como si fuera la ropa
con que nos vestimos (esto me parece una chorrada ya que delimita).
Cuando analicemos la música seria, deberemos poner al descubierto las fuerzas sociales
que se ocultan tras los discursos sobre valores “trascendentes”; al analizar el pop,
deberemos tomar seriamente en consideración los valores desdeñados en los discursos
sobre funciones sociales. La música popular incluye una teoría estética, pero lo que no
se sabe es qué es lo que hace a un artista ser mejor que otro, o a un estilo, o a una
canción. El valor de Abba no tiene más (ni menos) que ver con una experiencia de
trascendencia que el de Mozart; el significado de Mozart no es menos (ni más)
explicable en términos de fuerzas sociales. La cuestión que encaran la sociología y la
estética en ambos caso es la misma: ¿cómo hacer juicios de valor sobre la música?
¿Cómo articulan estos juicios de valor la experiencia de la escucha?
Cada medición construye su propio objeto de medida. Esto resulta obvio en las listas de
los “especialistas” del Billboard, cuando observamos el modo en que definen las
músicas “minoritarias”, la “música negra” sirve para establecer una noción muy
concreta de lo que es “ser negro”. Los anunciantes en cualquier medio de comunicación
se encargan de explicarnos quiénes somos, cómo debemos relacionarnos con los demás
y por qué debemos consumir tal y como lo hacemos. La música popular es capaz de
proporcionar experiencias emocionales particularmente intensas y siempre tienen un
significado social. Esta interacción entre la inmersión personal en la música y, no
obstante, su carácter público, externo, es lo que convierte a al música en algo tan
importante para la ubicación cultural de lo individual en lo social.
La última función es que la música es algo que se posee (“nuestra canción”, “mi
música”), por lo que se convierte en parte de la propia identidad.
Los factores en la música que le permiten cumplir sus funciones sociales son:
Musicológica. – la asimilación de la música afro-americana.
El uso de la voz para el desarrollo de la música popular, sobre todo el timbre (como los
Beatles, nos identificamos con esa música entendamos el texto o no.- lo mismo pasaba
con las voces instrumentales del jazz). Las canciones tienen propia narrativa según
estilos.
La música popular necesita del desarrollo de un análisis de géneros específicos, abierto
a una clasificación que considere el modo en que diferentes formas de música popular
usan distintas estructuras narrativas, conforman sus propios modelos de identidad y
articulan diferentes emociones.
Resulta posible analizar los géneros de la música popular en función del efecto que
éstos pretenden conseguir en el oyente.
Saber escuchar música popular es saber clasificarla (otra de las chorradas que el Frith
escribe en este módulo).
5. Conclusión