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El sabueso de los baskerville

La extraña muerte de sir Charles Baskerville le interesó a Holmes, sobre todo por
la leyenda que le contó el Dr. Mortimer sobre “el sabueso de los Baskervillle”, la
cual decía que existía un monstruoso sabueso que asesinaba a todos los
Baskerville en el páramo de la mansión de Devonshire.

Mortimer volvió con Sir Henry Baskerville, el único heredero de la mansión, para
que los detectives le informaran de la leyenda. Antes de acudir a la casa de
Holmes, a Sir Henry le desapareció una bota (un detalle en esos momentos sin
importancia alguna, que luego tomaría más protagonismo). Holmes decidió que
Watson iría con Sir Henry a la mansión y, que éste le informaría de todo lo
importante que sucediera. Al día siguiente Watson conoció a los vecinos, James
Stapleton y su hermana, la señorita Stapleton, la cual creyendo que Watson era Sir
Henry le advirtió de que estaba en peligro. A Watson le resultó extraño, ya que,
cuando su hermano se acercó se callo de golpe, mientras oían el rugido del
sabueso. También conocieron a Frankland, un antiguo abogado, padre de la
olvidada Laura Lyons.

Watson y Sir Henry descubrieron que hacia unos días se había escapado un
preso, Selden hermano de una de las sirvientas de Sir Henry.

Holmes apareció por sorpresa mientras Watson estaba viendo unas cabañas
neolíticas, y le explicó que siempre había estado allí y que había interrogado a
mistress Lyons, la cual había tenido una relación con Stapleton.

Watson y Holems intercambiaron información y llegaron a la conclusión que el


asesino era Stapleton y, que la señorita Stapleton no era su hermana sino su
mujer.
Era de noche cuando en el páramo oyeron un ruido espantoso, estaban
desesperados por Sir Henry y corrieron hacia él, encontraron al preso con el
cráneo aplastado, ya que el perro creyó que era Sir Henry por el olor característico
de su bota, anteriormente citada.

Holemes y Watson hicieron creer que se marcharon a Londres, pero en realidad


irían a recoger al tercer detective, Lestrade, el cual les ayudaría a capturar a
Stapleton.

Sir Henry fue invitado por Stapleton a cenar. Al salir de la casa de este, pasó por el
páramo y enfrente se encontraban los tres detectives dispuestos a capturar al
asesino de todas las muertes de los Baskerville. Al rato de entre la niebla apareció
el sabueso, Sir Henry comenzó a correr, Holmes salió de su escondite y le disparó,
el sabueso calló al suelo, ya había muerto. Al contrario que el sabueso, Strapleton
consiguió escapar. Watson y Holmes acudieron a la mujer de Strapleton, lo único
que la mujer pudo hacer fue enseñarles la ciénaga en la que guardaba al sabueso.

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