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UNIVERSIDAD DEL ZULIA

FACULTAD DE MEDICINA
DIVISIÓN DE ESTUDIOS PARA GRADUADOS
DEPARTAMENTO DE SALUD PÚBLICA INTEGRAL
CURSO DE SALUD PÚBLICA – NIVEL MEDIO

MÓDULO II
1 – BIOESTADÍSTICA

UNIDAD I
ESTADÍSTICA DESCRIPTIVA
TEMA 4
INDICADORES
RAZONES, PROPORCIONES,
PORCENTAJES Y TASAS

ELABORADO POR: DRA. MARIBEL PETIT


MODIFICADO POR:
DRA. JOANNA CLAVERO
Unidad I - Tema 4 - Indicadores - Razones, Proporciones, Porcentajes y Tasas

UNIDAD I
ESTADÍSTICA DESCRIPTIVA
TEMA 4
INDICADORES
RAZONES, PROPORCIONES, PORCENTAJES Y TASAS

CONTENIDO
 Introducción a los Indicadores, página 2.
 Cifras Absolutas y Frecuencias Relativas, página 2.
 Razones, página 3.
 Proporciones, página 3.
 Tasas, página 3.

INTRODUCCIÓN A LOS INDICADORES


El estudio epidemiológico de una enfermedad cualquiera reclama, en primer lugar, el
conocimiento de su frecuencia en cualquiera de sus manifestaciones (mortalidad, morbilidad,
invalidez, secuelas, ausencia, etc.). La frecuencia puede expresarse mediante los
denominados indicadores, los cuales se agrupan generalmente en los tipos que se describen
a continuación.

CIFRAS ABSOLUTAS Y FRECUENCIAS RELATIVAS


La materia prima de la epidemiología, vale decir: los datos u observaciones individuales,
pueden condensarse en forma de cifras absolutas, las cuales resultan del simple recuento de
aquellos y no tienen relación con el tamaño u otras características de la población. Ejemplos
serían el número de casos de malaria o el de nacimientos vivos registrados en una zona y un
período dados. Otro ejemplo sería la “serie de casos”, tan a menudo usada por los clínicos para
describir su experiencia sobre una determinada enfermedad.
Las cifras absolutas señalan cuántos hechos existían en una cierta fecha o período, y
en tal sentido ayudan a definir la magnitud de un problema, lo cual les confiere utilidad para
ciertos propósitos. Desde luego, saber que en una ciudad dada ocurrieron el año anterior 500
nacimientos es una información muy valiosa para planificar con propiedad un programa de
salud materno-infantil en esa ciudad. Igualmente, la descripción de una “serie de casos” de una
enfermedad hasta entonces desconocida, es un paso inicial para señalar su existencia y
algunas peculiaridades de las personas afectadas.
Sin embargo, las cifras absolutas no son muy útiles para medir y comparar los
fenómenos de salud y enfermedad en una comunidad en función de ciertas variables
(personas, tiempo, lugar, etc.), lo cual es una de las funciones primordiales de la epidemiología.
Para ello es necesario recurrir a las cifras o frecuencias relativas que, como su nombre
indica, provienen de relacionar una cifra absoluta con otra u otras.
Dentro del concepto genérico de frecuencias relativas se incluyen varios términos
(razones, proporciones, tasas, índices, coeficientes, etc.) acerca de cuyo significado específico
no hay acuerdo general. A continuación se considerarán los más usados en medicina y salud
pública, a los que se atribuirá la definición comúnmente aceptada.

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Unidad I - Tema 4 - Indicadores - Razones, Proporciones, Porcentajes y Tasas

RAZONES
Una razón señala el tamaño de un número respecto a otro que se toma como la unidad
(o como cien). Las dos cantidades que se relacionan no están contenidas una dentro de la otra.
Es un indicador fácil de calcular y que permite comparaciones rápidas y concisas entre
conjuntos de números, como se ilustra en el ejemplo siguiente: en 1977 ingresaron en un
hospital 528 pacientes con fracturas, 432 hombres y 96 mujeres. Si bien es claro que hay un
predominio de fracturas en los hombres, el fenómeno se aprecia mejor cuando, al dividir la
primera cifra por la segunda (432/96), se encuentra que la razón es 4,5 hombres por cada
mujer, o 450 hombres por cada 100 mujeres.

PROPORCIONES
Una proporción señala el tamaño de la parte de un total respecto a dicho total. Como el
numerador es siempre parte del denominador, el valor de la proporción será siempre inferior a
la unidad, por lo cual, y para entenderla mejor, suele multiplicarse por el factor 100. Así, la
proporción se expresa en términos de “porcentaje” o “por ciento”.
En el ejemplo citado, habrá una proporción de hombres con fracturas equivalentes a
432/528 = 0,818, o de 81,8 por ciento. Al expresarlas como porcentajes, las proporciones
permiten comparar dos grupos de tamaño diferente, ya que a ambos se les asigna la base
común de 100. Con las proporciones se puede valorar la importancia relativa de parte de un
fenómeno respecto a la totalidad del mismo; por ejemplo: de las muertes por una causa frente
a las muertes por todas las causas, o de los casos de determinada enfermedad ocurridos en un
grupo de edad en relación con el total de casos, o de los nacimientos de varones en función de
los nacidos de ambos sexos. Además, en ciertas condiciones, pueden resumir la probabilidad
de que acontezca un evento. Así con base en la cita anterior, habría un 81,8 por ciento de
probabilidades de que ocurriera una fractura en hombres. Tal información es útil, pues en la
situación planteada ayudaría a estimar con mejor base la proporción de camas que el hospital
debe destinar para fracturas en hombres.
Debe alertarse acerca del error que suele cometerse al querer utilizar las proporciones
como indicadores del grado de riesgo a un evento particular (muerte, enfermedad, etc.).
Conforme a datos publicados por la Organización Panamericana de la Salud, durante 1972 la
proporción de muertes en menores de un año adscritas a la causa básica influenza-neumonía
(rubros 470-474, 480-486 de la Clasificación Internacional de Enfermedades) alcanzó el 10,5
por ciento, tanto en Costa Rica como en Cuba; pero esto no significa que el riesgo de morir por
esa causa haya sido igual para los infantes en ambos países durante ese año. En realidad, el
riesgo fue el doble en Costa Rica que en Cuba, según lo revelado por el indicador (tasa) que
será motivo de consideración en los párrafos siguientes.

TASAS
Naturaleza y Elementos
Para medir el riesgo de que ocurra un evento dado en una población y poder hacer
comparaciones válidas, se debe relacionar ese evento con la población en la cual aconteció o
puede acontecer. Esa relación se conoce con el nombre general de tasas, las cuales
constituyen el mejor instrumento de comparación en epidemiología.

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Unidad I - Tema 4 - Indicadores - Razones, Proporciones, Porcentajes y Tasas

El numerador de la tasa, es decir: el número de eventos, se debe identificar claramente


en función de:
a. La índole del evento;
b. El área geográfica afectada (lugar); y
c. El lapso dentro del cual ha ocurrido aquél (tiempo).
El denominador corresponde a la población expuesta al riesgo de ese evento.
Dividiendo el numerador por el denominador se obtiene un cociente inferior a la unidad, por lo
cual se le multiplica por un factor (que es una potencia de diez: 100, 1.000, 10.000, 100.000), a
fin de hacerla más fácilmente comprensible. En efecto, se entenderá mejor la expresión “tasa
de 9,2 x 1.000” que la de “tasa de 0,0092”.

Requisitos
Como se ha dicho, las tasas son el mejor medio de que se vale la epidemiología para la
comparación. Ahora bien, para que ésta sea cabal, es preciso cumplir ciertas exigencias
mínimas. En primer lugar, los términos de la relación (numerador y denominador) deben
referirse al mismo lugar, al mismo lapso y al mismo grupo de población. En segundo lugar, el
numerador sólo debe incluir hechos que sean similares; por ejemplo, si se trata de casos de
una enfermedad dada, éstos deben haberse identificado conforme a criterios diagnósticos
uniformes para evitar errores de observación (debidos al observador, al método o al sujeto
observado), aspecto cuya trascendencia nunca será inútil enfatizar. Por último, es necesario a
veces homogeneizar el o los denominadores para ajustarlos a las diferencias que pudieran
presentar en función de ciertas características, tales como estructura de la población (por edad,
sexo, ocupación o cualquier otro elemento que sea “relevante” para el propósito determinado)
y tiempo de exposición.

Tipos
El concepto de tasa puede aplicarse a cualquier evento epidemiológico o demográfico.
Así, las tasas pueden clasificarse conforme a la naturaleza del evento y habrá entonces de
natalidad, de morbilidad; de mortalidad o de letalidad, según se refieran a hechos relacionados
con nacimientos, con enfermedades, con defunciones o con la gravedad de estas
enfermedades, respectivamente.
Otra base de clasificación reside en la constitución del denominador o población. Desde
este ángulo, las tasas son crudas (brutas, globales), cuando los eventos se refieren a la
población total; y especificas, cuando se refieren a una parte de la misma, definidos tanto los
unos como la otra conforme a una o más características (sexo, edad, ocupación, estado civil,
etc.). Una tasa puede hacerse tan específica como se quiera, siempre que sus elementos se
identifiquen con toda claridad.
Algunas características personales tales como edad, sexo y ocupación, influyen mucho
sobre el riesgo de enfermar o de morir. Es evidente que los infantes están más expuestos a
fallecer que los adolescentes y que la frecuencia de enfermedades cardiovasculares es más
alta en las edades adultas. Por ello, la comparación de tasas crudas podría conducir a
conclusiones erróneas si los grupos difieren por su composición, particularmente la
relacionada con la edad.
En principio, la comparación deberá hacerse mediante tasas específicas (por ejemplo,
por sexo y edad), pero ello obligaría a confrontar separadamente grupos más o menos
numerosos. De ahí que se requiera un indicador simple, en cuyo cálculo se haya eliminado la
influencia del factor que vicia la comparación.

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Unidad I - Tema 4 - Indicadores - Razones, Proporciones, Porcentajes y Tasas

Las tasas ajustadas (corregidas, estandarizadas) constituyen ese indicador, el más


empleado de los cuales es la tasa ajustada por edad. No corresponde a un texto como el
presente describir en detalle los procedimientos para calcular tal tipo de tasa, pues ello
pertenece más bien a textos especiales de bioestadística. Sólo a modo de ilustración se
mostrarán las tasas anuales, crudas y ajustadas por edad de las defunciones por todas las
causas y por 1.000 habitantes en cinco ciudades incluidas en el Estudio Interamericano de la
Mortalidad, efectuado hace algunos años bajo los auspicios de la Organización Panamericana
de la Salud.

San Sao
Tipo de Tasa Bogotá Bristol Lima
Francisco Paulo
Cruda 5,2 8,9 4,9 10,5 4,6
Ajustada por edad 6,6 4,6 5,5 5,5 5,2

Obsérvese cómo en Bogotá, con una proporción más alta de población joven, las tasas
ajustadas son superiores a las brutas y cómo se observa una situación inversa en Bristol y San
Francisco, cuya población vieja es más abundante. Las grandes diferencias entre ciudades
que revelaban las tasas crudas se han borrado bastante al ajustarlas por edad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
 Guerrero Rodrigo, González Carlos y Medina Ernesto. Epidemiología. Fondo Educativo Interamericano.

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