Está en la página 1de 208

© Universidad Autónoma de San Luis Potosí, 2009

ISBN 978-970-705-082-2

Portada: Sr. Ramón Serrato Gómez


Cooperativa “Caprinocultores de Catorce, S.C. de R.S.”
Ejido Tanque de Arenas, Mpio. de Catorce, SLP.

San Luis Potosí, SLP. México.


Prólogo
Esta obra está dedicada a los cabreros de México, particu-
larmente de la altiplanicie mexicana. La información de este libro fue
recopilada críticamente de diversas publicaciones, pero también se
basó en experiencias de los autores y sobre todo en el conocimien-
to tradicional de cabreros vocacionales y destacados. Así, el docu-
mento trata y describe temas comunes de la producción caprina
de México, pero que pueden ser válidos para cabreros de algunos
países sudamericanos, como Brasil y Venezuela.
La ganadería caprina, la producción de cosechas de secano
y la recolección de recursos naturales espontáneos, son las activida-
des más importantes para la subsistencia de las familias campesinas
en las regiones secas de América Latina. Aparte del autoconsumo
ocasional, los productos principales generados de la cría de las ca-
bras son el cabrito, el chivo y la cabra de desecho para matadero, y
la leche para quesos y dulces. El sistema de producción en la altipla-
nicie mexicana es esencialmente de pastoreo; la base genética es la
cabra criolla originada de las introducciones coloniales de las razas
Blanca Celtibérica, Retinta Extremeña, Canaria y Murciano-Granadi-
na, con encastes recientes de Nubia, Alpino, Saanen y Boer. El clima
extremo, la lluvia escasa, las sequías recurrentes, el calentamiento
global y el deterioro por abuso de la vegetación natural, hacen que la
cabra sea de los pocos animales domésticos capaces de producir
eficientemente bajo esas condiciones.
Este manual incluye temas generales e introductorios sobre
las razas existentes en México, construcciones acordes con el en-
torno ecológico, reproducción, cría y selección o mejora genética,
sistemas de alimentación y posibles alternativas de suplementación,
prácticas de manejo del rebaño, predadores, enfermedades y pro-
ductos caprinos, entre otros. Deseamos que resulte útil y accesible
a productores y técnicos extensionistas por igual.

Prólogo
Agradecimientos

• A los cabreros del altiplano mexicano por permitirnos trabajar con sus reba-
ños y por compartir sus experiencias invaluables.

• A la Fundación Produce San Luis Potosí, A.C., por haber tomado la iniciativa,
financiar y confiarnos la realización de este manual.

• A la Fundación para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y al International Center


for Agricultural Research in the Dry Areas (ICARDA), por el financiamiento
que permitió numerosos trabajos, experiencias directas de campo, y la pu-
blicación de este manual, a través del proyecto “Strenghening Institutional
Capacity to Improve Marqueting of Small Ruminants Products and Income
Generation in Dry Areas of Latin America”

• A la Secretaría de Desarrollo Agropecuario y Recursos Hidráulicos del Go-


bierno del Estado de San Luis Potosí (SEDARH), en especial a sus Técnicos
Extensionistas, quienes diariamente se esfuerzan en mejorar los sistemas
de producción caprina, por facilitar algunas de las fotografías que ayudaron
a ilustrar este manual; a los LDG Omar Rovelo Gallardo y Claudia Janette
Cadena Díaz de León (SEDARH) por su participación en el diseño inicial de
este manual.

• A los cabreros de San José de la Peña, Villa de Guadalupe, San Luis Potosí,
por permitir trabajar con sus rebaños. A los colegas de Desarrollo Rural del
Norte Potosino, A.C., por su confianza y apoyo decidido.

• A los señores MVZ Carlos Peraza Castro del rancho La Serpentina, Queré-
taro, y al MVZ Javier Chaurant de la Granja Don Toño, Guanajuato. También

Manual de producción caprina


al Ing. Juan Manuel Flores Berrones (QEPD) del rancho Los Álamos, al Lic.
Francisco Artolozaga del rancho Zugarramurdi , al Sr. Gerardo Meade Gar-
cía del rancho Cruces, al señor Jesús Nieves del rancho San Tiburcio y al
Lic. José Cerrillo Chowell del rancho Puerta del Sol, todos ellos de San Luis
Potosí, por permitir el acceso a sus rebaños.

• Al Dr. Ramiro López Trujillo y al Dr. Miguel Mellado Bosque de la Universidad


Autónoma Agraria Antonio Narro, Saltillo, Coahuila, y al Dr. Ramón A. D’
Aubeterre Marcano de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado,
Venezuela , quienes emitieron una opinión favorable sobre la pertinencia de
este manual y formularon críticas y sugerencias que mejoraron esta versión
final.

• L.D.I. Yureyda Camacho Castillo, del Instituto de Investigación de Zonas


Desérticas, fue la responsable de la captura y conformación de las últimas
versiones del manuscrito hasta su entrega a la imprenta.

Prólogo
Manual de producción caprina
Contenido

CAPÍTULO

1 Introducción 1
Historia 1
Distribución 2
Productos de la cabra 5

2 Características de las cabras 7


Partes de una cabra 7
Diferencias entre cabras y ovejas 8
Comportamiento 9
Hábitos de pastoreo 10

3 Razas 11
Razas españolas 12
Blanca celtibérica 13
Murciano-Granadina 15
Retinta extremeña 16
Razas lecheras de los Alpes 16
Alpina 17
Saanen 18
Toggenburg 19
Razas lecheras creadas en el siglo XX 19
Nubia 20
La Mancha 21
Razas productoras de carne 22

Índice
CAPÍTULO

4 Construcciones para cabras 27


Corrales 28
Espacios recomendados 29
Corral de encierro 30
Comederos 31
Bebederos 32
Saladeros 33
Techos 33
Cortinas rompevientos 34
Cercos 35
Instalaciones para ordeño 36

5 Reproducción 39
El macho 40
La hembra 42
Sincronización del celo 44
Fertilidad del macho 46
Inseminación artificial 47
Transferencia de embriones 48
Diagnóstico de preñez 48
Gestación 49
El parto 51
Partos difíciles 53
El cabrito recién nacido 56

6 Cría y selección 57
Cría 58
Selección 62
Apreciación visual 62
Apreciación visual en línea 64
Fenotipo racial 65
Control de rendimiento lechero 65

Manual de producción caprina


CAPÍTULO

Control de rendimiento cárnico 66


Selección por núcleos 66

7 Nutrición y alimentación 69
Características funcionales de los rumiantes 70
Desarrollo del rumen 72
Ingestión, masticación y deglución de alimentos 73
Digestión y absorción de nutrientes después del rumen 74
Consumo de piensos y forrajes 74
Nutrientes requeridos 75
Agua 76
Carbohidratos 77
Proteínas 81
Minerales y vitaminas 87
Alimentación de cabritos lechales y remplazos 89
Alimentación complementaria 92
Alimentación de reproductores 92
Alimentación en pastoreo 93
Siembra de forrajes, aprovechamiento de esquilmos
de cosechas y forrajes espontáneos 94
Aprovechamiento de arbustos 95
La morera 97
El maguey como forraje 98
El nopal como forraje 101
Bloques urea-melaza 104
Proceso de fabricación 106
Uso de los bloques urea-melaza 111

8 Manejo del rebaño de agostadero 115


Prácticas previas al período de monta o cubrición 117
La cubrición o monta 118
Causas de infertilidad de las hembras 119
Paridera 120

Índice
CAPÍTULO

Descornar 123
Recorte de pezuñas 124
Identificación 125
Edad de las cabras 129
Control de predadores 131
Conservación de pieles 132

9 Algunas enfermedades frecuentes en las cabras 135

Enfermedades Infecciosas 138


Ectima contagiosa 138
Mastitis 139
Paratuberculosis 139
Pasteurelosis o fiebre de embarque 140
Queratoconjuntivitis u oftalmia contagiosa 141
Tétanos 141
Causas de aborto 142
Brucelosis o fiebre de Malta 142
Complejo de diarrea neonatal 144
Cólicos 144
Síndrome del cabrito flojo 145
Urolitiasis 145
Cojeras 146
Artritis-encefalitis 146
Linfadenitis caseosa: “Abscesos o lobanillos” 148
Enfermedades parasitarias 149
Piojos y sarna 149
Estro o gusano de la nariz 150
Gusanos gastrointestinales 151
Coccidiosis 151
Dermatitis pustular por estafilococo 152
Hongos y tiñas 152
Plantas Tóxicas 152
Astragalus mollissimus (Garbancillo, Loco weed) 153

Manual de producción caprina


CAPÍTULO

Astragalus wootoni “Tronadora” 154


Karwinskia humboldtiana y K. mollis
“Tullidora, Cualzorra, Capulincillo o Coyotillo”) 154
Sophora secundiflora (Patol) 156
Lobelia berlandieri (Hierba del guajolote) 156
Plantas que producen Fotosensibilidad 157
Plantas que acumulan nitratos 158

10 El Ordeño 161
Equipo y accesorios 162
Rutina del ordeño 163

11 El Queso y la quesería 167


Pasteurización 170
Formación de la cuajada 171
Moldeado 172
Saladura 173
Reposo 173
Maduración 173
Envoltura 174
Problemas en quesos terminados y sus causas 174

12 Bibliografía 177

Índice
Manual de producción caprina
Índice de
Tablas

PÁGINA

1.1 Estados con mayor población caprina (Adaptado de SIAP, 2005). 3


1.2 Porcentaje de participación de los estados con mayor producción con respecto 4
al total nacional (Adaptado de SIAP, 2005).
2.1 Actividades de un rebaño en agostadero. 10
3.1 Resumen de las principales características de las razas caprinas más impor- 24
tantes.
4.1 Necesidades individuales de espacio y otras características de construcciones 29
para cabras.
7.1 Características de ingredientes proteicos comerciales típicos. 83
7.2 Características nutrimentales generales del maguey. 99
7.3 Características del ensilado de maguey (83%) con heno de alfalfa (17%). 100
7.4 Calidad nutrimental del nopal espontáneo y bajo cultivo intensivo. 101
7.5 Productividad de nopal Opuntia undulata x O. tomentosa producido en hidro- 103
ponía (Ramírez, 2006), alfalfa producida durante 365 días, y maíz y sorgo pro-
ducidos en primavera-verano y avena en otoño-invierno (Adaptado de SDA,
consulta 2006).
7.6 Ración completa con nopal tierno para engorda de corderos. 103
7.7 Ración económica para suplentación en pastoreo extensivo durante la época 104
seca.
7.8 Composición estándar de los bloques urea-melaza. Los bloques 1 y 2 fueron 105
evaluados en cabras en agostaderos en la comunidad de San José de la Peña,
San Luis Potosí, México.
8.1 Clave de letras correspondientes al año de nacimiento, de cada asociación de 128
criadores de registro
8.2 Nombres regionales de las cabras según su edad. 130

Índice
Manual de producción caprina
Índice de
Figuras

PÁGINA

1.1 Tienda de productos caprinos (Fot. SEDARH) 5


1.2 Elaboración de dulces de leche de cabra. 5
1.3 Desuello de cabritos en el matadero (Fot. SEDARH). 6
1.4 Canales de cabrito al pastor. Monterrey, N.L. México.( www.horadecomer.com). 6
2.1 Hembra cabría. 7
2.2 Macho cabrío. 8
2.3 Comportamiento normal de las cabras, como trepadoras o erguidas en dos patas. 9
2.4 Semental Saanen con la cara manchada de sus propios orines. 10
3.1 Macho Blanco Celtibérico (Esteban y Tejón, 1986). 14
3.2 Hembra Blanca Celtibérica (Esteban y Tejón, 1986). 14
3.3 Semental Murciano-Granadino (Esteban y Tejón, 1986). 15
3.4 Hembra Murciano-Granadina con capa caoba (Canals, 2004). 15
3.5 Hembra Murciano-Granadina con capa negra (Esteban y Tejón, 1986). 15
3.6 Semental Retinto Extremeño. 16
3.7 Hembra Retinta Extremeña con sus cabritos recién nacidos. 16
3.8 Semental Alpino. 17
3.9 Hembra Alpina. 17
3.10 Hembra Alpina con capa chamoise. 17
3.11 Semental Saanen. 18
3.12 Hembra Saanen. 18
3.13 Semental Toggenburg. 19
3.14 Hembra Toggenburg (www.Toggenburg Breeders Goat Society). 19

Índice
3.15 Macho Nubio 20
3.16 Hembra Nubia. 20
3.17 Macho La Mancha (www.lamanchas.com). 22
3.18 Hembra La Mancha (Combs, 2001). 22
3.19 Macho Boer. 23
3.20 Hembra Boer. 23
4.1 Corral de encierro, Brasil. 29
4.2 Corral construido con materiales de la región (Fot. SEDARH). 30
4.3 Plano de un corral de encierro con plataforma de ordeño. 30
4.4 Comedero abastecido desde fuera del corral. 31
4.5 Comedero colocado en el interior del corral (Fot. SEDARH). 31
4.6 Pileta de lámina con llenado manual. 32
4.7 Pileta de hormigón. 32
4.8 Pileta hecha de medio tambor metálico, con llenado automático. 32
4.9 Techos de paja y lámina. 33
4.10 Cortina rompe vientos con plantas de nopal (Opuntia spp.). 34
4.11 Cortina rompe vientos de quiotes de maguey (Agave spp.). 34
4.12 Cerca perimetral para impedir la entrada de coyotes y perros. 35
4.13 Cerca para dividir potreros. 35
4.14 Cerca de madera para separar corralizas. 35
4.15 Cerco eléctrico temporal en pradera. 35
4.16 Cabras en la cornadiza (yugo), para ser ordeñadas. 36
4.17 Perfil de plataforma de ordeño. 37
4.18 Frente de cornadiza para ordeño. 37
5.1 Semental con buen implante del escroto y aplomo. 41
5.2 Revisión del estado de salud de la ubre, en relación con la producción de leche (Vene- 42
zuela).
5.3 Semental con arnés para marcar cabras en celo. 46
5.4 Cabras bayas Nubias gestantes. 50
5.5 Relación de la producción de leche y consumo de alimentos. 50
5.6 Aparición del moco en la cabra próxima a parir. 51
5.7 Aparición de la primera bolsa. 52
5.8 Cabra limpiando sus cabritos. 52

Manual de producción caprina


5.9 Cabritos buscando la teta. 52
5.10 Presentación posterior con posición lumbosacra; primero saldrán las patas. 54
5.11 Presentación de los cuatro miembros, con la cabeza transversal; jalar de las patas. 54
5.12 Presentación anterior con posición dorsal vertebro-puviana; girarlo para que salgan 54
cabeza y manos juntas.
5.13 Presentación anterior con posición dorso-lumbo-puviana; enderezarle la cabeza 54
para que salgan cabeza y manos juntas.
5.14 Presentación posterior con la cabeza vuelta hacia arriba; girarlo y jalar de las patas. 54
5.15 Presentación anterior con la cabeza desviada hacia la izquierda; enderezar la cabeza. 54
5.16 Presentación posterior con corvejones y el cuerpo arqueado; acomodar y jalar de las 55
patas.
5.17 Posición anterior con la cabeza hacia abajo; enderezar la cabeza y jalar de las manos. 55
5.18 Empleo del lazo para la extracción forzada del feto. 55
5.19 Corte del cordón umbilical a 5 cm del vientre. 56
5.20 Desinfección del ombligo (Fot. SEDARH). 56
6.1 Semental Saanen productor de leche. 57
6.2 Semental Retinto Extremeño productor de carne. 57
6.3 Cabra Nubia con balance y proporción correcta en su conformación. 63
6.4 Conformación de cabra de raza cárnica. 63
6.5 Conformación de cabra lechera. 63
6.6 Buenos aplomos delanteros. 63
6.7 Cabra Nubia con prognatismo superior indeseable. 64
6.8 El ángulo de la grupa, de las caderas a las agujas, está relacionado con la facilidad de 65
parto (tamaño del canal de nacimiento), y con la longitud, implantación y profundidad de
la ubre. Izquierda, menos deseable; centro, aceptable; derecha, ideal (American Dairy
Goat Association, 1993).
6.9 Organización piramidal de la población y dinámica genética entre los estratos en la se- 67
lección por núcleos (Delgado et al., 2005).
7.1 Estómago de un cabrito y de una cabra adulta. 70
7.2 Nopal picado (Fot. SEDARH). 74
7.3 Degradación y transformación de carbohidratos en el rumen. 78
7.4 Grano de sorgo de buena calidad. 79
7.5 Grano de sorgo de calidad pobre por su abundancia de impurezas. 79
7.6 Raíces tuberizadas de mandioca o yuca (Brasil). 80

Índice
7.7 Hojas o pencas de maguey (México). 80
7.8 Plantación de nopal forrajero (México). 80
7.9 Saladilla australiana (Brasil). 80
7.10 Pasta de soya. 81
7.11 Pasta de colza. 81
7.12 Glúten de maíz. 82
7.13 Grano seco de destilería. 82
7.14 Semilla de algodón de buena calidad para producción de leche. 85
7.15 Semilla de algodón deteriorada (grasas oxidadas, presencia de micotoxinas, baja 85
gustosidad y proteínas desnaturalizadas).
7.16 Urea granulada usada comúnmente como fertilizante nitrogenado. 86
7.17 Cabritos en espera de sus madres del agostadero. 90
7.18 Cabritos en lactancia artificial. 90
7.19 Paridera en pradera temporal de avena (Texas). 91
7.20 Cría de remplazos con raciones integrales. 91
7.21 Sorgo forrajero de secano para corte. 94
7.22 Atriplex canescens, “Costilla de vaca”. 96
7.23 Atriplex numularia, ”Saladilla australiana”. 96
7.24 Leucaena sp., “Guaje”. 96
7.25 Parthenium incanum, “Mariola”. 96
7.26 Dalea bicolor, “Engorda cabras”. 96
7.27 Engorda cabras muy ramoneada. 96
7.28 Nopal rastrero (Opuntia rastrera), muy apreciado como forraje durante la época 97
seca y períodos de sequía.
7.29 Nopalera para forraje. 97
7.30 Cabras ramoneando moreras. 97
7.31 Cabras consumiendo hojas secas de morera. 97
7.32 Maguey silvestre en agostaderos del altiplano potosino-zacatecano. 98
7.33 Recorte de pencas (desvirado) de maguey maduro destinado a la elaboración de mezcal. 98
7.34 Cabras consumiendo maguey picado (Fot. SEDARH). 98
7.35 Maguey picado para ser ensilado. 100
7.36 Maguey ensilado en bolsas de plástico (Fot. SEDARH). 100

Manual de producción caprina


7.37 Nopal con espinas 102
7.38 Nopal sin espinas 102
7.39 Máquina mexicana picadora de nopal. 102
7.40 Molienda de ingredientes secos (México). 107
7.41 Picadura de nopal (Venezuela). 107
7.42 Mezclado manual con pala (Venezuela). 107
7.43 Mezclado mecánico con una hormigonera (México). 107
7.44 Mezcla de ingredientes secos. 109
7.45 Mezcla de ingredientes secos y nopal. 109
7.46 Incorporación de la solución de melaza y urea. 109
7.47 Mezcla final de todos los ingredientes. 109
7.48 Las cabras muerden el bloque; las vacas lo lamen. 110
7.49 Compactación a golpes, con un cubo como molde (Venezuela). 110
7.50 Compactador manual de palanca para cubos (Brasil). 110
7.51 Compactador manual de palanca para molde rectangular. 110
7.52 Extracción del bloque recién compactado(México). 110
7.53 Tendido de bloques para su secado a la intemperie (Brasil). 111
7.54 Arreglo de bloques para secado en cobertizo (México). 111
7.55 Ración normal y bloque complementario. 112
7.56 Cabras consumiendo bloque a voluntad. 113
8.1 Cabras pastoreando en matorral desértico rosetófilo (altiplano potosino, México) 116
(Fot. SEDARH).
8.2 Cabras pastoreando en matorral desértico micrófilo (altiplano potosino, México) 116
(Fot. SEDARH).
8.3 Cabrero con cultivo forrajero invernal (México). 116
8.4 Verificación del número de identificación en el arete metálico. 117
8.5 Semental preparado para la monta (Brasil). 117
8.6 Vacunación y desparasitación en el corral (Fot. SEDARH). 118
8.7 Semental en cortejo previo a la monta (México). 118
8.8 Semental en cubrición (Venezuela). 118
8.9 Parto gemelar normal. 120
8.10 Pesaje de cabritos recién nacidos. 121

Índice
8.11 Cabritos recién nacidos marcados con pintura. 121
8.12 Cabrito alimentado con biberón o mamila, en posición correcta (www.morgefile.com). 122
8.13 Cabritos lechales destinados a la venta para asar (México). 122
8.14 Cabrito con buen aspecto para semental (Brasil). 122
8.15 Cautín eléctrico para descornar cabritos. 123
8.16 Localización de las glándulas odoríferas y nacimiento de los cuernos (Adaptado de 124
Caprine supply, 2005).
8.17 Pezuña deforme por falta de desgaste (a); aspecto lateral (b) y frontal (c) después 125
del recorte (Adaptado de Caprine Supply, 2005).
8.18 Herramientas para arreglo de pezuñas (tijera, escofina y cuchilla). 125
8.19 Pinzas, agujas y tinta para tatuaje. 126
8.20 Tatuaje en cabra de registro. 128
8.21 Sujeción de la cabra para revisión de dentadura. 129
8.22 A la cabra sujeta, otra persona le separa los labios para exponer la dentadura. 129
8.23 Cabra de cuatro años de edad, con la dentadura plenamente desarrollada y aún sin 129
desgaste (“boca hecha”).
8.24 Guía para la determinación de la edad de las cabras por medio de la dentadura 130
(BNA, 1971).
8.25 Coyote, muy temido y difamado por los ganaderos (www.smith-southwestern.com, 131
2004).
8.26 Perros de rebaño Anatolia (www.battlesfarm.com-1). 132
8.27 Cachorros Border Colli de trabajo para el manejo del rebaño. 132
9.1 Exploración de un cabrito. 137
9.2 Sangrado para pruebas serológicas. 137
9.3 Partes del cuerpo de la cabra donde se le puede inyectar. 137
9.4 Sujeción de la cabra para ser inyectada. 138
9.5 Aplicación de una inyección intramuscular. 138
9.6 Cabra con manifestaciones de paratuberculosis. 140
9.7 Rodillas inflamadas debido a artritis-encefalitis. 147
9.8 Semental afectado por artritis-encefalitis (www.morgefile.com). 147
9.9 Nódulos linfáticos donde se puede manifestar la linfadenitis caseosa (Adaptado de 148
Guss,1997).
9.10 Cabra con linfadenitis caseosa inguinal y rodillas inflamadas por artritis encefalitis 148
(Modificado de Gus, 1977).
9.11 Cabrito con absceso típico de linfadenitis caseosa. 148

Manual de producción caprina


9.12 Astragalus mollissimus, “Garbancillo”. 153
9.13 Astragalus wootoni, “Tronadora”. 154
9.14 Karwinskia humboldtiana, “Tullidora”. 155
9.15 Karwinskia mollis, “Capulincillo”. 155
9.16 Sophora secundiflora, “Patol”. 156
9.17 Lantana camara, “Chancaquilla”. 157
9.18 Tribulus terrestris, “Abrojo”. 157
9.19 Amarantus sp., “Quelite”. 158
9.20 Sorghum halepense, “Zacate Johnson”. 158
9.21 Salsola kali, “Rueda mundo”. 159
10.1 Las cabras deben subir voluntariamente a la plataforma de ordeño. 164
10.2 Limpia y desinfección de tetas antes del ordeño. 164
10.3 Ordeño manual por atrás. 165
10.4 Sellado de tetas después del ordeño. 165
10.5 Colado de la leche recién ordeñada. 165
11.1 Quesos de tipo europeo y regional (rectangular) derivados de agostaderos de San 167
Luis Potosí, México (Fot. SEDARH).
11.2 Diagrama de una quesería artesanal. 169
11.3 Moldes de PVC con tapas para quesos duros. 169
11.4 Conjunto de ollas para pasteurización casera. 170
11.5 Moldes de PVC para queso duro. Note las perforaciones para la expulsión del suero 172
(Venezuela).
11.6 Prensa artesanal para queso duro (Venezuela). 172
11.7 Venta de quesos y dulces artesanales (México) (Fot. SEDARH). 174
11.8 Quesos envueltos al vacío (México). 174

Índice
Manual de producción caprina
Capítulo 1
Introducción

Historia
La cabra probablemente fue el primer rumiante
en ser domesticado, hace aproximadamente 7000
años en las montañas del Zagreb, entre las fronteras
de Irán e Irak (Mason, 1981a). Desde la más remota
antigüedad, la cabra ha aportado al humano carne y
leche para alimentarse, piel y pelo para confeccionar
su vestimenta, e incluso inspiración poética y religio-
sa. En la literatura antigua del Medio Oriente y Europa
son frecuentes las referencias a las cabras asociadas
con objetos de culto; así, entre los griegos, Amaltea
fue la cabra nodriza de Zeus. La cubierta del taber-
náculo se tejió con pelo de cabra en recuerdo de
la aparición de Yahveh a Moisés en el monte Sinaí,
acompañada de rayos y truenos (Corcy, 1993).

La cabra pertenece a la tribu Caprini de la fami-


lia Bovide, del sub orden Ruminantia. En los Caprini
destacan los géneros Capra y Ovis, a los cuales
pertenecen las cabras y las ovejas, respectivamen-
te; existen otros géneros de la misma tribu, como
el del borrego azul (Pseudois), el audal o barbari
(Ammotragus) y la cabra de las montañas Rocallo-
sas (Oreamnos), con más parecido a un antílope
(Mason, 1981a).

Introducción 1
Distribución

Las cabras se adaptan a mayor amplitud de condiciones climáticas y


geográficas, que cualquier otro tipo de ganado; por ello son manejadas en siste-
mas de producción nómada, trashumante, extensivo o bajo confinamiento total
(Smith y Sherman, 1994).

Se estima que en el mundo hay 703.146 millones de cabras, de las cua-


les el 66% está en Asia, 26% en África, 2.5% en Europa, 1.8% en Sudamérica,
1.5% en Norteamérica (México, Canadá y EE.UU.), y 0.6% en Oceanía (Australia
y Nueva Zelanda). Aproximadamente el 6% de las cabras se encuentran en paí-
ses desarrollados y 94% en países en desarrollo (FAOSTAT, 2001).

La ganadería caprina en México


La mayor población de cabras en México está distribuida en dos regio-
nes, la zona norte donde el producto principal es el cabrito, y la zona Mixteca
donde el producto principal es el chivo capón. Los estados con mayor pobla-
ción caprina se muestran en la Tabla 1.1. Entre 1990 y 2004 la población ca-
prina en México registró un descenso global de 1.5 millones de cabezas (15%)
(SIAP 2005), con la zona norte como la más afectada, posiblemente por las
sequías recurrentes, el sobrepastoreo y la falta de apoyos para infraestructura,
organización de la producción y comercialización. El cambio generacional tam-
bién puede ser otro factor; los jóvenes prefieren emigrar a los Estados Unidos o
a las ciudades con desarrollo industrial que cuidar cabras.

2 Manual de producción caprina


Tabla 1.1. Estados con mayor población caprina (Adaptado de SIAP, 2005).

ESTADO CABEZAS % REGIÓN


Puebla 1’374,426 15.13 Mixteca
Oaxaca 1’146,843 12.95 Mixteca
San Luis Potosí 711,480 8.014 Norte
Guerrero 678,136 7.66 Mixteca
Coahuila 649,194 7.33 Norte
Zacatecas 542,832 6.13 Norte
Guanajuato 495,850 5.60 Bajío
Michoacán 453,547 5.12 Bajío
Otros Estados 2’799’956 31.63
Total Nacional 8’852,264 99.99

Sistemas de producción
Los sistemas de producción están determinados por el clima, la vege-
tación y las exigencias del mercado. Los hatos más numerosos están en las
regiones Norte y Mixteca, con sistemas extensivos muy peculiares. El sistema
intensivo se encuentra en varias partes del país, donde se produce gran canti-
dad de forraje con riego, como en el Bajío y La Laguna.

Región norte
Carne. Los estados de la región norte participan en la producción de
carne de cabra con el 33%; San Luis Potosí, Coahuila y Zacatecas son los es-
tados más representativos, con casi 2 millones de cabezas (SIAP 2005; Tabla
1.2). El clima es seco con vegetación arbustiva y zacatales. En su mayor parte
el relieve es ondulado. El cabrito lechal es el principal producto y se vende entre
los 15 y 40 días de edad (el cabrito al pastor, es un platillo tradicional). Los ca-
britos se consumen principalmente en las ciudades de Monterrey y México. Al
cabrito le siguen en importancia la cabra adulta y machos castrados, los cuales
son trasportados vivos hacia el occidente y el centro y sur de México, donde se
sacrifican para consumirse en birria (un platillo de carne de chivo enchilado y
horneado muy popular en esa región) o en barbacoa, respectivamente. El tipo
racial predominante es el criollo sin un morfotipo definido, y sus cruzamientos
con Saanen, Alpino y Nubio, y recientemente con Boer.
Leche. Esta región participa en la producción nacional de leche de cabra

Introducción 3
con el 65%; los estados de Coahuila y Durango aportan la mayor producción.

Región Mixteca
El sistema de producción predominante en esta región es el extensivo, con
algunos matices de trashumancia. La región Mixteca la conforman parte de los
estados de Puebla, Oaxaca y Guerrero, con una población de alrededor de 3.2
millones de cabezas, las cuales aportan 26% de la producción nacional de carne de
cabra (Tabla1.2). El clima es cálido subhúmedo, el relieve es montañoso con algunos
valles y la vegetación es en su mayoría arbustiva. Las cabras no se ordeñan, pues
la especialidad de esta región es el chivo adulto o capón. El tipo racial predominante
es el criollo de color blanco (Sierra et al., 1997).

Tabla 1.2 Porcentaje de participación de los estados con mayor producción


con respecto al total nacional (Adaptado de SIAP, 2005).

ESTADO CARNE EN CANAL LECHE REGIÓN


Oaxaca 10.23 Mixteca
Coahuila 10.22 32.34 Norte
San Luis Potosí 8.60 1.94 Norte
Puebla 8.06 0.90 Mixteca
Guerrero 7.96 Mixteca
Zacatecas 7.23 3.03 Norte
Michoacán 5.60 2.19 Bajío
Guanajuato 4.42 14.63 Bajío
Durango 4.16 24.61 Norte
Nuevo León 3.33 2.93 Norte

Sistemas intensivos
Los sistemas intensivos están ligados a la agricultura de riego que produce
abundante forraje de alta calidad o que genera gran cantidad y diversidad de resi-
duos de cosechas. El producto principal de estos sistemas es la leche, y se encuen-
tran tanto en el norte como en el centro del país; utilizan tecnología avanzada y son
de tipo empresarial. Las razas más usadas son Saanen, Alpina y Toggenburg. Las
zonas más importantes con estos sistemas son:
• Región de La Laguna, formada por parte de los estados de Coahuila y Du-

4 Manual de producción caprina


rango, como la más destacada.

• El Bajío, que comprende los estados de Guanajuato, Querétaro y altiplano


de Jalisco y Michoacán; Guanajuato es el estado más importante de esta
región (Tabla 1.2)

La producción nacional de leche de cabra en 2004, fue de 161 millones


de litros (SIAP, 2005).

Productos de la cabra
Las cabras se crían para diversos propósitos, como la producción de carne,
leche y productos lácteos, fibra textil para cachemir y mohair, piel para elaboración
de zapatos, guantes y carteras, como animales experimentales, en la producción
comercial de anticuerpos, y como mascotas.

Leche
El 49% de la población mundial toma leche de cabra. Una cabra proporciona
leche con los nutrientes necesarios para una buena alimentación de niños y adultos.
La leche de cabra es más digestible que la leche de vaca, porque sus glóbulos de
grasa son más pequeños. Los quesos de leche de cabra son parte importante en
la alimentación (Figura 1.1) de muchas familias y se recomiendan para personas que
no pueden digerir la leche de vaca. La leche también es transformada en dulces, tan
variados como apreciados (Figura 1.2).

Fig. 1.1. Tienda de productos caprinos (Fot. SEDARH). Fig. 1.2. Elaboración de dulces de leche de cabra.

Introducción 5
Carne
La carne de cabra es más consumida en África, Medio Oriente y América La-
tina (Figura 1.4). En algunas regiones de México existen restaurantes especializados
en carne de caprino, como sucede con los de barbacoa en el centro y sur, la birria
en el occidente, el cabrito asado en el norte (Figura 1.5) y el chito en salsa mixteco
(tasajo frito en su propio cebo o salado, secado al sol).

Fig. 1.3 Desuello de cabritos en el matadero (Fot. SEDARH).

Fig. 1.4. Canales de cabrito al pastor. Monterrey, N. L.


México (www.horadecomer.com).

6 Manual de producción caprina


Capítulo 2
Características
de las cabras

Partes de una cabra


Las Figuras 2.1 y 2.2 muestran la anatomía ex-
terna de la cabra y los nombres comunes usados
en México. Algunos términos cambian de un país
a otro.

Grupa Espalda Hombro Frente


Lomo Cuello
Cadera Dorso Perfil facial

Nariz
Cola

Morro
Cruz Garganta
Escudo
Inserción de ubre Pecho
Oreja
Muslo Encuentro

Ligamento Codo
suspensorio
Vena
medio
Implantación Barril
Rodilla
Caña Orificio de ubre
Corvejón
Cuartilla Dedo

Pezuña
Talón

Figura 2.1 Hembra cabría.

Características de las cabras 7


Pezuña
Talón

Base de
los cuernos

Barba

Prepucio
Escroto

Testículo
Figura 2.2. Macho cabrío.

Diferencias entre cabras y ovejas

De primera mano podemos decir que las diferencias entre cabras y ovejas
son muy claras, aunque a medida que las razas ovinas de pelo se han incrementado,
es frecuente que se presenten confusiones, sobre todo en rebaños mixtos.

El número de cromosomas hace imposible el cruzamiento entre las dos es-


pecies; los caprinos tienen 60 cromosomas y los ovinos sólo 54. Aunque se han
registrado algunos híbridos con 57 cromosomas, éstos no llegan a la pubertad. La
forma como se alimentan ambas especies es muy diferente; las ovejas comen en ni-
vel del suelo, principalmente hierbas y zacates, y pueden recoger el pienso del suelo
de los corrales. Por el contrario, las cabras comen principalmente las hojas, flores y
frutos de arbustos y árboles, para lo cual con frecuencia se sostienen sólo en sus
patas traseras (Figura 2.3); no les gusta consumir el pienso tirado en el piso de los
corrales, tampoco el resto de heno en polvo del fondo de los comederos. Las cabras
son menos tolerantes a la lluvia y rápidamente buscan protección, a diferencia de
las ovejas. La forma de topetar es diferente; las cabras pegan girando los cuernos
hacia abajo, y las ovejas pegan sin girar (Smith y Sherman, 1994). A diferencia de las
ovejas, las cabras pueden levantar la cola.

8 Manual de producción caprina


Figura 2.3. Comportamiento normal de las cabras, como trepadoras
o erguidas en dos patas.

Comportamiento

Las cabras topetean para establecer su jerarquía o dominancia social, por


lo que es peligroso juntar cabras con cuernos con cabras sin cuernos o descorna-
das. Ante la presencia de una persona extraña en los corrales, las cabras se aproxi-
man a ella en lugar de alejarse, como lo hacen las ovejas. Como tienen el instinto
de ramoneo, investigan al extraño con la boca tratando de masticar su ropa, equipo
y sobre todo el cuaderno de trabajo; asímismo, mastican la madera de las instala-
ciones, bardas de ladrillo y pintura, por lo que debe evitarse la pintura con plomo.
Las cabras son excelentes trepadoras y pueden llegar fácilmente a techos,
ramas de árboles y toldos de camionetas, incluso pueden lastimarse al quedar
atrapadas sus extremidades entre ramas o entre puertas, produciéndose roturas
de huesos, y daños en la piel al herirse con alambre de púas o salientes de insta-
laciones inadecuadas, o quedar atrapadas del cuello en cercas con cuadro muy
ajustado al tamaño de su cabeza. Fácilmente abren puertas si los pasadores no
son los adecuados, y así pueden llegar a la bodega y consumir concentrado en
exceso hasta enfermarse e ingerir sustancias tóxicas.
Las cabras orinan bajando la grupa; los machos para orinar, desenvainan
el pene ligeramente, pero durante la estación de monta o ante la cercanía de
hembras en celo, su comportamiento es diferente, pues orinan encorvándose,
salpicándose las patas delanteras y mojándose la cara y la barba (Figura 2.4), de

Características de las cabras 9


modo tal, que en casos extremos se les cae el pelo del morro, lo cual puede
confundirse con el ectima contagioso.

Figura 2.4. Semental Saanen con la


cara manchada de sus propios orines.

Hábitos de pastoreo
Los hábitos de pastoreo varían de acuerdo con el tipo de vegetación;
pero la cabra es oportunista y sólo se pueden establecer patrones regionales.
Un ejemplo es el estudio realizado en Marín, Nuevo León, México, en Matorral
Bajo Subcaducifolio, con ganado criollo de pastoreo y encierro nocturno (Carre-
ra y Aguirre, 1970) (Tabla 2.1).
Tabla 2.1 Actividades de un rebaño en agostadero.
ACTIVIDAD DIURNA % NOCTURNA %
PRIMAVERA VERANO PRIMAVERA VERANO
Alimentándose 56.61 NR
Rumiando NR 34.65 30.66
Descansando 5.26 NR 10.83 11.09
Bebiendo 34.63 NR
Echadas 37.70 45.99
De pie 13.37 4.65
Dormidas 4.08 7.61
Otras 3.50 NR
NR= No registrado

10 Manual de producción caprina


Capítulo 3
Razas

Se considera como raza a una población de


ganado con características morfológicas y de pro-
ducción distintivas, la cual ha permanecido separada
largo tiempo por barreras geográficas o por selección
del hombre, y que cuando sus integrantes se cruzan,
sus descendientes son similares a sus padres. Para
los ganaderos europeos y norteamericanos el reco-
nocimiento de una raza requiere la existencia del libro
de registro y la descripción o el estándar de la raza;
la consideración de las razas como recursos genéti-
cos, sin embargo, se hace con base en poblaciones
grandes (Mason, 1981b).

Razas 11
Razas españolas

A principios del siglo XVI, al llegar los españoles a la Nueva España, primero
trajeron consigo caballos y después puercos, ovejas, aves de corral, perros y cabras
(Echeverría, 1960; Rouse, 1977). Inicialmente es probable que se diera poca impor-
tancia al criterio racial de selección. Seguramente llegaron varias razas de cabras, y
por alguna razón, en América algunas de ellas encontraron ambientes que les fueron
favorables, lo cual atrajo la atención de sus criadores.

Las razas caprinas Blanca Andaluza con perfil facial cóncavo, y la Blanca
Celtibérica con perfil facial recto, eran las más rústicas (Herrera y Luque, 2005).
Por ejemplo, la Blanca Celtibérica era la más abundante hasta 1911 en Zacatecas
(Esparza, 1988), y seguramente también en todo el norte de México hasta 1960
(Echeverría, 1960).

Actualmente se reconocen algunos hatos de las razas Murciano-Granadina,


Blanca Celtibérica y Retinta Extremeña, derivados posiblemente de reintroducciones
posteriores de finales del siglo XIX. Es frecuente encontrar en rebaños criollos de
lugares poco comunicados de San Luis Potosí un abanico de fenotipos de razas,
que segregan indistintamente, caracteres de Blanca Andaluza, Blanca Celtibérica,
Canaria, Guadarrama, Malagueña, Murciano-Granadina, Pirenaica, Retinta Extreme-
ña, Negra Serrana y Verata, reconocibles al compararlos con las descripciones de
dichas razas (Esteban y Tejón, 986).

El paso de los navíos españoles por el archipiélago canario en el siglo XVI


les permitía reabastecerse de carne fresca y animales vivos, entre ellos cabras, para
después continuar el viaje hasta el nuevo mundo. Indudablemente que esto favoreció
la introducción en América de genotipos caprinos de las Canarias, como las razas
Palmera, Majonera y Tinerfeña (Capote et al., 2004), además de las razas Andaluzas
del sur de España. Los rasgos de genotipos canarios de alguna manera se manifies-
tan en los rebaños criollos actuales de América, sobre todo en Venezuela, así como
en México son frecuentes los rasgos de la Murciano-Granadina.

12 Manual de producción caprina


Las razas canarias se han distribuido ampliamente en Venezuela por su alta
producción de leche, pues superan a las razas de los Alpes bajo las condiciones
locales. El complejo racial canario se conoce como raza Canaria (Esteban y Tejón,
1986) y es lógico que tenga una gran variabilidad en lo que a caracteres morfoló-
gicos se refiere; sin embargo, en cuanto a producción de leche y rusticidad, sus
diferencias son menores.

Las razas españolas combinan alta rusticidad, así como una productividad
rentable de leche en condiciones de pastoreo. La leche de estas cabras es más rica
en grasa que la leche de las cabras lecheras de los Alpes, por lo que su rendimiento
para quesos es mayor (Daza et al., 2004).

Blanca celtibérica

La cabra Blanca Celtibérica (Figuras 3.1 y 3.2) pertenece al grupo Sabana de


cabras españolas con influencia africana (Herrera, 2008), y tiene como atributo prin-
cipal ser extremadamente rústica; durante la colonia fue introducida en Sudamérica
y México. Hasta principios del siglo XX era muy abundante en los estados del norte
(Echeverría, 1960). En 1996 llegó a San Luís Potosí un grupo de 500 hembras de
esta raza, procedentes de Piedras Negras, Coahuila. Aún existen algunos rebaños
de esta raza en San Luís Potosí, pero los productores no los identifican con certeza,
pues por sus orejas largas colgantes suponen que son cabras cruzadas con Saa-
nen; es el caso de Presa de Guadalupe, donde había un rebaño grande de ellas y se
ordeñaban, pero se conocían como “Saanen de temporal”. Esta raza tiene cualidades
especiales para producción de carne. En España tiene una fertilidad media de 1.3
cabritos por parto y alta longevidad (Daza et al., 2004; Herrera y Luque, 2005). Se
conocen todavía rebaños en Chihuahua, Coahuila y en la Mixteca, donde algunos
rebaños se mantienen puros, generalmente en agostaderos y sin suplementación;
no se sabe cuándo llegaron ni quién las introdujo. Anualmente se venden cabras
de deshecho de esta raza en el mercado de la ciudad de México y Tehuacán. Han
sido descritas por Sierra et al. (1997) como Criolla Pastoreña de Oaxaca, aunque
sin señalar su origen Blanco Celtibérico. En el estado de Guerrero se ha iniciado su

Razas 13
primer evaluación conocida (Martínez et al., 2005). Posiblemente la cabra Kiko de
Nueva Zelanda tenga su origen en cabras de esta raza, pues el morfotipo es muy
parecido, aunque recientemente la han cruzado con cabras de razas lecheras,
como Saanen, Alpina y Nubia; pero su magnífica rusticidad, al igual que el tipo
de cuernos y su habilidad para la producción en pastoreo, son características
más propias de la Blanca Celtibérica.

Fig. 3.1. Macho Blanco Celtibérico (Esteban y Fig. 3.2 Hembra Blanca Celtibérica (Esteban y
Tejón, 1986). Tejón, 1986).

14 Manual de producción caprina


Murciano-Granadina

Por su conformación (Figura 3.3), la Murciano-Granadina es una raza de


belleza y proporciones admirables, cabeza altiva y orejas y ojos expresivos (Canals,
2004). En un principio se identificaban como dos razas, la Murciana de color caoba
(Figura 3.4) y la Granadina de color negro (Figura 3.5); actualmente ambas son reco-
nocidas como variantes de una sola raza.
Desde la colonia fue llevada a Sudamérica y México, y después a California,
donde por cruzamiento con cabras de origen Suizo y de raza Nubia, dio origen a la
raza La Mancha. Las cabras Murciano-Granadinas presentan excelentes cualidades
lecheras, con niveles de producción que fluctúan entre los 500 y 700 L en 200 días
de lactancia en semiestabulación, y prolificidad de 1.8 cabritos por parto (Daza et
al., 2004; Caprahispana, 2005a).
Hasta 1960 fue una de las razas más populares en México. En el ya desapa-
recido Centro Caprino de Tlahualilo en Durango se formó un núcleo de selección,
pero se perdió con los cambios gubernamentales; aún se encuentran algunos reba-
ños dispersos en Querétaro, Guanajuato y Nuevo León. La opinión generalizada de
productores empresariales es que se debiera traer semen o embriones de España
para recuperarla.

Fig. 3.3. Semental Murciano Fig. 3.4. Hembra Murciano Gra- Fig. 3.5. Hembra Murciano
Granadino (Esteban y Tejón, nadina con capa caoba (Canals, Granadina con capa negra
1986). 2004). (Esteban y Tejón,1986).

Razas 15
Retinta extremeña

La Retinta Extremeña también pertenece al grupo Sabana de cabras espa-


ñolas, en este caso con influencia de Nubia Africana (Herrera et al., 2008);se trata de
una raza de doble propósito (Figura 3.6). En México existe en el norte de Guanajuato
y San Luís Potosí, con fenotipo muy similar al descrito por Esteban y Tejón (1986).
En Portugal se conoce como Charnequeira (Sobral et al.,1987). Es extremadamente
rústica, con prolificidad de 1.6 cabritos por parto (Figura 3.7), sin alimentación suple-
mentaria (Herrera y Luque, 2005).

Fig. 3.7. Hembra Retinta Extremeña con sus cabritos


Fig. 3.6 Semental Retinto Extremeño. recién nacidos.

Razas Lecheras de los Alpes


������������������������������������������������������������������������������
Como su nombre lo indica, se trata de razas originadas en la región de los Al-
pes suizos, región considerada como la cuna de las más importantes razas caprinas
lecheras del mundo. Existen siete razas diferentes, pero algunas sólo tienen impor-
tancia local. Puede decirse que no existe país interesado en la cría de cabras, que
no haya importado reproductores de Suiza. Las razas más conocidas son Saanen,
Toggenburg y Alpina (Ersigen y Zurich, 1971). Para la descripción de estas razas se
consultaron los manuales de la ADGA (2000 y 2004).

16 Manual de producción caprina


Alpina

La raza Alpina lechera está formada por animales de talla mediana a grande,
con colores variados (Figura 3.8). De acuerdo con la región de origen toman su
nombre, Alpina Suiza, Alpina Británica, Alpina Francesa o Alpina Italiana. Las primeras
llegadas a México eran de cuello y tórax blanco, y de la cruz hacia atrás con varian-
tes de castaño a negro y con coloraciones laterales en la cara; también hay algunas
completamente negras. Con el uso reciente de semen de origen francés apareció la
cabra de color castaño, con banda obscura a lo largo del dorso y extremidades ne-
gras tipo oberhasli (Figura 3.9) o chamoise (Figura 3.10). De las cabras de los Alpes,
la Alpina es la más rústica, adaptable a climas templados y con capacidad lechera
excelente. Su pelo es de mediano a corto y para esta raza no se acepta el color de
la Toggenburg ni el blanco.

Fig. 3.8. Semental Alpino. Fig. 3.9. Hembra Alpina.

Fig. 3.10. Hembra Alpina con capa chamoise.

Razas 17
Saanen

Los animales de la raza Saanen son corpulentos (Figura 3.11) y con gran
aptitud lechera (Figura 3.12). Son de color blanco o cremoso, con pelo corto y fino;
se acepta la presencia de pequeñas manchas en la piel y algunos pelos negros ais-
lados. Las cabras de esta raza producen el mayor volumen individual de leche y son
de las más prolíficas, pero son muy sensibles a la radiación solar, pues están mejor
adaptadas a climas fríos.

Fig. 3.11. Semental Saanen.

Fig. 3.12. Hembra Saanen.

18 Manual de producción caprina


Toggenburg

Las cabras Toggenburg son un poco más pequeñas (Figura 3.13) que las
Alpinas y las Saanen, aunque casi tan lecheras como éstas (Figura 3.14). La cabra
Toggenburg es vigorosa y alerta, y puede tener pelo corto o largo, aunque predomina
este último con textura larga y fina; presenta líneas blancas en los lados de la cara, y
las patas generalmente son blancas (Figura 3.14).

Fig. 3.13. Semental Toggenburg.

Fig. 3.14. Hembra Toggenburg (www.Toggenburg Breeders Goat


Society).

Razas lecheras creadas en el siglo XX

Se trata de razas recientes creadas a partir de razas suizas y de razas de


otras regiones; estas razas nuevas son La Mancha y Nubia. Para la descripción de
estas razas se ha consultado el manual de la ADGA (2004).

Razas 19
Nubia

A esta raza nueva se le asignó el nombre de esa región desértica del Sudán.
Antes de 1883 los navegantes franceses subían a sus embarcaciones cabras del
norte de África y de la India para alimentarse de su leche durante los largos recorri-
dos. Estas cabras en Francia fueron cruzadas con cabras lecheras de origen suizo.
En 1883 estas cabras mestizas fueron llevadas de Francia a Inglaterra, y en 1896 la
Anglo-Nubia fue reconocida como raza en el libro de registro de la British Goat So-
ciety, con sólo cuatro sementales importados:

• Sedgemere Chancellor, Nubia (Jumna Pari) con cuernos, 1896,


• Sedgemere Sangar, Nubia (Zaraiby) con cuernos, 1904,
• Bricket Cross, Nubia (Chitral) con cuernos, 1904 y
• Bricket Zoo, Nubia sin cuernos, 1904.

La cabeza con perfil convexo bien marcado es su carácter distintivo más
notable (Figura 3.15). Las orejas son largas, por lo menos 2.5 cm más allá del mo-
rro, anchas y oscilantes en forma de campana, con la punta redondeada y con el
cartílago suave bien definido. El pelo es corto, sedoso y brillante. Cualquier color, es
aceptable (Figura 3.16). En un principio se seleccionaron cabras sin cuernos, pero
más tarde se corrigió esta tendencia.

En 1886 se importaron las primeras Anglo-Nubias a California, pero no se les


dio seguimiento hasta 1913 cuando se estableció el libro de registro.

Fig. 3.15. Macho Nubio. Fig. 3.16. Hembra Nubia.

20 Manual de producción caprina


En 1918 se dejó de usar la palabra Anglo en los Estados Unidos (Rein-
hardt y Hall, 2004), pero en algunas regiones se le sigue llamando Anglo Nubia.
Es la raza más usada para cruzamiento con ganado criollo en las zonas semiári-
das y tropicales del mundo, porque se mejora la producción de leche y el peso
del cabrito, al menos en las primeras generaciones.

La Mancha

En la feria mundial de París de 1904 se presentó un rebaño de cabras con


orejas cortas, bajo la inscripción de “La Mancha. Córdoba, España”. Fue hasta los
años treinta cuando los cabreros de California observaron que crías provenientes de
cruzar algunas cabras españolas con cabras suizas y nubias, producían abundante
leche, pero tenían las orejas demasiado cortas. Un notable semental rojo Nubio-
Murciano llamado “Christopher” dejó una descendencia de cabras lecheras sobre-
salientes. No fue el único, “Crocus” aportó muchos genes de Murciana, así como
el rebaño de los Gordon de murcianas puras. Después de 1957 se dejaron de usar
sementales de otras razas y el primer libro de registro se abrió en enero de 1958
(Frey, 1960). Es una raza infrecuente y poco conocida en México.
Los animales de esta raza presentan una conformación lechera excelente y
se caracterizan también por su perfil facial recto y orejas cortas (Figuras 3.17 y 3.18).
Cualquier color o combinación de colores es aceptable, sin preferencias. Su pelo es
corto, fino y brillante. En realidad las orejas cortas es un carácter genético. Se dis-
tinguen tres tipos de orejas: muy corta, ausente o atrofiada y tipo elfo (puntiaguda),
lo cual se sabe fue reconocido desde la antigüedad en las cabras de Persia (Rubio,
1952). En la región de Matehuala es frecuente encontrar en los rebaños criollos estos
tres tipos de orejas cortas.

Razas 21
Fig. 3.17. Macho La Mancha (www.lamanchas. Fig. 3.18. Hembra La Mancha (Combs, 2001).
com).

Razas productoras de carne

El concepto de raza de carne es confuso, pues la mayoría de las cabras


en el mundo son ordeñadas y a la vez sus crías y ellas mismas se destinan al
consumo. La única raza seleccionada específicamente para la producción de
carne es la Boer (Figuras 3.19 y 3.20). En Estados Unidos esta raza ha cobrado
interés reciente por el mercado potencial de numerosos emigrantes que acos-
tumbran comer carne de cabra.
Esta es una raza rústica, seleccionada para producir en condiciones de
pastoreo. Se adapta bien a climas semiáridos y subtropicales. Su leche tiene
mayor porcentaje de grasa y proteína que las de otras razas; en confinamiento
los cabritos ganan 250g/día. Su cabeza es de color castaño o roja, la mayoría
de las veces con una franja blanca en la frente; el resto del cuerpo presenta pelo
blanco y corto. Con cierta frecuencia segrega el color rojo que algunos criadores
están favoreciendo. A México se introdujo en 1993, y desde entonces ha sido
usada para mejorar el peso del cabrito y de la canal de chivos para birria. Para
la descripción de esta raza se ha consultado a American Boer Goat Association
(2004) y The Boer Goat Breeders’ Association of South Africa (2005).

22 Manual de producción caprina


Fig. 3.19. Macho Boer. Fig. 3.20. Hembra Boer.

En Texas, los ranchos ovejeros están cambiando las ovejas Rambouillet


por cabras criollas para cruzarlas con sementales Boer y así obtener híbridos
con mayor rusticidad. Esto ha despertado el interés de crear nuevas razas cárni-
cas, de tal modo que se han formado nuevas asociaciones de criadores de ra-
zas Española, Kiko y Tennessee; estas dos últimas todavía están en formación,
son muy escasas y criadores de EE.UU. venden muchos animales cruzados de
Boer como si fueran de estas razas en formación. La raza Kiko, con predominio
del morfotipo de la cabra Blanca Celtibérica, fue desarrollada en Nueva Zelanda,
donde sigue siendo estrictamente seleccionada.
En la Tabla 3.1 se presentan en forma comparativa las características
raciales principales de las razas mencionadas.

Razas 23
Tabla 3.1 Resumen de las principales características de las razas caprinas mas importantes.

Blanca Celtibérica Murciano-Granadina Retinta Extremeña Alpina

País de origen España España España Suiza

Perfil facial Recto Subcóncavo Recto Recto

Color Blanco Negro o caoba Rojo oscuro Crema a negro

Peso del macho (kg A) 75 - 85 55 - 80 82 75 - 80

Peso de la hembra (kg A) 45 - 60 40 - 60 83 70 - 80

Natalidad B 1.3 1.8 1.3 2.0

Prod. de leche (kg) 450 500-700 400 956

Días de lactancia 230 238 240 305

Proteína (%) S.D. 3.2 - 3.7 4.5 - 5.0 3.0

Grasa (%)
5.9 4.8 - 5.3 5.9 3.8

Peso del cabrito (kg C)


8 - 12 7 - 10 8 - 10 8 - 10

Reproducción
No estacional No estacional No estacional Estacional

Aptitud
Carne Leche Carne Leche

Subtropical Subtropical
Clima Semiárido Frío - templado
semiárido semiárido

Sistema idóneo E I, SI E I, SI

A
Peso en edad adulta; B Número de cabritos por parto; C Peso a los 30 días de nacidos;
E = Extensivo I= Intensivo SI= Semi intensivo
Razas de origen español , Razas de los Alpes suizos , Razas creadas en el siglo XX

24 Manual de producción caprina


Tabla 3.1 Resumen de las principales características de las razas caprinas mas importantes.

Saanen Toggenburg Nubia La Mancha Boer

País de origen Suiza Suiza Inglaterra EE.UU. Sudáfrica

Perfil facial Recto Recto Convexo Recto Convexo

Color Blanco Castaño a gris Crema a negro Todos colores Rojo y blanco

Peso del macho (kgA) 80 - 120 85 72 72 70 - 120

Peso de la hembra (kgA) 50 - 90 45 60 60 60 - 90

NatalidadB 2.0 1.9 1.8 1.8 1.9

Prod. de leche 956 865 732 749 100

Días de lactancia 305 305 305 305 120

Proteína (%) 3.0 3.0 3.7 3.3 4.3

Grasa (%) 3.7 3.3 4.8 4.2 7.7

Peso del cabrito (kgC) 10 - 12 7 - 10 10 - 12 7 - 10 14

Reproducción Estacional Estacional No estacional No estacional No estacional

Aptitud Leche Carne Carne - Leche Leche Carne

Tropical subhúme- Subtropical


Clima Frío - templado Frío - templado Frío - templado
do-templado semiárido

Sistema idóneo I, SI I, SI E, I I, SI E, SI

A
Peso en edad adulta; B Número de cabritos por parto; C Peso a los 30 días de nacidos;
E = Extensivo I= Intensivo SI= Semi intensivo
Razas de origen español , Razas de los Alpes suizos , Razas creadas en el siglo XX

Razas 25
26 Manual de producción caprina
Capítulo 4
Construcciones
para cabras

Los albergues para cabras varían de acu-


erdo con el clima y el sistema de producción (es-
tabulado, semiestabulado o extensivo en agosta-
deros). El sistema estabulado generalmente tiene
el objetivo de producir leche con cabras especial-
izadas, alimentadas con raciones balanceadas of-
recidas en los corrales. En el semiestabulado, las
cabras se pastorean durante el día y por la tarde
se regresan al corral anexo a la vivienda del pas-
tor, donde pueden o no ser suplementadas con
forraje, esquilmos o concentrados.
El sistema extensivo se practica sólo en
ejidos o potreros demasiado extensos, cuando se
dificulta regresar al corral el mismo día. En este
sistema, las cabras se alimentan sólo de lo que
pastan durante el día. Por la noche pernoctan
en corrales móviles, hondonadas o corrales fijos
protegidos por cercas vivas de materiales de la
región, como nopal, varas, cardones, etc.

Construcciones para cabras 27


Corrales

Los corrales deben ser acordes con las condiciones climáticas de la región
y los requerimientos ambientales de las cabras. Para la construcción del corral se
deben tomar en cuenta los siguientes puntos:

• Espacio disponible, corrales necesarios y tamaño de los mismos.

• Tamaño y composición del rebaño, esto es, hembras adultas, primalas, triponas
(hembras destetadas menores que un año), sementales, cabritos lactantes, ma-
chos destetados en engorde, enfermos, etc.

• Que sea funcional, es decir, que permita la protección del ganado y al mismo
tiempo facilite los trabajos de limpieza y manejo del rebaño.

• Disponer una barrera de protección permanente contra los vientos dominantes.


Siempre se debe colocar la entrada del corral del lado opuesto a las corrientes
de aire. Las cabras toleran el frío, pero son muy sensibles a la humedad y a los
vientos.

• La cabra es muy sensible a corrales muy cerrados y húmedos. Por ello, el corral
debe estar bien ventilado, drenado, limpio y con suficiente amplitud para evitar en
lo posible el hacinamiento de las cabras dentro de él.

• En terreno accidentado la mejor orientación es de Norte a Sur, de tal modo que
el sol caliente los pisos por la mañana y por la tarde, y evitar así que se hume-
dezcan.

El suelo debe ser firme, aunque no en exceso. El piso de hormigón no es recomend-
able por su dureza y costo. El piso siempre debe estar por arriba del nivel que rodea
el corral, con una pendiente de 15% para evitar su encharcamiento en la época de
lluvia (Figura 4.1).

28 Manual de producción caprina


Fig. 4.1. Corral de encierro, Brasil.

Espacios recomendados

Además del tamaño y composición del rebaño, para el cálculo y diseño de


las construcciones es necesario conocer las necesidades promedio por tipo de ani-
mal. Como guía, en la Tabla 4.1 se presentan algunas sugerencias al respecto.
Tabla 4.1 Necesidades individuales de espacio y otras características de
construcciones para cabras.
DIMENSIONES
Cabra adulta, cobertizo 1.5 m2
Cabra adulta con comedero 2.0 m2
Patio para ejercicio de cabras 3.0 m2
Cabritos, cobertizo 0.5 - 0.7 m2
Semental, cobertizo 3.0 - 5.0 m2
Patio para ejercicio del semental mayor que 3.0 m
Espacio en comedero 0.35 x 0.20 m
Altura de bardas de separación 1.5 m
Altura de techos mayor que 2.0 m

Construcciones para cabras 29


Corral de encierro

El corral de encierro o majada debe proteger el rebaño durante la noche de


los vientos dominantes, de los cambios de temperatura, de la lluvia y del granizo, así
como de los predadores (coyotes y perros ajenos)(Figura 4.2). Es necesario hacer
un corral aparte para los sementales, que los mantenga separado de las cabras,
así como otro para animales enfermos. Un corral de encierro debe tener algunos
comederos y bebederos para alimentar a las cabras en períodos fisiológicos críticos,
durante los días de marcación, selección o sequía. También, el corral de encierro
puede incluir un espacio acondicionado para el ordeño (Figura 4.3).

Fig. 4.2. Corral construido con materiales de la región (Fot.


SEDARH).

Corral para
enfermos Puerta

Corral
principal

Puerta
Unidad de
ordeño para Puerta
cuatro cabras
Corral para ordeño

Fig. 4.3. Plano de un corral de encierro con plataforma de ordeño.

30 Manual de producción caprina


Comederos

El comedero debe estar a una altura de 30 a 40 cm del piso y debe ser


diseñado de forma tal que las cabras no orinen, defequen o se suban dentro de él.
También debe estar fabricado de materiales resistentes y fáciles de limpiar.
En confinamiento, es importante evitar que las cabras dominantes sean las
únicas que coman; para ello es necesario utilizar el sistema de trampa o cornadiza.
Los comederos pueden estar empotrados en la construcción, separados de
ella o ser móviles; en este caso se deben diseñar aberturas por donde las cabras
puedan introducir su cabeza sin quedar atrapadas. Hay muchos diseños de come-
deros y su costo depende principalmente del material empleado; pueden utilizarse
canoas de troncos o tubería de PVC, neumáticos de desecho y recipientes diversos
(Figuras 4.4 y 4.5).

Fig. 4.4. Comedero abastecido desde fuera del corral. Fig. 4.5. Comedero colocado en el interior del
corral (Fot. SEDARH).

Construcciones para cabras 31


Bebederos

Una cabra requiere de 3 a 10 L de agua por día, según su tamaño, tempera-


tura ambiental, estado fisiológico y contenido de humedad de los alimentos que con-
suma. Es muy importante que el agua esté limpia y, de ser posible, que sea potable.
La capacidad del bebedero de pileta se debe limitar al consumo de un día; así, el
depósito podrá mantenerse limpio con el menor gasto de agua. Existen varios dis-
eños y tipos de bebederos, pero los más usados son los de pileta, con o sin llenado
regulado con flotador (Figuras 4.6, 4.7 y 4.8); los bebederos individuales automáticos
son cada vez más comunes, ya que requieren muy poco mantenimiento y limpieza,
y uno de ellos puede dar servicio a 25 o 30 cabras. Donde la temperatura disminuye
demasiado, es recomendable que la tubería sea enterrada o protegida para evitar
que el agua se congele y la reviente.

Fig. 4.6. Pileta de lámina con llenado manual. Fig. 4.7. Pileta de hormigón.

Fig. 4.8 Pileta hecha de medio tambor metálico, con


llenado automático.

32 Manual de producción caprina


Saladeros

Las mezclas de sales minerales o la sal común se suelen ofrecer a voluntad,


pero es necesario evitar en lo posible que las cabras las ensucien. Para ello se re-
comienda disponerlas en un saladero que esté por encima del nivel de piso.
Hay muchas formas de proteger el ganado del sol y de la lluvia, brisa y grani-

Techos

zo. La forma más económica es con la sombra de árboles grandes como mezquites
y fresnos. Para evitar que las cabras les coman la corteza es necesario que queden
fuera del corral o, si no es posible, protegerlos con malla de acero de 2 m de alto.
Los corrales también se pueden techar con hojas de izote o palma china o de algu-
nos zacates de hoja ancha. Sin duda, la lámina galvanizada siempre será una buena
opción, sólo que cuando sean colocadas se deben poner sobre travesaños a 1.5
m de distancia, y con la inclinación suficiente para favorecer la escorrentía rápida del
agua y evitar la acumulación de granizo (Figura 4.9).

Fig. 4.9. Techos de paja y lámina.

Construcciones para cabras 33


Cortinas rompe vientos

Estas barreras de protección son una parte muy importante de los corrales
de encierro o majadas en las regiones templadas. Las más usadas son las vallas
vivas de nopal (Figura 4.10), de ocotillo o albarda (Fouqueria spp.), de órgano (Pa-
chycereus marginatus), izotes (Yucca spp.) y otros árboles, o quiotes (escapos) de
maguey (Figura 4.11), así como también bardas de adobe, ladrillo o piedra.

Fig. 4.10. Cortina rompe vientos con plantas de nopal (Opuntia spp.).

Fig. 4.11. Cortina rompe vientos de quiotes de maguey (Agave spp.).

34 Manual de producción caprina


Cercos
Los cercos son usados para delimitar y dividir una propiedad (Figura 4.12),
un potrero (Figura 4.13) o un corral (Figura 4.14). Con independencia de su propósito
hay que planificar con cuidado los cercos de la explotación, ya que son una inversión
grande y su posición y mantenimiento afecta las operaciones de la granja. Según su
propósito los cercos pueden ser:
• Cercados permanentes, los cuales se construyen para durar muchos años
con reparaciones mínimas, por lo que deberán ser construidos con materiales
de buena calidad.
• Cercados temporales, son los que se necesitan por tiempos cortos cuan-
do se rotan los potreros de praderas (Figura 4.15), o cuando se necesitan
Cerca para impedir la entrada Cerca para potreros
realizar
de algunos
coyotes ytrabajos
perros con el ganado.
Alambre de puas
Poste de
0.10 m x 2.80 m
0.15 m

0.15 m
1.22 m 0.10 m
1.60 m

1.20 m

0.60 m

0.60 m

Malla enterrada
horizontalmente

Fig. 4.12. Cerca perimetral para impedir la entrada de Fig. 4.13. Cerca para dividir potreros.
coyotes y perros.

Fig. 4.14. Cerca de madera para separar corralizas. Fig. 4.15. Cerco eléctrico temporal en pradera.

Construcciones para cabras 35


Instalaciones para ordeño

Las instalaciones para esta actividad deben estar diseñadas de forma tal que
faciliten el ordeño de la cabra, la limpieza de la sala de ordeño y la protección sanitaria
de la leche. Cuando se tienen pocas cabras se puede usar una plataforma individual,
aunque requieren un periodo de adaptación a la plataforma; el ofrecer alimento con-
centrado al momento del ordeño puede ayudar a acortar este periodo (Figura 4.16).
El ordeño a mano sin sujetador fijo dificulta el proceso y estresa a la cabra, ya que hay
que lazarla o corretearla y después sujetarla con la pierna en cuclillas; además, se or-
deña con la misma mano con la que antes se le agarró la pata, resultando una leche
muy contaminada. Cuando se tienen 15 o más cabras se puede hacer una plata-
forma para ordeñar simultáneamente cuatro cabras o más, multiplicando el módulo
propuesto en las Figuras 4.17 y 4.18. Existen en el mercado módulos prefabricados
para cuatro cabras.

Fig. 4.16. Cabras en la cornadiza (yugo), para ser ordeñadas.

36 Manual de producción caprina


Fig. 4.17. Perfil de plataforma de ordeño.

Fig. 4.18. Frente de cornadiza para ordeño.

Construcciones para cabras 37


38 Manual de producción caprina
Capítulo 5

Reproducción

La meta de todo cabrero es lograr el mayor


número de cabras preñadas en cada período de
monta, pues serán las únicas que al parir producirán
leche y podrán destetar cabritos. Para comenzar a
controlar la reproducción, la duración del período de
monta de rebaños en agostaderos debe permitir
que cada cabra tenga cuatro a cinco oportunidades
de quedar preñada (90 días), pero se debe procurar
reducirlo a sólo tres a cuatro celos como máximo (70
días). Sin el control que se obtiene con el período de
monta se dificulta el reconocimiento de cabras impro-
ductivas para ser desechadas, particularmente con
rebaños en agostaderos. Además, con la práctica
de la monta controlada se facilita evitar gestaciones
prematuras en cabritas con desarrollo insuficiente.

Reproducción 39
El Macho

La parte más visible de un macho cabrío es el escroto y dentro de él, los


testículos, los cuales pueden variar en tamaño por la raza, edad y actividad reproduc-
tiva, pero siempre deben presentar buen desarrollo (Figura 5.1). En general, cualquier
anormalidad en los testículos puede ser signo de fertilidad baja o infertilidad perma-
nente. El escroto soporta, protege y alberga los testículos, en los cuales se producen
los espermatozoides.

“La circunferencia escrotal amplia es un


indicador de buena fertilidad”

La producción normal de espermatozoides ocurre de 4 a 7°C por debajo


de la temperatura corporal. La ubicación de los testículos por debajo del abdomen
les permite mantenerse frescos. Cuando la temperatura es alta, el escroto se relaja
alejando los testículos del vientre y se ven más grandes (Figura 5.1), mientras que
cuando hace frío se encoge y los aproxima al cuerpo (de Luca, 1986; Wilkinson y
Stark, 1989). En las cabras de África y cabras de raza Boer se acepta que el escroto
esté casi partido en dos, con una separación máxima de 5 cm. En sementales de
raza lechera esta característica es considerada indeseable. Cuando uno de los tes-
tículos no desciende del vientre al escroto, el semental tiene baja fertilidad y es llama-
do monorquidio o chiclán, mientras que si ninguno de los dos testículos desciende
es llamado criptorquidio y es totalmente infértil. Cuando se compra un semental se
debe verificar la presencia de ambos testículos en el escroto.

40 Manual de producción caprina


“Los testículos deben ser simétricos, firmes y de tamaño y forma de acu-
erdo con su raza”

El pene también debe ser inspeccionado para verificar que sea retráctil, es
decir, que entre y salga fácilmente del prepucio o funda, y que no presente lacera-
ciones o deformaciones.

Fig. 5.1. Semental con buen implante del escroto y


aplomo.

Reproducción 41
La hembra

El órgano reproductor más visible en la hembra es la vulva, la cual durante


el celo aumenta de tamaño y se enrojece. De ella, continúa la vagina que es donde
el macho deposita el semen durante la cópula. Al final de la vagina está el cuello del
útero, el cual se dilata durante el celo y se facilita así el paso del semen al útero. El
útero o matriz, formado por dos cuernos, es el lugar donde los óvulos fecundados se
implantan y se desarrollan las crías. Después continúan los oviductos y por último los
ovarios (Wilkinson y Stark, 1989).

“Al comprar hembras se les debe siempre revisar la vulva y la ubre”

La vulva debe tener el tamaño acorde con la raza y edad de la hembra, ya


que si es demasiado prominente o pequeña puede ser sinónimo de infertilidad. La
ubre o glándula mamaria debe tener sólo dos pezones (Figura 5.2). La ubre es de
forma y tamaño variable, en dependencia de la raza y estado fisiológico, pero en té-
rminos generales debe estar bien implantada al vientre (ADGA, 1993). La cabra nor-
malmente presenta dos glándulas mamarias independientes, secretoras de leche,
denominadas ubres, mamas o tetas, las cuales terminan en pezones de un sólo
orificio (Wilkinson y Stark, 1989; Vera, 1998).

Fig. 5.2. Revisión del estado de salud de la ubre, en


relación con la producción de leche (Venezuela).

42 Manual de producción caprina


“Las cabras suelen ser prolíficas”

Las cabras generalmente paren gemelos, y en rebaños bien manejados es


frecuente encontrar hasta el 200% de natalidad. Las razas lecheras de los Alpes
presentan reproducción estacional, y la temporada de monta (en coincidencia con la
mayor frecuencia de ovulaciones o celos) se limita al periodo anual de reducción de
la duración del día. Las cabras del sur de España y las africanas pueden reproducirse
todo el año; esto se debe a que en las regiones más cercanas al ecuador, el efecto
de la estación del año en la longitud del día es menos marcado e influye menos en la
reproducción. El periodo de reproducción es más corto cuanto mayor sea la latitud
o distancia del ecuador; por ejemplo, en el sur de Europa las cabras comienzan a
mostrar síntomas de celo y ovulación a finales de julio y agosto, mientras que más al
norte, estos eventos comienzan a la mitad de septiembre (Wilkinson y Stark, 1989).
En el norte de México, las cabras Nubias y las criollas de origen español tienen un
periodo corto sin actividad reproductiva durante los meses más calurosos (Mellado
et al. 2004). Más hacia el centro de México, la variación diaria y estacional de la tem-
peratura es menos elevada y la reproducción depende básicamente de la disponibili-
dad de alimento.

La eficacia de la reproducción depende de que las hembras sean fértiles, es


decir, que ovulen, muestren síntomas de celo y queden preñadas.

“El celo dura 36 horas y la ovulación


ocurre cada 19 a 23 días”

Durante el celo, la cabra se muestra inquieta, bala, levanta y agita la cola, y


permite ser montada por otras cabras o por el macho. La ovulación tiene lugar a partir
de las veinte horas siguientes al inicio de la manifestación del celo. Lo ideal es que la
monta ocurra al final del celo. Una práctica para estimular el inicio del celo y ovulación
en las cabras es permitir la presencia del macho, después de un largo periodo de
aislamiento. El olor del macho puede ser suficiente para inducir el celo en las cabras,
aun estando fuera de su vista (efecto del macho). También es posible estimularlas
dándoles a oler una pequeña toalla que haya sido frotada en la cabeza de un macho.
Así, dos o tres días después de aplicado alguno de estos procedimientos, la mayoría

Reproducción 43
de las hembras presentarán celo (Mowlen, 1996). Para mejorar la fertilidad, también
son recomendables algunas prácticas de manejo, como el “flushing” o alimentación
especial antes del periodo de reproducción del rebaño. Así, unas cuatro semanas
antes del período de monta es recomendable desparasitar, aplicar vitaminas (A, D y
E) y minerales (fósforo y selenio), y aumentar el consumo de energía y proteína, tanto
en las hembras como en los sementales. Con ello se puede mejorar el número de
cabras paridas y el de crías por parto (natalidad). Las cabras desnutridas o con peso
inferior al normal producen menos óvulos y cabritos débiles. A la vez, hembras con
sobrepeso o gordas al momento de la monta tendrán baja fertilidad. En el primer
caso, las hembras reaccionan favorablemente a la alimentación especial previa a la
monta, mientras que en el segundo, este tratamiento carece de efectos positivos
(Wilkinson y Stark, 1989).

“El peso y la salud de las cabras al inicio de la temporada de monta influy-


en sobre la eficiencia de la reproducción”

Sincronización del celo

En los sistemas de producción caprina intensiva, es más aplicable la práctica


de sincronización del ciclo estral. Con ello se busca que un grupo de hembras entren
en celo en un periodo corto de tiempo (2-3 días) cuando el productor lo decida, para
facilitar su manejo, evitar partos en las épocas críticas y producir la leche o carne en
la época de mayor demanda y precio. El uso de esponjas intravaginales con proges-
terona es uno de los métodos más útiles y sencillos para sincronizar el ciclo estral y
para reducir el intervalo entre partos en las cabras.

El primer requisito para iniciar un programa de sincronización de celos es


poder asegurarse que las cabras no estén preñadas. En rebaños grandes se pueden
hacer dos o más grupos con fechas diferentes de sincronización, para que los se-
mentales disponibles puedan cubrir todas las hembras en un periodo de uno a dos
días. En el caso de los rebaños estabulados, la necesidad de mantener la produc-

44 Manual de producción caprina


ción de leche durante todo el año, hace obligatoria la reproducción en por lo menos
dos fechas diferentes, y en este caso el sistemas de sincronización con esponjas
intravaginales será útil. El INRA propone el siguiente protocolo para establecer un
programa de sincronización e inducción de la ovulación en cabras Alpina y Saanen
(Capri–IA, 2001):

• Día 0. Colocación intravaginal de la esponja impregnada con 45 mg de
acetato de fluorogestona (FGA).

• Día 9. Inyección intramuscular de 200 UI de gonadotropina coriónica


de yegua gestante (eCG). Esta dosis dependerá si es en la temporada
natural de monta o fuera de ella.

• Día 11. Retiro de la esponja 48 horas después de la inyección de


eCG.

• Día 12. Detección del celo 30 horas después del retiro de la esponja.

• Día 13. Inseminación o monta directa después de 43-45 horas del


retiro de la esponja.

Reproducción 45
Fertilidad del macho

“Los sementales se deben preparar un mes antes de la monta


para que estén en condiciones óptimas”

A los sementales se les deben revisar periódicamente sus órganos repro-


ductores externos (testículos y prepucio) y evaluar la calidad de su semen. Su corral
debe ser lo suficientemente grande para que puedan hacer ejercicio. Donde se usa
monta controlada, las cabras confinadas deben observarse diariamente, y las que
presenten signos de celo deben ser llevadas con el semental elegido. Otra alternativa
es usar un macho marcador, con el pene artificialmente desviado o cubierto, al cual
se le coloca un arnés con una tablilla de cera colorada, a manera de crayón, que
permite marcar la cabra en celo al momento de la monta (Figura 5.3). En cabras de
agostadero, para aumentar el número de cabras que puede cubrir un semental, es
recomendable que durante el día, los sementales se queden en el corral para des-
cansar y comer, y que sea durante la tarde y la noche cuando monten las hembras.
En algunas localidades de San Luis Potosí se usa con éxito un macho marcador,
vasectomizado y con el pene desviado.

“Un semental joven puede cubrir 25 hembras y uno adulto hasta 50”

46 Manual de producción caprina


Inseminación artificial

La inseminación artificial (IA) se basa en la recogida del semen con ayuda de


una vagina artificial. Esta técnica permite fraccionar el semen eyaculado y fecundar
un mayor número de hembras. Para ello, el semen recolectado es diluido en un
medio especial y usado como semen fresco, o es conservado en nitrógeno líquido
a -196°C para su uso posterior como semen congelado. Según Wilkinson y Stark
(1989), estos son los aspectos a considerar en la IA:

Ventajas de la IA

• Aprovechamiento más amplio de machos de calidad sobresaliente.


• Permite usar varios sementales y más diversos.
• Es más económico, fácil y seguro trasportar semen que animales.
• Permite disponer de semen todo el año y de sementales de alto valor
económico.
• Se reducen costos por la alimentación y cuidado de sementales y por su
muerte.
• Permite conservar líneas genéticas tras la muerte del semental.
• Se reduce al mínimo la transmisión de enfermedades.

Desventajas de la IA

• El porcentaje de gestación es inferior que con monta natural.
• Se requiere equipo y personal especializado.
• Su costo puede ser elevado.
• Es difícil de aplicar en rebaños con sistema de monta continua.

Reproducción 47
Transferencia de embriones

La transferencia de embriones ha tenido un desarrollo considerable en los


últimos años; consiste en la obtención de embriones de cabras sobresalientes
(donadoras) que pueden ser transferidos a otras cabras de bajo potencial genético
(receptoras). Una cabra en condiciones naturales sólo puede tener en promedio
una o dos crías por parto por año. La ventaja de esta técnica es que en una cabra
sobresaliente genéticamente se puede inducir la ovulación múltiple, de forma tal que
se pueden obtener muchos embriones de ella en el mismo año (Baril et al., 1995).

Diagnóstico de preñez

El diagnóstico de la gestación, o en términos más correctos, el diagnóstico


de la ausencia de preñez, es una de las herramientas más importantes para el manejo
y economía del rebaño. Es importante conocer cuántas cabras quedaron preñadas
y cuántas vacías del total expuestas al macho durante el período de monta.

“Las hembras no gestantes o vacías seguirán causando gastos


sin generar ingresos”

El diagnóstico de falta de gestación permite tomar decisiones oportunas so-


bre el futuro de esas hembras vacías. La primera decisión, si entraron flacas al perío-
do de monta, puede ser mejorarles su condición y luego darles una o dos oportuni-
dades más para quedar preñadas. Si con la monta adicional siguen vacías, entonces
deben ser eliminadas del rebaño. El diagnóstico de gestación puede realizarse a
través de análisis de sangre, palpación recto-abdominal y ecografía o ultrasonografía;
está última técnica es la más usada en los últimos años, debido a que es bastante
rápida, menos estresante y altamente confiable.

Dentro de las técnicas ultrasonográficas se encuentran:

48 Manual de producción caprina


• Ultrasonido de modo A. Un transductor se coloca en el pliegue inguinal lateral a
la ubre y se dirige hacia el útero; el equipo emite un sonido al detectar vesículas
embrionarias (Gutiérrez, 1998). Tiene una confiabilidad de 80-85% entre los 60 y
120 días de gestación (Dawson, 2002).

• Ultrasonido Doppler. El dispositivo se coloca en el abdomen, cerca de la ubre,


e incluso en el recto, el cual emite ondas ultrasónicas, que se convierten en
audibles, al detectar movimientos de flujo de sangre en las arterias uterina y um-
bilical, y de latidos del corazón fetal y de movimientos del feto (Gutiérrez, 1998).
Tiene una confiabilidad cercana al 100% durante la última parte de la gestación,
pero muy baja en los primeros 75 días (Dawson, 2002).

• Ultrasonido de tiempo real o ecógrafo. Este equipo produce imágenes instan-


táneas en la pantalla del monitor, por lo que el diagnóstico puede ser muy confi-
able después de los 20 días de gestación. Si el operador tiene experiencia el
diagnóstico es 100% confiable.

Gestación
La gestación corresponde a la implantación del óvulo fecundado y desar-
rollo del embrión, el cual posteriormente será un feto rodeado por tres envolturas o
bolsas:

• El amnios, que contiene un líquido que cubre al feto.

• El alantoides, que recibe principalmente los productos de desecho del embrión


y da lugar a la primera bolsa de agua.

• El corion, que se fija sobre la pared uterina por los cotiledones y forma parte de
las parias o placenta. Los cotiledones son los lugares por donde la cabra provee
al embrión de todo lo necesario para su desarrollo.

“La gestación en la cabra dura 150 días con variación de 2 a 3 días”

Reproducción 49
Las cabras con dos o más fetos tienen una gestación más corta que aquellas
que tienen sólo uno (Quittet, 1990).

“Los dos meses últimos de la preñez son críticos en las cabras”

Las cabras en el último tercio de la gestación (Figura 5.4) no deben realizar


grandes caminatas y se debe buscar siempre que pasten y tomen agua en lugares
cercanos al corral. También se debe evitar provocarles movimientos bruscos, trasla-
dos en vehículos y peleas con otras cabras dominantes, ya que pueden abortar con
facilidad. Las cabras con gemelos o trillizos frecuentemente muestran fatiga al final
de la gestación, debido al peso de los cabritos y los líquidos placentarios, los cuales
pueden pesar hasta 12 kg. También las necesidades de una buena alimentación
aumentan en este periodo y es recomendable disminuir la fibra en la ración y au-
mentar la energía, principalmente de concentrados. En la Figura 5.5 se observa que
el requerimiento de alimento en el último tercio de la gestación y en la lactancia se
incrementa considerablemente, a la par de la producción.

Fig. 5.4. Cabras bayas Nubias gestantes.


Período más crítico

ón de leche
requerido Pico de leche
Balance - E

Período de reto
y preparación
2-3 semanas Producción de leche
Consumo requerido

35 50 75 100 125 150 14 60 200

Gestación Parto Lactancia


Fig. 5.5. Relación de la producción de leche y consumo de alimentos.

50 Manual de producción caprina


El Parto

Los síntomas que advierten al criador de la proximidad del parto son (Quittet,
1990):

1) La ubre aumenta de tamaño a tal grado que presiona los pezones y, en algunos
casos, escurre un poco de calostro.

2) Los ligamentos musculares sacroilíacos situados a cada lado de la cola, se relajan;


se dice entonces que la cabra está cascada.

3) El tapón de moco que cierra el cuello del útero, desde el comienzo de la gest-
ación, es expulsado (Figura 5.6).

4) La cabra presenta un ligero incremento de su temperatura corporal y se muestra


inquieta.

5) Cuando el parto es inminente, primero se observa en la vulva la primera bolsa de


agua que se abre rápidamente (Figura 5.7); después aparece la segunda bolsa que
contiene el líquido amniótico, la cual generalmente es la última que observa el pro-
ductor. Así, el término vulgar para tal evento es “se rompió la fuente”. Finalmente, se
inician las contracciones y la expulsión del producto y las parias o placenta (Figuras
5.8 y 5.9). Todo este proceso debe durar menos que dos horas.

Fig. 5.6. Aparición del moco en la cabra próxima a parir.

Reproducción 51
Fig. 5.7. Aparición de la primera bolsa. Fig. 5.8 Cabra limpiando sus cabritos.

Fig. 5.9. Cabritos buscando la teta.

“El criador debe estar pendiente del parto que


dura alrededor de 2 horas”

En un parto normal el criador deberá conservar la calma y pocas veces será


necesaria su intervención; la cabra debe parir en una zona limpia y seca, de pref-

52 Manual de producción caprina


erencia con cama de paja. Una vez rota la fuente, comenzarán las contracciones y
primero se verán las pezuñas, posteriormente la cabeza y finalmente saldrá el cabrito
completo; si al caer se observa que el cabrito tiene la nariz obstruida por líquido
amniótico se deberá intervenir para limpiarle las fosas nasales. Si las contracciones
se prolongan sin resultados positivos, deberá verificarse que la posición del cabrito
sea la correcta; en algunas ocasiones cuando el cabrito es demasiado grande se
puede ayudar a la cabra jalándolo de las patas, coincidiendo el tirón con cada dos
contracciones consecutivas. Si no se logra la expulsión del producto, será entonces
necesaria la ayuda de un experto. Al nacer, el cabrito instintivamente buscará la teta;
de no ser así, debido a que está débil o batalló mucho para salir, será necesario in-
troducirle la teta en la boca; el cabrito instintivamente mamará, pero si no lo hace hay
que ordeñar a la madre para obtener los calostros y dárselos en un biberón pequeño
con el pezón del tamaño natural del de la cabra. A los cabritos muy débiles es nec-
esario introducirles los calostros con una sonda para que tomen suficiente (100ml),
ya que después de 12 horas de nacidos los anticuerpos del calostro no serán ab-
sorbidos en su estómago (Dawson, 2003). La mayor parte de las pérdidas al parto
ocurren durante la noche por falta de supervisión. La expulsión total de las cubiertas
fetales de la cría y la placenta ocurrirá dentro de las dos horas posteriores al parto.

Partos difíciles

Cuando el trabajo de parto dura más que dos horas y la cría no ha sido ex-
pulsada, entonces se deben realizar los preparativos siguientes para intervenir:

• Recortarse las uñas para evitar provocar heridas internas en la cabra.


• Lavarse las manos con jabón.
• Usar guantes de palpación vaginal para vacas.
• Introducir la mano por el orificio vaginal con mucho cuidado, detectar y cor-
regir la posición de cabrito. El uso de algún lubricante, como aceite vegetal,
facilitará la introducción de la mano en la vagina.

Reproducción 53
La posición o ubicación de la cría puede ser diversa, como lo muestran las
Figuras 5.10 a 5.18 (Sales, 1975):

Fig. 5.10. Presentación posterior con Fig. 5.11. Presentación de los cuatro
posición lumbosacra; primero saldrán miembros, con la cabeza transversal;
las patas. jalar de las patas.

Fig. 5.12. Presentación anterior con Fig. 5.13. Presentación anterior con
posición dorsal vertebro-puviana; gi- posición dorso-lumbo-pubiana; ender-
rarlo para que salgan cabeza y manos ezarle la cabeza para que salgan cabe-
juntas. za y manos juntas.

Fig. 5.14. Presentación posterior con la Fig. 5.15. Presentación anterior con la
cabeza vuelta hacia arriba; girarlo y jalar cabeza desviada hacia la izquierda; en-
de las patas. derezar la cabeza.

54 Manual de producción caprina


Fig. 5.15. Presentación anterior con la Fig. 5.16. Presentación posterior con
cabeza desviada hacia la izquierda; en- corvejones doblados y el cuerpo ar-
derezar la cabeza. queado; acomodar y jalar de las patas.

Fig. 5.17. Posición anterior con la cabe-


za hacia abajo; enderezar la cabeza y
jalar de las manos.

También puede presentarse el caso de que dos cabritos se hayan atorado al


salir al mismo tiempo. Entonces será necesario empujar hacia atrás uno de ellos y el
otro colocarlo en posición de parto. Cuando no hay dilatación del cuello uterino o se
presente un prolapso uterino lo recomendable es llamar al veterinario.

Reproducción 55
El cabrito recién nacido

Una vez que los cabritos han nacido, para prevenir hemorragias, hernias e
infecciones, se les corta el cordón umbilical a unos 5 cm del ombligo, y el trozo rema-
nente se desinfecta ampliamente (Figura 5.19). Las parias o secundinas constituidas
por las envolturas fetales y el corion, serán explulsados inmediatamente después; en
caso de permanecer en la matriz por más de dos o tres horas, será necesario llamar
al veterinario (Quittet, 1990).

“El cordón umbilical debe ser cortado y desinfectado”

Es muy importante que tanto las tijeras o navaja, como el propio ombligo tam-
bién sean desinfectados con yodo al 7% de concentración, o con azul de metileno
(Figura 5.20). La desinfección del ombligo es una de las prácticas que ayudan con-
siderablemente a reducir la mortalidad de los cabritos.

“Todos los cabritos deben ser


desinfectados del ombligo”

El cabrito recién nacido debe estimularse para que tome por lo menos 100
ml de calostro en el transcurso de sus primeras horas de vida.

Fig. 5.19. Corte del cordón umbilical a 5 cm del vientre. Fig. 5.20. Desinfección del ombligo (Fot. SEDARH).

56 Manual de producción caprina


Capítulo 6

Cría y selección

Por cría debemos entender las prácticas recomendables que favorecen la re-
producción y crecimiento de los animales. El objetivo principal de la selección caprina
es mejorar el potencial de producción de leche, carne o pelo. En las cabras lecheras
la atención se centra en la producción de leche, con sus variantes según el interés
de los productores. Si sólo interesa la producción de leche líquida o yogur, el objetivo
de la selección es el volumen de producción, pero si es producir quesos entonces
el criterio podría ser el rendimiento de sólidos totales (Figura 6.1). Para producción
de carne el objetivo principal es conseguir una tasa de crecimiento, conversión de
alimento en peso vivo y rendimiento en canal tan alto como sea posible (Figura 6.2).
Pero en todo caso se debe tener como objetivo simultáneo de la selección lograr una
elevada eficacia en la reproducción.

Fig. 6.1. Semental Saanen productor de leche.

Fig. 6.2. Semental Retinto Extremeño pro-


ductor de carne.

Cría y selección 57
Cría

El primer paso para emprender un programa de cría y mejoramiento de


ganado es la identificación de los animales. Generalmente se usan aretes de plástico
o metal y collares, pero en las cabras es común que aretes y collares se atoren y
rompan, y finalmente terminen perdiéndose. Las formas más seguras de identifica-
ción son el tatuaje y los microchips con dispositivos electrónicos de lectura, pero
tienen la desventaja que con ellas se dificulta la identificación rápida en condiciones
de campo. Lo recomendable es combinar aretes como identificadores rápidos y
tatuajes como identificadores seguros y permanentes. Los aretes pueden ser de
plástico o metal, redondos o rectangulares y de diversos colores que denoten la línea
genética o el año de nacimiento.

Cuando el rebaño es pequeño (menor que 50 cabezas) los aretes y el tatuaje


son eficientes; sin embargo, cuando el rebaño es grande, entonces es necesario
recurrir a las normas y códigos que las diferentes asociaciones de criadores utilizan
para identificar cabras, donde se codifica el año con una letra. También será nece-
sario llevar un libro o memoria del rebaño, o registrar en hojas previamente impresas,
la fecha de parto, madre y padre de la cría, si el parto fue sencillo, gemelar o triple,
el peso al nacimiento, peso a los dos meses de nacido, peso a la venta, anormali-
dades, enfermedades, etc. Toda esta información deberá ser la base objetiva para
seleccionar los futuros remplazos y así tener la certeza de que los animales seleccio-
nados son los mejores del rebaño.

Información básica que el productor debe registrar para conformar el histo-


rial individual de cada cabra del rebaño

1. Ubicación: (Nombre de la explotación, domicilio, etc.)


Raza: (Criolla, Nubia, Alpina, etc., o cruzamiento de...)
Identificación: (Datos del arete o tatuaje)
Fecha de nacimiento: (Día, mes y año)
Nacida de parto: (Único, gemelar o triple)
Fecha al primer parto: (Día, mes y año)
Color: (Lado derecho y lado izquierdo)
Cuernos: (Con cuernos, nacida sin cuernos o descornada)
Origen: (Remplazo propio o comprado)

58 Manual de producción caprina


2. Nombre o número del padre:
Raza: (Criolla, Nubia, Alpina, etc., o cruzamiento de...)
Origen: (Remplazo propio o comprado)
Nacido de parto: (Único, gemelar o triple)
Cuernos: (Con cuernos, nacido sin cuernos o descornado)
Información productiva: (Producción de leche de sus hijas o
ganancia diaria de peso)

3. Nombre o número de la madre:


Raza: (Criolla, Nubia, Alpina, etc., o cruzamiento de...)
Origen: (Remplazo propio o comprado)
Nacida de parto: (Único, gemelar o triple)
Cuernos: (Con cuernos, nacida sin cuernos o descornada)
Información productiva: (Producción de leche o
ganancia diaria de peso)

4. Vacunas: (Tipo, fecha, certificación)


Tratamiento de enfermedades: (Enfermedad, fecha, medicamentos,
recuperación o defunción)

5. Lactancia (Para fines prácticos resulta suficiente anotar la producción


de un día por semana, siempre el mismo día y hora. Esta información
se debe registrar por separado para cada lactancia):
Fecha de parto:
Días que la leche se dejó para lactación de los cabritos:
Días del período de ordeño:
Producción en kilogramos de leche:
Porcentaje de grasa:

6. Cabritos producidos: (Peso de cabritos vendidos por lactancia, peso


al destete de cabritos y cabritas, destinados para remplazos).

Cría y selección 59
Información básica del semental

Incluir los incisos 1, 2 ,3 y 4 señalados para las cabras reproductoras

5. Producción:
Peso al nacer y a los 60, 180 y 365 días de nacido
Edad y peso al primer período de monta
Datos de la productividad de su progenie o descendientes
(crecimiento y leche)

Información básica de los remplazos

Incluir los incisos 1, 2 ,3 y 4 señalados para los reproductores

5. Crecimiento:
Se debe hacer una lista con los cabritos y cabritas que hayan nacido
con cuernos y que van a crecer separados por sexos en las mismas
condiciones, ya sea sólo en corral, sólo en pastoreo o mixto. En forma
individual se debe registrar su peso al nacer, a los 60 días, a 180 días
y al año de nacidos. Luego su edad a la pubertad y su calificación de
características de conformación, tipo cárnico o tipo lechero.

Cómo escoger las cabras y sementales de remplazo

Es muy importante tomar en cuenta el principio de facilidad de crecimiento.


Los animales provenientes de partos múltiples y padres longevos tienden a ser los
mejores y probablemente de ellos se elgirán los remplazos. Los mejores animales
son los que crecen sin ayuda. Sin embargo, es necesario calcular los promedios de
los datos de ganancia de peso del hato, ya que esto es una magnifica base objetiva
para seleccionar los futuros reproductores y dejar sólo para remplazo el 20 % de los
animales superiores.

Condiciones necesarias para que los remplazos se inicien en la reproduc-


ción

Para que las cabritas de remplazo puedan ser cubiertas por primera vez se

60 Manual de producción caprina


requiere que pesen entre 30 y 35 kg, tengan de 7 a 8 meses de edad, y estar en
buena condición corporal, ni gordas ni flacas; de lo contrario la cabrita inmadura ten-
drá una gestación difícil con grandes probabilidades de que le falte energía, presentar
problemas de toxemia de gestación, y morir antes del parto. Si logra llevar a término
la gestación, la cabrita parirá una cría pequeña, débil y con muchas probabilidades
de morir a los pocos días de nacida, y la madre ya no crecerá y nunca será una cabra
reproductora normal.

Los sementales de remplazo para empezar a servir deben tener por lo menos
de 7 a 8 meses de edad y sólo cubrir unas 10 cabras en su primer temporada de
monta; después del año de edad podrán montar hasta 25 cabras, pero deben estar
en muy buenas condiciones de conformación y salud para ello.

Criterios para descartar cabras y sementales del hato

La vida útil de las cabras declina a partir del sexto año. Sin embargo, desde
antes deben desecharse cuando:

• Su producción de leche sea notablemente menor que la media del hato.

• Su número de cabritos destetados sea notablemente menor que el promedio


del hato.

• Su intervalo entre partos se alarge mucho más que el promedio del hato.

• Persista vacía después de ser cubierta en dos celos consecutivos, posterio-


res al período de monta.

• Rehuse amamantar a sus crías.

• Se enferme y no pueda recuperarse.

Los sementales se desechan cuando:

• Pierden interés por montar a las cabras.

Cría y selección 61
• Tienen lesiones graves en su aparato reproductor

• La productividad de su descendencia resulta inferior al promedio del hato.

• Su descendencia presenta defectos hereditarios, como prognatismo, her-


mafroditismo, etc.

• Fueron mal manejados en montas anteriores, y perdieron su condición cor-


poral de tal modo que no puedan recuperarse.

• Presenta problemas incurables de locomoción.

Criterios para adquirir sementales de remplazo

Si se conocen los niveles de producción del hato es posible constatar si


los sementales en oferta pueden mejorarlo o existe el riesgo de dar un paso atrás.
Es conveniente visitar las explotaciones que ofrecen sementales en venta, ver las
condiciones de desarrollo y producción del ganado que se quiere comprar, conocer
los datos de producción, días en lactancia, cabritos destetados, peso al destete,
longevidad, si pastorean o están confinados en corral, etc. La mejor edad de los
sementales para remplazo es cuando tienen sólo dos palas o primer par de dientes
definitivo. Un semental nacido sin cuernos es un riesgo de padecer hermafroditismo
en el hato.

Selección
Las técnicas para seleccionar el ganado han evolucionado desde las más
sencillas como la apreciación visual y grado de conformidad con el fenotipo racial,
a métodos que se fundamentan en las características zootécnicas y requieren un
conocimiento profundo de la genética, como son la apreciación visual en línea, el
control de rendimiento lechero, el control cárnico y la selección por núcleos.

Apreciación visual
Es la forma más simple para seleccionar ganado, y consiste en identificar el
grado de correspondencia del animal evaluado con las características fenotípicas

62 Manual de producción caprina


más reconocidas o aceptadas de la raza de referencia (Figura 6.3), y particularmente
su conformación corporal (Figuras 6.4 y 6.5). La inspección visual de los aplomos
(Figura 6.6), el color del pelaje, concordancia o ajuste de las mandíbulas (Figura 6.7),
los testículos (simetría, ubicación en el escroto y forma, Figura 5.1), los pezones (que
sólo sean dos, bien posicionados y sin anormalidades), la vulva (tamaño adecuado
con la edad, color y sin anormalidades), cuernos (presencia o ausencia), etc. Cual-
quier anormalidad encontrada en el animal evaluado es considerada indeseable.

Fig. 6.3. Cabra Nubia con balance y proporción correcta


en su conformación. Fig. 6.4. Conformación de cabra de raza cárnica.

Fig. 6.5. Conformación de cabra lechera. Fig. 6.6. Buenos aplomos delanteros.

Cría y selección 63
Fig. 6.7. Cabra Nubia con prognatismo superior indeseable.

Apreciación visual en línea

Este método se desarrolló a partir del trabajo de Gall (1980) y de Dickinson


y Norman (1984) en cabras lecheras, y consiste en hacer un análisis amplio de las
cualidades productivas y su relación con la conformación corporal del animal. Sus
pasos principales son: 1) evaluar cada característica en forma individual, más que
como parte de un grupo; 2) evaluar cada característica de un extremo biológico a
otro; 3) incluir características de importancia económica moderadamente hereda-
bles; y 4) proporcionar un sistema de evaluación con escala de 1 a 50 puntos que
permita distinguir diferencias en medidas corporales con una seguridad aceptable.

Este sistema de evaluación cuenta con un folleto gráfico que establece tres
categorías para cada una de las trece características primarias del cuerpo de la cabra
(conformación, temperamento lechero, espalda, grupa (Figura 6.8), morfología de la
ubre, aplomos, etc.). Con sólo leerlo es suficiente para interesarse en él. Además,
cuenta con guías específicas para evaluar hembras o machos (American Dairy Goat
Association, 1993).

64 Manual de producción caprina


Fig. 6.8. El ángulo de la grupa, de las caderas a las agujas, está relacionado con la facilidad de parto
(tamaño del canal de nacimiento), y con la longitud, implantación y profundidad de la ubre. Izquierda,
menos deseable; centro, aceptable; derecha, ideal (American Dairy Goat Association, 1993).

Fenotipo racial

Este método consiste en la aprobación de un estándar usado por los criado-


res organizados en asociaciones, para conservar las características específicas de
las razas puras, como son la conformación, el perfil facial, color y longitud del pelo,
tamaño y forma de las orejas, entre otras (Tabla 3.1). A la vez, en él se establecen
algunos atributos tolerables y todos aquellos que son inaceptables en los animales
de la raza de referencia.

Control de rendimiento lechero

Este sistema sólo es posible donde existen organizaciones de productores


ya que depende más que todo de la voluntad de los criadores para registrar datos
veraces. Requiere de un sistema computacional para analizar las bases de datos de
la producción individual diaria de leche de la cabras, así como la calidad de la misma.
La información es analizada cada año y durante la vida productiva de la cabra, para
de ahí concluir cuáles son las mejores cabras y cuáles sementales son sus padres.
Anualmente se publica un boletín con los resultados de la comparación de sementa-
les probados de cada raza (American Dairy Goat Association, 2004). En los estados
de Guanajuato y Querétaro, la Asociación Mexicana de Criadores de Ganado Ca-
prino de Registro, estableció un programa de selección basado en este sistema de
control lechero (Valencia y Montaldo, 2004).

Cría y selección 65
Control de rendimiento cárnico

Este sistema es usado por las asociaciones de criadores de raza Boer en


Sudáfrica y Estados Unidos, y con algunas variantes también es aplicado en las Uni-
versidades Estatales de Oklahoma y Texas. Se evalúan prospectos de sementales
nacidos de diciembre a marzo, los cuales se reciben los primeros días de mayo en la
estación de prueba de esas universidades; después de un periodo de adaptación a
las instalaciones (corrales con grupos pequeños), manejo y alimentación durante 18
días, se inicia la prueba que dura 84 días. Durante el período de prueba se registra
diariamente el consumo de alimento, la ganancia diaria, y la conversión alimentaria; al
final de la prueba, también se mide el área del músculo del lomo por ultrasonido, la
circunferencia de la parte más ancha de la pierna, así como la circunferencia escro-
tal. El informe de los resultados se entrega a los criadores participantes y se publica,
para que con estos datos los ganaderos puedan fundamentar su propia elección o
la adquisición de sementales de remplazo (Gipson, 2004; Angelo State University,
2004).

Los criadores del sur de Texas y la Universidad de Texas A&M también eva-
lúan sementales en condiciones de pastoreo durante 200 días; en esta prueba com-
plementaria de la anterior sólo se registra la ganancia diaria, rusticidad, condición
corporal y salud (American Meat Goat Assotiation, 2004).

Selección por núcleos

Este método fue desarrollado exitosamente por los australianos para el mejo-
ramiento de la raza Merino. Se organizaron las cooperativas de ovejeros para mejorar
la calidad de la lana, seleccionando de cada productor los mejores ejemplares. Lue-
go, se formó un esquema piramidal donde el rebaño élite proporcionó sementales
para los rebaños multiplicadores, y éstos a su vez para los rebaños comerciales.
Actualmente se producen sementales de muy buena calidad para los integrantes de
las cooperativas participantes (Shepherd, 1976).

Otro ejemplo destacado es su aplicación por la Asociación Nacional de Cria-


dores de Caprino de la Raza Murciano-Granadina en España, pues se han logrado
mejoras sustanciales en producción de leche, grasa y proteína, así como en el mor-
fotipo, sobre todo de la ubre. Algunos rebaños integran el grupo élite porque cum-

66 Manual de producción caprina


plen con todos los requisitos del modelo de selección, pero en cada uno de ellos
se realizan evaluaciones genéticas intra rebaño (Delgado et al., 2005; Gómez, 2007)
(Figura 6.9).

El primer requisito para iniciar un programa de mejoramiento por núcleos, es


que requiere de una gran población de animales de la misma raza, bajo condicio-
nes similares de manejo y ambiente, y definir previamente los criterios o atributos a
seleccionar (rusticidad, tamaño de los cabritos para el mercado, calidad de la leche,
grasa, proteína, pieles, etc.), esto es, los que se quieran mejorar. Los resultados del
mejoramiento se difunden a todos los socios. Los productores dispuestos a parti-
cipar en el programa se comprometen a cumplir con lineamientos diversos, como
mantener los registros de sus animales, conservarlos sanos y aceptar que sus
cabras sean inseminadas con semen procedente de otros rebaños.

Fig. 6.9. Organización piramidal de la población y dinámica ge-


nética entre los estratos en la selección por núcleos (Delgado
et al., 2005).

Cría y selección 67
68 Manual de producción caprina
Capítulo 7

Nutrición y
alimentación

Desde tiempos inmemoriales, los


rumiantes se han caracterizado por sus im-
portantes contribuciones al bienestar de la
población humana, proporcionándole alimen-
tos, fibras, fuerza de trabajo, estiércol y pie-
les. De todos los animales domésticos que
el hombre cría como fuente de alimentos, los
rumiantes son los que están mejor ajustados
para producir bajo sistemas de explotación
extensiva o intensiva

Nutrición y alimentación 69
Características funcionales de los rumiantes

Existen diversas diferencias anatómicas en el aparato digestivo de los dis-


tintos animales domésticos, principalmente en los estómagos de aves y los de
mamíferos y, dentro de estos últimos, entre los de rumiantes (caprinos, ovinos y bo-
vinos) y los de no rumiantes (hombre, cerdo, perro). Estas diferencias han resultado
evolutivamente de procesos adaptativos a los diferentes tipos de alimento que exis-
ten en la naturaleza. Gracias a las modificaciones de su estómago, las poblaciones
microbianas que en él se albergan, les permiten a los rumiantes utilizar como fuente
de energía a la fibra de las paredes celulares, características de los tejidos vegetales
o forrajes toscos. Así, las cabras, como rumiantes, son capaces de comer y digerir
una amplia variedad de plantas, a diferencia de otros animales no rumiantes. Su es-
tómago está dividido en cuatro compartimentos:

1. Rumen (panza)
2. Retículo (redecilla o bonete)
3. Omaso (librillo o libro)
4. Abomaso (cuajar, cuajo o
estómago verdadero) (Figura 7.1 ).

Rumen
Rumen Surco esofágico
Píloro
Píloro
26% Esófago
Esófago Rumen
Rumen
30% Esófago
Esófago
80%
Retículo
Retículo
Abomaso
Abomasum Retículo
Retículo
56%
70% Omaso
Omaso
Píloro
Piloro Abomaso7%
Abomasum Omaso
Omaso
Cabrito
Cabrito Cabra adulta
Cabra adulta

Fig. 7.1. Estómago de un cabrito y de una cabra adulta.

El rumen es el compartimiento de mayor tamaño y ocupa prácticamente tres


cuartas partes de la cavidad abdominal; su epitelio interno es parecido a una alfom-
bra, es decir, con papilas o pelillos absorbentes. Por ello, entre mayor el tamaño de
los pelillos, mayor será la capacidad de absorción. El retículo, en forma de red, des-
cansa sobre el diafragma a la altura de la sexta a la octava costilla, hacia la izquierda

70 Manual de producción caprina


del plano medio del animal. El omaso, con gran cantidad de hojas o pliegues, es una
estructura de forma esférica ubicada a la derecha del plano medio y está conectada
con el retículo. El abomaso descansa sobre la parte ventral derecha de la pared
abdominal y correspondería al estómago de los no rumiantes. Posterior al estómago
se encuentran los intestinos, los cuales son considerados semejantes a los de los
animales no rumiantes, en lo que se refiere a anatomía general, estructura y cierta
funcionalidad. Los intestinos están divididos en dos segmentos, el intestino delgado
y el grueso, los cuales a su vez también están divididos. La primera parte del intesti-
no delgado, donde desembocan los conductos que acarrean las secreciones del
páncreas y del hígado, es llamada duodeno. Los otros dos son el yeyuno y el íleon.
El intestino grueso está constituido por el ciego, el colon y el recto.

En el rumen hay una gran diversidad de microorganismos, como bacterias,


protozoarios y hongos. Esta diversidad se debe a:

• Procesos de adaptación que se relacionan con la variabilidad y complejidad


de los alimentos conformados por diferentes proporciones de nutrientes (carbohidra-
tos, proteínas, lípidos, vitaminas y minerales), lo que origina que los microorganismos
ruminales sean altamente especializados (usan nutrientes específicos), generalistas
(usan muchos sustratos) o intermedios.

• Diferente capacidad de trabajo bioquímico, al ser el rumen un medio abierto


a la invasión de microorganismos, sólo sobreviven aquellos más capaces de crecer
y aprovechar al máximo los sustratos celulares disponibles en los diversos ambien-
tes.

• Variaciones en el tiempo, las poblaciones microbianas se suceden en el ru-


men; es decir, un grupo de bacterias puede ser remplazado por otro mayormente
adaptado a las condiciones (forraje o pienso predominante) que en ese momento
prevalezcan.

Nutrición y alimentación 71
Desarrollo del rumen

Cuando el cabrito nace, el abomaso es el compartimiento de mayor tamaño


(56%), seguido por el rumen (26%), retículo (10%) y omaso (8%). A partir de esa fe-
cha, el crecimiento del rumen inicia con: 1) aumento de tamaño; 2) desarrollo de las
papilas, musculatura e irrigación; y 3) establecimiento de microorganismos funciona-
les. Los tres aspectos mencionados son constantes, guardan una estrecha relación
entre sí y se ven significativamente afectados por el tipo y cantidad de alimento que
recibe el animal durante las primeras semanas de vida. Mientras el cabrito consuma
sólo leche, el desarrollo del rumen será lento. Así que el consumo de alimento seco,
particularmente concentrados, será determinante para el crecimiento del rumen. Si el
cabrito es alimentado con forrajes toscos y voluminosos, entonces el rumen aumen-
tará de tamaño, pero el desarrollo de sus papilas será lento. Por ello, los piensos o
concentrados son los únicos recomendables para incrementar rapidamente el desa-
rrollo y funcionalidad de las papilas ruminales en los cabritos lactantes.
Durante las primeras semanas de vida, el estómago de los cabritos es similar
al del hombre o al de los cerdos; es decir, el estómago funcional es el abomaso o
cuajar. Entonces, el objetivo de alimentar los cabritos con piensos específicos será el
de desarrollar lo más pronto posible el rumen subdesarrollado.

“El desarrollo ruminal se logra con concentrados, no con forrajes toscos”

Cuando los cabritos consumen leche, ésta pasa directamente de la boca


al esófago y después, por el surco esofágico, atraviesa el rumen y se deposita en
el abomaso; cuando el cabrito consume leche demasiado rápido o se le amamanta
con biberón en ángulo incorrecto, dicho surco se puede abrir y la leche se deposita
en el rumen, donde se fermenta rápidamente, provoca timpanismo y en ocasiones la
muerte del cabrito (Mowlen, 1996).

72 Manual de producción caprina


Ingestión, masticación y deglución de alimentos

La aprehensión de los alimentos es el proceso que involucra la captura


de los alimentos y el acto de introducirlos a la cavidad bucal. En bovinos en
pastoreo, este proceso se realiza con la lengua, la cual lleva el forraje hacia la
boca, donde es cortado con los dientes (32 piezas dentarias) y movimientos
enérgicos de la cabeza. En los caprinos, en este proceso también interviene el
labio superior, el cual está partido y tiene gran movilidad. Esta particularidad de
los caprinos es responsable de su mayor capacidad selectiva de alimentos.

En la masticación, proceso de reducción mecánica del tamaño del ali-


mento, intervienen exclusivamente los dientes premolares y los molares. Sin
embargo, la masticación inicial generalmente es incompleta y se limita principal-
mente a mezclar los alimentos con la saliva para formar un bolo alimentario de
consistencia y tamaño adecuado para ser deglutido.

Al finalizar la masticación, el bolo alimentario es deglutido. En rumiantes,


al igual que en otros animales, la saliva juega un papel muy importante en el
proceso digestivo y en la deglución de los alimentos, ya que los humedece y
lubrica.
También la saliva es una fuente importante de reciclamiento de urea, de
aporte de sustancias antiespumantes y amortiguadoras del pH del rumen. Cuan-
do el alimento alcanza el tamaño adecuado, pasa a través de los compartimen-
tos del estómago impulsado por movimientos contráctiles. En el retículo y rumen
se pueden distinguir dos tipos de contracciones, las primarias que sirven para
mezclar los alimentos ingeridos, y las secundarias que están involucradas en el
eructo y expulsión de los gases; ambas contracciones pueden ser observadas
en el ijar izquierdo de las cabras.

Durante el día o la noche, cuando la cabra está en reposo en un lugar


tranquilo, el forraje es regurgitado, masticado minuciosamente y deglutido nue-
vamente en mejores condiciones físicas para ser degradado por los microor-
ganismos ruminales. Este proceso puede repetirse durante varios días con el
mismo forraje, hasta que sus partículas sean lo suficientemente pequeñas para
seguir avanzando por el tubo digestivo. De acuerdo con el tipo de alimento con-

Nutrición y alimentación 73
sumido, se desarrollan diferentes tipos de microorganismos. Por ello, es importante
que cuando se ofrezca a las cabras un nuevo alimento, esto se haga gradualmente
durante al menos 8 días, de forma tal que la composición de los microbios del rumen
pueda ajustarse al cambio, y así evitar problemas digestivos.
“El periodo de ajuste a nuevos alimentos
es de al menos una semana”

Digestión y absorción de nutrientes después del rumen

Una vez que los alimentos y las bacterias que se encuentran en el rumen
pasan hacia el abomaso, entonces la digestión sigue un patrón parecido al de los
animales de estómago simple. Los nutrientes libres provenientes de la digestión son
absorbidos a través de la pared del intestino delgado y transportados por la sangre
hasta las células. Los materiales que no son absorbidos en el intestino delgado son
llevados hasta el intestino grueso para ser desechados en forma de heces. Por ello,
es importante tomar en cuenta la velocidad con la que el alimento pasa a través del
estómago y los intestinos. El forraje tierno bajo en fibra y los granos y otros concen-
trados muy molidos suelen pasar demasiado rápido, y probablemente sin que en el
intestino se alcancen a absorber totalmente sus nutrientes.

“La cabra es un rumiante y necesita consumir forraje”

Los alimentos tienen diferente digestibilidad. Esto significa que no todo lo que
consume una cabra es digerido, algo debe desecharse en las heces. La diferencia
entre la cantidad consumida de un alimento menos lo excretado corresponde a la
digestibilidad de dicho alimento.

Consumo de piensos y forrajes

El consumo de los alimentos es su aspecto nutricional fundamental, pues


permite al animal el sustrato necesario para su mantenimiento y producción; del
consumo de alimentos depende el rendimiento del animal. Aquellos animales que
comen más de una determinada ración mostrarán un aumento en el nivel y eficiencia

74 Manual de producción caprina


de su producción. La regulación del consumo de alimentos de alta calidad en los
rumiantes es principalmente de naturaleza fisiológica. Sin embargo, el consumo vo-
luntario (tasa de ingestión) de alimentos de calidad mediana a baja está relacionado
con la velocidad con la que pasan o el tiempo que permanecen en el rumen, ya que
hasta que salgan de este compartimiento habrá un espacio libre que pueda ser ocu-
pado por el nuevo alimento que ingiera el animal. Entonces, aquellos factores que
alteren la permanencia del alimento en el rumen, modificarán el consumo voluntario
de la ración. Un ejemplo de ello es el tamaño de partícula del forraje (Figura. 7.2).
Conforme más pequeña sea la partícula, mayor será su velocidad de paso por el
rumen y mayor su consumo.

“El picado o molido de los piensos y forrajes aumenta su consumo”


“Los forrajes frescos también deben ser picados”

Fig. 7.2. Nopal picado (Fot. SEDARH).

Además, este simple proceso aumenta su gustosidad y reduce el riesgo de


aglutinación de las fibras. Sin embargo, es importante considerar que los forrajes se-
cos, como los rastrojos, al ser molidos finamente, casi en forma de polvo, dificultan
su consumo, e incluso el animal puede aspirar partículas de polvo y propiciar enfer-
medades respiratorias, por lo que suele ser recomendable mezclarlos con melaza
para aglutinarlos.

“Los forrajes secos deben ser molidos hasta que pasen por una
criba no menor que 2.5 cm de diámetro”

Nutrientes requeridos

Las necesidades de nutrientes de las cabras son diferentes según su esta-

Nutrición y alimentación 75
do fisiológico (crecimiento, mantenimiento, engorda, inicio o final de la gestación o
lactancia). Por lo tanto la calidad de los forrajes y piensos (ración) debe también ser
acorde con dicho estado fisiológico para que el animal pueda ingerir los nutrientes
necesarios y suficientes.

Los nutrientes principales son agua, carbohidratos, proteínas,


lípidos, minerales y vitaminas”

Agua

El agua es un nutriente en el sentido real de la palabra y, al igual que cual-


quier otro, experimenta una excreción y pérdida constante que debe ser repuesta. La
concentración de agua en el organismo debe mantenerse tan estable como sea po-
sible, para que las funciones vitales se realicen normalmente. El contenido de agua
del organismo adulto es del 70% del peso vivo. Sus funciones son básicamente la
regulación de la temperatura y el metabolismo. El organismo gana agua al beberla o
al consumir alimentos ricos en humedad; y la pierde en las secreciones (saliva, sudor,
leche), en la respiración y en los compuestos de desecho (orina y heces). Los ca-
mellos, ovejas y cabras tienen mucho menor requerimiento de agua que los bovinos.

“Las cabras prefieren agua limpia y rechazan la contaminada”

La ingestión de forraje verde y fresco puede proporcionar diariamente can-


tidades importantes de agua, incluso hasta para llenar sus requerimientos diarios.
Cuando sólo se dispone de agua salada, existen necesidades extras de agua
delgada para eliminar el exceso de sal del cuerpo del animal. Las cabras pue-
den tolerar hasta el 1.5% de sales solubles totales en el agua (Squires, 1988).

El agua es indispensable para todos los procesos fisiológicos en la vida de las


cabras. Una cabra puede beber de 4-18 L de agua por día, lo cual dependerá de las con-
diciones del clima, del tipo de alimento y de su estado fisiológico, entre otros factores.
Durante la lactancia necesita 1.4 L de agua por cada litro de leche producida, de tal suer-
te que en caso de carecer de agua suficiente la producción de leche se pone en riesgo.

76 Manual de producción caprina


Carbohidratos

Las plantas contienen aproximadamente un 75% de diferentes ti-


pos de carbohidratos. Estos se dividen principalmente en tres grandes grupos:

1. Los que se encuentran en los tejidos de los forrajes, llamados carbohidratos


estructurales o fibra, los cuales no son utilizables como fuente de energía ni por
la propia planta ni por ningún vertebrado directamente, sólo a través de microor-
ganismos.
2. Los de los granos y otros órganos de almacenamiento, llamados carbohidratos
de reserva (almidón y fructanos).
3. Los llamados azúcares simples, característicos de jarabes y melazas (glucosa,
fructosa, sacarosa, etc.)

Una vez desarrollado el rumen, todos estos carbohidratos son degra-


dados y transformados por los microorganismos en ácidos grasos volátiles
(AGV) y en gas metano. Los AGV principales son el acético, propiónico y butíri-
co, los cuales por su tamaño pequeño son absorbidos a través de la pared del
rumen y convertidos en energía. Entonces, los AGV proporcionan del 70 al 80%
de las necesidades de energía total del animal. La proporción de AGV varía con
la calidad del alimento. Las cabras que consumen sólo forrajes, producen en el
rumen mucho acético y poco propiónico y butírico. Conforme se incrementa el
consumo de concentrados, disminuye la producción de AGV acético y aumenta
la de propiónico y butírico, con mayor disponibilidad de energía. El ácido acético es
usado para la síntesis de la grasa de la leche, mientras que el propiónico para la ge-
neración de glucosa, la cual es la fuente directa de energía para las funciones vitales
del animal (Figura 7.3).

De manera general, la mayoría de los carbohidratos consumidos por los ru-
miantes son polímeros de la glucosa en forma de celulosa o almidón; sin embargo,
algunos alimentos pueden contener cantidades importantes de otros polisacáridos
como hemicelulosa, pectina y fructanos, compuestos de azúcares diferentes indige-
ribles por los monogástricos, pero fácilmente utilizables por los microorganismos del
rumen.

Nutrición y alimentación 77
Ca rCarbohidratos
boh i d r a t o
Pared celular (fibra)
Pared celular (fibra) Azúcares
Azúcares Almidón
Almidón

C e l u l o sa
Celulosa HHemicelulosa
e m i c e l u l o sa A m i l o sa
Amilosa aAmilopectina
m i l o p e c ti n a

g l u c o sa
Glucosa,
Xilosa, etc
x i l o sa

Acetato
Acetato Propionato
Propionato Butirato
Butirato

Energía
E nergía Gluconeogénico Energía-Ac. acético
Energía-Acético
G lu con eogén ico
Grasa de
Grasa de lleche
eche Cuerposcetónicos
Cuerpos cetónicos

Raciones altas en forraje: 70:20:10, acetato:propionato:butirato


Dietas
Raciones altas enenforraje:
intermedias concentrados 70:20:10 acetato:propionato:butirato
50:35:15, acetato:propionato:butirato
Dietas
Raciones muyintermedias en granos:
altas en concentrados 50:35:15 acetato:propionato:butirato
40:40:20, acetato:propionato:butirato
Dietas muy altas en granos: 40:40:20 acetato:propionato:butirato

Fig 7.3 Degradación y transformación de carbohidratos en el rumen.

“El destino final de los carbohidratos es su conversión a energía”

La unidad de medida empleada para la energía es la caloría, la cual equivale


al calor necesario para elevar un grado centígrado la temperatura de un gramo de
agua destilada. Una kilocaloría tiene 1000 calorías, mientras que una megacaloría
tiene un millón de calorías. Hay alimentos con diferente cantidad de energía. Los con-
centrados tienen más energía que los forrajes, y las grasas más que las harinas. Los
forrajes tiernos tienen más energía que los maduros. Al igual que un motor requiere
gasolina para trabajar, la cabra necesita combustible (energía) para funcionar. Ese
motor funciona mejor conforme la gasolina tiene mayor octanaje; la cabra produce
más conforme el alimento que consume tiene mayor energía y si no obtiene suficien-
te, entonces su producción será limitada.

78 Manual de producción caprina


“Los forrajes tiernos tienen más energía aprovechable que los
maduros”

Los forrajes pobres como los rastrojos tienen menos energía disponible que
el follaje tierno y verde de los árboles y arbustos. Los granos también tienen diferen-
cias en cuanto a la cantidad de energía (Figura 7.4). Por ejemplo, el grano de maíz
tiene más energía que el de sorgo, y esa diferencia se refleja en su precio, pues en
general, el maíz tiene un precio mayor que el sorgo. Sin embargo, los granos de
maíz, sorgo, avena, cebada y trigo son excelentes fuentes de energía para las cabras
y para los rumiantes en general, aunque su calidad puede ser muy variable, principal-
mente por el contenido de impurezas fibrosas (Figura 7.5).

“Las cabras pueden ser alimentadas con granos enteros o quebrados”

Fig. 7.4. Grano de sorgo de buena calidad. Fig. 7.5. Grano de sorgo de calidad pobre por su
abundancia de impurezas.

“Siempre se debe tomar en cuenta la calidad de los piensos y forrajes,


especialmente los que se compran”

El otro grupo de carbohidratos que aporta buena cantidad de energía proce-


de de las melazas. En México, la más común es la melaza de caña, definida como
los azúcares no cristalizables de la caña de azúcar; los azúcares cristalizables son la
sacarosa o azúcar de mesa. La melaza es un excelente ingrediente energético para
los rumiantes. Sus azúcares simples son rápidamente utilizados por los microorga-
nismos ruminales. Sin embargo, la mayor virtud de la melaza está en sus propieda-

Nutrición y alimentación 79
des físicas; es decir, es un excelente aglutinante de ingredientes secos, reduce los
polvos de los piensos, mejora o facilita su manejo, e incrementa la gustosidad y el
consumo voluntario.

También la fibra contenida en los forrajes aporta energía para las cabras.
Dentro de los forrajes, se encuentran las gramíneas (zacates y planta de maíz), las
leguminosas (alfalfa, algunos árboles y arbustos), así como nopal, maguey y otros fo-
rrajes regionales (Figura 7.6). Estos forrajes pueden ser ofrecidos frescos, ensilados
y secos; de ellos, los más utilizados son la alfalfa y el maíz, pero sus requerimientos
de agua son extremadamente altos, lo cual es un problema en las zonas áridas y
semiáridas donde prevalece la cría de caprinos. Bajo estas condiciones, el maguey
(Figura 7.7), el nopal (Figura 7.8), y el follaje de los árboles y arbustos (Figura 7.9)
resultan recursos forrajeros valiosos.

Fig. 7.6. Raíces tuberizadas de mandioca o yuca (Brasil). Fig. 7.7. Hojas o pencas de maguey (México).

Fig. 7.8. Plantación de nopal forrajero (México). Fig. 7.9. Saladilla australiana (Brasil).

80 Manual de producción caprina


Proteínas

Las proteínas son los componentes más importantes para el intercambio
y renovación de los tejidos corporales, y son indispensables para las funciones de
crecimiento, reproducción y producción de leche. Las proteínas estan formadas por
unidades simples llamadas aminoácidos. La proteína contenida en los alimentos que
consumen las cabras puede ser utilizada de diferentes formas de acuerdo con su
tipo. El primer tipo de proteína es facilmente aprovechable por los microbios del
rumen, por lo que es llamada “proteína degradable en el rumen”. La alfalfa, fresca o
henificada, las harinas de pastas de oleaginosas, como la de soya (Figura 7.10) y de
colza (“canola”, Figura 7.11) y los subproductos de la extracción de almidón de maíz
(Figura 7.12) para elaborar jarabe de fructosa o para generar etanol (Figura 7.13) son
abundantes en este tipo de proteína. El segundo tipo de proteína sobrepasa la di-
gestión del rumen, pero es aprovechada en el intestino delgado; por ello es conocida
como “proteína no degradable en el rumen o proteína de sobrepaso”, y predomina
en las harinas de origen animal, como la de pescado. Por último, está la proteína que
no es aprovechada ni en el rumen ni en el intestino delgado y que es desechada en
las heces. Esta es llamada “proteína indigestible” y prevalece en forrajes muy fibro-
sos y en algunos subproductos sin procesar, como la harina de pluma, de pelo y de
pezuñas, entre otros.

Fig. 7.10. Pasta de soya. Fig. 7.11. Pasta de colza.

Nutrición y alimentación 81
Fig. 7.12. Glúten de maíz. Fig. 7.13. Grano seco de destilería.

“Las cabras no se nutren directamente de lo que comen, sino


de los compuestos que se generan en su panza”

La cabra consume proteína de los alimentos; esta proteína inicialmente es


utilizada como alimento por las bacterias del rumen, las cuales a su vez sirven de
alimento directamente a la cabra, como proteína microbiana de alta calidad.

“Alimentar bien a las bacterias del rumen, para que crezcan


y se multipliquen, es el objetivo”

El proporcionar a las cabras suficiente proteína o nitrógeno no proteico (urea


o sales de amonio), energía y fibra es fundamental para generar proteína microbiana.
Los principales requisitos para la generación eficiente de proteína microbiana son:

1) Nitrógeno y péptidos disponibles (pastas de oleaginosas o urea)


2) Energía disponible (granos y otros concentrados)
3) Condiciones estables de pH (forrajes)

Como ejemplo de ello es la alimentación de las cabras con forraje, pasta


de soya y grano molido de maíz o sorgo. El forraje contiene la fibra que ayuda a es-
tabilizar el pH, los granos contienen el almidón que proporciona energía, y la pasta
de soya aporta el nitrógeno y los péptidos necesarios para el crecimiento de las
bacterias. La degradación eficiente del forraje en el rumen de las cabras, requiere
de microrganismos en número suficiente para que degraden la fibra y generen AGV.
Una vez degradada la fibra, entonces la proteína y el nitrógeno contenidos en la pasta
de soya serán utilizados por las bacterias para crecer y multiplicarse; pero para que
esto ocurra, debe existir energía disponible, como la contenida en los granos y otros

82 Manual de producción caprina


concentrados.

“El forraje, los concentrados y el nitrógeno son buena combinación”



Como se indicó anteriormente, las pastas de soya y de colza son algunos
de los principales ingredientes que se usan actualmente como fuentes de proteína.
Aceite y pasta de variantes de colza con muy baja toxicidad, con la marca “canola”
(neologismo derivado de Canadian oil), registrada por el gobierno canadiense, se es-
tán comercializando ampliamente en México, a partir de importaciones de ese país.
En el mercado mexicano existen dos tipos de pasta de soya, una llamada 44 y otra
48, lo cual se refiere al porcentaje de proteína cruda (PC) que contienen, es decir,
una tiene el 44% y la otra el 48% de PC; ambas tienen aproximadamente el 10% de
humedad. Ello significa que al quitarles la humedad (esto es, en su materia seca), el
porcentaje de proteína aumenta aproximadamente a 48% y 52% de PC, respecti-
vamente. Las preguntas que debe hacerse el productor antes de comprar o vender
cualquiera ingrediente proteico son sobre el costo, y sobre el contenido de humedad
y proteína.

Ejemplo. Un cabrero quiere usar un ingrediente proteico para alimentar sus


cabras lecheras. Se traslada a la forrajera y le solicita al vendedor le recomiende in-
gredientes proteicos. El vendedor le indica que tiene tres tipos de pastas o tortas de
oleaginosas, tal y como lo muestra la Tabla 7.1.
Tabla 7.1. Características de ingredientes proteicos comerciales típicos.

Colza Soya 44 Soya 48


Humedad (%) 11.0 11.0 10.0
Proteína en la materia seca (%) 40.0 48.0 52.0
Precio (pesos) 2.8 3.0 3.2
Cantidad para 1kg seco (kg) 1.12 1.12 1.11
Costo del ingrediente seco (pesos) 3.13 3.36 3.52
Cantidad para 1kg de proteína (kg) 2.5 2.08 1.92
Costo de 1kg de proteina (pesos) 7.82 7.0 6.78

Simplemente por precio, la pasta de colza de $2.8/kg parece ser la mejor

Nutrición y alimentación 83
opción, mientras que la soya de 48% la peor. Debido a que nuestro interés es com-
prar un ingrediente proteico, entonces las preguntas que debemos hacernos son:

¿Cuánto cuesta un kilogramo de proteína?

¿Cuántos kg de ingrediente necesito para alcanzar un kilogramo de proteína?

Es importante siempre tomar en cuenta que las cabras no comen porcenta-


jes. Para contestar las preguntas anteriores y realizar una buena elección, será nece-
sario hacer algunos cálculos sencillos, como se explica enseguida. Los resultados
se muestran en la Tabla 7.1.

1) Calcular el peso seco del ingrediente. Pasta de soya con 44% de PC,
11% de humedad y precio de $3.0 por kg. Ello significa que 1 kg de ese ingrediente
tiene 890 g de soya y 110 g de agua (la suma de ambos es igual a 1000 g = 1kg),
por lo que necesitamos 1.12 kg (1 / 0.890) de ingrediente para completar 1 kg de
ingrediente seco. Queremos comprar proteína, y no agua a precio de proteína.

2) Calcular el costo del ingrediente seco. El costo de 1 kg de pasta de soya


44 seca, es entonces de $3.36 (1.12 x $3.0).

3) Calcular los kg de ingrediente necesario para lograr un kg de proteína. Con


el caso de la soya 44, habíamos mencionado que una vez seca, su porcentaje de
proteína era del 48%, lo que significa que 1 kg de este ingrediente seco tiene 480 g
de proteína y 510 g de otros compuestos que no son proteína. Ello significa que se
requieren 2.08 kg de ese ingrediente para completar 1 kg de proteína (1 / 0.480).

4) Calcular el costo de 1 kg de proteína. Se necesitan 2.08 kg de esta pasta


de soya para lograr 1 kg de proteína. Entonces, el kg de proteína costará $6.24 (2.08
x $3.0).

Como se puede observar en la Tabla 7.1, lo que parecía tener menor costo
no lo fue. El ingrediente proteico más económico resultó ser la pasta de soya con
48% de PC, aunque por el precio inicial aparentaba ser la más costosa.
La pasta de soya tiene mejor perfil de aminoácidos y digestibilidad que la

84 Manual de producción caprina


pasta de colza, aunado a que esta última tiene un sabor ligeramente amargo. Ambos
son subproductos de la extracción de aceite para consumo humano y presentan
buen perfil de aminoácidos, en especial de lisina. Otros ingredientes proteicos que
también se usan en la alimentación del ganado son los siguientes.
Gluten de maíz. Se trata de un subproducto de la extracción del almidón
y tegumentos del endospermo de maíz. Tiene aproximadamente 65% de PC. Es
un concentrado de color amarillo intenso, alta gustosidad y constituye un excelente
ingrediente para hembras lactantes, por su perfil de aminoácidos, en especial su
riqueza de metionina. Sin embargo, su costo es alto, y siempre se cotiza en dólares,
al igual que la pasta de soya.

Grano seco de destilería. Subproducto del maíz proveniente del uso de


su almidón para la elaboración de alcohol industrial. Tiene aproximadamente 30% de
PC. Es un ingrediente ampliamente usado en fábricas de piensos comerciales para
vacas lecheras.

Harinolina y semilla de algodón. La harinolina o pasta de algodón es un


subproducto de la extracción del aceite de la semilla de algodón. Tiene aproximada-
mente 40% de PC. La semilla de algodón desfibrada es actualmente muy utilizada
en los sistemas de producción de leche; tiene aproximadamente 23% de PC, 20%
de grasa y su pelusa externa (celulosa pura) ayuda a estabilizar el pH ruminal; sin
embargo, por su porcentaje alto en grasa, su conservación es difícil y su calidad muy
variable, como se observa al comparar las Figuras 7.14 y 7.15.

Fig. 7.14. Semilla de algodón de buena calidad para Fig. 7.15. Semilla de algodón deteriorada (grasas
producción de leche. oxidadas, presencia de micotoxinas, baja gustosidad y
proteínas desnaturalizadas).

Nutrición y alimentación 85
Productos de origen animal. Dentro de este grupo se encuentra una am-
plia lista. Los más conocidos y utilizados en décadas pasadas son las harinas de car-
ne, de sangre y de carne con hueso. Sin embargo, debido a que algunas enferme-
dades, como “vacas locas” o “fiebre aftosa”, pueden diseminarse a través de estos
ingredientes proteicos, su uso para alimentar rumiantes se redujo significativamente
en los últimos años. Su porcentaje de proteína varía desde 40 a 70%. Otra harina
proteica de origen animal es la de pescado, la cual, cuando es de buena calidad,
contiene aminoácidos altamente disponibles en el intestino delgado, aunque también
su costo es alto y en dólares. La harina de pescado puede llegar a tener más que
70% de PC y es un excelente ingrediente para cabras lactantes con producciones
altas.

Nitrógeno no proteico. Como se indicó anteriormente, las proteínas conte-


nidas en los alimentos están constituidas por unidades llamadas aminoácidos, por-
que contienen grupos amino (NH), es decir nitrógeno (N). Existen otras fuentes de
nitrógeno distintas a las proteínas, las cuales pueden ser utilizadas para promover la
formación de proteína microbiana en rumiantes, como la urea, el sulfato de amonio
y el biuret, entre otras, conocidas como ingredientes ricos en nitrógeno no proteíco
(NNP). Es decir, son fuentes abundantes de nitrógeno ajeno a la proteína, pero que
pueden utilizarse satisfactoriamente como complemento del nitrógeno contenido en
la proteína de los forrajes y concentrados.
La urea es uno de los ingredientes más comúnmente utilizados como fuente
de NNP; es altamente soluble, por lo que su nivel de inclusión es bajo. Es una sus-
tancia cristalina con 46% de N; es decir, en términos de PC tiene aproximadamente
285%, lo cual resulta biológicamente imposible (Figura 7.16).

Fig. 7.16. Urea granulada usada comùnmente como


fertilizante nitrogenado.

86 Manual de producción caprina


“Los niveles seguros de urea son del 1 al 2% de la ración total”

Para evitar intoxicaciones causadas por la urea, lo más práctico es utilizarla
sólo hasta el 1% de la ración, aunque siempre su uso debe ser gradual al menos
durante una semana; o sea, la urea se debe agregar progresivamente a la ración,
para que la composición de especies de microorganismos del rumen tenga tiempo
suficiente para ajustarse a ella. Por ejemplo, una cabra que consume diariamente 1
kg de alimento concentrado, y éste a su vez contiene 1% de urea, estará consumien-
do 10 g de urea por día, sin riesgo de intoxicación.

La adición de urea a raciones de forrajes voluminosos y toscos aumenta su
consumo voluntario, debido a que la urea mejora su digestibilidad y reduce el tiempo
de retención del forraje en el retículo y rumen. En resumen, la adición de urea esti-
mula la multiplicación de las bacterias celulosolíticas y, con ello, el aprovechamiento
de los forrajes toscos, como los rastrojos. Sin embargo, hay que tener en cuenta la
cantidad y tipo de N suministrado con la ración. Cuando el N de la ración es suficien-
te, la adición de urea resulta antieconómica, ya que el NNP administrado por encima
de las necesidades no se aprovecha convenientemente, pueden presentarse casos
de intoxicación y el organismo tiene que gastar energía para desechar el exceso de
N (NRC, 1985).

Minerales y vitaminas
Los minerales intervienen en muchos procesos del metabolismo de la cabra.
Estos nutrientes se clasifican en macroelementos como el calcio (Ca), fósforo (P),
magnesio (Mg), sodio (Na), potasio (K) y azufre (S), y en microelementos como el
hierro (Fe), cobre (Cu), cobalto (Co), zinc (Zn), manganeso (Mn), selenio (Se) y yodo
(I). Todos son indispensables, de manera tal, que si faltan o no están presentes en las
células en proporción adecuada, las cabras presentan deficiencias que se manifies-
tan como enfermedades o baja productividad. Por el contrario, en exceso, pueden
provocar toxicidad. Las cabras en matorrales tienen la oportunidad de seleccionar
diversas especies de plantas, en diferentes épocas del año, con variados macro
y microelementos, de tal modo, que aparentemente tienen oportunidad de regular
su metabolismo mineral; por eso, es raro que en esas condiciones presenten defi-
ciencias de minerales. En cambio, las deficiencias de minerales son más frecuentes

Nutrición y alimentación 87
en cabras estabuladas, donde usualmente se les proporciona sólo una especie de
forraje (Mowlen, 1996). Como las plantas absorben los nutrientes del suelo en don-
de crecen, si éste es deficiente en algún mineral, entonces el forraje también será
deficiente, como sucede con el yodo. Además, el contenido cualitativo y cuantitativo
de minerales en los forrajes, aunque resulte adecuado para esas plantas, tiene muy
poca relación con las necesidades de minerales del ganado. Por ello, en general la
suplementación mineral es necesaria y de importancia.

En términos generales, uno de los macroelementos deficientes en los forra-


jes, principalmente por su pobreza en los suelos, es el fósforo. Hay diversos ingre-
dientes minerales ricos en fósforo, como la roca fósforica, el ortofosfato y el ácido
fosfórico. Estos ingredientes se usan generalmente para elaborar las sales minerales
comerciales, las cuales a mayor contenido de fósforo, mejor es su calidad, aunque
también su costo es más alto.

Otro de los minerales usualmente deficiente es el azufre, componente de


los aminoácidos azufrados como la metionina, la cual es de suma importancia. Las
fuentes ricas en azufre son el sulfato de potasio, el sulfato de zinc y el sulfato de
amonio.

Dentro de los microelementos, existen varios que tienen funciones primor-


diales, desde el punto de vista reproductivo y de salud de las cabras. Un ejemplo
de ello es el zinc, el cual es parte importante de muchas membranas protectoras del
cuerpo, como el tapón de la teta que se forma después del ordeño. Otro es el sele-
nio, el cual, junto con la vitamina E, forman uno de los complejos antioxidantes más
importantes del cuerpo. Entonces, siempre que se adquiera una sal mineral se debe
procurar que contenga una buena proporción de fósforo, azufre, zinc y selenio.

Por otra parte, las vitaminas, compuestos orgánicos complejos requeridos


en pequeñas cantidades, se clasifican en dos grandes grupos: 1) las hidrosolubles
comprenden todas las vitaminas del complejo B, así como también a la vitamina C;
y 2) las vitaminas liposolubles A, D, E y K. En condiciones normales, las cabras no

88 Manual de producción caprina


necesitan ingerir vitaminas del complejo B, a menos que un animal presente algún
cuadro anémico o una deficiencia notable de algunas de estas vitaminas. Esto se
debe a que la gran mayoría de estas vitaminas hidrosolubles son sintetizadas por los
microorganismo ruminales de la cabra, en cantidades suficientes, para cubrir sus
necesidades de mantenimiento y producción. Por el contrario, el grupo de vitaminas
liposolubles, principalmente A, D y E, necesitan ser consumidas o administradas. Los
forrajes verdes o conservados, generalmente son ricos en este grupo de vitaminas;
sin embargo, en la época de estiaje, la vegetación se seca y se empobrece en ellas,
por lo que se hace necesario proporcionarlas en alimentos suplementarios, o en su
caso, inyectarlas.

Alimentación de cabritos lechales y remplazos

En los sistemas extensivos de pastoreo, los cabritos deben permanecer con


sus madres por los menos dos días después de nacidos, tiempo suficiente para
ingerir los calostros necesarios y para que la madre los reconozca plenamente. Des-
pués de este tiempo, los cabritos son retenidos en el corral o majada durante el día,
mientras ella agosta (Figura 7.17). Por la tarde, al regresar el rebaño del agostadero,
el cabrito y la madre se juntan nuevamente para que lo amamante hasta la mañana
siguiente. Esta forma de alimentación es muy parecida al de las cabras que viven en
estado salvaje. En el norte de México es común que los cabritos sean estacados,
esto es, atados a una estaca, y cuando las cabras regresan de agostar ellas son
las que buscan a sus crías. Este sistema conocido como “estacado” permite mejor
crecimiento de los cabritos, ya que les resulta menos difícil encontrarse con su ma-
dre y es más fácil identificar a los cabritos huérfanos o deshijados. Estos cabritos se
venden cuando pesan de 8 a 10 kg, teóricamente sin haber probado o consumido
forraje (lechal), aunque esto no siempre sucede. Las cabritas continúan con la madre
y se destetan más tarde, en dependencia de la abundancia de forraje. Luego, la ma-
dre es ordeñada durante dos o tres meses, también según la abundancia o escasez
de alimentos.

Nutrición y alimentación 89
Fig. 7.17. Cabritos en espera de sus madres del agostadero.

Los cabritos en explotaciones intensivas también deberán tomar suficiente


calostro durante dos días, ya que es fuente vital de anticuerpos para protegerlos
de las enfermedades infecciosas; además, el calostro es un excelente laxante para
estimular el tubo digestivo del recién nacido. Después, los cabritos se separan de
la madre para ser criados artificialmente con substitutos de leche (Figura 7.18) y la
cabra pasa al grupo de productoras de leche u ordeño.


Fig. 7.18. Cabritos en lactancia artificial.

Una vez separados de sus madres, los cabritos se alojan en corraletas, con
menos que 10 cabritos en cada una, y se les limita a 750 ml de substituto de leche al
día, divididos en tres tomas, hasta que tengan dos semanas de edad. Deberán tener
acceso a agua limpia en todo momento. A partir de las dos semanas se les ofrecerá
alimento concentrado adecuado para su edad. Cuando el cabrito ha aprendido a
comer suficiente alimento sólido y a beber agua, será tiempo de destetarlo; esto
ocurre generalmente cuando alcanza entre 8 y 10 semanas de edad.

90 Manual de producción caprina


Se está desarrollando un mercado para cabrito de 30 a 35 kg de peso vivo;
estos cabritos pueden producirse de dos maneras.

• Las cabras a punto de parto se confinan en una pradera temporal de avena;


cuando el cabrito alcanza los 30 o 35 kg, se desteta y sale a la venta directamente
(Figura 7.19).

Fig. 7.19. Paridera en pradera temporal de avena (Texas).

• Los cabritos destetados a los dos meses o ligeramente mayores son confi-
nados en establos o pesebres para alimentarlos con raciones integrales, y obtener
mayores ingresos por su venta. En años difíciles hasta las cabritas se alimentan en
esta forma, para obtener un mejor precio de venta como remplazos (Figura 7.20).

Fig. 7.20. Cría de remplazos con raciones integrales.

Lo más importante en la cría en confinamiento de las cabritas de remplazo es


que tengan alimento en abundancia para que puedan crecer fuertes y sanas. Para
ello, el agua debe ser limpia y fresca y siempre disponible. Además, la combinación

Nutrición y alimentación 91
de henos o follaje de árboles y abustos y un suplemento de proteína, energía y mine-
rales ayudarán en su desarrollo. En confinamiento se recomienda, por ejemplo, pro-
porcionar una mezcla de heno de alfalfa- avena a voluntad y 0.5 kg de concentrado
comercial con 12% de proteína. En sistemas de pastoreo, el follaje verde, si es que
está disponible, suele presentar niveles de proteína relativamente buenos (10-20%),
entonces lo que se requiere es suplementar con piensos ricos en energía, minerales
y vitaminas, como es el caso de los granos y otros concentrados.

En sistemas de pastoreo extensivo, cuando las cabritas pesan alrededor de


35 kg o 9 meses de edad, pueden estar listas para ser cubiertas, siempre y cuando
se coincida con el periodo de monta acostumbrado. En confinamiento, es necesario
programar la monta de las cabritas de acuerdo con el propósito o meta de la granja
y con la demanda de los mercados.

Alimentación complementaria

Alimentación de reproductores

La cabra en el agostadero debe basar su alimentación en el ramoneo y pas-


toreo de follaje, y sólo debe suplementarse antes del período de monta si presenta
condición corporal pobre. Después de la temporada de monta, la cantidad de con-
centrado se disminuye al mínimo, y un mes antes del parto se vuelve a ofrecer mayor
cantidad. Un concentrado con 16% de proteína, y un consumo de 0.5 kg/día/cabra
será suficiente. Las cabras en pastoreo con recorridos cortos, necesitan 25% más
energía que las estabuladas; sin embargo, si los recorridos son demasiado largos,
entonces necesitarán 50% de energía adicional para cubrir sus requerimientos (Wil-
kinson y Star, 1989). A las cabras en confinamiento, se les debe proporcionar una
mezcla de forrajes de calidad, como heno de alfalfa o avena en trozos, además de
concentrado, si su producción lo amerita.

Un mes antes del periodo de monta, el semental necesita alimentarse a


voluntad con agua y henos de calidad, además de complementarlo con 0.25 kg de
concentrado, cantidad que puede ir aumentando gradualmente de acuerdo con las

92 Manual de producción caprina


posibilidades del productor. A la vez, el semental debe disponer de espacio para
ejercitarse físicamente.

Alimentación en pastoreo

El labio superior de la cabra es completo y musculoso; además, la cabra


carece del surco que tienen los ovinos en el paladar, lo que le ayuda a jalar y trozar
las hojas de los arbustos, aun de aquellos protegidos por espinas (Smith y Sherman,
1994). La calidad de la ración de las cabras en pastoreo varía mucho, pues depende
de la diversidad y abundancia de las especies que se encuentren en el agostadero.
Por ejemplo, en el norte de México, Ramírez (1992) encontró que cabras pasto-
reando en agostaderos con vegetación predominantemente arbórea excedían sus
requerimientos de proteína, pero que a pesar de ello, la productividad y fertilidad era
baja. En este caso diversos factores pudieran estar influyendo en estos rendimientos
bajos, pero la baja digestibilidad y el contenido relativamente alto de compuestos
tóxicos en las plantas consumidas pudieran explicar en parte estos hallazgos. Por el
contrario, las cabras estabuladas y alimentadas con paja de frijol, heno de alfalfa y
hojas de arbustos nativos (Huizache, Granjeno y Guayacán), tuvieron mayores rendi-
mientos productivos y reproductivos (Ramírez, 1997).

El factor raza es otra posible explicación del porqué a pesar de que la ve-
getación nativa presenta niveles adecuados de proteína, las cabras tienen bajos
rendimientos. En un matorral desértico del norte de México, cabras Granadinas con-
sumieron mayor cantidad de arbustivas que las de raza Nubia (Mellado et al., 2004),
posiblemente como resultado de su mejor adaptación. Las cabras transmiten a sus
descendientes, con una heredabilidad de 28%, la habilidad para consumir vegeta-
ción con resinas o compuestos indeseables (Taylor, 2004). Estos hallazgos llevan
a pensar que las cabras criollas pudieran tener mayor capacidad de adaptación y
consumo en la vegetación nativa de las zonas áridas y semiáridas, que las cabras de
razas puras (Capraispana, 2005b).

La suplementación proteica, más que la energética, favorece el consumo de
especies nativas y arbóreas. Cabras suplementadas con harinolina o alfalfa consu-
mieron 40% más enebro (Juniperus) que aquellas alimentadas con maíz; a la vez, las
cabras suplementadas consumieron 30% más de enebro que las no suplementadas

Nutrición y alimentación 93
(Taylor, 2004). En el sur de Texas, durante enero, cuando las cabras están al final de la
gestación y hay poco forraje verde, 75% de su ración corresponde a zacates secos y
25% a hojas de encino; el consumo en relación con su peso corporal es del 3%. Estas
mismas cabras suplementadas con un concentrado integrado por 5% alfalfa ,10% ha-
rinolina y 85% maíz, incrementaron su tasa de consumo (Huston, 1992). Si el matorral
tiene variedad amplia de especies y las cabras históricamente se han mantenido sin
dificultades, es evidente que lo que consumen es alimento de buena calidad, y que la
carga animal utilizada es la adecuada a la capacidad del agostadero

Siembra de forrajes, aprovechamiento de esquilmos de cose-


chas y forrajes espontáneos

La siembra de cultivos forrajeros de secano es una práctica valiosa para
producir forraje complementario del generado en el agostadero; en algunos años las
lluvias de invierno son abundantes y los productores siembran avena para darle uno
o dos cortes o pastorearla durante el paridero (Figura 7.19). Los forrajes de verano
(maíz o sorgo) permiten obtener cosechas relativamente abundantes que se pueden
conservar para ser utilizadas en las épocas de escasez (Figura 7.21).

Fig. 7.21. Sorgo forrajero de secano para corte.



Es común que, después de cosechar el grano de maíz o de frijol y levantar
el rastrojo de maíz o tlazole, las cabras sean introducidas al terreno para que con-
suman arvenses herbáceas, como aceitillo (Bidens spp.), acahualillo (Simsia spp.),

94 Manual de producción caprina


trébol carretilla (Medicago polimorpha) y mostacilla (Brassica spp.),y residuos de las
cosechas. El rastrojo de maíz y las pajas generalmente se almacenan para ofrecerce
al ganado durante la época seca. Estos residuos tienen bajo contenido de proteí-
na, por lo que es recomendable complementarlos con alguna fuente de nitrógeno,
como urea o vaina de mezquite. La vaina de mezquite debe recolectarse al final de
la primavera y principios del verano, antes de que se dañe con las lluvias, molerse
y almacenarse en recipientes cerrados para evitar que los insectos la deterioren. La
alimentación con nopal chamuscado y en pequeños trozos le proporciona al ganado
70-80% del agua que necesita diariamente. Las pajas también se pueden comple-
mentar con harinolina, pasta de soya, granos de sorgo o maíz y melaza. En algunas
regiones de México, la conservación de los forrajes verdes se realiza en silos, pero
en climas secos incluso el maíz y el sorgo se pueden henificar sin pérdidas signifi-
cativas (mogotes). Las pajas de trigo, cebada, maíz y sorgo son muy usadas para
alimentar al ganado durante la época seca; como pueden alcanzar precios muy altos
durante el invierno y primavera, el costo de sus nutrientes puede ser superior al de
otros forrajes y concentrados de mejor calidad.

Aprovechamiento de arbustos

El ganadero puede recurrir al establecimiento de arbustos forrajeros en es-


pacios controlados, para tener una reserva de forraje en la época seca. Existen
diferentes programas que promueven la siembra o plantación de árboles y arbustos
forrajeros, como Atriplex canescens (Costilla de vaca, Figura 7.22), A. numularia
(Figura 7.23), Leucaena (Figura 7.24), Mariola (Figura 7.25) y Dalea bicolor (Engorda
cabras)(Figuras. 7.26 a 7.27). En general, se sabe que las leguminosas arbustivas
son fuente de proteína y aportadoras de nitrógeno al suelo (Pinos et al., 2007), como
es el caso de la Engorda cabras, el Guaje y el Mezquite. El pastor conoce bien cuá-
les son los sitios o parajes donde sí “engordan” las cabras y cuáles debe evitar; de
este modo, él puede cosechar semillas de los mejores arbustos y reproducirlos. La
plantación de nopales silvestres y cultivados es otra actividad que debe fomentarse,
no sólo para su uso forrajero, si no también para consumo humano y para la conser-
vación de los suelos (Figuras 7.28 y 7.29).

Nutrición y alimentación 95
Fig. 7.22 Atriplex canescens, “Costilla de vaca”. Fig. 7.23. Artiplex numularia, “Saladilla austra
liana”.

Fig. 7.24 Leucaena sp., “Guaje”. Fig. 7.25 Parthenium incanum , “Mariola”.

Fig. 7.26 Dalea bicolor, “Engorda cabras”. Fig. 7.27 Engorda cabras muy ramoneada.

96 Manual de producción caprina


Fig. 7.28 Nopal rastrero (Opuntia rastrera), muy apreciado Fig. 7.29. Nopalera para forraje.
como forraje durante la época seca y periódos de sequía.

La morera
La morera (Morus spp.) es un árbol asiàtico que se introdujo a México duran-
te la colonia, de materiales exitosos en España. Su follaje es el alimento del gusano
de seda. Sus hojas pueden tener un valor nutritivo similar al del heno de alfalfa, pero
a pesar de ello, en muchos países latinoamericanos aún no se usan como forraje
(Sánchez, 2002). En el altiplano mexicano se cultiva como árbol de ornato y presenta
hojas verdes de mayo a octubre, aunque la mayor producción de hojas se presenta
de abril a julio; a partir de agosto su crecimiento empieza a disminuir hasta suspen-
derse con las primeras heladas de octubre (Iwata, 1993). En regiones donde no se
presentan heladas produce hojas casi todo el año. Su facilidad de multiplicación y
cultivo, su adaptación a las podas y defoliaciones intensas y frecuentes, y la exce-
lente aceptación de su follaje, verde (Figura 7.30) y seco (Figura 7.31) por las cabras,
respaldan también su potencial como recurso forrajero complementario.

Fig. 7.30 Cabras ramoneando moreras. Fig. 7.31 Cabras consumiendo hojas secas de morera.

Nutrición y alimentación 97
El maguey como forraje

En las regiones áridas y semiáridas del mundo, la principal limitante para la


producción agropecuaria es el agua, debido a que la precipitación es baja y muy
irregular en su distribución. A pesar de ello, existen plantas adaptadas a estas con-
diciones. Una de ellas es el maguey, planta del genero Agave que ha sido amplia-
mente aprovechada desde tiempos prehispánicos como alimento (aguamiel, tallos y
pencas cocidas, vinagre, pulque, aguardiente, etc.), como material de construcción
y fibras textiles. Agave salmiana (Figura 7.32) es una de las especies de este género
distribuidas en el altiplano potosino-zacatecano y es probablemente la de mayor
importancia económica en la región, al ser utilizada como materia prima del mezcal
(Figura 7.33), como forraje (Figura 7.34) y para la obtención de aguamiel.

Figura 7.32. Maguey silvestre en agostaderos del Figura 7.33. Recorte de pencas (desvirado) de maguey
altiplano potosino-zacatecano. maduro destinado a la elaboración de mezcal.

Figura 7.34. Cabras consumiendo maguey picado


(Fot. SEDARH).

98 Manual de producción caprina


En la industria de los aguardientes de maguey (mezcales, tequilas, etc.), los
azúcares, fermentables son hidrolizados mediante la cocción de sus cabezas o piñas
(tallos y porciones basales de sus hojas) (Aguirre et al., 2001). Por ello, los principales
residuos de la industria del mezcal son las vinazas, bagazo, hojas (pencas) de recorte
o desvirado (Figura 7.33) y escapos florales (quiotes) inmaduros. Estos materiales
pueden representar más que 50% del peso total de la planta, y sólo parcial y ocasio-
nalmente son utilizados en la alimentación animal. A pesar que desde hace tiempo,
aunque de manera rústica y muy limitada, la penca completa de maguey y algunos
subproductos del mezcal, se han utilizado como forraje, recientemente, en el Instituto
de Investigación de Zonas Desérticas de la Universidad Autónoma de San Luis Po-
tosí, México, se iniciaron estudios con rumiantes alimentados con maguey fresco y
ensilado (Martínez y Chávez, 2001; Rivera, 2003; Badillo, 2004; López, 2004; Peña,
2005; Velázquez, 2004; Ramos, 2005; Pinos et al., 2006; Pinos et al., 2008) . Con
base en estos estudios se ha establecido que el maguey fresco o ensilado tiene las
siguientes características nutrimentales (Tabla 7.2).
Tabla 7.2 Características nutrimentales generales del maguey.
Atributo Porcentaje
Materia seca (MS) 15.0 a 25
Proteína cruda (PC) 2.5 a 4.5
Fibra detergente neutro (FDN) 20 a 35
Fibra detergente ácido (FDA) 17 a 30
Cenizas 7 a 11
Saponinas < 1.0
Degradación ruminal Hasta 90
En las zonas áridas y semiáridas del altiplano potosino, el contenido de hu-
medad del maguey lo convierte en un reservorio natural de agua de lluvia; es decir,
los animales que consumen maguey cubren en parte sus requerimientos diarios de
agua. También, las saponinas pueden tener efectos benéficos en los rumiantes, al
funcionar como capturadoras de amoniaco, lo cual mejora la utilización del nitrógeno
de la ración y la salud estomacal.

Los estudios con ensilaje de maguey (Figuras. 7.35 y 7.36) demostraron que
la planta tiene demasiada humedad, por lo que la fermentación dominante en

Nutrición y alimentación 99
ocasiones es acética en lugar de láctica (Pinos et al., 2008). Para ello, se realizaron
diversos ensayos, mezclando el maguey fresco con proporciones variadas de otros
forrajes; el heno de alfalfa resultó ser la mejor alternativa, ya que redujo el exceso de
humedad y aportó nitrógeno, con lo cual se favorecieron las condiciones de fermen-
tación del ensilado, y se mejoró su valor nutritivo y la apariencia física y gustosidad del
forraje. Previo al proceso de ensilaje, ambos forrajes deben ser picados y mezclados
en la proporción siguiente: 83% de maguey fresco y 17% de heno de alfalfa. Esta
mezcla se introduce en toneles de plástico con tapa hermética o en silos horizonta-
les, de trinchera o superficiales, y se somete al proceso de compactación y ensilaje;
el ensilado resulta con las características nutrimentales resumidas en la Tabla 7.3.

Fig. 7.35. Maguey picado para ser ensilado.

Fig. 7.36. Maguey ensilado en bolsas de


plástico (Fot. SEDARH).

Tabla 7.3 Características del ensilado de maguey (83%) con


heno de alfalfa (17%).

Atributo Porcentaje
Materia seca (MS) 29
Proteína cruda (PC) 12
Fibra detergente neutro (FDN) 44
Fibra detergente ácido (FDA) 29
Cenizas 20

100 Manual de producción caprina


El ensilado de maguey con heno de alfalfa tiene alta gustosidad y caracte-
rísticas nutrimentales más deseables que las del maguey fresco (Ramos, 2005). Se
puede usar directamente para alimentar cabritas destetadas o cabras en lactación,
o en su caso se puede también mezclar con otros ingredientes como grano entero
de sorgo, urea, sales minerales, etc., y conformar una ración integral. El ensilado de
maguey-alfalfa puede ser la única fuente de forraje en raciones integrales para engor-
da de cabritos.

El nopal como forraje

Al igual que el maguey, el nopal (Opuntia spp.) es una de las plantas con
mejor adaptación e importancia para la alimentación, tanto de humanos, como de
los animales domésticos y silvestres de las zonas áridas y semiáridas de México y de
muchos países del mundo (Flores y Aguirre, 1978). La calidad nutrimental del nopal
es muy variada, y depende básicamente de la especie, edad y condiciones de cre-
cimiento (Pinos et al., 2006; Ramírez et al., 2007) (Tabla 7.4).
Tabla 7.4. Calidad nutrimental del nopal espontáneo y bajo cultivo intensivo.
Silvestre Cultivado
Productividad, t/ha/año Menos que 50 Hasta 700
Humedad (%) 80 a 92 % Más que 92
Proteína cruda (%) Menos que 5 Hasta 20
Fibra detergente neutro ± 20 ± 20
(%)
Cenizas (%) Hasta 35 ± 20

Para el aprovechamiento en pie de las variantes de nopal con pen-


cas maduras y espinas muy lignificadas (Figura 7.37) es necesario chamuscarlas,
para lo cual se utilizan chamuscadores portátiles a base de combustibles fósiles. En
cambio, el nopal sin espinas, o el nopalito (nopal tierno) se ofrece sin chamuscar, en
pie directamente, o picado en los corrales (Figura 7.38). En algunos lugares de Lati-
noamérica, el nopal es picado o molido con picadoras mecánicas de forrajes fresco,
como la que se muestra en la Figura 7.39.

Nutrición y alimentación 101


Fig. 7.37. Nopal con espinas Fig. 7.38. Nopal sin espinas

Fig. 7.39. Máquina mexicana picadora de nopal.

De acuerdo con sus características nutrimentales, demostradas


en diversos estudios, el nopal silvestre pareciera ser un forraje poco atractivo;
sin embargo, en la época seca, se convierte en uno de los poco recursos
forrajeros, por no decir el único, de mayor importancia para el ganado. Esta
percepción también cambia totalmente cuando se trata de nopal cultivado en
condiciones intensivas, donde se utiliza riego y fertilización para incrementar su
productividad. Bajo estas condiciones de producción se convierte en un cultivo
forrajero muy interesante, incluso con características más deseables que otros
forrajes tradicionales, tal y como se muestra en la Tabla 7.6.

102 Manual de producción caprina


Tabla 7.5 Productividad de nopal Opuntia undulata x O. tomentosa producido en hidroponía (Ra-
mírez, 2006), alfalfa producida durante 365 días, y maíz y sorgo producidos en primavera-verano
y avena en otoño-invierno (Adaptado de SDA, consulta 2006).
Atributo Nopal Alfalfa Maíz-Avena Sorgo-Avena
Productividad, t MH/ha/año 600.0 125.0 150.0 137.0
Productividad t MS/ha/año 36.0 21.2 41.6 32.7
Materia seca, % 6.0 16.9 27.7 23.8
Proteína cruda, % 17.0 23.9 12.0 13.0
Proteína cruda, t/ha/año 6.1 5.0 4.9 4.2
Fibra detergente neutro, % 20.0 40.0 -- --
Fibra detergente neutro, t/ha/ 7.2 8.4 -- --
año
Cenizas, % 21.0 10.0 -- --
Cenizas, t/ha/año 7.5 2.1 -- --

Así, el nopal cultivado intensivamente puede ser una alternativa forrajera


de calidad, con ahorros importantes de agua; sin embargo, aún se requiere pro-
bar el nopal como forraje en explotaciones pecuarias muy tecnificadas y en gran
escala. Al igual que con otros forrajes, el nopal puede formar parte de raciones
integrales, es decir, se puede mezclar con otros ingredientes y formar parte de
un alimento completo. Investigaciones desarrolladas en nuestro Instituto y en
granjas comerciales (“El Bordatxo”, San Felipe, Guanajuato, México) demos-
traron que el nopal puede utilizarse de esta forma para finalizar corderos (Tabla
7.6).

Tabla 7.6. Ración completa con nopal tierno para engorda de corderos.
Ingredientes, base húmeda (%) Materia seca
Nopal 30.00
Sorgo en grano 43.00
Maíz quebrado 10.00
Rastrojo de maíz o paja 10.00
Sulfato de amonio 5.00
Sal común 0.60
Minerales 1.00

Nutrición y alimentación 103


También el nopal puede formar parte de raciones completas baratas, princi-
palmente para productores con sistemas extensivos en las zonas áridas y semiáridas
de Latinoamérica. En el Cuadro 7.7 se muestra un ejemplo de una ración económica
que puede servir como alimento complementario en las épocas de estiaje severo, e
incluso para animales en lactación.
Tabla 7.7. Ración económica para suplentación en pastoreo extensivo durante la época
seca.
Ingredientes, base húmeda Porcentaje
Nopal silvestre 50.0
Grano entero de maíz 15.0
Rastrojo o paja 32.5
Urea 1.5
Sal común 1.0
Total 100.0
Materia seca (%) 48.2
Proteína cruda de la MS 7.0

Bloques urea-melaza

Los bloques multinutricionales se usan en muchos países, con métodos de


elaboración y composición muy variados. Consisten en mezclar varios ingredientes
y compactarlos hasta formar un bloque sólido, con lo cual se logra que su consumo
sea gradual, es decir, que sea consumido en cantidades pequeñas. En este apar-
tado explicaremos la elaboración y utilización de los bloques de urea-melaza para
suplementar nitrógeno y otros nutrientes, con base en las recomendaciones de Ha-
rinder Makkar, de la Agencia Internacional de Energía Atómica (Makkar, 2001). El uso
de bloques de urea-melaza se justifica cuando se requiere aportar algo de nitrógeno
y energía, como complemento a la ración diaria de caprinos, ovinos o bovinos (Tabla
7.8).

104 Manual de producción caprina


Tabla 7.8 Composición estándar de los bloques urea-melaza. Los bloques 1 y 2 fueron evaluados
en cabras en agostaderos en la comunidad de San José de la Peña, San Luis Potosí, México.

Ingrediente, % Nivel recomendado Bloque 1 Bloque 2


Forraje, salvado o cascarilla 15-25 20 35
Nopal y tuna silvestre 20-30 35
Concentrado proteico 10-20
Melaza 20-30 15 30
Urea 5-10 10 10
Sal común 5-10 10 10
Minerales 1-2
Cemento + cal apagada1 5-10 10 10
Perfil nutrimental, %
Materia seca 64 40
Proteína (%N x 6.25) 60 60
Fibra detergente neutro 25 30
Cenizas 27 24
1
Por cada 10 kg de cemento y cal apagada se adicionaron tres litros de agua.

La urea (rica en nitrógeno) y la melaza (rica en azúcares) aportan a los mi-


crobios del rumen y al animal nutrientes para mejorar su función y productividad,
respectivamente; los subproductos o rastrojos son la estructura o esqueleto que le
dan soporte al bloque; el concentrado proteico proporciona aminoácidos y péptidos
para el crecimiento de las bacterias del rumen; la sal común, además de aportar so-
dio, proporciona gustosidad al bloque; y la melaza, cal hidratada o cemento permiten
aglutinar y compactar los ingredientes que componen el bloque. Cada uno de estos
ingredientes puede ser sustituido por algún otro, siempre y cuando cumpla con la
misma función descrita anteriormente.
La urea después de ser hidrolizada dentro del rumen y transformada en amo-
nio, puede ser usada como fuente de nitrógeno por los microbios. Por ello el bloque
urea-melaza como fuente de nitrógeno y energía, respectivamente, puede estimular
el desarrollo de algunos microorganismos del rumen, los cuales a su vez, podrán
digerir mejor los forrajes que consuman las cabras en el agostadero. Por estas ra-

Nutrición y alimentación 105


zones, los bloques de urea-melaza pueden ser un suplemento adecuado para
cabras en pastoreo, particularmente en la época de estiaje, o cuando consumen
principalmente forrajes toscos. La urea es altamente higroscópica, por lo que en
ocasiones, al almacenarse dentro de sacos tiende a aglutinarse y formar terro-
nes. Por ello, es importante que al incorporarla al conjunto de ingredientes para
los bloques se asegure la ausencia de terrones, para garantizar que la mezcla
sea homogénea.
La melaza es el otro componente importante de los bloques. Su calidad
se evalúa de acuerdo con su contenido de sólidos (grados Brix). Una melaza de
calidad aceptable debe tener al menos 80 grados Brix. Para facilitar su incorpo-
ración se debe evitar diluirla, porque se corre el riesgo de prolongar en demasía
el tiempo de secado del bloque, y se reduce su función aglutinante. Cuando por
bajas temperaturas la melaza esté demasiado densa para conseguir una mezcla
adecuada, es preferible calentarla ligeramente. La sal puede ser sal común, sal
mineralizada o mezcla de minerales. Por su parte, el cemento es el mismo usa-
do en la industria de la construcción.
Otros componentes también pueden conformar los bloques, aunque
siempre se debe mantener el objetivo principal, esto es, mejorar la utilización de
los forrajes toscos y aprovechar los recursos propios de la región. También, es
posible incorporar compuestos especiales, como antihelmínticos o antitaninos,
así como agentes que mejoren la función ruminal.

Proceso de fabricación

������������������������������������������������������������������������
Antes de iniciar la fabricación de los bloques, debemos definir su obje-
tivo; si éste es suplementar al ganado durante la época de estiaje, entonces,
antes de esa época debe planearse conseguir y conservar los ingredientes que
se usarán para ello, aunque su fabricación deba realizarse en el período de uso.
Los bloques pueden ser fabricados en pequeña o en gran escala, en depen-
dencia del número de productores y de la extensión del período de uso. Los
bloques de alrededor de 5 kg de peso seco son los más apropiados. Los pasos
que se deben seguir para la fabricación de los bloques son los siguientes:

1. Preparación de los ingredientes


Todos los ingredientes secos deben ser molidos (Figura 7.40) y pesados
antes de hacer la mezcla; la cantidad dependerá de la capacidad de elaboración

106 Manual de producción caprina


y del número requerido. Por ejemplo, si cada bloque tiene un peso de 5 kg y
se requiere producir un total de 50 bloques, entonces la mezcla total será de
250 kg. Los forrajes deben ser picados (Figura 7.41) o molidos a un tamaño de
partícula pequeño para que la compactación sea adecuada. Si la partícula del
material es demasiado grande, entonces su densidad será menor y por tanto la
compactación del bloque será más deficiente.

Fig. 7.40. Molienda de ingredientes secos (México). Fig. 7.41. Picadura de nopal (Venezuela).

2. Mezcladura
Una vez que los ingredientes se picaron, molieron y pesaron, se procede
con su mezcla, la cual puede ser manual (Figura 7.42) o mecánica (Figura 7.43).
La mezcla homogénea tiene vital importancia en la elaboración del bloque, ya
que se debe buscar que los ingredientes menores como la urea (fuente con-
centrada de nitrógeno), estén uniformemente distribuidos en toda la masa del
bloque.

Fig. 7.42. Mezclado manual con pala (Venezuela). Fig. 7.43. Mezclado mecánico con una hormigonera
(México).

Nutrición y alimentación 107


El orden de la mezcla de los ingredientes es variado. Algunos autores (Makkar,
2001) recomiendan que sean incorporados a la mezcla en la siguiente secuencia:
melaza, urea, sal y minerales, cemento o cal y finalmente el ingrediente fibroso. Sin
embargo, cuando se usan ingredientes con mayor contenido de humedad, como el
nopal o tuna, entonces el proceso puede ser el siguiente:

1) Primero se deben mezclar todos los ingredientes que se usan en menor propor-
ción y que están totalmente en polvo, por ejemplo, mezclar inicialmente la sal, los
minerales, la cal o cemento. Luego, se les añade agua, como si fueran a usarse para
construcción. La proporción recomendada es de 3 a 4 litros de agua, 2.5 kg de sal
y 10 kg de cemento o cal (Makkar, 2001).

2) Una vez que los ingredientes menores han sido mezclados, se procederá inme-
diatamente a incorporarles los ingredientes voluminosos, como los forrajes secos y
frescos (nopal, tunas, etc.).

3) Previamente se prepara la solución de urea y melaza. Como se debe tener la


seguridad que la urea esté perfectamente distribuida dentro del bloque, y como es
altamente soluble (como la sal en un vaso con agua), en un recipiente con un poco
de agua se coloca la urea para solubilizarla. Después, en el recipiente que contiene
la melaza se vierte la urea disuelta y se agita para incorporarla perfectamente.

4) Finalmente, a la premezcla de los ingredientes menores y los abundantes o tos-


cos, se añade gradualmente la solución de melaza-urea y se mezcla hasta que todo
el conjunto de ingredientes muestre un aspecto uniforme.

Si la elaboración de bloques es en pequeña escala (50 a 150 bloques por


día), la mezcla de los ingredientes puede hacerse manualmente con una pala (Figu-
ras. 7.44 a 7.47); si la producción es mayor que 150 bloques diarios, entonces una
mezcladora mecánica será más conveniente. Las mezcladoras de hormigón operan
verticalmente, y aunque su eficiencia de mezcla no es la mejor, por su disponibilidad
y precio son las más usadas para este propósito. Las mezcladoras horizontales son
mejores, pero su precio es más elevado.

108 Manual de producción caprina


Fig. 7.44. Mezcla de ingredientes secos. Fig.7.45. Mezcla de ingredientes secos y nopal.

Fig. 7.46. Incorporación de la solución de melaza Fig. 7.47. Mezcla final de todos los ingredientes.
y urea.

3. Compactación
Una vez que los ingredientes están bien mezclados, se procede a colocar
el material en moldes para su compactación. Compactar adecuadamente los ingre-
dientes que conforman el bloque es también un paso importante, ya que de ello de-
penderá en gran medida, su estabilidad y dureza, y de ésta a su vez, la rapidez con
que sea consumido por los animales. En términos generales, los bovinos consumen
el bloque con ayuda de su lengua, es decir, lo lamen; por el contrario, las cabras
tienden mayormente a mordisquearlo (Figura 7.48). Estas consideraciones son im-
portantes, ya que si el bloque resulta demasiado duro, las cabras, principalmente
las mayores, pueden perder algunos dientes; por el contrario, un bloque poco con-
sistente puede sufrir mermas considerables durante su manejo y almacenamiento, y
consumirse en demasía. La compactación de los bloques también se puede hacer

Nutrición y alimentación 109


manualmente (Figura 7.49) o con prensas especiales (Figuras. 7.50 a 7.52). El blo-
que puede ser de diferente tamaño y forma, según lo que se quiera. En general, la
FAO recomienda bloques rectangulares de 25x15x10 cm, con un peso aproximado
de 4.5 a 5.0 kg.

Fig. 7.48. Las cabras muerden el bloque; las vacas lo Fig. 7.49. Compactación a golpes, con un cubo como
lamen. molde (Venezuela).

Fig. 7.50. Compactador manual de palanca para Fig. 7.51.Compactador manual de palanca para
cubos (Brasil). molde rectangular.

Fig. 7.52. Extracción del bloque recièn


compactado(México).

110 Manual de producción caprina


4. Secado
Una vez elaborados, los bloques requieren secarse a temperatura ambiente
(Figuras 7.53 y 7.54). El tiempo necesario de secado dependerá del contenido de
humedad del bloque, de su tamaño y de las condiciones ambientales, pero des-
pués de 24 a 72 horas de elaborado, puede estar lo suficientemente seco como
para transportarse. Es muy importante que durante este proceso, los bloques sean
protegidos de las lluvias, aves y roedores. Preferentemente, los bloques no deben
secarse directamente a los rayos del sol, pero a la vez deben estar muy bien ventila-
dos. Es importante que los bloques, sean cambiados de posición, al menos una vez
al día, para que su secado sea homogéneo.

Fig. 7.53. Tendido de bloques para su secado a la Fig. 7.54. Arreglo de bloques para secado en cober-
intemperie (Brasil). tizo (México).


Uso de los bloques de urea-melaza

Es importante recordar que los bloques son sólo un complemento de racio-


nes cualitativa o cuantitativamente insuficientes, y que no están diseñados para ser la
única fuente de alimento (Figura 7.55). Las cabras requerirán seguir consumiendo los
alimentos convencionales, ya que de otra forma, el consumo del bloque será alto, lo
que podría causar intoxicación por urea. Los bloques urea-melaza, pueden ofrecerse
a cualquier rumiante adulto (bovino, ovino o caprino), pero nunca a animales de es-
tómago simple como aves, cerdos, caballos, burros, cerdos o conejos, ni tampoco
a rumiantes lactantes como cabritos o corderos. Cuando la elaboración de bloques

Nutrición y alimentación 111


sea limitada o escasa, su uso debe tener prioridades, primero debe ofrecerse a ca-
bras gestantes y lactantes.

Fig. 7.55. Ración normal y bloque complementario.

Como se indicó anteriormente, la función de los bloques urea-melaza es para


mejorar la utilización o digestibilidad de los forrajes de baja calidad, especialmente
durante la época de estiaje, razón por la cual, su uso debe programarse sólo para
este período crítico. Cuando la vegetación o los forrajes están verdes y suculentos,
los bloques carecen de ventajas y su uso no será redituable, a menos que se tenga
la seguridad que exista deficiencia de nitrógeno en la ración de los animales.

Otro aspecto importante que se debe tomar en cuenta con el uso de los blo-
ques es que por su contenido de urea requieren un periodo de adaptación. Al iniciar
su uso, el nivel recomendable de urea es del 5%, al menos durante las primeras dos
semanas. En caso de ser necesario, el nivel de urea puede aumentarse hasta el
10%, después del período de habituación previo. Además, para evitar su consumo
excesivo en los primeros días los bloques sólo son dispuestos un tiempo limitado,
una hora los primeros tres días, dos horas los tres días subsecuentes, tres horas los
siguientes tres días, y así sucesivamente hasta que los animales se han adaptado al
consumo del bloque. Una vez acostumbradas, las cabras pueden tener libre acceso
a los bloques (Figura 7.56), pero siempre procurando la disponibilidad suficiente de
forrajes y alimentos convencionales.

Si las cabras salen a pastar durante el día, y durante la noche regresan a los
corrales, entonces los bloques deben ofrecerse en los corrales. Para los animales

112 Manual de producción caprina


que están en pastoreo libre día y noche, los bloques pueden ofrecerse en los barbe-
chos, o durante los descansos y en la majada en el agostadero.

Fig. 7.56. Cabras consumiendo bloque a voluntad.

Nutrición y alimentación 113


114 Manual de producción caprina
Capítulo 8
Manejo del rebaño
de agostadero

En el manejo del rebaño, el cabrero debe to-


mar en cuenta las épocas de abundancia y escasez
de forraje en el agostadero, la extensión del periodo
frío, las heladas, y las lluvias, de modo tal que al
programar los partos considere también la disponi-
bilidad de forraje. Por ejemplo, en el altiplano mexi-
cano, las lluvias se presentan de junio a diciembre y
las heladas de octubre a febrero; entonces, la mayor
disponibilidad de forraje es de junio a enero, pues en
este mes se presentan las heladas negras o heladas
que queman las hojas y tallos tiernos de las plantas.
Así, en estas regiones se realizan dos períodos de
monta, uno de febrero a abril y otro de junio a agos-
to. La monta y el paridero se deben realizar en los
mejores agostaderos, con abundancia de arbustos
forrajeros como Dalea (Figura 8.1) o Atriplex (Figura
8.2), o en praderas temporales de cultivos invernales
como avena, cebada o centeno (Figuras 8.3).

Manejo del rebaño de agostadero 115


“El objetivo del cabrero debe ser conseguir el mayor porcentaje de
cabras paridas y de cabritos destetados y la mayor producción de
leche, en vez de sólo buscar incrementar el tamaño del hato”

Fig. 8.1. Cabras pastoreando en matorral desértico Fig. 8.2 Cabras pastoreando en matorral desértico
rosetófilo (altiplano potosino, México) (Fot. SEDARH). micrófilo (altiplano potosino, México) (Fot. SEDARH).

Fig. 8.3. Cabrero con cultivo forrajero invernal (México).

116 Manual de producción caprina


Prácticas previas al período de monta o cubrición

Estas prácticas deben programarse desde 45 días antes del inicio de la


cubrición. La primera actividad será la selección e identificación de las cabras de
cría (Figura 8.4), la preparación de los sementales (Figura 8.5) y la exclusión de to-
dos los animales nacidos sin cuernos. Las cabras primerizas y adultas deben estar
bien conformadas, en buena condición corporal, sanas y deshijadas. En general se
recomienda que las cabras con una sola ubre desarrollada, o que hayan tenido pro-
blemas de mastitis, retenido la placenta o alguna otra enfermedad infecciosa, sean
desechadas. A los sementales se les debe inspeccionar los testículos y el pene, y
de ser posible hacerles pruebas de fertilidad. Cualquier anomalía en el aparato genital
del macho es motivo de su descarte como semental.

Fig. 8.4. Verificación del número de identificación en el Fig. 8.5. Semental preparado para la monta (Brasil).
arete metálico.

Todo el rebaño debe ser tratado contra parásitos externos (piojos y garrapa-
tas) e internos (gastrointestinales y hepáticos, Figura 8.6), recortado de pezuñas y
vacunado, al menos contra las enfermedades prevalentes. De ser posible, se debe
inyectar a cada animal 1 ml de vitaminas A, D, y E. Si hay antecedentes de defi-
ciencias de algún mineral, y en especial de selenio, se debe aplicar, al menos a las
cabras que se cubrirán, 1 ml de selenito de sodio.
En dependencia de la condición corporal de las cabras y de las posibilidades
del productor, se les puede ofrecer un suplemento. El criterio general es suplementar
primero a las cabras delgadas a ser cubiertas, gestantes o en producción, después
a las primalas y por último a los remplazos.

Manejo del rebaño de agostadero 117


Fig. 8.6. Vacunación y desparasitación en el corral (Fot.
SEDARH).

La cubrición o monta

Lo más recomendable es que cada monta sea controlada, aunque esto es


impráctico en los sistemas de pastoreo extensivo. En la monta controlada individual,
una vez que se identifica una cabra en celo, se expone al semental o se incorpora el
semental para que la encuentre y la cubra. Se deben cubrir por separado las cabras
primalas (Figura 8.7) de las multíparas (Figura 8.8). En agostadero un semental adul-
to puede montar hasta 50 cabras, mientras que un semental joven sólo 25.

Fig. 8.7. Semental en cortejo previo a la monta Fig. 8.8. Semental en cubrición (Venezuela).
(México).

Cuando se tienen 100 o 200 cabras se puede recurrir a una monta masiva,
con una relación de 35 a 40 cabras por semental. El semental permanecerá sólo
en el corral durante el día, para que pueda alimentarse, ejercitarse y recuperarse,

118 Manual de producción caprina


y se le incorpora al rebaño durante la noche. En los rebaños estabulados para pro-
ducción de leche, lo ideal es que el período de monta dure sólo 42 días, es decir
aproximadamente dos celos; sin embargo, generalmente se alarga hasta 45 a 60
días, cuando aparentemente ya no hay cabras sin montar. En agostadero, donde el
producto principal sea el cabrito, el periodo de monta suele ser de tres meses, y en
dos épocas del año (primavera y otoño), con el objetivo de distribuir mejor en el año
la disponibilidad de leche y de cabritos.

Al menos por un mes después de la monta, se debe mantener un buen


régimen de alimentación. Las cabras deben pastorearse en lugares cercanos y ser
observadas constantemente. Si alguna de ellas presenta celo, entonces se debe
presentar nuevamente al semental, siempre cerciorándose que el macho la monte.
De ser posible se debe hacer detección de preñez a los 50 días, y las cabras que
por alguna razón no estén preñadas, deben desecharse del rebaño, o al menos ob-
servarse cuidadosamente durante el período de monta siguiente.

Causas de infertilidad de las hembras


El que una cabra no quede preñada después del período de monta, puede
deberse a diversas causas. De acuerdo con Matthews (1999), algunas de las más
comunes son:

• Dificultad para la cópula. Un semental demasiado grande con una cabra muy
pequeña, persistencia del himen o estrechez vaginal, o demasiado estrés por mal
manejo.

• Factores hereditarios. Cuando la hembra o el macho descienden de padres que


nacieron sin cuernos.

• Anestro. La cabra puede no presentar celo durante el período de monta por


diversas causas:

a) Está fuera de su estación o temporada de celo; las cabras lecheras


alpinas, como Saanen, Alpina y Toggenburg, presentan anestro normalmente de
marzo a junio.

Manejo del rebaño de agostadero 119


b) Condición corporal deficiente, por sequía o desnutrición.

c) Parto reciente o por el efecto de amamantar, lo cual es común en los


tres primeros meses de lactancia.

d) Estros irregulares, por funcionamiento anormal del ovario, debido a se-


cuelas de partos anteriores (muerte embrionaria, hidropesía, persistencia de cuerpo
lúteo, estro silencioso, infecciones, etc.).

Paridera
Durante el cuarto mes de gestación los fetos de cabritos crecen muy rápido
en el vientre de la madre, por lo que es recomendable nuevamente suplementar las
cabras para asegurar que los cabritos nazcan fuertes y vigorosos. En caso de que
las cabras estén próximas a parir y la sequía se prolongue, es recomendable dar un
suplemento, al menos desde el tercer mes de gestación hasta el final de la lactan-
cia.

“Los mayores ingresos en los rebaños en agostaderos son por venta de


cabritos y leche”

A las hembras recién paridas (Figura 8.9), por seguridad, se les puede aplicar
nuevamente 1 ml de vitaminas A, D y E, y 1 ml de una solucion inyectable con sele-
nito de sodio. Comience a revisar nuevamente la presencia de piojos o garrapatas y
la condición de las pezuñas.

Fig. 8.9. Parto gemelar normal.

120 Manual de producción caprina


Los cabritos recién nacidos deben ser identificados y registrados en el libro
de registro del rebaño (Figura 8.10). Según la costumbre, en una oreja de los cabri-
tos, se les pone un número provisional que hace referencia al número de la madre, o
en un costado se les pintan colores o números muy visibles (Figura 8.11); también,
sujetadas con una cadena al cuello, se les ponen rondanas o arandelas numeradas,
y en algunas regiones se acostumbra marcar las orejas con muescas. En el libro de
registro se anota la fecha de nacimiento, número de la madre, número del padre,
número provisional del o los cabritos, peso al nacimiento, sexo, si nacieron vivos o
muertos, defectos, causa y fecha de muerte, fecha de venta, peso y precio de venta.
Las cabritas son identificadas con un número definitivo, tatuado o con arete (Figura
8.4), y para cada una de ellas, se asigna una hoja llamada “Registro individual de la
cabra”.

Fig. 8.10. Pesaje de cabritos recién nacidos. Fig. 8.11. Cabritos recien nacidos marcados con
pintura.

Conforme los cabritos van naciendo, es común formar grupos en corrales


con 10 a 20 cabras paridas con sus cabritos. Los cabritos huérfanos o rechazados
hay que vincularlos inmediatamente a una cabra sana que haya parido sólo una
cría. A las cabras con dos o tres cabritos es necesario agruparlas y ofrecerles más
forraje de calidad o concentrado, para que puedan alimentar a sus crías cabalmente.
También, conviene disponer de biberones para cabritos o corderos, y así poder usar
leche de otras cabras sanas para complementar la ración de cabritos de parto múl-
tiple (Figura. 8.12), pero se debe tener cuidado de que al amamantarlos mantengan
la cabeza levantada y de no sobrealimentarlos para evitarles trastornos digestivos;
estos biberones siempre se deben lavar y desinfectar antes de la nueva toma.

Manejo del rebaño de agostadero 121


Fig. 8.12. Cabrito alimentado con
biberón o mamila, en posición correcta
(www.morgefile.com).

Los cabritos suelen venderse como lechales cuando pesan de 8 a 12 kg (Fi-


gura 8.13); si se quiere dejar alguno como semental, entonces se debe verificar que
su escroto sea redondo y sin particiones, que presente buenos aplomos y no más
de dos tetillas, que haya nacido con cuernos y de parto gemelar o triple, y que su
desarrollo, salud y vitalidad sea superior al de sus contemporáneos (Figura 8.14).

Fig. 8.14. Cabrito con buen aspecto para semental (Brasil).


Fig. 8.13 Cabritos lechales destinados a la
venta para asar (Fot. SEDARH).

Cuando los cabritos son vendidos, sus madres pueden continuar amaman-
tando a las cabritas gemelas, y comienzan a ser ordeñadas; esto es, se inicia el
periodo de ordeño de la cabra. La práctica común es que las cabritas salgan a

122 Manual de producción caprina


pastorear junto con sus madres, y por la tarde en el corral sean separadas para que
las cabras acumulen leche para la ordeña de la mañana siguiente. Esta práctica
dura mientras haya abundante forraje. Las cabritas pueden ser destetadas a los tres
meses de edad, y la cabra madre continúa siendo ordeñada. La leche producida es
destinada en su mayoría para la producción de queso.

Descornar
La práctica de descornar las cabritas se realiza básicamente para evitar que
cuando sean adultas se atoren en los comederos o en las mallas de los corrales, o
también para que las hembras dominantes no lesionen a las sometidas. Esta práctica
se realiza cuando las cabritas tienen 4 a 10 días de edad, o mayores, según la raza.
Para ello se usa un cautín o cauterio de cobre (eléctrico o calentado con fuego), en
forma de copa con diámetro de 1.8 a 2.5 cm; el hoyo en el centro se ajusta a la
forma de la punta del cuerno (Figura 8.15). En las razas originarias de los Alpes ge-
neralmente los cuernos brotan desde los cuatro días, principalmente en los machos.
En las cabras Nubias los cuernos brotan más lentamente, algunas veces hasta los
28 días de edad.

Fig. 8.15. Cautín eléctrico para descornar cabritos.



El procedimiento para descornar comprende los siguientes pasos:

1) Se debe sujetar el cabrito firmemente mientras se realiza la cauterización


de sus cuernos. En algunas granjas se usa una caja angosta de madera en la que se
coloca el cabrito; un extremo de la caja se recorta en forma de U donde se inserta el
cuello del cabrito, de manera que sólo pueda sacar la cabeza y se logre inmovilizarlo
fácilmente.

Manejo del rebaño de agostadero 123


2) Al mismo tiempo, se calienta el cautín y se prueba; si ya está suficiente-
mente caliente, al colocarlo sobre un trozo de madera, desprenderá humo, lo cual
indicará que está listo para usarse.

3) Se coloca el cauterio sobre el cuernito, procurando que ambos coincidan;


se gira suavemente durante 6 o 15 segundos (tiempo suficiente para quemar todos
los pequeños vasos que irrigan el cuerno) y se retira. Inmediatamente se notará un
anillo rojo alrededor del muñón. A veces, algunos vasos quedan sin cauterizar, por lo
que el muñón debe recortarse con un tranchete o navaja de zapatero, para quemar
nuevamente los vasos que habían quedado sin cauterizar. Una vez realizada la cau-
terización, inmediatamente se aplica azul de metileno en ambos muñones. Esta ope-
ración es rápida y el cabrito sale a buscar mamar inmediatamente. Algunas veces, al
descornar, se llega a quemar parte de las glándulas
LOCALIZACIÓN DE LAS odoríferas de los machos, por su
GLÁNDULAS ODORÍFERAS
cercanía con la base de los cuernos (Figura 8.16).
Y NACIMIENTO DE LOS CUERNOS

Glándulas
GLÁNDULAS
odoríferas
ODORIFERAS

Cuernos
CUERNOS

Fig. 8.16. Localizacion de las glandulas odoríferas


y nacimiento de los cuernos (Adaptado de Caprine
supply, 2005).

Recorte de pezuñas

El arreglo de pezuñas se realiza cada cuatro meses en las cabras estabu-


ladas. El objetivo es evitar el crecimiento excesivo de las pezuñas, afirmar la pisada
y prevenir enfermedades de las patas (Figura 8.17). Antes del período de cubrición,
es necesario despezuñar a los sementales para que en el momento de la monta se
puedan apoyar perfectamente sobre sus extremidades traseras. Las herramientas

124 Manual de producción caprina


comunes y necesarias son tijera para pezuñas o tijera para podar con hoja de corte
contínuo, un tranchete de zapatero bien afilado para emparejar el talón y una escofina
de cascos para darle un buen terminado a la pezuña (Figura 8.18).

a) b) c)

Fig. 8.17. Pezuña deforme por falta de desgaste (a); aspecto lateral (b) y frontal
(c) después del recorte (Adaptado de Caprine Supply, 2005).

Fig. 8.18. Herramientas para arreglo de pezuñas (tijera, escofina y cuchilla).

Identificación

��������������������������������������������������������������������������
La identificación del ganado permite ordenar y documentar la calidad indi-
vidual de cada animal, esto es, conocer cuáles cabras son las más productivas,
cuáles pueden conservarse y cuáles deben descartarse del hato. Existen diferentes

Manejo del rebaño de agostadero 125


formas de identificación, desde muescas en las orejas, collares, aretes metálicos,
aretes de plástico de diversas formas y microchips electrónicos o magnéticos. La
identificación es indispensable en cualquier empresa ganadera moderna por motivos
de rentabilidad y mejoramiento genético. Quienes han criado cabras saben lo difícil
que es tener un buen método para identificarlas, ya que por su temperamento, pier-
den con facilidad su identificación. Los métodos más comunes, prácticos y econó-
micos son los aretes y tatuajes.

En cabras se usan aretes de plástico del menor tamaño posible, ya sean


cuadrados, rectangulares o redondos. La parte más adecuada para colocarlos es a
tres cuartos de la punta de la oreja, en medio de las dos venas que la irrigan. Para
colocar los aretes es necesario utilizar una pinza especial, compatible con la forma y
tamaño de los aretes elegidos.

Para el tatuaje, en cambio se debe contar con lo siguiente:

• Pinza para tatuar con su juego de números y letras completo (Figura 8.19).
Los números o letras formados con agujas, una vez colocados en la pinza, antes de
tatuar el animal, hay que comprobar que sean los correctos, para lo cual se prueban
en un cartoncillo.

Fig. 8.19. Pinzas, agujas y tinta para tatuaje.

• La tinta de preferencia debe ser verde y en recipiente tipo rol-on o en


tubo de pasta, para facilitar su aplicación.

126 Manual de producción caprina


• Alcohol y algodón para limpiar y desinfectar el área de tatuaje.

• Ayudantes para sujetar a los cabritos, o bien usar la misma caja para des-
cornar, antes descrita.

El procedimiento para tatuar es el siguiente:

• Primero se deben limpiar con alcohol las dos orejas, sobre todo en el es-
pacio entre sus dos venas, procurando aliminar cualquier vestigio de grasa.

• Luego, se aplica la tinta en el espacio entre las dos venas .

• Se coloca la pinza y se cierra con fuerza sobre el área entintada.

• Finalmente se retira la pinza, se aplica tinta nuevamente en la parte tatuada


y se frota para que penetre en los hoyos que dejaron las puntas del tatuador.

Cada asociación de criadores tiene su propio código de letras (Tabla 8.1). En


la oreja izquierda se tatúan las iniciales del criador, previa aprobación de la asocia-
ción, y en la oreja derecha, la letra que corresponde al año de nacimiento del cabrito
y el número consecutivo que le corresponda, generalmente en el orden en que fue-
ron naciendo en ese año (Figura 8.20). El tatuaje generalmente se realiza dentro de
los primeros dos meses de edad. La pinza tatuadora debe ser desinfectada antes de
usarse en otro animal, principalmente si se sospecha que existe artritis-encefalitis, de
lo contrario, el equipo puede contaminar todo el rebaño. El tatuaje es permanente,
pero para leer la identificación se necesita sujetar a la cabra; por ello, algunos criado-
res también usan como complemento el arete de plástico. En orejas negras sólo se
puede leer la identificación en un lugar sombreado y colocando por atrás de la oreja
una linterna de pilas con luz intensa.

Manejo del rebaño de agostadero 127


Tabla 8.1 Clave de letras correspondientes al año de nacimiento, de
cada asociación de criadores de registro.
INICIALES DE LA ASOCIACIÓN
Año AMCGCR 1 ADGA2 ABGA3
1997 S K J
1998 T L K
1999 U M L
2000 X N M
2001 Y P N
2002 Z R P
2003 A S R
2004 B T S
2005 C V T
2006 E W V
2007 F X W
2008 H Y X
2009 I Z Y
2010 J A Z
2011 K B A
2012 L C B
2013 M D C
1
Asociación Mexicana de Criadores de Ganado Caprino de Registro.
2
American Dairy Goat Association.
3
American Boer Goat Association.

Fig. 8.20. Tatuaje en cabra de registro.

128 Manual de producción caprina


Edad de las cabras

El reconocimiento de la edad de las cabras por medio del estado de su


dentadura es práctico (Figuras 8.21 a 8.23) y seguro (Figura 8.24); este método
es particularmente útil en el momento de comprar o vender. Muchas personas que
desconocen está técnica han comprado cabras para descubrir después de sema-
nas, que los animales que adquirieron ya no tienen dientes; es decir, que compraron
cabras de desecho.

Fig. 8.21. Sujeción de la cabra para revisión de Fig. 8.22. A la cabra sujeta, otra persona le separa los
dentadura. labios para exponer la dentadura.

Fig. 8.23. Cabra de cuatro años de edad, con la den-


tadura plenamente desarrollada y aún sin desgaste
(“boca hecha”).

Manejo del rebaño de agostadero 129


Cabrito menor de un año, con Catorce meses Dos años
dientes de leche (en muda)

Tres años Cuatro años (boca hecha) Animal maduro, 6 a 8 años


Fig. 8.24. Guía para la determinación de la edad de las cabras por medio de la dentadura (BNA, 1971).

De acuerdo con la edad, en el altiplano potosino las cabras reciben diferen-


tes nombres (Tabla 8.2).

Tabla 8.2 Nombres regionales de las cabras según su edad.

NOMBRE EDAD
Cabrito (a) Del nacimiento hasta cinco semanas
Chivo (a) tripón (a) De 5 semanas hasta 1 año
Primal (as) De 1 a 2 años
Tresañal o tresañejo (a) De 3 años
Cuatreño (a) De 4 años
Cabra (chivo) adulta (o) Después de 2 años

130 Manual de producción caprina


Control de predadores

La protección de animales domésticos de los predadores silvestres, como


puma, lince, gato montes, lobo, coyote y oso es muy antigua, quizá desde los prin-
cipios de la domesticación de los animales. Para ello, se recurre a la vigilancia del
rebaño con pastores auxiliares o perros guardianes, y el uso de cercos y trampas
de diversa índole. Las campañas de exterminio del lobo y el coyote en Norteamérica
(Fig. 8.25) buscaron reducir las enormes pérdidas de ganado, aunque como era de
esperarse, se produjeron fracasos y desequilibrios en las poblaciones de estos car-
nívoros y las de sus presas silvestres. En el caso del coyote, la población aumentó en
lugar de disminuir, como resultado de su adaptación a las campañas de exterminio,
las cuales llegaron a afectar más a otros depredadores competidores.

Fig. 8.25. Coyote, muy temido y difamado por los ganaderos


(www.smith-southwestern.com, 2004).

La realidad es que siempre hay un peligro latente de los predadores y la


mejor forma de controlarlos es al estilo de los pastores del viejo continente, esto es,
con perros para protección de rebaños, como el Gigante de los Pirineos, Akbash,
Marema, Anatolia (Figura. 8.26) y Komondor. Estos perros desde que nacen, son
juntados con los corderos y cabritos de manera tal, que el cachorro los identifica
como de su propia familia (Figura 8.27). La alimentación del cachorro debe ser la que
le corresponda de acuerdo con su desarrollo, pero deberá comer solo, evitando que
los cabritos coman su alimento.

Manejo del rebaño de agostadero 131


Fig. 8.26. Perros de rebaño Anatolia (www.battles- Fig. 8.27. Cachorros Border Colli de trabajo para el
farm.com-1). manejo del rebaño.

Después de los 6 meses, el cachorro comenzará a salir con el rebaño , y


cuando madura comienza a marcar su territorio por medio de la orina alrededor de
los corrales y potreros, lo cual es suficiente para que los predadores no se acerquen.
Es necesario que los pastores tengan dominio sobre el perro para que se acostum-
bre a ser sujetado en las situaciones que se requieran (Andelt, 2004). Los perros
criollos pueden usarse para este propósito, aunque no todos tienen aptitud para
desempeñarse como perros guardianes de rebaños. El ejemplo más conocido y exi-
toso de perros criollos son los de los indios navajos del sur de los Estados Unidos.
En muchos países donde los sistemas de producción de cabras y ovinos son de
pastoreo, los perros pastores de trabajo desempeñan una función muy importante
en el manejo del ganado, ya que para ello un buen perro vale más que dos pasto-
res.

Conservación de pieles

La venta de pieles es un ingreso adicional para el productor, pero es necesa-


rio preservarlas y almacenarlas correctamente, hasta su venta para ser curtidas. Una
técnica sencilla de conservación de pieles sin curtir es la siguiente (Hobson, 1977):

1) Después del sacrificio, se procede a quitar la piel en sangre cuanto antes.


Primero se abre la piel de las piernas, después se corta del cuello hasta el ano, todo
por la cara ventral. La piel de la cabeza y de la cola, generalmente se desecha. Para

132 Manual de producción caprina


el desuello se separa la piel del cuerpo jalándola suavemente, y luego se le quitan lo
mejor posible los residuos de grasa y carne.

2) Luego, la piel se coloca sobre una superficie lisa y nuevamente se le quitan


los restos de tejidos adheridos que le hayan quedado, para lo cual se usa un cuchillo
sin filo a fin de evitar dañarla, y finalmente se pesa.

3) Con su parte interior hacia arriba, la piel se extiende sobre un bastidor o un


tablero de madera contrachapada, evitando en lo posible que queden dobleces. Los
bordes de la piel se sujetan con tornillos, y se alisa la piel pero sin estirarla demasiado
ni deformarla. Luego se limpia con un cepillo para quitarle el polvo y restos pequeños
de tejidos, con lo cual queda lista para ser salada.

4) Para la saladura de la piel se requiere una cantidad de sal en proporción


1:1; es decir, el peso de la piel es la cantidad de sal en grano con la que se va a
salar; por ejemplo, si la piel pesó 5 kg entonces se necesitan 5 kg de sal. La sal se
aplica con guantes de cuero grueso, extendiéndola del centro de la piel hasta las
extremidades, al mismo tiempo que se frota sobre ella. La sal, al momento de entrar
en contacto con la piel comenzará a extraer poco a poco la humedad, con lo cual
se genera un líquido salado (salmuera). Es necesario que la sal cubra toda la piel.
Después, se limpia el excedente de sal y el bastidor con la piel se cuelga para que
el líquido salado drene. Al día siguiente se coloca la piel sobre una mesa y se repi-
te la operación de frotar la sal sobre ella, esto se hace hasta que al colgarla ya no
escurra salmuera, que es cuando se considera que la piel ha quedado bien salada.
Finalmente, la piel ya salada se desmonta del bastidor o tablero y se apila doblada
o extendida. Todo el proceso debe realizarse a la sombra, ya que los rayos del sol
contraen las células colágenas, lo que complica el curtido. También, es recomen-
dable aplicar un insecticida para evitar que las moscas u otros insectos carroñeros
depositen sus huevos y disminuyan el valor de la piel o la destruyan.

5) Las pieles saladas pueden conservarse apiladas en una bodega ventilada,


a temperaturas menores que 35° C, hasta su venta oportuna.

Manejo del rebaño de agostadero 133


134 Manual de producción caprina
Capítulo 9

Algunas enfermedades
frecuentes en las
cabras

Para el reconocimiento de enfermedades, es necesario


hacer una exploración clínica de la cabra enferma (Figura 9.1), del
rebaño y de su ambiente físico. La información obtenida de esta ex-
ploración es muy importante, tanto para el médico veterinario, como
para el propio cabrero. Para la prevención y atención de las enfer-
medades más comunes de las cabras, el productor debe familiari-
zarse con ellas (su prevención, síntomas y tratamiento), aprender a
tomar muestras (Figura 9.2), a inyectar (Figuras 9.3 a 9.5) y dosificar
medicamentos, pues no siempre podrá contar con la participación
directa del médico veterinario. Por ello, se debe contar con un boti-
quín veterinario básico, con los elementos que se describen a con-
tinuación.

Enfermedades 135
a) Instrumental

Jeringas desechables de 3, 5, 10 y 60 ml
Agujas desechables de 20 x 1.5” y 18 x 1”
Guantes desechables para palpación
Navaja o bisturí y tijeras
Pinzas homeostáticas
Termómetro

b) Sustancias y medicamentos

Agua oxigenada, alcohol, algodón, gasas y vendas


Anti espumante para timpanitis
Atomizadores con desinfectante, insecticida mata gusanos y
furazolidona
Azul de metileno y tintura de yodo
Bolsitas con flora ruminal
Analgésicos y antipiréticos
Polvo ocular
Sulfato de atropina
Antibióticos inyectables, orales y de aplicación mamaria
(oxitetraciclina, penicilinas, sulfas, cefalosporinas, etc.)

c) Herramientas

Cauterio para descornar


Pistola dosificadora
Tijeras, cuchillo y escofina para recortar pezuñas
Pinzas para tatuar o colocar aretes.

136 Manual de producción caprina


Fig. 9.1. Exploración de un cabrito.

Fig. 9.2. Sangrado para pruebas serológicas.

Subcutánea

Intravenosa

Intramuscular
Intramuscular

Intramamaria

Fig. 9.3. Partes del cuerpo de la cabra donde se le puede inyectar.

Enfermedades 137
Fig. 9.4. Sujeción de la cabra para ser inyectada.

Fig. 9.5. Aplicación de una inyección intramuscular.

Enfermedades infecciosas

Ectima contagiosa

Es causada por un paramixovirus que penetra en la piel lesionada o raspada.
En algunos rebaños llega a afectar al 100% de los cabritos, causándoles inanición e
infecciones secundarias que provocan hasta 20% de mortalidad. La infección se ma-
nifiesta por la formación de vesículas y pústulas escamosas en los bordes externos
de los labios, pero puede extenderse a las tetas. Es una enfermedad que se puede
asociar con estafilococos y con mosca barrenadora (Smith y Sherman, 1994). Las
cabras con las tetas infectadas rechazan a sus crías cuando tratan de mamarles,
por lo que los cabritos pierden peso y pueden morir por inanición. El cabrito puede
infectar otras cabras al tratar de mamarles. El diagnóstico generalmente se basa en
el exámen físico. En México no existe vacuna para prevenir esta enfermedad, pero

138 Manual de producción caprina


al ser una enfermedad prevalente, la mayoría de las cabras adquieren inmunidad
después de haber sido infectadas. La enfermedad es frecuente cuando el ganado
es movilizado de un lugar a otro, o cuando regresa de ferias o exposiciones. El tra-
tamiento consiste en lavar diariamente la parte afectada y aplicar licor de Forge. Los
animales afectados deben ser aislados de los demás.

Mastitis

La mastitis es una inflamación de la glándula mamaria que provoca cambios


físicos en la ubre y en su secreción. La enfermedad se presenta en forma clínica y
subclínica. En forma clínica se observan signos visibles de la enfermedad, como in-
flamación, enrojecimiento y dolor de la ubre, así como grumos o sangre en la leche.
En la subclínica, los signos clínicos pasan inadvertidos, pero las pérdidas econó-
micas causadas son muy altas. El diagnóstico de mastitis se realiza a través de la
prueba de California o de células somáticas, y el tratamiento dependerá del agente
causal, aunque de manera general los antibióticos de amplio espectro solucionan el
problema. Para evitar la diseminación de la mastitis en los rebaños, es primordial la
limpieza de la ubre antes del ordeño, aplicar un método correcto de ordeño y usar
selladores de pezones al terminar de ordeñar.

Paratuberculosis

La paratuberculosis, también conocida como enfermedad de Jhone, es una


enfermedad importante en los rebaños caprinos, sobre todo en los lecheros. Es
causada por la bacteria Mycrobacterium paratuberculosis. Las pruebas diagnósticas
AGIDT, ELISA y PCR se usan cuando se desea conocer la magnitud de su presencia
en el rebaño. El M. paratuberculosis es muy resistente al ambiente y sobrevive en
los corrales por más que un año. Se trasmite de madre a hijo en los primeros días de
lactancia, y los individuos infectados pueden permanecer algunos años sin mostrar
signos clínicos, pero situaciones de crisis o estrés en el animal lo predisponen a la
pérdida progresiva de peso, letargo, depresión, pelo opaco (Figura 9.6), diarrea y
finalmente la muerte por inanición (Smith y Sherman, 1994). La paratuberculosis no
es problema de un animal sino del rebaño, ya que cuando se presentan signos clíni-
cos en un individuo es porque la bacteria ya se diseminó desde mucho tiempo atrás.
Sólo las pruebas de ELISA, AGIDT y PCR pueden identificar a las cabras positivas.

Enfermedades 139
Se debe tener un control estricto con los cabritos recién nacidos, impidiéndoles
que consuman calostros de animales enfermos y separándolos de las madres in-
fectadas. Todas las instalaciones del rebaño se deben asperjar con desinfectantes
fenólicos o creolina.

Fig. 9.6. Cabra con manifestaciones de paratuberculosis.

Pasteurelosis o fiebre de embarque


Los agentes causales que provocan enfermedades respiratorias son virus,
bacterias y micoplasmas. El ambiente (temperatura, humedad y viento) y manejo
desfavorables (ventilación pobre de instalaciones y hacinamiento), son dos de los
factores principales que predisponen la incidencia de enfermedades respiratorias.
La ventilación y limpieza de los corrales de las cabras es de suma importancia. El
amoníaco, sulfitos y metano son gases generados por las cabras y por la descom-
posición de sus heces y orina acumuladas en los pisos de los corrales. Si estos ga-
ses se concentran en el corral, irritan las vías respiratorias y los ojos de los animales
confinados. Los alimentos demasiado polvosos también provocan tos, lagrimeo e
irritación de las vías respiratorias superiores (Matthews, 1999).

La pasteurelosis es una de las enfermedades respiratorias más comunes en


las cabras. Es producida por las bacterias Pasteurella haemolytica y P. multocida,
con varios serotipos. La enfermedad se presenta cuando el animal es sometido a
estrés por manejo, transporte o por cambio repentino en el ambiente, como hela-
das, tormentas, granizadas, vientos o calores intensos. En algunas cabras, la en-
fermedad se puede expresar como neumonía aguda y muerte repentina. En otras,
se presenta letargia, inapetencia, fiebre elevada y dificultades al respirar. Debido a

140 Manual de producción caprina


que P. haemolytica es un huésped natural de las vías respiratorias, su presencia en
muestras de laboratorio no es prueba de que las cabras padezcan pasteurelosis; sin
embargo, las pruebas de laboratorio y los hallazgos post mortem ayudan a confirmar
la infección (Matthews, 1999). El tratamiento con antibióticos y desinflamatorios da
buenos resultados; paralelamente se debe colocar al animal en un ambiente confor-
table. No se debe usar Tilmicosina, pues hay informes de muerte en cabras por este
compuesto. Para prevenir la enfermedad se recomienda evitar mezclar individuos de
edades diferentes en un mismo corral, la limpieza y desinfección de los parideros y
vacunar al ganado contra pasteurela antes de transportarlo (Matthews, 1999).

Queratoconjuntivitis u oftalmia contagiosa


Es una enfermedad contagiosa y aguda caracterizada por la inflamación de
la conjuntiva y la córnea en uno o en ambos ojos. Los agentes causales de la en-
fermedad pueden ser micoplasmas, clamidias, ricketsias, bacterias y virus, pero los
factores que la predisponen son el polvo, viento, rayos solares, hacinamiento, polen
y moscas. Los síntomas clínicos se caracterizan por la inflamación de la conjuntiva,
lagrimeo y párpados cerrados, opacidad (nube) de la córnea, descarga purulenta y
ruptura de la cámara anterior del ojo. La visibilidad es escasa por lo que el animal en-
fermo tiene dificultad para encontrar el alimento. La deficiencia de cobalto y el exceso
de cobre también producen estos síntomas. La aplicación tópica diaria de tetraciclina
por 5 a 6 días, acompañada de una inyección intramuscular de oxitetraciclina de
duración prolongada funciona favorablemente. Si la incidencia es alta, como medida
preventiva es recomendable aplicar oxitetraciclina (Matthews, 1999).

Tétanos
Esta enfermedad es causada por Clostridium tetani, bacteria gram positiva
que produce esporas muy resistentes, presentes en el suelo y heces. Las heridas
son la vía de entrada de esta bacteria, principalmente aquellas que son punzocortan-
tes o las provocadas al descornar, castrar o aretar. La enfermedad se caracteriza por
afectar el sistema nervioso periférico, 4 a 21 días después de la infección (Smith y
Sherman, 1994). Los animales enfermos presentan cola, orejas y cuello rígidos, pár-
pado prolapsado, dificultades para abrir la boca y deglutir y finalmente la muerte. Para
prevenir la enfermedad, las heridas deben ser desinfectadas con agua oxigenada,
antibióticos (Mathews, 1999) o azul de metileno.

Enfermedades 141
Abortos

La mayoría de los abortos en cabras se presentan durante los últimos 50 días


del periodo de gestación, principalmente los de naturaleza infecciosa. Se conocen
por lo menos 12 enfermedades infecciosas que provocan aborto en cabras (The-
dford, 1995), aunque muchos de ellos son de origen desconocido. Las principales
causas del aborto pueden ser las siguientes (Mathews, 1999):

• Luteosis debida a trauma o estrés.

• Causas iatrogénicas, como la aplicación por desconocimiento de prosta-


glandinas o corticoides durante la gestación.

• Envenenamiento por ingestión de plantas o sustancias tóxicas.

• Desnutrición, como deficiencias de vitaminas y minerales, o anemia causada


por parásitos.

• Infecciones, como brucelosis, aborto enzoótico, listeriosis, leptospirosis,


toxoplasmosis, campilobacteriosis, fiebre Q, salmonelosis, sarcosistosis,
anaplasmosis, etc.

Brucelosis o fiebre de Malta

Esta enfermedad contagiosa es producida por especies de bacterias del


género Brucella. La brucelosis en cabras es causada por Brucella melitensis (Smith y
Sherman, 1994). La brucelosis está ampliamente distribuida en las cabras de Méxi-
co, principalmente en aquellas explotadas en condiciones extensivas. Las pérdidas
económicas provocadas por esta enfermedad son significativas, pero su mayor im-
portancia radica en que puede ser trasmitida a los humanos. Los síntomas de esta

142 Manual de producción caprina


enfermedad en los animales generalmente son poco aparentes y pasan inadvertidos,
aunque en ocasiones se pueden observar abortos (dos meses antes del parto),
partos prematuros y retención placentaria, debido a que los tejidos preferenciales de
esta bacteria son los del canal reproductivo. En cambio, en el humano se manifiesta
con un cuadro febril de curso prolongado, incapacitante, con severas complicacio-
nes y que puede progresar hacia una enfermedad crónica. Una vez que el animal
está infectado, las bacterias son arrojadas en grandes cantidades en fetos abortados
y restos placentarios, lo cual facilita la contaminación del suelo de corrales, pajas,
agua de arroyos, canales y pozos (López, 2004).

Desafortunadamente, la bacteria también se secreta en la leche, por lo que


en el medio rural, las personas adquieren la infección en primer grado por consumo
de productos lácteos elaborados con leche infectada sin pasteurizar, principalmente
queso fresco y leche; en segundo grado los humanos se pueden contagiar al inhalar
polvo o pelo, por salpicadura en la conjuntiva del ojo de secreciones con bacterias,
por ingestión accidental, por abrasiones de piel y por picaduras accidentales con
agujas contaminadas, en el momento de aplicar la vacuna.

Cuando se sospecha de esta enfermedad en el rebaño, es obligatorio infor-


mar a las autoridades competentes. Hay una normativa y campaña en México para
el control y erradicación de la brucelosis caprina, la cual contempla hacer pruebas
diagnósticas en los rebaños. Cuando alguna cabra es positiva a la primera prueba
diagnóstica, entonces debe ser aislada del rebaño; si en la segunda prueba vuelve a
salir positiva se debe sacrificar de inmediato, bajo conocimiento del comité dictami-
nador. En México, la norma oficial mexicana NOM-041ZOO-1995, es la referente a
la brucelosis; el propietario interesado puede solicitar al Comité de Sanidad Animal la
constancia “Hato Libre”, la cual le servirá para acreditar la venta de pie de cría libre
de brucelosis.

• En caso de que en el rebaño se presenten abortos por Brucella,


se debe tener cuidado extremo con el manejo de los fetos y las placentas.
Siempre se deben usar guantes y los materiales deben ser cremados. A
los perros y gatos se les debe impedir que coman tejidos abortados ya que
pueden convertirse en diseminadores de la enfermedad. Los fetos pueden

Enfermedades 143
ser usados como muestras para corroborar la presencia de la enfermedad
con apoyo del laboratorio. Las cabras que aborten deben ser apartadas de
las demás, hasta recibir el diagnóstico o, al menos, hasta que la hembra ya
no tenga descargas vaginales.

Complejo de diarrea neonatal

Es una enfermedad común en cabritos de 1 a 30 días de nacidos, pero más


aun, en los primero tres días. La deshidratación provocada por la diarrea puede ser
la causa principal de muerte, si no se les da tratamiento oportuno. Los patógenos
causantes de este complejo son diversos, pero los más comunes son Crystosporidia
spp., asociadas algunas veces, con Escherichia coli. Los síntomas de esta enfer-
medad son similares a los provocados por coccidiosis; la diferencia sustancial entre
ambas enfermedades es que el complejo de diarrea neonatal tiene un período de
incubación de aproximadamente 7 días, mientras que el de la cocciodiosis es de 21
días (Olcott, 1995).

Cólicos

Los cólicos son bastante frecuentes en cabritos y se manifiestan por convul-


siones y quejidos por el dolor abdominal agudo. Si no son atendidos oportunamente
es común que los cabritos mueran por cólico. Para tratar los cólicos, los antiespas-
módicos dan resultados muy alentadores. Para la prevención, es necesario hacer
una evaluación exhaustiva del sistema de alimentación (Matthews, 1999).

144 Manual de producción caprina


Síndrome de cabrito flojo

La causa de este síndrome se desconoce, pero se presenta en muchos ca-


britos al mismo tiempo. Los cabritos afectados presentan acidosis metabólica agu-
da; la morbilidad varía de 10 a 50% y la mortalidad de 30 a 50%. Los cabritos de 3
a 10 días de edad desarrollan debilidad muscular aguda y lengua flácida, sin mostrar
otros síntomas específicos.

Los cabritos enfermos pueden ser alimentados con sonda y recuperarse


espontáneamente con el tratamiento adecuado. La acidosis metabólica puede miti-
garse administrando dosis repetidas de bicarbonato de sodio por vía oral. Es impor-
tante evitar confundir este síndrome con otras enfermedades similares, como la de
músculo blanco, colibacilosis o septicemia (Matews, 1999).

Urolitiasis

Esta es una enfermedad propia de machos de cualquier edad y en especial


de los que están castrados. Se caracteriza por la formación de cálculos o piedras
en el tracto urinario, los cuales causan obstrucción de la uretra. Los cálculos ge-
neralmente son de compuestos fosfóricos, pero también pueden ser de oxalatos
o silicatos. La urolitiasis casi siempre está asociada con el uso excesivo de con-
centrados ricos en fósforo y deficientes en calcio, y con reducción en el consumo
de agua (Matthews, 1994). Es común que los sementales que se preparan para
exposiciones y que son alimentados con cantidades excesivas de concentrados mal
balanceados, presenten esta enfermedad. Para prevenir la formación de cálculos es
importante que la relación calcio:fósforo en la ración sea 2:1, y evitar sales minerales
con niveles altos en fósforo. También se recomienda adicionar al agua de bebida 4%
de sal común (cloruro de sodio), o adicionar al alimento concentrado de 1 a 2% de
cloruro o sulfato de amonio, con el objetivo de acidificar la orina y prevenir la forma-
ción de los cálculos (Matthews, 1999).

Enfermedades 145
Cojeras

Las enfermedades de las patas son atribuídas a numerosas causas de origen


mecánico o infeccioso. Las primeras son por lesiones en las pezuñas por traumatis-
mos, deficiencias de calcio, o por pezuñas demasiado largas. Las segundas, mejor
conocidas como gabarro, son causadas por patógenos oportunistas, favorecidos
por el ambiente de los corrales húmedos, con lodo, sucios o con piedras, los cuales
son capaces de penetrar en la pezuña e infectarla.

Para evitar las cojeras es recomendable recortar las pezuñas, sumergirlas en


soluciones desinfectantes con sulfato de cobre al 10%, formol al 5-10% o sulfato de
zinc al 10%. En caso de lesiones leves, las pezuñas deben permanecer sumergidas
en la solución desinfectante durante dos minutos, y hasta 30 minutos, si las lesiones
son graves (Matthews, 1999), así como un tratamiento complementario con antibió-
ticos, desinflamatorios y analgésicos.

Artritis-encefalitis
Esta es una enfermedad viral provocada por un retrovirus. En México, es una
de las enfermedades importantes, pero a pesar de ello no se le ha dado la atención
debida. En rebaños lecheros es más agresiva, pero eso no excluye a las cabras en
pastoreo, sobre todo cuando se compran sementales lecheros de rebaños infecta-
dos. El virus se disemina con la saliva, heces, secreciones urogenitales, y en espe-
cial con la leche, por lo que su trasmisión a los cabritos es alta. También las agujas
de jeringas y de tatuadores contaminadas son medios de difusión de la enfermedad.
La artritis-encefalitis no tiene tratamiento y las cabras infectadas mantienen la enfer-
medad de por vida (Matthews, 1999).

La forma artrítica de la enfermedad se presenta en primalas, adultas y oca-


sionalmente en cabritos menores de seis meses de edad. El virus inflama y degenera
las articulaciones (Figura 9.7) por lo que causa cojeras agudas y crónicas, a tal gra-
do, que algunas cabras caminan de rodillas (Figura 9.8), pierden peso y el pelo se
les torna hirsuto. La forma encefalítica es común en cabritas de dos a cuatro meses
de edad; sus síntomas comunes son fiebre, movimiento constante de la cabeza,
parálisis y muerte. Durante la enfermedad, también se afecta la ubre, lo que le da una

146 Manual de producción caprina


consistencia dura como madera, que despues de algunas semanas desaparece,
aunque la producción de leche en la cabra no se normaliza. En ocasiones se puede
presentar tos crónica.

Fig. 9.7. Rodillas inflamadas debido a artritis-encefa-


litis.

Fig. 9.8. Semental afectado por artritis-encefalitis


(www.morgefile.com).

Para su diagnóstico es necesario tomar muestras de sangre y realizar prue-


bas de laboratorio, como la de agar gel, de inmunodifusión (AGIDT), enzima ligada
de inmunoabsorbencia (ELISA), o detección de la cadena de polimeraza (PCR) (Mat-
tews, 1999). Las pruebas AGIDT y ELISA sólo detectan animales positivos cuando
manifiestan la enfermedad, mientras que la PCR detecta el virus en el organismo, sin
que éste presente síntomas. Como medida preventiva, al comprar animales se debe
tener la seguridad de que estén libres de esta enfermedad. Cuando no es posible
hacer pruebas diagnósticas y se sospecha que la enfermeda está en el rebaño, los
cabritos deben ser amamantados con calostros y leche pasteurizada. Actualmente
se pueden conseguir calostros y sustitutos de leche especiales para cabritos. Sería
un grave error juntar la leche de todas las cabras y darla sin pasteurizar a los cabri-
tos.

Enfermedades 147
Linfadenitis caseosa: “Abscesos o lobanillos”

Los abscesos generalmente se presentan por acumulación de pus en los


tejidos, y casi siempre están relacionados con linfadenitis caseosa, enfermedad pre-
sente en muchos rebaños del mundo. Esta enfermedad afecta la producción y pue-
de causar la muerte por la formación de abscesos en órganos vitales internos, como
el hígado o los pulmones. La forma más común de infección es por medio de heridas
generalmente producidas en los corrales. El agente causal es Corynebacterim pseu-
dotuberculosis, bacteria que se aloja en los nódulos linfáticos (Figura 9.9), donde
produce abscesos (Figura 9.10), los cuales lentamente van creciendo y madurando
hasta reventar (Figura 9.11). El contenido de los abscesos es básicamente pus car-
gada de bacterias, por lo que cuando uno de ellos revienta, millones de bacterias
son diseminadas en los corrales, y pueden permanecer activas durante años.
Alantales
Parotideos
Suprafaríngeos

Precapsulares
Isquiales

Supramamarios
Prepectorales
Propileales

Axilares
Inguinales
superficiales

Fig. 9.9 Nódulos linfáticos donde se puede manifestar la


linfadenitis caseosa (Adaptado de Guss,1997).

Fig. 9.10. Cabra con linfadenitis caseosa inguinal y


rodillas inflamadas por artritis-encefalitis (Modificado de Fig. 9.11. Cabrito con absceso típico de linfadenitis
Gus, 1977). caseosa.

148 Manual de producción caprina


En México no existe vacuna contra esta enfermedad, por lo que las medidas
preventivas tienen que ser bien programadas. Cuando se detecta un absceso, éste
puede drenarse o extirparse, aunque esta medida es impráctica en rebaños con
una alta incidencia de la enfermedad. Si la extirpación o drenado del absceso fuese
el caso, entonces se debe esperar a que éste madure para drenarlo. Para ello es
necesario que el procedimiento se haga lejos de los corrales. El pelo del área del
absceso es recortado y la zona es desinfectada; luego, en la parte inferior del absce-
so se hace una incisión y el contenido es drenado y preferentemente depositado en
una bolsa plástica para su incineración posterior. La cavidad del absceso se lava con
una solución de yodo y en la parte externa se aplica desinfectante con insecticida.
La cabra debe regresarse al corral hasta que termine la secreción del absceso. Otra
forma de tratar los abscesos es la siguiente. Cuando el absceso ha madurado, con
una jeringa de 60 ml y una aguja larga se aplica dentro del absceso 25 ml de formol
al 10%, y después con ayuda de la misma jeringa se extrae la pus y el formol. Esta
operación se repite, hasta que el formol inyectado sea extraído sin residuos de pus
(Matthews, 1999).

Sin embargo, para erradicar la enfermedad se tienen que tomar algunas me-
didas radicales, como la eliminación de los animales afectados del rebaño, no permi-
tir que los abscesos drenen expontáneamente en los corrales, evitar que los cabritos
consuman calostros o leche contaminada, limpiar y desinfectar (creolina) los corrales
frecuentemente, depositar el estiércol en lugares alejados y evitar puntas o salientes
que puedan causar heridas a los animales.

Enfermedades parasitarias
Piojos y sarna

El piojo de las cabras, Dalmaminia caprae, es común en los rebaños de
pastoreo. Se puede identificar a simple vista en axilas, lomo y cuello. Es frecuente en
rebaños donde no se desparasita periódicamente al ganado. Este parásito es común
en el invierno o en la época de partos. Es un insecto hematófago, que provoca ane-
mia, baja la producción y perfora las pieles de las cabras. Se trasmite por contacto
directo entre cabras o con animales silvestres.

Enfermedades 149
Por su parte, las sarnas más conocidas en las cabras son la sarcóptica
causada por Sarcoptes sp. y la corióptica provocada por Chorioptes sp. Ámbos son
ácaros microscópicos que se alimentan de sangre. La sarcóptica inicia como peque-
ños nódulos acuosos en la periferia de los ojos, orejas, cuello y costados. La carióp-
tica invade piernas, ubre y escroto. Ambas pueden coincidir con algunas bacterias
agravando el problema. Para su diagnóstico se necesita un raspado de piel que se
conserva en aceite para impedir que los ácaros emigren; después, en el laboratorio
se observa en el microscopio (Smith y Sherman, 1994).

Los tratamientos para piojos y sarnas se realizan con ivermectinas inyecta-


bles, pesticidas de absorción inmediata untados en el lomo o baños de inmersión en
soluciones de insecticidas. Estos tratamientos matan a los piojos y ácaros adultos, y
no a las larvas, por lo que es recomendable repetir el tratamiento 12 días después.
Las cabras después del tratamiento de inmersión, tienden a tallarse en las paredes
y recostarse, lo que ayuda a potenciar el efecto del pesticida. En el invierno, por las
bajas temperaturas, a las hembras gestantes no es aconsejable sumergirlas en el
baño de inmersión, por lo que las ivermectinas inyectables son las más viables.

Estro o gusano de la nariz

El gusano de la nariz, Oestrus ovis, provoca descarga catarral purulenta. La


mosca de esta especie deposita sus huevos en la entrada de los orificios nasales
de borregos, cabras y vacas, y a medida que las larvas crecen, emigran e invaden
los senos frontales del animal. Las larvas maduras, migran al orificio nasal y pueden
quedarse ahí de 2 a 10 meses, salir expulsadas con un estornudo o permanecer
hasta la primavera próxima para pupar y emerger como moscas adultas. Los sínto-
mas pueden confundirse con neumonía (Smith y Sherman, 1994). Las larvas ocasio-
nalmente pueden migrar vía el hueso etmoides hasta el cerebro, produciendo signos
clínicos parecidos a cenuriasis (Matthews, 1999). Los animales afectados, además
de la descarga purulenta, sacuden la cabeza y se tallan la nariz en las paredes y co-
mederos, por lo que es frecuente encontrar larvas en los comederos o bebederos.
Las ivermectinas y el closanti dan buenos resultados para controlar este parásito.

150 Manual de producción caprina


Gusanos gastrointestinales

La parasitosis gastrointestinal con nemátodos es común en las regiones hú-
medas, pero poco frecuente en cabras de agostadero de zonas áridas y frías; sin
embargo, pueden presentarse casos de parasitosis agudas de este tipo cuando
los corrales y comederos son contaminados con heces de perros, ratas, animales
silvestres y del hombre. Las parasitosis más comunes en las cabras son provocadas
por Haemochus contortus, Ostertagia circumcincata y Trichostrongylus axei (Smith
y Sherman, 1994). Es frecuente que las cabras mal alimentadas, durante el parto
excreten gran cantidad de huevecillos que pueden contaminar a las crías. El análisis
de laboratorio es la única forma de saber si el rebaño está parasitado (Smith y Sher-
man, 1994). Los antihelmínticos de baja toxicidad como Tiabendazole, Febendazol o
Invermectina, son los más recomendados, pero su uso frecuente provoca resistencia
(Smith y Sherman, 1994).

Coccidiosis
La coccidiosis es la causa de diarrea más importante en los cabritos. El cau-
sante es un protozoario del género Eimeria que habita normalmente en los animales,
como parte de la flora intestinal, donde puede reproducirse anormalmente y conver-
tirse en agente infeccioso. Los comederos y bebederos inapropiados que permiten
la contaminación con heces del alimento y el agua, el estrés por confinamiento,
manejo o destete, y los pisos húmedos son los principales factores que desenca-
denan la proliferación de coccidias. La incidencia mayor se presenta entre las cuatro
y siete semanas de edad de los cabritos (Matthews, 1999). Los síntomas clínicos se
caracterizan por depresión, falta de apetito, pérdida de peso, diarrea algunas veces
con sangre y moco, deshidratación y muerte. Los cabritos que sobreviven a la en-
fermedad tienen un crecimiento más lento (Mathews, 1999) y desarrollo subnormal
o ratonesco. Para su prevención es importante evitar la acumulación de humedad y
heces en los pisos de los corrales, evitar el hacinamiento, y usar comederos y bebe-
deros adecuados. El tratamiento es con coccidiostatos (decoquinato, diclazuril, am-
prolium, decox o sulfas). La terapia complementaria es básicamente el uso de sueros
hidratantes (Matthews, 1999). El uso en el alimento de ionóforos, como monensina
sódica o lasolacida, ha dado resultados positivos como método de prevención.

Enfermedades 151
Dermatitis pustular por estafilococo

Es una infección causada por Staphylococcus aureus que se desarrolla en


el folículo piloso (base del pelo), formando pústulas con exudado purulento; también
se puede encontrar en las tetas y ubres o en la cara inferior de la cola. El tratamien-
to es limpieza de la herida y aplicación de antibióticos locales (Smith y Sherman,
1994).

Hongos y tiñas

Se ha encontrado una variedad amplia de dermatófitos en la piel de las ca-


bras, pero los más frecuentes son los del género Tricophytum (Smith y Sherman,
1994), los cuales penetran la piel de las orejas, cuello y piernas formando círculos
opacos, cenicientos con escamas. El contagio es por contacto con otros animales
domésticos o silvestres. Los corrales de encierro demasiado cerrados y húmedos
propician el contagio. El hongo es difícil de erradicar, porque los medicamentos no
alcanzan las partes dañadas de la piel. Se han usado derivados de cobre y yodo,
así como antifúngicos de uso humano, con resultados variables. Es recomendable
asperjar diariamente hipoclorito de sodio en las paredes y pisos (Smith y Sherman,
1994), así como en la piel dañada antes de aplicar el tratamiento antifúngico.

Plantas tóxicas

Las plantas venenosas causan pérdidas económicas importantes en las ex-


plotaciones extensivas ganaderas. La clave para su control radica en su identifica-
ción, y en el conocimiento de su distribución y requerimientos ecológicos, hábito de
crecimiento y toxicidad. Por ello, la fase de crecimiento y parte de la planta consumi-
da, tipo de suelo, tipo de ganado, estado fisiológico y estación del año son algunos
de los factores que determinan la toxicidad de una planta. Para que el ganado muera
por consumir una planta tóxica es necesario que ingiera determinada cantidad por un
periodo corto de tiempo. El ganado en potreros de condición pobre tiene mayor po-

152 Manual de producción caprina


sibilidad de envenenamiento que aquél que agosta en áreas con mayor abundancia
y riqueza de plantas. El buen manejo del agostadero, como la carga animal acorde
con su capacidad, la división y rotación de potreros, y la adecuada distribución de
bebederos y saladeros, es fundamental para la disminución de pérdidas animales
por plantas tóxicas. Durante las condiciones extremas de sequía y durante las prime-
ras lluvias, en las áreas con abundancia de plantas tóxicas, el pastoreo se debe evi-
tar y los animales deben ser suplementados con bloques de urea-melaza y de sales
minerales. Cuando llega ganado nuevo al rebaño es recomendable sacarlo a pastar
junto con el que ya conoce las plantas tóxicas. Cuando los potreros infestados con
plantas tóxicas no tengan ganado es la mejor ocasión para combatirlas.

Astragalus mollissimus (Garbancillo, Loco weed)


El garbancillo es una leguminosa herbácea cuyos frutos se asemejan a los
del garbanzo; sus hojas y vainas son pubescentes plateadas (Figura 9.12).Tiene una
distribución muy amplia en todos los zacatales de la altiplanicie mexicana, particular-
mente donde actualmente se encuentran invadidos por arbustivas.

Fig. 9.12. Astragalus mollissimus, “Garbancillo”.

La toxina swainsonina contenida en esta planta daña el cerebro, hígado, intestino,


placenta y testículos; las hembras pueden abortar o producir crías deformadas; los
daños son reversibles, excepto los del cerebro. La intoxicación o locura se presenta
cuando el animal llega a ingerir de garbancillo el 90% de su peso

Enfermedades 153
corporal por un periodo de dos meses. La época de mayor riesgo de intoxicación es
durante la primavera. La sintomatología es cabeza agachada y sacudida frecuente-
mente, dificultad para comer y beber, ceguera y muerte (Gómez, 1996; Hart et al.,
2003; Sperry et al., 1968).

Astragalus wootoni (Tronadora)


Es una leguminosa herbácea con vainas infladas de color verde brillante que
hacen un pequeño tronido cuando el ganado las pisa, de ahí el nombre de “Tronado-
ra” (Figura 9.13). Tiene la misma distribución que el garbancillo. En ocasiones forma
manchones densos coincidiendo con minúsculos bordos que retienen un poco de
agua. Su mayor peligrosidad es durante la primavera, cuando esta en pleno creci-
miento y la mayoría de las especies herbáceas están secas o agostadas (Gómez,
1966). El compuesto tóxico es una miserotoxina alcaloide llamado Idolizina. La sin-
tomatología es ceguera y muerte (Smith y Sherman, 1994). Las hembras al inicio de
la gestación pueden abortar sin sintomatología previa alguna (James et al., 1968;
Sperry et al., 1968).

Fig. 9.13. Astragalus wootoni, “Tronadora”.

Karwinskia humboldtiana y K. mollis


(Tullidora, Cualzorra, Capulincillo o Coyotillo)

En México, K. humboldtiana (Figura 9.14) se encuentra distribuida principal-


mente en las planiecies costeras del Pacífico y Atlántico y en la altiplanicie, en el bos-

154 Manual de producción caprina


que tropical decíduo espinoso y en el matorral submontano, mientras que K. mollis,
(Figura 9.15) está desde el altiplano de San Luis Potosí hasta Oaxaca, principalmente
en los matorrales crasicaule, submontano y desértico rosetófilo. La planta florece al
iniciar las lluvias, dos meses después los frutos maduran y permanecen así hasta el
invierno, que es cuando son más peligrosos (Gómez, 1966).

Fig. 9.14. Karwinskia humboldtiana, “Tullidora”.


Fig. 9.15. Karwinskia mollis, “Capulincillo”.

Ciertos compuestos polifenólicos son los responsables de la intoxicación


causada por esta planta. La ingestión de 0.05 a 0.30% del peso del animal en semi-
llas produce envenenamiento; las hojas son menos tóxicas, por lo que se necesita
consumir el equivalente de 15 a 21% del peso vivo para causar síntomas de intoxica-
ción. Los frutos maduros dulces producen daños en el sistema músculo esquelético,
similares a los de la distrofia muscular nutricional (Smith y Sherman, 1994).

A los animales que consumen semillas se les paralizan las piernas traseras,
por lo que se arrastran al caminar y mueren, mientras que cuando consumen sólo
hojas muestran debilidad, náusea y rara vez mueren (Hart et al., 2003). En la necrop-
sia, pueden observarse pequeñas hemorragias en la capa adventicia del intestino,
estómago y corazón. La inflamación de los ganglios linfáticos es uno de los hallazgos
más característicos (Gómez, 1996). No se conoce tratamiento eficaz y pocos anima-
les paralizados por comer semillas se recuperan después de intoxicados (Hart et al.,
2003).

Enfermedades 155
Sophora secundiflora (Patol)

Leguminosa arbustiva con hojas siempre verdes y vainas grandes y grises,
con semillas de color rojo. Forma parte del matorral desértico micrófilo, del rosetófilo
y del submontano. Si las cabras consumen las semillas enteras, éstas pueden pasar
intactas a través del tubo digestivo y salir en las heces sin causar intoxicación, pero
si las semillas son masticadas, entonces el envenenamiento es inminente por un
alcaloide llamado quinolizidina. Los animales que consumen 1% de su peso vivo pre-
sentan síntomas dentro de las 12 horas siguientes (Hart et al., 2003), como piernas
endurecidas, temblores musculares, pasos cortos y caídas seguidas de erguimien-
tos después de un período de descanso (Gómez, 1996).

Fig. 9.16. Sophora secundiflora, “Patol”.

Lobelia berlandieri (Hierba del guajolote)


Planta herbácea con varios tallos y flores azules, la cual suele crecer en los
límites de los zacatales del altiplano mexicano cuando comienzan las primeras lluvias.
Los síntomas de intoxicación dependen de la cantidad ingerida; es decir, puede que
el sitema nervioso del animal se estimule o se deprima. Los animales que se depri-
men, rehusan comer y beber agua, y generalmente mueren. Tiene un alcaloide del
grupo de las nicotinas y carece de tratamiento (Hart et al., 2003).

156 Manual de producción caprina


Plantas que producen fotosensibilidad

������������������������������������������������������������������������
Estas plantas, de varios grupos taxonómicos, se caracterizan porque des-
pués de consumirlas, el ganado presenta sensibilidad a la luz solar intensa. Dentro
de ellas se encuentran Agave lechuguilla (Lechuguilla), Lantana camara (Chancaqui-
lla, Figura 9.17), Tribulus terrestris (Abrojo, Figura 9.18) y Panicum coloratum (Zacate
Klein).

Los animales afectados por estas plantas muestran pérdida de apetito, hin-
chazón, escoriaciones, pioderma, necrosis de piel y orejas, ojos llorosos, fotofobia
y en ocasiones la muerte (Gómez, 1996; Smith y Sherman, 1994). La acción com-
binada de varias hepatotoxinas, saponinas, triterpenos y lantadenos, según sea la
especie de la planta, provocan los primeros síntomas internos; la fotosensibilización
es secundaria.

Fig. 9.17. Lantana cámara, “Chancaquilla”.

Fig. 9.18. Tribulus terrestris, “Abrojo”.

Enfermedades 157
Plantas que acumulan nitratos

Las plantas acumuladoras de nitratos más conocidas son Amaran-


thus spp. (Quelites, Figura 9.19), Sorghum spp. (Sorgos, Figura 9.20 y Salsola spp.
(Rueda mundo, Figura 9.221).

Son plantas que absorben nitratos por medio de sus raíces. Durante las
primeras lluvias, los nitratos procedentes de las heces o de los fertilizantes nitrogena-
dos aplicados en los cultivos, son arrastrados por las corrientes y absorvidos, acu-

Fig. 9.19. Amarantus sp., “Quelite”.


Fig. 9.20. Sorghum halepense, “Zacate
Johnson”.

158 Manual de producción caprina


mulados y transformados en nitritos en las hojas de estas plantas. En condiciones
normales, cuando los cultivos son fertilizados con nitrógeno, las plantas acumulan
los nitratos en sus hojas, los cuales luego se transforman en nitritos y finalmente en
amoniaco para ser utilizado como fuente nitrogenada. Por ello, después de la apli-
cación de este tipo de fertilizantes y para dar tiempo a que los nitratos de las hojas
se metabolicen, se debe esperar por lo menos un mes, antes de cortar el forraje.
Sin embargo, en condiciones de estrés, como las producidas por heladas, sequías
o granizo, este metabolismo no funciona normalmente y los nitratos permanecen
por más tiempo en las hojas. Cuando las cabras consumen plantas con nitratos, el
rumen se encarga de metabolizarlos, pero si la cantidad es alta, entonces los nitritos
pasan a la sangre donde se unen a la hemoglobina, incapacitándola para intercam-
biar el oxígeno (Sperry et.al., 1968; Dupchak, 2005).

Fig. 9.21. Salsola kali, “Rueda mundo”.

Los primeros síntomas de intoxicación por nitratos son jadeo, respiración


acelerada, temblor muscular, pulso débil y acelerado, convulsiones y finalmente la
muerte. Las hembras gestantes que sobreviven generalmente abortan unos días
después. En la necropsia se observa la sagre obscura (Dupchak, 2005), de color
pardo como chocolate. El único tratamiento eficaz es la aplicación lenta por vía in-
travenosa de 1 a 2 mg de azul de metileno al 1%, por kg de peso vivo; la dosis se
puede repetir hasta que se termine la absorción de los nitratos en el intestino. En
ocasiones, la administración oral de aceite mineral impide la absorción de los nitratos
(Binns, 1956).

Enfermedades 159
160 Manual de producción caprina
Capítulo 10

El ordeño

������������������������������������������
El objetivo de un ordeño correcto es obte-
ner leche apta para el consumo humano o para la
elaboración de quesos y dulces, y poder garanti-
zar que estos productos sean sanos y seguros,
y que a la vez cumplan con las normas sanitarias
establecidas por las instancias correspondientes.
En el caso de México, la Secretaría de Salubridad
y la Secretaría de Agricultura son las que estable-
cen las normas a través del “Programa de inocui-
dad de la leche de cabra”. El primer requisito es
que las cabras deben estar libres de brucelosis o
de cualquier enfermedad contagiosa al humano.
Si las cabras de ordeña están con algún trata-
miento antibiótico o algún otro medicamento que
pase a la leche, entonces ésta no debe mezclarse
con la leche de cabras sanas. La leche de cabra
debe guardarse para quesos cuando se tenga la
seguridad de que ya no tiene calostros, ya que su
presencia cuaja la leche e impide la elaboración
de quesos. Las recomendaciones que a conti-
nuación se describen están basadas en esas dis-
posiciones oficiales mexicanas.

El ordeño 161
Equipo y accesorios

La leche debe estar muy limpia a grado tal que se pueda garantizar que es un
alimento seguro que no causará enfermedad. Para ordeñar las cabras es necesario
contar con lo siguiente:

• Agua limpia y jabón para lavarse las manos antes del ordeño y para lavar
todos los utensilios después de ello.

• Sujetar correctamente a la cabra durante el ordeño (ver capítulo de


construcciones).

• Dos cubetas de dos litros de capacidad para recibir la leche en el mo-


mento del ordeño, de preferencia de acero inoxidable; las cubetas de
plástico se deben evitar porque absorben la grasa de la leche, lo cual
dificulta su limpieza.

• Un bote lechero de 30 a 40 L, con tapa, para almacenar la leche que se


acumula durante el ordeño.

• Manta de cielo o colador de cocina para colar la leche.

• Pañuelos desechables para limpiar las ubres antes del ordeño.

• Un frasco con líquido sellador para pezones.

• Un desinfectante de manos.

162 Manual de producción caprina


Rutina del ordeño

Para que la cabra baje la leche a la ubre, primero es necesario que esté libre
de estrés; es decir, tiene que llegar a la sala de ordeño por voluntad, sin ser corretea-
da (Figura 10.1), de forma tal que ordeñarla le sea agradable, al liberarse del peso y
de la presión de la leche en su ubre. Durante el ordeño, se deben evitar movimientos
o ruidos bruscos, fuera de lo acostumbrado. La presencia de perros o personas ex-
trañas causan estrés en la cabra. La rutina del ordeño, según Belanguer (1984), es
la siguiente:

• Una vez sujetada la cabra se procede a limpiar su ubre y pezones con


una toalla humedecida en solución desinfectante, con el objetivo principal de retirar
cuerpos extraños y heces (Figura 10.2). Después, con el pañuelo desechable o una
toalla suave y seca, la ubre es secada con detalle, principalmente en las puntas de
los pezones.

• Se le da un ligero masaje a las ubres para ayudar a que la cabra apoye la


leche con mayor facilidad. Durante el masaje se debe inspeccionar que la ubre no
esté endurecida, con dolor o alguna otra anomalía.

• Se “despunta” cada pezón y la leche extraída se recoge en una taza pe-


queña. Este primer chorro contiene gran cantidad de bacterias y permite además
observar cualquier anormalidad, como cambios en color, presencia de sangre o gru-
mos, etc. Esta leche y la de cabras enfermas se debe desechar.

• Con las manos limpias, se inicia el ordeño. En sistemas extensivos, el


ordeño manual es el más recomendado, por el costo que tienen las máquinas orde-
ñadoras. El ordeñador deber evitar tocar con las manos limpias cualquier parte de la
cabra que no sea la ubre, porque se contamina de bacterias, principalmente las del
excremento. El ordeño a mano por un lado o por atrás (Figura. 10.3 ) son las formas
más populares.

• Al terminar el ordeño, un pequeño frasco de vidrio lleno de líquido sellador


de tetas se impulsa sobre cada teta, para que quede embebida del líquido y se con-
trole así la entrada de gérmenes causantes de mastitis (Figura 10.4). Después, se

El ordeño 163
procede al lavado de todo el equipo utilizado, de tal modo que no le queden residuos
de leche; luego se procede a enjuagarlo muy bien con una solución de yodo y se
deja secar, en un lugar sin polvo, con las cubetas en posición invertida.

• La leche se vierte en el bote con tapa, pero antes se coloca en la entrada


del bote la manta de cielo para que se cuele (Figura 10.5); esto se repite cada vez
que se deposita leche y se tapa inmediatamente para evitar la entrada de polvo
o moscas. El bote se debe mantener en la sombra. La leche destinada a elabo-
rar quesos, se debe pasteurizar inmediatamente y eliminar cualquier posibilidad de
crecimiento de microbios. Si la leche se va a enviar a un centro de acopio para la
fabricación de dulces u otro producto, se debe conservar y transportar fría, a una
temperatura cercana a 5°C. Si la leche se mantiene a temperatura ambiente, el cre-
cimiento de bacterias se incrementa rápida y considerablemente, al grado que se
acidifica (se agria) y se coagula.

Fig 10.1. Las cabras deben subir voluntariamente a la Fig. 10.2. Limpia y desinfección de tetas antes del
plataforma de ordeño. ordeño.

164 Manual de producción caprina


Fig. 10.3. Ordeño manual por atrás. Fig. 10.4. Sellado de tetas después del ordeño.

Fig. 10.5. Colado de la leche recién ordeñada.

El ordeño 165
166 Manual de producción caprina
Capítulo 11

El queso y
la quesería

En su mayor parte, la leche de cabra se transforma en quesos, de los


cuales existen más que 2000 tipos en el mundo. Cada región produce un tipo
de queso que es diferente al de otra región. Los hay artesanales e industriales.
Los primeros son elaborados en pequeñas queserías por los mismos ganade-
ros, con métodos desarrollados localmente y un gusto y características que los
distinguen; generalmente llevan el nombre de la región que los produce. Los
segundos son elaborados a partir de grandes volúmenes de leche, tratan de
seguir la receta de alguno de los artesanales más afamados, y aunque lo con-
sigan sólo parcialmente, por razones comerciales al nombre o marca le añaden
la leyenda como “Queso tipo Oaxaca” (o Chihuahua, o Manchego, o Chedar,
etc.). Actualmente, la certificación de origen de quesos de cabra y oveja es una
estrategia de mercado en pleno desarrollo. El queso tradicional y artesanal de
cabra de pastoreo se ha producido por generaciones por los cabreros y sus
familias, por lo que sólo se requiere su mejora tecnológica para añadirle valor y
ampliar su comercialización (Figura 11.1). La mayor parte de la leche de cabra
en México se transforma en quesos artesanales.

Fig. 11.1. Quesos de tipo europeo y regio-


nal (rectangular) derivados de agostaderos
de San Luis Potosí, México (Fot. SEDARH).

El queso y la quesería 167


Hay varias formas de hacer queso. Para ello se requiere un local limpio que
evite los cambios extremos de temperatura que altere el proceso, leche limpia, cul-
tivos lácticos, cuajo, moldes y anaqueles para su conservación o maduración, así
como espacio, y los utensilios, accesorios y equipo básico que a continuación se
enumera:

• Construcción diseñada y destinada exclusivamente para la elaboración


de quesos (Figura 11.2).
• Fregadero de acero inoxidable con escurridero lateral.
• Mesa de trabajo con cubierta de acero inoxidable.
• Cocina o fogón para pasteurizar o calentar agua.
• Anaquel para madurar quesos.
• Refrigerador para almacenar los quesos listos para venta.
• Olla de acero inoxidable de 10 L de capacidad.
• Olla donde pueda caber la anterior para la pasteurización.
• Termómetro con escala de 1-100 °C.
• Tapabocas y gorros para el pelo.
• Cuchillo de 20- 25 cm de largo o lira para cuajada.
• Solución comercial de cuajo.
• Solución comercial de cloruro de calcio para quesería.
• Jeringa de 5 cm o pipeta de 10 cc.
• Colador grande de cocina o manta de cielo raso.
• Moldes con tapa para quesos (Figura 11.3).
• Solución desinfectante a base de yodo o hipoclorito de sodio.
• Jabón, cepillo y toallas de papel.
• Prensa para quesos o pesas de 3 y 6 kg.
• Papel para envolver quesos.
• Libreta de apuntes con lápiz.

168 Manual de producción caprina


Recepción de leche
Pasteurizadora Secado Lavadero

Mesa para
cuajar y
desuerar

Ventiladores
Ventilador de
pared
Tinas con salmuera Refrigerador Calentador

Tinaco

Mesa de modelado Empacado

Entrega de quesos
Fig. 11.2. Diagrama de una quesería artesanal.

Fig. 11.3. Moldes de PVC con tapas para quesos duros.

El local o área de la quesería debe estar alejado del corral de las cabras,
tener variaciones mínimas de temperatura en su interior, buena ventilación y estar
protegido de malos olores y polvos; las paredes internas deben ser lisas y fáciles
de lavar, preferentemente cubiertas de lozeta o azulejo, pisos con pendiente ligera
para favorecer la escorrentía, y puertas y ventanas con mosquiteros. Los tapabocas
y gorros desechables son similares a los que se usan en los quirófanos. Los moldes

El queso y la quesería 169


pueden ser de tubería blanca PVC para conducir agua; un tubo de 4-5 pulgadas de
diámetro se corta en tramos con el largo deseado, las asperezas dejadas por el corte
se deben lijar y con un taladro casero se le hacen perforaciones para que el suero
pueda drenarse durante el proceso de prensado. También se pueden hacer moldes
más anchos, de acuerdo con las costumbres y requisitos del mercado.

Pasteurización
La leche que se recibe en la quesería debe estar colada, limpia y recién
ordeñada. Se coloca en la olla de acero y se pone en baño María, introduciendo la
olla chica dentro de la grande, la cual debe tener un poco de agua limpia; se ajusta
la cantidad de agua para que esté al nivel de la olla interior y se colocan en el fogón
hasta que la leche llegue a 65°C. Se debe mantener con esta temperatura por media
hora, con variación mínima y sin dejar de agitarla con una cuchara metálica. Se saca
la olla de la leche, se cambia el agua caliente por agua fría a temperatura ambiente
y se introduce de nuevo la olla de la leche, buscando bajar la temperatura lo más
rápido posible hasta 39°C. Se pueden hacer adaptaciones a las ollas para facilitar
el intercambio deCONJUNTO
agua (Figura 11.4).
DE OLLAS PARA PASTEURIZACION CASERA

Manguera
MANGUERApara llenado
PARA
LLENADO

Olla
OLLAexterna
EXTERNA

OLLA
Olla INTERNA
interna

Manguera
MANGUERA para
desagüe
PARA DESAGUE

Fogón
ESTUFA

Figu.11.4. Conjunto de ollas para pasteurización casera.

170 Manual de producción caprina


Formación de la cuajada
La olla con la leche pasteurizada se coloca en la mesa de trabajo y se le
añade solución comercial de cloruro de calcio 20 cm3 por cada 10 L de leche, a la
vez que se mezcla bien con una cuchara.

Para proceder a cuajar es necesario mantener la leche a 29°C (Capraispana,


2005c), unque en muchos lugares se cuaja a temperaturas más altas, y realizar lo
siguiente:

• El cuajo se prepara tomando 1cm3 de la botella de cuajo comercial, o más


según lo recomendado en la etiqueta del producto para cada 10 L de leche, y se
mezcla con 0.25 L de agua tibia libre de cloro.

• Se añade esta solución a la leche y se agita para que quede bien mezclada y
se deja reposar para que comience la coagulación; durante este periodo no se debe
mover. Poco a poco comienza la coagulación, la cual se manifiesta por la separación
del suero de los grumos de la leche. Después de aproximadamente 30 minutos, la
cuajada flota en el suero.

• Se procede a la prueba del cuchillo. Se introduce la punta de un cuchillo en


la cuajada y se gira ligeramente intentando formar una grieta; la cuajada bien formada
debe separarse limpiamente y el color del suero debe ser amarillento.

• A continuación se realiza la operación de corte. Con el cuchillo o con una lira


se procede a cortar la cuajada, en línea recta a cada centímetro y después se hace
lo mismo en ángulo recto; al final quedan cuadros de 1 cm. El corte con lira es más
rápido.

• La cuajada se calienta a 40°C, se agita y deja reposar por 10 o 20 minutos.


Luego, se coloca en una manta previamente humedecida con agua caliente y se
cuelga por 10 o 30 minutos hasta que expulse todo el suero. En algunas partes la
cuajada se muele y después se coloca en los moldes, o se coloca directamente sin
moler en los moldes con agujeros.

El queso y la quesería 171


Moldeado

Al llenar los moldes se colocan encima de una rejilla sobre el escurridero del
fregadero, de manera que el suero no se acumule dentro del molde; si los moldes
tienen agujeros muy grandes, entonces se coloca una manta de cielo humedecida
en su interior y después se introduce la cuajada, presionándola con la tapa del mol-
de para que se expulse todo el suero y el queso tenga la firmeza correcta (Figura
11.5). El queso se mantiene en el molde al menos por 24 horas. En caso de que se
requieran quesos con mayor dureza, entonces se ejerce presión sobre el molde con
un peso de 3 kg, durante 2 horas; después se quita la manta y se vuelven a colocar
en los moldes para aplicarles presión nuevamente con un peso de 6 kg durante 24
horas, tiempo durante el cual los quesos se deben voltear dos o tres veces (Figura
11.6).

Fig. 11.5 . Moldes de PVC para queso duro. Note las Fig. 11.6. Prensa artesanal para queso duro (Venezuela).
perforaciones para la expulsión del suero (Venezuela).

172 Manual de producción caprina


Saladura

La salazón es importante para la formación de corteza y sabor del queso.


Para ello, los quesos se introducen de 1 a 5 horas en salmuera al 1.5% (en un vaso
de un litro se introducen 150 gramos de sal finamente molida y el resto se llena de
agua). La temperatura de la salmuera debe ser 15°C, y debe esterilizarse cada mes
calentándola a 80°C, además de reponer la sal que absorban los quesos. En algu-
nas partes se acostumbra mantener los quesos en salmuera hasta su venta, como
sucede en el altiplano potosino con el queso fresco tipo panela y el queso saltierra.

Reposo

Si la exigencia del mercado es de queso más seco, entonces después del


salado, los quesos se dejan reposar durante dos horas en una superficie limpia, de
preferencia sobre una rejilla para facilitar su aireación, y posteriormente se colocan en
estantes. Si durante este periodo de secado de los quesos aparecen hongos en su
superficie, entonces se raspan con un paño remojado en salmuera concentrada.

Maduración
Algunos mercados demandan quesos maduros; si este es el caso, se debe
contar con una cámara de maduración con una humedad de 80% y temperaturas
que oscilen entre 10 y 15°C. Si sólo se requiere para autoconsumo, en un conte-
nedor de plástico de 50x32x28cm se puede acondicionar una maduradora, para
lo cual después de limpiarlo y desinfectarlo con hipoclorito de sodio se le pone una
capa de agua de 2 cm de alto. Después se coloca una parrilla de plástico que sobre-
pase el nivel del agua, y sobre ella se colocan los quesos tapados con una manta.
El contenedor se coloca en un lugar frío, de 10 a 12°C, y cada semana se limpia, se
le cambia el agua y los quesos se voltean. Este ambiente permite el intercambio de
aire, evita que los quesos se resequen y favorecen su maduración. Se pueden dejar
madurar de 3 a 6 meses.

El queso y la quesería 173


Envoltura

Para envolver el queso para su venta, generalmente se usa papel blanco


encerado o plástico adherente (Figura 11.7); los quesos ya envueltos suelen cubrirse
con una bolsa de plástico sellada al vacío (Figura 11.8), o simplemente atada con
un cordón. Los quesos empaquetados se transportan en un contenedor o hielera a
temperatura de 8 a 15°C.

Fig. 11.7. Venta de quesos y dulces artesanales (México) Fig. 11.8. Quesos envueltos al vacío (México).
(Fot. SEDARH).

Problemas en quesos terminados y sus causas

Los problemas más comunes en la elaboración de quesos artesanales y sus


orígenes probables se enumeran a continuación (Capraispana, 2005c):

• Aparición de hongos. Demasiada humedad o frío; no se voltearon adecua-


damente; falta de limpieza en la cámara de maduración.

• Quesos inflados. Poca higiene; calentamiento insuficiente de la leche; con-


taminación del cuajo.

• Pasta de queso seca. Excesiva acidificación; corte retrasado; temperatura


demasiado alta; exceso de cuajo; exceso de sal.

• Agrietado. Acidificación excesiva; falta de calcio en la leche; contamina-


ción.

174 Manual de producción caprina


• Pasta esponjosa y blanda. Aplicación del cuajo en leche demasiada fría; faltó
desuerar; faltó sal.

• Pasta abierta. Poca higiene; leche sucia; faltó calcio.



• Sabor ácido. Excesiva acidificación; exceso de suero en la cuajada.

• Muy salado. Demasiada sal; temperatura de la salmuera demasiado baja.

• Sabor amargo. Leche amarga; temperatura de maduración demasiado


baja.

• Jabonoso. Manipulación brusca de la cuajada; contaminación.

El queso y la quesería 175


176 Manual de producción caprina
Bibliografía

Aguirre R., J. R.; H. Charcas S.; J. L. Flores F. 2001. El maguey mezcalero potosino.
COPOCYT y UASLP. San Luis Potosí, SLP. 87p.

American Boer Goat Association. 2004. Standard for improved Boer goat. www.
abga.org (Consultada en enero 2005).

American Dairy Goat Association. 1993. Linear appraisal system for goats. Spindale,
NC. USA. 18 p.

American Dairy Goat Association. 2000. Performance summary. Nubian. Spindale,


NC. USA. Vol. 47. 146 p.

American Dairy Goat Association. 2004. Guide book. Spindale, NC. USA.131 p.

American Meat Goat Association. 2004 Range performance test. www.meatgoats.


com fecha de consulta: Octubre 2004.

Andelt, W. F. 2004. Use of livestock guarding animals to reduce predation on lives-


tock. Sheep & Goat Res. J. 19:72-75.

Angelo State University, 2004. Meat goat test results. Meat Goat Monthly News.
11(10):4, 6.

Badillo O., B. 2004. Determinación de variables nutricionales del maguey mezcalero


potosino (Agave salmiana Otto ex. Salm-Dick) para su uso en rumiantes. Tesis de
maestría. Programa de Ganadería. Colegio de Postgraduados. Montecillo, Edo. de
México. 69 p.

Bibliografía 177
BNA. Banco Nacional Agropecuario. 1971. La ganadería caprina. México. 279 p.

Baril, G.; P. Brebion; P. Chesne. 1995. Manual de formación práctica para el tras-
plante de embriones en ovejas y cabras. FAO. Roma. 175 p.

Belanger, J. 1984. Cría moderna de cabras lecheras. Compañía Editorial Continental.


México, D.F. 171 p.

Binns, W. 1956. Chemical poisoning. In: Animal diseases. Yearbook of Agriculture.


Government Printing Office. Washington U.S. 591p.

Canals, V. D. A. 2004. La cabra Murciano-Granadina. ACRIMUR. 1a Exposición Na-


cional de la Cabra, el Queso y la Cajeta. Guanajuato, México. Presentación Power
Point 77 diapositivas.

Capote, J.; A. Tejera; M. Amills; A. Argüello; M. Fresno; J.L. López. 2004. Influen-
cia histórica y actual de los genotipos canarios en la población caprina americana.
Animal Genetic Resources Information. 35:49-60. (Consultada en ftp://ftp.fao.org/
docrep/fao/009/a0389t/a0389t03.pdf. Agosto 2007).

Capraispana. 2005a. La cabra Murciano Granadina. www.capraispana.com (Con-


sultada en Julio 2005).

Capraispana. 2005b. Comportamiento de las cabras en pastoreo. www.capaispana.


com (Consultada en Julio 2005).

Capraispana. 2005c. Curso completo de quesería casera. www.capraispana.com


(Consultada en Julio 2005).

Capraispana 2008. Origen de las cabras domésticas. www.capraispana.com (Con-


sultada en diciembre de 2008).

Capri-IA. 2001. Protocolos de inseminación artificial. Sersia. Francia. 16 p.

Caprine Supply. 2005. Your goat supply connection. Kansas, KS. USA. 63 p.

Carrillo E., M.E.; Q. López T.; J.R. Aguirre R. 1981. Relación entre peso y edad
aparente de cabras en agostaderos del altiplano potosino-zacatecano. En: Avances
en la Enseñanza e Investigación. Colegio de Postgraduados. Chapingo, México. pp.
18-19.

Carrera, C.; E. Aguirre. 1970. Hábitos de pastoreo de las cabras. En: XII Informe

178 Manual de producción caprina


de Investigación. ITESM. División de Ciencias Agropecuarias y Marítimas. Monterrey,
NL. México. pp. 166 - 168.

Corcy, J. C. 1993. La cabra. Mundi-Prensa. Madrid, España. 307 p.

Combs, S. 2001. Dairy goat directory. Texas. Department of Agriculture. Leaflet.


Austin, TX. USA. 55 p.

Dawson, L. J. 2002. Pregnancy diagnosis in goats. In: Proceeding of the 17th Goat
Field Day. E. (Kika) de la Garza Institute for Goat Research. Oklahoma, OK. USA. pp.
41-44.

Dawson, L. J. 2003. Basic goat husbandry. In: Proceeding of the 18th Goat Field
Day. E. (Kika) de la Garza Institute for Goat Research. Oklahoma. OK. USA. pp. 19-
25.

Daza A., A.; C. Fernández M.; A. Sánchez L. 2004. Ganado caprino: Producción,
alimentación y sanidad. Agricultura Española. Madrid, España. 312 p.

De Luca, T. 1986. Fertilidad y subfertilidad del macho ovino y caprino. En: P. Pioján
y J. Tórtora. (eds.). Principales enfermedades de los ovinos y caprinos. UNAM. Méxi-
co, D.F. pp. 145-154.

Delgado, J. V.; J.M. León y J. Quiroz. 2005. Esquema de selección de la raza ca-
prina Murciano-Granadina. De-Cabras ANCC de raza Murciano-Granadina. España.
No. 0. Edición para socios. pp. 2-3.

Dickinson, F. N.; H. D. Norman. 1984. Linear type appraisal for dairy goats. Inter.
Goat & Sheep Res. 2:189-192.

Dupchak, K., 2005. Nitratos en forrajes para vacas lecheras. Area de industria ani-
mal. Manitoba Agricultural & Food. University Crescent. Winnipeg, Manitoba. Canadá
R3T 5S6. pp. 204-545 (www.alfinal.com/Salud/nitratosforrajes.shtml. Consultada en
Julio 2005).

Echeverría, L. M. 1960. La ganadería mexicana. Banco de México. México, D.F. 188


p.

Ersigen, R.F.; R.K. Zurich. 1971. La cría de cabras en Suiza. Asociación Suiza de
Criadores de Cabras. Berna, Suiza. 22 p.

Esparza, S. C. 1988. Historia de la ganadería en Zacatecas 1531-1911. Departa-

Bibliografía 179
mento de Investigaciones Históricas, Universidad Autónoma de Zacatecas. Zacate-
cas, Zac. México. 171 p.

Esteban M., C. y T.D. Tejón. 1986. Catalogo de razas autóctonas españolas: Espe-
cies ovina y caprina. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Madrid, España.
233 p.

FAO. (2004). Statistical database. http//apps.fao.org. Consultada en Agosto 2007.

FAOSTAT, 2001. Livestock.Stocks&Domain. (http://apps.fao.org/page/


form?collection=Production. Consultada en julio 2005).

Flores V., C. A.; J. R. Aguirre R. 1978. El nopal como forraje. Universidad Autónoma
Chapingo. Chapingo, México. 89 p.

Frey, F.E. 1960. How American La Manchas came in to being. Dairy Goat J. January.
(www.lamanchas.com Consultada en Enero 2005).

Gall, C. 1980. Relationship between body conformation and production in dairy


goats. J. Dairy Sci. 61: 1768-1781.

Gipson, A. 2004. Oklahoma meat buck performance test final report. Meat Goat
Monthly News. 11(8):

García E., H. 1983. Caracterización de la ganadería caprina ejidal en el municipio de


Concepción de Oro, Zacatecas. Tesis profesional. Universidad Autónoma Chapingo.
Chapingo, México. 103 p.

Gómez G., A. 1966. Plantas tóxicas para el ganado en la zona semiárida de San Luís
Potosí. Tesis profesional. Escuela Nacional de Ciencias Biológicas. Instituto Politéc-
nico Nacional. México, D.F. 75 p.

Gómez G., A. 2007. Visita a la granja de cabras Murciano-Granadinas de Granada,


España. Acontecer Ovino-Caprino. 8(37):14-18.

Gómez R., W.J. 2007. La caprinocultura como elemento articulador del desarrollo
rural en el altiplano potosino. Tesis doctoral. Programa Multidisciplinario de Posgrado
en Ciencias Ambientales. UASLP. San Luis Potosí, SLP. México. 173 p.

Gutiérrez, A. C. 1998. Aplicación de la ultrasonografía en reproducción animal. En:

180 Manual de producción caprina


Memorias Seminario Internacional Aplicación de Técnicas Biotecnológicas en la
Reproducción de Ovinos y Caprinos. Universidad Autónoma Chapingo. Chapingo,
México. pp. 12-21.

Guss, S.B. 1977. Management and diseases of dairy goats. Dairy Goat. J. Publish.
Scottsdale, Arizona. USA. 222 p.

Hart, C. R.; T. Garland; A.C. Barr; B.B. Carpenter; J.C. Reagor. 2003. Toxic plants of
Texas. Texas Cooperative Extension. Texas A&M University Press. College Station,
TX. USA. 247 p.

Herrera G., M.; M. Luque C.. 2005. Estado actual de las razas caprinas de extensivo
de carne. 11p. (www.agroinformacion.com. Consultada en Octubre 2005).

Herrera, M.; F. Peña; E. Rodero y A. Molina. 2008. Sobre los orígenes de las razas
caprinas españolas (Google, consultada en diciembre de 2008).

Haenlein, G.; D.L. Ace. 1984. Extension goat handbook. Extension Service, USDA.
Washington, D. C. USA. 390 p.

Hobson, P. 1977. Tan your hide. Garden Way. Charlotte, Vermont, USA. 135 p.

Huston, E. 1992. Nutrition and feeding of the meat goat. In J.C. Parshal and C.W.
Hanselka (eds.): Proceeding of the International Conference on Meat Goat Produc-
tion, Management and Marketing. Texas A & M University System. College Station,
TX. USA. pp. 53-59.

Iwata, E. 1993. Técnica del cultivo de la morera en la zona aledaña a la ciudad de


San Luís Potosí. Reporte Técnico. SAGARPA. San Luis Potosí, SLP. México. 42 p.

International Kiko Goat Association. 2005. Selection parameters and production traits
(http://www.kikogoats.com. Consultada en Septiembre de 2005).

López A., S. 2004. Evaluación nutrimental y de calidad de ensilados de magueyes


tiernos, quiotillos y castrados (Agave salmiana Otto ex. Salm- Dick). Tesis profesional.
Facultad de Agronomía. UASLP. San Luis Potosí, SLP. 21 p.

López T., Q.; J.R. Aguirre R.; G. Torres H. 1981. Estudio de cinco explotaciones
caprinas en agostaderos del altiplano potosino. Chapingo. 8(41):75-79.

López M., A. 2004. Brucella. Esc. Nal. Ciencias Biologicas, IPN. (www. google Bru-
cella Lopez Merino. Consultada en Noviembre 2004).

Bibliografía 181
James L., F.; J.F. Bennet; K.L. Parker; K.G. Parker; K.G. Keeler; R.F.W. Binns; B.
Lindsay. 1968. Loco plant poisoning in sheep. J. Range Manag. 21(6):360-365.

Matthews, J. 1999. Diseases of the goat. Blackwell. Oxford. UK. 364 p.

Martínez D.I.; V.D.A. Chávez. 2001. Uso de los residuos de la elaboración del mezcal
en la alimentación de borregas. Tesis Profesional. Facultad de Agronomía. Universi-
dad Autónoma de San Luis Potosí, S.L.P. México. 49 p.

Martínez R., R. D.; A.A. Mastache L.; L. Reyna S.; J. Valencia M.. 2005. Compor-
tamiento productivo de tres razas caprinas, bajo condiciones de trópico seco en
Guerrero. Veterinaria México. 36(2):147-157.

Mason, I. L. 1981a. Wild goats and their domestication. In: C. Gall (ed.). Goat pro-
duction. Academic. London. UK. pp. 35-55.

Mason, I. L. 1981b. Breeds. In: C. Gall (ed.). Goat production. Academic. London.
UK. pp. 57-110.

Makkar, H. 2001. Frequently asked questions on urea-molasses-multinutrient block


technology (UMMB). Animal Production and Health Section. International Atomic
Energy Agency. Vienna, Austria. 16 p.

Mellado, M.; A. Rodríguez; A. Olvera; J.A. Villarreal; R. López. 2004. Diets of Nubian
and Granadina goats grazing on arid rangeland. J. Range Manag. 57:630-634.

Mendoza L., J.J.; Q. López T.; J.R. Aguirre R. 1982. Estudio del crecimiento de ca-
britos en agostaderos del altiplano potosino. En: Avances de la enseñanza e Investi-
gación. Colegio de Postgraduados. Chapingo, México. p. 324.

Mowlen, A.1996. Goat farming. Farming Press. London. U.K. 200 p.

Norma Oficial Mexicana NOM-041-ZOO. 1995. Campaña nacional contra la brucelo-


sis en los animales. Diario Oficial de la Federación. México D.F. 08-20-96. 22 p.

NRC (Nacional Research Council). 1985. Ruminant nitrogen usage. National Acade-
my Press. Washington, D.C. USA. 138 p.

Olcott B., M. 1995. Diseases of the gastrointestinal system of goats. In: Proceedings
Goat Field Day. E. (Kika) de la Garza Institute for Goat Research. Oklahoma, OK.
USA. pp. 43-55.

182 Manual de producción caprina


Peña A., L.Y. 2005. Concentración de protozoarios y variables ruminales de borre-
gos alimentados con maguey (Agave salmiana). Tesis Profesional. Facultad de Agro-
nomía. Universidad Autónoma de San Luis Potosí. San Luis Potosí, México. 25 p.

Pinos R., J.M.; J.R. Aguirre R.; J.C. García L.; M.T. Rivera M.; S. González M.; S.
López A.; D. Chávez V. 2006. Use of maguey (Agave salmiana Otto ex Salm-Dick) as
forage for ewes. Journal Applied Animal Research. 30:101-107.

Pinos R., J.M.; R. Duque B.; J.A. Reyes A.; J.R. Aguirre R.; J.C. García L.; S. González
M. 2006. Effect of species and age on nutrient content and in vitro digestibilitiy of
Opuntia spp. Journal Applied Animal Research. 30:13:17.

Pinos R., J.M.; J. R. Aguirre R.; M. Mellado; J.C. García L.; G. Álvarez F.; J.C. Méndez
V. 2007. Chemical and digestibility characteristics of some woody species browsed
by goats in central Mexico. Journal Applied Animal Research. 32:149-153.

Pinos R., J.M.; J.C. Velázquez B.; S.S. González M.; J.C. García L.; J.R. Aguirre R.;
R. Bárcena. 2007. Evaluation of cactus pear (Opuntia ficus-indica) as forage in a high
concentrate total mixed ration on finishing lambs. Journal Applied Animal Research.
32:161-164.

Pinos R., J.M.; S. González M.; B. Badillo; J.C. García L.; J.R. Aguirre R.; S. Infante.
2008. Chemical composition and ruminal in vitro degradation of fresh or silage of
Agave salmiana Otto ex Salm-Dick. Journal Applied Animal Research. 33:45-48.

Quittet, E. 1990. La cabra. Mundi-Prensa. Madrid, España. 318 p.

Ramírez R., G. 1992. Meat goat diet and nutrition on rangeland. In: Proceeding of the
International Conference on Meat Goat Production, Management and Marketing. J.
C. Paschal and C. W. Hanselka (eds.). Texas A&M University System. College Sta-
tion, TX. USA. pp. 103-111.

Ramírez R., G. 1997. Influencia del forraje de arbustos nativos en el balance de ni-
trógeno en cabras. XII Reunión Nacional de Caprinocultura. Universidad Autónoma
Agraria Antonio Narro. Torreón, Coahuila. México. pp 1-7.

Ramírez T., H.M. 2006. Productividad primaria y calidad nutrimental de nopal (Opun-
tia spp. y Nopalea sp.) en condiciones intensivas. Tesis de maestría. Programa Mul-
tidisciplinario de Postgrado en Ciencias Ambientales. Universidad Autónoma de San
Luis Potosí. San Luis Potosí, SLP. México. 70 p.

Ramírez T., H.M.; J.A. Reyes A.; J.M. Pinos R.; J.R. Aguirre R. 2007. Efecto de la

Bibliografía 183
especie y madurez sobre el contenido de nutrientes del cladodio de nopal. Agrocien-
cia. 41(6):619-626.

Ramos C., J.R. 2005. Evaluación de dietas integrales con ensilado de maguey (Aga-
ve salmiana) y alfalfa en cabritas. Tesis Profesional. Facultad de Agronomía. Universi-
dad Autónoma de San Luis Potosí. San Luis Potosí, SLP. México. 24 p.

Reinhardt R., M.; A. Hall. 2005. Nubian history and Great Britain. International Nubian
Breeder Association (www.i-n-b-a.org. Consultada en Octubre 2005).

Rivera M., M.T. 2003. Desaparición ruminal in vitro y calidad nutricional del maguey
mezcalero potosino (Agave salmiana). Tesis Profesional. Facultad de Agronomía. Uni-
versidad Autónoma de San Luis Potosí. San Luis Potosí, SLP. México. 27 p.

Rouse J., N. 1977. The Criollo: Spanish cattle in the Americas. University of Oklaho-
ma. Oklahoma, OK. USA. 312 p.

Rubio P., J. 1952. Tipos de oreja y su herencia en la cabra. Arch. Zoot. 1:24-39.

Sánchez M., D. 2002. Mulberry for animal production. Animal Production and Health
Paper 147. FAO. Rome. 331 p.

Sales L., S. 1975. La cabra productiva. Sintes. Barcelona, España. 202 p.

SDA. 2006. Secretaría de Desarrollo Agropecuario del Gobierno de Guanajuato,


México. Alternativas forrajeras para Guanajuato (www.guanajuato.gob.mx/sda/arti-
culos. Consultada en mayo 2006).

Shepherd J., H. 1976. The Australian Merino Society nucleus breeding scheme.
In: G. J. Tome; D. E. Robertson; R. J. Ligtfoot (eds.). Sheep breeding. International
Congress. Muresk and Perth, Western Australia. Western Australia Institute of Tech-
nology. Perth, Australia. pp. 188-199.

SIAP. 2005. Información pecuaria. (http://www.siap.sagarpa.gob.mx. Consultada en


Agosto de 2007).

Sierra V., A.; A. Molina; J. V. Delgado; Z.J. Hernández; M. Rivera. 1997. Zoochteni-
cal description of the Creole goat of the Oaxaca region (México) Animal Genetic
Resources Information- FAO. Italia. 21:61-70.

Sinn, R. 1986. Raising goats for milk and meat. Heifer Project International Training
Course. Little Rock, AR. USA. 194 p.

184 Manual de producción caprina


Smith, M.C.; D.M. Sherman. 1994. Goat medicine. Lippincott Williams & Wilkins.
Baltimore, MA. USA. 620 p.

Sobral, M.; C. Antero; B.J. Domingos; D.A. Nabais. 1987. Animal genetic resources,
indigenous breeds. Sheep and Goats. Direccao General Pecuaria. Lisbon. Portugal.
205p.

Sperry, O. E.; J.W. Dollahite; G.O. Hoffman; B.J. Camp. 1968. Texas plants poiso-
nous to livestock. Texas Agricultural Extension Service.B1028. 59p.

Squires, V.R. 1988. Agua y sus funciones, regulación y empleo comparativo por los
ruminates. En: D.C. Church (Ed.). El rumiante. Fisiología digestiva y nutrición. Acribia.
Zaragoza, España. pp. 243-253.

Taylor, C.A. 2004. Biological management of noxious brush. In: W. Hamilton et al.
(eds.). Brush management past, present, future. Texas A & M University Press. Co-
llege Station, TX. USA. pp. 153-163.

The Boer Goat Breeders’ Association of South Africa. 2005. Breed standard of the
Boer goat. South African Stud Book.. www. Boer Goat Breeders’ Association of South
Africa. Consultada en Enero 2005.

Ueckert, D. N. 2004. A historical perspective. In: W. Hamilton et al. (eds.). Brush


management past, present, future. Texas A & M University Press. College Sation, TX.
USA. pp. 99-120.

Valencia, P.M.; H.H Montaldo V. 2004.Avances del mejoramiento genético de ca-


prinos lecheros en Guanajuato. 1a Exposición Nacional de la Cabra, el Queso y la
Cajeta. Celaya, Guanajuato. México. 19 p.

Velázquez B., J. C. 2004. Valoración nutrimental de la planta completa y de las hojas


del desvirado de magueyes (Agave salmiana Otto ex. Salm-Dyck) tiernos, quiotillos
y castrados. Tesis profesional. Facultad de Agronomía, UASLP. San Luis Potos’, S.
L. P. 24p.

Vera G., T. 1998. Sistema de la glándula mamaria en cabras lecheras. Facultad de


Medicina Veterinaria y Zootecnia. Universidad Autónoma de Nuevo León. Monterrey,
Nuevo León.México. 40 p.

Wilkinson, J.M.; B.A. Stark. 1989. Producción comercial de cabras. Acribia. Zarago-
za, España. 165 p.

Bibliografía 185
186 Manual de producción caprina

También podría gustarte