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CURSO A DISTANCIA DE CIENCIAS DEL EJERCICIO NIVEL I

Primera Edición – Año 2006

Bioquímica del Ejercicio 3

Lic. Eliana Terrera

RESUMEN
Una de las maneras que posee el organismo para
aumentar su eficiencia metabólica, es la disponibilidad de
moléculas altamente específicas que le permitan mejorar
e incrementar la velocidad de las reacciones que se
producen en el organismo. Estas reacciones metabólicas
que ocurren en el reposo, se maximizan durante el
ejercicio, debido a que los requerimientos metabólicos
son aún mayores. Este papel fundamental de contribución
en la eficiencia, lo realizan las denominadas “enzimas”,
que contribuyen a acelerar las reacciones químicas que en
nuestro organismo ocurren. Estas moléculas enzimáticas
son altamente específicas y participan en reacciones
anabólicas, como puede ser la síntesis de un nutriente,
como catabólicas, en la cual este mismo nutriente o
cualquier otro es degradado, por ejemplo durante el
ejercicio.
Cuando los nutriente son degradados para obtener energía
durante el reposo y durante el ejercicio, este proceso
puede ser llevado a cabo para algunos nutrientes en el
citoplasma de la célula, y para otros, en el interior
mitocondrial. Los hidratos de carbono, los lípidos, y en
situaciones especiales las proteínas, pueden ser
catabolizados en la mitocondria de las células. Cuando
esto ocurre, se denomina a este proceso metabólico como
“oxidación”, en el cual se puede producir la asociación a
moléculas de oxígeno, la pérdida de hidrógeno, o la
pérdida de electrones.
En la membrana mitocondrial, existe un conjunto de
aceptores y dadores de electrones que constituyen la
cadena respiratoria de las mitocondrias. En la cadena
respiratoria, se pone en marcha un proceso denominado
“fosforilación oxidativa” por medio del cual se sintetiza
ATP a través de la energía liberada en ese transporte de
electrones. En ciertas ocasiones, el flujo de electrones en
la cadena respiratoria es alto, por lo que la producción de
ATP aumenta, mientras que en otros, la biosíntesis de
ATP se reduce.
ENZIMAS
Las enzimas son moléculas que poseen función catalítica,
es decir, moléculas capaces de acelerar una reacción
química. Esto es vital en nuestro organismo, ya que si
éstos aceleradores no estuvieran presentes, las reacciones
químicas que deberían transcurrir se producirían tan
lentamente, o de hecho no se producirían y sería
prácticamente imposible mantenernos con vida. Las
enzimas poseen entonces, un gran poder catalítico y
pueden acelerar las reacciones enzimáticas, multiplicando
la velocidad de estas por un millón de veces e incluso
más (Stryer 1995). Por ejemplo, ya hemos analizado en el
manuscrito de Bioquímica del ejercicio II, una reacción
que ocurre en los glóbulos rojos:
CO2 + H2O ↔ H2CO3
Esta reacción es reversible, y se encuentra catalizada por
la enzima “anhidrasa carbónica”, quien es una de las
enzimas más rápidas que se conocen. Cada molécula
enzimática es capaz de hidratar 1x105 moléculas de
dióxido de carbono en un segundo. Esta reacción,
catalizada por esta enzima, es 1x107 veces más rápida
que la misma reacción sin catalizar.
Cuando las enzimas desempeñan su función catalítica, no
se desgastan en ese proceso, ni forman parte de los
productos que se forman en la reacción catalizada.
Además de “acelerar” la velocidad de una reacción, las
enzimas son moléculas “altamente específicas”, es decir
que catalizan reacciones particulares y sustancias
particulares. Estas sustancias particulares son los
denominados “sustratos” de la enzima. Las enzimas son
tan específicas en la reacción que catalizan que pueden
discriminar de un isómero D o un isómero L y producir
en uno de ellos la catálisis y no en el otro.
Pueden distinguirse enzimas intracelulares y
extracelulares. Las primeras, desempeñan su función

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catalítica en las células del organismo donde son
producidas, mientras que las extracelulares, son
segregadas por las células y pasan hacia la sangre o hacia
los jugos digestivos u otros líquidos biológicos donde
aceleran reacciones específicas (Menshikov y Volkov
1990)
NOMENCLATURA Y CLASIFICACIÓN DE LAS
ENZIMAS
La presencia de la terminación, o sufijo “asa” en el
nombre de una sustancia, nos da la pauta de la presencia
de que dicha sustancia desempeña funciones enzimáticas.
Es decir, una lipasa por ejemplo, es una enzima (sufijo
asa) que es capaz de catalizar lípidos, o una proteasa, es
capaz de catalizar proteínas. Sin embargo, no todas las
enzimas llevan como prefijo el tipo de sustrato que
catalizan, por lo que muchas enzimas tienen nombre
arbitrarios. Si bien pueden seguirse criterios de
clasificación, nosotros nos remitiremos simplemente a
dividirlas en seis grandes grupos:
Oxidoreductasas
Son enzimas que catalizan reacciones de oxido-reducción
(ver oxido-reducción en el apartado de bioenergética en
este manucrito).
Transferasas
Tiene como función catalizar la transferencia de un grupo
de átomos desde un sustrato a otro.
Hidrolasas
Catalizan la reacción de un sustrato con la participación
del agua.
Liasas
Catalizan la ruptura de un sustrato generando dos
productos a partir de un solo sustrato.
Isomerasas
Son enzimas que catalizan la interconversión de isómeros
de distintos tipos.
Ligasas
Estas enzimas también son denominadas como sintetasas,
ya que su función es intervenir en la síntesis o formación
de un compuesto más complejo, a partir de dos más
simples. La energía necesaria para esta síntesis, deriva de
la ruptura o hidrólisis del ATP.
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NATURALEZA QUÍMICA DE LAS ENZIMAS Y
COENZIMAS
La mayoría de las enzimas, salvo contadas excepciones
(ARN con capacidad catalítica), son químicamente
“Proteínas”. Algunas enzimas son solo proteínas simples,
constituidas solo por aminoácidos (ver clasificación de
proteínas en manuscrito Bioquímica del ejercicio 2), otras
constituidas por la asociación de varias subunidades, es
decir son proteínas oligoméricas.
Existen algunas enzimas que requieren de otras
moléculas de tipo orgánico para cumplimentar con su
función. Esas moléculas ayudantes son denominadas
“Coenzimas”. Las coenzimas son esenciales para la
producción de una determinada reacción química, ya que
sin ellas la enzima permanecería inactiva (Rodwell y
Kennelly 2001 (a)). Entre las enzimas que requieren
coenzimas se encuentran las oxidoreductasas, las
transferasas, las isomerasas y ligasas (Blanco 1996).
Las coenzimas, químicamente no son moléculas proteicas
como casi la totalidad de las enzimas. En general, muchas
coenzimas son “derivados de la vitamina B” y del
“AMP” (adenosina monofosfato).
Las coenzimas pueden encontrarse enlazadas
covalentemente o con algún otro tipo de fuerza no
covalente a la enzima. En estos casos se suele denominar
a las coenzimas como “grupos prostéticos”. Existen otro
tipo de coenzimas que son de difusión libre, es decir que
no se hallan unidas directamente a la enzima, sino que
realizan funciones de acarreo y de transferencia (ver
cadena respiratoria en este manuscrito).
Las coenzimas pueden unirse a diferentes enzimas, y por
lo tanto a diferentes sustratos, lo que indica que es la
enzima y no la coenzima quien posee una alta
especificidad por un sustrato.
Existen algunos iones (Mg2+, Ca2+, Fe2+, entre otros) que
si bien no son coenzimas, desempeñan funciones en el
mantenimiento de la estructura terciaria y cuaternaria de
la enzima o en la propia actividad catalítica de la enzima.
Estos iones, si son metálicos se denominan como
“metaloenzimas”.
CATÁLISIS ENZIMÁTICA
El proceso catalítico que desempeña una enzima, implica
en primer lugar la formación de un complejo enzima-
sustrato (E-S), que luego de producida la reacción se
disociará en enzima y producto según la siguiente
reacción esquemática:
E + S ↔ ES → E + P
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(Donde E: enzima, S: sustrato, ES: complejo enzima-
sustrato, P: producto de la reacción enzimática).
Como puede observarse, luego de ocurrida la reacción, la
enzima aparece sin cambios y nuevamente puede ser
reutilizada para la catálisis de otras moléculas de sustrato.
De esta manera, muy pequeñas cantidades de enzima
aceleran la velocidad de una reacción y la misma
molécula puede ser reutilizada un gran número de veces
(Blanco 1996).
EL SITIO ACTIVO
Las enzimas, son proteínas de un gran tamaño
comparadas con su sustrato, por lo que se generó el
concepto de “sitio activo” o “sitio catalítico” para hacer
referencia a una región en particular de toda la proteína
para la realización de la catálisis (Rodwell y Kennelly
2001 (b)). Para que la actividad catalítica tenga lugar, una
vez que el sustrato se ha unido a la enzima, se produce un
reordenamiento o acomodación tridimensional altamente
específica en las cadenas laterales de los aminoácidos que
constituyen a la proteína enzimática. De esta manera, el
sitio activo, no es solo un espacio arbitrario sino un
conglomerado o agrupación de un grupo específico de
aminoácidos que se acomodan en un ordenamiento
espacialmente definido.
Un modelo de sitio catalítico fue propuesto por Fischer
donde se analiza la interacción de la enzima con el
sustrato en forma de “llave-cerradura”, donde el acople
era recíproco y preciso entre ambas estructuras (Figura
1).
Figura 1. Representación de la formación del complejo
enzima-sustrato según la hipótesis de llave-cerradura.
Tomada de Blanco 1996.
El modelo de Fischer permitió mostrar la especificidad de
la enzima por el sustrato, pero también, mostró un sitio
activo rígido, y éste verdaderamente no lo es. En
realidad, la enzima sufre cambios muy dinámicos durante
la catálisis, por lo que se acudió a un modelo más amplio,
denominado modelo de “ajuste inducido” de Koshkand
(Rodwell y Kennelly 2001 (b)). En este modelo, el
sustrato induce cambios en la conformación de la enzima.
Deberíamos pensar en una mano (sustrato) que ingresa al
interior de un guante (enzima) y le modifica su forma
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para acoplársele. Recíprocamente, la enzima induce
también cambios en el sustrato.
Esta disposición puede observarse en la figura 2, donde
en ausencia del sustrato, la enzima posee una
conformación espacial determinada, mientras que al
acercarse el sustrato, la conformación de la proteína se
modifica y alinea para el ensamblaje.
Figura 2. Representación bidimensional del modelo de
ajuste inducido mediante un cambio conformacional en la
estructura de la proteína. Tomada de Rodwell y Kennelly
2001 (b).
CINÉTICA QUÍMICA. AUMENTO DE LA
VELOCIDAD DE LAS REACCIONES QUÍMICAS
Cuando se produce una reacción química, se rompen o se
forman enlaces entre elementos, se modifican las
interacciones entre ellos, etc. Para que esto ocurra, las
moléculas deben chocar entre si con una orientación
adecuada para encontrarse y con una determinada energía
para poder producir las modificaciones necesarias que
lleven a desencadenar la reacción.
La velocidad a la cual transcurre una determinada
reacción puede expresarse a través de la cantidad de
producto formado en la unidad de tiempo, o a través de la
cantidad de reactivo consumido en la unidad de tiempo.
No todas las reacciones que se producen, ocurren a la
misma velocidad. Puede suceder que una determinada
reacción tenga la tendencia a ocurrir, es decir sea una
reacción espontánea, pero eso no implica que la
velocidad de reacción sea necesariamente elevada.
Ya hemos mencionado que las moléculas deben
encontrarse, chocar entre ellas y que necesitan energía
para ello. Esa energía puede ser energía de rotación,
traslación, vibración, etc. Las moléculas deben vencer
una especie de barrera inicial, antes de que se produzca la
reacción. Es decir, es necesario, suministrar energía
(energía de activación) para que las moléculas reactivas
alcancen un “estado activado” (Figura 3 reacción I).
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Figura 3. Modificaciones energéticas durante el transcurso de una
reacción no catalizada (Reacción I), y una reacción catalizada
enzimáticamente (Reacción II).
La magnitud de la energía de activación que necesitan las
moléculas, es variable dependiendo de cada reacción.
Una vez que las moléculas alcanzan el estado activado y
superan esa barrera energética, la reacción se produce y
conduce a un estado energético menor, es decir de mayor
estabilidad (C + D en la figura reacción I)
Una manera de acelerar una reacción y que disminuya su
nivel de energía de activación (reacción II) es entregar
energía a los reactivos para que alcancen el estado
activado, en forma de calor. Esto, aumenta la energía
interna de las moléculas y coopera en la producción de
choques entre ellas. Este efecto neto sería el incremento
de la temperatura corporal por ejemplo durante la
realización de actividades físicas, lo que promueve un
aumento de la actividad enzimática.
ZIMÓGENOS
Existe un grupo de enzimas que son sintetizadas como
precursores inactivos. A este grupo se los denomina
como zimógenos, proenzimas o preenzimas. Estos
zimógenos permanecen inactivos hasta que alguna señal
específica genera la hidrólisis de la molécula y se
transforman en enzimas activas. Un zimógeno posee una
porción de la cadena polipeptídica que las mantiene
inactiva. Al producirse el estímulo específico, se produce
la ruptura de dicho segmento y la enzima reacomoda su
sitio activo y adquiere capacidad catalítica. Un zimógeno
conocido entre otros, es el pepsinógeno en el estómago,
que se transforma en pepsina (enzima activa) y promueve
la degradación de ciertos enlaces peptídicos en las
proteínas para favorecer su digestión y transformación en
moléculas más simples como los aminoácidos.
DISTRIBUCIÓN INTRACELULAR DE LAS
ENZIMAS
La gran mayoría de las enzimas son sintetizadas
intracelularmente y se encuentran en sitios específicos en
el interior celular. Es decir que la disposición enzimática
no es azarosa, sino que se encuentra vinculada a la
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función y el sitio de la célula donde la enzima debe
cumplir con su función. Por ejemplo, la glucosa, que es
degradada para obtener energía en el proceso
denominado glucólisis, posee las enzimas responsables
de este proceso en el citoplasma de la célula, mientras
que las enzimas que intervienen en los procesos de
producción de energía por vía aeróbica se encuentran en
el interior mitocondrial, o las que realizan funciones de
transporte se asocian a las membranas. De esta manera, la
biosíntesis y la compartamentalización que poseen las
enzimas intracelularmente, se encuentra vinculada a la
eficiencia en el cumplimiento de su función en un lugar
específico de la célula.
Algún otro grupo de enzimas son denominadas como
extracelulares, ya que son sintetizadas en las células y
posteriormente son exportadas hacia otro sitio donde
deben cumplir con su función. Nuevamente un ejemplo
de este grupo son algunas enzimas digestivas, por
ejemplo sintetizadas por el páncreas y segregadas hacia el
intestino delgado para la digestión de lípidos, proteínas e
hidratos de carbono.
SISTEMAS MULTIENZIMÁTICOS
Las enzimas además de ubicarse en sitios específicos de
las células para llevar a cabo su actividad catalítica,
también pueden encontrarse constituyendo verdaderos
complejos, integrados por varias enzimas que
desempeñan funciones complementarias. Es decir una
primera enzima realiza su actividad catalítica y el
producto de esta reacción se constituye en el sustrato de
la siguiente enzima ordenada específicamente dentro del
complejo (ver reacciones desarrolladas en la cadena
respiratoria en este manuscrito).
DETERMINACIÓN DE LA ACTIVIDAD
ENZIMÁTICA
Para medir la actividad que realiza una enzima, puede
determinarse la cantidad de producto formado en un
tiempo dado.
La realización de esta determinación implica medir la
“velocidad inicial” de la reacción enzimática, es decir la
velocidad a la cual la cantidad de sustrato consumido es
insignificante en relación con la cantidad total presente
en la muestra (Blanco 1996). Esta velocidad se
corresponde a un consumo de sustrato inferior al 20% de
la muestra original, idealmente alrededor del 5%.
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FACTORES QUE MODIFICAN LA ACTIVIDAD
ENZIMÁTICA
Existen diversos factores que pueden modificar la
actividad catalítica de una enzima. Entre estos factores se
hallan:
• Concentración de la enzima
• Concentración del sustrato
• Temperatura
• pH
Concentración de la Enzima
La cantidad de enzima que se encuentre presente para
producir una determinada reacción catalítica es
esencialmente importante cuando se cuantifica la
actividad que posee esta enzima en dicha reacción. En
otros términos, es posible establecer una relación entre la
cantidad de enzima y la actividad de dicha enzima. Es
decir, que existe una relación directamente proporcional
entre la concentración de una enzima y la velocidad de su
actividad catalítica (Figura 4)
Figura 4. Efecto de la concentración de la enzima sobre la velocidad
de la reacción.
Concentración de Sustrato
Para determinar si la concentración de sustrato puede
afectar la velocidad enzimática de una determinada
reacción catalítica, debe dejarse constante la
concentración de la enzima y analizar la respuesta de la
actividad enzimática frente a diferentes concentraciones
de sustrato. En este caso, la curva que se obtiene es de
tipo hiperbólica. (Figura 5).
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Figura 5. Efecto de la concentración de sustrato sobre la actividad
enzimática.
En esta representación, podemos observar que,
inicialmente al aumentar la concentración de sustrato, la
actividad enzimática aumenta rápidamente. Este aumento
en la actividad enzimática frente a la disponibilidad de
sustrato es proporcional al incremento de este último Sin
embargo, si la concentración de sustrato continúa
aumentando, la actividad enzimática se vuelve más lenta
y progresiva hasta alcanzar un máximo en la curva
(velocidad enzimática máxima) a partir de la cual, por
más que se aumente la concentración de sustrato, la
enzima no aumenta más su velocidad catalítica.
Esta representación podría ser analizada a partir del
comportamiento que tiene la enzima frente al sustrato, ya
que la unión de la enzima-sustrato es una reacción
reversible. Luego de la formación el complejo enzima-
sustrato, este se disocia en una reacción más lenta que la
reacción de unión. La separación, por tanto produce la
liberación de la enzima y la formación de uno o más
productos de la reacción catalizada;
E + S ↔ ES → E + P
Donde E representa a la enzima, S al sustrato, ES al
complejo enzima sustrato, y P al o los productos
resultantes de la actividad catalítica.
Viendo esta representación, podemos imaginar que
cuando la concentración de sustrato es reducida, habrá
moléculas de enzima que se encontrarán libres y no se
encontrarán desarrollando actividad catalítica. Al
aumentar la concentración de sustrato, se necesitará un
mayor número de moléculas de enzima para que
participen en la reacción, y por tanto habrá un mayor
número de complejos ES formados. Siguiendo este
comportamiento, se producirá un punto en el cual todas
las moléculas de enzima o casi la totalidad se encontrarán
ocupadas con sustrato (saturadas con sustrato). Esto
indica que si la concentración de sustrato aumentaría, no
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habría disponible suficientes moléculas de enzima y por Este aumento de la velocidad enzimática frente a los
tanto, la velocidad enzimática no podría incrementarse y incrementos de la temperatura no es lineal, es decir, que
se alcanza entonces, un estado estacionario, en el cual la hay una temperatura óptima a la cual, se alcanza la
velocidad enzimática ya no varía, y se alcanza un plateau máxima velocidad de reacción enzimática. Si la
o meseta. temperatura a la cual se desarrolla dicha reacción, supera
este valor óptima, la velocidad enzimática lejos de
Como no es posible establecer con exactitud la aumentar, disminuye (Figura 6).
concentración de sustrato a la cual la velocidad es
máxima, Michaelis y Menten establecieron una constante
denominada Km (constante de Michaelis), la cual
establece una relación entre la velocidad inicial de la
enzima y la concentración de sustrato. La Km, entonces,
hace referencia a la concentración de sustrato a partir de
la cual la velocidad de reacción enzimática alcanza un
valor igual a la mitad de la velocidad máxima.
Evidentemente, este valor de Km, el cual es característico
de cada enzima está estipulado en condiciones bien
definidas de pH, temperatura y condiciones bien
estipuladas del medio.

El valor de Km que posee cada enzima no es idéntico

para cada sustrato, sino que existe un valor determinado
de constante para cada sustrato sobre el cual la enzima
desarrolle su actividad catalítica. En general, el valor de
Km que presenta la enzima se encuentra en relación
inversa con la afinidad de la enzima con el sustrato. En
otras palabras, cuanto mayor sea la afinidad que la
enzima tenga por el sustrato, menor será el valor de la
constante Km frente a ese sustrato, lo que indica que la
enzima necesita una menor concentración de sustrato
para alcanzar la mitad de la velocidad de actividad
máxima.
Entendiendo el concepto de Km y como se relaciona con
la velocidad de la reacción enzimática, es de esperar que
si la concentración de un sustrato disminuye en gran
medida, la velocidad de la reacción enzimática también lo
hará. Esto es lo que ocurre cuando por ejemplo las
reservas de glucógeno se han agotado (recordemos del
modulo anterior que estas reservas se reducen
notablemente entre 1 hora 30 y 2 durante los ejercicio de
moderada intensidad), la velocidad enzimática se reduce,
ya que la concentración de sustrato se encuentra muy por
debajo del valor de Km de la enzima.
Efecto de la Temperatura sobre la Actividad
Enzimática
La temperatura a la cual ocurre una reacción enzimática,
tiene incidencia sobre la velocidad a la cual esta reacción
ocurre. Cuando la temperatura aumenta, se produce un
incremento de la energía cinética de las moléculas
implicadas en la reacción y la velocidad de esta es mayor
que la misma reacción a una temperatura inferior. En
general, por cada 10 grados de temperatura que aumente
en una reacción, la velocidad de dicha reacción se
duplica. Este efecto es denominado como efecto Q10.
Figura 6. Efecto de la temperatura sobre la actividad enzimática.
Estas determinaciones fueron realizadas a temperaturas desde 5º C a
70º C.
La gran mayoría de las enzimas alcanzan su máxima
velocidad a una temperatura de 37º C. Cuando las
temperaturas de reacción son muy elevadas, la actividad
enzimática decae, debido a que se altera la estructura
molecular de la enzima. Hay que recordar que las
enzimas son proteínas, y que estas pueden
desnaturalizarse y perder su capacidad funcional. Por lo
tanto cuando las condiciones de reacción, superan los 40
º C la actividad enzimática se reduce y a los 60º C, la
mayoría de las enzimas se encuentran prácticamente
inactivadas.
Efecto del pH sobre la Actividad Enzimática
Así como hay un valor óptimo de temperatura a la cual se
potencia la velocidad enzimática, del mismo modo existe
un valor de pH en el cual las enzimas se hallan en
actividad catalítica óptima. Estos valores se encuentran a
pH alrededor de 6 a 8 (recordamos que el pH del medio
en el organismo humano es de 7.38). Tanto por encima
como por debajo de esos valores de velocidad enzimática
se reducen (Figura 7), tal como observamos con la
temperatura en el inciso anterior.

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Figura 7. Efecto del pH sobre la actividad enzimática. Las
determinaciones de la actividad fueron realizadas a pH de 4.5 a 9.5.
Hemos analizado en el módulo anterior que cuando el pH
del medio se modifica, se produce un cambio en el estado
de ionización de los aminoácidos hacia cargas netas
positivas o negativas en la molécula. Imaginemos que
estas proteínas enzimáticas se hallan constituidas por
muchos aminoácidos, y si el pH del medio se modifica
demasiado hacia la acidez o hacia la alcalinidad, se
modifica el estado de ionización de los aminoácidos
constituyentes de la proteína, y esto puede afectar el
grado de unión de la enzima con el sustrato. Además este
cambio en el pH no solo puede afectar a la enzima sino
también al estado de ionización de ciertos grupos
funcionales del sustrato.
Para que las enzimas se asocien a su sustrato y se
produzca la formación del complejo enzima-sustrato es
necesaria una adecuada distribución de cargas en las
moléculas constituyentes, es decir un adecuado estado de
ionización de las moléculas involucradas.
Como fue mencionado en párrafos anteriores, la gran
mayoría de las enzimas encuentran su valor de pH entre 6
y 8 como óptimos para su actividad enzimática. Sin
embargo, existen ciertas moléculas enzimáticas que
poseen su valor de pH muy reducidos. La enzima
pepsina, segregada por el estómago durante la digestión
de las proteínas en el tubo digestivo, presenta su máximo
valor de actividad a valores de pH de 1.5. Debido a que el
pH del jugo gástrico es muy reducido, y sus jugos muy
ácidos, las enzimas en ese medio deben ser capaces de
tolerar dicho valor de pH y trabajar eficientemente en
ellos. Salvo ciertas excepciones, las modificaciones muy
extremas en el pH promueven un efecto desnaturalizante
de las moléculas enzimáticas proteicas, con la
consecuente reducción en la actividad enzimática.
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INHIBIDORES ENZIMÁTICOS
Existen ciertas sustancias que tienen la particularidad de
poder ejercer efectos inhibitorios sobre la actividad
enzimática. Esta inhibición que se produce puede ser de
tipo irreversible o reversible sobre las enzimas.
Inhibidores Irreversibles
Los inhibidores irreversibles son aquellos que poseen la
capacidad de modificar en forma permanente la actividad
de la enzima e inactivarla en su capacidad para
desempeñar su función catalítica, y la molécula ya no
recupera su actividad funcional. Algunos venenos que
actúan como insecticidas son capaces de producir
inhibición irreversible de la actividad de enzimas que
intervienen en la transmisión de impulsos nerviosos, y
alteran la funcionalidad de estas de manera permanente.
Inhibidores Reversibles
Contrariamente, los inhibidores de tipo reversibles,
pueden afectar ciertos parámetros sobre la actividad
enzimática como por ejemplo la Km de la enzima, o la
velocidad de la actividad enzimática pero sin cambiar el
valor de Km.
A estos inhibidores de tipo reversible se los puede
caracterizar en función de la alteración de la actividad
enzimática como: Inhibidores Competitivos, Inhibidores
No Competitivos, e Inhibidores Anticompetitivos.
Inhibidores Competitivos
Este tipo de inhibidores producen sobre la enzima un
incremento en el valor del Km de la misma, pero sin
modificarle la velocidad máxima enzimática (Figura 8).
Es decir, que estos inhibidores tienen efecto sobre la
concentración de sustrato a la cual la enzima alcanza la
mitad de la máxima velocidad pero no alteran su máxima
velocidad.
Esta modificación que produce el inhibidor puede ser
producto de que este tenga similitud estructural con el
sustrato de la enzima, y ambos (sustrato e inhibidor)
compiten por ocupar el sitio activo de la enzima. En otros
casos, el inhibidor competitivo se une al sitio activo de la
enzima más allá de no poseer similitud estructural con el
sustrato. Finalmente, una tercera posibilidad de
inhibición se produce cuando tanto el inhibidor como el
sustrato se unen a la enzima, pero lo hacen en diferentes
sitios de la enzima, y la unión de uno afecta la unión del
otro, ya que la unión a la enzima promueve cambios
conformacionales en la estructura de la molécula
enzimática.
Ahora bien, este tipo de inhibición competitiva puede ser
revertida si se aumenta la concentración de sustrato, ya
7/22
que este incremento puede provocar el desplazamiento
del inhibidor de su unión con la enzima.
En la siguiente figura (Figura 8) se representa la
modificación de la curva de velocidad enzimática en
relación a la concentración de sustrato frente a la
presencia o no de un inhibidor competitivo.
Figura 8. Efecto de la presencia de un inhibidor competitivo sobre la
actividad enzimática.
Como puede observarse, este tipo de inhibidores,
modifica el Km de la enzima pero no la velocidad
máxima de la enzima.
Cuando el inhibidor esta presente, la velocidad
enzimática se reduce y por tanto la Km de la enzima se
incrementa y la curva se desplaza hacia la derecha. Es
decir, para que la enzima pueda mantener la misma
velocidad es necesaria una más alta concentración de
sustrato. El hecho de que a concentraciones altas de
sustrato, se alcance la máxima velocidad enzimática a
pesar de la presencia del inhibidor, radica en que el
sustrato es capaz de desplazar al inhibidor del sitio activo
de la enzima.
Tanto el inhibidor como el sustrato pueden unirse a la
enzima cuando esta se encuentra libre, ya que entre ellos
se excluyen. La enzima, entonces unida al inhibidor se
inactiva y son necesarias mayores concentraciones de
sustrato para obtener la misma velocidad que en ausencia
del inhibidor. Esto implicaría que el efecto inhibitorio
actúa como si la enzima redujera su afinidad por el
sustrato, por ello el valor de la Km aumenta.
Debido a esta capacidad que poseen los inhibidores
competitivos, se los utiliza actualmente en aplicaciones
farmacológicas, ya que pueden actuar inhibiendo la
generación de determinados productos metabólicos con
acción patógena en el organismo.
Para sintetizar, los inhibidores competitivos actúan del
siguiente modo frente a la enzima:
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Inhibidores No Competitivos
Los Inhibidores No Competitivos, producen una
disminución en la velocidad máxima de la enzima, pero
no modifican la Km de la enzima (contrario a lo
producido por un inhibidor competitivo).
Este tipo de inhibidores establecen una unión con la
enzima, pero en un sitio diferente al sitio activo de la
enzima, y a diferencia de los inhibidores competitivos, el
incremento en la concentración de sustrato no desplaza al
inhibidor.
El efecto que poseen los inhibidores no competitivos
puede observarse en la siguiente figura (Figura 9).
Figura 9. Efecto de la presencia de un inhibidor no competitivo sobre
la actividad enzimática.
Como puede observarse en la figura 9, el efecto
inhibitorio de este tipo de inhibidor se produce a
“cualquier concentración de sustrato”, y la velocidad se
reduce comparativamente con la velocidad enzimática sin
el inhibidor, sin cambios en la Km, ya que ese valor de
concentración no se desplaza.
Debido a que el inhibidor se une a un sitio diferente del
sitio activo de la enzima, la unión del sustrato con la
enzima no se ve alterada en presencia del inhibidor, y
este último puede unirse a la enzima cuando esta se
encuentra en forma libre, así como cuando la misma se
halla formando el complejo E-S. Una vez que se ha
formado el complejo E-S-I (enzima-sustrato-inhibidor),
la enzima se inactiva. Por este motivo, no se afecta la
Km, ya que el sustrato continúa reaccionando con la
enzima tanto en presencia como en ausencia del
inhibidor. Debido a este efecto inhibitorio, la cantidad de
producto liberado como producto de la reacción se
reduce, y el resultado es similar al que se obtendría con
una menor concentración de enzima en el medio. Un
8/22
ejemplo de este tipo de inhibidores no competitivos es el
cianuro.
Sintetizando, los inhibidores no competitivos actúan del
siguiente modo frente a la enzima y al complejo enzima-
sustrato:
Inhibidores Anticompetitivos
Otro tipo de inhibidor son los llamados Inhibidores
Anticompetitivos o acompetitivos. Este tipo de
inhibidores promueve tanto la disminución en la
velocidad enzimática así como el desplazamiento de la
Km de la enzima (Figura 10).
En este caso, el inhibidor se une al complejo E-S y forma
un complejo inactivo E-S-I:
La razón por la cual este tipo de inhibición no altera la
Km de la enzima, reside en que como hay dos reacciones
que consumen ES, es decir la reacción que implica la
formación de producto (hacia la derecha) y la formación
de ESI (hacia abajo), la reacción E + S ↔ ES se ve
favorecida hacia la derecha y parece como si “la
afinidad” de la enzima por el sustrato habría aumentado y
la Km se redujera. La actividad del complejo ES que se
une al inhibidor y forma el complejo ESI se reduce y es
inefectivo.
Al igual que los inhibidores no competitivos, este tipo de
inhibición no puede ser revertida con el incremento en la
concentración de sustrato.
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Figura 10. Efecto de la presencia de un inhibidor acompetitivo sobre
la actividad enzimática.
Regulación de la Actividad Enzimática
El organismo humano es capaz de mantener dentro de
ciertos rangos, valores de constantes orgánicas tales
como la temperatura, el pH, la presión arterial, a
concentración de ciertos electrolitos y sustratos tanto
dentro como fuera de las células, etc para mantener la
vida. Estas constantes son mantenidas a través de
mecanismos de control denominados de feed back o
retroalimentación, en los cuales el organismo
desencadena una serie de procedimientos para mantener
dichas constantes dentro de valores normales. Hemos
visto por ejemplo, que factores tales como el la
temperatura y el pH deben mantenerse dentro de valores
“óptimos” para que la actividad enzimática sea realizada
lo más eficiente posible y las enzimas no pierdan
capacidad funcional. Por ello, es de vital importancia que
el organismo mantenga dichas constantes orgánicas.
Hemos analizado también, como la concentración de
sustrato y de enzima presente en el medio de la reacción,
puede afectar la actividad de la misma en dicho medio.
En el organismo humano bajo condiciones fisiológicas, la
concentración de sustrato se encuentra por “debajo” o
“próxima” a los valores de Km de la enzima. De este
modo, es la concentración de sustrato los que determina
la velocidad de la actividad enzimática, es decir al
aumentar la concentración de sustrato en la célula la
velocidad se acelera, y al disminuirlo, la velocidad se
reduce.
Un sustrato, por lo general no es catalizado en una sola
etapa y por una sola enzima, sino que atraviesa una serie
de pasos metabólicos, en los que el producto de una
reacción sirve como sustrato de la siguiente, hasta
culminar la reacción total. Si tomamos como ejemplo a la
glucosa, quien es utilizada como sustrato por una serie de
enzimas en el citoplasma de la célula, esta se va
transformando y pasando por una serie de pasos
intermedios (glucosa 6-P, fructosa 6-P, fructosa 1.6 biP,
9/22
etc) hasta convertirse en piruvato. Es decir, que un
sustrato inicialmente fue catalizado por una enzima quien
produjo a su vez un sustrato intermedio, que es el sustrato
de la siguiente reacción enzimática.
Ahora bien, como existen deferentes enzimas que se
encuentran activadas en una determinada vía metabólica,
es necesario que esta actividad se encuentre coordinada y
regulada, para que no haya exceso o déficit de un
determinado producto, como consecuencia de la alta o
baja actividad en determinados pasos metabólicos. Es
decir que, en esa cadena de eventos, ciertas enzimas
pueden actuar como “reguladoras” de otras frente a
ciertas señales específicas. Imaginemos por ejemplo,
continuando con el ejemplo de la glucosa, que las
enzimas se encuentran degradando la glucosa como
fuente energética y por tanto se libera energía, si la
velocidad de utilización del piruvato producido es más
lenta que la velocidad del piruvato utilizado, ciertas
enzimas llave, deben “regular” el flujo de la producción
de piruvato, por ejemplo para evitar la acumulación de
sustrato.
Por lo general, en una determinada vía metabólica, la
enzima que cataliza la “primera” reacción, es la enzima
reguladora (Blanco 1996), por tanto es ella quien se
encarga de la disponibilidad de sustrato para las
siguientes reacciones metabólicas. De este modo, las
enzimas restantes de la vía, ajustarán su actividad a la
disponibilidad que la primera enzima se encuentre
regulando.
Las enzimas responden entonces, a señales específicas
para regular su actividad metabólica. Según sea el tipo de
señal a la que la enzima responda, estas pueden ser
clasificadas como: Enzimas Alostéricas y Enzimas
reguladas por unión covalente.
El sitio donde la enzima produce su acción (sitio
catalítico), no se ve afectado cuando un modulador ejerce
su efecto inhibitorio o estimulante sobre la enzima. Es
decir, que el modulador se une a un sitio diferente en la
enzima (el prefijo “alo” significa “otro”, y “stérica”
significa “sitio o lugar”).
Los moduladores de la actividad enzimática, ya sean
estimulantes o inhibidores de la actividad enzimática se
fijan entonces, a un sitio denominado sitio alostérico y
desde allí modulan la actividad enzimática.
El modulador alostérico puede ser el mismo sustrato de la
enzima, caso en el cual es denominado como “modulador
homotrópico”, y si es diferente al sustrato de la enzima,
este es denominado como “modulador heterotrópico”.
Si bien los moduladores poseen un sitio alostérico en la
enzima para unirse a ella, puede suceder que cada enzima
tenga mas de un sitio alostérico para diferentes
moduladores. De todas maneras, mas allá de poder ser
inducida por uno o más moduladores alostéricos, cada
sitio es “específico” para cada modulador y posee
simetría y complementariedad estructural con el
modulador, de manera que se asegure el control
metabólico por ese modulador y no por otro, es decir, se
asegure la especificidad de la reacción modulada (Figura
11).

Enzimas Alostéricas

Las enzimas alostéricas, son aquellas que por ejemplo

pueden ser inhibidas por el exceso de producto elaborado,
es decir, cuando la elaboración de un producto, excede
los requerimientos metabólicos, y esta inhibición para
evitar el exceso se produce a través del ya mencionado
mecanismo de feed-back o retroalimentación.

Este tipo de enzimas, también pueden ser estimuladas por

algún producto que se acumula en el medio, y este
producto es el que ejerce acción directa sobre la enzima
para ser utilizado. En ese caso, ese producto acumulado,
representa el sustrato de la enzima. De este modo, una
enzima alostérica puede funcionar inhibiéndose como Figura 11. Representación de una enzima alostérica. Esta enzima es
un dímero que puede presentar una conformación inactiva (superior)
activándose, y este tipo de respuesta enzimática, es o activa (inferior). En la forma activa, el sitio catalítico adquiere la
reversible, ya que se encuentra en relación al descenso o forma favorable para la recepción del sustrato.
incremento en la concentración de sustrato presente en el
medio. Cuando analizamos la gráfica que representa el
comportamiento de la actividad enzimática en relación
con la concentración de sustrato, hemos visto que la

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curva que se producía era de tipo hiperbólica (Figura 5).
Sin embargo, cuando se analiza el comportamiento de las
mismas variables para enzimas alostéricas, el
comportamiento de la curva es de tipo sigmoideo (Figura
12).
Figura 12. Curva de actividad de una enzima alostérica en función de
la concentración de sustrato. Se muestra el efecto de la presencia en
el medio de un modulador positivo (activador) y de uno negativo
(inhibidor).
Figura 13. Comportamiento de una enzima alostérica dimérica frente a moduladores positivos y negativos.
En el borde superior se esquematiza una situación de
equilibrio entre la forma activa e inactiva de la enzima
alostérica. Al producirse un incremento en la
concentración de modulador positivo en el medio de
reacción, o aumenta la concentración de sustrato, el
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Si observamos esta curva, ella presenta el mismo
comportamiento que el que hemos analizado en la
hemoglobina y su saturación con el oxígeno en el módulo
anterior.
Las enzimas alostéricas, al igual que la hemoglobina, se
encuentran constituidas por varias subunidades de
cadenas polipeptídicas, que se encuentran vinculadas
entre si. Esto genera que al unirse un modulador a uno de
los sitios, se genere un cambio conformacional y este
cambio es transmitido al resto de las cadenas
polipeptídicas. Un efecto similar es el que hemos
analizado en la hemoglobina, cuando se producía ele
efecto cooperativo, facilitando el ingreso de las restantes
moléculas de oxígeno. Las enzimas alostéricas se
comportan del mismo modo.
En la siguiente figura (Figura 13), puede observarse una
representación de las interacciones alostéricas en una
enzima (en este caso es dimérica, no tetramérica como la
hemoglobina)
equilibrio se desplaza hacia la derecha (forma activa). En
ese caso, puede ocurrir que el ingreso del modulador
positivo al sitio alostérico genere una situación favorable
para el ingreso de sustrato al sitio activo de la enzima, o
que el ingreso de sustrato en el sitio activo en uno de los
11/22
monómeros, promueva una situación favorable en la
conformación enzimática para el ingreso de sustrato en el
otro sitio catalítico de la enzima.
Contrariamente, si en el medio aumenta la concentración
de modulador alostérico negativo, la molécula enzimática
adquiere una conformación tal que la convierten en
inactiva, para asociarse al sustrato.
En esta representación se han esquematizado de manera
arbitraria en una misma zona de la enzima, los sitios para
los efectores positivos y negativos.
Enzimas que Responden a Modificaciones Covalentes
La regulación enzimática covalente se efectúa a través
del agregado o eliminación de determinados grupos,
asociados covalentemente a la enzima. Un ejemplo de
esta regulación es la enzima que favorece la degradación
del glucógeno (proceso denominado glucognolísis) en el
en el hígado y en el músculo esquelético. Recordemos del
módulo anterior, que el glucógeno se almacenaba en
estos dos sitios en el organismo humano, y que su
función era el mantenimiento de la glucemia y la
provisión de energía para la contracción muscular
respectivamente.
Cuando se produce el proceso de glucogenolísis en
cualquiera de los dos órganos, se debe activar a una
enzima que se denomina Fosforilasa, quien se encuentra
en estado inactivo (fosforilasa b), y es transformada en su
forma activa (fosforilasa a) a través de una modificación
covalente en la molécula, ya que se le adiciona restos de
grupos fosfato a la molécula.
Cuando la actividad glucogenolítica cesa, la fosforilasa a
se inactiva hacia su forma b, y se eliminan los grupos
fosfato de la molécula. Es decir, que este proceso de
modificación covalente es un proceso reversible.
Un ejemplo típico de isoenzimas muy estudiadas son las
isoenzimas de la LDH (lactato deshidrogenasa) quien
cataliza el paso reversible piruvato ↔ lactato por la vía
de degradación citoplsmática de la glucosa.
Las isoenzimas de la LDH (Tabla 1) difieren a nivel de la
estructura cuaternaria. La LDH es una proteína
enzimática constituida por cuatro subunidades de dos
tipos, el H y el M. Sin embargo, solo la molécula
tetramérica es la que posee actividad catalítica. Las
isoenzimas de LDH son cinco (Rodwell y Kennelly
2001) y se forman por la combinación de sus unidades
constituyendo:
ISOENZIMA DE LDH SUBUNIDADES
LDH 1 HHHH
LDH 2 HHHM
LDH 3 HHMM
LDH 4 HMMM
LDH 5 MMMM
Tabla 1. Composición H y M de las subunidades de las isoenzimas de
la LDH. Tomado de Rodwell y Kennelly 2001.
La distribución relativa de la actividad enzimática entre
las diferentes isoformas es característica de cada tejido.
Por ejemplo, la isoenzima que predomina en el músculo
esquelético es LDH5, y la que predomina en el corazón es
LDH1 (Figura 14). Esto le otorga al organismo una gran
flexibilidad fisiológica, ya que cada órgano sintetiza las
formas más aptas para sus requerimientos específicos.
El reconocimiento de las diferentes isoenzimas
constituye un importante elemento de diagnóstico de las
enfermedades del corazón y del hígado.

Estas dos formas de respuesta de las enzimas (alostéricas

o por modificación covalente), no son excluyentes. Es
decir, una misma enzima puede responder a a diferentes
moduladores, ya sean estos alostéricos, o por
modificación covalente. Este es el caso por ejemplo, de la
fosforilasa.

ISOENZIMAS

Las isozimas o isoenzimas representas las diferentes

formas moleculares que una misma enzima puede
presentar. Es decir, son proteínas que presentan la misma
actividad enzimática. Las isoenzimas difieren entre si en
su composición aminoacídica, y por tanto en su valores
de pH isoeléctricos (Lehninger 1985).

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Figura 14. Representación de la preponderancia de las isoenzimas
LDH en diferentes tejidos en el organismo humano. Tomada de
Lehninger 1985.
El estudio de las isoenzimas de LDH ha permitido
demostrar que si bien las diferentes isoenzimas catalizan
la misma reacción enzimática, éstas difieren en sus
valores de Km en relación a sus sustratos, en especial con
respecto al piruvato, así como en sus valores de velocidad
máxima frente a este sustrato. Por ejemplo, la
concentración de LDH5 en el músculo esquelético es alta,
y la Km en ese tejido posee un valor pequeño para el
piruvato, esto indica que en ese tejido la velocidad de
producción de piruvato a lactato (reducción del piruvato)
es alta, y por lo tanto la producción de lactato en ese
tejido es mayor que en otros.
Contrariamente, la isoenzima LDH 1 es característica en
el miocardio y otras fibras musculares de contracción
lenta. Esta isoenzima posee valores de Km elevados para
el piruvato, por lo que la velocidad de conversión de
piruvato a lactato es reducida.
El resto de las isoenzimas, presentan propiedades
cinéticas intermedias entre las isoenzimas LDH 1 y LDH
5 que se encuentran en relación al contenido de las
cadenas M y H en la molécula.
Las características cinéticas de las diferentes isoenzimas
si se comparan con las características metabólicas de
cada tejido en donde se hallan presentes, permiten
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comprender la función primordial que dicha isoenzima se
encuentra cumpliendo en ese tejido. Por ejemplo, el
músculo esquelético (fibras rápidas) tiende a utilizar
glucosa en forma anaeróbica, por lo que la degradación
de la misma se continua hasta lactato. De esta manera, en
el músculo donde predomina el contenido de LDH 5
quien posee un reducido valor de de Km y una velocidad
máxima elevada frente al piruvato, se halla bien adaptado
para producir energía en forma rápida por esta vía.
Adicionalmente, el músculo cardíaco habitualmente no
forma lactato a partir de glucosa, sino que genera energía
a partir del piruvato pero por vía aeróbica, dentro de las
mitocondrias (proceso de oxidación del piruvato). Esta
utilización de glucosa por vía aeróbica, se debe a que la
Km de LDH 1 para el piruvato es elevada, la velocidad de
reducción del mismo es baja, y LDH 1 es inhibida por el
piruvato. Esto genera que en el músculo cardíaco la vía
de producción de lactato no sea preponderante. Sin
embargo, en casos de emergencia, cuando la
disponibilidad de oxigeno es reducida, el miocardio
puede obtener energía por vía anaeróbica de degradación
de la glucosa, activando de este modo a la LDH 1.
BIOENERGÉTICA
Los organismos aeróbicos, tiene la capacidad de utilizar
oxígeno para llevar a cabo sus funciones metabólicas. En
este caso, el aprovechamiento de la energía se produce
luego de la ingesta de los nutrientes. Recordemos que los
hidratos de carbono, lípidos y proteínas aportan 4, 9 y 4
Kcals/g respectivamente. Esos nutrientes, luego de
atravesar los procesos enzimáticos digestivos, se
absorben en el intestino y continúan con sus respectivas
vías metabólicas.
Los nutrientes que el organismo es capaz de utilizar, son
utilizados en forma ordenada y secuenciada, bajo la
acción de los mencionados aceleradores biológicos; “las
enzimas”. Este orden en la secuencia responde a la
necesidad de un control de las reacciones que ocurren y
al control de la velocidad de la liberación o consumo de
energía en cada una de esas reacciones.
Debido a que el organismo humano obtiene energía bajo
la forma aeróbica preponderantemente, es decir en el
interior mitocondrial donde los sustratos son oxidados,
analicemos específicamente cuáles son los constituyentes
mitocondriales que facilitan la oxidación de los
nutrientes y la biosíntesis de ATP.
PROCESOS DE OXIDO REDUCCIÓN
Un proceso de oxidación puede considerarse no solo
como una reacción de asociación con átomos de oxígeno,
sino también a reacciones que impliquen la pérdida de
13/22
electrones, o pérdida de hidrógeno. Contrariamente, las
reacciones de reducción pueden implicar la separación
del oxígeno, o la ganancia de electrones o la unión con
átomos de hidrógeno. Este tipo de reacciones son
generalmente acopladas, esto significa que cuando una
sustancia se oxida, paralelamente otra se encuentra
reduciéndose.
Veamos un ejemplo de cómo se manifiestan este tipo de
reacciones, en las que no necesariamente debe
encontrarse el oxígeno presente:
2 Na + Cl2 → 2 NaCl
En esta reacción que finalmente conduce a la formación
de cloruro de sodio (sal de mesa), el sodio le ha cedido
sus electrones la cloro para la formación de cloruro, y
finalmente se ha formado la sal.
Veamos lo que sucede con el sodio y con el cloro en estas
reacciones desde el punto de vista electrónico:
2 Na → 2 Na+ + 2 e- (oxidación: se ceden e-)
Cl2 + 2 e- → 2 Cl - (reducción: se toman e-)
No siempre en las reacciones de oxido-reducción existe
una transferencia neta de electrones. En el caso
ejemplificado es muy sencillo observarlo ya que el tipo
de reacción que se esta llevando a cabo es de tipo iónica,
y es necesario tener los iones (átomos o moléculas con
carga) para que se efectúe la misma.
Existen otras reacciones de oxidoreducción en las que si
bien no hay una transferencia neta de electrones, estos se
comparten en un enlace de tipo covalente, pero los
electrones se encuentran desplazados hacia un elemento
mas que el otro, debido a la diferencia de
electronegatividad entre las moléculas participantes en la
reacción:
C + O2 → CO2
En esta reacción, el carbón se ha oxidado al unirse con el
oxígeno y se ha formado el dióxido de carbono o
anhídrido carbónico.
Al mismo tiempo, en esta reacción ha ocurrido algo
desde el punto de vista electrónico que sustenta por que
la molécula se ha oxidado. El carbono, posee en su última
capa o nivel de valencia 4 electrones, y para completar su
octeto, puede asociarse a otros elementos (recordemos
que el carbono es un elemento que posee una alta
capacidad para unirse consigo mismo y con otros
elementos). En este caso se ha asociado al oxígeno, que
es un elemento más electronegativo que el carbono. Esto
significa que en esta asociación, los electrones se
encuentran más cercanos al átomo del oxígeno que del
carbono, y hay una “relativa” pérdida de los electrones
hacia el oxígeno. En realidad, estos electrones se
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encuentran compartiéndose (debido a que el enlace es
covalente), pero se hallan desplazados mayormente hacia
el oxígeno en un enlace covalente polar. Es decir que el
oxígeno ha ganado electrones (se ha reducido), mientras
que el carbono los ha perdido, aunque se encuentra
verdaderamente compartiéndolos (el carbono se ha
oxidado)
POTENCIAL DE REDUCCIÓN
Cuando expresamos el “potencial” de una sustancia para
reducirse (tomar electrones) hacemos referencia a la
“capacidad” que tiene una sustancia o elemento para
oxidar a “otra” sustancia o elemento, y
consecuentemente, para reducirse ella misma. Esta
capacidad se encuentra vinculada a la facilidad que tenga
para aceptar electrones cuando se combina, y esa
facilidad es expresada como su “potencial de reducción”.
Cuando representamos una reacción de oxidoreducción, o
también denominada redox, esta se expresa como la suma
de dos hemireacciones o semireaaciones, en la cual, la
suma de ambas, genera la reacción global:
Hemireacción de oxidación: 2 Na → 2 Na + + 2 e-
Hemireacción de reducción: Cl2 + 2 e- → 2 Cl -
Reacción total: 2 Na + Cl2 → 2 NaCl
La forma oxidada y reducida de cada una de las
reacciones (Na+ /Na, Cl/ Cl -) constituye la llamada par o
cupla redox, y por convención siempre se escribe la
reacción en el sentido de la reducción, es decir, desde la
oxidación hacia la reducción.
OXIDACIONES BIOLÓGICAS
En el organismo humano, las oxidaciones biológicas son
esencialmente combustiones que se realizan a baja
temperatura (temperatura fisiológica).
Los nutrientes que obtenemos a partir de la dieta, poseen
energía en sus enlaces, y cuando estos nutrientes son
degradados, son utilizados para la biosíntesis de ATP, la
cual permite que se produzca la contracción muscular
(ver manuscrito de fisiología del ejercicio 3).
Los nutrientes con función energética pueden ingresar al
interior mitocondrial y ser oxidados para participar en el
proceso de síntesis de ATP dentro de la mitocondria. Una
vez que el ATP se ha sintetizado como producto de las
oxidaciones mitocondriales, debe difundir hacia los sitios
donde es requerida energía.
Entre los procesos metabólicos que realiza la célula,
algunos de ellos necesitan consumir energía para
14/22
producirse (procesos endotérmicos) tales como las
reacciones de síntesis orgánicas a partir de elementos más
sencillos (recordemos por ejemplo la biosíntesis de
glucógeno a partir de glucosa en el módulo anterior).
Contrariamente, existen otros procesos, como los de
catabolismo, que al producirse liberan energía como parte
del proceso (reacciones exotérmicas).

Así como el ATP constituye un vector energético hacia

diferentes sitios donde es necesaria la energía, “los
electrones” también constituyen un vehículo para el
transporte de energía química a partir de las reacciones
que se encuentran liberando energía en el organismo
(reacciones catabólicas). Recordemos que cuando se
producen oxidaciones, hay disponibilidad de electrones, y
Figura 15. Representación de la estructura de una mitocondria.
estos pueden ser necesarios para algún otro proceso
metabólico que se este llevando a cabo. Por ejemplo, si
Internamente, se halla la matriz mitocondrial, la cual
existe un doble enlace C=C, y se necesita transformarlo
contiene proteínas, ribosomas, ADN.
en simple, hay una demanda de electrones o de
hidrógenos que ocupen esos sitios, por lo tanto, los
Las mitocondrias poseen una cadena de transporte de
electrones o hidrógenos son transportados por coenzimas
electrones, que es la responsable de transportar los
desde donde se producen las oxidaciones biológicas hacia
electrones disponibles a partir de los sustratos que se
los grupos donde sean requeridos. Es decir, mientras que
encuentran oxidándose en el interior mitocondrial. Ese
el ATP puede transportar energía y grupos fosfato hacia
transporte de electrones se realiza a través de esta cadena
diferentes sitios, las coenzimas actúan como
de electrones hasta un último aceptor: “el Oxigeno”,
transportadoras de electrones e hidrógenos hacia
quien finalmente es transformado en agua.
reacciones que las necesitan.
El proceso de transporte de electrones en la cadena
respiratoria, genera una gran producción de energía, la
LAS MITOCONDRIAS Y LA CADENA
cual es utilizada para la síntesis de ATP, en un proceso
RESPIRATORIA
denominado “fosforilación oxidativa”.
Las mitocondrias son organelas intracelulares que se
La mayoría de los componentes de la cadena respiratoria,
hallan localizadas cerca de de las estructuras celulares
quienes participan en el transporte electrónico, se
que necesitan de ATP, o cerca de la fuente de
encuentran en la membrana mitocondrial interna, y
combustible de la que dependen (Lehninger 1985).
constituyen un sistema multienzimático ordenado.
Si bien la composición es variable de tejido en tejido, las
mitocondrias representan cerca del 50% del volumen
Cuando los sustratos llegan a la matriz mitocondrial para
citoplasmático en las células del músculo cardíaco, y un
ser oxidados, estos son dehidrogenados (se produce la
20% de las células del hígado (hepatocitos).
pérdida de hidrógeno) por la acción de enzimas
denominadas dehidrogenasas (ver ciclo de Krebs
Desde el punto de vista estructural, las mitocondrias se
manuscrito de fisiología del ejercicio en este módulo). En
encuentran constituidas por dos membranas (Figura 15):
este proceso de dehidrogenación participan coenzimas
una membrana externa que es lisa, y una interna que
específicas que pueden actuar como aceptores de
posee una serie de pliegues o invaginaciones
hidrógeno y de electrones. En las células humanas, una
denominadas “crestas mitocondriales”. Estas crestas
de estas coenzimas es el NAD.
poseen como función el aumento de la superficie en la
En el estado oxidado, el NAD no se encuentra ni
organela, comparativamente con el volumen que presenta
asociado a hidrógeno ni a electrones, pero al reducirse,
la misma.
toma hidrógeno y electrones según la reacción:
En la cara interna de la mitocondria se encuentran una
AH2 + NAD+ → A + NADH + H+
serie de pequeñas formaciones esferoidales denominadas
partículas submitocondriales, las cuales veremos que
Donde: A representa al sustrato que es encuentra
adquieren gran relevancia en los procesos de síntesis de
reducido, NAD+ a la coenzima oxidada, A al sustrato
ATP (ver mecanismo de fosforilación oxidativa en este
oxidado, y NADH + H+ a la coenzima en estado reducido.
manuscrito).

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Esta reacción que lleva a cabo el NAD, genera que se perder de vista, que lo que se ha cedido inicialmente es
produzca NADH + H+ debido, debido a que de los dos un par de hidrógenos.
hidrógenos cedidos por el sustrato, el NAD se asocia a un
hidrógeno y a un electrón del segundo hidrógeno, por ello
que da un protón como resultado de la reacción de
reducción del NAD.

Es importante notar, que el proceso de dehidrogenación y

toma de hidrógenos por las coenzimas NAD, es un
proceso que ocurre en la matriz mitocondrial, y no en la
cadena respiratoria.

Una vez que NAD se ha reducido (NADH + H+) en la

matriz de la mitocondria, puede ceder hidrógenos a la
cadena respiratoria. Es decir, que el proceso de toma y
cesión de electrones e hidrogenos por parte de NAD, es
un proceso redox, en el cual la coenzima se oxida y se
reduce reversiblemente funcionando como un puente o
vehículo de transferencia de hidrógeno y electrones desde
la matriz mitocondrial hacia la cadena respiratoria, en la
membrana interna.

COMPONENTES DE LA CADENA
RESPIRATORIA

La cadena respiratoria se constituye por una serie de 4

complejos enzimáticos (NADH-Ubiquinona reductasa,
Succinato Ubiquinona reductasa, Ubiquinona-Citocromo Figura 16. Componentes de la cadena respiratoria. Los recuadros
C reductasa, y Citocromo oxidasa Figura 16) y otros indican los complejos de transporte electrónico.
intermediarios de transporte que no forman parte
específicamente de esos complejos, como la Coenzima Q, El primer complejo de la cadena respiratoria (NADH-
el citocromo C y el O2. Ubiquinona reductasa) posee enzimas dehidrogenasas
que contiene como grupos prostéticos firmemente unidos
El orden al que responden esos complejos en la cadena de a una molécula llamada FMN (flavín-mononucleótido.
transporte se debe a la diferencia de potencial de Otro componente que forma parte de este primer
reducción creciente que poseen tales constituyentes. Esta complejo de la cadena respiratoria es una proteína
ubicación de los componentes asegura la cesión de los ferrosulfurada (proteína con hierro y azufre Figura 17). El
electrones desde zonas de menor potencial de reducción número de centros ferrosulfurados varía entre 5 a 8.
hacia zonas de mayor potencial de reducción.
Esta proteína ferrosulfurada participa en el mecanismo de
En las primeras etapas de transporte en la cadena oxidoreducción entre la flavina y la coenzima Q.
respiratoria, se transportan lo protones y electrones del
para de hidrógenos cedidos por el sustrato, sin embargo,
en reacciones posteriores analizaremos que solo son los
electrones los que continúan siendo transportados por la
cadena de aceptores, mientras que los protones no
participan de la cadena hasta la finalización de la misma,
donde hay que formar agua, en asociación del oxígeno
con hidrógeno.

Es de importancia para el lector, tener en consideración

cuando se analiza el proceso de transporte por la cadena
respiratoria, que dos hidrógenos que se ceden en una
reacción redox, representan la suma de 2 protones (H+) y
dos electrones (2e-). Por ello, en ocasiones nos
referiremos a protones y otras a electrones, pero sin

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Figura 17. Complejo formado por la ferrosulfoproteína (Fe4S4).
Algunas otras ferrosulfoproteínas estan constituidas por dos átomos
de hierro y dos de azufre (Fe2S2). Tomada de Mayes 2001 b.
Cada átomo de hierro de la proteína toma un electrón y
cambia sus estado de oxidación de Fe3+ ↔ Fe2+. Es decir,
que el hierro se reduce y oxida reversiblemente como el
resto de los componentes de la cadena.
Como se observa en la figura 16, en el primer complejo
se produce la reducción de FMN a FMNH2, luego hay
transferencia de electrones hacia los centros de la
proteína Fe-S y finalmente de hidrógeno hacia la
coenzima Q. Tanto el átomo de hierro como la coenzima
se reoxidan y la coenzima Q se reduce:
FMNH2 → FMN, Fe2+ → Fe3+, CoQ → CoQH2
Un segundo complejo de la cadena respiratoria
(Succinato Ubiquinona reductasa), posee como grupo
prostético a FAD (flavina adenina dinucleótido), y tres
centros ferrosulfurados.
En la matriz de la mitocondria entre los pares de
hidrógeno que se liberan del ciclo krebs, un par de ellos
(paso succinato a fumarato) son tomados por este
segundo complejo (ver manuscrito de fisiología del
ejercicio 3).
En este complejo, al igual que en complejo I, los
electrones fluyen hacia el FAD, quien se reduce hacia
FADH2, y a los átomos de Fe3+, para finalmente
transferirlos, igual que el complejo I hacia la CoQ.
La CoQ o Ubiquinona, es el único aceptor de la cadena
respiratoria que es un transportador móvil de electrones,
por lo que no se halla unido a proteínas. La CoQ se ubica
en las porciones apolares de la bicapa fosfolipídica de la
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mambran interna mitocondrial y se desplaza con gran
libertad por ese entorno.
La CoQ, se oxida y cede electrones hacia el complejo III
de la cadena respiratoria. En este punto, dos protones se
liberan al medio, mientras que los electrones son los que
se transfieren.
El tercer complejo de la cadena (Ubiquinona-Citocromo
C reductasa) se encuentra constituido por los
denominados citocromos y un núcleo ferrosulfurado. Los
citocromos son proteínas que contienen un grupo hem
(como la hemoglobina), con hierro en su interior que
posee la capacidad de reducirse desde el estado 3+ al 2+.
Existen diferentes tipos de citocromos (a, b, c) que en
general difieren de su estructura proteica y por tener
diferentes cadenas laterales en los grupos hem. Los
diferentes citocromos a b y c posee diferentes potenciales
de reducción, por ello se los encuentra ubicados en la
cadena respiratoria en orden de potencial de reducción
creciente, por ello puede efectuarse la transferencia de
electrones entre ellos desde los que tienen menor
potencial, hacia los de mayor potencial de reducción.
Este complejo, por lo tanto, tiene como función el
transporte de electrones desde la CoQ hacia el citocromo
C, quien finalmente los transfiere hacia el último
complejo.
El cuarto complejo (Citocromo oxidasa) ocupa el último
lugar en la cadena de transporte de electrones, debido a
que es el único complejo que tienen la capacidad para
ceder los electrones al oxígeno (último aceptor) en forma
directa.
Los electrones pasan de este complejo formado por
citocromos, que en lugar de poseer hierro poseen cobre
hacia una molécula de oxígeno (O2), generándose como
producto, dos moléculas de agua según la siguiente
reacción:
O2 + 4 e- + 4 H+ → 2 H2O
MECANISMO DE FOSFORILACIÓN OXIDATIVA
El proceso denominado fosforilación oxidativa hace
referencia a “la producción de ATP como producto de la
energía liberada en la cadena respiratoria”. Para sintetizar
ATP, es necesario obtener energía de algún sitio, es decir
es una reacción endotérmica a la cual hay que
suministrarle energía. Contrariamente, la degradación de
ATP es un proceso exotérmico que libera energía cuando
se rompe la unión entre los fosfatos de alta energía de la
molécula.
Ahora bien, en la cadena respiratoria se obtiene como
producto agua, luego de la transferencia de electrones, y
en algunos pasos de hidrógeno, y se sintetiza ATP a partir
de la siguiente reacción:
17/22
 ADP + Pi → ATP + H2O
Este proceso de síntesis de ATP, ocurre “acopladamente”
utilizando la energía que se libera de la cadena
respiratoria mientras los electrones van pasando desde los
aceptores de menor a mayor potencial de reducción.
En este proceso de fosforilación oxidativa, por cada par
de hidrógenos o electrones que son transferidos desde el
“complejo I” hacia la coenzima Q, se produce la síntesis
de 3 moléculas de ATP (figura 18), mientras que si el par
de hidrógenos proviene del “complejo II” hacia la
coenzima Q, la síntesis es de 2 ATP, debido el complejo
II directamente cede los hidrógenos a la coenzima Q
salteando al complejo I sin liberación de energía para la
síntesis de ATP.
Figura 18. Representación de los sitios en la cadena respiratoria a
partir de los cuales se libera energía para la síntesis de ATP.
Las partículas submitocondriales que se hallan
implantadas en la membrana interna mitocondrial poseen
una importante función en la síntesis de ATP, ya que
constituyen un complejo denominado ATP sintetasa. Este
complejo ATP sintetasa se encuentra constituido por una
porción F1 que mira hacia la matriz mitocndrial y una
porción F0, que representa la porción que se ancla a la
membrana mitocondrial interna atravesándola
completamente (Figura 19). La porción F0 posee un canal
central, que desempeña funciones en el transporte de
protones que quedan en el medio mitocondrial al
realizarse la transferencia de electrones por la cadena
respiratoria.
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Figura 19. Representación esquemática del complejo
ATP sintetasa.
El mecanismo de fosforilación oxidativa involucrará
entonces un proceso en el cual, la energía liberada por el
transporte electrónico sea directamente utilizada a nivel
de los complejos ATP sintetasa, para sintetizar ATP.
Existe una hipótesis denominada “quimio-osmótica” que
intenta explicar el mecanismo de la fosforilación
oxidativa. Esta hipótesis postula que los protones
procedentes de la matriz mitocondrial son bombeados
desde la matriz hacia el espacio intermembrana. De esta
manera se produciría un gradiente (diferencia) de
concentración de protones, y por tanto un menor pH en el
espacio intermembrana. Este gradiente de protones
produciría también una diferencia de potencial eléctrico
entre las membranas debido a la diferencia de cargas a
cada lado.
El proceso de bombeo de protones ocurre inicialmente a
nivel del complejo I de la cadena respiratoria. Un par de
hidrógenos provenientes de la matriz, es tomado por
FMN en ese complejo, y se produce la transferencia de
dos protones hacia el espacio intermembrana y los dos
electrones de esos protones son transferidos hacia los
centros de ferrosulfurados de ese mismo complejo. Los
electrones de estos centros son cedidos a la CoQ, y
paralelamente ésta toma 2 protones de la matriz
formándose CoQH2. Posteriormente, la CoQ desplaza dos
protones al espacio intermembrana y transfiere los 2
electrones hacia el citocromo b del complejo II y
nuevamente se transfieren otros dos protones al espacio
intermembrana. Los electrones luego, siguen la
transferencia c1→ c →aa3. Debido a que el complejo IV
atraviesa la totalidad de la membrana, puede transportar
los electrones directamente hacia la matriz mitocondrial
donde se encuentra el oxígeno.
18/22
Los tres complejos por los cuales se ha producido el
transporte de protones desde la matriz hacia el espacio
intermebrana han podido realizar dicho mecanismo
debido a que se encuentran atravesando la totalidad de la
membrana mitocondrial interna (Figura 20).
Figura 20. Representación de la traslocación de protones, según la
hipótesis quicio-osmótica.
Luego de esta transferencia de protones hacia el espacio
intermembrana, se ha generado una gran diferencia en la
concentración de protones, que genera el desplazamiento
de estos espontáneamente desde donde se encuentran más
concentrados hacia donde están menos concentrados. Lo
que sucede, es que los protones son iones que poseen
carga eléctrica y no pueden atravesar la membrana de
naturaleza apolar. La posibilidad de retorno que tienen
hacia la matriz es a través de la porción F0 del complejo
ATP sintetasa, la cual tiene un canal central orientado al
espacio intermembrana. Como el mecanismo de pasaje se
realiza a favor de gradiente de concentración de protones,
de pH y de potencial eléctrico, se produce la liberación de
energía necesaria para mediar la síntesis de ATP en el
complejo (Figura 21).
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Figura 21. Representación del regreso de los protones desde el
espacio intermembrana hacia la matriz mitocondrial a través del
canal de protones de la porción F0 de la ATP sintetasa.
CONTROL RESPIRATORIO
El control respiratorio hace referencia a los factores que
pueden afectar la fosforilación oxidativa en la
mitocondria.
Como hemos analizado en párrafos anteriores, la síntesis
de ATP se produce a partir de ADP. Si la concentración
de ADP disminuye, esto puede afectar el grado de
fosforilación, y disminuir la actividad mitocondrial. Es
decir que la oxidación no puede continuar sin la paralela
fosforilación del ADP.
En general, en el estado de reposo, la respiración
mitocondrial solo se controla por la concentración de
ADP. Cuando se realiza ejercicio, el ATP se transforma
en ADP continuamente y esto favorece los procesos de
respiración mitocondrial.
El ADP es transportado desde el citoplasma hacia el
interior mitocondrial por medio de un transportador
ADP/ATP (Figura 21). También podría existir la
posibilidad de que este transportador se convierta en
limitante de la velocidad de la velocidad de respiración
mitocondrial. Por tanto, el flujo ADP/ATP por el
transportador debe mantenerse hacia la concentración de
ADP, para evitar la caída en la velocidad mitocondrial.
Aparentemente, la concentración de fosfatos inorgánicos
(Pi) también podría afectar la velocidad de
funcionamiento de la cadena respiratoria (Mayes 2001 b).
Aproximadamente el 68% de la energía liberada es
aprovechada para la resíntesis de ATP, el resto de la
energía liberada se disipa en forma de calor. Este calor
19/22
que se disipa contribuye en el mantenimiento de la
temperatura corporal del organismo.

MEDICIÓN DE LA CAPACIDAD DE UNA VÍA

METABÓLICA

La capacidad que posee una vía metabólica se encuentra

limitada principalmente por la cantidad de enzimas
contenidas en la célula de esa vía. Algunas de estas
enzimas, en especial las que desempeñan funciones de
limitantes de la velocidad de esa vía metabólica, tienen
baja actividad y constituyen un “cuello de botella” en una
determinada ruta metabólica. Consecuentemente, una
mayor concentración de la enzima limitante del ritmo, sin
cambios en la concentración de las otras enzimas de la
vía, es suficiente para incrementar la totalidad de la vía
metabólica (Newsholme y Leech 1983). De todas
maneras, una modificación de una vía metabólica ya sea
como resultado del entrenamiento o de la inactividad,
modifica el contenido de todas las enzimas, ya sean o no
limitantes de la velocidad metabólica. Por lo tanto, es
posible obtener una buena estimación de la capacidad
celular de una vía metabólica determinada midiendo el
contenido (actividad máxima) de una de estas enzimas.
En la siguiente tabla (Tabla 2) se presenta un ejemplo de Figura 22. Vías metabólicas principales del metabolismo muscular.
ciertas enzimas que son tomadas como medida de sus Se indican las enzimas cuyos niveles se utilizan como medida de la
respectivas vías metabólicas (Henriksson 1996 (a)): capacidad de sus respectivas vías metabólicas. Tomada de
Henriksson 1996 (b).

VÍA METABÓLICA ENZIMA

PFK (fosfofructokinasa),
Glucólisis LDH (Láctico
dehidrogenasa)
HAD (3-hidroxiacel-CoA-
Oxidación de ácidos grasos
dehidrogenasa)
CS (citrato sintetasa), SDH
Ciclo de Krebs
(succinato dehidrogenasa)
Cadena Respiratoria Citocromo-c-oxidasa
Tabla 2. Indicadores de enzimas tomadas como referencia de
adaptación en vías metabólicas específicas.
FORMACIÓN DE PRODUCTOS DE REDUCCIÓN
PARCIAL DE OXÍGENO
Como resultado de la transferencia de electrones en la
cadena respiratoria, se produce la reducción de la
molécula de oxígeno para la formación de la molécula de
agua. Podría ocurrir que la reducción del oxígeno no sea
completa, produciéndose la formación de productos
parciales tales como el peróxido de hidrógeno (H2O2) y
los radicales libres superóxido (O2-), e hidroxilo (OH-).

En la siguiente figura (Figura 22) se muestra una Debido a que la formación de estos productos es tóxica,
representación del sitio de acción de estas enzimas el organismo desencadena un conjunto de procedimientos
limitantes de las vías metabólicas. para eliminarlos.

En una primera etapa, una enzima denominada

superóxido dismutasa cataliza la reacción de dos aniones
superóxidos, promoviendo la formación de oxígeno y
peróxido de hidrógeno, que también es toxico, pero será
eliminado en una segunda etapa:

O2- + O2- + 2 H+ → H2O2 + O2-

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En una segunda etapa, la enzima Catalasa, cataliza la
reacción de descomposición del peróxido de hidrógeno
en agua y oxígeno:
2 H2O2 → 2 H2O + O2
Existen compuestos tales como los beta carotenos, la
vitamina E y C que son consumidos en la alimentación,
poseen acción antioxidante.
PUNTOS CLAVE
• Las enzimas son moléculas altamente
específicas, capaces de acelerar una reacción
química.
• Las enzimas no se desgastan en el proceso de
reacción ni forman parte de los productos que se
forman.
• La mayoría de las enzimas son de naturaleza
proteica, y en general, se ubican en sitios
específicos de las células para llevar a cabo su
actividad catalítica.
• Las coenzimas son moléculas que colaboran con
una enzima para la realización de una reacción
química específica. No son moléculas proteicas y
no poseen una alta especificidad por un sustrato
como las enzimas, ya que se asocian a diversos
sustratos o enzimas.
• El proceso catalítico necesita la previa formación
de un complejo enzima-sustrato, donde el
sustrato induce cambios en la conformación de la
enzima viceversa. Esta unión no es rígida.
• El sitio activo o catalítico, es la región de la
proteína donde se realiza la catálisis.
• Los zimógenos son precursores inactivos que
adquieren capacidad catalítica ante la aparición
de estímulos específicos.
• La concentración de la enzima en una reacción
química y la velocidad de su actividad catalítica
guardan una relación directamente proporcional
entre ellas.
• La concentración de sustrato en una reacción
química y la velocidad de actividad catalítica
poseen un comportamiento de tipo hiperbólico,
en el cual puede establecerse la Km de la
reacción.
• La Km de una reacción, es una concentración de
sustrato a partir de la cual la velocidad de
reacción enzimática alcanza un valor igual a la
mitad de la velocidad máxima. Este valor es
característico de cada enzima y está estipulado en
condiciones bien definidas de pH, temperatura, y
otras condiciones del medio.
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• La Km que presenta la enzima se encuentra en
relación inversa con la afinidad de la enzima con
su sustrato.
• La temperatura a la cual ocurre una reacción
enzimática, tiene incidencia sobre la velocidad a
la cual esta reacción ocurre. Sin embargo, no
existe una relación lineal entre temperatura y
velocidad de la reacción, sino una temperatura
óptima cercana a los 37º C, donde se consigue la
velocidad máxima de actividad enzimática.
• El pH al cual ocurre una reacción enzimática,
tiene incidencia sobre la velocidad de dicha
reacción. Los valores de pH óptimos se
encuentran alrededor de 6 a 8, ya que a otros
valores de pH se modifica el estado de ionización
de los aminoácidos constituyentes de la proteína
y de ciertos grupos funcionales del sustrato.
• Existen sustancias que pueden ejercer efectos
inhibitorios sobre la actividad enzimática. Esos
efectos pueden ser irreversibles o reversibles. Los
primeros inactivan la capacidad catalítica de la
enzima, y la molécula ya no recupera su
actividad funcional. Los inhibidores reversibles
pueden ser Competitivos, No Competitivos y
Anticompetitivos. Los inhibidores Competitivos
producen un incremento en el valor del Km de la
enzima, pero sin modificarle la velocidad
máxima enzimática. Este tipo de inhibición
puede ser revertida si se aumenta la
concentración de sustrato. Los Inhibidores No
Competitivos, producen una disminución en la
velocidad máxima de la enzima, pero no
modifican la Km de la enzima. En este tipo de
inhibidores, el incremento en la concentración de
sustrato no desplaza al inhibidor. Los Inhibidores
Anticompetitivos o acompetitivos promueven
tanto la disminución en la velocidad enzimática
así como el desplazamiento de la Km de la
enzima. Al igual que los inhibidores no
competitivos, este tipo de inhibición no puede ser
revertida con el incremento en la concentración
de sustrato.
• En el organismo humano, la concentración de
sustrato se encuentra por debajo o próxima a los
valores de Km de la enzima.
• En una vía metabólica, generalmente la enzima
que cataliza la primera reacción, es la enzima
reguladora de la vía metabólica.
• Las enzimas alostéricas, son aquellas que pueden
ser inhibidas por el exceso de producto
elaborado, o estimuladas por un sustrato
acumulado en el medio de reacción. El sitio
catalítico de las enzimas alostéricas, no se ve
afectado cuando un modulador ejerce su efecto
inhibitorio o estimulante sobre la enzima.
• La regulación enzimática covalente se efectúa a
través del agregado o eliminación de
21/22
 determinados grupos, asociados covalentemente
a la enzima. Este proceso de modificación
covalente es un proceso reversible.
• Las isozimas constituyen las diferentes formas
moleculares de una misma enzima que difieren
entre si en su composición aminoacídica, y en sus
valores de pH isoeléctricos.
• Las reacciones de oxidación implican asociación
con átomos de oxígeno, pérdida de electrones, o
pérdida de hidrógeno.
• Las reacciones de reducción implican la
separación del oxígeno, o la ganancia de
electrones o la unión con átomos de hidrógeno.
• Las reacciones redox son reacciones acopladas,
por lo que cuando una sustancia se oxida,
paralelamente otra se reduce.
• El potencial de reducción es la capacidad que
tiene una sustancia o elemento para oxidar a otra
sustancia o elemento, y consecuentemente, para
reducirse ella misma.
• La fosforilación oxidativa es un proceso por el
cual se sintetiza ATP a través de la energía
liberada en el transporte de electrones en la
cadena respiratoria.
• La cadena respiratoria se encuentra constituida
por 4 complejos enzimáticos definidos y
secuenciados y otros intermediarios que no
forman parte específicamente de esos complejos,
como la Coenzima Q, el citocromo C y el O2.
• La CoQ o Ubiquinona, es el único aceptor de la
cadena respiratoria que es un transportador móvil
de electrones, por lo que no se halla unido a
proteínas
• Los constituyentes en la cadena de transporte de
electrones se ordenan en función de la diferencia
de potencial de reducción creciente, lo que
asegura que los electrones sean cedidos desde
zonas de menor potencial de reducción hacia
zonas de mayor potencial de reducción.
• El proceso de síntesis de ATP, ocurre
“acopladamente” utilizando la energía que se
libera de la cadena respiratoria mientras los
electrones van pasando desde los aceptores de
menor a mayor potencial de reducción.
• Por cada par de hidrógenos o electrones que son
transferidos desde el complejo I a la coenzima Q,
se sintetizan 3 moléculas de ATP. Si el par de
hidrógenos proviene del complejo II a la
coenzima Q, la síntesis es de 2 ATP.
• La teoría quicio-osmótica a través del bombeo de
protones entre la matriz y el espacio
intermembrana intenta explicar el proceso de
biosíntesis de ATP en la cadena respiratoria.
• La concentración de ADP en la célula es quine
regula el funcionamiento de la cadena
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respiratoria. Contrariamente, si la concentración
de ATP aumenta, la velocidad mitocondrial
disminuye y también, el flujo de electrones por la
cadena respiratoria. Por tanto, el flujo ADP/ATP
por el transportador debe mantenerse hacia la
concentración de ADP, para evitar la caída en la
velocidad mitocondrial.
• Aproximadamente el 68% de la energía liberada
es aprovechada para la resíntesis de ATP. La
energía restante se disipa en forma de calor, el
cual contribuye en el mantenimiento de la
temperatura corporal del organismo.
• La reacción de la superóxido dismutasa y la
Catalasa permiten desencadenar un conjunto de
procedimientos para eliminar la producción de
radicales libres.
BIBLIOGRAFÍA
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el Deporte. Editorial Paidotribo Primera Edición.
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