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ERGONOMÍA BÁSICA

M. R. JOUVENCEL

ERGONOMÍA BÁSICA
La presente obra ha sido editada mediante ayuda de la Dirección
General del Libro y Biblioteca del Ministerio de Cultura.

1.a Reimpresión, 2007

© M. Rodríguez Jouvencel, 1994

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Dña. Juana I de Castilla, 22
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I.S.B.N.: 978-84-7978-131-6
Depósito legal: M. 1.011-2007

Dibujo de la cubierta: Elvira Rodríguez Velasco


Fotocomposición: Fer, S.A. (Madrid) Impresión:
Edigrafos, S.A. Getafe (Madrid)
Contenido

Prólogo, por Ricardo Hernández Gómez ......................................... XIII


Cuestiones preliminares:
La salud como debate permanente ................................................... 1
Salud y conflicto............................................................................... 2
Salud y trabajo ................................................................................ 3
La salud como un proyecto de cultura ............................................ 7

PARTE PRIMERA

Ergonomía básica aplicable a la medicina del trabajo...................... 9


1. La ergonomía como saber multidisciplinario............................... 9
2. Investigación, intervención y gestión ergonómicas ..................... 14

PARTE SEGUNDA

Principios ergonómicos de la concepción de los sistemas de trabajo.


Exposición y desarrollo .................................................................... 19
0. Introducción ................................................................................ 20
1. Objeto .......................................................................................... 20
2. Campo de aplicación .................................................................. 20
3. Definiciones ................................................................................. 21
3.1. Sistema de trabajo ............................................................... 21
Anotaciones.......................................................................... 21
3.2. Tarea .............. ..................................................................... 31
Anotaciones.......................................................................... 31
3.3. Medios de trabajo................................................................. 36
Anotaciones.......................................................................... 36

VII
VIII CONTENIDO

3.4. Proceso de trabajo ............................................................... 46


Anotaciones.......................................................................... 46
3.5. Espacio de trabajo .............................................................. 49
3.6. Entorno de trabajo .......................................................... 50
Anotaciones ......................................................................... 50
3.7. Carga externa ....................................................................... 51
3.8. Carga interna........................................................................ 52
Anotaciones ......................................................................... 52
3.9. Fatiga de trabajo .................................................................. 54
Anotaciones.......................................................................... 54
4. Principios directivos generales (NBN X 10-001) ........................ 57
4.1. Concepción del espacio de trabajo y de los medios de trabajo. 57
4.1.1. Concepción en función de las medidas corporales .. 57
4.1.2. Concepción en función de las posturas, de los esfuer-
zos musculares y de los movimientos corporales ... 58
4.1.2.1. Postura ......................................................... 59
Anotaciones ................................................. 59
La postura de trabajo sentado: las aportacio-
nes de Mandal ............................................ 65
Contribuciones de la ergonomía de diseño al
tratamiento de la lumbalgia del automovi-
lista .............................................................. 79
4.1.2.2. Esfuerzos musculares ................................... 82
Anotaciones ............................................... 83
Esfuerzo muscular dinámico ....................... 83
Esfuerzo muscular estático........................... 83
Esfuerzo muscular mixto ............................ 83
4.1.2.3. Movimientos corporales............................... 84
Anotaciones ............................................... 86
Conceptos elementales de mecánica............ 86
Movimiento humano: aspectos biomecáni-
cos ............................................................... 93
Gestos profesionales ................................... 100
Algunas consideraciones sobre la columna
vertebral ....................................................... 110
Fuerzas y momentos de fuerzas actuantes
sobre el raquis lumbar ................................. 122
Cálculo del riesgo de compresión L5-SI ... 136
4.1.3. Concepción en función de los medios de señalización
y de representación, así como de los órganos de
mando ....................................................................... 141
4.1.3.1. Medios de señalización y representación . . . 141
CONTENIDO IX

Principios de la señalización de seguridad: . 144


1. Generalidades........................................... 144
2. Colores de seguridad y contraste ........... 144
3. Forma geométrica y significación de las
señales de seguridad................................. 146
4. Combinación de formas y colores y su sig-
nificado para las señales .......................... 146
5. Presentación de señales de seguridad . . . . 146
6. Señales de peligro por el empleo del ama-
rillo/negro ............................................... 147
4.1.3.2. Órganos de mando ...................................... 147
4.2. Concepción del entorno de trabajo ..................................... 148
4.3. Concepción de los procesos de trabajo ................................ 164

PARTE TERCERA

Análisis ergonómico del puesto de trabajo....................................... 167


I. Identificación del puesto de trabajo ........................................... 167
Estudio de la Tarea: La unidad operativa básica ....................... 211
II. Métodos para el estudio de los puestos de trabajo ..................... 214
1. El sistema KIMMEL............................................................... 215
2. El método de L.E.S.T.............................................................. 216
3. El método de análisis y condiciones de trabajo RENAULT . 216
4. El método A.E.T. (ROHMERT-LANDAU)........................... 222
5. El método de la S.A.V.I.E.M. (VAN DEVYFER).................. 232
6. El análisis ergonómico elemental de BOIS ............................ 239
7. Cuestionario de control para el análisis de los puestos de tra-
bajo (GRANDJEAN) .............................................................. 243

Apéndice. La frecuencia cardiaca y la actividad muscular como


indicadores de la carga de trabajo: contribución de las nuevas tecno-
logías.

Epílogo............................................................................................. 275
A los niños del mundo, echados a la vida
inconscientemente, infancia desprotegida a la
que se niega la risa, secuestrados en la igno-
rancia, abandonados en su vegetar en el labe-
rinto del embrutecimiento, esclavos hoy, y
mañana también, en la explotación miserable
por un trabajo; ¡y son tantos todavía!
Prólogo

No es del autor de quien hay que hablar, sino del libro. Del autor
ha hablado él por sí mismo innumerables veces en sus libros, en sus
investigaciones, en sus publicaciones, en sus trabajos. Buscador in-
quieto de la verdad, infatigable creador, hombre para quien el estudio
es más recompensa que sacrificio. El doctor Jouvencel es el prototipo
del verdadero científico, con rasgos de creatividad, curiosidad, rebel-
día y perseverancia. Pero no es de él de quien procede hablar, sino de
su, por ahora, último libro. Un libro que se ocupa, cosa lógica en un
gran trabajador, del TRABAJO.
La palabra «trabajo» encierra, como todas las palabras, un concep-
to. Este concepto está relacionado, en los idiomas del tronco germáni-
co (Werk, Verk, Verke, Work) con ideas de transacción, de comercio.
En los términos griego, ergon, y latino, labor, existe un claro conteni-
do de esfuerzo que, en los idiomas de origen latino, se transforma en
firme expresión de tortura. Como la que administraba el instrumento
llamado «tripalium», palabra latina de la que deriva el verbo «traba-
jar». Esta idea de duelo, de sufrimiento, de castigo, ha acompañado
siempre al hecho laboral, y de aquí que se haya buscado antes evitar
que mitigar o racionalizar el trabajo.
Sin embargo, el trabajo es una misión, un condicionamiento so-
cial. Una necesidad humana. Un derecho. Derecho al trabajo y dere-
cho al tiempo que queda libre tras el cumplimiento del mandato labo-
ral. «Nec-otio», negocio, es la ausencia del ocio. Aún más, social,
sociológico, vienen de «socius», compañero, y lo único que puede unir
a todos los humanos, convirtiéndolos en compañeros, más allá de
razas, naciones y credos políticos o religiosos, lo único que puede
constituir un factor común, que aglutine, es el trabajo. Todos, sin
excepción, nacemos para hacer una jornada, con fases de trabajo y
fases de esparcimiento.
En el hecho y en la acción de trabajar confluyen dos factores: el

XIII
XIV PRÓLOGO

individuo que realiza el trabajo y el entorno en que este trabajo se


cumple. Un concepto clásico, con claras reminiscencias letamendia-
nas. La organización laboral, profesional, ha sido siempre, a lo largo
de la historia de la humanidad, tan connatural a las diferentes socieda-
des «como la sal en el agua del mar» (Tomás y Samper). Adaptar el
trabajo al trabajador y viceversa ha sido inquietud antigua. Los auto-
res alemanes, buenos estudiosos del tema, admiten tres fases (Gonzá-
lez Blanco). La de unión pura y simple entre trabajo y trabajador. La
de comunidad en acciones y en beneficios. La de división o diferencia-
ción de las funciones económicas derivadas del trabajo.
Conforme las ciencias van cobrando fisonomía, va tomando forma
a su vez, el estudio de los problemas que el trabajo plantea al indivi-
duo, pero, también, a la sociedad. Quién sirve para un puesto de tra-
bajo y, a la vez, cuál es el mejor puesto para una determinada persona.
Taylor enuncia su famoso axioma: «The Right Man in the Right Pla-
ce». Mira y López humaniza el concepto: «El mejor trabajo para un
hombre y también el mejor hombre para un trabajo». Hay que aten-
der la capacidad individual y, a la vez, las circunstancias que adornan
la tarea. Así, surgen al estudioso laboral dos ramas de aplicación: la
Orientación Profesional y la Organización Científica del Trabajo.
En el fondo, la relación entre persona y trabajo se reduce a una
serie de premisas que cabe ofrecer en esquema (Mira y López):
1. Orientación Profesional. Búsqueda del trabajo idóneo para
cada persona.
2. Profesiografía. Plasmación gráfica de las acciones profesio-
nales.
3. Enseñanza Tecnológica. Conjunto de técnicas de aprendizaje.
4. Adecuación del puesto de trabajo. Analizando instrumental y
entorno.
5. Higiene Profesional. En busca de prevención de accidentes y
enfermedades, pero, también, de extralimitaciones.
6. Selección Profesional. Asignando a cada uno el puesto idóneo.
7. Medicina del Trabajo. Prevención, Diagnóstico y Tratamiento
no sólo de Enfermedades, Lesiones y Discapacidades, sino,
también, de situaciones.
8. Aspectos Económicos y Sociales del Trabajo.
El conjunto de todas estas inquietudes es lo que conforma una
verdadera Ciencia del Trabajo. Cada una de las premisas citadas no
PRÓLOGO XV

representa una aportación aislada, sino que cada una posee matices de
inclusión en las demás y de las demás. Es lógico que surgiera la necesi-
dad de regular todo ello con leyes adecuadas. Primero fue la Ergología
(Sollier), Ciencia del Trabajo, también llamada, al principio, Ergasio-
logía. El conjunto de leyes que van a pasar a regir los principios ergo-
lógicos es la Ergonomía. El «logos» y el «nomos» unidos una vez
más.
El autor define bien la Ergonomía al decir que está integrada por
«el grupo de disciplinas que se interesan por el estudio del equilibrio
entre las condiciones externas e internas ligadas al trabajo y que inte-
raccionan en la biología humana». Porque, en efecto, la Ergonomía
no es sólo una ciencia multifactorial, sino multidisciplinaria. No sólo
se ocupa de las condiciones externas e internas ligadas al hecho de
trabajar, sino que analiza la relación entre ambas. No se limita al
estudio de una situación, sino que, además, investiga las influencias
que esta situación puede ejercer sobre la entidad biológica, el ser hu-
mano, que realiza su labor en el seno de unas circunstancias que no le
pueden ser ajenas.
Las especialidades que ceden algún contenido de conocimiento
para que, con todos los retazos, se conforme el entramado nuevo y
científico de la Ergonomía, son, como no podía por menos suceder,
muy variadas. Se trata, ante todo y sobre todo, de ciencias de Ingenie-
ría y de Biología en armónica mezcla. Ciencias que, como dice el
autor, componen un «sistema de sistemas», cuyo centro de preocupa-
ción es el hombre. Un sistema que comienza en la Antropología y
concluye en la Cibernética. Los matices de Ingeniería son tan impor-
tantes que, en algunos idiomas, se denomina a la Ergonomía Biotec-
nología o Ingeniería Humana. La entrada, para encontrarla en la Bri-
tánica, es Ingeniería de Factores Humanos («Human-Factors Engi-
neering»). Factores humanos, somáticos y mentales, dice la definición,
cuyo conocimiento sirve para diseñar herramientas y sistemas para
uso del hombre.
En cuanto al componente biológico, son considerados y adecua-
dos, como componentes de la Ciencia Ergonómica, Anatomía, Fisio-
logía somática, sobre todo respiratoria, cardiocirculatoria y neuromus-
cular, Fisiología mental y subramas de estas materias de estudio, como
puede ser la Electroneurofisiología, ciencia esta última en la que el doc-
tor Jouvencel es un experto. Gran importancia posee la Cinesiología y
es, asimismo, contemplada en el libro con mayor profundidad de lo
XVI PRÓLOGO

que suele ser habitual entre los especialistas en Ergonomía. Los cono-
cimientos del autor en esta rama del saber sobrepasan las habituales
exposiciones sobre la mecánica normal del movimiento (Biomecáni-
ca) y se extienden a la rama que estudia las manifestaciones motoras
en situaciones patológicas (Patomecánica). Una ciencia, esta última,
importante en Medicina Rehabilitadora, como base del conocimiento
de las minusvalías motóricas, y que el Dr. Jouvencel conoce gracias a
su profundo saber acerca de los problemas de Incapacidad. No se
limita, además, a estudiar la función músculo-articular, sino que se
remonta a los aspectos neurológicos, llegando hasta el nivel mental,
con lo cual, entra de modo claro en los conceptos tan esenciales de
Neurocinesiología y de Noocinesiología.
Jugando con todos estos conceptos, el Dr. Jouvencel nos va intro-
duciendo en el conocimiento de la Ergonomía, yendo, cuando convie-
ne, de lo general a lo particular y de lo unitario y elemental a lo más
complejo cuando se hace necesario. Así, se ocupa de las funciones de
la mano o de la columna vertebral, de las diferentes posturas, de los
diseños más adecuados, de los ritmos de trabajo, del trabajo individual
y del trabajo colectivo, de los gestos, de las señalizaciones, de las dispo-
siciones legales, de la iluminación, del ruido, de la temperatura, de la
carga nerviosa, de los factores psicológico y social, de algo tan esencial
como es el estrés, de la fatiga. Le preocupan, sobre todo, los aspectos
humanitarios, pero no desdeña los factores económicos, a los que lle-
ga, precisamente, a través de lo humanitario.
Para cumplir este complejo proyecto, el libro ha sido estructurado
en tres partes, a las que precede una especie de introducción o cues-
tión preliminar, en la que el autor ofrece, entre otros conocimientos,
su visión personal, tan original como atrevida, tan firme como intere-
sante, del concepto de salud. Las tres partes vienen ordenadas, en
esquema, de la siguiente forma:

Primera parte.
Está concebida como cuerpo introductorio y recoge y analiza los
fundamentos de la Ergonomía como Ciencia, así como los aspectos de
investigación, intervención y gestión ergonómica.
Resalta, como en todo el libro, la relación entre Ergonomía y Me-
dicina del Trabajo.
Se expone la estructura pluridimensional en la que se basan las dos
PRÓLOGO XVII

ciencias. Queda apuntado que el médico que quiera dedicarse a aspec-


tos ergonómicos ha de ser Fisiólogo, Patólogo, Cinesiólogo y, a la vez,
un poco Ingeniero, algo Sociólogo, bastante Psicólogo y, como es bien
lógico, Filósofo y Humanista.

Segunda parte.
Recoge los principios ergonómicos que rigen la concepción de los
sistemas de trabajo. La directa ligazón que une al hombre con sus
medios de trabajo. Son interesantes las páginas dedicadas al moderno
conflicto hombre-máquina. Si hubiera que utilizar tan sólo dos pala-
bras para expresar el contenido en este apartado, las palabras serían
armonía y racionalidad. El hombre será siempre quien plantee y
oriente las incógnitas, aunque sea la máquina quien las resuelva.
Conceptos básicos como los que expresan las voces inglesas «con-
trainte» y «astreinte», tensión y presión, fatiga, estrés, son cuidadosa y
ampliamente propuestos y resueltos. La postura se analiza también
con gran amplitud. Es importante el estudio que se hace de determina-
das zonas de instrumentación biológica, como la columna vertebral o
la mano. Sobresalen las descripciones cinesiológicas, en las que el au-
tor profundiza, una vez más, como muy pocos podrían hacerlo.
La descripción de actividades, el estudio de las cargas, los medios y
principios de señalización y sus códigos, las normas de iluminación,
datos sobre higiene industrial y sobre la concepción de los procesos de
trabajo, completan esta amplia e importante parte.

Tercera parte.
Está dedicada al análisis ergonómico del puesto de trabajo. El au-
tor coloca en la propia acción laboral su enfoque del binomio hombre-
trabajo y concluye un estudio que complementa y enriquece los análi-
sis efectuados en apartados anteriores.
Hay que resaltar en esta parte el método de estudio y el análisis de
las condiciones de trabajo y de la capacidad requerida. Las exposicio-
nes se matizan siempre, como en el resto del libro, por medio de una
abundante bibliografía.
Imbricadas a lo largo de la obra figuran unas originales «anotacio-
nes» que constituyen reveladoras y personales aclaraciones del texto.
Hay que destacar, finalmente, un apéndice dedicado a la función car-
XVIII PRÓLOGO

díaca y muscular, uno de los temas que, desde hace algún tiempo,
preocupan al autor en sus estudios sobre el esfuerzo y la fatiga.
Nos encontramos ante un libro importante, un libro que será útil
no sólo a médicos sino, también, a ingenieros, pedagogos, técnicos,
sociólogos, psicólogos y aun empresarios, obreros e instaladores. No
sólo en el campo industrial, también en el agrícola, en el de servicios,
incluso en el administrativo, sin olvidar los aspectos militares y, cada
vez más, los espaciales. Con su obra, el autor consigue clarificar la-
ciencia Ergonómica, permitiendo, como dijo hace años el Médico Psi-
cólogo Emilio Mira y López, «una actuación científica compleja y
persistente, destinada a conseguir que cada sujeto se dedique al tipo de
trabajo profesional en el que con menor esfuerzo pueda obtener ma-
yor rendimiento, provecho y satisfacción para sí y para la sociedad».
El doctor Jouvencel ha contribuido a este ideal con su libro, en el
que realiza algo tan difícil como es recopilar y seleccionar datos y
matizarlos en la forja de los propios conocimientos, de la propia con-
vicción. Hay, en estas páginas, divulgación y crítica a la vez. Hay,
sobre todo, entusiasmo, que es como sentirse llenado por los dioses.
Los dioses, en este caso, que rigen esa tremenda y feliz obligación
llamada TRABAJO.

RICARDO HERNÁNDEZ
Titulado Internacional en Rehabilitación
Cuestiones preliminares

LA SALUD COMO DEBATE PERMANENTE

La vida del hombre, generación tras generación, en su continuo


devenir histórico, en su lento e incesante peregrinar, cambia y se trans-
forma de modos y maneras inimaginables, imprevisibles. Esta evolu-
ción está presente en todos los órdenes de la existencia de la criatura
humana, tanto en aquellos que la favorecen como en los que tratan,
de alguna manera, de hacerla difícil, cuando no imposible.
Colectividad e individuo siempre se han preguntado por qué enfer-
ma el hombre: y este y aquella han buscado una respuesta acudiendo
a diversas interpretaciones. Sumergidas en el olvido permanecen teo-
rías que entendieron la enfermedad unida a la conjura del maleficio
divino.
Importantes descubrimientos se han hecho, pero no por ello hay
que pensar en un total dominio de la enfermedad. Sí, en esta milena-
ria batalla sólo caben esperar efímeras y pasajeras victorias. Ha sido
posible, y lo seguirá siendo, controlar, y hasta aniquilar, ciertos males,
pero, a unos suceden otros. Se asiste a un cambio constante, continuo.
Tal acontecer se repite en los tiempos una y otra vez. Y es que en ello,
aunque pudiera parecer paradójico, se encierra el germen de la vida, lo
que supone lucha continua, un conflicto que reclama constantemente
energía; esto es, salud.
Vida y salud, también enfermedad, han de ir unidas en una trans-
formación que va paralela al discurrir de los años, los decenios, los
siglos, conforme lo hace el hombre. Es inevitable, puesto que este
último no puede escapar tampoco al ineludible proceso evolutivo, en
el que no hay que olvidar las nuevas formas de enfermar ligadas a la
civilización y a los modernos estilos de vida y de trabajo, lo que supo-
ne un desarrollo creciente de la denominada «epidemiología fría».
Disfrutar de un equilibrio saludable es el deseo que anhela, en

1
2 ERGONOMÍA BÁSICA

general, todo ser humano. Otra cosa es lo que cada cuál entiende por
salud y, todavía más importante, cuáles son los medios adecuados que
la proporcionan, conservan e, incluso, mejoran. Si la ausencia de en-
fermedad, o «silencio orgánico», colmaba a muchos las aspiraciones
en este terreno hasta fines del siglo XIX, a partir de entonces se ha ido
imponiendo una evolución continua, aunque tampoco resulte apro-
piada la definicín de salud propuesta por la O.M.S. en 1946: «estado
de completo bienestar físico, mental y social». Este concepto resulta
forzosamente agresivo y frustrante para muchas personas cuando se
detienen ante tal espejo. Es más, esta misma definición constituye en
la actualidad un error de principio que arroja serios obstáculos para la
puesta en marcha de una nueva estrategia, que cada vez se hace más
inaplazable. La concepción de «bienestar» equivocadamente entendi-
da, ampliamente divulgada por un organismo que goza de gran autori-
dad internacional, ya casi ha tomado el valor de un dogma, de verda-
dero «becerro de oro» de nuestros días, de poderosa fuerza cuya
inercia no permite que se opere un cambio de actitud ni individual ni
colectiva. Las sociedades «demasiado satisfechas» generan inevitable-
mente un hechizo maléfico y sofocante que, en su apatía, termina por
imponer un clima que propicia la autodestrucción individual. Una
«cultura» del cuerpo, sin estimar otros recursos internos, otras poten-
cias, termina por significar una contracultura nociva y aniquiladora.

SALUD Y CONFLICTO

Admitiendo que el concepto de enfermedad está sujeto a evolu-


ción, otro tanto habrá que entender para cuanto afecta a la salud, así
como a las formas y maneras de conservarla, retenerla y recuperarla.
Todo ello exige una revisión. La sociedad de hoy, inmersa en la como-
didad, ha de modificar sus planteamientos, reconsiderando la idea que
pretende que la enfermedad es todo cuanto amenaza, perturba o in-
quieta su equivocado vivir, que huye del conflicto.
Y conflicto es la lucha de nuestros miembros contra la gravedad; el
contacto de los jugos gástricos, pancreáticos y biliares para digerir los
alimentos; los pequeños desajustes emocionales a lo largo de la jorna-
da; las frustraciones y los fracasos en la vida. Mas esta pugna es im-
prescindible: sin el movimiento los músculos se atrofian; sin una ade-
cuada digestión y asimilación de los alimentos el organismo se
CUESTIONES PRELIMINARES 3

depaupera; las vivencias amargas contribuyen a llenar el caudal de


experiencia; profundizando en los problemas es como el pensamiento
se entrena y se desarrolla la inteligencia.
La salud viene íntimamente ligada a la vida, conjugándose aquí
energía, resistencia y equilibrio; la salud es la energía que permite vivir
dentro de un razonable bienestar, capaz de afrontar un comprensible
malestar. Si «el dolor es el precio del ser» (TEILHARD DE CHARDIN), y
la salud «un desarrollo continuo a través de la vida» (EFFIE HAN-
CHETT), todo esto crea un estado de conflicto con cargas y fuerzas,
observando un dinamismo constante, como consecuencia del princi-
pio de acción y reacción que rige en el grandioso Universo, en toda la
Naturaleza, en el microcosmos individual e, igualmente, en las socie-
dades humanas. Descendiendo a los niveles elementales de la materia,
se comprueba cómo el átomo subsiste merced a la conflictividad de
sus cargas, cuya desigualdad genera una diferencia de potencial que
impide su desintegración, resultando, finalmente, un estado de equili-
brio en continuo movimiento, donde se ven respetadas las áreas de
actuación y competencia del todo a la parte. Y esta última referencia
es posible trasladarla a las distintas formas de sistema, incluyendo a
los sistemas sociales.

SALUD Y TRABAJO

El trabajo, se ha dicho, constituye un factor de liberación para el


género humano, pero, también aunque no se propague tanto, puede
adquirir un carácter opresivo y violento, hasta el punto de ser capaz de
aniquilar a los individuos. De la contundencia que caracteriza a las
máximas y reglas jurídicas, participa la que recuerda que «Officium
suum nemini danmosum esse debet» (A nadie debe serle perjudicial
su propio oficio); sin embargo, a esta, como a otras, excepciones no
faltan.
El ser humano vive acechado por innumerables peligros que conti-
nuamente comprometen su existencia. Este contexto amenazante no
es ajeno al mundo del trabajo, sino que, contrariamente, lo vive de
una forma más directa y acusada que otros sectores de la sociedad.
Unos, están obligados a arriesgar día a día su vida, buscando dónde
ganar el sustento para poder llevar a sus hogares lo indispensable.
Otros, se exponen al peligro esperando alcanzar, nada más, fama y
4 ERGONOMÍA BÁSICA

riqueza. A los unos engulle la mar, los atrapa la tierra para siempre o,
bien, los va matando poco a poco el aire viciado y malsano que respi-
ran. A los otros, les desgarra las entrañas, aunque sólo algunas veces,
una bestia herida, a la que dicen noble, que sólo trata de defenderse
desesperadamente; luego ríos de tinta desbordan columnas de periódi-
cos. Pero, en cualquier caso, la muerte de un ser humano es siempre
dolorosa y triste, ya sea bajo el andamio, o sobre la arena.
En la antigüedad, espíritus observadores estudiaron la relación en-
tre ciertas formas de enfermar y de trabajar. Paralelamente a los avan-
ces y descubrimientos de la ciencia, las condiciones de trabajo se fue-
ron haciendo menos duras y se otorgaron derechos a los hombres que
venían obligados a cumplir el imperativo bíblico «ganarás el pan con
el sudor de tu frente». Comenzaba a brotar el germen de lo que, en su
día, daría lugar a la Medicina y al Derecho del trabajo. En un breve
repaso histórico cabe señalar: el Código de Hammurabi, que otorgaba
ciertos derechos al esclavo; el Talmud, que preveía la indemnización
en el caso de accidentes de trabajo; en el antiguo Egipto los esclavos
tuvieron que ser respetados en el marco de los derechos que los aco-
gían; en Grecia, Aristóteles comenta las lesiones de los gladiadores;
Platón, las deformaciones causadas por determinadas actividades, e
Hipócrates describe los síntomas de la intoxicación por el plomo, tan-
to en su forma aguda como crónica; en Roma, Galeno analiza las
lesiones traumáticas de los gladiadores; Lucrecio estudia la tos y la
expectoración sanguinolenta de los mineros, profundizando en los co-
nocimientos sobre la silicosis; también es en Roma donde se origina el
primer contrato de trabajo que se conoce, referido al alquiler del escla-
vo. En la Edad Media crece el interés que con anterioridad habían
despertado estos problemas, siendo importante el impulso prestado
por los gremios y las corporaciones medievales; Paracelso, en su obra
«De morbis mortales», investiga sobre el trabajo en las minas y Ulrico
Ellembos da a conocer la morbilidad del antimonio.
Pero, sin lugar a dudas, es el italiano Bernardino de Ramazzini
quien, en 1701 escribe la obra fundamental sobre la patología del
trabajo, consiguiendo sistematizar la práctica totalidad de los conoci-
mientos habidos hasta la fecha en esta disciplina. No aparecerán ver-
daderos continuadores de esta meritoria labor hasta el siglo XIX. Es
entonces cuando se constata que las grandes aglomeraciones de traba-
jadores propician la enfermedad y los accidentes. En lo que respecta al
establecimiento de los derechos de los hombres que trabajan, se consi-
CUESTIONES PRELIMINARES 5

guieron importantes logros a partir del siglo XVIII; continuas


reivindicaciones sociales tienen su traducción en la implantación
escalonada, pero definitiva y con carácter irreversible de los aludidos
derechos. Desde entonces hasta nuestros días se han logrado conquistas
cada vez mayores. En esta lucha por la implantación de la justicia han
participado entes de muy diverso origen, alimentados, a veces, por
ideologías, al menos en apariencia, opuestas, pero que, en resumen,
propendían hacia un mismo fin, pues unos y otros buscaban que
todos los hombres respiraren en libertad. Así, con la publicación de
«El Capital», Marx pone en auge los derechos del trabajador; el
mismo fin está presente en las Encíclicas de la Iglesia Católica,
especialmente en «De Rerum Novarum» (1891) y «Mater et
Magistra» (1961)
Con el progreso de nuestra civilización, muchos peligros han sido
despejados, pero, en su lugar, casi enseguida, van apareciendo otros.
Modernos y nuevos sistemas de producción han dulcificado alguna
tarea, aunque, en ocasiones, sólo en cierta manera. La máquina ha
supuesto un importante medio de ahorrar esfuerzo y fatiga muscular.
Pero, precisamente por la transformación de la producción, por la
complejidad de los actuales procesos industriales, nuevos e importan-
tes problemas han aparecido: unos, ya existentes, se han visto acrecen-
tados, otros son de nueva aparición. Aun dejando a un lado tan lasti-
mosa verdad, el trabajo, en no pocas ocasiones, continúa siendo
agresivo para el que lo realiza, pues los riesgos que comporta se ven
frecuentemente actualizados en situaciones de infortunio que se plas-
man en las enfermedades y accidentes directamente ligados al trabajo;
hasta en ocupaciones aparentemente ofensivas.
El trabajo monótono, con actitudes y movimientos repetidos innu-
merables veces, es capaz de provocar graves consecuencias para el
individuo, y lo es más aún cuando la posibilidad de mejorar laboral-
mente no existe. «El esclavo no debe hacer esto y no debe hacer aque-
llo; muy determinadas ocupaciones, sin embargo, debe repetirlas, y
cuanto más monótonas sean, más se complace su amo en asignárselas.
La división del trabajo no es peligrosa para la metamorfosis del hom-
bre mientras pueda ejecutar diversas ocupaciones. Pero, no sólo no se
le restringe a una sola, sino que, además, ha de lograr lo máximo en el
menor tiempo posible, es decir, ha de ser productivo, se convierte en
aquello que propiamente debería definirse por esclavo... El deseo de
convertir a hombres en animales es el impulso más potente de la
esclavitud» (CANETTI).
6 ERGONOMÍA BÁSICA

La guerra, una de las formas más burdas de violencia, un aspecto


más de lo estúpida que puede ser la conducta humana, impresiona y
asusta, pues recuerda una visión trágica de la vida, y este sentimiento
se ve acrecentado al estar preñado de incomprensión. Cierto; pero, si
el balance de muertos y heridos que sigue a tanta barbarie produce
espanto, muchos ambientes de trabajo son más peligrosos que un cam-
po de batalla. Sólo los accidentes de trabajo ocasionan un muerto cada
minuto en el mundo, a lo que hay que añadir las víctimas de las
enfermedades profesionales y del trabajo; otros datos revelan que se
produce un muerto cada tres minutos por accidente o enfermedad
profesional, además, cada segundo que pasa hay cuatro trabajadores
heridos (según informe difundido por la Organización Internacional
del Trabajo —OIT— 1985). De nada sirve que se establezcan «plus»
de peligrosidad, pues, en definitiva, lo único que hacen es disimular el
auténtico problema, ahogando quejas cobardes. España arroja unas
cifras que oscilan entre seis y nueve muertos al día por accidentes de
trabajo, variando los datos según la fuente de origen. Hay centrales
sindicales que han acusado a la Administración de «ocultismo», sien-
do constantes las denuncias por falta de una política en materia de
salud laboral. Las inculpaciones son, con frecuencia, contradictorias,
cruzándose reproches las distintas partes implicadas.
Hay que admitir que el trabajo, o mejor dicho, ciertas formas de
trabajo, son fuente de calamidad y desgracia. Existen datos y antece-
dentes más que suficientes para afirmar, sin riesgo a incurrir en error,
que el trabajo, en determinados casos, acorta la vida y que «todos los
trabajos comportan riesgos para la salud» (OIT). Sí, el hombre necesita
trabajar para enriquecer su espíritu, desarrollar su personalidad,
promocionarse e intentar ser feliz, pues, sepan especialmente los hara-
ganes que no hay mejor dicha que la satisfacción que proporciona la
laboriosidad. Pero esta actividad ha de ser desplegada de manera que,
en ningún momento, sea o pueda ser perniciosa para el sujeto que la
realiza. Y la realidad, triste y traumática, a menudo, es muy otra.
Urge adecuar soluciones que sean fruto de actitudes reflexivas y
responsables. Basta ya de números, encuestas y estadísticas que nada
aportan a algo sobradamente probado. Y, en cualquier caso, siempre
habrá de chocar la frialdad numérica con el calor de humanidad que
desprende un cuerpo herido en su agonía.
CUESTIONES PRELIMINARES 7

LA SALUD COMO UN PROYECTO DE CULTURA

La salud, hoy más que nunca, ha de ser entendida dentro de un


marco multidisciplinario, de tal forma que sea una cuestión que tras-
pase los exiguos límites de la clínica, de la Medicina. Partiendo de esta
idea progresista y moderna, será importante recabar, si realmente se
quiere llegar a un desarrollo conceptual evolutivo y de futuro de lo
que es la salud, la opinión de los filósofos, moralistas teólogos, pensa-
dores y de los estudiosos de todas las ciencias de la humanidad, sin
olvidar la importante aportación de los ciudadanos, cualquiera que
sea su condición, única manera de que la salud encuentre un campo
propicio dentro de ese contrato social que es la empresa humana.
Los actuales sistemas de salud, fruto, en su mayoría, de actuacio-
nes paternalistas, creadores de una filosofía de catástrofe y de terror,
han expropiado la autocapacidad de los individuos, impidiendo su
desarrollo —su autodesarrollo y expansión— intentando ahogar al
ciudadano en un sistema gregario. Tales sistemas merecen una severa
crítica, al ser nocivos y perjudiciales para la persona. Los problemas
que la salud comporta no pueden ser únicamente imputados a las
deficiencias sanitarias. Ni los médicos, ni los hospitales, ni cuantiosos
gastos sanitarios, pueden hacer ya frente a determinadas patologías.
Ahora bien, la tesis contraria constituye, de una parte, el trampolín
idóneo para políticos desaprensivos carentes de escrúpulos, que em-
baucan a la audiencia con promesas que crean un ambiente de satis-
facción momentánea en un electorado poco informado; de otra parte,
los malos resultados de la gestión de los gobernantes, causantes, con
toda seguridad, de «nuevas formas de enferman», serán eludidos medi-
calizando la vida, psiquiatrizando las conductas. Al mismo tiempo,
tanto tartufo no desperdiciará la ocasión para repetir que se ve mate-
rializado el derecho a la salud —instituido bajo «una retórica constitu-
cional de buenos y píos deseos» (GARRIDO FALLA)—, arrojando a sus
súbditos a los médicos —para que los curen.
Entonces, el Estado, hará oír una vez más su voz, alardeando toda-
vía en un discurso henchido de vanidad, preñado de arrogancia: Yo,
el Estado, te acojo en todo momento, dándote guía y amparo desde
que vienes a la vida hasta tu muerte. En mis escuelas te enseño cómo
has de pensar. Nombro a los jueces para que se acate mi ley. Corrijo a
los funcionarios desviados. Silencio a los rebeldes. Incluso, cultivo tu
ocio. Y, cuando es la enfermedad la que te doblega, te doy médicos y
8 ERGONOMÍA BÁSICA

toda clase de píldoras. Los hospitales y los manicomios tienen abiertas


sus puertas para ti. Tú, ciudadano, no tienes derecho ni razón para
hacerme ningún reproche. Si no te curas, son ellos, los médicos, los
que no te quieren entender. Es, en todo caso, la ignorancia de su
ciencia, y no mis desaciertos, la causa de tus males. Yo, el Estado, he
cumplido con mi compromiso: mi conciencia social está tranquila.
La confianza en este «aparato formal de asistencia» (ALDO NERI)
cobra aún mayor solvencia cuando la sociedad, en su quietud, es con-
formista ante la propensión que fomenta la indolencia y la despreocu-
pación, comportamientos que se distancian cada vez más de las posi-
ciones que exigen afrontar la salud como un proyecto de cultura, en el
que han de participar todos los que componen el tejido social. Y es
cultura porque la salud contribuye a formar parte del conjunto de
valores que enriquecen a un pueblo y a los que con su trabajo y
entrega lo hacen posible. Y ha de ser proyecto porque se trata de una
tarea que nunca se ultima, que siempre requerirá nuevas metas, nue-
vas ambiciones, lo que, sin duda, entre las muchas acciones que hay
que emprender, hará reflexionar sobre la cuestión en la que se ha
querido incidir en las páginas siguientes.
PARTE PRIMERA

ERGONOMÍA BÁSICA APLICABLE


A LA MEDICINA DEL TRABAJO

INTRODUCCIÓN

1. La ergonomía como saber multidisciplinario


Los cauces metodológicos por los cuales discurre actualmente la
Medicina del Trabajo, y cada vez más, se remiten necesariamente a un
planteamiento ergonómico. La Ergonomía como tal fue definida en el
año 1961, en la revista internacional del trabajo1, como «la aplicación
conjunta de algunas ciencias biológicas y ciencias de la ingeniería para
asegurar entre el hombre y el trabajo una óptima adaptación mutua
con el fin de incrementar el rendimiento del trabajador y contribuir a
su bienestar».
De forma más breve, GRANDJEAN 2 define la Ergonomía como «el
estudio del comportamiento del hombre en su trabajo», tanto que ese
mismo hombre se convierte en el sujeto objeto de su estudio, «de las
relaciones entre el hombre en el trabajo y su entorno». La actividad
del individuo proyectada en el trabajo no puede ser ajena a tales inte-
rrelaciones.
La Ergonomía ha de encontrar cabida necesariamente dentro de
ese amplio marco que configuran el conjunto de ciencias que se inte-

1
Según cita CARPENTIER, L. (Luxemburgo), en: Enciclopedia de medicina, higiene y
seguridad del trabajo, pág. 582, Oficina Internacional del Trabajo (OIT), edición espa-
ñola publicada por el Instituto Nacional de Medicina y Seguridad en el Trabajo, Ma-
drid, 1974.
2
GRANDJEAN, E., Precis d'ergonomie, pág. 13, Les Editions D'Organisation, París,
1983.

9
10 ERGONOMÍA BÁSICA

resan por el equilibrio de los sistemas donde, en primer lugar, en una


posición avanzada, está la Ecología; no obstante, ésta no puede quedar
desconectada de otros sistemas o subsistemas, como si fueran compar-
timentos estancos, pues, de una u otra forma, en mayor o menor
medida, inciden en la definición de un sistema de sistemas, o ecosiste-
ma, siendo el hombre, en todo ello, el centro de preocupación. Al
mismo tiempo, una interpretación extensiva del término equilibrio
lleva implícita una idea de respeto ante situaciones de conflicto.
En conexión con lo anterior, también se puede definir la Ergono-
mía como el grupo de disciplinas que se interesan por el estudio del
equilibrio (o estabilidad) entre las condiciones externas e internas liga-
das al trabajo, y que interaccionan en la biología humana, ante las
exigencias y requerimientos de los sistemas y procesos de trabajo, ex-
pandiendo su ámbito para su preservación, corrección o mejora. En
gran número de ocasiones, el ser humano, movido por un mecanismo
de defensa de su biología y de autoconservación, o por otras causas,
está «haciendo» Ergonomía; el progreso científico, en sus distintas
vertientes, contribuye de forma decidida a facilitar tal inclinación.
Sin duda, uno de los aspectos más importantes de la vida humana
es, o debiera ser, su dedicación al trabajo, constituyendo una manifes-
tación de la actividad del individuo ligada a la producción y dirigida,
fundamentalmente, en un principio, a cubrir sus necesidades, al mis-
mo tiempo que coadyuva al desarrollo de la humanidad, así como a la
realización del individuo como persona. De otra parte, la Ergonomía
es un proceso en continuo desarrollo, tanto que la civilización y el
progreso humanos son una expresión palpable de un constante hacer
ergonómico, preocupación que no cesa. En atención a todo ello, como
factor ergonómico se ha de entender cualquier elemento capaz de in-
fluir y condicionar el mecanismo de interacción del sistema hombre-
máquina-entorno (pudiéndose clasificar en orgánicos, psicológicos, so-
ciales, físicos, ambientales). Esto mismo se ha de remitir forzosamente
a los elementos básicos de la fisiología del esfuerzo aplicada al trabajo,
con la finalidad de obtener la necesaria información sobre el compor-
tamiento del hombre en sus circunstancias laborales, pues todo trabajo
supone un aporte calórico y un gasto energético, un esfuerzo sobre la
economía humana. Los avances de la ciencia en los distintos campos
han contribuido, en buena manera, a paliar tal esfuerzo, mejorando el
rendimiento del trabajador e intentando aumentar su satisfacción e
integración óptima en el medio laboral. No obstante, limitar
ERGONOMÍA BÁSICA APLICABLE A LA MEDICINA DEL TRABAJO 11

la Ergonomía únicamente al trabajo, ya lo advertía H ERRERAS Y


BOTET 3 en 1966, «significa una restricción», ya que «la Ergonomía
comprende todas las disciplinas que estudian el ahorro de energía libe-
rada por el trabajador en el curso de toda su vida laboral».
Pretendiendo una calidad de vida en el medio laboral, por trabajo
bien hecho, según J. J. CASTILLO 4, se ha de entender «no sólo la elimi-
nación de obstáculos que impidan el bien hacer sino también la pro-
moción de sistemas que ayuden a conseguirlo. La Ergonomía tiene un
importante papel en este tema. El trabajo bien hecho requiere el desa-
rrollo de conceptos como:
«La seguridad. Entendida en sentido general y que se refiere no
sólo a la eliminación de riesgos objetivos de accidentes y enfermeda-
des, sino que intenta conseguir que las personas se sientan seguras.
Las condiciones físico-ambientales. Lo que rodea al puesto de tra-
bajo no se presenta como agresivo, las personas trabajan en un entor-
no que se percibe como confortable.
La eliminación de los trabajos penosos. La penosidad es un factor
eliminado, en la realidad, del trabajo y de la concepción de nuevos
puestos.
Adaptación del puesto del trabajo al hombre. La concepción e im-
plantación de los puestos de trabajo se hacen según las normas de la
Ergonomía. La relación hombre-trabajo es algo armónico. El puesto
está a escala humana.
Desarrollo personal. Proyecto de formación continua que facilita y
ayuda al hombre a conocerse mejor y a comprender lo que pasa a su
alrededor.»
CAMERON y CORKINDALE (1961)5, distinguen tres fases históricas
en el trabajo, en atención al uso de las máquinas y de los diversos
útiles en el medio laboral:

3
De HERRERAS Y BOTET, F. Segundad y previsión de accidentes en la metalurgia,
pág. 3, Lección 3.a, Inspección Central de Trabajo, Madrid, 1966.
4
J. J. CASTILLO (con la colaboración de J. VILLENA), en: La ergonomía en la intro-
ducción de nuevas técnicas en la empresa, págs. 228 y 229. Ministerio de Trabajo y
Seguridad Social, Madrid, 1989.
5
DE MONTMOLLIN, MAURICE. Les systémes hommes-machines, págs. 5 y 6. Presses
universitaires de France. París, 1967.
12 ERGONOMÍA BÁSICA

1. Durante mucho tiempo el hombre trata de adaptarse, más o


menos, a las máquinas; los estudios, pues, se centran sobre la máqui-
na, procurando formar y seleccionar a los operadores de acuerdo con
las exigencias de la máquina.
2. A medida que la complejidad de las máquinas y su precio
aumentan se va teniendo en cuenta una exigencia imperativa, como la
del error humano, el cual, si se materializa en forma de un accidente,
puede tener una trascendencia económica de gran importancia; esta
toma de conciencia hace que los estudios se centren en el hombre, a
fin de respetar y conocer sus límites.
3. Sin embargo, lo anterior se vio que no era suficiente, de ahí
que las investigaciones se reconducieran también a los sistemas deter-
minados por el hombre y la máquina, buscando su mutua adaptación
y operatividad6. El progresivo desarrollo de las distintas disciplinas y
tecnologías que se preocupan por el estudio y la solución de los pro-
blemas que plantea la relación hombre-máquina se ha reflejado en
una evolución terminológica7, así:
— Ergonómica o Ergología (V. MIASICHEV, 1923).
— Ergonología (V. BEJTEREV).
— Psicología ingenieril (LOMOV y VENDA; a veces, la Psicología
ingenieril se define como una de las bases teóricas de la Ergono-
mía).
Pero, cualquiera que sea el nombre utilizado, lo que se pretende es
el estudio de los diferentes aspectos laborales con el propósito de opti-
mizarlos (LOMOV y VENDA).
En el análisis de CAMERON y CORKINDALE se observa una distin-
ción clara entre el «maquinocentrismo» (enfoque de la máquina al
hombre, siendo su cometido principal estudiar las características «en-
trada» y «salida», en valores absolutos, al margen de las condiciones
concretas de la actividad del hombre», y el «antropocentrismo», en el
cual «la tarea de investigar al hombre como operador se transforma en
la de investigar al operador como hombre» (LOMOV y VENDA)
6
En este campo la investigación tiene que ser continua; a propósito del accidente
del Airbus 320 ocurrido en Francia el 20 de enero de 1992, sin duda habrá que refle-
xionar sobre la comunicación entre el hombre y la máquina (en este caso piloto-
ordenador de vuelo).
7
B. LOMOV y V. VENDA, La interrelación hombre-máquina en los sistemas de infor-
mación págs. 16 y 17, Editorial Progreso, Moscú, 1983.
ERGONOMÍA BÁSICA APLICABLE A LA MEDICINA DEL TRABAJO 13

Se comprende, entonces, que la Ergonomía ha de dialogar con la


Anatomía, la Fisiología y la Psicología humanas, de ahí que, en un
orden clínico, se pueda dividir en tres grandes áreas8, a saber:
1. Anatomía: Antropometría (mediciones del cuerpo) y Biomecá-
nica (génesis del esfuerzo).
2. Fisiología: Fisiología del esfuerzo (desgaste energético) y Fisio-
logía del entorno (condiciones ambientales).
3. Psicología: Psicología de las aptitudes (raciocinio y toma de
decisiones) y Psicología profesional (formación individuali-
dad).
La capacidad de trabajo del individuo es clasificada por BROUT-
9
HA , ergonómicamente, de acuerdo con las siguientes exigencias:
I. Físicas
1. Características naturales.
2. Salud.
3. Aptitud física (aparato cardiovascular: respiratorio, nervioso y
sensorial).
II. Psicológicas
1. Fatiga mental.
2. Aspecto vocacional.
3. Estrés familiar y social.
III. Ambientales
1. Organización del trabajador.
2. Jornada laboral.
3. Períodos de trabajo y períodos de descanso.
8
Diseño industrial, Enciclopedia Espasa Calpe, suplemento 1971-1972, pág. 426.
Obviamente, esta división en compartimentos estancos solamente tiene un carácter
orientativo, pues, por ejemplo, la Biomecánica también participa en la Fisiología del
esfuerzo y en la Psicología profesional, en la manera que ayuda a comprenderlas; lo
mismo se puede decir de la Patomecánica. La siguiente secuencia quizás facilite la
comprensión de lo antedicho: mente (nivel neurológico superior) — coordinación
muscular (nivel neurológico inferior) — acción motora (dependiente de los otros dos
niveles) (anotaciones sugeridas por HERNÁNDEZ GÓMEZ).
9
En Physiology in industrie, pág. 25, ed. Pergamon, Nueva York (EE.UU. de Amé-
rica), citado por DE LA POZA. J. M., Seguridad e Higiene Profesional, pág. 531, editorial
Paraninfo, Madrid, 1990.
14 ERGONOMÍA BÁSICA

2. Investigación, intervención y gestión ergonómica


La investigación ergonómica, según GRANDJEAN 10, ha de perseguir
los siguientes objetivos:
«— Ajustar las exigencias del trabajo a las posibilidades del hom-
bre, con el fin de reducir la carga externa.
— Concebir las máquinas, los equipos y las instalaciones pensando
en la mayor eficacia, precisión y seguridad.
— Estudiar cuidadosamente la configuración de los puestos de tra
bajo, intentando asegurar al trabajador una postura correcta.
— Adaptar el entorno (iluminación, ruido, etc.) a las necesidades
físicas del hombre.»
La intervención ergonómica se puede hacer en distintos momentos,
en distintas fases del proceso de trabajo, pudiéndose distinguir dos
grandes categorías: la Ergonomía de concepción (o Ergonomía de dise-
ño), que trata de imponer las medidas oportunas para que las condi-
ciones de trabajo sean las más adecuadas a las características indivi-
duales, actuando con un marcado espíritu preventivo ante la actuali-
zación de ciertos riesgos o incomodidades; la Ergonomía de correc-
ción, o Ergonomía correctora de la concepción inicial, actuando ante
problemas concretos que surgen en el curso del proceso de trabajo.
Entre ambos extremos cabe toda una gama de posibilidades interme-
dias del hacer ergonómico. También se utilizan otras denominaciones,
teniendo en cuenta las características y matices que introducen en su
acción. Así ROFESSART 11 apunta las siguientes:
— Ergonomía del desarrollo, que trata de aumentar las capacida-
des y competencias de los operadores.
— Ergonomía de los medios de producción, concernientes a los
medios de trabajo.
— Ergonomía del producto, en especial, aplicable al destino que el
usuario da a los bienes de consumo.
— Ergonomía de la decoración, que se preocuparía, al margen del
proceso productivo, del diseño, color y decoración en general
del medio de trabajo, etc.
— Ergonomía defensiva y Ergonomía ofensiva.
10
GRANDJEAN, E., o.a, págs. 13 y 14.
11
Responsable del Laboratorio de Psicología industrial (Prof. FAVERGE) de la Uni-
versidad Libre de Bruselas.
ERGONOMÍA BÁSICA APLICABLE A LA MEDICINA DEL TRABAJO 15

Por otra parte, apunta DE LA POZA 12 , la Erogonomía se puede dividir


en: geométrica en relación con la Antropometría, Ingeniería, distribu-
ción del lugar de trabajo, etc.; ambiental (ruido, vibraciones, tempera-
tura, humedad, color, etc.) y Ergonomía temporal (jornada de trabajo,
tiempo de trabajo, etc.).
La gestión ergonómica requiere ineludiblemente un planteamiento
que interesa a amplios sectores y disciplinas. Y, siendo, así, el COMISA-
13
RIADO GENERAL BELGA para la PROMOCIÓN del TRABAJO propone
que tal gestión discurra siguiendo tres grandes líneas:
1. Pluridisciplinaria.
2. Participativa.
3. Global.

1. Pluridisciplinaria
«Cualquier gestión ergonómica necesita la constitución de un
equipo específico, comprendiendo:
— Expertos, ya sean de la empresa o ajenos a la misma: jefe de
servicio SHE, Médico del trabajo, Psicólogo, especialistas diver-
sos del problema que se plantea (técnicos).
— Representantes de la estructura de la empresa:
a) Estructura funcional: mantenimiento, métodos, fabricación.
b) Estructuras sociales: comité de SHE, consejo de empresa,
representantes de los trabajadores.
— Los usuarios o utilizadores futuros de las instalaciones estudia
das: los trabajadores involucrados por la gestión ergonómica.
(...El punto de vista de cada uno puede ser útil en determinados
momentos de la investigación. El equipo ergonómico debe, pues,
abrirse a los participantes originarios y a funciones muy diversas para
utilizar mejor el potencial creativo que existe en la empresa.)»

12
DE LA POZA, J. M., Seguridad e Higiene Profesional, págs. 533 y 534, Editorial
Paraninfo, S. A., Madrid, 1990.
13
De acuerdo con el texto correspondiente a una publicación del citado organismo
del año 1986, elaborado por el grupo de trabajo «Política y Prevención», de la sección
«Acción y Propaganda» del Consejo Superior de Seguridad e Higiene del Trabajo.
16 ERGONOMÍA BÁSICA

2. Participativa
Los trabajadores y sus representantes desempeñan un papel muy
particular en la gestión ergonómica: aportan su experiencia y su cono-
cimiento concreto del trabajo y, en esto, son también «expertos», pero
también son, además, los que evaluarán finalmente el resultado últi-
mo de la gestión ergonómica, y los que determinarán si los objetivos
de mejora perseguidos han sido conseguidos.
Este carácter participativo, según anota J. J. CASTILLO l4, se ha de
entender como «una implicación voluntaria, consciente y responsa-
ble, tanto en lo que se refiere a las relaciones sociales como en la
planificación de los cambios del sistema», y añade que hay que poner
el acento en los siguientes aspectos:
«La información. Las personas tienen toda la información necesa-
ria para entender y realizar su trabajo. No tienen incertidumbres en la
realización de su tarea.
La consulta. Las opiniones de las personas son escuchadas y teni-
das en cuenta de forma especial si afectan a su propio trabajo y a las
condiciones en que se desarrolla.
El consenso. La confrontación e intercambio de información y
conocimientos en que se desarrolla.
Decisiones conjuntas. Las personas participan en la determinación
y resolución de problemas.
Autonomía. Las personas gozan de cierta independencia en la de-
terminación y resolución de su propio trabajo, de forma individual o
en grupo.
La participación se fundamenta en la formación y consenso, admi-
te diversos niveles que van desde la eliminación de incertidumbre
(información) hasta la independencia en la determinación y resolu-
ción del propio trabajo (autonomía).»

3. Global
«La gestión ergonómica debe tener en cuenta el conjunto de facto-
res del medio de trabajo que se propone modificar, pero sin que se
aboque al riesgo de que para mejorar uno se descuide el otro.»
A nivel internacional, existe un comité técnico de estandarización
14
J. J. CASTILLO, O.C., págs. 229 y 230.
ERGONOMÍA BÁSICA APLICABLE A LA MEDICINA DEL TRABAJO 17

' En esta figura se esquematiza la situación tal como se siente, y se muestran fuerzas más que
leyes científicas. El término «imperativo» debe entenderse en un sentido relativo; muy fuerte en
numerosos casos, sobre todo en la esfera económica, pero los imperativos no deben considerarse
como absolutos. Las técnicas y la organización, en particular, no son intangibles, pueden modifi-
carse.
2 En el caso de un asalariado, de jure o defacto o en el caso de trabajadores por cuenta propia
(en el sector rural o en el informal, artesanías, pequeñas empresas familiares) debería sustituirse
este factor por otro denominado «imperativos económicos».
«En el círculo que rodea inmediatamente a la situación vivida por el trabajador se reúnen de
forma esquemática los principales elementos que constituyen las condiciones y el medio ambiente
de trabajo o que contribuyen a ellos directamente: sus influencias confluyen y se combinan; las
fechas simbolizan la existencia de esas relaciones, sin representarlas, por supuesto, de forma deta-
llada, cada uno de los factores representados influyen en la situación vivida por el trabajador, pero,
asimismo, también en los demás elementos de las condiciones y el medio ambiente de trabajo. Los
elementos situados en la mitad superior de círculo están vinculados a la técnica, los aspectos
económicos y la organización; los de la mitad inferior se relacionan con el hombre y su entorno.
Fuera del círculo, por encima y por debajo de él, están indicados algunos de los elementos que
constituyen el contexto general en el que se sitúan el trabajador y su trabajo».
introducción a las condiciones y al medio ambiente de trabajo, pág. 22. O.I.T.-Ginebra, 1987
(bajo la dirección del J. M. CLERC).
18 ERGONOMÍA BÁSICA

(ISO —International Organisation for Standardization—, Ginebra)


que redacta normas en el campo de la Ergonomía, habiéndose creado
cinco subcomités:
ISO/TC—159/SC1 Principios directivos en Ergonomía.
ISO/TC—159/SC2 Exigencias ergonómicas que se especifican en
las normas.
ISO/TC—159/SC4 Antropometría y biomecanismos.
ISO/TC—159/SC4 Señales y mandos.
ISO/TC—159/SC5 Ergonomía del entorno físico 15.

15
Como normas procedentes de otros países se indican las que siguen: normas
alemanas (Deutsches Institut für Normung), DIN 33 400; DIN 33 402; DIN 33 403;
DIN 33 404; DIN 33 405, normas francesas (Asotiation française de normalisation),
NF 3 90-400; NFS 31-013; normas de los Estados Unidos MIL-STD-147SB (notas
tomadas de Ergonomía, o.c, Comisario Belga para la Promoción del Trabajo).
PARTE SEGUNDA

PRINCIPIOS ERGONÓMICOS
DE LA CONCEPCIÓN DE LOS
SISTEMAS DE TRABAJO.
EXPOSICIÓN Y DESARROLLO

Por su interés se va a transcribir a continuación la norma belga


NBN X-10-001 16 que ha de servir de programa para esta parte, al
mismo tiempo que, junto a los conceptos y definiciones que contiene,
se harán algunas anotaciones y comentarios para una mejor ilustra-
ción en este campo.
La norma NBN X-10-001 se estructura de acuerdo con el si-
guiente esquema:

0. INTRODUCCIÓN.
1. OBJETO
2. CAMPO DE APLICACIÓN
3. DEFINICIONES
3-1. Sistema de trabajo
3-2. Tarea
3-3. Medios de trabajo
3-4. Proceso de trabajo
3-5. Espacio de trabajo
3-6. Entorno de trabajo

16
Esta norma ha sido puesta a punto por la Comisión de Ergonomía del Instituto
Belga de Normalización (IBN) en colaboración con el Comisariado general de la pro-
moción del trabajo (publicación autorizada el 30/4/1981).

19
20 ERGONOMÍA BÁSICA

3-7. Carga externa 3-


8. Carga interna 3-9.
Fatiga de trabajo
4. PRINCIPIOS DIRECTIVOS GENERALES
4-1. Concepción del espacio de trabajo
4-2. Concepción del entorno de trabajo
4-3. Concepción del proceso de trabajo

0. INTRODUCCIÓN

«Los factores tecnológicos y económicos de la organización y los


factores inherentes al hombre influyen en su comportamiento y en su
correcto actuar en el sistema del trabajo. La concepción de los siste-
mas de trabajo debe satisfacer las exigencias humanas, por aplicación
de los conocimientos ergonómicos y de las experiencias de la prácti-
ca.»

1. OBJETO

«La presente norma establece los principios ergonómicos que de-


ben respetarse como reglas básicas para la concepción de sistemas de
trabajo.»

2. CAMPO DE APLICACIÓN

«Los principios ergonómicos directivos, especificados en la presen-


te norma, se aplican a la concepción de condiciones de trabajo ópti-
mas en cuanto al bienestar, la seguridad, la salud del hombre y la
eficiencia tecnológica y económica.»

OBSERVACIÓN IMPORTANTE

«La aplicación de la presente norma no dispensa de adaptarse a las


disposiciones del reglamento general para la protección del trabajo
(RGPT)»
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 21

3. DEFINICIONES

3.1. Sistema de trabajo:


«Un sistema de trabajo está constituido por el hombre y los medios
de trabajo, actuando en conjunto en el proceso de trabajo, en el espa-
cio de trabajo y en el entorno de trabajo, según las condiciones de
ejecución de la tarea que se va a realizar.»

Anotaciones
En general, un sistema es un conjunto de elementos independien-
tes coordinados entre sí. Un sistema físico supone, pues, un conjunto
de cuerpos independientes considerados como una entidad. Los siste-
mas pueden ser abiertos o cerrados; termodinámicamente, un sistema
abierto es aquel que permite intercambiar materia y energía con su
entorno; por el contrario, en un sistema cerrado no se puede intercam-
biar en él materia, pero sí energía. Por ecosistema se entiende una
comunidad de organismo, sus interacciones mutuas y las del conjunto
en que se desenvuelve l7 .
Los seres vivos, el hombre entre ellos, están inmersos en un siste-
ma abierto, ya que para segurar su subsistencia necesitan intercambiar
materia y energía entre su organismo y el entorno en que se desarrolla,
con la implícita necesidad de una adaptación constante, en la que las
partes que integran ese sistema han de dialogar en sentido recíproco
dentro de un «interface» de comunicación creativa, superando, con
respeto mutuo, las situaciones de conflicto que se plantean. PAULOV I8
indicó que «el hombre es, naturalmente, un sistema (meramente
dicho una máquina) pero,... en el horizonte de nuestra visión científica
contemporánea, es único por su altísima autorregulación». Biológica-
mente, el sistema aboca a la función, y la misma actividad biológica
necesita energía para trabajar. «La energía es difícil de definir en tér-
minos concretos de tamaño, de forma o de masa; el término energía
supone más bien un estado dinámico relacionado con la condición de
cambio, porque sólo se revela la presencia de energía cuando ha ocu-

17
Definiciones tomadas de la obra Vocabulario Científico y Técnico, Espasa-Calpe,
Madrid, 1990.
18
PAULOV, Obras escogidas, pág. 394, Moscú, 1954, citado por LOMOV y VENDA,
o.c.
22 ERGONOMÍA BÁSICA

rrido un cambio» l9. La primera ley de la termodinámica enseña que


la energía no se crea ni se destruye sólo se transforma; este principio
de la conservación de la energía se aplica a todos los sistemas sin
excepción (vivos y no vivos). El concepto de cambio es esencial en
Ergonomía, a la vez que la salud puede ser definida como «la capaci-
dad de adaptación óptima frente a las circunstancias y los aconteci-
mientos del entorno» (SARGENT, 1968).
Los sistemas pueden encontrarse en situaciones de equilibrio o de
no equilibrio. El estudio de los sistemas en no equilibrio fue motivo de
preocupación especial en la Química, en particular para YLIA PRIGO-
GINE (Premio Nobel de Química, 1977, por sus trabajos en los proce-
sos de no equilibrio) bajo el marco de la escuela de Bruselas (con
importantes predecesores, como DE DONDER, O NSANGER, TIMMER-
SAN); pero el estudio de estos sistemas trasciende más allá de la Quími-
ca, propagándose a la Física, la Sociología, y, cómo no, a la Ergono-
mía.
Mientras en los sistemas cerrados el estado de equilibrio se da de
forma estacionaria, en los sistemas abiertos se pueden presentar esta-
dos estacionarios fuera del equilibrio, de tal manera que un sistema
abierto se puede mantener alejado del equilibrio indefinidamente. En
este contexto, una de las magnitudes más estudiadas es la entropía, o
cantidad de energía desaprovechada para producir una acción, magni-
tud termodinámica que fue introducida por R. S. CLAUSIUS en 1865.
PRIGOGINE formuló el teorema de la mínima producción de entropía,
que determina la estabilidad del estado estacionario, aunque no esté
en equilibrio (indicando que el aumento de entropía es mínimo).
Todo ello ha llevado a la posibilidad de enunciar situaciones distintas
al equilibrio o estados que el propio PRIGOGINE denomina «estructu-
ras disipativas», aplicable a los sistemas abiertos. PRIGOGINE explica la
realidad de la naturaleza aunando y combinando filosofías opuestas: el
determinismo y el azar20.
El concepto de entropía (carga térmica, grado de desorden de un
sistema), que inicialmente arranca de la termodinámica, ha conocido
su aplicación por analogía en el campo de otras ciencias, así: Matemá-

19
M C A R D L E , I. K A T C H y V. K A T C H , en Fisiología del ejercicio, pág. 91, Alianza
Editorial, S. A., Madrid, 1990.
20
Ref. Enciclopedia Universal Espasa Calpe, Suplemento 1979-1980, págs. 1074 y
1075.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 23

ticas (concepto relacionado con los sistemas dinámicos; transforma-


ciones entre espacios de medida o sistemas de sucesos con probabili-
dad, expresando la cantidad de desorden producido o desorden
inherente al sistema); Física (parte de la energía que un cuerpo o siste-
ma de cuerpos no puede transformar en trabajo); Mecánica Estadística
(medida del desorden de un sistema, definición que equivale a la
referida para la Termodinámica); comunicación (medida de ausencia
de información acerca de la situación, o equivalente a la incertidum-
bre asociada con la naturaleza de la situación). En cuanto a la Ergono-
mía, en los sistemas hombre-máquina, la entropía ha de ser tenida en
cuenta en la manera en que la estabilidad del sistema se vea amenaza-
da, creciendo a medida que el grado de desorden introducido en el
sistema sea mayor, de modo que, si el proceso es irreversible, la entro-
pía aumentará progresivamente; el hacer ergonómico se ha de preo-
cupar por facilitar un estado de adecuación que sea conjugable con la
mínima producción de entropía. El teorema de la mínima producción
de entropía conecta con la estabilidad de un estado estacionario (que
no está en equilibrio, con lo que estabilidad y equilibrio tienen signifi-
cados distintos, lo que tiene su reflejo en las aludidas estructuras disi-
pativas (aplicable a los sistemas abiertos, combinando el determinis-
mo con el azar, en la manera formulada por PRIGOGINE).
Los científicos discuten actualmente sobre la idea de complejidad y
de lo que significa un sistema complejo, llegando, incluso, a plantearse
si es más compleja una bacteria que el hombre; en este sentido, se
busca una definición a la repetida complejidad desde los distintos
campos de la ciencia (Matemática, Física, etc.)- Junto a ello hay que
pensar que un sistema puede ser entendido como un subsistema den-
tro de un suprasistema y, a su vez, cada sistema es susceptible de ser
descompuesto en otros subsistemas. En el proceso de descripción de
un sistema habrá que preguntarse por el «qué», el «cómo» y el «por
qué», en cuanto que interesará conocer e identificar sus elementos, sus
características y sus relaciones (cualitativas y cuantitativas)21.
Modernamente, la Ergonomía plantea el sistema hombre-máquina,
«tendente a considerar el puesto de trabajo en funcionamiento como
una pareja operador-máquina o trabajador instrumento como un
sistema de relaciones recíprocas, implicando un intercambio de seña-

21
HANCHETTE EFFIE, Salud de la comunidad, págs. 26 a 42, Editorial Limusa, Mé-
xico, 1991.
24 ERGONOMÍA BÁSICA

les-respuestas entre los dos términos del sistema, en una adaptación


recíproca e, incluso, un cierto lenguaje» 22. Ya en 1958, FITTS definió
el sistema hombre-máquina como «un conjunto de elementos com-
prometidos en la consecución de uno o varios fines comunes ligados a
una red de informaciones y cuyo rendimiento depende no sólo de las

Referencia. Carballo Rodríguez, B., en Temas de ergonomía, pág. 21, editado por Fundación
Mapfre, Madrid, 1987.

22
MUCHIELLI, ROGER, L'Etude des postes de travail, pág. 101 (6.a edición). Les Edi-
tions ESF, París, 1987.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 25

características de sus elementos, sino, también, de sus interacciones e


interrelaciones» 23. CAZAMIAN 24, en 1970, indicó que la dicotomía factor
humano-factor técnico se ha revelado bastante estéril, mientras que
la noción sistema hombre-máquina parece ser una construcción más
sólida para interrelacionar los conocimientos técnicos y biológicos.
Por su parte, ROHMERT (1972) se refirió al equilibrio «hombre-
máquina-ambiente»; por otro lado DE HERRERAS y BOTET 25, en 1966,
se remitía al binomio hombre-acción.
Siendo así, algunos principios básicos de la Cibernética (entendida
como «ciencia sobre el control, la comunicación y la elaboración de
información») han de servir para un mejor conocimiento de los siste-
mas hombre-máquina-entorno, en una perspectiva ergonómica. De
este modo, tendrá interés retener algunos conceptos de la Cibernética
para su traslado en lo posible al campo ergonómico. Y así REMIZOV 26
distingue los siguientes fundamentos cibernéticos:
— Sistema cibernético: «conjunto ordenado de objetos (elementos
de sistema) que interaccionan y están relacionados entre sí, que son
capaces de comprender, almacenar y analizar la información y cam-
biarla».
— Complejidad de un sistema: «depende de la cantidad de ele-
mentos que lo componen, de la estructura y diversidad de conexiones
internas. Los sistemas compuestos pueden constar de otros más sim-
ples; un sistema de un nivel mayor es una unificación de subsistemas
de nivel más bajo, es decir, la organización del sistema tiene un carác-
ter jerárquico».
— Sistemas continuos y discretos: «en los sistemas continuos las
señales que circulan por el sistema y los estados de los elementos se
definen por los parámetros continuos; en los discretos, por parámetros
discretos; existen, también, sistemas mixtos (híbridos) en los que hay
parámetros de ambos tipos. Los sistemas discretos son más universales
que los continuos».
23
Según definición que apunta V A Q U ER O P U ER TA , J. L., en: Higiene y Seguridad en
el Trabajo, pág. 178, editora Médica Europea, S. A., Valladolid, 1989.
24
Le diagnostic en Ergonomie ou le choix des modeles opérants en sitution réelle de
travail, informe n.°26, abril, 1972, Laboratorio de Fisiología del Trabajo y de Ergono-
mía, París, 1972.
25
D E H ERRERAS y B OTET , O . C .
26
A. R E M I Z O V , Física médica y biológica, págs. 81 a 87, editorial MIR, Moscú,
1991.
26 ERGONOMÍA BÁSICA

— Sistemas determinativos y sistemas probabilísticos: «un sistema


se denomina determinativo si sus elementos interaccionan de forma
determinada; el estado y estado de este sistema se pronostica con exac-
titud y se define por las funciones uniformes. El comportamiento de
los sistemas probabilísticos se puede determinar con cierto grado de
seguridad, por cuanto que los elementos del sistema se hallan bajo la
influencia de un número tan grande de acciones que la interacción de
sus elementos no se puede describir con exactitud; uno de los ejemplos
es la respuesta del organismo a la acción de los factores físicos (la
fuerza, la temperatura, electricidad, etc.); dicha respuesta tiene un ca-
rácter probabilístico».
— Sistemas cerrados y abiertos: «los sistemas cerrados sólo comu-
nican señales entre sí; los sistemas abiertos comunican señales con el
medio exterior».
— Receptores y efectores: «para captar las señales del medio exte-
rior y transmitirlas al interior del sistema, cada sistema abierto tiene
receptores (captadores o traductores); los animales, semejante a los
sistemas cibernéticos, tienen como receptores los órganos de los senti-
dos (tacto, vista, oído, etc.). Las señales se transmiten al medio exte-
rior por mecanismos ejecutivos, llamados efectores (la palabra, la mí
mica, las manos, son para el hombre, como sistema cibernético, los
efectores).
— Elementos de información: «los sistemas cibernéticos compues-
tos poseen una propiedad particular, la capacidad de almacenar infor
mación, que más adelante puede ser utilizada en el funcionamiento
del sistema de control (llamándose a esta propiedad memoria). La
información ocupa un lugar fundamental en la Cibernética; según las
ideas modernas, información significa el conjunto de nociones, datos y
transmisión de comunicaciones». «La transmisión, la obtención y la
elaboración de información disminuye la incertidumbre del sistema».
Entre los elementos de la «teoría de la información» conviene recor-
dar:

— Señales: «la transmisión de la información se realiza por cana


les de comunicación en forma de señales elaboradas por órganos del
sistema cibernético».
— Canal de comunicación: «el medio por el cual se transmiten las
señales recibe el nombre de canal de comunicación».
— Isomorfismo: «se entiende por tal la conformidad de fenómenos
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 27

físicamente diferentes, durante los cuales se conserva y no se deforma


el contenido de la comunicación transmitida; la infracción del isomor-
fismo ocasiona distorsión de la información».
— Señales informadoras y señales ejecutivas: «las señales informa
doras comunican cualquier información; las señales ejecutivas son las
que contienen cualquier tipo de acción. A su vez, las señales pueden
ser discretas (ejemplo, transmisión de números por impulsos de co-
rriente) y continuas (así, cambio de tensión en el circuito por variación
de temperatura)».
— Alfabeto y letra: «un conjunto completo de señales se denomina
alfabeto, y una señal se llama letra del alfabeto».
— Codificación, recodificación y decodificación: «la descripción de
cualquier comunicación con ayuda de un alfabeto determinado recibe
el nombre de codificación; el cambio de esta comunicación a otro
alfabeto se denomina recodificación; la interpretación de comunica
ciones se llama decodificación».
— Control: «para que transcurra un cambio orientado hacia el
objetivo de un sistema cibernético es necesario que exista un control.
El control es la acción sobre un objeto para conseguir el fin asigna-
do».
La Ergonomía ha de poner en juego un mecanismo de comunica-
ción entre las partes implicadas, lo que supone, en el análisis de la
actividad del trabajo, considerar tres puntos principales27, así:
— La comunicación es una forma de acción.
— La comunicación demanda una intercomprensión.
— La comunicación es un proceso secuencial ordenado.
Un sistema es, según J. B. PROBST y J. I. MERCIER 28, «un todo
dinámico que posee, en cuanto tal, propiedades y comportamientos
propios. Reagrupa partes que interaccionan entre ellas, de manera que
ninguna de las partes es totalmente independiente de las otras, y el
comportamiento del todo está influenciado por la acción del conjunto
de todas las partes. De esta forma, se puede hablar de: un sistema

27
AMALBERTI, DE MOTMOLLIN, THEUREAU, en: Modéles en analyse du travail,
pág. 192 y 193 (capítulo elaborado por M I CHE LLE L ACOSTE ), P. Mardaga, editeur, Liége,
1991.
28
En: Structurer L'organisation, págs. 17 y 18, Les Editions D'organisation, París,
1991.
28 ERGONOMÍA BÁSICA

técnico, si comporta nada más que elementos materiales; un sistema


social, si agrupa nada más que elementos vivos (humanos, animales,
vegetales); un sistema socio-técnico en el caso de que los dos aspectos
precedentes se tengan en cuenta; un sistema societario, si se refiere a
un conjunto de individuos, en el que se analizan los comportamientos
y las relaciones»; en opinión de los mismos autores citados, «el entor-
no de un sistema es el medio en el que se relaciona y se desenvuelve;
se compone de elementos externos con los cuales el sistema mantiene
contactos».
El sistema de trabajo involucra al hombre al verse reclamado por
un proceso de trabajo, como sujeto activo dentro del mismo. El traba-
jo ha sido definido por MUCHIELLI 29 como «el conjunto de tareas y
obligaciones asignadas a un individuo para alcanzar ciertos objetivos
previamente definidos, implicando los medios (útiles y métodos)» y el
puesto de trabajo, según BOUR y SUERIN 30, es el «conjunto hombre,
máquina y materiales, en movimiento y en un lugar determinado».
En tal orden, un puesto de trabajo, en un sentido restringido, muestra
un sistema de trabajo, no obstante, acogiéndose a un criterio amplio y
en la manera en que el citado DE HERRERAS y BOTET define la Ergo-
nomía, el puesto de trabajo es un mero exponente del sistema de
trabajo, ya que este último ha de ser entendido con implicaciones que
trascienden más allá del puesto y del lugar de trabajo.
A los sistemas hombre-máquina los clasifica DE MONTMOLLIN 31
en dos grandes grupos:
1. De bucle cerrado el más sencillo y rudimentario, constituyendo
un modelo simple de puesto de trabajo, tal como se indica en la figura.
La máquina emite para el hombre las informaciones, llamadas seña-
les, y el hombre emite para la máquina, también, otras informaciones,
llamadas respuestas En este modelo de circuito cerrado, el operador,
pues, tan pronto percibe la señal la decodifica y adopta una decisión,
ejecutando ciertas acciones, las cuales —ya transmitidas al objeto de
dirección, y a través de los mecanismos técnicos propios del sistema—
dan lugar a un cambio de estado en ese mismo objeto de dirección,
__________
29
M U C H I E L L I , R O G E R , L' Etu d e d e p o s te s de t r a va i l, pág. 10 1, L e s e ditio n s ESF
—Ent er pri se Moder ne D'edi tion e n Libr airies Techniques —, P arís, 1987.
30
S U Á R EZ P I N TAD O , J. R. Servicios médicos de empresa españoles, pág. 150, publi-
cado por el Ministerio de Trabajo Instituto Nacional de Previsión, Madrid, 1950.
31
D E M ON T MO LLIN , M., O . C . (1967), págs. 24, 25 y 26.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 29

apareciendo nuevas señales, frente a lo cual ha de actuar otra vez el


hombre, cerrándose así el circuito 32.

2. De bucle abierto, en los cuales el operador actúa en función de


las consignas que le han sido suministradas previamente (ejemplo ta-
reas de subalterno, consignas sin tener en cuenta la acción de réplica
de la máquina).

Ahora bien, reflexionando sobre el modelo anterior, hay que pen-


sar, sin embargo, que un sistema de bucle abierto perdería toda su
eficacia si el cierre del mismo no se realizase a un nivel superior.
R. ARCKORR y E. EMERI 33 definen el sistema Hombre-Máquina
como «intencionado al perseguir un objetivo, cambiando su conducta
al variar las condiciones externas (N. WIENER y A. ROSENBLUETH),
siendo la cualidad sustancial de los sistemas intencionados «su capaci-
dad para producir resultados de un mismo tipo mediante procedi-
mientos diferentes en un entorno estructural igual y, al propio tiempo,
resultados funcionalmente distintos tanto en un entorno igual como
en entornos estructuralmente diferentes». Pero el hombre, en el siste-

32
B. L O MOV y V. V ENDA , O . C ., pág. 20.
33
Las notas que se contienen en este párrafo han sido tomadas de la obra de LOMOV
y VENDA (O.C., págs. 20, 21 y 22).
30 ERGONOMÍA BÁSICA

ma hombre-máquina, no es un mero eslabón, sino «un eslabón espe-


cial», que organiza el sistema, ejecuta acciones, modifica tareas, eva-
lúa resultados, orientando el sistema en una forma prevista, es decir,
que «se supedita a la obtención de un resultado útil» (P. ANJONIN) O,
expresado de forma afín, en atención al «modelo de futuro requerido»
(BERSHEIN). De todo ello se desprende que, en tales sistemas hombre-
máquina, no será suficiente con determinar las características de «en-
trada» y «salida» del hombre, sino que, además, habrá que recurrir a
una investigación psicológica de la estructura y de los mecanismos de
su actividad.
De cualquier modo, el trabajo ha de determinarse por unas condi-
ciones (condiciones de trabajo), marco en el cual se pueden describir
distintos niveles de aproximación 34, como se recogen en el siguiente
esquema:

34
Techniques d'amélioration des conditions de travail dans l'industrie, págs. 20 y 21
(obra elaborada por una comisión de expertos, por M. BERNARD, VERNIER-PALLIEZ, bajo
los consejos de ALAIN WISNER; metodología elaborada por M. BERNARD VAN DEVYVER),
Editions Hommes et Tecnhiques, París, 1977.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 31

Para el esquema anterior, hay que especificar:


Nivel del puesto de trabajo: relación hombre-máquina. Problemas
ligados a la percepción y al tratamiento de las señales, a la carga men-
tal y a la carga física. Campo clásico de la Ergonomía.
Nivel del entorno físico: ambientes físicos en torno a los operado-
res: ruido, iluminación, ambiente térmico, irritantes tóxicos.
Nivel de organización de los medios de fabricación: en particular,
organización material del trabajo: «contraintes» del producto, de los
tiempos, del espacio, de partición de las tareas.
Nivel de la organización general de la empresa: se tratan aquí los
problemas de los salarios, de la estructura jerárquica, de la reparti-
ción de las funciones, de las relaciones dirección-representantes del
personal.

3.2. Tarea
«La tarea que se debe efectuar está fijada por el objetivo del tra-
bajo.»

Anotaciones
De acuerdo con la definición anterior, se corresponde la tarea con
el objetivo de trabajo, en tanto que el sistema de trabajo pretende tal
objetivo. Ahora bien, habrá que distinguir claramente entre esto últi-
mo y lo que se ha de entender por actividad, puesto que si son térmi-
nos que guardan un íntimo parentesco, no representan, sin embargo,
categorías idénticas. Con esta orientación, DE MONTMOLLIN 35 establece
que la tarea es aquello que se le presenta al trabajador como elemento
de referencia, esto es, como trabajo prescrito, hablándose, en
ocasiones, de «condiciones de trabajo» (aunque, lo advierte el mismo
autor, esta expresión tiene, más bien, connotaciones sociales que téc-
nicas en relación con el trabajo); por el contrario, el término actividad
pretende adentrarse en otro nivel más íntimo y verdadero, al querer
describir el trabajo real que hace el operario, o que llegará a desempe-
ñar, obedeciendo esto a un proceso complementario, evolutivo, que
ha de adaptarse a la tarea, pero que también ha de servir para transfor-
marlo.

35
DE MONTMOLLIN, O.C, págs. 21, 22 y 23.
32 ERGONOMÍA BÁSICA

Lo anterior se remite al «estilo individual de actividad», cuestión


que K. PLATONOV y V. MERLIN 36 han investigado ante los problemas
de la «compensación de las diferencias individuales en la actividad
laboral», entendiendo por estilo individual de actividad «el sistema
estable individual de medios psicológicos a los que el hombre recurre
consciente o espontáneamente con vistas al equilibrio óptimo entre su
individualidad y las condiciones materiales, exteriores, el sistema esta-
ble de procedimientos y modos de actividad», de forma que el estilo
individual de actividad ha de ser entendido como «un singular meca-
nismo de compensación de las diferencias individuales que concier-
nen, en particular, a las cualidades tipológicas del sistema ner-
vioso».
En la adaptación de un individuo a un sistema de información «y
extensivamente a un sistema hombre-máquina-entorno», han de te-
nerse en cuenta, según LOMOV y VENDA, los siguientes factores:
— Cualidades naturales del individuo.
— Rasgos de actividad.
— Cualidad de la personalidad.
Se comprende que, entrando en estas matizaciones, habrá que
acercarse al puesto de trabajo, observando «in situ» las variables que
lo configuran, de manera que el clínico que haya de interesarse sobre
estos aspectos por ejemplo: en relación con estados de incapacidad,
al margen de una sólida formación clínica general y del aprendizaje
previo (técnico y práctico) especializado en Medicina del Trabajo,
además de todo esto, en más de una ocasión habrá que dejar a un lado
sus útiles tradicionales de diagnóstico y, mudando de indumentaria
—enfundándose el «mono»— penetrar en la fábrica o en el taller,
aproximarse a ese nuevo objetivo con espíritu de observación, curiosi-
dad indagadora, inquietud científica minuciosa y detenida, formulan-
do preguntas para recabar la necesaria información, experiencias todas
ellas que tendrán como finalidad extraer deducciones que le sean úti-
les para fundamentar su criterio médico. Y este aprendizaje, obvia-
mente, es bien extraño al carácter libresco de otro tipo de enseñanzas.
Con indudable acierto, BERNARDINO DE RAMAZZINI, en las primeras
páginas de su célebre tratado dice en tono de advertencia, y en diálogo
con su obra, lo que sigue: «no olvides que ha sido concebido en oscu-

36
Según cita B. LOMOV y V. VENDA, O.C, págs. 322 y 323.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 33

ros talleres», añadiendo, «mi clínica la constituye el taller del obrero y


el escoplo del artesano». Bien puede hacerse extensible tal inquietud a
lo que ahora se está tratando.
Para el estudio del comportamiento de las partes implicadas en la
interacción hombre-máquina-entorno se han propuesto planteamien-
tos a partir de un modelo, en tanto que este «investiga sistemas reales y
procesos en los distintos dominios del conocimiento» 37, respondiendo
a las particularidades 38 que resumidamente se indican:
«Objeto específico: se trata de la actividad del hombre en el trabajo;
no se trata de crear un modelo genérico del hombre, sino, más bien, de
modelar un operador comprometido en una situación precisas de tra-
bajo, con sus propias «contraintes» cognitivas, situacionales y organi-
zacionales. Es aquí donde reside la paradoja de la modelización en
Ergonomía: el modelo se desea como un útil de generalización, pero
su naturaleza le lleva a describir situaciones particulares, tanto más
cuanto más ligado permanece el modelo a la tarea y a los comporta-
mientos del operador».

— Naturaleza profundamente interpretativa: las conductas de los


operadores en situaciones reales no responden más que ocasionalmen-
te a las predicciones de los modelos elaborados en el laboratorio: las
variables que deben tenerse en cuenta sobrepasan, ampliamente, el
número de variables que se pueden controlar experimentalmente.
— El qué del modelo: los operadores ligados a la realización de un
trabajo presentan comportamientos observables, cuyo conjunto, y los
conocimientos y mecanismos mentales presidiendo su elaboración y
su control, constituyen lo que se llama actividad del sujeto.
— El por qué del modelo: en este aspecto un modelo ha de perse-
guir ergonómicamente unos objetivos, poniendo el acento en cuatro
funciones principales: reducir, describir, explicar y simular.
— El para quién del modelo: los modelos se expresan con un len-
guaje científico, lo que incluye dos aspectos:
1. Las expresiones científicas varían en función de cada época.
2. Los modelos son siempre incompletos y focales, necesitando
para ser comprendidos y plenamente utilizables por los no especializa-

37
R EMIZOV , o.c., pág. 94.
38
A M A L B E R T I , D E M O NT M O L L I N y T H E U R E U , O . C , pág. 18 a 24.
34 ERGONOMÍA BÁSICA

dos en Ergonomía de ser informados en los términos del debate, pero,


entonces, son escasamente comprendidos en todas sus sutilezas, lo que
lleva consigo un exceso de confianza por parte de estos usuarios oca-
sionales.
En conclusión: los modelos, en el aspecto científico, quieren expli-
car, y a veces reproducir, conductas humanas complejas. Controlan el
reduccionismo y quieren tener en cuenta gran número de parámetros
identificados como adecuados a la situación. Los modelos generados
en estas circunstancias son siempre discutibles, incompletos, y su con-
validación funcional es todavía un deseo más que una realidad.
Como medio de investigación de los procesos que tienen lugar en
un sistema —y ahora, por extensión, en un sistema ergonómico— la
simulación tiene un papel primordial, y el estudio de esos fenómenos
se ha de dividir en cuatro etapas, que REMIZOV 39 divide así:
— Primera: aislar los objetos de simulación y formar las leyes que
los unen.
— Segunda: investigación de problemas que se infieren del mode-
lo; el fin de esta etapa es la solución de un problema directo, es
decir, la obtención de datos que puedan compararse con los
resultados de las observaciones.
— Tercera: permite poner en claro hasta qué punto el modelo
hipotético presentado satisface el criterio de la práctica.
— Cuarta: análisis del modelo como resultado de la acumulación
de datos.
(Ante una lesión previsiblemente incapacitante para el trabajo, la
distinción entre tarea y actividad ha de considerarse de forma especial,
indagando sobre las demandas del proceso productivo en el que se ve
inmerso el afectado en su ejecución particular. Supone, tal pretensión,
adentrarse en los modos individuales de trabajo, formas y maneras de
llevarlo a cabo —actividad—, asimilando, incluso, ciertos vicios y
posiciones que, a simple vista, pueden parecer incorrectos, pero que,
en definitiva, obtienen, funcionalmente hablando, una resultante que
se plasma en el desempeño de la tarea con soltura y agilidad. Y es que
ese modo de trabajar, propio de cada cuál, íntimo de cada persona,
adquirido a lo largo de un tiempo de aprendizaje —a veces de años—
es lo que culmina en una profesionalidad, consecuencia de la integra-
39
REMIZOV, O.C, pág. 97.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 35

ción e interrelación de movimientos, gestos y actos, habilidades y des-


trezas, maestría y pericia, aspectos todos ellos que, influidos por la
voluntad y el entendimiento, conforman una manera capaz y singular
de hacer que se identifica con una operatividad eficiente y eficaz, lle-
nando y enriqueciendo, también, en definitiva, los cometidos de la
tarea asignada).
Muy expresivamente recuerda DE MONTMOLLIN 40 que, «la Ergo-
nomía es miope. No ve más que de cerca, la nariz sobre el trabajo
preciso y limitado...», pues, sigue diciendo, «la Ergonomía actúa de
cerca en relación a un trabajo preciso y delimitado, en el que estudia
minuciosamente las características específicas. Su objetivo no es des-
cribir evoluciones globales, pero sí, en cambio, mejorar las particula-
res. Su interlocutor directo es el productor, el empleado, el obrero, el
técnico o el ingeniero. Con él analiza cómo funciona, no los autóma-
tas en general, sino ese autómata que está aquí, en este taller determi-
nado».
Una aproximación a las exigencias reales que el trabajo demanda
es la que propone ARANGO 4 I , en los términos siguiente:
a) Observación directa de los operarios o por medio de registrogra-
fías.
b) Cuestionarios relativos al empleo (rellenados por los operarios,
capataces, ingenieros, etc.).
c) Interviús como complemento a los cuestionarios.
d) Examen técnico de los medios y condiciones laborales.
e) Estudio de las «incidencias críticas» (se pide al responsable que
describa las situaciones reales en que se encontró al empleado, anali-
zando las causas de su éxito o fracaso frente a aquellas).
Por su parte, FLANAGAN 42 (en sus investigaciones a partir de 1941
para la selección de los pilotos del Ejército del Aire americano) puso a
punto el método de incidencias críticas. Se entiende por «incidencia

40
D E M O N T M O L L I N , M, L'Ergonomie, págs. 5 y 6, Editions La Decouverte, París,
1986.
41
Según anota S U Á R E Z P I N T A D O , J. R., Servicios Médicos de Empresa Españoles,
pág. 151, publicado por el Ministerio de Trabajo —Instituto Nacional de Previsión—,
Madrid, 1963.
42
Haciendo referencia a M UCHIELLI , R., O . C , págs. 58, 59 y 98. El mismo Muchielli,
en una descripción histórica, se remite a las experiencias del inglés G A L T O N (1885) y
más tarde a las de G O R D O N (1945), para apreciar la actitud de los pilotos de línea.
36 ERGONOMÍA BÁSICA

crítica» todo cuanto acontece (en bien o en mal desde el punto de


vista del funcionamiento del puesto de trabajo) de significativo o de
típico, permitiendo dar una idea de en qué consiste el funcionamiento
del puesto de trabajo. Desde este punto de vista, un incidente crítico
(como instrumento de análisis válido) tiene que reunir, al mismo
tiempo, estos cuatro criterios:
1. Ser un tramo de la actividad humana profesional observable
como un todo aislable, desde el punto de vista descriptivo de lo que se
puede hacer.
2. La situación así definida debe permitir estudiar causas, efectos,
orígenes y consecuencias, y tener valor para la comprensión desde el
punto de vista de la actividad estudiada (esto es, ser significativa de
esta actividad).
3. La situación no debe ser confusa ni dudosa (ha de expresar de
forma clara fines e intenciones).
4. Los incidentes inventariados deben ser los de casos de compor-
tamientos extremo, observables como eficaces o ineficaces con rela-
ción a los fines de la actividad considerada.

3.3. Medios de trabajo:


«Útiles, máquinas, vehículos, instrumentos, mobiliario, instalacio-
nes y otros elementos materiales del sistema de trabajo.»

Anotaciones
Los útiles y medios materiales de trabajo en general han de ser
conocidos por el clínico (en particular por el especialista en Medicina
del Trabajo), de ahí que sea imprescindible su acercamiento al puesto
de trabajo. Tratándose de herramientas, se podrá hacer una primera
distinción atendiendo a la energía que las mueve, bien por el propio
trabajador (herramientas manuales) o bien por otro tipo de energía
motora (combustible, electricidad, aire comprimido); una relación de
las utilizadas por el operario, conociendo su nombre, estudiando su
morfología, diseño, tamaño y peso, «manejabilidad» y riesgos y me-
dios de protección inherentes a su utilización. Cuando en relación con
la tarea asignada exista una herramienta principal, se harán, al respec-
to, las adecuadas consideraciones.
La Ordenanza de Seguridad e Higiene en el Trabajo (O.M. 9 de
marzo de 1971), en su capítulo VIII y IX dispone lo que sigue:
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 37

CAPÍTULO VIII

MOTORES, TRANSMISIONES Y MÁQUINAS

Artículo 83
MOTORES PRINCIPALES

1. Los motores principales y las turbinas se emplazarán en locales


aislados o en recintos cerrados, prohibiéndose el acceso a los mismos
del personal ajeno a su servicio, mediante carteles visibles.
2. Cuando se empleen palancas para hacer girar los volantes de los
motores, tal operación se efectuará desde la periferia, a través de las
ranuras de resguardo de que obligatoriamente estarán provistos.
3. Los vástagos, los émbolos, las varillas, manivelas u otros ele-
mentos móviles, que sean accesibles al trabajador por la estructura de
las máquinas, se protegerán o aislarán adecuadamente mediante ba-
randillas.
4. El arranque y parada de los motores principales, cuando estén
conectados con transmisores mecánicos a otras máquinas situadas en
distintos locales, se efectuará previo aviso o señal convenida, que de-
berá percibirse con claridad en todos los puestos de trabajo cuyas
máquinas o mecanismos sean accionados por ellos.
5. Los motores principales estarán provistos de limitadores de ve-
locidad y estos aparatos, los de parada y las válvulas de cierre de
emergencia, estarán provistas de controles a distancia, para que, en
caso necesario, se pueda detener el motor desde lugar seguro. Los
motores, máquinas y transmisiones estarán provistos de dispositivos
eficaces para asegurar su parada instantánea.
6. Cuando sea necesario circular sobre árboles de transmisión, se
establecerán pasadizos elevados sobre los mismos con barandillas
sólidas.
7. En las ruedas o turbinas hidráulicas, los canales de entrada y
salida se resguardarán con barandillas y plintos si no estuvieran aisla-
dos por su emplazamiento.
38 ERGONOMÍA BÁSICA

Artículo 84
ÁRBOLES DE TRANSMISIÓN

1. Los árboles de transmisión horizontales, situados en alturas in-


feriores a 2,50 metros sobre el piso o la plataforma de trabajo y los
inclinados y verticales hasta la misma altura, serán protegidos con
cubiertas rígidas.
2. Las transmisiones instaladas bajo el nivel del pavimento, esta-
rán cubiertas o resguardadas por barandillas cerradas.
3. Los árboles descubiertos situados en fosos o en planos inferiores
del puesto de trabajo, estarán protegidos con cubiertas permanentes.

Artículo 85
CORREAS DE TRANSMISIÓN

1. Las transmisiones por correas colocadas a menos de 2,50 me-


tros sobre el suelo o plataforma de trabajo, estarán resguardadas en la
forma indicada en el artículo anterior. La anchura de la protección
excederán de 15 centímetros a cada lado de aquellas.
2. La resistencia de estas protecciones será suficiente para retener
la correa en caso de rotura.

Artículo 86
MANEJO DE CORREAS

1. Se emplearán portacorreas o dispositivos análogos para que las


correas desmontadas descansen sobre ellos, no permitiéndose que se
apoyen sobre los árboles u órganos en rotación.
2. Queda prohibido maniobrar a mano toda clase de correas du-
rante la marcha. Estas maniobras se harán mediante montacorreas,
pértigas, cambiacorreas u otros dispositivos análogos que alejen todo
peligro de accidente.
PRINCIPIOS ERQONOMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 39

Artículo 87
ENGRANAJES

1. Los engranajes al descubierto, con movimiento mecánico o ac-


cionados a manos, estarán protegidos con cubiertas completas, que sin
necesidad de levantarlas, permitan engrasarlos.
2. Se adoptarán análogos medios de protección para las transmi-
siones por tornillos sinfín, cremalleras y cadenas.

Artículo 88
MECANISMOS DE FRICCIÓN

1. Cuando se halle al descubierto el punto de contacto de mecanis-


mos de accionamiento por fricción, estará totalmente resguardado.
2. Asimismo, las ruedas de radios o de disco con orificios, estarán
completamente cerradas por resguardos fijos.

Artículo 89
PROTECCIONES

Para evitar los peligros que puedan causar al trabajador los ele-
mentos mecánicos agresivos de las máquinas, por acción atrapante,
cortante, lacerante, punzante, prensante, abrasiva o proyectiva, se ins-
talarán las protecciones más adecuadas al riesgo específico de cada
máquina.

Artículo 90
RESGUARDOS

Las partes de las máquinas en que existan agresivos mecánicos y


donde no realice el trabajador acciones operativas, dispondrá de res-
guardos eficaces, tales como cubiertas, pantallas o barandillas que
cumplirán los siguientes requisitos:
40 ERGONOMÍA BÁSICA

a) Eficaces por su diseño.


b) De material resistente.
c) Desplazable para el ajuste o reparación.
d) Que permitan el control y engrase de los elementos de la má-
quina.
e) Que su montaje o desplazamiento sólo pueda realizarse inten-
cionadamente.
f) Que no constituyan riesgos por sí mismos.

Artículo 91
DISPOSITIVOS DE SEGURIDAD

Para proteger al trabajador frente a la acción mecánica agresiva, se


adoptarán, obligatoriamente, los dispositivos de seguridad necesarios
para delimitar los campos de los movimientos operativos de aquél.
Estos dispositivos reunirán los siguientes requisitos:
a) Constituirán —si es posible— parte integrante de las máquinas.
b) Actuarán libres de entorpecimiento.
c) No interferirán —innecesariamente— el proceso productivo
normal.
d) No limitarán el campo visual del operario.
e) El campo operatorio del trabajador quedará libre de obstáculos.
f) No exigirán al trabajador posiciones ni movimientos forzados.
g) El medio de retención de las proyecciones no impedirá la visibi-
lidad del operario.
h) No constituirán riesgos por sí mismos.

Artículo 92
ENTRETENIMIENTO Y LIMPIEZA

Las operaciones de entretenimiento, reparación, engrasado y lim-


pieza se efectuarán durante la detención de los motores, transmisiones
y máquinas, salvo en sus partes totalmente protegidas.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 41

Artículo 93
MÁQUINAS AVERIADAS

Toda máquina averiada, o cuyo funcionamiento sea irregular, será


señalizada con la prohibición de su manejo a trabajadores no encarga-
dos de su reparación.
Para evitar su involuntaria puesta en marcha, se bloquearán, ade-
más, los arrancadores de los motores eléctricos, o se retirarán los fusi-
bles de la máquina averiada, y, si ello no es posible, se colocará en su
mando un letrero con la prohibición de maniobrarla, que será retirado
solamente por la persona que lo colocó.

CAPÍTULO IX

HERRAMIENTAS PORTÁTILES

Artículo 94
HERRAMIENTAS MANUALES

1. Las herramientas de mano estarán construidas con materiales


resistentes, serán las más apropiadas por sus características y tamaño a
la operación que realizan y no tendrán defectos ni desgastes que difi-
culten su correcta utilización.
2. La unión entre sus elementos será firme para evitar cualquier
rotura o proyección de los mismos.
3. Los mangos o empuñaduras serán de dimensión adecuada, no
tendrán bordes agudos ni superficies resbaladizas y serán aislantes en
caso necesario.
4. Las partes cortantes y punzantes se mantendrán debidamente
afiladas.
5. Las cabezas metálicas deberán carecer de rebabas.
6. Durante su uso estarán libres de grasas, aceites y otras sustan-
cias deslizantes.
42 ERGONOMÍA BÁSICA

Artículo 95

COLOCACIÓN Y TRANSPORTE
1. Para evitar caídas, cortes o riesgos análogos, se colocarán en
portaherramientas o estantes adecuados.
2. Se prohíbe colocar herramientas manuales en pasillos abiertos,
escaleras u otros lugares elevados desde las que puedan caer sobre los
trabajadores.
3. Para el transporte de herramientas cortantes o punzantes se uti-
lizarán cajas o fundas adecuadas.

Artículo 96
INSTRUCCIONES PARA EL MANEJO

Los trabajadores recibirán instrucciones precisas sobre el uso co-


rrecto de las herramientas que hayan de utilizar, a fin de prevenir
accidentes, sin que en ningún caso puedan utilizarse para fines distin-
tos a los que están destinadas.

Artículo 97
GATOS

1. Los gatos para levantar cargas se apoyarán sobre base firme, se


colocarán debidamente centrados y dispondrán de mecanismos que
eviten su brusco descenso.
2. Una vez elevada la carga se colocarán calzos o pivotes que no
serán retirados mientras algún operario trabaje bajo la carga.
3. Se emplearán sólo para cargas permisibles, en función de su
potencia, que deberá ser grabada en el gato.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 43

Artículo 98
HERRAMIENTAS ACCIONADAS POR FUERZA MOTRIZ

1. Las herramientas portátiles accionadas por fuerza motriz esta-


rán suficientemente protegidas, para evitar al operario que las maneje,
contactos y proyecciones peligrosas.
2. Sus elementos cortantes, punzantes o lacerantes, estarán cubier-
tos con aislamientos o protegidos con fundas o pantallas, que, sin
entorpecer las operaciones que deban realizarse, determinen el máxi-
mo grado de seguridad para el trabajo.
3. Las herramientas accionadas electrónicamente, reunirán los re-
quisitos y condiciones establecidas en el capítulo 5.
4. En las herramientas neumáticas, los gatillos impedirán su fun-
cionamiento imprevisto, las válvulas cerrarán automáticamente al de-
jar de ser presionadas por el operario y las mangueras y sus conexiones
estarán firmemente asidos a los tubos de aire a presión.

Artículo 99
CONSERVACIÓN Y ENTRETENIMIENTO

1. Para la conservación y entretenimiento de las herramientas mo-


vidas mecánicamente regirán las mismas normas que establece el ar-
tículo 92.
En otro orden, pero igualmente en conexión con los medios de
trabajo, conviene traer a colación la Directiva 90/270 de la CEE, so-
bre «disposiciones mínimas de seguridad y de salud relativas al trabajo
con equipos que incluyen pantallas de visualización» *.

(*) Fuente: Computerworld (España), 28-mayo-1993, que a su vez se remite a la


siguiente documentación: Diario Oficial de las Comunidades Europeas (directiva del
Consejo de 29-mayo-1990, referente a las disposiciones mínimas de seguridad y salud
relativas al trabajo con equipos que incluyen pantallas de visualización; diario
n.°1156, págs. 14 a 18). La directiva que se cita «no ofrece estándares ergonómicos
medibles, pero no obstante se pueden encontrar valores cuantificados en estándares
como la norma internacional ISO 9241 (15/julio/1992, exigencias ergonómicas para
trabajos de oficina con terminales con pantallas de visualización; exigencias relativas a
las pantallas de visualización)». Igualmente conviene resaltar que en la misma fuente
utilizada se indica que «los miembros de la CEE, de acuerdo con las directrices de la
90/270, deberían haber legislado localmente para cumplir con la Directiva 90/270. La
44 ERGONOMÍA BÁSICA

La citada directiva distingue en su desarrollo los siguientes capí-


tulos:
I. Campos magnéticos. II.
Pantallas.
III. Condiciones ambientales.
IV. Teclados.

I. Campos magnéticos
«Toda radiación, excepción hecha de la parte visible del espectro
electromagnético, deberá reducirse a niveles insignificantes desde el
punto de vista de protección de la seguridad y de la salud de los traba-
jadores.»

II. Pantallas
«Los caracteres de la pantalla deberán estar bien definidos y confi-
gurados de forma clara, y tener una dimensión suficiente, disponiendo
de un espacio adecuado entre los caracteres y los renglones.
La imagen de la pantalla deberá ser estable, sin fenómenos de des-
tellos y otras formas de inestabilidad.
El usuario de terminales con pantalla deberá poder ajustar fácil-
mente la luminosidad y/o contraste entre los caracteres y el fondo de
la pantalla, y poder también adaptarlos fácilmente a las condiciones
del entorno.
La pantalla deberá ser orientable e incunable a voluntad y con
facilidad para adaptarse a las necesidades del usuario.
Podrá utilizarse un pedestal independiente o una mesa regulable
para la pantalla.
La pantalla no deberá tener reflejos ni reverberaciones que puedan
molestar al usuario.»

III. Condiciones ambientales


«a) Espacio: El puesto de trabajo deberá tener una dimensión sufi-
ciente y estar acondicionado de tal manera que haya espacio suficiente
para permitir cambiar de postura y de movimientos de trabajo.

fecha de entrada en vigor de esas leyes era el 1 de enero de 1993. En el caso de España,
aún no existe ley alguna que se base en la 90/270. Esta directiva da unas líneas genera-
les acerca de las responsabilidades».
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 45

b) Iluminación: La iluminación general y la iluminación especial


(lámparas de trabajo) deberán garantizar una luz suficiente y el con
traste adecuado entre la pantalla y su entorno, habida cuenta del ca-
rácter del trabajo y de las necesidades visuales del usuario. El acondi-
cionamiento del lugar de trabajo y del puesto de trabajo, así como la
situación y las características técnicas de las fuentes de luz artificial,
deberán coordinarse de tal manera que se eviten los deslumbramien-
tos y los reflejos molestos en la pantalla u otra parte del equipo.
c) Reflejos y deslumbramientos: Los puestos de trabajo deberán
instalarse de tal forma que las fuentes de luz, como ventanas y otras
aberturas, tabiques transparentes o translúcidos y los equipos o tabi-
ques de color claro no provoquen deslumbramiento directo y produz-
can un mínimo de reflejos en la pantalla. Las ventanas deberán ir
equipadas con un dispositivo de cobertura adecuado y regulable para
atenuar la luz del día que ilumine el puesto de trabajo.
d) Ruido: El ruido producido por los equipos del (de los) puesto(s)
de trabajo deberá tenerse en cuenta al diseñar el puesto de trabajo, en
especial para que no perturbe la atención ni la palabra.
e) Calor: Los equipos del (de los) puesto(s) de trabajo no deberán
producir un calor adicional que pueda ocasionar molestias a los traba-
jadores.
f) Emisiones: Toda radiación, excepción hecha de la parte visible
del espectro electromagnético, deberá reducirse a niveles insignifican-
tes desde el punto de vista de la protección de la seguridad y de la
salud de los trabajadores.
g) Humedad: Habrá que crear y mantener una humedad acep-
table.»

IV. Los teclados


«El teclado deberá ser incunable e independiente de la pantalla
para permitir que el trabajador adopte una postura cómoda que no
provoque cansancio en los brazos o en las manos. Tendrá que haber
espacio suficiente delante del teclado para que el usuario pueda apo-
yar los brazos y las manos. La superficie del teclado deberá ser mate
para evitar reflejos.
La disposición del teclado y las características de las teclas deberán
tender a facilitar la utilización del teclado. Los símbolos de las teclas
deberán resaltar suficientemente y ser legibles desde la posición nor-
mal de trabajo.»
46 ERGONOMÍA BÁSICA

3.4. Proceso de trabajo:


«Sucesión en el tiempo y en el espacio de la acción conjunta del
hombre, de los medios de trabajo, de los materiales, de la energía y de
la información en el sistema de trabajo.»

Anotaciones
La actitud o idoneidad para el desarrollo de un trabajo determina-
do, precisamente por esa «miopía» de la que habla DE MONTMOLLIN,
«son conceptos ambiguos y deben ser examinados en cada caso43,
examinando los factores antropométricos, biométricos, etc., pero su-
brayando que la capacidad de trabajo es una variable muy particular.
De ahí que en el contexto ergonómico no sirvan modelos preestableci-
dos bajo parámetros estandarizados, siendo la singularidad del tipo y
su proyección específica lo que se ha de analizar en un diálogo recípro-
co, esto es, en doble sentido.
El trabajo «es un producto final de la organización cerebral del
movimiento humano, comprendiendo una completa red de procesos
neuropsicosensoriales»44, en el que el organismo acciona e interaccio-
na poniendo en marcha «un ciclo de procesos psicoquímicos y cinéti-
cos dentro de una relación íntima, constante y generadora»45. Tal
proceso46 lo divide PIAGET en:
a) Asimilación: que constituye el funcionamiento del organismo,
el cual incorpora datos y los coordina.
b) Acomodación: como resultado de las presiones ejercidas por el
medio, justificando que la adaptación es un equilibrio entre la asimila
ción y la acomodación.
Esa misma adaptación no es otra cosa que una conducta ante las
exigencias que dimanan del sistema de trabajo, y más en concreto, del
proceso de trabajo, traduciéndose en una respuesta de la economía
humana, poniendo en marcha los mecanismos psicológicos y fisiológi-

43
A S T R A N D , P., B R O U T H A , L., C R H I ST E N SE N , E. H., L H E MA N , G., R O D A HL , K., Enci-
clopedia de Medicina, Higiene y Seguridad del Trabajo, o.c., pág. 667.
44
D A F O N SE C A , V Í C T O R , Ontogénesis de la motricidad, pág. 68, G. Núñez, Editori,
Madrid, 1988.
45
D A F O N SECA , O . C , pág. 61.
46
PIAGET, J., Motricité, perception e intelligence, Rev. Enface, n.°2, 1956 (según
cita de DA FONSECA, O.C, pág. 61).
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 47

cos de reacción, lo cual, a su vez, en cuanto a lo que significa, determina


una serie de efectos biológicos.
CAZAMIAN 47 expone, de forma muy ilustrativa, el siguiente esque-
ma:

El comportamiento en los sistemas hombre-máquina es muy va-


riado, siendo RABIDEAU (1964) el que48 estableció el catálogo que a
continuación se reproduce:

47
C A Z A M I A N , P., Leçon s d'er gono m ie ind u st ri all e, pág. 1 5, Editio n s Cu jas, Parí s,
1974.
48
D E M O NTMOLLIN , O . C . (1967), pág. 159.
48 ERGONOMÍA BÁSICA

En la adaptación mutua hombre-máquina LOMOV y VENDA 49,


para elevar la eficiencia del empleo, desarrollan, desde el punto de
vista de la Psicología ingenieril, cinco niveles distintos y atendiendo a
la exactitud requerida y conveniente en el plano económico de la
correspondencia recíproca del hombre y la máquina, destacando:
1. Adaptación total, que tiene lugar con carácter general.
2. Adaptación contingente, considerando las cualidades estadísti-
cas de los parámetros psicológicos que operan en el sistema hombre-
máquina.
3. Adaptación en grupo, estudiando grupos tipológicos que se dife-
rencian sustancialmente por las características psicológicas de la vida

49
L OMOV y V ENDA , O . C , págs. 4 y 5.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 49

profesional y tienen como propósito elevar la eficiencia, reduciendo la


complejidad y la dificultad subjetiva del trabajo de los representantes
de cada grupo.
4. Adaptación individual, atendiendo a los problemas de informa
ción que plantee el usuario en concreto (pero trabajando con contin-
gencias de grupos de usuarios, por ejemplo, grupos específicos de per-
sonas que padecen astigmatismo, buscando mejorar la configuración
tipográfica de las computadoras electrónicas y demás medios de repre-
sentación de información).
5. Adaptación operativa individual, teniendo en cuenta el estado
concreto del hombre y la puntualización del reparto de funciones en-
tre este y los aparatos de dirección automáticos, la regulación de la
intensidad de flujo de las señales que llegan al operador, etc.
En resumen, para que sea operativo el trabajo, requiere asimilar
una situación enmarcada en el sistema de trabajo que, a su vez, remite
al sujeto activo —el hombre—, al proceso de trabajo, para que cum-
pla una tarea en un espacio de trabajo, influido inevitablemente por
un entorno físico (ventilación, iluminación, temperatura, ruido, facto-
res agresivos —polvos, gases, humos, vapores y demás sustancias tóxi-
cas—, etc.), social y el propio de la organización del sistema. Un pro-
ceso, en general, supone un conjunto de fases sucesivas de un
fenómeno que se da en el tiempo. A la vez, un proceso debe obedecer
a un plan previamente establecido; y, también, todo proceso supone
un cambio administrado por la voluntad y el entendimiento cuya fina-
lidad es la de ocuparse de que se opere una transformación *. Las
variables contenidas en el proceso de trabajo (ya indicadas) interesan
tanto a factores materiales (medios de trabajo, energía) temporales y
espaciales, como intelectivos (información) culminando todo ello en
la actividad de la persona.

3.5. Espacio de trabajo


«Es el espacio asignado a una o varias personas en el sistema de
trabajo para efectuar la tarea.»

* «Proponer, decidir, ejecutar, introducir modificaciones, coordinar acciones, re-


solver incidentes.»
50 ERGONOMÍA BÁSICA

3.6. Entorno de trabajo


«Conjunto de elementos físicos, químicos, biológicos, sociales y
culturales50, que rodean al hombre en su espacio de trabajo.»

Anotaciones
Con respecto al espacio y al entorno de trabajo, sin duda, será útil
tener en cuenta y trasladar aquí las consideraciones de EDWARD T.
HALL 51, sobre sus teorías acerca del hombre y del espacio que le ro-
dea, dentro de una ciencia que él mismo acuñó con el nombre de
proxémica, sin duda fascinante, tanto más si se piensa que en la sim-
biosis hombre-espacio se condiciona de forma muy importante la ca-
pacidad de acción de la persona en expresión de su lenguaje corporal,
de sus gestos y movimientos.
Con tal orientación, HALL codifica cuatro zonas distintas donde la
mayor parte de los individuos actúan, así:
«1. Distancia íntima, que, a su vez, puede ser:
a) Cercana o de contacto íntimo (en cualquier caso inferior
a 15 cm).
b) Lejana, de 15 a 45 cm.

2. Distancia personal:
a) Cercana, de 45 a 75 cm.
b) Lejana, de 75 a 120 cm.

3. Distancia social (espacio social):


a) Cercana, de 120 a 210 cm.
b) Lejana, de 210 a 360 cm.

4. Distancia pública (espacio público, o «la máxima extensión de


nuestros límites territoriales»):
a) Cercana, de 360 a 750 cm.
b) Lejana, mayor de 750 cm.
50
« H a y q u e a n ot a r , s i n e m b a r g o , q u e l o s f a c t o r e s s o c i a l e s y c u l t u r a l e s n o s o n
tomados en consideración por la presente norma.»
51
Según fuente tomada de JULIUS FAST, El lenguaje del movimiento, págs. 28 a 33,
Editorial Kairos, Barcelona, 1971.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 51

La defensa del espacio personal fue fruto de observación y análisis


por R. SOMMER 52, quien se apercibió de que cuando el «espacio invio-
lable» (JACOBBS) se ve amenazado, o ya existe una manifiesta intru-
sión sobre el área que se le atribuye, genera en el individuo una serie
de reacciones de tipo defensivo que se traducen en un lenguaje corpo-
ral, pudiendo ser sus primeras señales, por ejemplo «un balanceo en la
silla, mover las piernas, un golpeteo», cuando no opta por ir a otra
parte. Igualmente, SOMMER se remite a NANCY RUSSO en el campo de
esta investigación espacial, quien describió, para estos casos, la apari-
ción de «gestos defensivos, cambios de posición, intentos de cambiar
de lugar». En definitiva, todo esto expresa un estado, cuando menos,
de incomodidad, que puede generar situaciones estresantes en el tra-
bajo, y, siendo así, el individuo intenta defender su espacio personal
recurriendo a «señales, gestos y posturas», en busca de su propia ubi-
cación. Otras veces, sin embargo, ante un «ego expuesto» (HALL) lo
que se produce es una rigidez en la postura, y una falta general de
movimientos 53 , actitud también de tipo defensivo ante la invasión
de lo que el sujeto estima como su área personal. En todos estos casos,
el actor intenta lanzar un mensaje que S OMMER expresa muy bien
en esta frase: «Usted está demasiado cerca. Su presencia me molesta».
(Igualmente, es muy conocida la experiencia realizada con ratas
hace varios años, consistente en reducirles su espacio vital hasta situa-
ciones extremas, despertando en estos roedores conductas agresivas de
todo tipo, llegando, incluso, a la aniquilación física de sus congéneres.
Esto es trasladable a las sociedades humanas, comprobándose que, en
los medios urbanos, especialmente superpoblados, la violencia alcanza
niveles muy elevados. Y otro tanto se puede decir de aquellos casos en
los que el espacio de trabajo no reúne unas condiciones mínimas.)

3.7. «Contrainte» (o carga externa)


«Conjunto de condiciones exteriores y de exigencias que en el sis-
tema de trabajo son susceptibles de perturbar las funciones fisiológicas
y/o psicológicas del hombre.»

52
Según referencia tomada de J U L I U S F A S T , El lenguaje del cuerpo, págs. 53 y 54,
Editorial Kairos, S. A., Barcelona, 1971.
53
De la misma procedencia que la anterior, pág. 38.
52 ERGONOMÍA BÁSICA

3.8. «Astreinte» (o carga interna)


«Efecto de la contrainte sobre el hombre en función de las caracte-
rísticas y aptitudes individuales.»

Anotaciones
En el análisis del proceso de trabajo, es fundamental conocer la
carga de trabajo, concepto de difícil concreción, por su enorme ampli-
tud, con proyecciones en distintas vertientes y sujeto a evolución, pu-
diéndose, a su vez, interpretar desde distintos ángulos profesionales
(Ingeniería, Medicina del Trabajo, Psicología Industrial), tanto que
para SPERANTIO (1972) «la carga de trabajo es un concepto fantasma,
de aspectos heterogéneos de la relación hombre-trabajo, concepto mal
definido, pero utilizado en atención a su comodidad y notoriedad» 54.
La carga de trabajo, en general, se remite a dos términos, uno, el de
carga externa —cuanto al trabajo propiamente dicho— otro, el de
carga interna —o requerimientos que el trabajo impone al sujeto que
realiza la tarea—, lo que también ha sido desginado como «contrain-
te» y «astreinte», respectivamente, siendo lo primero la «variable in-
dependiente (puesto de trabajo, carga externa de trabajo) mientras que
lo segundo es la variable dependiente (la «astreinte» resultante del
trabajo)» 55. Ante una misma «contrainte», la «astreinte» ha de variar
según la capacidad personal del operario (ejemplo: el levantamiento
de un peso X provocará un aumento de la frecuencia cardíaca distinta
en un sujeto atlético o entrenado que en otro de hábito sedentario,
pudiendo ser mayor el distanciamiento si se da la concurrencia de
alguna cardiopatía); de ahí que la carga resultante frente a la carga
exigida opere siempre en términos relativos, atendiendo con carácter
general, primero a la edad, sexo, tipología y, a continuación, al resulta-
do que en ese marco darán las características propias de cada caso.
Las denominaciones «contrainte» y «astreinte», en su origen, pro-
ceden de los autores anglosajones, siendo METZ el que, en 1967, pro-
--------------
54
Según r efer encias toma da s de M O N O D , H. y L I L L E , F. ( con la colaboraci ón de
G O N T I E R , F. M A L U O N , J. M. y S C H A L L E R , P.), en: informe sobre L ' Evalu ation de la
charge de travail, presentado en las XIII Jornadas Nacionales de Medicina del Trabajo
(Tours, 2-5 octubre 1974). Publicado en: Archives des Maladies Professionnelles de
Medicine du Travail et de Segurité Socia/e, tomo 37.
55
La alusión a «variable dependiente y variable independiente» ha sido tomada del
trabajo de M O N O D , H., L I L L E , F. (y colaboradores), o.c, pág. 11.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 53

puso tales términos (remitiendo al efecto un informe a la OMS en


1969), tal que bajo una perspectiva cibernética el concepto de estrés se
percibía como las entradas en el sistema, las exigencias (contrainte),
mientras que strein vendría a representar la carga o coste a la salida del
sistema (astreinte)56. Ante una determinada «contrainte» el sujeto,
como ente individual, responde con una particular «astreinte». Y tal
carácter singular, junto a las dificultades implícitas que conllevan la
determinación del «astreinte», hace que se tomen muy en cuenta las
consideraciones de H. MONOD, F. LILLE y colaboradores57:
a) La «contrainte» del trabajo se puede describir con gran preci-
sión; la «astreinte» sólo imperfectamente. Es posible describir los sig
nos más evidentes del «astreinte», objetivos y subjetivos, fisiológicos y
psicológicos, pero ciertos aspectos quedarán escondidos y no se revela-
rán más que a largo plazo (ejemplo: mortalidad precoz en ciertas pro-
fesiones).
b) Aún bajo la hipótesis más probable, los signos de la «astreinte»
no están siempre en relación proporcional con la carga interna propia
mente dicha, ni con los elementos de la carga externa. Ciertos signos
del «astreinte» no tienen especificidad; ninguno de ellos representa
totalmente la carga interna.
c) Todos los aspectos de la actividad humana, especialmente en el
dominio mental o psicosensorial, no son igualmente accesibles a la
observación fisiológica y psicológica; ciertos signos pueden ser regis-
trados, pero todavía están lejos de ser analizados y menos aún inter-
pretados.
d) El término de carga de trabajo considerada como «astreinte» no
prejuzga el nivel de la aceptabilidad de la misma. El organismo puede
estar normalmente cargado, sobrecargado o, incluso, infracargado. La
penosidad del trabajo no parece, no obstante, estar directamente liga
da a la carga de trabajo.
Junto a la carga física propiamente dicha (en especial ligada a la
postura, esfuerzos musculares, movimientos corporales y gestos profe-
sionales), un capítulo importante, en la configuración de la «astrein-

56
ELIAS, R., en Une approche médico-biologique de l´etude de la charge de travail,
Cahiers de notes documentaires, n.°91, 2.° trimestre, 1978, publicación de L'Institut
National de Recherche et de Securité, París.
57
O.c, págs. 10 y 11.
54 ERGONOMÍA BÁSICA

te», lo ocupa también la carga nerviosa como agente de estrés en el


individuo, tanto que la naturaleza de la tarea tiene una importancia
capital, oscilando, a tales efectos, entre dos extremos, pues «las tareas
demasiado simples, que se hacen rutinarias muy pronto, y las tareas
demasiado complejas, que indican cambios, son generadoras de estrés;
los dos principales agentes de estrés son, precisamente, la rutina y el
cambio» (TURCOTTE) 58.
En general, anota M. FRANÇOIS 59, la noción de carga de trabajo se
entiende en un principio tanto para el esfuerzo físico como para el
mental en relación con el acometimiento de la tarea; ahora bien, cuan-
do la tarea se hace más específica en cuanto que implica específicas
exigencias mentales, se habla de carga mental (predominio mental).
La carga mental fue definida (SZEKELY 1975) como «un estado de
movilización global del operador humano, que resulta del acometi-
miento de una tarea en la que se pone en juego el tratamiento de la
información. Simboliza el coste de este tipo de trabajo por el opera-
don».

3.9. Fatiga de trabajo


«Efectos locales o generales, no patológicos, completamente rever-
sibles después de una recuperación adecuada, de una "astreinte"».

Anotaciones
En general, la fatiga se entiende como una disminución de rendi-
miento por parte del organismo, bien por un trabajo muscular o men-
tal. La fatiga, aun cuando pueda tener especial incidencia en un nivel
determinado, órgano o función, produce, no obstante, junto a esas
manifestaciones locales, otras de tipo general. La actividad laboral
genera frecuentemente fatiga que, sin embargo, en condiciones nor-
males, tiene un carácter fisiológico, soliendo remitir con el reposo. Lo
realmente preocupante es cuando esa fatiga fisiológica toma un carác-

58
T URCOTTE , P. R., Calidad de vida en el trabajo. Antiestrés y creatividad, págs. 57
y 58. Atiende el mismo autor, entre otros aspectos, a la autonomía relacionada con el
nivel de responsabilidad, como en el caso de los controladores aéreos, «entre quienes la
tasa de incidencia de enfermedades cardiovasculares es elevada».
59
M. FRANCOIS, service Ergonomie des systèmes, centre de recherche de I'INRS, en:
Cahiers de Notes Documentaires n.° 137, 4.° trimestre 1989, publicado por el I.N.R.S..
Institut National de Recherche et de Sécurité. París.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 55

ter acumulativo, no se supera y da lugar a variantes de tipo patológico.


La evolución de la fatiga fisiológica hacia la patológica es descrita por
SCHIMEIDKE (1969)60 en las siguientes fases:
a) En su comienzo, los primeros signos son alteraciones de tipo
benigno, afectando a la zona funcional involucrada en la actividad.
b) En una etapa más avanzada, las alteraciones llegan al nivel de la
conciencia, apareciendo fluctuaciones de rendimiento, aun cuando el
rendimiento global no disminuya.
c) Viene a continuación una fase de resultado netamente regresivo
(perturbación de diversas funciones, afectando a los mecanismos de
regulación centrales: fatiga global).
d) Si en la fase precedente la actividad no se interrumpe, se obser-
varán trastornos más profundos del equilibrio funcional, que se tradu-
cen, en nivel de comportamiento, en modificaciones cualitativas de la
estructura de la personalidad, presentando grandes similitudes con
ciertos síndromes psicopatológicos.
De otra parte, conviene delimitar el campo entre «estrés» y fatiga,
siendo útiles los puntos de vista aportados por J. CRESPY61, que se
resumen tal como siguen:
«El término estrés fue tomado del vocabulario de la Ingeniería, en
su terminología anglosajónica. Designa la fuerza que, aplicada a un
cuerpo, induce una tensión o una deformación de ese cuerpo; se pue-
de traducir por presión.
Sin embargo, la acepción más corriente del término estrés deriva,
no de la Ingeniería, sino de la Biología, en relación con los trabajos
realizados en 1936 por el canadiense H. SELYE, quien describe el sín-
drome de adaptación general o estrés, distinguiendo tres períodos su-
cesivos de reacción:
1. Fase de alerta, caracterizada por una reacción adrenosimpática.
2. Fase de adaptación o de resistencia.
3. Fase de agotamiento, en la que desaparece progresivamente la
adaptación conseguida.»
«El agente estresante está constituido por un factor de carga exter-
na (presión), mientras que el estrés, en sí mismo, es el resultado de la
60
Haciendo referencia E L I A S , R., o.c, pág. 297.
61
J. C R E SPY , Cahiers de Notes Documentaires n.° 116, 3. e r trimestre, París, 1984.
56 ERGONOMÍA BÁSICA

recepción de esa presión ejercida en un cuerpo, dando lugar a una


tensión o astreinte. La precisión con que describe SELYE el fenómeno
se distancia notablemente con la ambigüedad con la que hoy en día se
utiliza en numerosas ocasiones el término estrés. Es por ello por lo que
MURREL (1978) propone escalonar el estrés en tres partes distintas:
1. El término de presión, que sería utilizado para describir las si-
tuaciones exteriores al individuo (en otro tiempo llamadas agentes es-
tresantes).
2. El término de tensión, que remitiría al efecto de la presión sobre
el individuo (que podrá o no ser capaz de resistirla).
3. Las consecuencias resultantes de la incapacidad para resistir la
presión serían descritas como tales dentro del abanico de comporta-
mientos que van desde la insatisfacción a la degradación del estado de
salud.»
«Sin embargo, por este camino, MURREL introduce una nueva am-
bigüedad al involucrar dentro del concepto de estrés tanto la presión
como la tensión. Por ello, y para simplificar las cosas, FLETCHER y
PAYNE (1980) proponen que se reserve el término de tensión para la
descripción del estado de estrés, eliminando el de presión. Esta óptica
se acerca al planteamiento de los autores del glosario de Ergonomía de
la Comunidad Europea, los cuales dan la siguiente definición de es-
trés: variaciones irreversibles o no en el organismo medibles por méto-
dos fisiológicos o bioquímicos, proveniendo de factores exteriores (ta-
les como ambientes rigurosos) o de origen psicológico o social, capaces
de provocar un descenso en un buen resultado.»
«Según MCGRATH (1970), el estrés se ha de entender como un
desequilibrio (percibido) importante entre la necesidad y la capacidad
de respuesta ante una situación, en la que la imposibilidad de respues-
ta a tales necesidades tiene consecuencias (percibidas) importantes.
Esto provoca una movilización del organismo, engendrando progresi-
vamente una usura y una degradación de los órganos y de las funcio-
nes que les conciernen. En tal sentido, el concepto de estrés no se
identifica con la noción de fatiga, al menos en su acepción clásica, en
la manera en que esta es una respuesta específica, mensurable, adapta-
ble y, en principio, reversible, del organismo ante las cargas que le son
impuestas.»
Sin duda, el término fatiga es demasiado amplio, demasiado ambi-
guo, tanto que ha de concretarse sobre determinados aspectos. Al clí-
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 57

nico le interesa en especial el estudio de la fatiga sobre bases fisiológi-


cas, destacando, en especial, la fatiga muscular, que puede ser
objetivada reparando en sus manifestaciones mecánicas, energéticas o
electromiográficas. Con respecto a estas últimas hay que considerar la
gran utilidad que prestan los modernos avances tecnológicos, y la in-
formática, que permiten un análisis de la fatiga muscular bastante
aceptable. En general, se ha observado, mediante la electromiografía
global (que se vale de electrodos de superficie), que se producen cam-
bios en la amplitud de la señal (que aumenta) y en el dominio de las
frecuencias (que disminuyen) proponiéndose al efecto distintos índi-
ces, como: frecuencia media, frecuencia mediana y ZCR —o número
de veces que la señal pasa por la línea cero— si bien, junto a aquellos,
especial significado tiene el estudio de la densidad del espectro de
potencia —DSP—, que aumenta con la fatiga, al mismo tiempo que
se produce un desplazamiento de la señal hacia las bajas frecuencias
traduciendo las modificaciones de lo uno y lo otro, las alteraciones
internas que ocurren en el músculo (acidificación muscular, deficien-
cia de oxígeno, alteración de la conductibilidad de la membrana celu-
lar, etc.).

4. PRINCIPIOS DIRECTIVOS GENERALES (NBN X 10-001)

4.1. Concepción del espacio de trabajo y de los medios


de trabajo

4.1.1. Concepción en función de las medidas corporales


«El espacio y los medios de trabajo deben ser concebidos teniendo
en cuenta el proceso de trabajo, en función de las medidas del cuerpo
humano.
El espacio de trabajo debe adaptarse al hombre. En particular:
a) La altura del trabajo debe estar adaptada a las dimensiones cor-
porales y a la naturaleza del trabajo que hay que realizar. El asiento, la
superficie del trabajo y/o la mesa deberían concebirse como un con-
junto destinado a asegurar la mejor posición del cuerpo, es decir, el
tronco recto, los pies apoyados de forma apropiada, los codos al lado
del cuerpo y los antebrazos aproximadamente horizontales.
58 ERGONOMÍA BÁSICA

b) La forma de sentarse debe responder a las características anató-


micas y fisiológicas del individuo.
c) Debe estar previsto un espacio suficiente para los movimientos
del cuerpo, en particular de la cabeza, de los brazos, de las manos, de
las piernas y de los pies.
d) Los órganos de mando deben estar situados en una zona de
alcance funcional.
e) Los mangos y empuñaduras deben adaptarse a la anatomía fun-
cional de la mano.»
La adecuada concepción del espacio de trabajo y de los medios de
trabajo, atendiendo a esos criterios individuales que indica la norma
NBN X, pretende una buena adaptación del operario al puesto de
trabajo, lo cual ha de responder, según el criterio del método de análi-
sis de condiciones de trabajo RENAULT 62 a cuatro criterios físicos:
1. Altura-alejamiento, que verifica la «comodidad postural del
operador en situación de trabajo».
2. Aprovisionamiento-evacuación (piezas, materiales, etc.) que ve-
rifica «si las características dimensionales de los dispositivos de ali-
mentación-evacuación son compatibles con las posturas normales del
operador».
3. Estorbos-accesibilidad, ... «si la concepción del puesto, los obs-
táculos materiales, la densidad de los operadores y de las instalaciones
permiten la comodidad gestual del operador en su puesto».
4. Mandos-señales,... «si la concepción de los mandos y de las
señales (sonoras, visuales, etc.) sus dimensiones y emplazamientos res
petan los estereotipos y permiten un trabajo normal al operador”.

4.1.2. Concepción en función de las posturas, de ¡os esfuerzos


musculares y de los movimientos corporales
«El trabajo debe ser concebido de manera que evite cualquier "as-
treinte" innecesaria o excesiva de los músculos, de las articulaciones,
de los ligamentos y de los aparatos circulatorio y respiratorio. Los
esfuerzos musculares puestos en juego deben, cuando la técnica lo

62
Tal método ha sido publicado por MASSON (París, 1979), bajo el título Lesprofils
des postes. Mèthode des conditions de travail (Service des conditions de travail de la
Règie Nationale des usines Renault).
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 59

permite, seguir un ritmo natural. Postura, esfuerzos musculares y mo-


vimientos deben, en la misma medida, ser armónicos entre ellos.»

4.1.2.1. Postura
Como prioridad se han de vigilar los puntos siguientes:
a) «Prever por el trabajador el medio de alternar entre la posición
sentada y la posición de pie; si la elección de una sola postura se
impone, preferir, de manera general, la posición sentada a la posición
de pie; esta última puede, sin embargo, venir justificada por el proceso
de trabajo.»
b) «Cuando se haya de realizar un gran esfuerzo muscular, reducir
y simplificar, tanto como sea posible, la longitud de la cadena de los
vectores y de los momentos de fuerza en el interior del organismo por
las posturas y los puntos de apoyo apropiados.»
c) «Las posturas de trabajo no deben causar ninguna fatiga como
consecuencia de una tensión muscular estática prolongada, permitien
do la alternancia de las posturas.»

Anotaciones
En general, la postura, para el elemento humano, es el modo en
que se dispone una persona, afectando a todo el sistema muscular y
osteoarticular. Biomecánicamente se entiende por postura «la puesta
en posición de una o varias articulaciones, mantenida durante un
tiempo más o menos prolongado, por medios diversos, con la posibili-
dad de restablecer en el tiempo la actitud fisiológica más perfecta»63.
Muy íntimamente relacionado con el concepto anterior está el de acti-
tud, que significa «posición del cuerpo guiada y controlada por la
sensibilidad propioceptiva (sensibilidad postural)64.
En la confomación postural, ocupa un lugar muy destacado la
columna vertebral, definiendo MARQUES 65, para este caso, la postura
como «la actitud del raquis dentro de los límites normales», sin pre-

63
S I C H E R E , R. M., G I L B E R T , M. A. (en colaboración con A D A M , M., L E S N E , N. y
M EYE R , G.), en: Reeducation de l'appareil locomoteur, pág. 103, Masson & Cia, Edito
res, París, 1972.
64
V AYER , P IERRE , El diálogo corporal, pág. 203, Editorial Científico-Médica, Barce-
lona, 1972.
65
MARQUÉS, J., El dolor lumbar, pág. 41, Editorial JIMS, Barcelona, 1989.
60 ERGONOMÍA BÁSICA

sentar perturbaciones ni anomalías, ya estructurales, ya funcionales,


del alineamiento vertebral, siendo suficiente desde el punto de vista
fisiológico «no es dolorosa, ni fatigante y no altera el equilibrio, el
ritmo ni la motilidad».
Anatómicamente se pueden distinguir tres posturas básicas:
— Bipedestación, o posición erguida, en la cual el sujeto se dispo-
ne con los brazos a lo largo del cuerpo.
— Sedestación, o posición sentada, estando los miembros inferio-
res formando un ángulo más o menos recto, la columna vertebral
también recta y la cabeza mirando al frente.
— Decúbito, o posición en la que el sujeto se encuentra tumbado
con la columna recta y las extremidades superiores a lo largo del cuer-
po; esta posición, a su vez, puede tomar tres variantes: decúbito supi-
no (o dorsal), decúbito prono (o ventral), y decúbito (lateral).
Existen tres tipos de reflejos posturales que dan lugar a las corres-
pondientes reacciones, las cuales permiten ordenar la posición. A tales
reflejos ZELENY 66 los describe así:
1. Reacción de erección, esto es, cuando el cuerpo adopta una po-
sición recta (reflejos de erección).
2. Reacción de mantenimiento, que permite al cuerpo su posición
básica sobre el suelo (reflejos tónicos).
3. Reacción de estabilización, que se ocupa de volver al cuerpo a
su posición de equilibrio cuando este se altera, lo que significa un
notable aumento del tono muscular por la entrada de movimientos
correctores.

Una postura inadecuada, aun cuando en un principio el sujeto no


tenga conciencia de ello, es capaz de producir importantes deterioros
funcionales y, a la larga, alteraciones de tipo estructural. El Comité de
Postura de la Academia de los EE.UU. de Cirugía y Ortopedia
(1947)67 ha definido las normas de postura como «la alineación es-

66
Z ELENY , A. (Checoslovaquia), Enciclopedia de Medicina, Higiene y Seguridad en
el Trabajo, vol. II, pág. 1.184, o.c, pág. 1.184. Por su parte, V AYER ( O . C , pág. 206): «el
e st a d o de te n si ó n ac t i v a e i nvo l u nt a r ia d e l mú sc u lo — t ono m u sc u la r — e s lo q ue
permite la posición erecta».
67
Según referencia de C AILLIET , R., en: Síndromes dolorosos incapacidad y dolor de
tejidos blandos, pág. 12, Editorial El Manual Moderno, S. A. de C.V., México, 1990.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 61

quelética refinada con arreglo relativo de las partes del cuerpo en un


estado de equilibrio que protege estructuras de soporte del cuerpo
contra lesiones o deformidad progresiva».
La posición de trabajo, expresión de una actitud postural, significa
«el mantenimiento de las partes individuales del tronco y de las extre-
midades inferiores en cierta relación armoniosa de larga duración,
mientras las partes activas (principalmente los brazos) efectúan movi-
mientos de trabajo»68. «La postura correcta guarda relación con la
salud física», y, «aun cuando no existe una postura idónea», tal postura
correcta se caracteriza «por la mejor eficacia mecánica, la menor
interferencia en la función orgánica y la máxima ausencia de fatiga»69.
Junto a las formas de posición sentado y posición de pie, las exigencias
del proceso de trabajo pueden configurar otras variantes (algunas de
ellas muy penosas), cuya incidencia sobre el organismo vendrá dada
por las distintas fases y ciclos laborales, siendo importante asimilar
que, en especial por parte del operario, «la intensidad de un esfuerzo
depende de la postura adoptada» (DEMPSTER) 70, de ahí la importancia
de la labor educativa que hay que impartir entre los trabajadores en
este terreno. Las actitudes inadecuadas, o aquellas que demandan un
esfuerzo excesivo, son susceptibles de ocasionar un conflicto entre el
«ambiente biomecánico externo (equipo mecánico correspondiente al
lugar de trabajo) y el ambiente biomecánico interno (sistema muscular
esquelético)» 71, pues si la interrelación entre los dos anteriores no se

En esta definición, aclara el autor citado, «la alineación esquelética» se refiere no sólo a
los componentes de la columna vertebral; también involucra a todos los componentes
musculoesqueléticos del cuerpo que se articulan a la columna vertebral.
68
Z ELEN Y , A., O . C , pág. 1.184. No obstante, al margen de los requerimientos exigi-
dos por las propias extremidades superiores en determinadas tareas, otras estructuras
anatómicas se involucran muy activamente en el desarrollo de la actividad laboral,
como es el caso, por ejemplo, del trabajo ante pantallas de ordenadores, con la con
siguiente carga (y ventuales efectos patológicos) en la región cervical y cinturón esca-
pular.
69
Textos entrecomillados citados por H A R OLD , M. B A R R O W , J A N I E P. B R OWN , Hom-
bre y movimiento, pág. 182, Ediciones Doyma, Barcelona, 1992.
70
En cita de S C H ER R ER y colaboradores, Précis de physiologie du travail, Notions
d'ergonomie, pág. 44, Masson, París, 1981.
71
Según expresiones y conceptos expuestos por T I C H A U E R , E. R. (Estados Unidos
de América), Enciclopedia de Medicina, Higiene y Seguridad en el Trabajo, o.c,
pág. 254. El mismo autor define la Biomecánica como «el estudio de las fuerzas mecá-
nicas que actúan sobre las estructuras anatómicas durante el movimiento humano "per
se" o como resultado de la interacción entre el hombre y el medio físico».
62 ERGONOMÍA BÁSICA

lleva a término satisfactoriamente, superándose ese conflicto, aparece-


rá, cuando menos, fatiga y, en un plazo más o menos variable, lesiones
a consecuencia de esos desajustes, bien precipitándose de forma brus-
ca (accidente laboral) o bien fraguándose a lo largo de un curso evolu-
tivo (enfermedades del trabajo, enfermedades profesionales).
Los componentes musculares participan, de una parte, en las fun-
ciones posturales y de estabilización, y, de otra, tienen un papel funda-
mental en la mecánica del movimiento. Postura y movimiento sólo se
han de coordinar de forma adecuada si se da un eficiente equilibrio
muscular. Ahora bien, cuando el individuo está sujeto a alteraciones
que dañan su aparato músculo-esquelético, en definitiva, que alteran
ese deseable equilibrio, es oportuno recordar la «Ley de suplencias
musculares o de la defensa postural», que HERNÁNDEZ GÓMEZ 72 for-
mula diciendo que «ante una deficiencia cualquiera de los elementos
del aparato locomotor, el sistema muscular opta por defender su posi-
ción postural en detrimento de la propia misión dinámica», esto es,
que, ante tales situaciones, primará la postura sobre el movimiento,
tendiendo, incluso, a anularlo, lo que a su vez podría explicar en
algunos casos ciertos cambios degenerativos (osteofitos, soldaduras
vertebrales, puentes óseos, etc.) que se pueden ver a través de Ra-
yos X 73, actuando como elementos de apuntalamiento articular y, por
tanto, fruto de una reacción defensiva del organismo.
La carga física originada por la carga derivada de la estática postu-
ral se ordena en el método de análisis de condiciones de trabajo de
L.E.S.T.74, teniendo en cuenta criterios cualitativos y cuantitativos.
Los de tipo cualitativo responden a cinco posturas fundamentales, que
pueden ser subdivididas en diferentes variantes, a saber:
1. Postura sentado
a) Normal
b) Inclinado
c) Brazos por encima de los hombros

72
H E R N Á N D E Z G Ó ME Z , Temas de biomecánica y patomecánica, pág. 228, publicado
por el I NSER SO, M adri d, 1987.
73
H E R N ÁN D E Z G Ó M E Z , O . C , pág. 228.
74
El método de L.E.S.T. se corresponde en sus siglas con los términos Laboratoire
d'Economie et de Sociologie du Travail (Aix en Provence, Francia, 1975). Notas toma
das de CASTILLO, J. J. y PRIETO, C, en: Condiciones de trabajo. Un enfoque renovador,
págs. 299 y ss. Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 63
64 ERGONOMÍA BÁSICA

2. Postura en pie
a) Normal
b) Brazos en extensión frontal
c) Brazos por encima de los hombros
d) Inclinado
e) Muy inclinado
3. Postura arrodillado
a) Normal
b) Inclinado
c) Brazos por encima de los hombros
4. Postura tumbado
a) Brazos por encima de los hombros
5. Postura agachado
a) Normal
b) Brazos por encima de los hombros
Los criterios cuantitativos vienen dados por tres variables:
1. Duración de cada postura (minutos, segundos).
2. Frecuencia de la postura por hora.
3. Duración total de la postura por hora.
Por su parte, el método de análisis de condiciones de trabajo RE-
75
NAULT distingue, para el estudio de la carga física, los siguientes
criterios de carga postura! estática:
1. Postura principal, corresponde a la postura más mantenida o la
más repetida en el ciclo de trabajo, excluyendo la manutención.
2. Postura más desfavorable, es la más penosa que se observa en el
ciclo de trabajo, excluida la manutención.
Para el trabajo dinámico, el método anterior, establece:
1. Esfuerzo de trabajo, o esfuerzos ejercidos para la transforma
ción del producto (levantar, tirar, empujar, agarrar...).
2. Postura de trabajo, o postura durante la cual se ejercen los es-
fuerzos necesarios para la transformación del producto.
Finalmente, para la carga de manutención los criterios que hay que
tener en cuenta son:
75
O.c.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 65

1. Esfuerzo de manutención, o esfuerzos ejercidos para la alimen-


tación y evacuación de las piezas desde el lugar de almacenamiento al
plan de trabajo.
2. Postura de manutención, o postura en la que se efectúan la
toma y el depósito de las piezas en el curso de la manutención.
A título ilustrativo, también se cree conveniente señalar que la
postura significa un medio de comunicación y relación. SCHEFFLEN 76
clasifica todas las posturas en tres grandes grupos, estudiando la apti-
tud adoptada cuando se reúnen las personas entre sí, a saber:
1. Inclusión no inclusión, que representa la manera en que los
miembros de un grupo incluyen o no a las personas; en caso de no
inclusión los brazos y las piernas se disponen, inconscientemente, para
proteger la intrusión del espacio personal.
2. Orientación frente a frente o paralela, tanto que la disposición
frente a frente es usual en relaciones bilaterales, así, entre otras, en las
que se transmite información (relación profesor-alumno, médico-
paciente, etc.); la disposición paralela se remite a actividades que pue-
den realizar las personas independientemente.
3. Congruencia-incongruencia, refiriéndose a la capacidad, ante
determinadas actitudes posturales, unas personas se imitan unas a
otras; en caso de congruencia plena las posiciones de los cuerpos de
unos serán copia de las de los otros.
La postura de trabajo sentado. Las aportaciones de MANDAL.
El trabajo realizado en la posición de sentado, en principio, parece
ser mucho más cómodo que el que se lleva a cabo en otras posturas, y,
en términos generales, requiere un ligero o modelado consumo ener-
gético. Irónicamente, incluso, se ha dicho que los trabajadores senta-
dos siempre ganan más que los que trabajan de pie. Ahora bien, no
hay que olvidar el principio de que «todo trabajo supone esfuerzo», y,
además, entre las desventajas de un trabajo sedentario mal concebido
se pueden enumerar77 las siguientes:

76
Referencia J U L I U S F A S T , El lenguaje corporal págs. 123 a 125, Editorial Kairos,
S. A., Barcelona, 1971.
77
Según fuente de la Federación Internacional de Trabajadores de Industrias Meta-
lúrgicas (FITIM), 54 bis, Route des Acacies, CH-1227, Suiza. Por otra parte, añádase
que «trabajar sentado predispone a las fracturas de cadera», pues «en un estudio reali-
zado en Inglaterra se demuestra que la frecuencia de fracturas de cadera a partir de los
66 ERGONOMÍA BÁSICA

«— Disminuye la circulación sanguínea de las piernas, lo que pue-


de causar una hinchazón de las piernas y de los pies en el transcurso
de la jornada de trabajo.
— Estrés estático en los músculos de la espalda, lo que hace que la
espalda duela y se canse.
— Estrés estático y/o unilateral de un lado de los músculos del
cuello y hombros, lo que puede, incluso, extenderse hasta las ma
nos».
Los siguientes esquemas, procedentes también de la misma fuente
que se acaba de citar (F.I.T.I.M.), sin duda, contribuyen a mejorar la
comprensión de lo dicho.

cincuenta años llega a ser el triple para las personas que han efectuado trabajos com-
pletamente sedentarios que para aquellos que llevan una vida laboral físicamente muy
activa, por ejemplo: enfermeras, obreros o vendedores» (publicado en CONSULTA,
n.°494, 5-11/1990). De igual manera, en atención a un estudio realizado en conducto-
res de camión «se ha constatado una frecuencia elevada de hernias discales y que el
riesgo era cuatro veces más elevado que en la población testigo. La frecuencia de
espondiloartropatías funcionales de las cervicales y lumbares era particularmente ele-
vada, en especial hacia la cincuentena (71,4 y 35,7 %). De esto resulta que las afeccio-
nes del raquis lumbar entrañan, en casos muy numerosos, una incapacidad para el
trabajo permanente en los conductores de camión antes de la edad de jubilación»
(según análisis llevado a cabo por la Clínica del Lavoro de Milán, publicado en Medicina
del Lavoro, marzo-abril de 1991, vol. 82, n.°2, págs. 122 a 130, PIAZZI A BOLLINO G.,
ref. CIS 92-337).
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 67

En la revista Human Factors (abril, 1991), S. L. SAUTER, L. M.


SCHLEIFER y S. J. KNUTSON, publican un interesante trabajo sobre la
incomodidad músculo-esquelética sentida por centenares de usuarios
de terminales de recogida de datos en dos administraciones de los
EE. UU. «Se procedió, en 40 sujetos, a la evaluación de la postura de
trabajo y de la concepción del puesto de trabajo. Análisis por regresión
múltiple han permitido establecer la existencia de una manifiesta rela-
ción entre los factores ergonómicos y la incomodidad. La incomodi-
dad de los miembros inferiores era tanto más marcada cuanto más
blandos eran los asientos, lo que hace pensar en que la agresión postu-
ral es un factor de incomodidad sobre el terminal. La incomodidad de
68 ERGONOMÍA BÁSICA

Pictograma utilizado para la tasación del «disconfort» músculo-esquelético. (Ref. SAUTER, S.


L, SCHELIFER, L. M. y KNUTSON, S. L).

Porcentajes de «disconfort» entre operadores en distintas partes del cuerpo. (Ref. SAUTER,
SCHELIFER y KNUTSON).
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 69

Resultados de análisis de la frecuencia del «disconfort» músculo-esquelético en distintas


partes del cuerpo (valores indicativos del factor de carga). Ref. SAUTER, SCHELIFER y
KNUTSON.

los brazos aumentaba con la altura del teclado por encima del nivel
del codo. Se ha observado un elevado grado de incomodidad a nivel
de la columna cervical y de la cintura escapular, de ahí que sea necesa-
rio prestar mayor atención a la prevención de los síndromes dolorosos
cervicobraquiales en los operarios de terminales» (Ref. CIS 91-1729).
Las ilustraciones son muy significativas.
Lo cierto es que los inconvenientes y eventuales patologías propias
del trabajo de la posición de sentado se pueden corregir o, al menos,
paliar, adoptando medidas higiénico-ergonómicas oportunas, algunas
de ellas como las que se acaban de indicar y otras, también, recorda-
das en la norma NBN X 10-001.
Sin duda, el diseño de la mesa de trabajo, en especial en lo que se
refiere a su altura, debe ser, en lo posible, regulable, es muy importan-
te, siendo deseable que esté dotada de un mecanismo que le permita
optar por el plano inclinado, entre otras medidas, y siempre en fun-
ción de las condiciones del proceso de trabajo; igualmente, el asiento
70 ERGONOMÍA BÁSICA

tiene una importancia capital. Y especial énfasis se quiere dar a este


último medio de trabajo, quizá, a juicio de alguno, de forma algo
extensa, pero, dada la importancia del problema, se merece estas y
más líneas.
En conexión con lo anterior, se va a hacer referencia al modelo de
silla propuesto por el Dr. A. C. MANDAL (Cirujano, Instituto Finsen
Copenhage, Dinamarca), en parte fruto de sus experiencias como pa-
ciente (su larga práctica en la Cirugía le provocó lumbalgias de repeti-
ción durante años), cosa que le llevó a idear un asiento inclinado hacia
adelante, después de haber realizado unos estudios e investigaciones
sobre sus efectos anatómicos y fisiológicos sobre el raquis, siendo hoy
en día mundialmente conocido como el inventor de «el asiento equili-
brado». Tanto es así que la mayoría de los fabricantes de sillas de
oficina de los países escandinavos, Alemania y Estados Unidos dise-
ñan y construyen tal tipo de asiento; es más, la silla ha tenido tanto
éxito que se ha impuesto en Dinamarca en algunos medios escolares
(lugar y momento idóneo para prevenir futuras malformaciones verte-
brales). A partir de la idea de MANDAL , con posterioridad, nuevos
tipos de silla han sido realizados, pues han obtenido en algunos países
muy buena acogida entre los trabajadores que permanecen sentados
varias horas (empleadas de oficina, secretarias, cajeras, etc.). Igual-
mente, en el Liceo Polivalente Jean Mermoz (Montpellier, Francia),
se puso a punto una experiencia piloto para prevenir las lumbalgias en
el medio escolar, basándose en el proyecto de la silla HEPHAISTOS,
que parte inicialmente de la concepción de MANDAL 78.
Las peculiaridades del asiento propugnado por MANDAL, así como
sus implicaciones biomecánicas y beneficios ergonómicos se van a
exponer a continuación, a partir de las referencias tomadas de un
texto del que es autor el citado 79.

78
El Instituto Pragmat de París publicó en 1987 una obra de M A N D A L sobre este
tema, bajo el título L'Homme Assis, de donde se van a extraer algunas anotaciones.
Por su parte, también la revista francesa Travail & Securité, de abril de 1988, recoge un
coloquio sobre las sillas de trabajo (págs. 213 a 217), en el que participó un equipo
pluridisciplinario de Toulouse, en donde se hace referencia al estudio de M AND AL . De
otra parte, F AHRNI , estimando los efectos perniciosos que acarrea la sedestación en silla,
ha llegado al extremo de la supresión de las sillas en un centro escolar canadiense,
considerando el suelo como medio más fisiológico para sentarse.
79
Véase Le quotidien du medecin, n.°4431, 19-dic-1989 y Prevenir (Les risques du
metier) n.° 123, primer trimestre 1990.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 71

En términos de Anatomía funcional comparada, recuerda MAN-


DAL, reparando, en particular, en la disposición de la región lumbar en
el mono y el perro, la curvatura cóncava lumbar es esencial para la
estática vertebral, para mantener la posición erecta (tanto más si se
piensa que los primeros años de vida la espalda es recta), para poder
caminar sobre las extremidades inferiores, pues es, precisamente, la
lordosis lumbar la que permite la extensión completa de la articula-
ción de la cadera y de las rodillas. Contrariamente a lo que en un
principio se pudiera pensar, al menos en apariencia, la flexión de la
cadera no se pliega en ángulo recto sobre el fémur, sino que, tal flexión
es sólo de unos 60°, mientras que los otros que faltan para completar
el ángulo recto se consiguen a expensas de sacrificar la lordosis lum-
bar, desplazando el raquis hacia adelante unos 30°. A tal efecto, es
bien demostrativa la ilustración de SCHOBERTH.
Además de las experiencias de este autor, MANDAL cita también las
de B. AKERBLON (1948) y KEEGAN, explicando que, incluso en sujetos
de buen estado de salud, «un aplanamiento de la curvatura lumbar, de
aproximadamente 30 °, supone la carga máxima que la espalda puede
tolerar para cualquier tipo de duración (KEEGAN); «cuando la espalda
se inclina hacia delante en esta posición, los bordes anteriores de las
vértebras son comprimidos el uno hacia el otro con una fuerza consi-
derable (50-150 kg); estas mismas fuerzas separan los bordes posterio-
res de las vértebras. Los ligamentos que mantienen las vértebras juntas
y el tejido conjuntivo que rodea los discos intervertebrales son desga-
rrados y estropeados al cabo de los años, y el núcleo del disco interver-
tebral puede desplazarse, causando una hernia discal80.

80
En relación con las afirmaciones anteriores, CAILLET, al referirse a la lumbalgia
estática, cita, de un lado, la teoría de WILLIAMS, que considera que la lordosis exagerada
es una causa principal de lumbalgia; sin embargo, frente a ello, el mismo CAILLET se
remite a MCKENZIE, fisioterapeuta de Nueva Zelanda, ha negado tal concepto y ha
postulado que el hombre pasa mucho tiempo en flexión hacia delante, lo que motiva el
estiramiento de los ligamentos posteriores, fascias y tejidos musculares, determinando
tensión mecánica e irritación, de forma que en estas condiciones los discos interverte-
brales se desplazan hacia la parte posterior y el núcleo se va hacia atrás, irritando el
ligamento vertebral común posterior a la dura madre de las raíces posteriores. A ello,
añade CAILLET, que no se han comprobado ambas teorías para el tratamiento de la
lumbalgia, pero la experiencia clínica relacionada con cuál postura ha prevalecido al
comienzo de la lumbalgia y cuáles ejercicios son beneficiosos (cifótico-lordótico), acla-
rarán cuál es la deseable. Y concluye con que ambas teorías son válidas. RENE CAILLET,
o.c, 1990, págs. 81 y 82. En cualquier caso, es fácil que aparezca dolor crónico en la
72 ERGONOMÍA BÁSICA

Con este esquema, SCHOBERTH explica la rotación de la pelvis cuando pasa de la posición de
pie a la de sentado, observando que la flexión de la articulación de la cadera es aproximada-
mente de 60 °. (Según referencia de MANDAL, O.C, pág. 27.)

La posición convencional de sentado supone un desequilibrio que


provoca inestabilidad vertebral81, en cuyo componente el disco verte-
bral tiene una enorme importancia como estructura lesional, con las
consecuencias que la progresión de tal nosología arrastra.
Valiéndose de otra ilustración de KEEGAN, MANDAL explica que,
teóricamente, «la posición de sentado ideal es la que determina una
flexión de la articulación de la cadera de 45 °, puesto que en esta

parte de la espalda ante posturas inadecuadas, en especial con relación a los raquiomas
[y las consecuencias que de su compromiso se derivan, L4-L5 y L5-S1, dada la gran
importancia biomecánica de tales niveles.]
81
WHITE, A. y PANJABI, M., Clinical biomechanics of the spine, J.B., Philadelphia,
(1978), introducen el concepto de estabilidad clínica, definiéndola como «la capacidad
de la columna bajo cargas fisiológicas para mantener las relaciones entre las vértebras
sin que se produzca daño o ulterior irritación de la médula espinal o de las raíces
nerviosas, y sin que se desarrolle deformidad incapacitante o dolor debido a cambios
estructurales» (en cita tomada de FUSTER OBREGON, S. y ROCA BURNIOL, J., en: Revisión
del concepto de inestabilidad y clasificación de las fracturas de la columna toracolum-
bar, publicado por Mapfre Medicina, 1991, vol. 2, n.°2).
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 73

KEEGAN muestra en esta figura la tensión a que se ve sometido el disco intervertebral


(1. desplazamiento del fibrocartílago del generado con protusión del disco a nivel del espa-
cio L5-S1, comprimiendo al ligamento vertebral, que es causa del dolor lumbar 2.).

posición los músculos anteriores y posteriores del cuerpo están en


equilibrio». Pasando a la práctica, continúa el autor, «existe una simi-
litud evidente entre la posición de sentado normal de KEEGAN y la
posición de un jinete en su caballo; (la articulación de la cadera forma
un ángulo de unos 50-60° y la curvatura lumbar se mantiene)». «Es
interesante constatar cómo los conductores de los tractores destruyen
su espalda a causa de las violentas vibraciones que reciben en un
asiento inclinado hacia atrás. Sin embargo, las vibraciones en el jinete
no son peligrosas, al contrario, porque la columna vertebral está en
equilibrio». Igualmente, sigue diciendo, en varias ocasiones, y más de
un lector lo habrá observado, es frecuente ver cómo los niños inclinan
la silla sobre las patas delanteras (lo que muchas veces es motivo para
regañarlos), y es que ese niño, instintivamente está pretendiendo la
posición fisiológica para sentarse, la más adecuada biomecánicamen-
te, la más conveniente para el equilibrio del raquis; en el mismo or-
den, los antiguos coches de caballos del siglo XIX, en muchos de
ellos, el asiento del conductor estaba dotado de un sistema que
permitía inclinarlo hacia delante, tanto que «cuando el cochero
conducía a
74 ERGONOMÍA BÁSICA

gran velocidad conservaba un perfecto equilibrio, sin riesgo de caerse


en los virajes (pues no hay que olvidar que no podía servirse de las
manos, que estaban ocupadas en el manejo de las riendas)».
Después de estas consideraciones, algunas de ellas anecdóticas,
pero que, indudablemente, contribuyen a una mejor asimilación del
problema, MANDAL diseña un tipo de silla con el asiento en plano
inclinado hacia delante (siendo este aspecto lo fundamental, pues, en
definitiva, es lo que permite que el tronco, con respecto a las extremi-
dades inferiores, en concreto los fémures, forme un ángulo de 120°).
Evidentemente, para cada tipo de trabajo se debe estudiar un tipo de
asiento, teniendo bien presente que existen notables diferencias entre
la posición de trabajo y la posición de reposo; de ahí la conveniencia
de disponer de la posibilidad de regular el asiento para una u otra
postura. En la actualidad, varias casas comerciales de todo el mundo
ofrecen este tipo de producto y, entre ellas, existen modelos que care-

llustración de KEEGAN en la que muestra que teóricamente la posición de sentado ideal es


aquella en que la flexión de las articulaciones de la cadera es alrededor de 45 ° (C), ya que,
en esta posición, los músculos anteriores y posteriores del cuerpo están en equilibrio. En la
práctica, existe una similitud entre esta posición de sentado «normal» de KEEGAN y la posi-
ción de un jinete en su caballo. (Ref. según MANDAL, O.C, pág. 30.)
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 75

En las posiciones a) y b) la presión intradiscal lumbar es, respectivamente, de 180 kp (posi-


ción anterior al sentarse) y 130 kp (posición posterior), mientras que adotando la actitud de
c) se produce una notable descarga de la presión intradiscal lumbar (pues se ve reducida a
70 kp), según referencia de J. KRÄMER (Patología de disco intervertebral, págs. 276 y 277,
Ediciones Doyma, Barcelona, 1989).
76 ERGONOMÍA BÁSICA

cen de respaldo, sustituyéndolo por un apoyo para las rodillas, con-


cepción avanzada, muy lograda ergonómicamente, y que, frente al
asiento convencional, reduce el número de ángulos del cuerpo de 4
a 2 82. Las ventajas de este tipo de modelo de asiento, en opinión
propia, se pueden resumir así:
1. Determina una buena higiene postural, con un buen alinea
miento de la curvatura del raquis, incluida la región cervical.
2. Obliga al usuario a realizar un ligero y continuo balanceo, que
actúa positivamente logrando una tonificación activa de los músculos
espinales, impidiendo su atrofia y, consiguientemente, coadyuvando a
evitar el derrumbe de la arquitectura vertebral (con relativa frecuencia
se observa una notable atrofia de los músculos de la espalda en ofici-
nistas, mecanógrafas, etc.).
3. Descarga la presión de la cámara gástrica sobre el diafragma
correspondiente (presión que muchas veces lleva asociadas molestias y
alteraciones en el área costal).
4. Mejora la circulación de las extremidades inferiores, tanto arte
rial como de retorno.
5. Finalmente, lo anterior posibilita que el trabajador desempeñe
su tarea con mayor satisfacción y rendimiento.
(A pesar de lo dicho, algunos han puesto en tela de juicio el apoyo
de las rodillas, pues si bien se admite que la postura adoptada es bene-
ficiosa para la región lumbar, conlleva incomodidades y presiones en
las rodillas, argumentándose, también, que limita la capacidad de mo-
vimientos del usuario. En cualquier caso, tales críticas constituyen un
mal menor, dado que el compromiso del raquis por la adopción de
posturas inadecuadas genera, sin duda, unos perjuicios y daños a la
salud incomparables; por otra parte, la sensación de aprisionamiento
que acusan algunas personas en este tipo de «sillas reclinatorio», en la

82
Aunque, en experiencia personal, los que desconocen este tipo de asiento experi-
mentan un rechazo o, al menos, una resistencia a su utilización, sobre todo en los
primeros momentos. Tan pronto como se les invita a sentarse en la silla, la mayoría
exclama, y no sin asombro, —¡ah!, pues es cómoda, a continuación muchos de ellos
preguntan: —pero, usted cree que esto para todo el día va a funcionar? En estos casos,
conviene explicar, en líneas generales, y para una mejor comprensión, unos fundamen-
tos clínicos elementales, incluso acudiendo a diapositivas u otros sistemas gráficos; en
general, el individuo reacciona de forma positiva, pues, en definitiva, esa primera
resistencia no es más que un problema de cultura.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 77

mayor parte de los casos desaparece cuando la persona logra habituar-


se al uso de tal tipo de asiento. A ello hay que añadir la importancia
que tiene la calidad del diseño, variando mucho la confortabilidad, en
especial para un uso prolongado —como es el caso de la actividad
laboral—, de unas casas comerciales a otras.) Claro que aconsejar un
tipo de asiento dependerá siempre de un estudio individual, indagan-
do la alineación del cuerpo, según la posición de la pelvis y el estado
de preparación de los músculos paravertebrales y del abdomen.
El ángulo de inclinación del asiento, hacia adelante, en unos 10° a
12°, se puede observar en algunos taburetes de piano, y ya del siglo
pasado. En relación a tal ángulo (e insistiendo en su carácter funda-
mental, dada la cuestión tratada), conviene traer a colación un exce-
lente trabajo de A. BUSTAMENTE (Desidia de la sedestación, JANO,
11/93, pág. 61 y ss.), destacando lo que sigue: «La mayoría de las sillas
actuales nos hacen adoptar posturas nada convenientes y actúan como
agresores, lentos y pacientes, de nuestra salud, a causa de nuestra desi-
dia como sociedad; los fabricantes continúan produciendo artefactos
patógenos y el público sigue comprándolos con indolente alegría. La
silla actual parece, pues, un artefacto enemigo. La relación de la silla
con nuestro dolor de espalda se debe a que ese artefacto nos pone en
una postura en la que se pierde el sinusoide de nuestro soporte verte-
brado»; además, el autor se remonta a la civilización del antiguo
Egipto, constatando que en las estatuas de los primeros faraones
(2450 a.C), el modelo de sedestación dispone de una inclinación de
unos 14° (nada patógeno), mientras que entre 1500-1250 a.C. la incli-
nación media de los asientos es menor de 5o (alrededores de la época
del «doméstico» AKENATON), llegando incluso a interpretar que el
parámetro de la inclinación del asiento «quizá represente la variación
de la desidia en la postura del rey-dios, el lento cambio en la decaden-
cia del «super-ego» de la cultura egipcia antigua». Finalmente, y extra-
polándose en el tiempo, A. BUSTAMENTE, analiza la imagen del astro-
nauta, ingrávido, flotando en el espacio, como modelo de sedestación
conveniente (y no patógena), que supone un estado de gran relajación
(donde se evitan tensiones inútiles) y que guarda íntima relación con
la postura del faraón, incluso superada, pues todavía favorece más la
lordosis lumbar. Todo esto nos debe llevar a la reflexión, intentando
combatir la falta de higiene en la postura, hoy día tan generalizada
(con efectos negativos tanto para la salud como para la economía), al
mismo tiempo que sorprende la poca atención que se le presta al
78 ERGONOMÍA BÁSICA

problema por parte de distintos grupos profesionales y responsables de


la gestión de la salud, que parece que todavía no se han detenido en un
análisis serio de la cuestión.

Ilustraciones procedentes de dos casas comerciales estableciendo comparación con la acti-


tud postural exigida en una silla convencional frente al asiento que fabrican.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 79

Este esquema muestra la elongación de los músculos dorsales. Si la silla está inclinada, la
extensión de los músculos se reduce a la mitad y, si, además, la mesa se inclina 10 °, esta
extensión desaparece totalmente. La presión ejercida sobre el asiento (b) ha sido medida
con la ayuda de 3 manguitos de presión arterial (colocados en la parte anterior, centro y
posterior del asiento), comprobándose con la silla inclinada que la presión está mejor repar-
tida. (Experiencia e ilustración de MANDAL, O.C, pág. 54.)

Contribuciones de la ergonomía de diseño en el tratamiento


de la lumbalgia del automovilista

Siguiendo con el trabajo que se ha de desempeñar en sedestación,


especial importancia, por su incidencia, tiene la lumbalgia de los auto-
movilistas, a la vez que los remedios clínicos la mayor parte de las
80 ERGONOMÍA BÁSICA

veces son de escasa o de ninguna eficacia, lo que es particularmente


cierto cuando el problema se ha generado a partir de una errónea
concepción de asiento. Y siendo así, el tratamiento ha de ser mecáni-
co, ante todo, buscando incidir sobre el elemento causal primario, con
independencia de que se puedan adoptar otras medidas, ya en el orden de
la medicina convencional, y, obviamente, bajo la terapia rehabilitadora.
En esta línea, de gran interés son las contribuciones de la Ergono-
mía de diseño (y paralelamente correctiva) en el tratamiento de dicha
lumbalgia, fundamentada en un análisis biomecánico y patomecá-
nico.
Tal preocupación ha sido recogida por «Le Journal du Médecin»
(Bruselas 16/12/1988) (*), que entre otras cosas, dice: «la lumbalgia
ligada a la conducción de automóviles está especialmente extendida. Si,
según ciertas estadísticas, este mal alcanza cerca del 25 % de los con-
ductores de camiones, y al 5 % de los conductores de turismos, ello
representaría aproximadamente un número de 250.000 conductores
lumbálgicos».
«Las soluciones propuestas recurriendo a asientos que conserven la
lordosis lumbar, con el fin de reducir la presión sobre los discos inter-
vertebrales se ha revelado engañoso. En efecto, la experiencia muestra
que, por este procedimiento, la raquialgia puede estar atenuada y su
aparición retardada, pero no desaparece.»
La armadura del asiento clásico y estándar de los vehículos actua-
les es solidario con el chasis del automóvil, de ahí que los impactos
que recibe el mismo vehículo (por las irregularidades de la carretera,
baches y relieves) incidirán directamente sobre su espalda, compri-
miendo y distendiendo los espacios intervertebrales, y, por un efecto
acumulativo, dañando las estructuras comprometidas, con el tiempo,
de una forma irreversible, explicando también, tanto a corto como a
largo plazo, el dolor lumbar del conductor.
Es evidente que el efecto perverso de los impactos provocados so-
bre la espalda a causa de la irregularidad del piso de la carretera se
hace notar, como se ha apuntado en el párrafo anterior, por el efecto
de la energía potencial acumulada. A tal efecto interesa el conocer el

(*) Le Journal du Médecin (n.°402, viernes, 16-12-1988); D. A. JOHNSON, J. C.


SAMIN y M. NÉVE, en: A new desing of vehicle seat intended to alleviate lower back
pain (Journal of Biochemical Engineering, Aug. 1989, vol. 111, pág. 261); DOVA,
S. A. (Bruxelles-Bélgica).
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 81

«trabajo» desarrollado, absorbido por la columna lumbar, partiendo


de la fórmula Trabajo (T) = Fuerza (f) x Espacio (e), y si F = masa
(m) x aceleración (a), sustituyendo resulta: T = m x a x e (siendo e,
en este caso, el desplazamiento experimentado por la columna lum-
bar). «Este cálculo, es, sin duda, complejo, pues, para hacerlo de for-
ma exacta habría que comprobar otros factores como el coeficiente de
fricción del respaldo, su elasticidad, la inclinación del asiento, etc., así
como las características físicas del viajero».
«A pesar de estas dificultades, se puede hacer un cálculo aproxima-
do de la forma siguiente: cuando se produce un impacto hacia arriba o
hacia abajo, el asiento del pasajero es desplazado, respectivamente,
hacia abajo o hacia arriba con relación por encima del tronco. Para
hacer una evaluación numérica, se puede partir de los siguientes valo-
res: peso del asiento 20 kg; frecuencia de los choques = 3 por segundo;
amplitud de los choques = l c m = 0,01m; aceleración de los cho-
ques = 0,1 g (siendo g la aceleración terrestre).
De esta forma, y a partir de la fórmula indicada (T = m x a x e),
cada choque representa un trabajo de:
20 x 0,1 x 0,01 =0,02 kilográmetro-metro
El trabajo total efectuado en un minuto (= 60 segundos) a nivel
lumbar, en unión del cócix y del raquis dorsal, equivale pues a:
0,02 x 60 x 3 = 3,6 kilográmetros-metro = 35 julios
Y 35 julios supone el trabajo efectuado por un peso de un kilo en
caída libre desde una altura de 3,6 metros (para el caso, este trabajo
está constituido por la suma de 180 pequeños impactos singulares).
Cada uno de estos impactos tomados aisladamente probablemente no
es nocivo, pero es su acumulación, durante varias horas de conduc-
ción en la carretera, lo que evidentemente produce estragos importan-
tes e irreversibles en el raquis.»
A partir de estas y otras constataciones, M. NEVÉ emprende un
nuevo análisis del problema: estudiando la interacción entre el asiento
y el cuerpo del pasajero, aprecia que los asientos estándar están consti-
tuidos para absorber las oscilaciones de carga vertical, mientras que el
respaldo absorbe, por el contrario, las presiones más o menos horizon-
tales, mejorando así el confort estático de la columna. Si el pasajero se
hunde en su asiento, su espalda queda bloqueada por la fricción contra
el respaldo, tanto que, aun mejorando la suspensión de los vehícu-
82 ERGONOMÍA BÁSICA

los, los fenómenos de compresión y distensión de los espacios inter-


vertebrales, provocados por la irregularidad del firme de la carretera,
sólo pueden ser atenuados.
Siendo así, M. NEVÉ se plantea la construcción de un respaldo
móvil, con respecto al asiento, eliminando los inconvenientes de las
butacas de serie, pretendiendo evitar los esfuerzos de extensión y de
compresión sobre las vertebras lumbares. Y para confirmar la eficacia
del nuevo sistema, se llevó a cabo un estudio biomecánico realizado
por D. JOHNSON y J. C. SAMIN, de la facultad de Ciencias aplicadas de
la UCL (Universidad Católica de Louvain), en colaboración con la
empresa S. A. DO VA, llevando a cabo un test para comparar la ten-
sión de la columna vertebral de un pasajero en un asiento clásico
frente a otro con respaldo móvil. Disponiendo dos acelerómetros en la
espalda del pasajero, a la altura de los omoplatos y del cóccix, se
obtuvieron resultados en trayectos a 60 km/h, sobre una carretera
normal, y trayectos a 30 km/h sobre una carretera pavimentada. La
comparación de las señales emitidas por los acelerómetros en las dos
fases de cada medida han permitido deducir el efecto claramente posi-
tivo del respaldo móvil.
Aplicando un análisis de frecuencia a los resultados, sucede que a
baja frecuencia (20 Hz) las tensiones con el respaldo móvil (oscilante)
y el respaldo bloqueado son próximas; por el contrario, entre 20 y
130 Hz la diferencia es muy notable; en carretera ordinaria las tensio-
nes son tres veces menores y sobre una carretera mala, las tensiones
llegan a ser diez veces menores con el respaldo oscilante.
En conclusión, estas experiencias biomecánicas confirman que los
asientos de automóvil con respaldo fijo (bloqueado) inducen a tensio-
nes importantes en la región lumbar del raquis y que las tensiones
pueden ser considerablemente reducidas adoptando un aisento en el
cual el respaldo pueda oscilar libremente en el sentido vertical.

4.1.2.2. Esfuerzos musculares


«Prioritariamente se ha de vigilar:
a) Que el esfuerzo requerido esté adaptado a las capacidades físicas
del trabajador.
b) Que los esfuerzos que se ejecuten provengan de los grupos mus-
culares apropiados. Si los esfuerzos que se demandan son excesivos,
prever en el sistema de trabajo fuentes auxiliares de energía.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 83

c) Evitar el mantenimiento de la tensión estática prolongada en el


mismo músculo.»

Anotaciones
Como se ha indicado, todo trabajo determina esfuerzo, e involu-
cra, en mayor o menor medida, la participación muscular, con las
exigencias que en cada caso se requieran. El esfuerzo muscular se
puede clasificar en dos grandes grupos, junto a un tercero que resulta
de la combinación de las situaciones propias de aquellos, así:
1. Esfuerzo muscular dinámico, alternando rítmicamente la con
tracción y la extensión, la tensión y el relajamiento83; «el músculo se
contrae desplazando sus puntos de inserción —tanto en el trabajo
dinámico activo como en el de resistencia, según que la fuerza externa
que haya que vencer sea inferior o superior, respectivamente—»84;
supone, a su vez, «una contracción de grandes masas musculares, lo
que repercute en el organismo con un importante aumento de la fre-
cuencia cardíaca, mientras que la tensión arterial media se afecta po-
co» 85; «el aumento de la temperatura —y en ausencia de «contrainte»
térmica— junto con el de la frecuencia cardíaca corre paralela, en
proporción directa, con el consumo de oxígeno, reflejo, precisamente,
de la energía gastada»86.
2. Esfuerzo muscular estático, contrariamente al anterior, supone
un estado prolongado de contracción de los músculos, que se aplican
habitualmente para el mantenimiento de una postura87; este tipo de
contracción determina un trabajo «sin que el músculo se desplace de
sus puntos de inserción esquelética, obstaculizando su irrigación san-
guínea, no habiendo consumo local de oxígeno —contracción anaeró-
bica—, lo que provoca, a su vez, que los catabolitos no sean elimina
dos de la sangre y su acumulo determine fatiga estática y dolor»88; se
83
G R A N D JE AN , O . C , pág. 21.
84
C AZAMIAN , P., Leçons d'ergonomie industrialle, une approche globale, págs. 26,
27 y 28, editiones Cujas, París, 1974.
85
A LCOCEZ D I AZ -B ARREI RO , L., G ONZÁLEZ C AA MA ÑO , A., El electrocardiograma,
pág. 84, Editorial Interamericana, S. A., México, 1980.
86
M AI RI AUX , PH., Ergonomie (según notas tomadas de las lecciones impartidas en
el Departamento de Medicina e Higiene del Trabajo de la Universidad Católica de
Louvain —Bélgica—, 1986).
87
G RANDJEAN , O . C , pág. 21.
88
C AZAMIAN , O . C , págs. 26, 27 y 28.
84 ERGONOMÍA BÁSICA

Esquema de los esfuerzos musculares. A: cantidad de sangre necesaria, B: gasto sanguíneo


real. (Según GRANDJEAN, O.C, pág. 22.)

produce un aumento considerable de la tensión arterial media, mien-


tras que la frecuencia cardíaca se afecta menos que en el caso anterior;
«el consumo de oxígeno, estando en función de la masa muscular de
trabajo, no es un buen indicador de la "astreinte", pues es indepen-
diente de esa masa muscular; a nivel del músculo, solamente la elec-
tromiografía permite objetivar los fenómenos de fatiga muscular» 89. 3.
Esfuerzo muscular mixto, de donde resulta un trabajo en el que se
combinan las dos situaciones mencionadas en los apartados ante-
riores; el efecto sobre los parámetros, tensión arterial media y frecuen-
cia cardíaca, es el de que ambos resultan considerablemente elevados.

4.1.2.3. Movimientos corporales


«Las prioridades son las siguientes:
a) Buscar un buen equilibrio entre los movimientos del cuerpo. Es
preferible el movimiento a una inmovilidad prolongada.
89
MAIRIAUX, O.C.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 85

b) Ajustar recíprocamente las amplitudes, los esfuerzos, velocida-


des y ritmos en la ejecución de los movimientos.
c) Evitar los movimientos que exijan una gran precisión no po-
niendo en juego un esfuerzo muscular importante;
d) Con el fin de facilitar la ejecución y la sucesión de los movi-
mientos, prever, si es preciso, dispositivos guía.»

Gráfico comparativo de los efectos agudos de los ejercicios estáticos y dinámicos sobre los
parámetros indicados. (LONGHUTRS, J. C. y MICHELL, J. H., Does endurance training benefit
the cardiovascular system, J. Cardiovasc. Med., 8: 227.236) (*):

(*) Según referencia citada por ELIOT, D. L. y GOLBERG, L., Fisiología y fisio-
patología en el ejercicio físico, pág. 26, Nueva Editorial Interamericana, S. A. de C. V.
México, 1985.
86 ERGONOMÍA BÁSICA

Anotaciones

Conceptos elementales de mecánica


Movimiento es el cambio de posiciones de un cuerpo, su noción se
adquiere al apreciar un objeto cualquiera que va ocupando situaciones
diferentes con relación a otros objetos, al mismo tiempo, de esa mera
observación se puede, también, intuir su velocidad, según que tal des-
plazamiento sea más o menos rápido. Todo cuerpo que se mueve se
llama cuerpo móvil.
El movimiento puede ser uniforme o variado, según que la veloci-
dad del cuerpo permanezca o no constante; a su vez, cualquiera de
ellos puede ser rectilíneo (trayectoria rectilínea) o de rotación (cuando
el cuerpo gira en torno a su eje).
El cuerpo humano ha sido comparado a un complejo sistema de
palancas óseas, unidas por charnelas articulares —bisagras—, unas y
otras de muy diferentes tipos. Y todo ello movido por la contracción
muscular, obedeciendo a las leyes de la física90.
La aplicación de las leyes mecánicas al aparato locomotor permite
establecer entre los elementos anatómicos y mecánicos las compara-
ciones que se indican en el siguiente cuadro ":

Enseguida se comprende, pues, que, para el estudio de las funcio-


nes de la estructura osteoarticular, el conocimiento de los principios

90
L APIERRE , La reeducación física, Tomo I, pág. 37, editorial Científico-Médica,
S. A., Barcelona, 1971. (Libro muy recomendable, en especial, dentro del tema que se
trata, el capítulo de Mecánica animal —análisis segmentario de los movimientos del
cuerpo humano—).
91
Fucci, S. y B ENIGNI , M, Biomecánica del aparato locomotor, aplicada al acondi-
cionamiento muscular, pág. 1, Ediciones DOYMA , S. A., Barcelona, 1988.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 87

Gráfico que ¡lustra sobre las posibilidades de aplicación de las leyes de la mecánica al
aparato locomotor. (Tomado de Fucci, S. y BENIGNI, M., O.C, pág. 1.)

que rigen la mecánica, que se define como «aquella rama de la física


que estudia el movimiento de los cuerpos y las fuerzas que pueden
producirlos, ya sea con carácter general, ya con relación a las máqui-
nas en particular aportará una valiosa información». Se puede dividir
en tres grandes ramas: la Cinemática (estudio del movimiento en sí
mismo, en sus aspectos geométricos, al margen de la naturaleza mate-
rial de los cuerpos que se mueven); la Estática (estudio de las fuerzas
aisladamente, sin tener en cuenta el movimiento y, principalmente,
las circunstancias del equilibrio); la Dinámica (o estudio del movi-
miento propiamente dicho)92.
Como definiciones básicas se exponen las que siguen:
Fuerza es toda causa capaz de provocar movimiento o modificar-
lo. La persona, cuando intenta desplazarse o realizar un movimiento,
registra una experiencia que se cataloga como un esfuerzo, y, en gene-
ral, los músculos de los animales en sus acciones no son más que

92
Según notas tomadas de A. GANOT, Tratado de física, pág. 15 y ss.; Editorial
Bailly-Bailliere, Madrid, 1920.
88 ERGONOMÍA BÁSICA

expresión de la aplicación de fuerzas, indispensables para aquellas,


tanto que ningún cuerpo puede modificar por sí mismo ni su estado
de reposo ni su estado de movimiento (principio de la inercia).
El sistema locomotor está sometido a un conjunto de fuerzas muy
diversas que involucran, en especial, a los huesos y articulaciones,
músculos, tendones y ligamentos.
La fuerza resulta del producto de la masa por la aceleración
(F = m . a), ecuación en la que participan dos factores. «La fuerza de
un músculo representa su potencia máxima disponible; no puede acre-
centarse más que por el desarrollo de sus fibras de alto umbral y, por
lo tanto, por la intensidad y repetición del movimiento»; por otra
parte, el número de haces que componen un músculo es proporcional
a la potencia de ese músculo (ley del espesor o segunda ley de Borelli y
Weber Fick»)93.
Se llama momento de fuerza a la medida de acción de rotación de
una fuerza sobre un cuerpo. El momento del vector resultante respec-
to a un punto es igual a la suma de los momentos de los vectores
componentes respecto a ese mismo punto (teorema de VARIGNON): en
cambio, momento de inercia es la medida de la oposición —resisten-
cia— de un cuerpo al ponerse en movimiento de rotación.
El momento de fuerza (MF), con respecto a un punto O, resulta del
producto del vector de posición (r) por la fuerza desarrollada (F) por el
seno del ángulo formado por ambos componentes.
MF = r F seny(l)
sen y = d/r, y, en este caso, d/r = cos x, de modo que:

93
Textos entrecomillados tomados de LAPIERRE, O.C, págs. 37 y 38.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 89

MF = r F cos x (2)
pero r cos x = d, lo que sustituido en la fórmula (2) da lugar a lo si-
guiente:
MF = Fd

Cuando las fuerzas aplicadas sobre un cuerpo intentan provocar


un efecto —fuerzas aceleratrices— otras intentan contrarrestarlo,
oponiéndose al mismo —fuerzas retardatrices—. Unas y otras, a su
vez, pueden obrar de forma instantánea —fuerzas instantáneas— o
bien, en tanto que el movimiento se está produciendo —fuerzas conti-
nuas— (hay que aclarar que no se trata de dos tipos de fuerzas distin-
tas, sino de dos modos de acción distintos). A partir de la ecuación
señalada, F = m . a, según predomine el componente m o a se habla
de fuerza pura (vencer una resistencia) o fuerza velocidad (donde lo
importante es el desplazamiento, mientras que la resistencia suele per-
manecer invariable)94.
Actuando dos fuerzas sobre un mismo punto y neutralizado su
efecto, el estado de reposo o de movimiento del cuerpo afectado no
sufre alteraciones, lo que determina un equilibrio estático. La medi-
ción estática de las fuerzas puede realizarse con instrumentos especia-
les al uso, llamados dinamómetros, que, entre otros campos, conocen
su aplicación en la clínica (ejemplos: dinamómetro de resorte, de aga-
rre, de levantamiento; junto a ello, la tecnología computarizada ofrece
en la actualidad varias posibilidades), técnicas que permiten determi-
nar la fuerza muscular absoluta, que algunos autores estiman que en
las mujeres es de un 70-72 % de los sujetos varones95. Puede suceder,
también, que, actuando varias fuerzas sobre un cuerpo, al no produ-
cirse el equilibrio, una de ellas tienda a predominar sobre las demás, a
lo que se llama resultante (esto es, la que surge de los otros componen-
tes de fuerzas). Pero la unidad morfológica funcional, que es la estruc-
tura orgánica, en toda su arquitectura, obliga a que clínicamente y,
también, biomecánicamente, se estudie como un conjunto indivisible,

94
Fucci, S. y B E G N IN I , M., O . C , pág. 66 y ss.
95
W I L L I A M D. M C A R D L E , K R A N K I. K A I C H y V Í C T O R L. K A T C H ., en: Fisiología del
ejercicio (Energía, nutrición y rendimiento humano), pág. 401 y 402. Alianza Editorial,
S. A., Madrid, 1990.
90 ERGONOMÍA BÁSICA

tanto que, recuerda HERNÁNDEZ CORVO % «toda fuerza o carga aplicada


sobre un cuerpo hay que analizarla bajo los aspectos de incidencia,
asimilación, distribución y traslación». Quiere decir esto, también,
que, ante la existencia de una anomalía «in situ» (extensivamente,
lesión), sus consecuencias han de ser estudiadas siguiendo ese orden
secuencial, tal que: «la fuerza o carga incide y es analizada positiva o
negativamente —asimilada o rechazada—; la asimilada es distribuida
en función de la magnitud del incidente, provocando la descomposi-
ción asimilativa; la distribuida, descompuesta, es trasladada a otros
sectores del organismo, promoviendo nuevas distribuciones, descom-
pensaciones y traslaciones que concluyen con la asimilación de una
parte de la carga y la traslación del resto».
Lo anterior permite entender la interrelación e interactuación que
supone el sistema articular y músculo-esquelético, tanto que, ante pa-
tologías presentes en un determinado nivel, será preciso, igualmente,
buscar otros focos nosológicos, de sufrimiento, y así, por ejemplo, ante
una lesión en una rodilla, se ha de examinar no sólo esta y su simétri-
ca, sino, también, su incidencia en las caderas y en el raquis dorsolum-
bar. Una lesión lumbar, a veces, produce manifestaciones en partes
aparentemente tan alejadas como puede ser el segmento cervical, sien-
do a este nivel el único foco de referencia del paciente.
Presión es la fuerza aplicada por unidad de superficie (y responde a
la fórmula, P = F/s); se comprende que, a medida que aumenta la
superficie, la presión disminuye ante una misma fuerza. En el organis-
mo se producen presiones considerables, aun a partir de esfuerzos que
puedan parecer pequeños, como sucede en los discos intervertebrales,
variando, a su vez, en atención a la longitud de los brazos, de palanca;
de ahí la importancia que tiene en el levantamiento de cargas adoptar
la posición higiénica adecuada, así como otro tanto hay que decir para
la posición de sentado.
Trabajo es el resultado de aplicar una fuerza sobre un punto que se
mueve en el espacio (T = F • e); si el punto se desplaza en la misma
dirección y sentido que la fuerza se dice que se trata de una fuerza
motora (y que su trabajo es positivo); si la fuerza se aplica en la misma
dirección, pero en sentido contrario al desplazamiento del punto, la
fuerza se llama resistente (y su trabajo es negativo: T = - F • e).

96
HERNÁNDEZ CORVO, R., Morfología funcional deportiva, pág. 85, Editorial Paido-
trivo, S. A., Barcelona.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 91

Cuando el traslado rectilíneo del punto no está en la misma dirección


de la fuerza, el trabajo es el producto de la fuerza por el camino
recorrido y por el conseno del ángulo que forman las dos direcciones
(T = F . e cos X; el trabajo es positivo o negativo según ese ángulo sea
agudo u obtuso, respectivamente).
A la vista de la fórmula, «si no hay desplazamiento, el trabajo se
reduce a cero. Sin embargo, cada persona conoce el cansancio de los
músculos del brazo y del hombro si mantiene inmóvil el brazo exten-
dido con una pesa. De un modo completamente análogo se cansan los
músculos de la espalda y de la región lumbar, si sobre la espalda del
hombre sentado se coloca una carga. En ambos casos la carga es inmó-
vil y no se produce trabajo. No obstante, el cansancio testimonia que
los músculos realizan un trabajo. Semejante trabajo lleva el nombre
de trabajo estático de los músculos. Pero, en realidad, no existe estáti-
ca (inmovilidad) en la forma como lo entiende la mecánica. Lo que,
de hecho, tiene lugar son muy pequeñas y frecuentes contracciones y
relajaciones imperceptibles para el ojo humano, realizándose, en este
caso, el trabajo en contra de las fuerzas de la gravedad. Así pues, el
trabajo estático del hombre representa en la realidad el trabajo diná-
mico corriente»91.
(«La eficacia mecánica del trabajo —ME—, expresada porcentual-
mente, es el cociente entre el trabajo externo realizado —W—, expre-
sado en unidades de energía, y la producción adicional de energía, tal
que:
W . 100
ME x
E-e

en donde —E— representa la producción bruta de energía y —e— es


el índice metabólico en reposo expresado en unidades de energía»)98.
Potencia es el trabajo realizado en la unidad de tiempo (P = T/t;
sustituyendo, resulta: P = F . e/t; de donde, al ser la relación e/t igual
a la velocidad, P = F . v. Ahora bien, puesta así la fórmula, hay que
distinguir entre velocidad y rapidez; «la velocidad estima la relación
espacio-tiempo, por tanto, consiste en la capacidad de un individuo

97
A. R E M I Z O V , O . C , pág. 125.
98
R ODAHL , K., en: Enciclopedia de Salud y Seguridad en el Trabajo, vol. III,
pág. 2.448, edición española de 1989, o.c.
92 ERGONOMÍA BÁSICA

para desplazarse de un lugar a otro en el menor tiempo posible; de ahí


que (fisiológicamente) interese la motricidad en general; por el contra-
rio, la rapidez va ligada a la motricidad en particular (segmentaria o
sectorial)» 99. La potencia de trabajo de un individuo va ligada a su
capacidad de resistencia, dependiendo, en especial, a su vez, de su
capacidad de adaptación cardiorrespiratoria y metabólica para hacer
frente a las demandas energéticas en cada caso, de una parte, y, de
otra, del grado de integridad de las estructuras puestas en juego (arti-
culares, musculoesqueléticas, etc.).
Palanca: se define como tal una barra rígida (recta-curva) que se
mueve sobre un punto fijo que sirve de apoyo, junto a otros dos pun-
tos en donde se aplican, de un lado, la fuerza llamada potencia y, de
otro, la resistencia. Su finalidad es incrementar la fuerza o el movi-
miento. Clásicamente se ordenan en tres géneros:
Palanca de primer género: el punto de apoyo se sitúa entre la fuer-
za y la resistencia. Ejemplo: «la acción de tríceps braquial sobre el
cubito, cuando el brazo está por encima de la cabeza».

Palanca de segundo género: la resistencia se encuentra entre el


punto de apoyo y la fuerza. Ej.: «la acción de los flexores plantares
intentando vencer la gravedad —posición sobre la punta de los
pies—, sirviendo la articulación metatarso-falángica de punto de
apoyo».

Palanca de tercer género: la fuerza se encuentra entre el punto de


apoyo y la resistencia. Ej.: «la acción del bíceps braquial sobre el ante-
brazo» 10°.

99
Fucci y BENIGNI, O.C.
100
Ejemplos tomados de la obra Biomecanique du mouvement humain, págs. 53 y
54, o.c.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 93

Anatómicamente, REMIZOV I01 distingue entre «palancas de fuerza


—en las que la ganancia de fuerza es a costa de una pérdida de despla-
zamiento— y palancas de velocidad —perdiendo fuerza se gana velo-
cidad de desplazamiento—. Buen ejemplo de palanca de velocidad es
el maxilar inferior: la fuerza antagonista, o sea, la resistencia de los
alimentos aplastados, actúa sobre los dientes; la fuerza efectiva se rea-
liza por el músculo masetero. El brazo de fuerza efectiva es mucho
más corto que las fuerzas antagonistas, por cuya razón, el músculo
masetero es corto y fuerte. Cuando el hombre ha de cascar algo duro
utiliza las muelas, en cuyo caso disminuye el brazo de la fuerza de re-
sistencia».

Movimiento humano: aspectos biomecánicos


El movimiento, en general, se definió como el cambio continuo de
posiciones de un cuerpo bajo el influjo de una fuerza. El movimiento
humano determina un cambio de postura, y supone un cambio de
posición en el espacio y en el tiempo; se diferencia de la postura en
que esta viene dada por el mantenimiento de una posición durante un
tiempo más o menos prolongado.
Este mismo movimiento animal responde a muy variadas posibili-
dades, con gran diversidad y riqueza de matices, obedeciendo a un
complejo organizativo que reside en el cerebro y en el sistema nervio-
so, con innumerables interconexiones e interdependencias, de modo
que el movimiento mecánico en los seres vivos adopta ciertas particu-
laridades que responden a su constitución biológica y, en el hombre,
«la actividad motora se realiza en forma de acciones motoras organi-
zadas mediante movimientos interrelacionados (sistemas de movi-
mientos)» 102. Si la estática supone el reposo de un cuerpo, en el movi-
miento sucede lo contrario; ahora bien, también ocurre que, en
determinados casos, aunque, grosso modo, el movimiento sea imper-
ceptible, existe una dinámica constante bajo la acción e interacción
funcional de diversas estructuras, como es el caso de la postura bípeda,
la cual resulta «no de un equilibrio en el sentido físico del término,
sino de un desequilibrio permanente, constantemente compensado»

101
REMIZOV, O.C, págs. 123 y 124.
102
DONSKOI, D. y ZATSIORSKI, C, Biomecánica de los ejercicios físicos, pág. 13.
Editorial RADUGA, Moscú, 1988.
94 ERGONOMÍA BÁSICA

(LAPIERRE) l03, con la participación de un conjunto de excitaciones


reflexógenas, a través de un complejo neurológico inconsciente, entre
las que destacan «las laberínticas, las propioceptivas, las estereocepti-
vas y las visuales» 104.
También en los seres vivos el movimiento mecánico se pone de
manifiesto por:
1. Desplazamiento de todo el biosistema con respecto a su entorno
(medio, apoyo, cuerpos físicos).
2. La deformación del biosistema en sí mismo, o sea, el desplaza
miento de algunas partes respecto a otras» 105, lo que explica la redis-
tribución de pesos y cargas antes aludida. Y, al respecto, conviene
tener en cuenta la Ley de Steindler, pues «la resistencia del tejido
óseo a las fuerzas de presión es menor en situaciones dinámicas, ya
que la magnitud de fuerza se ve incrementada por un nuevo factor,
proporcional a la masa del cuerpo y al cuadrado de la velocidad con
que se efectúa ese movimiento» 106.
Al movimiento humano muchas veces se alude con el nombre de
«destrezas motoras» que, a su vez, pueden ser groseras y sutiles. Las
primeras suponen una intervención de grandes músculos del organis-
mo, relacionadas con actividades de tipo postural y de transporte. Las
destrezas motoras sutiles son de índole manipuladora e implican mo-
vimientos menos activos, pero con una mayor precisión y cualidad
sensitiva. Sin embargo, la mayoría de destrezas sutiles tienen lugar en
el marco genérico de las destrezas groseras de postura y transporte. Al
mismo tiempo, éstas incluyen ciertos componentes motores sutiles.
Por consiguiente, las destrezas motoras forman un espectro continuo
donde los dos extremos son los movimientos groseros y sutiles, respec-
tivamente» l07.
La acción motriz gobernada por el sistema nervioso provoca la
excitación y la contracción de las fibras musculares, las cuales, a su
vez, tienen un soporte orgánico esencial en el aparato constituido por

103
LAPIERRE, O.C, pág. 184.
104
DA FONSECA, V., Ontogénesis y motricidad, pág. 113. G. Núñez, Editor, S. A.,
Madrid, 1988.
105
D O N S K O I , D. y Z A T S I O R S K I , V., o.c, pág. 12.
106
En cita de HERNÁDEZ GÓMEZ, O.C, pág. 14.
107
B A R R O W H A R O L D , M . y B R O W N J A N I E , P . H o m b r e y m o v i m i e n t o , p ág s . 4 9 y 5 0 ,
ediciones DOYMA, Barcelona, 1992.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 95

los huesos y las articulaciones. Es esencial que en el conjunto múscu-


lo-esquelético se consiga la adecuada flexibilidad y coordinación para
que el sistema cumpla y alcance el cometido para el que fue creado,
tanto en una actitud estática como en su proyección para el desarrollo
de funciones dinámicas, dentro de un esquema de actuación de
fuerzas.
De lo anterior conviene recordar estos conceptos: flexibilidad, o
«capacidad de un músculo para alcanzar la longitud óptima, de mane-
ra que permita expresar por completo sus posibilidades de fuerza; vie-
ne ligada a la movilidad articular, o capacidad de un segmento óseo
para efectuar el máximo desplazamiento permitido por la articulación
que lo incluye» l08; coordinación, o «la capacidad para realizar un acto
más o menos complejo que resulta de un conjunto de movimientos
singulares, controlados en intensidad, sucesión y dirección» 109; esque-
ma según WILLIAMS, LISSNER y Le VEAU 110, se define como «la repre-
sentación de las particularidades oportunas de un cuerpo con el
localizar las fuerzas que actúan sobre él». En la persona humana, un
esquema de actitud conecta con «la representación más o menos cons-
ciente de la posición de diversos elementos de su cuerpo que permiten
el equilibrio postural» '".
Desde el punto de vista cinesiológico (cinesiología, o ciencia en-
cargada de estudiar el movimiento), en la coordinación músculo-
articular HERNÁNDEZ GÓMEZ "2, distingue, de una parte, el efecto tras-
lativo y, de otra, el componente rotativo; y dice: «en general, todos los
actos de la actividad motora están integradas por la combinación de
ambos —suma del efecto traslativo con el rotativo—, lo que explica
que se puedan alcanzar esquemas de gran complejidad, que, a su vez,

108
Fucci, S. y BENIGNI, M., O.C, págs. 66 y 70.
109
Déla misma procedencia que la anterior. En fisiología, coordinación quiere
decir cooperación armoniosa de diversos músculos para la realización de un movi
miento; junto al concepto de coordinación no hay que olvidar el de ritmo, u orden y
proporción que guardan en el tiempo la sucesión de movimientos.
110
Biomecanique du mouvement humain, pág. 240, Decarie Editeur, Quebec (Ca
nadá), 1986.
111
VAYER, PIERRE, El diálogo corporal, pág. 203, Editorial Científico-Médica, Bar-
celona, 1972, siendo el esquema corporal, según el mismo VAYER, «la organización de
las sensaciones relativas al propio cuerpo en conexión con los datos del mundo exterior
(utilización de la imagen del cuerpo)».
112
O.c, págs. 21 y 22.
96 ERGONOMÍA BÁSICA

permiten una gran riqueza y perfeccionamiento de movimientos por


parte del aparato locomotor».
La coordinación resulta de tres cualidades neuromusculares, que
los citados Fucci y BENIGNI concretan así:
1. Sensibilidad profunda o facultad para conocer la posición de los
segmentos corporales con respecto al espacio circundante.
2. Temporización de la ejecución o capacidad para producir un
estímulo nervioso y, por tanto, su —intervención— con la justa inten-
sidad y exacta sucesión temporal.
3. Inteligencia motora, o capacidad para entender la cinemática
del movimiento para realizarlo de forma exacta, y en el tiempo más
corto.
La multitud de movimientos que la acción muscular puede pro-
yectar sobre los componentes articulares hace necesario considerar los
conceptos de par biocinéticos y de cadena cinética que, en su origen
(pares y cadenas), han sido extraídos de la física mecánica para ahora
ser adaptados a la biología humana.
Un par biocinético, es «la unión móvil (cinemática) de dos miem-
bros óseos, en la que las posibilidades de los movimientos están deter-
minadas por la estructura de esa unión y por la influencia de dirección
de los músculos» "3. Las características del par biocinético son las que
confieren a la articulación sus posibilidades de movimiento, o grados
de «libertad de movimiento», que se han de referir a cada uno de los
tres planos del espacio (sagital, transverso y frontal), de tal modo que
cada uno de esos planos representa un grado cinético (o un grado de
libertad de movimiento).
En el gráfico adjunto se representan los ejes y movimientos en los
tres planos referidos que, en síntesis, se describen así:
1. En el plano Sagital se dan los movimientos de flexión y estén-
sión (sobre el eje transversal).
2. En el plano Frontal se dan los movimientos de separación y
aproximación (sobre el eje sagital);
3. En el plano Transversal se dan los movimientos de rotación ex-
terna-interna (sobre el eje frontal).

113
DONSKOI, D. y ZATSIORSKI, O.C, pág. 51.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 97

No todas las articulaciones gozan de la misma riqueza de movi-


mientos en cuanto a grados cinéticos, esto es, e insistiendo en ello, no
todas pueden desplazarse en los tres planos del espacio, pues ante la

Ejes de movimientos: sagital, frontal, transversal. Proyecciones articulares corporales. (To-


mada de HERNÁNDEZ CORVO, ROBERTO , Morfología funcional deportiva, o.c., pág. 63.)
98 ERGONOMÍA BÁSICA

Representación de ejes y movimientos en los tres planos.

Eje Sagital: permite el desplazamiento de una estructura sobre el plano frontal. Sus fases de
movimiento son: abducción = separación; aducción = aproximación; flexión lateroderecha y
lateroizquierda.
Eje Transversal: permite el desplazamiento sobre el plano sagital. Sus fases de movimiento
son: flexión = movimiento que disminuye el valor angular en una relación articular; exten-
sión = movimiento que aumenta el valor angular de una relación articular hasta su total
apertura y que tenga una limitante ósea.
Eje Vertical: permite el desplazamiento sobre el plano transversal. Fases de movimiento:
rotación, interna y externa, (texto y gráfico según HERNÁNDEZ CORVO, ROBER. Morfología
Funcional deportiva, o.c, págs. 62 y 64).

articulación escapulohumeral (que sí puede proyectarse en los tres


planos) está el tobillo (que sólo lo hace en el plano sagital —flexión-
extensión—, y, por lo tanto, sólo tiene un grado cinético.
En la siguiente tabla, según notas tomadas de HERNÁNDEZ GÓMEZ,
se indican los grados cinéticos de que disponen las principales articula-
ciones
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 99

* Recalca el autor la necesidad de que «la movilidad raquídea ha de ser considerada


en su conjunto y no como una suma de movilidades».
* «La capacidad móvil es muy escasa para este último», aunque, «por escasa que
sea la amplitud articular en el plano correspondiente, se admite la existencia del grado
cinético».

La unión de los pares cinéticos entre sí da lugar a la Cadena cinéti-


ca o a «la combinación de articulaciones dispuestas sucesivamente
constituyendo una unidad motora compleja» (STEINDLER) "4; se pue-
den clasificar en tres tipos:
a) Cadena cinética abierta: cuando la resistencia que encuentra en
su posición distal puede ser vencida (con lo cual se realiza un movi-
miento).

114
Notas y definiciones tomadas de HERNÁNDEZ GÓMEZ, O.C, págs. 19 y 20, edita
INSERSO, Madrid, 1987.
100 ERGONOMÍA BÁSICA

b) Cadena cinética cerrada: aquella que encuentra una resistencia


periférica que no se puede vencer (por lo cual no se llega a producir
movimiento).
c) Cadena cinética abierta invertida: cuando la resistencia que se
pretende vencer, al no ser superada, desplaza al accionante hacia
aquella (ejemplo: sujeto suspendido de una barra colgante del techo,
que, teóricamente, trataría de descenderla).

Gestos profesionales
En general, los movimientos determinan gestos y la concatenación
de estos, a su vez, se puede concretar en actos. Las actividades ligadas
al trabajo, en especial aquellas de tipo manual, involucran gran canti-
dad de movimientos, susceptibles de ser descompuestos, al menos en
una descripción teórica, en unidades más elementales. Si tal trata-
miento singular se sigue correspondiendo con una conducta encauza-
da a la consecución de un fin dentro del contexto operativo del proce-
so de trabajo, se estará ante un gesto profesional. Al gesto se le ha de
exigir «eficacia y economía» "\ esto es, eficiencia.
El gesto constituye un vehículo del lenguaje corporal, siendo aquel
un mecanismo de comunicación frente a terceros ajeno a la palabra.
Ahora bien, junto a las señales dinámicas (dentro de las cuales se
catalogarían los gestos) tampoco hay que olvidar las de tipo estático,
como son la complexión, el aspecto físico y, en concreto, los distintos
tipos constitucionales (pígnico, asténico, atlético), pues también cana-
lizan un mensaje en forma de lenguaje corporal.
Los gestos, siguiendo a NATHALI PACOUT 116, pueden ser innatos o
adquiridos. Los adquiridos se pueden dar por mimetismo o aprendiza-
je. En cualquier caso constituyen un mecanismo de comunicación,
pudiendo dar a entender confianza, agresividad, aceptación, interés,
preocupación, concentración, reflexión, etc., con sus respectivas ver-
tientes negativas. Pueden interesar a la postura en general, a las extre-
midades (superiores e inferiores), a la cabeza y a la cara, produciéndo-
se con o sin medios accesorios; en otro orden, añade PACOUT, se puede
distinguir entre gestos simbólicos, gestos calculados, gestos de autopro-
tección, con o sin referencias profesionales. En torno al gesto se abren
115
GENDRIER, MICHEL, L'ergomotrice, pág. 17, Press Universitaires de Grenoble,
Francia, 1988.
116
PACOUT, N., Le langage des gestes. Marabut, Alleur (Belgique), 1991.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 101

enormes posibilidades de estudio, siendo FRANÇOIS SULCER quien ha


propuesto el término de «Gestología», o ciencia del estudio y análisis
del gesto, proponiendo dos métodos de investigación:
a) Observación abierta (o de carácter general).
b) Observación cerrada, buscando índices específicos, pretendien-
do confirmar o negar hipótesis de partida.
Aplicando al caso la clasificación de KLEINPAUL 117, sobre los sig-
nos del lenguaje corporal, se pueden distingur tres tipos de categorías
en relación con los gestos:
1. «Comunicación sin intención de comunicar y sin cambio de
ideas.»
2. «Comunicación con intención de comunicar y sin cambio de
ideas.»
3. «Comunicación con intención de comunicar y con cambio de
ideas.»
De cualquier modo, «la observación de los gestos —y los juegos
mímicos— permite deducir discordancias y contradicciones, expresio-
nes de conflictos internos» "8.
Particular interés tienen los gestos que interesan a las extremidades
superiores, con inclusión de ambas manos, en donde, pretendiendo
eficacia, «la actividad motriz ha de estar armoniosamente distribuida
con la existencia de una coordinación para obtener un resultado preci-
so, que hace del gesto profesional un movimiento dirigido» "9, en
dicha actividad, junto a la importancia que, evidentemente, hay que
conceder a músculos, huesos y articulaciones (además de a la perfecta
integridad de las estructuras nerviosas que gobiernan la motricidad y
sensibilidad) no hay que olvidar el papel de los envoltorios tisulares
(fascias) de las partes comprometidas 12°, puesto que, para su adapta-
ción ante el requerimiento del gesto, han de tener un alto grado de
fluidez y flexibilidad.

117
Según referencia de LE BOULCH, JEAN en, Vers une Sciencie du mouvemant
humain, pág. 86, Les editions E.S.F., París, 1987.
118
O.c, anteriormente, pág. 81.
119
SCHERRER y cols., o.c, pág. 78-
120
Con respecto a esta cuestión, es interesante la obra Economie du geste, fascias et
mouvement, de PATRICK GERMAIN, París, 1989.
102 ERGONOMÍA BÁSICA

En su integridad anatómico-funcional, la mano, resumidamente


l21
, deben reunir tres propiedades esenciales: habilidad, fuerza y sen-
sibilidad, sin olvidar tampoco el valor estético que la mano tiene (a
evaluar en determinados casos). Estáticamente es importante observar
la llamada posición de función de la mano, que ha de partir de la
disposición del antebrazo en un estado intermedio entre la pronación
y la supinación y, ahí, que disponga de una flexión dorsal de 20° sobre
la muñeca y una desviación cubital de 10°, estando el pulgar en semio-
posición y ligera flexión, posición ideal para la inmovilización de la
extremidad, ya que con ella se consigue una máxima relajación de
músculos y ligamentos. La mano, entendida como útil manual, puede
funcionar como cuatro herramientas fundamentales: pinza, aro, gan-
cho y puño (como percutor).
En un análisis pormenorizado, los movimientos pueden ser desglo-
sados en micromovimientos. Fue esto, precisamente, lo que se le ocu-
rrió a GILBRETH (1868-1924) 122, quien valiéndose de la incipiente ci-
nematografía, filmó los movimientos propios de diferentes tareas y
actividades laborales, y registrando sus observaciones por medio de un
ciclógrafo y cronociclógrafo, llegó a la conclusión de que cualquier
operación, por compleja que fuese, resultaba de la combinación repe-
tida de 17 micromovimientos básicos, o microelementos cinéticos, que
denominó como therbligs, ideando, también, para su contabilización,
el wink o microelemento cronológico (equivalente a un dosmilavo de
minuto), lo que, a su vez, puede ser llevado a un gráfico, anagrama de
GILBRETH (O gráficos gilbrethianos), que no son otra cosa que la repre-
sentación escrita. De esta forma, el autor citado estableció un código
consistente en recoger «actos elementales» atribuyendo a cada uno de
ellos un signo convencional; para GILBRETH toda «acción» («o movi-

121
Las anotaciones que siguen han sido tomadas de la obra de DEFILIPPIS NOVOA,
E.C., y SAGASTUME, J. M., en: Tratado de traumatología médico-legal, págs. 246 a 249,
Editorial Abaco de Rodolfo Depalma, Buenos Aires (Argentina), 1987. Los mismos
autores recuerdan que para el examen clínico de la mano es útil seguir la siguiente me-
todología:
1. Test de MOSBERG (que estudia la integridad de la mano).
2. Prueba de NEY (inervación motora).
3. Maniobra de BUNNEL (estado articular tendinoso).
122
La descripción que sigue se corresponde con anotaciones tomadas de la Enciclo-
pedia Universal Espasa-Calpe, suplemento 1957-1958, págs. 1119 y 1120.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 103

miento complejo») responde a una sucesión de «elementos de acción»


cuyo número no es infinito, sino que se reduce a 17 123.

Representación simbólica de los therbligs de Gilbreth (Referencia.

Enciclopedia Espasa-Calpe, o.c, suplemento 1957-1958, pág. 1.118).

123
MUCCHIELLI ROGER, L'étude des postes de travail, págs. 47 y 48, 6.a edición.
Editions E.S.F., París, 1987.
104 ERGONOMÍA BÁSICA

De sumo interés, cuando sean de aplicación, son los resultados de


las investigaciones realizadas por ARCADIO, MOULAY y CHAUVINC 124,
correspondientes a un estudio cinético global del sistema articular en
cuanto a los movimientos y límites angulares requeridos para el de-
sempeño eficaz de diferentes «gestos de la vida cotidiana», lo que
culminó con la publicación en 1973 de una obra del más alto prove-
cho en este campo.
Los referidos autores analizaron 35 de esos gestos, que en el índice
de su obra aparecen agrupados en la forma siguiente:

A) Levantarse:
1. Salir de la cama.
2. Ponerse las zapatillas.

B) Asearse en general:
3. Lavarse las manos.
4. Lavarse los dientes.
5. Lavarse la cara.
6. Lavarse los pies.
7. Afeitarse.
8. Peinarse.
9. Cortarse las uñas de los pies.

C) Vestirse:
10. Ponerse los calcetines.
11. Ponerse el calzoncillo.
12. Ponerse la camisa.
13. Ponerse los gemelos en las mangas de la camisa.
14. Ponerse la corbata.
15. Ponerse el pantalón.
16. Ponerse el cinturón.
17. Ponerse el jersey.
18. Ponerse el sujetador.

124
ARCADIO, F., MOULAY, A., y CHAUVINC, P., Gestes de la vie quotidienne, Masson,
París, 1973. Los valores de referencia de tales gestos han sido tratados informáticamente
para uso personal —M. R. JOUVENCEL, LOGICPYME, 1992— permitiendo la interrelación
rápida de las distintas tablas, manejando, según convenga, diferentes ficheros.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 105

D) Comer:
19. Servirse del cuchillo y del tenedor.
20. Servirse de una cuchara.
21. Beber.
22. Cortar el pan.

E) Conducir un automóvil:
23. Poner la llave de contacto, manejo de los mandos del table-
ro de a bordo.
24. Manejo del volante.
25. Utilización del cambio de velocidades.
26. Pedales del acelerador, embrague y freno.

LAVARSE LAS MANOS


Límites articulares del movimiento
(según ARCADIO, MOULAY y CHAUYINC)
106 ERGONOMÍA BÁSICA

F) Gestos diversos:
27. Levantarse de una silla.
28. Escribir.
29. Subir por los peldaños de una escalera.
30. Abrir y cerrar una ventana.
31. Limpiar y ponerse las gafas.
32. Sacar el reloj de la muñeca, darle cuerda y ponerlo en
hora.
33. Sonarse.
34. Abrir una puerta.
35. Telefonear.

ESCRIBIR
Límites articulares del movimiento
(según ARCADIO, MOULAY y CHAUYINC)

N. T. —Significado de las abreviaturas: Abd.: abducción; Add.: aducción; Ante.: ante-


pulsión; Ret.: retropulsión; R.E.: rotación externa; R.I.: rotación interna; Pro.: Pronación;
Sup.: supinación; F. Palmar: flexión palmar; F.D.: flexión dorsal; I.C.: inclinación cubital;
I.R.: inclinación radial; Flex. Ext.: flexo-extensión.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 107

MANEJO DEL VOLANTE DEL AUTOMÓVIL


Límites articulares del movimiento
(según ARCADIO, MOULAY y CHAUYINC)

Por su parte, HAROLD M. BARROW y J. P. BROWN I25 distinguen


entre «destrezas en general (posturas, movimientos para la realización
de procesos vitales) y destrezas especializadas, constituidas a partir de
patrones básicos, cuya interacción da lugar a patrones más complejos,
dispuestos por una cronología secuencial desencadenada por un dispo-
sitivo temporizador que es inherente al sistema nervioso. GARDNER
considera que la gama total de habilidades humanas está constituida
por un número limitado de patrones —quizá no más de 200—, aun-
que su integración puede dar lugar a un conjunto casi infinito de com-
binaciones.
Volviendo a GILBRETH, fue este el primero en enunciar, en 1923,
los Principios de la economía de los movimientos, que estableció en un
número de 20, posteriormente aumentados o disminuidos por otros

125
O.c, pág. 51.
108 ERGONOMÍA BÁSICA

investigadores, entre los que destacan BARNES, quien publicó en 1953


un estudio sobre los movimientos y tiempos de trabajo. En atención a
tal economía se indican las siguientes reglas fundamentales 126:
1. Siempre que sea posible, los movimientos de ambas manos de-
ben ser simultáneos y simétricos, con lo que se asegura un equilibrio
corporal que evita la tensión muscular provocada por los movimien-
tos asimétricos.
2. Al estudiar un nuevo método de trabajo, se debe establecer el
mayor número posible de movimientos reflejos y automáticos, me
diante la disposición adecuada de las herramientas, utillajes y materia
les que se van a manipular, con lo que la mente no se fatiga tanto. La
colocación adecuada de los elementos de trabajo debe permitir, asi-
mismo, la sucesión rítmica de los movimientos.
3. Todas las herramientas, materiales y demás elementos auxilia
res para realizar el trabajo deberán colocarse dentro del área normal
de trabajo, entendiéndose por tal la que un operario pueda abarcar sin
extender excesivamente los brazos, realizando un esfuerzo normal.
4. Deberá eximirse a las manos de todo trabajo que puedan ejecu-
tar ventajosamente los pies u otras partes del cuerpo, tales como poner
en marcha o detener una máquina mediante pedales. Se emplearán
tornillos de banco u otros elementos de sujección con el fin de dejar
las manos libres para trabajos más provechosos.
5. Si el puesto de trabajo lo permite, es preferible que el operario
trabaje sentado, combinando la altura del lugar de trabajo o mesa de
trabajo y del asiento, para que se pueda realizar alternativamente la
tarea sentado o de pie, previendo, además, cuando esta lo requiera, los
necesarios apoyos para los brazos y los pies.
6. La acción de la gravedad deberá ser aprovechada al máximo,
utilizando en lo posible los dispositivos necesarios para que los mate
riales y otros elementos auxiliares, así como las piezas terminadas, se
desplacen por gravedad, tanto para la alimentación como para la eva-
cuación de elementos del puesto de trabajo.
7. Todos los materiales y herramientas deberán tener un sitio de
almacenaje bien definido, y se deberá evitar al operario todo desplaza
miento de su puesto de trabajo, colocando en este los elementos preci-
sos antes de que se inicie la jornada de trabajo.
126
Tomados de la Enciclopedia Espasa-Calpe, suplemento 1957-1958, págs. 1.120
y 1.121.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 109

8. Se preferirán los movimientos suaves y continuos de las manos,


evitando los cambios bruscos de dirección, que siempre implican una
excesiva fijación de la atención, la que, a la larga, provoca fatiga y, elu-
diendo las detenciones bruscas de las manos que, al ponerse nuevamente
en movimiento, consumen un suplemento innecesario de energía.
A estos principios, ya entonces, se añadían otros referentes al logro
de un mínimo confort en el ambiente de trabajo (temperatura, estado
higrométrico, iluminación, ventilación, etc.) así como aquellos pensa-
dos en el diseño de las herramientas, útiles y medios de trabajo en
general, buscando facilidad en su manejo y cuanto pudiera contribuir
a ahorrar esfuerzos innecesarios y fatiga excesiva, camino que estaba
incidiendo de lleno en los aspectos sustantivos, en líneas generales, de
un auténtico hacer ergonómico. Y si la economía del gesto preocupó a
GILBRETH a principios de siglo, otros investigadores prosiguieron en la
misma línea. Ciertamente «GILBRETH creyó que lo principal de la
Ciencia del Trabajo, especialmente en el aspecto industrial, era ense-
ñar los movimientos óptimos, para cada oficio, desde el principio del
aprendizaje, valiéndose de su visión en la pantalla, primero, y en la
comprobación de los defectos del aprendiz, al contemplar su propio
record cinematográfico, después. No hay duda que en este aspecto
motor de los trabajos profesionales es de singular y casi máxima im-
portancia, pero surgía la duda de que si puede ser enfocado sólo desde
el punto de vista mecánico. Y correspondió a CHARLES MYERS el mé-
rito de evidenciar que esa duda se hallaba plenamente justificada: en
un trabajo documentado demostró que no existe prácticamente esa
"única mejor manera" —universal— de realizar un trabajo, sino que
cada persona, de acuerdo con sus peculiaridades, o "modo de ser",
requiere adoptar un "modo de hacer" que es única, mejor y propia
manera de obrar» *. (Tal apreciación se ha de conectar con los con-
ceptos ya aludidos de tarea y actividad. En 1969 habla FAVERGE de la
ergonomía gestual, como punto de partida de la investigación ergonó-
mica, investigando las actitudes y gestos ligados al trabajo en un esfuerzo
por disminuir los esfuerzos y la fatiga, con el fin, en definitiva, de facilitar
la integración del operario al ritmo impuesto por el proceso de trabajo.

* Referencia tomada de MIRA y LÓPEZ, EMILIO, en: Manual de orientación profesio-


nal, pág. 101. Editorial Kapelutsz, Buenos Aires (Argentina, 1947). Véase también La
incapacidad para el Trabajo, pág. 126, M. R. Jouvencel, J. M. Bosch editor, S. A.,
Barcelona, 1993.
110 ERGONOMÍA BÁSICA

Algunas consideraciones sobre la columna vertebral


Dentro de la patología que va ligada a los esfuerzos musculares,
especial mención merece la que afecta al raquis, pues si el trabajo
exige muchas veces posturas y requerimientos que sobrepasan los ni-
veles recomendables, también es cierto que ello toma particular reper-
cusión para el eje vertebral, provocando, en muchos casos, alteracio-
nes irreparables (como las que dañan a sus estructuras más nobles, por
ejemplo, el disco intervertebral). No obstante, tales lesiones represen-
tan una cantidad insignificante, menos del 1 %, si se comparan con
aquellas otras que alcanzan a la región lumbar cuando se derivan del
trabajo de industria, ya que la mayor parte de ellas dañan a los múscu-
los y ligamentos, dejando secuelas y cicatrices que, en definitiva, van a
restringir la capacidad funcional del paciente, debilitándolo, con lo
que la estabilidad articular del conjunto vertebral se compromete cada
vez más 127.
Por otro lado, la prevención en este campo no es fácil, sobre todo
si únicamente se realizan controles clínicos corrientes, pues ante lesio-
nes ya estructuradas, el estudio radiológico es el medio usual para
observar estas alteraciones; a tal efecto, advierte la O.M.S. que: «sólo
tienen valor en fases muy avanzadas» l28, a la vez que no existe parale-
lismo entre la clínica y la imagen radiológica, siendo el dolor 129 el
factor más orientativo, aunque topa con la dificultad que objeti-
vamente no es cuantificable (cosa que pericialmente plantea serios
problemas). Sin embargo, hoy en día las modernas técnicas de diag-
nóstico, T.A.C., y, más aún, la resonancia magnética (de mayor reso-
lutividad, en general, que la anterior, en tanto que acumula menor
porcentaje de falsos negativos) permiten un mejor conocimiento de las
lesiones del raquis, en especial las que involucran al disco interverte-
bral. De igual modo, gran utilidad presta en muchos casos la informa-
ción eléctrica muscular, recurriendo a técnica de electromiografía no
invasiva (con electrodos de superficie), lo que unido a los progresos
que brinda en la actualidad la electrónica y la informática, operando

127
S T E L L M A N , J. M . , D A U N , S . M . , E l t r ab a j o e s p e l i g ro s o p a r a l a s a l u d , p á g . 8 2 ,
Siglo XXI, editores, S. A. de C. V., México, 1986.
128
O.M.S., Detención precoz de enfermedades profesionales, pág. 264, Ginebra, 1987.
129
CAILLET, considera que el dolor es crónico cuando ha habido una persistencia del
dolor agudo e insuficiente respuesta terapéutica (o.c, pág. 41).
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 111

con un «software» adecuado, permite todo ello obtener datos de gran


interés.
Para este tipo de problemas, en cualquier caso, una buena educa-
ción postural es la mejor prevención, enseñando al trabajador a cana-
lizar adecuadamente sus capacidades, advirtiéndole de los riesgos y
peligros de actitudes incontroladas e inadecuadas, ya no sólo en activi-
dades que requieren esfuerzo, sino, también, en aquellas otras llama-
das sedentarias.
Junto a ello, no hay que olvidar las pérdidas laborales traducidas
en cifras económicas a causa de la patología vertebral, que son enor-
mes, tanto en incapacidades transitorias como en aquellas otras que
derivan hacia situaciones permanentes. Y, cierto, también, que la me-
tamorfosis del ser humano, en su lenta evolución darwiniana, en su
transformación filogenética, tiene sus costes: «su posición bípeda le
resulta excesivamente cara» (MARQUES) I3°, lo que supone, también,
que «la columna vertebral proteste cuando el hombre moderno abusa
de ella» (PASTRANA).
En la línea de la prevención, con el fin de evitar la sobrecarga
vertebral y sus nefastas consecuencias, se han organizado las «back
school» l31 (escuela de la espalda), cuya finalidad es trasmitir informa-
ción, organizando clases en forma teórica y práctica, para lograr un
mayor conocimiento y comprensión de los problemas, pretendiendo
que los asistentes tomen conciencia de la posición de su columna en
todo momento, intentando así reducir la demanda de recursos médi-
cos, sociales y económicos causados por este mal. Existen diversas
escuelas, las cuales difieren en la organización de las clases, aunque
coinciden todas ellas en la materia que transmiten. Por regla general,
se imparten cuatro clases de aproximadamente 1 hora de duración,
con periodicidad semanal, y una quinta clase recordatoria a los 6 me-
ses. Los grupos son reducidos (ocho o diez personas como máximo) y
están repartidos de forma homogénea, según la ocupación laboral. (En
la primera clase se hace una exposición sencilla, dirigida a profanos,
explicando los fundamentos de la anatomía, la fisiología y la fisiopato-
logía de la columna vertebral; en la segunda clase se revisan las postu-
ras y actitudes que habitualmente toman los pacientes, y se les expli-

130
O.c. (prólogo).
131
Notas tomadas de Monografías Médicas JANO, vol. 4, n.° 3 marzo, 1990. Según
C. OLLE SOLÉ, M. T. VÁZQUEZ VENTURA, M. L., CATASUS CLAVE y R. ROTLLANT SOLA.
112 ERGONOMÍA BÁSICA

Posturas y actitudes revisadas en el «back school». (Ref. Monografías Médicas JANO,


Vol. 4, n.°3, marzo 1990).

can las posturas que deben evitar, indicándoles cómo deben protegerse
en el manejo de pesos y en la realización de movimientos incidiendo,
también, en la teoría de la presión intradiscal; en la tercera exposición
se hacen indicaciones prácticas acerca de la presión intradiscal, ense-
ñando a los asistentes las posturas correctas que deben adoptar en su
vida diaria; en la cuarta clase se revisarán las actividades y posturas de
su trabajo y ocio, tratando de reeducarles en todo aquello que pueda
serles pernicioso. Al cabo de 6 meses se hará un test con el fin de
evaluar los beneficios obtenidos, así como un recordatorio de lo ense-
ñado.)
En su constitución, el raquis lo integran 24 elementos óseos, al lado
de otras estructuras, de forma superpuesta 132, de forma tal que existen
132
HERNÁNDEZ GÓMEZ (O.C, pág. 219) describe que la columna vertebral muy bien se
puede entender como complejo de unidades elementales, con una serie de apoyos
sucesivos que se corresponden con un entramado de vigas horizontales dispuestas
sobre apoyos laterales; «cada viga es una vértebra», «los apoyos, uno a cada lado, son
las articulaciones apofisarias»; se refiere a continuación al caso de la escoliosis, en que
falla un apoyo lateral, lo que daría lugar a que se le compare, utilizando la terminología
arquitectónica, con una «viga en voladizo» (que obliga a la «viga vertebral» a mante-
nerse sobre el apoyo restante).
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 113

7 vértebras cervicales (que corresponden al cuello), 12 dorsales (que


sostienen las costillas) y 5 vértebras lumbares; además, en esta descrip-
ción, de arriba a abajo, hay que añadir 5 vértebras sacras (soldadas
entre sí) que se incluyen en los huesos ilíacos (formando la parte pos-
terior de la cintura pélvica) y, finalmente, el cóccix (constituido, como
promedio, por 4 piezas, pudiendo oscilar entre 3 y 5).

Nomenclatura clásica para la descripción del raquis óseo. (Ref. Defilipppies Novoa, E. y
Sagastume, M. J., Tratado de traumatología médica legal, pág. 352. Editorial D Abaco de
Rofolfo Depalma. Buenos Aires, 1987).
114 ERGONOMÍA BÁSICA

Entre las vértebras, salvo en el conjunto sacro y coccígeo (cuyas


piezas vienen soldadas entre sí), se intercalan discos elásticos, lo que
permite la flexibilidad del raquis.
Frente a la nomenclatura clásica con la que se conoce a la división
de la columna vertebral (esto es, atendiendo a los segmentos cervical,
dorsal y lumbar, con la región sacro coccígea), considerando que la
biomecánica del raquis exige que su interpretación discurra por los
cauces de la funcionalidad basada en la relación del ser humano con el
medio que le rodea, algunos autores han propuesto que, persiguiendo
tal fin, el raquis se organice por sectores, respondiendo a criterios de
índole operativo; así HERNÁNDEZ CORVO l33 describe las siguientes
partes:
1. Sector óculo-vestibulocefalógiro: hueso occipital, vértebras atlas
y axis;
2. Sector cervical: tercera cervical actual hasta la segunda torácica
actual. Se incluyen la primera y la segunda costillas y el manubrio es-
ternal.
3. Sector primo: tercera vértebra torácica actual hasta la octava
torácica actual. Se incluyen las unidades funcionales de la dinámica
ventilatoria *.
4. Resorte bípedo: novena vértebra torácica actual hasta el cóccix.
Se incluyen el resto de los arcos costales. Se conforma el ángulo bípe-
do lumbo-sacro.
De ahí, en atención al que se acaba de denominar resorte bípedo, la
importancia que se debe conceder, en la movilidad dorso-lumbar, al
tercio inferior de la tradicionalmente conocida como región dorsal,
puesto que, en una interpretación funcional, forma un todo con el
raquis lumbo-sacro. A tal efecto, hay que recordar, también, que el
balance funcional de la movilidad dorsolumbar ha de hacerse de for-
ma unitaria y en este sentido DECOUX y RAZEMON 134 hacen las si-
guientes estimaciones:

133
HERNÁNDEZ CORVO, R. Morfología funcional deportiva, págs. 106 y 107, Edito
rial Paidotrivo, Barcelona, 1989.
* Al efecto conviene recordar que «la respiración es un acto articular más que
muscular” (TISIE).
134
En: Manual de traumatología clínica, págs. 132 y 133. Toray-Masson, Barcelo-
na, 1965.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 115

Flexión dorsolumbar, participan 1/3 del raquis dorsal y 2/3 R.


lumbar.
Lateralización dorsolumbar, participan 1/2 del raquis dorsal y 1/2
R. lumbar.
Rotaciones dorsolumbar, participan 2/3 del raquis dorsal y 1/3 R.
lumbar.
Es obvio que la movilidad dorsolumbar contemplada en los apar-
tados que se acaban de reflejar sólo tiene un valor meramente exposi-

Criterios de organización de la columna en sectores funcionales. (Según HERNÁNDEZ


CORVO, R.).
116 ERGONOMÍA BÁSICA

tivo, pues, en la práctica, tales desplazamientos parciales constituyen


un todo unitario, formando cadenas cinéticas sucesivas que, en el suje-
to, en su precisión funcional, no pueden ser separadas como elemen-
tos aislados, sino que forman un todo en el que las partes accionan e
interaccionan entre sí.
Dentro del aludido resorte bípedo, determinadas vértebras o nive-
les vertebrales, por su especial ubicación en el edificio raquídeo y por
la misión que deben cumplir, merecen una singular consideración,
como son la duodécima vértebra dorsal, la tercera lumbar y la charne-
la lumbosacra. En conexión con ello K APANDJI l35 anota lo que
sigue:
«La duodécima vértebra dorsal (DI2) constituye el punto de infle-
xión entre la cifosis y la lordosis lumbar. Se trata de una vértebra
charnela cuyo cuerpo vertebral es relativamente importante en rela-
ción al arco posterior, por detrás del cual los músculos de los canales
pasan formando un puente, sin tomar inserciones notables en él. DEL-
MAS la parangona con una verdadera rótula vertebral.»
«El papel de la tercera vértebra lumbar (L3) apenas está comenzan-
do a comprenderse. Esta vértebra posee, de hecho, un arco posterior
más desarrollado, que sirve de relevo muscular entre los haces lumba-
res del dorsal ancho procedentes del hueso ilíaco, que se insertan en
las apófisis transversas de L3, por una parte, y por otra remonta hacia
el raquis dorsal los haces del espinoso dorsal, cuya inserción más baja
se sitúa exactamente en la espinosa de L3. Así, los músculos con inser-
ción sacroilíaca impulsan fuertemente a la tercera lumbar hacia atrás
para que sirva de punto de apoyo a los músculos dorsales; por lo tanto,
desempeña un papel esencial en la estática vertebral, tanto más puesto
que está situada en el vértice de la lordosis lumbar y que sus caras son
paralelas y horizontales entre sí.»
«La quinta vértebra lumbar (L5), con su carácter cuneiforme, ha
de realizar la transición entre el sacro —más o menos horizontal— y
el raquis vertical. La charnela lumbosacra representa un punto débil
en el edificio raquídeo; en razón a la inclinación de la cara superior de
la primera sacra, el cuerpo de la quinta lumbar tiende a escurrirse
hacia abajo y hacia adelante»; a esto hay que añadir que «el disco

135
KAPANDJI, I. A. Cuadernos de fisiología articular, págs. 88 y 96, Masson, S. A.,
Barcelona, 1983.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 117

lumbosacro soporta, en condiciones normales 2/3 del peso del tron-


co». Y, respecto al reparto de la flexión, en el raquis lumbar, CAI-
136
LLET señala que L5-S1 participa en el 60-75% (L4-L5 20-25%,
mientras que los niveles comprendidos entre L1-L2, L2-L3 y L3-L4 lo
hacen entre el 5 y el 10 %).
Curvaturas vertebrales: observando el raquis en su conjunto, en
primer término, se puede apreciar que en el alineamiento de las vérte-
bras se dibujan, en condiciones normales, varias curvaturas y, en con-
creto, en los siguientes niveles:
1. Curvatura cervical (punto de inflexión sexta y séptima cervical).
2. Curvatura dorsal (quinta y sexta dorsal).
3. Curvatura lumbar (tercera y cuarta lumbar).
4. Curvatura sacra.
Se llama índice de curvatura (I) del raquis, a la relación entre su
altura (H) y su longitud (L) tal que: I = H/L, de modo que cuanto
más acentuadas son las curvaturas, H disminuye en esa proporción y
menor es el índice l37 (L se mide en el cóccix hasta el atlas por la parte
anterior de los cuerpos vertebrales). DELMAS, atendiendo al índice de
curvatura, clasificó los tipos de columna en tres grandes grupos:
1. Con índice menor de 95 (o columnas con curvaturas muy acen-
tuadas, con sacro muy móvil, siendo los puntos de máxima inflexión
L2 ó L3, D5 ó D6 y C5 ó C6).
2. índice mayor de 95 y menor de 96 (con valor medio 95,5), con
puntos de máxima curvatura L3 ó L4, DIO y C6 ó C7.
3. Columnas con curvaturas borradas, índice mayor de 96, con
sacro poco móvil, siendo los puntos de máxima curvatura L4, DIO y
C6 ó C7 l38.
La finalidad de las curvaturas vertebrales es comunicar al raquis
una mayor resistencia y elasticidad; su eficacia es tal que su disposi-
ción hace de la columna 17 veces más resistente que si careciese de las
mismas IM, lo que se comprende en atención a la siguiente fórmula:
R = n2 + 1 (siendo n el número de curvas).

136
CAILLET, R., Les lombalgies, pág. 33, Masson, París, 1982.
137
Notas tomadas de LAPIERRE, O.C, págs. 148 y 149.
138
Notas tomadas de LAPIERRE, O.C., págs. 148 y 149.
139
HERNÁNDEZ GÓMEZ, R., Biomecánica y patomecánica, o.c, pág. 214. El autor
118 ERGONOMÍA BÁSICA

Reparto de la flexión en el raquis lumbar


(Obsérvese cómo en la flexión completa se invierte la curvatura lumbar). (Según CAILLET,
o.c., pág. 33).

El raquioma: la unidad básica y más elemental del raquis está


representada por el segmento móvil de JUNGHANS, descrito en 1931
por este autor, y que se define como «el comprendido entre dos vérte-
bras adyacentes y sus partes blandas»; está, pues, constituido por «el
disco intervertebral, con las plataformas vertebrales limitantes, las ar-
ticulaciones vertebrales posteriores y los ligamentos vertebrales común
anterior, posterior, interarticulares, interespinoso y supraespinoso»;

entiende que esto hay que aplicarlo no sólo a las curvas normales, sino también a las
patológicas, concretamente las establecidas en el plano frontal como la escoliosis, pues,
dice, «nada impide pensar que la combinación de curvas que se establecen habitual-
mente en diversos tipos de escoliosis contribuyen a defender al raquis en su conjunto,
incrementando su resistencia».
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 119

Máximos de curvatura en los diferentes tipos de columna.

Determinación del índice de curvatura i = A/L 100 (según LAPIERRE, A. o.c, pág. 147).
120 ERGONOMÍA BÁSICA

Segmento móvil de Junghans. En un corte lateral y en un recorrido de anterior a posterior se


observa: ligamento longitudinal anterior y anillo fibroso, ligamento longitudinal posterior, el
canal vertebral, la articulación posterior, ligamento amarillo, el ligamento interespinoso y el
ligamento epiespinoso. (Tomado de PASTRANA y cols.).

«el disco intervertebral autoriza seis grados de libertad de movimien-


to, sin que se haya confirmado la hipótesis de STEINDLER de que el
núcleo pulposo cambia de localización, moviéndose hacia atrás en la
flexión y hacia adelante en la extensión» l40. A esta unidad, también,
140
Textos entrecomillados tomados de LLANOS ALCÁZAR, F. L., en: Introducción de
la biomecánica del aparato locomotor, pág. 449, Editorial de la Universidad Complu-
tense, Madrid, 1988.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 121

algunos autores la denomina raquioma, que, en definitiva, está deter-


minada por «todo lo que existe o separa una vértebra de otra, y consti-
tuyendo estructuras no rígidas susceptibles de movimiento» 141.
Dentro del anterior, especial importancia tiene el disco interverte-
bral, tanto en los requerimientos de naturaleza estática como de tipo
dinámico, siendo una estructura fibrocartilaginosa que se interpone
entre los cuerpos vertebrales; el trabajo a que se ven sometidos estos
discos es constante e intenso, actuando como elemento de amortigua-
ción y trasmitiendo la presión que reciben en todas las direcciones
(según el principio físico de PASCAL); las fuerzas de compresión sobre
los discos aumentan a medida que el raquis se recorre en sentido
cefálico-caudal. Desempeña funciones de un verdadero cojinete hi-
dráulico, siendo aplicable las leyes generales de la estática de flui-
dos l42; en el centro del disco se ubica el núcleo pulposo, de naturaleza
gelatinosa. La capacidad de movilidad del raquis, entre otros aspectos,
está en proporción al número de unidades funcionales elementales
(raquiomas) disponibles efectivamente, pues actúan como rótulas que
permiten los movimientos entre los cuerpos superpuestos. En concre-
to «la amplitud de esos movimientos depende especialmente de la
relación entre la altura (a) y la superficie (S) del disco intervertebral, lo
que se llama índice del disco intervertebral (I = S/a); cuanto menor es
I, mayor es la amplitud de movimientos permitida» l43.
Apunta HERNÁNDEZ GÓMEZ 144 que «los discos intervertebrales,
debido a su elasticidad, actúan como muelles, devolviendo el cuerpo
vertebral a su posición anterior —de forma similar a lo que tiene lugar
en el mango de los transmisores telegráficos—. Por tratarse de cuerpos
elásticos, la velocidad de movimiento de cada cuerpo —según ley ele-
mental de física— es inversamente proporcional a la suma de las ma-
sas en colisión—. El núcleo pulposo, protruyendo sobre el resto del
disco, es el que normalmente recibe el impacto, permitiendo, con su
masa mucho menor, incrementar la velocidad de movimientos raquí-

141
PASTRANA y cols., Dolor de espalda y rehabilitación, vol. II, pág. 23, Madrid,
1989.
142
Las propiedades mecánicas del disco dependen directamente de su grado de
hidratación (como el disco es una estructura «viviente», la hidratación disminuye en el
curso de los años, estimándose que, el niño posee un 90 % de agua, mientras que, a los
65 años, no sobrepasa el 65 %. MARTÍNEZ, C, Le rachis, pág. 6, Masson, París, 1982.
143
L A P I E R R E , o.c., pág. 153.
144
H E R N Á N D E Z G Ó M E Z , o.c, pág. 218.
122 ERGONOMÍA BÁSICA

deos». Todo esto tiene gran importancia, ya que permite comprender


las causas de un menor rendimiento vertebral a medida que el sujeto
tiene más años, pues, sigue diciendo HERNÁNDEZ GÓMEZ, «cuando el
impacto se hace sobre todo el disco, como sucede en individuos de
edad, la masa receptora de cada golpe se hace equivalente a la masa
del cuerpo vertebral, la suma de ambas se convierte en una cantidad
apreciable y los movimientos pierden velocidad.

Fuerzas y momentos de fuerzas actuantes sobre el raquis lumbar


La manipulación de pesos y cargas, en general, tiene una especial
incidencia en el segmento lumbar y, en particular, en el tránsito lum-
bosacro, muchas veces con grave riesgo para la integridad de las es-
tructuras puestas en juego y, más aún, cuando se sobrepasan determi-
nados límites de peso o, sin llegar a esos extremos, en cuanto a la carga
en sí misma, no se adopta la aptitud de trabajo higiénicamente ade-
cuada.
Las fuerzas de compresión sobre los discos lumbares varían en
relación directa con el peso levantado y la distancia de la carga con
respecto al eje perpendicular al cuerpo, esto es, según el grado de
inclinación a que se obliga al raquis en el curso del alzamiento de una
carga.
A nivel del disco, y tal como describen THOMAS y VISCHER 145,
«cuando el sujeto se inclina hacia adelante, en un primer momento, la
parte posterior del disco se abre; a continuación, en una segunda fase,
en el curso de la elevación de la carga, el disco se comprime y se
propulsa hacia atrás el núcleo pulposo a través de una fisura del anillo
fibroso, pudiendo comprimir e irritar al ligamento vertebral posterior
y a la raíz nerviosa; el dolor brusco hace que el sujeto se enderece
rápidamente con lo que, por esta acción del tronco, se cierra la fisura
del anillo fibroso y se produce la hernia de disco», siendo este el meca-
nismo, de forma esquemática y en síntesis, de la génesis de esta patolo-
gía en una aparición aguda.
Junto a los esfuerzos violentos y aislados, son también muy impor-
tantes aquellos otros que se producen por insultos reiterados, aun
cuando no sean intensos y aparatosos como en el ejemplo anterior,

145
THOMAS, L. y VISCHER, M. D., en: Dolor en reumatología, págs. 72 y 73. Crass
Ediciones, Barcelona, 1986.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 123

pues, en cualquier caso, terminan, antes o después, deteriorando de


forma seria las zonas anatómicas comprometidas.
El efecto de las cargas sobre el raquis genera fuerzas —traslación—
y momentos de fuerza —rotación—, variables para cada caso, pudien-
do aproximarse a su cálculo manejando las leyes físicas que gobiernan
esta materia. TICHAUER l46 ha comparado los elementos estructurales
de que se vale el organismo con los componentes de una grúa y, supo-
niendo, en un esquema muy simple, que el raquis se prolonga con las
extremidades superiores como un brazo de palanca, se comprende
que, cuanto mayor sea el coseno del ángulo formado por las estructu-
ras anatómicas referidas con respecto a la horizontal (recordando que
coseno de 90° = 0 y que coseno de 0° = 1), o cuanto mayor sea la
distancia entre la carga con respecto al eje del cuerpo, más crecerá el
momento de fuerza (Mf) correspondiente.

146
TICHAUER, E. R., O.C, pág. 254.
124 ERGONOMÍA BÁSICA

Los elementos estructurales de que se vale el organismo humano han sido comparados con
los componentes de una grúa: pueden aplicarse las mismas técnicas matemáticas para
predecir el comportamiento de ambos.

A. Húmero. G. Músculos-Glúteo (g. maximus).


B. Asiento de la articulación de la cadera. H. Músculos-Espalda (sacro-espinales).
C. Columna vertebral. I. Articulación lumbosacra.
D. Articulación del hombro. J. Proceso espinoso de las vértebras.
E. Brazo. K. Músculo trapecio.
F. Carga L. Distancia desde el centro de la masa del
conjunto cominado cuerpo-carga a las
articulaciones de la columna lumbar.

(Según TICHAUER, E. R., en: Enciclopedia de Medicina, Higiene y Seguridad en el Trabajo,


o.c, pág. 254, Vol. I. O.I.T., 1971-1972).
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 125

El concepto de momento aplicado a la derivación de los equivalentes de elevación biomecá-


nicos. Todas las cargas representadas en la figura producen aproximadamente iguales
momentos de flexión sobre la articulación sacrolumbar.
Para aplicar la fórmula reseñada, hay que considerar:
0,2 m = distancia aproximada desde las articulaciones de la columna lumbar a la parte
delantera del abdomen (lo que supone un valor constante para cada individuo).
L = longitud de un lado de un cubo de densidad uniforme levantado durante la tarea
normal que se realiza.
W = peso del cubo manipulado.
Me = equivalente biomecánico de elevación (*).
(Gráfico y texto según TICHAUER).

(*) La fórmula antes indicada, MF = F . d, es la que se aplica en este caso (ahora, F hay que
sustituirlo por W —peso del cubo—; d = 0,2 + 1/2 de L, dado que el centro de gravedad del cubo
se considera a nivel del punto medio L). La transformación de kgf.m a N.m se hace multiplican-
do por 9,8; (3 . 9,8 = 29,4).

No obstante, el cálculo del momento de fuerza con respecto a un


disco o eje vertebral determinado resultará mucho más complejo si se
tienen en consideración todas las variables que entran en juego, dado
que la realidad biomecánica de la persona también es compleja, y de
ahí que la cuestión no pueda quedar reducida a una sola ecuación,
pues, cierto es que tal momento de fuerza (Mf) resultará de la integra-
ción de otros, tanto que para ser conocido se ha de involucrar no sólo
al raquis, sino, también, al conjunto de cadenas cinéticas compuestas
por las extremidades superiores, atendiendo a sus ángulos y pesos res-
pectivos, así como, también, se habrán de considerar las estructuras
anatómicas situadas por encima del eje correspondiente, esto es, el
peso de la cabeza y del tronco.
126 ERGONOMÍA BÁSICA
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 127

Trabajando sobre el esquema adjunto, el momento de fuerza res-


pecto al nivel L4-L5, con una serie de operaciones, resulta de la suma
de las siguientes ecuaciones 147:
Mf = X • cosH
+ Y (d • cos H + e-senQ)
+ Z (d • cosH + f • senQ + g • senW)
+ F (d • cosH + f • senQ + h • senW)
(Ecuación 1)
Los factores indicados significan:
«F = Peso de la carga levantada.
Z = Peso de los antebrazos.
Y = Peso de los brazos.
X = Peso de la cabeza y de la parte del tronco situado por encima
de L5.
c = Distancia (m) entre L5 y el centro de gravedad (cg) de la masa
cabeza-tronco.
d = Distancia (m) entre L5 y la articulación del hombro.
e = Distancia entre el hombro y el cg del brazo.
f = Distancia entre el hombro y el codo.
g = Distancia entre el codo y el cg del antebrazo.
h = Distancia entre el codo y el eje de prehensión.
H = Ángulo de inclinación del tronco (en relación a la horizon-
tal).
Q = Ángulo de inclinación del brazo (en relación a la vertical).
W = Ángulo de inclinación del antebrazo (en relación a la verti-
cal)».

147
Anotaciones tomadas de MAIRIAUX, Ph. (con ocasión de las lecciones impartidas
sobre ERGONOMÍA en el Departamento de Medicina e Higiene del Trabajo, Facultad
de Medicina, Universidad Católica de Louvaine-Bélgica, 1986). Por su parte, el Boletín
bibliográfico de la prevención (publicado por el Instituto Nacional de Medicina y Segu-
ridad en el Trabajo —muy buena publicación, por su utilidad—) en el n.° 1 de 1990, y
bajo la referencia CIS-90-340, alude a un compendio de cuatro artículos que tratan de
los problemas del trabajo físico y, entre ellos, uno que se refiere a la evaluación de la
carga física ejercida sobre la columna (Arbeitsmedizinische Praxis, Berlín —República
Democrática Alemana—, 1988), que se remite, también, a las ecuaciones y cálculos in-
dicados.
128 ERGONOMÍA BÁSICA

Indica también MAIRIAUX que los diferentes factores de la ecua-


ción anterior pueden ser aproximados a partir de las siguientes fórmu-
las o por las de DRURY y cols. (1983):
X = 0,499 • P (Peso del sujeto)
Y = 0,056 • P
Z = 0,444 • P
d = 0,188 • T (talla —m—) ó 0,234 • T
c= 0 , 1 4 6 •T ó 0 , 1 0 1 . T
e = 0,223 • Distancia funcional de alcance (m) ó 0,0827 • T
f = 0,463 • Distancia funcional de alcance ó 0,1896 • T
g = 0,275 • Distancia funcional de alcance ó 0,082 • T
h = 0,537 • Distancia funcional de alcance ó 0,1907 • T.
Repárese en que, «si la carga es levantada siguiendo la vertical del
hombro», la ecuación (1) queda reducida a:
MFt = X • c • cosH + d • cosH (Y + Z +F)
(pues el sen 0o = 0)
En resumen, cuanto mayor sea la inclinación del cuerpo hacia
adelante y mayor también el peso soportado entre las extremidades
superiores, la presión intradiscal intervertebral crecerá. Por eso, la im-
portancia que en el levantamiento de cargas adquiere la adopción de
una postura higiénica, junto, evidentemente, a la limitación, en lo
posible, del peso de las cargas que hay que mover y desplazar. Por
ejemplo, ante una carga Pl que haya de ser alzada con las manos, se
pone en acción «un gran brazo de palanca cuyo punto de apoyo está
situado a nivel del núcleo pulposo de L5-S1; para equilibrar esta fuer-
za, los músculos espinales (SI) operan sobre un brazo de palanca siete
u ocho veces superior al peso Pl. Se pueden reducir estas fuerzas en
función del ángulo de inclinación del tronco hacia delante. En cual-
quier caso, la fuerza ejercida sobre el disco lumbosacro será igual a la
suma de Pl y SI» l48.
De esta forma, la acción de los músculos espinales trata de com-
pensar las acciones oponentes, que vienen determinadas por el valor
de la carga, el grado de inclinación de la espalda (condicionado, a su
vez, por la distancia de la carga con respecto a la línea vertical del

148
Según KAPANDJI, I. A., Cuadernos de fisiología articular, vol. III, pág. 112. Mas-
son, Barcelona, 1981.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 129

El peso de la parte superior del tronco junto al de la cabeza se aplican a nivel del centro de
gravedad parcial (P) situado por delante de la vértebra D12, este peso recae en la extremi-
dad de un gran brazo de palanca (P1) cuyo punto de apoyo está en L5-S1; a su vez, P1 es
equilibrado por la fuerza S1. La fuerza ejercida a nivel de L5-S1 es igual a la suma de
P1 + S1. (Según KAPANDJI).
130 ERGONOMÍA BÁSICA

cuerpo, tal que la longitud del brazo de palanca en que se constituye el


raquis, multiplicado por el conseno del ángulo formado por el anterior
sobre la horizontal, equivale a la distancia, como se ha expresado en
páginas anteriores).
Pero, es que, además, no es lo mismo que la presión sobre el disco
recaiga de forma homogénea sobre todo él —incidencia vertical, lo
que supone que el tronco cuida una posición erecta— que de forma
tangencial —esto es, raquis obligado en posición de flexión—, pues,
en este último caso, la fuerza de tensión que se comunica al anillo
fibroso que rodea al disco aumenta de forma considerable, pudiendo
precipitar su ruptura. Tanto es así que el reparto de la presión intradis-
cal es esencial a efectos preventivos.
Lo anterior implica, también, que no es lo mismo elevar un peso
con las rodillas flexionadas y la espalda derecha, que desplazar desde
el suelo ese mismo peso con las extremidades inferiores extendidas y la
espalda doblada. Las variaciones de presión discal experimentan cuan-
titativa y cualitativamente enormes diferencias. KAPANDJI l49 lo ilustra
con el ejemplo que ahora se cita: «se calcula que para levantar una
carga de 10 kg, con las rodillas dobladas y el tronco vertical, la fuerza
SI de los músculos espinales es de 141 kg; una carga de 10 kg, levanta-
da con las rodillas extendidas y el cuerpo inclinado hacia delante,
requiere una fuerza SI de 256 kg. Si esta misma carga se lleva con los
brazos extendidos hacia adelante, la fuerza SI necesaria es de 363 kg.
En ese momento, según los autores, la carga que soporta el núcleo
sería de 282 a 726 kg, e, incluso, 1200 kg, lo que es notablemente
superior a las cargas de ruptura de los discos vertebrales (880 kg antes
de los 40 años, 450 kg en los sujetos de edad avanzada» 15°.
No obstante, también hay que considerar que la presión de los
discos intervertebrales por la entrada en competencia de las funciones
respiratorias, inducidas por la presión que se genera en el abdomen
ante esfuerzos importantes, se verá aliviada, tanto que, según el mis-

149
KAPANDJI, O.C, pág. 112.
150
Considérese que la fuerza aplicada sobre el disco intervertebral se distribuye
(según Nachenson y Elfström) en un 75 % sobre el núcleo y un 25 % sobre el anillo
fibroso; más cuando la presión intradiscal es superior a 30 kg f/cm2, esto determina un
esfuerzo de tensión en la parte posterior del anillo fibroso que se aproxima a 100 kg
f/cm 2 , lo que lo sitúa en su límite de ruptura. (Nachenson, A. and Elfstróm, G.:
Intravital dynamic pressure measurements in lumbar discs. Sacnd. J. Rehabilitación
Medicine, Supplement 1. Almqvist and Wiksell. Estocolmo (Suecia), 1970).
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 131

Esfuerzo en kilogramos-fuerza sobre el quinto disco lumbar de una perso-


na de altura media, impuesto por la erección de la espalda inclinada,
según el ángulo de inclinación del tronco y el peso de la carga

151
Ref. GRANDJEAN, E. Precis d'ergonomie, pág. 117. Les Edition D'organisation.
París, 1985.
132 ERGONOMÍA BÁSICA
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 133

mo KAPANDJI 152 , sobre el disco D12-L1 decrece en un 50 % y sobre el


nivel L5-S1 se estima que se reduce en un 30 %, así como también se
considera que disminuye en un 55 % la tensión sobre los músculos
espinales, aunque tales mecanismos sólo se han de tener en cuenta
ante esfuerzos breves e intensos (pues como razona el autor citado,
una apnea absoluta no puede mantenerse mucho tiempo, por las per-
turbaciones que causaría). Esto merece ser tenido en cuenta, en deter-
minados casos de valoración clínica de la incapacidad permanente
para el trabajo, pues, ante la existencia de lesiones de tipo vertebral,
junto con otras que pudieran darse, la apreciación de ese conjunto
nosológico, en conexión con los requerimientos que el trabajo impone
(ecuación lesión-tarea), no se hará en forma de mera concurrencia,
sino con carácter acumulativo de las lesiones.
La Directiva de fecha 29.5.1990, del Consejo de las Comunidades
Europeas (Diario Oficial de las Comunidades de 21.6.90), concernien-
te a las prescripciones mínimas de seguridad y salud relativa al manejo
de cargas suponiendo riesgo, especialmente dorso-lumbar para los tra-
bajadores, tienen en cuenta los siguientes elementos de referencia:
a) Con carácter general:
1. Características de la carga
La manipulación de una carga puede entrañar riesgos, especial-
mente dorso-lumbares, en los casos en que:
— La carga es demasiado pesada o demasiado grande.
— Es incómoda o difícil de coger.
— Está en equilibrio inestable o su contenido tiene el riesgo de
desplazarse.
— Está colocada de manera que tiene que ser sostenida o manipu-
lada a distancia del tronco o con una flexión o una torsión del
mismo.
— Es susceptible, en atención a su aspecto exterior y/o consisten-
cia, de producir lesiones para los trabajadores.

152
KAPANDJI, I. A., o.c, pág. 112, al referirse al «Tronco como estructura hincha-
ble». De todos modos, el cálculo exacto de la acción mecánica intrabdominal es difícil
de concretar, entre otras cosas porque habría que determinar el brazo de palanca
particular para cada situación; algunos autores han estimado que es capaz de soportar
de 1/6 a 1/3 de la fuerza extensora (según cita MAIRIAUX, O.C).
134 ERGONOMÍA BÁSICA

Límites de transporte de carga


(legislación comparada)*

* Los datos referentes a Francia, Gran Bretaña y Alemania han sido tomados de
MAIRIAUX, Ph, o.c. El Diario Oficial de las Comunidades Europeas (4-5-88), en el marco
de los actos jurídicos preparatorios recoge una propuesta directiva referente a las dispo-
siciones mínimas de salud y seguridad en cuanto al transporte de cargas pesadas que
impliquen riesgos de lesión lumbar, elaborada por una comisión al efecto (11-3-88). El
mismo diario oficial, con fecha 21-6-90 publica la directiva concerniente a las prescrip-
ciones mínimas de seguridad y de salud en relación con el manejo de cargas suponiendo
riesgo especialmente a nivel dorso-lumbar.
** Véase también convenio de 7 de junio de 1967, ratificado por instrumento de 6
de marzo de 1969 (Jefatura del Estado, BOE 15/10/70), peso máximo de carga trans-
portada por un trabajador.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 135

2. Esfuerzo físico requerido


Un esfuerzo físico puede determinar riesgo, especialmente dorso-
lumbar, en los casos siguientes:
— Es demasiado importante.
— No puede ser realizado más que por movimientos de torsión del
tronco.
— Conlleva un movimiento brusco de la carga.
— Se lleva a cabo cuando el cuerpo está en posición inestable.

3. Características de medio de trabajo


Las características del medio de trabajo pueden acrecentar el ries-
go, especialmente dorso-lumbar, en los casos siguientes:
— El espacio libre, especialmente vertical, es insuficiente para el
ejercicio de la actividad encomendada.
— El suelo es desigual, fuente de tropezones, o bien deslizante por
el calzado que lleva el trabajador.
— El emplazamiento o el medio de trabajo no permite al trabaja-
dor el mantenimiento manual de las cargas a una altura segura
o en una adecuada postura.
— El suelo o el plano de trabajo presenta desniveles que implican
que la manipulación de la carga se haga a distintas alturas.
— El suelo o el punto de apoyo es inestable.
— La temperatura, la humedad o la circulación del aire son inade-
cuadas.

4. Exigencias de la actividad
La actividad puede presentar riesgo, especialmente dorso-lumbar,
cuando comporta una o varias de las siguientes exigencias:
— Esfuerzos físicos que solicitan al raquis, especialmente muy fre-
cuentes o muy prolongados.
— Un período de reposo fisiológico o de recuperación insuficien-
tes.
— Distancias demasiado grandes de elevación, de descenso o de
transporte.
— Una carencia impuesta por un proceso no susceptible de ser
modulado por el trabajador.
136 ERGONOMÍA BÁSICA

b) Factores individuales de riesgo


Los trabajadores pueden correr riesgo en los casos siguientes:
— Ineptitud física para ejecutar la tarea en cuestión *.
— Inadecuación de las ropas, calzados u otros efectos personales,
llevados por el trabajador.
— Insuficiencia o inapropiación de conocimientos o de la forma-
ción.

Cálculo del riesgo de comprensión a nivel del disco L5-S1: Método


del NIOSH
Siendo la charnela lumbosacra «un punto débil del edificio raquí-
deo» (KAPANDJI) y, atendiendo a los altos requerimientos a que se ve
sometida, es lógico que haya sido motivo de especial interés. Partiendo
de estudios biomecánicos y psicofísicos, el NIOSH (National Institute
for Ocupational Safety and Heald) ** propuso en 1981 una metodolo-
gía simple y eficaz que trata de determinar las «contraintes» de trabajo
derivadas de la manipulación y manejo de cargas, y sus consecuencias
sobre la «astreinte», analizando los niveles de carga que se han de
considerar inaceptables o que, sin llegar a tal extremo, conllevan, sin
embargo, un riesgo evidente para ciertos individuos (estados de aler-
ta).
El método es de un alto grado de operatividad, tanto por su alcan-
ce preventivo general como por su carácter práctico, pudiendo ser
aplicado por el médico del trabajo cuando estudie una determinada
tarea, aplicando las medidas de tipo correctivo que en cada caso se
merezcan.

* Como se habrá podido observar, la Directiva aludida se refiere específicamente al


riesgo dorso-lumbar; hay que recalcarlo, pues no es infrecuente que en los procedi-
mientos en materia de incapacidad que se siguen ante la Seguridad Social, a la columna
dorsal se le relega a un segundo plano, incluso, incurriendo en la práctica viciosa de no
examinarla. Si, por un lado, se tiene en cuenta que la consideración funcional del
raquis que alude al resorte bípedo vertebral (que comienza por debajo de la octava
dorsal), y por otro, también se considera que los movimientos de torsión del tronco (en
los que participan 2/3 de la región dorsal y 1 /3 de la región lumbar) vienen estimados
en la Directiva como un elemento de riesgo, se entenderá que la columna dorsal tiene
un papel biomecánico muy importante que, en ningún caso, se puede desconocer.
** Instituto Nacional de Seguridad y Salud en el Trabajo (USA).
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 137

El contenido del método se indica a continuación, a partir de las


anotaciones expuestas por MAIRIAUX I53:
«Objetivos: determinar dos niveles de carga:
1. C.M.P. = carga máxima admisible
2. C.A. = carga de alerta
El levantamiento de cargas superiores al límite establecido por la
C.M.P. debe ser considerado como inaceptable, ya que el riesgo es tal
que sólo un número reducido de individuos se pueden considerar ca-
pacitados para ejecutar una tarea en estas condiciones sin incurrir en
un estado de peligro. Estas situaciones requieren obligatoriamente una
modificación ergonómica de la tarea.
El límite propuesto responde a cuatro criterios:
a) La incidencia de las lesiones vertebrales y de accidente aumen-
tan significativamente en la población laboral cuando el trabajo ejecu-
tado sobrepasa el nivel de C.M.P.
b) Las condiciones de trabajo que comportan las cargas superio-
res a la C.M.P. implican fuerzas de compresión a nivel de L5-S1 ma-
yores a los 650 kg, las cuales no son tolerables
c) El gasto energético, trabajando por encima de la C.M.P., so-
brepasaría los 300 W.
d) Únicamente el 25 % de los trabajadores masculinos, y menos
del 1 % de los femeninos, tienen fuerza muscular suficiente para efec-
tuar tareas superiores a la de la C.M.P.
Respecto a la Carga de alerta se ha de entender que, sin llegar a
constituir una demanda de esfuerzo de riesgo para los trabajadores en

153
MAIRIAUX, Ph., o.c; bibliografía a que se remite el autor en relación con las
cargas máximas admisibles: «NIOSH: Work Practices Guide for Manual Lifting
(1981), Technical Report 81-122, NIOSH, Cincinnati, OH 45226. CEE: Niveaux limi-
tes de forcé dans les travaux manuels (1980). Secrétariat de l'Action Communautaire
Ergonomique, Bátiment Jean Monnet, av. Alcide de Gasperi, Luxembourg. SNCOK, S. H.,
the desimg of manual handling take, Ergonomics, 21:963-985, 1978. Adresse d'auteur:
Liberty Mutual Insurance Company, 71 Frank Road, Hopkinton, Massachusetts
01748, USA». Por otra parte, el Boletín Bibliográfico de la Prevención, en el n.°5 de
1989, y bajo la referencia CIS 89-1731, se remite a la revista alemana Refa Nachrich-
ten, 1988, vol. 41, n.°3, en un trabajo de MARTIN, K., KRIEGER, R., y WINDISCH, G.,
bajo el título Handhaben von Lasten-Zwei Methoden zur Ermittlung von Grenzlasten,
en donde pueden verse las ecuaciones establecidas por el NIOSH y por BURAND para la
determinación del peso máximo aceptable de mercancías para elevar manualmente.
138 ERGONOMÍA BÁSICA

una estimación global, significa, sin embargo, un nivel que se ha de


tener en cuenta. En especial, en los límites comprendidos entre la C.A.
y la C.M.P. se han de extremar las precauciones, pues si pueden ser
tolerados por ciertos individuos, son, de otra parte, peligrosos en aque-
llos constitucionalmente débiles, o que, sin serlo, les falta entrena-
miento para afrontar ciertas exigencias de esfuerzo laboral; para estos,
las demandas de actividad que se sitúen entre la C.A. y la C.M.P. han
de ser tomadas como un peligro evidente. En cualquier caso, las tareas
incluidas en estas situaciones requieren la consideración de medidas
ergonómicas para el aligeramiento de la «contrainte», completadas
por una eventual selección de trabajadores y programas de formación.
El umbral de la C.A. responde a cuatro criterios:
a) La incidencia de las lesiones vertebrales y de accidente se acre-
cienta moderadamente en las situaciones comprendidas entre la C.A.
y la C.M.P.;

La figura muestra tres zonas definidas por las curvas correspondientes a la C.M.P. y a la
C.A., considerando el alzamiento de una carga situada a 15cm del suelo que debe ser
levantada a la altura de la muñeca (75 cm) menos de una vez cada cinco minutos, en
función de la distancia horizontal entre la carga y el punto medio situado entre los dos tobi-
llos.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 139

b) La C. A. induce una fuerza de compresión sobre el disco L5-S1


del orden de 350 kg, que puede ser tolerada por la mayoría de los
trabajadores jóvenes y de buena salud;
c) El gasto energético no sobrepasaría los 240 W cuando la tarea
es superior a la C.A.
d) Más de un 75 % de las mujeres, y el 99 % de los hombres,
están muscularmente capacitados para levantar cargas correspondien-
tes a la C.A.
Las situaciones de trabajo situadas por debajo del umbral de alerta
se consideran como aceptables.

CAMPO DE APLICACIÓN

Los límites propuestos por el NIOSH serán aplicables únicamente


a:
— Un movimiento de levantamiento progresivo, sin ser «a gol-
pes».
— A los levantamientos de cargas con las dos manos, simétricas en
el plano sagital y sin movimiento de torsión en el curso del alza
miento.
— Con una distancia moderada entre el punto de agarre y la carga
y el raquis: 75 cm como máximo.
— Con una postura no limitada por el entorno.
— Una interacción satisfactoria entre la carga y el individuo: pre-
sencia de empuñaduras, calzado adaptado y suelo no deslizante.
— Condiciones ambientales favorables.
El NIOSH, se subraya de otra parte, no tiene en cuenta los «facto-
res de seguridad» (generalmente dispuestos por los ingenieros).

PROCEDIMIENTO DE CÁLCULO

1. Datos preliminares
H = Distancia horizontal (cm) entre la posición de las manos en el
momento de iniciación del levantamiento y el punto medio de la línea
que une los dos tobillos.
140 ERGONOMÍA BÁSICA

V = Distancia vertical (cm) entre las manos y el suelo, al iniciarse


el levantamiento.
D = Distancia vertical (cm) que ha de franquear la carga entre el
punto de levantamiento y el punto de llegada.
F = Frecuencia media de levantamiento por minuto.
Duración = Tiempo durante el cual el levantamiento de la carga
es efectuado con la frecuencia observada. Únicamente se definen dos
categorías: el levantamiento ocasional, cuando la duración no sobre-
pasa una hora continua; levantamiento continuo, cuando la duración
corresponde prácticamente al tiempo de la jornada de trabajo.
fD = Factor correctivo para el trayecto vertical de la carga. Res-
ponde a esta expresión:
fD = 0,7 + 2¡L D

El valor mínimo que hay que darle a D es de 25 (aun cuando D, en


realidad, correspondiese a una distancia de 0). De esta forma fD oscila
entre 1 (si D = 0 ó D = 25) y 0,74 (si D = 200 cm).
fF = Factor correctivo para la frecuencia/minuto de levantamiento.
F
f F = l - ____
F max.

Correspondiéndose F max. con los valores que aparecen en la tabla si-


guiente:

2. Ecuaciones de cálculo

C.M.P. (kg) = 3 • C.A. (kg)


C.A. = Pi • fH • fV • fD • fF
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 141

en donde las variables significan:

Pi = Peso «idóneo» para levantar = 40 kg.


fH = Factor correctivo de la posición horizontal de la carga =
15/H; el valor de fH varía de 1 (para H = 15 cm) a 0,20 (para
H = 75 cm).
fV = Factor correctivo para la posición vertical de carga; el valor
de fV varía de 1 (para V = 75 cm —altura de la muñeca—) a 0,7
(para V = 0 —carga a nivel del suelo— o para V = 150 cm —carga
al nivel de los hombros—). Se determina conforme a la siguiente fór-
mula:

fV = 1 - [0,004 • (V - 75)]

Teniendo en cuenta lo dicho hasta el momento, la ecuación de


cálculo de la carga de alerta queda así:

C.A. = 40 • 15/H • [1 - 0,004 (V - 75)] •


(0,7 + 7,5/D) •(1 _ F / fm a x )

y con respecto a la C.M.P., basta recordar que:

C.M.P. = 3 • C.A.».

4.1.3. Concepción en función de los medios de señalización y de


representación así como de los órganos de mando

4.1.3.1. Medios de señalización y representación


«Los medios de señalización y representación deben ser escogidos,
concebidos y dispuestos de manera que sean compatibles con las ca-
racterísticas de la percepción humana.
En particular:

a) La naturaleza y el número de las señales y soportes de infor-


mación deben ser compatibles con las características de la informa-
ción que hay que transmitir.
142 ERGONOMÍA BÁSICA

b) Para asegurar una buena identificación de las informaciones


cuando los soportes de información son numerosos, deben estar dis-
puestos en el espacio de forma que proporcionen una orientación se
gura, clara y rápida. La disposición puede estar en función bien del
proceso técnico, bien de la importancia y frecuencia de la utilización
de ciertas informaciones. Se puede hacer por grupos según las funcio-
nes en los procesos, el tipo de medidas, etc.
c) La naturaleza y la forma de las señales y de los soportes de
información deben asegurar una percepción no equívoca. Esto es apli-
cable muy especialmente a los signos de peligro. Se debe, por ejemplo,
tener en cuenta la intensidad, la forma, las dimensiones y la relación
entre el signo óptico y el acústico;
d) Las variaciones de información deben ser compatibles en di-
rección y en amplitud con los cambios o movimientos que impongan.
e) En caso de actividades prolongadas en las que predomina la
información y la vigilancia, los efectos de sobrecarga o subcarga deben
ser evitados por medio de una concepción y una disposición particular
de las señales y de los soportes de información.»
LOMOV y VENDA * recuerdan que, «según los principios funda-
mentales de la percepción visual, el contorno del signo tiene un papel
esencial, clasificando los signos según el grado de su complejidad en:
simples, medios y complejos. La complejidad del signo puede evaluarse
de acuerdo con el número de elementos que lo integran. Si el signo se
compone sólo de contorno, puede considerarse simple; si, además del
contorno, incluye un elemento adicional (detalle interior o exterior,
letra, cifra), de complejidad media; y si incluye varios elementos
adicionales, complejo. Los signos simples poseen ventajas en cuanto a
la diferenciación, pues se distinguen con rapidez y exactitud, pero, en
lo que concierne a la identificación, los mejores son los de compleji-
dad media».
Los medios de señalización pretenden la prevención en el trabajo,
con el fin de que se vean actualizados distintos riesgos laborales. La
Directiva del Consejo de las Comunidades Europeas de 25 de julio de
1977 (Diario Oficial de las Comunidades Europeas de 7 de septiembre
de 1977) contiene una serie de definiciones en materia de seguridad
que conviene recordar:

* LOMOV y VENDA, O.C, pág. 140 y 141.


PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 143

Clasificación de los signos según su grado de complejidad: a. Simples; b. Medios;


c. Complejos (Ref.: LOMOV y VENDA).

1. Señalización de seguridad: informa sobre un objeto o una situa-


ción determinada, procurando una indicación relativa a la seguridad,
por medio de un color o de una señal de seguridad.
2. Color de seguridad: es aquel que atribuye una significación de
terminada referida a la seguridad.
3. Color de contraste: color que, formando un contraste con el
color de seguridad, proporciona indicaciones suplementarias.

Dependencia de la exactitud y el tiempo de descodificación de la relación


entre la cantidad de elementos del signo y el número de índices del obje-
to presentado
144 ERGONOMÍA BÁSICA

4. Señal de seguridad: señal que, por la combinación de una for


ma geométrica, de un color y de un símbolo, proporciona una indica
ción determinada referida a la seguridad.
5. Señal de prohibición: señal de seguridad que prohibe un com-
portamiento susceptible de provocar un peligro.
6. Señal de advertencia: señal de seguridad que advierte de un pe-
ligro.
7. Señal de obligación: señal de seguridad que impide un compor-
tamiento determinado.
8. Señal de salvamento: señal de seguridad que indica la salida, la
salida de socorro, el camino hacia un puesto de socorro, o el emplaza
miento de un dispositivo de salvamento.
9. Señal de indicación: señal de seguridad que proporciona otras
indicaciones de seguridad además de las mencionadas en los puntos 5
y 8.
10.5. Señal adicional: señal de seguridad que no es utilizada más
que conjuntamente con una señal de seguridad mencionada bajo los
puntos 5 y 8 y que proporciona informaciones complementarias.
11. Símbolo: imagen que describe una situación determinada y
que es utilizada en uno de los signos de seguridad mencionados en los
puntos 5 y 8.

Principios de la señalización de seguridad


1. Generalidades
1.1. La señalización de seguridad tiene como fin llamar la aten
ción de la forma rápida e inteligible sobre objetos y situaciones suscep-
tibles de provocar peligros determinados.
1.2. La señalización de seguridad no dispensa en ningún momento
de las medidas de protección requeridas.
1.3. La señalización de seguridad no debe ser utilizada más que
para dar indicaciones sobre seguridad.
1.4. La eficacia de la señalización de seguridad depende, en parti-
cular, de una información completa y siempre renovable para todas
aquellas personas susceptibles de sacar provecho de ello.

2. Colores de seguridad y de contraste


2.1. Significación de los colores de seguridad
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 145

1
No es considerado como un color de seguridad nada más que cuando es utilizado
en unión con un símbolo o un texto, sobre una señal de obligación o de indicación,
dando una consigna de prevención técnica.

2.2. Colores de contraste y colores de los símbolos


146 ERGONOMÍA BÁSICA

3. Forma geométrica y significación de las señales de seguridad

4. Combinación de formas y colores y su significación para las


señales:

5. Presentación de señales de seguridad


5.1. Señales de prohibición
Fondo blanco; símbolo o texto en negro.
El color de seguridad rojo debe ser empleado en el reborde y en la
banda transversal y recubrir, al menos, un treinta y cinco por ciento
de la superficie de la señal.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 147

5.2. Señales de advertencia, de obligación, de salvamento y de in-


dicación
El fondo corresponde al color de seguridad; el símbolo o el texto al
color de contraste.
El triángulo amarillo debe estar bordeado en negro. El color de
seguridad debe recubrir, al menos, el cincuenta por ciento de la super-
ficie de la señal.
5.3. Señales adicionales
Fondo blanco; texto en negro o fondo en el color de seguridad y
texto en color de contraste.
5.4. Símbolos
La presentación debe ser tan simple como sea posible y los detalles
inútiles para la comprensión de la señal deben quedar marginados.

6. Señales de peligro por el empleo del amarillo/negro


Señalización para indicar lugares peligrosos, representando un ries-
go de choque o de caída, un falso paso de las personas o un riesgo de
precipitación de materiales. Los colores de seguridad deben estar en
una proporción de, al menos, el cincuenta por ciento.
Por otra parte, en la actualidad, hay que tener en cuenta, en mate-
ria de señalización de seguridad y de salud en el trabajo, la Directiva
propuesta por el Consejo de las Comunidades Europeas, con fecha 21
de diciembre de 1990, publicada en el Diario Oficial de las Comunida-
des Europeas de 28 de febrero de 1991.

4.1.3.2. Órganos de mando


«Los órganos de mando deben ser concebidos, escogidos y dispues-
tos de manera que sean compatibles con las características (en particu-
lar del movimiento) de la parte del cuerpo encargada de accionarlos.
Se deben tener en cuenta las exigencias propias de habilidad, preci-
sión, rapidez y fuerza.
En particular:
a) El tipo, la forma, la disposición de los órganos de mando de-
ben corresponderse con las características de la tarea, teniendo en
cuenta las características del operador humano, así como los automa-
tismos motores asimilados o innatos.
148 ERGONOMÍA BÁSICA

b) El curso y la resistencia de los mandos deben escogerse en


función de la maniobra que haya que efectuarse y de las características
biomecánicas y antropométricas.
c) El movimiento del mando, su efecto sobre la máquina y sobre
el medio de trabajo, deben ser compatibles.
d) La función de los mandos debe ser fácilmente identificable,
con el fin de evitar cualquier confusión.
e) Cuando los órganos de mando son numerosos, su disposición
debe asegurar el cumplimiento de la operación, de forma unívoca,
rápida y sin peligros. Esta disposición se puede hacer, como para las
señales, agrupándolas según las funciones de los procesos y las sequen-
cias de utilización.
f) Los órganos de mando, cuyo manejo inadecuado puede entra-
ñar consecuencias graves, deben estar protegidos contra toda manio-
bra no intencionada.»

4.2. Concepción del entorno de trabajo


«El entorno de trabajo debe ser concebido y mantenido de manera
que las condiciones físicas, químicas y biológicas no tengan una in-
fluencia nociva sobre el hombre, al mismo tiempo que preserven su
salud y su capacidad de trabajo. Conviene tener en cuenta, sobre todo,
los fenómenos objetivamente cuantificables, así como las apreciacio-
nes de las personas implicadas.
En función de los sistemas de trabajo, es necesario vigilar, en parti-
cular, los puntos siguientes:
a) Las dimensiones del local de trabajo (espacio en general, espa-
cio de trabajo, espacio de evolución) deben ser adecuadas.
b) La renovación del aire debe estar ajustada en función de cier-
tos factores, como:

— Número de personas en el local.


— Intensidad del trabajo físico efectuado.
— Dimensiones del local (teniendo en cuenta los medios de tra-
bajo).
— Salidas para la polución ambiental.
— Instalaciones que consuman oxígeno.
— Condiciones térmicas.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 149

c) El ambiente térmico del puesto de trabajo debe ser aceptable,


de acuerdo con las condiciones climáticas locales, teniendo en cuenta,
en particular:
— Temperatura, humedad y velocidad del aire.
— Irradiación térmica.
— Intensidad del trabajo físico efectuado.
— Características del vestuario y de los equipos especiales de tra-
bajo.
d) La iluminación debe, de acuerdo con la actividad considerada,
asegurar una percepción visual óptima. En especial, se deben tener en
cuenta los factores siguientes:
— Luminación, color, distribución de la luz.
— Ausencia de deslumbramientos y reflejos molestos.
— Contrastes de iluminación y de los colores.
— Edad de los operadores.
e) Para la elección de los colores de los locales y de los medios de
trabajo, se deben tener en cuenta sus efectos sobre el reparto de luz,
sobre la estructura y la calidad del espacio visual y sobre la percepción
de los colores de seguridad.
f) El ambiente sonoro del trabajo debe ser tal que se eviten los
efectos nocivos o incómodos del ruido, comprendiendo las fuentes
exteriores. Habrá, también, en particular, que tomar en consideración
los siguientes factores:
— Nivel sonoro.
— Espectro de frecuencias.
— Repartición en el tiempo.
— Percepción de las señales acústicas.
— Intelegibilidad de la palabra.
g) Las vibraciones y los choques mecánicos trasmitidos al hom-
bre no deben alcanzar niveles que entrañen daños corporales, reaccio-
nes fisiopatológicas o perturbaciones sensomotrices.
h) La exposición de los trabajadores a las materias peligrosas y a
las irradiaciones dañinas debe ser evitada.
i) En caso de trabajos en el exterior, se han de proporcionar las
medidas adecuadas para la protección contra los efectos de la intem-
perie (calor, frío, viento, lluvia, nieve, hielo, etc.).»
150 ERGONOMÍA BÁSICA

Por su parte, MAGELLI 154, refiriéndose al ambiente de trabajo, dis-


tingue cinco grupos de factores (que asimila como factores de riesgo),
a saber:
1. Microclima de trabajo: iluminación, temperatura, humedad,
ventilación, presión atmosférica.
2. Contaminantes del ambiente:
a) C. físicos: ruido y vibraciones, radiaciones ionizantes y no ioni-
zantes, etc.
b) C. químicos: tóxicos industriales (polvos, líquidos, gases, hu-
mos o vapores)
c) C. biológicos: seres vivos patógenos (parásitos, hongos, bacte-
rias, virus).
3. Factores de sobrecarga muscular (estática y dinámica), siendo
su origen más frecuente el que deriva de posturas inadecuadas, desta-
cando que la carga muscular estática es más nociva que la dinámica
(pues produce una contractura de los músculos determinando dolor y
fatiga, de ahí que ciertas formas de sentarse, ya descritas, reducen la
carga estática, al tiempo que favorecen actitudes dinámicas).
4. Factores de sobrecarga mental y psíquica, entendiendo como
carga mental «todos aquellos requerimientos y exigencias del puesto
de trabajo que determinan el aspecto cognitivo de la tarea, atención,
minuciosidad, etc., en cambio, la carga psíquica está ligada a las con
notaciones psicosensoriales del trabajo dependiendo de factores afecti-
vos y de comunicación (así, grado de iniciativa, reconocimiento social
de la tarea, responsabilidades, cooperación, etc.).
5. Factores tecnológicos y de seguridad (muy determinantes en la
génesis de accidentes de trabajo), tales como: orden y limpieza de los
locales, disposición de la maquinaria, techos, paredes, pisos deslizan-
tes, protección eléctrica y contraincendios, protección contra la caída
de objetos.
En atención a los anteriores factores, la Ordenanza de Seguridad e
Higiene, dispone:

154
MAGELLI, L., /. Facttori di rischio in ambiente de lavoro, Aggiornamienti in
medicina del lavoro, Boloña, 1987, según cita de M. EPELMAN, D. FONTANA y J.C.
NEFFA, en: Efectos de las nuevas tecnologías sobre la salud de los trabajadores,
págs. 70, 71 y 72, Humanitas-Credal, Buenos Aires (Argentina), 1990.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 151

Artículo 25
ILUMINACIÓN.—DISPOSICIONES GENERALES
1. Todos los lugares de trabajo o de tránsito, tendrán iluminación
natural, artificial o mixta, apropiada a las operaciones que se eje
cuten.
2. Siempre que sea posible se empleará la iluminación natural.
3. Se intensificará la iluminación de máquinas peligrosas, lugares
de tránsito con riesgo de caídas, escaleras y salidas de urgencia.
4. Se deberá graduar la luz en los lugares de acceso a zonas de
distinta intensidad luminosa.

Artículo 26
ILUMINACIÓN NATURAL
1. Cuando exista iluminación natural se evitarán, en lo posible, las
sombras que dificulten las operaciones que deban ejecutarse.
2. Se procurará que la intensidad luminosa en cada zona de traba-
jo sea uniforme, evitando los reflejos y deslumbramiento al trabaja-
dor.
3. Se realizará una limpieza periódica y la renovación, en caso
necesario, de las superficies iluminantes para asegurar su constante
transparencia.
4. El área de las superficies iluminantes representará, como míni-
mo, un sexto de la superficie del suelo del local.

Artículo 27
ILUMINACIÓN ARTIFICIAL
1. En las zonas de trabajo que carezcan de iluminación natural,
esta sea insuficiente o se proyecten sombras que dificulten las opera
ciones laborales, se empleará la iluminación artificial.
2. Cuando la índole del trabajo exija una iluminación intensa en
un lugar determinado, se combinará la iluminación general con otra
local complementaria, adaptada a la labor que se ejecute, y dispuesta
de tal modo que evite deslumbramientos.
152 ERGONOMÍA BÁSICA

3. La relación entre los valores mínimo y máximo de iluminación,


medida en lux, nunca será inferior a 0,8 para asegurar la uniformidad
de iluminación de los locales.
4. Se evitarán contrastes fuertes de luz y sombras para poder apre-
ciar los objetos en sus tres dimensiones.
5. Para evitar deslumbramientos:
a) No se emplearán lámparas desnudas a menos de 5 metros del
suelo, exceptuando de este requisito a aquellas que, siendo parte del
proceso de fabricación, se les haya incorporado de modo eficaz protec-
ción antideslumbrante.
b) El ángulo formado por el rayo luminoso procedente de una
lámpara descubierta, con la horizontal del ojo del trabajador, no será
inferior a 30 grados.
c) Se utilizarán para el alumbrado localizado reflectores opacos,
que oculten completamente al ojo del trabajador la lámpara, cuyo
brillo no deberá ocasionar, tampoco, deslumbramientos por reflexión.
d) Los reflejos o imágenes de las fuentes luminosas en las superfi-
cies brillantes serán evitados pintando las máquinas con colores ma
tes.
6. Se prohibe el empleo de fuentes de luz que produzcan oscilacio-
nes en la emisión del flujo luminoso.
7. Cuando se emplee iluminación fluorescente el montaje será do
ble; se hará el reparto de lámpara sobre las tres fases del sector; la
superficie iluminada será homogénea, y no se alimentará con corrien-
te que no tenga, al menos, cincuenta períodos por segundo.
8. La iluminación artificial deberá ofrecer garantías de seguridad,
no viciar la atmósfera del local, ni presentar ningún peligro de incen-
dio o explosión.
9. En los locales con riesgo de explosión por el género de sus acti-
vidades, sustancias almacenadas o ambientes peligrosos, la ilumina-
ción será antideflagrante.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 153

Artículo 28
INTENSIDAD DE LA ILUMINACIÓN ARTIFICIAL
1. Las intensidades mínimas de iluminación artificial según los
distintos trabajos e industrias, serán las siguientes:
a) En patios, galerías y demás lugares de paso: 20 lux.
b) Operaciones en las que la distinción de detalles no sea esencial,
tales como manipulación de mercancías a granel, materiales gruesos y
pulverización de productos: 50 lux.
c) Cuando sea necesaria una pequeña distinción de detalles, como
en la fabricación de productos semiacabados de hierro y acero, monta-
jes simples, molienda de granos, cardado de algodón, salas de máqui-
nas y calderas, ascensores, departamentos de empaquetados y embala-
je, almacenes y depósitos, vestuarios y cuartos de aseo: 10.50 lux.
d) Si es esencial una distinción moderada de detalles como en los
montajes medios, en trabajos sencillos en bancos de taller, trabajos en
máquinas, costura de tejidos claros o de productos de cuero, industrias
de conserva y carpintería mecánicas: 200 lux.
e) Siempre que sea esencial la distinción media de detalles, como
trabajos medios en banco de taller o en máquinas, acabado de cuero,
tejidos en colores claros y trabajos de oficina en general: 300 lux.
f) En trabajos en que sea indispensable una fina distinción de deta-
lles, bajo condiciones de constante contraste durante largos períodos
de tiempo, tales como montajes delicados, trabajos finos en banco de
taller o máquina, pulimento y biselado del vidrio, ebanistería, tejido
en colores oscuros, máquinas de oficina y dibujo artístico o lineal: 300
a 1.000 lux.
g) Actividades que exijan una distinción extremadamente fina o
bajo condiciones de contraste extremadamente difícil, tales como
montajes extrafinos, pruebas con instrumentos de precisión, talleres
de joyería y relojería, costura en tejidos de colores oscuros, grabado,
litografía y otros trabajos finos de imprenta: 1.000 lux.

Artículo 29
ILUMINACIÓN DE EMERGENCIA
En todos los centros de trabajo se dispondrá de medios de ilumina-
ción de emergencia adecuados a las dimensiones de los locales y nú-
154 ERGONOMÍA BÁSICA

mero de trabajadores ocupados simultáneamente, capaz de mantener,


al menos durante una hora, una intensidad de 5 lux y su fuente de
energía será independientemente del sistema normal de iluminación.

Artículo 30
VENTILACIÓN, TEMPERATURA Y HUMEDAD
1. En los locales de trabajo y sus anexos se mantendrá, por medios
naturales o artificiales, condiciones atmosféricas adecuadas, evitando
el aire viciado, exceso de calor y frío, humedad o sequía y los olores
desagradables.
2. Las emanaciones en polvo, fibras, humos, gases, vapores o ne-
blinas, desprendidos en locales de trabajo, serán extraídos, en lo posi-
ble, en su lugar de origen, evitando su difusión por la atmósfera.
3. En ningún caso el anhídrido carbónico o ambiental podrá so-
brepasar la proporción de 50/10.000 y el monóxido de carbono la de
1/10.000.
Se prohibe emplear braseros, salamandras o sistemas de calor por
fuego libre, salvo a la intemperie, y siempre que no impliquen riesgos
de incendio o explosión.
4. En los locales de trabajo cerrados, el suministro de aire fresco y
limpio por hora y trabajador será, al menos, de 30 a 50 metros cúbi-
cos, salvo que se efectúe una renovación total de aire varias veces por
hora, no inferior a seis veces para trabajos sedentarios ni a diez veces
para trabajos que exijan esfuerzo físico superior al normal.
5. La circulación de aire en locales cerrados se acondicionará de
modo que los trabajadores no estén expuestos a corrientes molestas y
que la velocidad del aire no exceda de 15 metros por minuto con
temperatura normal ni de 45 metros por minuto en ambientes muy
calurosos.
6. En los centros de trabajo expuestos a altas y bajas temperaturas,
serán evitadas las variaciones bruscas por el medio más eficaz.
Cuando la temperatura sea extremadamente distinta entre los lu-
gares de trabajo, deberán existir locales de paso para que los operarios
se adapten gradualmente a unas y otras.
7. Se fijan como límites normales de temperatura y humedad en
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 155

locales y para los distintos trabajos, siempre que el procedimiento de


fabricación lo permita, los siguientes:
Para trabajos sedentarios ......................................... de 17 a 22 °C.
Para trabajos ordinarios ........................................ de 1 5 a 18 °C.
Para trabajos que exijan acusado esfuerzo
muscular .............................................................. de 12 a 15 °C.
La humedad relativa de la atmósfera oscilará del 40 al 60 por
ciento, salvo en instalaciones en las que haya peligro por generarse
electricidad estática, que deberá estar por encima del 50 por ciento.
8. Las instalaciones generadoras de calor o frío se situarán con la
debida separación de los locales de trabajo para evitar en ellos peligros
de incendio o explosión, el desprendimiento de gases nocivos, irradia
ciones directas de calor o frío y las corrientes de aire perjudiciales al
trabajador.
9. Todos los trabajadores estarán debidamente protegidos contra
las irradiaciones directas y excesivas de calor.
10.5. En los trabajos que hayan de realizarse en locales cerrados
con extremado frío o calor, se limitará la permanencia de los opera-
rios, estableciendo, en cada caso, los turnos adecuados.

Artículo 31
RUIDOS, VIBRACIONES Y TREPIDACIONES
1. Los ruidos y vibraciones se evitarán o reducirán en lo posible en
su foco de origen, tratando de aminorar su propagación en los locales
de trabajo.
2. El anclaje de máquinas y aparatos que produzcan ruidos, vibra
ciones o trepidaciones, se realizará con las técnicas más eficaces, a fin
de lograr su óptimo equilibrio estático y dinámico, tales como banca
das cuyo peso sea superior de 1,5 a 2,5 veces al de la máquina que
soportan, por aislamiento de la estructura general o por otros recursos
técnicos.
3. Las máquinas que produzcan ruidos o vibraciones molestas se
aislarán adecuadamente y en el recinto de aquellas sólo trabajará el
personal necesario para su mantenimiento durante el tiempo indis-
pensable.
156 ERGONOMÍA BÁSICA

4. Se prohibe instalar máquinas o aparatos ruidosos adosados a


paredes o columnas de las que distarán, como mínimo: 0,70 metros de
los tabiques medianeros y un metro de las paredes exteriores o colum-
nas.
5. Se extremará el cuidado y mantenimiento de las máquinas y
aparatos que produzcan vibraciones molestas o peligrosas a los traba-
jadores y, muy especialmente, los órganos móviles y los dispositivos
de transmisión de movimiento.
6. Los conductos con circulación forzada de líquidos o gases, espe-
cialmente cuando estén conectados directamente con máquinas que
tengan órganos en movimiento, estarán provistos de dispositivos que
impidan la transmisión de las vibraciones que generan aquellas.
7. Estos conductos se aislarán con materiales absorbentes en sus
anclajes y en las partes de su recorrido que atraviesen muros o tabi-
ques.
8. El control de ruidos agresivos en los centros de trabajo no se
limitará al aislamiento del foco que los produce, sino que, también,
deberán adoptarse las prevenciones técnicas necesarias para evitar que
los fenómenos de reflexión y resonancia alcance niveles peligrosos
para la salud de los trabajadores.
9. A partir de los 80 decibelios, y siempre que no se logre la dismi-
nución del nivel sonoro por otros procedimientos, se emplearán obli-
gatoriamente dispositivos de protección personal, tales como tapones,
cascos, etc., y, a partir de los 110 decibelios, se extremará tal protec-
ción para evitar totalmente las sensaciones dolorosas o graves.
10.5. Las máquinas-herramientas que originen trepidaciones, tales
como martillos neumáticos, apisonadoras, remachadoras, compacta-
doras o vibradoras o similares deberán estar provistas de horquillas u
otros dispositivos amortiguadores y al trabajador que las utilice se le
proveerá de equipo de protección personal antivibratorio (cinturón,
guantes, almohadillas, botas).
11. Las máquinas operadoras automóviles, como tractores, exca-
vadoras o análogas que produzcan trepidaciones y vibraciones estarán
provistas de asientos con amortiguadores y sus conductores serán pro-
vistos de equipo de protección personal adecuado, como fajas, guan-
tes, etc.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 157

Cuestionario de higiene industrial


Pretendiendo facilitar a los médicos de empresa, y médicos en ge-
neral la recogida de datos imprescindibles para el estudio higiénico de
las industrias, M. HUERTA I55 propone un formulario básico, en los
términos siguientes:

1. EMPLAZAMIENTO DE LA FÁBRICA
¿En la ciudad o en el campo?
¿Está aislada o rodeada por edificios más altos?
¿Hay aguas estancadas próximas?
¿Los terrenos cercanos están contaminados?
¿Existen fábricas en la proximidad que envíen al exterior polvos,
gases o vapores tóxicos?
¿Es fábrica antigua o moderna?
¿Dispone de espacios verdes en su interior?
¿Algunas de sus actividades han sido clasificadas por el Gobierno
como molestas, insalubres, nocivas o peligrosas para la vecindad?
¿Es industria con riesgo de incendio o explosión? ¿Abona por esta
causa una sobreprima a la compañía aseguradora o esta le exige equi-
po especial contra incendios?
¿Tiene buenas comunicaciones con los núcleos de residencia del
personal empleado?
¿Están bien conservadas las carreteras y pistas de acceso a la fá-
brica?
¿Se producen embotellamientos a la entrada o salida del trabajo?

2. DISPOSICIÓN DE TALLERES
¿Cómo es la distribución de talleres? ¿Horizontal? ¿Vertical? ¿Se
trabaja en locales semiabiertos o cobertizos? ¿A la intemperie? ¿Se
protege en estos casos a los obreros contra el sol, el frío y las
corrientes de aire?

3. MUROS
¿Aislan contra el frío o el calor?

155
M. HUERTA HUERTA, Tratado de Higiene y Seguridad en el Trabajo, Tomo III,
págs. 14 a 19, editado por el Ministerio de Trabajo, Madrid, 1971.
158 ERGONOMÍA BÁSICA

4. PAREDES
¿Están en buen estado de conservación? ¿Húmedas? ¿Sucias?
¿Aislan contra el frío, el calor y los ruidos?

5. PAVIMENTO
¿Es liso, continuo y homogéneo? ¿Resbaladizo? ¿Está al mismo
nivel? ¿Hay escalones o rampas de pendientes suaves?
¿Tiene trampas y aberturas? ¿Están tapadas o cercadas?
Si hay humedad en el suelo, ¿se dispone de enrejados de madera?
El pavimento próximo a hornos y hogares, ¿es de material incom-
bustible?

6. PASILLOS
Los pasillos de primero y segundo orden, ¿tienen la anchura regla-
mentaria?
¿Es suficiente la separación entre máquinas?
¿Alrededor de hornos y calderas se deja un espacio libre de 1,50
metros?

7. PUERTAS Y ESCALERAS
¿Hay puertas en número suficiente?
Si la industria es peligrosa, ¿la anchura de las puertas guarda las
proporciones reglamentarias? ¿Se dispone de escaleras de seguridad?
¿Hay escaleras sin barandilla? ¿Con peldaños estrechos y de mate-
rial resbaladizo?

8. SUPERFICIE, UBICACIÓN, TECHOS, ETC.


Superficie de la sala.
Superficie neta.
Metros cuadrados por persona.
Altura de la sala. Cubicación.
Cubicación por persona.
Ventanas: clase y tipo.
Proporción entre la superficie de las ventanas y el área del piso del
local.
Techos: metálicos, de uralita, recubiertos de material aislante.
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 159

9. ORDEN Y LIMPIEZA DE LOS LOCALES DE TRABAJO


¿Cómo se hace la limpieza? ¿En seco? ¿En húmedo? ¿Por aspi-
ración?
¿Cuándo se hace? ¿En horas de trabajo? ¿Antes de empezar la jor-
nada? ¿Después?
¿Quién la realiza? ¿Hombres? ¿Mujeres? ¿Se contrata con casas es-
pecializadas?
¿Hay escupideras? ¿Hay papeleras? ¿Se renuevan periódicamente?
¿Se realiza desinfección de la nave? ¿Cada cuánto tiempo? ¿En qué
forma?
¿Desodorización? ¿Desinsectación? ¿Desratización?
¿Están limpias las ventanas, las claraboyas, los focos de luz?
El suelo, ¿está encharcado de aceites o grasas?
¿Los materiales están apilados de forma ordenada?
¿Los bancos de trabajo se conservan ordenados?
¿Las herramientas se encuentran en su lugar asignado?
¿Los recipientes que no se usan están cerrados?

10. SERVICIOS HIGIÉNICOS


a) Retretes
¿El número de los retretes es reglamentario? ¿Las cabinas tienen
las dimensiones mínimas?
¿Están separados los de distintos sexos?
¿Tienen agua corriente y descarga automática?
¿El suelo y paredes de los mismos son continuos, lisos e impermea-
bles?
¿Están en buenas condiciones de limpieza, desinfección y desodo-
rización?
¿Comunican con los locales de trabajo, comedores, cocinas o dor-
mitorios?
b) Duchas, lavabos y agua potable
Si la empresa es insalubre o sucia, ¿el número de duchas y lavabos
es de uno por cada diez trabajadores? ¿Tienen agua caliente?
¿Se facilita a los obreros jabón, cepillo, esponjas y toallas? ¿Hay
agua de bebida?
¿Hay personal encargado de la vigilancia y limpieza de los servicios
higiénicos?
160 ERGONOMÍA BÁSICA

¿Disponen los obreros de agua de bebida en las naves de trabajo?


c) Vestuario
¿Tienen percha o armario? ¿Bancos o sillas?
¿Hay doble cabina de vestuario para obreros de trabajos tóxicos?

11. TEMPERATURA
¿Cuál es la temperatura media de la sala? ¿En termómetro seco?
¿En termómetro húmedo?
¿Qué diferencia de temperatura hay con el exterior? ¿Y entre dis-
tintas zonas de la sala?
¿Hay corrientes de aire?

12. CALEFACCIÓN
Local: ¿Por estufas? ¿Por chimeneas? ¿Por gas? ¿Eléctrica? ¿Por
rayos infrarrojos?
Central: ¿Por aire caliente? ¿Por agua a baja presión? ¿Por vapor de
agua a baja presión?
¿El sistema de calefacción ofrece peligro de incendio o desprendi-
miento de gases nocivos? ¿Causa molestias al obrero por la acción
directa del calor radiante?
¿Es conveniente la distribución de superficies calefactoras?

13. VENTILACIÓN
Natural: ¿Intermitente? ¿Continua? ¿Vertical? ¿Horizontal?
Artificial: ¿Por hogar? ¿Por ventiladores centrífugos? ¿Por ventila-
dores helicoidales?
¿Por depresión o por hiperpresión?
¿«Per ascensum» o «per descensum»?
¿General o localizada?
¿Campanas de aspiración? ¿Cámaras envolventes? ¿Cabinas?
¿Campanas invertidas? ¿Tipos de canalizaciones? ¿Velocidad de
aspiración?
¿Renovación del aire por hora?
¿Aire acondicionado?
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 161

14. ILUMINACIÓN
Natural: ¿Vertical o lateral?
Por ventanas, claraboyas, lucernarios o dientes de sierra.
Ventanas: altura, orientación, estado de limpieza, proporción de su
superficie con la del piso del local.
¿Hay deslumbramientos por penetración de luz solar?
Artificial: directa o indirecta.
General o localizada.
¿Por lámparas de incandescencia? ¿Por vapores de mercurio?
¿Por vapores de sodio? ¿Por tubos fluorescentes? ¿Producen estos
oscilaciones?
¿Se limpian periódicamente las lámparas? ¿Se renuevan cuando su
uso les hizo perder intensidad?
¿Las intensidades medias de iluminación son las reglamentarias?
(Orden ministerial de 26 de agosto de 1940) *.
El número de focos, su distribución e intensidad, ¿están en rela-
ción con la altura, la superficie del local y el trabajo que se realiza?
¿La iluminación es uniforme? ¿Hay fuertes contrastes de luz y de
sombras? ¿Se producen deslumbramientos directos o por reflexión?
Los lugares que ofrecen más peligros, ¿están mejor iluminados?
¿Hay alumbrado de seguridad?
Las lámparas eléctricas portátiles, ¿cumplen las prescripciones re-
glamentarias de seguridad? (mango aislante, cable resistente, dispositi-
vo protector de la lámpara, voltaje inferior a 27 v.)

15. COLOR Y SEÑALIZACIÓN


¿Cuál es el color ambiente de la nave? ¿Predominan los colores
cálidos o los fríos? ¿Hay colores excitantes o depresivos?
¿Están señalizados los pasillos?
¿Se pintan con distinto color los resaltes, las curvas o los cambios
de nivel?
¿Se colorean las partes móviles de las máquinas?
¿Se utiliza especial coloración para señalizar los equipos de auxilio
o contra incendios?
Las tuberías y conducciones, ¿están pintadas con colores que per-
mitan distinguir el fluido que por ellas circula?
* En la actualidad remitirse a la Ordenanza de Seguridad e Higiene, normas acce-
sorias y complementarias.
162 ERGONOMÍA BÁSICA

16. HUMOS
¿Hay operaciones industriales que produzcan humos? ¿Se elimi-
nan bien o, en ocasiones, penetran en los lugares de trabajo?
El tiraje de las chimeneas, ¿es perfecto?
¿Se regula el acceso de aire u oxígeno a los hogares?
¿Se emplea algún dispositivo de aspiración forzada?
¿Las chimeneas de descarga son suficientemente altas?
En los humos densos, ¿la aspiración es «per descensum»?

17. NIEBLAS Y ROCÍOS


¿Se producen con frecuencia?
¿Se procuran evitar, reduciendo la superficie de evaporación de los
líquidos?
¿Se sospecha la existencia de nieblas tóxicas?

18. GASES Y VAPORES


¿Hay operaciones industriales susceptibles de producir gases?
¿De qué naturaleza? ¿Inertes, irritantes o tóxicos generales?
¿Se sospecha la existencia de desprendimientos o fugas de cloro,
oxicloruro de carbono, vapores nitrosos o anhídridos sulfurosos? ¿De
hidrógeno arseniado, de hidrógeno sulfurado o ácido cianhídrico?
¿Existe riesgo de intoxicación agua o crónica por óxido de car-
bono?
¿Hay hogares con instalaciones provisionales de tiraje insuficiente?
¿Se apagan las brasas incandescentes con chorro de agua?
¿Se utilizan braseros y forjas portátiles?
¿El encendido de los motores con gasógeno se hace al aire libre o
después de poner en marcha una potente ventilación?
¿Se manejan disolventes industriales? ¿De qué clase? ¿Benzol?
¿Sulfuro de carbono? ¿Tetracloretano? ¿Tricloroetileno? ¿Esencias de
petróleo?
En el empleo del benzol, ¿se toman las prescripciones reglamen-
tarias?
¿Se dispone de analizador de gases y vapores? ¿Se analizan periódi-
camente las concentraciones de gases y vapores para determinar si
están por debajo de las máximas permitidas por la ley?
¿Qué clase de protección térmica se emplea contra gases y vapores?
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 163

¿Se fabrican en circuito cerrado? ¿Se captan los gases en el lugar de su


emisión? ¿Hay ventilación «per descensum» para gases pesados? ¿Se
dispone de depósitos permanentes de sustancias neutralizantes? ¿Las
tuberías de conducción son vigiladas periódicamente a fin de descu-
brir posibles fugas?
¿Cuál es el procedimiento utilizado para la eliminación definitiva
de gases y vapores? ¿La combustión? ¿La solubilización en agua? ¿La
licuefacción por enfriamiento? ¿La absorción por carbón?
En los trabajos de inspección, limpieza o reparación de pozos, al-
cantarillados, cubas de fermentación u otros recintos con atmósfera
tóxica, ¿se realiza ventilación enérgica o neutralización química antes
de la entrada de los trabajadores? ¿Van estos provistos de equipos ade-
cuados?
¿Cuál es la protección individual empleada contra gases y vapores?
¿Máscaras filtrantes? ¿Máscaras aislantes?

19. POLVOS
¿Hay procesos pulvígenos en la fábrica? ¿De qué clase? ¿Moltura-
ción? ¿Pulido? ¿Tallado de piedras? ¿Acción de muelas abrasivas?
¿Sierras? ¿Batanes o cardas?
¿De qué naturaleza son los polvos originados? ¿De sílice? ¿De
amianto? ¿De talco? ¿De carbón? ¿De hierro? ¿De algodón?, etc.
¿Qué tipo de protección técnica se emplea contra el polvo? ¿Traba-
jo en dispositivo cerrado? Humectación? ¿Aspiración en el lugar de su
formación? ¿Bajo campana? ¿Por manguera flexible? ¿«Per ascen-
sum»? ¿«Per descensum»?
¿Qué filtros se utilizan para eliminar el polvo? ¿Cámaras de decan-
tación? ¿Filtros de tela? ¿Ciclones? ¿Filtros de agua? ¿Precipitador
eléctrico?
¿Por qué medios se realiza la protección personal? ¿Por aparatos
aislantes? ¿Por aparatos filtrantes?

20. RUIDOS
¿Es industria ruidosa? ¿Son ruidos de gran intensidad? ¿Se trata de
sonidos muy agudos? ¿Hay resonancia y reflección de las ondas so-
noras?
¿Se producen simultáneamente vibraciones?
¿Se han hecho estudios del riesgo sonoro? ¿Disponen de decibelí-
164 ERGONOMÍA BÁSICA

metro? ¿Qué medidas técnicas se han tomado contra los ruidos? ¿Ais-
lamientos de máquinas ruidosas? ¿Aislamientos del local?
¿Disponen los obreros expuestos de aparatos antífonos? ¿De qué
clase?

4.3. Concepción de los procesos de trabajo


«Los procesos de trabajo deben ser concebidos de manera que se
vea preservada la salud y la seguridad de los trabajadores, contribu-
yendo a su bienestar y a favorecer el acometimiento de su tarea, evi-
tando, en particular, requerimientos muy intensos y muy débiles.
Esto se produce cuando se ponen en juego los procesos fisiológicos
y/o psicológicos que traspasan los límites superior e inferior del mar-
gen de funcionamiento satisfactorio, por ejemplo:
— Un requerimiento físico o sensorial muy intenso determina fa-
tiga.
— A la inversa, un requerimiento muy débil o un trabajo monóto-
no se traduce en un descenso del nivel de vigilancia.
Los requerimientos físicos y psicológicos dependen no sólo de los
factores considerados en 4.1 y 4.2 *, sino, también, de la autonomía,
del contenido y de la repetitividad de las operaciones concernientes a
un mismo trabajador en el proceso de trabajo.
La calidad del proceso de trabajo es susceptible de ser mejorada
prestando atención tanto a la capacidad profesional de los interesados
como a las medidas compatibles con la organización racional de ese
proceso, como:
a) La ejecución por un mismo trabajador de varias tareas sucesi-
vas pertenecientes a una misma función (ejemplo, varias tareas de
montaje) en lugar de que sean efectuadas por trabajadores distintos
(ampliación —ensanchamiento— de las tareas);
b) La ejecución por un mismo trabajador de tareas que corres-
pondan a funciones diferentes en lugar de que sean efectuadas por
trabajadores distintos, por ejemplos, tareas de montaje seguidas de
control inmediato de la calidad del trabajo por el autor del montaje y
reparación de los defectos eventuales (enriquecimiento de las tareas);

* Espacio de trabajo, medios de trabajo y concepción del entorno de trabajo (según


lo ya anotado).
PRINCIPIOS ERGONÓMICOS DE LA CONCEPCIÓN DE LOS SISTEMAS... 165

c) El cambio de actividad, como, por ejemplo, la rotación volun-


taria de los trabajadores por los diferentes puestos de la cadena de
montaje o dentro de un equipo autónomo;
d) Las pausas organizadas o no.
La puesta en práctica de estas medidas debe tener en cuenta, en
particular:
e) Las variaciones de la vigilancia y de la capacidad de trabajo
según las horas del día y de la noche.
f) Las diferentes capacidades de trabajo según los individuos y la
edad.
g) La necesidad del completo desarrollo personal.»
PARTE TERCERA

ANÁLISIS ERGONÓMICO
DEL PUESTO DE TRABAJO

I. IDENTIFICACIÓN DEL PUESTO DE TRABAJO: LA UNIDAD


OPERATIVA BÁSICA: EL ERGON
En la relación hombre-trabajo, siguiendo el enfoque ergonómico
que se ha venido proponiendo, una cuestión básica es identificar el
puesto de trabajo, lo que obliga a remitirse al sistema de trabajo l56
distinguiendo entre:
1. El aspecto técnico (o extrahumano), teniendo en cuenta cuantos
factores incidan en este terreno: el local de trabajo, las condiciones
ambientales (iluminación, ventilación, temperatura, humedad, pol-
vos, humos, nieblas, gases y otros agresivos industriales, así como los
mecanismos de aspiración, evacuación, etc.), herramientas, máquinas
y aparatos manejados (considerando sus riesgos y medios de protec-
ción), productos utilizados o transformados, etc. En definitiva, se ha
de indagar en el entorno, el espacio y los medios de trabajo, pues todos
ellos condicionan la ejecución laboral.
2. El aspecto humano (obviamente, en conjunción con lo ante-
rior), en la manera en que el proceso de trabajo y en la forma ya
definida impone una carga externa («contrainte») en atención, a su
vez, al gasto energético que requiere ese trabajo, a la carga física (po-
156
Véase Norma NBN X 10-001, reparando en los conceptos expuestos. No se
olvide, no obstante, de que el médico se ha de circunscribir en su estudio a la perspecti-
va biológica (tanto en las exigencias del trabajo y sus repercusiones como en sus inte-
racciones), sin invadir campos que no le correspondan. Adviértase también que el
binomio factor humano-factor técnico es una construcción juzgada por algunos auto-
res como poco expresiva, sustituyéndola por otras denominaciones; en cualquier caso,
lo importante es considerar los distintos elementos que han de interrelacionar en el
sistema de trabajo. (Ver págs. anteriores).

167
168 ERGONOMÍA BÁSICA

drá singularizarse de forma especial, según el caso, en el aparato loco-


motor, cardiovascular, respiratorio, nervioso, etc.) y a la carga men-
tal).
Respecto a las características psicofisiotécnicas generales del traba-
jo, y sus peculiaridades específicas, de gran interés son las acepciones
apuntadas por MIRA y LÓPEZ *, en la forma y manera que a continua-
ción se definen:
«Trabajo psíquico, psicofísico o físico: significan que el trabajo es,
respectivamente, predominantemente mental (e intelectual), equilibra-
damente mental y psicomotor, o predominantemente corporal (muscu-
lar).
Trabajo automatizable o variable: significa que sus operaciones
—en su mayoría— no cambian en el tiempo y, por lo tanto, pueden
llegar a realizarse de un modo automático (extraconsciente) o, por el
contrario, que por hallarse sujetas a modificaciones frecuentes, exigen
constantemente una «creatividad» (improvisada o meditativa) de ca-
rácter consciente.
Trabajo percepcional, percepto-reaccional o reaccional: significa
que es de un orden principalmente observacional, contemplativo y
combinativo implícito, o que es equilibradamente observacional, aso-
ciativo y reactivo, o que es predominantemente explícito y, por tanto,
su complejidad radica casi íntegramente en una diversidad de combi-
naciones de movimientos (cual ocurre, por ejemplo, en la danza y en
no pocas actividades deportivas).
Trabajo verbal, espacial o abstracto: significa que se realiza a base
del "lenguaje" hablado (y su órgano explícito es la lengua), a base de la
manipulación y cambios de posición de los "cuerpos" (y su órgano
explícito son las manos); o a base de ponderación y combinación de

* MIRA y LÓPEZ, en: Manual de orientación profesional, págs. 114 y 115, Editorial
Kapelutsz, S.A., sexta edición, Buenos Aires, 1965. Con respecto a las fichas profesio-
gráficas que transcriben, proceden del Centro de Psicotecnia y Orientación Profesional
de Barcelona, que fue dirigido por MIRA, cuya transcripción (ordenada alfabéticamente)
es parcial, remitiéndose al autor a la siguiente bibliografía: GREENLEAF, WALTER: Eighty
new books on occupations, U.S., Offices of Educ, 1940, y Guidance bookshelf on
occupations, id., id., 1941. MIRA, E., Anales del Instituto de Orientación Profesional de
Cataluña, n.° 1 a 16, Barcelona. Occupational Index, New York University, Occupatio-
nal tilles (Dictionary of). United States Departement of. Labor, 1939-45. Training and
reference manual for job analysis, War Manpower Commission, U.S. Gov. Printing
Office, 1944.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 169

esencias significativas o "conceptos" (y su órgano implícito es la corte-


za cerebral)».
En las páginas siguientes se reproducen algunas de fichas profesio-
gráficas elaboradas en su día en el Instituto Psicotécnico de Barcelona,
que han de tomarse como pauta orientativa (teniendo en cuenta, en
cualquier caso, que se corresponden con referencias tomadas hace más
de 50 años, y que en cada caso se estimarán las variaciones que haya
que introducir).

FICHAS PROFESIOGRAFICAS

Abogacía.—Trabajo predominantemente psíquico, abstractoverbal,


variable, que requiere especialmente: una devoción inmanente por la
verdad y la justicia, con recta y serena evaluación de la responsabili-
dad moral; capacidad de intuición y comprensión de motivaciones
psíquicas; excelente memoria de fechas, nombres y textos; buena ca-
pacidad de expresión verbal; buena empatía y sociabilidad.
Aptitudes psíquicas requeridas: elevado rendimiento de las funcio-
nes de comprensión y abstracción significativa de los actos sociales;
claro juicio ético-discriminativo; alto nivel expresivo verbal; intensa
capacidad evocativa de datos verbales; temperamento sintónico, con
buena capacidad de inhibición emocional.
Aptitudes físicas: fonación excelente.

Actor.—El trabajo de actor —teatral, cinematográfico, radial o pri-


vado— es singularmente atractivo para los jóvenes con tendencias
exhibicionistas y disposición histeriforme (plástico-expresiva, imagi-
nativa y fictiva o mitómana) de su personalidad. Los sueldos fabulosos
y la popularidad de que gozan quienes, a veces con gran rapidez,
alcanzan el «estrellato», llevan a millares de púberes y adolescentes
hacia esa ruta, en la que generalmente no llegan a ser estrellas, pero se
estrellan, perdiendo tiempo e ilusiones. De ahí la conveniencia de
precisar bien las condiciones de aptitud de este tipo de labor.
Dada la enorme variedad de tipos caracteriológicos representables
en la ficción escénica, puede decirse que ni la edad ni la apariencia
estética son factores decisivos en el éxito o fracaso de un actor. Pero,
en cambio, sí lo es, siempre, su capacidad de transmutación empática,
170 ERGONOMÍA BÁSICA

o sea, de adaptarse a la caracterología del personaje que intenta hacer


vivir en la escena —y que nunca habrá de hallarse demasiado alejado
de su propio modo de ser (de ahí que cada actor se especialice en
representar un determinado tipo de personaje, en el que, más que
completar, libera o exagera sus auténticos rasgos personales).
Fundamentalmente, se requiere poseer una extraordinaria capaci-
dad captativa e imitativa de los aspectos expresivos de la personalidad
(gestos, ademanes, inflexiones de tono vocal, mímica facial, etc); exce-
lente memoria verbal; rendimiento atentivo (mental) sostenido (ya que,
una vez en escena, no puede haber pausa en el trabajo, y una distrac-
ción momentánea puede hacer fracasar la obra en conjunto); nivel,
cuando menos, normal de inteligencia abstracta y verbal.
Aptitudes físicas: buena agilidad y fluencia motriz, y excelente fona-
ción.
Puede parecer extraño que, tratándose de un trabajo artístico, no se
hable de la «sensibilidad artística», de la «emoción estética», etc. Ello
se debe a que no corresponden a una aptitud mensurable aisladamen-
te.

Administración.—Trabajo predominantemente psíquico, de tipo


mixto, parcialmente automatizable y equilibradamente perceptorreac-
cional. Su especial requerimiento es un elevado rendimiento de la
función organizadora, clasificadora, ponderal y distributiva de fondos
económicos, para obtener de ellos el máximo rendimiento, al aplicar-
los a una determinada finalidad productiva.
Aptitudes psíquicas requeridas: buena habilidad aritmética, capaci-
dad de ordenación y sistematización de conjuntos objetivos heterogé-
neos; regularidad o perseverancia en el rendimiento mental; tendencia
crítico-observadora (principalmente visual); buena memoria evocativa
de datos numéricos; resistencia a la sugestión; pulcritud y honestidad
no ligadas a rigidez anímica.
Aptitudes físicas: normal agudeza visual y auditiva, y precisión de
micromovimientos digitales.

Aduanas.—El trabajo básico del empleado de aduanas es el de ins-


pección de todo género de mercaderías, su clasificación y valoración,
para aplicarles la tarifa correspondiente. Teniendo en cuenta la posibi-
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 171

lidad de fraude por parte de los consignatarios o propietarios, tal labor


se complica con un elemento de investigación detectivesca. De aquí
que las cualidades esenciales de este tipo de trabajo, desde el punto de
vista psíquico, sean: excelente capacidad de observación visual y táctil,
capacidad discriminativa de gestos y detalles (de forma y conducta),
buena imaginación visual y apreciación de formas deformadas.

Afilador.—Trabajo predominantemente físico, determinado, espa-


cial, perceptorreaccional.
Requiere: perfecta ortoforia y agudeza visual. Gran seguridad de
microcinesias de la mano derecha y buena fuerza de la muñeca en
dicha mano. Temperamento anemocional. Normal coordinación ocu-
lomanual. Resistencia al deslumbramiento y dominio de movimientos
reflejos.

Agricultura.—El trabajo agrícola propiamente dicho —cultivo del


campo— es de tipo psicofísico, determinado (y, por lo tanto, en gran
parte automatizable) y predominantemente reaccional.
Requiere: un predominio de imaginación espacial, con buena me-
moria de formas y colores, y un cierto grado de habilidad mecánica.
También es útil la memoria olfativa y géusica.
Aptitudes físicas: buen sistema circulatorio y respiratorio, buena
fuerza muscular y excelente homeostasis.

Agronomía.—Requiere, fundamentalmente, las aptitudes de los tra-


bajos de ingeniería, o sea: buena inteligencia espacial y abstracta, habi-
lidad técnicoconstructiva, imaginación visual, excelente evaluación de
distancias, discreta habilidad para el dibujo lineal y el cálculo geodési-
co. Temperamento levemente esquizóidico (para resistir el aislamien-
to urbano).
Aptitudes físicas: buena agudeza sensorial general, fortaleza cardio-
vascular y muscular.

Armero.—Trabajo psicofísico, determinado, perceptorreaccional,


espacial.
Requiere: perfecta ortoforia y capacidad de «calibración» visual.
Buena memoria de formas y, en especial, de ángulos; excelente apre-
172 ERGONOMÍA BÁSICA

dación de relieves. Gran precisión de microcinesias (inhibición de


movimientos reflejos) y buena coordinación oculomanual. Constancia
de rendimiento atentivo. Buen control emocional.

Arqueología.—Trabajo variable, psíquico, espacial, perceptorreac-


cional.
Requiere: excelente capacidad de observación discriminativa visual
(morfocromática) y táctil; buena imaginación visual; gran precisión de
micromovimientos; buena orientación y memoria visomotriz; pacien-
cia y buena capacidad de adaptación (homeostasis).

Arquitectura.—Trabajo esencialmente psíquico, variable, percepto-


rreaccional, plástico-constructivo.
Requiere: una difícil síntesis de aptitudes científico-estético-prácti-
cas. Por una parte, el arquitecto ha de poseer buena inteligencia abs-
tracta, para el dominio de la parte matemática de su trabajo; pero, por
otra, requiere buena inteligencia espacial o mecánica, con excelente
imaginación visual y apreciación de formas, para las resolución de
problemas prácticos de distribución y circulación de ambientes. Ha de
tener buen gusto y habilidad para el dibujo, pintura y escultura; ha de
saber penetrar en las necesidades a las que ha de responder su plano
constructivo (para adaptarlo a ellas, y no viceversa). Ha de tener, final-
mente, una cierta capacidad dialéctica para conseguir que los propie-
tarios u organismos técnicos a quienes sirve no le obliguen a realizar
adefesios, ya que toda su obra es, luego, muy difícilmente modificable.
Aptitudes psíquicas correspondientes: excelente percepción e imagi-
nación estereométrica (visoespacial); buena inteligencia abstracta y es-
pacial; buena apreciación estético-plástica (decorativa); habilidad para
el dibujo; capacidad organizadora y jerarquizante de datos heterogé-
neos (equilibrio entre los procesos de síntesis y análisis mental). Nor-
mal capacidad de lenguaje.
Aptitudes físicas: buen sentido de la orientación y el equilibrio; bue-
na predisposición de movimientos micromanuales; buena ortoforia.

Aserrador.—Trabajo predominantemente físico, determinado, es-


pacial, perceptorreaccional.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 173

Requiere: gran fuerza braquial, bilateral; perfecta simetría de movi-


mientos y gran capacidad de automatización de los mismos; normal
evaluación del tiempo y de microvelocidades, así como fina discrimi-
nación de esfuerzos musculares; normal precisión de movimientos,
bajo control visual; ortoforia normal y buena capacidad discriminati-
va de pequeños relieves y cambios de tono cromático. Rendimiento
atentivo perseverante, en caso de trabajar con aserradora mecánica.

Astronomía.—Trabajo esencialmente psíquico, determinado, per-


cepcional, abstracto, espacial. La base es la observación discriminativa
visual y el cálculo matemático. La ausencia de contacto vital con el
material manipulado (naturaleza muerta o simples símbolos), califica
especialmente para este tipo de labor a las personas de temperamento
esquizotímico, amantes de la soledad y propensas a la introversión.
Aptitudes psíquicas generales: excelente capacidad discriminativa
visual, de formas y tonos cromáticos; excelente inteligencia abstracta;
buena inteligencia e imaginación espacial; buena percepción del relie-
ve y memoria de «manchas» e intensidades lumínicas (por contraste
en claroscuro). Temperamento con tendencia al orden, casi meticulo-
so. Carácter más bien hermético.
Aptitudes físicas: excelente agudeza visual y ortoforia.

Aviación.—Campo de trabajo amplísimo, en el que cabe distinguir


muy variadas especialidades, requiriendo todas ellas la conjunción de
aptitudes fisiológicas y psíquicas bien concretas.
En la imposibilidad de acotar todas las labores, daremos las fichas
de las más típicas:
a) Piloto de.—El piloto de aviación —aviador por esencia— re-
quiere aptitudes algo diversas, según se trate de pilotar un aparato
monoplaza, liviano y rápido, o un pesado aparato de transporte (el
llamado «camión aéreo»); también se necesitan aptitudes diferentes
para el vuelo a baja altura y el estratosférico, para el vuelo diurno y el
nocturno, etc.; pero en esta ficha se enuncian solamente las que son
comunes a todos ellos.
Trabajo psicofísico variable, perceptorreaccional, de tipo espacia-
labstracto.
Requiere: buena inteligencia espacial; excelente percepción visual,
174 ERGONOMÍA BÁSICA

auditiva y kinestética; buena imaginación visual; excelente aprecia-


ción de relieves y distancias; excelente sentido de equilibrio y de la
orientación; excelente apreciación de alturas y velocidades; perfecto
control emocional.
Aptitudes físicas: excelente sistema circulatorio y respiratorio, buena
homeostasis, fuerza muscular normal, gran resistencia a la fatiga y al
sueño.
b) Radiotelegrafista de.—Trabajo predominantemente psíquico,
verboespacial, determinado, perceptorreaccional.
Requiere: atención aprehensión visuauditiva sostenida, en su doble
nivel, espontáneo (awareness=vigilancia) y voluntario. Gran rapidez,
precisión discriminativa de señales ópticoacústicas; rapidez y precisión
de computación; normal inteligencia espacial y abstracta; precisión de
ritmos manuales.
Aptitudes físicas: buena homeostasis; buena equilibración; resisten-
cia a la fatiga y al sueño.
c) Observador de.—Casi siempre es, también, copiloto (de suerte
que ha de tener un mínimo de capacidad de vuelo); pero, además,
debe poseer una capacidad específica: rápida y segura captación de
microdetalles en conjuntos ópticos heterogénicos y móviles (lo que en
términos técnicos se denomina «agilidad configurativa» y «plasticidad
estructural optokinética»). Ello requiere, además de perfecta ortoforia
y amplio campo visual, una aprehensión profunda y sostenida del
panorama óptico, en cualquiera de sus sectores.
d) Mecánico de.—Trabajo psicofísico espacial,, variable, percepto
rreaccional.
Requiere: buena inteligencia espacial; normal inteligencia abstracta;
excelente imaginación espacial; rapidez y precisión de movimientos
en todos los segmentos braquiales. Buena aprehensión discriminativa
visual, auditiva, térmica y táctil.
Aptitudes físicas: ortoforia, buena equilibración, excelente fuerza de
antebrazo y muñeca.
e) Camarero de.—Trabajo psicofísico, verboespacial, determinado,
perceptorreaccional.
Requiere: buena capacidad de comprensión y retención de encargos
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 175

(memoria auditiva verbal); rapidez y precisión de movimientos bra-


quiales; excelente equilibración; temperamento sintónico; carácter so-
ciable.

Banca.—En este calificativo se agrupan bastantes categorías de tra-


bajo, que no sólo difieren por su nivel o jerarquía intelectual, sino por
su «estructura». En la imposibilidad de reproducir las fichas de todas,
exponemos seis de las más típicas:
a) Gerencia.—Trabajo abstractoverbal, variable; perceptorreaccio-
nal.
Requiere: esencialmente, alto nivel intelectual, rápida intuición y
evaluación de valores económicos; capacidad de organización y rápido
juicio crítico; amplitud del campo de trabajo mental; temperamento
sereno y carácter enérgico. Personalidad de tipo sintónico-plástico,
más no efusivo (es decir, capaz de atraer, sin dar). Excelente memoria
de números y caras; buena expresividad verbal.
b) Tesorería.— Tipo de trabajo cifrovisual, determinado y predo-
minantemente perceptivo.
Requiere: habilidad para la computación; excelente memoria de ci-
fras; rápida discriminación de escasas diferencias de formas visuales
(con buena memoria de formas); buena sensibilidad táctil; elevada y
rápida aprehensión del detalle; constancia y regularidad del rendi-
miento mental; orden y escrupulosidad caracterológica.
c) Correspondencia.—Tipo de trabajo cifrovisual, determinado y
predominantemente perceptivo.
Requiere: buena inteligencia y memoria verbales; buena memoria
de fechas; rapidez y precisión de pequeños movimientos digitales
(para la grafía manual o mecánica).
d) Pagaduría.—Trabajo psíquico, concreto, social, mixto y varia
ble, perceptorreaccional.
Requiere: especiales condiciones de amplitud, rapidez y precisión
perceptiva visual, excelente discriminación de formas gráficas (visua-
les); fina discriminación de relieve y grosor, peso y formas táctiles;
excelente memoria de cifras y rapidez de computación; precisión y
agilidad de micromovimientos digitales; fijeza y constancia del rendi-
miento mental; serenidad.
176 ERGONOMÍA BÁSICA

Contaduría.—Trabajo psíquico, crítico, ordenado pero variable, se-


dentario y aislado.
Requiere: excelente habilidad aritmética (computativa) y constante
rendimiento mental, en microespacios visuales.
f) Escritorio.—Trabajo psicofísico, determinado, perceptorreaccio-
nal.
Requiere: rendimiento visopráxico en microespacios; excelente per-
cepción y memoria visual de nombres y cifras.

Barnizador.—Trabajo físico, determinado, reaccional.


Requiere: principalmente buena capacidad pulmonar; fuerza bra-
quial y singularmente antebraquial derecha; temperamento automati-
zable; buena apreciación visokinética de lisura y brillantez de tonos
cromáticos; discreta precisión de movimientos oscilatorios braquiales,
resistencia a la fatiga muscular.

Bibliotecario.—Trabajo predominantemente psíquico, abstracto-


verboespacial, determinado, perceptorreaccional.
Requiere: buen nivel intelectual, con amplia capacidad de clasifica-
ción y ordenación de contenidos conceptuales. Temperamento con
buen equilibrio y simetría de tendencias. Carácter perseverante, orde-
nado, plástico y activo. Excelente memoria de nombres propios y títu-
los. Buena precisión de movimientos. Buena capacidad discriminativa
táctil.

Bombero.—Trabajo psicofísico, variable, perceptorreaccional, espa-


cial.
Requiere: excelente resistencia física y homeostasis. Excelente con-
trol emocional. Buena capacidad discriminativa, visual, de tonos y
grados de brillantez. Buena imaginación espacial. Buena equilibración
y coordinación oculomanual. Gran capacidad pulmonar. Movimien-
tos de gran amplitud, precisión y energía. Normal estimativa de altu-
ras y distancias.

Buzo.—Trabajo predominantemente físico, variable, percepto-


rreaccional, de tipo puramente espacial.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 177

Requiere: excelente homeostasis; gran fuerza muscular y perfecto


aparato pulmonar y cardiovascular. Además: buena sensibilidad pro-
pioceptiva; temperamento anemocional; precisión de coordinación
oculomanual; perfecta ortoforia; buena discriminación de tonos y re-
lieves cromáticos; buena nictopsis; normal apreciación de formas y
distancias; buena memoria optokinética.

Calderero.—Trabajo físico espacial, determinado, perceptorreaccio-


nal.
Requiere: normal aprehensión de formas y volúmenes; buena me-
moria motriz; normal coordinación oculomanual; precisión y fuerza
de movimientos braquiales derechos; resistencia al ruido intenso y
prolongado.

Calígrafo.—El trabajo de calígrafo o pendolista —cada vez menos


valorado— es una labor psicofísica, determinada, perceptorreaccional.
Requiere: solamente condiciones normales de ortoforia, excelente
precisión y pulcritud de los pequeños movimientos de la muñeca (la
llamada «seguridad de pulso»), con buena frecuencia motriz; ausencia
de emotividad o buen control de la misma (para lo que es conveniente
poseer un temperamento esquizotímico).

Camarero.—Trabajo psicofísico, verboesopacial, determinado, per-


ceptorreaccional.
Requiere: salud normal, buena presencia, normal visión, audición y
ortoforia; excelente memoria inmediata auditiva (de órdenes) y topo-
lógica (de lugares); buena capacidad de discriminación de caras; rapi-
dez y precisión de movimientos, con inhibición de movimientos refle-
jos; buena sensibilidad propioceptiva.

Cantante.—Trabajo predominantemente psicofísico, determinado,


perceptorreaccional, que requiere diversas aptitudes, según se trate de
puro «bel canto» o de canto asociado a representación teatral (en cuyo
caso interviene definidamente la posesión de una buena pantomima).
Aptitudes físicas: excelente fonación, con dicción clara y capacidad
pulmonar francamente superior al promedio.
178 ERGONOMÍA BÁSICA

Aptitudes psíquicas: personalidad con suficiente aporte de rasgos


cicloides, sociable, extravertida; dotada de excelente memoria y sensi-
bilidad diferencial de tonos musicales, con buena percepción de rit-
mos y breves intervalos temporales; normal control emocional.

Cantero.— Trabajo físico espacial, determinado, reaccional.


Requiere: buena salud y fortaleza circulatoria, respiratoria y múscu-
lo braquial; ausencia de astigmatismo, buena flexibilidad verbal.

Cantinero.—Trabajo predominantemente espacial, psicofísico reac-


cional.
Requiere: buena función circulatoria (permanencia en pie); buena
sensibilidad térmica y bárica; buena coordinación oculomanual; preci-
sión de movimientos; normal aprehensión auditiva (memoria inme-
diata) de encargos; buena memoria cromática; normal sensibilidad
gustativa y olfativa; rapidez de computación elemental.

Carnicero.—Trabajo que incluye diversas variantes (matarife, ex-


pendedor, etc.) pero que, en líneas generales, puede clasificarse así:
trabajo espacial, psicofísico, predominantemente determinado percep-
torreaccional.
Requiere: buen control emocional; normal agresividad; buena apre-
ciación de equivalencias estereobáricas (de volumen y peso); normal
ortoforia y cromatopsia; buena fuerza muscular (prensora y percutora)
y digital derecha; normal memoria de formas; gran precisión de la
coordinación optokinética (oculomanual) en movimientos lineales
(elementales); discreta imaginación espacial.

Carpintero.—Trabajo psicofísico, espacial, variable, perceptorreac-


cional.
Requiere: buena constitución física, con fuerza antebraquial y bra-
quial bilateral; normal sensibilidad propioceptiva; ortoforia y buena
discriminación de lisura y brillantez; normal apreciación de formas,
tamaños y curvaturas; buena imaginación espacial e inteligencia espa-
cial; normal precisión y seguridad de movimientos braquiales dere-
chos.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 179

Carrocero.—Trabajo cuyas condiciones difieren, según se trate de


trabajar con materiales rígidos o plásticos, frágiles o resistentes. En
líneas generales, puede afirmarse, no obstante, que es: trabajo espacial,
psicofísico, determinado, perceptorreaccional.
Requiere: buena aprehensión, memoria e imaginación de formas y
volúmenes; buena apreciación (visual y táctil) de lisura, brillantez y
pulidez de superficies; normal precisión de pequeños movimientos
manuales; fuerza braquial normal, y antebraquial superior al prome-
dio; ortoforia normal.

Cartero (ver Correos).—El cartero repartidor de cartas ha de poseer


las aptitudes correspondientes a un trabajo psicofísico determinado,
perceptorreaccional, espacioverbal.
Requiere: principalmente buena fortaleza y salud corporal (en espe-
cial de los aparatos locomotor, circulatorio y respiratorio); buena me-
moria de nombres y direcciones; normal sentido de orientación espa-
cial; buena capacidad discriminativa de letras; honestidad y sentido
del deber.

Cerrajero.—Trabajo psicofísico espacial, determinado, percepto-


rreaccional.
Requiere: buena evaluación de microdistancias (visual y kinética);
normal imaginación y memoria espacial de formas geométricas; gran
precisión de pequeños movimientos manuales; ortoforia y buena dis-
criminación de ruidos, relieves y diferencias de presión; buena fuerza
de muñeca.
Desde el punto de vista ético exige gran honradez y discrección, por
lo que deben elegir para él personas de robusto Super-Yo.

Cestero.—Trabajo físico, determinado, reaccional.


Requiere: solamente una discreta agilidad y precisión de los movi-
mientos digitales y una buena capacidad de automatización de series
cinésicas, tridimensionales, de ambas extremidades braquiales (de
donde resultan más aptos los ambidextros).

Cirujano.—Trabajo predominantemente psíquico, espacial, varia-


ble, perceptorreaccional.
180 ERGONOMÍA BÁSICA

Requiere: excelente control emocional, normal agresividad; buena


capacidad de autonomización de aprehensiones y reacciones (atención
difusa; motricidad disociable); excelente capacidad de observación vi-
sual, auditiva y táctil; buena memoria de formas y puntos de referen-
cia; buena imaginación e inteligencia espacial; ortoforia; gran preci-
sión de movimientos antebraquiales y digitales; excelente coordi-
nación optokinética; buena memoria motriz; fuerza antebraquial y
digital normal o superior al promedio.

Cobrador.—Trabajo determinado, perceptorreaccional, psicofísico,


espacioverbal.
a) De vehículo de transporte.
Requiere: robustez normal; excelente equilibración y aparato car-
diovascular; buena memoria visual, especialmente de lugares y caras;
normal sociabilidad; rapidez de movimientos; rapidez computativa;
buena capacidad discriminativa de monedas y billetes (observación de
detalles visuales y memoria de los mismos); normal sensibilidad tác-
til.
b) Comercial o bancario.
Requiere: robustez normal; buen control emocional; valor personal;
buena sociabilidad; buena apreciación de tiempo; buena memoria vi-
sual de caras, cifras, lugares y detalles objetivos; buena capacidad de
computación; personalidad ordenada y con perseverante rendimiento
atentivo visual.
c) De taquillas de espectáculos.
Requiere, gran rapidez perceptorreaccional y computativa; preci-
sión de microcinesias; buena memoria visual de caras y detalles objeti-
vos; rendimiento atentivo perseverante.

Cocinero (de hotel).—Trabajo variable, psicofísico, perceptorreac-


cional, espacial.
Requiere: excelente sensibilidad gustativa y olfativa, con buena me-
moria de ambos sentidos; buena capacidad discriminativa térmica y
cromática; buena percepción de tiempos; buena capacidad de cálculo
y transmutación de pesos y volúmenes; buena precisión de macrocine-
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 181

sias (cuando menos, derechas); normal sociabilidad; buena energía y


rapidez motriz.

Cochero.—Trabajo psicofísico, determinado, perceptorreaccional.


Requiere: buena memoria espacial, normal apreciación de tiempos,
velocidades y distancias; normal inhibición de sincinesias; normal
control emocional; ortoforia; intensa fuerza flexora braquial; normal
audición; nictopsis y campo visual normales; resistencia al deslumbra-
miento y al sueño.

Cordelero.—Trabajo físico espacial, determinado, reaccional.


Requiere: buena ortoforia y capacidad de discriminación táctil; fuer-
za digital y agilidad manual (unilateral).

Correos.—Trabajo predominantemente psíquico, determinado, es-


pacio verbal, perceptorreaccional.
Requiere: principalmente excelente «memoria geográfica», o sea,
memoria asociativa de nombres y lugares (toponímica); preferente-
mente denotable en tipos «eidéticos». Además: buena aptitud distribu-
tiva, con normal apreciación de diferencias microponderales; agilidad
digital; ortoforia, excelente capacidad visual discriminativa de letras.

Chapista.—(ver Planchista).

Chófer.—Trabajo psicofísico espacial, variable, perceptorreaccio-


nal, pero con un amplio fondo automatizable.
Requiere: normal inteligencia espacial; buena imaginación y apre-
ciación de amplitudes (distancias longitudinales y transversales), tiem-
pos y velocidades; control emocional; precisión y rapidez de pequeños
movimientos braquiales y podálicos; buena inhibición de sincinesias;
rendimiento mental constante; buena nictopsis y cromatopsis; amplio
campo visual; capacidad discernitiva y localizadora de ruidos; resisten-
cia al deslumbramiento y al sueño.

Delineante.—Trabajo predominantemente psíquico, variable, per-


ceptorreaccional y espacial.
182 ERGONOMÍA BÁSICA

Requiere: perfecta ortoforia, buena memoria e imaginación visua-


les; buena precisión de microcinesias; personalidad pulcra y paciente,
un tanto coartada; buena rapidez computativa.

Dentista.—(ver Odontólogo).

Dentista (mecánico).—Trabajo psicofísico, espacial, determinado,


perceptorreaccional.
Requiere: gran precisión de microcinesias manuales: buena percep-
ción e imaginación de relieves y oquedades; buena memoria de formas
visuales irregulares; tipo de personalidad coartada, con lenta satura-
ción (fatiga) de procesos de configuracionales en microespacios (per-
sistencia de la denominada atención visual en un pequeño campo
neuropsíquico).

Dependiente vendedor.—Las aptitudes para este trabajo varían no-


tablemente, según sea el producto a vender (medias, libros, pianos,
etc.). No obstante, fundamentalmente se trata de un trabajo predomi-
nantemente psíquico, verbal, variable, perceptorreaccional.
Requiere: aspecto físico agradable; finura expresiva y de modales;
buena inteligencia verbal y clara fonación; aptitud dialéctica; buena
memoria asociativa objetonumérica.

Dibujante (proyectista).—Trabajo igual en aptitudes a Delineante


y, además, requiere: buena inteligencia abstracta y espacial.

Dibujante (de revistas, propaganda y modas).—Trabajo variable,


predominantemente psíquico, abstractoespacial y concretoespacial,
perceptorreaccional.
Requiere: buen gusto artístico (captación del valor estético); capaci-
dad empática para captar «ideas» y expresarlas mediante el simbolis-
mo gráfico. Además: buena memoria, imaginación e inteligencia espa-
cial; precisión de microcinesias.

Dietista (Técnico en regímenes alimentarios).—Trabajo predomi-


nantemente psíquico determinado, perceptorreaccional, espaciover-
bal.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 183

Requiere: buena sensibilidad gustativa y olfativa; normal inteligen-


cia general; normal habilidad motriz y capacidad de cálculo aritméti-
co; personalidad con buenos hábitos de orden y limpieza.

Diplomático.—Trabajo predominantemente psíquico, variable, abs-


tracto, verbal y social.
Requiere: apariencia física agradable; buena resistencia al sueño;
buena inteligencia y memoria verbal; excelente capacidad de observa-
ción de detalles psicológicos; temperamento con excelente control
emocional; gran capacidad de adaptación y cierta habilidad histrióni-
cofictiva.

Droguero.—Trabajo variable, psicofísico, espacioverbal, percepto-


rreaccional.
Requiere: buena capacidad de expresión verbal; buena sociabilidad;
buena memoria de localización espacial; rapidez computativa; normal
precisión de movimientos; normal audición y ortoforia.

Ebanista.—Trabajo equilibradamente psicofísico espacial, variable


(en el caso del artífice mueblista), perceptorreaccional, de todas di-
mensiones.
Requiere: además de normal salud corporal y condiciones sensoria-
les visuales, una especial apreciación de formas y relieves; buena sensi-
bilidad muscular y articular; buena imaginación espacial; buena capa-
cidad de integración de movimientos manuales; normal habilidad
para el dibujo y cálculo de computación.

Economista.—Trabajo psíquico, abstractosocial, perceptivo, varia-


ble.
Requiere: buena inteligencia abstracta y social; buena aptitud para
el cálculo; buena capacidad de observación y objetiva interpretación
de hechos y datos complejos (en los que se imbrican elementos de
forma y de valor).

Editor.—Trabajo predominantemente psíquico, variable, percepto-


rreaccional, mixto (abstratoverboespacial).
184 ERGONOMÍA BÁSICA

Requiere: capacidad de organización (comando) y de captación de


gustos y preferencias sociales; temperamento sintónico; carácter con
alto grado de tenacidad y perseverancia.

Electricista.—Trabajo psicofísico, variable, perceptorreaccional, es-


pacial. Pueden diferenciarse en él las siguientes modalidades:
a) Instalador de líneas.—Trabajo predominantemente reaccional.
Requiere: excelente equilibración; buena perseveración en el rendi-
miento atentivo; buena evaluación de distancias lineales; buena me-
moria topográfica; buena ortoforia; excelente coordinación oculoma-
nual; precisión y firmeza de movimientos antebraquiales.
b) Montador.—Trabajo perceptoreaccional, determinado.
Requiere: buena ortoforia (ausencia de defectos visuales); buena
fuerza de antebrazo, muñeca y dedos; buen control emocional; seguri-
dad y precisión de movimientos, aún sin control visual; excelente «ca-
libración» visual (percepción de diferencias mínimas de tamaño y for-
ma); buena memoria e imaginación de esquemas lineales; buena
capacidad de automatización motriz.
c) Repartidor mecánico.
Requiere: excelente capacidad de discriminación y observación, pla-
nificación lógica de la exploración descubridora de averías; excelente
imaginación y memoria espacial (principalmente de las relacciones
topográficas); buena inteligencia espacial; buena capacidad de coordi-
nación oculomanual; precisión y fuerza de movimientos antebraquia-
les, de muñeca y digitales; normal capacidad de computación; normal
apreciación de relieves y microdistancias; buena ortoforia y sentido de
posiciones (sensibilidad osteoarticular y muscular).

Empapelador.—Trabajo predominantemente físico, determinado,


perceptorreaccional, espacial, de grandes dimensiones.
Requiere: buena apreciación visual de tamaños, y de formas geomé-
tricas; normal equilibración; buena amplitud, seguridad y resistencia
de macrocinesias braquiales; buena apreciación de la verticalidad; nor-
mal sensibilidad táctil; normal desarrollo muscular y buena circula-
ción sanguínea.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 185

Encerador.—Trabajo predominantemente físico, espacial, de gran-


des dimensiones, determinado, reaccional.
Requiere: robustez cardiovasculorrespiratoria; buen desarrollo muscu-
lar de extremidades y, singularmente de músculos extensores (tríceps y
cuadríceps); buena percepción visual de grados de brillantez.

Enfermero(a).—Trabajo psicofísico, variable, perceptorreaccional,


verbosocial y espacial.
Requiere, desde el punto de vista físico, salud normal y buena ro-
bustez somática, con ausencia de defectos sensoriales; resistencia al
sueño y a la fatiga.
Requiere, desde el punto de vista psíquico, buena apariencia y sua-
vidad de movimientos y gestos (modales); excelente sociabilidad y dis-
creción; normal inteligencia abstracta y buena inteligencia verbal; ex-
celente memoria de cantidades y datos clínicos; normal apreciación
del tiempo; excelente dominio emocional; buena nictopsis; rapidez y
precisión de macro y microcinesias de lado derecho.

Escribiente.—El empleado de escritorio realiza un trabajo de tipo


psicofísico generalmente determinado, verboespacial y secundaria-
mente abstracto, de pequeñas y medianas dimensiones, perceptorreac-
cional.
Requiere: específicamente, buena memoria de nombres, cifras y fe-
chas; tendencia al orden y capacidad de clasificación de conjuntos
heterogéneos de datos verbales; normal precisión y habilidad gráfica.

Escritor.—Trabajo predominantemnte psíquico, variable, percep-


toasociativo, verboabstracto.
Requiere: fundamentalmente, brillante inteligencia e imaginación
verboabstracta y abstratoverbales; temperamento emotivo; sensibili-
dad estética; intuición social.

Escultor.—Trabajo espacial, predominantemente reaccional, varia-


ble, psicofísico.
Requiere: principalmente buen criterio estético y percepción de la
belleza plástica; buena apreciación de formas y relieves (volúmenes y
186 ERGONOMÍA BÁSICA

contrastes); buena memoria e imaginación espaciales; capacidad de


observación de perfiles o contornos y aptitud comparativa de configu-
raciones visuales «en movimiento»; fuerza braquial y antebraquial,
con gran precisión de microcinesias en el plano sagital; excelente coor-
dinación oculomanual; buena aptitud para el dibujo; excelente sentido
estereognóstico.

Esmaltador.—Trabajo psicofísco, determinado, perceptorreaccio-


nal, espacial.
Requiere: normal ortoforia; buena capacidad discriminativa de gra-
dos de saturación y de brillantez cromática; gran precisión de microci-
nesias; buena sensibilidad estética y normal aptitud para el dibujo.

Estadígrafo (Así se llama al técnico en estadística).—Trabajo predo-


minantemente psíquico, variable, abstracto y espacial, perceptorreac-
cional.
Requiere: buena capacidad de cálculo matemático y de computa-
ción; buena inteligencia abstracta y espacial; excelente memoria nu-
mérica; rendimiento mental perseverante; cierta capacidad de obser-
vación y comprensión intuitiva de relacciones significativas entre
datos y complejos fácticos, al parecer, heterogéneos.

Estucador.—Trabajo predominantemente físico, espacial, de gran-


des dimensiones, determinado, reaccional.
Requiere: robustez cardiovasculorrespiratoria; buen desarrollo muscu-
lar braquial; buena percepción diferencial de relieves; buena discrimi-
nación de tonos y grados de brillantez cromática; buena sensibilidad
kinestésica, principalmente del brazo derecho.

Farmacéutico.—Trabajo predominantemente psíquico, espaciover-


bal y abstracto (secundariamente), que es equilibradamente variable y
perceptorreaccional.
Requiere: buenas condiciones sensoriales de visión, olfato, gusto y
sensibilidad discriminativa táctil; excelente memoria de cifras (ponde-
rables); habilidad normal para la computación aritmética; tempera-
mento anemocional; carácter disciplinado con buenos hábitos de or-
den y limpieza.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 187

Físico.—Trabajo predominantemente psíquico, variable, percepto-


rreaccional, abstracto espacial.
Requiere: buena capacidad de observación; normal ortoforia y pre-
cisión de movimientos; aptitud matemática.

Fisiólogo.—Trabajo predominantemente psíquico, variable, abs-


tractoespacial y secundariamente verbal, perceptorreaccional (de me-
dianas y pequeñas dimensiones).
Requiere: fundamentalmente interés por la investigación de los fe-
nómenos naturales; normales condiciones sensoriales; excelente capa-
cidad de observación; buen equilibrio lógico-intuitivo; discreta habili-
dad manual.

Florista.—Trabajo predominantemente psicofísico (si comprende


la floricultura profesional), variable, de medianas dimensiones, per-
ceptorreaccional, espacial.
Requiere: buenas capacidades de observación y de precisión (en re-
lación con datos climatológicos); normal capacidad de integración de
movimientos manuales; normal ortoforia (agudeza visual, campo vi-
sual y cromatopsia), con habilidad para discriminar matices diferen-
ciales cromáticos en conjuntos extensos.

Fumista (el que hace o arregla cocinas, chimeneas o estufas).—Tra-


bajo equilibradamente psicofísico, espacial, determinado, percepto-
rreaccional, de medianas y grandes dimensiones.
Requiere: buena robustez física, compatible con hipoacusia y princi-
palmente incompatible con trastornos respiratorios y de la sensibili-
dad propioceptiva; exige normal imaginación de planos espaciales y
satisfactoria coordinación de movimientos manuales, así como discreta
habilidad para la comprensión de esquemas y para la computación.

Gráfico.—Trabajo psicofísico, espacial, de pequeñas y medianas di-


mensional, perceptorreaccional.
Requiere: preferentemente un tipo de personalidad levemente intro-
vertida, con intensa afición por valores culturales (el tipógrafo es el
188 ERGONOMÍA BÁSICA

soldado del ejército cultural) y excelentes condiciones de visión y sen-


sibilidad táctil. Además varían las aptitudes específicas, según las
especialidades:
a) Cajista componedor a mano.—Precisa excelente memoria visual
de microespacios; rapidez de reconocimiento visual de configuracio-
nes simbólicas (tipos); precisión y seguridad de micromovimientos;
rapidez reaccional; buena medida visual de distancias lineales.
b) Minervista.—Regularidad y ritmo en los movimientos; buena
visión de conjuntos gráficos y cromáticos; buena imaginación espa-
cial; buena inhibición de movimientos involuntarios.
c) Linotipista.—(Ver ficha especial).

Granjero.—Trabajo equilibradamente psicofísico (si no se es peón),


variable, perceptorreaccional, espacioverbal, de todas las dimensiones.
Requiere: rendimiento perseverante; buena homeostasis (resistencia
a condiciones climáticas variables y adversas); buenos hábitos de lim-
pieza y de orden práxico; una percepción de diferencias en conjuntos
visuales vivientes; capacidad de organización; personalidad con voca-
ción para la vida natural.

Herrero.—Trabajo predominantemente físico, o psicofísico (según


los casos), mixto (parte automatizable y parte variable), espacial, de
medianas y grandes dimensiones.
Requiere: buen control emocional; gran robustez cardiorrespiratoria
y muscular; precisión y seguridad de movimientos braquiales (de gran
palanca), principalmente en lado derecho; resistencia a las altas tem-
peraturas; normal percepción e imaginación visuales; compatible con
hipoacusia y trastornos del lenguaje y de la relación social; buena
apreciación de relieves y de grados de saturación cromática en la zona
del rojo-anaranjado.

Histopatólogo.—Trabajo predominantemente psíquico, determina-


do, espacioabstracto, perceptorreaccional, de pequeñas dimensiones.
Requiere: extraordinarias condiciones de paciencia, meticulosidad y
precisión de pequeños movimientos; excelente capacidad de observa-
ción visual y diferenciación de matices en conjuntos, a veces móviles,
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 189

de formas derrítales; buena inteligencia general; personalidad de tipo


preferentemente introvertido o introversible; excelente memoria vi-
sual de formas, principalmente en su fase de reconocimiento.

Informador.—Trabajo predominantemente psíquico, variable, per-


ceptorreaccional, verbal.
Requiere: personalidad plástica, con buena distribución extensiva
de los campos de trabajo psíquico (atención plana, ágil y de rápida
concentración y movilización); excelente memoria de conservación y
evocación de datos (pricipalmente nombres, fechas y relaciones topo-
gráficas); buena inteligencia general; buen desarrollo de la sociabili-
dad, buenas condiciones éticas.

Ingeniero (Industrial).—Trabajo predominantemente psíquico, es-


pacialabstracto, de todas dimensiones, predominantemente percepcio-
nal, variable.
Requiere: alto nivel de inteligencia abstracta y espacial; excelente
imaginación visual; habilidad para el dibujo lineal y cálculo; tipo de
personalidad preferentemente pragmático, con sociabilidad media
(anfotero desde el punto de vista afectivo); excelente memoria de da-
tos físicos y capacidad de jerarquización y organización integradora de
los mismos procesos fabriles.

Ingeniero (de Minas).—Trabajo predominantemente psíquico, es-


pacialabstracto, de grandes dimensiones, equilibradamente percepto-
rreaccional, variable.
Requiere: alto nivel de inteligencia espacial y abstracta; excelente
imaginación visual; habilidad para dibujo y cálculo; buen sentido de
orientación; buena equilibración; buena estimación del tiempo; resis-
tencia a diferencias de presión atmosférica y a gases irritantes; buena
capacidad de discriminación de tonos cromáticos, en intensidades lu-
mínicas débiles; excelente memoria de lugares; normal apreciación del
relieve.

Ingeniero (Naval).—Trabajo predominantemente psíquico, espa-


cialabstracto, de grandes y medianas dimensiones, predominantemen-
te perceptivo y variable.
190 ERGONOMÍA BÁSICA

Requiere: elevado nivel de inteligencia espacial y abstracta; buena


aptitud para el cálculo matemático; excelente memoria e imaginación
espacial; aptitud para el dibujo y cálculo matemático; capacidad de
organización plástica.

Instalador.—Trabajo predominantemente psíquico (cuando es de


dirección), variable, perceptorreaccional, mixto (espacioabstractover-
bal).
Requiere: aptitudes técnicas variables, según el género del material
instalado, pero que, cualquiera sea éste, demanda, además de ellas,
buena y rápida capacidad de observación y adaptación de objetos a
marcos situacionales, capacidad distributiva, de organización y co-
mando; buen sentido estético y social; capacidad normal de compren-
sión de planos, mensuración y computación; sentido de observación
del conjunto y del detalle visual, bien equilibrado.

Intérprete.—Trabajo psicofísico o predominantemente psíquico


(según los casos), predominantemente verbalabstracto, perceptorreac-
cional, variable.
Requiere: fisiológicamente, buena audición y fonación.
Psíquicamente, rápida comprensión de sentidos de contextos verba-
les, y facilidad de transmutación en otra escala de signos verbales, sin
alteración esencial de su significado; buena memoria verbal; buena
imaginación e inteligencia verbal; normal capacidad de abstracción;
severidad en el control ético y buena sociabilidad; pantomimia discre-
ta.

Interventor (Fiscal).—Trabajo predominantemente psíquico, per-


cepcional, mixto, variable.
Requiere: excelente capacidad de observación; resistencia a las cau-
sas de distracción y sugestión; serenidad y firmeza de actuación, sin
rigidez excesiva; sentido inmanente de justicia.

Jockey (de carreras).—Trabajo psicofísico, determinado, predomi-


nantemente reaccional y espacial.
Requiere: excelente percepción de distancias, tiempo y velocidades;
excelente equilibración; buen control emocional; rapidez de reacción
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 191

psicomotriz y normal sensibilidad kinestésica de antebrazos; visión


normal; buen sentido de orientación (en caso de encegeramiento por
el polvo).

Joyero (Artífice).—Trabajo psicofísico, espacial, de pequeñas di-


mensiones, determinado, perceptorreaccional.
Requiere: excelente ortoforia (ausencia de defectos visuales o com-
pleta corrección de ellos); perfecta coordinación oculomanual; gran
precisión de microcinesias digitales y manuales; buena apreciación de
relieves y tonos de brillantez; temperamento anemocional; buen gusto
artístico en la combinación de elementos geométricos.

Juez (de Paz).—Trabajo predominantemente psíquico, abstracto-


verbal, variable, percepcional.
Requiere: capacidad de observación, ordenación y comprensión de
«secuencias» psicosociales y psicoindividuales (por tal calificativo se
designa a la serie de interrelacciones dinámicas que se establecen entre
el individuo y el grupo); buena memoria de datos verbales (artículos
legales); capacidad de juicio lógico y ético superiores al promedio;
resistencia a los agentes sugestivos y coactivos (firmeza de carácter y
honestidad).

Juez deportivo (Arbitro).—Es singularmente importante, en este


trabajo, la posesión de las condiciones exigibles al profesor de educa-
ción física y, además, las propias del juez. Trabajo psicofísico o predo-
minantemente psíquico (según los casos), variable, espacioabstracto-
verbal (por lo tanto: mixto), perceptorreaccional.
Requiere: además de las" condiciones físicas propias del caso, las
siguientes aptitudes: amplio campo visual, con rapidez de desplaza-
miento del foco atentivo y excelente visión «marginal»; rapidez de
evaluación de tiempos y distancias y de enjuiciamientos de situaciones
especiales, en relación con normas lúdicas; gran control emocional y
singular ecuanimidad (resistencia a las acciones catatímicas).

Jurisconsulto (Legislador).—Trabajo predominantemente psíquico


abstractoverbal variable, percepcional.
192 ERGONOMÍA BÁSICA

Requiere: gran capacidad de información y retención de datos, pon-


deración y evaluación jerárquica de acuerdo a criterios normativos
genéricos; buena inteligencia verbal para expresar con claridad y preci-
sión el pensamiento legislador; integridad ética a toda prueba; voca-
ción jurídica auténtica, con prescindencia de todo afán exhibicionista.

Librero (Comerciante).—Trabajo psicofísico o predominantemente


psíquico (según los casos), determinado, verboabstracto, percepto-
rreaccional.
Requiere: gran dispersión y claridad de información y afanes cultu-
rales (vocación global por la «sabiduría»); capacidad de organización
comercial (en su doble aspecto, técnico y social).

Linotipista.—Trabajo psicofísico, determinado, espacioverbal, per-


ceptorreaccional.
Requiere: normal ortoforia; capacidad de concentración y persisten-
cia atentiva visual; facilidad de automatización de reflejos posturales
antebraquiales y digitales; rapidez y precisión de movimientos disocia-
dos; excelente memoria inmediata visoverbal; buena capacidad de re-
conocimiento de símbolos gráficos deformados.

Maestro (Escuela primaria).—Trabajo predominantemente psíqui-


co, mixto (verboespacial y abstracto), variable, perceptorreaccional.
Requiere: en primer lugar, gran vocación con actitud amorosa hacia
la infancia, la formación ideal del ser humano y las técnicas científicas
de educación. Ello es imposible sin una previa actitud humanista y un
grado elevado de sociabilidad. Además, es imprescindible una perso-
nalidad plástica (esto es, adaptable a la diversidad de caracteres), sere-
na (con perfecto control emocional) y tenaz (dotada del trío: pacien-
cia, calma y perseverancia). Tales condiciones privan sobre las
propiamente intelectuales, que son: normal o superior nivel mental en
los tres aspectos del funcionalismo intelectual; buena apariencia física;
buena memoria de datos; buena fonación y pantomima; aptitud nor-
mal para el dibujo y habilidad motriz discreta o buena.
Es contraindicación evidente la posesión de un tipo de personalidad
neurótica o psicopática, incluso si está dotado de buenas condiciones
intelectuales y de buena intención para su misión.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 193

Maquinista (de máquinas fijas).—Trabajo predominantemente psí-


quico, espacial, de medianas o grandes dimensiones, variable, percep-
torreaccional.
Requiere: buena salud y robustez física (cardiovascular, respiratoria
y muscular, principalmente); visión normal; buena agudeza y discri-
minación auditiva; buena apreciación de diferencias en conjuntos
morfodinámicos; excelente memoria, imaginación y buena inteligen-
cia espacial; precisión y energía de movimientos braquiales y antebra-
quiales; normal habilidad aritmética; normal apreciación del tiempo y
del ritmo.

Maquinista (de barco).


Requiere: además de las aptitudes indicadas en la ficha precedente:
buena homeostasis; buena equilibración y dominio de reacciones va-
gotónicas (contra el marco); capacidad de dispersión atentiva y auditi-
va; resistencia al sueño.

Maquinista (de tren).


Requiere: si es conductor, adema de las condiciones del maquinista
estático: excelente apreciación diferencial de relieves y señales espacia-
les, con iluminación solar y artificial; buena niftosis y resistencia al
deslumbramiento; excelente apreciación de velocidades e intervalos
temporales; buena homeostasis; buena resistencia al sueño; capacidad
de dispersión atentiva visuauditiva, excelente control emocinal; resis-
tencia a las causas de distracción y fatiga atentiva.

Marino (mercante, Oficial).—Trabajo predominantemente psíqui-


co, variable, espacioabstractoverbal (mixto), perceptorreaccional.
Requiere: vocación espontánea e intensa por la vida en el mar; de-
seo de exploración y de aventura; de lucha y captura de lo desconoci-
do (tendencia temperamental a huir del hogar y del estatismo automa-
tizador de la vida); buen control emocional; buena agresividad, con
tendencia al mando, pero sublimada y asociada a una actitud afectuo-
sa no concretada, exenta de tendencia homosexual manifiesta; nivel
mental normal, con plasticidad suficiente para la resolución de proble-
mas que afectan muy diversos conjuntos de datos; excelente capacidad
de orientación espacial; rapidez y seguridad de la fase conativa del
194 ERGONOMÍA BÁSICA

ciclo de trabajo mental; buena habilidad para el cálculo; voz clara y


potente; buena visión, especialmente cromática y marginal nocturna;
aptitud normal para el dibujo.

Marino (Oficial de Armada).


Requiere: análogas condiciones al anterior, pero en mayor grado,
pues representa una selección dentro de él, y una mayor jerarquía.
Singularmente, resalta la necesidad de una inteligencia general supe-
rior al promedio; mayor autodominio de tendencias impulsivas; per-
fecto control emocional; acendrado sentimiento de patriotismo y dis-
ciplina; gran fortaleza corporal y muscular.

Marmolista (Tallador y escultor).—Trabajo psicofísico, espacial, de


todas dimensiones, determinado, perceptorreaccional.
Requiere: excelente aparato respiratorio; ausencia de alergias (aspi-
rativas de polvo); normal visión con buena apreciación de diferencias
de relieve y curvadura; excelente apreciación de volúmenes e imagina-
ción espacial; excelente coordinación oculomanual, especialmente
para el puntaje y martillado; precisión y fuerza de movimientos pren-
sores y pulsores, especialmente del brazo derecho; habilidad normal
para el dibujo y comprensión estereoscópica; buena sensibilidad bares-
tésica y kinestésica.

Masajista.—Trabajo psicofísico, determinado, espacial, de peque-


ñas y medianas dimensiones, reaccional.
Requiere: gran sensibilidad táctil, barestésica, kinestésica y articular
de ambas extremidades braquiales; buena agilidad disociativa de mo-
vimientos manuales; normal nivel mental; normal fuerza muscular de
ambos brazos y mayor fuerza de muñeca.

Matarife.—Trabajo predominantemente físico, espacial, determi-


nado, reaccional.
Requiere: buena memoria topográfica y rápida fijación de líneas
demarcatorias de regiones anatómicas; gran fuerza, seguridad y rapi-
dez de ejecución de movimientos braquiales irregulares; agresividad
temperamental; buen dominio de movimientos microrreflejos; buena
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 195

apreciación ponderal; preferible que tenga olfacción disminuida; hábi-


tos de limpieza y ordenación en el espacio profesional.

Mecánico (Ajustador).—Trabajo psicofísico, espacial, de pequeñas


y pequeñas dimensiones, variable, perceptorreaccional.
Requiere: ortoforia normal; buena sensibilidad articular y kinestési-
ca; buena memoria visual y motriz de formas, relieves y volúmenes
(calibres); buena percepción de formas, tamaños y distancias; buena
imaginación visual e inteligencia espacial; normal barestesia y ter-
moestesia; buena fuerza de prensión normal y de rotación antebra-
quial.

Mecánico (Tornero).—Trabajo psicofísico, espacial, de pequeñas


dimensiones, determinado, perceptorreaccional.
Requiere: excelente percepción de calibres y relieves, grados de puli-
do y brillantez de superficies lisas y laminadas; gran precisión de coor-
dinación bimanual y disociación kinética en los planos horizontal y
sagital; persistencia de atención visual en microcampos; buena inhibi-
ción de movimientos reflejos; normal memoria, imaginación e inteli-
gencia espacial; normal apreciación de volúmenes; buena fuerza ante-
braquial; ausencia o corrección de pequeños defectos visuales y de
hiperhidrosis manual.

Mecánico (Dentista).—Trabajo psicofísico, espacial, de pequeñas


dimensiones, determinado, perceptorreaccional.
Requiere: normal agudeza visual; buena concepción de volúmenes y
encajes irregulares en el espacio (imaginación visual específica); exce-
lente sensibilidad táctil y kinestésica; normal precisión de movimien-
tos digitales; buena coordinación bimanual para microcinesias; nor-
mal inteligencia espacial; paciencia y pulcritud kinéticas.

Mecánico (Fundidor).—Trabajo psicofísico, espacial, de medianas


y grandes dimensiones, determinado, perceptorreaccional.
Requiere: excelente salud corporal y buena homeostasis; buena y
amplia visión, con excelente resistencia al deslumbramiento; buena
habilidad psicomotriz, general, con fuerza y precisión de los movi-
mientos braquiales combinados; excelente sensibilidad articular y
196 ERGONOMÍA BÁSICA

muscular del brazo y el codo; buen control emocional; normal equili-


brio neurovegetativo; normal percepción, imaginación, memoria e in-
teligencia espaciales.

Mecánico (Óptico).—Trabajo psicofísico, espacial, de medianas y


pequeñas dimensiones, determinado, perceptorreaccional.
Requiere: visión con agudeza normal y excelente percepción de pe-
queñas irregularidades de curvatura y superficie en elementos cristali-
nos; buena apreciación de tamaños y distancias curvas; normal apre-
ciación de relieves; gran control de las microcinesias antebraquiales,
buena sensibilidad táctil y barestésica; temperamento anemocional o
con excelente control de los movimientos reflejos; normal percepción
e inteligencia espacial.

Médico (en general).—Trabajo predominantemente psíquico, varia-


ble, equilibradamente espacioabstracto y verbal, percepcional o per-
ceptorreaccional, según los casos.
Sus diversas especialidades requieren grupos de aptitudes bien dife-
renciados, pero es común y fundamental a todas ellas exigir, previa-
mente, las siguientes condiciones básicas: vocación natural hacia la
Biología —en cuanto a curiosidad— y hacia la ayuda al desvalido y la
creación de sana alegría —en cuanto al afán—. Buen nivel intelectual,
con equilibrio de las fases de captación y orientación de datos (clíni-
cos) y de evaluación y síntesis comprensiva de los mismos; eso presu-
pone: buena capacidad de observación de conjuntos y detalles, buena
ordenación logicointerpretativa (inductiva, deductiva y eductiva) de
los diversos elementos definidores de la situación morbosa.
Además: excelente control emocional —no a base de insensibiliza-
ción, sino de dominio—; suavidad y firmeza de actuación; capacidad
de empatía (penetración en los centro personales sufrientes y visión,
desde ellos, del morboso existir).
Secundariamente, entran ahora las aptitudes específicas que define-
nen los diversos quehaceres especializados, a saber:

Médico Analisiólogo (Analista).


Requiere: temperamento anemocional; carácter con hábitos de or-
den y limpieza en el manejo de las cosas (objetos de todo tipo); buena
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 197

habilidad motriz; visión bien distribuida (marginal y focal); excelente


memoria cromática; buena apreciación ponderal y temporal.

Médico Cirujano.—(Ver Cirujano).

Médico Clínico (domiciliario).


Requiere: además de las anteriores condiciones: buena capacidad de
expresión verbal, pantomimia efectiva y noble; buen aspecto; fortaleza
física (integridad cardiovascular y respiratoria); rapidez de compren-
sión y orientación (adaptación) social; sentido práctico (actitud prag-
mática).

Médico Higienista (Salud pública).


Requiere: aptitud para el cálculo estadístico; buena capacidad de
organización; buen sentido de orientación y evaluación topográfica;
normal capacidad de expresión y persuasión verbal.

Médico Obstreta.
Requiere: buena apariencia física (capaz de inspirar confianza a las
pacientes); buena inteligencia espacial; excelente memoria de posicio-
nes; excelente sensibilidad táctil discriminativa; buena rapidez, fuerza
y precisión de quinesias antebraquiales y manuales.

Médico Oftalmólogo.
Requiere: gran precisión y fineza de microcinesias; excelente apre-
ciación visual y táctil de relieves; visión normal (con o sin lentes co-
rrectores); excelente control de microrreflejos (seguridad de pulso).

Médico Psiquiatra.
Requiere: gran control emocional; capacidad de observación, directa
e indirecta, de estados psíquicos; temperamento plástico, de gran
capacidad empática y buena pantomimia; dotes dialécticas; intereses
amplios tanto en la zona de las ciencias naturales como en la zona de
las ciencias espirituales. No son importantes las condiciones sensoria-
les ni motrices.
198 ERGONOMÍA BÁSICA

Médico Radiólogo.
Requiere: excelente apreciación visual de diferencias de claroscuro;
buena memoria visual de contornos y relaciones espaciales irregulares;
buena inteligencia espacial; buena nictopsis; normal habilidad para el
cálculo aritmético y el dibujo; buena memoria visual de imágenes por
contraste.

Mensajero.—Trabajo psicofísico, espacioverbal, variable, percepto-


rreaccional.
Requiere: buena memoria de comprensión y evocación verbal; bue-
na capacidad de orientación topográfica; rapidez y perseverancia en la
ejecución de los desplazamientos; discreción y reserva social (preferen-
temente, tipo introvertido)

Metalúrgico (Planchista).—Trabajo psicofísico, espacial, de media-


nas y grandes dimensiones, determinado, principamente reaccional.
Requiere: normal agudeza visual; normal salud y fuerza corporal;
buen sistema circulatorio; normal percepción cromática diferencial de
tonos grises y amarillo-anaranjados; buena intensidad y precisión de
movimientos de puntaje (coordinación oculomanual); buena integra-
ción de movimientos bimanuales; normal sensibilidad táctil de mano
derecha o izquierda.

Meteorólogo.—Trabajo predominantemente psíquico, espacioabs-


tracto, determinado, percepcional.
Requiere: buena agudeza y capacidad discriminativa sensorial, vi-
sual, auditiva; buena capacidad para el cálculo fisicomatemático; pre-
cisión de microcinesias braquiales; temperamento más bien introverti-
do y anemocional

Mineralogista.—Trabajo predominantemente psíquico, espacioabs-


tracto, determinado perceptorreaccional
Requiere: normal agudeza y capacidad discriminativa visual; buena
memoria cromática; buena sensibilidad gustativa, buena discrimina-
ción táctil, precisión y fineza de microcinesias digitales; normal me-
moria de formas elementales; temperamento introvertido y, preferen-
temente, anemocional.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 199

Minero.—Trabajo predominantemente físico, determinado, reac-


cional, espacial, de medianas dimensiones.
Requiere: excelente fortaleza cardiovascular; buena nictopsis; buen
sentido de orientación topográfica; precisión oculomanual en movi-
mientos de perforación y picado; gran fuerza muscular global.

Modelista.—Trabajo psicofísico, espacial, de medianas y pequeñas


dimensiones, variable, perceptorreaccional.
Requiere: excelente imaginación estereognóstica; visión normal;
buena inteligencia espacial; buena habilidad para el dibujo lineal; nor-
mal habilidad aritmética; buena sensibilidad táctil y bárica; buena sen-
sibilidad kinestésica y articular antebraquial; capacidad de orientación
ciega de movimientos para calibración táctil.

Modista.—Trabajo psicofísico, espacioverbal, determinado, percep-


torreaccional.
Requiere: buen sentido estereognóstico y especial apreciación de vo-
lúmenes irregulares; buena imaginación visoespacial; capacidad crea-
dora de formas estéticas por combinación y compensación de líneas y
colores sobre la superficie corporal. (El modista verdadero no diseña,
sino adapta modelos, y, en este aspecto, es un verdadero artista, más
que un mero vestidor).

Montador.—Trabajo psicofísico, determinado, espacial, de dimen-


siones variables, según cual sea la especialidad (joyas) máquinas de
escribir, etc.), perceptorreaccional.
Requiere: normal inteligencia, buena imaginación y excelente capa-
cidad de percepción y discriminación visotáctil espacial; normal com-
presión de planos y desarrollos geométricos; normal precisión e inten-
sidad de movimientos antebraquiales y manuales; temperamento con
tendencia a la pulcritud y al orden.

Mueblista.—(Ver Ebanista).
200 ERGONOMÍA BÁSICA

Músico.
a) Ejecutante.
1. De instrumentos de viento.—Trabajo psicofísico, perceptorreac-
cional, determinado.
Requiere: desde el punto de vista físico, excelente sistema cardio-
rrespiratorio, con capacidad pulmonar superior al promedio; buena
discriminación auditiva.
Desde el punto de vista psíquico, buena percepción de intervalos y
ritmos temporales; buena memoria auditiva; buena agilidad de movi-
mientos digitales disociados; buena rapidez de lectura de símbolos
musicales; personalidad con tendencia al cultivo de valores estéticos.
2. De instrumentos de cuerda.—Trabajo psicofísico, perceptorreac-
cional, determinado, espacial, de medianas y pequeñas dimensiones.
Requiere: desde el punto de vista físico, buen fisiologismo del siste-
ma postural, con calcemia normal y ausencia de alteraciones vertebra-
les, fuerza muscular de antebrazo, muñeca y dedos normal o superior
al promedio; sensibilidad auditiva normal.
Desde el punto de vista psíquico, buena percepción de intervalos y
ritmos temporales; buena memoria auditiva; buena agilidad de movi-
mientos digitales disociados; buena rapidez de lectura de símbolos
musicales; personalidad con tendencia al cultivo de valores estéticos.
b) Compositor.—Trabajo predominantemente psíquico, variable,
perceptivocreador.
Requiere: buen desarrollo de inteligencia abstracta; gran imagina-
ción auditiva; excelente capacidad de integración de sonidos; buena
sensibilidad estética.
c) Director de orquesta.—Trabajo predominantemente psíquico,
perceptorreaccional, variable.
Requiere: desde el punto de vista físico, salud normal.
Desde el punto de vista psíquico, excelente discriminación diferen-
cial de tonos y timbres auditivos; gran memoria auditiva; excelente
percepción de intervalos y ritmos temporales; gran rapidez de lectura
simultánea de pautas simbólicas musicales; gran sensibilidad estética,
principalmente focalizada en la valoración de efectos melódicos.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 201

Osbervador de aviación.—(Ver Aviador).

Odontólogo (Dentista).—Trabajo psicofísico o predominantemente


psíquico, según se trate de dentista (médico) profesional o de «mecáni-
co dentista». El primero requiere nociones generales de fisiopatología
bucal y humana, condiciones de trato personal y conocimientos psico-
biológicos, además de las habilidades manuales que son propias, en
grado mayor, del segundo.
Ambas, no obstante, son labores espaciales perceptorreaccionales,
de pequeñas y medianas dimensiones.
Requieren: buena visión y memoria de formas y volúmenes irregu-
lares; gran seguridad y fuerza de microcinesias; resistencia a la fatiga
muscular braquial y, a la vez, precisión y rapidez, suavidad y fluidez
de los movimientos en todos los planos espaciales, con ambas manos;
asimismo exigen una normal estimativa visual (de microformas, ta-
maños, durezas e interrelacciones espaciales); buen control emocional.

Oficial de Aduana.—(Ver Aduanas).

Óptico.—Trabajo equilibradamente psicofísico, espacial, de peque-


ñas dimensiones, no automatizable más que parcialmente percepto-
rreaccional.
Requiere: desde el punto de vista fisiológico, excelentes condiciones
de visión, aún cuando sean logradas mediante corrección con cristales;
buena ortoforia y percepción de refrigencia; perfecto control de peque-
ños movimientos; buena kinestesia antebraquial y digital; buena este-
reognosia.
Desde el punto de vista psicológico: temperamento anemocional,
con tendencia al hermetismo (introversión); afán de precisión y exacti-
tud; normal inteligencia espacial y buena visualización de medidas en
parámetros curvos.

Ortopedista (Operario).—Trabajo equilibradamente psicofísico


predominantemente espacial, de medianas y pequeñas dimensiones,
que requiere fundamentalmente las aptitudes propias de la mecánica
de precisión.
202 ERGONOMÍA BÁSICA

Ortopedista (Ortopédico).—Trabajo predominantemente variable,


psicofípsico, espacioabstracto, perceptorreaccional.
Requiere: además de las aptitudes medias del operario (para asegu-
rar el control de las piezas), una capacidad de empatía, es decir, de
comprensión de las necesidades funcionales y de las peculiaridades
psicológicas de la persona que va a usar el aparato ortopédico; asimis-
mo, precisa de eficacia personal para lograr de ella la colaboración en
el aprendizaje de su uso y, al propio tiempo, espíritu de observación
para notar los defectos de las prótesis y corregirlos adecuadamente.

Pagador.—Trabajo psicofísico, determinado, espacioabstracto, per-


ceptorreaccional, de pequeñas y medias dimensiones.
Requiere: desde el punto de vista fisiológico, buenas condiciones vi-
suales.
Desde el punto de vista psíquico, buen control emocional, rapidez
perceptiva visual; buena discriminación de formas y detalles de relieve
y color; buena memoria visual; fineza de tacto digital; rapidez y exacti-
tud computativa; tendencia al orden y a la mesura.

Panadero.—Trabajo predominantemente físico, parcialmente au-


tomatizable, espacial, de medianas y grandes dimensiones, percepto-
rreaccional.
Requiere: desde el punto de vista somático, excelente homeostasis
(resistencia a los cambios bruscos de temperatura, al calor, especial-
mente); buen aparato cardiovascular y robustez braquiopectoral.
Desde el punto de vista psíquico, buena discriminación de grados de
brillantez y tonalidad cromática en la zona rojo-amarillo; buena per-
cepción subconsciente del tiempo; buena memoria de localización es-
pacial; buen ritmo y coordinación visomotriz; buena apreciación de
pastosidad; precisión de movimientos, en relación con diferencias de
distancia y relieve.

Pastelero.—Trabajo psicofísico, parcialmente automatizable (mix-


to), espacial, de medianas dimensiones, perceptorreaccional.
Requiere: desde el punto de vista somático buena sensibilidad gusta-
tiva y normal sensibilidad olfativa, visual y táctil; ausencia de infeccio-
nes y dermatosis.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO. 203

Desde el punto de vista psíquico, buena apreciación de pesos y volú-


menes; normal capacidad de computación; imaginación visual de for-
mas; buen gusto estético; buena memoria cromática; buena precisión
en los movimientos de presión manual.

Pintor (Artista).—Trabajo predominantemente psíquico espacial,


de todas dimensiones, variable, perceptorreaccional.
Requiere: desde el punto de vista fisiológico, perfecta visión cromá-
tica.
Desde el punto de vista psíquico, tipo de personalidad integrada,
con tendencia al eidetismo; buena sensibilidad estética; perfecta capa-
cidad de percepción y combinación de configuraciones visuales (de
forma, tono y color); buena correlación optokinética; buena percep-
ción de relieves (perspectiva); buena habilidad para el dibujo.

Pintor (Obrero).—Trabajo predominantemente físico o psicofísico,


espacial, parcialmente automatizable, de todas dimensiones, percepto-
rreaccional.
Requiere: constitución robusta, con ausencia de alergia respiratoria;
normal visión; fuerza y precisión de movimientos braquiales del lado
dominante; normal percepción de formas visuales; buen control de
microcinesias (pintura de límites).

Planchadora.—Trabajo psicofísico o predominantemente físico,


parcialemente automatizable, espacial, de pequeñas y medianas dime-
nisones, perceptorrreaccional.
Requiere: salud normal, con buena homeostasis circulatoria y tér-
mica: buena fuerza muscular braquial y antebraquial del lado derecho;
buena ortoforia; buena discriminación de relieves; buena percepción
diferencial de grados térmicos; buena sensibilidad kinestésica de ante-
brazo; buena precisión de movimientos lineales.

Planchista (Chapista).—Trabajo predominantemente físico, determi-


nado, espacial, de medianas y grandes dimensiones, perceptorreaccional.
Requiere: normal robustez física; buena fuerza antebraquial; normal
agudeza visual; buena percepción diferencial de relieves y evaluación
de áreas; normal precisión de coordinación oculomanual.
204 ERGONOMÍA BÁSICA

Plomero (Fontanero).—Trabajo psicofísico, parcialmente automatiza-


ble, de medianas y grandes dimensiones, espacial, perceptorreaccional.
Requiere: normal salud corporal; buena percepción visual de for-
mas, tamaños y distancias; normal imaginación visual de espacios;
normal sensibilidad háptica; buena precisión de movimientos manua-
les (no es necesaria rapidez ni disociación).

Policía (Agente de).—Trabajo predominantemente psíquico, equili-


bradamente verbal y espacial, de todas dimensiones, variable, percep-
torreaccional.
Requiere: desde el punto de vista físico, salud normal y buena fuer-
za muscular (preferible la constitución mesomorfa, somatotónica); ex-
celentes agudezas sensoriales.
Desde el punto de vista psíquico: gran capacidad de adaptación
(«camouflage» psíquico); gran control y dominio emocional; atención
plástica, preferentemente «plana» pero capaz de concentrarse en deta-
lles, resistencia a la fatiga y a las causas de distracción; inteligencia
equilibradamente logicointuitiva; reflexivacreadora (improvisadora en
casos de emergencia) y crítica; excelente memoria de identificación
(de personas, lugares y objetos); capacidad de reconocimientos de con-
juntos configuracionales pesquisados en complejos heterogéneos de
estímulos.

Químico (Industrial; investigador).—Trabajo predominantemente


psíquico, abstractoespacial, variable, perceptorreaccional.
Requiere: buena sensibilidad visual, auditiva, gustativa, olfativa y
táctil (térmica y bárica); atención capaz de concentración y simultánea
vigilancia marginal («plasticidad»); excelente memoria visual de for-
mas y tonos cromáticos; buena evaluación de intervalos temporales;
precisión de microcinesias; ausencia de alergia y buen control emocio-
nal; buena inteligencia espacial y abstracta; regularidad en el ritmo del
trabajo; resistencia a las causas de distracción, capacidad de improvi-
sación en situaciones de emergencia; curiosidad por el conocimiento
de la estructura (substancia) de la realidad fenoménica=visión prag-
mática del mundo.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 205

Químico (Preparador).—Iguales condiciones que el anterior, excep-


to las referentes a la capacidad de investigación (curiosidad y capaci-
dad creadora y crítica).

Radioperador.—Trabajo predominantemente reaccional, de media-


bal, determinado, predominantemente reaccional, de medianas y pe-
queñas dimensiones.
Requiere: desde el punto de vista físico, perfecta sensibilidad auditi-
va; buen sentido de orientación y equilibrio.
Desde el punto de vista psíquico, normal memoria, imaginación e
inteligencia espaciales; excelente percepción diferencial de intervalos
temporales mínimos y de señales lumínicas y acústicas; rapidez de
asociación sensoverbal; precisión de microcinesias; temperamento
anemocional; predominio de la «vigilancia» (alertness) sobre la «con-
centración» atentiva.

Relojero.—Trabajo psicofísico, espacial, parcialmente (determina-


do) automatizable, perceptorreaccional, de mínimas dimensiones.
Requiere: desde el punto de vista físico, perfecta ortoforia y ausencia
de temblor.
Desde el punto de vista psíquico, gran fineza descriminadora de
relieves; perfecta coordinación oculomanual; buena memoria e imagi-
nación espacial de formas y relaciones geometricofísicas; gran preci-
sión de microcinesias; temperamento anemocional; con tendencia a la
introversión y predominio de la objetividad física.

Remachador.—Trabajo predominantemente físico, espacial, de me-


dianas y pequeñas dimensiones, determinado, predominantemente
reaccional.
Requiere: desde el punto de vista físico, robustez y salud corporal;
fuerza muscular braquial; buena agudeza visual y ortoforia.
Desde el punto de vista psíquico, buena precisión de la coordina-
ción oculomanual; tendencia a la automatización kinética, buena in-
hibición de ruidos intensos.

Reportero.—Trabajo predominantemente psíquico, variable, ver-


boespacial, perceptorreaccional.
06 ERGONOMÍA BÁSICA

Requiere: desde el punto de vista físico, amplia energía y salud cor-


poral, con buena agudeza sensorial en todos los campos de estimula-
ción.
Desde el punto de vista psicológico, capacidad de observación y
aprehensión visuauditiva; sinceridad y precisión de testimonio; buena
inteligencia verbal; buena adaptabilidad (sociabilidad) interpersonal.

Sastre.—Trabajo psicofísico, espacial, de medianas y grandes di-


mensiones, parcialmente automatizable, perceptorreaccional.
Requiere: desde el punto de vista físico, salud normal.
Desde el punto de vista psíquico, buena aprehensión de diferencias
de volúmenes irregulares; buena imaginación visual; equilibrio óptico-
visual; buena precisión de movimientos, principalmente curvilíneos;
buena memoria de formas.

Serrador.—(Ver Aserrador).

Soldador.—Trabajo psicofísico, parcialmente automatizable, de


medias y grandes dimensiones, espacial, perceptorreaccional.
Requiere: temperamento anemocional; buena salud y fuerza, espe-
cialmente de muñeca derecha; buena percepción visual de formas, con
resistencia al deslumbramiento; buena sensibilidad háptica; excelente
seguridad y precisión de mocrocinesias manuales, con satisfactoria ca-
pacidad de disociación; rapidez reaccional y perfecto dominio de mo-
vimientos involuntarios.

Taquígrafo.—Trabajo predominantemente psíquico, variable, per-


ceptorreaccional, de pequeñas dimensiones, verbalabstracto.
Requiere: perfecta audición y discriminación de contenidos verba-
les; buena memoria de fijación y evocación auditiva; buena autocríti-
ca con honestidad y precisión de testimonio; gran rapidez y precisión
de microcinesias manuales derechas, con regularidad de ejecución de
símbolos; buena capacidad inductiva; amplitud de intereses culturales;
atención auditiva persistente e intensa.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 207

En otros términos, como factores de carga de trabajo H. MONOD,


F. LILLE y cols. l57, proponen:

A) CARGA EXTERNA
1. Carga primaria: el puesto de trabajo
a) La tarea (física y mental).
b) El ambiente de trabajo (temperatura, humedad, ruidos, tóxicos,
otros factores).
c) El trabajador en la empresa (aspectos fisiológicos, psicológicos y
sociológicos).
2. Cargas secundarias:
a) Transportes.
b) Recuperación después del trabajo.
c) Las cargas del hogar (en especial las mujeres, puesto que son las
más ligadas al trabajo doméstico).
d) Trabajo suplementario («extra»).
e) Actividades diversas (de diversión y entretenimiento o de ocio
en general).
f) Necesidades de información (en especial en conexión con el tra-
bajo).
g) Del hombre como persona (alojamiento, vida familiar, vacacio-
nes).

B) CARGA RELATIVA DE TRABAJO 158


1. Constitución
a) Edad.
b) Sexo.
c) Morfología.
d) Raza.
2. Desarrollo
a) Entrenamiento.
b) Aprendizaje.

157
O.c, págs. 11 y ss.
158
Con ello, los autores se remiten a la «astreinte».
208 ERGONOMÍA BÁSICA

c) Medio sociocultural.
d) Estado de nutrición.
3. Limitaciones
a) Envejecimiento normal.
b) Envejecimiento patológico.
c) Patología del trabajo.
d) Patología general.
159
En la perspectiva médico-biológica propiamente dicha, R. ELIAS
propone como indicadores de la carga de trabajo los siguientes:

1. Indicadores fisiológicos
a) Estudio de la frecuencia cardíaca en el trabajo.
b) Electroencefalograma; investigación de potenciales evocados
(variaciones visuales y auditivas).
c) Resistencia eléctrica de la piel (como índice de regulación vege-
tativa).
d) Información bioeléctrica de la piel (como índice de regulación
vegetativa).
e) Otros indicadores *.

2. Test psicofisiológicos
a) Umbral de frecuencia de fusión subjetiva (F.C.F.), que se inter-
preta como índice de fatiga mental.
b) Registro periódico, durante el trabajo, de los tiempos de reación
sensomotor a estímulos sonoros y ópticos de intensidad varia
ble.

3. Investigación de síntomas subjetivos de fatiga **


Con respecto a la carga mental (específicamente entendida en la
forma indicada y definida por SZEKELY), M. FRANCOLS 160 se remite al
159
R. ELIAS, O.C, págs. 198 y ss.
* Aun sin referirse a ellos el autor, también se pueden citar: estudio del ECG
(Holter), el consumo de O2, y valores gasométricos en general, la presión arterial, la
temperatura rectal; estudios de posturas y movimientos, análisis telemétricos con dis-
tintas finalidades, etc.
** Así, el cuestionario estandarizado por la Industrial Fatigue Research Committee
of the Japanese Association of Industrial Health (1967).
160
O.c, Cahiers de Notes Documentaires n.° 137, 4.° trimestre, 1989.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 209

concepto de coste mental, en cuanto «astreinte», entendiéndolo como


el resultado de la movilización de las funciones mentales por parte del
operador, que estaría en función de los siguientes factores:
— Exigencias de la tarea (duración, cantidad de información que
se ha de tratar, etc.)-
— Condiciones de realización de la tarea (ruido, calor, tiempo).
— Características del operador (edad, sexo, motivación, nivel de
aprendizaje, etc.).

Clasificación de los trabajos físicos de acuerdo con la frecuencia cardíaca y la tempe-


ratura corporal —tomada en el recto—, según CHRISTENSEN. Cita y texto tomado de
SCHERRE y cols., en: Precis de physiologie du travail. Notions d'ergonomie, pág. 182,
Masson, París, 1981.

GASTO ENERGÉTICO EN LOS DIFERENTES TIPOS DE OCUPACIONES


(Los valores, expresados en calorías, representan la media anual de los
consumos diarios). Según LEHMANN*
210 ERGONOMÍA BÁSICA

* LEHAMN, G., STIER, F.: Mensgh und Gerát. Hanbuch dergesamten Arbeitsmedizin, Band
1, 718-788. Urban und Schwazenberg. Berlín, 1961. (Cita y texto recogido de GRANDJEAN E.,
o.c, pág. 85).
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 211

Estudio de la tarea
Lo anterior conduce a un análisis de la tarea, que FERRARI FORCA-
161
DA definió como «el estudio y descripción detallados de las exigen-
cias físicas y operaciones involucradas en cada actividad profesional,
estableciendo las actitudes que debe asumir y los movimientos que
debe realizar el operario, la fuerza aproximada que requiere, la veloci-
dad y precisión de movimientos y, eventualmente, la agudeza de de-
terminados sentidos». Es esta una preocupación fundamental para el
Médico del trabajo.
La tarea (entendida como trabajo prescrito) ha de ser particulariza-
da, como se ha dicho, según lo que, en cada caso, constituye la activi-
dad (trabajo real) cosa que muchas veces conllevará enormes dificulta-
des, tanto más cuanto más diversificada o variada, en cuanto a
requerimientos, sea la ocupación laboral. A pesar de estas limitacio-
nes, siempre será útil contar con una representación esquemática de la
manera en que tiene que desenvolverse tal o cual ocupación, al menos
como punto de partida. Ahora bien, sin duda hay que advertir que
circunscribirse a un esquema podrá ser objeto de reproche por parte
de los estudiosos de la Ergonomía, pues, evidentemente, choca con el
carácter de globalidad (ya apuntada), por donde ha de discurrir cual-
quier tipo de gestión en este campo; de ahí que el siguiente plantea-
miento se tenga que ver con cautela y muchas reservas.
Teniendo en cuenta lo anterior, se propone analizar, al menos, lo
que a partir de ahora se va a denominar unidad operativa básica
(U.O.B.) en su singularidad o pluralidad, en la manera en que confor-
ma, a grandes rasgos, el trabajo habitual del sujeto objeto de estudio.
En general, una unidad representa un conjunto que pretende abarcar
una totalidad significativa, en este caso proyectada sobre la actividad
laboral. Por U.O.B. se entiende el conjunto de movimientos, gestos,
actos y sus requerimientos psicorgánicos, los cuales, entrelazados y
coordinados entre sí, en las distintas fases y ciclos laborales, en cone-
xión y condicionados por el entorno, el espacio y los medios de trabajo,
forman una secuencia que, bien por sí misma (U.O.B. simple o singu-
lar) o bien en unión con otras (U.O.B. plural o compleja, ya por la
integración de varias simples o semejantes, ya por la adición de varias

161
FERRARI FORCADA y DE CASTELET, F., Fisiatría, págs. 451 y 452, Delta Editorial,
Montevideo (Uruguay), 1973.
212 ERGONOMÍA BÁSICA

diferentes entre sí) sirve para definir esquemáticamente la tarea, recon-


ducida como actividad.
Los requerimientos psicorgánicos que incidan para la ejecución en
la U.O.B. se plasmarán como demandas organofuncionales, en defini-
tiva, como función, habiendo de distinguir, al efecto, entre lo esencial
o primario y lo secundario, relativo e indiferente. La U.O.B., buscan-
do un análisis más global, podrá verse afectada por un valor exponen-
te (entendiendo por tal el número de veces que la U.O.B. se tome
como factor) o, según los casos, se le podrá aplicar un elemento multi-
plicador, cosa que sin duda será útil, entre otras cosas, para tener una
idea de la repetitividad de la tarea y de la eventual fatiga que pueda en-
trañar.
En íntima conexión con lo anterior, se pretende ahora proponer
un nuevo componente de referencia, denominado ERGON, O unidad de
adecuación, definiéndolo como un elemento significativo que orienta
sobre el nivel de adecuación que existe en el proceso de trabajo repre-
sentado por la U.O.B.; tal nivel de adecuación cobra el grado de acep-
tabilidad óptima cuando al proceso de trabajo se le puede atribuir
un valor de 102 ERGON (100% de adecuación). Pretendiendo ofrecer
una escala de severidad, con carácter únicamente orientativo, se indi-
can a continuación los cinco tramos siguientes:

Junto a la significación global que se le ha querido dar al valor


referido (ERGON) también se puede emplear para estimar aspectos sin-
gulares de la tarea, así, por ejemplo, para evaluar una determinada
adecuación muscular, con lo que se pretende dar un valor orientativo,
aplicable, por ejemplo, en los casos de apreciación clínica de la incapa-
cidad para el trabajo.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 213

El acercamiento a la U.O.B. puede hacerse con un carácter gene-


ral, buscando un análisis global de la tarea, o bien con fines más
selectivos, como en aquellos casos en los que se plantea el impacto que
en la ecuación lesión-tarea van a tener ciertas perturbaciones funcio-
nales en cuanto al comportamiento y a la respuesta a exigencias espe-
cíficas de que se trate, en alusión directa a la capacidad de trabajo y
potencial de reserva, analizando estados de fatiga y umbrales de ina-
daptación, así como contribuyendo, en su caso, a dar un juicio clínico
sobre la inaptitud o incapacidad para el trabajo. Habrá que precisar
que, cuando se trate de evaluar una eventual incapacidad para el tra-
bajo, el análisis de la tarea tiene que ser selectivo, pues, si bien un
214 ERGONOMÍA BÁSICA

conocimiento general es necesario, interesa, no obstante, puntualizar


y concretar aquellos aspctos en los que se involucra el sistema órgano-
función que ha sido afectado, directa o indirectamente, por la lesión
sufrida por el sujeto *.

II. MÉTODOS PARA EL ESTUDIO DE LOS PUESTOS


DE TRABAJO

El conocimiento de la carga que lleva implícita una actividad labo-


ral requiere, teniendo en cuenta lo que se ha ido diciendo, un estudio
ergonómico del puesto de trabajo, lo que permitirá, según el procedi-
miento empleado, configurar un perfil global o un perfil analítico del
mismo; en el primer caso (perfil global) la calificación obtenida tan
sólo arrojará un conocimiento general y no minucioso del puesto, de
ahí el carácter relativo de su valor; por el contrario, cuando se recurre
a métodos analíticos, la operatividad es mucho mayor, concentrando
mucha más fiabilidad y rigor cuanto más profusa sea la descomposi-
ción factorial de esa globalidad, aunque, en cualquier caso, no se debe
olvidar que «el análisis del trabajo es ante todo un método de conoci-
miento sobre el funcionamiento REAL de las situaciones de trabajo, el
análisis del trabajo no es, pues, reductible a un método de análisis de
las relaciones hombre-tarea, incluso si tiene por objetivo estudiar la
interacción entre el trabajo que se realiza y las características de los
que lo realizan» **.
Consultando bibliografía específica se pueden encontrar varios
procedimientos de análisis en este terreno. En cualquier caso, no exis-
te, hasta la fecha, ningún método de análisis plenamente satisfactorio,
advirtiendo, ya desde ahora, que su proposición puede ser fuente de
posiciones encontradas; junto a ello están inspirados y contemplados,
para su aplicación, en especial para las formas de trabajo organizado
(trabajo en grandes áreas industriales, trabajo en cadena, trabajo repe-
titivo, trabajo con puesto fijo), encontrando, en cambio, grandes difi-
cultades para acoplarlos a los métodos de trabajo tradicionales en los
cuales, ya por el carácter individualizado y singular de la tarea, ya por

* En este orden, véase La incapacidad para el trabajo, págs. 99 y ss., M. R. Jouven-


cel. J. M. Bosch editor, S. A., Barcelona, 1993.
** AMALBERTI, DE MONTMOLLIN y THEUREAU, Modeles en analyse du travail,
págs. 312 y 313, Pierre Mardaga, Editeur, Liége, 1991.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 215

las condiciones físico-ambientales, las estimaciones que se pudieran


hacer con el recurso a tales métodos distan mucho de la realidad.
Entre tales métodos se pueden citar, a título meramente indicativo,
los siguientes:
1. El sistema de KIMMEL.
2. El método de L.E.S.T.
3. El método de análisis y condiciones de trabajo RENAULT.
4. El método A.E.T. (ROHMERT-LANDAU).
5. El método de la S.A.V.I.E.M. (V AN DEVYFER).
6. El análisis ergonómico elemental de Bois.
7. Cuestionario de control para el análisis de los puestos de trabajo
(GRANDJEAN).
1. El sistema de KIMMEL, en la actualidad tiene más bien un valor
histórico, pero, en cualquier caso, aunque sea de forma ilustrativa, se
va a describir l62 brevemente. Tal sistema maneja un total de 16 factores
a los que se da una puntuación:
1. Educación.
2. Experiencia.
3. Aprendizaje necesario.
4. Esfuerzo mental que requiere el puesto.
5. Esfuerzo físico, dividiéndolo en diversos grados y puntuándolos
convenientemente.
6. Condiciones generales de trabajo, entre las que se distinguen:
temperaturas anormales, humedad excesiva, deslumbramiento, sucie-
dad, ruido, nocturnidad, etc., valorándolas según su condición.
7. Riesgo, graduándolo entre muy elevado y bajo.
8. Responsabilidad sobre los equipos industriales con los que
cuenta el puesto, graduándola con arreglo al valor intrínseco de aque-
llos.
9. Responsabilidad sobre el material, graduándola según el impor-
te o el valor de la pieza o pedido que se perdería si se realizara un
trabajo defectuoso.
10. Responsabilidad de mando, valorándola con arreglo al nú-
mero de hombres que dependen del puesto de trabajo.

162
Referencia Enciclopedia Universal Espasa-Calpe, suplemento 1957-1958, pág.
1124.
216 ERGONOMÍA BÁSICA

11. Complejidad de la función que se realiza.


12. Efecto o repercusión que esta función tiene sobre las inme-
diatas.
13. Necesidad de atención a las instrucciones, teniendo en cuenta
si basta con que sean verbales o si deben interpretarse planos, fichas de
trabajo, etc.
14. Necesidad de conocer las operaciones de los puestos de trabajo
contiguos.
15. Habilidad manual.
16. Necesidad de actuar en coordinación con otros puestos.
2. El método de L.E.S. T. (Laboratoire d'Economie et de Sociolo-
gie du Travail -Aix en Pro vence, Francia, 1975)l63, también propuesto
para determinar el perfil de las condiciones de trabajo de un puesto
mediante el manejo de 16 factores de carga, agrupando 70 paráme-
tros, teniendo en cuenta:
1. Ambiente físico (térmico, iluminación, ruido y vibraciones).
2. Carga física (carga estática y dinámica).
3. Carga mental (presión de tiempos, atención, complejidad, rapi-
dez).
4. Aspectos psicosociales (iniciativa, posición social, comunica-
ción con otros trabajadores, relaciones con el mando).
5. Tiempo de trabajo.
3. El método de análisis de condiciones de trabajo R ENAULT
(MACTR).
Elaborado por los servicios de condiciones de trabajo de la REGIE
NATIONALE DES USINES RENAULT, ofrece un desarrollo bastante por-
menorizado l64.
El método R ENAULT tiene en cuenta ocho factores (de A a H),

163
CASTILLO, J. J. y PRIETO, C, en: Condiciones de trabajo, un enfoque renovador
(Centro de Investigaciones Sociológicas) ofrecen el método de L.E.S.T., aunque intro-
duciendo algunas modificaciones, y añadiendo notas procedentes de otros autores.
164
Tal método ha sido publicado por M ASSON (París, 1979), bajo el título Les
profils des postes. Méthode des conditions de travail (Service des conditions de travail
de la Régie Nationale des usines Renault). Los textos que a continuación se reprodu-
cen han sido tomados de la 2.a edición. Dado que las anotaciones que se transcriben
son tan sólo con carácter parcial e indicativo, y dado, también, el interés de la obra, se
recomienda la consulta del original a aquellos que deseen profundizar en esta mate-
ria.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 217

referidos a veintitrés criterios y cuatro criterios más, considerando la


concepción global del puesto de trabajo, tal como se puede ver en el
cuadro adjunto.
218 ERGONOMÍA BÁSICA

Los 27 criterios referidos se evalúan, a su vez, en una escala de


severidad de 1 a 5, atendiendo a los niveles de «contrainte» que supo-
nen cada uno de ellos:

Los factores aludidos (de A a H) se podrán representar en un dia-


grama, atendiendo a los 27 criterios referidos para su consideración (y
siguiendo el sistema de cálculo propuesto por el MACTR), encuadrán-
dolos en uno de los cinco niveles de «contrainte», según les correspon-
da, de modo que todo ello servirá para expresar gráficamente el perfil
global y analítico del puesto de trabajo en cuestión.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 219

Los factores y criterios contemplados en el MACTR se corresponden


con los siguientes conceptos:

Concepción del puesto de trabajo


Bajo este título se ha de evaluar la buena adaptación del operario al
puesto de trabajo, lo que se hará teniendo en cuenta cuatro criterios fí-
sicos:
1. Altura-alejamiento, que verifica la «comodidad de la postura
del operador en situación de trabajo».
2. Aprovisionamiento-evacuación (piezas, materiales, etc.), que ve-
rifica «si las características dimensionales de los dispositivos de ali-
mentación-evacuación son compatibles con las posturas normales del
operador».
3. Estorbos-accesibilidad, ... «si la concepción del puesto, los obs-
táculos materiales, la densidad de los operadores y de las instalaciones
permiten la comodidad gestual del operador en su puesto».
4. Mandos-señales, ... «si la concepción de los mandos y de las
señales (sonoras, visuales, etc.), sus dimensiones y emplazamientos
respetan los estereotipos y permiten un trabajo normal al operador».

Seguridad
Este factor evalúa «el grado de gravedad y la probabilidad de riesgo
en función de la naturaleza del trabajo y de los materiales utilizados»,
lo que se hará operando bajo el criterio correspondiente:
5. Seguridad, verificando los distintos riesgos que se puedan pre-
sentar (caída de personas, de objetos, incendios, explosiones, intoxica-
ciones, etc.).

Factores ergonómicos
Ambiente físico, o conjunto de elementos físicos característicos del
entorno de un sector o de un puesto de trabajo. Su evaluación precisa
estudiar los siguientes criterios:
6. Ambiente térmico, teniendo en cuenta la temperatura del aire
en los puestos y del trabajo dinámico, así como la temperatura ex-
terior.
220 ERGONOMÍA BÁSICA

7. Ambiente sonoro, que estima «las perturbaciones creadas por el


ruido en el operador, en función de la intensidad, la frecuencia y la
duración de la exposición».
8. Iluminación artificial, ... «iluminación general e iluminación en
particular del puesto de trabajo, si existe, (...), teniendo en cuenta la
naturaleza del trabajo».
9. Vibraciones, «analizadas en función de sus frecuencias, sus am-
plitudes (o aceleraciones), su duración a la exposición».
10. Higiene atmosférica, «polución del aire que rodea a los pues
tos, teniendo en cuenta los polvos, los humos, las nieblas y los ga-
ses».
11. Aspecto del puesto, «teniendo en cuenta los elementos siguien-
tes: limpieza, estética, espacio, colores, vetusted, iluminación na-
tural».

Carga física
A partir de su concepto se ha de concebir dentro de tres series de
criterios, tal que la carga física es el resultado de las tres cargas parcia-
les así establecidas.

Criterios de carga postural estática


12. Postura principal, corresponde a la postura más mantenida o a
la más repetida en el ciclo de trabajo, excluyendo la manutención.
13. Postura más desfavorable, es la más penosa que se observa en
el ciclo de trabajo, excluida la manutención.

Criterios de carga de trabajo dinámico:


14. Esfuerzo de trabajo, o esfuerzos ejercidos para la transforma-
ción del producto (levantar, tirar, empujar, agarrar, ...).
15. Postura de trabajo, o postura durante la cual se ejercen los
esfuerzos necesarios para la transformación del producto.

Criterios de carga de manutención:


16. Esfuerzo de manutención o esfuerzos ejercidos para la alimen-
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 221

tación y evacuación de las piezas desde el lugar de almacenamiento al


plan de trabajo.
17. Postura de manutención, o postura en la cual se efectúa la
toma y el depósito de las piezas en el curso de la manutención.

Carga nerviosa
Atiende al conjunto de requerimientos experimentados por el sis-
tema nervioso en el transcurso de la tarea. (La sobrecarga del sistema
nervioso puede crear perturbaciones y fatiga en el operador.) Se deter-
minará a partir de dos criterios:
18. Operaciones mentales, o carga nerviosa que tales operaciones
provocan (atendiendo, a su vez, a la diversidad de alternativas, la re
percusión de su meditación, su densidad e incidencia en el tiempo del
ciclo de trabajo).
19. Nivel de atención, determinando una carga en atención a las
elecciones binarias simples, sin la intervención del raciocinio (caracte-
rizadas por: duración de la atención, precisión del trabajo, incidencia
en el tiempo del ciclo).

Factores psicológicos y sociológicos


Autonomía
Este factor supone la facultad que tiene un operador, o un grupo
de operadores, para variar en el tiempo el ritmo instantáneo y dejar a
su gusto su puesto de trabajo sin perturbar la producción (ni hacia
arriba, ni hacia abajo).
Esta autonomía se evalúa a partir de dos criterios:
20. Autonomía individual, limitada, con frecuencia, por la interde-
pendencia de los operadores, la dependencia de una materia fija, la
situación de los elementos de reserva y la densidad de los operadores
en una misma zona de trabajo.
21. Autonomía del grupo

Relaciones
Dependen de las posibilidades de comunicación interindividual
durante el tiempo de trabajo, tendiendo a favorecer los contactos, a
222 ERGONOMÍA BÁSICA

reducir el aislamiento del operador en su puesto o a permitir la realiza-


ción del trabajo en grupo.
Se evalúan a partir de dos criterios:
22. Relaciones independientes del trabajo, o relaciones interindivi-
duales posibles durante el trabajo, pero sin relación directa con el mis-
mo.
23. Relaciones dependientes del trabajo, o relaciones operadores-
operadores, operadores-marco de acción, operadores-obreros de man-
tenimiento, etc., de carácter jerárquico o funcional, individual o de
grupo, necesarias para la correcta realización de una tarea.

Repetitividad
24. Repetitividad-monotonía del ciclo, teniendo en cuenta que una
actividad clínica, corta y duradera, supone una gran repetición de
secuencias gestuales siempre idénticas, lo que revierte en un automa-
tismo del operador en la ejecución de los gestos, engendrando fatiga y
un sentimiento de monotonía en el trabajo.
Se evalúa teniendo en cuenta un solo criterio: la duración del tiem-
po del ciclo.

Contenido del trabajo


Este factor indica en qué medida la tarea de un operador tiene en
cuenta los tres criterios que sirven para evaluarlo, a saber:
25. Contenido potencial, es decir, nivel de aptitudes necesarias
para ocupar el puesto de manera satisfactoria.
26. Responsabilidad, o grado de implicación personal del opera-
dor con respecto a las personas, el producto o los equipos (dotaciones
en general), necesaria o posible por el trabajo.
27. Interés por el trabajo, que lo definen los elementos de motiva-
ción y de satisfacción ligados a la tarea.

4. El método A.E.T. «R OHMERT -L ANDAU »


Este procedimiento analiza las actividades laborales bajo la pers-
pectiva «hombre-máquina-ambiente» en sus interrelaciones múltiples,
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 223

buscando informaciones destinadas a conseguir el más correcto equili-


brio entre esos elementos. Fue publicado en Alemania por los autores
citados l65.
165
Las notas que a continuación se ofrecen han sido tomadas de la edición italiana,
publicada bajo el título Método per l'analisi ergonomica del posti di laboro, a cargo de
A. GRIECO, G. AZZARCLI, L. CHIECHI, G. FELTRIN, A. LAMA, Editorial Franco Angelli,
1987, Milano-Italia). Las siglas A.E.T. se corresponden con los términos «Arbeitswis-
senschaftliches Erhebungsverfahrem zur Taetigkeitsanalyse».
224 ERGONOMÍA BÁSICA

Contenido del método A.E. T.


Se estructura en tres grandes apartados que, a su vez, se subdividen
en distintos aspectos.
A) SISTEMA DE TRABAJO
1. Objetos del trabajo.
2. Medios productivos.
3. Ambiente de trabajo.
B) ANÁLISIS DE LAS COMPETENCIAS
1. Competencia sobre objetos de trabajo materiales.
2. Competencia sobre objetos de trabajo abstractos.
3. Competencia referida a personas.
4. Número y frecuencia de operaciones repetitivas.
C) ANÁLISIS DE LA CAPACIDAD REQUERIDA
1. Información.
2. Decisión.
3. Acción/ejecución.
En la aplicación del método A.E.T. se manejan cinco códigos y
216 voces, que sirven para responder a las preguntas de los distintos
apartados de que se compone el método.
Códigos de clasificación
Sirven para dar una puntuación aplicando la correspondiente esca-
la. Se establecen en un número de cinco, a saber:
1. Código de alternativa (A)
Indica si un elemento específico del trabajo se encuentra o no
presente, respondiendo a la pregunta con un si (1) o un NO (0).
2. Código de duración(D)
Describe cuánto tiempo un elemento de trabajo está presente en el
arco del turno laboral, tomando como referencia una jornada de ocho
horas, utilizando la siguiente escala (deliberadamente no homogénea):
Código D
(0) No se aplica (o sólo esporádicamente).
(1) Hasta un décimo de la jornada laboral (< 1 hora).
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 225

(2) Hasta un tercio de la jornada laboral (< 3 horas).


(3) Hasta dos tercios de la jornada laboral (<5,3O horas).
(4) Hasta nueve décimos de la jornada laboral (< 7 horas).
(5) Durante toda la jornada laboral.
3. Código de frecuencia (F)
Indica la frecuencia con que se presenta un elemento de trabajo en
relación a un tiempo de referencia y, también, de acuerdo con una es-
cala:
Código F
(0) No se aplica
(1) Frecuencia mínima (una vez cada 2 horas)
(2) Frecuencia limitada (una vez cada hora)
(3) Frecuencia media (una vez cada media hora)
(4) Frecuencia elevada (una vez cada cuarto de hora)
(5) Frecuencia muy elevada (más de una vez cada cuarto de hora).
4. Código de importancia (I)
Se remite a la trascendencia de un elemento de trabajo con rela-
ción a otros.

Código I
(0) No se aplica
(1) No importante (irrelevante, inútil)
(2) Poco importante (raramente útil)
(3) Discretamente importante
(4) De notable importancia
(5) Importantísimo (indispensable)
5. Código de especificidad (E)
Se refiere a un aspecto específico del trabajo; su clasificación res-
ponde a dos criterios:
a) Cualitativo (o descriptivo), esto es, describiendo situaciones di
versas, eligiendo la que más se acomode al caso que se está examinan
do;
b) Cuantitativo, presentando situaciones graduales de una varia-
ble, eligiendo la más adecuada (ej., estrés impuesto al trabajador).
226 ERGONOMÍA BÁSICA

Voces
El método A.E.T. abarca un total de doscientas dieciséis vo-
ces (216), numeradas secuencialmente, atribuyéndolas un valor cuan-
titativo de 0 a 5; se anotará 0 cuando la voz no exista en la actividad o
porque es de nivel inadecuado; el valor 5 corresponde al grado máxi-
mo.
A título meramente demostrativo, se expone el apartado A (siste-
ma de trabajo) del método A.E.T. en relación al punto 1 (objetos de
trabajo) y en relación al punto 3 (ambiente de trabajo)166.

A) SISTEMA DE TRABAJO*
1. Objetos del trabajo
Por tal, se entienden todos los materiales, productos, energías e
informaciones, seres vivientes que son transformados o/y tratados en
el sistema «hombre trabajo».
1.1. Materiales como objetos de trabajo
(1.0.0.D) ¿Cuánto tiempo, durante la jornada laboral, el sujeto trabaja
y trata con objetos materiales?
Los objetos materiales se analizan conforme a las siguientes carac-
terísticas:
1.1.1. Estado de agregación
(2.D) ¿Cuánto tiempo el sujeto trabaja o trata con materiales sólidos
en
la jornada laboral?
(3.D) ¿Cuánto tiempo trabaja con materiales líquidos?
(4.D) ¿Cuánto tiempo trabaja con materiales gaseosos?
1.1.2. Características particulares
(5.D) ¿Tiempo de trabajo con materiales frágiles?
(6.D) ídem elásticos o flexibles (7.D) ídem
plásticos

166
Aquellos que deseen un conocimiento más amplio del método, así como su
eventual utilización, han de consultar la bibliografía referida.
* Las anotaciones que figuran entre paréntesis, con número y letra, indican el
orden de la voz junto con el código de clasificación que la acompaña, así (2D).
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 227

1.1.3. Condiciones de las superficies


(8.D) Tiempo de la jornada laboral que trabaja con materiales extre-
madamente sucios (carbón, ceniza, etc.).
(9.D) ídem materiales untuosos, pegajosos
(10.5.D) ídem materiales cortantes o abrasivos
1.1.4. Objetos que hay que manejar con cuidado
(Referir igualmente el tiempo de la jornada laboral)
(1l.D) Materiales sensibles al ser rayados
(12.D) Materiales de trabajo fácilmente deformables o plegables
(escayolas, cables, etc.)
(13.D) Materiales que se deshacen o desmenuzan fácilmente
1.1.5. Forma
(14.D) Trabajo con gránulos
(15.D) Trabajo con objetos menudos
(16.D) Trabajo con objetos en forma de hoja (papel, tejidos)
(17.D) Trabajo con trozos o bloques (bloques de motor, engranajes,
contenedores, etc.)
(18.D) Trabajo con barras o rollos (botellas, materiales enrollables)
1.1.6. Dimensiones
(19.D) Materiales pequeños o muy pequeños *
(20.D) Materiales de dimensiones medias **
(2l.D) Materiales grandes o muy grandes ***
1.1.7. Peso
(22.D) Pesos ligeros (hasta 1 kg)
(23.D) Pesos medios (de 1 a 10 kg)
(24.D) Pesos elevados (más de 10 kg, que pueden ser, en parte, ma-
nipulados por una persona sin usar medios auxiliares adicio-
nales y, en parte, con el uso de medios o máquinas de carga)
1.1.8. Peligrosidad
(25.D) Materiales explosivos

* Se pueden manejar con los dedos. **


Se pueden manejar con las manos.
*** Pueden ser manejados por maquinaria, o por las manos, brazos o cuerpo en-
tero.
228 ERGONOMÍA BÁSICA

(26.D) Materiales combustibles


(27.D) Materiales venenosos o cáusticos
(29.D) Materiales irritantes para la piel o mucosas
(28.D) Radioactivos
(30.D) Que causan otros riesgos para la salud
1.2. Energía como objeto de trabajo
(31.D) Indicar cuánto tiempo de la jornada laboral el control de la
energía (térmica, eléctrica, hidráulica, atómica) es el requisito
de trabajo principal. Se debe indicar si el nivel de duración es
importante para el sujeto (N.B.: cuando el sujeto usa utensi-
lios, máquinas movidas por energía, como martillos, neumáti-
cos, carro elevador, ..., este término no se aplica).
1.3. Informaciones como objeto de trabajo
(La información se valorará como objeto de trabajo cuando el con-
tenido del trabajo requiere una actividad mental abstracta más que el
uso de objetos materiales) *.
(32.D) Tiempo de jornada laboral en que el sujeto requiere una acti-
vidad intelectual **.
1.4. Personas, animales, plantas, como objeto de trabajo
(33.D) Tiempo de jornada laboral que el sujeto trata con seres
vivos.

2. Aparejamientos e implantes
(Medios productivos).
(.-).

3. Ambiente de trabajo
(Este término comprende todos los factores físicos, químicos, bio-
lógicos, organizativos, sociales y económicos que influyen en el rendi-
miento de los trabajadores.)

* Si la voz (31) se valora D = 5, continuar con (34).


** Si la voz (32) se valora D = 5, continuar con (34).
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 229

3.1. Ambiente físico 3.1.1.


Factores ambientales
(70.S) Iluminación
Para clasificar los efectos negativos causados por la iluminación no
apropiada se utiliza una escala, en donde la duración del estrés se
indica con una t, tomando como punto de referencia una jornada de 8
horas.
a) t Menor de 1/3
b) t Entre 1/3 y menor que 2/3
c) t Mayor de 2/3
El grado de estrés responde a la siguiente tabla (en la cual se com-
bina el valor de t).

Para más combinaciones entre grado de estrés y duración, se asig-


nará el valor más alto encontrado.
230 ERGONOMÍA BÁSICA

(71.S) Factores microclimáticos


En la siguiente tabla se expone el grado de estrés y su duración en
cuanto a los efectos negativos causados por los factores microclimáti-
cos desfavorables.

El valor de t (duración del estrés) se establecerá de acuerdo con la


clasificación ya anotada.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 231

(Como anteriormente, en caso de combinaciones entre el grado del


estrés y su duración en el turno, se asignará la puntuación más alta en-
contrada.)

(73.S) Ruido
La tabla siguiente se utilizará para clasificar los efectos negativos
causados por el ruido.
232 ERGONOMÍA BÁSICA

(74.D) Altas o bajas presiones


Indicar el tiempo de la jornada laboral durante el cual el sujeto
trabaja en condiciones de presión atmosférica menor de 0,9 o mayor
de 1 atmósfera, o expuestos a variaciones de presión. Por ejemplo,
trabajo a elevadas alturas.
(75.D) Agentes químicos, polvos, gas, humos
Indicar el tiempo que está sujeto a los efectos nocivos de estas
sustancias (acción tóxica, cáustica, irritante). Respecto a la naturaleza
y sus posibles efectos dañinos se valoran en las voces (80) y (81).
(76.D) Olores nocivos o inconvenientes derivados
(77.D) Ambiente de trabajo sucio, mojado (que le ensucia a sí mismo,
o a sus ropas)
(78.D) Influencia de los agentes atmosféricos
(Tiempo de la jornada laboral que trabaja el sujeto en el exterior o
está sujeto a los agentes atmosféricos.)
(79.D) Limitaciones por las ropas y medios de protección

(...)

5. El método de la S.A. V.I.E.M.


En 1973 un grupo de expertos de un servicio de Ergonomía de
empresa, elaboró el manual de la SAVIEN (Sociedad Anónima de Ve-
hículos Industriales y de Equipamientos Mecánicos), redactados por
BERNARD VAN DEVIFER 167, presentando de forma accesible un método
general de análisis de condiciones de trabajo.
El método consiste en evaluar, sobre una escala de cinco puntos,
cada uno de los factores representativos de las condiciones de trabajo,
pudiendo distribuir cada uno de esos factores en una tabla determina-
da, para, finalmente, conocidos los resultados, representar cada uno
de esos aspectos singulares en una ficha recapitulativa, que servirá
para orientar sobre el perfil de las condiciones de trabajo.

167 Jechniques d'amélioration des conditions de travail dans l´industrie (Mèthodes


d'analyse, evaluation de projets, normes et procedures d'aplication), Editions Hommes
et Techniques, Paris, 1977.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 233

168
Con respecto a los medios instrumentales de medida, en la actualidad se dispone
en el mercado de equipos muy avanzados, como dosímetros de ruido, monitores de
estrés térmico y analizadores de confort ambiental, que permiten almacenar los datos
correspondientes a la jornada laboral, y, posteriormente, ser vertidos a una red infor-
mática y tratados mediante programas específicos.
234 ERGONOMÍA BÁSICA
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 235
236 ERGONOMÍA BÁSICA
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 237
238 ERGONOMÍA BÁSICA
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 239

6. Análisis ergonómico elemental (Bois)


La puesta en práctica de los métodos y sistemas referidos, en la
realidad, se vuelve enormemente laboriosa, suponiendo, no pocas ve-
ces, tener que realizar gran número de operaciones, si se desea cuanti-
ficar los datos observados, lo cual, por otra parte, exigirá, en más de
una ocasión, medios humanos y técnicos, no siempre al alcance de
todos. No obstante, si se ha hecho mención a ellos es debido, por una
parte, al indudable interés que tiene retener ciertos conceptos y defini-
ciones, y, por otra, porque servirán también como marco de referencia
para un estudio o análisis más elemental, tal como el que ahora se pro-
pone.
En efecto, teniendo en cuenta las dificultades apuntadas, Bois 169,
tomando ideas y elementos desarrollados en el M.A.C.T.R., establece
un método simplificado para analizar las condiciones de trabajo, y
169
El autor que se cita (Inspector General del Ministerio de Trabajo), presentó en el
VIII Congreso Mundial de Prevención de Accidentes y Enfermedades Profesionales
(1977, Brecorex, Francia) el método citado. Su texto ha sido tomado de una publica-
ción del Comisariado General Belga para la Promoción del Trabajo, bajo el título
Ergonomie, págs. 54 a 58, Bruselas (Bélgica), 1986.
240 ERGONOMÍA BÁSICA

que ahora se recoge en los cuadros que siguen. Para la aplicación de


este método solo se requiere «sentido común», capacidad de observa-
ción de las condiciones de ejecución del trabajo y objetividad en la
expresión de los datos constatados» 17°.

170
Según texto de la obra citada anteriormente.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 241
242 ERGONOMÍA BÁSICA
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 243

7. Cuestionario de control para el análisis de los puestos de trabajo


(GRANDJEAN)
Reproducido textualmente de la conocida obra del profesor cita-
do m; se estructura tal como sigue:
Fin perseguido Cuestiones
preliminares:
1. Evaluación de la carga de trabajo.
Lista de control:
2. Cuestiones relativas a las cargas físicas.
3. Cuestiones relativas a la percepción, vigilancia y habilidad.
4. Cuestiones relativas al entorno.
5. Cuestiones relativas a la organización del trabajo.
Fin perseguido
«Este cuestionario se establece para verificar que los puestos de
trabajo están bien concebidos, teniendo en cuenta los datos fisiológi-
cos; esta verificación se hace pasando revista a cada detalle en un
orden lógico. Se puede comparar a la lista de control utilizada por los
pilotos de línea antes del despegue, para asegurarse de que todas las
operaciones obligatorias se han realizado y que ningún detalle, incluso
mínimo, ha sido descuidado.
Con el mismo espíritu, se podrá utilizar este cuestionario para
comprobar que ninguno de los puntos importantes, relativo a los
puestos de trabajo, ha sido olvidado.»

Cuestiones preliminares
1. Evaluación de la carga de trabajo
1.1. Tarea principal. Tarea secundaria.
1.2. ¿Es penoso el trabajo, físicamente?
1.3. ¿Exige el trabajo importantes facultades de habilidad, vigi-
lancia o de percepción?
1.4. ¿El trabajo se hace más penoso a causa del entorno, como,
por ejemplo, las condiciones climáticas, el ruido, o el
alumbrado?

171
GRANDJEAN, E. Precis d'ergonomie, págs. 395 a 399. Les Editions d'Organisa-
tion. Paris, 1985.
244 ERGONOMÍA BÁSICA

1.5. ¿El trabajo se vuelve más penoso por el modo de organiza-


ción: trabajo en equipo, trabajo sin pausas, trabajo contra
reloj?

Lista de control
2. Cuestiones relativas a las cargas físicas
2.1. Postura (sentado, en pie o inclinado)
2.1.1. ¿Supone la postura esfuerzo muscular estático im-
portante?
2.1.2. ¿La tarea se realiza a una altura correcta?
2.1.3. ¿La zona de movimientos de agarre y manipulación
es correcta (anatomía)?
2.1.4. ¿Existe suficiente espacio alrededor para desenvol-
verse?
2.1.5. ¿El cuerpo, estando en posición natural, puede ver
claramente la tarea y leer todos los instrumentos?
2.1.6. ¿Es necesario adoptar una postura antinatural para
accionar los pedales?

Cuestiones concernientes a los trabajos sedentarios


2.1.7. ¿El asiento está correctamente ajustado a la altura
del plan de trabajo?
2.1.8. ¿El asiento entraña curvaturas y dolores?
2.1.9. ¿Es necesario disponer de un reposapiés?
2.2. Trabajo muscular
¿El efecto muscular es predominantemente estático o diná-
mico?
2.2.1. ¿El trabajo tiene un fuerte componente estático?
2.2.2. Si la respuesta anterior es afirmativa, ¿es posible evi-
tarlo utilizando dispositivos de inmovilización y
otros soportes?
2.2.3. ¿Se puede facilitar la utilización de soportes para las
manos o los codos?
2.2.4. ¿Es necesario levantar cargas?
2.2.5. ¿El peso de las cargas es aceptable?
2.2.6. ¿Existe un medio adecuado de levantamiento y
transporte de esas cargas?
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 245

2.2.7. ¿Es necesario ejecutar un intenso trabajo dinámico?


2.2.8. ¿El trabajo se realiza con una eficacia suficiente?
3. Cuestiones relativas a la percepción, la vigilancia y la habilidad
3.1. La percepción
3.1.1. ¿La iluminación es buena?
3.1.2. ¿Los instrumentos están bien dispuestos y adapta
dos a la tarea?
3.1.3. ¿Las inscripciones (nombres, palabras, símbolos) y
las graduaciones son de dimensiones correctas te-
niendo en cuenta la distancia de lectura?
3.1.4. ¿Los componentes, instrumentos e inscripciones es-
tán bien visibles para evitar el riesgo de errores?
3.1.5. ¿Son necesarios dispositivos de ampliación?
3.1.6. ¿Los instrumentos y los mandos están bien dispues-
tos los unos en relación con los otros?
3.1.7. ¿Se entienden claramente los signos sonoros sin ries-
go de equívocos?
3.2. La vigilancia
3.2.1. ¿Está perturbada la vigilancia por el ruido?
3.2.2. ¿Está alterada la vigilancia por la actividad de otras
personas?
3.2.3. ¿La vigilancia está alterada por lo que ocurre en el
propio puesto de trabajo?
3.3. La habilidad
3.3.1. ¿Los trabajos que exigen habilidad son ejecutados
bajo control visual?
3.3.2. ¿Es necesario un largo período de formación?
3.3.3. ¿Se ha dado absoluta facilidad para la adquisición
de una habilidad automática?
3.3.4. ¿Las direcciones y las secuencias de los movimien-
tos se inscriben en un esquema estereotipado?
3.3.5. ¿La disposición de los comandos permite posturas
naturales?
3.3.6. ¿Los comandos manuales exigen esfuerzos impor-
tantes?
3.3.7. ¿Los comandos están bien concebidos para su fun-
ción?
246 ERGONOMÍA BÁSICA

4. Cuestiones relativas al entorno


4.1. Iluminación-colores
4.1.1. ¿La iluminación es suficiente durante la jornada?
4.1.2. ¿La iluminación artificial es suficiente?
4.1.3. ¿Existen contrastes excesivos en la zona de trabajo?
4.1.4. ¿El operador se ve obligado a vigilar unas veces
una zona bien iluminada y otras veces una zona en
sombra?
4.1.5. ¿Existen superficies reflectantes en la zona de tra-
bajo?
4.1.6. ¿Las fuentes de luz están bien dispuestas?
4.1.7. ¿La iluminación es estable (no existen tubos fluo-
rescentes que parpadeen —ausencia de tubos mal
puestos en fase entre ellos— ausencia de efectos
estroscópicos debido a máquinas en funcionamien-
to)?
4.1.8. ¿Existen contrastes excesivos de brillo entre los di-
versos colores?
4.1.9. ¿Los diversos elementos que atraen la mirada se
han seleccionado juiciosamente?
4.1.10. ¿Los colores empleados en la habitación, o en la
zona de actividad, son acogedores y sedantes?
4.2. Ambiente climático interior
4.2.1. ¿La temperatura del aire es confortable?
4.2.2. ¿Las superficies del entorno tienen más o menos la
misma temperatura que el aire?
4.2.3. ¿Existen corrientes de aire perceptibles?
4.2.4. ¿El grado higromátrico es fisiológicamente correc-
to?
4.2.5. ¿Las instalaciones para restaurarse están correcta
mente ubicadas?
4.2.6. ¿El aire se renueva con bastante frecuencia?
Cuestiones relativas a los trabajos realizados e« ambiente
cálido
4.2.7. ¿Las condiciones debidas al calor son aceptables?
4.2.8. ¿Los vestidos del personal están adaptados?
4.2.9. ¿Los aportes líquidos son suficientes?
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 247

4.2.10. ¿Se puede reducir la penosidad debida al calor por


dispositivos protectores adaptados?
4.3. Protección contra el ruido
4.3.1. ¿El ruido perturba la vigilancia y el trabajo mental?
4.3.2. ¿El ruido incide sobre la comprensión de las conver-
saciones?
4.3.3. ¿El nivel de ruido es tal que puede provocar riesgos
de perturbación del oído?
4.3.4. ¿Se puede reducir el nivel de ruido?
4.4. Dispositivos de protección
4.4.1. ¿El aire de la habitación o del taller contiene alguna
sustancia tóxica?
4.4.2. ¿Se puede detener la fuente de emisión de las sus-
tancias tóxicas?
4.4.3. ¿Se puede instalar un equipo de ventilación?
4.4.4. ¿Existe riesgo de contacto con sustancias pudiendo
provocar dermatosis?
4.4.5. ¿El arreglo del puesto de trabajo entraña riesgos de
accidente?
4.4.6. ¿La ejecución de la tarea conlleva riesgos de acci-
dente?
4.4.7. ¿Puede sobrevenir un accidente por la acción de una
tercera persona?
4.4.8. ¿Existe algún riesgo de incendio o de explosión?

5. Cuestiones relativas a la organización del trabajo


5.1. La contrariedad (tedio, disgusto, rutina) *
5.1.1. ¿Qué tiempo se dedica a la tarea?
5.1.2. ¿El trabajo repetitivo supone una mala postura?
5.1.3. ¿Es posible reducir la monotonía del trabajo me-
diante una ampliación de la tarea, o por una rota-
ción entre varios puestos?
5.1.4. ¿La organización del trabajo permite contactos so-
ciales?

* En el texto original de GRANDJEAN, la voz que se utiliza es la de «l'ennui», que


conoce varias acepciones.
248 ERGONOMÍA BÁSICA

5.2. Trabajo en equipos


5.2.1. ¿Existen equipos de día y de noche?
5.2.2. ¿La organización existente para los equipos permite
cortos períodos para el equipo de noche?
5.2.3. ¿Cuántos fines de semana hay libres por año?
5.2.4. ¿Las condiciones son favorables para el sueño diur-
no?
5.3. Pausas y hábitos alimenticios
5.3.1. ¿Existen pautas oficiales?
5.3.2. ¿La hora y la duración de las pausas son razonables?
5.3.3. ¿Sería deseable practicar cortas pausas suplementa-
rias?
5.3.4. ¿Sería ventajoso practicar horarios variables?
5.3.5. ¿Se dispone de suficiente alimentación durante las
pausas?
5.3.6. ¿La pausa del mediodía es suficientemente prolon-
gada?

APÉNDICE

La frecuencia cardíaca y la actividad muscular como indicadores


fisiológicos de la carga de trabajo: contribución de las nuevas tecnolo-
gías

Teniendo en cuenta todo lo dicho hasta aquí, se entiende que una


de las preocupaciones fundamentales del médico del trabajo ha de ser
el análisis de la carga, tanto externa como interna, que impone el
mismo.
Conviene, pues, recordar, y a modo de resumen de lo expuesto,
algunos aspectos ya señalados, antes de pasar a la cuestión concreta
que se plantea bajo este último título, así:
El concepto de carga de trabajo, en su heterogeneidad, que se pre-
senta como una quimera, como un «fantasma» (SPERANTIO, 1972),
conoce, sin embargo, connotaciones que se pueden definir de forma
más concreta, como es la carga física, que, a su vez, se proyecta y
descompone en varios componentes.
Esa misma carga física es susceptible de ser considerada como
«contrainte» —carga externa— y como «astreinte» —carga interna—
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 249

(METZ, OMS-1969), esto es, el efecto que es capaz de provocar la carga


externa sobre el operario, dadas sus características individuales. Si la
primera se puede entender como «variable independiente» (MONOD,
LILLE y cols.), la carga interna opera siempre como variable depen-
diente, precisamente por la singularidad de la respuesta individual.
Por este motivo, se comprenden las enormes dificultades que en-
traña aproximarse a una descripción de esa carga interna: de un lado,
aun dentro del dominio de la observación fisiológica, «el término de
carga de trabajo, en cuanto a astreinte, no prejuzga el nivel de acepta-
bilidad de la misma» (MONOD, LILLE y cols.), y, de otra parte, en los
casos de perturbación de la función, «los hallazgos clínicos han de
tomarse como factores que contribuyen a tal limitación, pero no
como su medida» (GARCÍA TORNEL-CARROS Y SÁNCHEZ BORDONA).
Anótese bien esto último, en especial aquellos que sufren esa epidemia
de la tentación cuantificadora, bajo la imposición de «métodos» que
en cualquier caso se acomodan mal a la naturaleza humana, la cual no
puede ser conocida, ni tampoco entendida, bajo el rigor cartesiano.
El proceso de trabajo (enmarcado, ergonómicamente, en un siste-
ma de trabajo, «es un producto final de la organización cerebral del
movimiento humano, correspondiendo a una compleja red neurop-
sico sensorial» (DA FONSECA), que el organismo acciona e interac-
ciona en un diálogo íntimo y constante, requiriendo un acerca-
miento «miope» (MONTMOLLIN). Tal interacción toma un carácter
crucial. Y este proceso supone:
«a) Asimilación, fase en la que el organismo incorpora y coordina
datos. b) Acomodación, resultado de las presiones ejercidas por
el medio»
(PIAGET)
o dicho de otro modo, esto no es otra cosa que el «comportamiento»
ante una «situación» que demanda una respuesta a través de una
«asimilación» y «acomodación» (CAZAMIAN).
Por todo ello, el conocimiento de determinados indicadores fisio-
lógicos permite, muchas veces, un mayor acercamiento a la configura-
ción de la carga de trabajo. Entre otros, dos de ellos pueden alcanzar
gran significación: la frecuencia cardíaca (F.C.) y la actividad muscu-
lar (A.M.), tanto más si se tiene en cuenta que, de un lado, existe una
relación directa entre el consumo de oxígeno y la carga de trabajo (en
watios) y, de estos, a su vez, con la F.C; de otro, el ejercicio muscular
250 ERGONOMÍA BÁSICA

influye en la intensidad de los cambios gaseosos y en el gasto energéti-


co (LAVOISSIER y SEGUIN, 1789). Como se indicó anteriormente, en
especial en el esfuerzo muscular dinámico, la F.C. acusa un importan-
te aumento (siendo menor en el esfuerzo muscular estático).
La realización de un trabajo va íntimamente unida a la producción
de fatiga. Junto a la fatiga general, se plantea la fatiga muscular local
(fatiga periférica). El concepto de fatiga muscular es el de «imposibili-
dad por el músculo de mantener una tarea determinada sin modificar
su nivel de acción eléctrica (tanto para el músculo esquelético estria-
do, como para la actividad isométrica o la isotónica)» m.

Soporte instrumental
Los progresos de la electrónica y de la informática permiten, en la
actualidad, disponer de equipos de reducido tamaño para la integra-
ción de datos biológicos (sistemas «bio-feedback») —relativamente
económicos— que dispuestos en el operario, de manera ambulatoria,
proporcionan información de indudable interés sobre el comporta-
miento fisiológico, desde una perspectiva funcional práctica, durante
el ejercicio de su actividad correspondiente, y, además, no son sólo
totalmente incruentos sino que tales exploraciones no se acompañan
de incomodidad ni producen, en general, ningún tipo de limitación
para el desarrollo de trabajo de que se trate.
Para la F.C, los cardiotacómetros (o cardiofrecuencímetros) exis-
tentes son aparatos de medida de gran eficacia y rendimiento, permi-
tiendo, sobre el terreno, conocer durante varias horas la respuesta del
pulso ante las exigencias laborales. Algunos de ellos dan opción a
hacer registros cada 5, 15 o 60 segundos, con una capacidad de memo-
ria que puede sobrepasar las 33 horas. Respecto a su fiabilidad, son
altamente demostrativos los estudios llevados a cabo por diferentes
autores (LEGER y THIVIERGE, Undad. de Montreal —Canadá—; LEV-
RAY, Clermont-Ferrand —Francia—, 1988). .
La información bioeléctrica muscular en cuanto a la actividad glo-
bal de un músculo —o de un grupo de músculos— se puede conocer
utilizando técnicas de electromiografía no invasiva, con electrodos de
superficie. La electromiografía de superficie se resume en la aprecia-
172
Notas tomadas de BROCAS, JEAN (con la colaboración de FROMAGEOT, Claudine),
en: Traite d'ergonomie, págs. 633 a 643, P. CAZAMIAN, Edition Ociares Entreprise,
Marseille (France), 1987.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 251

ción instrumental y objetiva de los fenómenos eléctricos que ocurren


en las células musculares en el momento de la contracción de las
fibras. La función de control de los nervios, así como la actividad
química en la unión neuromuscular va ligada a la contracción muscu-
lar.
El elemento básico de la contracción muscular está constituido por
la unidad motora (la motoneurona que consta de neurona y axón junto
a sus ramificaciones nerviosas que van a las fibras musculares excitadas
por ellas). La motoneurona está situada en el asta anterior de la médula
espinal; recibe el impulso y lo transmite al músculo voluntario; el
nivel de fuerza que puede ejercer una unidad motora depende del
número de terminaciones nerviosas que posea (se interpreta esto
como que cuando hay una denervación disminuye la fuerza).
La fuerza muscular supone un aumento de la frecuencia de descar-
ga de la motoneurona y un aumento también del número de unidades
motoras de descarga. La amplitud de la señal se puede representar en
intensidad en voltios (microvoltios) y el tiempo de la misma en herz
(frecuencia de un movimiento vibratorio que ejecuta una vibración
cada segundo). En casos de fatiga muscular sucede que aumenta la
amplitud de la contracción (de la señal electromiográfica) y disminuye
la frecuencia de la contracción (igualmente de la señal electromiográfi-
ca). Esto da lugar a una variación de la curva intensidad-duración, con
lo que el músculo se relaja más lentamente. El reforzamiento de las
actividades eléctricas se traduce en fatiga.
Algunos equipos de los que se dispone en el mercado, mediante la
aplicación de los aludidos electrodos de superficie, son capaces de
reconocer valores electromiográficos entre un microvoltio (mV) a
20000 mV, dotados de amplificadores de alta tecnología que explican
la eliminación eficaz de fenómenos parasitarios (teniendo en este as-
pecto mayor resolutividad que los sistemas telemétricos), permitiendo
que la señal eletromiográfica sea tomada con gran precisión (en una
banda de frecuencia de 20 a 500 herzs), sin que, en definitiva, los
resultados sufran distorsión, haciendo posible análisis comparativos
de gran utilidad. La información recibida se envía a una central auto-
mática de integración de datos, de peso reducido, de muy pequeño
tamaño (algo más que un paquete de cigarrillos). Los registros se pue-
den hacer cada 0,1, 1 ó 10 segundos, con una cabida máxima en
memoria de 22 horas (en régimen de captación cada 10 seg/2 canales,
o incluso, de 44 horas, 10 seg/1 canal).
252 ERGONOMÍA BÁSICA

Realización de la prueba
Al tratarse de un verdadero estudio de campo, no requiere ninguna
medida especial. Colocado el equipo (cardiotacómetro y analizador
muscular) *, el trabajador que se somete a estudio se tiene que limitar
al desarrollo de su tarea tal como la venía realizando habitualmente.
Transcurrida la jornada laboral, se procede a la detención de las memo-
rias de registro y la subsiguiente retirada de los instrumentos de medi-
da.
Tratamiento de los datos
La información acumulada en las respectivas memorias puede ser
transferida, valiéndose del «interface» adecuado, a un sistema infor-
mático (un sencillo PC es suficiente), para, acto seguido, ser tratada
con el programa propio para cada uno de los indicadores estudiados.
Comenzando con la F.C., existe un programa específico para la
Medicina del trabajo (MEDISTRAIN, M. CHAMOUX) que pone de mani-
fiesto, entre otros, los siguientes aspectos:
1. Curva global de la F.C. (correspondiente a las 8 horas de traba-
jo), pudiendo detectar, manipulando el cursor (o un eventual ratón)
las frecuencia/s en cualquier momento o intervalo de trabajo.
2. Lista de valores.
3. Histograma, con la posibilidad de distribuirlo en cuatro secuen-
cias útiles, lo que es susceptible de ser acomodado a distintas fases de
trabajo (pudiendo conocer la frecuencia media y mediana) (ya global
—respecto a toda la jornada de trabajo—, ya parcial —en cada una de
las secuencias seleccionadas—).
4. F.C. de reposo, de trabajo, máxima.
5. Coste cardíaco —parámetro de enorme interés—, en sus ver
tientes absoluto y relativo.
Además, tratándose de actividades con un perfil de «contrainte»
considerable —de gran requerimiento calórico, gasto energético y ca-
pacidad aeróbica significativa— muchas veces será enriquecedor am-

* Los electrodos se han de colocar en el área muscular que se desea examinar, en el


punto adecuado, procurando que no estén excesivamente separados con el fin de que
no aparezcan anomalías en el registro; igualmente, en las pruebas de larga duración, es
conveniente colocar entre un electrodo y otro un «empapado™ (sirviendo a tal efecto
un trozo de algodón) pues la sudoración, en especial por su contenido salino, puede
producir un efecto de intercomunicación no deseado.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 253

pliar el análisis para conocer mejor la repercusión del esfuerzo físico


sobre el sistema cardiovascular. Al efecto, introduciendo el programa
CARDLOG (P. DUPUIS, «logicien traitement F.C.», París, 1991)* se
tiene la posibilidad de conectar con un menú variadísimo, que, entre
otras, ofrece las siguientes posibilidades: comparación de curvas de
F.C. (de un mismo individuo en relación a distintos esfuerzos, distin-
tos momentos, o de distintos individuos frente a la misma actividad);
visualización de secuencias de esfuerzo; pendientes de recuperación y
subidas de frecuencia (cálculo y trazado de la pendiente —regresión
lineal o exponencial); gasto energético, etc.
En cualquier caso, es aconsejable que, para estimar la carga de
trabajo a través de la F.C, se realice previamente un registro del pulso
basal de la noche (DE GAUDEMARIS y cols.).
De igual forma, los datos de la A.M. serán transferidos al ordena-
dor mediante un cable de fibra óptica, de tal modo, que con la ayuda
del programa el clínico podrá visualizar en pantalla (y obviamente
imprimir) lo siguiente:
1. Curva de actividad muscular correspondiente a cada canal; vi-
sualización de ventanas (efecto Zoom), según la secuencia de trabajo
escogida.
2. Histograma de carga de trabajo (normal, acumulado).
3. Curva de diferencia entre un canal y otro (muy útil en estudios
de patología; ejemplo, ver el distinto rendimiento de una extremidad
respecto a otra, con posibilidad de despistaje de simuladores —obser-
vando la actividad agonistas-antagonistas—).
4. Cuantificación de resultados (valor máximo, valor medio, valo-
res de área —fVs—, desviación), con opción a que el valor global sea
descompuesto por uso de marcadores.
Una vez impresa y reunida la información sobre los indicadores alu-
didos (F.C. y A.M.) se pueden analizar primero de forma independiente,
y, luego, en un estudio conjunto y en paralelo, ** al mismo tiempo que
es muy ilustrativo contar con el relato histórico del trabajador, imbri-
cando sus descripciones con la estimación objetiva de las respuestas de
la economía en los distintos momentos de la jornada laboral.

* Este programa, en un principio, está dedicado a la Medicina del deporte.


** Al efecto existe la posibilidad, merced a los progresivos avances de los progra-
mas informáticos —tipo WINDOWS, etc.—, de simultanear en un mismo monitor los
registros de F.C. y A.M.
254 ERGONOMÍA BÁSICA

Después de contar con esa información, se podrá, incluso, elaborar


un diagrama construido sobre un eje de coordenadas OXY, pudiendo
superponer en el eje ox el tiempo de trabajo y la «contrainte», mien-
tras que al eje OY se llevará a un lado la F.C. (en ciclos por minuto) y,
al otro, la A.M.
Siendo X la variable independiente [y = f(x)], se puede formular:
y = F.C. + A.M.; incluso descomponiendo ambos parámetros en dos
aspectos, uno para su valor en reposo y otro para el que pudiesen
tomar en la actividad ligada al trabajo del operario, resultaría que:
y = (FC, - FCr) + (AMt - AMr)
significando:
F.C.r = Frecuencia cardíaca de reposo.
F.C.t = Frecuencia cardíaca resultante de la carga de trabajo.
A.M.r = Actividad muscular de reposo.
A.M.t = Actividad muscular entendida como «astreinte».
(Obviamente, tal formulación se indica a nivel de hipótesis, como
construcción teórica, sin pretender otra cosa, pues está claro que la
configuración de una variable requiere años de investigación.)
Por otra parte, está admitido que:

Costo Cardíaco Absoluto (C.C.A.) - F.C. media del puesto de tra-


bajo (F.C.mt) - F.C. reposo (F.C.r).
C.C.A. = F.C.mt - F.C.r
Para el C.C.A. se arbitran los siguientes valores:
> 30 cc/mm ......................................................................... elevado
15 a 30 cc/mm ..................................................................moderado
< 15 cc/mm ...............................................................................débil
El Costo Cardíaco Relativo (C.C.R.) viene dado por la siguiente re-
lación:
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 255

Aplicación práctica

Dependerá siempre de los motivos que hayan justificado esta clase


de exploraciones. Unas veces estarán destinadas al mero conocimiento
de la carga interna, para mejor ilustrar sobre una realidad laboral
concreta; otras, por la necesidad de introducir modificaciones en el
sistema de trabajo, ante problemas ya existentes, en una gestión de
Ergonomía correctiva, ya actuando sobre los medios de trabajo, el
espacio o sobre los agentes agresivos del entorno, o ya, también, para
transformar el «modus operandi» de ejecución en el aspecto sustanti-
vo de la tarea.
YLLO ya dio a conocer en 1962 sus experiencias electromiográficas
en relación con la carga postural que soportan los mecanógrafos, po-
niendo de manifiesto el aumento de la actividad eléctrica en los múscu-
los activos (en especial, elevadores del hombro y abductores del
brazo y extensor común de los dedos), lo que hay que traducir como
fatiga de esas estructuras. En este mismo orden, con el fin de evitar
posturas inadecuadas, esfuerzos musculares inapropiados o la prolon-
gación inútil de los movimientos, y, en definitiva, pretendiendo dismi-
nuir la fatiga fisiológica y sus peligros potenciales, buscando la econo-
mía en el gesto profesional (Ergonomía gestual, en una respuesta a una
Ergonomía defensiva, este tipo de estudios son de enorme interés).
Igualmente, lo son para el análisis en el diseño adecuado de los medios
de trabajo (Ergonomía de concepción, de diseño). Un ejemplo son las
experiencias realizadas en Suecia para apreciar la carga de trabajo en
las tareas de oficina, apreciando la respuesta de los trapecios (E WA
YBRING-HELLEBERG, Helsingborg, 1987). En este terreno queda abier-
to todo un campo para la investigación.
Para su aplicación al campo de la Medicina Industrial, así como
para acercarse a un conocimiento del grado de adecuación ergonómi-
ca, actualmente ya se dispone de medios instrumentales multicanal
(de hasta 16 canales) para la monitorización fisiológica, con progra-
mas informáticos muy avanzados, permitiendo analizar y contrastar
las distintas señales recibidas. De tal modo, además de la frecuencia
cardíaca y el registro electromiográfico, se puede conocer la respuesta
personal ante la carga de trabajo a través del estudio de otros paráme-
tros, como pueden ser: registro de las ondas cerebrales (beta, alfa, theta
y delta); electrocardiograma; frecuencia respiratoria; pulsioximetría
(saturación de oxígeno en la sangre); CO 2 espirado (Et CO 2, con la
256 ERGONOMÍA BÁSICA

observación de la correspondiente curva capnográfica); temperatura


(recogida a través de una sonda cutánea): respuesta galvánica (me-
diante electrodos dermales, que traducen la conductancia de la piel, en
atención a la sudoración profunda). De todos estos parámetros, ade-
más de su representación gráfica, la señal puede tener su correspon-
diente versión digitalizada, siendo el análisis del conjunto de todos
ellos orientativo para el estudio de las condiciones en que el trabajador
desempeña su tarea, así como para comprender en muchos casos los
desajustes que pueda experimentar a lo largo de la jornada laboral
ante posibles incidencias.
Tampoco hay que olvidar que con tales medios instrumentales la
cuestión ergonómica puede interesarse por la interacción función-
trabajo, en aquellos casos en los que se plantea el impacto que en la
relación lesión-tarea supongan ciertas perturbaciones funcionales, en
cuanto al comportamiento y a la respuesta ante las exigencias específi-
cas de que se trate, en conexión directa con la capacidad de trabajo y
el potencial de reserva, analizando estados de fatiga y umbrales de
inadaptación, contribuyendo, en su caso, a dar un juicio clínico sobre
la ineptitud para el desempeño del trabajo.

Ejemplos: *
Caso primero: estudio de carga de trabajo, a nivel muscular, en
paciente con antecedentes de patología cérvico-braquial de irradiación
bilateral (hombro-brazos en especial a la derecha), de 55 años, relación
peso talla 60 kg/156 cm, siendo su actividad habitual la de costurera.
Se colocan los electrodos a nivel de ambos trapecios, haciendo un
registro durante 11 horas, 11 minutos, con intervalos de medida de
10.5 segundos.
En el gráfico que se adjunta se observa la curva electromiográfica,
en la parte inferior, en la que se han introducido marcadores (un total
de 11), dispuestos cada 60 minutos; la parte superior corresponde al
histograma. La prueba dio comienzo a las 9.30 horas de la mañana. Se
aprecia un aumento progresivo de la actividad muscular hasta las
13.30 horas, momento en que cesa en su actividad la trabajadora. Las
posiciones 4-5 y 5-6 (13.30 a 15.30) se corresponden con actividades

* Las experiencias que se refieren han sido realizadas particularmente por el autor,
sin pretender darlas, en ningún momento, un carácter general.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 257

domésticas (preparar la comida, comer). El espacio 6-7 (15.30 a


16.30), arroja una disminución de actividad, período durante el cual
la paciente permaneció sentada. A partir de entonces (posiciones 7 a
10.5) reanuda su actividad, para cesar en ella a las 19.30, viéndose,
igualmente, un aumento progresivo de la actividad muscular, signos
que se corresponden con síntomas de fatiga referidos por la trabaja-
dora.
258 ERGONOMÍA BÁSICA

Informe sobre el test

TEST:

APELLIDOS Y NOMBRE:
FICHA: ose
MÚSCULO 1: TRAPECIO DERECHO
MÚSCULO 2: TRAPECIO IZDO.
COD. DIAGNOSTICO:
COMENTARIO: Carga de trabajo en costurera; registro durante 11 horas 11 mn. Disposición de marca-
dores cada hora (comienzo a las 9,20 am). Acusó síntomas de fatiga que se correspon-
den con la respuesta gráfica; se aprecia cómo entre las 3,30 y 4,30 (tiempo durante el
cual estuvo sentada ante el televisor) se presenta una disminución de actividad (marca-
dores 6-7), para volver a aumentar.

Caso segundo: estudio combinado de F.C. y A.M. en abogada, 30


años, sin antecedentes de patología. Se colocan los electrodos a nivel
de ambos trapecios, al mismo tiempo que se dispone de cardiotacóme-
tro. La realización de la prueba se corresponde con actividades norma-
les de despacho y trabajo en ordenador.
El gráfico correspondiente a la actividad muscular no tiene espe-
cial significación. En cambio, la curva de F.C. sí merece ser comenta-
da: corresponde a un trazado de 8 horas, en el cual se puede observar
que a las 16.43 horas hay un punto en que la F.C. alcanza un valor
máximo de 154 pulsaciones y que, después, continúa elevada, aspecto
que la examinada relaciona con un estado de irritación personal ocu-
rrido en su lugar de trabajo, lo cual, como se verá, tuvo una traduc-
ción en el coste cardíaco absoluto y relativo y en la frecuencia media
correspondiente a esa secuencia. Las secuencias recogidas se distribu-
yen así:
1. De 10.20 (hora de comienzo de la medición) a 14 (el trabajo se
realizó en condiciones habituales).
2. De 14.01 a 15.30.
3. De 16.31 a 19.27.
4. Resumen global de las anteriores.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 259
260 ERGONOMÍA BÁSICA
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 261
262 ERGONOMÍA BÁSICA
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 263

Caso tercero: trabajador en el tendido de postes e hilos telefónicos,


de 33 años, que sufrió accidente laboral, resultando con secuelas de
luxación traumática de hombro izquierdo, complicada con parálisis
de nervio circunflejo; en la exploración física acusa atrofia muscular
de la región deltoidea, con limitación de la abducción-elevación del
hombro (70 "/180 °). En la electroneuromiografía se apreció denerva-
ción crónica del nervio circunflejo, de intensidad 3/4.
Teniendo en cuenta estos antecedentes y datos clínicos se le realiza
un examen de la actividad muscular con electrodos de superficie, apli-
cados en la región deltoidea, durante un tiempo de 2 minutos 11
segundos (sometiéndole a un ejercicio de carga con 2,5 kg de peso en
cada extremidad superior). Las gráficas y datos que se exponen a con-
tinuación son bastante evidentes, indicando una muy severa pérdida
de actividad muscular a nivel del deltoides izquierdo.
264 ERGONOMÍA BÁSICA
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 265
266 ERGONOMÍA BÁSICA
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 267

Caso cuarto: a continuación se recogen dos gráficos, con sus res-


pectivas tablas de valores, correspondientes al análisis de actividad
muscular con electrodos de superficie colocados a nivel de los extenso-
res de la espalda, correspondiendo el denominado (JMCP) a un solda-
dor, con marcadores distribuidos cada 30 minutos, recogiendo un
tiempo total de 3 horas, 56 minutos; el segundo análisis (AVS) se
refiere a una mecanógrafa, realizando el análisis durante un tiempo de
4 horas. Cualquiera de los dos trabajadores no presentaba patología ni
tampoco han acusado manifestaciones subjetivas de fatiga durante el
tiempo que duró el análisis. No obstante, las diferencias en cuanto a
carga muscular son evidentes en un caso con respecto al otro, viéndo-
se como la carga que soporta el soldador es muy superior a la de la
mecanógrafa (valores fVs de 393660 y 68760, respectivamente). De
igual modo se aprecian diferencias con respecto a la frecuencia car-
díaca.
268 ERGONOMÍA BÁSICA
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 269
270 ERGONOMÍA BÁSICA
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 271
272 ERGONOMÍA BÁSICA

Caso quinto: Con equipos más desarrollados, también por electro-


miografía portátil, se pueden realizar estudios más profundos, ya en el
terreno frecuencial, estimando los parámetros MF (frecuencia media-
na), MPF (frecuencia media) y ZCR («zero crossing rate»), así como
también la densidad del spectro de potencia (DSP), siempre que se
cuente con el apoyo informático oportuno (tal que permita, con ayuda
de un coprocesador matemático, que se lleve a cabo en análisis
armónico de la oscilación compleja, mediante la transformación de
FOURIER).
El siguiente estudio corresponde a un trabajador del mar, que fue
diagnosticado en centro hospitalario de Claudicación intermitente de
extremidades inferiores, que sintomáticamente refiere en especial en
pierna izquierda, apareciendo la claudicación, para el deambular nor-
mal, a muy larga distancia, no en cambio así cuando está sometido a
las cargas propias de su actividad habitual (que entonces se manifiesta
de forma precoz).
Se realiza un test de fatiga, con electrodos de superficie dispuestos
a nivel de ambos gemelos internos (canal 1, pierna derecha y canal 2
pierna izquierda llevando a cabo la prueba en circunstancias distintas:
la primera (gráfico A), en condiciones de deambulación normal (con
paso un poco apurado, realizando un total de 496 pasos —controla-
dos con un podómetro de uso corriente—); la segunda (gráfico B), se
somete al paciente a una carga impuesta por un tapiz rodante, de tipo
mecánico, obligándolo a avanzar en estas condiciones (carga que se
estima en 100 watios). Subjetivamente, en el primer caso no experi-
menta dolor ni molestias a lo largo de todo el registro, en cambio en la
prueba bajo carga aparece pronto la fatiga de extremidades inferiores,
en especial en la izquierda, concordando todo ello con los resultados
que aparecen en ambos registros (escasa caída de frecuencias y míni-
mos cambios de voltaje en la deambulación; por el contrario en el test
bajo carga, en el canal 2 —pierna izquierda— se observa una mayor
caída de frecuencias que se acompaña de un manifiesto aumento de
voltaje).
Igualmente, esta técnica es útil en algunos tipos de lumbalgia, para
estudios de campo trasladados al ambiente laboral *.

* Véase la obra La incapacidad para el trabajo, M. L. Jouvencel, pág. 118, editorial


Bosch, S. A., Barcelona, 1993.
ANÁLISIS ERGONÓMICO DEL PUESTO DE TRABAJO 273
Epílogo

Terminada la lectura de estas páginas, interesa volver a insistir en


el carácter «pluridisciplinario, participativo y global» que la Ergono-
mía tiene. Sería un grave error enfocar el hacer ergonómico a través de
la óptica exclusiva de una ciencia, disfrazada en la arrogancia del «es-
pecialismo», pues ello llevaría a un planteamiento reduccionista, bien
extraño al espíritu de la naturaleza humana. Igualmente son condena-
bles las actitudes de rivalidad y competencia entre las distintas teorías
con pretensiones de monopolio o «fundamentalistas».
Admitida la idea de conflicto de los sistemas, pero como expresión
precisamente de su existencia, de su vitalidad, con su componente
caótico y a la vez expansivo, aunque buscando lograr un equilibrio, o,
si se prefiere, una adecuada estabilidad (dando entrada, por extensión,
a la tesis de la entropía), se han de asegurar las circunstancias idó-
neas para que se propicie un clima de continua comunicación, un
«interface» de respeto mutuo, acatamiento que, es obvio, ha de rendir-
se a la majestuosidad de todo el fenómeno planetario, ¡tan lleno de
vida!, que algunos obstinadamente se empecinan en destruir. Cuando
ese flujo se enrarece y perturba, hostigando y ensuciando los mecanis-
mos de permeabilidad, el conflicto pierde su esencia y dinamismo,
surgiendo el «problema», que reclama urgentemente un «solvere», lo
que explica que, inexorablemente, la homeostasis social termine por
desbaratarse.
La Ergonomía ha de despertar una nueva inquietud, individual y
colectiva, que ha de quedar bien patente en la conciencia social del
mundo del trabajo, con el correspondiente esfuerzo y desarrollo legis-
lativo, en la esperanza de hacer menos áspera esta realidad descrita
por WIENER: «Las personas son organizadas por el sistema que las
emplea, no según sus plenas facultades de seres humanos responsa-
bles, sino como otros tantos engranajes, palancas y sucesiones; no
tiene importancia que su materia prima esté constituida de carne y

275
276 EPILOGO

sangre. O sea, que usado como un elemento más de una máquina, es


un elemento de la máquina».
Esta interpretación, cuyo eco retumba en el presente, sirva al con-
vencimiento de la ciudadanía para fijar un denominador universal de
conducta, tendente a favorecer el desarrollo y arraigo de una cultura
donde tecnología y ciencia no puedan deambular por separado, pues,
más tarde o más temprano, se comprenderá que desde un plantea-
miento científico se llega a descubrir la necesidad de un horizonte
ético. Y también sirva para llevar a la reflexión de que, ya habiendo
oteado en ese horizonte ambiguo que es la felicidad, el anhelo más
preciado que persigue el ser humano tal vez sea encontrar un equili-
brio.

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