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2. LA ESTATURA HUMANA
¿Quién es Jesús? La pregunta se hizo y el respondió desvelándose a través de todos los
gestos de su personalidad.
El gesto más iluminador es la concepción que una persona tiene de la vida. Solo lo divino
puede salvar al hombre.
2.1. El valor de la persona. La persona humana más pequeña vales más que el mundo
entero, no tiene nada que se le pueda comparar en el universo desde el primer día
de su concepción hasta el último paso de su vejez. La persona goza de un valor y un
derecho en si misma que nadie puede atribuirle o quitarle. Jesús demuestra en su
existencia una pasión por el individuo, un impulso hacia la felicidad de cada uno.
2.2. La dependencia original. El valor de la persona se funda en el hecho de que antes de
tener vida no la teníamos. Es decir somos dependientes. Existe una relación directa
y exclusiva con Dios. Una relación de ese tipo se llama religiosidad.. la religiosidad
cristiana no brota del placer de filosofar, sino de la constante insistencia de
Jesucristo que veía en esa relación la única posibilidad de salvaguardar el valor de la
persona concreta.
3. LA EXISTENCIA HUMANA
La insistencia en la religiosidad es el primer deber absoluto del educador, del amigo, del
que ama y quiere ayudar al ser humano hacia su meta.
La religiosidad en la medida en que tiende a hacer vivir todas las acciones como
dependientes de Dios se llama moralidad.
5. LA LEY DE LA VIDA
5.1. El don de nosotros mismos. Si el hombre como persona es algo más grande que el
mundo, como existente es parte del cosmos. Por eso su objetivo es servir al todo
del que forma parte. La existencia humana se desenvuelve en un servicio al mundo,
el hombre se completa si mismo entregándose, sacrificándose.
DOS FACTORES DEL DINAMISMO HUMANO:
a) Lo instintivo. Lo que encuentro en mí, es lo que me determina, me atrae y me
estimula.
b) Esta atracción o impulso tiene una finalidad: la entrega de uno mismo.
5.2. El desorden del hombre. El hombre es incapaz de vivir en plenitud la gran
dependencia de Aquel que es su verdad y la proyección de ella en la vida como un
don, amor y servicio. En vez de orientarse al todo, intenta orientar al todo hacia sí,
en vez de darse, ostenta quitar y en vez de amar, busca explotar.
5.3. La libertad.
a) La redención no se produce automáticamente, se necesita aceptar la ayuda que
Jesucristo nos ha ofrecido y colaborar activamente.
b) ¿Qué es la libertad? Es capacidad de infinito, sed de Dios. Es amor, porque es
capacidad de algo que no somos nosotros, que es distinto.
c) Cuanto más intensa es la vida de la libertad, más atractivas resultan todas las
cosas.
d) Quien obra el mal se hace esclavo de una medida que no es para lo que fue
hecho.
e) La libertad es la capacidad que el ser consiente posee para realizarse por
completo.
CAPÍTULO NOVENO: FRENTE A LA PRETENSIÓN
1. EL MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN
Toda la vida pública de Jesús muestra una profunda capacidad de dominio de la
naturaleza. El poder de Jesús no es esporádico, parecía una cosa totalmente normal en
él. Lo que impresionaba de Jesús era su modo de hacer prodigios.
4. LA RESISTENCIA INSTINTIVA
4.1. La razón no puede excluir la hipótesis de que el misterio entre como factor nuevo
en la historia humana.
4.2. Tras el estupor ante lo innegable y excepcional de las obras de Cristo, la resistencia
al contenido supremo de su mensaje se traslada enseguida su persona.
4.3. El hecho de la encarnación constituye una línea divisoria tanto en el campo del a
historia de las religiones como en la comprensión misma de la experiencia cristiana.
5. CONCLUSIÓN
El hecho de la encarnación ha permanecido en la historia en su integridad sustancial: un
hombre que es Dios, que por tanto conoce al hombre y a quien el hombre debe seguir
para tener el verdadero conocimiento de sí mismo y de las cosas.