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CAPíTULO 111

"Mirad que yo os envío como corderos entre lobos,


por tanto debéis ser prudentes como serpientes, y sen-
cillos como palomas."
(Mateo, X, I6.)

"Vuelve tu espada a su lugar: porque todos los que


tomaren espada, a espada morirán."

(Mateo, XXVI, 52.)


CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE
SUMARIO: La unidad romano-cristiana. - Las invasiones de
los bárbaros, - La conversión de los pueblos germáni-
cos.- Los monjes de Occidente. - San Benito y su regla.-
La obra de los Papas medievales. - La evangelización de
Inglaterra. - La conversión de Alemania. - Creación de
los Estados Pontificios. - Fundación del Santo Imperio
romano germánico. - Nuevas invasiones y nuevas conver-
siones.- La última etapa. - Triunfo final.

V ENCIDO definitivamente el politeísmo grecorromano y pues-


tas fuera de combate las primeras herejías, la iglesia
Católica pudo creer a fines del siglo IV que era realizable
la pronta construcción de un mundo nuevo con una sola fe,
un mismo amor, una idéntica esperanza y una misma civili-
zación y cultura. Para ello se dispuso a unir fraternalmente
las distintas naciones y razas del mundo con el fuerte cemento
de la única religión verdadera, llevando "la buena nueva"
hasta las más recónditas regiones.
Esperaba conquistar pacíficamente para el Reino de Dios,
como acababa de hacerlo con el Imperio de los Césares, la
Persia nunca subyugada por Roma, la Germania indómita y
vencedora de las legiones de Augusto, la Hibernia (Irlanda)
y la Caledonia (Escocia) que avistaban los romanos desde
Bretaña sin atreverse a invadirlas, y la remota India a cuyas
puertas encontró la muerte Alejandro Magno.
Grandioso era este plan y un principio de realización tuvo
en aquella época: persas, armenios, árabes, etíopes, hibernios,
caledonios, pictos, escotos y diversos pueblos de raza germá-
nica tales como los godos, burgundos y hérulos, recibieron
misioneros cristianos y empezaron a conocer la doctrina de
Jesús. De este modo las enseñanzas de la Iglesia, acatadas por
doscientos millones de ciudadanos romanos, rebasaban a prin-
cipios del siglo v las fronteras del Imperio de los Césares,
Después de haber conquistado la cuenca del Mediterráneo, el
cristianismo se internaba, triunfante y avasallador, en el mis-
mo corazón de los tres continentes entonces conocidos.
Pero dos aciagos acontecimientos, de gran trascendencia
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histórica, desbarataron en aquella época los grandiosos pro- Por otra parte, las espléndidas vías romanas de comunica-
yectos de evangelización concebidos por la Iglesia y comen- ción facilitaban a los misioneros cristianos la evangelización
zados a ser llevados tan feliz y audazmente a la práctica. de las vastas provincias imperiales que se' extendían desde el
El primero de estos hechos históricos es la invasión de los Mar Rojo hasta el Mar del Norte. Cuando el Papa hablaba,
bárbaros, quienes durante siete siglos saquean, incendian y cuando la Iglesia daba una definición dogmática, había se-
destruyen las provincias europeas del Imperio romano, y obli- guridad de que las verdades establecidas llegasen hasta las
gan a la Iglesia a tener que bregar primeramente por su más remotas comunidades cristianas. Los obispos podían, asi-
propia existencia para emprender luego la urgente tarea de mismo, reunirse en concilios universales gracias a la paz ro-
recristianizar y civilizar esas desgraciadas provincias. mana y a ser el Mediterráneo un pacífico mar surcado única-
El segundo nefasto acontecimiento histórico ocurrido en mente por naves cristianas.
la Edad Media fué la aparición en Arabia de una falsa reli-
El latín y el griego, idiomas conocidos y hablados por los
gión que levantaría en Oriente, por espacio de muchos siglos,
J un muro infranqueable para el cristianismo.
habitantes del mundo romano, constituían también esplén-
didos vehículos de la palabra de Dios. Por último, la estrecha
Voy a ocuparme ahora del primero de estos acontecimien-
alianza que se acababa de sellar entre la Iglesia y' el Estado
tos y narraré en qué forma el cristianismo triunfó de la
auguraba un porvenir lleno de halagüeñas esperanzas para
barbarie. Pero, previamente, conviene señalar cuáles eran los
la verdadera religión cristiana.
sentimientos de los cristianos con respecto al Imperio romano
cuando sobrevino la irrupción de los bárbaros. Hoy día sabemos que la sociedad romana estaba demasiado
revuelta y envilecida para poder ser regenerada por el cris-
tianismo, y también sabemos que la alianza con los césares
1. - La unidad romano-cristiana traería a la Iglesia múltiples desilusiones y sinsabores. En
efecto, la historia del Bajo Imperio demuestra cómo la Igle-
sia se vió impotente para cristianizar las costumbres de los
L A gran mayoría de los cristianos de fines del siglo! IV Y
comienzos del v consideraban que la suerte de la Iglesia
estaba indiso1ublemente unida a la suerte del Imperio ro-
últimos romanos y constituir con ellos una verdadera cris-
tiandad, y cómo la religión católica que ese Imperio profesaba
mano. Creían ellos, sinceramente, que sin la paz romana no tan sólo exteriormente, fué falseada y desintegrada por los
sería posible diseminar el Evangelio por el mundo entero. degenerados bizantinos cuyos vicios eran incurables y corrom-
Se equivocaban por cierto, pues la causa de Dios nunca estará pían todo cuanto tocaban.
unida al destino precario de una nación. A la Iglesia no le es Jesús había dicho: "Ninguno echa vino nuevo en odres vie-
indispensable la protección de poder temporal alguno para jos, porque se rompen los odres y se derrama el vino, mas
cumplir la misión que le ha encomendado su Divino Funda- echan vino nuevo en odres nuevos y así se conserva lo uno
dor. Sin embargo, era verdad que la estructura política y la y lo otro" (Mateo, IX) 17; Marcos) u, 22) Y Lucas, V) 39).
posición geográfica del Imperio de los Césares se prestaban Esto fué 10 que entonces ocurrió: se había echado el vino
maravillosamente a la propagación mundial del cristianismo. nuevo del Evangelio en el Imperio romano ya gastado y en
Al conquistar tantas naciones diferentes y al amalgamarlas decadencia, y no pudiendo tolerarlo, el viejo Imperio se rom-
dándoles idéntica civilización, Roma había armado como un pió y derramó su cristiano contenido. Para contener el nuevo
inmenso bastidor en el cual la Iglesia podía fácilmente trazar vino que daría fuerza y salud a la humanidad doliente, nece-
el armonioso diseño del Reino de Dios. sitábanse odres nuevos, y éstos serían los nuevos reinos que
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sobre las ruinas del mundo grecorromano se levantarían en pudiera VIVIr reinando por doquier la barbarie, es decir, la
la Europa medieval. violencia) la crueldad, la anarquía y la ignorancia. Imposible
Pero la mayor parte de los cristianos de aquella época his- era engañarse a ese respecto: si el Imperio romano se desmo-
tórica ignoraban, y no preveían, todas estas cosas que nosotros ronaba había que despedirse, por mucho tiempo, de la paz,
ahora comprendemos. Por el contrario, muchos de ellos sos- el orden, las ciencias y las artes, y los romanos perderían las
tenían que si la Divina Providencia había dispuesto que el ventajas y halagos de su civilización. Por desgracia así ocu-
Imperio romano y el cristianismo nacieran a un mismo tiem- rrió efectivamente; y si no llegó el fin del mundo, como mu-
po, era porque sus destinos correrían parejos, e igualmente chos lo habían creído, sobrevino en cambio una época trágica
eterna sería la existencia del uno como del otro. La eterni- y espantosa, que se extendió del siglo v al XI, llamada con
dad del Imperio constituyó un axioma discutido por muy razón "la edad obscura".
pocos, y la necesidad de su supervivencia para la propaga-
ción de la doctrina de Jesús, una verdad que pocos con-
trovertían. n. - Las invasiones de los bárbaros
~ La Iglesia deseaba, igualmente, la continuidad del mundo
romano por otra razón más: porque en él se reunían el mí-
nimo de condiciones indispensables para que la santidad pu- E N el siglo v una primera ola de barbarie, que inunda las
provincias romanas de Europa y del norte africano, arra-

I diera florecer. Y así era: la santidad florecía de un extremo


al otro del Imperio romano, que aun en medio de su deca-
dencia y ruina continuaba siendo un foco de cultura y civi-
sa todo a su paso. Gran cantidad de ciudades son saqueadas
primeramente e incendiadas y destruídas después, los habitan-
tes convertidos en esclavos, las tierras divididas entre los bár-
lización, y el único sitio de la tierra donde los elegidos del baros, el clero diezmado. El Mediterráneo, dulce y pacífico
Señor podían practicar libremente tanto los preceptos como lago romano, transformase en el mar bravío de los piratas
los consejos del Evangelio. vándalos.
Desde el edicto de Milán hasta mediado el siglo v la Igle- El Imperio de los Césares sufre todos los horrores por los
sia llegó a brillar por su santidad en forma pocas veces supe- cuales tiene que pasar una ciudad cuando es tomada al asalto.
rada en el transcurso de su historia. Antonio, Pacomio, Ata- y los bárbaros toman posesión del mundo romano, tenencia
nasio, Hilario de Poitiers, Dámaso, Martín de Tours, Basilio, que conservan por espacio de siete siglos.
Gregario Nacianceno, Ambrosio, Jerónimo, Agustín, Gregario Visigodos, vándalos, hunos, burgundos, hérulos, suevos, sár-
de Nisa, Patricio, Juan Crisóstomo, Cirilo de Alejandría, León matas, alanos, ostrogodos, gépidos, francos, alamanes, anglos,
Magno, y tantos otros, constituyeron una verdadera pléyade sajones, jutos, ávaros, frisones, bávaros, lombardos, búlgaros,
de santos que demostraron cómo en el mundo grecorromano eslavos, magiares, escandinavos y otros pueblos bárbaros de
de dicha centuria podía la santidad arraigar, crecer y dar menor importancia, algunos arrianos, idólatras los más, llegan
sabroso fruto. consecutivamente del Oriente y del Septentrión como verda-
Por todas estas ventajas reportadas a la humanidad y a la deras mangas de langostas, no respetando, por lo general, la
Iglesia por el Imperio de los Césares, fácil es imaginar el pa- religión, la vida, la libertad ni la propiedad ajenas.
vor y la tristeza que a los cristianos causarían los primeros Durante el largo período que va desde principios del siglo
sacudimientos reveladores de la próxima caída de ese amado y v hasta mediados del XI, la historia de Europa presenta el
poderoso Estado. Parecíales que semejante derrumbe debía triste cuadro de un continuo guerrear contra el bárbaro inva-
ser precursor del fin del mundo, pues no- concebían que se sor que todos- los siglos, o aun en la misma centuria, tiene
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distinto nombre y es de diferente raza e idioma y distintas fuerzas por parte de sus mejores hijos. Del mismo modo como
costumbres y creencias religiosas. Y así como cambia el nom- las hermosas catedrales góticas fueron levantadas piedra sobre
bre del invasor, varían también, los nombres de comarcas en- piedra, por el trabajo y el tesón de múltiples generaciones,
teras que pertenecieron al Imperio romano. Las Galias se hasta llegar al vértice de sus agujas, que se pierden en las
convirtieron en Francia, Bretaña en Inglaterra, la Bética en nubes, así también la Iglesia, desempeñando a un mismo tiem-
Andalucía, la Galia Cisalpina en Lombardía, la Mesia in- po tareas de obrero y arquitecto, levantó lentamente durante
ferior en Bulgaria, la superior en Servia, la Recia en Baviera, la Edad Media el edificio grandioso y armónico de una cristian-
la Panonia en Hungría, el norte de la Neustria en Normandía. dad que, en el siglo XIII, llegaría a la cúspide de su grandeza.
Un ir y venir de feroces guerreros, un traslado constante Para ello necesario fué, ante todo, convertir a los bárbaros
de poblaciones enteras, una inestabilidad perpetua, guerras a la verdadera religión de Cristo, y una vez conseguida esta
interminables, matanzas, revoluciones, crímenes, incendios y primera victoria tuvo la Iglesia que emprender la ímproba
destrucciones incesantes, tal es el panorama de Europa du- tarea de transformar al bárbaro, que sólo era cristiano por el
rante "la edad obscura". Regiones profundamente cristianas bautismo, en un verdadero discípulo de Cristo.
en el siglo IV se transforman durante los siglos V y VI, por La evangelización de los bárbaros hubo de ser realizada
efecto de las invasiones de los bárbaros, en tierras de misión. en dos tiempos, porque dos fueron las principales oleadas
La Iglesia tuvo por tanto que abandonar, temporariamente, invasoras. La primera estaba constituída por pueblos de raza
sus grandiosos planes de evangelización mundial para dedi- germánica y mogólica, pero rechazados los sármatas y los hu-
carse a la restringida, pero más urgente tarea, de salvar al nos, destruídos los alanos y deshecho el reino de Atila por las
Occidente de la barbarie y la superstición. Por segunda vez el disensiones de sus cincuenta hijos, tan sólo quedaron en Occi-
cristianismo vióse obligado a conquistar el continente europeo. dente los invasores de raza germánica. Cuando los germanos
Esa tarea parecía entonces muy superior a las fuerzas de la fueron convertidos y la Iglesia logró fundar con ellos un gran
Iglesia, la cual, desgraciadamente, se encontró en el siglo V imperio cristiano (el Santo Imperio romano-germánico) tocó
debilitada por la herejía monofisita y por el cisma del patriar- el turno de avanzar a la segunda oleada de bárbaros, quienes
cado de Constantinopla. Los césares bizantinos, en vez de amenazaron destruir por completo la obra de reconstrucción
unirse estrechamente al Papado a fin de aunar en esa forma que había costado a la Iglesia cuatro siglos de incesantes lu-
todas las fuerzas de la civilización y el cristianismo contra chas y trabajos. Eslavos, magiares y escandinavos componían
el bárbaro invasor, por el contrario, apoyaban ciegamente la esta segunda invasión, más devastadora que la primera, e in-
herejía y el cisma. No comprendían que su torpe actitud con dispensable fué defenderse de ellos y emprender su conversión
respecto a la ortodoxia cristiana importaba un lento suicidio. con el mismo tesón, trabajos y sacrificios con los cuales se
La Iglesia Católica, dividida por las luchas intestinas de sus había efectuado la de los pueblos germánicos. Dos centurias
propios hijos, traicionada por los emperadores que le debían más, y esta nueva conversión queda realizada. La Iglesia puede
protección, y atacada, sola y sin recursos, podía creerse desti- entonces, durante los siglos subsiguientes de la Edad Media,
nada a perecer junto con el Imperio a cuya sombra naciera y trabajar con ardor en concluir la construcción de una benéfica
creciera. Pero una vez más supo extraer fuerzas espirituales cristiandad, transformando la barbarie del feudalismo en una
de sus flaquezas humanas; y, confiando en las promesas de sociedad civilizada, y dando a la Europa medieval un alma y
su Divino Fundador, puso manos a la obra de conquistar, una cultura verdaderamente cristianas.
para el Reino de Dios, a los. idólatras y arria nos invasores de Veamos ahora, con detalle, las diferentes etapas de la lucha
Europa: obra que costaría siete siglos de lucha e inmensos es- que acabo de bosquejar tan rápidamente.
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CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE

que vuelvan a abrazar la herejía, como lo pretendía el rey


de los ostragados.
Excepción hecha de este caso, los bárbaros respetaron siem-
Ill. - La conversión de los pueblos germánicos
pre a los Papas; en cambio sacrificaron sin piedad a las po-
blaciones católicas, en las que fué crecidísimo el número de

E STA conversión fué la primera etapa que hubo de cum-


plir la Iglesia en su camino hacia la construcción de una
cristiandad, y resultó, asimismo, el fruto de la primera batalla
mártires durante las invasiones de los germanos. Como en
tiempos de sus luchas contra el politeísmo grecorromano,
la Iglesia vió a sus hijos perseguidos y diezmados por la cruel-
librada contra la barbarie imperan te en Europa después de dad de los que no amaban a Jesús: tanto los germano s idó-
la caída del Imperio romano. latras como los arrianos derramaron con profusión la sangre
La gran familia germánica no tenía una misma religión de los habitantes católicos de las regiones por ellos con-
cuando se instaló en Occidente. Mientras que los francos, quistadas ..
alamanes, anglos, sajones, jutos, frisones, turingios, heseses y Pero si los mártires habían contribuído principalmente a la
bávaros eran idólatras, los visigodos, hérulos, vándalos, gépi- conversión del Imperio romano, la Iglesia no pudo en cambio
dos, suevos, burgundos, ostrogodos y lombardos profesaban, triunfar de los germanos por medio del martirio. Demasiado
en su mayor parte, el arrianismo enseñado a los godos durante acostumbrados estaban ellos a desafiar la muerte y a derra-
el .síglo IV por el herético obispo Ulfilas. mar su propia sangre, y la de su prójimo, para conmoverse
Cosa curiosa, todos esos conquistadores germanos, paganos ante el sacrificio heroico que de sus vidas efectuaban tantos
unos, arrianos otros, que se instalaron en la parte occidental cristianos. Estos bárbaros, que no fueron conmovidos por los
del Imperio romano, coincidieron en un igual respeto por la mártires de la fe católica, vieron sin embargo, con admiración
persona del Vicario de Cristo. Los civilizados césares romanos y asombro, aparecer sobre la tierra unos hombres extraños
habían hecho mártires a gran cantidad de Papas; en cambio, que no esgrimían lanza ni espada, que no fornicaban ni se
los bárbaros reyes de raza germánica que se apoderaron de embriagaban, ni saqueaban, y que, por su propia voluntad,
'J trabajaban de sol a sol como si fueran esclavos, desmontando
Roma, tan sólo hicieron mártir a un Sumo Pontífice.
I "Yo he venido a hacer la guerra a los hombres y no a los
Apóstoles" -manifiesta Alarico cuando entra en Roma-s, y
bosques, cultivando la tierra, levantando edificios, copiando
infolios, y haciendo todo esto con semblante alegre y tran-
ordena a sus visigodos proteger las basílicas cristianas. quilo, en medio de cantos que no eran báquicos ni guerreros,
Genserico, el terrible rey de los vándalos, accede al pedido sino suaves y sedantes. Tales se presentaron los monjes de
que le hace el Papa San León el Grande de abandonar la Occidente ante los ojos azorados de los germanos. Oraet
labora fué el lema de esa nueva vanguardia de la Iglesia,
Ciudad Eterna sin incendiada, ni destruida, ni llevarse como
esclava a la población. y los bárbaros, de vida nómade y guerrera, que consideraban
el trabajo manual sólo bueno para esclavos y que nunca ha-
Odoacro, rey de los hérulos, Teodorico y Totila, reyes ostro-
bían sabido edificar, ni escribir, ni rezar, maravilláronse de
godos, se apoderan sucesivamente de Roma, pero no persiguen
esos monasterios medievales donde la vida sedentaria tenía
a los Sumos Pontífices a pesar de que éstos les son hostiles.
un nuevo aspecto y donde la paz era fecunda y el trabajo
Tan sólo Teodorico, al fin de su largo reinado, se deja llevar
amado por los hombres libres.
de su sectarismo herético y hace encarcelar a Su Santidad
Los bárbaros eran capaces de todo salvo trabajar y obede-
Juan 1, quien muere en la prisión por negarse a influir so-
cer; por el contrario, los monjes no hacían más que obedecer
bre los arrianos recién convertidos a la religión católica para
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y trabajar. Por todo esto, los actos de los monjes resultaron ¡.;odos. P ro el amor a su esposa pudo más que la voz de los
para los germanos tan nuevos y extraños que, asombrados pri- hcruumos de raza: en medio de Ia batalla de Tolbiac, librada
meramente, concluyeron adoptando ese género de vida, digno, contra los paganos alamanes, Clodoveo invocó a fin de obte-
por heroico y santo, de ser vivido; e Inglaterra sola daría ner el triunfo de sus armas que parecía dudoso, no al Dios

al claustro treinta reyes y reinas anglosajones en el trans- dios arria nos, sino al "Dios de Clotilde". Después de' obte-
curso de dos siglos. nida una gran victoria, el rey de los francos, y los tres mil
Además, tanto las ceremonias religiosas llevadas a cabo con uerreros que formaban su guardia personal, fueron bauti-
singular piedad como el canto llano entonado devotamente por zados en Reims el 25 de diciembre del año 496. Son famosas
monjes y fieles, eran especiales para atraer a esos guerreros al las siguientes palabras que San Remigio dirigió a Clodoveo
mismo tiempo audaces e ingenuos. Muchos de ellos, presen- n aquella ocasión: "Inclina tu cabeza fiero sicambro, y adora
ciando extasiados las funciones celebradas con pompa en los lo que has quemado y quema lo que has adorado."
templos abaciales, preguntaban si aquello era el cielo prome- Sin embargo, los francos no abandonaron sus hábitos vio-
tido por los cristianos. lentos y sanguinarios, pues creíanse eximidos de practicar las
El pueblo germánico que tendría el honor de ser el prime- virtudes cristianas que, por otra parte, poco o nada conocían.
ro en convertirse a la fe católica, fué el pueblo franco, lo que Con todo, su conversión trajo inmediatamente grandes ven-
valió a Francia su glorioso título de "hija primogénita de la tajas para el engrandecimiento del Reino de Dios. En efecto,
Iglesia". A fines del siglo v las Galias se encontraban repar- Francia convirtióse entonces en un puente católico por donde
'tidas entre tres pueblos bárbaros de raza germana: los francos pudieron pasar y entrecruzarse las diferentes corrientes misio-
que eran paganos, los visigodos que profesaban el arrianismo neras que irían a evangelizar a los otros pueblos germánicos.
y los burgundos en su mayoría arrianos. Clodoveo, rey de Un siglo después, el reino de los francos fué ya algo más
los francos, se había casado con una católica princesa bur- que un puente católico: fué el escudo que protegió a las pro-
gunda llamada Clotilde, casamiento que contribuyó a la tem- vincias cristianas del ataque de los musulmanes, quienes se
prana conversión de los francos. estrellaron en Poitiers contra la resistencia que les opusieron
En la evangelización de los germanos las reinas se mostra- Carlos Martel y sus valiente guerreros. Transcurrido otro si-
rían siempre aliadas de la Iglesia: Clotilde, Teodosia, Ingunda, glo más, la nación franca dejará de ser tan sólo exteriormente
Teodolinda, Berta y Ethelgurda, reinas que fueron, respecti- católica, para serlo de corazón, y la Iglesia encuentra sus
vamente, de los francos, visigodos, lombardos, anglos y sajo- mejores protectores en los reyes Pipino el Breve y Carlomagno.
nes, contribuyeron muy principalmente a la conversión de Todo lo cual se derivó de la prematura conversión de Clo-
estos pueblos bárbaros. El sexo femenino pagó en esa forma doveo, pues ella permitió a monjes tales como San Colum-
la deuda de gratitud que tenía con el Evangelio y la Iglesia, bano, San Mauro y tantos otros, edificar sus monasterios en
que tanto habían hecho, y siguieron haciendo, a fin de que medio de las tierras francas. Pudo así irradiarse desde los
la mujer fuese considerada en la sociedad, no como la sierva mismos la luz del Evangelio que, poco a poco, iría penetrando
del hombre, sino como su compañera. en el alma de los francos. También contribuyeron a su con-
Clotilde encontró un fuerte apoyo, para la ardua empresa versión los obispos galorromanos, los cuales, con su santidad
de convertir a su esposo, en San Remigio, el inteligente obispo y apostolado, supieron mantener la fe entre la población
de Reims. Sin embargo, Clodoveo parecía inclinarse a profe- cristiana sojuzgada y hacerse respetar y amar de los bárbaros
sar el arrianismo por ser esta herejía la religión que practica- conquistadores. Los más célebres fueron Gregorio de Tours,
ban sus vecinos y parientes los visigodos, burgundos y ostro- Remígio de Reims, Cesáreo de Arlés, Avito de Viena, Eloy
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de Noyon y Legero de Autun. Tales obispos son los que 1.eu udro de Sevilla a fin de obtener el perdón de su crimen,
hicieron a Francia, como bien lo reconoce un célebre histo- y J' ucargó instruyese católicamente a su otro hijo,. Recare~o.
riador enemigo del catolicismo 1. y cuando éste subió al trono, todos los nobles y obispos arrra-
La providencial conversión de los francos fué seguida por 11 s de su reino abjuraron con él, solemne y públicamente, en
la no menos importante de los visigodos. Después de haber 1 concilio de Toledo (4 de mayo del año 587), la herejía
tomado y saqueado a Roma en el año 410, los visigodos, arriana que por dos siglos había profesado el pueblo visigodo.
abandonando a Italia, se instalaron en el sur de las Galias y La conversión de los visigodos al catolicismo sería de tras-
en la mayor parte de la península ibérica, donde constituyeron cendentales consecuencias: por lo pronto, establecióse en Espa-
un poderoso reino. En este reino, arriano desde un principio, ña la unidad religiosa que hasta hoy conserva, y unidos vísi-
se hizo sufrir a las poblaciones galo e hispanorromanas, que godo s e hispanorromanos comenzarían juntos, años más tarde,
eran católicas, crueles persecuciones. Especialmente el rey Eu- la resistencia católica al Islam cuando éste invadió a Europa.
rico ordenó matar y encarcelar a muchos sacerdotes, y no Igualmente, debido a la abjuración de Recaredo, hijos de la
permitió la provisión de sedes episcopales vacantes a fin de Iglesia Católica fueron los que durante más de siete centurias
extinguir, en esa forma, el clero ortodoxo. lucharon heroicamente contra el árabe invasor hasta arrojarlo
Arrojados de la Aquitania por Clodoveo, los reyes visigodos en forma definitiva de la tierra ibérica. España y Portugal
siguieron en España odiando el catolicismo por considerarlo podrían .así convertirse, al comenzar la Edad Moderna, en
la religión de sus enemigos. Pero habiéndose casado el rey naciones apóstoles que traerían el Evangelio a nuestro conti-
Leovigildo con una princesa franca con el objeto de sellar nente americano, llevándolo, a un mismo tiempo, a tierras
la paz entre los dos pueblos, resultó que esta princesa, llamada de África, Asia y Oceanía.
Teodolinda, era una ferviente católica que enseñó a sus hijos, El siglo VI, que había visto la conversión de los visigodos,
los príncipes Recaredo y Hermenegildo, cuál era la verda- también presenció el triunfo de la fe católica entre los arria-
dera Iglesia de Cristo. Hermenegildo se casó también con una nos suevos y burgundos, y el comienzo de la evangelización
católica: la princesa franca Ingunda. Bajo la influencia de de los idólatras anglosajones. En el siglo VII se consolida la
la madre primero y de la esposa después, y catequizado ade- conversión de éstos, y son evangelizados, a su vez, los lom-
más por San Leandro, obispo de Sevilla, el heredero del trono bardos, y durante el VIII, habiéndose ya convertido al catoli-
visigótico se convirtió en un santo. Esto disgustó al rey Leo- cismo todos los pueblos germánicos establecidos en el occidente
vigildo, quien, incitado por su segunda esposa -la arriana europeo, la Iglesia marcha al centro mismo del continente y
Goswinda- decretó una persecución general contra los cató- conquista la Germania propiamente dicha, es decir la región
licos. Hermenegildo creyóse en la obligación de resistir por comprendida entre el Rin y el óder que las legiones romanas
las armas los decretos tiránicos de su padre; mas, derrotado y nunca pudieron dominar por las armas.
hecho prisionero, fué ejecutado en su prisión por negarse a En cuanto a los demás pueblos germanos que habían inva-
recibir la comunión de manos de un obispo arriano. dido el Occidente y no abrazaron la verdadera religión de
La sangre de San Hermenegildo no se derramó en vano por Cristo, por una fatalidad, o corno si estuvieran malditos por
la causa de Jesucristo. Los vencidos católicos se impusieron a conservarse arrianos, fueron pereciendo uno en pos de otro.
los vencedores arrianos. El filicidio cometido trajo tales re- Los hérulos, a quienes cupo la triste gloria de aniquilar defi-
mordimientos al viejo rey, que antes de morir llamó a San nitivamente el Imperio romano de Occidente, son a su vez
1 EDUARDO GIBBON: Decadencia y fin del Imperio romano. Citado por destruídos por los ostrogodos; y éstos, que fundaron con
Fernando Mourret en "La Iglesia y el mundo bárbaro". Teodorico en Italia un reino fuerte y poderoso, serían aniqui-


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lados ~n siglo después por los bizantinos comandados por los mo los hombres. La gracia de Dios que, por la resistencia
célebres generales Belisario y Narsés. También los vándalos puesta, no conseguía hacer del bizantino un verdadero cris-
-feroces arrianos perseguidores de los católicos afrorromanos- tiano, encuentra vasto campo de acción entre aquellos cató-
caerían vencidos por las tropas de ]ustiniano. licos de Occidente que se hacen monjes sacrificando su vo-
A principios del siglo IX todos los pueblos pertenecientes a luntad, los goces del mundo y las riquezas de la tierra, para
la familia germánica que perduraban en Europa, estaban ya cumplir los mismos consejos dados por Jesucristo a sus discí-
convertidos al catolicismo. A pesar de los grandes esfuerzos pulos más queridos. Y a fin de poder seguir esos consejos
y sacrificios que había requerido el cumplimiento de esta pri- buscan la soledad de los bosques, porque, al decir de San
mera etapa, ella no resultó a la Iglesia tan dificultosa como Bernardo: "El bosque hablaba a las almas religiosas de los
había creído, porque las falsas y groseras creencias religiosas monjes mejor que un libro; y el árbol y el peñasco tenían
profesadas por los germano s no pudieron competir muchos para ellos acentos' más penetrantes que los discursos' de los
años con la luz radiante de la verdadera religión que predi- maestros retóricas."
caban los Vicarios de Cristo. ' Primeramente dominaban los monjes de Occidente sus pa-
En menos tiempo que el tardado en conquistar a los roma- siones humanas haciendo voto de obediencia, pobreza ycas-
nos, el cristianismo había conquistado a los destructores del tidad, y mediante oraciones, ayunos y mortificaciones ,sujetaban
Imperio de los Césares. Lo que no es de extrañar si se tiene el cuerpo al alma, con lo que quedaban en condiciones de
en ~uenta que la Iglesia sabía bien qué deseaba y cuál era dominar, también, a la selva, a las bestias feroces y al bárbaro
el fm que se proponía. En cambio, el germano no obedecía idólatra.
~ proyecto alguno en sus conquistas y se movía únicamente Hacer retroceder la selva resultaba una .necesidad primor-
Impulsado por caprichos y pasiones. Tampoco resulta extraña dial, pues las frecuentes guerras no permitían el cultivo de
:,sta pron,ta conversión, dado que la Iglesia contó, para dome- muchas tierras, razón por la cual gran parte del Occidente
nar ~l barbaro germano, con una milicia tan santa, eficaz y europeo quedó transformada, durante el siglo v, en un inmen-
herOlc~ como la constituída por los monjes de Occidente. so. bosque que avanzaba todos los años. El desmonte fué la
. T:~Iend? ~n cuenta lo mucho que deben Europa y la civi- primera de las obras terrenales cumplidas por los monjes con
~IzaCIon cnsnana a esa milicia de la oración y el trabajo, es ardor, y el arado tuvo que ser, por fuerza, su arma principal
Justo detenerse un momento para estudiarla con más detalle. en esa lucha contra la incultura de las provincias europeas
provocada por aquellas constantes incursiones semejantes, en
un todo, a las destructoras invasiones de mangas de langostas
IV. - Los monjes de Occidente que periódicamente talan nuestros campos norteños.
Desmontaban bosques, araban y cultivaban la tierra, seca-

G RANDE es la sensación de alivio que se experimenta pa-


sando, de estudiar el corrompido Imperio bizantino, al
estudio de los monjes de Occidente: sensación de respirar aire
ban pantanos y levantaban sus monasterios en lugares tan sólo
habitados por las fieras. De este modo reconquistaban
la civilización parte de lo que la barbarie había hecho suyo.
para

fresco .y.puro después de largo encierro en un lugar de atmós- Por último, dominaban a los mismos bárbaros, quienes con-
fera VICIada. cluían por amar esos monasterios que no eran solamente si-
La fe cristiana, mezquina e inoperante en las calles de Cons- tios de retiro y oración para algunos ascetas, sino también
tantinopla, tórnase en los bosques occidental~s virtud y fuerza activos focos de cultura que con su brillo atraían a los hombres.
que obra portentosos milagros y transforma tanto las tierras "Los bárbaros tomaban el beneficio material de los monas-
152 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE LOS MONJES DE OCCIDENTE 153

terios, y recibían, sin darse cuenta de ello, la gracia espiritual. to fueron muchos los cristianos de la parte occidental del
y por medio de los monjes y merced a su predicación y ejem- Imperio romano que abrazaron esa vida. Desde entonces no
plo, las virtudes más extrañas a la barbarie: la humildad, la fué interrumpida la corriente que empujaba a los cristianos
castidad, el amor al trabajo, el gusto al estudio, se infiltra- de Occidente hacia el monacato. Y surgen primeramente, du-
ron poco a poco en las masas y empezaron a ser virtudes se- rante los siglos IV y V, los monasterios de Ligugé, Marmoutier,
glares" 1. Lerins, Condat, San Víctor, Auxerre, Agaume, etc.
El monacato occidental civiliza a los hombres de la Edad Pero estos monasterios no tenían una regla uniforme; por
. Media inculcándoles sentimientos cristianos mediante la pre- el contrario, cada cual poseía la suya más o menos copiada
dicación y el ejemplo, así como transforma las tierras incultas de las reglas orientales de San Pacomio y San Basilio, y
por medio del desmon te y la agricultura. Las letras, las cien- ninguna de éstas había sido expresamente aprobada por la
cias y las artes florecen asimismo auspiciadas por las grandes Santa Sede.
abadías, y en ellas se une estrechamente la vida religiosa con La falta de una legislación monástica uniforme, adecuada
la vida intelectual y artística. al hombre y al clima de Occidente, y que tuviese la aproba-
En esta forma las órdenes monásticas occidentales fueron ción oficial del Jefe supremo de la Iglesia, ocasionaba en la
evangelizando a la barbarie imperante en Europa, y -según la práctica gran cantidad de inconvenientes y trastornos; especial-
hermosa frase de Montalembert- "el mundo experimentó el mente traía por nefasta consecuencia favorecer la vida vaga-
imperio de la virtud de aquellos que huían del mundo" 2, bunda y desordenada de muchos anacoretas.
La vida monástica había sido primeramente practicada por Para que los monjes de Occidente constituyeran una ver-
los cristianos de Oriente, y el desierto de la Tebaida -situado dadera milicia con la cual la Iglesia pudiese hacer frente a
en la parte meridional de Egipto- se convirtió, durante el si- los bárbaros conquistadores, y conquistarlos a su vez, era
glo IV, en la tierra de promisión de los cenobitas cristianos. imprescindible que surgiera en el oeste europeo un cristiano
Inmensa cantidad de ellos llegaron a la Tebaida en busca de que, conociendo a fondo los hombres de su tiempo y de su
la salvación de sus almas por medio de una vida ascética que tierra, fuese capaz de legislar la vida monástica.
les permitiese encontrar a Dios; y abandonaban las ciudades ro- El legislador que se necesitaba nació en Italia el año 480;
manas porque, debido a la corrupción y los vicios reinantes, se llamó Benito de Nursia. Y la regla cuya falta se hacía sentir
sólo se hallaba en sus calles la muerte del alma. a fin de dar unidad y fuerza al monacato occidental fué por
Amaban tanto los monjes la soledad del desierto, y encon- él dictada, a principios del siglo VI, para bien de la Iglesia y
traban en ella un refugio tan seguro para la protección de de la civilización cristiana.
su vida interior, que todos hacían suyas las palabras profe-
ridas por San Antonio Abad al salir de la ciudad de Alejan-
dría: "Los peces mueren al ser arrojados a tierra y los monjes V. - San Benito y su Regla
se enferman en las ciudades. Volvamos, pues, pronto a nues-
tros montes, donde vivimos como peces en elagua."
Al ser desterrado a Occidente, San Atanasio llevó consigo
su amor por los solitarios de la Tebaida, y narraba con tan
E DUCADO en Roma, Benito deja sus estudios siendo aún
muy joven, para ir a vivir solo, "bajo la mirada de Dios",
a un lugar desierto llamado Subiaco, situado a unos setenta
cálidos acentos las excelencias de la vida cenobítica, que pron- kilómetros de la Ciudad Eterna.
, GODOFREDO KURTH: Los origenes de la civilización moderna. Muy pronto, sin embargo, otros anacoretas se unen a él y
• CARLOS DE MONTALEMDERT: Los monjes de Occidente. le piden que los gobierne. El solitario de Subiaco tiene que
154 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE
SAN BENITO Y SU REGLA 155
fundar entonces doce monasterios de doce monjes cada uno.
En el prólogo habla el santo a sus' monjes con extrema dul-
Pero debido a la persecución de que es víctima por parte de
zura, tratando de sujetarlos a una ordenada vida monástica,
un presbítero de ese lugar -quien le tenía encono no se sabe
no tanto por temor a los castigos que se les puedan imponer,
por qué causa y hasta llegó en su maldad a mandar mujeres
como por amor a Dios, al Abad y a la misma Orden. "Escu-
públicas a los monasterios a fin de corromper a loscompañe-
cha, hijo, los preceptos del Maestro -díceles- e inclina el
ros de Benito-, éste abandona a Subiaco y construye un nue-
oído de tu corazón; recibe con gusto el dictamen del Padre
vo monasterio en el sitio hermosísimo que está situado sobre
lleno de ternura, y cúmplelo eficazmente; para que vuelvas
la ladera del Monte Cassino y domina la llanura de la
por el trabajo de la obediencia a Aquel de quien te habías-
Campania.
alejado por la desidia de. tu desobediencia. A ti, pues, se
En Monte Cassino San Benito vive el resto de sus días, y
allí escribe su célebre Regula Monachorurn, dirige ahora mi palabra, quienquiera que seas, que renun-
ciando a tu propia voluntad para militar en las órdenes de
"Es 'notorio que hay cuatro géneros de monjes -empieza
diciendo en el capítulo primero de su Regla-, el 19, es el de Cristo, verdadero Rey y Señor, tomas las preclaras y fortísimas
los cenobitas o monasterial, que militan bajo una regla yun armas de la obediencia."
abad; el 29, es el de los anacoretas o ermitaños, que luchan Benito. de Nursia destaca la necesidad de la obediencia, el
individualmente en el desierto y se bastan, con el auxilio silencio, la humildad, la oración y el trabajo, insistiendo espe-
de Dios, para pelear con sólo su mano y brazo contra los cialmente sobre la conveniencia de que el monje ascienda uno
vicios de la carne y- de los pensamientos; el 39, y sumamente a uno por todos los grados de la humildad que él enumera,
detestable género de monjes, es el de los sarabaítas, que, sin para que pueda al fin llegar Ha aquella caridad de Dios, que,
observancia de ninguna regla, se encierran sin pastor, de dos siendo perfecta, arroja fuera el temor, y gracias a ella lo que
en dos, o de tres en tres, y a veces solos, no en los apriscos antes observaba con sentimiento de miedo, comienza a guar-
del Señor, sino en los suyos propios, sin otra ley que la satis- darlo sin ningún trabajo por una costumbre como natural,
facción de sus deseos; pues todo lo que piensan o eligen lo ya no por temor al infierno, sino por amor a Cristo y costum-
llaman santo, y lo que no les agrada juzgan que es ilícito. bre santa y atractiva de las virtudes que el Señor se dignó ma-
El 49 género de monjes es el de los que llaman giróvagos, nifestar por el Espíritu Santo en su obrero limpio de vicios
que pasan toda su vida corriendo por diversas provincias, y pecados".
hospedándose tres o cuatro días en cada monasterio, siempre Distribúyense en la regla benedictina las horas del monje,
vagos, nunca estables, esclavos de sus caprichos y de los pla- entre la oración pública (que debe efectuar siete veces al día),
ceres de la gula, y peores en todo que los sarabaítas, de cuya el trabajo manual, al que debe consagrar siete horas diarias,
miserable vida es mejor callar que hablar. Haciendo caso omi- y la lectura, en la cual debe invertir dos horas. Para la ora-
so de éstos, vamos a reglamentar, con la ayuda del Señor, el ción pública, esto es para el Oficio Divino, San Benito orga-
género fortísimo de los cenobitas." niza detalladamente en su regla el rezo y el canto de lo que
y San Benito reglamenta en los capítulos siguientes la vida él llama "la Obra de Dios", a la cual nada debe anteponer el
de los monjes de Occidente, dándoles un código religioso sabio monje, pues "a la hora del Oficio Divino hay que acudir con
y prudente que haría sentir su influencia bienhechora durante presteza, tan pronto como se oye la señal, dejando todo lo
toda la Edad Media, y que todavía, transcurridos catorce siglos. que se tenga entre manos".
de haber sido dictado, se sigue aplicando en las numerosas "En cuanto al monasterio, debe construirse de modo que
abadías benedictinas esparcidas por todo el mundo. dentro de él haya agua, molino, huerta, panadería y diversos
SAN BENITO Y SU REGLA 157
156 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE

sión, cómo han de transcurrir los días del monje y cómo han
talleres, para que los monjes no tengan necesidad de salir
de funcionar los monasterios.
fuera; lo que de ninguna manera conviene a las almas."
Pero en lo que verdaderamente innovó San Benito fué en
Para San Benito el trabajo manual constituye un punto
no dar, como hacían los orientales, demasiada importancia a
cardinal sobre el que debe girar la vida monástica, y ha de
las mortificaciones físicas. Otorgó, en cambio, .el primer lugar
ser un trabajo útil y productivo; no como el que efectuaban
-como correspondía y corresponde-> a la mortificación interior,
ciertos monjes orientales que hacían para luego deshacer.
es decir, a la abnegación de la propia voluntad. Los monjes
En "esto realizó la regla benedictina una verdadera revolución,
orientales exageraban la vida ascética privándose casi por com-
.pues hasta entonces los monjes no habían dado al trabajo la
~! pleto de la comida, bebida, sueño y vestido. Benito, por el
I gran importancia que ella le dió.
contrario, prescribe que en sus monasterios los cenobitas deben
Teniendo los benedictinos que ser obedientes en grado
terier buena alimentación y buenas vestimentas, y ha de per-
sumo, su estatuto reviste de muchos requisitos la persona y
mitírseles dormir ocho horas diarias.
elección del Abad, a fin de que nunca pueda ocupar este
Otra innovación del patriarca de Monte Cassino es la de
alto cargo un monje indigno. El Abad es elegido siempre por
sujetar a sus hijos con un voto de estabilidad. De este modo
los monjes y debe desempeñar su cargo haciendo las veces de
fué creado, en cada uno de los monasterios benedictinos, como
Cristo, "por "tanto, no debe enseñar ni establecer, ni mandar
una gran. familia que los haría adquirir individualidad y
nada que sea contrario a los preceptos del Señor, sino que
autonomía propias, y facilitaría su progreso y desarrollo.
sus mandatos y su doctrina deben difundirse en los espíritus
El legislador de la vida monástica de Occidente consiguió,
de sus discípulos como una levadura de justicia divina. El
con creces, lo que se había propuesto: todas las demás clases
Abad elegido piense siempre qué cargo ha tomado, y a quién
de monjes fueron desapareciendo de Europa y sólo subsistie-
ha de dar cuenta de su administración, y sepa también que
ron los "del género fortísimo de los cenobitas", Por último,
le compete más ser útil que mandar".
casi todos los monasterios medievales acabaron por" adoptar
A fin de ser recibido en la Orden benedictina, el monje
la Regula M onachorum redactada en Monte Cassino.
deberá prometer solemnemente su perpetua permanencia en
Un siglo después; el célebre monje irlandés San Columba-
el monasterio y su renuncia a toda propiedad individual, pero
se le deberán guardar las ropas personales que trajo, "para no escribió también una regla para los monjes de Occidente
que, si alguna vez, por sugestión del Diablo, consintiera en de vida cenobítica, la cual alcanzó mucha popularidad en
salir del monasterio -no lo permita Dios- despojado del su tiempo. Pero a pesar de haber sido San Columbano un
hábito monástico, sea despedido", - misionero de mayor actividad que San Benito, y de haber
En forma concisa, suave y paternal, todo es minuciosa- fundado él personalmente los ejemplares monasterios de Lu-
mente previsto, desde la vestimenta, comida y sueño de los xeil en Francia y Bobbio en Italia, su regla, demasiado auste-
monjes, hasta cómo se ha de castigarlos si no cumplen sus ra y falta de indulgencia y ternura, no pudo competir con la
obligaciones. Y establece San Benito que su regla sea leída flexible, sabia y prudente de los benedictinos. Y pocos años
~uchas veces en la Comunidad, para que ninguno pueda habían transcurrido de la muerte de Columbano, que ya su
violarla alegando ignorancia de la misma. regla fué olvidada, y los mismos monasterios por él fundados
Las reglas monásticas orientales que existían antes de la adoptaron el código monástico del patriarca de Monte Cassino.
benedictina eran meramente colecciones de preceptos negati- Se puede decir que durante ocho siglos Europa no conoció
vos ~ de máximas espirituales. Ésta, en cambio, es un código otra regla importante que la benedictina, y ella moldeó a los
de VIda y leyes monásticas, en el cual se establece, con preci- monjes de Occidente en forma tan maravillosa que la mayo-
158 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE
SAN BENITO Y SU REGLA 159

ría de ellos se convirtieron en excelentes apóstoles de Cristo, 11I;l' itrictcs del ascetismo monástico eran compatibles con
los cuales, a su vez, transformaron la barbarie en cristiandad. una actividad que abarcaba todos los aspectos de la vida inter-
Hipólito Taine reconoce lo siguiente, en su libro sobre los nacional del cristianismo. El monasterio dejó así de ser en el
orígenes de la Francia contemporánea: "El obispo con mitra Medioevo una sociedad cerrada, sin ninguna relación con el
y el abad de cabeza tonsurada toman asiento en las asambleas mundo exterior, para formar parte, en adelante, de una uni-
de los germano s entre los caudillos de largas melenas y al dad mayor: la Orden, que a su vez se transformaría en un
lado de los reyes con mantos de pieles, y como ellos son los poderoso órgano de la Iglesia Univers~l" 1. . .. ,
I únicos que saben leer, escribir y discurrir, se convierten en En una palabra: si la barbarie medieval se CIVIlIzo, trans-
~¡ secretarios, consejeros, teólogos, participan en los edictos, inter-
vienen en el gobierno, trabajan por poner orden en el inmen-
formándose en la cristiandad, fué principalmente por obra
de los hijos de San Benito. Sin embargo, éstos no habr~an
so desorden, por hacer la ley más razonable y humana, por podido llevar a feliz término tan grandios~ transformación
restablecer o mantener la piedad, la instrucción, la justicia, si no hubiesen contado con un poderoso aliado y protector:
la propiedad y sobre todo el matrimonio."
el obispo de Roma.
Si tenemos en cuenta que esos abades de cabeza tonsura da,
a que se refiere Taine, eran monjes benedictinos, nos daremos
una idea aproximada del preponderante papel que desempe- VI. - La obra de los Papas medievales
ñaron en la conversión de los bárbaros y en la constitución
de la civilización cristiana.
Ellos levantaron las ruinas producidas por frecuentes inva-
siones guerreras, resucitaron la agricultura, fundaron gran
P OR haber ~ido ital~anos o griegos todos .los Papas de los
cuatro pnmeros SIglos de la Edad Media, amaron entra-
ñablemente el Imperio de los Césares aunque éste no era ya
cantidad de ciudades agrupando a los campesinos en torno más qUIi!una pálida sombra de lo que había sido en. tiempos
de sus monasterios, conservaron la mayor parte de los libros de Constantino y Teodosio. Pero su amor por la patna roma-
de la Antigüedad (que copiaron múltiples veces) e iniciaron na no cegó a los Sumos Pontífices de aquella é~oca con r~s-
el movimiento artístico cristiano que tantas maravillas ejecu- pecto a cuál era la obra que urgentemente debían cumplir,
taría en la Edad Media. Siguiendo, pues, el derrotero marcado por San Agustín y Pablo
Los monjes orientales vivían enteramente para el espíritu Orosio de ir hacia los bárbaros, la Santa Sede presidió el alum-
y sólo dejaban al cuerpo el derecho de la existencia; desli- bramiento de un mundo nuevo que se alzó sobre las ruinas
gábanse así de los lazos sociales no reconociendo ninguna obli- del grecorromano. .
gación política y cayendo en un aislamiento inflexible que El Papado nunca declaró, por ello, que los enemigos :de l~
los apartaba del mundo haciéndolos inútiles para ejercer una Roma Imperial eran también los enemigos de la IgleSIa, 111
trascendental influencia sobre la sociedad en que vivían. En nunca manifestó, como lo hubieran deseado los césares, que
cambio, los monjes de Occidente, y en especial los benedicti- fuera del Imperio romano no había salvación ni cristianismo
nos, dando la prioridad al espíritu, no olvidaban el cuerpo. posibles. Por el contrario, sacrificando sus repugnancias, los
Y, comprendiendo la necesidad de convertir la religión en Jefes de la Iglesia pactaron, desde un primer mo~ento, con
una fuerza dinámica, moral y social, transformaron el mo- esos enemigos del Imperio que eran los bárbar~s, sm qu~ ~~o
nacato medieval, que en Oriente era puramente ascético y es- importara una traición a la causa de su patna.. La mISI?n
peculativo, "en una institución social disciplinada al servicio temporal de la Iglesia es la de ensanchar el Remo de DIOS
de la Iglesia, demostrando los benedictinos cómo los ideales
1 CHRISTOPHER DAWSO~: Progreso y religión.
160 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE
LA OBRA DE LOS PAPAS MEDIEVALES 161

hasta los confines de la tierra, y de allí que el penoso deber Dios". ¡Extraño encuentro de la barbarie y la fuerza bruta
de los Papas de entonces consistió en acercarse a quienes des- ncamadas en Atila, y la civilización y el poder del espíritu
truían todo cuanto ellos amaban: religión, patria, civilización representados por el Sumo Pontífice! Nunca se supo lo que
y cultura. Los Supremos ]erarcas de la Iglesia, sin inútiles San León dijo al rey de los hunos para hacerle retroceder,
lamentos y sin vacilar ni temblar, supieron cumplir con tan pero cierto fué que este último, después de aquella entrevista,
cruel deber, tendiendo una mano amiga a los invasores y de- emprendió la retirada, abandonando a Italia para no volver
volviéndoles bien por mal de acuerdo con las enseñanzas del nunca más a invadir el Imperio romano. "Agradezcamos a
Divino Maestro. Dios que nos ha salvado de tan gran peligro", fué todo el
Analizaré, más adelante, cómo el clero bretón, imbuído de comentario que el valiente Papa hizo al cobarde emperador
prejuicios y odios nacionales, se negó a emp.tend~r la evange- cuando le dió cuenta del éxito de su embajada.
lización de los anglosajones por haber éstos invadido a sangre Pocos años después Roma corrió un nuevo y más grande
y fuego la Bretaña. En Roma no ocurrió, en cambio, nada peligro. Excepción hecha de los hunos, ningún pueblo era
semejante. Los Papas trataron de olvidar los padecimientos tan temido como el de los vándalos cuyo nombre era signo
que el Imperio, la Ciudad Eterna y las poblaciones católicas de destrucción; y después de Atila ningún otro rey bárbaro cau-
tenían que sufrir por causa de los bárbaros, para sólo ver en
I ellos almas que regenerar por medio del agua bautismal. La
saba más espanto que Genserico. Pues bien, el año 455 Cense-
rico y sus vándalos atraviesan el Mediterráneo y se apoderan de
lucha contra el bárbaro emprendida por la Santa Sede no la Ciudad Eterna. Roma pareció irremisiblemente perdida,
I fué, pues, un combate para sojuzgarlo o darle muerte por la
espada, sino para enseñarle el camino de la verdad y libertarlo
pero volvió a salvarse de ser destruída porque nuevamente
San León salió al encuentro de los invasores. Y el santo Papa
de las tinieblas en que vivía, por medio de la religión y la
1 cultura. Y los Papas tuvieron la genialidad de comprender
arrancó a Genserico la promesa, que éste cumplió, de no
efectuar matanzas ni destrucciones. Durante quince días los
que los monjes de Occidente serían auxiliares preciosos para vándalos saquearon la ciudad sin matar ni destruir; por últi-
esta evangélica tarea. mo, habiendo pedido San León que cesara el saqueo, Gense-
El primer Papa que se enfrentó con los bárbaros y se les rico se embarcó, y así se libró para siempre la Ciudad Eterna
impuso con la sola fuerza de su autoridad moral fué San de aquellos feroces germanos.
León el Grande. Habiendo Atila atravesado los Alpes el año Pero el Papa que inició realmente una nueva época medie-
452 y destruído la ciudad fuerte de Aquilea, tenida por inex- val, dando un fuerte impulso a la conquista pacífica del
pugnable, el norte de Italia quedó a merced de los hunos. El bárbaro invasor, fué San Gregorio Magno. Cuando él subió
horror y el espanto cundió por toda la península. El empe- al trono pontificio el año 590, los bárbaros de raza germá-
rador Valentiniano III, sin ánimo para dar batalla al bárbaro nica ya se habían instalado definitivamente en las provincias
que avanzaba hacia el sur aniquilando todo a su paso, recu- occidentales del Imperio romano. En las Galias estaban los
rrió a San León, por considerarlo el único capaz de salvar a francos y los borgoñones; en España visigodos y suevos; en
Roma de la fatal invasión que se aproximaba. Bretaña ros anglos y los sajones; en África los vándalos, y en
En las orillas del río Mincio, el terrible ejército huno vió Italia los lombardos. Estos últimos, no contentos con poseer
llegar una mansa cohorte de prelados y monjes, los cuales la mayor parte de la península, .amenazaban invadir el duca-
marchaban desarmados y cantando, al mismo tiempo que ha- do de Roma y el exarcado de Ravena, únicas posesiones ita-
cían oscilar las cruces y banderas llevadas en alto. El Vicario lianas que aun quedaban al Imperio bizantino de las conquis-
de Cristo presentóse de este pacífico modo ante "el azote de tas efectuadas, años antes, por el emperador ]ustiniano,
162 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE LA OBRA DE LOS PAPAS MEDIEVALES 163

El nuevo Papa, si bien es cierto que armó al pueblo romano peo no se detuvo ya más, y la estrecha alianza entre Papas
a fin de que repeliera la injusta agresión de los lombardos, y monjes, entre la vida eclesiástica y la monástica, tan sabia-
no quiso usar otras armas, sin embargo, para conquistar a los 1\1 ntc sellada por el gran Papa monje, persistiría durante todo
bárbaros, que la persuasión y la caridad. Es que San Gregario J Medioevo. Los hijos de San Benito que, a imitación del
_era monje benedictino cuando Iué elegido obispo de Roma, fundador de su regla, no se consideraban dignos de ser mi-
y una vez que ciñó la tiara no abandonó la humildad y man- nistros del Señor, y que por tanto no recibían el sacramento
sedumbre propias de los hijos de San Benito. del orden, fueron admitidos por la Santa Sede en las filas del
1 sacerdocio cristiano. Desde entonces los mejores Papas y obis-
Hasta entonces no habia existido ningún Pontífice que
~ fuera monje, y ninguna regla monástica había sido expresa- pos de la Iglesia medieval se reclutaron entre los monjes
mente aprobada por la Santa Sede. San Gregario, primer benedictinos, quienes viéronse obligados, en muchos casos, a
Papa monje, aprobó la regla benedictina, dándole así un título aceptar la mitra con todas sus inherentes preocupaciones y
de catolicidad que la singularizó constituyéndola en la más responsabilidades, pero también con todas sus auténticas glo-
respetada y, venerable de todas las reglas monásticas de su rias y. heroicas hazañas.
tiempo.
No se conformó el monje-pontífice con realzar, mediante
su aprobación papal, la Orden a la cual pertenecía, sino que
también le dió nuevo lustre empleando oficialmente a los
VII. - La evangelización de Inglaterra
benedictinos, como legados y enviados especiales de la Santa
Sede, en la ardua empresa de la evangelización de los anglo-
sajones que habían invadido y ocupado a Bretaña. E RA .tal la fama. de fero.cidad de los anglosaiones, que los
pnmeros monjes, enviados por San Gregario a fin de
evangelizarlos, no se atrevieron a desembarcar en la rubia
Además de la evangelización de Inglaterra, San Gregario
también trabajó por la conversión de todos los pueblos ger- Albión de miedo a aquellos bárbaros considerados, con justa
manos, y tuvo la felicidad de que, durante su pontificado, razón, como crueles cazadores de sus semejantes. Pero el Papa
la totalidad de los suevos y visigodos, y gran parte de los insistió en su propósito, y San Agustín Abad, acompañado de
lombardos, abjuraran la doctrina de Arria para convertirse cuarenta monjes benedictinos, desembarcó el año 597 en la
a la verdadera religión de Cristo. Asimismo, estrechando rela- pequeña isla inglesa de Thanet. Para los anales de la Iglesia
ciones con los francos, consiguió que sus reyes le prestaran este desembarco sólo es comparable al de Colón en la isla
un fuerte apoyo y una base de operaciones para sus empresas Guanahaní el 12 de octubre de 1492. Ni un solo anglosajón
misioneras. era entonces cristiano, como tampoco había cristianos entre
Con San Gregario Magno la Iglesia había comenzado una los indios americanos, y si bien es cierto que los anglosajones
nueva táctica: abandonar la defensiva, que reportaba muy del siglo VI superaban en civilización a los aborígenes de Amé-
pocos y lentos triunfos, y tomar audazmente la ofensiva mar- rica, también es verdad que los aventajaban en cuanto a
chando al encuentro del bárbaro idólatra a fin de decidido, crueldad.
mediante un ferviente apostolado, a aceptar el suave yugo Durante siglo y medio esos bárbaros de raza germánica, que
del Hijo de Dios. adoraban a Odín =el dios de las matanzas-, habían hecho una
Los sucesores de San Gregario Magno continuaron y con- guerra terrible de exterminio contra los cristianos bretones
cluyeron su obra. El impulso dado a la conversión de los de raza celta que habitaban la isla desde remotos tiempos;
diferentes pueblos bárbaros que habitaban el continente euro- los cuales, después de haber defendido palmo a palmo las
¡" r¡ 164 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE LA EVANGELIZACIÓN DE INGLATERRA 165

1 tierras de sus antepasados, tuvieron por último que retroceder gida que habían tenido sus enviados. Inmediatamente mandó
r f¡¡ hacia el sur y el oeste. Unos se refugiaron en las montañas u,n refuerzo de ~onj;s benedictinos para que ayudaran a Agus-
de la península de Cambria (el actual país de Gales), y otros tí n en la predicación del Evangelio, y asimismo remitió a
) \
atravesaron el canal de la Mancha para instalarse en Armó- Inglaterra instrucciones sabias y prudentes sobre la forma
I rica (península francesa que por eso tomó el nombre de Bre- c~mo debía procederse a fin de enseñar poco a poco la reli-
taña). Desde esas tierras y profesando un odio profundo a g~Ióny moral cristianas a los anglosajones, sin herirlos dema-
los sajones, mantuviéronse los bretones en pie de guerra con- síado en sus sentimientos y costumbres.
Ir tra los conquistadores de su patria, negándose a tener relación . Siendo Cantórbery la capital del reino de Kent, en ella se
I con ellos y a intentar su evangelización. Guardaban el cristia- Instalaron primeramente los benedictinos. Debióse a esa cir-
nismo como monopolio de su raza, e imploraban a Dios, no cunstancia. que di~ha ciudad se convirtiera en la sede episco-
la conversión de sus enemigos, sino su ruina y exterminio. pal del pnmer ObISpO de los anglosa jones, que fué el mismo
y las hazañas del legendario rey Arturo y de los célebres caba- San Agustín Abad. El rey Etelberto dió su palacio al nuevo
lleros de la Tabla Redonda no fueron sino episodios, reales o prelado d~ su reino, en el cual se construyó la Christ Church,
míticos, de la guerra a muerte entre sajones paganos y cris- que llegan a a ser la metrópoli de la Iglesia inglesa. Igualmente
tianos bretones. Pero lo que estos últimos, en su odio, no se remonta a esos tiempos la fundación en Londres de la
quisieron intentar, San Agustín Abad, impulsado por la cari- célebre Catedral de San Pablo y de la no menos célebre abadía
dad de San Gregario Magno, lo llevó a cabo con sorpren- de ."":,estmins~er. El reino de Essex, o de los sajones del Este,
dente éxito. rec.IbIó también hospitalariamente a los monjes benedictinos,
La isla de Thanet, donde desembarcó el legado pontificio, quienes fundaron en la capital de ese reino, _que era Londres,
pertenecía al reino sajón de Kent y hacía treinta y seis años una catedral dedicada a San Pablo, la cual fué levantada sobre
que allí reinaba un príncipe de costumbres -menos crueles que las ruinas de un templo romano dedicado a Diana. Constru-
las de sus hermanos de raza. Llamábase Etelberto, y su espo- yeron, ~simismo, una abadía en el islote del Támesis que
sa -biznieta de Santa Clotilde- era una princesa franca y estaba situado al oeste de Londres, razón por la cual tomó el
católica de nombre Berta, la cual, conservando sus creencias, in- nombre de '''' estminster, es decir, monasterio del oeste. Esa
fluyó para que su marido recibiese cordialmente a la emba- abadía estaba destinada a convertirse en el panteón de Ingla-
jada de San Gregorio. terra. Y en ~se mismo islote (que hasta que no fué ocupado
En su mensaje al rey sajón el Papa manifestaba enviarle, por los monjes no era más que un pantano cubierto de ma-
con Agustín y sus monjes, la Buena Nueva de la Redención le~a) edificaríase siglos más tarde, junto a la abadía de West-
de la humanidad, y los medios de apropiarse los méritos y mmster, el tan famoso Parlamento Inglés. Como dijo Monta-
gracias que Jesucristo había adquirido, con su pasión y muer- lembert: "Si Cantórbery representa la existencia religiosa de
te, para todos los hombres. Etelberto contestó, cautamente, Inglaterra, W~stminster es el centro de su vida política y su
que como por primera vez oía cuanto se le contaba, dudaba verdadera capital: y tanto el uno como el otro se los debe
de la verosimilitud del relato, y que le era imposible abandonar Inglaterra a los hijos de San Benito" 1. Junto con la fe católica
las creencias que desde hacía tanto tiempo profesaba junto entró en Inglaterra la civilización, pues los monjes no sólo
con todo su pueblo. Empero, aseguró a San Agustín que no Ia evangelizaron, sino que también llevaron a la isla los dones
le haría ningún daño, y dejaría a los monjes en libertad de desconocidos para los anglosajones, de las letras, las artes ;
predicar la nueva religión y convertir a cuantos pudieran. el trabajo.
Grande fué el gozo del Papa al enterarse de la pacífica aco- 1 CARLOS DE MONTALEMBERT: Los monjes de Occidente.
166 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE LA EVANGELIZACIÓN DE INGLATERRA 167

Doloroso es recordar la ingratitud que diez siglos más tarde 1<:11 una entrevista que tuvo San Agustín con los monjes
demostrarían los hijos de la rubia Albión al renegar de la br tones del monasterio cambrio de Bangor, y en la cual les
Santa Sede que tanto había hecho por ellos y al perseguir a pidió su cooperación, el abad de ese monasterio respondió a
los monjes católicos que transformaron la ensangrentada tierra la súplica del santo diciéndole: "Jamás predicaremos la fe
de los feroces anglosajones en la merry England de la Edad a esa raza de feroces extranjeros que expulsaron vilmente a
Media. Sólo consuela pensar que Inglaterra ya no es actual- nuestros mayores de su amada patria y han despojado a sus
mente una nación perseguidora del catolicismo, y que, tal descendientes de su patrimonio." Ante tanta terquedad y falta
vez, no está lejano el día en que los ingleses vuelvan en masa de verdadero espíritu evangélico, San Agustín exclamó profé-
al seno de la verdadera Iglesia de Cristo que abandonaron ticamente: "Si os negáis a hacer la paz con hermanos, tendréis
un día aciago de su historia. guerra con enemigos. Si no queréis enseñar a 'los sajones el
El mayor triunfo obtenido por San Agustín de Cantórbery amino de la vida, de sus manos recibiréis castigo de muerte."
fué la conversión del rey Etelberto. "El día de Pascua de Pen- Pocos años después cumplióse esta profecía. Los anglos del
tecostés del año 597, el rey de Kent pidió y obtuvo el bautismo norte, que no habían sido evangelízados, invadieron la penín-
de manos de Agustín, y desde el bautismo de Constantino, sula de Cambria y pasaron a cuchillo los mil doscientos mon-
exceptuando el de Clodoveo, no se había registrado suceso jes del monasterio bretón de Bangor. De este modo los tercos
de mayor importancia en los anales de la cristiandad. Muchos bretones pagaron con la vida el no haber querido considerar
sajones imitaron el ejemplo de su rey, y entonces los misione- a sus enemigos como al prójimo a quien Dios les mandaba
ros monásticos dejaron su primer asilo para ir a predicar por amar aunque mucho daño hubieran recibido por su causa.
todos lados. El monarca, siempre fiel al noble respeto que de La evangelización de Inglaterra, comenzada por San Agus-
la conciencia ajena mostró aún antes de ser cristiano, no quiso tín Abad, continuóse por medio de otros santos obispos mon-
obligar a nadie a mudar de religión, y se limitó a profesar jes, tales como Melíto, Paulino, Aidán, Finan, Colman, etc.
mayor cariño a quienes, bautizados como él, se hacían sus Estos obispos monjes, que dieron cima a la conversión de los
conciudadanos en la patria celestial. De los monjes italianos anglosajones, no fueron todos romanos y, benedictinos, pues
había aprendido el rey sajón que la fuerza y la violencia no muchos de ellos eran célticos provenientes de Irlanda y Es-
son compatibles con el servicio de Cristo; y no para unir cocia. Porque antes del desembarco de San Agustín en Ingla-
Inglaterra a la Iglesia romana, sino para arrancarla de ella, terra otro monje había llegado a las costas de Escocia. Ese
mil años después hubieron de emplear, otro rey y otros após- monje, que fué San Columba, era irlandés. Irlanda, entonces
toles, los suplicios y los tormentos" 1. llamada Hibernia, había sido evangelizada por el galorromano
Agustín, nombrado arzobispo de Inglaterra por el Papa, San Patricio, quien, robado a los dieciséis años de edad por
deseaba que los monjes y sacerdotes bretones le prestaran unos piratas, fué vendido como esclavo en la verde Erín.
ayuda en evangelizar a los demás reinos anglosajones. Pero, Conoció por esta causa el futuro apóstol de la isla a los
con gran tristeza de su parte, encontró a los bretones encerra- paganos irlandeses, a cuya conversión se dedicó una vez que
dos en sus implacables odios nacionales. Ellos se negaron a obtuvo su libertad y marchó como misionero al Eire enviado
cooperar en la evangelización de los enemigos de su patria y por el Papa Celestino.
de su raza. Tampoco quisieron reconocer a Agustín como su La vida monástica arraigó allí en forma sorprendente. En
arzobispo, pues recelaban de él por tener su residencia en lOCOS años Irlanda, que hasta el siglo v había sido completa-
Cantórbery y hallarse así a merced de los sajones. mente pagana, se convirtió en un poderoso foco de cristia-
1 C. DE MONTALEMBERT: Los monjes de Occidente. nismo. De su suelo partió una fecunda corriente evangeliza-
168 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE LA CONVERSIÓN DE ALEMANIA 169

dora a la que mucho deben la Iglesia y Europa. Dos monjes


irlandeses se distinguieron especialmente en la conversión de
los bárbaros: Columba, el apóstol de Escocia, y Columbano, VIII. - La conversión de Alemania
quien, como ya lo he dicho, Iué el émulo de San Benito, y
cuya Regla monástica pareció por un momento que eclip-
saría a la benedictina.
San Columba llegó de Irlanda a Caledonia (como en aque-
U NA -;ez envanl?e,lizados los anglosajones, la Ig~esia se ~~con-
tro en condiciones de emprender la conqUlsta espiritual
de Alemania, pues pudo entonces invadirla con sus misioneros
llos tiempos se llamaba Escocia), y allí desembarcó el año 562 a un mismo tiempo por el sur, el oeste y el norte, desde
en la isla de lona, donde fundó un monasterio que sería muy Italia, Francia e Inglaterra. Los enviados del Papa, aprove-
célebre por su santidad. Desde ese punto emprendió la evan- chando esas favorables circunstancias, no tardaron en conquis-
gelización de los idólatras pictos y escotos que habitaban esas tar pacíficamente la Germania, esto es, las tierras compren-
frías y brumosas regiones. Su obra misionera tuvo gran éxito didas entre el Rin y el óder.
y toda Escocia recibió el bautismo cristiano. Donde las legiones de Augusto habían sufrido grandes de-
Muerto San Columba, sus sucesores partieron, también del rrotas, los monjes medievales enviados por la Santa Sede obtu-
monasterio de lona, a la conquista espiritual de los anglo- vieron br illantes triunfos. La civilización, que la Roma de
sajones, y resultó así que la corriente evangelizadora de los los césares no habían conseguido implantar en Germania,
monjes irlandeses provenientes del norte se encontró con la pudo sin embargo ser consolidada por la Roma de los Papas.
de los monjes romanos que llegaban del sur. Por desgracia "El espíritu indomable de los germanos que tanto resistía
entre unos y otros hubo más de una controversia que los ene- a las luces, sólo cedería ante el ascendiente de un gran poder:
mistó. Retardóse por ello la completa conquista cristiana de el Papado lo ejerció. Él tenía ese carácter paternal que le fué
Inglaterra, pero al fin pudieron ser vencidas esas divergencias concedido por .institución divina, y poseía la fuerza de las
que eran más de índole nacional que religiosa, y, después de ideas y el hábito de gobernar, junto con el prestigio que le
Casi un siglo de predicación, Inglaterra quedó totalmente <;:on- daban su antigüedad y la majestad del nombre latino" 1.
vertida al cristianismo. La Iglesia inglesa unida y católica, Tres monjes anglosajones, de nombre parecido e idéntico
con un metropolitano residente en Cantórbery y catorce obis- espíritu apostólico, serían quienes comenzarían la evangeliza-
pos en las principales ciudades, pudo ejecutar entonces lo que ción y civilización de Alemania: Wilfredo, Wilibrodo y Win-
San Gregario Magno tan ardientemente había deseado: trans- frido. Sin embargo, sólo a este último le cupo la gloria de dejar
formar en ángeles a los anglos. Wilfrido, obispo de York, consolidada, en tierras teutónicas, la fe católica. Winfrido es
inauguró la serie de grandes y santos obispos católicos ingleses más conocido en la historia con el nombre de Bonifacio, nom-
que tan adictos al Vicario de Cristo se mostrarían durante bre que le dió en Roma el Papa Gregario II cuando el año
toda la Edad Media, y los diferentes reinos anglosajones dieron 719 lo invistió de autoridad para llevar la palabra de Dios a tOS
a los claustros, en el transcurso de dos siglos, treinta de sus pueblos idólatras que habitaban la Germania.
mejores reyes y reinas. El país de misión que había sido San Bonifacio se internó en el centro mismo del paganismo
Inglaterra en época de San Gregario Magno transformóse, germánico situado en Baviera, Hesse y Turingia, regiones de
una centuria después del desembarco de San Agustín Abad, bosques casi impenetrables y de barbarie secular. Tres años
en patria de los santos monjes que llevarían a cabo, en el duró su primera misión, después de la cual volvió a Roma,
siglo VIII, la conversión de la hasta entonces indómita e idó- y fué elevado al episcopado. "El día que Gregario II tomó
latra Germania. 1 FRÉDÉRIC OZANAM: La civilisation chrétienne chez les Francs.
170 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE LA CONVERSIÓN DE ALEMANIA 171

al obispo Bonifacio juramento de obediencia, Roma vió resur- foco de fe y cultura, constituyó un verdadero manantial de
gir su imperio sobre las mismas naciones que la habían derro- vida cristiana del cual se alimentaría, por espacio de muchos
tado e invadido. Vió a un pontífice sajón arrodillado, en siglos, la Iglesia alemana.
nombre de la Germania, a los pies de un ciudadano romano. San Bonifacio no se conformó tan sólo con evangelizar a
y el representante de los bárbaros se levantó convertido en los infieles; igualmente se preocupó de establecer entre los
delegado del Vaticano. Este procónsul de los tiempos nuevos, cristianos la unidad de fe y disciplina. Por último, para que
sin lictores, ni espada, ni imposiciones fiscales, llevaba consigo su obra fuese completa la remató con el martirio sufrido en
el genio del viejo Senado, y los hombres del norte recibieron su postrera misión.
una bienhechora dominación que llegaba, no con el signo de Lo que hoyes Holanda estaba habitado por los bárbaros
las guerreras águilas romanas, sino con los símbolos cristianos frisones de raza germánica. Muchos de ellos ya habían sido
de la paloma y el cordero" 1. Habíéndole el Papa Gregario 11 convertidos por el monje Wilibrodo, y Bonifacio marchó a
dado por diócesis todas las regiones transrenanas que lograra llevar la palabra de Dios a los que aun permanecían paganos.
evangelizar, marchó San Bonifacio, acompañado de la bendi- Su marcha, constituyó un triunfo de la fe, pero un grupo de
ción papal, a la definitiva conquista espiritual de la bárbara frisones enemigos de los cristianos le salió al encuentro y lo
Germania. En una carta dirigida a la sazón por Gregario 11 asesinó junto con sus acompañantes. El "apóstol de Alema-
a los turingios, decíales: "No es para la conquista de un lucro nia" murió así el año 755, mas su obra perduró.
temporal que hemos enviado a Bonifacio entre vosotros, sino Faltaba, sin embargo, para completar definitivamente la
para la salud de vuestras almas." evangelización de Alemania, la conquista del último reducto
Durante treinta años San Bonifacio trabajó sin descanso por de la idolatría y barbarie germánicas, reducto constituído
la salud de las almas germánicas, y así se hizo merecedor del por la indomable Sajonia. En efecto, mientras que los sajo-
noble título de "apóstol de Alemania". Un nuevo Papa, Gre- nes que conquistaron a Inglaterra habían concluído por ser
gario 111, le confirió "el palio", lo nombró arzobispo de las excelentes cristianos que dieron a la Iglesia santos obispos
comunidades cristianas que acababa de constituir, y encargóle como Bonifacio, sus hermanos de raza que permanecían en
que, como legado de la Sede Apostólica, erigiera obispados y Alemania, junto a las orillas del Elba y el Weser, se mostraban
demarcara nuevas diócesis en las tierras germanas reciente- irreductibles, no queriendo recibir los beneficios del cristia-
mente convertidas al cristianismo. Pero asimismo dispuso el
nismo ni de la civilización, y defendiendo, con ardor, el culto
Sumo Pontífice que Bonifacio no tomase ninguna fija para de sus sanguinarios dioses.
sí, ya que a él le correspondía la Alemania entera, pues su
"Los sajones vivían en medio de las tumbas de sus antepa-
misión era evangelizarla de un extremo a otro. Y "el apóstol
sados y no deseaban olvidar sus divinidades sedentarias que
de Alemania", obediente a los mandatos del Papa, no per-
habitaban en los bosques de Germania y que daban a cada
maneció de un modo estable en ninguno de los obispados
lugar por ellos conocido un nombre y un recuerdo. Sus viajes
creados por él, y aun anciano siguió recorriendo las tierras
por mar los llevaban a menudo a las costas de Escandinavia,
teutónicas en busca de idólatras que convertir y civilizar.
de donde sus genealogías los hacían descender, y allí encon-
Había fundado a las orillas del río Fulda, en medio de bos-
traban -sus mismas creencias nacionales bajo una forma más
ques de encinas y robles, un gran monasterio donde vivían
sabia y bajo la guarda de un sacerdocio respetado. La Sajonia
más de 400 monjes observantes de la regla benedictina. Este
tenía también su culto público realizado por sacerdotes que
monasterio de Fulda, que se convirtió inmediatamente en un
no llevaban armas, y en templos a los cuales se acercaban
, F. OZANAM: Ibid. con respeto. Celebraban, asimismo, banquetes en honor de
172 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE LA CONVERSIÓN DE ALEMANIA 173

sus dioses, y los muertos eran solemnemente puestos sobre el ir que Carlomagno resultó ser el primer cruzado de la
hogueras. No muy lejos del río Weser, en un lugar llamado historia" l.
Eresburg, se levantaba un tronco en forma de columna, al Pero someter a los sajones no era tarea fácil ni sencilla: la
cual adoraban bajo el nombre de Irminsul, es decir la co- Sajonia, respaldada por los escandinavos, eslavos y ávaros, se
lumna del mundo. Delante de ese ídolo los sacrificadores dispuso a oponer una resistencia terrible y tenaz al avance
ofrecían a Odín el diezmo de los cautivos. Y estas inmolacio- de los francos. Y el emperador cristiano encontró en la per-
nes no era lo más horrible: entre los sajones hasta había sona del jefe sajón Wittikind un adversario a la altura de
caníbales" 1. su talento y valor. El añ¿ 772 comenzó una sangrienta guerra,
Frente a la Germania católica, constituída por obra y gracia que se prolongaría por espacio de treinta y dos años, la cual,
de los esfuerzos combinados de la Santa Sede y los monjes, si en un principio fué de defensa de la cristiandad, no tardó
se erguía así, a fines del siglo VIII, una Germania idólatra y en convertirse, por la fuerza de los acontecimientos, en una
bárbara que pretendía aniquilar la obra de San Bonifacio. invasión armada. La conquista de la pagana Sajonia resultó,
Pues los sajones no se conformaban con rechazar el cristia- sin embargo, de gran provecho para la causa del cristianismo
nismo, sino que, además, invadiendo repetidas veces las tierras y de la civilización, pues, "al hacerla entrar en la república
germanas recién evangelizadas, destruyeron a sangre y fuego occidental, Carlomagno dió a la civilización una estabilidad
las jóvenes comunidades cristian~s' de Alemania. Fué, por que hasta entonces no había tenido, llevando sus fronteras
tanto, una guerra más defensiva que de conquista la empren- del. Rin al óder y el Vístula. La barbarie, dejando de tener
dida por Carlo magno contra sus hermanos de raza. por vanguardia a los germanos, tuvo en adelante que pasar
"La Iglesia alemana había sido fundada por San Bonifacio. sobre sus cuerpos para poder llegar hasta el Occidente; y
El advenimiento de Pipino el Breve afirmó esa Iglesia dán- así resultó imposible que se volviera a renovar la época del
dole por apoyo el renaciente reino de los francos. Y a Carlo- triunfo de las invasiones bárbaras" 2.
magno le tocaba concluir la obra de Bonifacio fundando un Lástima grande fué que el emperador de los francos em-
imperio germánico cristiano, al cual llevaría el centro de los pañara su gloria y el gran servicio prestado a la causa de la
asuntos temporales de la cristiandad. La misión religiosa civilización, dejándose llevar por la violencia y la crueldad.
de Carlomagno, al igual que la de San Bonifacio, emanó de La larga duración de esta guerra y las matanzas y traiciones
la Santa Sede. Éste apareció en Germania como la palabra cometidas por los sajones acabaron por impacientar a Carlo-
viviente del Papado, aquél como la mano armada destinada magno .y por turbar su gran espíritu. "El hijo de Pipino el
a proteger esa palabra: los dos tomando de Roma su poder, Breve creyó tener derecho de castigar, cuando sólo tenía el
pero los dos germanos tanto por el genio como por la sangre. de vencer, y ese error causó la matanza de Verden, en la cual
Mientras que la Iglesia alemana se fortificaba en su interior, fueron ejecutados, por orden de Carlomagno, cuatro mil qui-
necesitaba ser defendida de los enemigos del exterior. La Cer- nientos prisioneros sajones. Ese día el poder temporal de los
mania pagana se mantenía armada y agresiva: las incursiones, carolingios empezó a extralimitarse: dueño de la tierra, Car-
los asesinatos y los incendios desolaban las fronteras. Era ine- lomagno creyó también serlo de las conciencias, y quiso hacer
vitable el estallido de una guerra a muerte, y era necesario rápidamente con la espada lo que la palabra tardaba en
que Carlomagno triunfase para que reinaran la paz y la tran- realizar. La guerra santa contra la idolatría tomó entonces un
quilidad. Esta guerra fué una verdadera cruzada y se puede
1 F. OZANAM: Ibíd.
2 LITIRÉ: É'tudes sur les barbares et le moyen áge. Citado en la "His-
1 F. OZANAM: Ibíd.
toire de France" editada por la "Librairie Larousse" - París.
CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE LA CONVERSI6N DE ALEMANiA 175
i74
mal camino. La Santa Sede lo advirtió y se esforzó en des- tcrio de Nueva Corvey, que fué para la civilización de Sajonia
armar las manos que abusaban de la espada. Mientras que lo que el de Fulda había sido para el adelanto de la Ale-
el poder secular penaba con la muerte el crimen de idolatría, mania Central. Y a mediados del siglo IX toda la Germania
el poder espiritual trataba de arrancarle el culpable para ya era católica.
enviarlo a un tribunal eclesiástico donde se aborrecía el de- Fué, pues, por obra y gracia de la Iglesia de Cristo, y no
rramamiento de sangre. El monje Alcuino, respetad?, en ~od? por los míticos hechos de Sigfrido y Brunilda, que se produjo
el Occidente como una autoridad, condenó también públ i- el crepúsculo de los dioses germánicos. La dura lanza de Wotan
camente las órdenes del rey su señor: "La fe -escribió Al- saltó hecha pedazos no por la espada del hijo de los incestuosos
cuino a Carlomagno- es un acto de voluntad que no pue- amores de Sigmundo y Siglinda, sino por la cruz del Hijo
de ser constreñido a la fuerza, como lo definió San Agustín. de la Inmaculada. Y / el sangriento Walhalla, donde sólo te-
Empujaréis a los sajones hacia el bautismo, ~ero cor: ~~lo nían derecho a entrar los guerreros que morían matando, se
no conseguiréis hacerles dar un solo paso hacia la rehglOn. desplomó para dejar lugar al límpido cielo de la Santísima
Los que evangelizan a los paganos debe usar palabras pru- Trinidad, al cual únicamente entran las almas bienaventu-
dentes y pacíficas, pues el Señor conoce los corazones qu~ radas que hayan amado a Dios sobre todas las cosas y al pró-
Él anhela y los abre para que comprend~n. Después del jimo tanto como a sí mismas.
bautismo, aun existe necesidad de preceptos mdulgentespara La principal y gloriosa obra de los Papas de los primeros
las almas débiles. Si el suave yugo y la ligera carga de Jesu- siglos de la Edad Media fué, por tanto, la de conquistar a
cristo hubieran sido anunciados al inflexible pueblo sajón con la barbarie germánica para el Reino de Dios y para la civi-
más perseverancia que la puesta en exigirle el. pago de los lización cristiana mediante el apostolado y la caridad de sus
diezmos y en ejecutar con inusitado rigor. los edictos qu~ cas- enviados y legados. Pero al lado de esta obra premeditada,
tigan las faltas más leves, con toda segundad que los salones planeada y ardientemente deseada por la Santa Sede, eje-
no tendrían horror al bautismo. Los propagadores de la fe cutaron los Papas, en dicho período de la historia, dos obras
deben seguir el ejemplo de los Apóstoles. Mandad, pues, a que no habían pensado realizar, y a las que se vieron lle-
Saionia predicadores y no verdugos" 1. . vados como empujados por la fuerza de los acontecimien-
Todas estas fundadas críticas y admoniciones cnsuanas m- tos. Una fué la creación de los Estados Pontificios, la otra
fluyeron en el ánimo de Carlomagno, ! con~luyó atemperan- la fundación del Santo Imperio romano germánico. Estas
do sus severas disposiciones para los salones idólatras. dos obras casi involuntarias del Papado procedieron indirec-
Por su parte, tanto la Santa Sede como los m~njes que tamente de la lucha contra los germanos, y tuvieron, a su
ella envió a Alemania, hicieron cuanto les fué posible para vez, una gran influencia sobre la conversión de todos los
borrar los odios acumulados en esos treinta años de ardiente pueblos bárbaros que habían invadido Europa durante el
guerra. y lo que la fuerza de la impaciente espada de Carlo- Medioevo. Razón es ésta por la cual debo analizarlas en el
magno no había podido hacer lo hicieron la mansedumbre presente capítulo.
evangélica y el paciente trabajo apostólico. . .
Los monjes misioneros Liadwino, Sturm, WIllehado y Liud-
gero -de sangre anglosajona-, lograron completar, con su man-
sa predicación, la cristianización de sus hermanos del Elba y
el '\"'"éser. En las orillas de este último río íundóse el monas-
1 F. OZANAM: Ibíd.
CREACIÓN DE LOS ESTADOS PONTIFICIOS 177
176 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE

Emperadores y cercanos los Vicarios de Cristo, tarde o tem-


prano, por, la fuerza misma de las cosas, la Roma de los Cé-
IX. - Creación de los Estados Pontificios sares
D tendna que transformarse en la Roma de los Pa paso
. urante . el tran~curso de los cuatro primeros siglos de la
Edad Media, la Ciudad Eterna Iué insensiblemente cayendo
el hecho de vivir en Roma, los Papas eran súbditos
P OR
del emperador de Bizancio, y los bárbaros pudieron creer
que aceptando el cristianismo predicado desde la Ciudad Eter-
en poder ~e los Papas, no porque éstos trataran de apoderarse
~e ella, SIlla porque el pueblo romano se acostumbró a con-
na, caían, en cierto modo, bajo el yugo de los césares. Por sId~r~r ~ la Santa Sede como la ,única fuerza temporal y
esplf~tua: capaz de defender a la ciudad contra el hambre,
eso, la independencia de la Santa Sede del poder bizantino
la ,;ll1sena, las pestes, la herejía y los bárbaros.
y la creación de los Estados Pontificios constituyeron una
gran ventaja estratégica para la Iglesia, pues de este modo . ~,s verdad -:-escribía Casiodoro al Papa Juan II- que la
quedó el Papa en situación mucho más favorable para con- rmsion del O~ISpO de Roma es la de alimentar espiritual-
tinuar su campaña por la conversión y civilización de la bar- ment~ el rebano que se le ha confiado: sin embargo, no puede
descuidar lo que concierne al cuerpo, porque el hombre está
barie. En efecto, los bárbaros se allanaron a tener por madre
compuesto de un doble elemento, y' es deber de todo buen
a la Iglesia, cuando advirtieron que detrás de ella no aparecía
padre el de subvenir a estas dobles necesidades." Y, efecti-
la odiada' imagen del déspota de Bizancio.
vamente, la Santa Sede atendió tanto a las necesidades espiri-
Por otra parte, necesario era que el Jefe Supremo de la
Iglesia universal no fuese súbdito de poder nacional alguno, tual:s com~ ~orporales del pueblo romano, porque poseía los
medíos suficientes para una cosa y la otra, ya que no era
pues así tendría mayor autoridad e independencia para en-
solamente
bi , 1 la autoridad espiritual más alta de la Iglesi .
esia, SIlla
frentarse con los diferentes Estados que, en el transcurso de
los siglos, intentarían inmiscuirse en cuestiones que atañen al tam ten a .mayor propietaria de Italia. Sus cuantiosos bienes
dogma y a la moral. La Santa Sede necesitaba asimismo de esta ~uebles e l.m~uebles, provenientes de la generosidad de los
fieles, constrturan el patrimonio de San Pedro , cuy as Inmen-
.
independencia a fin de poder constituir la cristiandad me-
dieval, es decir, para organizar una vasta federación de na- sas renta~ aprovechaban a todos los cristianos en general, pero
ciones católicas agrupadas bajo su autoridad suprema. en especial a los habitantes de Roma. La manutención de
Sin embargo, todo esto no fué previsto por los Papas, y los pobr~s, la, c~nservación de las fortificaciones, el cuidado
sólo instintiva y casi inconscientemente la Santa Sede se des- de la~ .vlas ~ubhcas, hospitales, orfanatos y acueductos, y el
aprovlslOn.amlento de los mercados y almacenes de la ciudad
ligó del yugo bizantino.
Cuando Constantino el Grande fundó a Constantinopla, no eran funciones edilicias que habían ido poco a poco recayend~
donó Roma al Papa San Silvestre, como se dijo durante la en la Santa Sede. Si a esto sumanos la tarea de proteger al
Edad Media. Esa donación sólo existió en la imaginación de p.uebl~ ro~ano. contra la exacciones e injusticias de los fun-
algunos católicos medievales. Mas en este caso, como en mu- cionarios imperiales, y la tarea de convertirse en embajador
chos otros, la leyenda explica en forma clara y sencilla el hecho p~ra tratar con. el bárbaro invasor, nos daremos cuenta de
histórico complejo y confuso. Porque si es cierto que Cons- como el Papa, sm ser soberano de Roma, soportaba en cambio
tantino no entregó de derecho Roma a los Papas, la verdad todas las cargas in~erentes a la soberanía temporal.
es que, al fijar su residencia en Constantinopla y convertirla . La Sa~ta Sede, sin desearlo ni buscarlo, veíase obligada a
en capital del Imperio, abandonó de hecho la Ciudad Eterna' mt:r~ell1r en todos los negocios de la ciudad, y el poder
a la autoridad de los sucesores de San Pedro. Distantes los espiritual del Papa en Roma pasó de este modo a ser también
CREACIÓN DE LOS ESTADOS PONTIFICIOS 179
CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE
178
c~ón.y hasta llegando a incendiar la célebre abadía de Monte
temporal. Pero aunque ejerciera funciones de soberano, no Cassino que. había fundado cuarenta años antes San Benito.
poseía el título de tal, y de derecho seguía siendo súbdito del L~ conqUIsta lombarda fué una de las más brutales que
emperador que vivía en Constantinopla. :e~l.lzaron los bárbaros. Señalaban su paso por las tierras
Extraña y artificial dependencia esta de Roma para con ~tahcas ahorcando a los monjes de dos en dos en un mismo
Bizancio, y, sin embargo, a pesar de lo extraño del vínculo, arbol, y a Roma llegaban los fugitivos con las manos cor-
durante cuatro siglos la ciudad fundada por Rómulo dependió tadas y contando los horrores cometidos por estos bárbaros
de la construída por Constantino. Semejante fenómeno his- de luengas barbas, las cuales originaron su nombre de lom-
tórico provino de hallarse el Imperio romano dividido en dos bardos (longobardos).
partes que constituían dos imperios hermanos al mismo tiem- . Empero, esta invas.ió~, que para sus contemporáneos resultó
po unidos y separados: el de Oriente y el de Occidente. Éste fuente de tanto~ sufrimientos, sería -dos siglos después- causa
cayó destruido. por los bárbaros en el siglo v, mientras que de un gran bien para la Iglesia, pues la creación de los
aquél, con. Constantinopla por capital, se mantuvo por es- Estad?s Pontificios y ~:l Sacro Imperio provendría en gran
pacio de diez centurias más, hasta que los turcos le dieron el parte de las luchas originadas por la invasión de los lombar-
golpe de gracia el año 1453. d?s. ': provino de dicha. invasión porque los emperadores
Habiendo el hérulo Odoacro derrocado el año 476 a Ró- bizantinos se mostraron mcapaces de impedir que aquéllos
,I mulo Augústulo, último emperador romano de Occidente, no fuesen, poco a poco, apoderándose de toda la península.
se atrevió a tomar para sí las insignias imperiales, y se las Por otro lado, el pue?lo romano, que había soportado el
mandó al emperador romano de Oriente. Tomó tan sólo yu~o de los ostrogodos sm protestar, no quiso en cambio caer
el título de rey y declaróse subdito del Imperio. De este bajo el de los lombardos. Es que éstos, con sus brutalidades
modo quedó aparentemente unido el Occidente al Oriente se había~ hec~o odiosos a las poblaciones italianas, y un~
romano, y los césares bizantinos se consideraron, por ello, co- larga resistencia de dos siglos acabó por hacer nacer, en el
mo legítimos soberanos tanto de Italia como de todas las de- pecho de los romanos, un viril sentimiento de patriotismo
más provincias que habían constituído, a principios del siglo v, que los llevaría a separarse de quien no los podía defender
el Imperio romano de Occidente. y a desear como soberano al Papa, ya que él sabía prote~
Roma tuvo, pues, que aceptar durante medio siglo una gerlos del odiado invasor.
doble soberanía: la real de los reyes bárbaros Odoacro y Teo- Sin. embargo, a f~nes. del siglo VI~, el pueblo lombardo ya
dorico, y la nominal de los emperadores de Bizancio. Pero no el a lo que. habla SIdo .cuando invadió la península. Los
muerto Teodorico, y siendo emperador ] ustiniano, las cosas esfuerzos combinados de la Santa Sede, de los monjes de las
cambiaron. El ejército bizantino comandado por dos generales re~las de San Columbano y de San Benito, y de una princesa
de genio, Belisario y Narsés, arrojó a los ostrogodos de Italia, bavara llamada Teodolinda (que llegó a ser reina de los
y la península entera volvió a pertenecer de hecho y de de- lombar~os por su .casamient? . con el rey Agilulfo), habían
recho al Imperio romano. consegUIdo. c~nv:rtlr al catolicismo a toda la nación lombar-
Los italianos, sin embargo, no pudieron, alegrarse mucho d~. Mas m SIqUIera esta conversión pudo aplacar el resenti-
tiempo de haberse librado del yugo de esos bárbaros; tres miento patriótico. ~e los romanos. Las donaciones que los
años después de la muerte de ]ustiniano (año 568), un nuevo reyes lombardos hicieron a la Iglesia no disminuyeron, tam-
pueblo de raza germánica, el lornb ardo, mucho más feroz e poco, las. prevenciones que contra estos bárbaros se tenían
inculto que el ostrogodo, invadió el norte de Italia destru- en las onllas del Tíber.
yendo ciudades, saqueando iglesias, exterminando a la pobla-
180 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE
CREACIÓN DE LOS ESTADOS PONTIFICIOS 181
A fin de rechazar al rey lombarda Astolfo, quien después
de apoderarse del exarcado imperial de Ravena amenazaba a los emperadores bizantinos, teníéndolos por legítimos suce-
también el ducado de Roma, los romanos pidieron socorro sores de los césares romanos, en el año 753 la prolongación
a su soberano, el emperador bizantino Constantino Copróni- de esa fidelidad se hizo imposible.
mo. Pero éste, en vez de enviar tropas, suplicó al Papa que . El rey Ast~lfo había anunciado que extendería la jurisdic-
interviniese ante Astolfo y lo convenciese de que renunciara ción de su remo sobre Roma y que, en adelante, los habitan-
a sus pretensiones. Semejante muestra de debilidad de parte tes de la ciudad deberían pagarle impuestos. El pueblo ro-
del Imperio bizantino, y este abandono de la Ciudad Eterna mano no quería ser de ningún modo lombarda. De la débil
a sus propias fuerzas, o mejor dicho a .las fuerzas de la Santa Bizancio ningún socorro se podía esperar. Las negociaciones
Sede, traería por consecuencia inmediata la definitiva inde- del Papa con Astolfo acababan de fracasar. Fué entonces cuan-
pendencia de Roma que se venía gestando desde tanto tiem-' do el Sumo Pontífice, Esteban II, tomó una determinación
po atrás. : de grandes consecuencias: atravesó los Alpes y pidió ayuda a
Pocos años antes, durante el pontificado de Gregorio II, el los francos.
vínculo de dependencia entre Roma y Bizancío hubo de rom- Er: Kiersy el nuevo rey de los francos, Pipino el Breve,
perse con motivo de la herejía iconoclasta. El emperador León ofreció a Esteban II no sólo defenderlo de la nueva agresión
el Isáurico había pretendido imponer en las riberas del Tí- de los lombardos, sino también obligarlos a restituir todas
ber la iconoclasia que acababa de establecer en las orillas las propiedades pertenecientes al patrimonio de San Pedro de
del Bósforo, Y el pueblo de la Ciudad Eterna se levantó en que se hubieran apoderado en el transcurso de su invasión.
contra de los mandatos imperiales, poniéndose abiertamente Por dos veces los francos invadieron la Lombardía al efec-
a favor del Papa que rechazaba la herejía. Mas Gregario III to d: ~umplir las promesas de Kiersy, y por último el hijo
no quiso aprovechar la situación para liberarse de su condición de Pípíno el Breve, Carlomagno, destruyó el reino lombarda,
de súbdito del Imperio, y pidió a los sublevados que volvieran y ciñóse él mismo la corona de hierro de sus reyes (año 774) .
a la obediencia del legítimo soberano. A la Sa~ta Sede le fué garantizada por los francos la posesión
"Los Papas se obstinaban en mantenerse fieles al Imperio de la CIUdad Eterna y de todas las tierras que constituyeran
bizantino, dando ejemplo de paciencia y respeto por los vie- el ducado de Roma, el ex arcada de Ravena y la Pentápolis.
jos derechos. Ellos deseaban mostrar lo peligroso que es rom- Respecto a la soberanía nominal que sobre esas tierras tenía
per con un poder y un principio de orden establecido desde el emperador de Bizancio, cuando éste las reclamó, recibió
.antiguo, aun cuando ese poder estuviera arruinado por sus la respuesta de que los francos se habían armado únicamente
propios excesos. Pero llegó el momento en que la medida para remisión de sus pecados y por amor a San Pedro. Pipino
llena acabó por desbordarse" 1. el Breve y Carlomagno consideraron que los despojos del rey
En efecto, durante cuatro siglos los Sumos Pontífices habían lombarda deberían ser para el Vicario de Cristo que con
soportado toda clase de vejámenes de parte de los emperadores tanto tesón y valor había protegido a Roma y a su pueblo,
bizantinos sin jamás rebelarse ni desear independizarse de y. no p~ra. el Emperador que no sabía ni podía defender las
ellos, por considerar, como dijera San León Magno "que tierras italianas, El Papa Zacarías había manifestado años antes
Dios, al fundar el Imperio romano, quiso comunicar, por su a Pipino el Breve que era justo que quien cumplía el oficio
intermedio, la gracia de la Redención a todo el universo". de rey llevara también el título de tal, y de acuerdo con ese
Mas si la Santa Sede permaneció durante tanto tiempo fiel principio el valiente maire du palais fué coronado rey de los
1 FRÉDÉRIC OZANAM: La ci~ilisation chrétienne chez les Francs. francos por el Sumo Pontífice en detrimento de los mero-
vingios, reyes conocidos en la historia con el merecido nombre
182 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE CREACIÓN DE LOS ESTADOS PONTIFICIOS 183

de rois fainéants. y a su vez, Pipino el Breve y Carlomagno Roma quedó, pues, constituída durante el Medioevo, en el
aplicaron la teoría de Zacarías al Papa mismo, haciéndolo muro temporal que protegería el ejercicio de la supremacía
rey de Roma en detrimento del emperador de Bizancio, ya pontifical inherente al Papado.
que, desde hacía más de un siglo, los Papas, y no los césares,
eran quienes realmente defendían y gobernaban la Ciudad
Eterna y sus alrededores. X. - Fundación del Santo Imperio
Los Sumos Pontífices aceptaron tales donaciones porque romano germánico
el pueblo romano deseaba tenerlos a ellos por soberanos, y
por haber comprendido que la independencia territorial y la
libertad política de la Santa Sede significaban una garantía P ARA bien de la Iglesia e independencia de la Santa Sede
los Estados Pontificios acababan de ser creados a fines
para la independencia de la potestad espiritual de la Iglesia, del siglo VIII. Pero ¿quién protegería este nuevo Estado lla-
independencia que era tan necesaria para concluir la conver- mado "el Estado de la Iglesia" o la Sancta Ecclesiae Republica?
sión de los bárbaros, constituir con ellos una cristiandad y Porque si bien la Iglesia no necesita de la fuerza para di-
extender el Reino de Dios por el orbe entero. fun~ir las verdades divinas, en cambio ha menester de pro-
Los Estados' Pontificios, que con cortos intervalos manten- tección contra la prepotencia de los hombres y de los Estados
drían su independencia por espacio de once siglos, fueron que tratan de entorpecer el cumplimiento de su misión evan-
así creados a fines del siglo VIII) no de un modo artificial y gélica.
violento, sino naturalmente por una evolución histórica y sin La autoridad de la Santa Sede no se había impuesto de
derramarse otra sangre que la de los agresores lombardos. un modo incontrastable a todos los pueblos de Europa, y los
Los Papas consiguieron, en esa forma, la gran victoria, cuyos Papas no podían contar con que los Estados Pontificios serían
resultados aun gozan, de no ser súbditos de potencia tempo- respetados por el hecho de ser ellos Vicarios de Cristo, suce-
ral alguna. La Iglesia es universal y el Sumo Pontífice debía sores de San Pedro. Desde el Oriente era de temer un ataque
ser, como lo fué desde entonces, una autoridad internacional por parte de los bizantinos, quienes no se allanaban a recono-
independiente de toda autoridad local. cer a los obispos de Roma poder temporal alguno y ponían
Así como en el siglo 1 había roto las amarras nacionalistas en tela de juicio su autoridad espiritual como jefes supremos
I con que los judaizantes pretendían sujetarla a la sinagoga, de de la Iglesia Universal, preparando de este modo el cisma
un modo semejante en el siglo VIII la Iglesia rompió definitiva- de los ortodoxos.
mente los lazos nacionales con que el Imperio bizantino, desde Amenazaban desde el sur los sarracenos, que, dueños de to-

¡'. I
11
hacía cinco centurias, aprisionaba a la Santa Sede. das las costas meridionales del Mediterráneo, acechaban el
Siglos después, en el Concilio Vaticano, se definiría que a momento propicio para caer sobre la Ciudad Eterna y enar-
fin de que el Romano Pontífice pueda llenar debidamente bolar el estandarte del Profeta sobre la colina Vaticana.
el oficio de primacía que le está divinamente atribuído, se re- Por último, en el norte del continente europeo existían
. ~
quieren los medios conformes a la condición y a las necesi- pueblos bárbaros y guerreros que, no habiendo aún recibido
'1 f dades de los tiempos. Y, en la época histórica que estoy ana- 1~ l~z del Evangelio, se disponían a irrumpir sobre las pro-
vmcias recién cristianizadas.
lizando, el medio requerido era la creación de los Estados

'! I Pontificios. Tanto fué así, que esos Estados dieron a la Santa
Sede, por espacio de mil años, la seguridad e independencia
que necesitaba para cumplir su misión apostólica.
A todos estos peligros exteriores se sumaba uno interno:
convertido el Papa en soberano temporal y el ducado de Roma
en Estado independiente, muchos serían los cristianos que,
I~ ~I
184 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE
FUNDACIÓN DEL SANTO IMPERIO ROMANO GERMÁNICO 185
por pura codicia y ambición personal, pretenderían ser Pa~as
dental. La idea de resucitarlo, bajo una forma más cristiana,
para lucrar con la soberanía de la Ciudad Eterna. La elecCIó,n
esto es, uniendo los pueblos, no alrededor de la Roma de
de Sumo Pontífice convertiríase en un asunto que pondna
los despóticos césares, sino de la Roma de los benignos Vica-
en juego rivalidades de partidos políticos y de intereses in-
rios de Cristo y de los emperadores que ellos consagrarían
confesables.Libre del despotismo bizantino, la Santa Sede co-
para bien de la cristiandad, pareció una idea factible y alta-
rría entonces peligro de caer bajo el yugo, no menos cruel,
mente benéfica. El Papa San León III decidió dar forma a
de la anarquía y la concupiscencia desatadas por los señores
esta hermosa idea, fundandr, el Imperio que tantos cristianos
feudales y el populacho romano.
ansiaban. y el 25 de diciembre del año 800 coronó a Carlo-
Para defenderse de tan diferentes peligros, y a fin de poder
magno, en la Basílica de San Pedro, emperador del Santo
proseguir la obra misionera y civilizadora que estaba cum-
Imperio romano germánico, comenzáildose en esta fonna con
pliendo con tanto éxito, la Santa Sede necesitaba un rey una nueva era medieval.
temporal, lo suficientemente fuerte y cristiano, que la prote-
"Así constituyó la Iglesia un nuevo imperio al' cual dió
giese y respaldara. Los Papas pensaron, con razón, que Car-
por misión realizar entre los hombres el Reino de Dios. Lla-
lomagno reunía todas las condiciones indispensables para ser
mósele por ello el Santo Imperio. Éste recibió de Roma la
un buen protector de la Iglesia. N o sólo por sus condiciones
tradición del gobierno y la herencia de las leyes más sabias
personales era el indicado para ejercer tal misión, sino tam-
que hasta entonces se h ahfan .dictado, y es así como fué tam-
bién por ser rey del pueblo de raza germánica que más fí-
bién llamado: el Santo Imperio romano. Pero igualmente con-
delidad había demostrado a la causa de Cristo Jesús. En
servó de los bárbaros el genio belicoso, cierto respeto de la
efecto, los francos fueron los primeros bárbaros que abrazaron
independencia personal, y la costumbre de no legislar sin con-
la fe católica, y gracias a la buena voluntad de sus reyes la
sultar a la nación o al menos a una asamblea de sus jefes,
Iglesia pudo emprender la conversión de los visigodos, bur-
de ahí la razón por la cual se 10 tituló: el Santo Imperio
gundos, anglosajones, bávaros, turingios y sajones. Además, romano-germánico" 1.
cuando los árabes trataron de llevar la religión de Mahoma
"Europa revivía con este Imperio en brazos de la esperanza
más allá de los Pirineos, habían sido los francos quienes en
cristiana" 2. La edad obscura de invasiones, idolatría, barba-
Poitiers pusieron fin al avance musulmán. Y cuando los lom-
rie, matanzas y desórdenes sin cuento, debía terminarse para
bardos amenazaron a Roma, los Papas no encontraron mejor
dejar paso a una nueva era de reconstrucción cristiana. La
aliado que el pueblo franco, pues fué este pueblo el que
sociedad civil volvía a surgir de entre las ruinas amontonadas
derramó su sangre a fin de asegurar a la Santa Sede su inde-
por las devastaciones de los bárbaros de raza germánica; la
pendencia dándole un reino como escudo. .
soberanía adquiría una dignidad y prestigio desconocidos has-
1 Por todos estos motivos, muy lógico fué que el Papa León
ta entonces, y se restableció la amistad y la concordia entre
III pusiese sus miras en Carlomagno al efecto de constituirlo
el Estado y la Iglesia. Para todo esto y para reunir en una
en vicario temporal de los intereses divinos. Para ello, indis-
, .~ monarquía todopoderosa la universalidad de los pueblos cris-
pensable era investirlo de un título grande y glorioso que
/. ,\ tianos, quedaba creado el Sacro Imperio, y si llegó a defraudar
reportase a quien lo poseyera la veneración y el respeto de
las esperanzas puestas en él, no fué por culpa de la idea grande
todos los pueblos. Este título no podía ser otro que el de
y cristiana que presidió su fundación, sino por la malicia de
emperador. El recuerdo del Imperio romano con la unión,
los hombres y la barbarie que aun reinaba en aquellos tiempos.
paz, orden y cultura que reportó a tantos pueblos diferentes,
acuciaba las mentes de muchos hombres de la Europa occi- 1 FRÉDÉRIC OZANAM: La civilisation ehrétienne chez les Franes.
2 LEÓN XIII: E. Diuturnum Illud,
186 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE FUNDACIÓN DEL SANTO IMPERIO ROMANO GERMÁNICO 187

Mientras vivió el hijo de Pipíno el Breve, el Sacro Imperio Como dijo un historiador 1, cumplióse en la vida real lo
cumplió la civilizadora misión que le incumbía, y el rey de que la leyenda contaba del ciego San Hervé. Según esa leven-
los francos mereció por esto el apodo de "magno",. que ha da, habiendo un lobo devorado al perro que servía de guía
quedado indisolublemente unido a su nombre de Pila. . al santo, éste obligó a la fiera a reemplazar a su perro. Así
"Mi misión -escribía Carlomagno a San León lII- es, c~n también, habiendo los germanos destruído el Imperio romano
el auxilio de la bondad divina, defender la Santa IgleSia que protegía a la Iglesia Católica, ésta, evangelizando a esos
de Cristo contra los ataques de los infiele.s en lo exte~?, '!. bárbaros, los determinó a convertirse en reemplazantes de
sostenerla en lo interno mediante la profesión de fe católica. dicho Imperio, y a defender a la cristiandad, durante toda
Para aprender la forma de c~mplir su misión" hacíase leer la Edad Media, del ataque de paganos, herejes y musulmanes.
de continuo La Ciudad de Dios de San Agustm, y tra~aba Cierto es que el lobo, tratado de domesticar por la Santa

¡ luego de ,encarnar en su Imperio el ideal cristiano que dicho


libro le inspiraba. . .
Por intermedio del Imperio carolingio la IgleSia ,co.nslgue
en el siglo IX que las costumbres y las leyes germ.amcas se
Sede, permanecía siendo lobo, y muchas veces se despertaban
en él sus viejos instintos de fiera salvaje. Pero como mani-
festó San Remigio refiriéndose a Clodoveo: "Mucho se puede
perdonar a quien se convirtió en propagador de la fe y sal-
impregnen, en gran parte, del espíritu del Evangeho, y q~e vador de las provincias cristianas."
la barbarie germánica se vaya civiliz:nd? gradual~ente. BaJO
la protección de Carlomagno el cristianismo se difunde y 'pe.
netra en todos los pueblos de raza germánica, el ord~n rema
XI. - Nuevas invasiones y nuevas conversiones
en los Estados Pontificios, los musulmanes vense obhgados a
retroceder en la península ibérica, y las "marcas" constituídas BIEN pront.o el lobo transformado en perro guardián tuvo
_ que sufrir el ataque y las mordeduras de otras fieras tan
en las fronteras forman avanzadas de la Iglesia Católic: en
medio de las regiones que aun pennanecen bajo la obscundad salvajes corno él lo había sido un tiempo.
Nuevos guerreros bárbaros invaden el Occidente y hacen
de la idolatría.
El Imperio bizantino, al separarse de l~ ~:nta, ,Sede, queda pasar a los germanos por los mismos padecimientos que ellos
como inmovilizado; atrófiase en él la clvlhzaclOn grecorro· habían ocasionado, siglos antes, a los habitantes del Imperio
mana, y, privado del poder de propagar el ~ristianismo, llega romano. Eslavos, magiares y escandinavos son estos nuevos
hasta perder la fuerza de seguirlo d~fendlendo del ataque bárbaros que llegan en el siglo IX. Y todos son paganos, pues
musulmán. En cambio el Sacro Imperio fundado por el Pa- adoran a Perú n los eslavas, a Istern los maziares y a Odín
pado tiene energías suficientes para rech~za: ~ los mahome- los escandinavos. o
tanos, combatir la herejía, propagar el cnstIamsmo entn: los Carlomagno ha muerto, y ni su hijo -Ludovico Pío- ni sus
bárbaros idólatras, y constituir con la fusión de celtas, .la~m?s, nietos, saben proteger el Sacro Imperio. Para defenderse de
germanos, eslavos, escandinavos y ma.giarc:s, una dinámica los eslavos, llaman los germanos en su auxilio a los magiares
civilización cristiana conocida en la historia con el nombre (feroces guerreros de raza finesa según unos, o de raza mo-
de "civilización de Occidente". gólic~ según otros). Per~ los magiares, después de aniquilar
Aquellos rubios paganos de raza germánica que ir:vadieron el remo eslavo de Moravía y de haberse instalado en la anti-
a sangre y fuego la Europa Occidental durante el SIglo v, se gua Panonia romana, se convierten inmediatamente en un
convierten así, gracias a la Iglesia Católica, en protectores de esas enemigo mucho más terrible que el eslavo. Decíanse los ma-
mismas provincias que otrora saquearon Y maltrataron, 1 FERNANDO MOURRET: La Iglesia y el mundo bárbaro.

1\
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NUEVAS INVASIONES Y NUEVAS CONVERSIONES Ja
lSS CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE

cialmente creado y patrocinado por la Iglesia para difundir


giares descendientes de los hunos, y se alababan de ello, razón el Evangelio y civilizar la barbarie.
por la 'cual llamaron Hungría al reino que fundaro~. Desd~ "Al mismo tiempo que los daneses pasaban el Eyder y se
aquella época fueron conocidos con el nombre de. hun~aros, arrojaban sobre Sajonia, de donde se llevaron multitud
y corno verdaderos hunos se comportaron en sus In;aslOnes, de prisioneros para sacrificarlos a los dioses escandinavos en
asolando la Germania entera y llegando en sus correnas hasta su templo nacional de Lethra, los largos navíos de los norue-
Francia e Italia. gos y los suecos aparecían en todos los mares, remontaban
Tan audaces y más feroces que eslavos y magiares, resul- el Rin, el Sena, el Loire, quemaban ciudades y apoderábanse
tan todavía los escandinavos: daneses, suecos y noruegos, lla- de las cosechas. Los monjes huían llevando sobre sus hombros
mados vikings (que significa "hombres de los golfos") o las reliquias de los santos; mientras que aquellos piratas,
normandos =esto es: "hombre del norte" -, invaden todas sentados sobre las ruinas de las abadías incendiadas, vaciaban
las costas europeas y penetran por todos los ríos con sus :'á- sus copas brindando por el dios Thor. Durante dos siglos
pidas naves cuyos mascarones de proa rep~esentan. extranas esas victorias de la barbarie, no sólo turbaron la paz, sino
figuras heráldicas. Los cristianos que no t~enen tlemp~ de que, además, amenazaron la fe de los pueblos de Europa.
huir son acuchillados o reducidos a esclavitud, las mUjeres Cada invasión de normandos arrojaba como una ola de bár-
maltratadas, los viejos y los niños arrojados en las casas incen- bara idolatría sobre regiones que guardaban gérmenes de un
diadas. El odio que los escandinavos idólatras profesan. a la paganismo ahogado que deseaba volver a crecer. Es lo que
religión cristiana los lleva a destruir cuantos monasten.os e especialmente sucedió en Inglaterra. Las invasiones de los
iglesias caen en sus manos, y matan sin p~e~ad a monJ;s Y daneses cambiaron a tal punto las costumbres inglesas, que
sacerdotes. E inspiran tanto miedo a los cnsnanos, que estos fué necesario todo el esfuerzo de la legislación de Canuto
rezan todos los días la siguiente deprecación: a [urore nor- el Grande para reprimir la renaciente idolatría. En Francia
manorum, libera nos Domine. misma, vióse a familias enteras, en cuyas venas corría la vieja
Tres veces, durante los años 845, 857 Y 861, los normandos sangre bárbara que no había perdido su violencia, desertar
saquean a París. Inglaterra, Escocia. e Irlanda son, completa- la causa del cristianismo y plegarse a la vida aventurera de
mente invadidas por los daneses, qmenes, en su afan por d~s- los hombres del norte. Por ejemplo, el hijo de un campesino
truir y saquear, proceden a incendiar el célebre mon~steno de Troyes se convirtió en el célebre Hastings, el más terri-
de lona, fundado por San Columba, el apóstol de ESCOCIa.En ble de los jefes normandos, y, según sus contemporáneos, «el
el norte de Francia y en el sur de Italia se instalan los nor- hombre más malvado que jamás nació». Envalentonado por
mandos. Allí fundan el ducado de Normandía y el reino de el saqueo de las costas de España y Mauritania, Hastings
los Dos Sicilias, y son vanos los esfuerzos para arrojados de juró saquear a Roma y dar de comer a sus caballos en el
altar de San Pedro."
esas costas.
"A la vista de tantos males, el mundo se consideró perdi-
El imperio carolingio, en el cual tantas e~p~ranzas cifraba
do, y, por segunda vez, creyó que había llegado el fin de los
la Iglesia, cae destruído por nefastas guerras CIVIlesy el ataque
siglos. El diácono Flora de Lyón cantó así los terrores de sus
conjunto de todos esos bárbaros. Nuevamente se des."anece el
contemporáneos: «Montañas y colinas, bosques y ríos, y vos-
sueño de una monarquía universal y cristiana que umese en su
otras también, rocas, y vosotros, valles profundos, llorad a la
seno todas las naciones hermanadas y pacificadas, y esta
raza de los francos... Un poderoso imperio florecía bajo
ruina es, para los cristianos, aún más desastrosa q~e la del
una diadema brillante: había un solo Rey, un solo pueblo ...
mundo romano, pues el Imperio carolingio había SIdo espe-
CONQUISTA ESPIRITUAL DIi LA BARBARIE N1JEVAS INVASIONES Y NUEVAS tONVERS10NES 191
190

Los ciudadanos vivían en paz y los enemigos en el terror. El tanzas, quienes predicaban a los piratas, y que acabaron por
celo de los obispos rivalizaba en dar a los pueblos reglas convertírlos" 1.
santas en frecuentes concilios. Los jóvenes aprendían a cono- San Anscario comienza la conversión de los escandinavos
cer los libros divinos; los corazones de los niños se abrevaban :v~~gelizando a Dinamarca y Suecia. San Cirilo y San Metodio
en la fuente de las letras. ¡Oh, afortunado, si hubiese cono- irncran el movimiento cristiano entre los eslavos. San Adal-
cido su felicidad el Imperio que tenía a Roma por ciudadela berto de Praga lleva la luz del Evangelio a Bohemia Hun-
y por fundador a quien guarda las llaves del cielo! Pero gría y Prusia. '
hoy esa majestad, caída desde tan gran altura, es pisoteada El .ducado de Polonia recibe la palabra de Dios gracias a
por todos» " 1. la pnncesa checa Dubrawka, la que convirtió a su marido el
De nuevo, pues, la Iglesia se vió abocada a la tarea de duque Mieczislao; consolidándose el cristianismo en las lla-
cristianizar pueblos bárbaros, idólatras y sanguinarios que nuras polacas con la llegada de monjes benedictinos. Polonia
~!¡
I
destruían las comunidades cristianas recién constituídas con
tanto sacrificio y trabajo. y nuevamente se encontró sola y
privada de toda ayuda temporal para realizar una obra tan
se transformó; a ~a~tir de entonces, en un heroico y sufrido
baluarte del catolicismo en la Europa central.
Los húngaros se convirtieron totalmente bajo el reinado de
grande. Para colmo de males esta vez los Papas no se hallaban San Esteban, primer rey de Hungría, hijo del duque Geiza
en condiciones de encabezar el movimiento misionero y diri- y ~e la duquesa transilvana Sarolta. Esta duquesa fué una
gir la contraofensiva cristiana, pues la Santa Sede pasó en valiente a~azona que llevó ,la doctrina de Cristo, aprendida
~I ¡[ el siglo x por una era de decadencia y postración profundas.
I
en su pa~na, al pueblo magiar, de quien se hizo admirar al
Pero no obstante las vergüenzas, humillaciones y horrores en
l~~zarse Junto con su marido en medio de las batallas. Su
I r
r
los que, muy a pesar suyo, encontróse mezclado en aquel
hIJO, catequizado por San Adalberto de Praga, propagó per-
¡ entonces, el cristianismo conservaba bastantes fuerzas espiri-
¡ sonal~~nte la religión cristiana entre los paganos húngaros.
tuales de reserva como para emprender, con éxito, la conver-
~ereClo de este modo ser nombrado rey y recibir del Papa
I, sión de los eslavos, magiares y normandos. Contaba para ello
con la santidad de muchos de sus hijos, y es así como pudo
SIlvestre II una corona con la imagen de Jesucristo rodeado
de los doce Apóstoles. ,
llevar a feliz término la evangelización de esos bárbaros pese
En Inglaterra los daneses se convertían bajo el reinado de
a las trabas humanas que dificultaban su misión.
t! "En momentos en que todo parecía perdido, todo fué sal-
Canuto ~l Grande, rey idólatra y pirata en su juventud, pero
1 que, habiendo lle~ado. ~l trono inglés, se hizo tan piadoso que
1r vado. La Providencia gusta dar esas sorpresas; con ellas nos
marchó en peregrmaclOn a Roma y procedió a suspender su
demuestra el poder de su gobierno y la debilidad de nuestras

~I
. f
fuerzas. Ante todo, unos pueblos que parecían desencadena-
dos para la destrucción de la Iglesia van a engrosar sus filas
y a tornarse en sus defensores. Las invasiones germánicas no
corona so?re el altar mayor de la catedral de Wínchester para
mostrar a s~s súbditos que debían. tener a Dios como rey .
En Francia, el rey Carlos el Simple, de acuerdo con el
el.ero, consintió .en legalizar el hecho consumado dando a los
habían renovado suficientemente la Europa romana. Los nor-
t mandos se lanzaron allí como por oleadas, pero como oleadas piratas normandos, por derecho, la región septentrional que

! regeneradoras que llevaban el limo necesario para abonar un ocup~ban, y haciendo a su jefe, Rollón, duque de Normandía.
suelo agotado. Mientras ardían los monasterios, se vió salir Rollon, que se convirtió al cristianismo después de esta for-
de entre sus ruinas a algunos religiosos escapados de las ma- zada donación, fué bautizado con el nombre de Roberto.

l F. OZANAM: Del progreso en los siglos de decadencia. 1 FRÉDÉRIC OZANAM: La civilisation au Feme siécle.

11

l
CONQuisTA ESPIRITUAL DE LA 13ARBARíE
NUEVAS INVASIONES Y NUEVAS CONVERSIONES
193
Bautizáronse asimismo todos los normandos de este ducado ""'
De este modo, a comienzos del siglo XI, todos los pueblos
que se afrancesaron rápidamente. ,.
bárbaros que habitaban en Europa quedaron convertidos al
En cuanto a los normandos que se hablan "mstalado en el
cristianismo. Lástima que tan maravilloso triunfo de la Igle-
sur de Italia, eran tan crueles que sin piedad vaciaban los
sia fuera en parte eclipsado por el cisma de Oriente consu-
ojos y cortaban los pies y las manos de lo~ in~~fensos ita~iaRos.
mado durante esa centuria. La Iglesia bizantina, al separarse
El Papa San León IX creyóse en la obligación de. pedIr. tro-
de la Santa Sede, arrastró en su cisma a muchos pueblos esla-
pas al emperador para rechazar por las armas ~as mc~r~lOnes
vos recién evangelizados. Rusia y la península de los BaIcanes
de estos bárbaros que devastaban toda la Italia meridional,
no recibieron, por esta razón, la benéfica influencia de la
En Civitella dióse una batalla en que resultaron completa-
Santa Sede y de los monjes de Occidente, y debido a ello las
mente aniquiladas las tropas del Papa. Pero est~ ~errota ~ué
comunidades cristianas moscovitas y baIcánicas muy poco han
más benéfica que una victoria, porque el PontI.hce v~nCIdo
hecho por la causa de Jesucristo'. El cristianismo predicado
presentándose ante sus terribles vencedores, supo lmpo~e~-seles
por sacerdotes cismáticos no pudo hacer de estos eslavos lo
con el prestigio de su santidad mejor que con el prestlglO de
que la Iglesia Católica haría de los demás bárbaros, esto es,
las armas. Y los normandos juraron a San León IX que no
verdaderos discípulos del Evangelio. "El cristianismo de búl-
cometerían inás crímenes y serían fieles a la Iglesia, fidelidad
garos y rusos, convértidos en masa por orden de sus reyes,
que en adelante mantuvieron prestando grandes ser~icios a
trascendió más a estepa que a Evangelio" 1. y tal vez por
la cristiandad, aunque su barbarie dió todavía muchos disgustos
eso, Bulgaria no pudo impedir ser conquistada por los turcos,
a la Santa Sede.
ni Rusia supo librarse de las infiltraciones tártaras.
"Los normandos formaron, desde entonces, parte de la CIVI-
E~ cambio, Austria, Polonia y Hungría se transformaron,
lización cristiana. Le aportaron el genio de las empresas ma-
gracias a la religión católica que les infundió fuerzas y entu-
rítimas, el genio del gobierno que demostraron en ~us con-
siasmos suficientes para luchar con denuedo por la causa
quistas de Inglaterra y de Italia, el genio de la arqUItectura,
de Cristo y de su Iglesia, en verdaderos baluartes de la fe
como lo hicieron ver en Sicilia con las basílicas doradas de
cristi~na que ni musulmanes ni tártaros consiguieron nun-
Palermo y Montreal; y en Normandía con sus torres abaciales ca sojuzgar,
y esas flechas que costeaban las orillas de~ Sena desde su
embocadura hasta París, formando la avenida monumental
de un pueblo rey" 1. . . ., XII. - La última etapa
Mientras tanto en el oriente europeo misioneros bizantinos
habían evangelizado a Bulgaria y Rusia. Los búlgaros (bár-
FALTABA sin embargo cumplir a la Iglesia una última etapa
baros de raza mongólica que se eslavizaron después de insta-
~ ~ en su lucha contra la barbarie medieval. "El bautismo de
larse en la península baIcánica), pusieron más de una ve~ ~~
1, fl un pueblo no concluye su conversión, sino que la comienza.
serio peligro a Constantinopla. El año 864 su rey se convirtió
Es necesario, después, hacer entrar a los espíritus en la disci-

I
al cristianismo y ordenó a sus súbditos que aceptaran el ba~-
tismo. En cuanto a los eslavos rusos, el año 988 su rey Wladi- plina del cristianismo; y es indispensable vivir bajo esa dis-
miro hizo azotar públicamente en Kiev al ídolo que más ciplina durante un tiempo antes de poder sentir sus benefi-
amaban los eslavos, llamado Perún, y junto con todo su pue- cios" 2. En el siglo IV los griegos, recién convertidos al cristia-

blo recibió el bautismo cristiano. 1 P. LAPOTRE: L'El.lrope et la Sainte Siége. Citado por Fernando Mour-
1 F. OzANAM: Ibíd, ret en "La Iglesia y el mundo bárbaro".
2 F. OZANAM: La civilisation chrétienne che z les Francs,
LA ÚLTIMA ETAPA 195
CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE
194
man también en señores feudales, y se dedican a cazar o a
nismo, llevaron dentro de la Iglesia su costumbre de sof.is-
hacer la guerra al vecino.
ticar y hacer vanas sutilezas y disting~s en sus ~~gumen:a~lO-
"Cuando la nobleza guerrera vió los honores y las rique-
' motivó el bizantinismo la serre de herejías helemcas
nes. ASI 1 íod e zas de que gozaban los obispados, los invadió. Esos jefes que
que he relatado en el capítulo anterior. y en e peno.o qu vivíari de su espada, que aun en tiempo de paz luchaban en
iglo v al x al ingresar los bárbaros en la IglesIa, lle-
va d e,1 S . .' 1 e sus bosques contra los jabalíes y los osos, y que no se quita-
arbarie dentro de las filas del cnstlamsmo,. o qu
varo n sU b .. ban sus armaduras ni para asistir a un festín, debían tardar
engendró la serie de violencias co~etidas por. cnsua~os que en comprender la idea de un poder desarmado. Entraron, por
se comportaban como si fueran fieras salvajes, odIando y ello, en la Iglesia con sus armas y sus costumbres guerreras.
matando al prójimo que debieran haber amado como a ellos Los obispados fueron convertidos en beneficios concedidos por
mismos, de acuerdo con el Evangelio q~e decían venerar. . vía de investidura feudal y con cargo de prestar servicio mili-
Por el mero hecho de recibir el baut ismo y abrazar la reli- tar. La enfeudación de la Iglesia fué uno de los grandes
gión cristiana, los bárbaros no habían dejado de ser. lo que peligros de la Edad Media. Sin duda que en aquel tiempo
eran: guerreros valientes y audaces, pero incultos" vlOlen~os, era necesaria la existencia de una aristocracia belicosa apo-
crueles y sanguinarios. Al convertirse, ellos se hablan v~stIdo yada sobre la herencia. Pero a fin de que un poder tan pesado
de cristianos, mas el espíritu verdade/o del Evangelio ,no no aplastara a la sociedad que cubría, era también indispen-
había aún penetrado en su corazón ni en su mente; teman sable el contrapeso del poder de la Iglesia, reclutada demo-
fe en Cristo y en su Iglesia, pero desconocía.n 1.0. que era la cráticamente por elección. Fué necesario que los hijos de los
caridad cristiana. Para ellos ser cristianos slgmfIcaba mat.ar campesinos y los carpinteros, sentados en los campos de mayo
sin compasión a herejes e infieles, y hacer grandes dona:l~- y en los parlamentos al lado 'de los barones, pudiesen defen-
nes a la Iglesia a fin de que Dios les perdonase sus múlri- der los intereses del pueblo de donde ellos habían salido. Si
el feudalismo se hubiera apoderado por completo del episco-
ples pecados.
El progreso moral que se produjo en Europa durante el pado, si una casta sacerdotal y guerrera, comparable al viejo
. d de Carlomagno había sido efímero. Como resultado patriciado romano, hubiera puesto la mano tanto sobre los
rema o ' . linzí d
del caos proveniente de la ruina del Impeno. caro mgl y e ? asuntos temporales como los espirituales, ¿qué habría sido de
las invasiones de eslavos, magiares y escandmavos, .rel.naban la libertad del mundo? La Iglesia no condenó la aristocracia
en el continente la violencia, la crueldad y la, [ujuria. La militar, la soportó como una necesidad de la época; pero vigi-
Santa Sede había pasado por un vergonzoso penado de por- lándola y sosteniendo contra ella una lucha de seis siglos para
nocracia, y debilitada la autoridad moral ~el J,efe supre:n0 evitar ser enfeudada y a fin de arrancar el báculo de las manos
de la Iglesia, ésta se vió invadida por la sImom~ y el ruco- que llevaban espada" 1.
laísmo. La barbarie resurgió entonces por ~oqUler, ya que Por fin, a mediados del siglo XI, después de una lucha que
nadie la atacaba y todos le dejaban campo Iibre. . narraré en el capítulo siguiente, la Santa Sede consiguió
Es la época del feudalismo. Cada señor feudal se SIente rey levantarse de la postración en que yacía, y llevó entonces a
en su castillo, y tiraniza y maltrata a sus siervos y vasallos. Las efecto la reforma gregoriana que permitió a la Iglesia volver
guerras privadas son interminables porque cada uno. pretende a tomar la ofensiva contra la barbarie medieval.
Basándose la sociedad feudal únicamente en la fuerza bruta,
hacerse justicia con mano propia. Estas guerras no tienen por
10 general más motivo que el capricho o el gusto de matar. , y teniendo aquellos nuevos cristianos arraigado tan profunda-
Para mayor calamidad muchos obispos y abades se transíor- 1 F. OZANA!\!: Ibíd.
LA ÚLTIMA ETAPA 197
CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE
196
por el desgarramiento de los territorios y la desigualdad de
mente en su espíritu el instinto de matar y s~quear, tu;o. la los ~erechos. Las órdenes de caballería los unían por la fra-
Iglesia que actuar muy lentamente Y por medlO~ m,uy~habiles termdad de las armas y la igualdad de los deberes, y fundadas
a fin de orientar hacia Dios a esos bárbaros mdomItos. Lo ell~s por la Iglesia para reformar las costumbres feudales,
que ante todo urgía conseguir era. que la espada ~e~ guerrer? pUSIeron la fuerza al servicio de la verdad y la justicia" 1.
medieval tan fácilmente desenvamada para opnmIr al pro- Hay cuatro cosas -decíase en las órdenes de caballería-
jimo, fu~se usada con más noble objeto, ya que i~posible que toda ~u vida debe observar un caballero si desea guardar
resultaba abolir por completo su empleo. La Igles~a regl.a- su honor mtacto: no tratar nunca con traidores; no aconsejar
mentó, con ese fin, las llamadas órdenes de caballena, reVIS- nunca el mal a las damas, y, por el contrario, tener para con
tiéndolas de carácter religioso. ellas. un .gran respeto; observar piadosamente los ayunos y
El joven noble que deseaba convertirse en guerrero ~e- abstinencias: y hacer una hermosa ofrenda a la Iglesia.
bía ser armado caballero con intervención de la Iglesia. De este modo el ideal cristiano fué penetrando en la vida
Primeramente ponía sus armas ante un altar para que fue- feudal, y dichas órdenes transformaron a los descendientes
ran bendecidas. Después pasaba la noche veland~ sus ~r- de.l ~eroz señor feudal sin otra ley que la de su antojo, en
mas y en ayunas, para confesar y comulgar la manana rms- C~IStIanOSobedientes y fieles a las leyes de la caballería. Es
ma en que tendría efecto la ceremonia. Por último era
c~erto ?ue igualmente se siguieron cometiendo latrocinios y
armado caballero, dándosele la pescozada, el espaldarazo Y :lOlenClas, y que muchos de estos guerreros faltaban a sus
la acolada, y teniendo, previamente, que prestar ~uramento Juramentos. Pero e~ cambio otros los cumplían fielmente, y
de ser fiel, leal y valiente, de proteger a la vI~da y ~l en general predommaron, a partir del siglo XII, el espíritu
huérfano, y de correr siempre en socorro del débil Y oprt- caball~resco y la religión del honor, pues la sociedad medie-
m~. ' v~l s~nalaba con el dedo al perjuro, que hasta era dearadado
Toda. esta ceremonia de la vela de las armas Y el armazon públicamente de su condición de caballero. o
de caballero, nos parece hoy día ridícula e infantil, digna
La ~ujer, que. ~ólo había sido en la Antigüedad un objeto
solamente de un loco como Don Quijote. Sin embargo, en de IUJurI~, conviertese en una persona a la cual se le rinde
su época, las órdenes de caballerí.a ejerciel~o~ una gran. in- un culto Ideal y heroico.
fluencia moral sobre aquellos cristIanos semIbarbaros, haClen- El esclavo -sujeto despreciable cuya vida estaba en manos
do germinar en sus almas sentimientos de ~elicadeza, genero- d~ ~u am?-:- se transforma, gracias a la influencia de los prin-
sidad, cortesía y honor que antes no conoClan ... ClplOScristianos, primero en siervo y luego en hombre libre.
No era un contrasentido que la Iglesia bendIjera las ar~as El r.espeto por la dignidad del hombre y la debilidad de
con las cuales aquellos señores feudales cometían tantas VlO- la, mujer. esos d~s s~n~imient~s que los pueblos bárbaros po-
lencias, pues justamente eran. bendecida~ t;>ara que sólo se seian en forma mstmnva, dejan de ser instintos -como dijo
emplearan en defensa del débIl Y el opnmIdo, o en defensa Ozanam:-, para elevarse a la categoría de virtudes cristianas.
de la Iglesia y el cristianismo. Necesitábase, sin embargo, dar una válvula de escape a
"La costumbre de desenvainar la espada para defender a ese ~rdor bélico que, bullendo en el alma de los caballeros
otros elevaba los caracteres. La Iglesia se dió cuenta de esto medievales, arrastrábalos a matarse entre sí en interminables
y vió en la abnegación feudal el remedio de los. males de? g~erras, y. sangrientos torneos. El Papado había intentado, con
feudalismo. A esa sociedad guerrera le propusO un Ideal heroí- CIerto exrto, poner paz entre los cristianos decretando "treguas
co: las órdenes de caballería, que fueron el servicio armado
1 f. QZANA~: Ibíd,
de Dios y de los débiles. El feudalismo dividía a los hombres
LA ÚLTIMA ETAPA 199
cONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE
198
que le fué concedida por Jesús; y logró poner freno al
de Dios", esto es, prohibiendo bajo pena de anatema hacer desbocado mundo medieval, influyendo en él mediante exco-
la guerra en determinadas épocas. Mas comprendió que para muniones, interdictos, penitencias, peregrinaciones, institución
unir a los pueblos cristianos que en Europa se destrozaban de n~evos tribun~les eclesiásticos, tenencia de los registros de
mutuamente, convenía proporcionarles un ideal terre~o co- bautI.smos, casamientos y defunciones, ejercicio del derecho
mún que los uniera y hermanase. "Puesto q,:e ~~cesltaban de asilo, obras de asistencia pública y enseñanza de la juventud.
guerra, la Iglesia les ofreció la guerra san~a, JustIfIcada por P~so a paso, porque -contrariamente a lo que creen los im-
una causa divina y premiada con la conqmsta del derecho y pac~entes y los revolucionarios- las grandes transformaciones
la libertad" 1. La unidad de creencias no bastaba entonces sociales nunca pueden hacerse en un día, la barbarie se fué
para que la paz reinas~. y como todos los cristianos tenían así civilizando por obra y gracia del cristianismo.
un enemigo común: el musulmán, la Santa Sede encauzó e! ardor
bélico de sus inquietos hijos, incu1cándoles el ideal heroico
de la reconquista de! Santo Sepulcro. La lucha contra e! XIII. - Triunfo final
Islam, verdadero flagelo de la cristiandad medieval, reem-
plazaría . de este modo la guerra fratricida que se hacían
entre sí los príncipes católicos. La paz fué muchas veces ~~n·
E N la Al~a Edad ~edia e! triunfo del cristianismo sobre la
barbane era casi completo. La Iglesia había al fin dome-
tenida en e! cristiano Occidente, llevando la guerra al infiel
ñado l~ fiereza de germanos, esl~vos, magiares y escandinavos,
Oriente. humanizado sus costumbres, constituído un lazo de unión
No solamente consiguió la Iglesia, por medio de las Cru-
b • entre e! m~ndo gr~c?rromano y el mundo bárbaro, regene-
zadas, establecer un lazo de unión entre los diferentes remos
rad? la sociedad ClVI.l,transformado al esclavo en siervo, y
cristianos, sino también unir las diversas clases sociales. En
al. SIervo.en hombre libre, desarrollado y fecundizado e! moví-
efecto, al marchar juntos a la reconquista de! Santo Sepulcro,
~I:nto 111telectua~ en Europa: enncblecido al hombre y dig-
y al lidiar unidos contra los mahometanos, nobl.es y cam~e-
nifícado ~ la mujer, al matnmonio y a la familia, todo lQ
sinos, señores y vasallos, se hermanaron en un Ideal comun
cu.al habla logrado efectuar en medio de una lucha fatigosa
y en un común sufrir y luchar. e 111cesa.ntecontra invasores desorbitados y contra la barbarie
Además de todos estos recursos temporales y políticos em-
est~bleClda por ellos en e! continente europeo.
pleados para encauzar la barbarie medieva.l, ~a Iglesia uti1.i~ó
. Pero .de to~as las obras políticas en que el clero de esos
también los medios que son de su espeCIalIdad: la oracion
tiempos 111terv1110fué, la más importante, la consagración de
1 y e! apostolado. Constituyéronse nueva~ ?rdenes re!i?iosas, y la realeza. Los reyes bárbaros habían salido de los bosques de

¡I
algunas de ellas -como la de los domIlllcOS y franciscanos+
Genn~nia. con tradiciones absolutamente paganas e instintos
alcanzando una popularidad inmensa, consiguieron que el
sangumanos. El cristianismo les echó sobre los hombros el
verdadero espíritu cristiano de amor, sacrificio, pobreza y man-
J~
¡ I~
sedumbre penetrara en todas las clases sociales.
La acción de la Iglesia aumentábase, año por año, para
manto del ~agistrado romano y les enseñó a reinar, no por
la fuer~~, S1110por la justicia. Más adelante y para concluir
de punf~carl?s, les dió la consagración de los reyes de Israel.
bien de la Europa y de la cultura. El Papado tomaba la
La, Iglesia hIZO de esos bárbaros jefes guerreros, pastores de
dirección religiosa de la cristiandad, al mismo tiempo que
p~eblos . dulces y pacíficos, que moderaron por la caridad e!
su dirección intelectual, política y social. Su autoridad se
remo mismo de la justicia" 1.
establecía, en especial, por la potestad de gobernar a sus fieles,
1 FEDERICO OZANAM: Del progreso en los siglos de decadencia.
1 f. OMNAM: lbíq,
TRIUNFO FINAL 201
CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE
200

San Gregario Magno había dicho: "El reyes así llamado Media hay de bueno y de grande proviene del cristianismo
a causa de la rectitud de su conducta (rex a recte agenda). y de l~ influencia que ejerce sobre los corazones; y, por el
Si él gobierna con piedad, justicia y misericordia, ~erece ser contrano, todo lo que en la Edad Media hay de incompleto,
llamado rey. Pero si falta a sus deberes, n~ es mas u~ rey, de defectuoso y de funesto, debe atribuirse a las pasiones de
sino un tirano." y esta cristiana teoría se Impuso al fm en los hombres y a la barbarie de los tiempos."
la Alta Edad Media, dominando la prepotencia y ferocidad La Iglesia pudo jactarse en el siglo XIII de haber conseguido
que la mayor parte .de los habitantes de Europa militasen bajo
de los reyes bárbaros. .. .
"La monarquía fué así regenerada por el espIr.Ituahsmo las banderas de Cnsto Rey, y que ellos estuvieran verdadera-
cristiano que negaba al soberano el derecho de ejercer ,un me~te so~etidos al Hijo de Dios por la fe, la esperanza y la
poder absoluto. Mientras que los emperadores romanos ~abIan candado SI muchos seguían siendo bárbaros e idólatras en
hecho profesión de estar por encima de las leyes; mientras ca~~ió la atmósfera moral de aquella época era en ge~eral
que los primeros merovingios consideraban tener el d.erecho cnstIan~, y la saludable influencia de la religión hacíase sentir
\ '
de condenar a muerte a los hombres, raptar a las mujeres y con pujante fuerza, pues no era contrariada de un modo
arrancar a las religiosas de sus conventos; en ade!ante el pr~n- ostensible por influencia negativa alguna.
cipe no recibió la unción sino ~e~pués de h~?e: J~::do la fIel Llegaba la hora de que el cristianismo cosechara lo que
observancia de todas las leyes CIVIlesy eclesíasncas . . había sembrado durante su lucha contra los bárbaros. Su siem-
Siete siglos de lidiar constantemente contra l~ barbane .c~~- bra f~é. de amor, y amor recogió a manos llenas, el cual se
duyen por dar su fruto: los bárbaros evangel1zad~s. Y civi'li- ex~enonzó mediante una general veneración y respeto por
Cnsto y por su Iglesia.
zados por la Iglesia Católica quedaban en cond.IClo~es de
constituir una nueva civilización y cultura. Constltuyose en- Vióse así lo que el amor es capaz de producir: levantá-
tonces una sociedad que, pese a sus vicios, defectos y fallas, ronse esos grandiosos monumentos arquitectónicos, no supe-
rad~s .~n belleza hasta la fecha, que son las catedrales góticas;
pudo ser llamada: la cristiandad.
Fué cristiana esa sociedad 'medieval, no porque fuera teo- e~cnbIerons.e dos obras que serán leídas y comentadas hasta el
crática como lo sostienen los detractores del Medioevo, sino fm de los ~I?los: la Surr:a Teológica de Santo Tomás de Aqui-
porque íué teocéntrica, pues los hombrc:s de la Alta Edad no y la Dzvzna Comedza de Dante; reinaron soberanos que se
Media tuvieron siempre presente que DIOS es el .centro d.el destacaron por su nobleza y santidad, tales como Luis IX de
universo, y que por Él se debe vivir, luchar, sufnr y mor~r. ~rancia y Fernando III de Castilla; creáronse muchas univer-
"Una vasta federación de naciones católicas, agrupadas bajo sidades católicas en cuyas aulas agolpábanse decenas de' milla-
la autoridad suprema del Papa, jefe espiritual de todos los res de cristianos ávidos de aprender; los estudios filosóficos
fieles y árbitro reconocido de los pueblos y rey:s", tal era l~ s~ intensificaron extraordinariamente hasta alcanzar un alto
concepción ideal de la cristiandad que, en el ~lg~OXIII, l~ego nivel; y el mundo occidental gozó de una unión espiritual
a convertirse en una benéfica realidad. Esta cnstIandad dista- que hoy día añoramos todos.
I 1 ba mucho, sin embargo, de ser un paraíso terrenal, y si bien El cristianismo triunfaba en toda la línea: el amor a Dios
las violencias, las crueldades y los latrocinios iban paulatina- ~ al prójimo avasallaba, si no todas, al menos una gran can-
J
tídad de almas; los conquistadores bárbaros habían sido a su
¡ mente disminuyendo, seguían pululando muchos abusos y des-
órdenes en Europa, aunque, como lo reconoce Federico Schlegel, vez, espiritualmente conquistados por la religión de Cristo'
y la barba~ie, absorbida en su mayor parte por la civilizació~
I no obstante ser un escritor anticatólico: "todo lo que en la Edad
del Imperio que había invadido, se transformaba paulatina-
1 FRÉDÉRIC OZANAM: La civilisation chrétienne chez les Francs.

1
I
202 CONQUISTA ESPIRITUAL DE LA BARBARIE

mente en la cristiandad. La fusión del mundo grecorromano CAPíTULO IV


con el mundo bárbaro, y la conversión al catolicismo de esos
dos mundos ocurrida en el primer milenio de nuestra era, es "Dad
de D'al césar
" lo que es dI'
e cesar, y a Dios lo que
lOS.
constituirían así el acontecimiento más grande y de más tras- (Mateo, XXII, 2I.)
cendentales consecuencias que ha registrado la historia de la
humanidad. De ese hecho fundamental Y básico proceden "Es necesario obedecer a Dios an t es que a los
hombres."
nuestra civilización y nuestra cultura, nuestro pensar Y nues- (Act. V, 29.)
tro sentir. Por ello, el período histórico de más de mil años
que va desde el nacimiento de Jesucristo hasta la evangeliza- "Mejor es esperar en el Señor que en los gober-
nantes;"
ción de todos Ios pueblos que habitaban el continente euro-
(Salmo, ex VII, 8.)
peo, debería denominarse Edad Primera.
La Antigüedad no había sido más que un tiempo de pre-
, paración para la venida del Cristo Redentor Y el adveni-
miento de la civilización cristiana; y en este primer milenio


I,
de nuestra era alboreó y se levantó el sol de un nuevo día,
el día de la humanidad redimida que algunas veces se torna
frío, nublado y desapacible, pero nunca pierde, ni perderá
¡ jamás, el amor de quien 10 engendró por amor: de J esús
Nuestro Salvador.

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