AMOR POR LA OBRA DE DIOS

Heb 6:10 “Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de
amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y
sirviéndoles aún”.

1 Ts 1:2-3 “Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo

memoria de vosotros en nuestras oraciones, acordándonos sin cesar delante
del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor
y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo”.
1 Co 16:14 “Todas vuestras cosas sean hechas con amor”.
2 Co 4:15 “Porque todas estas cosas padecemos por amor a vosotros, para que
abundando la gracia por medio de muchos, la acción de gracias sobreabunde
para gloria de Dios”.
2Co_8:9 Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por
amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza
fueseis enriquecidos.
2Co_12:10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en
afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy
débil, entonces soy fuerte.

2Co_12:15 Y yo con el mayor placer gastaré lo mío, y aun yo mismo me gastaré

del todo por amor de vuestras almas, aunque amándoos más, sea amado
menos.

1Jn_3:17 Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener

necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él?
Jua_13:35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor
los unos con los otros.
Estamos viviendo en un tiempo de la historia donde nada se hace de forma
gratuita, sin pedir nada a cambio, cada acción se realiza para sacar un beneficio
económico, de reconocimiento, de relación.
En este postrer tiempo el egoísmo, la intolerancia, el odio por los demás seres
humanos es algo normal en nuestra sociedad. No en vano la Biblia describe a
los hombres de esta época como implacables, sin afecto natural, sin
misericordia.
No obstante, el hijo de Dios posee otra formación en su carácter, el amor de
Dios ha sido derramado en nuestros corazones.
Jua_17:26 Y les he dado a conocer tu nombre, y lo daré a conocer aún, para
que el amor con que me has amado, esté en ellos, y yo en ellos.

El Espíritu Santo se constituye en el motor de la acción del trabajo en la obra

de Dios, cada uno es convencido, motivado e impulsado para realizar cada
acción en beneficio de los propósitos de Dios.