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Procesos de aprendizaje: Adquisición de las habilidades comunicativas

2º Doble Grado de Magisterio de Educación Primaria y Educación Infantil

Anabel Peña Alonso

Tema 3. La lengua como competencia

ACTIVIDAD 2. Trastornos del espectro autista y estructura de la lengua

La lengua es un objeto mental, es decir, es un sistema de conocimiento


que todas las niñas y niños adquieren de manera innata gracias a la facultad del
lenguaje y al contacto con un entorno lingüístico. Este sistema está formado por
unidades y reglas que nos permiten combinar estas unidades, para producir y
comprender un número infinito de oraciones gramaticalmente correctas y con
sentido. Este conjunto es lo que conocemos como competencia lingüística, una
representación mental, abstracta e implícita. Esta competencia se encuentra
estructura en diferentes unidades, subcomptencias lingüísticas o niveles de
representación: fonológica, morfológica, sintáctica y semántica.
En ciertos trastornos estos niveles de representación se ven alterados.
Por ejemplo, en el lenguaje que presentan los niños con autismo, podemos
destacar que respecto al plano segmental no presentan diferencias en el
desarrollo de las habilidades fonológicas. Sin embargo, en el plano
suprasegmental sí, ya que no son capaces de producir ni percibir los cambios en
el tono, intensidad, volumen, ritmo, entonación, etc. Es debido a esto que los
niños y niñas con autismo no acentúan correctamente las palabras tónicas ni
átonas.
Por el contrario, son capaces de emplear las reglas morfosintácticas sin
ningún problema. En los casos en los que no, presentan ciertos problemas con
los morfemas temporales y personales del verbo, con el artículo como elemento
que cumple la función de objeto directo, con la inversión pronominal, o con el
uso de elementos deícticos. Además, presentan dificultades con las palabras
polisémicas y homonímicas, y con el empleo de vocabulario abstracto.
Generalmente, no muestran ni comprenden la intención comunicativa por lo que
son incapaces de comprender los actos indirectos, las metáforas, las bromas o las
ironías. No entienden la fuerza ilocutiva de lo que se dice ya que conciben el
lenguaje de forma literal. Y por último, suelen presentar problemas con los
turnos de habla, y en caso de que participen en una conversación, problemas
para mantenerlo. En general, con todos aquellos elementos que guardan una
estrecha relación en su significado con el contexto.
Dentro de todos los casos de autismo que se dan entre los niños y niñas,
existen multitud de variables y discordancias entre los problemas del lenguaje
entre unos y otros. Incluso dentro de las alteraciones que presente un niño en
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Anabel Peña Alonso

concreto, se da el caso de que su capacidad funcional se vea alterada pero sin


embargo, no presenta una alteración formal. Es decir, adquieren el lenguaje
formal como el resto de niños y niñas pero no saben cómo utilizarlo.
Los hechos expuestos anteriormente sobre el autismo ponen en evidencia
la teoría de Chomskys sobre la distinción entre la competencia, una realidad
mental sobre el conocimiento de las reglas de la lengua que nos permite crear y
entender una cantidad infinita de frases gramaticalmente correctas y con
sentido. Y la actuación, el uso que se hace de estas reglas en determinados
contextos y situaciones.
En conclusión, tras analizar el trastorno del espectro autista y su relación
con la competencia lingüística, podemos afirmar que las subcompetencias
lingüísticas existen, es decir, tienen una realidad psicológica. Y que además, son
independientes entre sí, ya que dentro de los diferentes trastornos que afectan al
lenguaje, algunas subcompetencias o niveles se pueden ver afectados y otros no.

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