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Ensayo

El Reino de Dios: manifestación presente y futura.

Karen Daza Hurtado

Robert Simons, PhD.

Fundación Universitaria Seminario Bíblico de Colombia

Facultad de Teología

Medellín, Abril de 2018


“Pero buscad primero su reino y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.”
Mateo 6:33

Uno de los temas principales de los evangelios, en especial de los sinópticos, es el del

Reino de Dios, o Reino de los Cielos como lo llama Mateo en su evangelio. Su llegada es

un hecho sin precedentes que transformó la historia de la humanidad dando cumplimiento

a los propósitos de Dios. A pesar de su relevancia muchos creyentes aun no tienen claridad

de es, o qué se refería Jesús realmente en su proclamación “el reino de Dios se ha

acercado”, ni de las implicaciones que tiene tanto para sus vidas espirituales, como para la

vida en la sociedad; esto es entendible hasta cierto punto ya que aún los discípulos de Jesús

tuvieron dificultad para comprender el verdadero significado del reino, pero dada que tanto

el desempeño de la iglesia como su impacto en el mundo depende en gran medida del

conocimiento que se tenga del mismo, es trascendental que se le dé una especial

consideración. En el presente ensayo se hará un estudio detallado de los principales

aspectos del Reino: qué es, cuál es su naturaleza, en qué difiere de los reinos terrenales;

también se hablará acerca de su origen y futura consumación, su ubicación y el alcance de

su dominio en contra posición con el reino de las tinieblas, además de las implicaciones que

todo esto tiene para sus ciudadanos. Al final se dará una reflexión de cómo el manejo del

concepto del Reino en la iglesia Latinoamericana ha influenciado considerablemente su

manera de llevar a cabo la obra del reino, y de la necesidad de revaluar su práctica

misionera. A continuación se iniciará el estudio hablando sobre lo que es el reino de Dios.

Antes de comenzar hablar sobre lo que es verdaderamente el reino de Dios

empecemos diciendo lo que no es: El reino de Dios no es un reino terrenal como el que

esperaban muchos judíos. En ese preciso momento de la historia la expectativa del pueblo

judío sobre la llegada del Mesías prometido era la de un líder político que restauraría el
trono de David (Mt 22: 42)1. Cuando Jesús estaba próximo a llegar a Jerusalén mucha

gente aun creía que al entrar allí habría una especie de revolución que le colocaría en el

poder (Lc 19:11). Con el título “hijo de David”, los sinópticos presentan a Jesús como rey,

pero no solo como rey de Israel sino también del mundo entero. Mientras que Mateo,

quien usa esta expresión nueve veces2, presenta a Jesús como el Mesías que da

cumplimiento a las promesas del AT conectándolo directamente con la historia de Israel,

Lucas, en su genealogía, lo presenta como descendiente de Adán (Lc 3: 38),

identificándolo como salvador de toda la humanidad. Cuando Pilato interrogó a Jesús, este

declaró que su reino no es de este mundo ( Jn 18: 36 -37), y explica que esta es la causa de

su falta de resistencia al injusto arresto. Jesús es rey pero su reino no se ciñe a los

parámetros del sistema del mundo secular, no busca establecerse con el poder de los reinos

humanos. Cuando Satanás lo tentó, antes del inicio de su ministerio, le ofreció todos los

reinos del mundo, Jesús no los aceptó en primera medida porque este debía establecerse

según los planes y propósito de Dios, y segundo porque que el reino que él vino a

establecer no era de la misma naturaleza.

Entonces el reino de Dios, o reino de los Cielos, como lo llama Mateo, no debe entenderse

en términos de gobiernos humanos, ni establecerse dentro de límites geográficos. El reino

hace referencia a la soberanía de Dios, y se identifica más específicamente a la persona de

Jesús, su llegada y su ministerio3; El reino ha llegado porque el rey está presente. Respecto

a esto Ernesto Trenchard 4 dice:

… el Reino de Dios, tanto tiempo esperado, había adquirido un centro,


convirtiéndose en realidad espiritual gracias a la presencia del Rey en la tierra, quien
1 Robert Simons, TEOLOGÍA BÍBLICA DE LOS EVANGELIOS: LAS BUENAS NUEVAS, pp. 18.
2 Ernesto Trenchard, Introducción a Los Cuatro Evangelios (Grand Rapids, MI: Editorial Portavoz, 1999). Exportado de
Logos Bible Software, 2:26 PM julio 09, 2016. Páginas 37-49,pp. 3.
3 Robert Simons, pp. 6.
4 Ernesto Trenchard, Páginas 19-36 y 50-63., pp. 3.
vino para quitar las barreras del pecado y hacer posible un Reino fundado sobre el
hecho eterno de su persona y sobre la divina eficacia de su obra.
Esto presupone el comienzo de la restauración del poderío de Dios en el sistema caído del

mundo, pero este gobierno se ejerce directamente sobre las voluntades humanas que

atienden al llamado de la predicación del mensaje del reino.5 Dado que el ingreso está

condicionado a la respuesta positiva que las personas den a este mensaje, la predicación del

reino se constituye como una prioridad en la enseñanza de Jesús, quien de hecho inició su

ministerio anunciando su llegada, “Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir:

Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado” ( Mt 4:17)6; en más de una

ocasión los sinópticos nos muestran la dedicación que Jesús colocaba a esta tarea (Mt 11:1

Lc. 4: 43; 8:1), muchas de sus parábolas estaban orientadas explicar la dinámica del reino;

también estableció, enseñó y envió a sus discípulos para tal fin (Mt 10:7, 3: 14; Mc 16:20,

24:14; Lc. 9:2,11,60; 16:16). Cabe resaltar que la predicación estuvo altamente respaldada

por muchos milagros entre los cuales tenemos sanidades (Mt 4:23, 9:35), liberación de

posesiones demoniacas (Mc 1:39 Mc 3:14 Mt 12:28), y dominio de la naturaleza. Marcos

le da especial preferencia a este tema.7 Mateo respalda cada bloque de enseñanza con

breves relatos de milagros que reafirman la autoridad de Jesús, y la presencia del reino

entre los seres humanos8. Jesús vincula cada acción milagrosa a la venida del reino, un

ejemplo de ello es que cuando Juan el Bautista le manda a preguntar, “¿Eres tú aquel que

había de venir, o esperaremos a otro?”, Jesús responde, “Id y decid a Juan lo que habéis

oído y visto. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen,

5 Pablo Hoff, Se Hizo Hombre: La Fascinante Historia Del Dios Hombre Como Se Relata En Los Evangelios Sinp̤ticos
(Miami, FL: Editorial Vida, 1990). Exportado de Logos Bible Software, 6:07 PM July 14, 2016. Páginas 63-105, pp. 29
6 Hoff, Páginas 63-105, pp. 18.
7 Ernesto Trenchard, Páginas 19-36 y 50-63, pp 16.
8 Robert Simons, pp. 10.
los muertos son resucitados y a los pobres se les anuncia el evangelio”.9 Los milagros son

sin duda una muestra del poder del reino, aun así Jesús siempre le dio prioridad a la

enseñanza; esto se ve reflejado en el hecho de que pedía a las personas no divulgarlo

cuando recibían un milagro, pues podía comprometer el ministerio de la predicación.

Como hemos podido observar, Jesús establece un reino sin precedentes al cual tienen

acceso todos aquellos que atienden a su llamado de arrepentimiento y conversión (Marcos

1:15), y lo aceptan como rey. Al no estar ligado al sistema del mundo secular, el reino de

Dios tiene sus propios valores y principios, los cuales son contradictorios a los del mundo.

En más de una oportunidad Jesús enseñó a sus discípulos que su reino no tienen afinidad

con el sistema del mundo; el reino de Jesús es superior, y a diferencia del sistema del

mundo, alcanza su máxima expresión a través del auto sacrificio y el sufrimiento; es

necesario que cada discípulo muera a sí mismo y pueda poner su vida, sus talentos y su

voluntad a disposición del rey y sus propósitos eternos. Jesús mismo solo pudo cumplir su

propósito redentor a través del sufrimiento y el martirio. De igual forma exhorta a quienes

quieren seguirle a tomar su propia cruz, y negarse a sí mismos (Mt 10:38,16:24; Mc 8:34;

Lc 9:23, 14:27). Pablo Hoff10 lo explica de la siguiente manera:

Tomar la cruz significa hacer todos los sacrificios necesarios por amor a Cristo
como siervo suyo, incluso sufrir la muerte física si es necesario. Este es el espíritu
de sacrificio, de martirio y de fidelidad del que trabaja y sufre por la causa del
Señor.
Esta paradoja de alcanzar la glorificación y la culminación de los propósitos eternos a

través de la abnegación, representó, y representa aun, una dificultad para muchos. Jesús

dijo a los discípulos de Juan, “bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí” (Mt

11:6); mientras una persona siga influenciada por el sistema del mundo y no tenga un

9 PabloHoff Páginas 63-105, pp. 18.


10 Pablo Hoff, Páginas 155-212, pp. 10.
entendimiento de lo que es el reino, su naturaleza y los principios sobre los cuales está

establecido, la obra de Jesús para ella carecerá de sentido, y tanto el reino como su mensaje

serán un motivo de tropiezo. Seguidamente trataremos el tema de los inicios del Reino, su

manifestación presente, y su consumación futura.

El señorío de Dios ha estado presente desde la creación. Muchos salmos nos hablan del

gobierno de Dios en el mundo que creó:

-Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, se ciñó de poder. Afirmó


también el mundo, y no se moverá. Firme es tu trono desde entonces; Tú eres
eternamente (Salmo 93:1-2).

-Jehová estableció en los cielos su trono, y su reino domina sobre todos (Salmo
103:19).

El salmo 24:1-2 indica que a Dios le pertenecen la tierra y todo lo que hay en ella. Dios no

ha entregado su gobierno sobre su creación, pero con la caída entró un estado de

corrupción que propició la existencia de un reino antagónico que niega la realidad del reino

de Dios, y trata de existir independientemente. Giacomo Cassese, en su artículo Jesús

constructor de comunidad, explica la manera en este nuevo estado forma una idea falsa de

control e independencia:

El pecado es en última instancia la negación de la realidad divina como suprema, y


el establecimiento de un nuevo significado de la realidad humana, opuesto a la
realidad de Dios…El estado de pecado es una realidad alternativa a la que Dios
creó; es un estado activo de oposición a Dios y de servicio a favor del anti-reino, es
decir, opuesto a la propuesta cósmica del Creador11.

Con la escogencia de Israel como nación y a través de su historia y de su monarquía, Dios

hace una representación de su reino12, haciéndolo participe de sus leyes, pero Israel fracasó

en su tarea de mostrar el reino al resto de las naciones. Profetas como Isaías, Daniel,

Zacarías, etc, predicen el establecimiento del Reino de Dios en la tierra mediante un

11 Giacomo Cassese, Jesús constructor de comunidad. Revista apuntes, 19 No. 3, 1999, páginas68-69, pp 75, 76.
12 Simons, pp 35.
descendiente de David, una figura mesiánica. Se desarrolla entonces entre el pueblo de

Israel un pensamiento escatológico donde, en un tiempo futuro, Dios restauraría la nación

de Israel de una manera gloriosa, juzgando a sus enemigos.13

Como se mencionó anteriormente el reino de Dios tiene su inicio en la persona y

ministerio de Jesús en la tierra; en su mensaje de proclamación de la apertura del reino,

Jesús declara: “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y

creed en el evangelio” (Marcos 1:15). Jesús es el cumplimiento del tiempo escatológico

predicho por los profetas del AT. Aunque el gobierno de Dios en esencia siempre ha

existido, es hasta la llegada de Jesús que se manifiesta el Reino de Dios como un plan para

reafirmar su soberanía, y contrarrestar la obra del enemigo, quien es solo un intruso en el

reino de Dios.14 Padilla en su artículo El Reino de Dios y la historia en la Teología

Latinoamericana expresa respecto a esto:

El sentido exacto en que el Reino de Dios ha ingresado a la historia puede verse en


el desarrollo de la historia de Jesús. En él, y por medio de Él el reino de Dios se ha
hecho presente. El reino de Dios deja de ser un mero concepto teológico o una
esperanza futura y se constituye en una realidad concreta que tiene nombre y tiene
rostro15.

Está claro que en la persona de Jesús el Reino de Dios se hace presente en la historia de la

humanidad, pero cabe resaltar que los evangelios, además de enseñar el Reino como algo

presente, también habla de una consumación que se manifestará en un tiempo futuro, es

decir, la presencia del Reino que ha iniciado en el presente con Jesús, continuará hasta

llegar a su máxima expresión con su segunda venida en gloria. Esto significa que el Reino

de Dios tiene un aspecto presente (reinado espiritual), y un aspecto futuro (reinado físico).16

13 Simons, pp 17.
14 Hoff , Capítulos 7-9, pp. 34.
15 René Padilla, El Reino De Dios y La Historia En La Teología Latinoamericana. Revista cuadernos de teología, 7 No. 1,

1985, páginas 5-12, pp. 11.


16 Hoff Capítulos 4-6, pp. 29.
Los ciudadanos del reino deben estar entonces viviendo una vida de obediencia que de

evidencia del reino en el presente, y a la expectativa de su regreso en el futuro. 17 Los judíos

creían que la época actual (de rebelión) culminaría con la llegada del reino, y que su

manifestación gloriosa, es decir, la época futura, seguiría inmediatamente después, pero los

evangelios enseñan que estas convivirán por algún tiempo; la nueva naturaleza ya comenzó,

pero la vieja naturaleza aún existe. A esto se le conoce como escatología parcialmente

realizada18.

Es así como los sinópticos nos presentan el reino del “Hijo del Hombre,” título

utilizado por el mismo Jesús para describir tanto su ministerio terrenal, que dio apertura al

reino presente y que ha afectado la realidad de la historia de la humanidad, como para

describir su regreso glorioso que traerá consigo su gobierno universal. Mientras que esta

manifestación presente es parcial, es decir solo entran en ella los que han nacido de nuevo,

y se ve marcada por el sacrificio del rey y sus súbditos (Mc 8:31, Lc 9:22), el reino futuro

es universal y se caracterizará por el juicio y la gloria del Hijo del Hombre (Mt 16:27, Mc

8:38).

En mateo 24:3 (Lc 21:7) los discípulos le preguntan a Jesús cómo podrán conocer

el tiempo de su venida. Pablo Hoff explica que en este pasaje se utiliza por primera vez la

palabra griega parusía, que se traduce como “venida” y que sugiere la idea de que Jesús

vendrá y permanecerá con su pueblo.19 En los versículos siguientes Jesús describe una serie

de eventos apocalípticos que van desde desastres naturales, hasta la aparición de falsos

maestros, incluyendo la destrucción del templo de Jerusalén. Luego Jesús declara que estas

señales precederán su gloriosa venida entre las nubes del cielo:

17 Simons , pp. 37.


18 Simons, pp 17,36.
19 Hoff capítulos 13-15, pp 13.
“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán
todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del
cielo, con poder y gran gloria. Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y
juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el
otro”. (Mt 24:30-31)

Aunque Jesús da señales muy claras acerca de su regreso, se abstiene de dar una fecha

específica, la razón es que el mismo la desconoce, solo el Padre tiene conocimiento de ello

(Mt 24:36, Mc 13: 32), por lo que no se puede saber a ciencia cierta cuando será

exactamente el momento de la manifestación futura del reino. Por esto se le advierte a los

ciudadanos a estar atentos en oración esperando el regreso de su Señor (Lc 21: 34- 36),

trabajando diligentemente en la obra del reino (Mt 24:46-51), la cual debe abarcar la

predicación del evangelio tanto del reino presente con el impacto que ha causado en la

humanidad, como la esperanza del reino futuro. Algunas ramas del evangelio protestante

como los fundamentalistas han hecho más énfasis en el aspecto futuro del reino que en el

aspecto presente. De hecho toda su predicación y trabajo misionero de basa en su

interpretación premilenialista de las escrituras20. Esto impactó fuertemente la iglesia en

américa latina lo que ocasionó que hubiera un celo evangelísticos, pero al enfocarse en el

reino solo como un evento completamente futuro (para el cual hay que preparase), no se ha

preocupado por transformar su contexto social21. Pero una de las implicaciones del

mensaje del reino es que además de convocar al arrepentimiento y a la fe, afecta la vida

humana en todas sus dimensiones22. En la siguiente sección abordaremos el tema de la

ubicación del Reino de Dios.

20 Oscar Campos, La misión de la iglesia y el reino de Dios en el evangelicalismo tradicional, revista Kairos No 21, Julio-
Diciembre 1997, pp. 57.
21 Campos, pp. 59.
22 Padilla, pp. 11.
Ya se ha establecido que el Reino de los Cielos es el gobierno de Dios sobre los

corazones humanos, que se inauguró con el advenimiento de la persona de Jesús en la

historia de la humanidad, que hoy tenemos una manifestación espiritual, y que tendrá una

manifestación física futura. Pero si el reino aun no es un reino terrenal y no está limitado

geográficamente, entonces ¿dónde está?

En Lucas 17:21 los fariseos preguntan a Jesús cuando iba a venir el reino, aunque

ellos realmente estaban preguntando por señales visibles, es decir, por un reino terrenal,23a

lo que Jesús responde, “No van a decir mírenlo acá mírenlo allá, dense cuenta que el reino

de Dios está entre ustedes” (NVI); otra posible traducción es “en ustedes”, pero esta

traducción no es tan viable ya que Jesús estaba hablando a los fariseos y ellos rechazaron a

Jesús, es absurdo que él dijera que el reino estaba dentro de ellos. Con la expresión “entre

ustedes” Jesús se estaba refiriendo a sí mismo como gobernante supremo del Reino, quien

estaba cerca de ellos24. Hoy Jesús no está físicamente en la tierra, el subió al cielo y está a

la diestra de Dios Padre, pero él prometió que estaría con nosotros todos los días hasta el fin

del mundo (Mt 28:20); él vive en nuestros corazones desde el día que decidimos aceptarlo

como salvador y rey. En la oración del padrenuestro enseñada por Jesús, las dos primeras

peticiones que se mencionan hacen referencia al Reino. Después de la adoración, Jesús dice

que debemos pedir que venga su Reino. Tal vez pareciera que esta petición se refiere a la

manifestación futura del Reino, pero vemos que está vinculada a la petición siguiente,

hágase tu voluntad, y se especifica que debe establecerse aquí, en la tierra, tomando como

referencia el cielo; entonces la expresión hágase tu voluntad se refiere al gobierno de Dios

en su manifestación presente, es decir sobre las voluntades humanas; el reino de Dios se

23 Pablo Hoff, capítulos 10-12, pp, 36.


24 Ernesto Trenchard , El ministerio del Señor (cuarta parte), pp. 10.
extiende en la tierra a través de aquellos que han creído, y han aceptado el señorío de Jesús

sobre sus vidas, de esta manera donde quiera que haya un ciudadano del Reino, allí estará

presente el reino de Dios y su gobierno.25 Cada súbditos es entonces un embajador del

Reino (2 Co 5:20).

Si bien no existe una delimitación física de este dominio, sí hay una espiritual.

Colosenses 1:13 dice, “Pues él nos rescató del reino de la oscuridad y nos trasladó al

reino de su Hijo amado”, es decir, el creyente deja de estar bajo la autoridad espiritual del

enemigo y pasa a estar bajo la autoridad espiritual de Jesús. 1 Pedro 2:9 dice que Jesús nos

ha llamado de las tinieblas, a su luz admirable; vemos como el reino de Satanás y el reino

de Dios se describen en términos de tinieblas y luz respectivamente, indicando que están en

contraposición (Hch 26:18, Ro 13:12, 2 Co 6:14). En Lucas 11:21-23, el mismo Jesús hace

referencia al gobierno de satanás como un reino “fuerte”, pero la acción de Jesús a través de

su ministerio es “más fuerte”, y es testimonio del arribo del reino de Dios (v. 20). En este

conflicto permanente entre la luz y las tinieblas no hay cabida para la neutralidad, se es de

un bando o de otro (v. 23). Los creyentes como embajadores deben estar plenamente

identificados los propósitos del reino y luchar activamente por ellos.

Ahora bien a pesar de sus límites espirituales, el dominio del Reino no es algo que

se manifieste meramente en el plano espiritual. Al leer los evangelios se hace evidente el

impacto que las acciones de Jesús causaron a nivel social. A lo largo de su ministerio se le

ve favoreciendo a la población más marginada de la época, pobres, niños, mujeres,

desahuciados, etc., y presentando la vida del Reino como una nueva alternativa. Padilla

describe este impacto de la siguiente manera,

25 Pablo Hoff, capítulos 4-6, pp. 29.


(El Reino) Es el poder dinámico de Dios que se hace visible por medio de señales
concretas…es una nueva realidad que ha entrado en el curso de la historia y afecta
la vida humana no solo moral y espiritualmente, sino también física, psicológica,
económica, social y políticamente.26

Con la intervención de Jesús en la historia, el reino adquirió un carácter social, y es a través

de la acción concreta de los creyentes que están bajo su gobierno, que el reino “invisible”

se hace “visible,” extendiendo su dominio, y transformando la realidad física y material en

el mundo que ha sido corrompido por el poder de las tinieblas. Según Pablo Hoff las

parábolas del grano de mostaza y de la levadura (Mt 13: 31-33), nos enseñan acerca del

impacto del Reino en el mundo. Para él ambas parábolas intentan reflejar el crecimiento

desmedido del reino, a pesar de su pequeño inicio, y la gran influencia que puede ejercer en

las comunidades donde llega27. Por el contrario Ernesto Trenchard considera que ambas

parábolas son una advertencia sobre la corrupción en el desarrollo del Reino. Para

Trenchard el hecho de que ambas parábolas estén en medio de la parábola de la cizaña y su

explicación es una indicación de que hablan acerca de la amenaza que puede recibir el reino

de Dios por parte del reino de las tinieblas, lo cual se vería reflejado en un crecimiento

anormal influenciado por el sistema del mundo (semilla de mostaza), o la infiltración de

falsas doctrinas (levadura).28 Sea cual sea la explicación más acertada es importante

entender el grado de influencia que el reino puede tener en el mundo, y que también se debe

considerar que esta influencia no debe comprometer la integridad del reino en ningún

sentido. Para que la acción del reino en efecto pueda hacer presencia y trasformar, los

creyentes deben a su vez haber sido trasformados y ser un testimonio del poder del Espíritu

Santo que opera en el nuevo orden. En el sermón del monte (Mateo capítulos 5-7), se

26 Padilla, pp 10-11
27 Hoff 7-9, 35
28 Hernesto Trenchard, ministerio del Señor, partes 2 y 3, pp. 35.
describe el carácter de las personas del reino y su nuevo estilo de vida. Se establece un

perfil y unos estándares para los ciudadanos basados en una ética moral muy alta.

Refiriéndose a esto Pablo Hoff expresa29:

Los que van a anunciar el mensaje de Cristo deben entender primero la naturaleza
de su reino y manifestar en su vida el poder transformador de su Rey. Jesús no tiene
la menor intención de que sus seguidores vivan en el plano de lo ordinario, sino en
el de lo sobrenatural. Seguir al Señor Jesucristo significa iniciar una nueva vida, con
nuevos hábitos de conducta. Exige desechar las normas acostumbradas en el mundo,
incluso el mundo religioso.
Es a través del testimonio de sus súbditos que el territorio del reino se incrementa y hace

presencia en la sociedad, indicándole al mundo que este ha llegado, está vigente y se

extiende. A continuación se hará una reflexión de cómo el manejo del concepto del Reino

en la iglesia Latinoamericana ha influenciado considerablemente su manera de llevar a

cabo la obra de Dios.

Como vimos en el segmento anterior, es a través de sus ciudadanos que el Reino se

manifiesta en la tierra. En Mateo 16:18 aparece por primera vez la palabra iglesia para

nombrar a los ciudadanos del Reino. Jesús declara que esta, la iglesia, le pertenece y que el

mismo la edifica. La iglesia como comunidad del Reino tiene la misión de continuar con la

obra de Jesús en la tierra. Sin embargo hay que aclarar que la iglesia no es el Reino, sino

una manifestación del mismo, un producto de su influencia en el mundo30. La iglesia es

entonces el vínculo entre el reino y la humanidad a través de la historia. Por medio de la

obra del Espíritu Santo la iglesia mantiene la comunión con Jesús. Padilla considera que no

debemos subestimar esta relación pues la iglesia depende enteramente del Espíritu para

poder existir,

29 Pablo Hoff, capítulos 7-9, pp. 1,2


30 Padilla, pp. 11.
Como comunidad del Reino la iglesia está llamada a ser, por el poder del espíritu,
una nueva humanidad en la cual tomen cuerpo el amor y la justicia, la reconciliación
y la paz, la solidaridad y el perdón, nuevas actitudes y nuevas relaciones31.

La iglesia ha sido comisionada para llevar el mensaje del evangelio, a los perdidos. Antes

de su partida Jesús confió a sus discípulos lo que se conoce como la Gran Comisión:

Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las
cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin
del mundo. Amén. (Mt 28:19-20)
La misión principal de la iglesia es la evangelización mundial: id y hacer discípulos…

enseñándoles…, pero esta no debe estar separada de la transformación de la sociedad, el

crecimiento espiritual debe ir acompañado de una mejora en la calidad de vida; Giacomo

Cassese manifiesta que quienes en verdad creen la resurrección deben luchar por

transformar el mundo injusto32. Por su parte Padilla considera el Reino de Dios como un

nuevo orden social que no solo busca reinar sobre los corazones humanos, sino que también

busca restaurar todos los aspectos de la vida de los individuos33. Es así como el reino de

Dios se presenta como una alternativa social y la iglesia debe trabajar en pro de ello. Sin

embargo la forma en que la iglesia concibe el Reino de Dios incide drásticamente en su

forma de ejercer la misión34. Tal es el caso de la iglesia en América Latina, la cual, como se

mencionó antes, desde sus inicios fue influenciada por la doctrina premilenialista de los

misioneros fundamentalista norteamericanos; esta doctrina surgida a mediados del siglo

XIX35 se enfoca en el reino solo como un evento futuro. Como consecuencia la misión de

la iglesia en los lugares donde se implementó se limitó al cumplimiento de la gran

31 Padilla, pp. 11.


32 Cassese, pp. 59
33 Rene Padilla. “De Lausana I a Lusana III La fraternidad Teológica Latinoamericana y la misión integral”, en Misión

Integral. (Buenos Aires: Kairos, 2012), 32.


34 Campos 51
35 Campos 53
comisión, es decir, a la evangelización personal enfocada en la salvación espiritual del

individuo, dejando de lado su restauración integral, y la de la sociedad en general. A esto es

a lo que Cassese llama el gran retroceso.36

En países tan marcados por la opresión y la desigualdad es imperativo que se tenga un

conocimiento claro del Reino, origen, desarrollo y su participación en el mundo. Es tiempo

que la iglesia en Latinoamérica sea reeducada en cuanto a su misión la cual debe estar

basada en la obra y ministerio de Jesús, que como ya hemos estudiado, se enfocó

principalmente en predicar el mensaje del reino, pero también en darle vista a los ciegos,

sanidad a los enfermos, libertad a los cautivos y a los oprimidos (Lc 4:18), le dio de comer

a los hambrientos (Mc 6:42), y tenía compasión por la gente pobre que no tenían una buena

orientación (Mt 9:36).

En la manifestación futura del Reino, el hijo del Hombre, aquel que se identificó

con los seres humanos en su sufrimiento, vendrá en gloria a juzgar la obra de cada uno de

los creyentes y galardonará a aquellos que hayan hecho con diligencia la obra del Reino:

Entonces el Rey dirá a los de su derecha: “Venid, benditos de mi Padre, heredad el


reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. “Porque tuve
hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me
recibisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel,
y vinisteis a mí.” Entonces los justos le responderán, diciendo: “Señor, ¿cuándo te
vimos hambriento, y te dimos de comer, o sediento, y te dimos de beber? “¿Y
cuándo te vimos como forastero, y te recibimos, o desnudo, y te vestimos? “¿Y
cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?” Respondiendo el Rey, les
dirá: “En verdad os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos hermanos
míos, aun a los más pequeños, a mí lo hicisteis.” (Mt 25:34-41)
Para que la iglesia en américa latina pueda cumplir verdaderamente con la misión que se le

ha encomendado, debe desaprender su forma equivocada de ver el Reino de Dios, y

36 Campos 59
enfocarse más en servir con humildad a los necesitados. No basta con decirles a las

personas que Cristo los ama, también hay que demostrárselos.


Bibliografía
Campos, Oscar. “La misión de la iglesia y el reino de Dios en el evangelicalismo
tradicional”. Revista Kairos No 21, (Julio-Diciembre 1997): 51-63.
Cassese, Giacomo. “Jesús constructor de comunidad”. Revista apuntes, 19 No. 3, (1999):
68-79
Hoff, Pablo. Se Hizo Hombre: La Fascinante Historia Del Dios Hombre Como Se Relata
En Los Evangelios Sinópticos. Miami, FL: Editorial Vida, 1990.
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misión integral”, en Misión Integral. Buenos Aires: Kairos, 2012.
Simons, Robert. TEOLOGÍA BÍBLICA DE LOS EVANGELIOS: LAS BUENAS
NUEVAS.
Trenchard, Ernesto. Introducción a Los Cuatro Evangelios. Grand Rapids, MI: Editorial
Portavoz, 1999.

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