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Nombre: Gabriela Cecilia Afred Arnold 27-10-2018

Diplomado de Periodismo Digital


Hacia una educación sobre los derechos digitales

Pareciera ser que todo el tema de los derechos digitales y la protección de datos personales es un
asunto relativamente nuevo, al menos en su forma actual mediada por el internet, ya que el
germen del negocio de la BigData fue la industria de los seguros de vida, siguiendo a Marta
Peirano en su artículo “ El negocio de los datos personales es muy anterior al Internet”1, donde
expone que fueron las empresas aseguradoras, a principios del siglo XX, quienes empezaron a
recolectar y a crear una base de datos amplia. Y si bien al principio la intencionalidad era
solamente reunir estos datos para realizar evaluaciones de riesgo, con el tiempo se fue
adquiriendo una conciencia cada vez mayor acerca del valor en sí mismo que tenía el
conocimiento y almacenamiento de datos personales, ya que, en palabras de la autora del
artículo: “Quien conoce tus datos controla tu historia”2. Lo que posibilita, a su vez, ejercer un
control discreto, pero efectivo, sobre nuestras decisiones, posibilidades e inclusive acciones.

Pero, aunque el fenómeno de internet en su forma masiva sea aún de data reciente, parece que el
tiempo nos ha pisado a la hora de poder entender su funcionamiento y a qué realmente estamos
expuestos. Muchas personas que ya han crecido con, y utilizado gran parte de su vida el internet,
recién ahora están tomando conciencia de las implicancias en cuanto a la pérdida de privacidad
que trae esta interconexión. Por varios años ya, hemos regalado nuestros datos personales a las
grandes plataformas a cambio de acceso a ellas, sin poner ningún condicionamiento de nuestra
parte, aceptando sin leer los términos y condiciones que nos imponen las grandes corporaciones
del internet. Sin embargo, ya en los últimos años, y en gran parte debido a los escándalos de
utilización ilícita de datos como en el caso de Cambridge Analytica, se ha visibilizado mucho más la
importancia de los datos personales.

Ahora bien, existen muchos más factores, además del desconocimiento, que hacen que
otorguemos nuestros datos, por ejemplo, toda una nueva necesidad de compartir los momentos
de nuestras vidas. Si con la fotografía ya se había abierto toda un nuevo “modus vivendi” basado
en la documentación de nuestras actividades, ahora, con las redes sociales, ese modus vivendi se
traduce en “vivir para contarlo”, queremos compartir datos personales con nuestros amigos y
conocidos, pero al hacerlo, ponemos nuestros datos al alcance de empresas comerciales y
publicitarias, consultoras de estadísticas, y hasta elementos impersonales como son los algoritmos
de las diferentes plataformas que se utilizan.

Quienes recién nos estamos percatando de todas estas implicancias, tenemos la posibilidad de
auto educarnos en este tema, considerando que cada vez existen más investigaciones y
bibliografía sobre el tema de derechos digitales y protección de datos, pero también cabría
considerar, dado el contexto en que ahora se están formando nuevas generaciones, incluir en la
currícula escolar la enseñanza de estos temas, comenzando por transmitirles a quienes están
ingresando en el mundo del internet, qué son los datos personales y por qué es tan importante el
cuidarlos.

1
Peirano, M. 18/05/2017, “El negocio de los datos personales es muy interior al Internet”, Recuperado de:
https://www.eldiario.es/zonacritica/negocio-datos-personales-empezo_6_643645638.html
2
Ibídem.
Nombre: Gabriela Cecilia Afred Arnold 27-10-2018
Diplomado de Periodismo Digital
Los datos personales son esenciales en la construcción de nuestro ser pues “…son, por un lado,
una representación de lo que somos y cómo nos identificamos. Su valor deriva de que contienen
información de la identidad de las personas que incluso puede ser íntima.”3 Nuestra información
no solo es obtenida cuando nosotros la otorgamos de forma consciente, pues a menudo el cómo
nos comunicamos, con quién, nuestra ubicación, la hora en que lo hacemos y la plataforma que
utilizamos son datos que están contenidos en nuestras actividades en la red. “A estos datos se les
conoce como metadatos (datos de los datos), pueden servir para localizar e identificar personas en
espacios físicos y momentos específicos.”4

En este sentido, la comprensión de los derechos con respecto a los datos personales es
fundamental y está enmarcada en la Declaración Universal de los Derecho Humanos en su artículo
12: “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su
correspondencia, ni de ataques a su honra o reputación. Toda persona tiene derecho a la
protección de la ley contra tales injerencias y ataques.”5 Y si bien es el Estado de cada país el que
debe ser garante de estos derechos, es fundamental conocerlos y transmitirlos para exigir su
cumplimiento.

Mínimamente, quienes ingresan al mundo de internet deben ya haber formado un cierto juicio
crítico y estar conscientes de sus derechos digitales, por ejemplo, los derechos ARCO, es decir, el
derecho de las personas a: Acceder a sus propios datos, Rectificar sus datos en caso de que sea
necesario, Cancelar o suprimir sus datos si se lo solicita y Oponerse al tratamiento de los datos
personales por alguna razón legítima.6

Y además de conocer los derechos digitales básicos, es importante también poder informarse y
transmitir la información a su vez, de las diferentes opciones que tenemos a la hora de ser más
cautos con nuestros datos, como el navegador alternativo Tor, u otras opciones a Whatsapp y
Messenger como Telegram, Signal o Jitsi.

En este sentido, el anonimato es una buena opción si se busca tener mayor precaución a la hora
de manejarse en reder y si lo que realmente buscamos es un internet basado en la libertad, la
autonomía y el cuidado, porque si bien la red de redes nos ve como datos, nosotros podemos
decir qué datos y en qué formatos queremos compartirlos. El anonimato posibilita los derechos
básicos como la libertad de expresión, la privacidad y el acceso a la información, y también es un
derecho digital, pero más allá de la mera formalidad, se debe exigir las condiciones técnicas que
posibiliten el ejercicio del mismo. “Si más personas utilizamos herramientas para el anonimato y
exigimos a las plataformas el resguardo de nuestra información de navegación, estaremos
contribuyendo a que internet sea un espacio libre de vigilancia, de control y de violencias.”7

3
Leon, C.; Quiroz, E.; Foronda, A; (2018). Protección de datos personales y derechos digitales. Friedrich-
Ebert-Stiftung Bolivia.
4
¿Cómo funciona internet? (“Que no quede huella que no que no”, 2018).
5
Leon, C.; Quiroz, E.; Foronda, A; (2018). Protección de datos personales y derechos digitales. Friedrich-
Ebert-Stiftung Bolivia.
6
Leon, C.; Quiroz, E.; Foronda, A; (2018). Protección de datos personales y derechos digitales. Friedrich-
Ebert-Stiftung Bolivia.
7
¿Cómo funciona internet? (“Que no quede huella que no que no”, 2018).
Nombre: Gabriela Cecilia Afred Arnold 27-10-2018
Diplomado de Periodismo Digital
La enseñanza del uso consciente de Internet, debe partir desde el “Saber cómo funcionan nuestras
herramientas, los términos y condiciones de los servicios que usamos y la forma en que nos
conectamos con otras personas” que “…nos permite conocer los procesos y crear estrategias de
autocuidado individuales y colectivas, para gozar nuestras comunicaciones dentro y fuera de
internet.”8 Pues internet nos ha dado una plataforma invaluable de libre expresión, pero además
la oportunidad de interrelacionarnos con gente a lo largo y ancho del mundo y esto no debe
suponer bajo ningún motivo un riesgo.

Pero más allá de la exigencia del cumplimiento de los derechos digitales, una educación que
contemple nuestra actividad en red tiene que estar orientada también a la ética propia dentro de
las redes, pues constantemente estamos recibiendo y compartiendo información, y es parte de
nuestra responsabilidad el manejo de datos consciente. En ese sentido, podríamos señalar cuatro
niveles de información:

1. La información es mía-mía, es decir, que yo puedo gestionar mi información dentro del


marco de los derechos ARCO.
2. La información es mía-tuya, es decir, que si comparto mi información con alguien más, le
estoy otorgando datos que pueden exponerme.
3. La información es tuya-nuestra, significa que ambos compartimos nuestros datos, y que
ninguno puede difundirlos sin el consentimiento de la otra parte.
4. La información es nuestra-de alguien más, significa que cuidaremos los datos más allá de
nuestra gente cercana, de manera general, entendiendo que existen derechos digitales y
estos deben cumplirse.9

En el diseño inicial de internet, la privacidad no es algo que se haya tomado realmente en cuenta y
se han necesitado muchos años y la participación de activistas en derechos digitales para que este
tema empiece a ser tomado seriamente por los sistemas informáticos y los gobiernos, pero si
queremos ser partícipes realmente de estos derechos, no debemos limitarnos simplemente a
esperar que los Estados legislen y tomen acciones, pues nada de eso valdrá si no nos auto
educamos y educamos a las nuevas generaciones en estos temas:

“Sin embargo, estos principios y derechos son enunciativos si solo se plasman en normativa. Se
requiere, además, crear las condiciones para su ejercicio; y eso pasa por recursos para informar y
formar a la ciudadanía de manera que el consentimiento sea realmente informado, con plena
comprensión del alcance de la gestión de sus datos.”10

8
¿Cómo funciona internet? (“Que no quede huella que no que no”, 2018).
9
¿Cómo funciona internet? (“Que no quede huella que no que no”, 2018).
10
Leon, C.; Quiroz, E.; Foronda, A; (2018). Protección de datos personales y derechos digitales. Friedrich-
Ebert-Stiftung Bolivia.
Nombre: Gabriela Cecilia Afred Arnold 27-10-2018
Diplomado de Periodismo Digital
Bibliografía:

Peirano, M. 18/05/2017, “El negocio de los datos personales es muy interior al Internet”,
Recuperado de: https://www.eldiario.es/zonacritica/negocio-datos-personales-
empezo_6_643645638.html

Leon, C.; Quiroz, E.; Foronda, A; (2018). Protección de datos personales y derechos digitales.
Friedrich-Ebert-Stiftung Bolivia.

¿Cómo funciona internet? (“Que no quede huella que no que no”, 2018).

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