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SAFO

Me parece el igual de un dios, el hombre que frente a ti se sienta, y tan cerca te escucha
absorto hablarte con dulzura y reírte con amor. Eso, no miento, no, me sobresalta dentro del
pecho el corazón; pues cuando te miro un solo instante, ya no puedo decir ni una palabra, la
lengua se me hiela, y un sutil fuego no tarda en recorrer mi piel, mis ojos no ven nada, y el oído
me zumba, y un sudor frío me cubre, y un temblor me agita todo el cuerpo , y estoy , más
muerta que la hierba, pálida, y siento que me falta poco para quedarme muerta.

CATULO

LXXXV
Odio y amo. Por qué hago eso acaso preguntas. No sé, pero siento que ocurre y
me atormento.

QUEVEDO

Es hielo abrasador, es fuego helado,


es herida que duele y no se siente,
es un soñado bien, un mal presente,
es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,


un cobarde con nombre de valiente,
un andar solitario entre la gente,
un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,


que dura hasta el postrero paroxismo,
enfermedad que crece si es curada.

Este es el niño Amor, éste es tu abismo.


¡Mirad cual amistad tendrá con nada
el que en todo es contrario de sí mismo!

Francisco de Quevedo

LOPE DE VEGA

Desmayarse, atreverse, estar furioso,


áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,


mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,


beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,


dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.

Síntomas de ataque de pánico

Palpitación, elevación de la frecuencia

cardiaca, temblores y escalofríos,

sacudidas del corazón, sudoración,

sensación de ahogo o de atragantarse,

opresión o malestar torácico,

náuseas o molestias abdominales,

inestabilidad, mareo o desmayo.

Sensación de entumecimiento y hormigueo,

sensación de irrealidad o de estar

separado

de

uno

mismo.

Miedo a perder el control.

Miedo a morir.

Esto es Amor. Quien lo probó lo sabe.

(Javier García Rodríguez, Estaciones, Oviedo, KRK, 2007, p. 50).


PABLO NERUDA

PUEDO escribir los versos más tristes esta noche.

Escribir, por ejemplo: "La noche está estrellada,


y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".

El viento de la noche gira en el cielo y canta.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.


Yo la quise, y a veces ella también me quiso.

En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.


La besé tantas veces bajo el cielo infinito.

Ella me quiso, a veces yo también la quería.


Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.


Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.

Oir la noche inmensa, más inmensa sin ella.


Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.

Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.


La noche está estrellada y ella no está conmigo.

Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.


Mi alma no se contenta con haberla perdido.

Como para acercarla mi mirada la busca.


Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.

La misma noche que hace blanquear los mismos


árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.

Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.


Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.

De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.


Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.

Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.


Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.

Porque en noches como ésta la tuve entre mis


brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.

EDUARDO GALEANO

La noche/1
No consigo dormir. Tengo una mujer atravesada entre los párpados. Si pudiera, le diría que se
vaya; pero tengo una mujer atravesada en la garganta.

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