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Biografía Haya de la
Torre
Luis Alberto
Zaldívar
Schrader
En 1913, luego de egresar del Seminario de San Carlos y San Marcelo, Haya de la Torre
inició estudios de Letras en la U. N. de Trujillo, donde fue introducido en los paradigmas de la
ciencia que recién estaban haciendo apogeo en el Perú, acercándolo naturalmente a los
grupos intelectuales de vanguardia. En esta atmósfera se comenzó a relacionar con la llamada
“bohemia de Trujillo”, compuesta por César Vallejo, Antenor Orrego, Alcides Spelucín y otros,
escribiendo poemas e incluso incursionando en la dramaturgia. Alternó estas inquietudes con
la colaboración como crítico cultural en el diario La Industria, dirigido por su padre, y con
frecuentes visitas a una biblioteca obrera dirigida por anarcosindicalistas. Inquietado por el
interés cultural de los trabajadores, hizo esfuerzos para que el Centro Universitario
desarrollara una labor de difusión de conocimientos al alcance de los obreros.
Luis F. Bustamante, Víctor Raúl, y Raúl Porras viajando con destino al Cuzco para el primer congreso
de la FEP, Marzo de 1920
Dirigente Estudiantil
En marzo de 1917 Haya optó por trasladarse a Lima para cursar Abogacía en la U. M. de
San Marcos. Sin embargo, decepcionado por la vida universitaria esencialmente conservadora
de la decana de América, se dedica desde su llegada en la vida política universitaria. Para aliviar
su sustento ingresa como escribiente y practicante en el estudio de los doctores Eleodoro y
Eulogio Romero a la par que visitaba a Manuel González Prada con alguna frecuencia,
desarrollando inquietudes políticas derivadas del radicalismo del autor de Horas de lucha, del
contacto con trabajadores anarcosindicalistas y de la amplia difusión entre los estudiantes del
“arielismo” inspirado en las ideas del uruguayo José Enrique Rodó. Viajó a Apurímac, Cuzco y
Arequipa, y al regresar integró la comisión universitaria que secundó la lucha obrera por la
jornada de las ocho horas, al mismo tiempo que impulsó la reforma universitaria en San
Marcos.
Ya en el destierro visita Cuba, donde funda la Universidad Popular José Martí, y luego
pasa a México, donde actuó como secretario de José Vasconcelos. El 7 de mayo, en un acto
simbólico desde su exilio, propone a la Federación de Estudiantes Mexicanos desarrollar una
fraternidad estudiantil y laboral continental que fue el hito germinal de lo que más tarde se
llamó Alianza Popular Revolucionaria Americana (APRA), cuyo fundamento doctrinario
presentó recién dos años después en el artículo “¿Qué es el APRA?”, publicado en la revista
Labour Monthly de Londres, en diciembre de 1926, y en América Latina en los meses
siguientes.
En diciembre de 1927, previo paso por Nueva York, retornó a México para luego hacer
una gira a través de Guatemala, El Salvador y Costa Rica. Entrado 1928, intenta impulsar sin
éxito la formación en el Perú de un “Partido Nacionalista Libertador afiliado al APRA”, idea
desestimada como “demagógica” por el grupo de José Carlos Mariátegui, principal destinatario
de la propuesta. Entre México y Panamá brinda apoyo desde la tribuna y la prensa a la causa
de César Augusto Sandino en Nicaragua. Sin permitírsele desembarcar, las autoridades de
Panamá lo enviaron con destino a Bremen, y desde este puerto se trasladó a Berlín en 1929.
Haya de Ia Torre entregando Ia bandera lndoamericana a Ia Federaci6n de Estudiantes
de Mexico,7 de Mayo de 1924
Manuel Seoane denunciando ante los obreros de Vitarte la deportación de Haya de la Torre,
octubre de 1923
Dirigentes del sindicato de obreros de la fábrica El Tigre pidiendo al presidente de la FEP,
Víctor Raúl Haya de la Torre, que intervenga en la defensa de sus derechos, 1920
En Alemania, al itinerante Haya de la Torre le sorprende la caída del presidente Leguía y sigue
las iniciales incidencias de la organización del Partido Aprista Peruano fundado el 21 de
noviembre de 1930, postulando su candidatura a la presidencia de la República. Al volver al
Perú llega a Talara, sigue a Trujillo, y llegando a Lima preside una recordada demostración
política en la Plaza de Acho el 23 de agosto, donde expuso un célebre Discurso-programa
que ofrece una elocuente y práctica síntesis del programa aprista adaptada a las
circunstancias del país de 1931. De inmediato, inició un esforzado recorrido por el interior
del país, en un clima de creciente tensión entre la inquietud reformista aprista y la
intransigencia de sus adversarios que degeneraba frecuentemente en violencia.
Ante las pocas seguridades de la legitimidad de las elecciones Haya declara fraudulento el
triunfo del comandante Luis M. Sánchez Cerro, el cual inicia una intransigente represión al
aprismo. Sólo meses después, el Congreso Constituyente aprueba precariamente una “ley de
emergencia” dictada por el Ejecutivo, a la cual siguió la persecución del aprismo y todos los
opositores, culminada con el desafuero de 23 diputados y su inmediato destierro. El clima de
violencia se incrementó cuando el gobierno apresa a Haya de la Torre y el 7 de Julio la ciudad
de Trujillo se levanta contra la dictadura, la cual respondió enviando al ejército y asesinando a
miles de militantes apristas. La violencia siguió escalando con el atentado de un fanático
simpatizante del APRA que termina con la vida del nuevo presidente en 1933. Sólo recuperó la
libertad el 10 de Agosto de 1933 cuando el general Óscar R. Benavides asumió el gobierno y
quiso ensayar una política de “paz y concordia”. Terminada esta etapa en noviembre de 1934,
el jefe aprista inició una larga etapa de clandestinidad en la que su partido se mantuvo activo y
beligerante.
Haya de la Torre con los heridos apristas sobrevivientes de la revolución de Trujillo, 1934
Caratula de Ia edicion cubana de Teoria y Tactica Aprista,1934
La Búsqueda de la Concordia
En 1945, tras 11 años de persecución, Víctor Raúl vuelve a la vida pública auspiciando la
candidatura de José Luis Bustamante y Rivero con el Frente Democrático Nacional.
Prontamente, esta alianza fue resquebrajada debido a la tendencia hegemónica del aprismo
que reclamaba más espacio para sus militantes al ser el partido con mayor respaldo popular. En
tan solo unos años el Frente Democrático se ve debilitado por pugnas internas y creciente
desconfianza entre los apristas y Bustamante y Rivero, quien comienza a acercarse a los
militares. Hacia 1948, el aprismo pretende encabezar un nuevo alzamiento popular mediante
una fracasada sublevación militar en el Callao el 3 de octubre, lo cual derivó en un golpe de
Estado desde Arequipa por el general Manuel A. Odría el 27 de octubre del mismo año, el
cual puso fin al gobierno constitucional de Bustamante y Rivero y dio origen nuevamente a una
política duramente represiva, sobre todo contra el Partido Aprista.
Acosado, Haya de la Torre solicitó asilo en la embajada de Colombia en enero de 1949; pero el
gobierno se negó a otorgarle el salvoconducto al que tenía derecho y empezó un litigio que fue
llevado hasta la Corte Internacional de Justicia y sólo se le permitió abandonar el país gracias a
un Fallo de la Corte de la Haya recién en 1954, tiempo en el cual estuvo asilado en la
embajada. Durante el asilo el fundador del aprismo tuvo tiempo de renovarse
intelectualmente y relanza su doctrina publicando el libro Treinta años de aprismo en 1956
y diversos opúsculos donde c r i t i c a s e v e r a m e n t e e l c a m i n o d e l c o m u n i s m o y
e n f a t i z a l a i m p o r t a n c i a del capital extranjero en la economía, estrenando la propuesta
del “interamericanismo democrático sin imperio”, por la cual se busca la coexistencia pacífica
entre América Latina y los Estados Unidos.
En cuanto cae la dictadura de Odría Haya de la Torre condujo al Partido Aprista a negociar
un pacto que hizo posible un nuevo gobierno de Manuel Prado (1956) y la iniciación de una
política de “convivencia”, la cual logró la libertad de los apristas apresados y la normal
postulación de la candidatura presidencial de Víctor Raúl Haya de la Torre en el proceso
electoral de 1962. Esta nueva candidatura lo tuvo como ganador, pero el viejo encono que las
fuerzas armadas habían aglutinado contra él hizo que una junta militar derroque a Manuel
Prado y ponga condiciones a la convocatoria de nuevas elecciones. En plena madurez personal
y política, Haya pronuncia un discurso en el que acepta el veto con tal de que se convoquen a
elecciones y no empiece una nueva persecución a los cientos de miles de militantes apristas.
Tras una segunda junta militar en menos de un año, el APRA es derrotado en las urnas por
estrecho margen en 1963 por Fernando Belaúnde Terry; esto originó la alianza parlamentaria
del aprismo con la Unión Nacional Odriíista, partido fundado por el dictador de 1948-1956. La
coalición APRA-UNO determinó la formación de una mayoría parlamentaria que dio férrea
oposición al gobierno de Belaunde, allanando el camino para que Haya de la Torre
pudiera ser por fin elegido presidente en 1968.
Haya de la Torre saliendo de la embajada de Colombia rumbo al exilio, 1954
A pesar de todo el trabajo político hecho durante la convivencia, el deterioro ocasionado en las
circunstancias generales del país condujo a que militares de tendencia filocomunista hagan
otro golpe de Estado y generen el llamado Gobierno Revolucionario de las Fuerzas Armadas,
que dejó a los partidos democráticos de lado e impuso reformas pretendidamente progresistas
desde una dictadura. Contando con el apoyo de los sectores de izquierda radical y ciertos
intereses monopólicos, así de como sectores del aprismo más radical influenciados por la
revolución Cubana, se produce un debilitamiento general de las actividades partidarias. Como
respuesta, el jefe aprista insistió en reclamar la paternidad doctrinal de las reformas
económicas del general Velasco Alvarado, para lo cual reeditó (en 1970, 1972) uno de sus
libros más beligerantes, El antiimperialismo y el APRA, escrito en 1928. Las reformas,
argumentó, eran las mismas que había propuesto el APRA desde un principio, pero se estaban
ejecutando a destiempo y de forma autoritaria y poco inteligente.
Hacia 1975, las críticas de Haya de la Torre se vieron reivindicadas cuando ante la crisis
producida por el populismo de Velasco el general Francisco Morales Bermúdez toma el poder y
convoca a una transición a la democracia mediante una Asamblea Constituyente elegida por
voto popular. En este momento, al final de su vida, Haya de la Torre ejerce por primera vez un
cargo público al ser elegido presidente de la Asamblea luego de obtener la más alta
votación. Lamentablemente, el deterioro de su salud no le permitió culminar su gestión al
frente de la Constituyente, aunque tuvo energías suficientes para firmar la nueva carta magna
desde su lecho, pocos días antes de fallecer, reivindicando así su legado para la posteridad.
Cheque otorgado a Haya de la Torre por el Banco de la Nación por concepto de ser
integrante de la asamblea constituyente por la simbólica suma de un sol
Mitin de campaña por la Asamblea
Constituyente, 1978
Colofón
No obstante los frecuentes avatares de su vida política, que subordinaron los ideales
del aprismo a las necesidades políticas, la obra de Haya de la Torre muestra como rasgo
permanente la postulación de un programa de reformas de largo plazo, siempre basadas en
una amplia intervención planificadora de la economía, cuya realización requiere de un poder
político legítimo surgido en las urnas que garantice de las libertades. De allí, su lema más
recordado ha sido una evocación de la confrontación con los modelos existentes durante la
guerra fría, recordándole a los latinoamericanos que es posible tener “pan con libertad” sin
obviar ninguno de los dos.