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Conducción del Niño

El hogar debe ser la primera escuela en los primeros años de vida del niño, deben aprender
las lecciones que han de guiarlo a lo largo de la vida: lecciones de respeto, obediencia,
reverencia, dominio propio. Los padres deben comprender su responsabilidad, preparando
al niño desde antes de su nacimiento para animar a pelear con éxito las batallas contra el
mal. Así como también, la obra y la educación y formación debería comenzar en la primera
infancia del niño, porque entonces la mente es mas susceptible, y las lecciones dadas se
recuerdan mejor. Como padres y madres, deberíamos educarnos y disciplinarnos, luego
como maestros del hogar, podremos formar a nuestros hijos, preparándolos para la herencia
inmortal. Estudiar los métodos no será válido sino se aplica en los niños. Es también clave
que la madre estudie las experiencias ajenas y que pruebe sus métodos y los ajenos. Se
tiene un claro ejemplo en las madres del antiguo Israel quienes educaron a sus hijos
mediante el canto, la oración y las lecciones de las Escrituras, de esta forma los niños
crecían con la imagen de Dios dentro de sí mismos. La naturaleza, ha sido un gran libro de
texto después de la biblia, en ella presenta una fuente infalible de instrucción y deleite. Los
padres deberían progresar intelectual y moralmente con el fin de que puedan calificarse
para mejorar la calidad de la mente de sus hijos. La felicidad depende de la obediencia, los
niños serán más felices bajo la debida disciplina aplicada por los padres, la continua
obediencia a las sabias reglas dadas por los padres, promoverá la felicidad de los niños
tanto como honrará a Dios, caso contrario la desobediencia constituye a una gran ofensa a
Dios. Enseñen al niño a ceder, no consientan en los deseos egoístas, no den nada que sea
pedido con un llanto, nunca permitan manifestaciones de ira, el enemigo procurara dominar
la mente de nuestros niños, y es el deber de los padres ejercer juicio y discreción, ya que los
niños no saben comprender cual espíritu influye en ellos. Repriman las tendencias
destructivas, sin perder la paciencia, pero con decisión, los padres deben decir NO a sus
hijos y mantener lo que han dicho. Comience tempranamente con la educación de la salud,
desde los primeros asomos de razón, la mente humana debería aprender a conocer el
organismo humano. Así como en los tiempos antiguos del pueblo de Israel, Dios fue
exigente a que cultivaran hábitos de limpieza, al enseñar a sus hijos los hábitos de limpieza,
les están enseñando lecciones espirituales. Mantener los alrededores limpios, cualquier
forma de desaseo fomenta a la enfermedad, el aseo personal es esencial para la salud, la
limpieza y el orden son deberes del cristiano sin embargo no debe ser lo esencial, ya que no
se debe descuidar los temas mas importantes de la ley: la justicia, la misericordia y el amor
de Dios, recuerden que están trabajando por la salvación de sus hijos. Instruyan en los
principios de la pureza, críenlos para que tengan hábitos morales sanos y organismos
fuertes, vigilando lo que los niños ven y leen, además de esto, si deseamos que nuestros
hijos sean puros, debemos rodearlos de personas puras que Dios pueda aprobar. No hay que
rechazar a los niños cuando están tratando de hacer bien las cosas, si comenten errores, si
ocurren accidentes y se rompen las cosas, no los culpen. Hay indecible valor en la
laboriosidad, enséñese a los niños a hacer algo útil, dando tareas apropiadas a la edad y
capacidad, ya que no tener nada que hacer es una gran desgracia, porque el ocio siempre ha
sido y siempre será una maldición para la familia humana. La gran importancia de las cosas
pequeñas, mediante ellas, el alma es enseñada para que crezca a la semejanza de Cristo,
enséñese al niño que todo error, toda falta, toda dificultad VENCIDA, llega a ser un
peldaño hacia las cosas mejores y mas elevadas. Enseñen a sus hijos a economizar, Jesús es
nuestro ejemplo, por amor de nosotros se hizo pobre, para que por su pobreza fuésemos
enriquecidos. Eliminen los hábitos de despilfarro, enseñen a sus hijos que Dios tiene
derecho sobre todo lo que poseen, no utilicen el dinero del Señor para agradar los caprichos
de sus hijos. Debemos enseñar a nuestros hijos lecciones de sencillez y confianza como a
amar, a temer, a ser atento, compasivo misericordioso tierno de corazón y a obedecer a
Dios, edúquelos para que manifiesten bondad y ternura unos con otros. Padres dejen entrar
en sus corazones los rayos de sol del amor, de la jovialidad y del feliz contentamiento y
permitan que su dulce y preciosa influencia compenetre su hogar, con oración adecuada
“Señor enséñame a hacer lo mejor a como trabajar mas eficientemente”. Los padres
deberían ser modelos de veracidad porque esta es la lección diaria que debe imprimirse en
el corazón de los niños, cuando sus hijos yerran no se impacienten, esto los confunde y
hace que teman decir la verdad. La norma que dios requiere es que seamos hombres
estrictamente honrados y honestos, un cristiano en los negocios, será justamente lo que
desea que sus hermanos piensen que el es. No finge, puede ser criticado pero su
inquebrantable integridad brillara como oro puro, no se aprovechará de su prójimo, es un
amigo y benefactor de todos, nunca se aprovechará de la debilidad de su prójimo.
El carácter es el único tesoro que se llevara de este mundo, un carácter formado a la
semejanza divina. El carácter se forma mediante el esfuerzo perseverante e incansable,
utilizando para la gloria de Dios cada talento y capacidad que él ha dado, lo que
necesitamos para purificar y refinar nuestro carácter, es la gracia dada por Cristo que nos
capacitará para ver y corregir nuestras deficiencias, la fe en Cristo como nuestro salvador
personal dará fuerzas y solidez al carácter.

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