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Ricardo, P. (2001). Crítica y ficción. Anagrama: Barcelona.

64-5: Para mí hay parodia porque hay cambio de función. Quiero decir: a partir de ahí es
posible estudiarla. Pero si uno habla de función en el sentido de Tiniánov tiene que tener en
cuenta el conjunto del sistema, sus tendencias, los momentos de cambio y de transformación.
Hay que analizar cuáles son las condiciones para que un texto, un género, un conjunto de
procedimientos [65], un estilo, una obra, un escritor, lo que ustedes quieran, pueda ser
parodiado. No se trata de una decisión arbitraria, quiero decir, lo aparentemente arbitrario del
gesto paródico está siempre determinado por ciertas condiciones que lo hacen posible, y esas
condiciones dependen del conjunto del sistema y de su transformación. Desde esta
perspectiva habría que decir: no siempre hay parodia cuando hay cambio de función, pero no
hay parodia si no hay cambio de función. ¿Y con respecto a lo que dice Tiniánov sobre la
parodia como el motor del cambio literario? En realidad esa hipótesis está ligada a la línea de
lo que podríamos llamar la primera etapa del formalismo, una línea definida sobre todo por
Sklovski. Las tesis son conocidas: la literatura es un proceso autónomo, los procedimientos y
las formas cambian en el interior de un movimiento definido por el vaivén entre
automatización, parodia y renovación, surgimiento de una nueva forma que luego se
automatiza y por lo tanto es parodiada y el proceso vuelve a comenzar. Justamente Tiniánov
corta con eso cuando elabora el concepto de función. A partir de ahí la obra y la literatura
dejan de ser vistas como una suma de procedimientos y comienza a analizarse la función de los
procedimientos y los cambios históricos de esa función. Y en este sentido es importante
diferenciar el concepto de función que viene de Propp y que reaparece en Lévi-Strauss, en
Greimas, en Bremond, ligado a una idea de combinatoria, con el concepto de función que
elabora Tiniánov. Es a partir de ahí que Tiniánov hace entrar elementos sociales e históricos en
el análisis de la evolución literaria, que en realidad no es otra cosa para él que evolución de la
función literaria. El cambio de función sólo puede analizarse teniendo en cuenta las relaciones
de la serie literaria con la serie social. Para comprender los cambios de [66] función es preciso
salir de la literatura: fin del formalismo. Yo creo, por otro lado, que son estas ideas de Tiniánov
las que hacen posible el desarrollo de las tendencias más productivas en la crítica moderna.

67: No puede hablarse de la parodia como el motor del cambio, porque en realidad la parodia
es el resultado del cambio. Por otro lado, si el cambio de función depende y está determinado
por el cruce entre la literatura y la sociedad, se entiende que, para analizar la parodia, sea
necesario reconstruir en primer lugar las condiciones históricas, sociales e ideológicas que
hacen posible el cambio que la parodia vendría a expresar.

La parodia parece un simple juego con el procedimiento, pero siempre están en juego otras
cosas. Para poner como ejemplo una cuestión que me interesa especialmente: ¿por qué no
pensar las relaciones entre parodia y propiedad? Problema sobre el que no se reflexiona, quizá
porque allí las relaciones sociales entran de un modo directo en la literatura y ciertas
corrientes actuales de la crítica buscan en la parodia, en la intertextualidad, justamente un
desvío para desocializar la literatura, verla como un simple juego de textos que se
autorrepresentan y se vinculan especularmente unos a otros. [68] Sin embargo esa relación
entre los textos que en apariencia es el punto máximo de autonomía de la literatura está
determinada de un modo directo y específico por las relaciones sociales. En sus mecanismos
internos la literatura representa las relaciones sociales y esas relaciones determinan la práctica
y la definen. Lo básico para mí es que esa relación con los otros textos, con los textos de otro
que el escritor usa en su escritura, esa relación con la literatura ya escrita que funciona como
condición de producción está cruzada y determinada por las relaciones de propiedad. Así el
escritor enfrenta de un modo específico la contradicción entre escritura social y apropiación
privada que aparece muy visiblemente en las cuestiones que suscitan el plagio, la cita, la
parodia, la traducción, el pastiche, el apócrifo. ¿Cómo funcionan los modos de apropiación en
literatura? Ésa es para mí la cuestión central y quizá la parodia debería ser pensada desde esa
perspectiva.

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