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Pensar La Ruptura Notas Sobre El Estatus PDF
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Introducción
mayor parte de los proyectos teóricos que intentan conceptualizar lo social (sea que
sociedades complejas. Tal como una vez enunciara Marx (1990: 93), “la sociedad
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Para depurar este punto de partida, debo ofrecer una definición de lo que
significa una “ruptura”. Adoptaré aquí una definición bastante sencilla de tipo
español).1 Una ruptura expresa la apertura de una brecha, el despliegue de una fisura
en los que se desenvuelven las relaciones humanas, un límite que pone de manifiesto
su no-ser y que incita una apertura a cierta alteridad. En este sentido, cuando
con el presente, una suerte de encuentro contingente con lo que llamo “lo otro de lo
social dentro de lo social”. Ahora, la habilidad para hablar sobre lo que limita y
incompleta —pues, ¿cómo dar cuenta de algo que nos supera, que se nos escapa, sin
segunda proposición, toda ruptura, si bien demanda ser pensada (interpretada), se resiste a ser
aspectos fundamentales del mundo son revelados como problemáticos y que por
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Hegel utiliza el término Entzweiung para describir el drama existencial de la vida moderna, el divorcio entre
los aspectos subjetivos y objetivos que estructuran la experiencia humana y la vida en común.
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ello refiere a la evaluación de las consecuencias negativas que esta situación ha de
razones por las que una revisión del concepto de crisis se hace necesaria y merece
nuestra atención hoy. Quisiera mencionar solamente dos. La primera, y más obvia,
tiene que ver con la realidad de la crisis financiera global. No hace falta escudriñar
cliché más del discurso público. Nuestro lenguaje está poblado por cierto
Una segunda razón que nos llama a reconsiderar el concepto de crisis es más
bien de tipo teórico. Desde que Rousseau utilizara el término para retratar los
de hacer escaso uso del término en sus escritos, rechazaba la forma en que el propio
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Marx limitaba la crisis a una explicación teleológica de la historia; en tanto
en la teoría social de los años 60s y 70s, con las objeciones de diversos autores a los
límites que la noción clásica de crisis imponía a la sociología para un análisis del
revival de las teorías de las crisis ocurrido en este periodo (piensen ustedes en
me referiré al estatus general del concepto de crisis. Clarificaré qué significa decir
que la crisis sea un “concepto básico” de la teoría social y de qué manera ello mismo
concepto. En particular, hablaré de dos tendencias que creo caracterizan el uso del
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y la necesidad de sortear este doble reduccionismo (en tanto limita, imposibilita la
sobre cómo pensar la ruptura, ésta vez por medio de la investigación del vínculo y
historiadores como Jacob Buckhardt hicieran del término un medio para designar la
efecto, no es exagerado sostener, como lo hace Reinhart Koselleck (2006), que crisis
del vocabulario social y político moderno. No pretendo trazar aquí una genealogía
del concepto de crisis, sino solamente el sentido en que uno puede describirlo como
un concepto básico.
cualquier formulación de los temas más urgentes de un periodo dado’. Ello los hace
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grado de generalidad, ambiguedad y elasticidad (condensan semioticamente un
su campo de acción).
de la idea de crisis desde las esferas de la medicina (momento que marca el climax,
social que comienza a tener lugar en la segunda parte del siglo XVIII (juicio y
paso al frente al definir la vocación de las nacientes ciencias de lo social del siglo
XIX como el examen crítico de las condiciones que habían llevado y podían poner
una u otra manera habrían “permanecido fieles a esta inspiración” en la medida que
la sociología ha venido a significar, querámoslo o no, “la meditación sobre las crisis
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Pese a la mencionada persistencia quasi-estructural del concepto de crisis, la
admitido por defecto o como algo constituido a priori. Los sociólogos en particular
hemos hecho gala de una gran habilidad para transformar la afirmación de que la
británico Robert Holton toma nota de este asunto al calificar la idea de crisis como
una obsesión de las ciencias sociales: “este concepto resuena con alusiones globales
aunque difusas a algún fenómeno con múltiples facetas pero unitario, sin necesidad
de clarificar exactamente qué es lo que se quiere decir” (Holton 1987: 503). Lo que
acríticamente como una categoría explicativa para dar cuenta de forma dramática de
casi cualquier tipo de fenómeno o cambio socio-histórico (ej. “la crisis de…”); o
por la crisis vuelve al concepto en algo redundante, pues cuando (se dice que) todo
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refiero a la pretensión de erradicar el concepto de crisis del análisis sociológico, ya
Aquellos que creen que una sociología de la crisis es posible y los que creen en la
todo, modernidad, estado-nación), por lo que cuando esta imagen fija y monolítica
crisis se desvanece junto a su objeto; por ello, una “sociología sin sociedad” debería
ser por implicación una sociología sin crisis. Esta insistencia en la impugnación de la
grupos dominantes.
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sociológico de crisis simplemente se evapora de la mano de lo que él llama la
“disolución de lo social”. Ello pues la crisis opera sobre la base de una concepción
también un momento ausente del mundo social. En el mejor de los casos, la crisis
concepto de crisis en la medida que, tal como lo concibieran los sociólogos clásicos,
finales. La crisis sería así un concepto adecuado para la ‘primera modernidad’ (de
tipo industrial) pero no para comprender una modernidad reflexiva gobernada por
sociológico es compartido por estos tres autores. A su favor, deberíamos decir que
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ideas y conceptos es esencial a la labor de la teoría social, pero contrariamente a la
disolución y olvido del concepto de crisis que estos autores nos proponen, creo que
conceptual. Entre otras cosas porque ellos mismos presuponen y trabajan con una
una entidad fija y abstracta, una unidad autónoma de significado. Confunden el uso
que para la teoría social pensar la sociedad sin ruptura es una (peligrosa) abstracción, pero
también he dicho que la ruptura resiste ser conceptualizada (o capturada por conceptos
disolución. Si ello es así, cabe entonces preguntarse ¿qué lugar le queda a la noción
de crisis como modo de capturar y dar sentido a los momentos de ruptura en la vida
de una aporía que limita su propia aplicación. En efecto, es lo que Derrida resuelve
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darle una forma, uno comienza a informar, dominar, calcular. Uno
cancela un futuro” (Derrida 2002: 71).
La situación que Derrida nos describe es una en la que el concepto de crisis anula el
apertura de una brecha, una otredad) es devorado por su propia aplicación. Lo que
plano a descartar el concepto. Incluso más, nos dice que la crisis es un remanente de
Derrida tiene razón cuando critica el modo en que los discursos prevalentes
sino que re-historizar sus significados y resituar su valor en relación con otros
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Max Weber (y luego Adorno), la existencia de un concepto, de alguna manera,
no es una excepción.
antes (a priori) ni después (a posteriori) sino que en-el-medio de nuestra vida. Esto se
cuyos trazos son difíciles de capturar por medio de definiciones científicas exactas.
conceptos más bien como fotografías con “bordes borrosos”. Más que una
Con todo, pienso que recuperar el concepto de crisis de la tensión entre las
detalladas definiciones o modelos teóricos, sino que por des-reificar la crisis tanto
teórica como empíricamente. Una estrategia posible es dejar de tratar la crisis como
presentación.
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La afinidad dialéctica entre crisis y crítica
El concepto de crisis resulta entonces insuficiente por sí solo como modo de ganar
acceso y capturar los momentos de ruptura. Como dije hace anteriormente, una
imaginado consistente consigo mismo (Foucault xxx). Es por ello que he dicho que
a través de crisis.
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específico de una tradición de pensamiento. En concreto, me interesa entender
pregunta que me persigue desde hace algún tiempo es ¿en qué consiste la relación
crítica nos remiten de manera similar a la fragilidad y límites de los marcos que
mientras que la crítica refiere en esencia a una práctica realizada por sujetos. En esa
Así, la conexión entre crítica y crisis la veo como una relación de mutua
atracción, como una serie de desplazamientos en los que cada término puede
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una determinación causal o a una identidad de sus elementos. Es una relación
unidireccionales, que pueden ir tanto desde la crisis a la crítica como desde la crítica
incierto de cómo las sociedades y sus miembros deciden en la práctica hacer sentido
Uno podría decir que la crisis pone en cuestión la facticidad del arreglo de
cosas e imágenes de la vida social con las que operamos, y en esa medida constituye
en base a una realidad constituida). Sin embargo, esta trayectoria puede ser
la respuesta habitual a las crisis es de hostilidad a la critica más que de bienvenida (ej.
que le sigue a la crisis (predicado), pues la práctica de cuestionar nuestra vida social y
de la realidad. Pero esta posibilidad también puede ser interrumpida. Ya sea porque
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bien porque la crítica misma se distancia radicalmente del mundo como
Dicho esto, quisiera finalizar recordando que la relación entre crítica y crisis
Una teoría social que olvida o escapa de los conceptos que pueden traer la
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