Está en la página 1de 47

Proceso

contencioso

administrativo

Tributario
HONORABLES MAGISTRADOS DE LA SALA SEGUNDA DEL TRIBUNAL DE LO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO:
CESAR LUIS DE LA VEGA FERNANDEZ, de cincuenta años de edad, casado,
guatemalteco, comerciante, con domicilio en el departamento de Santa Rosa,
respetuosamente ante ustedes comparezco y,
EXPONGO:
I). DE LA ASISTENCIA TECNICA: Actúo bajo la dirección y Procuración de la Abogada
Ana Paola Peralta Ortega de Echeverria.
II). DEL LUGAR PARA NOTIFICAR: Señalo como lugar para recibir notificaciones la
oficina profesional de mi abogada ubicada tercera calle casa ciento sesenta y seis,
Residencias San Angel IV, zona dos, de esta ciudad capital.
III).DEL OBJETO: Comparezco con el objeto de interponer DEMANDA
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVA en contra de la SUPERINTENDENCIA DE
ADMINISTRACION TRIBUTARIA, la cual puede ser notificada en las oficinas centrales
situadas en la séptima avenida tres guión setenta y tres de la zona nueve, de esta
ciudad capital. Asimismo, por mandato legal, es procedente notificar como parte del
presente proceso a la Procuraduría General de la Nación en sus oficinas centrales
ubicadas en la quince avenida nueve guión sesenta y nueve de la zona trece de esta
ciudad capital.
IV). DEL ACTO ADMINISTRATIVO QUE SE IMPUGNA: Recurro en contra de la
resolución del Directorio de la Superintendencia de Administración Tributaria número
setecientos setenta y cinco guión dos mil tres ( 775-2003), dictada el cuatro de
septiembre del año dos mil tres, dentro del expediente administrativo identificado con el
número SAT: dos mil dos guión cero veinticuatro guión cero cinco guión cero cero cero
cero catorce (SAT: 2002-024-05-000014), la cual fue notificada el diecisiete de
diciembre de dos mil tres.

RELACION DE HECHOS:
1. Por este manifiesto mi inconformidad en contra de la resolución del Directorio
de la Superintendencia de Administración Tributaria numero setecientos setenta y cinco
guion dos mil tres (775-2003), dictada el cuatro de septiembre del año dos mil tres, por
medio de la cual resuelve: “I) DECLARA PARCIALMENTE SIN LUGAR el RECURSO
DE REVOCATORIA interpuesto por CESAR LUIS DE LA VEGA FERNANDEZ, en
contra de la resolución SCRS-0224-2003, de fecha 25 de abril de 2003, emitida por la
Superintendencia de Administración Tributaria; en consecuencia, II) CONFIRMA
PARCIALMENTE la resolución recurrida, en cuanto a los ajustes al IMPUESTO AL
VALOR AGREGDO, siguientes: 1) Al crédito fiscal, por Q.9,657.68; periodos de agosto
y octubre de 2000 y de enero a mayo de 2001; 2) Crédito fiscal, por Q 21,090.94, los
periodos de noviembre y diciembre de 2000; los cuales generan impuesto a cobrar de Q
31,357.88 y multa de Q31,357.88, equivalente al 100% del impuesto omitido. 3) (sic)
Multa por infracción a deberes formales, de Q 1,000.00. Debiéndose cobrar también los
intereses resarcitorios correspondientes…” De tal manera que recurro la resolución
emitida por la Superintendencia de Administración Tributaria en cuanto a los puntos
expresamente transcurridos con anterioridad.
2. Quiero indicarles Respetables Magistrados que en ejercicio de mi actividad
mercantil al ser propietario de la empresa mercantil denominada “Gasolinera Texaco
Barberena”, propiedad que acredito con la fotocopia legalizada de la respectiva patente
de comercio que adjunto al presente memorial, la Superintendencia de Administración
Tributaria emitió en mi contra la resolución anteriormente identificada por este acto
recurro. De tal manera que para principiar deseo referirme al ajuste confirmando
mediante la resolución que impugno concerniente al crédito fiscal del Impuesto al Valor
Agregado por la cantidad de nueve mil…

Combustible a granel del proveedor “Texaco Guatemala Inc.!; violando con tal
Disposion el artículo 11 numeral 3 de la Ley del Impuesto al Valor Agregado (Decreto
26-92 del Congreso de la Republica) y los artículos 14 15 del Reglamento de la Ley del
Impuesto al Valor Agregado (Acuerdo Gubernativo 311-97), vigentes en los periodos
auditados. En efecto, el articulo 11 numeral 3 de la Ley del Impuesto al Valor Agregado
dispone que: “La base imponible de las ventas será el precio de la operación menos los
descuentos concedidos de acuerdo con prácticas comerciales. Debe adicionarse a
dicho precio, aun cuando se facturen o contabilicen en forma separadas los siguientes
rubros:… 3. Cualquier otra suma cargada por los contribuyentes a sus adquirentes que
figure en las facturas.” (El subrayado no aparece en el texto original). Como puede
establecerse, la norma legal antes dicha establece que a la base imponible de las
ventas debe adicionarse cualquier otra suma cargada por los contribuyentes a sus
adquirentes que figure en las facturas, por tal razón, si en el presente caso, en las
facturas auditadas y ajustadas por la Administración Tributaria, aparece una suma
cargada a mi persona correspondiente a un impuesto de combustible, dicha suma debe
tomarse en cuneta como parte de la base imponible para el cálculo del Impuesto al
Valor Agregado. Además, el artículo 14 del Reglamento de la Ley del Impuesto al Valor
Agregado complementa el artículo 11 numeral 3) de la Ley indicada y reafirma que la
suma a mi cargada forma parte de la base imponible para el cálculo del Impuesto al
Valor Agregado a mi favor, al establecer: “Forman parte de la base imponible en las
ventas y en los servicios los siguientes rubros que se hubieren devengado en el periodo
impositivo:…6. Cualquier otra suma cargada por los contribuyentes a sus adquirentes
que figuren en las facturas o tiquetes”. Por si fuera poco, el artículo 15 del Reglamento
indicado, vigente en los periodos auditados, aclara los dos artículos citados con
anterioridad al preceptuar: “Forma parte de la base imponible del IVA, el monto de otros
impuestos incluidos o cargados en el precio de venta de los bienes o de los servicios
prestados.” Como puede notarse, dicho artículo es más específico y habla de impuestos
incluidos o cargados en el precio de venta. Por todo lo anteriormente manifestado los
ajustes relacionados resultan improcedentes, y en consecuencia, también el pago los
correspondientes impuestos, multas e intereses resarcitorios.
Por último, quiero referirme a la multa de mil quetzales que según la Administración
Tributaria me impone por infracción a deberes formales. Al respecto, dicha multa es
improcedente, por cuanto los libros respectivos se se han llevado de acuerdo a lo que
estipula la ley, específicamente el artículo 37 de la Ley del Impuesto al valor Agregado.

FUNDAMENTO DE DERECHO:
Consagra al Constitución de la Republica en el artículo 2: “Deberes del Estado. Es
deber del Estado garantizarle a los habitantes de la Republica…la seguridad…”
Asimismo, establece la Constitución Policita de la República de Guatemala en el
artículo 221: “Tribunal de lo Contencioso Administrativo. Su función es de contralor de
la juridicidad de la administración pública y tiene atribuciones para conocer en caso de
contienda por actos o resoluciones de la administración y de las entidades
descentralizadas y autónomas del Estado, así como en los casos de controversias
derivadas de contratos y concesiones administrativas. Para ocurrir a este Tribunal, no
será necesario ningún pago o caución previa…”. El artículo 239 de la Constitución de la
Republica determina: “Principio de legalidad. Corresponde con exclusividad al
Congreso de la Republica, decretar impuestos ordinarios y extraordinarios, arbitrios y
contribuciones especiales, conforme a las necesidades del Estado y de acuerdo a la
equidad y justicia tributaria…”. Por último el artículo 243 de la Constitución preceptúa:
“El sistema tributario debe ser justo y equitativo. Para el efecto las leyes tributarias
serán estructuradas conforme al principio de capacidad de pago…”. En ese orden de
ideas, interpongo la presente demanda contenciosa administrativa, con al cual inicio el
proceso correspondiente para controlar la juricidad de la actuación de la administración
pública, en este caso, de la administración tributaria, pues como ya lo he expresado
detalladamente en el apartado de la relación de hechos, mediante la resolución
recurrida se violan en mi perjuicio por parte de la Superintendencia de Administración
Tributaria, mi derechos constitucionales de equidad y justicia y de capacidad de pago.

MEDIOS DE PRUEBA:
1. DOCUMENTOS:
1.1 Fotocopia de las facturas números doscientos ochenta y nueve, doscientos noventa
y tres, doscientos noventa y siete, doscientos noventa y nueve, trescientos tres y
trescientos seis y de los cheques números setecientos setenta y tres mil quinientos
setenta, setecientos noventa y tres mil doscientos noventa y cuatro, setecientos setenta
y tres mil cuatrocientos ochenta, setecientos setenta y tres mil cuatrocientos noventa y
tres, setecientos setenta y tres mil quinientos veintidós y doscientos cuarenta y tres mil
setecientos ochenta y uno, todos correspondientes la cuenta numero treinta guion cero
cero cero cero doscientos veintitrés guion cinco del Banco del Agro, Sociedad
Anonimia, girados a favor del proveedor Mario Alberto Ruano Carranza, documentos se
adjuntaron en el memorial de evacuación de audiencia de fecha veinte de agosto del
año dos mil dos ante la Superintendencia de Administración Tributaria y en el memorial
que se presentó ante la misma entidad durante el periodo de prueba de fecha nueve de
octubre de dos mil dos, dentro del expediente administrativo identificado con el numero
SAT: dos mil dos guion cero veinticuatro guion cero cinco guion cero cero cero cero
catorce (SAT:2002-024-05-000014), el cual obra en poder de la Superintendencia de
Administración Tributaria.
1.2 Fotocopia de las facturas que se acompañaron en el memorial de evacuación de
audiencia de fecha veinte de agosto del año dos mil dos, presentado ante la
Superintendencia de Administración Tributaria, las cuales aparecen debidamente
detalladas en el cuadro numero dos acompañado a dicho del memorial de evacuación
de audiencia dentro del expediente administrativo identificado con el numero SAT: dos
mil dos guion cero veinticuatro guion cero cinco guion cero cero cero cero catorce
(SAT:2002-024-05-000014), el cual obra en poder de la Superintendencia de
Administración Tributaria.
1.3 Resolución de la Superintendencia de Administración Tributaria numero setecientos
setenta y cinco guion dos mil tres (775-2003) dictada el cuatro de septiembre del año
dos mil tres, dentro del expediente administrativo identificado con el numero SAT: dos
mil dos guion cero veinticuatro guion cero cinco guion cero cero cero cero catorce (SAT:
2002-024-05-000014), el cual obra en poder de la Superintendencia de Administración
Tributaria.
1.4 Expediente administrativo identificado con el numero SAT: dos mil dos guion cero
veinticuatro guion cero cinco guion cero cero cero cero catorce (SAT:2002-024-05-
000014), el cual obra en poder de la Superintendencia de Administración Tributaria y
que contiene los antecedentes relacionados al presente caso, expediente que por tal
razón deberá ser requerido a esa institución.
1. Reconocimiento judicial quien en su oportunidad procesal propondré.
2. Dictamen de expertos que en su oportunidad propondré.
3. Medios científicos de prueba, los cuales que en su oportunidad procesal propondré.
4. Presunciones legales y humanas que de los hechos se deriven.

PETICIONES:
I. DE TRÁMITE:
a. Que con el presente memorial y documento adjunto se inicie la formación del
expediente respectivo.
b. Se tenga como mi abogada directora y procuradora a la profesional propuesta.
c. Se tome nota del lugar que señalo para recibir notificaciones.
d. Que se solicite el envío de los antecedentes respectivos.
e. Al encontrarse los antecedentes en el tribunal, se examine la presente demanda y
por encontrarse apegada a derecho, se admita para su trámite.
f. Oportunamente se notifique la presente demanda a la Superintendencia de
Administración Tributaria y a la Procuraduría General de la Nación en los lugares
señalados para el efecto, dándoles audiencia por el plazo establecido en la ley.
g. Se tengan por ofrecidos los medios de prueba individualizados en el apartado
respectivo.
h. En su oportunidad procesal se abra a prueba el presente proceso por el plazo de
treinta días.
i. En su momento procesal se señale día y hora para la vista.
II. DE SENTENCIA:
Que al resolver se declare: I) CON LUGAR la presente demanda que promuevo en
contra de la Superintendencia de Administración Tributaria, por no haber dictado
conforme a derecho la resolución numero setecientos setenta y cinco guion dos mil tres
(775-2003), proferida el cuatro de septiembre del año dos mil tres, dentro del
expediente administrativo identificado con número SAT: dos mil dos guion cero
veinticuatro guion cero cinco guion cero cero cero cero catorce (SAT:2002-024-05-
000014), por medio de la cual se declara parcialmente sin lugar el recurso de
revocatoria por mi persona interpuesto y se confirma parcialmente la resolución
recurrida, y en consecuencia: A. Se revoque la resolución antes referida en los puntos
expresamente impugnados por el presente recurso, por no ajustarse a la ley; y, B. Se
desvanezcan los siguientes ajustes confirmados mediante la resolución recurrida: POR
EL IMPUESTO AL VALOR AGREGADO: 1) Al crédito fiscal, por nueve mil seiscientos
cincuenta y siete quetzales con sesenta y ocho centavos (Q. 9657.68), correspondiente
a los periodos de agosto y octubre del año dos mil y de enero a mayo del año dos mil
uno; 2) Crédito fiscal, por veintiún mil noventa quetzales con noventa y cuatro centavos
(Q. 21,090.94), correspondiente a los periodos de noviembre y diciembre del año dos
mil; los cuales generan un impuesto a pagar de treinta y un mil trescientos cincuenta y
siete quetzales con ochenta y ocho centavos (Q. 31,357.88) y multa de treinta y un mil
trescientos cincuenta y siete quetzales con ochenta y ocho centavos (Q. 31,357.88),
equivalente al cien por ciento del impuesto omitido; 3) Multa por infracción a deberes
formales de mil quetzales (Q. 1,000.00); y por ende, improcedente el cobro de los
impuestos respectivos y sus respectivas multas e intereses resarcitorios; II) Se condene
en costas a la parte demandad.
CITA DE LEYES: Artículos mencionados y los siguientes: 5, 12, 28, 29, 30, 44, 46, 203,
221 de la Constitución Política de la República de Guatemala; 161 al 168 del Código
Tributario; 1, 2, 3, 4, 18, 19, 22, 23, 26, 28, 29, 30, 31, 32, 33, 35, 41, 43, 45, 47 de la
Ley de lo Contencioso Administrativo; 26, 28, 29, 44, 61, 63, 66, 67, 68, 69, 70, 79, 107,
128, 129, 164, 177, 178, 191, 194,195, 572, 573 del Código Procesal Civil y Mercantil;
141, 142, 143, 197, 198 de la Ley del Organismo Judicial. Acompaño tres copias del
presente memorial y del documento adjunto.
Guatemala, dieciséis de marzo del año dos mil cuatro.

A RUEGO DEL PRESENTADO QUIEN POR EL MOMENTO NO PUEDE FIRMAR Y EN


SU AUXILIO:
Proceso

contencioso

administrativo
JUZGADE PRIMERA INSTANCIA RAMO CIVIL, PARA QUE DE CONFORMIDAD
CON EL ARTICULO 30 DE LA LEY DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO, LO
REMITA A LA SALA DEL TRIBUNAL DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO
CORRESPONDIENTE. - - - - - - - - - - - - - - -
SALA PRIMERA DEL TRIBUNAL DE LO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO,
CIUDAD DE GUATEMALA. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Rosalinda Jimena Flores Alvírez, de treinta años de edad, soltera, guatemalteca,
ingeniera en sistemas, con domicilio y residencia en Quetzaltenango, me identifico con
la cédula de vecindad I guión nueve y de registro cincuenta y nueve mil cien, extendida
por el Alcalde Municipal de Quetzaltenango del departamento de Quetzaltenango.
Señalo como lugar para recibir citaciones y notificaciones la Oficina Profesional de la
Abogada Diana Virginia Argueta Pineda, ubicada en catorce avenida cuarta calle, tres
guion cero tres zona uno de Quetzaltenango. Actúo bajo la Dirección, Auxilio y
Procuración de la mencionada profesional del derecho. Respetuosamente comparezco
ante su honorabilidad señores magistrados para interponer el PROCESO
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO en contra del PUNTO NOVENO del Acta Número
ONCE GUIÓN DOS MIL ONCE de fecha trece de mayo de dos mil once emitida por la
Corporación Municipal, según expediente número DOS MIL CIENTO NUEVE GUION
DOS MIL ONCE, en base a los siguientes:
HECHOS:
I. ÓRGANO ADMINISTRATIVO A QUIEN SE DEMANDA Y LUGAR DONDE PUEDE
SER NOTIFICADO: Corporación Municipal de la Municipalidad de Quetzaltenango,
Departamento de Quetzaltenango y puede ser notificada en la Secretaría de la
Municipalidad referida, ubicada en el Palacio Municipal de la ciudad de Quetzaltenango.
II. a) IDENTIFICACIÓN DEL EXPEDIENTE ADMINISTRATIVO: el expediente
impugnado por la presente acción se identifica con el Número DOS MIL CIENTO
NUEVE GUION DOS MIL ONCE. b) RESOLUCIÓN QUE SE CONTROVIERTE: es el
punto noveno del Acta número ONCE GUION DOS MIL ONCE, de sesión Ordinaria
realizada por la Corporación Municipal de Quetzaltenango el diecinueve de septiembre
de dos mil once. c) DE LA ULTIMA NOTIFICACIÓN AL ACTOR: fui notificada de la
resolución impugnada el dieciséis de mayo de dos mil once. d) DE LAS PERSONAS
QUE APAREZCEN CON INTERÉS EN EL EXPEDIENTE Y LUGAR DE
NOTIFICACIÓN: en el presente proceso aparece con interés el señor Juan Carlos
Campos y Roca por ser dueño del local el cual ocupo y por el surgió la presente
controversia. Puede ser notificado en quince calle ocho guion diecinueve zona siete de
Quetzaltenango. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
III) RELACIÓN DE LOS HECHOS: Distinguidos Magistrados de la Sala del Tribunal de
lo Contencioso Administrativo, referido al Acta número ONCE GUION DOS MIL ONCE
emitida por la Corporación Municipal de Quetzaltenango en donde por unanimidad se
ACUERDA: I) Declarar sin lugar el Recurso de Revocatoria que interpuse en contra de
la resolución de fecha TRECE DE MAYO DE DOS MIL ONCE emitida por el Juzgado
de Asuntos Municipales en la que se me violaron derechos que la leyes nacionales
como extranjeras se me reconocen por el simple hecho de ser persona perteneciente al
Estado de Guatemala y a razón de ello formulo la petición para que se respeten mis
derechos inherentes. Resulta que la mencionada resolución me es perjudicial toda vez
que en la misma se hace constar que se declara SIN LUGAR el recurso interpuesto por
mi persona pues se indica que la misma se encuentra apegada a derecho y
consecuencia de ello es que se confirma la resolución impugnada, pero no se
fundamenta el por qué se encuentra ajustada a derecho, no existe una justificación
clara y eso violenta mi derecho de petición pues se me deja en una situación en la cual
ignoro las razones del actuar de la Administración Pública, y de ello deriva que la
misma me siga perjudicando con el señor Juan Carlos Campos y Roca, sin darle
además ningún valor a los documentos que tengo en mi poder relativos a las
comprobaciones de pago que he realizado durante mi estadía en el lugar. - - - - - -
En virtud de la resolución de fecha trece de mayo de dos mil once emitida por el
Juzgado de Asuntos Municipales violenta mi derecho de trabajo pues en ese lugar es
donde ejerzo mis labores y producto de las mismas es como obtengo los recursos
económicos para mi subsistencia, así como es fuente también de trabajadores que
laboran en ese lugar y que junto a mi, también obtienen los recursos necesarios para la
manutención personal y familiar, y es por ello que hago ver por medio de este recurso
que el señor Juan Carlos Campos y Roca actúa con evidente mala fe en contra de mi
persona y mi patrimonio, pues el tiene diferentes locales y oficinas en el Mercado
Municipal Minerva, lugar donde se encuentra mi oficina de trabajo identificada con el
código cero trescientos veinte y resulta que por un error de la Municipalidad de
Quetzaltenango la papelería salió a nombre del señor Juan Carlos Campos y Roca, y
me percaté de ello porque el mismo llegó a la oficina y me dijo que tenía dos días para
salirme del lugar si no quería que sacara mis pertenencias a la calle, consecuente acudí
a la Municipalidad para verificar como estaba la situación y me di cuenta que el nombre
del mencionado señor obraba en las actuaciones. He poseído ese lugar por más de
cinco años tal y como consta en el documento de fecha diecinueve de junio de dos mil
seis, el cual fue enviado al Alcalde Municipal y recibido por el Departamento de Abastos
y Salud Pública de la Municipalidad de Quetzaltenango. En dicha oficina tengo equipos
de computación, accesorios de computadoras, impresoras y sus accesorios, equipo de
alta tecnología para televisores y videos. Manifiesto que no es justo que teniendo un
trabajo honrado y pagando mis respectivos tributos, se me despoje de mi lugar de
trabajo por una ineptitud de la Municipalidad de Quetzaltenango y la misma emite
resoluciones sin fundamentación, pues como es evidente no existe fundamento para la
misma toda vez que no hay fundamentación serio y apegado a derecho para algo
hecho de mala fe. De lo anterior expuesto, solicito a ustedes Honorables y Respetables
Magistrados de la Sala del Tribunal de lo Contencioso Administrativo que al momento
de resolver la presenta acción planteada por mi persona se DECLARE: CON LUGAR
EL PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO planteado y como consecuencia se
deje sin efecto jurídico alguno el punto NOVENO del ACTA ONCE GUION DOS MIL
ONCE de fecha TRECE DE MAYO DE DOS MIL ONCE de la Corporación Municipal de
Quetzaltenango, y para el efecto se dicte la resolución que en derecho corresponde.- - -
----------------------------
FUNDAMENTOS DE DERECHO:
Me fundo principalmente en los artículos: 12 y 28 de la Constitución Política de la
República de Guatemala; 141 al 146 de la Ley del Organismo Judicial, Decreto 2-89 del
Congreso de la República de Guatemala; 18, 19, 20, 23, 25, 26, 27, 28 de la Ley de lo
Contencioso Administrativo, Decreto 119-96 del Congreso de la República de
Guatemala; 124 al 132 del Código Municipal, Decreto 58-88 del Congreso de la
República de Guatemala. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
PRUEBAS:
Para demostrar y reforzar mi exposición ofrezco los siguientes medios: - - - - - - - -
DOCUMENTOS: a) Expediente dos mil ciento nueve guion dos mil once que obra en
poder de la Secretaría de la Municipalidad de Quetzaltenango, en donde consta que la
solicitud y trámite que se le dio al expediente presentado por la señora es anómalo.
Ruego que el mismo sea requerido a la Municipalidad de Quetzaltenango para
incorporarlo a las siguientes actuaciones y así comprobar los agravios y violaciones
inaceptables que se producen contra mi persona. b) Copia del memorial de fecha
diecinueve de junio de dos mil seis dirigido al Alcalde Municipal de Quetzaltenango para
evidenciar que desde esa fecha he querido que la oficina este completamente a mi
nombre, por estarlo pagando y ocupando. c) Copia de la última resolución. - - - - - - - - -
----------------------------
RECONOCIMIENTO JUDICIAL: Que se practicará en lugares y cosas que indicaré,
especialmente en la oficina identificada con el número cero trescientos veinte del
Mercado Municipal Minerva de la ciudad de Quetzaltenango, para establecerse qué
persona lo está ocupando y desde qué fecha, y que es lo que vende el mismo. - - - - - - -
-------- --------------------------------
PRUEBA DE EXPERTOS: Que en su momento indicado propondré. - - - - - - - - - -
DECLARACIÓN DE TESTIGOS: cuyos nombres propondré. - - - - - - - - - - - - - - - -
DECLARACIÓN DE PARTE: del tercero emplazado. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
PRESUNCIONES LEGALES Y HUMANAS: que se deriven de la sustanciación del
presente expediente. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
PETICIÓN:
DE TRAMITE: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
a) Se admita para su trámite la presente demanda de lo Contencioso Administrativo,
promovida en contra de la Corporación de la Municipalidad de Quetzaltenango,
Departamento de Quetzaltenango. b) Se tenga por señalado lugar para recibir
notificaciones y citaciones. c) Se tenga como mi Abogada Directora y Procuradora a la
indicada inicialmente. d) Se decrete que el presente proceso tenga EFECTOS
SUSPENSIVOS, pues el Juez de Asuntos Municipales me ordena la inmediata entrega
del local objeto de la controversia y que al entregarlo causaría perjuicios en mi oficina
de trabajo. d) Que la resolución controvertida es en contra del punto NOVENO del Acta
ONCE GUION DOS MIL ONCE, de fecha trece de mayo de dos mil once y que fue
emitida por la Corporación Municipal del Municipio y Departamento de Quetzaltenango,
toda vez que no se encuentra con arreglo a derecho. e) Que se tenga como medios de
prueba los ofrecidos en el presente memorial. f) Si el memorial presenta deficiencias
subsanables, se señale plazo para la enmienda de los errores. g) Oportunamente se
pidan los antecedentes a la entidad en contra de la cual se plantea el presente
PROCESO CONTENCIOSO ADMININISTRATIVO, con los apercibimientos legales. h)
Se emplace a la entidad demandada, a la Procuraduría General de la Nación y al
Tercero Juan Carlos Campos y Roca, en el lugar ya mencionado. j) Transcurrido el
plazo de emplazamiento, se decrete la REBELDÍA de los emplazados que no hayan
contestado la demanda, la que se tendrá contestada en sentido negativo. k) Que se
abra a prueba en el momento oportuno por el plazo de ley. l) Vencido el periodo de
prueba se señale día y hora para la vista. - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
----------------
DE FONDO: - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
a) Llegado el momento procesal de dictar Sentencia se declare CON LUGAR la
presente demanda de PROCESO CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO promovida en
contra del punto NOVENO del acta ONCE GUION DOS MIL ONCE de fecha trece de
mayo de dos mil once, dictada por la Corporación Municipal de Quetzaltenango, en
virtud de que la misma causa serios perjuicios en contra de mi persona, y como
consecuencia se REVOQUE el punto relacionado en el apartado de Hechos de éste
memorial, DICTANDOSE la resolución que en derecho corresponde. - - - - - - - - - - - - - -
-----------------------------
COPIAS: Acompaño cinco copias del presente memorial y documentos relacionados.
En la ciudad de Quetzaltenango, a los diecisiete días del mes de agosto de dos mil
once.

F.
EN SU AUXILIO, DIRECCIÓN Y PROCURACIÓN
Proceso de

amparo en

materia

administrativa
AMPARO NUEVO

AUTORIDAD RECORRIDA: Los Magistrados de La Sala Quinta de la Corte de

Apelaciones del Ramo Penal, Narcoactividad y Delitos Contra el Ambiente de la

Ciudad del Municipio y Departamento de Quetzaltenango.-

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA CONSTITUIDA EN TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

DE AMPARO. JUAN MARIO LOPEZ RAMIREZ de treinta años de edad, soltero,

GERARDO MORALES PEREZ de veinticinco años de edad, soltero, ambos

agricultores, guatemaltecos, con domicilio en la aldea Tichón del Municipio y

Departamento de Huehuetenango; señalamos como lugar para recibir notificaciones en

la tercera avenida doce guión veintidós de la zona uno de esta ciudad, segundo nivel

oficina doscientos cuatro, oficina del la abogada auxiliante Jaqueline Dinora Villatoro

García a quien confiero la Dirección y Procuración del presente asunto y ante los

Honorables Magistrados de la Corte Suprema constituidos en Tribunal Constitucional de

Amparo comparezco a interponer ACCION CONSTITUCIONAL DE AMPARO en

contra de los Magistrados de la Sala Quinta de la Corte de Apelaciones del Ramo

Penal, Narcoactividad y Delitos Contra el Ambiente de la Ciudad y Departamento de

Guatemala, quienes pueden ser notificados en la sede de este Tribunal que se ubica
en el Complejo de Justicia lugar ampliamente conocido de este departamento;

debiéndose además dar intervención por mandato legal al Ministerio Público cuyas

oficinas se encuentran situadas en la octava avenida número guión cincuenta y siete de

la zona uno de esta ciudad en base a los siguientes.

I. HECHOS

A) AUTORIDAD CONTRA LA CUAL SE RECURRE: Interpongo acción de amparo en

contra de los Magistrados de la Sala Quinta de la Corte de Apelaciones del Ramo

penal Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del Municipio y Departamento de

Quetzaltenango.

B) ACTO RECLAMADO: interpongo la presente ACCION DE AMPARO contra la

siguiente actuación: Resolución de fecha dieciséis de mayo del año en curso dictada

por la sala Quinta de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal, Narcoactividad y

Delitos contra el Ambiente de la Ciudad del Municipio y Departamento de

Quetzaltenango que al resolver DECLARA: SIN LUGAR el RECURSO DE

REPOSICION, planteado de mi parte, en contra de la resolución proferida por esta

Sala, de fecha siete de abril del año en curso. De los razonamientos

(fundamentación y motivación de la resolución). Textualmente la resolución


objeto de esta acción de amparo indica lo siguiente: “Se tiene a la vista para resolver
el recurso de Reposición interpuesto por los Procesados JUAN MARIO LOPEZ

RAMIREZ y GERARDO MORALES PEREZ contra la resolución proferida por esta

Sala, de fecha siete de abril del dos mil seis, que resuelve, “i) Acoge el recurso de

apelación planteado, como consecuencia, se REVOCA el auto de fecha veintisiete

de febrero de dos mil seis, debiendo el juez de la causa ordenar el Ministerio Publico

la presentación de la acusación respectiva para su consiguiente tramite y resolución

(…)”, en el proceso que por el delito de COACCION, AMENZAS Y DISPARO DE

ARMA DE FUEGO, se instruye contra los acusado indicados anteriormente.

CONSIDERANDO I: Que el artículo 402 del Código Procesal Penal establece

“Procedencia y Trámite”. El recurso de reposición procederá contra las resoluciones

dictadas sin audiencia previa, y que no sean apelables, a fin de que el mismo

tribunal que las dicto examine nuevamente la cuestión y dicte la resolución que

corresponda (…)”. CONSIDERANDO II: Los magistrados integrantes de este

tribunal, al examinar nuevamente la resolución dictada en fecha siete de abril del

dos mil seis, dentro del recurso de apelación presentada por el Querellante

Adhesivo Rodolfo López Pérez, consideramos que la Apelación planteada no

solamente contiene petición sobre los medios de investigación que debían de ser
incorporados al proceso, si no también se solicito, se resolviera sobre intervención

en el proceso en calidad de querellante adhesivo y actor civil, sobre acción

reparadora, sobre ordenar al Ministerio Público el cumplimiento de resoluciones para

evitar que el sindicado GERARDO MORALES PEREZ continuara obstaculizando la

realización de trabajos para el traslado de agua, hacia la Escuela Rural Mixta del

Cantón Tichón, aldea el Manzanillo del Municipio de Aguacatán del Departamento

de Huehuetenango: de tal manera que la apelación planteada al ser conocida por

esta sala y resuelta se considera que se hizo conforme al contenido della

inconformidad planteada y esta sala conoció de los puntos referidos como agravios

y como consecuencia y en base al principio Iura novit curia, se procedió a revocar el

fallo por ser esto lo que correspondía en base a la legalidad por lo que el recurso de

reposición debe ser declarado sin lugar y confirmarse la resolución dictada en la

apelación que se planteara en este proceso y que ya fuera descrita. LEYES

APLICABLES (…) POR TANTO Esta sala, con fundamento en lo considerado y

leyes aplicables; al resolver: DECLARA I) SIN LUGAR EL RECURSO DE

REPOSICION planteado, en contra de la resolución proferida por esta Sala de

Fecha siete de abril del año en curso. II) Notifíquese y con certificación de lo

resuelto, en su oportunidad devuélvanse las actuaciones al Juzgado de Origen.”


C) TERCEROS INTERESADO EN ESTA ACCION DE AMPARO: a) El Ministerio
Público que puede ser notificado a través de sus oficinas centrales que se ubican en

la octava avenida número diez guión cincuenta y siete de la zona uno de esta

ciudad.

D) ANTECEDENTES DEL CASO

1) En el Juzgado de Primera Instancia Penal y Delitos Contra el Ambiente de la

Ciudad y Departamento de Huehuetenango se dicto auto procesamiento en

nuestra por delitos de Coacción, Amenazas y disparo de arma de fuego, proceso

penal que se encuentra inventariado en ese tribunal bajo el número, doscientos

doce del año dos mil cinco a cargo del oficial quinto.

2) En la conclusión del procedimiento preparatorio el Ministerio Público solicitó la

Clausura Provisional del procedimiento mientras se incorpora otros elementos de

investigación, para poder oportunamente fundamentar una acusación o en su

caso el sobreseimiento.

3) En la audiencia en la etapa intermedia el querellante adhesivo se adhirió a

la clausura provisional solicitada por el Ministerio Público, y pidió se

incorporaran otros medios de investigación.

4) El juez al resolver accedió a declarar con lugar la clausura provisional solicitada


por el Ministerio Público con la Adhesivo en la audiencia de la etapa intermedia.

5) El querellante adhesivo apeló la decisión del Juez pero en cuanto a pedir la

apertura del Juicio sino que indico que se habida dejado de resolver sobre

algunos nuevos medios de investigación propuestos de su parte y solicito por

medio del recurso de apelación que la Sala hoy recurrida confirmara la práctica

de la investigación a realizar por parte del Ministerio Público para poder así

fundamentar oportunamente la acusación.

6) Los magistrados de la Sala de Apelaciones al resolver el recurso no lo hicieron

en base a las cusas y agravios manifestados por el querellante; sino por el

contrario se extralimitaron al resolver en forma extrapetita e indican al Juez

contralor de la Investigación que ordene al Ministerio Público que plantee la

acusación sin que nadie lo hubiere pedido, aparte de ello violan las formas del

procedimiento e inclusive la competencia asignada a tal Magistratura, al invadir

esferas que únicamente competen al Juez Contralor de la Investigación.

E) DE LA RESOLUCION OBJETO DEL PRESENTE AMPARO

A efecto de que no se provocaran los agravios con lo resuelto por la Sala interpusimos

recurso de reposición con el objeto de que se examinaran nuevamente la cuestión; el

que fue declarado sin lugar manteniendo violación al debido proceso y en consecuencia
una defensa eficaz provocando con ello agravios a nuestras personas ya que se viola
nuestro derecho de defensa al no cumplirse con el debido proceso.

Consideramos que esta es la resolución que nos causa agravio porque si se hubiere

resuelto favorablemente el recurso de reposición no nos provocarían agravio alguno y

par conocimiento de la Honorable Corte esta resolución nos fue notificada más de

treinta días después de interpuesto el recurso de reposición

F) DE LAS VIOLACIONES QUE SE HACEN AQ LOS DERECHOS Y GARANTIAS

CONSTITUCIONALES Y QUE PROVOCAN AGRAVIOS DE INDEFENSION : Con

lo resuelto por la Sala se viola el artículo 12 constitucional que indica: Derecho de

Defensa “la defensa de la persona y sus derechos son inviolables. Nadie puede ser

condenado, ni privado de sus derechos, sin haber sido citado, oído y vencido en

proceso legal ante juez o tribunal competente y preestablecido”. La garantía de una

libre y eficaz defensa nace del respeto al ordenamiento jurídico a través del Debido

Proceso. De conformidad con el articulo 409 del Código Procesal Penal que indica

Competencia: el recuro de apelación permitirá al tribuanl de alzada el conocimiento

del proceso solo en cuanto a los puntos de la resolución a que se refieren los

agravios y permitirá al tribunal confirmar, revocar, reformar o adicionar la

resolución.” La norma es clara al indicar que el recurso de apelación permitirá al


tribunal de alzada el conocimiento del proceso solo en cuanto a los puntos de la

resolución a que se refieren los agravios, por lo que en el presente caso la Sala

recurrida se extralimito al resolver fuera de las causas y agravios que se indicaban

en el escrito de apelación por parte del querellante adhesivo, violando así el debido

proceso y en consecuencia nuestra libre y eficaz defensa, e inclusive varando las

formas del procedimiento. El principio sobre el cual descansa la actividad proc3esal

penal está contenido en el artículo 281 del Código Procesal Penal que indica:

PRINCIPIO: No podrán ser valorados para fundar una decisión judicial, ni utilizados

como presupuestos de ella, los actos cumplidos con inobservancia de las formas y

condiciones previstas en este código, salvo que el defecto haya sido subsanado o

no se hubiera protestado oportunamente a el. Artículo 8 del decreto 1-86 OBJETO

DEL AMPARO: “El amparo protege a las personas contra las amenazas de

violaciones a sus derechos o restaura el imperio de los mismos cuando la violación

hubiere ocurrido. No hay ámbito que no sea susceptible de amparo y procederá

siempre que los actos, resoluciones disposiciones o leyes de autoridad lleven

implícitos una amenaza, restricción o violación de los derechos que la Constitución y

las leyes garantizan.” PROCEDENCIA: artículo 10 Decreto 1-86 establece la

procedencia del amparo se extiende a toda situación que es susceptible de un


riesgo, amenaza o violación a los derechos que la Constitución y a las leyes de la
república de Guatemala reconocen, ya sea que dicha situación provenga de

personas y entidades de derecho público o entidades de derecho privado. Toda

persona tiene derecho a pedir un amparo entre otros casos: a) para que se

mantenga o restituya en el goce de los derechos y garantías que establece la

Constitución o cualquier otra ley…” El artículo 12. COMPETENCIA DE LA CORTE

SUPREMA DE JUSTICIA: “La Corte Suprema de Justicia conocerá de los amparo

en contra de: a)… C) las salas de la Corte de Apelaciones,… Los artículos 24, 27,

29, 34 y 49 indican: PETICION DE AMPARO PROVISIONAL: “La Suspensión

provisional del acto reclamado procede tanto de oficio como a instancia de parte. En

cualquier caso el Tribunal, en la primera resolución, que dicte aunque no hubiere

sido pedido resolverá sobre la suspensión provisional del acto, resolución o

procedimiento reclamados, cuando a su juicio las circunstancias lo hagan

aconsejable.

AMPARO PROVISIONAL EN

CUALQUIER ESTADO DEL

PROCEDIMIENTO:

AGRAVIOS: al declarar sin lugar el

recurso de reposición la Sala confirma el

haberse extralimitado en lo resuelto en

cuanto a los puntos objeto de apelación

interpuesta por parte del querellante

adhesivo dejándonos en esta de

indefensión ya que inclusive hace del

conocimiento del Juez Aquo de la causa

que deber ordenar al Ministerio Público

para que plantee acusación en nuestra

contra. Esta resolución nos causa

agravios por dejarnos en estado de

indefensión al violar el debido proceso,

las formas del procedimiento y la

competencia asignada a tal Magistratura,

aparte de ellos nos provoca agravios


sociales porque el factor publicidad al

ordenar que se acuse es un desgaste

económico, moral y social que nos afecta

a todos los sindicados.

Aparte de ello LA RESLOUCION objeto

de la acción de amparo no tiene un

razonamiento lógico de acuerdo a lo

pedido en el recurso de reposición y por

lo tanto lo resuelto es en fraude de ley.

EN CONCLUSION: El planteamiento de

la acción de amparo es sencillo y se trata

de establecer: si la Sala se extralimito al

resolver sobre los puntos que no fueron

objeto de apelación. De encontrar acierto

desde ya solicito se declare con lugar la

presente acción de amparo, se dicte la

resolución que en derecho corresponde

haciéndose los pronunciamientos de ley

condenando en costas judiciales a la

autoridad recurrida.

II. FUNDAMENTO DE DERECHO

La constitución de la república de Guatemala en su artículo 265 indica

PROCEDENCIA DEL AMPARO: se instituye el amparo con el fin de

proteger a las personas contra las amenazas de violaciones a sus derechos o

para restaurar el imperio de los mismos cuando la violación hubiere

ocurrido… “La Ley de Amparo, Exhibición Personal y De Constitucionalidad

establece: en cualquier estado del procedimiento, antes de dictar sentencia y

a petición del interesado o de oficio, los tribunales de amparo tiene facultad

para acordad la suspensión condicional del acto, resolución o procedimiento

reclamado.”, INTERES DE TERCEROS EN EL AMPARO: “ Si la autoridad,

persona impugnada o el solicitante de amparo tuviesen conocimiento de que


alguna persona tiene interés directo en la subsistencia o suspensión del

acto… están obligados a hacerlo saber al tribunal… el tribunal de amparo

dará audiencia a dicha persona en la misma forma que el Ministerio Público,

teniéndosela como parte.” EFECTOS DEL AMPARO: “La declaración de

procedencia del amparo tendrá los siguientes efectos: a) dejar en suspenso,

en cuanto al reclamante, la ley, el reglamento, resolución o acto impugnados

y en su caso, el restablecimiento de la situación jurídica afectada o el cese de

la medida…”

Los artículos 3 y 9 de la Ley del Organismo Judicial Establecen: PRIMACIA

DE LA LEY: “ contra la observancia de la ley no puede alegarse ignorancia,

desuso, costumbre o practica en contrario”. SUPREMACIAO DE LA

CONSTITUCION Y JERARQUIA NORMATIVA: “ Los tribunales observarán

siempre el principio de la Jerarquía normativa y de supremacía de la

constitución de la República…”

LA DELCARACION AMERICA DE LOS DERECHOS Y DEBERES DEL

HOMBRE indica en su capítulo primero artículo XVIII que toda persona puede

acudir a los tribunales para hacer así mismo debe disponer de un

procedimiento sencillo y breve por el cual la justicia lo ampare contra actos de

la autoridad que violen, en perjuicio suyo algunos de los derechos

fundamentales consagrado constitucionalmente.”

LA CONVENCION AMERICANA SOBRE DERECHOS HUMANOS indica en

su artículo 8º. Garantías Judiciales inciso 1º. Toda persona tiene derecho a

ser oída con las debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un

juez o tribunal competente, independiente e imparcial…

III. MEDIOS DE PRUEBA

I. DOCUMENTAL:

Del proceso penal número doscientos doce del año dos mil cinco a cargo del

oficial quinto del Juzgado de primera instancia Penal y Delitos contra el

ambiente del municipio y departamento de Huehuetenango, las siguientes

actuaciones: a) el acta que contiene la audiencia de la etapa intermedia que


es de fecha veinticuatro de febrero del año dos mil seis. Con esta actuación

se pretende probar que el querellante adhesivo se adhirió a la clausura

Provisional solicitada por el Ministerio Público; b) La resolución que contiene

lo resuelto en la etapa intermedia la que es de fecha veintisiete de febrero del

año dos mil seis. Esta resolución pretende probar que el señor Juez Contralor

de la Investigación aceptó la clausura provisional solicitada por el Ministerio

Público con la Adhesión instada por el querellante adhesivo; c) el memorial

que contiene el recurso de apelación interpuesto por el querellante adhesivo

de fecha nueve de marzo del año dos mil seis. Este documento pretende

probar los motivos objeto del recurso de apelación por parte del querellante

adhesivo; d) la resolución que resuelve el recurso de apelación por parte de

la Sala Quinta de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal y Narcoactividad

de la ciudad del Municipio y Departamento de Quetzaltenango de fecha siete

de abril del dos mil seis. Esta actuación pretende probar que los magistrados

de la Sala en mención se extralimito al resolver no conforme a las causas y

agravios invocados e) El memorial que contiene el recurso de reposición que

interpusimos contra lo resuelto por la Sala en mención de fecha veintiséis de

abril del año dos mil seis. Este documento pretende probar por una parte que

se solcito a la Sala en mención para que se examinara nuevamente el asunto

por los motivos invocados y evitar agravios a nosotros como sindicados y por

otra advertir de la violación al debido proceso para corregir la actuación y no

incurrir en violentar las formas del procedimiento; f) resolución del Recurso

de Reposición de fecha veintisiete de abril del dos mil seis emitida por la

Sala Quinta de la Corte de Apelaciones, en esta resolución se tiene por

interpuesto el recurso de reposición de nuestra parte y se corre audiencia

por dos días; g) la resolución proferida por la Sala en mención y que es objeto

de la presente acción de amparo. Esta resolución pretende probar que con

ella se nos causan agravios ya que mediante esta resolución pudieron

corregirse las violaciones al debido proceso. Se acompañan a este memorial

las copias de todos los documentos y actuaciones relacionadas.

II. INFORME: CIRCUNSTANCIADO: Que deberá solicitarle a los magistrados de


la Sala Quinta de Apelaciones del Ramo Penal, Narcoactividad y Delitos contra

el Ambiente de la ciudad del Municipio y Departamento de Quetzaltenango sobre

las violaciones que se indica en esta acción de amparo.

III. RECONOCIMIENTO JUDICIAL: Que deberá verificarse en el proceso penal

inventariado en el Juzgado de Primera instancia del Ramo Penal y Delitos contra

el Ambiente de la ciudad del Municipio y Departamento de Huehuetenango bajo

el numero doscientos doce del año dos mil cinco a cargo del oficial quinto,

respecto a la existencia del referido proceso y sobre las actuaciones y

documentos que se ofrecen como pruebas en la presente acción de amparo.

PRESUSNCIONES LEGALES Y HUMANAS: Que se desprendan de la secuela

procesal.

IV. PETICION

I. DE TRAMITE

a) Que con el presente memorial y documentos adjuntos se forme el expediente

respectivo.

b) Que se tenga como lugar para recibir notificaciones de nuestra parte en la

tercera avenida doce guión veintidós de la zona uno de esta ciudad, segundo

nivel oficina doscientos cuatro, oficina del abogado auxiliante a quien confiero

la Dirección y Procuración del presente asunto.

c) Que se tenga por interpuesta de nuestra parte ACCION CONSTITUCIONAL

DE AMPARO en contra de los Magistrados de la Sala Quinta de la Corte de

Apelaciones del Ramo Penal y Delitos contra el Ambiente de la Ciudad del

Municipio y Departamento de Quetzaltenango.

d) Que se tengan por ofrecidos por nuestra parte los medios de prueba

debidamente individualizado y por acompañados los documentos adjuntos.

e) AMPARO PROVISIONAL: que con efectos suspensivos se suspenda el

procedimiento dentro del proceso penal número doscientos doce del año dos

mil cinco a cargo del oficial quinto, mientras se haga aconsejables o se

dilucida la presente acción de amparo.

f) Se mande pedir los antecedentes del caso a la autoridad impugnada para

que los presentes en el plazo de cuarenta y ocho horas mas plazo por razón
a la distancia;

g) Que se corra audiencia por cuarenta y ocho horas a Ministerio en sus

Oficinas centrales que se ubican en la Octava avenida número diez guión

cuarenta y siete de la zona uno de esta ciudad.

h) Que se abra a prueba la presente acción de amparo por el término de Ley,

corriéndoseles audiencia común a todos los sujetos procesales.

i) Que se señale dia y hora para que la vista sea publica .

II. SENTENCIA

Que llegado el momento de dictar sentencia al resolverse en forma definitiva la

presente acción de amparo SE DECLARE: a) CON LUGAR la presente ACCION

CONSTITUCIONAL DE AMPARO por violación a los principios de debido

proceso y defensa en consecuencia se revoque la resolución recurrida

dictándose la que en derecho corresponde. Se hagan las demás declaraciones

de ley; d) Se condene al pago de costas judiciales a la autoridad recorrida.

V. CITA DE LEYES

Fundo mi petición en la ley citada y en los artículos 29-31-36-37-44-51-58-61-62-

63-64-65-66-72-73-74-75-106-107-109-111-123-128-129 y 177 del Decreto ley

107; 1-4-5-6-7-8-9-10-13-14-17-32-33-34-35-36-37-42-43-44-45-46-47-48-49-52-

53-54 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad; 4-16-

18-67 de la Ley del Organismo Judicial; 12-28 de la Constitución Política de la

República de Guatemala. Acompaño cuatro copias del memorial y documentos

adjuntos. Guatemala dieciséis de junio del año dos mil seis

EN SUS AUXILIOS
CORTE SUPREMA DE JUSTICIA CONSTITUIDA EN TRIBUNAL DE AMPARO DE LA

CIUDAD DE HUEHUETENANGO, CIUDAD DE GUATEMALA, DIECISÉIS DE JUNIO DE DOS

MIL SEIS.-------------------------------------------------------------------------------------------

I. Por recibido memorial de Acción de Amparo y documentos adjuntos presentados por JUAN

MARIO LOPEZ RAMIREZ y GERARDO MORALES PEREZ en contra de la Corte de

Apelaciones del Ramo Penal y Delitos contra el Ambiente del Municipio y Departamento de

Quetzaltenango, fórmese el expediente de mérito. II. Se tiene como lugar para recibir

notificaciones el indicado y como Abogado director, procurador y auxiliante al propuesto. III. Por

recibidos los Medios de Prueba individualizados. IV. Se decreta Amparo Provisional a solicitud

de parte en el presente proceso. V. Ofíciese a donde corresponda informe circunstanciado

dentro de la presente causa para que sea remitido a ésta honorable Corte fijando el plazo de 48

horas. VI. Se corre audiencia al Ministerio Público por 48 horas. VII. A lo demás solicitado

espérese al momento procesal oportuno. VIII. NOTIFIQUESE. Artículos 1-4-5-6-7-8-9-10-13-

14-17-32-33-34-35-36-37-42-43-44-45-46-47-48-49-52-53-54 de la Ley de Amparo, Exhibición

Personal y de Constitucionalidad; 4-16-18-67 de la Ley del Organismo Judicial; 12-28 de la

Constitución Política de la República de Guatemala.


EXHIBICION

PERSONAL
EXHIBICIÓN PERSONAL

SEÑOR JUEZ DE PAZ PENAL DE TURNO DEL MUNICIPIO

Y DEPARTAMENTO DE GUATEMALA.

LUIS ARTURO QUIÑONEZ GIL , de cuarenta años de edad, casado, guatemalteco, Abogado

y Notario, de éste domicilio; actúo bajo mi propia dirección y procuración y, señalo como lugar

para recibir notificaciones la sexta avenida cero guión sesenta zona cuatro Torre Profesional Dos,

noveno nivel, oficina novecientos trece, Ciudad de Guatemala; de manera atenta comparezco ante

usted con el objeto de PROMOVER EXHIBICIÓN PERSONAL a favor del señor CESARIO

DAGOBERTO MARROQUIN IXCOY, para lo cual:

EXPONGO

a) Tengo conocimiento que el señor CESARIO DAGOBERTO MARROQUIN IXCOY se

encuentra recluido en las cárceles preventivas de la zona dieciocho, por llamadas telefónicas

que han recibido sus familiares.

b) Sin embargo al acudir a dicho Centro Preventivo, se me ha indicado que no se encuentra

registrado, pero dicha persona ha llamado en varias ocasiones a sus familiares, asegurando

que se encuentra ingresado en ese centro preventivo, por lo cual se teme por su integridad

física, cabe el temor de que se encuentre registrado con otro nombre, por lo que es necesario

realizarle llamados en los diferentes sectores y con el nombre que se indica en la copia de la

cédula de vecindad que se adjunta.

FUNDAMENTO DE DERECHO:

El artículo 28 de la Constitución Política de la República de Guatemala establece: DERECHO


DE PETICIÓN: Los habitantes de la República de Guatemala tienen derecho a dirigir, individual
o colectivamente, peticiones a la autoridad, la que está obligada a tramitarlas y deberá resolverlas
conforme a la ley... ;Igualmente el artículo 82 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
constitucionalidad, establece en su parte conducente” Quien se encuentre ilegalmente preso,
detenido o cohibido de cualquier otro modo en el goce de su libertad individual...aún cuando su
prisión o detención fuere fundada en ley....artículo 85 del mismo cuerpo legal, La exhibición
personal puede pedirse por escrito...por el agraviado o por cualquiera otra persona, sin necesidad
de acreditar representación alguna....
PETICIONES

1. Que se tenga por presentado el memorial y documento adjunto

2. Que se tome nota de la dirección señalada para recibir notificaciones.

3. Por lo antes expuesto SE TENGA POR PRESENTADA EXHIBICIÓN PERSONAL a

favor del señor CESARIO DAGOBERTO MARROQUIN IXCOY.

4. Que para efectos del pago respectivo, se oficie a donde corresponda.

5. Que se me notifique lo ACTUADO.


CITA DE LEYES: Los artículos invocados.

Acompaño duplicado y tres copias del presente memorial y documentos adjunto.

Guatemala 28 de julio del 2004.

FIRMO EN MI PROPIO AUXILIO


PROCESO PENAL No. C-14-2003 Oficial: Octavo

SEÑOR JUEZ SÉPTIMO DE PRIMERA INSTANCIA PENAL, DEL DEPARTAMENTO

DE GUATEMALA.

HYO RIM CHOI, de cuarenta y ocho años de edad, casado, de nacionalidad Coreana, Industrial,

de éste domicilio, residente en primera calle diez guión setenta zona cuatro del municipio de

Villa Nueva departamento de Guatemala, actúo en mi calidad de VICEPRESIDENTE DEL

CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN Y REPRESENTANTE LEGAL de la entidad

denominada “HAN SOLL GUATEMALA, SOCIEDAD ANÓNIMA”, calidad que acredito

con la fotocopia autenticada del acta notarial de mi nombramiento, autorizada en la Ciudad de

Guatemala, con fecha uno de octubre del año dos mil dos, por el Notario CESAR AUGUSTO

GALICIA PRERA, la que se encuentra debidamente inscrita en el Registro Mercantil General de

la República, bajo el número ciento noventa y ocho mil trescientos cuatro, folio doscientos

veinte, del libro ciento veinticinco de Auxiliares de Comercio; actúo bajo la dirección y

procuración del Abogado que me auxilia y, señalo como lugar para recibir notificaciones la sexta

avenida cero guión sesenta zona cuatro Torre Profesional Dos, noveno nivel, oficina novecientos

trece, Ciudad de Guatemala; de manera atenta comparezco ante usted con el objeto de solicitar

SE ME TENGA POR APERSONADO DENTRO DEL PROCESO PRESENTE, para lo

cual:

EXPONGO

A. Tengo conocimiento que en el Juzgado a su digno cargo, se presentó denuncia penal en mi

contra por mi calidad de Representante Legal de mi representada HAN SOLL

GUATEMALA, SOCIEDAD ANÓNIMA, en virtud de haber supuestamente incurrido en

ilícitos penales, y especialmente en un Caso Especial de Defraudación Aduanera.

B. Se indica que mi representada pudo haber incurrido en los delitos de Falsedad Material y

Falsedad Ideológica al haber supuestamente insertado en una resolución de calificación como

Empresa Maquiladora a Han Soll, en la cual se detallan varias partidas arancelarias exentas de

impuestos, la partida arancelaria 5205.13.00 Hilados de algodón, lo cual no es cierto toda vez

que Han Soll contrato a la Agencia Aduanera para realizar todos los tramites relacionados con

la importación, y estas designo a los agentes aduaneros Oscar Rodolfo Morales Ramírez y
Jorge Armando Espinoza quienes efectivamente realizaron los tramites correspondientes,

extremos que estaremos acreditando ante el Órgano Investigador correspondiente.

C. En tal sentido y en con el objeto de no violar el debido proceso relacionado al Derecho de

Defensa, respetuosamente solicito se me tenga por apersonado al proceso supraidentificado y

como mi Abogado Defensor al Licenciado Julio Antonio Velasco Chicol.

FUNDAMENTO DE DERECHO:

El artículo 28 de la Constitución Política de la República de Guatemala establece: DERECHO


DE PETICIÓN: Los habitantes de la República de Guatemala tienen derecho a dirigir, individual
o colectivamente, peticiones a la autoridad, la que está obligada a tramitarlas y deberá resolverlas
conforme a la ley... ;El Artículo 70 del Código Procesal Penal establece, “Se denominará
sindicado, imputado, procesado o acusado a toda persona a quien se le señale de haber cometido
un hecho delictuoso, ...”. Igualmente el Artículo 71. del mismo cuerpo legal indica: Los derechos
que la Constitución y este Código otorgan al imputado, puede hacerlos valer por sí o por medio
de su defensor, desde el primer acto del procedimiento dirigido en su contra hasta su finalización.
Se entenderá por primer acto del procedimiento cualquier indicación que señale a una persona
como posible autor de un hecho punible o de participar en él, ante alguna de las autoridades de la
persecución penal que este Código establece”.
PETICIONES

1. Que se admita para su trámite el presente memorial y se agregue a sus antecedentes.

2. Que con la documentación adjunta, se reconozca la calidad con la que actúo.

3. Que se tenga como mi Abogado defensor al Licenciado Julio Antonio Velasco Chicol y se

tome nota de la dirección señalada para recibir notificaciones.

4. Que por lo antes expuesto SE ME TENGA POR APERSONADO con la calidad con que

actuó en representación de la entidad “HAN SOLL GUATEMALA, SOCIEDAD

ANÓNIMA”, dentro del proceso penal supraídentificado, a efecto de hacer valer el derecho

de defensa, derecho de carácter constitucional.

5. Que se resuelva favorable el presente memorial y se me notifique lo resuelto.

CITA DE LEYES: La invocada y los artículos; 1, 2, 3, 4, 5, 7, 9, 11, 11bis, 12, 14, 16, 17, 20, 21,

92, del Código Procesal Penal. 28, 44, 46 de la Constitución Política de la República de

Guatemala.

Acompaño duplicado y tres copias del presente memorial y documentos adjuntos.

Guatemala 21 de marzo del 2003.

EN SU AUXILIO
INCONSTITUCIONALIDAD
EN CASO CONCRETO
INCONSTITUCIONALIDAD EN CASO CONCRETO

EXPEDIENTE 4274-2009

CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, cuatro de octubre de dos mil once.

En apelación y con sus antecedentes, se examina el auto doce de octubre de dos mil nueve, dictado por el
Tribunal Primero de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de
Quetzaltenango, en carácter de Tribunal Constitucional, en el incidente de inconstitucionalidad de ley en caso
concreto promovido por Rodolfo Marco Tulio Rodas Pérez contra el artículo 7 de la Ley contra el femicidio y otras
formas de violencia contra la mujer, Decreto 22-2008 del Congreso de la República. El solicitante actuó con el
auxilio del abogado Allan Amilkar Estrada Morales. Es ponente en este caso el Magistrado Vocal I, Mauro Roderico
Chacón Corado, quien expresa el parecer del Tribunal.

ANTECEDENTES

I. LA INCONSTITUCIONALIDAD

A) Caso concreto en que se plantea: proceso penal identificado con el número de expediente nueve mil treinta y
ocho - dos mil nueve - cero cero cuatrocientos cuatro (9038-2009-00404) a cargo del Tribunal Primero de Sentencia
Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de Quetzaltenango, incoado contra el
solicitante por el delito de violencia contra la mujer. B) Ley que se impugna de inconstitucional: artículo 7 de la Ley
contra el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer, Decreto 22-2008 del Congreso de la República. C)
Normas constitucionales que se estiman violadas: artículos 1º, 2º, 4º, 44, 47, 175 y 204 de la Constitución Política
de la República de Guatemala. D) Fundamento jurídico que se invoca como base de la inconstitucionalidad: del
contenido del fallo apelado y de las constancias procesales se extrae lo siguiente: a) ante el Tribunal Primero de
Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente se tramita proceso penal contra el ahora solicitante,
atribuyéndosele la comisión del delito de violencia contra la mujer, tipificado en el artículo 7 de la Ley contra el
femicidio y otras formas de violencia contra la mujer –norma impugnada–. El Ministerio Público, el tres de julio de
dos mil nueve, presentó acusación en su contra; en tal virtud, el doce de agosto de dos mil nueve, el Juez de
Primera Instancia dictó el auto de apertura respectivo, habiéndose remitido las actuaciones al Tribunal de
Sentencia antes referido; b) la norma impugnada regula: “Comete el delito de violencia contra la mujer quien, en el
ámbito público o privado, ejerza violencia […] psicológica, valiéndose de las siguientes circunstancias: a) Haber
pretendido, en forma reiterada o continua, infructuosamente, establecer o restablecer una relación de pareja o de
intimidad con la víctima. b) Mantener en la época en que se perpetre el hecho, o haber mantenido con la víctima
relaciones familiares, conyugales, de convivencia, de intimidad o noviazgo, amistad, compañerismo o relación
laboral, educativa o religiosa. […] La persona responsable del delito de violencia psicológica contra la mujer será
sancionada con prisión de cinco a ocho años, de acuerdo a la gravedad del delito, sin perjuicio de que los hechos
constituyan otros delitos estipulados en leyes ordinarias.” El artículo 1o de la Constitución Política de la República
de Guatemala promueve la integración social, reconociendo en la familia el génesis de los valores espirituales y
morales de la sociedad, cuya protección será el resultado de la estabilidad y permanencia que ésta pueda tener. La
norma que se impugna contraviene el precepto constitucional, pues tiende a la desintegración de la familia en
tanto contempla una pena de cinco a ocho años de prisión ante la comisión del delito de violencia psicológica
contra la mujer, presupuesto inexacto de cualificar y cuantificar al ser un aspecto subjetivo. La norma no responde
a las condiciones establecidas para la protección de la familia, como fin del Estado, el que no puede alcanzarse
mediante la aplicación de una regulación que de forma imperfecta recoge el tipo penal, señalando como
consecuencia una pena de tal magnitud. La norma impugnada se presenta como una acción afirmativa o de
discriminación positiva; sin embargo, su regulación lleva al campo penal circunstancias subsanables desde otras
vías, que sin llegar a ser tan gravosas permitirían la realización del mandato del artículo 1o constitucional, el que se
vislumbra infringido. Asimismo, la norma impugnada tergiversa el mandato de protección a la persona, afectando
directamente el círculo familiar por el distanciamiento que la pena a imponer llegaría a provocar, aunado a que
resulta restrictiva del fin estatal de protección de la familia, en tanto representa un mecanismo idóneo para dividir
a las familias guatemaltecas al regular sanciones graves contrarias a la tendencia internacional que propugna por la
despenalización y la disminución de las penas; c) el artículo 2o. constitucional garantiza a los habitantes de la
República, entre otros valores, la justicia, el que se advierte disminuido, tergiversado, restringido, contrariado y
violentado ante la posible aplicación de la norma que se objeta. La aplicación del artículo 7 de la Ley contra el
femicidio y otras formas de violencia contra la mujer resulta totalmente injusta, pues establece una pena de cinco a
ocho años de prisión que habrá de imponerse a la persona de sexo masculino que ejerza violencia psicológica
contra una mujer, sin establecer parámetros concretos sobre los cuales puede darse ese tipo de violencia. En
condiciones similares, la norma no regula una sanción de igual naturaleza para la mujer en el caso de provocar un
daño psicológico al hombre en el contexto de una relación de pareja. Si bien pudo existir buena intención por parte
del legislador al tipificar el delito de violencia física en contra de la mujer, no sucede lo mismo con la violencia
psicológica, pues ésta se presenta como un hecho difícil de valorar, derivado de su naturaleza subjetiva; por ende,
deviene injusta la aplicación de la norma por no fijar los parámetros en que debe entenderse consumado el ilícito,
pudiendo ser el caso, inclusive, que el trastorno psicológico originado de una palabra, un gesto o una mirada
efectuada por el hombre a su pareja conlleve la existencia de violencia psicológica contra esta última. De esa
cuenta, el hecho de que un padre intente acercarse a su hijo, pretendiendo restablecer una relación de pareja, bien
puede provocar un perjuicio emocional a la madre, con lo cual, la conducta de aquél deberá ser sancionada con
prisión de cinco a ocho años, determinándose totalmente desproporcionada tal consecuencia. La injusticia de la
norma se advierte al incumplirse el deber del Estado de garantizar una vida íntegra al hombre que, por incurrir en
conductas como la antes descrita, se ve afectado ante el riesgo que representa convivir durante el tiempo que se
encuentre en prisión (cinco a ocho años) con personas que han cometido delitos dirigidos a proteger bienes
jurídicos realmente esenciales; ese riesgo afecta también al hijo que crecería sabiendo que su padre se encuentra
en prisión por pretender restablecer una relación con la madre, provocándole un daño serio; d) la norma objetada
contraviene el derecho a la igualdad, reconocido en el texto constitucional guatemalteco, en su artículo 4o, y en
distintos instrumentos internacionales de los que el Estado es parte. Cada palabra recogida en la normativa que se
impugna contiene una serie de formas de discriminación contra el hombre. En principio, la norma sectoriza su
aplicación hacia el grupo humano constituido por mujeres, lo que deviene contrario a los mandatos
constitucionales, pues hace distinción de derechos, dignidad, oportunidades y responsabilidades, protegiendo la
seguridad psicológica de la mujer, en menosprecio de la del hombre. En igualdad de condiciones, de ejercerse
violencia psicológica contra el hombre, no sería posible imponer la misma pena a quien resulte responsable. La
inaplicación pretendida obedece a la exigencia de establecer una normativa jurídica igualitaria que regule las
relaciones sociales y no provoque distanciamiento entre seres independientes. La norma que se ataca coloca al
varón, soltero o casado, en una situación discriminatoria con fundamento únicamente en su sexo. Los daños
psicológicos provocados por violencia en el hogar son propicios para ambos sexos; sin embargo, la normativa
objetada establece una pena sólo para los casos en que la agraviada sea mujer, lo que no es razonable, pues en una
relación sentimental hombre y mujer pueden ocasionar daño psicológico al otro, determinando un trato desigual
que riñe con el mandato constitucional. El principio de igualdad debe ser de observancia obligatoria y no puede
admitirse acto jurídico que lo violente, en tanto es el cimiento sobre el que se asienta todo el andamiaje jurídico; y
e) el artículo 47 de la Constitución garantiza la protección a la familia, considerando incluida en su regulación la
exigencia de la igualdad familiar. Por ende, la norma objetada contiene una incoherencia con el mandato
constitucional, en tanto sanciona con prisión la conducta de un padre de familia propia del derecho natural, como
es la de pretender tener contacto con su hijo y restablecer una relación con la madre de éste. En tal sentido, la
norma impugnada contraría el precepto constitucional al tipificar como delito una conducta propia de la familia,
poniendo en riesgo la organización de ésta y la tutela de los derechos de los hijos menores de edad. La
contravención a los preceptos constitucionales enunciados por la norma que se ataca acarrea su nulidad, de
acuerdo a los artículos 44, 175 y 204 constitucionales. Solicitó que se resuelva con lugar el incidente de
inconstitucionalidad de ley en caso concreto y, como consecuencia, que se declare la inaplicabilidad de la norma
impugnada al proceso penal instruido en su contra. E) Resolución de primer grado: el Tribunal Primero de
Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de Quetzaltenango, en carácter de
Tribunal Constitucional, consideró: “[…] el artículo 7 del decreto 22-2008 no vulnera normas constitucionales en
este caso que nos ocupa, toda vez que justamente la tesis acusatoria fiscal gira en torno a los elementos del tipo
aludido y la cual fue admitida por el juez que conoció tanto la fase preparatoria como intermedia y por establecerse
que dicha norma de carácter ordinario, y que de conformidad con los principios generales del derecho, esta es de
aplicación general-erga omnes (sic), de derecho sustantivo material vigente y que de aceptar las pretensiones del
interponente se vulneraría el principio de igualdad, pues como política criminal del Estado, a través del poder
legislativo desde el punto de vista objetivo (Ius Poenale), que consiste en el conjunto de normas jurídico-penales que
regulan la actividad punitiva del Estado, que determinan en abstracto los delitos, las penas y las medidas de
seguridad, actuando a su vez como un dispositivo legal que limita la facultad de castigar del Estado, a través del
principio de legalidad. […] Bajo los presupuestos relacionados, a criterio de quienes juzgan en esta instancia, de
advertir que el artículo 7 de la norma impugnada debió impugnarse de manera general y no pretender su aplicación
únicamente al reclamante, pues como ya se mencionó la ley es vigente y aplicable para todos los habitantes de la
república de Guatemala, además el incidentista se adelanta a las circunstancias toda vez que él está amparado del
manto de inocencia que alude el artículo 14 de la Constitución Política de la República de Guatemala. […] Por otra
parte, los juzgadores advierten de la exposición planteada por el interponente, en cuanto a que la acusación tiene
sustento en el artículo 7 de la referida ley impugnada, que de ser aplicada en el presente proceso en la jurisdicción
ordinaria constituiría bases constitucionales negativas, como lo es la desprotección familiar, injusticia y desigualdad
discriminatoria. Ante tales aseveraciones el tribunal advierte que si bien es cierto que el Estado de Guatemala se
organiza para proteger a la persona y a la familia y que es deber del mismo garantizar a los habitantes de la
República la vida, la libertad y la justicia entre otros y que en Guatemala todos los seres humanos son libres e
iguales en dignidad y derechos y preceptúa que el hombre y la mujer, cualquiera que sea su estado civil, tiene
iguales oportunidades y responsabilidades y que el Estado garantiza la protección social, económica y jurídica de la
familia. Promoverá su organización sobre la base legal del matrimonio, la igualdad de derechos de los cónyuges,
ello tal como lo manifestó el interponente en relación con los artículo 44, 175 y 204 de la Constitución Nacional,
relativo a los Derechos inherentes a la persona humana; a la jerarquía constitucional y lo relativo a las condiciones
esenciales de la administración de justicia; pero dichos principios constitucionales tienen su límite y es más dichos
principios están reglamentados en las leyes ordinarias y es sabido de todos que el sector feminista ha sido
duramente azotado por la violencia y mancillado por el machismo en los diferentes ámbitos y sectores de nuestro
país y es por ello que el mismo Estado ha tenido que privilegiar la normativa a efecto de brindarles protección a las
personas del sexo femenino y poder cumplir con su cometido y efectivamente hacer cumplir lo relativo al artículo 1 y
2 de nuestra Constitución Política. En consecuencia, por todo lo anterior, no es posible hacer lugar a la solicitud
planteada, respecto a declarar la inaplicabilidad del artículo 7 de la ley impugnada. Imponiéndose la multa
respectiva, por mandato legal y debiendo quedar en suspenso el proceso de la jurisdicción ordinaria en tanto este
fallo causa estado […]”. Y resolvió: “[…] I) SIN LUGAR el incidente de Inconstitucionalidad de ley en caso concreto
del artículo 7 del decreto número 22-2008 Ley Contra el Femicidio y Otras Formas de Violencia Contra la Mujer,
promovido por Rodolfo Marco Tulio Rodas Pérez, quien actuó con el patrocinio del abogado Allan Amilkar Estrada
Morales; II) Se condena en costas al interponente de la inconstitucionalidad Rodolfo Marco Tulio Rodas Pérez; III) Se
impone al abogado patrocinante, Allan Amilkar Estrada Morales la multa de Quinientos quetzales, la que deberá
hacer efectiva en la tesorería de la Corte de Constitucionalidad dentro del quinto día de estar firme el presente fallo
[…]”.

II. APELACIÓN

El solicitante apeló.

III. ALEGATOS EN EL DÍA DE LA VISTA PÚBLICA

El incidentante reiteró que el artículo 7 de la Ley contra el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer
viola los artículos 1o., 2o., 4o. y 47 de la Constitución Política de la República, en relación con los artículos 44, 175 y
204 del mismo texto fundamental. Señaló que las razones que fundamentan su planteamiento son, entre otras, las
siguientes: a) los hechos incoados por el Ministerio Público se refieren a la intención de hacer valer el derecho de
relacionarse con su hijo, cuestión que, de ser calificado como delito, se contrapone a uno de los principales fines
del Estado de Guatemala, como es la protección a la familia; así, la norma impugnada provoca el distanciamiento
familiar, en clara violación al artículo 1o constitucional; b) la norma que se objeta contradice el artículo 4o de la
Constitución, pues establece una pena de privación de libertad a la conducta ejecutada por el hombre, mientras
que si es la mujer quien ejecuta la misma conducta, no existe sanción alguna, lo que acarrea discriminación en el
tratamiento legal; c) la referida norma conculca el artículo 47 constitucional, en tanto promueve la disolución
familiar al regular una sanción privativa de la libertad. Solicitó que se resuelva con lugar el recurso de apelación
promovido y, en consecuencia, que se declare inaplicable al caso concreto la norma impugnada.

CONSIDERANDO

-I-

Establece el artículo 266 de la Constitución Política de la República de Guatemala que en casos concretos,
en todo proceso de cualquier competencia o jurisdicción, en cualquier instancia y en casación, y hasta antes de
dictarse sentencia, las partes podrán plantear como acción, excepción o incidente, la inconstitucionalidad total o
parcial de una ley, debiendo el tribunal pronunciarse al respecto.

- II -

Rodolfo Marco Tulio Rodas Pérez promueve incidente de inconstitucionalidad de ley en caso concreto,
impugnando el artículo 7 de la Ley contra el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer. Denuncia el
solicitante que la norma objetada inobserva los artículos 1o., 2o., 4o., 44, 47, 175 y 204 de la Constitución Política
de la República.

En primer grado, el Tribunal Primero de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del
departamento de Quetzaltenango, en carácter de Tribunal Constitucional, declaró sin lugar el incidente planteado.
Por su parte, el solicitante apeló, reiterando los motivos de su impugnación.

- III -

Para los efectos de dar respuesta a los motivos invocados por el solicitante para denunciar la
inconstitucionalidad del precepto normativo objetado, se atenderá al orden de los argumentos expresados en el
escrito de interposición.

En primer lugar, refiere el incidentante que la norma refutada contraviene el artículo 1o constitucional que
garantiza la protección de la persona y de la familia, pues su regulación tiende, precisamente, a la desintegración
familiar al contemplar una pena de cinco a ocho años de prisión ante la comisión del delito de violencia psicológica
contra la mujer, presupuesto inexacto de cualificar y cuantificar dada su naturaleza subjetiva. Agrega que la norma
objetada lleva al ámbito penal circunstancias subsanables desde otras vías, tergiversando el mandato
constitucional de protección a la persona y afectando directamente el círculo familiar por el distanciamiento que la
pena a imponer llegaría a provocar.

Al proceder al análisis de los motivos expresados por el solicitante para denunciar la inconstitucionalidad
de la norma del artículo 7 de la Ley contra el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer, se advierte que
los argumentos invocados revelan, como elemento central, el cuestionamiento directo que hace el ahora
incidentante ante la política criminal asumida por Estado, específicamente a la potestad ejercida por el Congreso
de la República al tipificar como ilícito penal la violencia psicológica ejercida contra la mujer.
Así, al referir que la regulación contenida en la norma objetada conlleva la desprotección de la persona y
de la familia y que se llevan al ámbito penal situaciones que podrían solucionarse por otras vías, lo que hace el
postulante es objetar, por reputarla inconstitucional, la tipificación del delito referido.

En tal sentido, no pasa desapercibido para esta Corte que en un Estado democrático, conforme a la
garantía del principio de legalidad en materia penal (artículo 17 constitucional), corresponde al Poder Legislativo la
emisión de la normativa que determina qué conductas deben ser calificadas como delitos o faltas por lesionar o
amenazar bienes jurídicos esenciales para garantizar una pacífica convivencia social, estableciendo también la pena
a imponer como consecuencia sobreviniente ante su consumación (lo que se traduce en el ejercicio efectivo del ius
poenale o Derecho penal objetivo). De esa cuenta, en el contexto de la política criminal del Estado, el Congreso de
la República es el órgano competente para tipificar las acciones u omisiones que deben ser perseguidas y
reprimidas en el orden penal por atentar contra valores superiores de la comunidad.

Así las cosas, en principio, cabe acotar que no es dable a otro órgano inmiscuirse en la función que, con
exclusividad, compete al Congreso de la República en la tipificación de los ilícitos penales. No obstante, como se
hiciera ver en la sentencia de veintidós de febrero de dos mil once, emitida dentro del expediente dos mil
novecientos cincuenta y tres - dos mil nueve (2953-2009), el control de constitucionalidad también es dable de ser
ejercido mediante el control de razonabilidad de las acciones y disposiciones de los poderes públicos, habiendo
agregado, entre otras cuestiones, lo siguiente: “Si bien la Constitución guatemalteca no prohíbe expresamente –
como sí lo hace, por ejemplo, la Constitución Española en su artículo 9.3– la arbitrariedad de los poderes públicos –
la que sí se veda en cuanto a la actuación personal de los diputados al Congreso de la República, artículo 161 de la
Constitución guatemalteca–, tal mandato se entiende comprendido, implícitamente, en la forma republicana,
democrática y representativa de Gobierno (artículos 140, 141, 152 y 281 constitucionales), en la supremacía de las
normas constitucionales (artículos 44, 175 y 204), en la separación y distribución de las funciones del Estado
(artículo 141), en el principio de legalidad que rige a la actuación administrativa (artículo 154), en el imperio de la
ley y su carácter no retroactivo (artículos 15 y 153), en la responsabilidad en el ejercicio de la función pública
(artículo 155), en la no obligatoriedad de acatar órdenes ilegales (artículo 156) y, finalmente, en los deberes
primordiales del Estado, el que debe garantizar a los habitantes de la República la vida, la libertad, la justicia, la
seguridad, la paz y el desarrollo integral de la persona (artículos 2o), es decir, el goce de sus derechos y libertades
(artículos 138 y 140), estando obligado a dirigir todas sus acciones y decisiones a la realización del bien común
(artículo 1o.). En otras palabras, si el modelo de Estado que configura la Constitución Política de la República de
Guatemala es congruente con los presupuestos, ideales, principios y valores del Estado constitucional y democrático
de Derecho –como cabe deducir del contenido del Preámbulo de la Constitución–, entonces no es factible admitir o
tolerar, bajo ninguna circunstancia, la arbitrariedad, el exceso, el capricho o el abuso en el desempeño de la función
pública. Pues bien, afirmando la imposibilidad de que las potestades estatales sean ejercidas arbitrariamente, es
menester que, para la consecución del modelo de Estado pretendido por las normas constitucionales, exista un
control que sin suplantar o sustituir en su quehacer a los órganos públicos determine con un criterio objetivo,
independiente e imparcial, si éstos, en su actividad y funcionamiento, incurren en arbitrariedad. […] en lo que
respecta a las leyes, reglamentos y demás disposiciones de carácter general, es a la Corte de Constitucionalidad a la
que, por mandato del artículo 267 del texto fundamental, corresponde el control de constitucionalidad y, como
elemento de éste, el control de la razonabilidad en el ejercicio de la potestad legislativa, reglamentaria o
reguladora, según sea el caso. Ahora bien, en su labor de control, la Corte es la primera obligada a defender el
orden constitucional (artículo 268 de la norma suprema), por lo que, respetando las potestades y atribuciones
confiadas por el poder constituyente a los distintos órganos constituidos, le está vedado arrogarse el desempeño de
las funciones a éstos delegadas y, menos aun, desconocer los principios que informan al régimen democrático de
Derecho que la Constitución aspira a realizar. Así, tratándose de una norma emanada del Poder Legislativo (como
acontece en el proceso que ahora se resuelve), el control de razonabilidad no puede ser tal que consienta la
suplantación de la labor que le es propia al Congreso de la República, de manera que, lejos de prescribir cuál debe
ser el contenido, el objeto o los alcances de las leyes que aquél decreta, reforma o deroga (artículos 157 y 171,
inciso a), compete al Tribunal Constitucional únicamente dilucidar si la potestad legislativa ha sido o no ejercida
alejada de toda arbitrariedad, es decir, si existe o no base razonable, en orden a los valores, principios y derechos
que propugna la Constitución, que justifique la regulación contenida en el precepto legal que se reputa contraria a
sus mandatos.”

Pues bien, mediante el control instado, en observancia de la función específica que corresponde al
Congreso de la República en el ejercicio de sus atribuciones constitucionales, no puede pretenderse que sea este
Tribunal el que determine la pertinencia, oportunidad y conveniencia, en términos político-criminales, de la
tipificación del delito de violencia psicológica contra la mujer, o, como pareciera sugerir el postulante, la existencia
de alternativas posibles al ámbito penal. En todo caso, el control a ejercer ha de supeditarse a determinar la
sujeción de la norma objetada a los mandatos constitucionales, en especial a la garantía del principio de legalidad
que, como límite al ejercicio de la potestad punitiva del Estado, exige la identificación de un concreto bien jurídico
que se pretenda proteger y, a la vez, su carácter esencial para asegurar una pacífica convivencia en sociedad.

Así, la norma reputada inconstitucional tipifica el delito de violencia psicológica contra la mujer en los
términos siguientes: “Comete el delito de violencia contra la mujer quien, en el ámbito público o privado, ejerza
violencia […] psicológica, valiéndose de las siguientes circunstancias: a) Haber pretendido, en forma reiterada o
continua, infructuosamente, establecer o restablecer una relación de pareja o de intimidad con la víctima. b)
Mantener en la época en que se perpetre el hecho, o haber mantenido con la víctima relaciones familiares,
conyugales, de convivencia, de intimidad o noviazgo, amistad, compañerismo o relación laboral, educativa o
religiosa. […] La persona responsable del delito de violencia psicológica contra la mujer será sancionada con prisión
de cinco a ocho años, de acuerdo a la gravedad del delito, sin perjuicio de que los hechos constituyan otros delitos
estipulados en leyes ordinarias.”

Pues bien, en lo que respecta al bien jurídico protegido mediante la norma penal, es claro que lo
constituye la integridad de la mujer, extendiendo su ámbito de protección a la integridad emocional o psicológica
de ésta.

En efecto, el artículo 1 de la Ley contra el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer, al
concretar el objeto de regulación de dicho cuerpo normativo, señala: “Objeto y fin de la ley. La presente ley tiene
por objeto garantizar la vida, la libertad, la integridad, la dignidad, la protección y la igualdad de todas las mujeres
ante la ley, y de la ley, particularmente, cuando por condición de género, en las relaciones de poder o confianza, en
el ámbito público o privado quien agrede, cometa en contra de ellas prácticas discriminatorias, de violencia física,
psicológica, económica o de menosprecio a sus derechos. El fin es promover e implementar disposiciones orientadas
a la erradicación de la violencia física, psicológica, sexual, económica o cualquier tipo de coacción en contra de las
mujeres, garantizándoles una vida libre de violencia, según lo estipulado en la Constitución Política de la República e
instrumentos internacionales sobre derechos humanos de las mujeres ratificados por Guatemala.”

Una vez determinado el bien jurídico protegido, cabe señalar que éste no puede reputarse irrelevante
para asegurar una pacífica convivencia social, por cuanto la protección de la integridad emocional de las mujeres
(quienes representan más del cincuenta y uno por ciento del total de la población guatemalteca, según datos del
Instituto Nacional de Estadística) se vislumbra como elemento de singular importancia para garantizar eficazmente
el desarrollo integral de la persona (en este caso, de las personas de sexo femenino), conforme al mandato del
artículo 2o constitucional, aunado a que el papel que corresponde a la mujer en el plano familiar, como madre,
goza de protección especial por virtud del artículo 52 de la Constitución, pudiendo concluirse que cualquier
atentado contra dicho bien jurídico atenta también contra valores superiores de relevancia constitucional.

Cabe acotar que al hablar en las líneas anteriores de la necesaria protección de la integridad psicológica de
la mujer no se pretende ponderar ésta en menosprecio de la propia del hombre; por el contrario, el único fin
perseguido ha sido identificar el bien jurídico protegido mediante la norma impugnada y, con ello, determinar su
relevancia en el contexto social, debiendo agregar que lo relativo a la desigualdad que, a juicio del solicitante,
acarrea dicha norma, será analizado al dar respuesta a la denuncia de violación al artículo 4o constitucional.

A partir de las notas anteriores, advierte el Tribunal que la función legislativa no ha sido ejercida de forma
arbitraria, por cuanto existe un concreto bien jurídico, esencial para una convivencia pacífica en sociedad, que se
pretende tutelar mediante la norma penal que se objeta, elemento esencial en el ejercicio de la potestad punitiva
del Estado y que, por ende, determina la razonabilidad de la política criminal asumida.

Ahora bien, el solicitante refuta con insistencia la magnitud de la pena privativa de libertad imponible ante
la consumación del delito de violencia psicológica contra la mujer; así, vale señalar que su denuncia no se dirige a
cuestionar la proporcionalidad de la pena (elemento controlable desde la perspectiva de la razonabilidad), sino a
resaltar las eventuales consecuencias que en el plano familiar podría tener la imposición de dicha sanción. En
efecto, según el incidentante, la privación de libertad provocaría desintegración y distanciamiento familiar,
impidiendo al responsable del ilícito convivir con su familia durante el plazo en que cumplirá la pena (cinco a ocho
años).

A ese respecto, cabe señalar que en procesos como el que se resuelve, la denuncia de inconstitucionalidad
debe contraerse al contenido del precepto normativo que se reputa contrario a los mandatos de la Constitución de
la República, no pudiendo invocarse la conculcación de los valores que ésta reconoce con fundamento en
eventuales efectos en el plano fáctico que escapan del texto normativo que se impugna.

De esa cuenta, las consecuencias de hecho (desintegración y distanciamiento familiar) que refiere el ahora
solicitante se advierten ajenas a los conceptos que regula la norma al tipificar el delito de violencia psicológica
contra la mujer. En todo caso, se trata de situaciones que, de ocurrir, serían imputables, por igual, a cualquier
sanción privativa de libertad (sin importar el delito o la falta de que se trate o el plazo de la condena), debiendo
señalar que no es éste el fin perseguido por la pena, cualquiera que sea el ilícito o la extensión de la sanción.

Por último, con el único objeto de dar respuesta al planteamiento, cabe agregar que en concordancia con
el artículo 19 constitucional, el efecto que en el plano fáctico advierte el incidentante deviene contrario a los
principios que deben informar al sistema penitenciario, el que debe tender a la readaptación social y reeducación
de los reclusos, ante lo cual, de conculcarse el derecho del condenado a comunicarse y relacionarse con sus
familiares, existen las vías específicas que pueden promoverse para procurar su tutela efectiva, cuestión que
determina, una vez más, el plano fáctico que impera en la denuncia de inconstitucionalidad efectuada por el
postulante, lo que determina su notoria inviabilidad.

Por otro lado, refiere el incidentante que la norma objetada, al tipificar la violencia psicológica contra la
mujer, recoge un presupuesto de naturaleza subjetiva, difícil de cuantificar y cualificar.
Si bien el solicitante no lo indica expresamente, es claro que su denuncia hace referencia a la
inobservancia de la garantía reconocida en el artículo 17 de la Constitución que, al exigir que las conductas punibles
estén calificadas como delitos o faltas y penadas por ley anterior a su perpetración, hace imperativo, por igual, que
la norma penal esté redactada en términos concretos, claros y precisos, que no den lugar a interpretaciones
ambiguas que hagan nugatoria, precisamente, la garantía del principio de legalidad.

Así, a juicio del interesado, el concepto de violencia psicológica resulta imperfecto, subjetivo y carente de
parámetros que determinen su consumación en el plano fáctico.

Esta Corte ya ha cuestionado la constitucionalidad de tipos penales laxos refiriendo que “La excesiva
vaguedad del tipo conduce a la directa conclusión que viola el principio de legalidad, porque la legalidad exige un
control formal –el tipo o la sanción deben estar preestablecidos en una norma con rango de ley– y, además material
no basta que el tipo figure en una ley sino que debe contar con los elementos necesarios que permitan prever la
conducta susceptible de sanción. De esta manera es como el principio clásico nullum crimen nulla pena sine lege ha
sido reformulado posteriormente que en ciertos sistemas políticos se penalizara hechos indeterminados e
imprecisos, agregando ahora a la dicción lege las palabras scricta y scripta” [Dictamen de veinticinco de noviembre
de mil novecientos ochenta y seis, emitido en el expediente noventa y seis – ochenta y seis (96-86)], deficiencia que
se señala en el artículo 7 de la Ley contra el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer (Decreto 22-2008
del Congreso de la República).

Para dar respuesta a la denuncia formulada por el incidentante, este Tribunal estima pertinente señalar,
en primer lugar, que el concepto de violencia psicológica no resulta ajeno al ordenamiento jurídico guatemalteco.
En efecto, la Ley para prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar, Decreto 97-96 del Congreso de la
República, emitida con el objeto de establecer los mecanismos tendientes a contrarrestar la violencia a lo interno
del contexto familiar, recoge en su artículo 1, dentro de los elementos de ésta, el daño o sufrimiento psicológico
que pueda sufrir alguno de los integrantes del grupo familiar. Asimismo, la Ley de dignificación y promoción
integral de la mujer, Decreto 7-99 del Congreso de la República, refiere también en su artículo 4 que la violencia
contra la mujer (la que se propugna por su prevención y erradicación) puede devenir de toda acción u omisión que
la lesione moral o psicológicamente.

Por su parte, en el ámbito penal, el propio Código Penal, Decreto 17-73 del Congreso de la República,
dentro de las definiciones que recoge, contenidas en el artículo I de las Disposiciones Generales, refiere que dentro
del concepto de violencia debe entenderse comprendida no sólo la física, sino también la sicológica o moral,
existiendo esta última en los casos de intimidación a las personas.

Pues bien, en el contexto de la Ley contra el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer, el
artículo 7 (norma impugnada) tipifica el delito de violencia psicológica, recogiendo dicho cuerpo legal, en su
artículo 3, inciso m), la definición concreta de lo que, para los efectos de aplicar su regulación, debe entenderse por
violencia psicológica.

En efecto, el referido artículo 3, inciso m), dispone que por violencia psicológica o emocional debe
entenderse lo siguiente: “Acciones que pueden producir daño o sufrimiento psicológico o emocional a una mujer, a
sus hijas o a sus hijos, así como las acciones, amenazas o violencia contra las hijas, los hijos u otros familiares hasta
el cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad de la víctima, en ambos casos con el objeto de intimidarla,
menoscabar su autoestima o controlarla, la que sometida a ese clima emocional puede sufrir un progresivo
debilitamiento psicológico con cuadros depresivos.”

Como cabe apreciar, la definición que la Ley recoge guarda relación con la regulada en el Código Penal, en
cuanto ambas aluden a la intimidación que sufra la víctima a raíz de la conducta ejecutada por el agente. Aunado a
ello, la definición transcrita recoge, como elementos de la violencia psicológica, el daño o sufrimiento psicológico o
emocional causado a la mujer, así como la conducta ejecutada en su contra, consistente en acciones, amenazas o
violencia misma, sobre ésta, sus hijos, hijas o parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad, con el objeto
de intimidarla, menoscabar su autoestima o controlarla, siempre que por la situación personal de la víctima, en el
caso de ser sometida a tal clima emocional, sea susceptible de sufrir un progresivo debilitamiento psicológico con
cuadros depresivos, y que el sujeto activo se haya valido o aprovechado de alguna de las circunstancias a que
aluden los incisos a), b), c), d) o e) del artículo 7 de la Ley objetada (“Comete el delito de violencia contra la mujer
quien, en el ámbito público o privado, ejerza violencia […] psicológica, valiéndose de las siguientes circunstancias: a)
Haber pretendido, en forma reiterada o continua, infructuosamente, establecer o restablecer una relación de pareja
o de intimidad con la víctima. b) Mantener en la época en que se perpetre el hecho, o haber mantenido con la
víctima relaciones familiares, conyugales, de convivencia, de intimidad o noviazgo, amistad, compañerismo o
relación laboral, educativa o religiosa. c) Como resultado de ritos grupales usando o no armas de cualquier tipo. d)
En menosprecio del cuerpo de la víctima para satisfacción de instintos sexuales o cometiendo actos de mutilación
genital. e) Por misoginia. […].”).

Así, a raíz de lo expuesto, no es dable señalar que la norma impugnada resulta vaga o imprecisa, pues
recoge los parámetros y términos dentro de los cuales, una determinada conducta, puede ser considerada como
violencia psicológica contra la mujer, no existiendo para esta Corte conculcación al artículo 1o constitucional, ni al
principio de legalidad que reconoce el artículo 17 del mismo texto fundamental.
En todo caso, como acontece en cualquier proceso penal, el tribunal a cargo de la causa debe determinar –
actuando con absoluta objetividad–, tanto en el plano fáctico como jurídico, si los hechos endilgados al acusado
son constitutivos o no del delito que se le imputa, cuestiones que, por obvias razones, escapan del orden normativo
y, por ende, del juicio de derecho exigido en planteamientos como el que se resuelve.

Por su parte, en el caso específico del delito de violencia psicológica, los jueces llamados a dictar sentencia
deberán contar con los respectivos dictámenes emitidos por expertos en la materia mediante los cuales logren
concluir si, en efecto, se ha producido daño o sufrimiento psicológico o emocional, determinando, de ser el caso, si
la conducta concreta que se atribuye al procesado ha sido de tal naturaleza y carácter como para ocasionar en la
víctima la intimidación, menoscabo de su autoestima o control a que alude la norma penal, debiendo establecer, a
la vez, si esta última, de acuerdo a su personalidad y situación emocional, socio-cultural y familiar, en el caso de ser
sometida a tales escenarios, podría sufrir o ha sufrido, efectivamente, ese progresivo debilitamiento psicológico
con cuadros depresivos que exige el tipo penal para los efectos de apreciar consumado el delito en referencia,
siendo las enunciadas cuestiones que habrán de ser debatidas, argumentadas y acreditadas en el desarrollo del
proceso penal, sin que sea dable discutir en un incidente de inconstitucionalidad de ley en caso concreto su
concurrencia o no en el hecho bajo juzgamiento.

Como corolario, la denuncia de infracción al artículo 1o. constitucional debe ser desestimada.

- IV -

Expone el incidentante que la aplicación de la norma objetada conculca el artículo 2o. constitucional,
inobservando el valor justicia, pues establece una pena de cinco a ocho años que habrá de imponerse a la persona
de sexo masculino que ejerza violencia psicológica contra una mujer, sin establecer parámetros concretos sobre los
cuales puede darse ese tipo de violencia. Añade que deviene injusta la aplicación de la norma por sancionar la
conducta de un padre que intenta acercarse a su hijo, pretendiendo restablecer una relación de pareja, lo que bien
puede provocar un perjuicio emocional a la madre; asimismo, denuncia que se incumple el deber del Estado de
garantizar una vida íntegra al hombre, quien se ve ante el riesgo que representa convivir durante el tiempo que se
encuentre en prisión (cinco a ocho años) con personas que han cometido delitos dirigidos a proteger bienes
jurídicos realmente esenciales.

En lo que respecta a la supuesta falta de regulación de los parámetros conforme a los cuales debe
entenderse consumado el delito de violencia psicológica contra la mujer, no queda más que remitir a las
consideraciones efectuadas en el apartado anterior, descartándose tal argumento.

Asimismo, en cuanto a la injusticia que, según el solicitante, conlleva convivir durante el tiempo de la
condena con personas que han cometido delitos que protegen bienes jurídicos esenciales, es dable referir, en
primer término, que las eventuales consecuencias que en el plano fáctico se originen de una potencial condena
derivada de la aplicación de la norma penal no son dables de ser invocadas como fundamento de la
inconstitucionalidad aducida, por cuanto exceden del ámbito de regulación de la norma. Por otro lado, el
argumento expresado pareciera demeritar el ámbito de protección de la norma impugnada, al punto que podría
advertirse, de lo señalado por el incidentante, que en su concepto el delito de violencia psicológica contra la mujer
no tutela un bien jurídico de especial trascendencia para asegurar una pacífica convivencia en sociedad. Ante ello,
es menester, nuevamente, remitirse a las consideraciones efectuadas en el apartado anterior, por cuanto se
identificó plenamente el bien jurídico tutelado mediante el tipo penal, habiendo puesto en relevancia su carácter
esencial para la comunidad, lo que determina el no acogimiento de la denuncia efectuada por el interesado.

Para el solicitante, resulta injusta la aplicación de la norma penal objetada ante la conducta asumida por
un padre que intenta acercarse a su hijo, pretendiendo restablecer una relación de pareja, lo que bien puede
provocar un perjuicio emocional a la madre. Tal argumentación alude al hecho concreto que se endilga al acusado
dentro del proceso penal en el que se ha promovido la garantía constitucional que se conoce, hecho que
determina, según el parecer del ente acusador, la comisión del delito de violencia psicológica contra la mujer; sin
embargo, el planteamiento del postulante excede del plano normativo en el que debe ubicar la denuncia de
inconstitucionalidad, pues todo lo relativo a la efectiva consumación del ilícito y, por ende, la concurrencia de los
elementos objetivos y subjetivos recogidos en el tipo penal, forman parte del juicio que habrá de llevar a cabo el
tribunal que conoce de la causa, resultando ajeno por completo al ámbito de conocimiento dentro del incidente
instado.

Ahora bien, podría entenderse que la denuncia efectuada pretende cuestionar la regulación contenida en
el inciso a) del artículo 7 impugnado, en cuanto refiere lo siguiente: “Comete el delito de violencia contra la mujer
quien, en el ámbito público o privado, ejerza violencia […] psicológica, valiéndose de las siguientes circunstancias: a)
Haber pretendido, en forma reiterada o continua, infructuosamente, establecer o restablecer una relación de pareja
o de intimidad con la víctima. […].” Ante ello, cabe señalar que la consumación del ilícito no se circunscribe a la sola
acreditación del hecho contenido en el referido inciso a); por el contrario, la regulación transcrita alude a una
situación circunstancial en la que el ilícito puede cometerse. En otras palabras, el delito de violencia psicológica
contra la mujer requiere que se acrediten los elementos recogidos en el inciso m) del artículo 3 de la Ley contra el
femicidio y otras formas de violencia contra la mujer (el que fue analizado en el apartado anterior), valiéndose el
agente de alguna de las circunstancias referidas en los incisos a), b), c), d) o e) del artículo 7 de dicho cuerpo
normativo, es decir que no basta que concurra alguna de estas circunstancias, sino que ha de ser en el contexto de
éstas que habrán de ejecutarse los actos tipificados en el referido inciso m) del artículo 3. En consecuencia, se
descarta la conculcación al artículo 2o. constitucional.

-V-

Señala el solicitante que la norma impugnada es contraria al artículo 4o de la Constitución, pues sectoriza
su aplicación hacia el grupo humano constituido por mujeres, lo que deviene contrario a los mandatos
constitucionales, pues hace distinción de derechos, dignidad, oportunidades y responsabilidades, protegiendo la
seguridad psicológica de la mujer, sin importar la del hombre. Añade que de ejercerse violencia psicológica contra
el hombre, no sería posible imponer la misma pena a quien resulte responsable, lo que coloca al varón, soltero o
casado, en una situación discriminatoria con fundamento únicamente en su sexo.

Como cuestión previa, a efecto de dar respuesta a la denuncia efectuada por el solicitante, se estima
necesario indagar sobre los fundamentos en que se ha apoyado el legislador para la emisión del cuerpo legal que se
impugna, para así proceder al análisis sobre la aludida discriminación en que, a partir del texto normativo, se ubica
el hombre respecto de la mujer.

En tal sentido, es menester aludir al “Considerando” tercero del Decreto 22-2008, Ley contra el femicidio y
otras formas de violencia contra la mujer, que señala: “Que las mujeres guatemaltecas tienen derecho al
reconocimiento, goce, ejercicio y protección de todos los derechos humanos y las libertades consagradas en la
Constitución Política de la República e instrumentos internacionales en materia de derechos humanos, y que el
problema de violencia y discriminación en contra de las mujeres, niñas y adolescentes que ha imperado en el país se
ha agravado con el asesinato y la impunidad, debido a las relaciones desiguales de poder existentes entre hombres
y mujeres, en el campo social, económico, jurídico, político, cultural y familiar, por lo que se hace necesario una ley
de prevención y penalización.”

Así, el legislador parte, como fuente material de la norma que emite, de una realidad que afirma en su
“Considerando”, relativa a la existencia de una problemática de “violencia y discriminación” contra mujeres, niñas y
adolescentes, la que ha imperado en Guatemala y que, incluso, se ha visto agravada en los últimos tiempos, y cuya
causa (entre otras que podrían deducirse) estriba en las “relaciones desiguales de poder existentes entre hombres y
mujeres”, extendiéndose tal desigualdad a los ámbitos social, económico, jurídico, político, cultural y familiar.

En tal contexto, el legislador ha previsto la necesidad de emitir una normativa tendiente a hacer efectiva la
“prevención y penalización” de aquellas conductas que supongan violencia contra la mujer (tanto física y sexual,
como psicológica y económica), atendiendo, primero, a que en el plano nacional es una realidad y,
lamentablemente, una constante que ha venido en aumento, los actos de violencia ejecutados en menosprecio de
la mujer, por su condición de tal, derivados de las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres.

Cuestión de suma importancia lo constituye el hecho que la violencia contra la mujer se genera, conforme
a las consideraciones del legislador, como producto de esa desigual relación de poder que existe entre personas de
distinto sexo. Así, el cuerpo normativo que se impugna, en su artículo 3, inciso g), recoge un concepto de relaciones
de poder, refiriendo que se trata de “[m]anifestaciones de control o dominio que conducen a la sumisión de la
mujer y a la discriminación en su contra”.

De esa cuenta, esa relación desigual de poder entre hombre y mujer, generadora, según el legislador, de
un marcado comportamiento violento contra esta última, imperante en el contexto social actual, bien puede
obedecer a un patrón cultural que de generación en generación promueve y arraiga la existencia de un trato
discriminatorio y de sumisión en perjuicio del sexo femenino.

En tal sentido, en sentencia de esta Corte de doce de enero de dos mil once, emitida al resolver el
expediente tres mil noventa y siete - dos mil diez (3097-2010), se hizo cita de lo expresado por el Tribunal
Constitucional español al emitir el fallo cincuenta y nueve / dos mil ocho (59/2008), de catorce de mayo de dos mil
ocho, en el que refirió: “No resulta reprochable el entendimiento legislativo referente a que una agresión supone un
daño mayor en la víctima cuando el agresor actúa conforme a una pauta cultural (…) un efecto añadido a los
propios del uso de la violencia en otro contexto. Por ello, cabe considerar que esta inserción supone una mayor
lesividad para la víctima: de un lado, para su seguridad, con la disminución de las expectativas futuras de
indemnidad, con el temor a ser de nuevo agredida; de otro, para su libertad, para la libre conformación de su
voluntad, porque la consolidación de la discriminación agresiva del varón hacia la mujer en el ámbito de la pareja
añade un efecto intimidatorio a la conducta, (…) hace más perceptible ante la sociedad un menosprecio que la
identifica con un grupo menospreciado. No resulta irrazonable entender, en suma, que en la agresión del varón
hacia la mujer que es o fue su pareja se ve peculiarmente dañada la libertad de ésta; se ve intensificado su
sometimiento a la voluntad del agresor y se ve peculiarmente dañada su dignidad, en cuanto persona agredida al
amparo de una arraigada estructura desigualitaria que la considera como inferior, como ser con menores
competencias, capacidades y derechos a los que cualquier persona merece.”

Por ende, es evidente el fundamento del legislador para asumir la necesidad de protección de la
integridad, física, sexual y psicológica de la mujer, en especial, en el contexto social nacional, en el que la violencia
imperante obedece (por lo menos así lo es en la mayoría de los casos) a las relaciones desiguales de poder entre
hombres y mujeres, cuyo sustento debe indagarse en los patrones culturales que de forma arraigada subsisten en
la sociedad guatemalteca.

En cuanto a ello, en la exposición de motivos de la iniciativa de ley identificada con el número de registro
tres mil setecientos setenta (3770), que fuera presentada al pleno del Congreso de la República y a raíz de la cual se
emitió la Ley contra el femicidio y otras formas de violencia contra la mujer, se señala: “Las actitudes tradicionales,
según las cuales se subordina a las mujeres o se les atribuyen funciones estereotipadas reproducen y mantienen
prácticas que conllevan violencia. Y ésta pone en peligro la vida y la salud de las mujeres. La violencia contra la
mujer constituye un acto de discriminación y es una violación de los derechos humanos.”

Por otro lado, el legislador advierte que en las condiciones actuales imperantes en Guatemala, la mujer se
encuentra insuficientemente protegida, haciendo meritoria la emisión de normas que, además de prevenir los
actos de violencia en su contra, repriman su comisión mediante la imposición de sanciones de naturaleza penal.
Así, en la referida exposición de motivos se indica: “Es ampliamente reconocido que los derechos de las mujeres,
fueron concebidos históricamente como un particular del universal masculino y bajo una concepción de las mujeres
como ciudadanas de segunda categoría. Esta concepción tiene tal arraigo que, pese a la sanción de instrumentos
jurídicos internacionales de derechos humanos con disposiciones relevantes para la protección de las mujeres contra
actos de violencia, en la República de Guatemala, las mujeres siguen siendo víctimas de violencia, llegando a su
mayor expresión en los asesinatos de mujeres.”.

Por último, íntimamente relacionado con lo antes expuesto, también el legislador ha previsto que la
emisión de la normativa que ahora se impugna responde a un compromiso internacional asumido por el Estado de
Guatemala, cuestión que se observa de lo recogido en el “Considerando” segundo de la Ley: “Que Guatemala
aprobó por medio del Decreto Ley Número 49-82 de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de
Discriminación Contra la Mujer, y a través del Decreto Número 69-94 la Convención Interamericana para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, y como Estado Parte se obligó a adoptar todas las medidas
adecuadas para modificar o derogar leyes, reglamentos, usos y prácticas, que constituyan discriminación contra la
mujer, y emitir todas aquellas leyes necesarias para tal fin.”

Pues bien, una vez evidenciados esos tres elementos asumidos por el legislador: la situación actual de
violencia que sufre la mujer en Guatemala, la insuficiente protección a nivel normativo y los compromisos
internacionales adoptados por el Estado, el Congreso de la República estimó la oportunidad y conveniencia
(cuestiones que no puede ser discutidas por este Tribunal) de aprobar el cuerpo normativo que se objeta, dentro
del cual tipificó, en su artículo 7 (norma específicamente impugnada), el delito de violencia psicológica contra la
mujer.

Pues bien, el incidentante denuncia contravención al derecho a la igualdad que el artículo 4o


constitucional garantiza, refiriendo que la norma que refuta conlleva discriminación al hombre, dejándole en
situación de desprotección.

Respecto del derecho a la igualdad, este Tribunal, en el pronunciamiento de veintiuno de junio de mil
novecientos noventa y seis (expediente seiscientos ochenta y dos - noventa y seis) consideró: “El artículo 4o de la
Constitución Política de la República establece en su primer párrafo que en Guatemala todos lo seres humanos son
libres e iguales en dignidad y derechos. El concepto de igualdad así regulado estriba en el hecho de que las personas
deben gozar de los mismos derechos y las mismas limitaciones determinadas por la ley. Sin embargo, ese concepto
no reviste carácter absoluto, es decir, no es la nivelación absoluta de los hombres lo que se proclama, sino su
igualdad relativa, propiciada por una legislación que tienda a la protección en lo posible de las desigualdades
naturales. Así, la igualdad ante la ley consiste en que no deben establecerse excepciones o privilegios que excluyan a
unos de lo que se concede a otros en iguales circunstancias, sean éstas positivas o negativas; es decir, que conlleven
un beneficio o un perjuicio a la persona sobre la que recae el supuesto contemplado en la ley; pero ello no implica
que no pueda hacerse una diferenciación que atienda factores implícitos en el mejor ejercicio de un determinado
derecho. Lo que puntualiza la igualdad es que las leyes deben tratar de igual manera a los iguales en iguales
circunstancias, sin que ello signifique que los legisladores carezcan de la facultad de establecer categorías entre los
particulares siempre que tal diferenciación se apoye en una base razonable y sea congruente con el fin supremo del
Estado.”

De esa cuenta, el criterio vertido en el pronunciamiento citado, que en términos generales ha sido el
sostenido y reiterado por la jurisprudencia constitucional, denota el carácter no absoluto del concepto de igualdad
a que alude el artículo 4o constitucional, de manera que el derecho que esta norma garantiza no exige
simplemente un mismo trato legal para todos los ciudadanos, sino determina que, ante situaciones que revelen
disparidad de las condiciones o circunstancias existentes (objetivas o subjetivas), el legislador está en posibilidad de
observar tales diferencias a fin de que su reconocimiento legal y, por ende, la regulación de un tratamiento
diferenciado, resulte eficaz para el aseguramiento de los valores superiores que inspiran al texto constitucional y, a
la vez, para el logro de los fines que éste impone a la organización social. Cabe añadir que ese desigual tratamiento
legal debe no sólo justificarse en la existencia de condiciones objetivas o subjetivas efectivamente distintas entre
una y otra situación, sino que, más que ello, ha de perseguir la garantía del ejercicio de los derechos y la realización
de los valores que determinan la razón de ser del Estado, como causas fundamentales que hacen exigible –sino
imperativa– una disímil regulación normativa ante las diversidades constatadas.
En tal sentido, al abordar el estudio del motivo de impugnación, se hace necesario determinar si la
disposición objetada, al regular un distinto tratamiento respecto de hombres y mujeres, responde razonablemente
a una realidad distinta entre éstos o no y, con ello, si su diferenciación atiende a los objetivos antes mencionados.

Así las cosas, como cuestión primera, se hace necesario hacer una remisión a los temas abordados con
anterioridad, en cuanto a los motivos que impulsaron al legislador a tipificar el delito de violencia psicológica contra
la mujer, por cuanto existe una realidad apreciablemente distinta que en el contexto social determina un trato
discriminatorio y desigual en perjuicio de la mujer, generador de violencia en sus distintas facetas y apoyado en
patrones culturales que tienden a ubicar al sexo femenino en situación de subordinación frente al hombre, los que
desde una perspectiva democrática es innegable que deben ser modificados.

En tal sentido, aprecia esta Corte que existe una justificación, sustentada en una problemática social real,
que determina y hace exigible un trato disímil entre hombres y mujeres en lo que a la prevención y penalización de
la violencia en su contra se refiere. De esa cuenta, el legislador no asume (como la experiencia social lo demuestra)
que exista un condicionamiento social o cultural que ubique al hombre en situación de vulnerabilidad, por
discriminación o violencia, como sí sucede con la mujer.

Pues bien, una vez referida la existencia de una situación objetivamente desigual entre hombres y
mujeres, que es lo que fundamenta la existencia de un tipo penal específico que protege a la mujer contra la
violencia psicológica ejercida en su contra, resulta más que evidente que la protección penal que brinda la norma
persigue un fin constitucionalmente legítimo: garantizar la integridad de la mujer, y en el caso de la norma
impugnada, su integridad psíquica o emocional. Como se hiciera ver al analizar la relevancia del bien jurídico
tutelado por el tipo penal, este fin se enmarca en el valor superior reconocido en el artículo 2o constitucional que
configura como deber del Estado, la garantía del desarrollo integral de la persona, aunado a que la protección de la
integridad psicológica de la mujer es un elemento ineludible para garantizar, a la vez, la protección de la
maternidad (artículo 52 del texto supremo).

Lo antes referido es base suficiente para descartar que la norma impugnada resulte atentatoria contra el
derecho a la igualdad, pues han quedado abordados los dos elementos referidos: fundamento racional del trato
desigual y legitimidad, desde la perspectiva constitucional, del fin perseguido mediante éste.

No obstante, en atención a los argumentos expresados por el solicitante, cabe llevar a cabo un tercer
análisis en atención a la situación en que, a raíz de la regulación legal, se ubica el hombre que sufre violencia
psicológica. Este tercer parámetro de estudio, si bien excede de aquellos contemplados en el pronunciamiento de
veintiuno de junio de mil novecientos noventa y seis, se hace necesario en situaciones como la que se resuelve, en
tanto es la desprotección en que, a decir del solicitante, se ubica el hombre víctima de violencia psicológica, lo que,
según éste, ocasiona la inconstitucionalidad del precepto.

Así, tomando en cuenta que la situación real en que se ubican hombres y mujeres amerita el trato
desigual, es menester denotar que en el plano normativo el hombre que sufre violencia psicológica no se encuentra
en situación absoluta de desprotección. En efecto, fuera del campo penal, la Ley para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia intrafamiliar establece mecanismos específicos para proteger a quien resulte afectado,
hombre o mujer, por actos de violencia, física, sexual, patrimonial o psicológica, en el ámbito familiar; en tal
sentido, el artículo 1 de la Ley señala: “La violencia intrafamiliar, constituye una violación a los derechos humanos y
para los efectos de la presente ley, debe entenderse como cualquier acción u omisión que de manera directa o
indirecta causare daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico o patrimonial, tanto en el ámbito público como en el
privado, a persona integrante del grupo familiar, por parte de parientes o conviviente o exconviviente, cónyuge o
excónyuge o con quien se haya procreado hijos o hijas.” (el resaltado no aparece en el texto original). Como cabe
apreciar, la norma no delimita el ámbito de protección al sexo de la víctima, con lo cual, el hombre que en sus
relaciones familiares se considere violentado en su integridad psíquica está legitimado para requerir de las
instituciones competentes la protección debida.

Ahora bien, en el campo estrictamente penal, fuera de los tipos de discriminación y lesión, los que no
atienden al sexo del sujeto pasivo y que en sus respectivos ámbitos pueden ofrecer algún tipo de protección, el
ordenamiento nacional no contempla un ilícito concreto que penalice la violencia psicológica ejercida contra el
hombre, lo que podría explicarse, en primer lugar, por la reciente preocupación del legislador ordinario por
proteger la integridad emocional de las personas, habiendo detectado la apremiante situación de vulnerabilidad de
la mujer en este ámbito, y, por otro lado, porque a criterio del Organismo Legislativo, conforme a las situaciones
actuales, no se ha previsto la necesidad, en términos de oportunidad y pertinencia política, de ampliar el ámbito de
protección fuera de esas esferas.

Lo antes considerado no intenta justificar una omisión legislativa, en cambio, pretende explicar la
evolución que en el ordenamiento jurídico nacional ha tenido la protección penal de la integridad psíquica de los
habitantes, que bien puede consistir en un concepto totalmente novedoso y que, indudablemente, determina un
esfuerzo por parte del legislador para ampliar la tutela jurídica de los derechos fundamentales.

En definitiva, de lo que se trata es de resaltar que, descartando que la norma objetada adolezca de vicio
de inconstitucionalidad por violación al derecho a la igualdad, de considerarse que el hombre se ubica en situación
de desprotección en el orden penal frente a la violencia psicológica que pueda sufrir, la solución no está en
desproteger a la mujer (lo que se ocasionaría dejando sin vigencia la norma impugnada o, como se requiere en el
caso concreto, declarar su inaplicación en el proceso penal instado contra el solicitante), sino en extender la
protección jurídica que se ha otorgado a ésta al hombre que sufra ese tipo específico de violencia, cuestión que
queda fuera de la competencia del Tribunal Constitucional, pasando a la esfera de atribuciones que corresponde al
Congreso de la República, debiendo ser en ejercicio de su potestad legislativa y conforme a la garantía del principio
de legalidad que debe sopesar la necesidad de regular un tipo penal en tales términos.

Como corolario, no se constata la vulneración al artículo 4o. de la Constitución.

- VI -

Por último, denuncia el incidentante que la norma objetada contiene una incoherencia con el mandato del
artículo 47 constitucional, en tanto sanciona con prisión la conducta de un padre de familia propia del derecho
natural, como es la de pretender tener contacto con su hijo y restablecer una relación con la madre de éste. Refiere
que la norma impugnada contraría el precepto constitucional al tipificar como delito una conducta propia de la
familia, poniendo en riesgo la organización de ésta y la tutela de los derechos de los hijos.

Respecto de este motivo de impugnación, sería suficiente referirse a los argumentos antes expuestos, en
los que se señaló el fin de la normativa que se objeta y la concreta regulación que ésta recoge, cuestiones que
determinan la inexistencia del vicio que se señala. Aunado a ello, cabe indicar que el solicitante confunde
nuevamente los elementos objetivos del tipo penal con las situaciones circunstanciales en que el delito puede
cometerse; así, para nada el delito se consuma con la simple conducta del padre que intenta relacionarse con su
hijo y restablecer una relación con la madre de éste, sino que se apreciará cometido el ilícito si el agente,
valiéndose de estas circunstancias (artículo 7, inciso a), del cuerpo normativo refutado), ocasione un daño o
sufrimiento psicológico o emocional a la mujer, sea mediante actos ejecutados directamente contra ésta o contra
sus hijos, hijas o parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad, con el objeto de intimidarla, menoscabar su
autoestima o controlarla, siempre que por la situación personal de la víctima, en el caso de ser sometida a tal clima
emocional, sea susceptible de sufrir un progresivo debilitamiento psicológico con cuadros depresivos (inciso m) del
artículo 3).

En ese orden de ideas, de ninguna manera puede catalogarse como una conducta propia de la familia o del
derecho natural cualquier atentado contra la integridad psíquica de la mujer, cuestión que es, precisamente, lo que
la norma penal intenta proteger.

En consecuencia, la denuncia de conculcación al artículo 47 constitucional debe ser desestimada.

- VII -

Lo anteriormente expuesto lleva a concluir que el planteamiento bajo examen deviene improcedente,
motivo por el cual debe confirmarse el auto apelado, pero por las razones aquí consideradas, con la única
modificación en que, al no haber sujeto legitimado para su cobro, es improcedente la condena en costas al
solicitante, debiendo aclarar que la multa impuesta al abogado patrocinante, asciende a la cantidad de un mil
quetzales (Q1,000.00), la que de no hacerla efectiva en el plazo y forma establecidos, será cobrada por la vía legal
correspondiente.

LEYES APLICABLES

Artículos citados, 268 y 272, inciso d), de la Constitución Política de la República de Guatemala; 1o., 3o.,
5o., 6o., 114, 116, 120, 123, 124, 127, 128, 130, 131, 144, 149, 163, inciso d), 185 y 186 de la Ley de Amparo,
Exhibición Personal y de Constitucionalidad; y 27 del Acuerdo 4-89 de la Corte de Constitucionalidad.

POR TANTO

La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes citadas, resuelve: I) Confirma el auto
venido en grado, modificándolo en el sentido que no se hace especial condena en costas por no haber sujeto
legitimado para su cobro y que la multa impuesta al abogado patrocinante, asciende a la cantidad de un mil
quetzales (Q1,000.00) la que de no hacerla efectiva en el plazo y forma establecidos, será cobrada por la vía legal
correspondiente. II) Notifíquese y, con certificación de lo resuelto, devuélvase la pieza de primer grado.
INCONSTITUCIONALIDAD
DE LEYES, REGLAMENTOS, Y
OTRAS DISPOSICIONES DE
CARÁCTER GENERAL
HONORABLE CORTE DE
CONSTITUCIONALIDAD
HÉCTOR EDUARDO BERDUCIDO MENDOZA, de cincuenta y dos años de edad, casado,

guatemalteco, Abogado y Notario, de este domicilio y avecindado en Zacapa. Con residencia y

bufete en la quinta avenida once guión setenta zona uno, Edificio Herrera, cuarto nivel oficina C

dos. Ciudad Capital.

Me identifico con la cédula de vecindad número de orden R guión diecinueve y registro

veintiocho mil doscientos sesenta y cinco (R-19 28,265) extendida en Gualán Zacapa.

Actúo bajo mi propio auxilio y dirección profesional y simultáneamente bajo el auxilio y dirección

de los Licenciados Francisco Garma Arredondo y José María Barrios Hurtado, señalo como

lugar para ser notificado el bufete profesional situado en la quinta avenida once guión setenta

zona uno, cuarto nivel oficina C dos, Edificio Herrera, de ésta Ciudad Capital.

Actúo en nombre propio y como Ciudadano guatemalteco comparezco a hacer efectivo el

derecho que poseo para plantear la acción de inconstitucionalidad parcial, contra el Decreto

cincuenta y uno noventa y dos, del Congreso de la República de Guatemala, específicamente

contra el contenido del Artículo trescientos ochenta y cuatro (384) del Código Procesal Penal. El

cual califico de reñir con los postulados de la norma constitucional de la República de

Guatemala.-

RELACIÓN DE HECHOS QUE MOTIVAN LA ACCIÓN DE


INCONSTITUCIONALIDAD:

El Código Procesal Penal en el artículo trescientos ochenta y cuatro (384) dice literalmente:

Reapertura del debate. Si el tribunal estimare imprescindible, durante la deliberación, recibir

nuevas pruebas o ampliar las incorporadas, podrá disponer, a ese fin, la reapertura del debate.

Resuelta la reapertura, se convocará a las partes a la audiencia, y se ordenará la citación

urgente de quienes deban declarar o la realización de los actos correspondientes. La discusión

final quedará limitada al examen de los nuevos elementos. La audiencia se verificará en un

término que no exceda de ocho días.

Dicha normar procesal hace referencia de que el tribunal de sentencia tiene oportunidad de

ordenar la reapertura de la audiencia de juicio oral. Es decir, tiene la oportunidad, dentro de la

deliberación a valorar la prueba y como supuestamente la ley lo autoriza, decide declarar

reabierta la audiencia de juicio. Supuestamente solo para recibir ampliación de la prueba ya

recibida, pueda ser que incompleta. Si es el caso, ordena la recepción de nuevas pruebas que

puedan ampliar el criterio tenido con las ya existentes y valoradas.


Es en ese momento en que El Tribunal de Sentencia, regresa a la sala de audiencia a informar

a los sujetos procesales que se ha decidido reabrir la audiencia de juicio y se acuerda ordenar

la recepción de pruebas nuevas o ampliar las ya incorporadas. Ya resuelto lo anterior procede a

programar cuando se hará y convoca a las partes a la audiencia que se señale, para que se

hagan presentes en ella. De igual forma cita a aquellos a quienes hay que avisarle al respecto y

de igual forma, estén presentes en la diligencia. Prácticamente le surge al tribunal la duda

sobre el caso. Necesita ampliar la prueba o bien recibir nueva que le pueda brindar nuevas

luces para mejor fallar dentro del proceso. En otras palabras, el Tribunal de Sentencia se quita

la vestimenta de juez imparcial y se coloca la de investigador del Ministerio Publico y ya con esa

apariencia, ordena la realización de prueba nueva o la ampliación de la ya realizada, lo que

supuestamente le permite fallar de mejor forma dentro de la causa.

El Tribunal de Sentencia de la causa, se convierte en Agente fiscal y actúa como tal. Obvia por

completo la Imparcialidad de que debe estar investido y toma partido con una de las partes,

colaborando con la investigación. No le interesa incurrir en la falta gravísima, descrita en el

artículo 41.b de la Ley de la Carrera Judicial, que califica la acción como la interferencia en el

ejercicio de funciones de uno de los otros organismos del Estado, que en éste caso se trata del

Organismo Ejecutivo.

Se ignora la existencia del indubio pro-reo. Prácticamente no le favorece en nada la duda

surgida en el tribunal al imputado. Por el contrario, le perjudica porque ésta ha logrado que se

abra nuevamente la audiencia de juicio y el Tribunal se convierta en investigador en la causa.

Pareciera más que se ha dictado un auto para mejor condenar.

NORMAS CONSTITUCIONALES Y DE OTRA INDOLE QUE HAN SIDO


AFECTADAS

El artículo doce (12) de la Constitución Política de la Republica de Guatemala, que establece

que a nadie se le puede condenar si no mediante proceso legal ante tribunal competente y

preestablecido. Conforme el artículo doscientos cincuenta y uno (251) constitucional se crea el

Ministerio Público en forma autónoma en sus funciones, cuyo fin primordial es velar por el

estricto cumplimiento de la ley. El artículo dos (2) numeral primero de la Ley Orgánica del

Ministerio Público establece como función, investigar los delitos de acción pública y promover la

persecución penal ante los tribunales, según las facultades que le confieren la Constitución, las

leyes de la República, y los Tratados y Convenios Internacionales. Conforme el artículo siete

(7) del Código Procesal Penal primer párrafo, establece que el juzgamiento y decisión de las

causas penales se llevará a cabo por jueces imparciales e independientes, sólo sometidos a la

Constitución y a la ley. La Constitución, en el artículo doscientos tres (203) establece entre


otras cosas que la justicia se imparte de conformidad con la constitución y las leyes de la

República. Corresponde a los tribunales de justicia la potestad de juzgar y promover la

ejecución de lo juzgado. Los otros organismos del Estado deberán prestar a los tribunales el

auxilio que requieran para el cumplimiento de sus resoluciones.

La imparcialidad del Tribunal de Sentencia queda en duda, cuando se dedica a la acción

investigativa, que le corresponde con exclusividad al Ministerio Público, como ente autónomo

que conserva éste por mandato Constitucional desarrollado en el artículo doscientos cincuenta

y uno (251).

La Convención Americana sobre Derechos Humanos, la que es ley vigente, en el artículo ocho

(8) se establece que toda persona acusada de un hecho criminal deberá ser escuchada por un

juez o tribunal competente independiente e imparcial.

Conforme el artículo catorce (14) del Código Procesal Penal se establece el in dubio pro-

reo en su última línea, hace referencia que la duda favorecer al reo. Por lo que si el Tribunal de

Sentencia dudó en la deliberación, debió absolver al imputado y nunca ordenar la reapertura. Al

dictar la reapertura ingresa el Tribunal de Sentencia en el concepto de dictar un auto para mejor

condenar, lo que es prohibitivo constitucionalmente.

Las normas que señalo afectadas con la vigencia del artículo trescientos ochenta y cuatro (384)

del Código Procesal Penal son las siguientes: Artículo doce (12) constitucional afecta el proceso

legal preestablecido; artículo doscientos tres (203) constitucional en cuanto a que la función de

los jueces y tribunales es la de juzgar y ejecutar lo juzgado. El artículo doscientos cincuenta y

uno (251) constitucional que crea al Ministerio Público encargado de ejercitar la acción penal.

Es su función autónoma la descrita en su ley orgánica en la que se establece en su artículo dos

(2) que es el responsable de la investigación de los delitos.

FUNDAMENTO DE DERECHO PARA EL PLANTEAMIENTO DE LA


INCONSTITUCIONALIDAD:

La Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad establece en el artículo ciento

treinta y tres (133) que la inconstitucionalidad de las leyes, reglamentos o disposiciones de

carácter general que contengan vicio parcial o total de inconstitucionalidad se plantearán

directamente ante la Corte de Constitucionalidad y el artículo ciento treinta y cuatro (134) en su

literal d) establece que tienen legitimación para plantear la inconstitucionalidad de leyes,

reglamentos o disposiciones de carácter general cualquier persona con el auxilio de tres

abogados colegiados activos.


En el presente caso actúo en mi calidad de ciudadano y como abogado colegiado activo y con

el auxilio de dos profesionales más.

OMISIÓN DE REQUISITOS

Ruego a la Corte de Constitucionalidad en caso se haya omitido requisito esencial me conceda

un plazo de tres días para su corrección.

INTEGRACIÓN DE LA CORTE

Por tratarse de una norma que se encuentra en una Ley de carácter general esta corte deberá

integrarse con siete magistrados conforme lo previsto en el artículo doscientos sesenta y nueve

(269) de la Constitución Política de la República es decir, deberá llamarse a dos suplentes para

que sumado a los cinco titulares se llegue al número de siete.

SUSPENSIÓN PROVISIONAL

Solicito a la Corte de Constitucionalidad tome en cuenta que es una norma procesal penal que

actualmente se esta aplicando por los tribunales de sentencia Penal y que afecta la

imparcialidad de los juzgadores al permitir que hagan actividades investigativas con

competencia absoluta y autónoma por mandato constitucional en el Ministerio Público. Por

tanto tomando de base que es vigente el in dubio pro-reo deberá de suspender

provisionalmente dicha norma procesal por ser de carácter general y porque su

inconstitucionalidad es notoria y es susceptible de causas y gravámenes irreparables, por lo

que la Corte de Constitucionalidad deberá publicar en el diario oficial al día siguiente de

haberse dictado la suspensión provisional que esto es así y su efecto es de carácter general.

AUDIENCIA, VISTA Y RESOLUCIÓN

Se de audiencia de está acción de inconstitucionalidad por quince días comunes:

a. Al Ministerio Público quien deberá ser notificado en sus oficinas centrales en el Barrio

Gerona de la zona uno, de ésta Ciudad Capital.

b. O bien en la octava avenida once calle esquina zona uno (8ª. Ave. 11 calle esquina,

zona 1) Ciudad Guatemala.

c. Corte Suprema de Justicia veintiuna calle séptima avenida zona 1 (21 calle 7ª. Avenida.

Zona 1) Ciudad Guatemala

d. Congreso de la República novena avenida y novena calle zona 1 (9ª. Ave. y 9ª.

Calle, Zona 1) Ciudad Guatemala.

e. Procuraduría de los Derechos Humanos doce avenida y doce calle esquina zona 1 (12ª.

Avenida y 12 calle, Zona 1) Ciudad Guatemala


f. Y a todas aquellas entidades que la Corte de Constitucionalidad considere oportuna

concederle audiencia

g. Concluido el plazo de quince (15) días sea señalado día y hora para la vista y que la

misma sea pública.

PETICIÓN:

1. Se admita para su trámite la presente acción de inconstitucionalidad entablada contra el

contenido del artículo trescientos ochenta y cuatro (384) del Código Procesal Penal.

2. Se reconozca mi auxilio profesional y la de los abogados que me acompañan.

3. Se tome nota del lugar que he señalado para ser notificado indicado al inicio del

presente documento.

4. Se declare la suspensión provisional de la norma indicada, conforme los términos

anteriormente expuestos.

5. Que esta Corte para conocer esta precisa acción de inconstitucionalidad se integre con

siete magistrados, los cinco titulares y dos suplentes que han de ser llamados para

integrar la misma, por tratarse de una norma que se encuentra en una ley de carácter

general.

6. En caso que haya un error que enmendar se me conceda un plazo de tres días

CITA DE LEYES:

Fundo mi petición en los artículos de Ley anteriormente citados y además en los siguientes: 28,

29, 204, 205, 267, 268,272, 275, de la Constitución Política de la República de Guatemala; 3, 4,

5, 6, 7, 16, 114, 115, 135, 136, 137, 138, 139, 140, 141, 142, 149, de la Ley de Amparo,

Exhibición Personal y de Constitucionalidad; 1, 35, de la Ley Orgánica

del Ministerio Público; 1, 2, 3, 4, 10, 15, 16, 57, de la Ley del Organismo Judicial; 3, 4, 11,

11Bis último párrafo, 12, 13, 16, 20, 21, 107, 108,109, del Código Procesal Penal.

Acompaño original y quince copias del presente memorial.

Guatemala 2 de octubre del 2006.

En mi propio auxilio y dirección

y bajo el auxilio de dos abogados más.


CENTRO UNIVERSITARIO DE IZABAL
CUNIZAB

Licda. Claudia Molina


Derecho Procesal Administrativo
Octavo semestre licenciatura en ciencias jurídicas y sociales

Proceso contencioso Adtivo,


Proceso de Amparo,
Exhibición Personal,
Inconstitucionalidad

Karol Jazmín Mejia Sosa


Carne: 201540920

También podría gustarte