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Programa para El Manejo de Emociones de La Institución Inicial
Programa para El Manejo de Emociones de La Institución Inicial
“Era de noche,
había un castillo,
se abría la puerta,
salía un vampiro,
metía la mano,
sacaba un cuchillo
yyyy,
unta mantequilla,
en la tostadita,
unta mantequilla,
en la tostadita.”
POEMA EL VAMPIRO
EL DRAGÓN PIRO
Piro, era un dragón amarillo, con grandes patas amarillas y manchas naranjas por todo el
cuerpo.
Piro era un dragón muy bueno, pero tenía un problema, cada vez que abría la boca para
hablar, para reír e incluso para bostezar una gran llama de fuego salía de su garganta. Esto
que puede parecer divertido era un problema para Piro.
¿Saben lo que le pasaba? Que cada vez que intentaba jugar con otras criaturas, en cuanto
abría la boca, desprendía una gran llama de fuego y con esta enorme llamarada quemaba a
todo aquel que se le acercaba.
Piro estaba muy triste porque nadie quería jugar con él. Podría haber sido cualquier otra
criatura, pero era un dragón amarillo con una boca de la que salía fuego.
Una tarde Piro paseaba por los jardines del reino, podía ver como los demás jugaban todos
juntos, los duendes, las hadas, los niños y niñas, los animales, e incluso un ogro. Se acercó a
ellos, él también quería divertirse. Pero cuando le vieron acercarse se alejaron de él, tenían
miedo de que les quemara.
El dragón Piro se fue de allí muy triste, caminó y caminó durante un largo tiempo, estaba
muy enfadado, tan enfadado que comenzó a abrir la boca y dejar que saliera el fuego. ¿Qué
más daba? Si no querían jugar con él, quemaría todo lo que se encontrara en su camino.
Quemaba los árboles que veía, quemaba las piedras que se encontraba, quemaba la hierba,
quemaba las flores, todo lo que se encontraba lo quemaba.
Hasta un arbusto con el que tropezó. Enfadado abrió su boca y apunto con decisión al arbusto.
Una gran llamarada salió de su boca. Escucho entonces una voz
-Ehhh, ¿qué haces? Ten cuidado que me quemas.
Un pequeño ratón salió de detrás del arbusto.
- ¿Qué te pasa? -le dijo el ratón- ¿Por qué estas quemando todo?
-Porque solo se quemar cuando abro la boca-dijo Piro, y mientras lo decía pequeñas
llamaradas salían de su garganta.
- ¿Y porque no aprendes a controlar el fuego? -le dijo el ratón
-Pero eso no se puede hacer- contesto Piro de nuevo dejando salir fuego de su boca.
-Claro que se puede- le dijo el ratón- ¿A que nunca lo has intentado? Vamos a intentarlo, solo
tienes que pensar que cosas hacen que salga fuego de tu boca.
Fue de esta forma como el dragón Piro, con ayuda del pequeño ratón se dio cuenta de que el
fuego salía cuando estaba enfadado, cuanto más enfadado estuviera más fuego desprendía.
Ahora que sabía porque salía el fuego, podía aprender a controlarlo.
¿Sabes lo que hacía? Cuando notaba que estaba enfadado y que el fuego iba a salir de su
boca, rápidamente usaba el fuego para algo útil y bueno como encender una hoguera,
encender la lumbre para cocinar, etc. de esta forma dejaba salir el fuego y se le pasaba el
enfado.
El dragón Piro aprendió a controlar su fuego y pudo jugar con todos en los jardines del reino
porque ya no les quemaba y no les hacía daño.
EL DRAGON PIRO
CANCION “SI ENOJADO ESTAS…”
“Si estás enojado, y quieres gritar,
respira profundo, y a cuatro hay que contar… 1, 2, 3, 4.”
LAS HERMANAS ALEGRIA Y TRISTEZA
En Valle Miel había dos hermanas abejas a las cuales eran conocidas como
Tristeza a la más delgada y Alegría a la gordita, ¿pero porque Tristeza? Bueno
esta abejita era demasiado tranquila para trabajar, hablar y comer, ya que
siempre se sentía cansada y sin ganas de hacer nada, su rostro parecía enfermo.
En cambio, Alegría era muy rápida recolectando la miel y siempre andaba
cantando, saludando a todos los que encontraba. Alegría invitaba a su hermana
a visitar a los animales enfermos; pero Tristeza decía que era aburrido y prefería
dormir y por eso nunca tenía amigos, ya que hablar le daba pereza.
Una tarde, Tristeza se encontró un conejo atrapado en una red colgando de un
árbol y éste le pidió ayuda, pero ella contesto:
– “¡No sirve de nada perder mi tiempo, ya te cazaron y pronto te comerán!”
Después paso Alegría, el conejo pidió ayuda y ésta rápidamente le pidió a una
ardilla que cortaran el cordel, el conejo le dio las gracias. Mientras tristeza
recogía con su pelaje el polen, escuchó una vocecita:
– “¡Ayuda!”
Entre el tallo de las flores había una telaraña en donde estaba atrapada una
abejita, Tristeza movió la cabeza y se fue pensando en silencio:
– “Hoy no fue mi día, todos creen que tengo ganas de ayudar ¿Cómo si a mí me
ayudaran los demás?”
La abejita siguió gritando cuando Alegría le escuchó y la buscó algo para
apoyarla, le tiró un pistilo para que se sujetase, y la abejita le dio las gracias
pidiéndole que la acompañase a su panal, y Alegría dijo:
– “Pero ya estoy retrasada en mi trabajo por ayudar a un conejo, pero no
importa, más vale ayudar a una abeja hermana”.
Cuando llegaron a la colmena su sorpresa fue que resultó ser hija de la abeja
Reyna, la cual le estaba agradecida y como recompensa le otorgó el trabajo
como vigilante de la colonia.
Mientras; ese mismo día, Tristeza se encontraba en medio de una tormenta y
sus alas se mojaban provocando que no pudiera volar y cayó al suelo, el conejo
al cual no quiso ayudar pasaba por ahí y ella le pidió ayuda, a lo que éste le
contestó:
– “Recuerda que yo para ti ya estaba muerto, no me ayudaste cuando te
necesité”.
Así que Tristeza terminó devorada por un sapo. Mientras que Alegría vivía en
el reino como vigilante de la colonia por sus buenos actos.
FIN
– Moraleja del cuento: “Si brindas ayuda sin recibir nada a cambio, pronto te
llegarán bendiciones cuando menos te lo esperes”
– Valores del cuento: Amable. Solidaridad. Alegría