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Crisis Nacional en el siglo XIX

La Crisis Nacional del siglo XIX es la etapa de la historia peruana en la cual


ocurren muchos hechos como revueltas, dictaduras, asesinatos a grandes
personajes en el siglo XIX.

Dictadura de Prado

Mariano Ignacio Prado Ochoa La


dictadura de Prado, establecida en los momentos difíciles de la guerra con
España, tuvo claras connotaciones nacionalistas. Durante este periodo se intentó
ordenar la economía del país. Para el efecto, propuso impuestos sobre las
propiedades de la vida productiva, pero solo alcanzó a establecer la contribución
personal y abrió oficinas recaudadoras en el país. Esto generó la postura adversa
de empresarios y comerciantes. Por otro lado, Manuel Pardo, ministro de
Hacienda, puso inconvenientes a la exportación de moneda y apoyó la naciente
actividad bancaria. Sin embargo, la mayoría de estas reformas fue eliminada por
el Congreso Constituyente de 1867.
En 1867, se sublevó en Arequipa el general Pedro Diez Canseco. Poco después
se levantó en Chiclayo el coronel José Balta. Luego de una serie de situaciones
conflictivas, el general Prado dimitió. Los conservadores retornaron al poder, se
anularon los actos del gobierno de Prado, las reformas constitucionales en curso
y se volvió a la antigua mecánica de pedir prestamos a los consignatarios del
guano. Las siguientes elecciones las ganó José Balta. Al inicio su gobierno ya se
apreciaba la magnitud de la crisis local.

Prosperidad temporal
Cuando José Balta asumió la presidencia de la república, para el periodo de 1868
a 1872, intento reconstruir el modelo de la estabilidad esbozados por Castilla. Por
ello llevó a efecto una política de alianzas y acuerdos y organizó un gabinete de
conciliación nacional. José Rufino Echenique, desde el Congreso, fue su más
cercano colaborador. Por otro lado, la firma del contrato Dreyfus, realizada por
su ministro Nicolás de Piérola, permitió a Balta contar con el dinero suficiente
para llevar a cabo una serie de obras públicas, orientadas a la modernización del
país. Si bien se logró un periodo de paz y prosperidad, este fue temporal. Los
ingresos del Estado se utilizaron sin previsión, lo que terminó acarreando serias
consecuencias económicas.

Revolución de los hermanos Gutiérrez


El 22 de julio de 1872 se produjo el golpe militar encabezado por los coroneles
Tomás, Silvestre, Marceliano y Marcelino Gutiérrez, quienes pretendieron
desconocer los resultados de las elecciones realizadas días antes. Apresaron al
presidente Balta e intentaron capturar al presidente electo Manuel Pardo, quien se
refugió en la fragata Independencia. El 25 de julio comenzó la reacción popular
contra le golpe. El 26, Silvestre Gutiérrez murió en un tiroteo en la estación de
San Juan de Dios y sus seguidores asesinaron al presidente Balta en prisión. Los
Gutiérrez huyeron. Tomás fue apresado cuando huían disfrazado y fue muerto a
pesar de los esfuerzos de los civilistas por protegerlo. Al día siguiente, los
cuerpos de Tomás y Silvestre Gutiérrez fueron colgados de las torres de la
catedral y posteriormente se trajo el cadáver de Marceliano, quien había muerto
en el Callao combatiendo a los opositores del golpe. El único que escapó fue
Marcelino Gutiérrez.
Asesinato del Presidente Jose Balta

La república civil
Sofocada la sublevación, se entregó al mando al primer presidente civil, Manuel
Pardo. Este dio tempranas pruebas de su naturaleza práctica y ejecutiva estaba
dirigida a las actividades económicas. La mayor preocupación de Manuel Prado
fue colaborar a que el Perú lograra ser aquella república de ciudadanos
vislumbrada por los precursores y próceres de la independencia, una nación
capaz de vivir con dignidad de su trabajo y de sus propios recursos, una sociedad
civilizada dispuesta a discutir su problemática en el marco de las instituciones.
Sin embargo, pese a sus planes, su gobierno desembocó en la bancarrota fiscal de
1874, la estabilización del salitre y por ende, en la declaratoria de guerra por
parte de Chile.

Nuevas elecciones
Las elecciones de 1876 dieron el triunfo a Mariano Ignacio Prado, quien buscó
conciliar con los grupos opuestos al civilismo. Apenas dos meses después de
iniciado el gobierno de Prado, se levantó Piérola en Yacango. El año siguiente, el
mismo Piérola, con apoyo de oficiales de la Marina, capturó al Huáscar y el 29
de mayo de 1877 trabó combate con los buques británicos Stah y Amethyst, tras
haber bombardeado Pisagua. En Lima se llegó a creer que el gobierno había
pedido ayuda a los ingleses y se desató una algarada en su contra. Al siguiente
mes hubo otra sublevación en la que participaron marinos civilistas y los cabitos
de la Escuela de Chorrillos. El gobierno retomó el control.

El Partido Civil
El 24 de abril de 1871 un grupo de 114 notables de Lima y provincias fundan al
Sociedad Independencia Electoral (Partido Civil) y nominan a un joven
empresario de 37 años. Manuel Pardo, como su candidato a las elecciones
presidenciales de 1872. Desde su inicio, la Sociedad Independencia Electoral
buscó representar el viejo sueño republicano. De acuerdo con sus principios, los
ciudadanos de la nueva república que crearía el civilismo provendrían de los
sectores medios.
La construcción de la república no era patrimonio de una determinada clase
social sino de todos los peruanos. La única condición era estar en el mundo del
trabajo.
En efecto, para Manuel Pardo las bases sociales de la república peruana
descansaban en las clases sociales trabajadoras. Ellas constituían la nación.

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