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Manual Cet
Manual Cet
Cuestionario estructural
tetradimensional para la
depresión
MANUAL
(3º Edición)
Revisada y ampliada
Si hemos de ser sinceros no nos ha extrañado la favorable acogida dispensada a este Manual
en atención a que las pruebas psicométricas incluidas en el mismo constituyen hasta hoy los únicos
instrumentos clínicos originarios españoles válidos y fiables para evaluar el estado depresivo y sobre
todo a que su distribución en cuatro bloques autónomos representa una originalidad sin réplica en el
repertorio internacional sobre este tipo de pruebas. Originalidad proveniente de que su plataforma
conceptual de referencia es el modelo tetradimensional de la depresión.
Se trata, por tanto, de instrumentos psicométricos que parten de una nueva concepción de la
depresión, formulada en síntesis como un “síndrome depresivo vital”, basado en el hundimiento de la
vitalidad, la encrucijada entre la mente y el cuerpo, por el impacto de agentes etiológicos variables
(herencia, psiquismo neurótico, situación psicosocial o trastorno somático), que ocasionan un
desequilibrio neuroquímico, lo que a su vez se traduce en el descenso funcional de algún vector de
la vitalidad o de su conjunto (el estado de ánimo, la impulsividad, la sintonización con el exterior y la
regulación de los ritmos).
CAPÍTULO I
Digamos de entrada, a mayor abundamiento, que la serie formada por las tres aplicaciones del
nuevo instrumento clínico e investigador que representa el CET-DE: la tipificación de las
depresiones, su diagnóstico y su seguimiento, se atienden, con el orden señalado, a la distribución
de prioridades. EL propósito fundamental del diseño del CET-DE obedece a aportar un instrumento
para tipificar cuadros depresivos ya diagnosticados y facilitar el establecimiento de grupos de
enfermos depresivos homogéneos. Naturalmente, este propósito se muestra perfectamente
compatible con las otras dos finalidades antes mencionadas (el diagnóstico y el seguimiento de los
estados depresivos).
La falta de una tipología o clasificación de las depresiones adecuadas dificulta el trabajo clínico
y, particularmente, frena la actividad investigadora. Los escasos resultados concordantes obtenidos
con la investigación biológica sobre la depresión se deben, en una amplia medida, a la gran amplitud
y heterogeneidad de este sector de la nosología psiquiátrica, incluso cuando se perfila –como debe
hacerse- con arreglo al modelo médico. La misma terapia de las depresiones podría tomar un
desarrollo más satisfactorio –dado que hoy abundan en este campo los tratamientos defectuosos y
tardíos- con la incorporación de un diagnóstico tipológico sistemático previo. La disponibilidad de
criterios clasificatorios firmes para efectuar un planteamiento discriminativo en el área de las
depresiones representa una necesidad clínica e investigadora en extremo acuciante.
Los atributos o características de tipo discontinuo (por ejemplo, el sexo, la nacionalidad, etc.) se
componen a las variables que son, por el contrario, características de tipo continuo. EN el campo de
las clasificaciones, las respectivas figuras de contraste y los tipos. Mientras que las categorías
constituyen el producto muy bien definido y mutuamente excluyente de la división de los atributos –a
menudo sólo en dos clases- y son el objeto preferente de la prueba estadística no paramétrica
basada en la fórmula binomial, el tipo se monta sobre una agrupación de variables casi siempre
paramétricas que, en el caso del CET-DE están integradas en la misma estructura.
A diferencia de los tipos, tomados como una especie de perfiles que se repiten no raramente,
las características tienen una base monovalente cuasi absoluta. Por ejemplo, las depresiones
endógenas y reactivas, concebidas con las dos vertientes etiológicas de la depresión, representan
realmente categorías nosolográficas. La categorización “o blanco o negro” es siempre un sistema
más rígido y estricto que la tipificación. Por su mayor flexibilidad, su valor relativo y su carácter de
realidad polivalente se diferencian los tipos de categorías. Es conveniente tener presente estas
cualidades diferenciales, porque una de la finalidades del CET-DE es la de servir de instrumento
para la tipificación de las depresiones y, a partir de aquí, establecer correlaciones con las cuatro
categorías nosológicas de la depresión (D), sistematizadas en nuestros libros (La depresión y su
diagnóstico, Nuevo modelo clínico) a saber; endógena, situacional, neurótica y somátogena.
Con frecuencia ocurre que una clasificación de depresión localizada en un eje o plano toma
elementos de otro eje o plano, más o menos inadvertidamente, Estas muestras de confusionismo
acerca de los ejes o planos contaminen los sistemas de clasificación de depresiones que circulan
hoy con mayor insistencia.
Como ha dejado bien establecido KENDELL (1975), toda clasificación multiaxial es diferente de
un sistema polidimensional, puesto que lo sejes (o planos) no son comparables con las dimensiones
en un sentido estructural y matemático. En tanto que los ejes constituyen compartimentos distintos y
poseen un soporte propio que admite una integración multiaxial, sólo de índole, naturalmente,
heterológica, por medio de las correlaciones estadísticas, las dimensiones son interdependientes y
homogéneas, siempre que formen parte de la misma estructura global.
La estructura del estado depresivo se sistematiza, pues, desde nuestra perspectiva, en cuatro
dimensiones semiológicas interdependientes, cada una de las cuales corresponde a la alteración de
un vector de la estructura de la vitalidad humana; la afectividad, la impulsividad; la sintomatización y
los ritmos. Sus correspondientes dimensiones alteradas en la depresión, son respectivamente, el
humor depresivo, la anergia, la discomunicación y la ritmopatía.
La intervención de las cuatro dimensiones, a la vez, como clave etiológica y como radical
sintomatológico, que nosotros plateamos, encuentra antecedentes en ciertas preguntas formuladas
por otros autores:”El trastorno rítmico de la depresión, ¿qué significado tiene? ¿Es un síntoma? ¿Es
un factor causal?”.
La coexistencia de signos físicos (objetivos) y funcionales (subjetivos), trastornos corporales y
psíquicos en el seno de la depresión, constituye una demostración de la sede vital propia de la
sintomatología depresiva, puesto que la vitalidad ejerce notables influjos simultáneos sobre la vida
corporal y la vida psíquica.
La tipología con la que trabaja el CET-DE constituye una tipología semiológica universal, ya
que pertenece exclusivamente al eje semiológico, Dado su notable vinculación con la clínica,
nosotros la hemos denominado tipología clínica dimensional. Tal tipología puede ampliarse hacia la
multiaxialidad mediante la investigación de correlaciones con los atributos, variables continuas o
variables ordinales adscritas a otros ejes, perfiladas como categorías o tipos, tomando así el carácter
de sistema multiaxial CIVEIRA el al. Entrañables colaboradores nuestros, vienen trabajando en esta
perspectiva con un instrumento metodológico adecuado para abarcar los ejes etiológicos,
neuroquímicos, situativos, evolutivos y terapéuticos.
CAPÍTULO II
EL MODELO TETRADIMENSIONAL DE LA DEPRESIÓN
La observación de cuadros depresivos integrados en forma pura o casi pura por una
distorsión de la comunicación o por una ritmopatía circadiana, sirvió como apoyatura
para dar una entidad dimensional a estas dos dimensiones, observadas asimismo a
través de las vías señaladas en los apartados a) y b), coincidían con la formulación
clásica del humor depresivo y de la inhibición psicomotora, si bien con una orientación
algo distinta, sobre todo en el sentido de distinguir en cada una de ellas, lo mismo que
en la distorsión de la comunicación y la ritmopatía, da tos subjetivos y objetivos (en
términos más médicos: signos funcionales y signos físicos respectivamente) y datos
psíquicos y corporales.
c) El tercer apartado que hemos tomado para parcelar la semiología del síndrome
depresivo en las cuatro dimensiones básicas mencionadas se refiere a la agrupación de
los síntomas. Si agrupamos los síntomas del espectro depresivo, tal como efectúan
muchos autores, sólo en dos apartados: el humor depresivo y la inhibición psicomotora,
queda alrededor del 50% de los síntomas sin encontrar marco adecuado para su
agrupación. Por ello, en muchas descripciones del cuadro depresivo se incluye una
larga relación de datos inclasificables. En cambio, nuestra concepción tetradimensional
de la depresión permite agrupar la totalidad de los síntomas y signos depresivos.
Simplemente, este dato ya representa una ganancia en amplitud y profundidad para la
perspectiva clínica.
Las tres vías consignadas: a), b) y c), convergen en ofrecer un resultado común: la distinción
de cuatro dimensiones o parámetros en el síndrome depresivo.
Resulta obvio a través de esta exposición, que con esta nueva concepción doctrinal de la
depresión no pretendemos haber inventado o descubierto elementos del síndrome depresivo hasta
ahora ocultos. Sustancialmente se encuentran aquí los datos clínicos de la depresión publicados en
artículos y libros expuestos anteriormente, pero siempre de una manera asistemática o
insuficientemente sistemática. Por nuestra parte, nos hemos limitado a contrastarlos con nuestra
propia experiencia para desarrollar una sistemática nueva, mediante la agregación de abundantes
matices y una jerarquización semiológica diferente. Por ello podríamos definir este nuevo abordaje
doctrinal de la depresión, considerando en sí mismo, como un nuevo paradigma (en el sentido de
Kuhn) o modelo conceptual de depresión, fundado en la concepción integral jerarquizada del estado
depresivo.
A continuación vamos a pasar una rápida revista, sucesivamente, a las cuatro dimensiones.
El núcleo del humor depresivo, estado de ánimo, por cierto, cualitativamente distinto de la
tristeza –si bien la tristeza puede formar parte de su constelación afectiva-, está formado por el dolor
moral o dolor de vivir- donde la vida resulta una pesada carga-, acompañada con frecuencia de una
especie de desesperanza, anhedonia y autosubestimación ilustrada con alegorías de culpa i
insuficiencia económica y un cortejo de sentimientos corporales difusos y sobre todo localizados.
Los elementos corporales implicados en el humor depresivo, tales como opresión dolorosa
precordial, hormigueos en la cabeza, pesadez de todo el cuerpo, etc., no deben interpretarse como
somatizaciones, es decir, como una especie de elaboraciones somáticas secundarias a la alteración
psíquica, ni tampoco como equivalentes depresivos, sino como auténticas manifestaciones
depresivas primarias, que es la estimación adjudicada, asimismo, a los elementos corporales
integrados en las otras tres dimensiones semiológicas.
Pero la mayor innovación aportada por este modelo tetradimensional de la depresión, consiste
en haber identificado dos de sus dimensiones como distorsiones de la comunicación o
discomunicación y rotura de los ritmos circadianos o ritmopatía. Si bien ambas dimensiones se
encuentran conexionadas con las otras dos formando una totalidad estructural, tal conexión global
constituye una relación de interdependencia y nunca una subordinación, como lo prueba la
existencia de cuadros depresivos ligeros o moderados unidimensionalmente, en los que la presencia
exclusiva alterna entre el humor depresivo, la anergía, la discomunicación, y la ritmopatía.
Asumimos la idea de que el sueño lento y el sueño paradójico son ritmos distintos. En tanto
que el sueño lento forma parte del ritmo vigilia-sueño, el sueño paradójico está íntimamente logado a
la temperatura corporal y a la secreción de ciertas hormonas (sobre todo cortisol ACTH). Ambos
dependen asimismo de reguladores internos distintos, El desfasamiento o desincronización entre
ellos, definido como un avance del sueño paradójico y un retardo del sueño lento, constituye el
marcador biológico de depresión hoy más significativo. Por ello, todo intento de adelantar el ritmo
vigilia-sueño lento para que se aproxime a la fase demasiado avanzada del sueño paradójico, suele
implicar efectos antidepresivos. Dentro de las curas de agripnia para la depresión, se viene
imponiendo en los últimos tiempos la supresión de la segunda parte del sueño como la pauta más
eficaz dentro de la mejoría sólo transitoria producida por estas técnicas. Y es que con la supresión de
la segunda parte del sueño se trata de avanzar el sueño lento para ponerlo al compás del sueño
paradójico.
El exagerado avance de fase del sueño paradójico, frecuente en los cuadros depresivos, no
sólo se manifiesta por su presentación precoz a lo largo del sueño nocturno, sino por la esporádica
aparición durante el día en estos enfermos de momentos de ensueño acompañados de
representaciones visuales (observación personal). Por otra parte, las fuertes oscilaciones circadianas
del estado subjetivo o del comportamiento constituyen una de las manifestaciones más
representativas de la ritmopatía depresiva en el campo psíquico.
El paso de la concepción integral jerarquizada del estado depresivo –cuya exposición resumida
acabamos de concluir- a la elaboración de un cuestionario y una escala, resultaba un compromiso
ineludible, con objeto de aportar un instrumento metodológico preciso, objetivable y cuantificado,
para trabajar en la vía abierta por las nuevas ideas y la sistemática inédita de la depresión, tanto en
la clínica como en la investigación. Y así ha nacido el proyecto del CET-DE en 979, poco tiempo
después de haber dado cima a la jerarquización doctrinal de la depresión en las cuatro simensiones
consignadas. Desde el primer planteamiento, el CET-DE se ha distribuido en cuatro partes,
asignándose cada una de ellas a una dimensión estructural del estado depresivo.
Es preciso señalar que en esta ocasión, mientras se retienen los ítems más relacionados con el
humor, se excluyen aquellos que recogen trastornos del sueño y del apetito, es decir, los
ritmopáticos. También resulta significativo que el propio BECH no haya aceptado incluir dentro del
ítem “retardo” los descensos de la actividad verbal y motora, con lo que, consiguientemente, en la
Escala Bech-Rafaelsen se recogen en ítems independientes el descenso de la actividad motora y el
de la actividad verbal.
A pesar de su distribución en cuatro sectores, el CET-DE no deja de ser una prueba unitaria y
homogénea, ya que, en primer lugar, ofrece un resultado global (si hay o no depresión y el subtipo de
depresión en caso afirmativo) y en segundo lugar, todos sus ítems se refieren al plano o eje
semiológico. En este aspecto podría definirse la construcción del CET-DE CÓMO un instrumento
homogéneo o uniaxial heteroadministrado compuesto de cuatro sectores, cada uno de los cuales
corresponden a una dimensión y exige una evaluación independiente.
CAPÍTULO III
PRESENTACIÓN DEL CET-DE (ALONSO-FERNÁNDEZ 1986)
Puntualizamos, en segundo lugar, que se trata de un cuestionario por estar compuesto por
“cuestiones” o preguntas directas, a diferencia de las escalas donde el ítem se distribuye en un
escalonamiento de temas o grados. Los cuestionarios son más adecuados para fines diagnósticos y
clasificadores. Las escalas, en cambio, ofrecen ventajas para una evaluación cuantitativa del
síntoma, lo que facilita el seguimiento, tal como ocurre con nuestra Escala Tetradimensional para el
Seguimiento de la Depresión (ETD, Alonso-Fernández 1990).
El CET-DE se compone de 63 ítems distribuidos en cuatro partes: dimensión I (humor
depresivo), 2 ítems; dimensión II (anergia), 14 ítems; dimensión III (discomunicación), 14 ítems;
dimensión IV (ritmopatía), 14 ítems: La mayor extensión de la dimensión I exige reducir en un tercio
su puntuación directa, simplemente multiplicado su resultado por 0,666. En otras palabras, mientras
que en las otras tres dimensiones la puntuación directa se maneja como puntuación ponderada, en
la dimensión I la transformación de puntuaciones directa en ponderada se efectúa reduciendo su
valor en un tercio.
Se produce con alguna frecuencia dos maneras equivocadas de usar el CET-DE, que marcan
caminos contrapuestos; la de tomarlo como un instrumento uniforme, prescindiendo de su
sectorización en cuatro dimensiones y la de manejar el resultado de cada dimensión
independientemente, como si se tratara de cuatro pruebas agrupadas. Hay que insistir; es una
prueba única, distribuida en cuatro bloques.
La peculiaridad constructiva del CET-DE se refleja en una evaluación final repartida en cuatro
resultados o puntuaciones, cada uno de los cuales corresponde a una dimensión. La exposición
conjunta de estas cuatro notas puede realizarse en forma de un perfil o un diagrama, gráfica que en
ambos casos queda definida como un depresograma, siempre que al menos una de las cuatro
puntuaciones haya alcanzado el nivel de 32 puntos, seleccionado como el punto de corte, a partir del
cual se admite la probable existencia de un estado depresivo.
Los objetivos que se persiguen con la aplicación del CET-Dese resumen en los puntos
siguientes:
CAPÍTULO IV
INSTRUCCIONES PARA EL ENTREVISTADOR DEL CET-DE
Resulta imprescindible estar familiarizado con estas instrucciones antes de iniciar la entrevista.
Se procurará iniciar esta tarea con la observación siguiente: “Ahora, par concretar, le voy a
realizar una serie de preguntas, y así conoceremos mejor lo que le pasa”
A continuación, se comenzará a leer uno a uno los ítems de un modo idéntico a como figuran
en el cuestionario; se seguirá el orden de los ítems de cuestionario en la lectura, manteniendo al
alcance de la vista el correspondiente perfil semántico con objeto de que sirva de guía al observador
para evaluar las respuestas poco claras.
En el caso de que le entrevistado tenga dificultades para entender la exposición del ítem, se
ampliará esta exposición con la lectura de algunas expresiones de perfil semántico, hasta obtener
una comprensión suficiente, Se puntuará cada ítem en razón de la frecuencia e intensidad con
arreglo a la siguiente tabla:
CRITERIOS DE EVALUACIÓN
Sobre las puntuaciones, conviene precisar las nociones de puntuación directa, ponderada y
total. La puntuación directa de cada dimensión es el resultado de sumar los untos obtenidos en todos
sus correspondientes ítems. La puntuación ponderada es igual a la puntuación directa en las
puntuaciones II, III y IV, y se obtiene en la dimensión I mediante la multiplicación de la puntuación
directa por 0,66, con lo que queda reducida a un tercio, ya que su número de ítems desborda al de
las otras dimensiones, precisamente en un tercio (la dimensión I tiene 21 ítems y cada una de las
otras, 14 ítems). La puntuación total media se refiere a la suma de los puntos ponderados en las
cuatro dimensiones divididas por cuatro.
Para ilustrar el modo de cubrir el perfil dimensional (figura adjunta) nos atendremos al ejemplo
de un sujeto con estas puntuaciones ponderadas:
Dimensión I 40 puntos
Dimensión II 44 puntos
Dimensión III 38 puntos
Dimensión IV 24 puntos
Total media 36 puntos
El diagrama dimensional se cubre dando sombra en color al espacio correspondiente a los
puntos ponderados alanzados en cada dimensión. Para mantener la uniformidad de la presentación
de los trabajos, se recomienda utilizar un color oscuro (marrón o negro) para las dimensiones con
una puntación depresiva (superior o igual a 32 puntos) y un color claro (verde o amarillo) para las
dimensiones con una puntuación no depresiva (inferior a 32 puntos). La línea de los 32 puntos va
señalizada con un rasgo más grueso, para resultar su condición de umbral entre las puntuaciones
que indican depresión y las que excluyen la depresión, tal como hemos apuntado al ocuparnos del
perfil dimensional.
Veamos el diagrama adjunto correspondiente a un sujeto con estas puntuaciones ponderadas:
Dimensión I 24 puntos
Dimensión II 40 puntos
Dimensión III 26 puntos
Dimensión IV 44 puntos
El tipo clínico dimensional se establece automáticamente a partir de las dimensiones que
hayan alcanzado una puntuación depresiva. Así, por ejemplo, si la puntuación es igual o superior en
las cuatro dimensiones, se trataría de un tipo tetradimensional. Si sólo llegan a esa puntuación las
dimensiones II y III, hablaríamos de un tipo bidimensional II-III. Los quince tipos posibles han
quedado referidos en el capítulo anterior.
Cuando las puntuaciones de las cuatro dimensiones son inferiores a 32 puntos, se excluye el
diagnóstico de depresión y, por tanto, no tiene sentido establecer el diagnóstico del tipo depresivo
clínico dimensional.
Este segundo sistema clasificatorio sirve para complementar la tipología clínica dimensional
básica del CET-DE.
Para dejar constancia en cada caso del tipo clínico dimensiona encontrado, figura en el
Cuestionario la tabla siguiente:
Tipo clínico dimensional (3)
TETRADIMENSIONAL
TRIDIMENSIONAL
BIDIMENSIONAL
UNIDIMENSIONAL
DIMENSIÓN I
DIMENSIÓN II
DIMENSIÓN III
DIMENSIÓN IV
d) Observaciones generales
La formación del entrevistador para poder trabajar con el CET-DE con garantías suficientes,
autodidacta o programada, abarca el período mínimo de cuatro días, cuatro horas por día, con
arreglo al orden siguiente: primer día, fundamentos teóricos; segundo día, trabajo con historias
clínicas; tercer día, evaluación de videos; cuarto día, al menos cuatro entrevistas directas, a ser
posible supervisadas.
El contacto con el enfermo examinado con el cuestionario se abre mediante una entrevista
clínica no estructurada sumamente breve (con una extensión alrededor de cinco minutos), con objeto
de establecer una relación sintónica con el entrevistado y estimular su espíritu de colaboración, y a la
vez compensar un tanto la rigidez inmanente a la formulación de preguntas propias de un
cuestionario. Lo ideal en este aspecto sería cubrir el cuestionario mediante una entrevista en su
totalidad semiestructurada. De esta suerte quedaría asegurada la permanencia del cuestionario en el
marco del método clínico habitual.
Pero para ello se requerían dos condiciones difíciles de conjugar: por una parte, un
entrevistador muy experimentado en psiquiatría y, por otra, un margen de tiempo disponible amplio.
La rigidez inherente a todo cuestionario no debe ser intensificada por nosotros, prescindiendo,
por ejemplo, de algunos comentarios marginales o complementarios emitidos por el entrevistado,
sino que debamos tomar nota de ellos para incorporarlos a nuestra información cuando se llegue al
ítem correspondiente.
La cuantificación de los síntomas es una tarea que implica siempre grandes dificultades
normativas. En la aplicación habitual del CET-DE se atiende exclusivamente al cuadro clínico
presente en las cuatro últimas semanas. La estimación cuantitativa de cada ítem se basa
prioritariamente en la intensidad del síntoma y atiende, en segundo lugar, a la frecuencia. Este orden
de prioridades se ha establecido atendiendo a la mayor facilidad que encuentra el entrevistado para
referirse a la intensidad.
Cuando se aplica del CET-DE o la ETD (prueba idónea para el seguimiento) con la finalidad de
evaluar el curso o la respuesta terapéutica, se modifican los criterios en dos sentidos: en primer
lugar, se toma como cuadro clínico de registro o referencia, e presentado por el enfermo durante las
cuarenta y ocho últimas horas; en segundo lugar, con objeto de poder comparar los resultados con
los obtenidos en otras aplicaciones similares anteriores, la tabla de puntuación para estos
seguimientos y evaluaciones de la respuesta terapéutica se atiende a medir el grado del síntoma, tal
como queda consignado explícitamente en la ETD, mediante la distribución de cada ítem en cinco
grados.
Distintos estudios estadísticos realizados sobre tres grupos (depresivos, familiares sanos de
enfermos somáticos y enfermos psíquicos no depresivos hospitalizados), distribuidos cada uno de
ellos en muestra inicial y muestra control, nos han llevado a la decisión de fijar en 32 puntos el punto
de corte” o umbral, es decir, la puntuación mínima que debe estar presente al menos en una
dimensión para admitir, a la luz del CET-DE, la probable existencia de una depresión.
Entre los enfermos depresivos examinados, una proporción variable, según las muestras, entre
86 y el 92%, cumplía el requisito de tener al menos una dimensión con una puntuación igual o
superior al dintel depresivo (> 32 puntos).
Con relación al significado de la tipología clínica dimensional, debemos especificar que se trata
de un diagnóstico por acentuación.
Es preciso realizar al final una estimación de la validez de la entrevista. A esta tarea se dedica
la parte final del CET-DE:
VALIDEZ DE LA ENTREVISTA
CAPÍTULO V
LA RELACIÓN DE PERFILES SEMÁNTICOS DEL CET-DE
Esta relación de perfiles semánticos definidores de los ítems del CET-DE se debe,
fundamentalmente, a un trabajo de selección y clasificación realizado por C. Alonso sobre la
descripción del cuadro depresivo en diez textos clásicos de Psiquiatría y el contenido de las
cuestiones incluidas en ocho escalas para la depresión.
El número de orden y la formulación de cada ítem coinciden con los del Cuestionario.
La tristeza colorea de un modo sombrío todas las experiencias de la vida, el futuro y el pretérito.
Tristeza profunda. Tristeza inmotivada. Humor triste.
a) Miedo sin saber de qué. Temor. Temores del futuro. Terror. Tensión de pánico.
b) Angustia. Angustiosas expectaciones. Ansiedad. Agitación interior. Agitación ansiosa.
Malestar indefinido.
c) Nerviosismo, Intranquilidad, inquietud psicomotora. Preocupaciones por los temblores de
manos que la gente nota fácilmente. Necesidad de cambiar de lugar. Mesarse los cabellos.
Golpearse la cabeza. Golpearse el pecho. Retorcerse las manos.
No poder llorar ni aun queriéndolo. Gestos de llanto sin lágrimas. Frecuentes suspiros, sollozos,
gemidos o lamentos. No poder derramar lágrimas. Llorr fácilmente. Lágrimas fáciles.
6. ¿e pesa la vida?
Agonía de vivir. Fastidio de vivir. Tormento. Dolor moral. Terrible destino para la eternidad (porque ni
siquiera puede morir)
7. ¿Se siente enfermo del cuerpo o está pendiente de cómo va su cuerpo?
a) Continuamente preocupado por su salud. Sensación de enfermedad muy intensa (pero no por
la depresión). Certeza de sufrir una enfermedad incurable o imposible de diagnósticas.
Certeza de estar perdido físicamente. Certeza de un padecimiento terrible o un mal grave e
incurable. Padecer una enfermedad desconocida.
b) Hipocondría (“preocupación excesiva o mórbida por las sensaciones físicas sin tener una
base real orgánica o suficiente”). Fobias hipocondríacas. Síntomas obsesivos hipocondríacos.
Ideas sobrevaloradas hipocondrías delirio hipocondríaco.
c) Ideas de negación de órganos. Ideas de transformación corporal. Nihilismo o negación
corporal. Estar putrefacto o corrompido.
Malestar vago y difuso. Malestar general. Cuerpo pesado. Sensación de pesadez. Tensión física
general. Opresión en la totalidad del cuerpo. Sensación de irrealidad propia. Despersonalización.
Sentirse como un cadáver. Nihilismo propio (creencia de que su yo no existe).
Miembros pesados como el plomo. Pesadez en las extremidades. Angustia e inquietud en los
muslos. Desasosiego en los miembros.
13. ¿Se nota incapaz para solucionar los problemas más habituales de su vida?
Preocupación por pequeñas cosas. Sobrevaloración de las preocupaciones diarias, en particular las
profesiones y las económicas. Preocupación en exceso por un evento particular relacionado en
exceso por un evento particular relacionado con su existencia personal.
15. ¿Piensa más de lo habitual en problemas económicos?
Ideas de ruina. Pérdida de bienes. Grandes deudas. Ideas de pobreza. Haberse vuelto ahorrativo o
avaro. Sentirse en la miseria.
La vida no merece la pena. El mundo estaría mejor sin él. La muerte es la mejor solución para él.
Sólo con la muerte puede liberar de él a sus semejantes. Pensar en la muerte. Deseo de morirse.
Fantasías de muerte. Mejor estaría muerto.
Ideas de suicidio. Rumiación suicida. Suicidio como castigo necesario. Suicidio como solución.
Suicidio imaginado. Amenazas de suicidio. Decisión de suicidio. Plan para suicidarse. Tendencias
suicidas. Deseos de muerte de otros para evitarles sufrimiento o por compasión. Cualquier intento de
suicidio o acto de automutilación realizado en el último mes será suficiente para puntuar con 4 este
ítem.
a) Aburrimiento
b) Pérdida de interés en las cosas y en las actividades que anteriormente le gustaban.
Reducción del interés. No poder interesarse por nada. Falta de gusto e interés por todo.
Pérdida de interés en las actividades cotidianas. Pérdida de interés en su actividad, aficiones
o trabajo.
c) Desgana. Disminución del tono afectivo. Darle todo igual. Encontrarse apático
d) No le preocupa lo que puede ser de él. No tiene ambición. Encontrarse harto de todo.
No poder retener. Pérdida de nitidez sensorial de los recuerdos. Dificultad para evocar. Dificultad
para recordar.
Dificultad para pensar. Ideación lenta. Pensamiento inhibido. Pobreza de temas. Falta de fantasías.
Bradipsiquia. Improductividad intelectual.
a) Anestesia afectiva. No siente ya el menor afecto ni triste ni alegre Incapacidad para sentir
placer o desagrado.
b) Sensación de vacío. Espíritu vacío. No poder sentir nada. Carecer de sensaciones interiores.
Indecisión. No poder tomar decisiones sin ayuda. No poder tomar decisiones en absoluto. Abulia.
No lograr hacer las cosas más sencillas. Falta de tenacidad en la realización de una tarea. Inercia.
Tendencia a la inacción. Abandono del trabajo. Incapacidad para hacer nada sin ayuda. Apagamiento
de la actividad voluntaria. Falta de fuerza para moverse y vestirse. Pérdida de espontaneidad y la
iniciativa.
Disminución de la libido sexual. Pérdida del instinto sexual. Pérdida del apetito sexual. Descanso de
la actividad sexual. Impotencia o frigidez.
36. ¿Tiene algún trastorno de vista o de oído, ajenos a su posible defecto habitual
No poder alegrase con los seres queridos. “Debería alegrarme con los míos”. Falta de reactividad a
las estimulaciones agradables. “Nada me hace vibrar”. La felicidad de la propia familia no le
conmueve. No poder experimentar alegría ante ciertos hechos o situaciones.
Hasta las cosas más mínimas le impresionan. Todo lo que sucede alrededor le afecta personalmente
y le entristece. Está más sensible ante las cosas que le rodean.
“Ni siquiera puedo estar triste”. La infelicidad de la propia familia no le conmueve. No poder sentir
nada por lo bueno o lo malo de otras gentes o cosas. Ya no le irrita ni lo que antes le irritaba.
a) Conducta: Rehuir las relaciones con los otros. Rehuir a los amigos. Preferir quedarse
escondido en un rincón. Taciturno. Salir menos y evitar ver a la gente.
b) Lenguaje: lenguaje bajo, lento, y lacónico. Tardar en contestar. No saber qué decir.
Respuestas breves. Hablar muy poco. Lenguaje bloqueado. Frases raras y monosilábicas.
Semimutismo. Mutismo completo. No poder hablar espontáneamente. Incapaz de redactar
una carta. Escritos con errores de ortografía y gramaticales (no antes). Escritura lentificada.
Pretender conversar pero sin poder. Imposibilidad de manifestar una opinión propia. No
responder a algunas preguntas. Contestar de un modo muy breve. Poca o nula conversación
espontánea. Capacidad reducida para mantener una conversación.
c) Global: Repliegue del sujeto sobre sí mismo. Tendencia a aislarse o relegarse. Persistente a
las solicitaciones exteriores. Atención introvertida. Estado completo de incomunicación.
a) Sentimiento de ser incomprendido por los demás. Ni el mismo médico será capaz de ver la
desesperada situación de su alma. Querer hablar de enfermedad sobrepasa todas las
proporciones y pasa por alto la mortal gravedad de la desesperación interior y la autocondena
sin compromisos. No se considera asunto ni del médico ni del hospital. Los médicos creen
que está enfermo porque nadie cree que puede encerrar en sí tanta maldad.
b) Ideas compulsivas de hacer daño a los seres más queridos. Afecto Disfórico. Ira. Amargura
taciturna. Hostilidad y agresividad. Actos violentos. Resentimiento excesivo. Irritabilidad.
Reactividad emocional limitada a respuestas de irritabilidad. Tendencia a conducirse de una
manera hostil o agresiva.
c) Reproches a los demás. Necesidad de confirmación de ser estimado por parte de los seres
amados. Sentirse abandonado de todos. Reprochar a sus familiares por no haber llamado
antes a un médico. Atribuir a los familiares se desesperada situación actual. Creer que los
familiares no le aguantan. Los familiares creen que se hace el enfermo. Descontento de los
demás. Necesidad de consuelo.
a) Atmósfera fría, lejana e irreal. Sensación de que todo es gris o sin color. Se le aparece todo
incoloro o vacío. Todo le resulta lejano y extraño. Todo le paree cambiado.
b) Nihilismo general. Nihilismo cósmico. Ruina de la humanidad y del universo. Negación del
mundo. Negación de la vida.
45. ¿Ve menos la televisión o escucha menos la radio?
Abandonar la lectura de los periódicos. No sentirse atraído por la lectura como antes. Parecerle
aburridas la radio y la televisión.
Pérdida de interés o de amor por los otros. Pérdida de interés or las personas. Interesarse por la
gente menos que antes. Perdida de interés por los amigos y por la familia. El amor al cónyuge y a los
hijos parece palidecer. Indiferente hacia el medio que le rodea. Incapacidad de amar. No sentir
sentimientos por los demás. Desinterés por la vida familiar. Indiferencia hacia parientes o amigos.
48. ¿Le resulta más difícil que antes entender las conversaciones o la lectura?
No poder seguir la acción más sencilla en la pantalla del cine. Impedimento de la comunicación
intelectual. Sólo penosamente puede seguir una conversación porque no puede continuar los
pensamientos que se han tratado. Las impresiones nuevas no son asimiladas o no llegan a ser
siquiera del todo comprendidas.
Incapacidad para conciliar el sueño. Dificultad para dormir. Tardar más de lo habitual en conciliar el
sueño. Costarle mucho dormir. Insomnio precoz. Tardar más de media hora en dormirse.
51. ¿Se despierta con frecuencia durante la noche o tiene pesadillas durante el sueño?
Sueño inquieto o interrumpido. Pesadillas. Quejarse de estar inquieto durante la noche. Despertar
frecuente (superficial lacunar). Despertarse sin motivo a mitad de la noche y tardar en volver a
dormirse. No lograr dormir más de tres o cuatro horas seguidas. Insomnio medio.
Despertarse en las primeras horas de la mañana. Insomnio típico de la madrugada. Insomnio tardío.
Despertarse una o dos horas antes de lo normal y resultar difícil volver a dormir. Despertarse más
temprano que de costumbre. Despertarse temprano todos los días y no dormir más de cinco horas.
Sueño no reparador. Despertarse particularmente muy inhibido y abatido. Sentirse peor al levantarse
que al acostarse.
Mayor fatigabilidad temprano en la mañana. El amanecer le parece el peor momento del día.
Empeoramiento ligero o grave por la mañana. Por la mañana me siento peor que or las tardes.
Incremento de los síntomas durante la mañana. Disminución de los síntomas en el trascurso del día.
a) Oscilaciones diarias repetidas. Cambios súbitos de un humor Disfórico a otro (entre depresión
y ansiedad, entre euforia o expansividad y hostilidad). Cambios súbitos de una reactividad
emocional a otra (depresión, ansiedad, expansividad, hostilidad). Cambios súbitos de un
impulso vital a otro (inhibición, agitación, aumento del clan vital, eventualmente agresividad).
b) Empeoramiento ligero por la tarde. Empeoramiento grave por la tarde. La depresión es
particularmente más marcada por la tarde.
58. ¿Tiene momentos durante el día en los que se queda traspuesto con una especie de
ensueños?
a) Pocas ganas de comer. Poco apetito. Rechazo del alimento. Resistente frente a toda
alimentación. No come. Dificultades en comer si no se le insiste. Ingesta alimentaria
disminuida. Anorexia. Tener que esforzarse para comer aunque sea poco. No disfrutar de las
comidas como antes. Saberle mal los alimentos.
b) La ropa le cuelga debido a la pérdida de peso. Ha perdido mucho peso. Pérdida significativa
de peso, al menos dos kilogramos y medio, en ausencia de régimen.
Sentimiento de vivir a marcha lenta. Inhibición del devenir. Detención de la corriente de tod devenir
vivo. Pérdida de la medida interior del transcurso del tiempo real y mensurable. Sensación del tiempo
demasiado cambiada. Negación de la muerte. Ideas de inmortalidad.
62. ¿Piensa más en las cosas del pasado que en las del presente?
“Todo está negro, el futuro no me importa”. Futuro desalentador. Futuro sin horizontes. Dificultades
de hacer proyectos. Metas de existencia sin significado ni valor.
CAPÍTULO VI
Los resultados obtenidos en las diversas investigaciones realizadas con esta versión del CET-
DE coinciden en señalar que se trata de un cuestionario válido y adaptado a su objetivo, es decir,
válido para la tipificación, la detección y el seguimiento de la depresión y dotado de una consistencia
interna de fiabilidad entre excelente y aceptable en las pruebas test-retest y una fiabilidad
interobservador alta.
En tano la validez se sistematiza en validez constructiva y validez empírica, la fiabilidad se
distribuye en fiabilidad interobservador y consistencia interna. A continuación revisamos el CET-DE
en conexión con estas cuatro perspectivas de validación respectivamente.
La validez constructiva del CET-DE queda avalada “a posteriori” por el criterio clínico
fenomenológico y la información bibliográfica. También se ha registrado un sistema de correlaciones
altas entre los ítems agrupados en la misma dimensión. De todos modos, hemos de convenir, con
BECH (1981), en que estos coeficientes de intercorrelación “son indicativos pero no concluyentes”,
en el sentido de aportar un criterio de homogeneidad suficiente, es decir, una consistencia interna
idónea.
La validez empírica del CET-DE fue establecida a través de los resultados obtenidos con la
aplicación de este cuestionario a estas series de sujetos: doscientos depresivos, cien enfermos
mentales hospitalizados y cien enfermos somáticos, entre las edades de dieciocho y sesenta y
nueve años, distribuida cada serie en una muestra computerizada inicialmente y una muestra de
control. Hemos subdividido el estudio de la validez empírica del CET-DE, como es habitual, en
validez predictiva y validez concurrente.
En la validez predictiva se aprehende la capacidad de la prueba para predecir algo por fuera de
sí misma. Fundamentalmente, hemos de referirnos aquí, en primer lugar, al diagnostico de
depresión, y, en segundo lugar, a la tipología depresiva.
Para la validación empírica diagnóstica se han realizado tres estudios sucesivos, lo sdos
últimos de los cuales corresponden a la actual versión del CET-DE.
El criterio externo de diagnostico psiquiátrico utilizado ha sido la CIE-9 de la OMS. Se han
manejado los códigos 296.1, 196.3, 300.4 y 300.9 de modo que todos los enfermos correspondientes
a estos códigos han sido aceptados como enfermos depresivos.
El equipo investigador, integrado por los profesores y doctores J.M. Civera, C. Alonso San
Martín, M. Martín del Moral, A, Abril García, B. Peral Ríos, el que suscribe y otros, ha recogido y
evaluado en forma ciega los datos correspondientes al CET-DE de cada uno de los entrevistados
(sin conocer el diagnóstico consignado en su historia clínica). El diagnóstico clínico ha sido evaluado
por especialistas distintos a los entrevistadores, con arreglo a las claves diagnósticas de la CIE ya
señaladas.
El punto de corte de 32, se ha seleccionado después de haber hecho una serie de aplicaciones
y replicaciones del CET-DE a distintas casuísticas de enfermos depresivos, enfermos psíquicos no
depresivos y sujetos normales, llegándose al final a la conclusión de que este punto de corte
representa un nivel suficientemente satisfactorio, sobre todo para los índices de sensibilidad y de
especificidad, así como también par la tipificación de los resultados.
Los resultados alcanzados por el valor predictivo diagnóstico del CET-DE en las muestras
señaladas se consignan en el cuadro adjunto.
Sensibilidad 86%
Especificidad en sujetos enfermos 100%
Especificidad en enfermos mentales hospitalizados 78%
Valor predictivo positivo con relación a sujetos no enfermos 1
Valor predictivo positivo con relación a enfermos mentales hospitalizados 0,80
Valor predictivo negativo con relación a sujetos no enfermos 0,87
Valor predictivo negativo con relación a enfermos mentales hospitalizados 0,83
La positividad corresponde a los casos que presentan por lo menos una dimensión igual o superior a
32 puntos (sobre un total teórico de 56 puntos).
Como puede apreciarse en este cuadro, las distintas cifras alcanzadas por el valor predictivo
diagnóstico del CET-DE son excelentes en lo que se refiere a sensibilidad, especificidad, valor
predictivo positivo y negativo con relación a enfermos psíquicos no depresivos hospitalizados.
Para la validez tipológica los resultados obtenidos con el CET-DE en forma de tipos clínicos
dimensionales fueron contrastados al mismo tiempo es decir, concurrentemente, con los datos de la
historia clínica y/o con el criterio de uno o dos psiquiatras muy experimentados.
El índice de coincidencia entre el tipo clínico dimensional dado por el CET-DE y la estimación
clínica del cuadro depresivo se mantuvo entre el 85 y el 90%.
En cuanto al seguimiento, se ha establecido la validez concurrente en comparación con la
escala de Hamilton, habiéndose apreciado en el CET-DE una mayor sensibilidad para captar la
presentación y el desarrollo de la mejoría, unida algunas veces a su tendencia a estacionarse en
positividades ligera, correspondiendo a remisiones clínicas no completas. Mientras que las escala de
seguimiento para la depresión habitualmente manejada, se refieren a la intensidad global del estado
depresivo, ya que la parcelación según los ítems impondría una dispersión excesiva, el seguimiento
a través del CET-DE y de la ETD se distribuye en cuatro dimensiones. Este rasgo peculiar de ambas
pruebas vale no sólo para incrementar la sensibilidad del instrumento con relación a la respuesta
terapéutica inicial y el grado de la remisión incompleta, sino para distribuir entre las cuatro
dimensiones las variaciones experimentadas cualitativa y cuantitativamente.
Un acuerdo interobservador alto (igual o superior al 75%) se ha estimado como una exigencia
primordial previa, para mantener el ítem en la misma forma. La totalidad de los ítems incorporados al
modelo del CT-DE publicado, tenía al menos en seis de las siete parejas de observadores un
coeficiente Kappa igual o superior a 0,61 (concordancia igual o superior al 80%).
La fiabilidad interobservadora para cada una de las dimensiones, estimada como acuerdo una
diferencia igual o inferior a cinco puntos (media desviación estándar) alcanzó asimismo al menos en
seis de las siete parejas de observadores un coeficiente Kappa igual o superior a 0,61 (concordancia
igual o superior a 80%). Los coeficientes Kappa superiores o iguales a 0,81 (concordancia casi
perfecta, del 90 al 100%) aparecen para la Dimensión I en seis parejas, para la Dimensión II en tres
parejas, para la Dimensión III en cinco parejas y para la dimensión IV en seis parejas. Las medianas
correspondientes a los siete coeficientes kappa en la tabla adjunta.
Por medio del análisis de varianza simple “one way” las evaluaciones registradas por diez
observadores sobre diez enfermos, referidas a la puntuación ponderada de cada dimensión y a la
suma total de puntuaciones ponderadas, registraron unas diferencias no significativas (0,00001).
La fiabilidad del instrumento o consistencia interna, designaciones que cuentan con abundante
sinonimia (consistencia de la validez, estabilidad y simplemente fiabilidad o “reliability”), constituye,
como señalan CATTELL y WARBURTON (1967), la segunda cualidad general primaria de las
escalas de estimación y pruebas afines, quedando por encima sólo la validez predictiva y
concurrente. Hemos determinado el coeficiente de consistencia o de fiabilidad CET-DE basándonos
en el registro de las diferencias de puntuación (de cero a cuatro puntos) obtenidas en cada ítem por
el mismo enfermo depresivo en dos ocasiones distintas (fiabilidad test-retest), con la finalidad de
establecer la correlación de Pearson (y la de Spearman) existente entre las dos series de
puntuaciones. Puesto que se trataba de determinar la estabilidad del CET-DE en enfermos
depresivos hospitalizados, y que, por un lado, estos se hallaban sometidos a intensas variaciones,
en gran parte inducidas por una terapia psicofarmacológica muy activa, y, por otro, el propio estado
depresivo dificultaba al mismo tiempo el aprendizaje, se fijó la duración idónea del intervalo entre el
test y el retest en veinticuatro horas. No cabe duda de que este intervalo, de no mediar las dos
importantes circunstancias señaladas, podría ser estimado como demasiado breve.
La estabilidad alcanzada en el test-retest, según las correlaciones tipo Pearson, referidas a las
puntuaciones globales de cada dimensión, se recoge en el cuadro adjunto.
Coeficiente de correlación de Pearson registrados en el test-retest (24 horas de diferencia)
R = 0,55 – 0,69 R = 0,70 – 1,00 R coeficiente global
Dimensión I 9 ítems 12 ítems 0,86 (excelente)
Dimensión II 3 ítems 11 ítems 0,88 (excelente)
Dimensión III 5 ítems 9 ítems 0,83 (excelente)
Dimensión IV 6 ítems 8 ítems 0,61 (excelente)
TOTAL 23 ítems 40 ítems 0,87 (excelente)
Entre las sumas totales de las puntuaciones ponderadas alcanzadas en el test y el retest se
obtuvo una correlación de 0,87 (excelente).
La definición de los ítems es un problema importante que se resuelve sólo mediante una
fórmula expresiva precisa para todos y cada uno de los ítems, con una alta uniformidad infundida por
una tonalidad verbal y semántica homogénea. Nuestro objetivo ha sido aquí el logro de cuatro
bloques de ítems bien definidos y clarificados, expuesto siempre en forma de preguntas breves y
directas, exentas de tecnicismos.
Uno de los orígenes más importantes del fallo de la fiabilidad interobservador en algunas
pruebas psicométricas interobservador en algunas pruebas psicométricas consiste en la definición
impresa de sus ítems. También la validez independiente de cada ítem debe asegurarse por su modo
de formularse.
La aceptabilidad y la compresión del ítem alcanza niveles altos entre los enfermos sometidos al
CET-DE. Cuando existen dificultades, la formulación del ítem del CET-DE se respalda en la lectura –
casi siempre fragmentaria- del perfil semántico correspondiente. Al lado de perfiles semánticos
monocordes se encuentran otros distribuidos en varios apartados con objeto de cubrir la gran
amplitud semántica del ítem dimanada de su fuerte carga polosémica.
CAPÍTULO VII
VERSIÓN BREVEDEL CUESTIONARIO ESTRUCTURAL TETRADIMENSIONAL
(BREVECET-DE, ALONSO-FERNANDEZ 1986)
Par constituir una equilibrada versión breve del CET-DE se eligieron cuatro ítems por
dimensión, de modo que no se produjesen entre ellos coincidencias semánticas. Con este objeto se
seleccionaron dos ítems muy representativos de la dimensión en la perspectiva fenomenológica, a la
vez con una sensibilidad para la depresión suficientemente alta, acompañados de otros dos ítems
más específicos, para dejar cubiertas las referencias de cada dimensión a la vertiente psíquica y a la
vertiente corporal.
Resulta casi evidente que con tal construcción de la versión breve o instrumento “screening”
del CET-DE, donde se atiende sistemáticamente a la vertiente corporal, estamos expresando nuestro
rechazo de los conceptos de somatización y de depresión enmascarada –que se manifiesta por
síntomas somáticos-. Los síntomas corporales son tan consustanciales a la depresión como los
síntomas psíquicos.
Los instrumentos de selección (cribado o “screening”) para la depresión suelen ser pruebas
breves empleadas, en una primera aproximación diagnóstica, para detectar enfermos depresivos en
el seno de la población global o en centros médicos generales. La validez de estos instrumentos
sobre todo a causa de su mediana especificidad, nunca equivale al establecimiento de un
diagnóstico definitivo. La versión breve de nuestro cuestionario presenta las ventajas de ofrecer una
especificidad muy consistente y permitir tipificar la depresión.
Con esta tipología clínica de la depresión registrada mediante el CET-DE y su versión breve, se
abre un gran campo de investigación para el estudio de las correlaciones entre los diversos tipos
dimensionales y, por otra parte, las categorías o tipos distinguidos en los ejes o planos etiológicos,
situativo (dado que la situación actúa como factor determinante no sólo en las depresiones no
endógenas sino en las etiológico), neuroquímico, evolutivo y terapéutico.
VERSIÓN BREVE DEL CET-DE
(ALONSO-FERNÁNDEZ,1996)
DIMENSIÓN II (ANERGIA)
5 ¿Se siente aburrido o desinteresado por todo?
6 ¿Le cuesta trabajo pensar?
7 ¿Ha disminuido su actividad habitual?
8 ¿Se siente agotado o se cansa enseguida?
Suma de puntuaciones
DIMENSIÓN IV (RITMOPATÍA)
13 ¿Se despierta antes de lo habitual y ya no puede dormir?
14 ¿Se encuentra peor por las mañanas?
15 ¿Ha perdido apetito o peso?
16 ¿Se le hacen los días muy largos?
Suma de puntuaciones
Al final habrán de descartarse todos los cuestionarios que no hayan sido cumplimentados por
el sujeto con una colaboración suficiente, por incurrir en alguno de estos extremos: falta de voluntad
de colaboración, falta de atención a las preguntas, tendencia a disimular u ocultar los síntomas,
tendencia a simular o exagerar los síntomas.
Se dio la circunstancia que la mayor parte de los falsos positivos correspondía a tipos
unidimensionales de la anergia o de la discomunicación. La aplicación dirigida por nuestro
colaborador Salvador Fernández ha sido hecha por médicos generales sin especial preparación
psiquiátrica,. Los diagnósticos fueron revisados independientemente por el investigador.
La utilidad que puede prestar el BREVE CET-DE a los médicos generales para la detección o
el diagnóstico de la depresión, se refleja en estos datos como de un grado sumamente elevado.
CAPÍTULO VIII
ESCALA TETRADIMENSIONAL PARA EL SEGUIMIENTO DE LA DEPRESIÓN
Primeramente, se adoptaron los mismos ítems que figuran en el Breve CET-DE (4 ítems por
dimensión). El trabajo más laboriosos se produjo a continuación, al tratar de explicar la gradación
meramente cuantitativa del síntoma objeto del ítem (de 0 a 4 puntos) en forma de una descripción
correspondiente a cada grado. De esta suerte, cada ítem quedó integrado por una sucesión
escalonada de cinco términos descriptivos correspondientes en forma respectiva a la puntución de 0
a 4.
He aquí a título de ejemplo cómo aparece en la prueba impresa el primer ítem de la Depresión
I (humor depresivo)
En cuanto a las instrucciones para la aplicación de la ETD, es preciso indicar que se trata de
una prueba heteroadministrado, cuya administración deberá correar a cargo de un entrevistador de
formación sanitaria adecuado y suficientemente adiestrado.
La presentación del entrevistador y su toma de contacto con el entrevistado coincide con las
observaciones formuladas a propósito del CET-DE en la entrada del capítulo IV de este Manual.
DEPRESOGRAMA ANÁLITICO
PUNTUACIÓN HUMOR ANERGIA DISCOMUNICACIÓN RITMOPATÍA
DEPRESIVO
1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4 1 2 3 4
4
3
2
1
0
Los puntos del eje de ordenadas corresponden a la puntuación del ítem y el de abscisas a la ordenación de los ítems.
DEPRESOGRAMA DIMENSIONAL
Con objeto de evaluar el seguimiento sobre la evolución del enfermo depresivo, se precisa
efectuar aplicaciones repetidas de ETD. El intervalo de replicación puede ser muy variable, oscilando
por lo general entre una semana y tres meses. Una orientación adecuada es que los intervalos de
aplicación sean más breves al principio, y se vayan dilatando progresivamente.
Una información suficiente sobre la evolución del enfermo depresivo ambulatorio puede
obtenerse con las siguientes replicaciones de la ETD, tomando como referencia el inicio del
tratamiento: primer intervalo, quince días; segundo intervalo quince días: tercer intervalo un mes;
cuarto intervalo dos meses: quinto intervalo dos meses. Todo lo cual totaliza un tiempo de
observación de seis meses.
En toda aplicación de la ETD, se trata de inquirir el estado actual, entendiendo como el del momento
presente y las 48 horas anteriores. Las orientaciones ya señaladas a propósito del carácter de
entrevista semi-estandarizada que tiene esta prueba, se complementan en las repeticiones de las
mismas formulando observaciones al enfermo para que especifique ante el tema de cada ítem se
desde la última aplicación se ha producido una modificación positiva o negativa en su modo de
encontrarse al respecto, o no.
CAPÍTULO IX
El uso del CET-DE (Alonso-Fernández 1986) cubre una amplia gama de indicaciones básicas
que permiten al clínico y al investigador satisfacer sus deseos de tipificar o seguir la evolución de la
depresión. Así como encontrar un apoyo para resolver sus dudas diagnósticas. Siempre que exista
un interés cognitivo relacionado con cualquiera de los tres objetivos señalados en el área de la
depresión, sea en la vertiente clínica o en la investigadora, la aplicación del CET-DE resulta
imprescindible para el logro de las informaciones pertinentes.
Pero, además simplemente, la pretensión de obtener una visión sistemática de la semiología
de la depresión constituye una indicación para aplicar el CET-DE. En este sentido, habría que
puntualizar cómo la familiaridad con el uso de este instrumento conduce al clínico y al investigador a
disponer de una perspectiva más completa sobre la semiología depresiva, a la que una vez
habituado no querrá renunciar. Resulta así plenamente justificada la introducción del CET-DE en los
planes de estudio de la depresión y su manejo como instrumento formativo en los cursos dedicados
a expertos o especialistas interesados en ampliar sus conocimientos psicológicos en este campo.
Por otra parte, el uso rutinario del CET-DE ante todo cuadro depresivo diagnosticado en firme o
en presunción, abona una cuota de tiempo muy baja en consonancia con el volumen de información
aportada, ya que cualquier entrevistador suficientemente familiarizado con el instrumento puede
pasarlo la mayor parte de la veces en un lapso comprendido entre diez y veinte minutos. El copioso
volumen de información obtenida con la aplicación rutinaria del CET-DE compensa de por sí –con
muchas creces- el escaso tiempo consumido.
Para conseguir una versión BREVE del CET-DE se seleccionaron 4 ítems por dimensión según
los criterios que a continuación se señalan:
a) Que no se produjesen solapamientos semánticos entre los ítems seleccionados
b) Que dos de los ítems seleccionados por dimensión correspondiesen al núcleo
conceptual de la dimensión, según la perspectiva fenomenológica.
c) Que los otros dos dejasen cubiertas las referencias de cada dimensión, uno de ellos, a
la vertiente psíquica, y el otro a la vertiente corporal y
d) Que todos ellos se habían acreditado con una sensibilidad diagnostica suficiente
Cuando entre la puntuación o puntuaciones altas y las puntuaciones de las otras dimensiones
alteradas existe una diferencia igual o superior a 10 puntos, sugerimos que se señale la prevalencia
de la dimensión o dimensiones más alteradas, subrayando los números romanos conrrespondentes.
Por todo ello, las aplicaciones del CET-DE se pueden sistematizar en indicaciones específicas y
rutinarias
El uso del CET-DE posee una amplia gama de indicaciones específicas que van desde el
diagnóstico hasta la tipificación y el seguimiento de la evolución de la depresión. Siempre que exista
un interés relacionado con cualquiera de los tres objetivos señalados en el área de la depresión, sea
en el contexto de una actividad clínica o de un trabajo de investigación, la aplicación del CET-DE
puede aportar datos de interés específicos en el problema que se plantea. Para el seguimiento, la
prueba selectiva es la ETD (escala tetradimensional para el seguimiento de la depresión)
Por otra parte, el uso rutinario del CET-DE ante todo cuadro depresivo, diagnosticado en firme o
en presunción, abona una cuota de tiempo muy baja en consecuencia con el volumen de información
aportada ya que cualquier entrevistador suficientemente familiarizado con el instrumento puede
pasarlo la mayor parte de las veces en un lapso de tiempo comprendido entre 10 y 20 minutos. El
importante volumen de información obtenido con la aplicación rutinaria del CET-DE compensa con
creces el tiempo empleado.
El CET-DE constituye, por tanto, no sólo un instrumento que permite clarificar el diagnóstico, la
clasificación y el seguimiento de la depresión, sino una prueba sumamente útil para disponer de un
inventario de síntomas y sobre toso para obtener un perfil semiológico estructural de los enfermos
depresivos, distribuido en cuatro dimensiones.
La limitación operativa del CET-DE proviene de ser un instrumento clínico e investigador ceñido
estrictamente al plano o eje semiológico. Necesita complementarse, tanto en la clínica como en la
investigación, con datos adscritos a otros eje, en particular al eje etiológico. La captación global de
este eje en forma de un diagnóstico etiológico –labor casi siempre desenfocada en el campo de la
depresión-, exige una visión sintética de los datos siguientes: la patología familiar relacionada con la
nosología psiquiátrica, los antecedentes psicopatológicos personales, la modalidad de la
personalidad permorbosa, la posible administración de medicamentos o drogas de acción
depresógena, la posible existencia de procesos somatopatológicos depresógenos, a clave de la
situación psicosocial abocada a la depresión y el análisis de la sintomatología, juntamente con el
conocimiento del subtipo dimensional.
Como puede apreciarse en esta sucinta relación de las cuatro clases de situaciones
depresógenas clave, el impacto de cada una de ellas corresponde, respectivamente, al humor
depresivo, la anergia, la incomunicación y la ritmopatía; en definitiva, las cuatro vías por las que se
produce la instauración del cuadro depresivo y el despliegue de su sintomatología.
CAPÍTULO X
FICHA TÉCNICA DE LAS PRUEBAS TETRADIMENSIONALES PARA EL ESTUDIO DE LA
DEPRESIÓN: CUESTIONARIO, BREVE CUESTIONARIO Y ESCALA
Validación
Sensibilidad 86%