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Del "juego simétrico" de la pareja

al "juego psicótico" de la familia


From the symetric play of the couple
to the psycotic play in the fammily

Giu'liana PRATA M. D. (*)

Cuando una familia


RESUMEN llega a la terapia con
un niño "psicótico" o
En este artículo, el autor, a través del informe de una historia "autista", tiende a re­
familiar, hace hincapié en ciertas modalidades de interacción velar únicamente las di­
que se encuentran frecuentemente en familias con transac­ ficultades que han sur­
ción psicótica. El confrontamiento entre la experiencia clínica gido en la familia, des­
y la observación informal de una familia ayuda a comprender puésde la aparición del
mejor la evolución posible del 'juego simétrico" de la pareja comportamiento alte­
hacía el 'juego psicótico" de la familia. rado del niño. Todos los
miembros de la familia
están dispuestos a dar
SUMMARY una lista larga de de­
talles acerca de estas
In this article, the author, through a family account, points dificultades. Pero todas
out a number of interactional modalities often recurring in estas discusiones son
families with psychotic transactions.
The confrontation between the clinical experience and the
como un velo que es­
informal observations of a family becomes enlightening re­ conde los conflictos
garding the possible evolution of the "symmetric game" of que existían antes del
the couple into the "psychotic game" of the fa m ily. comienzo de los sínto­
mas. El terapeuta debe
descubrir "el juego"
PALABRAS CLAVE que esta familia jugaba
antes, si es que quiere
comprender y ca mbiar
Psicosis infantil. Juego simétrico. Juego psicótico. Terapia "el juego" al que está
de familia. jugando ahora.
(*) Directora del Centro di
Terapia Familiare Sistemica
e di Ricerca (Vía G. Frua, 6.
KEYWORDS 20146 Milano.
La autora desea agradecer
a los miembros de su equipo,
las doctoras Luisa BIGONI
Children psychosys. Symmetric game. Psychotic game. Family PRATA, Maria VIGNATO, Cinzia
therapy. RAFFIN y Susana FRONDIZI DE
BUlLRICH, la discusión crítica
de este artículo.

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Lo sucedido a la familia TERRI per­ Durante los primeros años de carrera,


mite comprender cómo "el juego si­ Marzio no se interesó por Inés. El es­
métrico" de una joven pareja puede tudiaba lo mínimo indispensable, cor­
transformarse, después de nacer los tejaba a las jovencitas, las llevaba a
niños, en "un juego psicótico". bailar y se le consideraba como el Don
En este informe, no hay nada que Juan del curso. Sus aventuras eran in­
me haya sido contado durante una te­ contables. En el último año, la bella
rapia. Los TERRI son unos conocidos Inés, que no se dignaba echarle ni una
que, con el tiempo, me han contado su mirada, empezó a atraerle irresistible­
historia de novios y de cónyuges, y des­ mente. Le hizo la corte de forma conti­
pués la familiar. Jamás me han pedido nua, cada vez más atrapado, como de­
consejos y jamás se los di. cían los amigos. Dejó entonces de ir
Esta historia es interesante, puesto con ellos y dejó y olvidó a las jovencitas.
que pone en evidencia lo que, en una Quería conquistar a Inés, pero ésta se
terapia se tiene escondido, es decir, el mostraba más fría que un iceberg. Ella
tipo de relaciones que había entre los le dijo claramente que no quería estar
cónyuges antes de que su segundo hijo en la lista de sus conquistas. Cuanto
empezara a tener los síntomas. Apa­ más convencido estaba y más empeña­
rentemente, no había velo que me ocul­ do en hacerte la corte y mejores notas
tara nada hasta ahora. Incluso ahora sacaba, con el fin de convencerla, ella
que el niño sufre claros síntomas, me más le decía que no le consideraba un
parece que siguen hablándome, con ra­ chico serio ni de confianza. Si se creía
bia o con satisfacción, del desarrollo que "el truco del estudiante modelo"
de la situación entre ellos. Por otro lado, iba a funcionar, podía renunciar ya mis­
de una pareja de jugadores inveterados mo; ella no era estúpida y jamás le
como ellos, no puedo esperar un com­ creería.
portamiento totalmente "espontáneo y Marzio se convirtió en la burla de
sincero". Si "cantan" es porque saben sus amigos, pero él no quería nada más
que yo no seré nunca su terapeuta. Ni que a Inés la cual sólo le lanzaba mira­
siquiera han intentado que yo tome par­ das de conmiseración.
tido por el uno o por el otro; saben que Justo después de licenciarse, Inés
si lo hicieran, yo interrumpiría toda re­ se marchó a los Estados Unidos con
lación. La distancia geográfica y el he­ una beca de estudios, y se ausentó du­
cho de que no nos telefoneamos más rante un año. Marzio estaba profunda­
que unas pocas veces, me permiten el mente afectado. Se matriculó en pe­
no dejarme arrastrar por su problema diatría y continuó estudiando, sobre to­
y evitar trampas peligrosas. do para convencer a Inés de que había
Inés es una mujer de 36 años, gra­ cambiado. El le escribía todos los días
ciosa y simpática. Joven, en la Univer­ cartas de pasión, cada vez con más des­
sidad muchos eran los que la corteja­ esperación. Ella contestaba de vez en
ban; era alegre, reía y bromeaba con cuando, mandando una tarjeta postal.
todos, pero no estaba enamorada de Decía que su trabajo era muy intere­
ninguno, interesándose únicamente por sante, que su grupo era muy simpático,
sus estudios. Era una estudiante muy internacional y que progresaba con el
brillante que se licenció en Medicina inglés. ¿Progresaba también en otros
con la nota máxima, "cum laude". campos? ¿Quiénes eran sus amigos?
Marzio, un chico guapo de 38 años, ¿Con quién salía ella? Las preguntas
era de familia rica. En apariencia, su cada vez más insistentes de Marzio que­
hermana era la preferida de sus padres, daban sin respuesta; Inés se escapaba
puesto que él siempre creaba proble­ por completo a su control.
mas. Cuando bajó del barco en Nápoles,

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había cambiado mucho, más guapa y, Había muchas casas disponibles, pero
sobre todo, cosa que le puso a él furioso él escogió la más alejada del centro.
en el acto, maquillada y elegante. Los Para ir a su casa, los pacientes debían
vaqueros y zapatillas de deporte habían caminar a lo largo de la vía del tren
desaparecido. Discutieron inmediata­ muy poco utilizada, o si no, resignarse
mente. En el viaje a Roma, hicieron las a tomar un largo camino mal asfaltado.
paces y él prometió no ser más celoso. Como médico, rápidamente se convirtió
Ella no estaba ligada sentimentalmente en una personalidad importante en el
a nadie, y vivir con su madre y su her­ pueblo. Era guapo e inspiraba confianza.
mana mayor Iris, se le hizo insoportable Seguramente alguna mujer deseó con­
después de haber vivido un año con quistarle y seducirle, pero comprendió
plena libertad. Así pues autorizó a Mar­ enseguida que era imposible.
zio a que la cortejara, aceptó salir con Como médico-municipal, tenía que
él y, finalmente, después de seis meses, estar localizable en todo momento con
aceptó el matri mon io. lo que raramente podía ir a Roma. Inés
Ella se matriculó en psiquiatría yen­ escapaba de nuevo a su control, pero
contró trabajo en una clínica de la ca­ menos mal que estaba embarazada, te­
pital. El se especializó en pediatría y nía a Flavia, y además estaban su ma­
trabajaba en un hospital. dre y su hermana que no le quitaban
Tres meses después de la boda, Inés ojo y desaprobaban la idea de que es­
estaba embarazada de Flavia, una chi­ tuviera separada de su marido. Al final,
quilla muy guapa y voluntariosa. Tres Marzio dejó incluso de estar celoso de
años más tarde, Inés quedó de nuevo su suegra y de su cuñada ya que, apa­
embarazada. rentemente, estaban de su parte y por­
Sin decir nada, Marzio se inscribió que, como perros guardianes, le con­
para sacar la plaza de médico-muni­ venían a él perfectamente.
cipal de un pequeño pueblo, a tres ho­ Nació un chiquillo, Federico, Flavia
ras de carretera desde la capital. Cuan­ no tuvo celos e Inés era una madre
do sacó la plaza, Inés se puso muy fu­ escrupulosa. Evidentemente, ella era
riosa y se negó a acompañarle. Ella es­ más afectuosa con los niños que con
taba ya embarazada de bastantes meses él, él tenía siempre que mendigar. El
y se negaba a dar a luz en una casa permiso por maternidad se acabó e Inés
nueva, entre extraños. Si realmente él confirmó su decisión de volver a su tra­
insistía en marcharse a O., ella se iría bajo. Se la apreciaba mucho y no quería
a casa de su madre. Mientras tanto, la renunciar a su propia carrera, a favor
hermana se había casado y vivía en el de la de su marido. Marzio la telefo­
piso de abajo. neaba incluso seis veces al día, y para
Marzio no había previsto la reacción Inés esa era la prueba evidente de que
de Inés; ella le había convencido de él no confiaba en ella, de que era po­
que no soportaba ni a su madre ni a su sesivo, celoso y tirano. Si alguna vez
hermana. ¿No se había negado cate­ hubiera tenido la idea vaga de ir a vivir
góricamente a dejarles a la niña? Una con él, su comportamiento le hubiera
buena parte de su sueldo iba destinado hecho descartar inmediatamente esa
a la "baby-sitter", pero Inés era inamo­ idea.
vible. Ahora, y de manera totalmente Las vacaciones de verano de Marzio
imprevista, puesta a elegir entre él y llegaron y fue a Roma. Era en julio, y
su madre, prefería, y sin dudarlo, a su con todo el calor tórrido, se organizaron
madre. Marzio no entendía nada, estaba lo mejor que pudieron: por la mañana,
confundido y furioso, pero tuvo que re­ Marzio llevaba a los niños al"mar y los
signarse y se presentó en su nuevo tra­ fines de semana iban los cuatro. Des­
bajo. pués llegaron las vacaciones de Inés, y

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las tuvo que pasar en O., con su marido De momento Inés frecuentemente,
y los niños. Era una mujer extraordi­ pasaba sus fines de semana en O., cuan­
nariamente activa y eficaz; en pocos do su trabajo se lo permitía. En cuanto
días pintó los muros y tabiques, dio bar­ al resto, sin cambio, con escenas de
niz al balcón y a las persianas, y con­ celos de Marzio, y largos silencios que
virtió todo en una encantadora casita. ella le devolvía. Pero Marzio tenía la
Incluso la sala de consulta perdió su impresión de ir ganando terreno: O. ya
aspecto miserable. no era "ese horrible sitio".
Era evidente que Inés era la respon­ Cuando Federico cumplió dos años,
sable de estos cambios y todo el mundo Inés informó que estaba harta de vivir
cambió de opinión sobre ella. Antes, con su madre y que quería alquilar el
los habitantes de O. estaban de parte piso de arriba. Para Marzio, esto fue
de "este pobre doctor que tenía que como una provocación insoportable.
hacer todo él solo", pero ella les había Inés amenazó con solicitar el divorcio
conquistado, gracias a su simpatía y a (y no era la primera vez). Marzio cedió,
su altruismo. Un hecho tuvo lugar que incluso habiendo para él una única ex­
irritó mucho a Marzio. Al hablar de ella, plicación a todo esto: Inés quería vivir
ya no decían "la mujer del doctor" sino sola para estar a su gusto y voluntad.
Inés, sencillamente. A las llamadas diurnas se añadieron
Solía visitar a los vecinos, personas las nocturnas, exasperantes. Llegaron
modestas pero simpáticas con las que a un acuerdo: Inés le llamaría cada vez
se entendía muy bien. Empezó a invi­ que saliera de casa, incluso aunque fue­
tarles a casa, después de cerrar la con­ ra para comprar un helado al niño y al
sulta. No había mucha gente por los volver.
alrededores, hacía fresco en el balcón Marzio no se atrevía a prohibirle salir
y pasaban las tardes tomando graniza­ con sus amigas y con sus colegas pero
dos y helados caseros. Los vecinos iban cada día estaba más sombrío e irritado.
con sus niños, y entre el camino y el Cuando llegaba con sus aires trágicos,
balcón no había más que un ir y venir incluso en la tarde más animada, todo
de niños. Marzio estaba rojo de ira, to­ se podía convertir en algo f(mebre. Inés
das estas personas invadiendo su casa, empezó a llamarle "Nube Negra", y este
toda esta confianza que se demostraba, apodo fue aceptado por todo el muhdo
esta manera de tutearse, le afectaban con fervor y entusiasmo. Marzio se sen­
profundamente. Decía que tenía que tía, y estaba, cada vez más rechazado y
estudiar y se iba a su despacho echando marginado. Para obtener más permisos
sapos y culebras. y poder entrar en casa sin previo aviso,
Flavia se unió tanto a Marta, una ve­ se matriculó en Odontología.
cina de la misma edad que su madre, Inés rechazaba cada vez más las re­
que Inés cedió finalmente a las insis­ laciones sexuales y se iba a dormir con
tencias de Marzio, dejándole a la niña. Federico. Esto ocurría tanto en Roma
Flavia era extraordinariamente indepen­ como en O.
diente, comía y se vestía sola y nadie Había una tensión tal en esta pareja,
debía intervenir para hacerla realizar que para poder respirar un poco Inés
cualquier cosa, lo hacía ella sencilla­ aceptó la idea de Marzio de comprar
mente. Marta se ocuparía de ella y la un terreno en O. y construir una casita.
acompañaría a la escuela con su hijo. Naturalmente, el terreno estaba a tres
Marzio tenía que llevarse bien con la kilómetros de la actual casa.
vecina, si no, Inés se hubiera llevado a Como suele ocurrir en las familias
Flavia y, para él, el tener con él a la que presentan un niño psicótico, el ma­
niña le parecía un gran paso adelante rido (generalmente es él) intentaba se­
para atraer a su mujer. parar a Inés, el miembro más sociable

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de la pareja, de las amistades que ésta que tampoco aguantaba mucho. Para
se había hecho, de las cuales se sentía calmarlo, le regalaron un perrito al que
celoso y de las que se sentía exclui­ enseguida intentó estrangular. Ahora,
do (5). Naturalmente Inés comprendió el perro se quedaba fuera atado, la­
la maniobra de su marido y se rió en drando y haciendo que todo fuera más
su fuero interno. A partir de ahí, ella tenso aún.
conocía a todo el mundo en el pueblo, En O., durante la procesión de Se­
era psiquiatra, trabajaba en una clínica mana Santa de 1987, Federico empezó
importante y su reputación de médico a apagar su vela en el trasero de las
no era menos que la de su marido; ade­ señoras. Era pequeño, y salvo Inés, na­
más, ella era infinitamente más sociable die vio provocación o malicia en este
y simpática que él. acto. Siempre había alguien que le vol­
Ella le demostraría a Marzio que, en vía a encender la vela para que dejara
un pueblecito y con coche, tres kiló­ de protestar. Así Federico siguió incor­
metros eran una distancia de risa, Na­ diando con su vela durante toda la pro­
turalmente, Marzio tenía buenas razo­ cesión. La "estrangulación" del perro
nes para escoger justamente ese te­ se había justificado diciendo que Fe­
rreno: estaba situado en la zona más derico, "pobrecillo", nunca había visto
sana y soleada del lugar, cerca de la ningún perrito, no sabía que le estaba
escuela y de las bonitas ruinas roma­ haciendo daño, etcétera. Lo de la vela
nas. Demasiado cerca. Sin embargo, fue el primer "comportamiento inhabi­
el proyecto, después de ser aprobado, tual" que Inés constató en su hijo (8).
al empezar las obras, se paralizó por la Marzio, que durante la procesión estuvo
Superintendencia de Bellas Artes. A po­ más atrás con Flavia, no había visto
cos metros de su terreno, se halló un nada.
canal de aguas antiguo lo que permitía A partir de ese día, Federico empezó,
suponer que podía haber restos de ca­ a incordiar a todas las mujeres, me­
sas romanas. tiendo la mano en sus escotes o en las
Mientras Marzio corría como alma bragas. Llevarlo de visita o recibir visitas
en pena de un despacho a otro, Inés se de amigos era de lo más embarazoso.
sentía muy tranquila y aliviada. En su Las únicas personas a las que Federico
interior, daba gracias a las Bellas Artes respetaba en ese aspecto, eran su ma­
que le permitían ganar tiempo. Me con­ dre y Marta. Con todas las demás, abue­
fió que había hecho todo lo posible para la y tía incluidas, intentaba continua­
meter dinero en la cuenta del banco y mente lo mismo, y se enfadaba y se
convencer así a Marzio de que ella tam­ molestaba si trataban de impedfrselo.
bién estaba de acuerdo con construir Su lenguaje iba en retroceso e incluso
la casa. Pero su idea, la que guardaba hizo aparición la "jactatio capitis·". Inés
para sí, era que una vez terminada la estaba cada vez más preocupada como
casa e instalados el marido y los hijos, madre y como psiquiatra. A sus espal­
se iría a vivir a Roma, sola. Un colega das, todo el mundo comentaba que de­
al que enseñaron el proyecto de la casa, bía consultar con alguien. Inés le llevó
dijo riendo: "¿Cómo es que la construis una vez a un psicólogo que diagnosticó
con dos pisos? ¿Para que Inés duerma el eterno -"falta de afecto y de cuida­
en el primero y tú en el de arriba?", y dos maternos"-. Inés no hizo nada
Marzio repuso un "¿por qué no?" tan más salvo modificar sus proyectos se­
agresivo que el otro no supo qué cretos. Una vez terminada la casa, para
decir. lo cual quedaba mucho, no iría a Roma,
Federico tenía tres años, era un niño sino que se quedaría en O., "por amor
muy inquieto que no se calmaba más al niño", e iría a trabajar a alguna ciu­
que en los brazos de su madre, pero dad cercana.

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En este momento, Flavia tiene siete un movimiento o maniobra para relan­


años y Federico cuatro. zarlo.
El lazo entre dos jugadores implicados
en una "escalada simétrica" tiene que
COMENTARIO enganchar terriblemente, puesto que
muy difícilmente uno de los dos aban­
He hablado del "juego simétrico" de dona o inicia la "desescalada".
la pareja, y éste era el "juego" al que En el caso de los lERRI, debemos
se habían lanzado Marzio e Inés desde intentar ver "desde el interior" los mo­
su primer encuentro. vimientos que han llevado a la familia
Es difícil, si no imposible, establecer al "juego psicótico".
quién de los dos ha dado deliberada­ En familias con transacciones psicó­
mente el primer paso para enganchar ticas, nada es, pero todo se muestra,
al otro. Pero es evidente que ya no han parece (2, 5, 8, 9). Así pues, parece
salido de ese "juego". Al contrario, tan­ que la "no implicación en la relación"
to Marzio como Inés han hecho "juga­ de Inés, haya provocado en Marzio la
das" cada vez más importantes que han necesidad de alejar a su mujer de la
desencadenado una escalada simétrica capital, de llevarla a un lugar "suyo, de
sin exclusión de golpes (3). él" para tenerla bajo su control.
Basándonos en los datos, en las ca­ Cuando se enteraron del resultado
racterísticas de los protagonistas y en de las oposiciones de su marido, Inés,
mi experiencia, voy a tratar de com­ que decía ya estar vigilada por Marzio,
prender cuándo ef "juego simétrico" dijo que "se sintió llena de furor vindi­
de la pareja se ha convertido en el "jue­ cativo". Para escapar del control de Mar­
go psicótico" de la familia. zio, para que éste no tuviera la impre­
Flavia tenía casi tres años, se que­ sión de ser ganador, incluso su madre
daba sin problemas con la "baby-sit­ podía servirla. Marzio había visto a Inés
ter" y no creaba ningún tipo de proble­ devolverle sus propios golpes. El em­
mas. Inés decía que se sentía "casi li­ barazo, que cada uno había "jugado"
bre". En cuanto Flavia hubiera cumplido en su favor, parecía estar favoreciendo
los tres años, iría a la guardería, con lo a Inés. ¡Pero no se había dicho aún la
cual, Inés tendría plena libertad para última palabra!
dedicarse completamente a su carrera. Podemos imaginar con qué rabia y
Hablando continuamente de estos pro­ con qué deseo de venganza, Marzio se
yectos y demostrando estar cada vez fue solo a O., enfadado, pensando úni­
menos interesada en su relación con camente en su revancha. Finalmente,
Marzio, Inés volvió a hacer de "fugitiva". le vino la idea de construir una casa.
Llegados aquí, "de forma inesperada", Si conseguía convencer a Inés, el com­
se volvió a quedar embarazada. "Marzio promiso financiero la ligaría. E Inés con
la había pillado". una docilidad absolutamente inespe­
Ahora bien, es evidente que para ha­ rada, se había dejado "aparentemente"
cer un niño hacen falta dos, y es tam­ ligar. Pero después, las Bellas Artes se
bién evidente que para abortar, Inés se mezclaron en el asunto, las cartas se
bastaba. No tenía motivos religiosos o habían vuelto a barajar y quedaban por
problemas prácticos para no hacerlo. repartir.
¿Entonces, por qué no abortó inmedia­ Vayamos al tema de los niños. Du­
tamente? Basándonos en los hechos rante el segundo embarazo, Flavia, apa­
que ocurrieron posteriormente, pode­ rentemente, se convirtió en una carta
mos emitir la hipótesis de que no tenía poco interesante. Sus padres la querían,
ninguna intención de interrumpir el"jue­ ella crecía, buena y cariñosa, sin crear
go", y que su "huida" no fue más que ningún problema. Parecía no q'uerer to­

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mar partido ni a favor de su padre ni de bargo, totalmente absorbidos por estos


su madre. Cuando llegó la hora de ir a "análisis tácticos", no se dan cuenta
la escuela, pidió que la dejaran que­ de una realidad mucho más importante.
darse en O. Con esta elección, siempre No quiero decir que esas parejas "están
en apariencia, Flavia se había puesto fuera de la realidad porque son psicó­
de parte de su padre. Pero el hecho de ticas", en absoluto. Unicamente están
estar, topográficamente, en la casa excesivamente implicadas en el "juego"
de su padre, no significaba el mostrar y en sus estrategias como para darse
una postura, afectiva o táctica, a su cuenta de que un niño es mucho más
favor. pesado que un piano de cola, que se
Flavia me parece una niña muy autó­ mueve y juega por sí solo, indepen­
noma e independiente para su edad, dientemente o, incluso, contra la vo­
que se comporta como si hubiera salido luntad de sus padres.
del "juego familiar" o como si ella ju­ Es en ese momento cuando empiezan
gara a otros "juegos" con otras perso­ las sorpresas.
nas. Pero puede ser que Flavia espere En el caso de los TERRI, desde el
el momento oportuno para volver a la momento en que Federico empieza con
"mesa de juego" familiar. Queda aún los síntomas, algunos movimientos de
toda la partida por jugar, y no sabemos los padres son, en gran parte, movi­
si ésta será tan apasionante o lanzada mientos obligatorios.
para inducirla a ello. De momento, Fla­ De los efectos pragmáticos inmedia­
via está bien en la escuela, bien en tos de sus propios síntomas, Federico
casa de Marta, jugando o haciendo los puede deducir que ha conseguido gran
deberes con el hijo de esta última, com­ poder, y que es él quien dicta las nor­
pañero de clase. Cruza el patio y no mas. Por consiguiente, no tiene ninguna
regresa a su casa más que a dormir. intención de salir del "juego". Sabemos
Cuando su padre tiene tiempo libre, la que Federico fue concebido cuando el
llama y ven la televisión juntos. Pero "juego simétrico" entre Marzio e Inés
esto raramente ocurre. Cuando vienen alcanzó niveles de intensidad sin igual,
su madre y Federico, Flavia se queda es decir, cuando el control de Marzio
con ellos. La madre tiene muchas cosas sobre Inés era cada vez más exaspe­
que hacer en la casa, Marta va a ayu­ rante, y la amenaza de divorcio de Inés
darla y Flavia y su pequeño amigo se cada vez más evidente.
ocupan de Federico. Como ocurre siempre, cuando el niño
El "juego" de los padres con Federico empieza con los síntomas, la amenaza
y el "juego" de Federico con sus padres de divorcio se vuelve más implícita y,
parece más complejo. al mismo tiempo, más llena de sentido.
Cuando las parejas que establecen Más implfcita porque nadie habla de
un "juego simétrico" deciden tener un ello de forma explícita. Más embarazosa
niño, no evalúan completamente, en puesto que el mensaje implícito, a partir
mi opinión, el significado de esta "ju­ de ahora, es el siguiente: "Mientras
gada". Piensan en la "jugada" que el Federico esté en este estado, no nos
niño, mucho antes de nacer, puede su­ podemos divorciar. Tenemos que per­
poner en su "juego". Piensan en cómo manecer juntos, si no, el niño sufriría
utilizar cada uno de ellos a ese niño por ello". Parte de este mensaje va di­
para enganchar al otro, para amena­ rigido a Federico, y es una "invitación"
zarle, para herirle, para descalificarle. a que no cambie. Federico recibe el men­
Para meter en la "tabla de juegos" al saje, lo acepta, y siguen presentando
adolescente que amenaza con dejar la sus síntomas. Es corno si creyera ser
partida, para poner a su favor a los pa­ él quien decide si los padres deben se­
dres o a los suegros, etcétera. Sin em­ guir juntos o separarse.

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Aparentemente, el niño no tiene nin­ actitud, le quita a su madre la posibili­


gún interés en renunciar a este "po­ dad de jugar la baza de la seducción:
der" (4). En realidad, Federico era "uti­ sus amigas la evitan, y su encanto que­
lizado" por cada uno de sus padres, da reducido por la presencia de un niño
incluso antes de nacer. Era el instru­ tan insoportable.
mento de Inés para quedarse en Roma En cuanto a Marzio, coge un libro y
durante el embarazo. Después, se con­ desaparece, dejando a Inés apañarse
vierte en el instrumento de Marzio para con Federico. De todas formas, él nunca
vigilar a Inés. En un momento dado, está, y como no ve nada o casi nada, le
Federico empieza a protestar, después es muy fácil minimizar el comportamien­
a vengarse. to del niño. Naturalmente, esto enfurece
Al principio, Federico es simplemente aún más a Inés. A pesar de ello, Inés
un niño inquieto y difícil. Nosotros po­ no abandona el "juego"; incluso trans­
demos establecer la hipótesis de que, forma el síntoma de Federico de una
durante esta fase, "protesta" porque baza contra ella, en una baza de juego
no se siente querido, sino sólo utilizado. contra Marzio.
Puesto que su protesta no cambia en A Marzio le conviene que los sínto­
nada la actitud de sus padres en rela­ mas de Federico obliguen a Inés a ir a
ción con él, Federico recurre a los "sín­ O. En efecto, Inés decide trasladarse a
tomas". Presiona a sus padres, y ter­ O., pero no porque Marzio lo quiera.
mina convencido de que tiene más po­ Marzio no ganará la partida. Inés no
der del que tiene en realidad. En efecto, irá a O. por amor a Marzio ni tampoco
haga lo que haga, se engloba rápida­ por amor a su hijo. Va exclusivamente
mente en el "juego psicótico" de la fa­ en nombre de una entidad abstracta,
milia. Por lo tanto, en la siguiente fase, "Ios síntomas de Federico", lo que le
vemos a Federico recurriendo a una permite seguir el "juego" con Marzio,
"jugada" más importante, esto es, "to­ a menos distancia.
ques eróricos". Inés acepta ser vigilada por Marzio a
¿Cómo explicar este "síntoma"? Creo, través de Federico, su madre y su her­
en cierto modo, de forma arbitraria, que mana. Acepta ya que el hecho de que
Federico ha presenciado acercamientos Marzio haya mezclado a más personas,
sexuales de Marzio que Inés ha recha­ vigilantes, le demuestra que la "huida"
zado y descalificado. El "erotismo" de es un golpe eficaz, que reanima el "jue­
Federico podría ser una alusión cari­ golf, lo lleva hasta los extremos, y
caturesca al hecho de que él, contra­ aumenta el número de jugadores im­
riamente a su padre, no renuncia, no plicados. Cuando ella está en casa, todo
se da por vencido. En efecto, a pesar el mundo puede creer que está bajo
de las broncas de su madre y de sus control. Pero una persona que provoca
"víctimas", él jamás renunciaba. El era esa vigilancia y se somete a ella, ¿puede
capaz de pasarse todo un día poniendo considerarse "vigilada"? Los vigilantes
la mano encima de alguna amiga de acaban siendo tan vigilados como el
Inés, con perseverancia total. Natural­ vigilado.
mente, la amiga no se atreve a darle Nadie puede vigilar a Inés cuando
un tortazo, puesto que él no es su hijo, ésta está trabajando. Cuando está en
e Inés, aunque le regaña, no interviene casa, puede llegar a desesperar a todo
nunca de forma tajante. Al final, a pesar el mundo fingiendo tener la cabeza en
de la gran simpatía que inspira Inés, otro sitio. Se acerca a la ventana y sus­
sus amigas se lo piensan dos veces pira, como una reclusa. Marca un nú­
antes de volver a aceptar una invitación mero de teléfono y cuelga corriendo
suya. Así pasó Federico de la protesta en cuanto Marzio abre la puerta, no
a la venganza (3, 6). En efecto, con su responde a ciertas llamadas de teléfono,

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etcétera. Entrenada como lo está para Pero, por su parte, Federico empieza
"jugar", siempre inventa nuevas "ju­ a creer en el poder que se le ha otorga­
gadas" para mostrar que puede esca­ do por sus síntomas. Piensa que es él
bullirse de esta vigilancia. Marzio está quien maneja más a sus padres, mien­
tan entrenado como ella pero es menos tras que en realidad, son sus padres
astuto, menos sagaz y más impulsivo quienes más utilizan su comportamien­
en sus jugadas, como ocurre normal­ to. Federico, convencido de su poder,
mente, a los "más perdedores" en la sigue jugando con sus síntomas contra
relación de pareja. En efecto, es quien, su madre, en este tiempo de alianza
para estar por encima, busca, a mi pa­ táctica, momentánea, con su padre. En
recer, atrae a Federico de su parte, e realidad, cuando se establece "un juego
instigarlo contra Inés (3, 7). psicótico", cada acción y cada reacción
En la familia TERRI, el "juego insti­ de los jugadores no son más que "ju­
gador" sobre el niño sintomático, tan gadas" al servicio de la estrategia del
frecuente en las familias con "juego "juego", y podemos deducir el objetivo
psicótico", no es evidente. Sin embargo, de los miembros de la familia, así como
me permito realizar una hipótesis: Mar­ el de las alianzas tácticas, nunca defi­
zio ejerce un "juego instigador" sobre nidas, sólo a partir de sus efectos prag­
Federico porque, aparentemente, el sín­ máticos.
toma del niño permite a Marzio vigilar Siguiendo el problema de los TERRI
a Inés de manera indirecta. En efecto, durante diez años, conocemos las "ju­
impone unos 'lfmites considerables en gadas" y las "contrajugadas" más im­
la vida de Inés. Federico, obedeciendo portantes a las cuales han recurrido.
a las reglas del "juego familiar" no ata­ Una primera lectura y basándonos
ca a su madre de manera directa y abier­ en las informaciones que tenemos, pue­
ta. Empieza molestando a su abuela y de hacernos pensar que se trata de un
a su tía, y después, por extensión, in­ caso evidente y más fácil de resolver
cluso a las otras mujeres del entorno que otros. Pero yo lo dudo.
materno. También molesta en O., pero Podemos hipotetizar que cuando Inés
probablemente se trata de una tapade­ vaya por fin a vivir con su marido y sus
ra, puesto que siempre se mete con hijos al pueblo este, el conflicto entre
las relaciones romanas de su madre. Marzio e Inés, visto desde fuera, podrá
Por ejemplo, en O., nunca ha incor­ parecer resuelto. Sin embargo, no lo
diado a la vecina. estará. Sólo se habrá disimulado. Uni­
La persona más torturada por el com­ camente el comportamiento de Federico
portamiento de Federico parece ser y el esfuerzo de sus padres para hacer
Inés. El niño toca a todas las mujeres frente a ello serán evidentes.
que puede, a las amigas de Inés, a sus Pienso que, de la fase de la "guerra
conocidas, a sus colegas de trabajo. Es­ d~ movimientos", la familia TERRI pasa­
to disgusta a Inés puesto que sabe que rá simplemente a la fase de la "guerra
a sus espaldas se hacen todo tipo de de trincheras", menos embrujada, más
comentarios, interpretaciones gratuitas agotadora pero que puede continuar du­
y críticas. rante años, sin dejar de haber golpes.
Dado que Federico vive con su madre, En lo que concierne al camino tera­
a Marzio se le puede acusar, como mu­ péutico de Federico, soy bastante pesi­
cho, de ser un "padre ausente", pero mista.
si es "ausente" es por culpa de Inés. Sabemos que esta familia ha "des­
De esta forma, el síntoma de Federico truido" al primer psicólogo al que se
se ha convertido en el instrumento que ha dirigido. Si Federico sigue con sus
permite a Marzio y a Inés no definir su síntomas, tarde o temprano otros pro­
relación. fesionales habrán de ser consultados,

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y los TERRI, en mi opinión, tienen mu­ tienen la esperanza que, con la próxima
chas probabilidades de convertirse en "jugada", con una nueva alianza, se
"CAZADORES DE CABEZAS" de tera­ logrará estar "arriba".
peutas (3). En efecto, además de su
simetría feroz, existe en su caso otro
dato desfavorable: Marzio es médico e REFLEXIONES CONCWSIVAS
Inés es psiquiatra. Para un psicólogo
ya es muy difícil hacer terapia a cole­ Llegando a este punto de mi investi­
gas (1). Le es aún más problemático gación, puedo decir que las jugadas de
enfrentarse con una pareja de médicos; las parejas con un "juego simétrico" y
y todavía más para él o los psiquiatras las de las familias, con un "juego psi­
que quieran iniciar cualquier tipo de cótico" no son infinitas. Sin embargo,
tratamiento con esta pareja. las modalidades sobre las que estas
Sé por experiencia, la cantidad de jugadas se juegan pueden ser muy nu­
dificultades a las que debemos enfren­ merosas, en función de la época histó­
tarnos cuando se hace terapia a unos rica, del contexto de aprendizaje, de los
colegas. Ciertamente, una terapia fa­ valores y de la fantasía de los jugadores.
miliar nos permite recurrir a procedi­ Estas variedades pueden crear velos
mientos técnicos eficaces *, no obstan­ de humo que pueden despistar al tera­
te, este obstáculo será difícil de eludir. peuta. Me parece IJtil pues tener bien
Marzio e Inés, separados en todo y en mente, las jugadas de base, de ma­
por todo, presentan el riesgo de hacer nera que podamos buscarlas y encon­
un frente común únicamente para neu­ trarlas, incluso bajo las más sofisticadas
tralizar las intervenciones de sus futu­ y fantásticas mimetizaciones de la fa­
ros terapeutas y para "decapitarlos" milia.
uno tras otro. Llamo las jugadas de base, a aquellas
Se han acumulado demasiados ren­ que son más frecuentes que otras, ¡de­
cores en estos 1O años; todos los golpes masiado frecuentes para ser fortuitas!
han sido devueltos y han provocado he­ Las jugadas que yo distinguirían son:
ridas de amor propio que claman ven­
ganza; además, 10 años es mucho tiem­ 1) Actitud huidiza.
po como para estructurar, para padres 2) No estar en la relación con el
e hijos, un contexto de aprendizaje de­ otro.
masiado complejo y grávido de signifi­ 3) Celos de posesión.
cados como para poder cambiarlo fá­ 4) Control.
cilmente. 5) Amenaza de separación.
Quizá decidan hacer terapia familiar. 6) Implicación de las familias de
Lo dudo. Deberían admitir ser una fa­ origen y, sobre todo, de una de ellas en
milia tan desastrosa como para nece­ el juego de la familia.
sitar ayuda de colegas e interrumpir 7) Alianza táctica de uno de los
una masacre en la cual, por ahora, es­ dos cónyuges con los suegros, para vi­
tán todos involucrados, todos mal, pero gilar al otro.
en la que no hay vencedores ni vencidos. 8) Juego instigador.
Mientras en otros juegos se llega más 9) Tendencia a mudarse.
fácilmente a tocar fondo, a no poder 10) Tendencia a vivir la familia en
más y, por lo tanto, a querer escapar a lugares muy próximos de casa.
toda costa, en las familias en las que
se juega un "juego psicótico" todos man­ Cuando una familia da como diag­
nóstico inicial el de "psicosis", el de
(*) Pienso dedicar un próximo artículo a estos "autismo" o el de "esquizofrenia", o
procedimientos técnicos. bien, cuando veamos en una entrevista

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modalidades de "juego" que son pro­ nunca hay nada definitivo. Cada movi­
pias de estos "síndromes", debemos miento, cada alianza están al servicio
de llevar la entrevista de manera a com­ del "juego" y entonces no se trata más
prender si durante su pasado o su pre­ que de una "táctica". Como tal, ésta
sente, esta familia ha recurrido a las puede ser ampliada o reducida, en fun­
jugadas citadas en el párrafo anterior. ción del momento y de la estrategia
Naturalmente, en el "juego psicótico", del "juego".

BIBLlOGRAFIA
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(5) SELVINI PALAZZOLl, M.; BOSCOLO, L.; CECCHIN, n.O 10, págs. 397-417,1971.

Dirección para correspondencia: Giuliana Prata - Via 6. Frua, 6 - 20146 Milano.

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