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PRIMERA PARTE
La noche cubre ya
Con su negro crespón
De la ciudad las calles
Que cruza la gente
Con pausada acción;
La luz artificial
Con débil proyección
propicia la penumbra
Que esconde en su sombra
Venganza y traición.
Después de laborar
Vuelve a su humilde hogar
Luis Enrique el plebeyo,
El hijo del pueblo
El hombre que supo amar
Trémulo de emoción
Dice así, en su canción:
El amor, siendo humano
Tiene algo de divino,
Amar no es un delito
Porque hasta Dios amò,
Y si el cariño es puro
Y el deseo sincero,
¿Por qué robarme quieren
la fé del corazón?
SEGUNDA PARTE
El corazón que ve
Destruido su ideal
Reacciona y se refleja
En franca rebeldía
Que cambia su humilde faz
El plebeyo de ayer
Es el rebelde hoy
Que por doquier pregona
La igualdad en el amor
Trémulo de emoción
Dice así, en su canción:
El amor, siendo humano
Tiene algo de divino,
Amar no es un delito
Porque hasta Dios amò,
Y si el cariño es puro
Y el deseo sincero,
¿Por qué robarme quieren
la fé del corazón?
Carrera musical
Felipe Pinglo tocaba la guitarra a la inversa, porque era zurdo. No cambiaba la encordadura
del instrumento, razón que algunos entendidos han considerado importante en el
descubrimiento de nuevas tonalidades logradas por él, apreciables en su abundante
producción musical.
Con los primeros entusiasmos sentimentales de sus años mozos desarrolló su espontánea
habilidad para el canto y la composición musical. Pronto conquistó simpatía y aprecio en las
reuniones de barrios que se hacían acompañadas de música criolla. Afinando así su
inspiración, brota su primera composición, el vals Amelia ejecutado en 1917. Desde allí al
compás de su guitarra afloraron unas 300 composiciones aproximadamente, muchas de ellas
de contenido autobiográfico, impregnadas del acento melancólico, sugeridas por el ambiente
bohemio, las angustias debido a su males físicos; así como también composiciones que son
protestas ante las injusticias sociales. Cabe destacar que Pinglo fusionó el estilo previo
del vals limeño con armonías provenientes de otros géneros, como el tango argentino, así
como incursionó en la composición de ritmos internacionales de moda, como el one-step.
Paulatinamente, la figura de Pinglo, se tornó familiar en el Rímac, Monserrate y La Victoria. Es
la época en que sorprende a sus amigos con su deslumbrante inspiración, capaz de crear un
tema en contados minutos. Entre 1921 y 1923 Felipe se ausenta de los Barrios Altos para irse
a vivir a La Victoria. A los 24 años de edad, Pinglo era ya un compositor celebrado.
En 1925 conoció a Hermelinda Rivera Urrutia, a la sazón de 17 años de edad. Con ella se
casó el 11 de mayo de 1926 en la iglesia San Francisco. Poco tiempo después nacieron
Carmencita y Felipito. Felipe Pinglo Alva se consideraba realizado, como padre de familia y
como compositor.
Hermelinda Rivera había sido novia del también compositor Alberto Condemarín y cuando
ésta se casó con Pinglo, Condemarín le compuso el vals "Hermelinda" que rápidamente se
hizo popular y actualmente es uno de los clásicos de la música criolla. Pinglo, herido en su
amor propio por la hermosa composición de Condemarín, deseaba escribirle a su esposa un
vals que fuera popular también. Se dice que en muchas ocasiones Pinglo empezó a delinear
los primeros versos y acordes de su vals para Hermelinda, pero luego los borraba. Dicha pieza
mantuvo preocupado al Maestro hasta el final de sus días.
Fallecimiento
En 1935, Pinglo cae enfermo, por fuertes dolores en la rodilla izquierda debido a una lesión
deportiva y también por los cada día más agudos espasmos que le produjo una bronquitis mal
curada.
Tres días antes de morir, Pinglo terminó de escribir la que sería su última canción, el vals
"Hermelinda" dedicado a su esposa. Las fuerzas ya no le daban para ponerle música por lo
que le encargó a su esposa entregarlo a Paco Vilela o Pedro Espinel para ser musicalizado.
Hermelinda Rivera no quiso dar a conocer esta última composición y por haberlo mantenido
guardado por tantos años, no es muy conocido.1
A las 5 de la mañana del 13 de mayo de 1936, a los 36 años de edad, murió Felipe Pinglo
Alva con los ojos fijos en la imagen de la Virgen del Carmen, patrona del criollismo. Al día
siguiente, sus restos fueron acompañados por cerca de un millar de personas hasta
el Cementerio Presbítero Matías Maestro donde fue sepultado. Cuatro días después, el
compositor Pedro Espinel, uno de los mejores amigos de Pinglo, fundó el primer club
musical criollo: "Felipe Pinglo Alva"'.
El busto que corona el mausoleo de Pinglo es obra del escultor Artemio Ocaña. Las guardillas
de la tumba, en forma de notas musicales, fueron diseñadas y forjadas por el
decimista Nicomedes Santa Cruz. Estas guardillas son las primeras notas del vals "El
plebeyo".
Informe de Laboratorio #2