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Era Piadoso
Era Piadoso
Hay muchos católicos que son devotos, piadosos, que temen a Dios,
hablan de Él, hablan de Jesucristo, hacen limosnas y oran, sin embargo,
como Cornelio, permanecen perdidos en sus delitos y pecados, porque
sólo por medio del nuevo nacimiento, sólo a través de la obra del Espíritu
Santo que viene a morar en el hombre se obtiene el perdón de los
pecados, infundiendo en las profundidades del corazón la fe en el
sacrificio de Jesucristo, por medio del cual se obtiene la remisión de los
pecados.
No es por las obras que se obtiene el perdón de pecados, sino sólo por la
fe puesta en el corazón del hombre por el Espíritu Santo, como dice el
Señor Jesucristo a Pablo, “Te envío, para que abras sus ojos, para que se
conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios;
para que reciban, por la fe que es en mí, perdón de pecados y herencia
entre los santificados” (Hechos 26:17,18).
Ahora les digo a ustedes, católicos romanos, a ustedes que piensan ser
salvados y agradar a Dios por sus obras, a la luz de lo que hemos dicho en
referencia a la forma de obtener el perdón de los pecados, deben saber
que no es por las obras que uno puede ser salvado y los pecados no son
perdonados por el sacerdote, sino sólo por Dios, a partir del momento en
que uno nazca de agua y del Espíritu. Arrepiéntanse, pues, y clamen a
Dios, arrepiéntanse de sus pecados y griten a Dios el Señor que tenga
misericordia de ustedes y les haga nacer de nuevo perdonando sus
pecados. La salvación es por fe, no por obras, de acuerdo con lo que dicen
las Sagradas Escrituras: “Nos salvó, no por obras de justicia que nosotros
hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la
regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo” (Tito 3:5).
Y ahora les digo también a ustedes que entran por las puertas de los
lugares de culto evangélicos casi todos los domingos, si ustedes no han
nacido de nuevo, todavía están perdidos en sus delitos y pecados y siguen
siendo hijos de ira. También ustedes arrepiéntanse y crean en el Evangelio
y obtendrán el perdón de sus pecados. Ustedes no son salvos porque sus
padres son creyentes; ustedes no son salvos porque frecuentan una
comunidad evangélica, ya que la salvación es personal, no grupal, y si
ustedes no han nacido de nuevo no entrarán en el reino de los cielos, y el
hades les tragará si no han recibido la misericordia de Dios y sus pecados
no han sido perdonados. Nada impuro entrará en el reino de los cielos,
ningún pecador, ningún pecado, por lo tanto, deben ser limpiados por la
sangre de Jesucristo, por medio de la fe, de todo pecado para poder
entrar en el reino de los cielos.
Miren, pues, que la luz que creen haya en ustedes no sea tinieblas.
A todos les exhorto, por tanto, yo que una vez estaba perdido en mis
delitos y pecados como ustedes, de arrepentirse y creer en el Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo, para obtener el perdón y la purificación de los
pecados.
El que tiene oídos, oiga lo que la Palabra de Dios dice a las Iglesias.