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Antes de compartir dicha experiencia es importante manifestar que no considero una

institución educativa como una empresa donde se implementen varios conceptos e


ideas de gestión de calidad “empresariales”, ya que los estudiantes no son clientes y
tampoco como docentes buscamos un producto acabado, etc. Sin embargo es claro
que dentro del actual ambiente laboral en el que me encuentro, al parecer es
indispensable acoplar o amoldar dicho conceptos a una visión educativa y de formación
de individuos.

En el colegio donde laboro actualmente se viene realizando un seguimiento a aquellos


aspectos que afectan la pérdida de ciertas asignaturas durante el año escolar,
identificado dicho riesgo, vimos en este no solo la oportunidad de evitarlo o bajar los
índices de pérdidas, sino también la oportunidad de mejorar el desempeño de las
asignaturas con bajo índice de pérdida. Para ello se llevó a cabo un diagnóstico
inicial, donde pudieran identificarse las debilidades, oportunidades, amenazas y
fortalezas de los procesos de enseñanza en la institución educativa. Para ello se aplicó
una encuesta a los estudiantes por parte de la orientación del colegio para indagar
sobre el ambiente escolar, que incluía no solo las relaciones entre pares estudiantiles,
sino también la relación con el docente y cómo este último implementaba sus
estrategias pedagógicas dentro del aula.

Por otra parte, también se realizó una reunión por parte del grupo docente hacia las
directivas del colegio para manifestar su preocupación por el bajo desempeño y
compromiso por parte de los estudiantes frente a dichas asignaturas y en la mayoría de
los casos, el poco acompañamiento por parte de los padres de familia en el proceso
formativo de sus hijos.

Se acuerda entonces como una de las posibles acciones correctivas para mejorar en
índice de pérdida, implementar una serie de planes de mejoramiento que se le
entregaba no solo al estudiante sino desde luego al padre e familia también (con el
ánimo de incluir y comprometer a los padres en los procesos formativos) en el
transcurso del periodo académico que busque una mejoramiento continuo,
procurando asegurar una consecución óptima de los contenidos para abordar los
siguientes, y así no esperar hasta las evaluaciones finales parar realizar dichas
nivelaciones.

Al cierre de dicho periodo académico se verifica los planes de mejoramiento enviados


por cada docente, el cual debe estar documentado en un AZ (información
documental) que debe ir acompañado por las evidencias de las actividades
propuestas a los estudiantes, firmas de los acudientes del recibido de dichos planes, y
un registro de fechas de entrega por parte del docente y del estudiante. Así se
demuestra no solo el acompañamiento por parte del docente, sino también las
estrategias y oportunidades dadas al estudiante para su nivelación.

Aunque se sigue presentando índices de pérdida, el progreso ha venido siendo


gradual, como es de esperar en procesos como los educativos. Teniendo en cuenta
que los estudiantes son individuos que presentan, cada uno, procesos de aprendizaje
diversos y con tiempos distintos. No se puede pretender que todos entiendan o
aprendan al mismo nivel y en los mismos tiempos.

YANETH GUTIÉRREZ
Maestra en Artes Plásticas y Visuales

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