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INTRODUCCIÓN
EL MÉTODO
Antes de presentar los pasos usados para la aplicación del MHC al estudio de la
Biblia, es menester mostrar los principios fundamentales del método:
- Es crítico. Con esto se refiere a que el método usa todo los aportes que la
ciencia investigativa ha dado para la comprensión de los textos [6]. Una
definición de crítica dará luces con referencia a este concepto, “‘Crítica’
significa hacer juicios intelectuales acerca de asuntos o preguntas históricos,
literarios, textuales y filológicos que uno debe confrontar cuando se estudia la
Biblia a la luz de toda la evidencia disponible” [7].
En esta parte del presente trabajo se pretende mostrar el método en sí, cuáles
son los pasos a seguir para obtener la interpretación adecuada. Es pertinente
aclarar, que para algunos estudiosos del tema, el MHC no es único sino que
existen diversos métodos histórico-críticos [8], no obstante otros presentan
estos métodos simplemente como parte de la aplicación del MHC [9]. En este
trabajo se asume la postura que el MHC es uno sólo y que tiene varias partes
que ayudan a interpretar el texto.
Crítica textual
Es claro que para analizar un texto, necesitamos del mismo texto para el
estudio, por eso este paso es muy importante porque se puede decir de dónde
a dónde va el texto a estudiar y se revisa si tiene coherencia y unidad. La
constitución del texto también se puede llamar crítica literaria [12].
En lo que tiene que ver con la unidad, que por cierto va muy de la mano con la
delimitación, es relevante mencionar que lo que importa en esta etapa es la
unidad del texto en sí y no si viene de diversas fuentes. Por ejemplo, una
colección de leyes pudo haber sido extraída de diversas culturas pero en el
texto se sucede en un solo bloque. Algunas pautas para validar la falta de
unidad de un texto son: - cuando se suceden duplicaciones, no retóricas, que
se presentan injustificadas en el desarrollo del escrito. – cuando existen
tensiones que llevan a contradicción entre lo que se dice. – cuando aparecen
dos o más veces el mismo texto en diferentes unidades. – cuando los géneros
literarios son disímiles. – cuando la sintaxis es truncada o presenta
complicaciones, ejemplo uso de terceras personas cuando se hablaba en
primera. – cuando se den diferencias semánticas, esto es, que se usa un
término con diferente sentido en el texto. – cuando existan fuertes diferencias
estilísticas.- cuando en el texto se vislumbra un fondo religioso, o histórico o
institucional que no sea consistente con el que el texto viene presentando.
Crítica de la redacción
Es claro que las tradiciones orales eran propias de los pueblos antiguos (y aún
lo son) y se pueden presentar algunas razones para creerlo así: - la escritura
tenía un alto costo económico, las facilidades para realizarla no estaban al
orden del día; no era fácil ni tener los materiales ni tampoco tener un lugar a
donde capacitar a los escribientes. – en las comunidades cerradas es típico que
se presenten tradiciones orales, con el propósito de mantener vivas ciertas
historias de la misma comunidad y de los miembros que la componen. –
Finalmente, existen ciertos géneros literarios que al ponerlos de forma escrita,
no van a transmitir de igual forma el mensaje que se quiere expresar, como si
lo puede hacer la oralidad.
Crítica de la forma
En esta parte final del MHC se pretende encontrar las influencias que pudieron
ser ejercidas sobre los autores de los textos, influencias que pueden haber
llegado a ellos por su religión particular, por su cultura, por religiones o
culturas extranjeras. Se encuentra una tradición, cuando por ejemplo se
puede percibir en textos diferentes los mismos aspectos culturales, o se
encuentran formulaciones similares dentro del texto bíblico y en textos de
fuera de la Biblia [18]. Luego de darse cuenta cuál es la tradición a la que un
texto pertenece, se debe regresar al texto de estudio y analizar el cómo se
relaciona con la tradición que se encontró.
Con el uso del MHC se puede llegar a la pretensión de lograr cobijar todo lo
que el texto tiene que decir, su metodología muy ceñida a la técnica de la
ciencia brinda mucha seguridad al interprete que lo usa, pero puede dejar a un
lado esa fe que tenían las comunidades en las que los textos se presentaron
[19].
Caba [20] presenta algunos limitantes al uso del MHC: por un lado, esa
faltante en el método de comprender la experiencia de la comunidad y sólo
centrarse en el texto, hace que se pierda la religiosidad de la propia comunidad
creadora del texto. Por otro lado, critica al MHC en que se queda en el pasado,
pues “… no es la fuente la que hace comprender el texto, sino que es el texto
el que articula la fuente”[21], podemos saber las partes en las que está unido
el texto, el estudio filológico de las palabras, pero aún así se puede quedar
corto, puesto que es en su naturaleza contextual en que se puede entender
las partes y los términos de un texto. Igualmente por el retorno al pasado, el
lector queda separado del presente, esto es, no crea los puentes necesarios
con la cultura del lector, no actualiza el texto, por ello se puede llegar a
convertir en un insípido estudio académico.
BIBLIOGRAFÍA
BAENA, Gustavo. El Método Histórico Crítico. En: THEOLOGICA JAVERIANA. No. 122
(Abril-Junio 1997); p. 155-179.
BRUCE, F. Crítica. En: DOUGLAS, J. Nuevo Diccionario Bíblico. Trad. David Powell,
ed. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas, 2000. [CD ROM]
LADD, George. Crítica del Nuevo Testamento: una perspectiva evangélica. Trad.
Moisés Chávez. El Paso: Mundo Hispano, 1990. 176 p.