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Acceso a la salud- Pracilio

Predomina falta de equidad en la distribución de los recursos. El progreso científico y técnico no se ha visto reflejado
a nivel mundial con el mejoramiento de las condiciones de salud, expresadas a través de los indicadores de
morbimortalidad.
Las diferencias entre regiones y países en cuanto a presencia de enfermedad y muerte por causas evitables, están en
relación con el grado de desarrollo alcanzado. Esto se debe fundamentalmente a dos razones:
 en primer lugar, la salud del individuo es un fenómeno multifactorial, la salud de la comunidad es el
resultado de la acción intersectorial, por lo cual el desarrollo económico-social es factor determinante de la
situación de salud;
 en segundo lugar, existe una relación directa entre el grado de desarrollo y la cantidad y calidad de servicios
prestados para atención de la salud, alcanzando generalmente a mayor número de individuos en las áreas
desarrolladas.
Sin embargo, estos dos factores no se manifiestan en la misma medida en todos los países; en regiones
aparentemente desarrolladas, persisten indicadores de salud que indican deficientes condiciones sanitarias, ello
demuestra que subyace una cierta heterogeneidad en la distribución de los beneficios entre áreas, grupos sociales e
individuos.
Este fenómeno se observa en forma más marcada en los países en vías de desarrollo, caracterizados por notables
contrastes en la situación de diferentes regiones o grupos sociales. En este sentido, nuestro país no escapa a este
fenómeno de situaciones de deterioro, manifestado por deficientes condiciones de salud de ciertos sectores de la
población, principalmente en áreas rurales y periurbanas, donde aún existe una importante morbimortalidad por
causas evitables.
Es indudable que existe una desigualdad en la distribución y accesibilidad de los mismos, con lo cual las poblaciones
rurales y periurbanas, y los grupos sociales marginados, cuentan con una baja disponibilidad de servicios. Resulta
paradójico que la cantidad de recursos disponibles por la población está en proporción inversa a la necesidad de
atención de la salud; es decir, que a mayor necesidad existe una menor disponibilidad, y por el contrario, la mayor
cantidad y calidad de servicios están concentrados en las áreas urbanas, disponibles para los grupos de población
que presentan menores necesidades de salud.
El aumento de la demanda es originado por el crecimiento de la población, la creciente urbanización, el mayor nivel
educacional, la mayor conciencia del derecho a la salud.
Además, contribuye a esta situación la falta de organización del sector, que no ha logrado aún el funcionamiento de
un sistema de servicios de salud, y con ello una mayor eficiencia en la utilización de los recursos disponibles. Se
demuestra una vez más la incapacidad del sector para resolver con éxito los problemas sanitarios, a partir de la
organización y pautas de funcionamiento actuales.

El concepto de “cobertura”:
Los grandes avances efectuados por el hombre en el campo sanitario, los éxitos en la lucha contra las enfermedades
trasmisibles, han estado relacionados siempre con la aplicación de un procedimiento o técnica sanitaria específica
asociada al nivel de cobertura de la población expuesta al riesgo de enfermar o morir.
En efecto, para actuar positivamente sobre la salud de un individuo y para lograr el mejoramiento de la salud de la
comunidad, las acciones sanitarias deben alcanzar un “nivel útil” de cobertura para producir un impacto suficiente
sobre los indicadores de salud.
El concepto de cobertura relaciona la necesidad de atención de la salud de la población con la capacidad de la oferta
para responder a esa necesidad.

Necesidad y demanda:
El concepto de “necesidad” ha sido expresado a través de la figura del “iceberg”, que demuestra claramente su
diferencia con la “demanda”, que es solo la parte de esa necesidad que se manifiesta como voluntad de requerir
atención. La demanda es una variable de la percepción de la necesidad, de la valoración individual del uso de los
recursos para satisfacer esa necesidad
La "porción sumergida del iceberg" es la porción de la enfermedad que permanece sin ser registrada o detectada, a
pesar de los esfuerzos de diagnóstico del médico y los procedimientos comunitarios de vigilancia de la salud. La
enfermedad detectada o diagnosticada es la "punta del iceberg".
La punta se clasifica en demanda y no demanda. La no demanda abarca a las personas con síntomas que no
consultan, es decir, personas que se auto medican o utilizan medicinas alternativas. La demanda es la expresión de
la voluntad del individuo para obtener un determinado producto o servicio. Se clasifica en:
 manifiesta
 insatisfecha (personas que se quedan sin turno en el hospital)}
 oculta (relacionada con la insatisfecha)
 atendida
 potencial (en función de la necesidad)

El concepto epidemiológico de necesidad incluye a toda la población, ya que todos los individuos que la integran
requieren en algún momento la aplicación de medidas de atención de la salud, ya sea para la promoción, la
protección, la recuperación o la rehabilitación. Se comprende entonces la necesidad de la cobertura total de la
población, que incluye una dimensión cualitativa, de respuesta a todos los aspectos incluidos en la necesidad, y una
dimensión cuantitativa, en virtud de que esa necesidad afecta a todos los individuos de una comunidad. Una
población estará realmente cubierta con servicios de salud si todos los individuos reciben una respuesta adecuada a
sus necesidades.

Extensión de la cobertura

Se estima que en América Latina un 40% de la población no tiene acceso a los servicios existentes, correspondiendo
en su mayor parte a la población de las áreas rurales y periurbanas. En nuestro país, la misma está muy lejos de
alcanzar un “nivel útil” para esperar que mejoren nuestros indicadores de salud. Por lo tanto, resulta indispensable
establecer como objetivo fundamental la extensión de la cobertura de los servicios de salud. Este propósito de
cobertura universal debe considerar en forma prioritaria a las comunidades rurales y urbanas marginadas, aunque
no debe limitarse solamente a ellas, ya que también en las áreas urbanas existen grupos e individuos carentes de
atención.

El concepto de extensión de la cobertura comprende tres aspectos fundamentales: la accesibilidad de la población a


los servicios, la disponibilidad relativa de recursos, y el sistema técnico-administrativo de prestación de servicios.
Accesibilidad

La accesibilidad a la atención de la salud implica “la existencia de una oferta continua de servicios adecuados en
cantidad y a las características de la población. Por lo tanto, la accesibilidad no consiste en la simple disponibilidad
de los servicios de salud, sino que es necesario remover la mayor cantidad de obstáculos o barreras que se
presentan habitualmente para que la población tome contacto con los servicios sanitarios.

Se reconocen una serie de limitaciones habituales a la accesibilidad de los servicios de salud:

a) las barreras geográficas: dificultan el acceso a la atención, tanto en áreas urbanas como rurales. La mayor
accesibilidad debe asegurarse para la emergencia, y en general para la atención primaria.

b) las barreras económicas: derivadas principalmente del pago directo en el momento de la atención, ya sea en
forma de coseguros, honorarios profesionales. Los niveles mayores de ingreso se asociacian a una mayor utilización
de todo tipo de prestaciones.

c) las barreras administrativas: condicionadas por la multiplicidad de requisitos y trámites administrativos que
establecen los sistemas de atención de salud para acceder al uso de los servicios de salud. Estos requisitos tienen el
objetivo de evitar el abuso y la sobre prestación, pero en muchos casos determinan una verdadera limitación a la
atención por parte de personas con real necesidad.

d) las barreras culturales: determinadas por las diferencias entre la cultura de la población, y las formas habituales
de prestación de los servicios profesionales.

En conclusión, el modelo de atención debe adecuarse a las pautas y modalidades culturales de las personas, las
familias y la comunidad a quienes sirve, y no a la inversa, como muchas veces se pretende que los pacientes se
adapten a códigos de comportamiento, pautas organizativas, horarios y modalidades asistenciales que no tienen en
cuenta la mínima comodidad y privacidad que requiere todo acto o prestación médica. Para asegurar la cobertura
total debe existir una disponibilidad relativa de recursos, suficientes para cubrir las necesidades de toda la población
que lo necesita.

La cobertura depende del sistema técnico-administrativo de prestación de servicios, que constituye la modalidad de
organización y distribución de los recursos. La atención primaria de la salud ha sido definida como una de las
estrategias fundamentales para lograr la extensión de la cobertura, junto a la participación de la comunidad en las
acciones de salud.

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