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UNIVERSIDAD PRIVADA DE TACNA

FACULTAD DE EDUCACIÓN, CIENCIAS DE LA COMUNICACIÓN Y HUMANIDADES

ESCUELA PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

RETRASO MENTAL SEVERO


Integrantes : Calderón , Valeria

Menéndez Pinto, María Fernanda

Vizcarra Cabrera, Diana

Docente : Ps. Julio Berné Valencia Valencia

Curso : Psicopatología

Facultad : FAEDCOH

2017 - I
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Índice

Introducción.....................................................................................................................................3
Marco Teórico...................................................................................................................................4
Definición y criterios diagnósticos del retraso mental....................................................................4
Etiología.........................................................................................................................................7
Curso y Pronóstico.......................................................................................................................10
Epidemiología..............................................................................................................................10
Tratamiento..................................................................................................................................11
Conclusiones...................................................................................................................................15
Bibliografía.....................................................................................................................................16
Anexos.............................................................................................................................................17
Anexo 1........................................................................................................................................17
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Introducción
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Marco Teórico
Trastornos mentales en el Perú

Los trastornos mentales afectan a personas de todos los países y sociedades,


residentes en zonas urbanas o rurales, ricos o pobres, varones o mujeres y de todas las
etapas de la vida. En todos los casos, las personas que presentan dichos trastornos no sólo
deben enfrentar sus síntomas, sino también la discriminación y estigmatización que les
impide acceder a servicios y políticas sociales y, en general, participar en las actividades
sociales, laborales y recreativas de su comunidad. Incluso, con frecuencia, están expuestas
al abuso y la violación de sus derechos, tanto en ámbitos institucionales, como en la
comunidad.

Los trastornos mentales están relacionados con problemas de tipo emocional,


cognitivo y de comportamiento. Según la OMS[ CITATION Org01 \l 10250 ] son
“afecciones caracterizadas por alteraciones en los procesos de pensamiento, de la
afectividad o del comportamiento asociadas a angustia personal, a alteraciones del
funcionamiento o a ambos”. En este sentido, se trata de un desorden de las ideas y de los
sentimientos que limita la facultad de reconocer la realidad y de adaptarse a los quehaceres
de la vida diaria.

La Ley General de Salud reconoce a los trastornos mentales como un problema que
afecta la salud de las personas. Entre los trastornos mentales que son causas frecuentes de
hospitalización se encuentran el trastorno depresivo, el trastorno afectivo bipolar y la
esquizofrenia.

 La depresión: Se caracteriza por una combinación de tristeza, desinterés y


disminución de la energía, a la cual pueden sumarse la pérdida de la
confianza y valoración en sí mismo, la reducción de la capacidad de
concentración, sentimientos injustificados de culpa e ideas de muerte y
suicidio. En ocasiones, se presenta también con síntomas en el cuerpo
(malestar, dolor, aumento en la sensibilidad, etc.). Sin embargo, no siempre
la presencia de estas molestias es sinónimo de depresión. Muchos de estos
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síntomas ocurren normalmente después de sufrir reveses en la vida, por lo


que el diagnóstico debe formularse sólo cuando los síntomas son muy
intensos y se prolongan en el tiempo.

 El trastorno afectivo bipolar: Es un trastorno caracterizado por cambios en el


estado de ánimo que van desde la depresión hasta la manía (la cual se
manifiesta mediante sentimientos de bienestar, euforia, hiperactividad,
excesiva confianza en sí mismo y dificultades para concentrarse, en el cual
la persona pierde contacto con la realidad). En ambas fases, el suicidio es un
riesgo real. Se reconocen dos tipos de trastorno bipolar: a) el trastorno
bipolar I, en el que los períodos de manía se alternan con períodos de
depresión; y, b) el trastorno bipolar II, en el cual la fase depresiva predomina
sin que exista una manía verdadera. Las personas que presentan estos
trastornos son conocidas como maniaco-depresivas.

 La esquizofrenia: Se presenta generalmente en la adolescencia o en los


primeros años de la edad adulta. Se caracteriza por alteraciones
fundamentales de los procesos de pensamiento y percepción, y por trastornos
del afecto. La certeza respecto a ideas sin fundamento real (delirios) es otra
característica. La esquizofrenia tiene cursos variables que, con la medicación
y la asistencia psicosocial adecuadas, puede tener una recuperación
sintomática y social completa en aproximadamente la mitad de los casos.
Del resto, sólo una quinta parte presenta impedimentos graves en sus
actividades cotidianas.

Existen varios tipos de esquizofrenia. El más frecuente es la esquizofrenia


paranoide, la cual se caracteriza por el predominio de ideas delirantes
relativamente estables, que suelen acompañarse de alucinaciones, sobre todo
auditivas, y de otros trastornos de la percepción.

Entre las personas con trastornos mentales, aquéllas que se encuentran


hospitalizadas en establecimientos de salud son las que afrontan una situación de mayor
vulnerabilidad. Los prejuicios y la estigmatización que enfrentan las personas con
trastornos mentales se ven reflejados en la calidad de la atención y las prestaciones de salud
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que reciben. Esta situación se evidencia en aspectos como el número significativo de


personas internadas por años, sin perspectivas de ser dadas de alta; y la falta de
procedimientos formales para el consentimiento del internamiento y los tratamientos
médicos propuestos. También se evidencia en las condiciones deficientes de la
infraestructura que presentan algunos servicios así como en las deplorables condiciones de
higiene.

Estos hechos no sólo generan un impacto negativo en la salud mental de la


población, sino además, constituyen una restricción en el goce del derecho a la salud y de
los derechos relacionados con este.

Salud mental y prevalencia de los Trastornos mentales en el Perú

La salud mental, según la definición propuesta por la OMS es el estado de bienestar


que permite a cada individuo realizar su potencial, enfrentarse a las dificultades usuales de
la vida, trabajar productiva y fructíferamente y contribuir con su comunidad [ CITATION
Mar06 \l 10250 ].

La falta de salud mental impide que las personas lleguen a ser lo que desean ser, no
les permite superar los obstáculos cotidianos y avanzar con su proyecto de vida y da lugar a
falta de productividad y de compromiso cívico con la nación. EI resultado: frustración,
pobreza y violencia, junto con la incapacidad de desarrollar en democracia y de considerar
el bien común.

Las enfermedades mentales y los trastornos mentales comunes (ansiedad y


depresión) son frecuentes. Los estudios epidemiológicos recientes realizados en el Perú por
el Instituto Especializado de Salud Mental Honorio Delgado - Hideyo Noguchi[CITATION
Ins03 \n \l 10250 ] confirman los hallazgos de otros países: hasta el 37% de la población
tiene la probabilidad de sufrir un trastorno mental alguna vez en su vida. La prevalencia de
depresión en Lima Metropolitana es de 18,2%, en la sierra peruana de 16,2% y en la Selva
de 21,4%.
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La depresión y otras enfermedades mentales no atendidas, así como el alto nivel de


sentimientos negativos dan como resultado que en un mes 1 % de las personas de Lima
Metropolitana , 0,7% en la sierra y 0,6% en la selva6 presenten intentos suicidas.

La violencia contra mujeres y niñas es uno de los indicadores de cuan desatendida


esta la salud mental en el Perú. En el reciente estudio multicéntrico de OMS, que se llevó a
cabo en diez países, con 12 lugares estudiados, se encontró que las mujeres cuzqueñas eran
las segundas más violentadas del mundo, después de las de Etiopía.

Podemos argumentar algunas razones culturales, enraizadas en la compleja


experiencia del mestizaje y el patriarcalismo, pero no podemos pasar por alto que la
incapacidad de considerar a la otra persona como igual y por tanto, merecedora de buen
trato y respeto, es un reflejo de la falta de salud mental.

A su vez la exposición a la violencia es un factor de riesgo para enfermedades


mentales: casi 50% de la población ayacuchana, sometida a la violencia política, tiene
riesgo de presentar enfermedades mentales, tales como la depresión o el trastorno de estrés
postraumático . Esto se traduce en mayores tasas de abuso de alcohol y de violencia
callejera y doméstica, que impiden que las familias y las comunidades se reorganicen una
vez cesado el conflicto armado.

De acuerdo con la información existente [ CITATION Def08 \l 10250 ], se


evidencia que más de un tercio de la población (37,3%), tanto en Lima como en las
ciudades de la sierra, tuvo alguna vez en su vida algún trastorno mental.42 De acuerdo a los
estudios realizados, casi la quinta parte de la población de Lima (19%) y la sexta parte de la
población de la sierra (17%) ha sufrido un episodio de depresión en algún momento de su
vida.

Algo más frecuentes resultan los trastornos de ansiedad, que llegaron a afectar a la
cuarta parte de la población de Lima (25.3%) y a más de la quinta parte de la población de
la sierra (21.1%) en algún momento de su vida. En cuanto a los trastornos psicóticos, su
frecuencia alcanza al 1% de la población de Lima y 0.3% en las ciudades de la sierra. En
cambio, el trastorno de estrés postraumático fue significativamente más frecuente en las
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ciudades de la sierra (12,8%). En todos los casos, la prevalencia de estos trastornos es


mayor en las mujeres que en los varones.

De conformidad con el MINSA, los trastornos mentales y del comportamiento, y en


particular la depresión, constituyen la primera causa de enfermedad en el país, y son
responsables de la pérdida de casi un millón de años de vida saludables. Al respecto, debe
señalarse que la depresión es el diagnóstico clínico más frecuente asociado al suicidio
(39.4% de los casos).Cabe indicar que el suicidio se ubica en el cuarto lugar de las causas
de muerte violenta en Lima, siendo más frecuente en hombres, en una relación de 2 a 1,
respecto a las mujeres.

Las enfermedades mentales son causa de gran sufrimiento personal para quienes las
padecen y para las personas de su entorno. En un país donde la atención psiquiátrica no está
disponible en varias regiones y donde los seguros privados no están obligados por ley a
cubrir tales atenciones, la enfermedad mental empobrece rápidamente a la familia. Por otro
lado, la falta de un sistema de atención y rehabilitación con base en la comunidad, obliga a
que pacientes con síntomas graves, que dificultan significativamente la interacción familiar,
deban vivir y permanecer todo el día en sus casas, el resultado es el rechazo familiar, la
discriminación y exclusión del enfermo y del familiar que lo cuida, con graves
consecuencias para la salud mental del cuidado [ CITATION LiN03 \l 10250 ].

Descripción clínica de los Trastornos Mentales en el Perú

Factores psicosociales involucrados en la etiología de los trastornos mentales en el


Perú

El nivel de salud mental de una población podría, indirectamente, ser estimado a través de
diversos indicadores estrechamente vinculados a las condiciones socio económico y
psicosociales en las que se vive. Entre los más importantes se cuentan: las tasas de divorcio,
los índices de criminalidad, la frecuencia de hechos violentos, el número de personas
desaparecidas por efecto de la violencia armada, los índices de fracaso y de abandono
escolar. A ellos podrían agregarse, la lista es grande, el grado de desmoralización colectiva,
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el grado de desorganización social o anomia, el sentimiento de seguridad o el grado de


satisfacción en el trabajo.

Existen evidencias de un aumento absoluto y relativo de los problemas de salud mental,


particularmente en los grupos más vulnerables, tales como los niños, los egresados de la
escuela primaria o secundaria y los trabajadores jóvenes. Existe un crecimiento de la
patología social y se detectan signos de una pérdida de la cohesión familiar, reflejada en
diversas situaciones de abandono tanto del niño, la mujer, el anciano, como del enfermo
mental. Estas características Inciden negativamente en las posibilidades peruanas de
superar subdesarrollo.

También se encontró en las regiones más afectadas del país, altos niveles de estrés
relacionados a la familia, el dinero, el trabajo. Menos integración familiar, poca
participación en actividades religiosas, falta de confianza en los líderes de la comunidad y
las relaciones sociales, menor sentimiento de protección del estado, poca satisfacción con
las condiciones económicas, más problemas de sueño e indicadores suicidas más elevados.

Por otra parte, algunas investigaciones basadas especialmente en los factores culturales
relacionados con la depresión, se encontró que en el Perú indican que las personas de
comunidades rurales cuando acuden a los servicios de salud, describen situaciones de
sufrimiento psíquico a través de síntomas físicos como opresión en el pecho, palpitaciones,
dolores de cabeza y otros.

Como punto final de este apartado, se toma en consideración las secuelas dejadas por el
conflicto armado que vivió el país entre 1980 y 2000, y se señala que después de este
suceso se acentuaron los graves desequilibrios nacionales, agudizando la pobreza y
profundizado la desigualdad, agravando la discriminación y la exclusión de sectores
importantes de la población en su mayoría correspondientes a población rural, indígena,
campesina y quechua-hablante de los departamentos más pobres del país. Asimismo, que se
debilitó las redes sociales, al teñir de recelo, resentimiento y violencia la convivencia y las
relaciones interpersonales y en la comunidad.

En tal sentido, la violencia política produjo no sólo efectos traumáticos directos en la salud
mental de las personas, que se expresan en reacciones de estrés grave y trastornos de
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adaptación, sino también impactó en sus determinantes sociales. Efectos similares pueden
esperarse del incremento de la violencia familiar y urbana, asociada esta última a los altos
índices de criminalidad.

Valeria
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Conclusiones
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Bibliografía

Defensoria del pueblo Perú. (2008). Salud mental y derechos humanos . Lima.

Insituto especializado de Salud Mental "Honorio Delgado - Hideyo Noguchi". (2003). Estudio
epidemiológico en salud mental en la sierra peruana 2003. Lima.

Li Ning J, R. M. (2003). Causas de rehospitalización de pacientes esquizófrenicos crónicos.


Neurosiquiatria , 13-26.

Organización Munfial de la salud. (2001). Informe sobre la salud en el mundo .

Rondón, M. B. (2006). Salud mental: Un problema de salud publica en el Perú. Rev. Perú Med Exp
Salud Pública.

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