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Ita Andewi. Leyenda Mixteca PDF
Ita Andewi. Leyenda Mixteca PDF
Leyenda mixteca
novela
Por
1
ACERCA DE ESTA COLECCIÓN:
Ñuu Savi. Mundo Mixteco es una iniciativa editorial que se concibe en 2006, a
propósito del centenario de la publicación de la novela Ita Andewi. Leyenda
mixteca. La encomienda es publicar y reeditar textos que den cuenta de fecundas
y distintas expresiones de la cultura mixteca, comprendida entre Guerrero,
Oaxaca y Puebla; al igual que de sus comunidades y expresiones individuales
que se hallan fuera del territorio originario.
Los libros que conformen está colección se ordenarán según el tema. En
esta ocasión, con la reedición de Ita Andewi. Leyenda mixteca, se inicia la Serie:
Literatura.
Ve’e Sakua’a Ndenuu Jaiyo Ñuu Savi (Centro de Estudios Avanzados de
la Cultura Mixteca -CEACUM-), ofrece al público en general estas páginas que
manifiestan la riqueza y valía del mundo cultural ñuu savi.
2
Manuscrito en idioma mixteco: octubre de 1897
Primera edición en idioma español 1906
Primera reedición en español: marzo del 2008.
CONACULTA
PACMyC
SECULT
FUNDACIÓN HARP HELÚ
Centro de Estudios Avanzados de la Cultura Mixteca (CEACUM)
3
ÍNDICE GENERAL
Pág.
4
XXXII. Regreso y recepción de las fuerzas mixtecas. ...............................109
XXXIII. Muerte de Anon Nau. ....................................................................111
Conclusión. ..................................................................................................115
5
ESTUDIO INTRODUCTORIO A LA
HISTORIA LITERATURA MIXTECA
6
ESTUDIO INTRODUCTORIO A LA HISTORIA LITERATURA
MIXTECA
1. Sobre el autor
Mariano López Ruiz (1872-1931) es originario de Nochixtlán. Historiador,
escritor y poeta. Sólo parte de su obra fue publicada en periódicos del Estado de
Puebla, en especial el periódico Iris de Tehuacán. Fue promotor de la cultura en
Nochixtlán, montaba obras de teatro y fomentaba el arte de la poesía.1
Contribuye con sus aportaciones al conocimiento de la cultura mixteca. Parte de
su obra se perdió, otra parte está fusionada a la de Martínez Gracida.2 Quizá sea
necesaria una labor de deslinde para sopesar su contribución, así como un trabajo
ex profeso de su obra conocida y la que se encuentre también dispersa.3
Hay una referencia de él como “maestro de escuela” en Yodocono, en el
año de 1906, donde aconseja a los pobladores que visiten al Presidente Porfirio
Díaz para que les ayude a resolver sus problemas en un litigio de tierras que
mantenían con un pueblo vecino, apelando al sentimiento del Presidente Díaz de
que su mamá, Petrona Mori, fue originaria de Yodocono.4
1
Véase: Fidelia Silva Fuentes. Poesía y poetas de Nochixtlán. Opúsculo, Colección Siete
Venado. Casa de la Cultura Oaxaqueña. Noviembre de 1988, cd. de Oaxaca.
2
Manuel Martínez Gracida (1847-1923), es el autor oaxaqueño más prólijo. Su vasta obra
comprenden más de 30 tomos, casi todos sin publicar. Fue funcionario en el régimen
porfirista, esto le facilitó recorrer el estado acompañándose de un grupo de colaboradores; así
pudo investigar y recopilar información sobre las culturas de Oaxaca, especialmente la
zapoteca y mixteca. Como jefe del servicio postal oaxaqueño, mantuvo correspondencia
referente a costumbres, ruinas e idiomas con los profesores de escuelas locales en las diversas
regiones. Como historiador, combinó distintas actividades con el objetivo de reconstruir la
historia prehispánica, tales como: descripciones de costumbres y regiones, interpretaciones de
códices del siglo XVI, artefactos arqueológicos y ruinas, entre otras. (Véase: Deborah Poole.
“Diferencias ambiguas: memorias visuales y el lenguaje de la diversidad en la Oaxaca
posrevolucionaria”, p. 133. Revista mexicana de Ciencias políticas y Sociales, septiembre-
diciembre, año 2005, vol. XLVII, número 195. Universidad Nacional Autónoma de México.
México. Pp. 125-162. La autora se apoya en el escrito de Manuel Brioso y Candiani:
“Biografía de Manuel Martínez Gracida”, en El Mercurio 12, 13, 14 y 16 de agosto de 1927).
3
Como la que registra el Boletín de la Sociedad Científica Antonio Alzate: “Historia de la
Nación Mixteca”, s. n., 1898.
4
Véase: Maurilio Palacios Cruz; Benigno Rodríguez Palacios. Patlazlahuaca: Yodocono.
Memorias de algunos sucesos. Pp. 80-81. Talleres de Fotolito Marla. Cd. Nezahualcóyotl,
Edo. de México, 1986. 134 pp.
7
La novela Ita Andewi... publicada en 1906 por Mariano López Ruiz,5 se
inspira en la ancestral leyenda que en vox populi es mejor conocida como La
leyenda de Ita Andewi, en la cual se narra la tragedia amorosa de Ita Andewi y
Anon Nau, en la década de 1450, cuando se enfrentan la Nación Mixteca y el
Imperio Azteca o Mexica... ahí el amor de pareja es inmolado por el amor a la
tierra mixteca, sentimiento que no conoce límites ni sacrificios y raya en lo
inconmensurable... ahí historia y leyenda conviven, dejando su impronta en la
siempre conciencia patriótica del mixteco, que se tornará tradición y ejemplo
para las demás etnias o naciones que han habitado lo que hoy es la República
Mexicana.6
A lo largo de sus treinta y tres breves capítulos, se narra parte de la
cosmovisión del pueblo mixteco, su religión, moral, historia, algunos personajes
históricos notables como el gran Señor Atonaltzin, sucesos memorables,
costumbres, etc.; todo cruzado por la historia de un amor gozoso y sublime, pero
ya destinado a concluir trágicamente; temática que le hace atrayente para el
lector.
En cuanto a los personajes principales, Ita Andewi es por sus virtudes
morales, patrióticas, físicas y sentimentales el ideal femenino mixteco. Respecto
a Anon Nau, podemos decir lo mismo: se trata del modelo masculino mixteco:
valiente, patriota, noble, trabajador, esforzado y servidor de su pueblo. De ahí
que no sea casual que López Ruiz quisiera sintetizar el prototipo humano
5
Mariano López Ruiz. Ita Andehui. Leyenda mixteca. Editor: Julián S. Soto. Talleres
Tipográficos de J. S. Soto. Oaxaca, 1906. 232 pp.
De algún modo Manuel Martínez Gracida auxilió a López Ruiz para esta primera edición
impresa en idioma español; pero el autor intelectual es el segundo, ya que el original
manuscrito está en idioma mixteco y fechado en el año de 1897.
6
Así, cuando el país México ha estado en peligro por naciones extranjeras, ahí ha estado la
Nación Ñuu Savi, siempre presente y sacrificada como pocas. Periodos históricos en que la
participación mixteca con sus líderes ha sido notable los hay, y a los cuales he hecho
referencia en otros escritos, como durante la Intervención Francesa y la República Restaurada,
con el guerrillero mixteco Porfirio Díaz Mori al frente (Véase: Ignacio Ortiz Castro. “La
Mixteca ante la nación mexicana: La intervención francesa (1861-67)”, Presencias de la
cultura mixteca, Universidad Tecnológica de la Mixteca. Huajuapan de León, Oaxaca, 2002.
Pp. 31-52.). O bien, durante la Invasión Norteamericana de 1847, en la Batalla del Molino del
Rey, donde el Comandante en Jefe fue el huajuapeño General Antonio de León y sus
batallones estaban conformados principalmente de mixtecos (Véase: Jorge L. Tamayo. El
General Antonio de León. Defensor del Molino del Rey. Ediciones de El Nacional, México,
1947. 61 pp.).
También véase: Ignacio Ortiz Castro (compilación, edición y estudio preliminar). Entre el
idilio y la nación: Atonaltzin y Xochiquetzal. Leyenda mixteco-chocholteca. YUU NUU, A.
C./H. AYUNTAMIENTO DE COIXTLAHUACA 2005-2007, Oaxaca, 2006. 64 pp.
8
mixteco y visión del mundo a lo largo de la narración. En otras palabras, lo que
pervive en el inconsciente colectivo y que debe estar presente, no perecer, sino
fortificarse; se habla de lo positivo humano que puede haber en tal cultura, y,
desde luego, ligado a los hechos históricos. El mismo Atonatlzin, Señor de
Coixtlahuaca, participa de esos atributos morales, pues es quien se enfrenta a
Moctezuma Ilhuicamina y la Triple Alianza.
El personaje Ita Andewi bien puede encarnar cualquier mujer mixteca
anterior a la conquista española, durante la Colonia, o contra las intervenciones
norteamericana y francesa..., que incentivó y envío al marido, al hijo o al amante
a la batalla para defender el territorio mixteco y/o nacional. En nuestros días,
bien podría surgir la Ita Andewi contemporánea, para defender el territorio y la
cultura, ante la ola privatizadora y voraz del neoliberalismo, sin que esto indique
encerrarse en el mundo aldeano o un nacionalismo a ultranza; sino más bien,
significaría defender lo propio, la herencia de los abuelos. Abrirse al mundo y
tomar de él lo que convenga y convenza; pero sin dejarse avasallar.
El destino humano, insondable, pero puntual, pues no hay plazo que no se
cumpla, es tratado en la novela. Tal temática ha sido fuente de reflexión en el
pensamiento mixteco, y desde la literatura, López Ruiz lo recrea de modo
magnífico. Amor y destino humano, temas universales, le dan a Ita Andewi.
Leyenda mixteca, persuasión. Quizá por eso tuvo tanto éxito la obra que, incluso,
se hicieron representaciones teatrales: “Se representó en el Teatro Luis Mier y
Terán en 1910...”7.
Otro dato de adaptación teatral es el siguiente:
...novela de asunto mixteca que tiene descripciones
vivas, colorido tradicional y trama que se desenvuelve en la
región citada. Esta obra fue bien acogida por el público, y
mereció el ser puesta en drama por Adolfo Martínez
Bustamente. El éxito de dicha obra fue prueba de la buena
impresión que el argumento regionalista causa en los
lectores lugareños.8
9
haya motivado a Cortés Rito. Tanto el personaje Ita Andewi como el de Donají,
comparten amores trágicos, y son dos leyendas clásicas con cierta similitud en el
inconsciente colectivo mixteco y zapoteco9.
Por lo anterior, ¿podemos decir que Ita Andewi... es una novela histórica?
De entrada podemos decir que sí. En cuanto a registro histórico, es indudable el
conocimiento de sus autores de las culturas mixteca y mexica. De ahí que puede
ubicarse como una novela histórica. Como bien señala Maarten Jansen, la
tragedia de esta novela es sencilla, pero
Sirve de hilo conductor para presentar descripciones
detalladas de la cultura precolonial. Es interesante notar que
para este fin los autores utilizaron no sólo datos históricos,
sino también sus observaciones propias de las costumbres
aún vivas en la Mixteca. Así su narración de la boda de Ita
Andehui es claramente una muestra temprana de etnografía
mixteca.10
10
profundo de su cultura mixteca, supongo que tuvo presente aquello, pero de
alguna manera tenían que recrear y transmitir la tragedia de Ita Andewi y Anon
Nau de un modo más práctico al público, empleando conceptos reverenciales
europeos.
extranjeros, haciendo una equivalencia que no corresponde del todo a esa óptica europea. La
historia y status tienen que corresponder y ser explicados de acuerdo a la cosmovisión
mixteca, mesoamericana o hasta americana autóctona. Por ejemplo, en mixteco Taade’endo
significa papá-mamá de nosotros (los del pueblo), es decir, Representante de nosotros (los del
pueblo o comunidad) y no equivale a Presidente municipal del pueblo, que más bien es
concepto occidentalizado. Así, Taade’endo tiene otro sentido de ejercer su función que es
distinta a la del Presidente, aunque los dos sean autoridad. Así pues, es erróneo pensar, que el
concepto de Rey europeo sea el equivalente al Rey mixteco o mesoamericano, puesto que ese
concepto no lo hay en el idioma mixteco. Otro ejemplo sería: da’a ñuu que significa hijo del
pueblo y que no corresponde al de ciudadano occidental, porque no va de acuerdo a la visión
de sociedad europea y que además implica derechos y obligaciones diferentes.
12
Véase: “En torno al indianismo, indigenismo y neoindigenismo”, p., 1. (Disponible en:
http://isites.harvard.edu/fs/docs/icb.topic99834.files/Guia2-SPAN190-Anexo.doc.) (Con acceso el 8 de
mayo del 2007).
11
en Centroamérica y México, ocupando un lugar protagónico en el Siglo XX:
desde los años 20 hasta la década del 60; aunque sus primeras manifestaciones se
pueden rastrear a finales del siglo decimonónico. Específicamente en cuanto a la
novela: “Los autores indigenistas escriben sobre los indios como capa social
explotada y humillada. No son sus costumbres exóticas lo que interesa a los
autores, sino sus lamentables condiciones de vida y las injusticias que sufren.”13
En México, la novela indigenista (y el cuento), no será diferente al resto de
América Latina, y centrará su atención en presentar las condiciones deplorables,
los abusos e injusticias que se cometen contra los indígenas, así como la política
de abandono y la desintegración cultural que han padecido. El movimiento
literario indigenista fue exógeno y no endógeno, es decir, visto desde fuera por
escritores no indígenas.
En cuanto al término novela indígena o de modo general literatura
indígena, ésta no se dio en el sentido estricto de la palabra. ¿Cómo entenderla?:
en el sentido preciso de que no llega a constituirse porque no se dio una literatura
hecha por los propios indígenas; es decir, en lengua autóctona y por escritores
indígenas. La literatura indígena genuina que proviene de las comunidades
latinoamericanas comienza a desarrollarse en las dos últimas décadas del siglo
XX, producción tardía, pero además ya necesaria e impostergable. La literatura
indígena en México representa un salto importante que va de la literatura oral a
la escrita, pues la aparición de estos(as) escritores(as), darán fuerza a la literatura
mexicana con sus respectivas culturas y lenguas.14
Entendidos así los conceptos, podríamos decir entonces que Ita Andewi...
no es una novela indigenista propiamente, pues no se aplican en ella lo referido a
ese movimiento de denuncia. ¿Se trata entonces de novela indianista? Considero
que tampoco, aunque por momentos así lo pareciera. Simplemente se plasman
aspectos histórico-culturales y filosóficos, pero sin la sublimación y apoteosis
del indio o mundo indígena en que desembocaba la narrativa indianista. ¿Caería
entonces dentro de la literatura indígena? Considero que sí. ¡Tal vez estemos
ante la primera novela indígena de México y Latinoamérica!, por lo
siguiente: se encuentra en formato manuscrito, escrita en lengua mixteca en la
variante dialectal del Distrito de Nochixtlán ubicado en la Mixteca Alta de
Oaxaca, en hojas tamaño medio oficio, con 33 páginas conteniendo XXXIII
13
Wolfgang Vogt. “III. La narrativa”, Pensamiento y literatura de América Latina en el siglo
XX, p. 111. IES/Universidad de Guadalajara, “Colección Aportaciones”, México, 1986. 249
pp.
14
Véase: Efraín Cañavera, “Novela y cuenta indigenista”. 2 pp. (Disponible en:
http://espanol.geocities.com/linayefra/publica/novela_indigenista) (Con acceso el 9 de mayo
del 2007).
12
capítulos, fechada en el mes de octubre de 1897, con firma calígrafa de Mariano
López Ruiz al final.15
Bien podría afirmarse que dicha novela escrita en idioma mixteco es
antecedente único de la literatura indígena actual, y este acontecimiento no es
casual sino coyuntural, como lo veremos más adelante.
Por otro lado, aunque la versión conocida y difundida es en español, se
trata de un reflejo fiel de la cosmovisión autóctona de dicha cultura; no cabe
duda que está escrita desde dentro, de modo endógeno:
Aunque ellos mismos [Martínez Gracida y López Ruiz]
presentaban sus obras como “leyendas”, eran los primeros en
vislumbrar la riqueza de la historia mixteca. Perseguían una
interpretación desde dentro, en términos de la cultura
mixteca misma, partiendo de su afinidad con los herederos
de aquella cultura y de su comprensión de la realidad
regional.16
15
Se localiza en la Biblioteca Central Pública de la Cd. de Oaxaca, en la Sala de Temas y
Autores Oaxaqueños “Genaro V. Vásquez”, en el Tomo 45 Apartado 46 intitulado “Historia
para la Historia de Oaxaca-Idiomas Oaxaqueños, del Fondo “Manuel Martínez Gracida”.
Por la importancia y trascendencia de dicha novela para el mundo cultural mixteco, la
Asociación Cultural Mixteca, S. C. (ACMI, S. C.) y Ve’e Sakua’a Ndenuu Jaiyo Ñuu Savi o
Centro de Estudios Avanzados de la Cultura Mixteca (CEACUM), están preparando ya la
edición bilingüe mixteco-español.
16
Maarten Jansen, op. cit.
17
El autor menciona también otros ejemplos de literatura indigenista (así le llama de modo
general, que más bien sería indianista) del siglo XIX: José María Lafragua, Netzula (México,
1901, Imprenta de V. Agüeros); Crescencio Carrillo y Ancona, Historia de Welinna (Mérida,
Yuc., Imprenta de J. Espinosa 1862); J. R. Hernández, Azcaxochitl o la aflecha de oro,
leyenda histórica azteca (México, Barbedillo y Cía., 1878); Juan Luis Tercero, Netzahualpilli
o el catolicismo en México (México, J. R. Barbadillo y Cía., 1875); Eulogio Palma y Palma,
La hija de Tutul Xiu, 1884 (Segunda edición Mérida, Editorial Yucatense “Club del Libro”,
13
Imperio (México, 1947); Nimbe Leyenda del Anáhuac de
Rodolfo González Hurtado (México, 1947); Moctezuma II,
Señor del Anáhuac, de Francisco Monterde (México, 1943);
Quetzalcóatl, sueño y vigilia, de Ermilo Abreu Gómez
(México, 1947); Nicté-Ha, de Álvaro Gamboa Ricalde
(México, 1942); El Último Maya, Príncipe Kiché, de
Alfredo Morescier (Guatemala, 1936); Mayapam, de
Argentina Díaz Lozano (1957), y La Hoguera de
Tenochtitlán, de Otfrid von Hanstein (México, 1960).18
Estas novelas reconstruyen hechos históricos como la
Conquista de México, la creación del Impero Azteca, la
descripción de personajes históricos como Moctezuma y
Cuauhtémoc, y de costumbres de los pueblos autóctonos.
Generalmente se caracterizan por su tono romántico, lírico y
poético.19
1951); Irineo Paz, Amor y Suplicio (México, Tip. De J. Rivera e hijo, 1873); Irineo Paz, Doña
Marina (México, Imp. y Lit. de Irineo Paz, 1883); Eligio Ancona, Los Mártires del Anáhuac,
1870 (Segunda ed., Editorial Yucatense “Club del Libro”, 1951); Severo del Castillo, Cecilio
Chi, 1869 (Segunda ed., Mérida, Editorial Yucatense “Club del Libro”, 1950).
18
El autor también menciona a otros dos autores extranjeros que escribieron sobre la conquista
y las relaciones de Cortés con la Malinche, como: el escritor alemán Laslo Passut, El Dios de
la lluvia llora sobre México (1970) y la inglesa Margaret Shedd, La Malinche y Cortés (1971);
ambos traducidos al español.
19
Lancelot Cowie. “Introducción”, El indio en la narrativa contemporánea, p. 16.
(Traducción de Ma. Elena Hope Sánchez Mejorada). Primera reimpresión 1990,
INI/CONACULTA, México. 275 pp.
14
5. Abraham Castellanos y su propuesta para una literatura nacional
mexicana
A primera vista, todo indicaría que la Mixteca no tiene literatura, puesto
que no existe al menos un registro que diera cuenta de ello, ni tampoco obras
como tal. Fuera de los códices precoloniales que tanta fama le dan a dicha
cultura, la Mixteca carecería de obra literaria en apariencia.
En la etapa prehispánica, los códices o nandeye, sin duda alguna encierran
también literatura que habrá que desentrañar; labor nada fácil hasta el momento,
pero con altas posibilidades en un trabajo ex profeso. Por cierto, sería la literatura
más genuina de la América autóctona, puesto que fue escrita por los propios taa
ni wisi taku o escribanos, ¡gran suerte del pueblo mixteco!
Especial también sería un trabajo desde la Colonia hasta la Revolución
(1910). Empero, olvidándonos del periodo revolucionario hacia atrás, ¿qué pasa
de la Revolución hacia el presente? Precisamente a finales del siglo
decimonónico y principios del XX, encontramos la etapa fundadora de lo que
hoy llamaríamos literatura indígena mixteca… y ¿por qué no?, posiblemente
hasta de la literatura indígena de México; esto, debido al manuscrito en lengua
mixteca referido. Teoría en torno a ello, la hay, y creadores, también. Por
ejemplo, Abraham Castellanos Coronado es un teórico que se preocupa
seriamente por fundamentar una literatura auténtica no sólo mixteca, sino
nacional, pues en 1911 afirma:
...nuestros literatos, aún los más notables, han descuidado
las fuentes de la verdadera literatura nacional. [...] la antigua
literatura, LA NO ESCRITA, no pereció con la influencia de
la Conquista como erróneamente suele suponerse. Basta para
convencerse, recoger los cantos y poemas que corren de
boca en boca en las agrestes montañas, pensar que estos
cantos y esos poemas que forman el alma de las razas, viven
con la misma sensibilidad que en épocas pasadas, con la
misma ternura, y con toda la sobriedad de la raza.20
Pero dicha labor de abrevar de esas fuentes, debe ser de los literatos no de
improvisados. Esa literatura que está en la voz del pueblo, transmitida de
20
Abraham Castellanos Coronado. “La literatura indiana. A los literatos mexicanos” (Discurso
pronunciado en diciembre de 1911, a la memoria del Maestro Altamirano), Discursos a la
Nación Mexicana sobre la educación nacional, p. 106. Segunda edición 1990, Sección 22 del
SNTE (CNTE), Colección “Nuestros Maestros”, Oaxaca, México. (La 1ª. edición es de 1913,
Librería de Ch, Bouret, México).
15
generación en generación, debe ser recogida por profesionistas no por
aficionados; es la única manera de realizar un trabajo serio y valioso:
No son los albañiles ni los carboneros los destinados a ese
género de estudios, sino los hombres de letras, es decir, los
literatos; pero vulgarmente suele confundirse al literato con
el bardo, con el poeta, con el vate y con el trovador.
En nuestro vulgo, el primer desocupado que hace una
mala espinela o un romance con el título de soneto, ya se da
el título de literato y de poeta y de cantos, y como la mayor
parte de estos vates y trovadores son carentes de ciencia, que
sería la mejor preparación para su progreso, los resultados
para la letras son desastrosos. Los literatos de ese cuño son
verdaderos mendigos de las gallas letras.21
16
cultural, de la cual eran depositarios (y lo siguen siendo) los pueblos indígenas
actuales y que está presente de algún modo en los pueblos mestizos, pues
respecto a estos últimos, “esta raza mezclada ha conservados sus caracteres
psíquicos inclinándose más a las razas indias que a la raza hispana con sus
ideales latinos. Y ha sido tan fuerte la influencia de la raza americana sobre la
raza blanca, que los mestizos han formado un variedad hasta en sus caracteres
físicos, y, esta variedad, es india, es mexicana, NO ES LATINA.”25 Así pues,
todo indicaba (y aún es válido), que el horizonte literario está en las fuentes
originarias mixtecas, mesoamericanas y americanas autóctonas; ahí estribaría el
futuro promisorio de las letras. Y concluye contundente el Maestro mixteco
Castellanos: “Es por lo mismo indispensable buscar la base en que deba apoyarse
la literatura nacional. Esta base es la literatura india”.26
Abraham Castellanos se adelanta en mucho y anuncia la necesidad de una
literatura indígena como se concibe en la actualidad, simultáneamente, propone
una literatura nacional con base en esa herencia cultural mesoamericana de la
cual eran depositarios todos los mexicanos y no sólo indígenas. Amplia visión la
del Mtro. Castellanos: “El castellano es la lengua oficial y debemos cultivarla;
pero al pensar, al escribir, debemos pensar con nuestros dioses que son nuestra
alma, debemos sentir con ese tierno sabor de nuestra lengua, que es nuestra alma
también”.27
¿Cuáles son esas fuentes y cómo conocerlas? Estudiar los sistemas
teogónico y cosmogónico, la historia misma, leyendas, poemas, acercarse a los
idiomas autóctonos, códices, entrar y convivir con el pueblo, etc., todo ello
estaba vivo en ese entonces, y lo sigue aún, a pesar de los casi 500 años de
occidentalización cultural. ¿Existe un camino o al menos un método mínimo
para fundamentar una literatura mixteca y mexicana? El Mtro. Castellanos, de
acuerdo al criterio expuesto, propone lo siguiente:
I.- Que hasta el presente. NO HA EXISTIDO UNA
LITERATURA NACIONAL.
II.- LA LITERATURA NACIONAL EXISTIRÁ
CUANDO SE ATIENDAN LOS FACTORES QUE LA
DETERMINAN.
25
Idem.
26
Idem.
27
Abraham Castellanos. Al caer el sol (Desde mi celda). Teogonías mexicana dedicadas a la
niñez, a los maestro y a los artístas, p. 151. Imprenta de A. Carranza e Hijos. México, D. F.,
1914. 160 pp.
17
[...] sólo me resta decir una cuantas palabras sobre el
camino, que a mi juicio deben seguir los jóvenes literatos
que pretendan HACER literatura nacional.
Las reglas generales a las que se deben sujetar los jóvenes
literatos son:
PRIMERA.- Estudiar a fondo la teogonía indígena, en las
crónicas, en los códices y en los monumentos
[arqueológicos].
SEGUNDA.- Estudiar el modo de sentir, pensar y querer
de las razas actuales analizando las lenguas indias.
TERCERA.- Hacer la selección folklorista, es decir,
recoger en toda su pureza los cantos, las leyendas, la música
de las razas actuales.
CUARTA.- Distinguir las épocas de nuestra vida histórica
antigua y contemporánea acomodando los sucesos al
carácter propio que se revela en cada época.
Estas cuatro reglas, en mi humilde sentir, formarán la base
de la literatura nacional. [...] Mis doctrinas van en busca de
adeptos, no con las presunciones de un literato porque estoy
dejos de serlo, solamente con los deseos de un observador,
que anhela que la corriente literaria deje de ser una mentira
de falso arte, de imitación servil, y se convierta en rica
fuente de originalidad y de grandeza.28
28
Abraham Castellanos Coronado. “La literatura indiana. A los literatos mexicanos”,
Discursos a la nación Mexicana…, p. 126.
29
Véase: Ignacio Ortiz Castro. “Abraham Castellanos: vigencia de su filosofía de la cultura y
la educación”, La tierra del sol y de la lluvia, Universidad Tecnológica de la Mixteca,
Huajuapan de León, Oaxaca, 2002. Pp. 153-164.
Desde luego consúltese: Guillermo Bonfil Batalla. México profundo. Una civilización negada.
CONACULTA/Gijalbo, México, 1989.
18
cultura mixteca y nacional; lo positivo era volver lo ojos a lo originario
americano y evitar la imitación ciega. Incluso, si había que tomar lo foráneo,
tenía que asimilarse, pero no hacer productos extranjeros hechos en México;
ello llevaría al fracaso, al poco desarrollo de las letras nacionales.
Asimilación sería la clave, pues como bien decía Abraham Castellanos:
No condeno de una manera absoluta el cultivo del
helenismo, pues si hay caracteres que se inclinen más a
aquellos ideales, en buena hora, que se multipliquen los
Ipandro Acaicos, pero que no se tome por sistema lo que no
pude traer grandes ventajas para las letras nacionales.30
30
Ibídem, p. 109.
31
Abraham Castellanos Coronado. “La literatura india. A los literatos mexicanos”, Discursos
a la Nación Mexicana..., p. 109.
32
Mejor conocido en idioma mixteco como Taa nisa’nu: Señor que crece en conocimiento o
sabiduría; o también como Chaa sa’nu (Hombre que sabe o sabio).
Un estudio del sujeto filosófico se encuentra en la obra: Acercamiento a la filosofía y la ética
del mundo mixteca, de Ignacio Ortiz Castro. CONACULTA/SECETARÍA DE CULTURA
DEL ESTADO DE OAXACA. Oaxaca, México, 2006. 179 pp.
19
Siguiendo su labor literaria, en 1914, Castellanos escribe otro bello libro narrado:
Al caer el sol, donde expone la teogonía y cosmogonía mixteca y
mesoamericana, afincadas desde ese dualismo que concibe y sostiene el mundo
del hombre originario de estas latitudes, diferente del monismo de la tradición
judaico-hebrea y cristiana. En otras palabras, desde la caída del sol, desde lo
moribundo de la cultura autóctona debido a la expansión y conquista europea, se
puede reflexionar y proponer un renacer, para la posibilidad de un nuevo sol que
alumbre lo propio y lo extraño..., un mundo mejor para el ser humano. Ambas
narraciones (El Rey Iukano y los hombres del oriente y Al caer el sol) tienen un
matiz de literatura-filosófica; también es autor de otros escritos y poemas.
Castellanos Coronado no sólo es un teórico-fundador de la literatura
mixteca (con visos nacionales y americanos), sino también un creador, aunque su
profesión haya sido la de pedagogo y profesor, lo cual no fue impedimento para
ensayar literatura. Además, era hablante del idioma mixteco, prueba de ello
fueron las traducciones que hacía de poemas al español.33
33
Véase: “La literatura indiana. A los literatos mexicanos” (La flor del monte -Ita nu yuku-),
op. cit., pp. 107-108, 125.
34
Incluso, Francisco Belmar es un distinguido lingüista, pues se avoca a estudiar las lenguas
mesoamericanas. Véase: Beatriz Horcasitas Urías. “Etnología y filantropía. Las propuestas de
“regeneración” para indios de la Sociedad Indianista Mexicana, 1910-1914”, Modernidad,
tradición y alteridad. La ciudad de México en el cambio del siglo (XIX-XX). (Claudia
Agostini y Elisa Speckman: Editoras). México, IIH-UNAM, 2002, Serie “Historia Moderna y
Contemporánea/37”. Pp. 233-239.
35
Manuel Martínez Gracida. “La Reina Xochiquetzal”, Revistas literarias mexicanas
modernas (Vida Mexicana 1922-1923; Nuestro México 1932). FCE, México,1981.
Véase también: Ignacio Ortiz Castro. Entre el idilio y la nación...
20
6.2. El magonismo y la literatura revolucionaria
Otro tipo de literatura, que quizá no sea ajena y más bien habría que
cerciorar elementos para ratificarla como perteneciente al mundo mixteco, es la
literatura anarco-comunista de los hermanos Ricardo y Enrique Flores Magón.
Para ello habría que tomar en cuenta los siguientes tres aspectos:
a). Genaro Amezcua, general zapatista, en 1943 escribe una breve
biografía de Enrique Flores Magón, en la cual afirma:
Flores Magón no tuvo que importar sus ideales; los recibió
como herencia de su tribu, enclavada entre los mixtecas,
probablemente descendiendo de alguna colonia guerrera
azteca precortesiana, dejada ahí en tiempos remotos, para no
perder dominio sobre las tribus subyugadas de otras razas
nativas de la región.36
36
Cita tomada del estudio “Enrique Flores Magón y su biografía” de Benjamín Maldonado,
hecho a la obra Peleamos contra la injusticia. La vida de Enrique Flores Magón contada por
él mismo, de Samuel Kaplan, p. 15. IEEPO-GOBIERNO DEL ESTADO DE OAXACA, 2006.
429 PP. Las negritas son mías.
37
Véase: Ignacio Ortiz Castro. “Estudio preliminar”, Entre el idilio y la nación...
38
Véase: Samuel Kaplan. Peleamos contra la injusticia. La vida de Enrique Flores Magón
contada por él mismo, p. 28.
21
comunidades porque éstas son “familias extensas”, de esto no hay la menor
duda. Además, parte del territorio mixteco con poblaciones se adentra en la hoy
denominada región de la Cañada de Cuicatlán; por otro lado, se ha dado
históricamente un constante movimiento de mixtecos desde la época precolonial
hacia esa región geográfica.
En cuanto a la producción literaria de Ricardo Flores Magón, podemos
encontrar obras de teatro como: Tierra y Libertad y Verdugos y víctimas.39 Del
mismo Ricardo hay variedad de “cuentos”40, escritos en el periódico
Regeneración y otros periódicos. De Enrique hay variedad de narraciones breves
y poemas41, y bien puede tomarse en cuenta su “autobiografía novelada” contada
a Samuel Kaplan como parte de la literatura magonista: Peleamos contra la
injusticia. La vida de Enrique Flores Magón contada por él mismo.42
39
Véase: Ricardo Flores Magón. Obras de teatro. Tierra y Libertad y Verdugos y víctimas.
Ediciones Antorcha, México, 1980. 139 pp.
40
Véase: Ricardo Flores Magón. ¿Para qué sirve la autoridad? y otros cuentos. Cuarta
edición 1983. Ediciones Antorcha, México. 185 pp.
41
Véase: Enrique Flores Magón. Frente al enemigo. (Recopilación realizada por: Chantal
López y Omar Cortés). Ediciones Antorcha, México 1987. 92 pp.
42
Samuel Kaplan, op. cit.
22
Sin que sea desplazamiento de responsabilidad de mi parte, habrá que
hacerse un trabajo especial. Por el momento podría citar un escritor que se
inspiró, por cuestiones de trabajo, en la Mixteca de la Costa, y escribió una
agradable novela histórica publicada en 1992, titulada El fabuloso tesoro del Sr.
Serpiente. En tal obra, como el mismo autor Armando Fuentes Flores lo refiere:
La trama de la novela se desenvuelve en la primera
mitad del Siglo XVI y narra los sucesos durante la invasión
española a Tututepec, en la Mixteca de la Costa, donde
gobierna el SEÑOR SERPIENTE. Los invasores
capitaneados por Pedro de Alvarado, van en busca de
tesoros, tierras y mujeres, apoyados por un poderoso ejército
y perros de guerra.43
Con la mención de esta novela histórica, cierro este punto en torno a una
historia literaria que tiene la peculiaridad, obviamente, de estar escrita en idioma
español.
43
Armando Fuentes Flores. El fabuloso tesoro del Señor Serpiente. Secretaría de Desarrollo
Económico y Social/Dirección General de Educación, Cultura y Bienestar Social del Gobierno
del Estado de Oaxaca. Colección “Glifo”. Oaxaca, 1992. 108 pp.
44
Carlos España (Carlos Tachisavi). Kuun nuvi savi. Jornada en la lluvia.
CONACULTA/Dirección General de Culturas Populares e Indígenas. México, 2003. 119 pp.
45
Véase: Carlos Tachisavi. “Hacia una literatura ñuu savi”, Ñuu Savi. La patria mixteca.
Universidad Tecnológica de la Mixteca, Huajuapan de León, Oaxaca, 2006. 232 pp.
23
Habrá que resaltar que sólo he mencionado lo que corresponde a la
Mixteca Oaxaqueña, falta todavía por investigar la posible producción literaria
en la Mixteca Guerrerense y la Mixteca Poblana, con lo cual se ampliaría el
horizonte literario mixteco. Así pues, un tratado sobre la historia de la literatura
ñuu savi o mixteca, estaría por escribirse, y ya resulta insoslayable e
impostergable.
24
torno a ellos, los analice y aprenda al tiempo que los supere… de ahí este
esfuerzo de reedición y estudio introductorio a la historia de la literatura mixteca.
Finalmente, agradezco a la ASOCIACIÓN CULTURAL MIXTECA, S. C.
(ACMI, S. C.) que opera desde hace años en Huajuapan de León (2002), a VE’E
SAKUA’A NDENUU JAIYO ÑUU SAVI (CENTRO DE ESTUDIOS
AVANZADOS DE LA CULTURA MIXTECA -CEACUM-), y a integrantes de
dichas organizaciones como Balduino Flores, Alfonso Acosta Romero, el mismo
Guillermo Círigo, Gabriel Caballero Morales, entre otros miembros, la confianza
puesta en mi persona para la reedición y estudio introductorio de esta bella
leyenda novelada de trasfondo histórico, costumbrista y filosófico. Sin duda
alguna, dicha novela es un libro clásico de la literatura ñuu savi, el cual había
que desenterrar del olvido.
25
ITA ANDEWI
LEYENDA MIXTECA
26
I
ITA ANDEWI
En un ameno bosque situado al este del histórico Yuku Tnoo1 vivía una
viuda mixteca, en unión de su única hija, la bella Ita Andewi,2 que era no sólo su
encanto, sino la alegría de la mansión rústica que había heredado de su marido,
antiguo Capitán de la Guardia Real de Ñuu Tnoo,3 hoy Tilantongo. Ambas vivían
felices en su retiro.
La joven Ita Andewi, rayaba en los diez y seis años; era morena, de cara
oval con frente espaciosa y velada por negra y abundante cabellera, cejas
arqueadas y negras, ojos grandes, negros, de mirada ardiente y pestañas crespas;
nariz recta, ligeramente abultada de las alas, boca chica con labios de coral,
dientes pequeños y parejos, que parecían perlas; barba oval, carrillos rozagantes
y orejas proporcionadas. Su cuerpo era esbelto como una palmera y de formas
voluptuosas que llamaban la atención por sus contornos escultóricos. Vestía con
todo pudor el traje indígena, compuesto de huipilli bordado con caprichosas
figuras, y enagua de color azul con una faja blanca horizontal recamada de
labores artísticas de rojo, morado, amarillo y verde, formando un mosaico, la
cual le caía hasta debajo de la pantorrilla y ceñía a la cintura con faja de seda
silvestre. Su pie diminuto calzaba sandalia de pita. En las orejas ostentaba
nacochtlis, de oro, en el cuello gargantilla del mismo metal con piedras de
chalchihuitl intercaladas, y en los brazos finísimas pulseras con pendientes de
cascabeles de oro y plata. Su tocado lo componían dos hermosas trenzas
enrolladas en la cabeza, y adornadas con flores del campo.
Todo este conjunto de bellezas naturales y artificiales correspondía a su
poético nombre: Flor del Cielo.
Esta doncella tan guapa como tan bien desarrollada se encontraba en la
época de la efervescencia de las pasiones, en esa edad en que se sueña en un
porvenir de dicha y de ventura, acariciado por las más hermosas ilusiones. Esto
no obstante, su corazón no había sentido el dardo punzante del amor.
Su morada era una rústica cabaña de madera y paja, que se levantaba
orgullosa en la meseta de una Roca Gris, adornada por verdes arbustillos y
dorado musgo, a cuyo pie se deslizaba serpenteando un cristalino arroyuelo, en
cuyas aguas saciaban su devoradora sed, tanto las aves de la montaña como los
inquietos ciervos sofocados por el quemante sol de las zonas frígidas.
1
Yuku Tnoo significa en mixteco Cerro Negro. Yuku cerro y tnoo negro.
2
Ita Andewi significa en mixteco Flor del Cielo. Ita flor y andewi cielo.
3
Ñuu Tnoo significa en mixteco Tierra o Pueblo Negro. Ñuu tierra o pueblo y tnoo negro.
27
Alrededor de esta cabaña se erguían gigantescas palmeras, viejas y
robustas encinas, gallardos modroños, hermosos y verdes ocotales desafiando a
las nubes y flores silvestres de variados colores y exquisitos perfumes. Este
encantador paisaje parecía acariciar con ternura la mansión de la inocencia y del
candor.
¡Qué bello era contemplar este sitio de paz y de ventura, cuando la Aurora
abría con sus rozados dedos las puertas del Oriente! Entonces las aves canoras
saltando de rama en rama y lanzando al aire sus cadentes trinos, saludaban al
Autor de la Naturaleza, así como la tímida doncella, desde su alcoba, dirigía su
plegaria al Dios de sus padres, dándole gracias por los beneficios recibidos y
pidiéndole su bendición. Todo renacía con la luz del Sol y todo contribuía al
concierto universal.
Durante el día todo era contento y alegría para Ita Andewi, que ocupada en
los quehaceres domésticos, no pensaba más que agradar a su tierna y amorosa
madre.
En las tardes, cuando el Sol se perdía tras las montañas y el horizonte
occidental se teñía con las hermosas irradiaciones del crepúsculo, Ita Andewi se
dirigía con paso lento a una pintoresca colina, situada al Levante de su mansión,
y estando en ella, lanzaba tierna mirada al Cielo, en donde creía que existía el
templo de la Suprema Divinidad, a la que recitaba una plegaria, pidiéndole diera
a su padre la bienaventuranza en la Mansión de las Delicias y a su querida madre
fuerzas y vida para que la cuidara y aconsejara bien. Terminada la plegaria
recogía flores y se retiraba entre dos luces para su choza, a la que llegaba
contenta y satisfecha.
Al cubrir la noche con su negro manto el mundo, Ita Andehui se recogía,
después de cenar, en su suave lecho de musgo y pintadas flores. Solo su anciana
madre, velando su inocencia, percibía el tranquilo aliento de su hija.
28
II
ANON NAU Y LOS CAZADORES
1
Mixteca, es nombre nacional que significa en mexicano, Gente, País o Nación de las nubes.
Mixtlán lugar de nubes y teca plural de tecalt morador.
El nombre en idioma mixteco es Ñuu Savi, que significa Tierra o Pueblo de la Lluvia.
Ñuu pueblo y savi lluvia. Savi es en referencia a Ia Savi, Dios de la Lluvia, una de las
principales deidades del pueblo mixteco. (Nota del editor).
2
Anon Nau significa en mixteco Corazón Valiente. Anon viene de corazón, animoso y nau
proviene de pelear, valiente. (Nota del editor).
Martínez Gracida y López Ruiz traducen Anon Nau como Corazón de tigre. También
señalan que se escribe Iniñaña, palabra compuesta de Ini corazón y ñaña tigre o león.
29
Anon Nau, cazador de fama en la comarca, había dado muerte con suma
destreza a la fiera desoladora de la región tilantongueña.
La doncella se estremece, se para, quiere correr y no puede, porque una
fuerza misteriosa la detiene. Dirige inquieta mirada hacia el sitio donde se oían
los gritos de júbilo. La caravana de cazadores se dirigía de retorno hacia el lugar
donde se encontraba Ita Andewi. Entre el grupo de los cazadores venía el joven
que antes había visto, el cual traía en sus robustas espaldas un hermoso tigre,
víctima media hora antes, de sus certeros dardos. Por su frente rodaban gruesas
gotas de sudor, y lejos de manifestar fatiga, se reía satisfecho. Sus compañeros, a
su vez, revelaban en su semblante alegría y contento.
Llega Anon Nau a la orilla de la roca, se detiene frente a Ita Andewi, se
ruboriza, y lanzando después sobre ella una mirada de fuego, siente que su
corazón palpita emocionadamente.
La joven a su vez, turbada, sin poder huir, se pone a contemplar al gallardo
doncel, vencedor del tigre de la montaña.
Nunca dos corazones más ardientes ni más vírgenes se habían encontrado
tan cerca para amarse. Jamás dos ojos se habían cambiado miradas tan
significativas...
Anon Nau se aproxima vacilante a la púdica doncella y le dice con tono
dulce y conmovido: “Hermosa y bella Ita Andewi, no te asustes con nosotros,
que somos gente honrada. He cazado este tigre, y nada más ajustado a nuestras
costumbres, que depositarlo, a tus pies, como un presente que te ofrezco, el cual
deseo aceptes como la expresión sincera del respeto y veneración que me
mereces. Esta fiera que perseguía desde hace tiempo, te hubiera hecho inmenso
daño, si mis saetas no le hubieran quitado la vida de rapiña que llevaba en la
comarca”.
“Agradezco tu galantería, replicó la joven al cazador, y aceptaría con gusto
el presente, como dueña del bosque, si tuviera en que utilizarlo. Yo te suplico
que tomes de nuevo la fiera, y hagas de su piel una armadura para cuando la
patria te haya elevado al rango de Caballero Tigre por tus proezas de valor, en el
combate. Esto será para mí, cuando lo sepa, motivo de gran alegría”.
Los tintes del pudor coloraban en este acto, las mejillas de Ita Andewi.
“Confuso me dejas Flor del Cielo, y obedeciendo tu mandato, mandaré
construir con la piel del tigre el traje guerrero que deseas porte en el campo de
batalla”.
Los cazadores miraban estupefactos a los dos jóvenes, y casi presentían
que uno y otro se habían enamorado secretamente.
Anon Nau se despidió de Ita Andewi con el mayor respeto, y tomando su
fiera otra vez a cuestas, se retiró con sus amigos para Nuu Tnoo.
30
Ita Andewi, luego que la caravana se perdió en el bosque, preocupada con
el acontecimiento, tomó la vereda y caminó pensativa hasta llegar a su casa, sin
decir nada a su anciana madre, pues no dio por el momento, importancia al
encuentro de los cazadores, quienes alegres hacían reminiscencias de la joven
montañés, que Anon Nau escuchó con interés en todo el camino.
31
III
SUFRIMIENTO DE AMOR
32
secretos de su corazón. Con frecuencia se le veía dirigir miradas al bosque, do
moraba su amada, y muchas veces se internaba en su lóbrega espesura. Pero ¿qué
poder, decía, tiene sobre mí esta mujer que me atrae hacia ella? Es hermosa,
bella, graciosa y de talento; prendas son estas que han cautivado mi corazón.
Estaba melancólico, ¿por qué? ¡Misterios insondables del corazón humano,
desconocidos aún para aquellos que los experimentan!
Anon Nau, el hábil cazador de fieras había sido cazado a su vez por los
dardos del amor.
33
IV
DECLARACIÓN DE AMOR
Impulsado Anon Nau por los arranques de su pasión, citó a Ita Andewi a
una entrevista, sirviéndose para ello de una hermana suya que tenía amistad con
aquella. Aunque esta clase de cita no estaba autorizada por la costumbre, pues
los mixtecas eran sumamente moralizados y veían como una profanación todo
acto anticipado que menospreciara la autoridad paternal, Ita Andewi accedió a
ella, fiada en la hidalguía de su amante y en el perdón de la Divinidad, que había
implorado por la falta punible que iba a cometer pasando por encima de la
voluntad materna.
Contando Anon Nau con el asentimiento de su amada, preparó en el
bosque de los Pinocotes un altar, y le mandó decir que al pie de él la esperaba.
Era de noche. La luna, de faz melancólica al parecer, atravesaba el espacio
transparente y azul, dirigiendo a la tierra sus pálidos destellos, y estos pasando
por las ramas de los árboles plateaban el suelo y las hojas de los arbustos y
plantas que ornamentaban el bosque. Un vientecillo glacial soplaba a intervalos,
haciendo estremecer los miembros ateridos de las aves y animales monteses. La
soledad y el silencio presidían la noche.
En un sitio pintoresco del bosque, cubierto por árboles colosales de ocote,
se erguía un hermoso peñasco, en cuya cúspide se admiraba una planicie casi
rectangular, y a la que se ascendía por peldaños artificiales. Sobre esta planicie
se había construido desde luengos años un altar, que algunos creyentes mixtecas
utilizaban en actos religiosos. Anon Nau profanando el altar colocó en él un
idolillo de piedra azul, que representaba al Dios del Himeneo y lo circundó de
bellas flores campestres. A él había confiado el resultado de su amor. De pie y
con los brazos cruzados se colocó en un extremo en espera de Ita Andewi.
Oye ruido en la hojarasca y después pasos al pie del peñasco. Su corazón
le palpita fuertemente de gozo y de miedo.
Ita Andewi, tímida y temblorosa como una tórtola, asciende los siete
escalones del adoratorio, pisa la planicie y se encuentra con su gallardo amante,
quien le da la mano y dice en tono humilde y persuasivo:
- Bienvenida seas, bella Ita Andewi, no tengas miedo, que soy un esclavo,
al mismo tiempo que el guardián de tu honra.
- Esta creencia, Anon Nau me trajo aquí, pues de otro modo no hubiera
salido de mi casa, ni burlado el sueño o vigilia de mi madre.
- Te cité, hermosa Ita Andewi, para este sitio, porque deseaba decirte que
te amo más que a mi vida, que te amo con toda mi alma y que sin tu amor seré
desgraciado. Si me amas dímelo por piedad, no me hagas sufrir más tiempo. Tu
34
amor, que imploro ante este Dios que ves en el altar, es la delicia de mi vida; tu
amor es la ilusión más bella de mi alma; tu amor que es mi dicha vivirá en mi
corazón, y éste será tuyo aunque los Dioses me maldigan.
- No blasfemes de nuestros Dioses, le replicó la joven Ita Andewi, porque
ellos pueden desplegar sobre nosotros su ira soberana...
- Es cierto repuso Anon Nau; pero ten presente, que sin tu amor yo muero
de tristeza, y te repito, que te amo sin comparación y con fines tan nobles, que mi
única ambición es poseer tu corazón y vivir siempre a tu lado. Para esto, si me
das tu amor pondré muy pronto los medios que aconseja el honor, la costumbre
social y nuestra religión.
- Bien, Anon Nau, repuso Ita Andewi con toda tranquilidad. Me había
formado muy buen juicio de tus bellos sentimientos y no me equivoqué. Calma
tu sufrimiento y escucha. Yo también te amo con frenesí, y como tú, he sufrido
en silencio mi pasión. Desde aquel día en que te vi con tus amigos en la margen
del arroyuelo de los pájaros y me hablaste con ternura, sentí amor por ti y desde
entonces no te apartas de mi memoria un solo momento. Soy tuya desde hoy y lo
seré hasta la muerte; así es que puedes enviar a mi madre la comisión de familia
para tratar de nuestro matrimonio, pues estoy segura que dará su consentimiento.
- ¿Qué me amas, dices linda Ita Andewi?, ¡ay!, soy el hombre más feliz de
la Tierra Mixteca.... ¡Bendito el Dios del Amor que me ha sido propicio! Y
estrechando entre sus brazos a su amada, reclinó la cabeza sobre su hombro
derecho.
¡Ah! Se me olvidaba, dice a Ita Andewi, que debemos dar gracias a este
Dios que presencia nuestros actos y pedirle que nos bendiga.
Con gusto imploraré su bendición, replicó Ita Andewi, pues ha tenido
piedad de nosotros.
Ambos jóvenes se sentaron (en cuclillas) frente al Numen protector, y le
dirigieron ferviente plegaria, terminándola con esta exclamación: “Bendice, Dios
poderoso, nuestro amor”.
Así sentados permanecieron por un largo tiempo y cuando consintieron
que el Dios había accedido a sus ruegos, se pararon para despedirse.
Los amantes, lanzando suspiros, lloraron, se prometieron mutua fidelidad,
y uniéndose en estrecho abrazo, oyose el ruido de un amoroso beso que
interrumpió el silencio de la mansión sagrada.
En este acto, un lechuza atravesando por encima del espacioso bosque
lanzó un tétrico graznido.
- El canto de ese pájaro nocturno, dijo Ita Andewi, a su amante, es
presagio de mal agüero. Yo tengo miedo, algo nos va a suceder.
35
- No siempre es fatal agüero, le respondió Anon Nau; tranquilízate, que
Dios nos protegerá de cualquier mal, puesto que hemos obrado bien.
Apenas habían terminado este diálogo, cuando oyeron pisadas sobre la
hojarasca.
La anciana madre de Ita Andewi, al llegar al pie de la roca, había
sorprendido las íntimas confidencias de los amantes; sube a ella, les hecha en
cara su falta de respeto, y ambos confundidos y avergonzados, lloran, hacen
protesta de inocencia... y al fin se separan pensando en las consecuencias.
36
V
RECONVENCIÓN MATERNAL
1
Kawa Tnoo significa en mixteco Roca Negra o Gris. Kawa peñasco o roca, tnoo negro o gris.
37
Tilantongo. Por todas partes se veían recorrer hombres y mujeres las calles de la
Ciudad, y todos dirigiéndose hacia el templo, llevando algunas flores y objetos
destinados a las ceremonias rituales. La madre y la hija se asociaron al regocijo
general.
38
VI
FIESTA SOLSTICIAL
1
Ñu’ùn Ini Ñuu significa en mixteco Dios Corazón del Pueblo. Ñu’ùn dios, Ini corazón, ñuu
pueblo.
39
El Rey a su vez manifestó al mismo pueblo, que si bien el Reino disfrutaba
de paz, y el comercio, la agricultura y la industria, prosperaban, exigía muchos
sacrificios de sus hijos para salvar, no solo la independencia amenazada, sino
también la religión que habían heredado de sus mayores.
Todos los mixtecas allí reunidos ofrecieron al Rey sus personas y recursos
para conservar intacta la integridad del territorio y su gobierno independiente.
La ceremonia terminó con un banquete, que presidió el Rey, después del
cual muchos indios se retiraron para sus lares.
40
VII
LOS AMANTES ANTE EL SUMO SACERDOTE
41
cualquier contrato o compromiso contraído por aquellos, se considera como
ilícito. En cuanto a la cita en el lugar santo es un verdadero atrevimiento y
constituye no solo una gran falta de respeto a los dioses, son un delito de carácter
religioso digno de castigo civil y moral, pues no se te oculta que la profanación
de lugares sagrados está penada por las leyes mixtecas.
Y tú, muchacha inexperta ¿cómo exculpas tu falta?
- Señor padre, le dice Ita Andewi, yo abandoné mi dormitorio, porque
deseaba ver a este joven y oír de sus labios que me amaba, para calmar los
sufrimientos de mi corazón. Confié el cuidado de mi persona a los Dioses y
también a la honradez de Anon Naun, quien me guardó todo género de respetos.
Mi falta, obra del amor y de mis pocos conocimientos en cosas mundanas, si
merece castigo, también es digna de perdón.
- Estoy convencido, le replicó el Pontífice, de que obraste impulsada por
tu pasión; pero te advierto, que las doncellas, como tú, no tiene voluntad propia y
todo lo que se refiere a cosas de amores deben participarlo a sus padres para que
les vaya bien.
“Juzgando de los hechos, repitió el Sumo Sacerdote, les impongo a cada
uno veinte días de riguroso ayuno por las faltas de respeto a sus padres, a los
Dioses y a las leyes. Quedan por mi parte perdonados y ambos obligados por sus
promesas ante los Dioses a casarse según las costumbres”.
“Y tú Cozcaxochitl, tranquiliza tu ánimo, pues no tienes responsabilidad
en el acontecimiento. Otorga, como yo, el perdón a tu hija y a su futuro esposo”.
Bendito sea nuestro Dios, dijeron a una voz los tres, y gracias, Santo
Padre, por tu bondadoso perdón. La anciana otorgó en seguida a sus hijos el
suyo, y los abrazó.
- Padre Santo, dijo Anon Nau, ¿serías tan bueno conmigo, como lo fuiste
con mi finado padre, sirviéndote santificar mi unión con Ita Andewi?
- Sí, con gusto, les contestó el Sumo Sacerdote; pero después de la fiesta
del Fuego Nuevo. Acto continuo se despidieron del Pontífice y besándole la
mano, se retiraron contentos para sus lares.
42
VIII
PEDIMENTO DE LA NOVIA
43
para mujer de Anon Nau, joven de 22 años, que tiene oficio y recursos para
sostener su hogar, que es honrado, que la ama, y sobre todo, que ha sido elegida
por Papalotzin como digna de su familia. En prueba de alianza acepta este
presente de comestible y joyas de oro y de plata para tu uso, presente que está
admitido por nuestras costumbres.
Cozcaxochitl tomó el regalo y dio las gracias a la familia. En acto seguido
hizo uso de la palabra Papalotzin en estos términos:
-Amiga mía, yo he elegido a tu bella hija para compañera de mi hijo, quien
no la merece, porque es digna de ceñir una corona; pero si ni mi hijo ni yo
podemos ofrecérsela, en cambio, contará con un corazón amante, que sólo podrá
latir viviendo con ella, y además, con una segunda madre que la querrá como tú
la quieres. Por los manes de nuestros maridos que fueron buenos amigos, y por
nuestra antigua amistad, te ruego Cozcaxochitl, que me des a Ita Andewi para
esposa de mi hijo.
-Sí, agregaron los tíos, no nos rechaces con una negativa porque sería para
nuestra familia un gran pesar, toda ella espera de tu bondadoso corazón que
aceptes su alianza.
-Me hace mucho honor contestó Cozcaxochitl, la familia de Tliltotol con
el enlace de la de Coyotzin; y como creo que es justo dar estado a nuestros hijos
conforme a las conveniencias, a los vínculos de amistad y a los antecedentes, es
decir, a sus virtudes privadas, no puedo menos que otorgar al gallardo Anon Nau
la mano de mi hija Ita Andewi, así es que me felicito, porque mejor marido no
podía encontrar.
Las dos ancianas se estrecharon y lloraron de gusto.
Repuesta Cozcaxochitl, de su emoción dirigió a Ita Andewi la siguiente
pregunta:
-¿Y tú, hija mía, qué dices acerca de este asunto, que a nadie como a ti
interesa tanto?
-Yo solo digo, madre mía, contestó la joven, que estoy dispuesta a unir mi
suerte a la de Anon Nau, tanto porque es de tu voluntad, como porque también lo
amo.
El sacerdote, en vista del feliz resultado de la conferencia, a su vez hizo la
siguiente pregunta:
-¿Cuando podrá llevarse a efecto el matrimonio?
Cozcaxochitl contestó apresurada: Después de la fiesta del fuego nuevo, y
en el Santuario de Achiutla.
Está bien, dijo Papalozin, allí bendecirá el Santo Padre la unión de
nuestros hijos.
44
Sin esperar más, y siendo ya tarde, pues el sol se halla en el cenit, se
despidió la embajada y partió a prisa pero contenta, para Tilantongo.
45
IX
PREPARATIVOS DE BODA
46
X
ENTREGA DE DONAS
47
- Próxima la fiesta de renovación del fuego nuevo, es conveniente que nos
pongamos de acuerdo para trasladarnos a Achiutla. Yo tengo ya todo arreglado y
sólo espero tu resolución.
- Si te parece le contestó Cozcaxochitl, saldremos dentro de tres días.
- Convenido, le replicó Papalotzin.
El sacerdote Coyolcoatzin manifestó en seguida, que antes de partir,
debían invitar a los parientes y amistades de las dos familias para que asistieran a
la boda.
Ambas señoras, previa discusión, autorizaron a Mapatzin y a
Cuezpalintzin para que en nombre de las dos hicieran las invitaciones.
Sin otro objeto la comisión, se despidió de Cozcaxochitl y de Ita Andewi,
quienes desde luego comenzaron a disponer su viaje.
El 9 de marzo caminaban contentas las dos familias, rumbo a la Ciudad de
Achiutla a la cual llegaron al día siguiente, alojándose en las casas que tenían
preparadas de antemano.
48
XI
MIXTECAS HACIA ACHIUTLA
49
XII
FIESTA CÍCLICA
La fiesta cíclica o renovación del fuego nuevo, entre los mixtecas, tenía
lugar cada 52 años. Tradiciones antiquísimas les habían sugerido, de generación
en generación, la equívoca creencia de que al fin de un periodo secular tendría
que acabarse el mundo, y por ésto apagaban sus fogones, abandonaban sus casas
y se reunían en torno del Pontífice y sus sacerdotes, a quienes el dios revelaría si
continuaba o no existiendo la tierra.
Los mixtecas no destruían sus ropas, muebles y vajillas como los
mexicanos, pues eran más desconfiados que éstos, pero sí tenían esta solemnidad
en gran respeto. La sociedad culta y el sacerdocio instruido, aunque no daba
crédito a la posibilidad del acontecimiento, tenía que contribuir con su presencia
en las ceremonias para sostener como medio moralizador la creencia popular.
Se celebraba esta fiesta el día Ce Ciplactli del mes Itzcalli del calendrio
mixteca, que corresponde al 2 de marzo del calendario Juliano y al 4 Mallinali
del mes tlacaxcpemaliztli del calendario mexicano. Los mixtecas comenzaban su
año el día 12 de marzo invariablemente.
A la hora del crepúsculo vespertino del día 11, se dirigían a la Montaña
maravillosa todos los mixtecas reunidos en Achiutla con el fin de presenciar y
solemnizar la extracción del fuego nuevo. Pocos momentos después, la Ciudad
Santa era un desierto, pues todos esperaban, desde el pie hasta la cima de la
montaña, al Pontífice y al Rey con su numeroso séquito de sacerdotes, nobles y
mandarines.
En la meseta de la montaña había levantado un rico altar con ara de
obsidiana descubierta, y en cada esquina de él un pebetero sin lumbre. Al frente
del altar y como a treinta y tres pasos al occidente, se veía levantada una gran
pira de leña, destinada para hoguera, que los mexicanos llamaban tlecuahuitl, en
medio de la cual se erguía un grueso poste, que tenía dos maderos cruzados. Era
el mamalhuaztli que debía producir el fuego.
En la solemnidad religiosa del año II Acatl que corresponde al año de 1455
de la Era Cristiana se observaron los actos y ceremonias siguientes:
A las 9 de la noche poco más o menos salió del Santuario de Achiutla una
comitiva con el númen Corazón del Pueblo, al que conducía el Pontífice en un
pequeño tabernáculo custodiado por el Rey, los nobles y las autoridades.
A las 10 llegó la comitiva a la plazoleta de la montaña y todos los
mixtecas guardaron un profundo recogimiento.
El Rey, los nobles y las autoridades ocuparon a derecha e izquierda sus
respectivos asientos. El pontífice con seis sacerdotes se quedó al frente del altar;
50
dio después tres pasos hacia él, colocó a la deidad mixteca sobre el ara sagrada y
volvió a su sitio, donde oró con aquellos en voz baja.
Cuando las Pléyades se aproximaban a la mitad del cielo, el Sumo
Pontífice, el Sayokuwinya djá’énuni, que quiere decir Esencia de la Divinidad, se
dirigió hacia el altar y se inclinó reverente siete veces ante su deidad. Erguido y
con voz perceptible le hizo la siguiente súplica:
“Dígnate, oh gran Dios del cielo, conservar el mundo y hacerlo propicio a
las criaturas intelectuales para que reconozcan tu poder, tu gran sabiduría y tu
misericordia. Aquí tienes a tu pueblo mixteca, triste y confuso, pero contrito de
corazón y te pide por mi indigno conducto, le envíes el fuego santo en señal de
piedad. Yo por mi parte suplícote rendidamente que no nos falte ese fuego
porque es el que calienta y da la vida. Misericordia, gran Dios, Misericordia.”
Un silencio profundo reinó después de este pedimento.
En seguida, dos graves sacerdotes prestando reverencia a la deidad se
dirigieron a la hoguera, y subiendo al tablado, en donde apoyaron sus cuerpos,
comenzaron a frotar con destreza y fuerza los palos del mamalhuaztli.
Todos los asistentes a la ceremonia, sumidos en la mayor zozobra
esperaban el momento decisivo, ese momento para ellos de vida o muerte.
Las Pléyades habían ocupado la mitad del cielo, eran las 12 de la noche
del día Ce Coatl
Los leños, en este acto, comenzaron a dar chispas y luego la lumbre, el
fuego nuevo, la señal de vida.
Un grito de alegría lanzo la multitud.
Los dos sacerdotes, tomando los leños bajaron del tablado, y los
entregaron al Sumo Pontífice, quien cogiendo uno en cada mano, los presentó
tres veces a la deidad diciéndole: “Gracias, Dios poderoso, por tus inmensos
beneficios. Santifica el fuego que nos has mandado del cielo, para que sea
propicio en el hogar”. Y volteándose hacia el pueblo que lo escuchaba le
presentó los leños encendidos, le dijo: “El mundo existirá más tiempo, y con él la
Nación Mixteca; tal es la soberana voluntad de Dios, manifiesta en este fuego.
Aprovechémonos de sus bondades y cumplamos con nuestros deberes para
merecer su protección.”
A continuación, se dirigió el Pontífice hacia la hoguera acompañado de los
dos sacerdotes oficiantes, y colocó los leños en donde había mucho ocote.
Los sacerdotes soplaron con la boca la lumbre, y a poco una gran
llamarada de fuego iluminó las montañas a largas distancias.
Retirado el Sumo Sacerdote a su puesto, arengó al pueblo para que se
condujera bien con su Rey, con sus autoridades y con sus familias.
51
Todo el pueblo elevó sus preces a Dios en acción de gracias y ofreció
sumisión y respeto al Rey y a sus mandatarios.
Los comisionados, tomando el fuego en braceros o teas, se desprendieron
a prisa de la Montaña maravillosa para conducirlo a sus pueblos y ciudades en
donde debía conservarse en todos los hogares.
Era gran falta moral dejar extinguir el fuego en el hogar doméstico. Nadie
podía extraerlo con tecpatl, ni otro medio productor. El dueño de un hogar
apagado tenía como castigo, que ocurrir al vecino en solicitud de lumbre y con
riesgo de que se le negara por descuidado. A esto obedece la costumbre entre los
indios zapotecas y mixtecas, de pedir lumbre al vecino que la tiene en su hogar.
Como a la una de la mañana se sirvió una cena compuesta de chocolate
atole y tamales. Concluida la cena, el Pontífice se dirigió con los sacerdotes al
altar, y puesto frente a él, incensó al númen mixteca, lo levantó del asa y lo
guardó en su tabernáculo.
El Rey, los nobles, las autoridades y el pueblo se agruparon en torno del
Pontífice y abandonaron la Montaña maravillosa. Situados en el templo de
Achiutla, se depositó al Dios mixteca con gran ceremonia en su santuario. Con
este acto terminó la solemnidad cíclica religiosa.
El pueblo, contento por que había alcanzado más vida el mundo, se
entregó a la expansión.
La alegría fue general en este día Ce Cipactli, principio del año y del cielo.
Los mixtecas reunidos en Achiutla se felicitaron cordialmente en la mañana,
dándose abrazos o enviándose recados y obsequios. El resto del día, lo pasaron
entregados a goces honestos. Unos bailaban en sus casas, otros dieron
comelitones y otros se dedicaron a pasear en la ciudad y en las campiñas.
En el tianquiztli hubo juego de volador y otras diversiones para solaz de
los forasteros. El monasterio solemnizó el acontecimiento con banquete, danza y
juego de pelota a que asistió el Rey, el Príncipe y la nobleza.
La noche con su negro manto guardó entre sus pliegues la alegría popular.
52
XIII
LAS CONSUEGRAS ANTE EL SUMO PONTÍFICE
1
Yollocellotl significa en mexicano Corazón de Tigre. Yollotl corazón y ocellotl tigre.
Ilhuicaxochitl significa en mexicano Flor del Cielo. Ilhuicatl, cielo y xochitl flor.
53
hace algunos días y cumplo mi palabra de buena voluntad. La ceremonia tendrá
lugar en el templo, en donde espero a los novios con sus madres, parientes y
amistades el día del tianquixtli, presididos por Coyolcoatzin.
Las dos ancianas, llenas de emoción, dieron las gracias al Pontífice,
depositando a sus pies un presente, que aceptó para el servicio del templo y
besándole después la mano se retiraron de su presencia con su acompañante para
sus respectivas habitaciones.
54
XIV
CASA DE LA BODA Y EL JOVEN ANON NAU
55
Sus amigos lo calificaban de genio reposado, pero resuelto, previsor,
reservado, afable; cortés y valiente. Su pecho no abrigaba ni la presunción ni la
ambición.
El traje que lució en este día era de etiqueta, pero sujeto a su estado de
nobleza y posición social. Dicho traje, que le sentaba muy bien, se componía de
las piezas y joyas siguientes:
Gabán largo de seda silvestre con pechera, hombros y puños bordados, en
que se veían preciosas labores de color morado, azul y amarillo, combinadas con
figuras de pájaros, tigres y leones, ceñido a la cintura con faja morada y cuyas
faldas que le llegaban al muslo remataban con un mosaico de finísimas plumas;
calzón blanco poco ajustado, con tres listas circulares, anchas en la parte inferior
de la pierna, la primera morada, la segunda amarilla y la tercera azul; cactli
negro con listas blancas y hebilla de oro, figurando una tortuga, en los lazos de
las cintas.
Atada al cuello y colgando por el hombro izquierdo con cierto garbo, tenía
la capa señorial, obsequio de Ita Andewi, que era lujosa.
Cubría su cabeza un elegante penacho de plumas, adornado en la parte
frontal con una placa de chachiuitl con pendiente de oro, representando el Nahui
Ollin; sus brazos dos pulseras del mismo metal formados de cuadrículas
grabadas; y sus pantorrillas ojorcas de plata y oro con grecas en los contornos.
Dispuesta la casa y todo lo relativo al banquete, Papalotzin habló con
Coyolcoatl y ambos resolvieron ir a la casa de Cozcaxochitl por la novia. Acto
continuo, llamó Papalotzin a Anon Nau, a Metztli y a Oceloxochitl, hermanas del
doncel, vestidas ya de gala, y presidiendo los cinco la comitiva del novio, se
dirigieron a la morada de Ita Andewi. Serían las 8 de la mañana, cuando la
música indígena anunció al pueblo el acto, dando origen al aumento de la
comitiva.
56
XV
TRASLACIÓN DE LA NOVIA
57
otro modo no podría poblarse el mundo. Al dar, pues, a Anon Nau en
matrimonio a Ita Andewi solo tuve presente su buena educación, su hombría de
bien y su apego al trabajo. Estas virtudes, hasta cierto punto, aseguran a mi hija
el bien estar a su lado y por eso mi voluntad se inclinó. Dispongan pues de mi
hija y vamos a su nueva casa.
Anon Nau se paró de su asiento y dijo a Cozcaxochitl: Madre mía, te
presento mis más profundos agradecimientos por el concepto que has formado de
mi persona, y puedes creer, que seré el apoyo de Ita Andewi, pues la amo mucho
y al unir mi suerte con la suya, estoy obligado a sostenerla y a defenderla como
sostiene y defiende un padre a sus hijos.
Yo, dijo Papalotzin, querré a Ita Andewi como se quiere a una hija.
Cozcaxochitl y yo mientras vivamos estaremos pendiente de ella, así como de
Anon Nau, porque las madres no debemos aislarnos completamente de nuestros
hijos cuando han formado su hogar, pues en él se nos necesita para diversos
actos de la vida conyugal. Sus prendas morales que adornan a Ita Andewi son la
garantía en este enlace de que mi hijo va a ser dichoso a su lado.
Cuando acabó de hablar Papalotzin se separó de la casa la comitiva de la
novia.
Los mixtecas tenían la costumbre de simular un combate cuando la novia
era conducida a la casa del novio. Por esto se formaban dos comitivas de los
parientes y amigos de los novios. La comitiva de la novia pretendía rescatarla, y
la comitiva del novia hacía esfuerzos por llevársela.
El sacerdote Coyolcoatl tomó la mano a Ita Andewi y le dijo: “Ven, joven
hermosa, y siéntate en esta silla para que tu marido y sus parientes te lleven a tu
nueva casa, donde serás la reina del lugar, y en ella mandarás con previsión y
prudencia para hacerte digna de su amor y de su confianza y de los respetos de
la sociedad”.
Ita Andewi se sentó y dijo al sacerdote: “Abandono mi casa y voy a formar
hogar con mi voluntad y bendición de mi madre, conducidme”.
En seguida cuatro robustos jóvenes formaron la silla de manos y cargaron
a Ita Andewi. Anon Nau se colocó al frente de ella con sus dos tíos y luego todos
los amigos, parientes y asistentes. El sacerdote Coyolcoatl se situó atrás de ella
llevando a los lados a Cozcaxochitl y a Papalotzin, después seguían las hermanas
del novio y las tías de la novia así como varias jóvenes y señoras. La comitiva,
así ordenada se puso en marcha.
Caminaba contenta la comitiva al compás de la música, cuando salió de
una calle atravesada la comitiva de la novia a impedirle el paso.
¡Alto!, dijo el jefe de la comitiva. Para seguir adelante y poder llevar a esa
joven a otra casa, necesitan sus conductores pasar primero sobre nuestros
58
cadáveres, pues ella ha sido extraída de su casa cuando nosotros, sus custodios
no estábamos a su lado.
No puedes ni debes impedirnos el paso replicó el jefe de la comitiva del
novio, porque la joven que conducimos es la esposa de Anon Nau y va a tomar
posesión de su casa, así es que retírate con tu gente, porque es difícil que
consigas tu intento.
Las réplicas y la obstrucción del paso hicieron entrar en combate a las
comitivas. Por aquí un grupo se defendía de las agresiones del contrario y por allí
se hacían caer al suelo dos o más batalladores.
En fin, la comitiva del novio venció a su contraria y entonces el jefe de
ésta, sin fuerza suficiente para defenderse, se rinde.
Este simulacro de combate era divertido, y significaba para los mixtecas,
el deber que tenía el marido de defender a su mujer de todo peligro, aún a costa
de su vida.
La comitiva de la novia se unió después a la comitiva del novio y los dos
continuaron su camino. El contento era general.
59
XVI
LA NOVIA EN LA CASA DEL NOVIO
60
ayudaré en tus labores, y trabajaré como toda mujer de vergüenza; para hacerme
acreedora a las consideraciones, no solo tuyas, sino también del pueblo.”
El sacerdote Coyolcoatzin, dirigiéndose a la concurrencia dijo:
“El Gran Espíritu del Mundo ha unido en este hogar dos voluntades que se
entienden, que se asimilan y que se aman; respetemos y alabemos sus juicios.
Anon Nau e Ita Andewi por su mutuo consentimiento son ya dos en uno, y solo
falta que el Padre Pontífice santifique su unión, conforme a nuestros ritos, para
que la sociedad los tenga como legítimamente casados. Suplico a todas las
personas reunidas en esta casa se sirvan acompañar a los novios al templo, y
pedir allí a Dios en los momentos de la ceremonia, que los haga dichosos”
Las autoridades y todos los concurrentes se pararon, y colocándose en
orden, salieron de la sala.
Coyolcoatzin tomó del brazo a Ita Andewi y la sentó en la silla de manos.
Otros cuatro jóvenes la cargaron y salió de la casa presidida por las autoridades.
La música a la cabeza tocando sones indígenas dirigió a la comitiva al
Santuario.
61
XVII
SANTIFICACIÓN DEL MATRIMONIO
62
en la parte superior de la silla, y dos de tus primos en la posterior, cargan a Ita
Andewi hasta tu casa.” Así lo hizo en el acto con sus parientes, y sopesando la
silla, se colocaron los brazos en los hombros y echaron a andar.
La comitiva desfiló en orden, llevando a la cabeza la música, que con sus
sones alegraban el acto.
63
XVIII
CEREMONIA DOMÉSTICA
64
Papalotzin les dijo: “Muy queridos hijos, Dios los llene de beneficios, y en
su santo nombre los bendigo, deseándoles larga vida y buenas obras.”
Cozcaxochitl, poniéndoles las manos en la cabeza, se expresó así:
“Hijos míos: Que Dios sabio, justo y bueno los haga modelos de esposos,
y bendiga este nuevo hogar, como yo bendigo la unión de los dos.”
Las autoridades a su vez les dijeron:
“En nombre de Ñu’ùn Ini Ñuu os deseamos ventura doméstica, riquezas y
prole que sea la honra de Tilantongo por sus virtudes, y en su nombre también
bendecimos vuestro enlace, el cual hemos autorizado con nuestra presencia y
anotado en el ‘libro de casados’”.
Los ancianos les dijeron en tono grave, por conducto del más decano, lo
siguiente:
“Nobles Señores: Nuestra edad, hija de la experiencia nos obliga a
exhortarnos a que os améis y guardéis fidelidad, pues del amor y de la fe
conyugal depende la felicidad de los casados. Tened presente, que el amor en los
primeros momentos subyuga nuestro espíritu, luego pasa a ser complaciente,
cariñoso y hasta buen amigo, y después provoca fastidio. Sed parcos en los
placeres del amor y conservaréis por mucho tiempo la ilusión. Los casados deben
por conveniencia propia, observarse mutuamente su carácter, y cuando se hayan
comprendido, entonces habrán alcanzado el secreto de vivir bien. En los casos de
controversia no debe el hombre abusar de la fuerza ni la mujer de su debilidad;
ambos son dos seres confundidos en uno, y ambos deben dirimir sus contiendas
llamando en su auxilio a la prudencia, a la persuasión y a la conveniencia. El
matrimonio que rompe los vínculos de unión, tiene un infierno en su casa;
procurad a toda costa no romperlos, posponiendo vuestro amor individual al bien
común. Obrad siempre en el sentido de estos consejos para que los dioses os
bendigan, como nosotros os bendecimos en este día de gratos recuerdos para
ambos.”
Los novios bastante impresionados con esto actos, ofrecieron ser
cumplidos casados, y parándose se sentaron en seguida en sus asientos.
La música lanzando al aire sus notas dio por terminada la ceremonia
doméstica.
65
XIX
LA BODA
66
solicitud?”. “Con mucho gusto, le contestó Ita Andewi, pero te advierto que no
se bailar bien”. Los jóvenes se colocaron uno enfrente del otro en los extremos
del salón.
Anon Nau solicitó y obtuvo de Cozamalotzin hija del Cacique de Achiutla
la aquiescencia para bailar la misma pieza. Esta joven que rayaba en los 20 años
era bien parecida y vestía traje de blanco y morado, muy fino y costoso. Ambos
se colocaron en los mismos extremos quedando el Príncipe Sa’on Kumi Ñana1
junto a Cozamalotzin, y Anon Nau junto a Ita Andewi.
Sonó el mástil de cascabeles y los cuatro comenzaron a bailar con maestría
y decencia, llamando la atención de todos la destreza en las mudanzas y el garbo
de las damas.
Terminada la pieza los dos jóvenes llevaron a su pareja a sus respectivos
asientos.
Después siguió tocando la música y bailaron por turnos muchos casados y
solteros con damas casadas y doncellas.
En los intermedios se servían agua fresca a los jóvenes y pulque o mezcal
a las personas autorizadas para tomar licor.
A las 2 de la tarde tuvo lugar el banquete. Los comensales pasaron a la
mesa por tandas. Se sirvió a todos en lujosas tazas y platos de cerámica caldo de
guajolote, tortillas, dos moles, frijoles, fruta y miel de abejas.
El banquete terminó a las 4 de la tarde y a esa hora los novios bailaron por
tercera vez.
Coyolcoaltzin, Cozcaxochitl y Papalotzin, después de combinar en uno de
los extremos del salón, lo que debía hacerse después de la boda, llamaron al
bastonero, y dándole instrucciones, se paró en medio del salón y sonó el mástil
de cascabeles. La concurrencia guardó silencio, y Coyolcoatl haciendo uso de la
palabra dijo:
“Caballeros y Señoras: Las matronas Papalotzin y Cozcaxochitl, han
acordado que la tornaboda tenga lugar en Tilantongo dentro de cuatro días por
exigirlo así el decoro de sus familias y el cumplimiento que debe darse al pueblo.
En su nombre, pues, os invito a que honréis con vuestra presencia la tornaboda,
seguros de que será para ambas muy satisfactorio, lo mismo que para los
desposados veros en ella.”
“Bien, muy bien, dijo la mayor parte de los concurrentes, asistiremos a la
tornaboda.”
1
Sa’on Kumi Ñana, significa en mixteco Diecinueve leones. Etimología: sa’on quince, kumi
cuatro y ñana león. Ñaña por lo general se aplica al felino mayor: coyote, tigrillo, jaguar,
puma, que son parte de la fauna americana. (Nota del reeditor).
67
El baile continuó animado en el salón, y durante los intermedios se
repartió pulque a los mayores de edad, y dulce indígena, fruta y aguas frescas a
los jóvenes y niños.
A las 9 de la noche terminó la boda en el mayor orden, retirándose para
sus casas más de dos mil personas que asistieron a ella.
Los desposados después de platicar un gran rato con Papalotzin y
Cozcaxochitl se acostaron en departamentos separados, que de antemano se
habían preparado.
Este procedimiento al parecer raro entre los indios, obedecía a la
conveniencia de conservar con gratitud los recuerdos del tálamo en nido nupcial
propio, y a la práctica establecida de dar gracias a los dioses al día siguiente de
consumado el matrimonio.
68
XX
RETORNO DE LOS NOVIOS
69
XXI
TORNABODA EN TILANTONGO
70
Anon Nau e Ita Andehui se pararon de sus asientos y fueron a hincarse
frente a los mandatarios, quienes les dijeron lo siguiente:
“Nobles Señores. Nos place veros unidos en matrimonio porque es el
estado más perfecto que pudo haber elegido el hombre y la mujer para cumplir
con los fines de la ley natural, y porque él es el sostén de la familia y de la
sociedad. La educación que habéis recibido de vuestros padres y la nobleza de
vuestro origen son dos elementos que prometen al pueblo un matrimonio
virtuoso que sirva de modelo. Sed felices, pues, felices en vuestro hogar y no
olvidéis los consejos de los ancianos, que son verdades de luenga experiencia.
Cumplid con vuestros deberes, y amaos mucho, para que el Dios del Cielo y de
la Tierra os bendiga como nosotros bendecimos vuestro enlace”.
Los desposados dieron las gracias a las autoridades y se pararon, yéndose
a sentar.
Serían las 8:30 de la mañana, cuando un anciano avisó a Papalotzin que el
almuerzo estaba dispuesto y lista la servidumbre para servirlo. En el acto invitó
Papalotzin a la concurrencia. Coyolcoatl condujo a las autoridades a la mesa, y
Anon Nau, Papalotzin y Cozcaxochitl a los demás convidados.
Ya sentados en sus asientos se presentó otro anciano con varios
domésticos que conducían ramos de cedrón y rosarios de flores. Este anciano dio
un ramo a cada comensal y en seguida le colocó un rosario en el cuello.
Simboliza esta ceremonia amistad y veneración.
El almuerzo se sirvió en bajilla de lujosa cerámica (al mismo tiempo que
se colocaban los rosarios a los comensales) y lo constituyeron los siguientes:
chocolate atole y chocolate, pan de maíz, tamales de guajolote y frijoles. Luego
que terminaron de almorzar los primeros comensales, se sirvió la segunda mesa a
otros y así por turnos hasta que no quedó ninguno.
Los Macehuales con sus mujeres e hijos fueron atendidos profusamente
por la comisión respectiva.
A las diez de la mañana tocó la música, y el bastonero anunció que daba
principio el baile. Muchos jóvenes que no pudieron asistir a la boda se
entusiasmaron con la música y sacando a sus parejas, bailaron con ellas a porfía,
pues deseaban manifestar a su buen amigo Anon Nau la satisfacción que
embargaba sus ánimos con motivo de su matrimonio.
La segunda pieza, que fue una danza, la bailaron los desposados, quienes
fueron aplaudidos por todos sus amigos.
El pulque se repartió en seguida a los mayores de edad por la comisión de
licores, y las aguas frescas por la comisión de refrescos a todos los jóvenes.
A medio día Ita Andewi fue conducida a su departamento por sus cuñadas
Metztli y Oceloxochitl en donde le cambiaron traje y la adornaron
71
convenientemente con sus mejores joyas. Media hora después se presentó en el
salón luciendo el traje indígena de fondo blanco con fajas coloradas en que se
veían labores caprichosas y artísticas de morado y azul, y de amarillo y verde,
figurando grecas que tenían enlazadas águilas, palomas y colibríes de hilo de
seda silvestre. Las mangas del huipilli y la falda de él se encontraban adornadas
con una faja de mosaico de plumas. Este traje de exquisito gusto indígena por la
combinación de colores y labores, le sentó bien y dio realce, como los anteriores,
a su hermosura, que fue ponderada entre damas y caballeros.
El Rey se presentó a la una de la tarde en la puerta del salón, acompañado
de la Reina y dos de sus hijos. Anon Nau recibió al Rey con los honores de su
rango, Cozcaxochitl a la Reina y Papalotzin a los Príncipes. Al entrar el Rey
todos los nobles y demás asistentes se pararon de sus asientos y se dirigían a
besarle la mano y ofrecerle sus respetos, pero él los contuvo diciéndoles:
“Caballeros y damas: Sentaos, vengo como vosotros a distraerme en
familia y no a presidir una solemnidad pública, así es que os suplico omitáis toda
clase de etiqueta conmigo, que estará de más aquí, y divertíos con toda
confianza, si queréis que esté yo contento”.
Todos se sentaron, lo mismo que el Rey y su familia.
Este acto del Rey revela que los Soberanos de la Mixteca eran demócratas,
accesibles y conviviales.
Papalotzin y Cozcaxochitl, siguiendo las reglas de buena sociedad
pusieron a Anon Nau y a Ita Andewi a las órdenes del Rey y de la Reina en su
nuevo estado.
El Rey agradeció a los dos este acto de cortesía y dijo a los desposados en
tono cariñoso:
“Me place, sobrinos míos, veros unidos en matrimonio, porque tanto tú
Anon Nau como tú Ita Andewi son prendas estimadas para mí. Vuestros padres
Tliltolotl y Coyotzin fueron primos míos, el uno por la línea paterna y el otro por
la materna, y como buenos servidores, creédmelo, que los tengo como leales,
inteligentes, valientes y honrados. Vosotros que sois sus vástagos, que habéis
heredado su alcurnia y que habéis recibido una brillante educación, me aseguran
que vais a ser felices en vuestro matrimonio. Además, reunís prendas físicas y
morales que os hacen simpáticos al pueblo, y todo esto, como supondréis es para
mi motivo de satisfacción y de orgullo. Os felicito de corazón y os deseo ventura
conyugal por largos años”.
Los desposados profundamente conmovidos dijeron al Rey:
“Poderoso Señor: Os damos los más cordiales agradecimientos por vuestra
sincera felicitación, la cual guardaremos en nuestro pecho como se guarda una
72
preciosa joya en un cofre. También nosotros os deseamos larga vida para bien
del pueblo mixteca”.
Retirados de la presencia del Rey previas las respectivas ceremonias, se
sentaron en sus asientos.
El bastonero sonó el mástil de cascabeles y la música tocó una pieza.
Los caballeros y jóvenes sacaron a las damas a bailar y bailaron con ellas
honestamente. El Príncipe Sa’on Kumi Ñaña bailó con Ita Andewi y Anon Nau
con la Princesa Macuilxochitl. Los trajes de estas dos parejas y su donosura
llamaron la atención de las damas y caballeros, pues eran los mejores y más
costosos.
El banquete de tornaboda tuvo lugar a las 2:30 de la tarde. Un anciano
anunció a Papalotzin que la mesa estaba puesta. Papalotzin dio el aviso a
Coyocoatl y éste en el acto invitó al Rey, a la Reina, a las autoridades y en
general a todos los nobles.
El Rey, la Reina y la Princesa pasaron a la mesa acompañados de
Papalotzin, Coyolcoatl y Anon Nau. Las autoridades fueron conducidas por
Mapatzin, la novia Ita Andewi y Metztli por el Príncipe, y Oceloxochitl con los
nobles y damas por Cuezpalintzin.
Sentados el Rey y la Reina en los asientos preferentes, se colocaron todos
los comensales en orden teniendo cada uno a su derecha una dama para
atenderla.
El primer platillo que se sirvió fue de caldo de guajolote, el segundo de
barbacoa de venado, el tercero de mole, el cuarto de frijoles, el quinto de fruta y
el sexto de dulce. El pulque se sirvió al mismo tiempo que el mole, y sólo
tomaron las personas de edad y de respeto. El mezcal, aunque se sirvió a tiempo,
pocos hicieron uso de él, por respeto al Rey.
Separados de la mesa los primeros comensales, la ocuparon otros y otros
hasta contarse cinco tandas.
Lo macehuales y gente del pueblo comieron en el suelo sobre finos
petatillos.
El banquete terminó a las 4 de la tarde y continuó el baile con animación.
Algunos jóvenes y nobles contaron versos adecuados al acto que fueron bien
recibidos.
A las 6 de la tarde se despidió el Rey, la Reina y la Princesa de la reunión,
manifestando el primero a Papalotzin y a Cozcaxochitl, que había estado muy
contento. Anon Nau se disponía acompañar al Rey hasta el alcázar, pero no lo
consintió.
El chocolate se sirvió a las 7 de la noche, sin excepción, a todos los nobles
y macehuales.
73
El baile y el canto continuaron hasta las 10 de la noche, hora en que el
bastonero dio las gracias a todos los concurrentes en nombre de Anon Nau.
Más de 2500 personas asistieron a la tornaboda y todas ellas se retiraron
contentas y satisfechas.
A las 11 de la noche Anon Nau e Ita Andewi fueron conducidos por
Coyolcoatl, Papalotzin y Cozcaxochitl a la cámara nupcial, y después de hablar
con ellos y darles muchos consejos, se retiraron para sus departamentos. Cuando
las Pléyades ocuparon el cenit del cielo, el matrimonio se había consumado.
74
XXII
BAÑO DE PURIFICACIÓN Y OFRECIMIENTO DE PRIMICIAS
MATRIMONIALES
75
XXIII
LUNA DE MIEL
La luna de miel comenzó para Anon Nau e Ita Andewi desde el momento
en que saborearon las delicias del amor. Sumamente enamorados pasaron la vida
más de tres meses entregados a las caricias, a las complacencias y a los goces
conyugales. Ni el uno ni la otra podían estar separados una hora. Si Anon Nau
salía al campo a inspeccionar las labores de sus sementeras, y se tardaba, se
ponía a llorar Ita Andewi, creyendo que no volvía, o que la veía con
desprendimiento. Si por el contrario Ita Andewi salía a visitar a Cozcaxochitl o a
alguna amiga, y se detenía un poco de tiempo, le parecía a Anon Nau que se la
habían robado y se ponía triste. En una palabra, no podían vivir sin estarse
viendo y contemplando mutuamente. Para no sufrir convinieron en salir juntos al
campo, a paseo o a visita.
Muchos ancianos y casados veían en estos jóvenes un matrimonio feliz, y
a fe que lo era, pues se amaban mucho y ambos trabajaban en sus respectivos
quehaceres con el interés de agradarse mutuamente y de aumentar sus bienes de
fortuna.
Papalotzin y Cozcaxochitl se sentían satisfechas de la conducta de sus
hijos.
Sólo un adivino, platicando con varios amigos, entre los que se encontraba
Mapatzin, discrepaba de la opinión general. -“El matrimonio de Anon Nau y de
Ita Andehui es una apariencia feliz, pero en lo futuro va a ser desgraciado”. ¿Por
qué va a ser desgraciado? le replicaron sus amigos. –“Yo los vi nacer, y el hado
de los dos es fatal, ojalá que no lo fuera pues los quiero mucho; pero por
desgracia, las señales que precedieron a su nacimiento, que fueron verdaderas
tormentas meteóricas, pronosticaron que al principio de su vida todo sería feliz
para ellos, mas después tendrían que perecer en trágico suceso”.
“Este pronóstico es horrible, dijo Mapatzin, y no creo que se realice,
porque mis sobrinos son buenos, y todo lo bueno ahuyenta lo malo”.
“Nadie, que yo sepa, replicó el adivino, ha podido hasta hoy, destruir las
influencias funestas o benéficas del hado con actos de bondad o maldad, porque
lo que tiene que suceder, ha de efectuarse tarde o temprano. No quisiera
aventurar mi juicio, en este asunto, pero creo que los hechos se aproximan. El
excesivo amor es una locura que conduce a la desesperación cuando no se tiene
presente el objeto amado, o se pierde la esperanza de poseerlo. La inteligencia se
ofusca y... fácil es adivinar el resultado”.
Todos se quedaron pensativos, retirándose el adivino de la reunión.
76
El tiempo corría y Anon Nau e Ita Andewi siempre amorosos, no les
preocupaba nada, sino era la desgracia ajena, para las que sus personas y sus
intereses valían poco, pues eran benefactores de su pueblo.
Una noche del mes de octubre (9 Ytzcuintli) en que la luna alumbraba con
luz plácida el territorio mixteca, en que los dos esposos se encontraban sentados
en un icpalli de espaldas en la puerta de sus sala, recibiendo el fresco ambiente, y
en íntimas y amorosas confidencias, oyeron cantar, al tiempo que se daban un
ósculo, a un búho que se había parado en una almena de su casa.
“Mal agüero, dijo Anon Nau, qué desgracia nos vendrá”. Ita Andehui llena
de pavor, abrazó a Anon Nau y escondió su rostro en su pecho varonil. “Tengo
miedo, le dijo temblorosa, esa ave negra anuncia la muerte”.
“Sí, bella mía, le replicó Anon Nau, pero hay que sobreponerse a lo
maléfico de su canto. Espera, agregó, voy a cazarla”.
Entró en seguida a la sala el diestro cazador, tomó su arco, y dirigióse
cautelosamente hacia el sitio en que se encontraba el búho. Parado a cierta
distancia, Anon Nau tendió el arco y arrojó el dardo al pájaro. A poco, el ruido
de las alas y el golpe del ave en el suelo hicieron exclamar al cazador: “Muere
funesto tecolote, revolcándote en tu sangre. Ya no volverás a espantar a Ita
Andewi”.
Regresó Anon Nau satisfecho y dijo a su esposa: “Estás vengada, el susto
que te causó ese tecolote, lo pagó con su vida”.
“Si con la muerte de esa ave siniestra, se evitara el mal, seríamos felices.
De su canto fatídico, dicen los ancianos, nadie se ha escapado de la muerte.
Necesitamos Anon Nau, que la influencia de ese canto no domine nuestros
espíritus, único medio de salvar nuestra vida, amenazada por el agüero”.
Ambos se retiraron a su recámara y se acostaron a dormir, muy
preocupados.
A las 10 de la mañana del día siguiente un pregonero decía en alta voz en
los cuatro ángulos de la plaza. –Escuchad, escuchad, todos los que tenéis oídos.
“El Rey de Tilantongo, Gobernador de la Mixteca, a sus súbditos.
–Por cuanto que los tenochca y su Rey Moctezuma Ilhui camina
pretenden apoderarse de nuestro territorio y sujetarnos a tributo, se
hace saber a los nobles guerreros, y a todos los macehuales solteros,
casados, viudos, que en el acto se presenten a las autoridades de sus
pueblos, para que éstas designen los Batallones que deben defender la
patria que heredamos de nuestros mayores. –Las autoridades enviarán
dentro de 30 días los expresados Batallones a Coixtlahuaca, en donde
recibirán sus jefes las órdenes del Rey”.
77
Ita Andewi al oír este bando se desmayó y dijo después a Anon Nau con
lágrimas en los ojos:
“Tu ausencia es mi muerte, pero antes que todo está la patria. Alístate en el
Ejército, defiéndela con valor y espera de los dioses y de la Nación el premio.”
El canto del búho comenzaba a amargar la existencia de los amantes
esposos.
78
XXIV
ATONALTZIN DESAFÍA A LA LID A MOCTEZUMA ILHUICAMINA
79
nuestro comercio y sacrifica a los mercaderes. Si como espero, lo hacéis así,
contad con su amistad, que os la ofrece franca y leal, y si no, sabed que está
pronto a haceros la guerra, lo mismo que a vuestros aliados los Reyes de
Tilantongo y Tututepec para hacerse respetar. Entretanto, Señor, recibid este
presente que os envía por mi conducto como una muestra de afecto y cariño”.
El Rey contestó así:
“Señor Embajador: La providencia que pretende el Poderoso Rey
Moctezuma Ilhuicamina derogue en obsequio de su amistad y en bien de los
mercaderes tenochca, la dicté con conocimiento de causa y no de una manera
bárbara como se cree. Esos mercaderes son espías de vuestro Rey que vienen a
tomar nota de nuestro Gobierno y de los elementos con que cuenta, para caer
después sobre nosotros como ave de rapiña y sujetarnos a vasallaje. Además,
esos mismos mercaderes tratan con altanería a mis súbditos, pues los ultrajan de
obra y los ven como si fueran sus esclavos. Disimular esos abusos es tanto como
contribuir a la degradación de sus ánimos y prepararlos a recibir vasallaje
extraño. Por otra parte, la política hipócrita de Moctezuma Ilhuicamina respecto
a los Estados independientes, nos hace reparar en su suerte, y deciros como os
digo, que no es franca y sí absorcionista, aunque la encubra con rasgos de
amistad. Tarde o temprano vuestro Rey nos ha de hacer la guerra, pues desde
hace diez años se medita en la Corte de México un golpe de mano a la Mixteca,
Zapoteca, Mazateca, Chinanteca y otros pequeños estados. Lo que ha de ser
tarde, que sea temprano. Decid a Moctezuma que no estoy dispuesto a levantar la
prohibición a los mercaderes tenochca y que acepto la guerra con que me
amenaza. Igualmente decidle, que recibo el presente que me envió con vos, como
un recuerdo, por el cual os suplico le deis mis agradecimientos. A mi vez, Sr.
Embajador, pongo delante de vos, este presente de riquezas mixtecas, para que
tengáis la bondad de llevarlo a vuestro Soberano, al que diréis, que por ellas verá
lo que me tributan mis súbditos, para que si lo venzo, sepan lo que deben darme
de tributo los mexica”.
El Embajador se retiró de Palacio admirado de la arrogancia de Atonaltzin.
Al día siguiente partió para México, a cuya Ciudad llegó después de ocho días.
Presente Mexicaltecahtli en el Palacio, y recibido por Moctezuma Ilhuicamina,
comunicó a éste, concepto por concepto, la respuesta de Atonaltzin. No pudo contener su
asombro Moctezuma, y exclamó: “Se conoce que es valiente Atonaltzin, y que no teme ni a
mi ira ni a mi poder. Iré a buscarlo”.
Retirado el Embajador, reunió Moctezuma el Consejo de Estado, y dando cuenta a los
Reyes de Texcoco y Tlacopan del resultado de la comisión, dijo a sus aliados: “Por el
80
presente que me envió el Rey Atonaltzin, comprenderéis que es rico y poderoso y que
necesitamos una fuerza superior a los elementos con que cuentan para vencerlo”. Después de
una larga discusión, en que la altivez del Monarca chochonteca era el punto capital, el
Consejo resolvió declarar la guerra a Coixtlahuaca. Publicada la declaración y aperados los
guerreros, salió Moctezuma de México con el Ejército de 200,000 hombres rumbo a
Coixtlahuaca, seguro de vencerla en la primera batalla.
81
XXV
EL TOQUE DE MARCHA
82
Juxtlahuaca, Teposcolula y otros pueblos. Al tercer día arribó el Ejército a
Coixtlahuaca, en donde se le unieron los cuerpos de Silacayoapan, Chila, Tonalá,
de Huajuapan y otros pueblos de la Mixteca Baja, haciendo todos un total de 50
mil hombres bien armados.
Los jefes, siguiendo las instrucciones reales, se pusieron a las órdenes del
Rey Atonaltzin, quien los atendió muy bien y colmó de consideraciones.
Coixtlahuaca y todos los pueblos chochontecas se habían levantado en
masa y formaban un Ejército de 50 mil hombres, bien disciplinados, entusiastas
y valientes.
83
XXVI
DERROTA ATONALTZIN AL REY MOCTEZUMA ILHUICAMINA
1
Sa’on Uni Ñaña, significa en mixteco Dieciocho Leones o León XVIII. Etimología: Sa’on
diez, uni tres y ñaña león o tigre. (Nota del reeditor).
84
Varios jóvenes mixtecas se distinguieron en este combate por su destreza,
pujanza y valor. En todos ellos, llamó la atención de los chochontecas el guerrero
Anon Nau, que peleó cuerpo a cuerpo con siete capitanes tenochcas, a quienes
vio caer uno a uno a sus pies al golpe terrible de su invencible macana. “Él,
decían, en todos los lugares de su línea en que el peligro era inminente, y
parecían flaquear, fue el terror del enemigo.”
Atonaltzin lo elevó en el campo de batalla a la categoría de Caballero
Tigre: Había pues realizado Anon Nau el deseo de Ita Andewi, y de ello, más
que orgulloso se encontraba satisfecho.
También fueron ascendidos varios jóvenes mixtecas y chochontecas a
grados superiores por su valiente conducta. Este primer combate tuvo lugar el 4
Itzcuintli o sea 26 de diciembre.
Muy temprano al día siguiente, se presentó Anon Nau a su Batallón
diezmado en la batalla, vestido con el traje de caballero Tigre, que de tiempo
atrás habían mandado hacer para lucirlo cuando lo hubiera ganado. Todos los
guerreros lo felicitaron y algunos de sus amigos íntimos al abrazarlo, le
recordaron el pasaje del arroyo de los pájaros en el sitio de la Roca Gris. El
Ejército de Atonatlzin se encontraba sereno y resuelto en sus puestos sin hacer
alarde de su espléndido triunfo. Aun no acababan las fajinas ambulantes de
recoger a los heridos y el botín, cuando los mexica volvieron a atacar a los
mixtecas y chochontecas como a las ocho de la mañana, con tal arrojo y bravura
que parecían más bien fieras que hombres.
En el centro de los defensores de la Mixteca resistieron con entereza el
ataque, sin perder un palmo de tierra. Cada soldado muerto por los mexica,
enardecía sus ánimos y cada jefe enemigo fuera de combate los hacía dar un
grito de alegría. Resistencia tan tenaz obligaba a los mexica a retroceder
desmayados y casi avergonzados para reponerse de las pérdidas, organizarse y
volver después a la carga.
En el ala izquierda hacían proezas de valor los chochontecas y los
montañeses y costeños, pues era atacada por triple número de guerreros
tenochca, pero sin éxito.
En el ala derecha se daban casos de heroísmo, pues combatían cinco
contra veinte o treinta, lo que admiraba a los mismos mexica.
Anon Nau, el guerrero afortunado era su sostén, pues a su ejemplo cada
soldado se hacía invencible. La pujanza de su brazo y el golpe seguro de su
macana le habían hecho temible de los mexica, quienes al verle decían
“Cuídense del tigre,” y se ponían en fuga despavorida hasta su campamento.
85
Cansados los mexica de combatir sin resultado, se retiraron a las 4 de la tarde para su
cuartel General, bien desmoralizados, dejando el campo con más de 4000 muertos y con 500
heridos, que no pudieron cargar.
Aunque Moctezuma no revelaba miedo, y sí gran enojo, se había
propuesto hacer el último esfuerzo para lavar la afrenta de sus tropas, y al efecto,
dispuso en la noche, que al día siguiente todo el Ejército atacara a su victorioso
enemigo.
Atonaltzin por su parte, dispuso sorprender a Moctezuma. Organizó en la noche los
Batallones de asalto, y a las 2 de la mañana del 6 de Mallinalli o sea 28 de diciembre, cayó
sobre él con tal arrojo y destreza, que en menos de una hora lo derrotó completamente y lo
persiguió hasta Tehuacán. Muchas armas y más de 4 000 prisioneros, así como gran cantidad
de provisiones fueron el fruto de esta espléndida victoria.
La sorpresa fue tan oportuna, que los Batallones tenochca, huyeron en su
mayor parte desarmados.
Anon Nau, jefe de la primera División de asalto, fue ascendido a Caballero Águila, y
marchó tres días después a desempeñar una comisión diplomática entre los tlaxcaltecas y
huejotzincas, aliados de los mixtecas.
Moctezuma entró avergonzado a México, y espero mejor ocasión para
tomar la revancha, pues su derrota lo colocó en una situación a la vez que difícil,
bastante comprometida.
La Mixteca tuvo en esta guerra 8 000 hombres muertos y 1 200 heridos.
Las armas que empleo fueron la flecha, el átlatl, la lanza, la macana de mango
recto y curvo y la porra.
86
XXVII
LUNA DE HIEL
87
XXVIII
NACIMIENTO DE CITLALTEMOC
88
Las abuelas se acercaron al lecho, contemplaron al nieto y lo besaron con
gran satisfacción.
Ita Andewi vio a su hijo, lo besó y bendijo. “Es el retrato de Anon Nau”,
dijo a la familia.
Al siguiente día recibió Ita Andewi las felicitaciones de sus parientes y
amistades, siendo el infante objeto de multitud de caricias.
El día 5º. tuvo lugar la ceremonia de imposición de nombre, muy parecida
a la del bautismo.
Reunida la familia y algunas amistades en la sala principal, se presentó el
sacerdote Coyolcoatl a las diez de la mañana y preparó el baño lustral con
plantas aromáticas. Vaciada el agua en un lebrillo elíptico que tenía pintadas
dentro y fuera varias figuras mitológicas, cogió al niño a quien le presentó la
partera y dijo a la familia:
“Puesto que ninguna señal funesta, ni figura alguna trazada en la rueda del
destino coincidió con el acto del nacimiento, y solo viose cruzar una exhalación
el espacio, propone que el infante lleve el nombre de Citlaltemoc, que es la
interpretación que corresponde al hecho”.
“Bien, dijeron todos, llámese Lucero que desciende, pues en verdad es un
lucero que cayó en esta dichosa casa”.
El sacerdote pasó al niño en brazos de la partera, oró ante la Deidad y
zahumó el agua por siete veces para santificarla. En seguida se acercó al niño y
dijo en voz alta:
“Hijo mío: El Hacedor del Cielo y de la Tierra te crió para que lo
conocieras, como es, sabio y bueno; pero antes te envió a este Mundo triste en
que solo encontrarás calamidades. Recibe Citlaltemoc en nombre de ese Dios
venerado, el agua que pongo en tu cabeza, que limpia y purifica, y que simboliza
virtud y ciencia.” Luego le puso agua en la boca y le dijo: “Toma el agua que te
ha de dar vida en el Mundo, porque sin ella nadie puede existir, y es un don de
Dios”. Después le puso agua en el pecho, que es fuente de virtud, y que limpia de
toda mancha, “sírvete para imprimir en tu corazón un manantial de bondades”.
Por último, tomó al niño y lo sumergió en el agua, y sacándolo luego, le restregó
con un lienzo blanquísimo el cuerpo, y exclamó así: “Infortunio, sal de este
cuerpo animado que pertenece a los Dioses y que tiene que cumplir con la
misión que trae de honrarlos, trabajar y sacrificarse por el bien de su pueblo para
merecer la recompensa en el Cielo”. Pasó al niño a brazos de la partera, y lo
zahumó tres veces para completar la santificación.
Colocado el sacerdote frente al altar, oró a la Deidad, y terminada la
oración, le pasó la partera al niño, el cual tomó en sus manos y se dirigió con él a
89
la puerta de la pieza. Estando en ella, levantó en alto al niño y lo ofreció al Sol,
diciéndole:
“Dios poderoso, origen de vida, recibe en ofrenda a este niño, que lleva el
nombre de Citlaltemoc, e infunde en su alma la virtud y en su corazón el valor,
pues lo crió el Gran Dios para que le conozca y sirva en este Mundo de dolor. Yo
te ruego, lo mismo que sus padres, lo hagas útil y bueno”.
En seguida lo ofreció a los dioses inferiores en estos términos:
“Celestiales dioses que moráis al lado del Creador, aceptad a este niño
como ofrenda, e inspiradle en todos los actos de su vida el amor al bien y el
horror al mal”.
Después lo ofreció a la Tierra diciéndole:
“Tierra santa, madre nuestra, yo te ofrezco esta criatura, que Dios te ha
enviado, suplicándote en su nombre que lo ampares y alimentes como tu hijo.
Hazlo dichoso, tanto en salud como en riquezas para que pueda servir a los
dioses y a sus semejantes en esta vida pasajera”.
Pasó después el niño a brazos de la partera y lo zahumó otras tres veces,
diciéndole: “Pongo en tus manecitas hijo mío, el arco y la flecha, acepta estos
útiles, pues has de saber que a este Mundo viniste a luchar, y ellos simbolizan,
trabajo, inteligencia y valor”.
Con este acto terminó la ceremonia, y tuvo lugar un banquete en que se
deseó al infante un cúmulo de felicidades.
A los siete días se levantó Ita Andewi de la cama, y el vigésimo tomó el
baño de purificación.
Preparado el temazcalli fue llevada Ita Andewi a él por los miembros de su
familia. Allí fue bañada por la partera y apretada convenientemente a fin de
ajustar los huesos, pues tenían la creencia los indios de que estos se aflojaban o
disolvían con el parto.
Terminado el baño pasó Ita Andewi, bien aseada, al altar en donde la
esperaba el sacerdote Coyocoatl. En el altar se encontraba la imagen del Dios
Creador y a sus lados dos hermosos floreros. Sentada frente al Númen con todos
los asistentes, oró el sacerdote, y acabado el rezo, sacrificó tres palomas que le
presentó Ita Andewi. Luego zahumó a la Deidad con incienso por tres veces y
volvió a orar. Ita Andewi oró también y al terminar dijo en alta voz: “Señor de
todo lo criado, os doy rendidamente mis agradecimientos por la protección que
os dignaste dispensarme en la hora difícil de mi parto, y os suplico me déis salud
y vida.”
El sacerdote se acercó a Ita Andewi, la zahumó cinco veces y le previno
que ayunara siete días.
90
Concluida esta ceremonia, regresó Ita Andewi con su familia a su casa y
en ella comió Coyolcoatl y varias amistades.
Temiendo las abuelas que Ita Andewi desmereciera en su físico con la
crianza, buscaron nodriza al niño y se lo entregaron para que lo amamantara.
91
XXIX
CAMBIO DE TEMPERAMENTO
92
“Con que este lugar tan pintoresco, dijo en seguida Oceloxochitl, es de
gratos recuerdos para ti”.
“Sí, replicó Ita Andewi. Aquí Anon Nau puso a mis pies un hermoso tigre,
que había cazado dentro de la selva y tanto su corazón como el mío sintieron esa
llama divina, sí, divina, que la humanidad conoce con el nombre de amor. Aquí
queridas hermanas, comenzó mi amor y aquí ha de acabar mi vida”.
Retirado del Sitio del Pocito, siguieron platicando con interés acerca de la
suerte de Anon Nau, cuya ausencia deploraba la familia. “Pronto vendrá, decía
Metztli a Ita Andewi, no lo dudes; deja de apenarte, y confía en los dioses, pues
ellos lo han de proteger en la guerra”.
Llegaron a la una de la tarde a casa y se sirvió la comida. Ita Andewi
comió con apetito. Su estado físico y moral había recibido una notable mejoría
con el cambio de temperamento.
A las 5 de la tarde convidó a sus cuñadas y las tres pasearon en el Bosque
de los Pinocotes, cortaron flores silvestres y se adornaron sus cabezas. Ya al caer
el Sol se dirigió Ita Andewi con sus hermanas a la Colina florida, en donde se
hincó y oró al Dios de sus creencias, pidiéndole para su padre el descanso eterno,
para su marido protección, y para ella consuelo y resignación en su desgracia.
Terminada la oración, se paró Ita Andewi, y dijo a sus compañeras: “Este
lugar que se llama Colina de Flores es mi templo, pues que en ella, como han
visto, tenía costumbre de orar todas las tardes y no quise faltar a mi devoción”.
Las tres tornaron a la casa contentas, y repitieron varios días sus paseos
selváticos, vigiladas de lejos o de cerca si convenía por los tres ancianos
domésticos, que flecha en mano ahuyentaban a las fieras.
93
XXX
MUERTE DE ITA ANDEHUI
94
Todos se alegraron con esta noticia, menos Ita Andewi, que ansiosa de
saber algo respecto de Anon Nau, interrogó a la informante que le dijera, si había
revelado el correo los nombres de los jóvenes muertos.
Atzcaxochitl le contestó, que el correo no había dicho los nombres de los
guerreros que habían sucumbido, y sí, que entre los veinte se encontraban dos
jóvenes valientes de Tilantongo.
Ita Andewi creyendo que uno de los guerreros muertos era Anon Nau, dio
un grito de dolor, y clavó la vista hacia el cielo.
Muchas observaciones se le hicieron en el momento para disuadirla de su
error. Su razón se había ofuscado y no les dio ascendiente alguno. “Veo muerto a
Anon Nau, decía, a los pies de tres guerreros enemigos. Infames... cegaron una
vida preciosa”.
Y poniéndose de rodillas con los brazos y cara al oriente exclamó:
“¡Dios mío! Anon Nau ha muerto, y sin él no puedo vivir. ¿Qué será de mi
sin su amor y su apoyo? ¿Por que me hundes en el camino del infortunio? Dios
poderoso, yo no puedo soportar tanta desgracia. Sí, sí, yo me muero de dolor, el
corazón se me sale de su lugar. ¡Dios mío, piedad!
Cayó convulsa sobre la meseta, y lanzando un profundo suspiro, arrojo a
continuación una borbotada de sangre por la boca. Los ancianos Ozomatli,
Yeicuatzin y Nahuiacatl sujetaron a Ita Andewi que saltaba casi moribunda al
borde del precipicio, pero como las contorciones enérgicas y desesperadas que
hacía eran superiores a sus fuerzas, fueron vencidos al fin y vieron rodar al fondo
con gran espanto y sentimiento, el exámine cuerpo de la bella cuanto
desventurada Ita Andewi.
Un momento después el cadáver de Ita Andewi se encontraba bocarriba
bañado por las aguas del arroyuelo.
Cozcaxochitl y Atzcaxochitl se privaron. Vueltas en sí, rompieron en
llanto, y bajaron de la Roca Gris con los ancianos a recoger el cadáver de Ita
Andewi, que fue conducido a su estancia, en donde Metztli y Oceloxochitl le
cambiaron ropa.
A las siete de la noche, la familia conducía el cadáver para Tilantongo, en
hombros de dos ancianos.
Instalada la familia en su casa, mandó Papalotzin embalsamar el cadáver,
al estilo indígena. Esta operación se ejecutó por dos médicos entre las 10 y las 12
de la noche. Después de esta operación, se le vistió con sus mejores ropas y se le
adornó con sus alhajas de oro. Dispuesto así el cadáver se le sentó en una silla y
comenzó el duelo.
La palidez del rostro de Ita Andewi, los contornos de su pecho, sus formas
apenas consumidas por el sufrimiento, su aspecto de dormida y su boca con
95
ligera sonrisa, hacían interesante el semblante del cadáver, pues inspiraba
curiosidad a la vez que un profundo sentimiento de condolencia por su prematura
muerte.
El duelo fue general Tilantongo, pues se tenía a Ita Andewi en alta estima.
Las damas, ancianas y ancianos concurrieron a la casa de Anon Nau llevando a
Papalotzin y a Cozcaxohitl la guelaguetza de difuntos. Todos los dolientes
fueron atendidos con chocolate y comidas según la costumbre indígena.
En la tarde tuvo lugar el entierro. Cuatro ancianos cargaron el cadáver en
silla de manos, envuelto en mantas, y lo acompañaron hasta la cripta de familia
muchas damas, ancianas y ancianos, pues los jóvenes casados y viudos se
encontraban en campaña.
Depositaron el cadáver en la cripta, le colocaron sus deudos a los lados
varias piezas de cerámica, cuatro númenes en cuadro, un retrato de barro a los
pies, penates y amuletos de piedra encima del sudario y vasijas con comida y
maíz para el viaje de la otra vida.
El oficio de sepultura lo desempeñó el sacerdote Coyolcoatl con gran
sentimiento, casi llorando.
La puerta de la cripta se cerró con una loza jeroglífica, dándose con este
acto fin a los funerales.
Los concurrentes se retiraron unos para su casa y otros para la casa de
duelo.
96
XXXI
RECEPCIÓN DE ANON NAU EN TLAXCALA Y HUEJOTZINGO
Anon Nau fue recibido por el Senado de Tlaxcala con los honores debidos.
En pie le transmitió el mensaje siguiente.
“Nobles y poderosos Señores. –El Rey Atonaltzin vuestro buen amigo, me
envió a vosotros con el fin de participaros, que ha tenido la gran satisfacción de
vencer a los mexica en la frontera de su Reino con el auxilio de los mixtecas que
pusieron a sus órdenes los Reyes de Tilantongo y Tututepec; que en el campo
dejaron muchos muertos y un gran botín de guerra, y que os aprovechéis de esta
victoria para hostilizar a Moctezuma Ilhuicamina en sus propios dominios, para
lo que está dispuesto a ayudaros con sus guerreros. Igualmente me encomendó os
suplique, como tengo el honor de hacerlo, que en caso de que Moctezuma vuelva
a la carga, le enviéis el auxilio que le tenéis ofrecido, pues quiere compartir sus
triunfos y sus desgracias con vuestros valientes guerreros. Entretanto, Nobles
Señores, recibid este presente que os envía de buena voluntad el Rey Atonaltzin
y que yo os ruego aceptéis, como una muestra de su caballerosa amistad.”
El Senado contestó el mensaje en estos términos:
“Señor embajador: El Senado de Tlaxacala se complace cordialmente del
brillante triunfo que ha obtenido la Chochonteca, derrotando en buena lid al
altivo Moctezuma, y felicita calurosamente por vuestro conducto al valiente Rey
Atonaltzin y a todos los dignos guerreros que militan a sus órdenes. Decid a
nuestro grande amigo el Rey de Coixtlahuaca, que cuenta con nuestra simpatías,
y que a su tiempo le mandará el Senado el auxilio de 6000 guerreros que le tiene
ofrecidos para que con los suyos escarmiente segunda vez a nuestro común
enemigo, si intenta como es probable, pero bien tarde, vindicar su honor. Por
ahora nada puede hacer Moctezuma, pues tiene en derredor de un Reino muchos
pueblos enemigos, que si obraran de acuerdo con Tlaxcala, como la
Chochonteca, acabarían con el poder de los Reyes Tenochca. En este sentido
trabaja el Senado y Moctezuma que sabe el peligro que lo amenaza, permanecerá
a la defensiva, mientras se rehace de elementos. El Senado recibe con gusto el
rico presente que por vuestro digno conducto le envió el Rey Atonaltzin, y en
justa reciprocidad, pone en vuestras manos este obsequio de joyas y ropas, para
que os sirváis presentárselo como señal de alianza, cariño y consideración.
Tlaxcala acepta, Sr. Embajador y agradece al Rey de Coixtlahuaca su generosa
ayuda, la cual pedirá en su oportunidad, pues sabe que cuenta con un amigo leal,
97
franco y desinteresado, por lo que se le tiene en alta estima, y hace votos por su
vida”.
Anon Nau se despidió del Senado y se dirigió a Huejotzingo donde fue bien
recibido del Gobernador Tenacellotzin, a quien comunicó la misma noticia,
entregándole un presente y recordándole la oferta que tenía hecha a
Coixtlahuaca. El Sr. de Huejotzingo se alegró de la buena nueva, ratificando a
Atonaltzin por conducto del Embajador, la buena disposición en que estaba para
ayudarlo con gente guerrera luego que Moctezuma marchara sobre la
Chochonteca. Además, correspondió el presente con otro de gusto y valor.
Terminada la misión de Anon Nau regresó para Coixtlahuaca y presente en
el Palacio Real comunicó a Atonaltzin y Sa’on Uni Ñaña el resultado de su
delicada cuanto importante comisión. Ambos Gobernantes quedaron satisfechos
de la conducta de sus aliados y acordaron poner en asamblea una parte de las
fuerzas para evitar perjuicios a la agricultura, a la industria y al comercio.
98
XXXII
REGRESO Y RECEPCIÓN DE LAS FUERZAS MIXTECAS
99
XXXIII
MUERTE DE ANON NAU
100
Inconsolable Anon Nau con el fin trágico de Ita Andewi, cayó en un
espantosa abatimiento, al que siguió después el extravío de su razón, signo
precursor de una futura desgracia. Tanto el Rey, como su familia y sus amigos
pusieron los medios que estuvieron a su alcance para evitarla y volver a la razón
al caudillo, pero fue en vano, porque se puso, si no furioso, sí amenazador, pues
no permitió que nadie le hablara ni se le acercara.
En uno de los arrebatos de desesperación, se salió Anon Nau de su casa y
se dirigió al Bosque de los Pinocotes, y en él, después de explorarlo y de
lamentarse tristemente en el Adoratorio, testigo de sus amores con Ita Andewi,
se encaminó silencioso y pensativo para la Roca Gris.
Mapatzin y Cuezpalintzin lo seguían furtivamente.
Ve la Roca, se para al frente de ella, y después de contemplarla, asciende
pausadamente a la meseta. Allí solo y desesperado, con el semblante lívido, el
cuerpo frío, el delirio en la cabeza, el alma muerta y el dolor en el corazón, se
queda estoico y pensativo, con la vista clavada en el Cielo. Su memoria busca
desesperadamente en lo pasado el día tranquilo en que para él tenía el Sol color
rosado, frescura y ambrosía el ambiente, perfume las flores, melodía las aves
canoras, alegría todo y reposo en el corazón. La felicidad sin Ita Andewi se había
hecho imposible.
Lanza un rugido y después arrebatado por el sufrimiento, exclamó así:
“Dios mío, por qué respetó mi vida la macana tenochca. Hubiera sido
mejor morir en el campo de batalla, que vivir condenado al sufrimiento.
Mándame la muerte. Oh dijo tocándose la frente, ¡qué imbécil soy! Los que
olvidan a los muertos es porque no los han amado de corazón. Esos seres son
unos ingratos... Los muertos nos han querido con toda su alma, y por eso el
muerto que nos ama, desde la eternidad nos llama, diciéndonos: Ven, no estés
separado de mí. Sí mi amada Ita Andewi, tú moriste por mí, tú no me has
olvidado, tú me llamas; voy pues a unirme contigo”.
Y se precipitó de la Roca Gris, oyéndose a poco un ruido siniestro
producido por el golpe del cuerpo. El Sol de la mañana del día 10 de marzo
alumbró el cadáver del valiente cuanto infortunado Anon Nau.
Ni Mapatzin ni Cuezpalintzin pudieron evitar esta desgracia, pues se
hallaban distantes de la Roca Gris. El anciano Nahuiacatl aunque estaba cerca,
no pensó en que Ano Nau se suicidara. Los tres recogieron el cadáver y lo
condujeron en un tapexco a Tilantongo.
El Rey a quien se dio cuenta de este lamentable suceso, lloró y ordenó que
se hicieran al caudillo Anon Nau suntuosos funerales tanto por su categoría
como por sus buenos servicios.
101
Papalotzin, Cozcaxochitl, Metztli y Oceloxochitl luego que vieron el
cadáver de Anon Nau, lanzaron un grito agudo y perdieron el sentido. “Tanta
desgracia, dijo Mapatzin a sus amigos, no es para menos. Mis ancianas tías no
sobrevivirán mucho, pues están ya muy achacosas”.
Embalsamado el cadáver y vestido con el traje de Caballero Águila, se
puso a la expectación pública en silla señorial.
El duelo fue general, pues nobles y plebeyos, jóvenes y ancianos, sintieron
la muerte de Anon Nau. Las familias ricas y pobres concurrieron a la casa
doliente, llevando a Papalotzin y a Cozcaxochitl la guelaguetza de costumbre.
Los funerales tuvieron lugar en la tarde del día siguiente.
El cadáver bien envuelto en sudario de mantas se colocó en silla funeraria
y fue cargado en hombros de cuatro capitanes y conducido a su última morada
por numerosa comitiva en el orden siguiente:
El sacerdote Coyolcoatl se colocó delante del cadáver con todo el séquito
eclesiástico, música guerrera, llorones y pregoneros.
La comitiva oficial, presidida por el Príncipe heredero Sa’on Kumi Ñaña
se situó detrás del cadáver y después del primer Cuerpo de guerreros.
Las exequias fúnebres se hicieron de trecho en trecho, pregonándose los
méritos del difunto. “Llorad hermanos, decía un viejo, la muerte del valiente
Anon Nau, honra de la Mixteca”.
Llegando el cortejo a la Cripta el sacerdote ejecutó el oficio de sepultura
teniendo al frente el cadáver, y terminando, se introdujo en la cámara y se colocó
al lado del de Ita Andewi. En su derredor se pusieron cuatro númenes, objetos de
cerámica con alimentos, las armas del difunto, y penates de piedra. A los pies se
le colocó una urna funeraria, cuya efigie era su retrato.
Los guerreros sacrificaron un perrito y lo depositaron en la cámara
sepulcral, con el fin de que acompañase al alma del difunto en el camino de la
eternidad.
Concluida la inhumación y cerrada la Cripta, se retiraron los dolientes para
la ciudad.
Algunas horas después, platicando varios amigos, entre los que se
encontraba el adivino Colotzin, este dijo a Mapatzin y a Cuezpalitzin: “Los
pronósticos de Anon Nau e Ita Andewi se han cumplido; los dos han muerto
trágicamente”.
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CONCLUSIÓN
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CONTRAPORTADA
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