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Técnica actual

Mi técnica tuuo 'SU.S raíces e n 14 creada por Melanie Klein para el


análisis de niiios. Se nutrió de ella durante muchos años, pero mi propia
experiencia me ha permitido hacer una serie de modificaciones, que consi­
dero trascendemales r que expondré a Lo largo de estos capítulo'S. Se
basan en una forma especial de conducir r u tilzi ar las entreuistn.s con los
padres, que hace posible reducir el psicoanálisis de niños a una relación
bipersonal como con los adultos. Destaco además la gran importancia de
la primera hora de juego r un hecho que considero decisivo: que todo
nitio, aun el muy pequeño, muestra desde la primera sesión la compren..
3ÍÓn de su enfermedad r el deseo de curarse.


••

V. La entrcvjsta inicial con los padres

Cuando los padres deciden consultarnos sobre el problema o enfer­


medad de un hijo les pido una entrevista, advirtiéndoles que �1 hijo no
debe estar presente pero sí informado de la consulta:.)
Aun que sugerimos la conveniencia de verlos a ambos, Jo frecuente
es que acuda la madre,) excepcionalmente el padre y muy pocas veces los
dos. En algunos casos muy especiales un familiar, amigo o institutriz
han venido en representación de los padres. Cualquiera de estas posibles
situaciones es, en sí misma, reveladora ·del funcionamiento del grupo
familiar en la relación con el hijo.

Cuando la entrevista es con ambos padres, cuidaremos de no mostrar
l
preferenciaV aunque inevitablemente se producirá un mayor entendimiento
con uno de ellos. Ese entendimiento debe servir para la mejor compren·
sión del problema y no para crear un nuevo conflicto.
Para formarnos un juicio aproximado sobre las relaciones del grupo
familiar y en especial de la pareja, nos apoyaremos en la impresión que
1 tengamos al reconsiderar todos los datos consignados en la entrevista.
Esta no debe parecerse a un interrogatorio, en el cual se sientan enjui­
ciados. Por el contrario, Lhay que tender a aliviarles l a angustia y la
culpa que la enfermedad o conflicto de un hijo despiertan y para eso •

debemos asumir desde el primer momento el papel de terapeutas del hijo


y hacernos cargo del problema o del síntoma:) ,
Los datos que nos dan los padres suelen ser inexactos, deformados
o muy superficiales, pues no suelen tener un conocimiento cabal de la
situación y ldurante la entrevista olvidan parte de lo que sabían debido a •
la angustia que ésta les provoca.JSuelen vivirla como un enjuiciamiento.
Además, .no pueden, en un tiempo tan limitado, establecer una relación tal
con el terapeuta -hasta entonces persona desconocida-, que les permita
profundizar en sus problemas.
No consideramos conveniente finalizar la entrevista sin haber logrado
\ los siguientes datos básicos que necesitamos conocer antes de ver al niño:
a) motivo de la consulta; b) historia del niño; e) cómo s e desarrolla un
día de su vida diaria, un domingo o feriado y el día de su cumpleaños;
d) cómo es la relación de los padres entre ellos, con sus hijos y con 1
el medio familiar inmediato.
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76 AR:\IINDA AOERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOAI'\ÁLISIS DE NIÑOS 77

Es ncce!'ario Lque esla enlre\·isla sea dirigida y limiladaJ de acuerdo


.'

abierto con deseo de abortar e intentos realizados, o si lo accpt:�ron con


con un plan previo, porque de no ser así los padres, aunque consciente· • alegría:J
mente vienen a hablar del hijo, tienen la tendencia a escapar del tema les pregunto luego lcómo evolucionaron sus sentimicntos,J si lo acep· •

DJedianle confidencias sobre ellos mismos. La entrevista que hemos acor· taron, se sintieron felices o se ilusionaron, porque desde que un mno
dado es t_P:tra que nos hablen del hijo y de su relación e�n éiJY no debemos es concebido todo lo que acontece es importante en su evolución posterior.
abandonar eslc criterio duranle lodo el curso del tratamiento. Como ya • 1
Todos los estudios actual�s ponen su énfasis en In relación de la madre
hemos dicho, necesitamos obtener los datos de mayor inlerés en un tiempo con el hijo y es un hecho comprobado que Lcl rechazo emocional de la •

limilado, que fluctúa enlre una y tres horas. ' madre, ya sea al sexo de su hijo como a la idea de tenerlo deja huellas
La ordenación anleriormente referida fue elegida por mí después profundas en el psiquismo de éste0 Por ejemplo, el niño que nace con
de probar muchas otras y trataré de fundamentarlas. la misión de unir una pareja en trance de separarse, lle\•a el sello de este
esfuerzo. El fracaso determinará en él una gran desconfianza en sí mismo
a) Motivo de la consulta y en su capacidad para realizarse en l a vida 1 • ,·

Si he resuello inlerrogar primero sobre el motivo de la consulta es .1 La respuesta que brinda la madre n cómo sobrellevó su embarazo nos
r
indica cuál fue la iniciación de la vida del hijo. No espero que la
lporque el escollo inicial más difícil para los padres es hablar de lo que no
respuesta sea un fiel reflejo de In verdad, pero, en cambio, lo que los
anda bien en y con el hijoj La resistencia a hacerlo no es consciente;
• •

padres nos dicen confront:�do con el material ofre.cido por el niño, será
ésta ya la han vencido cuando decidieron consultarnos. Para ayudarlos,
de gran utilidad en la im·estigación :!. En algunos casos hubo al principio
hay que tratar de Ldisminuir el monto de angustia inicial y es lo que
una ocultación consciente de hechos imporlanles, sin embargo, la mayoría
se logra al hacernos cargo de la enfermedad o conflicto y al enfrentatnos
dr las veces se trata deLolvídos, omisiones o deformaciones de recuerdos por,
con éste desde el primer momenlo, situándonos como analistas del hijo;)
conflictos inconscientes 3.1 A veces este olvido fu e tan llamativo e incom­
Deben sentir que todo lo que recuerden sobre el motivo de la consulta
prensible que sólo la frecuencia de hechos similares -en mí experiencia y
es importante para nosotros, >' en lo posible registraremos minuciosamente
") en la de otros analistas--, me permitió aceptar que no se trataba de un enga­
Llas fechas de iniciación, desarrollo, agravación o mejoría del síntoma
ño consciente ni de una ocultación voluntaria -me refiero a casos en los
para luego confrontarlas con las que consignemos en el transcurso de la cuales hubo abortos no mencionados, antes y después del nacimicnlo del
entrevista. paciente 8 o circunstancias de la vida familiar durante el embarazo comple­
Al sentirse aliviados recuerdan más correctamente los acontecimien­ tamente olvidadas�.
to!' sobre los cuales los interrogaremos en la segunda parte. Sin embargo, Aunque en realidad muchos niños no son deseados por sus padres
• dt:bemos aceptar que Lcon frecuencia ocurren olvidos totales o parciales -por lo menos en el momento de la concepción-, la respuesta. que obtene­
de hechos importantes, que meses después nos comunica el niño estando mos en la mayoría de los casos es que fueron deseados, y si aceptan el
en tratamiento.\ También los padres -siempre que por la mejoría del hijo rechazo lo atribuyen ni otro cónyuge. Similares dificultades se presentan
haya disminuiáo suficientemente la angustia quo ·motivó el oh•ido- podrán cuando interrogamos sobre el embarazo y parto. Es casi la norma que
recordar las circunstancias desencadenantes reprimidas en la entrevista e!l los antecedentes consignados en la primera entrevista leamos: "Hijo
inicial. deseado, embarazo y parto normales", y es en cambio muy poco frecuente
No obstante esta ine\·itable limitación, los datos obtenidos son valio­ que estos datos se mantengan en la historia reconstruida.
sos no sólo para el estudio del caso, sino también porque pueden ayud_ar· Por ejemplo, nos consultaron por una niña de dos años y medio a
nos a comprender la etiología de las neurosis infantiles, capacitándonos quien se le había diagnosticado una epilepsia primero y luego una oligo­
así para una taren de profilaxis. frenia. En los antccodentes aparecía como hija deseada de un matrimo­
La Lcomparación de los datos obtenidosj durante el análisis del niño nio bien avenido; tenía una hermana de tres meses y la madre no recordó
con los suministrados por los padres en la entrevisla inicial. es de suma dificultades n i antes ni durante el embarazo.
importancia para valorar en profundidad las relaciones con el hijo.
1 E.!to ae comprobó en todos los casos en que se analizaron niiios nacidos para
L) Historia del niño cumplir tal misión.
2 cr. Capítulo xm.
1
.
l\'le interesa saber la l!espuesta emocional -en especial de la madre-­ 3 Cl. Capítulo XIV.
ante el anuncio del embarazo , si fue deseado o accidental, si hubQ rechazo • Cl. Capítulo XIJJ.
- .


1

78 ARMINOA ABERASTURY
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t
TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NINOS 79
¡
Al parecer, la niiia nació de un parto normal y tuvo un des:1rroUo en su inconsciente todo está grabado. No debemos, pues, desconcertarnos

sm trastornos h:.sta los 9 meses, edad en que sufrió un desmayo mientras si al interrogatorio sobre el parlo suelan respondernos solamente si fue
la madre la bañaba. Recordó ésta que quiso reclinar hacia atrás la largo o corto. Conviene. preguntar si fue a término, inducido, si se dio
cabecita para Jn,·árscla y en ese momento la niña perdió el conocimiento. anestesia, qué relación tenia la madre con la partera o partero, si en
A los 13 meses se presentó In primera convulsión. Relató la madre que el momento del parto conocían bien el proceso, si estaban dormidas o
. d�piertas, acompaiíadas o solas. � sta s preguntas abren a veces nuevos
en aqu �lla oportumdad llevaba en brazos a su hija y también cargaba
caminos al recuerdo siempre que el terapeuta mantenga durante la entro·
�on v �n os paquetes. Al caerse uno d e ellos, dejó a la niiía en el suelo; vista el espíritu que hemos señalado y ayude sobre todo a valorar la im·
.
e!'ta sub1tamente cayo, y perdió el conocimiento, siendo luego internada.
Veamos ahora las condiciones reales en las que fue concebida y portancin de l a relación con el hijo.)
1115 del embarazo ! �art? así como el camino por el cual llegarnos a Cuando obtuvimos suficiente inÍOrmación sobre el parto preguntamos
� i la lactancia fue matcrnn:.1 De ser a.sí nos interesará saber é el bebé
!
estos datos Por JOOICIJCion de la analista consultada inicialmente G Ja
.:
·

m:.d:� entro en un grupo de orientación del cual yo era la terapeuta y tenia reflejo de succión, si se prendió bien al pecho y a cuántas horllS
la hiJa comenzo_ un análisis individual G. de�pués del nacimiento, así como las condiciones del pezón� Luego intcrro-
--
·

garemos sobre elt. ritmo de alimentaciónú no sólo la cantidad de horas que •


legamos poco a J!O.� a un sorprendente fluir de recuerdos que
.� dejaban libres entre mamada y mamada sino también cuánto tiempo suc·
modrfrcnron los datos IDJCI:Jies. En efecto, recordó la madre que con
cionaba de cada pecho. No es frecuente la alimentación a horario y a
:.nterioridnd había tenido un Laborto de 3 meseSl y durante el embarazo
un ritmo determinado por la madre. Lo más común es que no limiten

de la paciente, al cumplirse el Ltercer mesd se habían producido pérdidas


_ el tiempo de succión, no respeten los intervalos entre las comidas y no
como en el pnmer embarazo. E l médico acon�ejó un raspaje señalándole
tengan una hora fija para iniciar la alimentación.
que aun cuand �. el embarazo llegase a término, se correría el peligro de
dar a luz un hiJO enfermo. No obstante esta indicación médica In madre LEsto hace que la madre se sienta abrumnda por la obligación de ,
-. .
�e empeno en conllnuar el embarazo y guardó cama hasta el momento alimentar a su hijo. Si no tiene una horn determinada paro empezar 1•
del parto. ni un lapso regular entre las comidas, toda su propia vida se \'e limitada
y no sabrá nunca cuándo podrá disponer de tiempo para ell� Por eso
Durante la sesión de grupo en la que recordó esta circunstancia relató
1
}
• muy conmovida y In forma en que se establece la relación con el hijo nos proporrionn
asombrada que siendo niña Jugaba a que sus U:uiíecas
uu dato importante l no sólo de la historia del paciente sino de In madre ·

e an "taradas" Y ella l as curaba! ! Cuando el médico le ad,·irtió la posi­
�.
bllrdad de tener un . �IJO
. .
enfermo recordó esa vieja fantasía infantil de
i y de su concepto de la matemidadfo de suma importancia en el desarrollo"
. .
maternrda? Y resolvro cuidarse para tenerlo sano, lo que le dio fuerzas posterior del niño la forma en que se establece la primera relación postna­
para segu1r adelante e inmovilizarse en cama tai.J Conocemos bastante la trascendencia del trauma del nacimiento durante
toda la vida del sujeto: la observación de lactantes y el análisis de niiíos

En el m�mento del parto se presentó una complicación 7 y cuando


. pequeños nos han enseñado mucho sobre la forma de ayudarles a
ya rban n aplrcar el fórceps la madre hizo "un esfuerzo supremo" para
. elaborar ese trauma. Uno d e los elementos primordiales a tal fin es
ev1tarlo y en efecto no fue necesario recurrir a él. La nuía nació con
tJacilitarle al bebé un suficiente contacto físico con su madre luego de nacer.l•
tuna luxación congénita de cadera y al tercer mes -d mismo en eJ
Este contacto debería aproximarse lo más posible a la situación intra­
que aparecieron las pérdidas y se inició la inmovilización- la madre
uterina y establecerse cuanto antes, pues así será de mutua ayuda.LJ>ara el
decidió consultar por la luxación . Inmovilizaron n la niña hasta los
9 meses, coincidiendo esta fecha con la del parto e inmovilización de la
niño porque empieza a recuperar en parte lo que ha perdido y sin una 1
excesiva demora que, al aumentar su frustración y desamparo, incrementa • • •

sus tendencias destructivas dificultándole su relación con la madre/Para \


madre. E �te esclarecimiento fue el resultado de las interpretaciones que
se ': hacran en el �rupo y de la mejoría de la hija en tratamiento qÍJC,
. la madre porque el nacimiento del hijo es un desprendimiento que le

alrv1an o su angustra y culpa, le permitió recordar más fácilmente los
repite su propia pérdida de la madre. Dar es para ella una renovación
acontecrmientos que iniciaron la grave enfermedad de la niña.
J Difíc�lmentc las madres recuerdan y valornn conscientemente la
constante de lo que ella misma recibió cuando hija; por esto cuanto más

j .
1mportancra de los hechos relacionados con el embarazo y parto, pero
da y en mejores condiciones, más se enriquece su vinculo con la madre
interna. La indicación tan frecuente de llevar al bebé lejos de la madre
5 SUSA;o/A L. Dt FtJtROI. para que ésta d�canse es totalmente errónea porque ni uno n i otro des­
6 Con GnA H. DE RoSENTHAL. cansan bien al estar frustrados en esa necesidad tan intensa. Otra finalidad
7 Una mala rolación de cabeza.

1
-
80 ARMINDA ADERASXURY TEORÍA y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NJNOS 81

••• de establecer Luna lactancia a ritmo regular y no librada a la necesidad 1 Estos detalles de la relación con el hijo, que a menudo no consegui­
expresada por el niño es la ayuda que le ofrecemos así al bebé para mos de la madre, van surgiendo poco a poco del material del niiio cuando
dominar la ansiedad -unn de las más arduas tareas a la que está some­ éEte se analiza . �o todo lo que él espera del mundo es alimento y tampoco •

tido el yo después del nacimiento-:.J En efecto, con la alimentación a � todo lo que una madre puede darle.JIIoy sabemos que madres que no

" horario se le ofrece Lestabilidad en el suministro, estabilidad que surge l1an dado pecho a sus hijos, pero que tuvieron muy bue� contacto con é�
del hecho de que el objeto sea el mismo.!) en condiciones semejantes, si determinaron una mejor imago materna que en el caso mverso, en el que
es posible siempre en el mismo cuarto, en la misma silla- y postura y habiéndole dado e l pecho no tuvieron contacto afectivo y no le ofrecieron
con iguales intervalos. Todos sabemos lo fácil que es para el niño adoptar gratificaciones surgidas de una buena � nexión. Por tod� s estos mot�vos
.
un ritmo cuando hemos encontrado el que le con\·iene. Por eso después lo que sabemos de la lactancia de un nmo luego d: esa pnn c;� entrev•:� a,
de los primeros tanteos en los que se fluctúa entre intervalos de dos horas es sólo un comjenzo de lo que sabremos a traves del aná!Js1s � del mno
y media a tres y media, �e elige el ritmo más adecuado y se respeta. El y eventualmente de nuevas entrevistas con los padres que son útiles, espe·
conocer las horas libres del día es útil no sólo para la madre que necesita eialmehte para la confirmación e investigación de nuevos datos.
trabajar, sino para aquella cuya única exigencia -aparte del bebé­ Cuando preguntamos a las madres cuántas horas después del parto
sra cuidar de sí misma. Cuando una madre nos refiere las características ''icron a su hijo y lo pusieron al pecho, suelen asombrarse y no recor·
de la lactancia debemos insistir en saber lo más posible sobre cómo se darlo.' Emociones tan intensas genernlmcnte están totalmente reprimidas
• han cumplido estas exigencias básicas para ambos. LUna madre sana no por conflictos. La experiencia muestra que cuanto mejor ha sido esa primera
necesita consejos para criar a su hijo y la comprensión de sus necesidades relación más fácil y detalladamente la recuerdan.
la lleva instintivamente a darle contacto, cariño y alimentO:J Es sólo por Si la madre no ha podido alimentar a su hijo o lo ha hecho muy
inhibiciones o deformaciones del ser humano que estos hechos básicos poco tiempo, conviene preguntar en detalle la forma en q!J� le dio la
deben ser enseñados, o más bien diría, reenseñados. Nada de lo que mamadera: si lo sostenía en íntimo contacto con su cuerpo o SI se la daba
acontece en el bebé -hombre, ·frío, sed, necesidad de contacto, ropa ade­ acostado en su cuna, si el agujero de la tetina era pequeño o grande
cuada- escapa a lo comprensión de una madre que siente que está ligada y cuánto tardaba el bebé en alimentarse. .
a su hijo por algo tan sutil y firme como lo fue el cordón umbilical en 1...E I niño al reviví� s u la�laneia duran'e
. el tratam: ento nos muestra •
. .
la vida intrauterina. Sin embargo, frecuentemente, cuando el niño llora en su juego detalles s1gmf1callvos.J Un pac1ente de 2 au?s se preocupaba
se alarma y su primera reacción es darle alimento; suele desesperarse si casi exclusivamente de pesar la comida en una balanc1ta, y trataba de
8
no lo acepta; pero es común que un bebé llore porque está reviviendo que los dos platillos estuviesen a la misma altura. Cuando la terapeuta
una mala experiencia que le produce una alucinación y que baste la voz preguntó a la madre -que era muy obsesiva- las características de la
afectuosa de la madre, una mirada sonriente, el contacto físico con ella, Jactancia, ésta relató que pesaba al niño después de cada mamada Y que
que lo mezca o le cante, para contrarrestar con una experiencia actual le tenía exactamente el mismo tiempo en cada pecho.
•• placentera la mala imago interna que produjo la alucinación.LEs en cambio Siguiendo con la historia preguntaremos�ómo aceptó el bebé . el cam·'
bio de alimentos del pecho a la mamadera, de la leche a otros ahmentos,
r
probable que un niño que está reviviendo una mala experiencia con el
pecho, quizá porque en ese momento tiene dolores o un cólico, sienta de líquidos a sólidos como p��illas o carne, que le. �x_ige masticació�
como un peligro esta nueva oferta de aHmento, lo rechace o lo tome con Sabremos así much o sobre el mno, la madre y las\J>Os1b1lidades de ambos
temor.:J para desprenderse de los viejos obj�tos;.1El pasaje . �el p�cho a. otra fue�te
Si se le obliga y él no puede defenderse, l o ingiere, reforzando así .
J
) la imngo terrorífica. Por eso es de gran utilidad para comprender la rcla­
de gratificación oral exige un trabaJO de elaborac1on ps1colo�1ca, que 1\le­
lanie Klein descubrió similar al esfuerzo al cual se ve sometido el adulto
( ción madre-hijo interrogarla sobreJa forma en que solía calmarlo cuando cuando elaboro el duelo de un ser amado.4f.a _forma en qu� el niño ?cepta]
lloraba y cómo reaccionaba cuando pretendía alimentarlo y él rechazaba esta pérdida será la pauta de conduela de com� �n su v1da pos��nor se r
el alimento ¡j esto también puede enseñarnos mucho sobre las primeras expe­ enfrentará con las pérdidas sucesivas que le ex1g1ran la adaptac10n a la '•
.
riencias del niño. realidad 11• J
En cambio no nos dice nada la respuesta global que se consigna Una madre que ha solucionado bien este problema en su propia in-
habitualmente en los antecedentes: "lactancia materna hasta los S, 8 ó 9
a EuZABETH C. nt GARMA.
meses". De esta manera no se logra sino una fórmula bajo la cual hay mucho en !os
9 Ku:tN, MtLANn:: El plicoanálisis de niños, Ulpítulo VI, "Neurosis
que investigar.
niños", p:íg. 111.
82 ARMil'iDA ABER.ASTURY TEORÍA Y TÉCl\,CA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 83

fancia o lo ha elaborado a través de un tratamiento psicoanalítico, solu· los mnntienen en un régimen de vida que corresponde a los 3. Por eso
cionará estas primeras dificultades del niño empezando lentamente, insis­ cuando preguntamos a la madre a qué edad caminó su hijo estarnos pre·
tiendo o dejando tcmporariamente el intento. Si nos informa que frente guntando si cuando él quiso caminar ella se lo permitió de buena gana,
al cambio de alimentos el bebé reaccionó con r�hazo, preguntaremos los si lo favoreció, lo trabó, lo apuró o se limitó a observarlo y responder
detalles de cómo se hizo, si fue pacientemente o con irritación, pudiendo a lo que él pedín. Pocas son las veces en que este desarrollo ocurre nor·
así ir reconstruyendo el cuadro. malmcnte. EI andador es, por ejemplo, un sustituto de la madre que es
L
Es impo�tante Jnvestigar la fecha del destete y sus condiciones .:( A mejor que la inmovilidad, pero no reemplazará nunca los buenos brazos
veces dcscubnmos que el chupete o la mamadera se han mantenido hasta de la madre que lo ayudnn a caminar y se le ofrecen como una continua·
los S ó 6 años, aunque hayan dicho al principio que el destete ocurrió ción de sí mismo para iniciar experiencias en el mundo, llevándolo a él '
a los 9 meses. placenteramente y sin apuros:JL_EI niño que pued�? así identificarse con la (
Las relaciones de dependencia e indepcnd�!"cin entre madre e hijo marcha de la madre incorpora en su yo la habilidad para camin:�r!l Su
J L .

se refleJan también en el interjuego que se inicia cuando un bebé co· desarrollo se hará por un crecimiento gradual de posibilidades por medio
/ mienza a sentir necesidad de moverse por si mismo y lo expresa:J La de las queLbusque comer, dormir, hablar y caminar como sus padres.J De

madre puede ver o no esta necesidad y t.!rustarla o sal isfa cerl a.J ntre el acuerdo a lo que el niño en su fantasía inconsciente está recibiendo de

••• S tercer y cuarto mes de \'ida el niño entra .en un período en el que su
psiquisrno es sometido a exigencias nuevas y definitivas, que se concretan
ellos, la enseñanza se incorporará como logro del yo o entrará a formar
parte de un superyó censurador que lo trabará, o lo hará caerse y lasti-
marsc cuando quiera caminar y no se sienta permitido ampliamente des·
; • ·

en la segunda mitad del primer año de vida con la iniciación de l a marcha


y el lenguaje lCJ de dentro ..
Cuando el niño pronuncia In primera palabra tiene l a experiencia Cuando interrogamos sobre este punto las respuestas de la madre
de que ésta lo conecta con el mundo y es un modo de hacerse comprender. esclarecen mucho sobre t:' u capacidad de desprenderse bien del hijo:;
.r LLa aparici ?n ?�1 objeto que n �rnbra, así como. la reacción emocional ante Pueden decirnos, por ejemplo, que siguen teniendo nostalgia de cuando
era un bebé tan rico y tan limpito, o comentar que si bien les dio mucho
su logro, J usllfJcan sus creenc1as en la capac1 dad mágica de la pnlabra:J
Inicialmente ésta es una l!elación con objetos intemos1.1 como antes fue trabajo en ese momento, daba gusto verlo hacer un progreso cada día.
el laico 11 y por el aprendizaje gradual y las pruebas de realidad el len· tPara el niño la marcha tiene el significado -entre muchos otros- •

guaje se transforma en un sistema de comunicación. Estas conclusiones de la separación de la madre, iniciada ya con el nacimientO;.] Por lo tanto,
que son el resultado de observaciones de lactantes y de tratamientos ana· la madre comprensiva deja caminar a su niiío sin apurarlo n i trabarlo
de modo que el desprendimiento sea apacible y gozoso, ofreciéndole así

;
líticos de niños que sufrían trastornos de la palabra hacen que el interro·
gatorio sobre iniciación y desarrollo del lenguaje sea de suma importancia una pauta de conducta que lo guiará en sus pasos en el mundo .
para \'alorar el grado de adaptación del niño a la realidad y el vínculo Preguntamos ¡Ji el bebé tenía tendencia a caerse al comenzar a cami-
nar y si posteriormente solía golpearse, porque las respuestas nos aclaran

{ }
que se ha establecido entre él y sus padres.
• ,.

sobre el sentimiento de culpo y sobre In forma de elaboración del com·


El retraso en el lenguaje o inhibición en su desarrollo son índices de
piejo de Edipo� La tendencia a golpearse o a los accidentes es índice de
una seria dificultad en la adaptación al mundo.
una mala relación con los padres y equh·:�le a suicidios parciales por una •/·
Es frecuente que los padres no recuerden la edad en que el niño
maJa canalización de Jos impulsos destructivos.
pronunció la primera palabra o el momento en que se presentaron los
En l a eegunda mitad del primer año se intensifican en el niño ten·
trastornos.LEn este período de la vida l a figura del padre cobra una gran
dencias expulsivas que se manifiestan en su cuerpo y en su mente. La
importancia y su ausencia real o psicológica puede trabar gravemente
•••

proyección y In expulsión son la forma de aliviar las tensiones y si estos •

el desarrollo del niño aunque la madre lo comprenda bien y lo satisfaga:J


'

mecanismos se traban, las cargas emocionales se acumulan produciendo


Nos encontramos a veces con niños de lO y ll meses cuyas madres l
.síntom:u¡.J
Uno de los más frecuentes en ese período de la vida es ·elynsomnio¡J
10• PlCHON �!VJi:RE, ARMINOA ADtRASTURY DE: "Ln dentición, la marcha y el
éste y muchos otros se incluyen en los cuadros patológicos habituales del
le ngu �¡c en relac1on con la po!ición depresiva". Revúta de Psicoanálisú, tomo XV.
enero ·¡um_o de 1958. niño durante el periodo de la dentición 12, que por lo tanto merece nuestra
11 ALVAREZ oc TOLEDO LulsA C. or, PICIION RIVIi:R& ARMINDA .\ntRAsrun\·
1: PlcHON RIVIi:RE, ARMINDA AotRASTURY DE: "Tras tornos emocionales en el niño
or.: "Ln música y los instrumentos musicales". Rcv. de Psicoanáli:Jis' tomo T' P "o'
""
185-200. •inculados con la dentici6n". Rev. de Odontolocía, vol. 39, N9 9, agosto de 1951.

• • •


84 ARMINOA ABERASTURY
, , ,

TEORJA Y TECNICA DEL PSICOA.NAUSIS DE NINOS


-

85

r especial atención. Nos interesará saber Lsi la a parición' de las piezas den­ y cumplen la función de tranquilizarle de sus angustias de vaciamien t � �
) torios se acompañó de trastornos o si se produjo normalmente y en el normales a esa edad. ¡}'asado el primer año, por el proceso de simboliza. ,
•••

momento adecuado:.� Interrogamos luego sobreLel dormir y sus carnctc­ ción y por la actividad de juego que ya es capaz de realizar, las cargas
··
rísticas porque están muy relacionados:kEn caso de haber trastornos de positivos y negativas puestas en esas sustancias se han desplazado a objetos ,:J.
y pc �sonas del mundo exterior, pudiendo así desprenderse de ellas sin
sueño preguntamos cuál es la conducta con el niño y cuáles son los sen­
timientos que despierta en los padres el síntoma;) E s importante la des­
.
exCesiva angusba:J
J
cripción del cuarto donde duerme el bebé, si está solo o si nect!>ita la El L aprendizaje temprano le impone ese desprendimiento antes de·


{ presencia de alguien o alguna condición especial para_ conciliar el sueii2:¡
Durante l a dentición pueden aparecer trastornos transitorios de sueño,
que .se a�� avan o desaparecen de acuerdo a cómo el medio ambiente maneJe
que disponga de los sustitutos que va adquiriendo por una creciente ela­
boración y por la adquisición de logros vinculados con la marcha y el '
lenguajeJ
)a SJtUaCJOn. Si el aprendizaje �demás de ser precoz es severo, es vivido como'
un ataque de la madre a su interior, como retaliación a llUS fantasías
:.· (J de laEste problema es uno de los más perturbadores en la
madre y pone a prueba su maternidad 13•
vida emocional
que en ese período están centradas en la pareja parental en coito y j··(
El uso del �hupete como hábito destinado a conciliar el sueño es traerá como consecuencia una inhibición de estas fantasías con trastornos
uno de los factores que favorecen el insomnio� Los padres suelen decir en el desarrollo de las funciones del yo lG,_j ,
que el bebé no duerme si se lo quitan. En nuestra experiencia con grupos Las respuestas que la madre nos dé sobre este punto no sólo nos
de orientación de madres, analizamos sus reacciones frente a este proble­ orientan para valorar la neurosis del niño, sino para comprender el vínculo
ma, encontrando que ¡Ja dificultad no era del bebé sino de los padres, que tiene con el hijo .
que postergan la decisión o crean situaciones que dificultan solucionar Son pocas las madres que recuerden con exactitud estos datos. Feliz·
el problcmaj mente el material del análisis de niños y en especial el de niños pequeños
El ldestete que habitualmente ocurre al final del primer año de vida nos ha permitido reconstruir posteriormente estas experiencias y las hemos

1J significa mucho más que dar al niiio un nuevo alimento. ÍEs In elabora·
ción de una pérdida definitiva y depende de los padres el que s e realice
con menos dolor; pero esto sólo pueden hacerlo si ellos mismos lo han
podido comparar ulteriormente con lo que los padres recordaron más
tarde 16•
Uno de los primeros casos que me orientó en esta investigación fue
elaborado bien;1 el de una niña enurética. La madre había relatado en la entrevista inicial
Cuando sabemos a qué edad y en qué forma se realizó ell!=ontrol de que' el control de esfínteres se había iniciado con mucha paciencia y
esfínteres, se amplía .nuestro conocimiento sobre la madre.J Hemos encon­ cuando la niña tenía más de un oño . Sabíamos teóricamente que un niño
trado que si el aprendizaje del control de esfínteres Les muy temprano, ccn ese trastorno siempre había sido sometido a un aprendizaje precoz :y
muy se\·ero, o está ligado a otros acontecimientos traumáticos, conduce severo. Descubrimos luego a través del material de esa niña que en su
a graves trastornos, en especial a la enuresilY Por eso el terapeuta debe caso también había sido así. En una entrevista ulterior, luego de meses
preguntar la edad en que se empezó el aprendizaje, la forma en que se de tratamiento gracias al cual mejoró notablemente el síntoma, la madre
realizó y la actitud de la madre frente a la limpieza y suciedad 14• recordó con asombro que la hija había recibido un aprendizaje en dos
Un bebé de pocos mesa no tiene un desarrollo motriz que le permita tiempos y que ella en la entrevista inicial había recordado solamente e l se·
permanecer sentado en el orinal o levantarse a voluntad; éste es uno de los gundo. Había olvidado en cambio que cuando su hija tenía 15 días, la sue­
motivos por el cual se aconsejal!_niciar el aprendizaje cuando el niño dispone gra, que vivía con ellos, insistió en iniciar el control de esfínteres contra su
de la marcha;} Desde otro punto de vista,l!lo es conveniente un control pre­ voluntad y con e l consentimiento del marido. Esta situación fue una de
muturo si se considera que l a materia fecal y orina son sustancias que las tantas en que se expresó el conflicto entre la pareja. Las circunstancias
tienen para el inconsciente el significado de productos que salen del cuerpo en que se inició este primer control y el conflicto matrimonial subyacente
explican el olvido de la madre.
13 Es conocido que uno de loa métodos de tortura más eficaces parn lognr una Cuando interrogamos sobre lenfermedades, operaciones o traumas,!)
confesión ea el de despenar ni interrogado apenas ae ha dormido, Juego se le permite consignamos en la historia no sólo la gravedad sino también la reacción
dormir otra vez para deapertarlo en cuanto concilia el sueño. La repetición conlinunda
de este mélodo debilita el yo a tnl punJo que ya no puede defender su convicción
.
consciente de permanecer c allado 15 C!. Capitulo lX, caso Patricia.
u C!. Caphulo XIIT. 16 Cf. Capítulo XIII.


1
86 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DF. NIÑOS 87

emocional de los pndres. Es frecuente el olvido de las fechas y de las que el niño tendrá de sus necesidades instintivas_:l Lo que hoy conocemos
. .
circunstancias de la vida familiar que acompañaron estos acontecmuentos. sobre la vida instintiva del niiio )' sobre sus manifestaciones tempranas
Quiero nquí señalar u n caso muy llamativo de olvido donde puede causa asombro a los adultos. Freud también causó asombro y rechazo cuando
verse muy bien cómo la intensidad de éste se debe a la gravedad del descubrió que el niño al mamar no sólo se alimenta sino que también
conflicto.
�-
goza. Afirmar hoy que un niño de un año se masturba o tiene erecciones
Me consultaron por u n niño muy tímido de 7 años, que tenía . inh y la niña conoce su vagina y que ambos sienten deseos de unión genital
bicioocs de nprendiznje. En los antecedentes no fi� uraba nada que ¡us� · se opone a todo lo que hasta hoy se aceptaba sobre In vida de un bebé

ficase la gravedad del síntoma. Cuan o interr�gue a 1� madre de Raul y también despierta rechazo.
sobre situaciones traumáticas en los pnmeros anos de v1da, la madre res· Cuando preguntamos si el niño realiza sus actividades sexuales abier·

[
pondió que no recordaba ninguna. D� r� nte el análisis del niño ap arec ó
. .
un sueño cuyas caractensiJcas .
y repellCIOn .
hac1an pensar e n la ex1stenc1a
de una situación traumática: "se veía en la cama rodeado de perros que a
tnmente y cuáles son, suelen responder que "descubrieron" o que "los
espiaron"; menos frecuentemente las relatnrán como hechos normales de
la vida de un njño.
veces eran amenazantes perros lobos". Hay padres que por un mal conocimjento de lo que significa la líber·
Meses después de la primera entrevista y luego de una marcada me· tad sexuaiLfavorecen o impulsan a sus hijos a dichas actividades, o las
joría del niño en su rendimiento escolar, me llamó la madre para � om� ni· comentan abiertamente como gracias o pruebas de precocidad:J
carme que había recordado algo importante, algo que no comprend•a como Hay otros que creen que exhiliirse desnudos o favorecer actividades
podría haber olvidado en la primera entre\rista. como el baño junto con ellos o con hermanos es favorable para el des­
Cuando su hijo tenía 2 años fue destrozado por un _
p erro que por arrollo. Este tipo de padres suele anticiporse al esclarecimiento sexual y
. se hab1a soltado. El
d1a
!U ferocidad estaba siempre atado pero que ese no esperar el momento en que el niño lo requiera.
expulsase �1
niño debió ser internado y ella puso como condición que se El anhelo de unión genital del bebé -al satisfacerse sólo en forma
perro antes de volver a la casa , pero como su ma�ido esta

a muy encnn· precaria a través de la masturbación- es el motor que impulsa y pone
••
ena a desata�lo,
ñndo con el animal y le aseguró que nunca mas vol� .
en movimiento la actividad de juego. M. Klcin pudo descubrir que detrás
plies e su ex1gcnc1 o. Dos anos de toda actividad lúdica hay fantasías de masturbación 17•
aceptó retornnr a la cosa aunque no se cum
después, atraída por los gritos de su hijo vién ole nue\ � ·amente atacado En cuanto a esta actividad los padres se sorprenden y generalmente
es mordeduras
por el perro quiso defenderlo sufriendo ella mtsma grav no encuentran respuesta a nuestra pregunta sobre�uáles son los juegos
en el pecho y cuello. predilectos del hijojNo sabemos si les asombra má.s que demos importan·
En situaciones menos e.xtremas, pero traumallcas,
como enfermedades, cia al juego o si es que toman conciencia de lo poco que "ven" al hijo
• .

por �to razón � aunque estén todo el día con él. La descripción detallada de las activida·
operaciones, caídas, se producen olvidos similares;
del mterrogatono
frecuente que los dntos que obtengamos en esta parte des que realiza el niño nos sirve para tener una ''isión de su neurosis
sean pobres. o de su normalidad. Freud descubrió que el juego es la repetición de
Las complicaciones que se presentan en l� enfe�cdad
es comuo es
.

situaciones traumáticas con el fin de elaborarlas •s y que al hacer activa·
rtan te reg1 s·
de la infancia son de por sí u n índice de neurosiS y es 1mpo mente lo que ha sufrido pasivamente el niño consigue adaptarse a la
trarlas en la historia. realidad; por eso valoramos ccmotJndice gra\'e de neurosis la inhibición
Cuando preguntamos a los padres sobre laéexualidad del
hijo�uelen para jugar_J Un niño que no juegn no elabora situaciones difíciles de la •••

con facilidad
asombrarse por la pregunta, pero generalmente nos informan vida diaria y las canaliza patológicamente en síntomas o inhibiciones.
al del
sobre este punto, salvo cuando niegan cualquier actividad sexu Lns condiciones actuales de vidn favorecen L..!a moda de que niños

[
respecto:.} Y
hijo. Trataremos aquí de averiguarllo que han observado al desde muy pequeños sean enviados al jardín de infantes:,} En muchos
ores sor·
es este.cnomento del interrogatorio el que nos depara las may . d
casos cuando la vivienda es extremadamente pequeña o la madre trabaja,
s, no sólo sobr e los conc.e ptos del adulto con respe cto a la sexualida ésta puede ser una medida favorable para el desarrollo del niño, pero
presa
os
del niño sino sobre la forma de responder a sus preguntas.�En los grup no cuando pudiendo y deseando permanecer en su casa siente que lo
de orientación tenemos muchos ejemplos de las graves dificultades
que envían al jardín de infantes para desentenderse de él.
encuentran los padres para contestar la verdad. .
La actitud consciente e inconsciente v1da 17

)l de los padres frente a l a Kl.EI!'I, MELANIE: El psicoanúli�is de niños.


18 Fn.EUD, SICMU!'ID: "Más allú del principio del placer", lOmo 11, "Una teor'a
zo
sexual·de sus hijos tiene una influencia decisiva en la aceptación o recha
0

sexual y cttros ensayos", pág. 285.


1
88 ARMffiDA ADERASTURY
TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 89
Cuando preguntamos n madres a qué edad los han enviado y cuáles
así si las l
bilídad de las normas educativas, del dar y recibir-:1 Sabremos
fueron los motivos que las decidieron a hac�rlo, vemos que en_ !a � ayor
t'Jdgencías son adecuadas o no a la edad, si hay precocid
parte de los casos no se debió a una neces1dad o deseo del mno SHIO n ad o retraso r
en el desnrrollo, las formas de castigo y premio, cuáles son
dificultades de la madre. su capacidad
y fuentes de goce, y sus reacciones frente a prohibiciones.

1
.
( Es frecuente que la entrada al jardín de infantes comc1da con eJ
.

b.� Esto nos permitirá una visión inesperadamente completa de


. •

nacimiento de un hermano, y en ese caso, lejos de favorecer la ela raclon la vida


familiar y lo que registremos será uno valiosa ayuda al
de este ncontecimiento, constituye un nuevo elemento de perturbac10n i en ser comparado
con la historia de.! niño. Despistaremos inexactitudes
efecto, el niño en estas circunstancias vive más penosamente el hecho de , omisiones, y su
causa. Es frecuente que en la historio no nos hayan dich
que le han quitado el lugar que habitualmente ocupaba en In casa. o, por ejemplo,
_ .

que existía un trastorno de sueño y en cambio en el
He observado que los niños que van desde ��y pequenos al ¡ardm relato del día de
vida se ba� evidente la descripción de un complicado
de infanteslinician la escolaridad en peores cond1c1ones que los que van ceremonial noc·
turno que los padres no han valorado como tal.
a los 4 ó 5 años.J
. La descripción de los domingos, días de fiesta y a-niversario
La permanencia en el hogar, la parti�ipació� en la act1v1'dad d'1�n� · s nos
ilustra sobre el ¡_!ípo y grado de la neurosis familiar!.� lo
el disponer de un espacio adecuado para ¡ugar libremente son las cond1
: que nos permite 't
estimar mejor la del niño y orientarnos en el diagnóstico
ciones que favorecen el desarrollo del niño hasta los � ó 5 an _ s Las
�:
y pronóstico
del caso. .1
actividades en las plazas, en su casa, en la de amigos, sahsfacen suf1c1entc· Cuando interrogamos sobre el día de vida, debemos preguntar
mente la necesidad de contacto con otros nmos 19.
•-
1.9uíén
lo despierta y a qué hora.J Tratándose de niños mayores de
El ingreso a la escuela significa para él no sólo .desprenderse de la 5 años, es
importante sabert..Si se visten solosjy desde cuándo; o bien quién
madre sino afrontar el aprendizaje que en sus comienzos le despierta los viste
y por qué. Es útil conocer este primer momento del

ansiedades similares a las que se observan en adultos con angustia de día para valorar la
Ldcpendcncia o independencia adquirida de acuerdo a su edad cronológicn
,1
examen. .¡ la actitud de los padres frente a la precocidad o retraso en su aprendizaje.

Durante el análisis de niños se ha comprobado que as m •h1· ·1c1·�nes


h
1
Todo esto es de un valor innegable porque nos da una visión
de aprendizaje escolar y dificultades para ir a la escuela tíen�n sus rmces certera de
. la vida del niño. Pueden creer que su hijo es independiente porq
en Jos primeros años y que un niño que no ha ¡uga�o. b1en tampoco ue man·
L tiene una cierta rebeldía y nos encontramos que paralelamente a

aprende bíen.:J La gravedad de las dificultades de aprend1za¡e no podemos esto les
dan de comer en la boca, los visten o los bañan teniendo 7 u
valorarlas a través de.lo que los padres nos relatan. Es fr��ente qu� u� 8 años,. Es
mayor el conflicto cuando en oposición a esta dependencia patol
niño en apariencia muy buen escolar sen u n niño muy neurollco con mh1 · ógica,
. _ le dejan salir solo o le impulsan a actividades por encima de
bíciones parciales que ni siquiera son perc1b1das por los ?ad�es. su edad.
En otros casos los padres pintan un cuadro en apanencu1 muy grave d) Relaciones familiares.
y se trato sólo de dificultades momentán�as o con�ícíonadas
por ellos
Cuando llegamos al punto final de In entrevista suelen sentirse ya
mismos como por ejemplo el haberlo env1ado al pnmer grado n los S
poco dispuestos a hnccr confidencias sobre sí mismos -como al principio­
años d� edad. Por eso es importante interrogar sobre la edad en qu� �
f niño ingresó a la escuela y la t.!acilidad o dificultad en el apre�d1zaJe
y ·en cambio inclinados a darnos una idea de su relación afectiva con el
niño y de lo que éste significa para ellos.
de lectura y escritura, nsi como sí le causaba place!, rechazo o SI mos·
1 traba ansiedad o preocupación exagerada para cumphr con sus deberesJ
Se comprende que muy poco podremos saber sobre las verdaderas
'
relaciones entre ellos y nos limitaremos por eso a consignar la
edad, la
e) El día de vida. ubicación dentro de la constelación familiar, a saber si los padres
viven
o no, profesión o trabajo que realizan, horas que están fuera
La reconstrucción delun día de vida del niñ_Q.J d�be lln�erse mediante de la casa,
. condiciones generales d e vida, sociabilidad de ellos y de sus
• • ¡p reguntas concreta� que nos orienten so�re expencnc1�s bas1��s de�epen· hijos.
dencia e independencia, libertad o coaCCIÓn externas, mestabilidad o esta· Es posible que sen necesario disponer de más de una hora
complctor la historia, sobre todo para los principiantes, y conv
para
iene dedi­
19
cársela, pues lo fundamental es qu'e hayamos consignado todos los
Además, salvo rnras excepciones, el jardin de inl3nlet et un lugar donde ee datos

juntan varios niños de distintas edades pan que " �lesten" lo meno� posible;_ por que podamos obtener de los padres antes de iniciar nuestra labor
con el
lo tanto se los tiene continuamente ocupados en act iVIdades que no 11cmprc son las niño, sea ésta de diagnóstico o de trotamiento.
que mtb necesilan en ese momento. He señalado que debernos esforzarnos por conocer el máxi
mo de


90 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑ
OS •
91
detalles sobre el síntoma: iniciación, desarrollo, mejoría y agravación. l\los· dentición y contestaron que quizá pero que
no podían asegurarlo. No
traré a través de un caso la forma en que dirijo generalmente el inte­ recordaron tampoco la fecha de aparición del
primer diente. Pregunté
rrogatorio. hasta cuándo siguieron co el Epamín y si la convulsión
� se había repetido,
Me consultaron por una niña de 2 años y medio, Elena. El motivo de la y de esta pregunta obtuVlmos un dato _
mteresante.
consulta era la evidencia de un marcado retraso en la marcha y el lenguaje � s�gu�?a convu!sión se presentó a los 18 meses y
se acompañó
y au aspecto poco despierto, perturbación que se acentuó en el último de la mdtcacton del mcdtco _
de aumentar la dosis de Epamín. Observó
año. Había tenido una convulsión a los 11 meses y otra a los 18. madre que luego de esta convulsión la niña solí
la
a estar distraída y apática
Aunque a la entrevista asistieron ambos padres, habló sobre todo la durante el ?ía. !a�ién recordó que sufrió de
. trastornos intestinales y
madre, y el padre intervino solamente ai la madre o yo le pedíamos alguna que el apellto dtsmmuyo. Con todos estos elementos podríamos reco
aclaración. Como la madre tenía. tendencia a la vaguedad, cuando insistí ns­
truir en parte el cuadro de lo que había sido
la vida de la niña hasta
en que se explicara la naturaleza del retraso, le pregunté cómo caminaba entonces.
.
la niña en la actualidad. Me respondió que no le gustaba nada camtnar Y que En la segunda mitaa del primer año no fueron
satisfechas sus necesi­
si la llevaba a pasear terminaba tomándola en brazos porque se cansaba. Re­ dades básicas de movimiento y descarJ!:l. a
lo que se sumó el bloqueo
cordó entonces que dio los primeros pasos alrededor del año, pero como provocado por el aumento de la dosis el,• El'a
mín cuando tuvo la segunda
no fue nunca muy activo, no manifestó placer en caminar y solía tenerla convulsión, frenando esto más aun su de�arrollo.
en brazos aun cuando ya podía caminar. Tenía además tendencia a gol· El bloqueo interno y externo parecían haber
sido el motivo de las)
pcarae co�tra los objetos que encontraba en el camino y a tropezar y diiicull:ld� de lenguaje y marcha, asi como de
caerse. Cuando pregunté si había gateado me contestaron que no, en parte _ .
Nccesttabamos ahora buscar .51 hubo algo en
los trastornos del sueño. f
especial que explicase
porque no manifestaba deseo y en parte porqu� a la madre no le gusta�a la convulsión de los 18 meses.
que se ensuciase. Seguí. el mismo criterio para mterrogar sobre el lenguaJe Nos habían dicho los padres que la segunda
hija tenia ahora tres
y le pregunté cómo hablaba en In actualidad. Señalaron que el trast?�"� meses; por lo tanto, confrontando los datos com
prendimos que la convul­
era sobre todo en la articulación de las palabras, por lo tanto era dtftctl sión �o!�cidió con el embaraz de la madre. Pregun
_ � tamos la edad en que
comprenderla aunque conocía el nombre de todos los familiares y de los se mtc to el trastorno de sueno -ya que había apareci
do antes de la
objetos que la rodeaban y también nombraba adecuadamente muchas convulsión- y nos dijeron que el pdmer pavor
surgió cuando tenía 7 u
acciones. Cuando pregunté a qué edad había dicho la primera palabra 8 mes � Pre gunt�mo_s si en esa época dormía sola y contest
aron que
comparho el dormttono con ellos hasta el nacimiento
.•

la madre dudó, interrogó al padre y discutieron sobre el punto, lo que


_ . de la segunda hija.
me hizo pensar que en ese momento del desarrollo hubo otros confhctos

Teníamos ya un panorama que nos confirmaba
lo que solemos ver
más importantes que el lenguaje mismo. en los trastornos de sueño de esa edad : estimul
ación inadecuada, falta
Les hice algunas preguntas con la intención de ayudarlos n orientarse de movim�ento, sobreestimulació por dormir _�:n
. � el cuarto de los padres.
en el tiempo y en el crecimiento de la niña, como: "¿era verano, era in�ier­ Qutero scnalar aqut. una vc:t mas que aun cuando
comprobemos orienta·
no, ya caminaba?" Las �puestas confrontadas con In fecha de nacum�nto
. ciones tan equivocadas como la que relato, nuestra
actitud no debe ser
me hubieran orientado bien, pero en este caso no fueron aclarntonas ; nunca de censura y conviene siempre recordar que
la finalidad de esta
repitieron que fue una niña lenta y siempre demasiado tranquila, que entrevista es lograr alivio de las tensiones de
los padres y que somos
no daba ningún trabajo, y cuando bebé "era como no tener niños" desde el primer momento los terapeutas del niñ
o y no los censores de
según manifestación del padre. Con estos datos, si bien no sab�amos los padres. Estamos allí para comprender y mejorar
. .
_ stdo, la situación, no para
cuándo había pronunciado su primera palabra y cuál habta sabtamos censurarla y agravarla aumentando la culpabilidd.
algo más sobre sus reacciones emocionales. Como en la historia �ta�a Una vez terminada esta entrevista, si los padres
han decidido hacer
consignada la primera convulsión a los 11 meses --durante un epiSOdiO solamente un diagnóstico, se les comunicará el día
y la hora de la entre­
febril- orienté el interrogatorio hacia ese síntoma. El médico que con­ ,·ista con el niño así como su duración. Si en cam
bio aceptan un trata­
sultaron no le dio mucha importancia y como le comunicnron que también miento se le darán las indicaciones generales en
las que éste se lle\•ará
sufría de pavores nocturnos recetó dos Epamines diarios. Recordaron a cabo, condiciones que detallaremos más adelante
.
también que en ese período solia tener frecuentes anginas y que fue du·
runte una de ellas que se manifestó la convulsión. Pregunté si ese período
de pavores nocturnos y episodios febriles no había coincidido con la


\

TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁI.ISIS DE NI�OS 93


VI. El consultorio, el material de juego, el cajón individual; problemas
técnicos q ue surgen de su manejo diario. hasta 4/5 años y con pocas modificaciones sirve también para niños de
más edad; cubos, pla�{finn, 1�, P�)Pel, lápic�e color, goma, goma de
pegar, algunos mujiécos pequeños, trapitos, tijeras, piolin, al/os, tacitas,
platitos, cubiertos, cortaplumas y tijeras.
Además durante la primera entrevista tprcgunto a los padres con qué
suele jugar el niño en su casa. y siempre que sea posible lo incluyo en
el material de su c.1jón individual o en el cajón para diagnóstico,j
Cuando observamos un niño para diagnóstico le ofrecemos un ma­
terial de juego que guardamos en un cajón destinado a este fin. Forma
ser grande parte del consultorio, pero debe quedar con ll3ve en toda hora que no
La habitación donde se psicoanaliza a un niño no precisa
deben se use para ese fin. Lo abrimos sólo cuando recibimos un niño que viene
porque la técnica de juego no e:cige mucho e!¡pacio. Las paredes .
para una hora de observación. Si ya se ha decidido su tratamiento, habremos
ser lavables y conviene que el piso esté recubierto de linoleum
o Ilex•plast;
a lo mesa ? al prcpnrado el material de juego y su cojón individual, al que sólo él y el
debe disponerse de una plancha de amianto que se adopte
piso, ya que puede ser necesario que el ni_ño juege con fuego.
�s_
optim o terapeuta tendrán acceso, tal como lo hemos descripto.
trabajo, de uso Puede suceder que un niño ,·enga para una hora de observación y
si se dispone de un cuarto de baño comumcado con el de
corrien�e. algo más tarde decidamos analizarle; en ese caso solemos incluir en su
exclusivo del paciente, en el que haya un lavatorio con. agua .
un inodoro, toaUa, papel higiénico, un vaso y una o dos Sillas. s._
ese b no cajón indil·idual el material que utilizó en la primera hora, completándolo
.
� "'

obje to luego con lo que pensemos sea más adecuado para su edad . -
se usa fuera de las horas de trabajo hay que procurar que mngun
o cosmético quede a la vista o sea susceptible de ser .encontrad
o po: LLa primera ncción que realiza el niño y el tiempo que transcurre 1
el niño. La puerta que comunica el. bañ� �on el c.onsulton? no se
cerrara hastn que la inicia, nos enseñan mochísimo sobre su actitud frente aJ :J.
desde el baño, para evitar eualqu•er d•f•cult�d mnecesana.
Las puertas
deb�n ser
mundo; y el grado de inhibición de juego que manifieste es un índice J
del consultorio que den al exterior se cerraran dC:Sde dentro, de la gravedad de su ncurosis:.l¡yeremos luego que la primera sesión es·
dobles o de un material que impida que lleguen r�1dos ? con.versa ele una trascendencia muy especial, porque en ella el niño muestra cuál
c•on� ;
Y sol�
hay que mantener en lo posible un cl�m.a de apa�ible msb��ento es su fantasía inconsciente de CliÍermedad y de curación y cómo acepta
por un motivo muy excepcional podra mterrump1rs� la SCS1on o _
p crm•­ o lechaza nuestro papel de terapeuta. Al despedirse se le recordará el día

}
t1mbre
tirse que otra persona entre al consultorio; es conveme�te tener un r la hora de la siguiente sesión.
amente se
de modo que pueda desde dentro pedirse lo que mcsperad Desde este momento el terapeuta y su habitación se ofrecen receptiva-
necesite. mente al niño y el cajón ya preparado es un símbolo de esta situación. -1 *
fuertes
La mesa y las sillas serán cómodas y simples, suficientemente que deberá mantenerse siempre.
para resistir el desgaste. Es necesario un mueble �on cajones
en Jos que
._ El cajón individual cobra progresivament e enorme importancia, aun·
se guarde el . material que dedicamos a cada pa .' �n debe
c ente. Cada caJ
_ cruc no siempre esto se exprese abiertamente.l!fay niños que durante meses
ab1erto al
quedar cerrado por. su llave al final de la ses1on, para ser no tocan un juguete 1, otros se empeñan en dejar todo afuera, como si no
comienzo de la sesión siguiente. les importara tener o no tener algo para si.J

1S
recos-
Será útil un pequeño y cómodo diván en el que el niño pueda Acontece con frecuencia que un niño quiere t!levnr a su casa algo
con
tarse y hablar, porque aun los muy pequeños lle�an o necesitarlo Y del material del cajón; esto deLr ser evitado con In interpretnción adecua·
mucho frecuencia lo piden aquellos que van acercandose o la pubertad. da. Si no lo logramos, trotnmos dt: hacérselo dejar siu violencia o podemos
• •
El aspecto del consultorio debe ser por sí mismo la reglo fundam_ental, 1 negarnos a su pedido.J señalando que todo eso es material para el trata­
6in que se explique al niño lo que debe hacer, � or lo cual en la pnmera miento, y conviene dejarlo en el consuhorio. "l?i de acuerdo al curso del -,
. so c
análisis se considera muy útil, puede permitírsele �omo excepción y r
sesión los jugue tes y objeto s que le hemo s deshnado se coloc aran ?�
.

una mesa, preferentemente baja, de modo que al entrar tenga una VJSIOn no como norma- y señ:�lándole por qué lo permitimos. A veces puede
completa de lo que le ofrecemos para comunicarse con nosotros. robarlo y esto será motivo de interpretación en la sesión siguient;¡ )
Existe un material standard que satisface las necesidades de un niño
• CL capítulo TX, caso Verónica.
!>2


1
TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NINOS 95
AllMINDA ADERASTUR\'

f También es �recuente que el niño traiga algún juguete u objeto de


su casa, con lo que suele querer mostrarnos algo de la vida familiar
fue modelar una cara que él juzgó que le había salido mal, el thar y
pisotear la plastilina será una forma de mostrarnos su impotencia o des­
consuelo por sentirse incapaz de crear 3•
de ese momento 2) En ese caso se le dará libertad de�cjnrlo en el cajón,
Puede suceder que luego de interpretárselo cambie la acción ; si por
siempre que sea posible, o llevarlo nuevamente, n i terpretando el signifi-
el contrario, ella continúa, I.Pejarlo sin poner límites a su destructibilidad
cndo de una u otra de cisiótl.j Suelen dejarlo durante un tiempo y a veces _J,

.b
{ dcfinitivamentc, vncorpo rándólo al material que le hemos ofrecido inicial-
mente, lo que es por sí mismo muy revelador. Los niños que rcaccionan-
nsí suelen vil•ir en un gran desamparo y satisfacen de ese modo su anhelo
aumentaría su angustia y culpabilidad:J LSería además un error interpro- --1
tar esta conducta como agresiva, pues la aparente actitud sádica encubre
at¡uí un profundo masoquismo y culpabilidad que lo impulsan a quedar
despojado y destruido, siendo éste el punto de urgencia. Del mismo'
de transformar el consultorio en su hogar.:J
Otro problema práctico que indefectiblemente se planteará es el. de
modo que si un niño pretende morirse, quemarse, arrojarse por una ven- /
tana, actitudes bastante frecuentes durante el curso del tratamiento de
t_Si debemos o no reponer el materia!.Jque incluimos inicialmente en el cnjór.
r.iños neuróticos o psicóticos, tomamos las medidas de precaución eficaces 1
del niño. Papeles, goma de pegar y plastilina, son, junto con el agua,
p:na evitarlo, sin dejar por eso de interpretar el acto que hemos frenado;
elementos que deben estu siempre a disposición del niño.
igual debemos hacerlo con sus posesiones y con el vínculo que existe
Así como nuestra permisibilidad para que juegue con agua no debe lle­ entre él y nosotros, a través de ellas.
gar a que le dejemos nundar
i el consultorio, sino que regulamos el suminis­ Una niña de 6 años usó la goma de pegar para untar las paredes 4 :
tro de ésta -además de interpretar los motivos que lo impulsan a inun­ el material que siguió a la interpretación mostró que pnra ella vaciar el
dar- del mismo modo administraremos los otros materiales. Creo que en frasco de goma no era en ese momento un acto masoquista, sino que
esto debcmosi.Eiferenciar los juguetes de los materiales que, como el agua. estaba ensayando las posibilidades de que "algo" sirviera para unir lo
deben estar siempre a su disposiciónJ§u uso debe ser controlado por el que estaba destrozando. Este acto significaba su ensayo de cómo podría
analista y en líneas generales diría que si se utilizan adccua�amente deben arreglar dentro de ella las palabrns rotas y la goma era una sustancia
estar siempre a su alcance, pero no si el niño los usn para una destruc­ valiosa de la que debía disponer incondicionalmente; lo indicado entonces
ción incontrolable;) Por ejemplo, si un nlño usa el block de papel para era llenar su frasco cada vez que estuviese agotado. Si en cambio sólo
quc:mar, luego de observar suficientemente las características del juego, se lo hubiera usado para untar, untarme o untarse en una forma masoq uista,
le impedirá y se le interpretará el significado de usar algo expresivo r no se lo hubiera renovado.
constructivo para hacer de ello materia inútil y destruida. Los niños sin En resumen, determinados elementos que se ofrecen al niño para

·k
{ grandes conflictos en el aprendizaje pedirán hojas de diario o inservibles
Ei necesitan quemar papel. LEI uso inadecuado de ese material tiene el
significado del maltrato a partes de sí mismo, del terapeuta )' de su
facilitar la comunicación preverba1 son básicos y deben ser renovados
siempre que sean útiles para expresar algo. \..Evitamos la aniquilación de·
esas sustancias que simbolizan contenidos del paciente o del terapeuta
f •

vínculo con él. Un niño podrá intentar tirar hojas de su block al inodoro. así como el vínculo entre ambos, del mismo modo que lo preservamos a
él:JLa reposición de otros materiales: autos, aviones, platos, etc., se hará
de su cajón o al suclo.¡]'odos estas conductas deben limitarse oportuna­ siempre que el niño lo pida y que las circunstancias lo aconsejen. Desde
1; mente y ser interpretadas como pequeños suicidios.) ya es importante que el material que le ofrecemos sea simple y de buena
Papel, lápices de colores y hípiccs, son los materiales con los que calidad y en lo posible no frágil.
preferentemente se comunica un niño entre 6 y 12 años, y deben por lo Supongamos que un nitio organiza carreras de autos en las que
tanto estar siempre a su disposición con tal fin; lo mismo acontece con compite con hermanos y destroza durante el juego uno de ellos; si pide
la plastilina. t!'ero si un niño pretende usarla sólo para tirarla al suelo y que se lo repongamos es evidente que, además de interpretar, debemos
pisotearla, lo obsen•aremos hasta comprender su acción en relación con accederle, Lde lo contrario puede sentir que consideramos irreparable la
el o los juegos anteriores -a veces con lo que aconteció al iniciarse la J destrucción realizada.:J

{ sesión- y lo interpretaremosJ Si se repite In misma actividad compulsi· Aconsejo en ese caso no sacar el auto roto aunque el niño pida que •
vomcnte :on el evidente intento de quedarse sin nada, lo frenaremos,
u
además de interpretar:J Supongamos que el juego previo a la destrucción 3 Es un mecanismo señalado
queños; el objeto dañado que no
por Melanie Klein como típico de loa niños pe·}*
se puede reparar se lranafonna en persecuidor y
es neCCMrio destzuirlo
Un paciente de Elizaheth Cnnnn tnjo unn vez una cotorra, con lo cual introdujo
.

� • Cf. capitulo IX, caso Ver6nicn


d problema de qu e su madre hablaba demasiado.


96 ARM JNOA ABEIIASTURY TEORÍ.... Y TÉC:'iiCA DEL PSICOANÁLISIS DE NI.ROS 97
1

lo hagamos. Además de interpretnr por qué no soportn la visión de ese índice de mayor adaptación a la realidad y de capacidad
de goce en ¡� •••

nulo destrozado, que suele transformarse en acusndor o perseguidor, le 1·ida.


s«:iialo la conveniencia de guardarlo. A pesar de todo el niño no acepta Al finalizar la hora guardarnos los juguetes en su cajó
n -con su
a veces esta medida por temor a la contaminación; en este caso separo a) uda o sin ella- y le señalaremos :

1)

el juguete del resto o lo guardo uparte, haciéndome cargo de ese conflicto


ese material le pertenece; /
del niño.
2 ) el cajón quedará cerrndo con Jla,·e· ./
• fl Invariablemente sucede que tiempo después lo reclama con la fina­
lidad de arreglarlo él mismo o con mi ayuda. Si este mismo niiio rompe
3) nadie tendrá acceso a él en su aus ncia : y el terapeuta lo abrirá /

antes de iniciar la sesión siguiente;


un auto en cada sesión de su tratamicn'to, es evidente que no se lo seguiré
4.) todo lo acontecido durante la sesÍón será mantenido en una resen•a /
reponiendo y nos declicaremos a interpretar sus reacciones frente a esta
absoluta por nuestra parte;
frustración y los motivos que lo llevaron a la destrucción. 5) el horario semanal convenido; y /
Durante el análisis de Esteban, de 8 aiios, se me planteó este problema Ú) que todo cambio o entrevista con familiares se discutirá con él y./
en forma tan aguda, que aprendí mucho sobre el manejo de esta situa­
luego se comunicará a los padres.
ción. Todo cuanto ponía en el cajón era destrozado inmediatamente al
primer intento de usarlo para un juego. Durante semanas le repuse el Daremos un ejemplo de esto, resumiendo la primera hora de
una niiia
material de acuerdo cou �u pedido, hasta que comprendí que era una d� 16 m�es q�e �
abía sufrido una convulsión. Como los padres me habían
1
l conducta equivocada y �ue debía ponerlo frente a las con�ecuencias de su chcho que sol.:1 Jugar durante horas con libritos de figuras inclu
í unos
destructividad y ver qué hacía de sí mismo y de su relación conmigo. '

cuantos en su cajón. En éste y en otros casos me ha llamad la
la capacidad de la niiia para encontrar rápidamente los objetos
�atención
Ese cajón con restos de juguetes, en desorden, sin nada que conser· con los
que podrá expresarse mejor.
vara su apariencia atracth•a o que le impulsarn a jugar era el cuadro
Su:ana ��tró al cor sultorio con su madre, miró los juguetes
de rómo se sentía a sí mismo. Aceptar su cajón en esas condiciones signi­ � pero no
� los .
ficó para él que lo aceptara tal cual era. sin exigirle el esfuerzo de mos­
los toco, ho¡eo lrbntos en actitud similar a la de
un adulto consul­
land �n diccionario, y cuando encontró lo que buscaba
trarse bien y sano. Agregarle cosas atractivas había significado para él � me Jo mostró.
La lanuna representaba a una niiia algo mayor que ella con
que le exigía mostrarse corno ellas, sin comprender que no podía hacerlo una manzana
estando tan enfermo.
en la mano. Al mismo tiempo pronunció el nombre de
una de sus herma­
nas, también algo nayor. Me mostró lu go otra niña con un globo
1 En este caso pude analizar en detalle el significado de conservar,
romper, reponer, eonservnr lo roto, y uniendo e�a experiencia a la de
mano
.�
� . � en la
todas lus frg rras que selecctono tenían en común representar a

1 ca�os similares, llegué a la LConclusión de que técnicamente no es conve­
luna nrua o a una muJer que poseía algo; a todas les daba el nomb
re de .
su her�ran J Luego volvió a mostrarme la primera lámina. Coloc


niente reponer lo roto sino en la medida en que se muestra útil para la ? ó su
lll&no rzqurerdn ahuecada como pidiendo algo y con la derecha
comprensión y expresión de un juego y que debe de todos modos mante- tomó
crse
1> lo roto aunque el niño pretenda no verlo en el cajón. Este rechazo �1 libro abierto n la primera imagen y lo sacudió dando pequeiios golp�
� .
.obre su mano rzq�rcrda, co o tratando de que los objetos cayeran
obedece a una necesidad similar a lo del adulto que recurre a In negación en
� �

) de sus tendencias destructivas o de sus síntomas:JAlcjar del cajón lo


destruido significa alejar de su mente el conocimiento de que hay algo
destruido y enfermo en sí mismo, porque no se siente capaz de arreglarlo.
e la. Lueg de rcpchr esto ''arras veces, me mostró su mano izquie
cr? _Y
� rda va­
la irgura que representaba a su rival con la manzana en la mano,
��::mdomc de un modo interrogati>o como pidiéndome una solución. Ro­
.
prtro lo mrsm o con todas las imágenes que me había mostrado dando
La presencia del objeto destruido es de suma utilidad técnica, ya que
1
cuando surgen las genuinas tendencias de reparación, lo busca y se inge­
.

��g��s de impac encia rccicnte después de cada fracaso. En esta
� . �
rimera .
nia para arreglarlo. Es muy interesante observar en este sentido cómo el
niño utiliza sustancias cada vez más adecuadas o sus tendencias reparado­
ras, desde lo plastilina, que une débilrncnte, hasta lo cola y el cemento,
(
...ccron n e
� Lmost.ro su r11·alrdad con la hermana a la que veía poseyendo
�lgo v� lroso mrentras ella se sentía con las manos vacías:) Su fantasía
mconscrente de enfermedad era que a consecuencia de tanta frustración •
}
acum�lada necesitó de la convulsión para descargar la rabi:�. Es posibl
que unen definitivamente. e
que srn los libritos de figuras hubiera encontrado otra forma de
Las tcnd�ncías a rep::arar implican las subyacentes tendencias des· expre­
tructivas hacia el exterior o hacia s i mismo.LLa disminución del sadismo
��:rnc . o, pero .
lo nusrn mdudablcmentc su presencia facilitó la comunica­
cron. La notable capacidad del niiio para expresar sus conflictos
para conservar el objeto -amado o necesitado- es lo que nos da el en un
1
98 AR�IJNOA ADERASTURY TEORÍA Y TÉCNlCA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 99

{ '

lenguaje preverbal, nos ha llevado a la convicción de que no existe dife·


rcncia entre el análisis de niños y el de adultos.
los miembros de su familia como si hiciese el balance de lo que cuenta en
la realidad externa e interna para soportar esa dolorosa separación.
Nos propusimos ,·erbalizar horas de juego en las que el niño ex· Esta niña tuvo un precocísimo desarrollo genital, por eso sus fantasías
prcsaba un determinado conflicto e inversamente expresar en lenguaje de seducción tomaron tan abierto cariz de unión genital. El éxito del análi­
preverbal lo que un adulto verbaliza en una l'.csión de análisis. La expe· sis 7, que la llevó a la curación del síntoma -bronquitis asmática- se debió
riencia resultó sorprendente porque fuimos adquiriendo la convicción de o que en la relación transferencia! pudo elaborar la pérdida de sus objetos

la identidad entre el análisis de adultos y el de niños y lo semejanza originarios y surgieron los defensas contra la depresión; disminuyendo
de los conflictos básicos. Resultó muy ilustrativa la sesión de Alba, de el sadismo se incrementó su capacidad de reparar.
dos años, cuyo conflicto central en ese momento era el temor de separarse
de su analista porque éste so iba de viaje. Reaccionó con juegos en los
que decidía seguirlo y viajar con él, o iba a impedirle el viaje rctcniér.dolo
Era frecuente en esa época que lo niña llegase a la sesión masticando
caramelos o comiendo helados y lofrecicse a su analista compartir estos
alimentos. . Técnicamente está indicado interpretar y no participaru por·
1
con sedu<;ciones o amenazas. En uno de esos juegos hace "boletos de que estas "cosas de niños" tienen liU equivalente en actitudes de adulto
-.
viaje" con pedacitos de papel y se los pone al terapeuta en el bolsillo con la misma significación. Si el analista es afectuosamente comprensivo
del saco. Este le interpreta que ante la necesidad de aceptar la partida
se reaseguro de que él tendrá boleto para volver. La angustia de perderlo
y su rechazo a separarse de él los expresa en un juego en el que toda ella
de lo que significa para el niño esa frustración y la interpreta, éste la
elabora, la acepta y se siente comprendido. Una vez m:is tendremos que
aceptar que la adaptación a la realidad es más temprana y firme en el
}
es un avión: con los brazos representa las alas y hace como si volase, lo niño de lo que habíamos supuesto.
que en el lenguaje de un adulto sería: "yo me voy contigo". Además, desde muy pequeño tiene una suficiente comprensión de·
Este juego expresa un intento de negación maníaca de lo separación las exigencias de la realidad, por lo tanto, si el analista es consecuente
y cuando fracasó este mecanismo se sirvió de otro en el que expresú en sus actitudes diarias y cumple bien su papel de terapeuta, él se adap·
su angustia de �er pequeño, no poder seguirlo o no poder alcanzarlo. .tará o la situación analítico y a sus frustraciones.
Iugó entonces a que el terapeuta se iba en avión y ella era uno lancho. Las Muchas conductos como In relacionada con la comida durante la
distintas velocidades de estos medios de transporte hacían imposible el
encuentro. Se le interpreta la rabia, celos e impotencia que provoca en
L
sesión y otras en las que el niño busca el contacto físico con el lera· f
pcuta, suelen tener el significado de destruir el tratamiento !.l lde trans­
ella el viaje del terapeuta y el no poder irse con él. Reacciona a la ínter· '
formar el análisis en una situación familiar o social con lo que atacan
prelación con una serie de jufgos de seducción, con los que pretende el vínculo con el terapeuta y niegan el estar enfermos:)
retenerlo; baila, canta, se saca la bombacha, orina y defeca. Es frecuente también que en algún momento del aná l isis el niño
Cuando a través de las interpretaciones disminuyen los mecanismos
Lbusque un íntimo contacto con el terapeuta y sea conveniente actuar del
maníacos y puede sentir pena y dolor por la separación, juega a subirse mismo modo que cuando nos agrede, interpretando su conducta, po·
a un mueble y desde allí tirarse para que el terapeuta la reciba en sus niendo límites, derivando la acción a algo que nos represente.Jtn algu·
brazos. Elabora así la partido y lo esperanza de la vuelta; ella es el tero· nas situaciones muy excepcionales he encontrado útil satisfacer algo
pcuta que la recibe con los brazos abiertos. Tirarse del mueble simboliza más estas necesidades:! No es roro que un niño intente atacarnos con
el aterrizaje del avión y la llegada, el retorno y la reconciliación. las mano�, .!os pie�, con materia fecal y es de suma utilidad que sepamos
Confirmando esta interpretación, el juego que sigue al anterior es derivar con la interpretación o con la acció11 lun acto que si lo cumple
el de esconderse y que el terapeuta la busque o a la inversa 6• (!'oda ausen­ puede determinar en él y en nosotros una situación demasiado incómoda
cia se sigue de un reencuentro y elabora así su angustia de perderlo y y que si es permitida va a repetirse por culpa y odio;) En el caso de un
su ansia de recuperarlo 0:.1 niño de 8 años, que atacó físicamente y con violencia a su analista, ésta 8
En los momentos en los que reaparecen los intentos maníacos de le retuvo los brazos con fuerza actuando como un chaleco y se lo in·
negar la realidad dolorosa, inicia nuevos juegos de seducción o de seguirlo terpretó.
pero esta vez se continúan con juegos depresivos de separación. Final· Durante el análisis de un niño de 2 años y medio debí recurrir a l.a
mente realiza un juego en que revisa su cajón, enumera sus juguetes y tuerza física para detenerlo en un brote agudo de ansiedad en el que
quiso maltratarse y finalmente tirarse por la ventana.
3 cr. capítulo n. nol3 14. 1 Realizado con Moisú Tractcmber¡¡.
6, FIIEUD, SrcMUNO: Má.s allá del principio del placu, p:i¡¡. 285.
8 Elizabctb C. de Canna.
'


100 AIThHNDA A,DERASTURY T EORfA Y TÍ:CNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 101
Hay muchas otras situaciones en las que un analista de niños se pre· diremos que es frecuente que un hombre no sepa haber ni una cosa m

gunta lqué debe hacer cuando su instrumento de trabajo, la interpreta· I:J otra. En un plano más profundo sabemos que no es que no lo sepa

[ ción, se muestra insuiiciente.j


LCreo que nuestra intervención )imitadora está indicada siempre que
veamos en peligro la integridad física del niño, de nosotros o del con·
hacer, sino que lo siente prohibido.
Para analizar a un niño un analista debe tener uno serie de cono·
cimientos que no le exige el analizar adultos, y entre ellos el saber aun·
sultorio� Es frecuente que niños entre 6 y 1 1 años y en especial los que sólo sea rudimentariamente confeccionar ropa de muñecos o cual·
que sufren de enuresis necesiten o les sea imprescindible jugar con quier envoltura que reemplace un vestido
o Si consigue elaborar su·
u.

fuego. Debemos satisfacer esa necesidad pero poniendo nosotros las nngustia de castración y admite sus anhelos femeninos de tener un hijo,
condiciones baj6 las cuales lo hará y que signifiquen desde ya una total lu habilidad para hacer lo que el paciente le pide surgirá espontá·
garantía para él, para el terapeuta y para no estropear innecesariamente ncamcnte.
el cuarto de trabajo. Puede además adquirir una cierta habilidad manual aun cuando la
Puede ��er necesario incluir fósforos, un calentador o algo infla· angustia de desempeñar un papel tan evidentemente femenino sea todavía
mable durante el análisis de un niño. Si éste es pequeño, elegiremos intensa. Puede DO vencer nunca esa angustia y sentirse incapaz de enhc·
fósforos de madera que él podrá manipular sin peligro, si ya es mayor brar una aguja o de poner un pañal a un muñeco. En este último caso
puede usar las cerillas comunes. Si le ponemos en su cajón un calentador no parecerá indicado que siga siendo analista de niños, no tonto porque
o una lamparita de alcohol debemos elegir un modelo que funcione sin !ca tan importante hacer un vestido para que el aná lsi is se desarrolle
ningún peligro de explosión. El alcohol de quemar debe estar desde satisfactoriamente, sino por lo que significa esa limitación como conflicto
ya bajo nuestra vigilancia y custodia, y alejado del lugar donde el niño no resuelto.
está jugando. Todo juego con fuego debe realizarse sobre una plancha Pnra ser analista de niños es necesario conocer y jugar suficiente·
de amianto, que cubra ya sea el piso o la mesa de trabajo, para evitar terncntc bien un número amplio de juegos: ajedrez, damas, canasta, ta·
que se produzcan destrozos irreparables. A veces el niño quema papeles, te-ti, etc.; deben conocerse los personajes y las historietas más leidas
algodón, plastilina y a veces hasta azufre 11; debe entonces tenerse la por los niños, lo que implica el conocimiento y el manejo de las revistas
ventana abiert,a para que ni él ni el terapeuta lleguen a una situación de infuntilcs más conocidas. t!ecordar con det�ll� los cuentos infantiles �a
tal desagrado que no se pueda continuar la sesión. No se debe llegar a .
[ ese extremo y en lo posible hay que Ltratar de prever antes que llegar
clásicos y haber reflexionado sobre su sJgmficadoJ Conservar ademas
un suficiente placer por el juego y tener aún una agilidad que le permita
a prohibir.J Supongamos que un niño de 5 años ha traído de su casa afrontar sin demasiado esfuerzo el ejercicio que exige muchos veces la
pomos de pintura y además de pintar en sus hojas, quiere pintarnos el hora de un niño en análisis. Esto no quiere decir que si un día está
vestido, la cara o las manos. De ningún modo debe esto permitirse, cansado o simplemente no se siente con ganas de moverse sea inevitable
porque es desagradable e innecesario. Como norma no incluyo en el hacerlo, pero lo que no se puede admitir como norma en un analista
material del niño ni acuarelas ni témperas, ni óleo; le ofrezco fingers· de niños, es que piense que puede analizar a un niño sentado en una
paints ·o lápices acuarelas, que cumplen la misma función de la acuarela silla corno en el caso del adulto. El interés por la investigación, sobre
sin las dificultades secundarias que ésta trae. Es conveniente que el ana· todo dura11te el análisis de niños muy pequeños, me ha hecho sobrellevar
lista use ropa que no lo limite en su actuación, por ejemplo, ropa que mús de una vez la fatiga o In molestia de un juego. Por ejemplo, en el
él valorice, alhajas u objetos que pueden perjudicarse. En cuanto al caso de un niño de 18 meses que no caminaba y al que debía analizar
niño, se deja librado al criterio de la madre la ·ropa con que lo traiga sentada en el suelo, y siguiéndolo en sus afanes de movimiento. Pero
a las sesiones 10• no siempre acontece así, a veces puede parecer tedioso jugar durante
Algunos Lanalistas hombre:u que tratan niños, se plantearon qué de­ sesiones a hacer comiditas y distribuirlas entre los muñecos, pero en
bían hacerlsi un paciente les pedía que cosieran o tejieran algo.JEn éste, la medida en que progresamos en la comprensión del lenguaje pre\·erbnl
como en todos los problemas planteados, se puede considerar la parte y traducimos las acciones de juego en sus más pequeños detalles y las
fonnal y manifiesta y la latente escondida tras ella. En el primer plano comprendemos, t.resulta tan apasionante o más que escuchar el relato de J ,
un aduho:J Muchas veces la angustia ante In no comprensión de la nctivi- �
o ce. PICRON RmERE AIWL enu·
DA AoEilASTURY Dt: ..Algunos mec�nismos de la
...
resis". Rev. de Psicoanálisis, tomo vnr. NO 2, pág. 211.
10 En el caso de Verónica (cApítulo IX) la madre le ponía un delantal de 11 Cf. es tudios de Angel Cannn robre las vestimentas y las membrnnns fetales.
goma , cuando jugaba con agua. "El origen de los vestidos". Rev. de Psicoanálisis, tomo VIl, N9 2, 1949.


'
102 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÍ:CNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 103
-K {
dad lúdica hace que el analista se limite a jugar y eso es sólo entrar necesario acceder a pedidos así, no tendría sentido que ofreciésemos al
en el juego pero no es asumir el papel de terapeuta. niño un cajón individual y le asegurásemos In completa reserva de sus
Con frecuencia un niño pide 1.9ue el material con el que ha jugado
[
-* qued.e fuera del cajón sin que nadie lo toque hasta la sesión siguiente..:.) contemdos y tampoco tendríamos por qué cumplir estrictamente la con·
signa de que el acceso al cajón es sólo permitido al niño y a su terapeu­
En cada caso, este pedido tendrá un significado diferente que debe ser "
ta. LSí se considera técnicamente necesario ofrecer a cada niño un cajón
interpretado, pero además, lno podemos acceder a su pedido porque si que sea sólo de él, es porque necesita para curarse la total posesión,
bien la angustia subyacente suele ser el miedo a un cambio, no puode sin interferencias, de algo que para él llegará a significar lo que fue su
imponerse a otros niños la visión de ese material, que despertará su cu· primitiva relación con l a madre;J Tampoco debe disponerse del material
riosidad, quizás celos o rabia, complicando innecesariamente su vínculo del niño para ningún otro, pues a veces un pedacito de trapo, un pequeño
con el terapcuta;)Tampoco por él mi�mo podemos exponer sus posesiones objeto, una maderita, tienen para él un valor afectivo enorme y se siente
que estarían en peligro porque no podríamos prohibir las reacciones que terriblemente despojado y engañado si se lo. tocan o no se lo guardan.
•' suscitarían. LJnterpretamos su necesidad de P? _n.,rnos a prueba,J de saber A ·Yeces un niño no quiere irse una vez terminada la sesión; con·
1 si 1� defenderemos de su compulsión a ser de�pujado. atacado, o de su viene entonces cerrar el cajón individual, despedirse de él y pedir a la
) nt-cesidad de exhibirse y despertar en los otro• t:clos o en\•idin por sus persona que lo acompañó que entre a buscarlo. En el caso de niños
posesiones. A veces esle pedido oculta el dc�eo de que otros hagan lo mayores es bastante con cerrar el cajón. Este no debe quodnr abierto en
mj�mo y ver así lo que tienen ; en ese ca$o, cuando nos negamos, suelen ningún caso. Si el niño escapa del cuarto sin cerrarlo es función del
insistir en que les abramos el cajón de otro niño para ver lo que tienen terapeuta hacerlo antes de In entrada de otro niño.
adentro. Tampoco podemos acceder a este pedido, que traería una cadena Cuando vamos a interrumpir el análisis por Lvncacioncsl o por cual·
de complicncíones, de difícil manejo técnico y funtlamentalmente le qui­ quier motivo, es conveniente recordarlo al niño con bastante anticioación
taría seguridad tle que mantendremos su propio cajón en absoluta re· y estar atentos a las reacciones que aparecen frente 11 la inminencia de
serva. Sería similar 11 responder al pedido de un adulto que nos pregunta· b separación. Sabremos osi mucho,s detalles sobre (§u forma de despren­
se cuáles son los padecimientos de otro paciente que vio al salir o al ?
derse de los objetoS:.} Cua� o un niño termina el análisis tambi�n con�'ie_ne
. _
entrar del consultorio. recordarle con anticipacaon la fecha acordada para la ultuno sesaon.
Conviene estar siempre atento a los detalles que pueden haber moti· No hay que suponer que lo sabe o que se lo dijeron los padres. Debemos
vado C6te pedido en niños que hasta enlonces se manejaron bien con su tratarlo con él, y su decisión debe ser luego comunicada y consultada
cajón individual. Puede haber sucedido que ese mismo dia vieron a con los padres. Las cláusulas del tratamiento en su porte formal externa
otro paciente o percibieron un detalle nuevo en el consultorio o en el la1: hemos concertado con ellos, pero en lo profundo es con el paciente
analista mismo y esto los inquietó porque no comprendieron su signífj. mismo que hemos aceptado el pacto analítico. L_Para decidir el final de
cado. A veces una mancha o raspón que estaba hace mucho tiempo lo un análisis tenemos que valorar el grado en que éste es un éxito.:.! Podemos
descubren ese día, y quieren investigar quién fue el que nos dañó o
{ maltrató. En cualquier caso loUmportante es encontrar en el niño mismo
cCinsíderarlo terminado Lsi han desap:irecido los síntomas� si se han am·
pliado sus intereses, s i tiene mayor capacidad de goce duradero y si ha
*
y no en lo externo lo que determinó el p edido j equilibrado la dependencia e independencia con su medio ambiente.:} De
.
Muchas veces un niño que ha dibujado d urante muchas sesiones todos modos suponer que un análisis es un seguro de salud mental y
pide que pongamos sus cuadros en las paredes como en una exposición. física para toda l a vida es una utopía o un engaño. Las tensiones y
Imaginemos por un momento lo que podria pasar si accediéramos a este maltratos que llegan a un niño desde el mundo exterior pueden superar
pedi<io. Alguien querría destruir todos los dibujos, enojado y celoso lo que su yo es capaz de elaborar sin enfermar y eso puede suceder
que le hayan ocupado un lugar que en ese momento debía ser sólo para aunque el análisis haya sido un éxito. Es exacto en cambio que un
él, puede querer despegarlos y llevarlos a su casa, puede dibujar otros análisis en la infancia lo capacitará para desarrollarse mejor y uno de
y querer ponerlos encima de los anteriores para taparlos. Desde ya que lo!! grandes beneficios que experimentará será el incremento de su capa·
cualquiera de estos pedidos puede ser interpretado y prohibido o permi­ ciclad de juego y de aprender con goce y fácilmente; así como enfrentar
tido, sin que esto sea un obstáculo fundamental para que se prosiga el los problemas con mayor eficacia.
tratamiento, pero traería siempre como consecuencia la tendencia a re­ Varias indicaciones técnicas se hacen necesarias para Laclarar lo que ,;4
petir situaciones similares complicando e interfiriendo innecesariamente significa el jugar del analista, la forma y el momento en que debe hacerloJ
su propio tratamiento y el de los otros. Si se considerase técnicamente Cuando un niño nos pide que juguemos, el analista antes de realizar la


lO+ ARM INDA AOERASTURY TEORÍA Y TÍ:CNICA DEl. PSICOAN,\LISIS DE NIÑOS 105

acción debe éaber el papel que le toca jugnr:J Si está jugando a preparar que lleva años analizando adultos y comienza a tratar niños, siente que
comidas y el niño quiere que participemos, debemos preguntarle cómo le es más fácil después de esta experiencia formular interpretaciones y
<!! la comida que debemos preparar, cómo la debemos dar y cuándo. creo que esto se debe al esfuerzo que exige adaptar el pensamiento, que
Aunque el niño no hable comprende muy bien lo que le decimos y se h? ta hace yoco considerábamos privativo del adulto, al lenguaje de un
:
hace comprender en su lenguaje preverbal. Cuando se trata de un niño ,
nmo pequeno.
de más edad, puede explicamos cada detalle del papel que nos asigna. Es frecuente que al comenzar el trabajo con niiíos se experimenten
Por ejemplo, si juega al colegio y nos toca ser alumnos, además de s��timient�s de molestia y pesadumbre cuando hny que aceptar que el
interpretar el cambio de papeles de adulto a niño, le pediremos que nos nmo perc1be, comprende., expresa y juzga en un nivel tnn cercano al
indique qué clase de alumnos somos, qué hacemos; qué queremos de él nuestro. Una de las más fuertes frustraciones que hemos sufrido de
como profesor y qué quiere él como profesor de nosotros como alumnos. pequeños es el no encontrar respuesto a nuestra curiosidad y más aún
Si se niega o resiste a hacerlo es necesario formular la interpretación el no ser comprendidos cuando nuestra comunicación era prcverbal 0
que le de nuevamente conciencia de enfermedad, de que somos sus terapeu­ sólo rudimentariamente verbal.
tas y no estamos jugando con él sino psicoanalizándolo. Sólo así po· Al interpretar a un niño de 16/18 meses y comprob-ar la facilidad \
dre111os comprenderlo y ayudarlo.\.Se alivia cuando ponemos ese límite
y le ratificamos nuestro papel de terapeutas cada vez que él lo eludej
con lo que comprende nuestras palabras y el alivio que experimenta se
hoce evidente el error del adulto que no sólo habla cualquier cosa delante 1
1
Es indudable que para analizar un niño no basta un frío conocimiento de él -porque piensa que no entiende todavía- sino que s i el niño
_
da s1gnos de haber comprendido lo hace callar irritado o lo considera {
de la técnica y de la teoría. Es necesario tener algo del placer que siente
el niño al jugar, mantener algo de In ingenuidad, fantasía y capacidad un niño excepcional. He analizado niños desde 14 meses y pienso que '
de asombro que son inherentes a la infancia. el perfeccionamiento de la técnica llevará a poder hacerlo con niños más
pcquenos.

Así como un es�ritor tiene condiciones innatas pero además aprende


su oficio, un analista no sólo debe conocer teoría y técnica del psicoaná· En los tratados de técnica hasta hoy publicados no se menciona el
problema det_!os honorarios en el muílisis de niños l!l.J
lisis sino tener ese don que considero no se puede transmitir ni enseñar
pero sí desarrollarse notablemente con el análisis individual del psicoaná­ E n estos problemas como los hasta aquí planteados todo condujo a
suponer que no existen diferencias entre el an�isis de niños y el de
lista. Esto se comprende si reflexionamos que su trabajo exige de él
1 una gran capacidad de conexión y de expresión y ambas se desarrollan
) adultos. Es obvio que el niño no puede afrontar el pago de su tratamiento
per9 esto no difiere de lo que acontece en toda su vida diaria y él tiene
con un buen análisis.
En otro plano del aprendizaje podemos ganar mucha capacidad para

c ara conciencia de la situación. LNingún niño, . oun�uc muy pequeño,
_ le regalen algo en un negoc1o, smo que pide a sus
1 aprender a formular la interpretación. Acon..-.ejo a todos los que trabajan
en análisis y en es�ial de niños, �acer verdaderos ejercicios de est lo !
p1enso o espera que
padres que se lo compren:J En éste, como en todos los aspectos de su
_ y formular por escnto vida, sobe que los padres o sustitutos pagan sus cosos y el tratamiento
que consisten en rev1sar una y otra vez el matenal
est¡Í incluido en este concepto de su vida. Para él, como para un adulto,
la interpretación y reformularla tantas veces como sea necesario hasta
puede llegar a ser un problema que las sesiones sean pagns pero no es
encontrar la que consideren ajustada;) No quiere esto decir que estudiemos
los interpretaciones para darlas, sino que debemos encontrar el método
debi � a su edad que el pago en sí es un problema. Es co veniente que
?
_
;
el mno sepa que las ses1oncs se abonan en los primeros días del mes.
para lograr sin esfuerzo expresar lo que comprendemos y formularlo
con un lenguaje adecuado al caso y a la edad del paciente.
Es mejor que, si sus conocimientos se lo permiten, tJ•agn él mimo el *
cálculo de las horas. En lo posible debe ser él quien entregue el dinero
Podemos comparar este aprendizaje con el que realiza el estudiante de al terapeuta:) Se comprende que si se trata de niños muy pequeños 0
música, cuando tiene que aprender a transportar una mismo {rase musical
n distintos tonos mayores y menores o a los ejercicios de composición, • l!l En una cart:tque Mclanie Klein me envió con fecha Z7 de abril de 19-15

que si bien no lo transformarán en un creador, le darán en cambio la


u cx pr
�: así: "En r�la�ión con su p�era pregunta -con respecto a su trab aj o �
yo le d m a que de mn¡;un modo &e d1cut:tn
s los lonorarios con el niño, pero eslá
posibilidad de dar buena forma a su inspiración. .
sobreentendido _
que al annhs111 �
se le pagan honoranos. Es preferible que el niño no
Este estudio de la formulación no tiene que ser sólo escrito sino conozca d monto de los honorarios porque ll<:guramenle le parecerán exorbilantes.
fr
f.:os padres deben �ecirle al niño que es como pagar In escuela o algunn cosa así. De
también oral, porque Lun analista debe acostumbrarse a oir sus interpre­
mnguna mnoera p1enso que hay que hacerle creer al niño que al analista no se le
tac_iones y a tener capacidad de criticarsej Es frecuente que el analista paga."
J


1
106 ARli11NDA ABERASTURY TEOilÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE Nll
�OS 107

ción de su impotencia; 4) la inseguridad y el enojo que le causaba la


'
muy enfermos deben tomarse las precauciones nect:sarias para que lo
bagan sin riesgo de perderlo. Es notable cómo niños aún muy pequeños disminución de las horas de tratamiento.
recuerdan a sus padres el pago de las sesiones o llegan dicie'!do que El niño que sabe lo que cuesta una sesión trata de no faltar, reclama
L
hsn reclamado el dinero o que ya lo pidieron. En su juego expresan �us minutos si le han faltado en su hora y se las ingenia para que no lo
fantasías inconscientes con respecto al pago, <lel mismo modo que un traig:�n con retraso a las sesiones. En ésta como en 1oda situación donde
adulto lo verbaliza en la sesión en forma .directa o enmnscarndaJ Suele no se plantean claramente los problemas existe un engaño que es desfavo­
srr práctico sugerir a la madre, en In entrevista inicial, que entregue el rable para el afianzamiento de la relación transferenci:�l y la continuidad
dinero al niño en el momento de entrar al consultorio. Se observa que del análisis.
etJ la medida en que se hoce responsable en otros planos, reclama gquí

también el derecho a una mayor independencia.


El caso que expondré muestra cómo el niño conoce la relación que
existe entre el número de sesiones y el monto de los honorarios y In •

dificultad o facilidad con la que sus padres afrontan ese gasto :


Mario sufre de fobias múltiples, de pavores nocturnos y de agresividad
incontrolable que le dificulta su contacto con el medio ambiente. Tenía 7
años y medio cuando inició su tratamiento psicoanalítico 13• La sesión
que relataremos corresponde a la vuelta de las vacaciones luego de un
año de tratamiento de 4 sesiones semanales.
Tomó plastilina y dijo que iba a hacer una bola con muchos pies
para que no se caiga. Luego de reflexionar dijo que era muy dificil roner
tantos pies y que en cambio haría un coñón para disparar. Corno ese día
-al entrar a la sesión- los padres comentaron que habían resuelto
dj�minuir una sesión porque Mario estaba mejor y ellos tenían dificultadci
económicas, el terapeuta interpretó las pat:�s múltiples corno su necesidad ¡
di.' asegurarse de que no rodaría por la inseguridad que le c:�usaba dis·
minuir las sesiones y que esto además lo había enojado mucho -el cañón-. 1

Dijo que haría una bola con espinas por todos Indos para que no
1 la toque y a continuación dijo: "¿sabés cu:ínto es un cuarto?" Se le inter·
pretó que preguntaba cómo le iría con un cuarto menos de sus sesiones
y si esto no lo haría recaer en su síntoma más temido, la agresión incon·
trolable -la bola con espinas-.
Sacó dinero del bolsillo y dijo: "Es bastante, ¿no? En mi casa voy
a hacer lo siguiente: voy a amarrar un piolín al techo y voy a subir y
subir. Pero ¿no le parece que va a ser difícil?" Es evidente que ante
la dificultad económico surgió un intento maníaco de negar su impotencia
y ofrecer su dinero, pero el juicio de realidad lo llevé a expresar que
necesitaba crecer de golpe para afrontar el pago, pero que esto era tan
imposible como treparse al techo con un píolín ((Ue no lo sostiene.
Me parece muy interesante este material donde se expresa: 1 ) El
temor o recaer <:n el síntoma que más lo hizo sufrir; 2) In percepción
de la necesidad del dinero para solucionar el problema; 3) la acepta·

13 Con lllanuel Kizzer.


TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 109
VII. La pr•mera hora de juego, s u significado.
por él como un nuevo nacimiento; In separación inicial de los padres y
la entrada al consultorio suelen acompañarse de las ansiedades que cxpc·
}
cimentó al nacer.
LEl temor a la repetición de los experiencias con el objeto o los
objetos originarios, obedece tanto a lo que aconteció con los padres
reales como a su propia compulsión a repetir situaciones que lo dañan.G *
En su fantasía de curación expresa el anhelo de cambio del mundo exterior
real y su deseo de curar su compulsión a repetir dichas experiencias. _¡
Cuando 1Freud analizó n un niño de 5 años 1 y describió su actividnd
de juego, sus d i
J
bujos, sueños y ensueños, dejó los cimientos para la
LEl temor de repetir su relación con el objeto originario es lo que
nos transforma en alguien a quien y de quien se desconfia:J El objeto
l
técnica del psicoanálisis de niños. Más tardc2 descubrió queLsi un niño originario cargado de frustración y miedo proyectado en el terapeuta,
juega � porque necesita elaborar situaciones traumáticas.� El análisis de transforma a éste en alguien temido por el niño y de quien espera que
niños confirmó estas conclusiones, pero aunque era cv1dente que los adopte la misma conducta negativa de sus padres y lo ataque..lfste objeto
problemas fundamentales de un niño se expresan en este lenguaje pre· originario en sus aspectos amados -en cuanto lo ha satisfecho en sus
verbal, los tratados sobre el tema 3 seguían afirmando que éste -a dife· necesidades- confiere al terapeuta los atributos necesarios para curarlo.
J rencia del adulto- no tenia conciencia de enfermedad ni voluntad de Esta doble fuente de la transferencia debe ser interpretada desde el primer
1 curación. momento,' pero como los dos aspectos están siempre presentes durante *
Mis conclusiones fueron diferentes, aplicando la técnica de juego. el tratamiento, lo interpretación de su significado debe hacerse también
Encontré que ya durante la primera sesión -fuese ésta la iniciación de en las sucesivas sesiones.
un análisis o simplemente de observ�ción diagnóstica- aparecía la fan· Es fundamental que desde el primer momento asumamos el papel de
tasia inconsciente de enfermedad o de curación. terapeutas porque esto ayuda al niño n ubicarse como paciente y a ir

Me propuse entonces Jnvestigar si el material del ni o durante el haciendo consciente lo que ha mostrado como fantasía inconsciente, para
tratamiento confirmaba lo que había mostrado en esa pnmera hora Y
1
J
llegué a la conclusión de que así era en todos los casos, corroborando
lo cual debemos lintcrprctar la doble imagen y sus significados..)Ya frente
a los padres habremos aclarado lnuestro papel de terapeutas del hijo y no
la idea inicial de que el niño sabe que está enfermo y comprende Y de ellos, que confirmamos al no pedirles cambios en su vida familiar y
acepta el tratamientO;.) Con la técnica del juego,.. hechas los modificaciones an\,iciparles la reserva que mantendremos con las sesiones del hijo.J
scñnlndas, comprobé que el niño l.!IOS comunica desde la primera hora En la <lescripción del consultorio hice referencia al significado que
cuál es su fantasía inconsciente sobre la enfermedad o conflicto por el tiene el cajón individual, describí el material que ofrecemos al niño y
cual es traído al tratamiento y en la mayor parte de los casos, su fantasía los problemas técnicos que surgen de su manejo. LEste cajón indh-idunl
inconsciente de curaciónJ que le ofrecemos al iniciar el tratamiento se constituye desde el primer
Pienso que si surgen tan inmediatamente es debido a la presión del momento en el símbolo del secreto profesionaiJ del mismo modo que la
la conducta negativa de los objetos onglllarios
ltemor a que repitamos palabra que damos al adulto -en la que confía- cuando inicia un
j que le provocaron la enfermedad o el conflicto. Junto a ese temor, evi·
! tratamiento p sicoanalítico.
dencia el deseo que no seamos como ellos y asumamos un nuevo papel en Los casos que paso a narrar se refieren a primeras horas de juego
t:1 que le demos lo que necesita para su mejoría.:J Este proceso es vivido para diagnóstico y primeras horas de tratamiento, en niños de distintas
edades. En ellos destacaré en forma especial aquellos aspectos que confi­
1 Fntuo, StcMUI\D: "Análisis de la fobia en nn niño de cinco años". lomo XV,
guran vas jugadas de apertura, cuya importancia se hace evidente en el
Historiales cUnicos.
2 Fntuo, StcMUr-1>: "l\lás allá del principio del placer·•, p:í¡¡. 285, lomo U, Uraa curso ulterior del trntamicntoj
teoría sexual y otros ensayos.
3 FntUD, ANNA: Psicoanáli sis del niño. Ed. Imán, Buenos Aires, 1951.
Ku:lN, Ml:l.ANIE: Psicoanálisis de niños. Biblioteca de Psicoanálisis, Buenos
Aires, 1948.
• 1..11 obseo·ación y utiliución sistemática de 13 hora de juego pan diagnós·
tico s� realizó por primera ,.cz en 1:� Argentina.
5 FnEUD. StcMUND: Más allá del principio del placer.
108 G KLE<IN, MELANIE: Psicoanálisis de rriños.


1
IIO
'
ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL l'SICOANÁLISIS DE Nl�OS lll
Caso l.
un pcrseguidorJ ignmos ahora con su juego )' veamos cómo expresó
Roberto es un niño de 2 años, que padece desde los 18 meses de r.uevamcnte que este acto de tEhupnr y morder se dirigía finalmente a
• pavores nocturnos y tendencia al insomnio. Su . desarrollo parece haber su madre real tanto como a su madre interna simbolizada por el platito.�
sido normal hasta ese momento. Luego de la primera entre\•ista con In Uenó el lavatorio de agua hasta que ésta rebasó y cayó al suelo,
madre, resolvimos que lo observaría durante una hora de juego, antes de con las manitas empujó hacia la madre el agua que había caído, la
decidir su tratamiento. pisó hasta empapar las suelas de sus zapatos, y caminó entonces sobre
Se le informó que vendría a verme, que no era una visita pediátrica, In parte seca del linoleum, Ldejundo de este modo las huellas de sus
que no le revi§aría ni l e daría medicamentos, sino que estaria una hora pisadas que también se dirigieron hacia su madre. Cuando se agotó el
con él y le daría cosas para jugar, hablaríamos y trotaría así de com· agua en el suelo y en sus zapatos y observó que ya no dejaban huellas al
prender el motivo de sus dificultades para dormir y el modo de aliviarlo. caminar, volcó más agua repitiendo la actividad descripta, hasta conseguir
Entró al cuarto de juego · con su madre, que se sentó mientras el que la última huella llegase h3sta su madre.J Subió entonces sobre ella
niño se acercaba a los juguetes que estaban sobre una mesa baja, y y la abrazó con un· gesto envolvente, como si quisiera llevársela en los
comenzó a jugar de ínmediato.7 Utilizó platitos, tazas y c�bíertos, iniciando brazos. Al empezar el juego con agua y mientras llenaba el lavatorio y
un juego que duró alrededor de diez minutos y en el que representaba producía inundaciones exigió que lo tuviese de lu mano, quedando excluida
una alimentación placentera, sin apuros, adecuada, con cariño y estabili· de esta acción su madre, que continuaba sentada en el cuarto de juego
dad, según se iba deduciendo de los detalles del comer. contiguo al baño.
La interrumpió para pedirme que prendiera la lur.. Tomó luego un Sabíamos ya que Len la noche. solo o con la niñera. sentía nn•icd::d:
pl;;tito, lo chupó y mordió con desesperación, dando índices de ansiedad su madre no estaba con él y necesitaba conocer el camino que lo llevase
creciente. Nos detendremos para analizar su conducta hasta ese momento. a clla.t0 Estas huellas eran el símbolo de las huellas mnérriicas de la buena

1 El prender la luz y luego morder y chupar desesperadamente, después


de un juego de alimen'tación y satisfacción adecuadas, permitió ubicar en la
noche la hora de su síntoma, y nos dio una pista para inveStigar el motivo
imagen de la madre, que se borntban cuando el terror por la mala imagen
lo inundaby Nos había comunicado el motivo del pavor y ahora expresó
que necesitaba de c.ni ayuda para encontrar el camino que lo llevara
de su trastorno de sueño. 0forder y chupar el platito con desesperación hasta su madre cuando estaba aterrado en la noche.� Me señalaba además
y la crisis de ansiedad inmediata a esta acción, mostraban cuáles podrían In necesidad de un suministro incondicional, al exigir de rní que no dejase
ser sus sentimientos en la noche, si le surgían tales deseos_:} ni un minuto su mano, mientras manipulaba el agua que le permitiría llegar
Sabernos que el platito chupado y mordido existe corno objeto real !testa su madre.
en el mundo exterior, pero representa también un objeto interno, símbolo Analicemos aun más esta segunda parte de su juego. Al rebasar el
del pecho introyectado que alguna vez fue externo. En ese momento al agua en el Ja,·atorio. nos comunicaba también que se orinaba en la
jugar, no �ólo muerde y chupa el platito, sino también el objeto interno noche cuando tenía ansiedad. Estando su madre ausente acontecía en
L
que lo ataca, su madre prohibidora.:J En la sesión, yo, como terapeuta. 1:1 noche que tenia ansiedad, se orinaba y necesitaba encontrarla. La
repetía In prohibición interna, por eso abandonó el juego y tuvo ansiedad. forma em·olvente del abrazo y su gesto de acurrucarse junto a ello repro·
Ya sabíamos algo de lo que en la noche provocaba el pavor nocturno ducian la forma inicial de contacto corporal con la madre después del
y el insomnio, las dos formas de trastorno del sueño por las cuales nos nacimiento, mostrando con ello quelnecesitaba volver al suministro incon·
consultaron. LLa imagen de algo que muerde y chupa, proyectada, simbo­ dicional -esta vez de su terapeuta- para curarse.:) En éste como en otros
lizada y personificada por el platito, trajo como consecuencia la crisis ca5os, traspasar el límite entre el baño y el cuarto de juego simboliz a
de ansiednd.J Veíamos así cómo actuaban en él las defensas frente a )11.5 el nacimiento y In forma en la que el niño lo traspasa nos enseñ:� mucho
tendencias destructivas. lEl primer mecanismo de defensa frente a ella fue sobre las características del parto y de sus primeros contactos con e!
la expulsión, proyección y simbolización 8 y luego vino l a destrucción mundo extcrior.t::
violenta. del objeio cargado de destructividad, al que se teme como a

1 La inhibición para jugar es un índice de neurosis grave y se tiene muy en g La universalidad de las figuras del hada y l.t bruja o del bueno y el malo
cuenta para el diagnóstico y pronóstico de una neurosis. Este niño evidenció una lla
· en los cuentos infantii.!S 'e explica por cstt: doble aspecto del objeto originario.
mativa capacidad para expreaar y elaborar en juegos sus. con!lictos. lo que fue de 10 Las huellas perdidas y el deju hudbs duraderu para reencontrar el hogar
muy buen pronóstico. abandonado o JlCrdido. es tema de muchos cuentos infantiles.
8 FRtUD, StCMUND: Más allá del principo i dd placer. 1 1 la madre que se borraba cuando el terror por la mala imago lo inundaba.
tZ Cf. capítulo xr.


112 ARMJNDA ABEHASTURY TEOIÚA Y TÉCNICA DEL PSICOA.NÁLISIS HE NIÑOS 113

La presencia de la madre en el consultorio facilitó la dramatización Cuando un grupo quedaba formado me decía "duermen". Puso gallinas
de la división entre buena y mala madre externa e interna, pero sin ella con gallinas, cubos con cubos, pelotas con pelotas, plastilina con plas­
lo hubiera expresado utilizando al analista, un juguete, un objeto, o eual­ tilina.(._El último grupo que formó fue de perritos: separó el más chiquito,
qt:ier detalle del cuarto de análisis. ) lo puso en mi mano y me la cerró dejando dentro el perrito. Observó
minuciosamente y con desconfianza mi mano, cerrándola cada vez más
Caso 2.
fuerte como si temiese que yo la abriera. Luego dijo: "Hace!o dormir vos.'}
Relataré ahora la primera hora de juego de IUl nmo también de ¿Qué expresó con este juego? LCada grupo era una familia en la que
2 años, que padecía de insomnio y rocking. Este último síntoma era tan todos dormían, pero en una de ellas -la propia- el más chiquito no
agudo que por la intensidad, violencia y continuidad de los movimientos, dormía --su síntoma- y me encargaba a mí -la terapeuta- que le
fue necesario tapizar con ·almohadones la cuna del niño, amortiguando enseñara a dormir guardándolo dentro de mí.J Ponerse en mis manos
así los efectos. de los golpes que se daba en !a cabeza al golpearla contra para que le hiciese dormir era aceptar la ayuda terapéutica, mostrar
los barrotes, y tapizar con alfombras el cuarto, de modo que el movi­ que la ncce�itaba. La forma en que puso el perrito en mis manos y las
miento de la cuna se frenase algo, sin lo cual ni los padres, que dormían cerró herméticamente mostraba su fantasía inconsciente del por qué del
en el cuarto contiguo, 11 i la niñera que dormía con él, podían conciliar síntoma y de la forma en la que podría curarse. Necesitaba volver al
el sueño, por el ruido que producía la cuna al desplazarse y chocar contra vientre de la madre, y que yo no repitiese lo que ella hizo, lo guardase
las paredes o puertas del dormitorio. El insomnio era casi diario, siendo seguro en mi mano, y en un nuevo nacimiento -luego de haber recibido
ineficaces los sedantes con los que trataron de evitarlo. de mí lo necesario- podría dormir.
Hernán era el menor de cuatro hermanos, y el único con trastornos; ,! La desconfianza y el miedo de que yo repitiese la conducta de la
los padres parecían profundamente unidos entre sí y con sus hijos. En madre y lo dejase salir de mi mano se expresó en esa observación
el edificio en que vivían tenían su departamento tíos y tías, a su vez minuciosa y desconfiada con la que espiaba si mi mano guardaba el
con hijos, habiéndose constituido Luna gran comunidad infantil en la perrito que él- me confió. LVemos ·que para el primer niño la vida estaba
que Hernán era "el enfermo".:.1 dividida en dos partes -antes y después del trastorno- y su vida diaria
De la entrevista inicial con los padres resaltaba un dato, el único actual también lo estaba en antes y después de la noche.l! Por eso dividió
que al parecer podría haber sido significativo en el síntoma. �ació 20 la sesión en una paJte de juego tranquilo y otra en la que todo fue
días antes de la fecha calculada, porque se indujo el parto adecuándolo invadido por la ansiedad. Prender la luz fue el limite de su vida placentera
a un día que resultase cómodo a la comunidad familiar_:ILa madre se resistió y luego de eso aconteció la irrupción del chupar y el morder, la angustia,
al principio cuando el médico se lo sugirió, pero la presión de su ·medio el orinarse y la soledad por no conocer el camino de retorno al objeto.
ambiente y la confianza que le inspiraba su médico favorecieron el que Este desconocimiento era la consecuencia de no haber elaborado la ansie­
se hubiese sometido. En un interrogatorio posterior comprendimos que dad depresiva, lo que fue impedido por el monto excesivo de tendencias
si no pudo defender más a su hijo fue porque ese embarazo se produjo destructivas, no canalizadas normalmente. LE! primero mostró que el mie­
en un momento difícil y la complicó más que el de los otros hijos. En do a perder a la madre provocaba el pavor nocturno, y el insomnio era
el desarrollo ulterior del niño no hubo al parecer otros trastornos y tenía una defensa frente al pavor. El se.gundo niño expresó en cambio su
un aspecto _ tan sano y agradable que era difícil imaginarlo con síntomas singular situación de ser diferente a todos los que le rodeaban por no
tan penosos. poder dormir, y se puso "en mis manos para aprenderlo']
Hernán entró con su madre y comenzó a jugar mientras ésta quedaba En los dos casos que he relatado, la hora fue de diagnóstico, deri·
sentada cerca de éJ.13 Su juego 14 consistió en distribuir los juguetes vando los niños luego a otra terapeuta.
sobre la mesa, formando grupos de todo lo que le parecía semejante. 1
Caso 3.

13 Como en el primer caso, se le había explic:�do adónde iría y para qué. Estudiaremos la hora de juego de un niño algo menor, Adolfo -tam·
14 Uamará la atención que en este caso el material de juego es más variado bién con trastornos de sueño- cuya observación fue seguida de trata­
·y significativo que en otros. Corresponde a la primera época de la técnica de juego.
miento con la misma terapeuta, lo que nos permitió confirmar la exactitud
Años más tarde comprendimos que 1no era necesaria tal variedad y era inconveniente
utilizar juguetes muy similares a ¡o,¡ objetos reales porque, por ese mismo parecido.
de las primeras conclusiones. Se trataba de unt_!liño de 21 meses, que se
inhibían parte de las fantasías. En cambio los más sencillos y poco significativos fa­ drspertaba angustiado en la noche y se pasaba a la cama de alguien,
cilita" la proyección de las fantasÍ3s más reprimidas:) preferentemente a la de la madrcj Sufría también de un t:_hupeteo compulsivQ..I

114 ARMINDA ABERASTURY TEORÍA Y TÉ:CriiCA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 115

del pulgar y no había aceptado aún el orinai.LEI control de esfínteres índice de que recurría con intensidad poco frecuente a la negación de
�e inició a los cinco meses� En ese primer intento, que coincidió con la la realidad como defensa ante una creciente angustia. Fue así que Adolfo
iuiciación del destete.!\ se lo mantenía dos o más horas en el orinal.,¡ Como negó al principio la realidad de que esa era una situación nueva y por
el aprendizaje frncaso lo abandonaron tcmporariamente, para lreiniciarlo tonto temida, así como el sufrimiento que le imponía separarse de su
a los l l meses, coincidiendo esta vez con la pérdida definitiva del pecho;) mGdre. El corralito con el que jugó inicialmente y del que sacó oJ bebé
Ya que en ese entonces se movía mucho y podía escaparse del orinal, lo simbolizaba la prisión, el cerco, la limitación que sentía en su desarrollo
mantenían atado, a veces más de dos horas. -por las molestias que luego nos mostraría- y también la necesidad
La primera sesión que relataremos fue de observación, porque la de salir de ese encierro. Por eso en el juego que siguió detalló sus difj.
madre buscaba que se la orientase en la educación de su hijo. El alivio cultades de acuerdo a su urgencia.
que evidenció resolvieron a la madre y a la terapeuta 1:; a iniciar un Si esta sesión hubiera sido verbaliza<la por un adulto nos hubiera
análisis, no obstante no existir en aquel momento experiencia sobre el dicho: "Teogo síntomas molestos que me coartan y dificultan en la vida
·
efecto de este tratamiento en un niño menor de dos años. Daremos primero y vengo a que usted me libre de ellos." Luego de ese planteamiento inicial,
la descripción de la hora tal como se desarrolló y luego analizaremos enumeraría sus molestias, espontáneamente o porque se lo pediríamos, y es

su significado. �to lo que hace Adolfo con sus juegos. Cuando volvió al consultorio
A pesar de su corta edad no manifestó dificultad en separarse do se rodeó de la cuna con el bebé -su trastorno de sueño--; el baño
la madre 16, entró con la terapeuta y la madre quedó en la antesala. -su conflicto con el control de esfínteres-- y el aparador con la vaji·
Lo primero que tomó fue un corralito y una cunita con un bebé dentro. lle -sus conflictos orales que le llevaron al chupeteo del pulgar-. Maní·

(
Fue luego a la antesala a buscar a la madre y la trajo al consultorio. festó alegría cuando vio un bebé en el inodoro y jugó a levantarlo y
Se sentó en el suelo y se rodeó de l a cuna con el bebé, del baño y de sentarlo en él, repetición que mostraba los sucesivos intentos que realizaron
un aparador con vajilla, sentándose la terapeuta junto a él. para que adquiriere el control, así como su necesidad de h:1cer activamente
Indicó con alegría que un bebé estaba sentado én el inodoro, lo lo que había padecido. Por eso se muestra tan feliz cuando vence el
sacó y lo sentó repetidas veces. Luego intentó <lesvestir un muñequito cor­ temor y el bebé acepta el orinal.
tando una cinta que le ataba la ropa, aludiendo posiblemente al haber En el juego parecía que de todos sus síntomas e.l más dominable
1
sido atado aJ orinal cuando pequeño, y al conseguirlo suspiró con alivio era el del control, ya que pudo manejar solo esa actividad 18, pero no
y alegría. Para hacerlo pidió ayuda a la terapeuta, y también para quitar
el mosquitero de la cuna. Le dio de comer al muñequito, lo tapó y luego
( así con el devestir y el sacar el mosquitero, actividades parn las que pidió
ayuda al terapeuta. Pedirla tenía el significado de que se le ayudase a
le pegó una paliza. Desnudó otro bebé y lo puso junto al primero, liberarse de algo que él solo no podio, quitarse la madre de su interior,
diciendo que eran él y la nena. Prestó atención al agua que goteaba del que lo molesta y coarta.18 El mosquitero era el símbolo de las angustias
lavatorio y djjo "agua", luego de lo cual la terapeuta abrió más la que lo envolvían en la noche. Otro factor que se nos muestra relacionado
canilla y él lavó todo lo que tenía alrededor y secó luego con un trapo. con la angustia en la noche era el temor a la gran paliza, que él da aJ
Bañó un bebé, lo envolvió, lo meció junto a su pecho, lo acostó y tapó. muñequito una vez acostado.
Derramó el agua, se afligió y secó en seguida con el trapo. Observó l a EJ resto del juego se refiere al control de esfínteres, el gotear como'

11
plostilina y tomó luego lápiz y papel tratando de dibujar. Se levantó pérdida de la orina y el limpiar como adquisición del control. En el
y llevó la silla y la mesa al centro de la habitación 11 y se sentó, pidiendo mismo sentido po<lemos interpretar lo que su analista señaló y era la
a la terapeuta que se sentase en la otra silla. Volvió a lavar y luego fue preocupación no frecuente a su edad, de poner en su lugar cada objeto
al diván en el que había juguetes y tomó una nena sentado en un pupitre luego de haberlo usado/lo

y la bañó. Como era la hora y le señalaron que debía irse, se tiró al En cuanto a la inclusión de la niña y el pupitre en el fin de la
�uelo negándose a hacerlo, aceptando irse cuando se le indicó que volvería
18 Es intercunte señalar que luego de esta hon aún sin interpret3ciones el
al día siguiente.
niño aceptó acotarse en el inodoro y continuó aceptándolo. Fue esta reacción 13 qne
El que haya entrado sin su madre no obstante ser tan pequeño era alentó a la madre para iniciar el tratamiento.
• 1 0 GARMA, ANCEl.: "El origen de los vestidos". l�ev. de Psicoanálisis, torno Vlf'
l:iElizabeth G. de Garma. No 2. 1949.
lG Esta reacción, frecuen1e en nmos autistas, es índice de serios tras1omos 20 La aparición temprana de mecanismos obsesivos es índice de empobrecí·
afectivos. miento del yo y ee mue!1r11 frecuentemente en s en los que el control de esfin·
c:a..co

17 Eran mueblee pequeños y livianos. !eres fue tempr:1no. Cf. Neurosis obsesioos.
116 AR�IINDA ABEHASTURY
l TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NI�OS ll7
1

hora moslraba su af;in de ser mayor -la hermana lcnia 6 años- y de cubos, pelolas. aros, plarilos. lazas. un pcquciío muñeco. El juego
ndquirir conocimienlo. lo que se comprende mejor conociendo las cir· de la niña consistió en �oarrojar fuera todos los conlenidos del cajón,
cun�lancias de su vida en In que los :�dullos que lo rodc:�b:m no le reteniendo tan sólo al pcquciío muñeco, al que trataba de colocar en
c�plica�an las cosas clammcnle por considerarlo muy pequeño. In palma de la mano de la terapeuta repetidas veces, abriendo y cerrando
Ser lralado con cariño, alimcnlado y así crecer y conocer bien las
cosas parecía �er su fantasía de curación. Cuando llegó el fin de la
( la mano para colocarlo y luego para rctirnrlo:JEn determinado momento,
dejó caer el muñeco, luego de lo cual evidenció u n gran pánico, se orinó
sesión su anhelo de quedorse con la lerapeuln nos mostró hasla qué punto en el consultorio y espantada por lo acontecido prorrumpió en intenso
este niño necesitaba el lratamiento y había sentido alivio al expresar llanto. En ese estado salió corriendo del consultorio en busca de su
sus conflictos con ese lenguaje pre\·erbal. madre, que la aguardaba en la sala de espera.
La niña repetía en esta hora de juc¡;o la siluación traumática por
Casos 4 y S. In que habían pasado sus hermanos, con quienes se identificaba y el
Expondremos dos casos que juzgo de especial interés por tratarse síntoma era la consecuencia de lCSta identificación iJ tenía miedo de que
di' niñas de casi la misma edad -alrededor de 2 años- que estaban en sueños le pasase lo mismo que a ellos.¡J>edi? que la terapeuta guardara
b:!jo la presión de unaJnbor de duelo recienle.J La primera había perdido el muñeco en la mano así como hubi ese querido. que fuesen aloj:�dos sus
a su herrn:�no y ]¡¡ otra a su madre. Las dos sesiones fueron realizadas hermanos por más tiempo en el vientre de su madre, y protegidos ambos
a dislinlas horas, en el mismo consultorio, con 1¡¡ misma terapeuta 21 y de la muertc:Jla caída del muñeco y en general el dejar caer corno no
disponiendo del mismo material de juego, que cada una de ellas usó proteger, expresaba la pérdida tal como había sido el parto prematuro
de un modo diferenle para expresar su conflicto básico. de la madre. El hecho d e orinarse en el consultorio tenía el mismo
significado y según pudimos comprender más tarde, traducía también
. Ana fue traíd:� a la consuha por presentar ¡jnsomnio desde hacía
vonas semanas; la situación desencadenantc de este síntoma fue In muerte la ansiedad que en ello había despertado el ver a su hermano reiteradamente
de un hermanito de 1res meses, :�cnecidn en la noche,:) Ln madre había sobre el catre o la mesa, cuando le cambiaban los pañales, en situación
dndo a luz hacia 3 meses y medio a dos mellizos prematuros, ambos de peligro porque al estar solo podía haberse caído. Además el 'padre
vnrones, que nacieron antes del séptimo mes de embarazo. Uno de ellos verbalizó más de una vez delante de ella el miedo de que esto aconteciese
falleció al unccr, en tanto que el segundo sobrevivió a costa de grandes y la necesidad de tomar precauciones. La niña temía que los mismos
esfuerzos hnsla el lcrccr mes. A esta edad ya compnrlía la habitación peligros por los que pasaron sus hermanos se repitiesen con ella, con
con Ana y la niña hnbia sido testigo del momento en que el padre al iguales consecuencias definitívas.LAl no dormir vigilaba y controlaba los
entrar al cuarto descubrió que su hijo estaba muerto en la cuna, en la peligros de los que se sentía rodeada, y que habían provocado el pavor:J
que le habían dejado con vida pocas h�ras antes. Después de ese episodio Su fantasía de curación era sentirse suficientemente protegida como
para ahuyentar el peligro, por eso hacía que la terapeuta protegiese al
�umam�nle dramático comenzó el síntoma que motivaba la consuha, el
111�ommo, que fue precedido por un episodio de pavor nocturno.= muñeco guardándolo en la mano cerrada. Esta niña conocía la verdad
Antes del parto la madre había tenido que hacerse cargo del cuidado con respecto al destino de sus dos hermanos, pero aún no había hecho
de sus sobrinos y del suegro, adcm¡Ís de atender a su hijita y ocuparse consciente la relación del tiÍntoma con su temor a seguir el destino de
de su embarazo. Esta circunstancia provocó en Alla un sentimiento de ellos. Su lratamiento psicoanalítico debía mostrarle la realidad de In
desamparo y abandono!) reforzado luego por los circunstancias del parto, muerte de éstos y lle\·arla a elaborarla, osí como a aliviar las ansiedades
L
Y las características de los meses que siguieron, en los cunlcs los padres subyacentes que la hicieron reaccionar con el insomnio. Este síntoma
tuvieron tanto preocupación con el niño prematuro y debieron ocuparse se explicaba por la necesidad de mantenerse alerla a fin de que no le
intensamente de él. ocurriese lo que a sus hermanos.
La hom que relalaré fue ob�crvada pocos días después de la muerte La otra niña cuyo hora de juego describiremos a continuación y a
del niño y In terapeuta fue la misma que llamaron en consulta cuando la que llamaremos Luisa, contnbn también dos años de edad. Para su
nacieron los prematuros.
·

primera hora de juego, a la que fue citada el mismo día que Ana, se le
El cojón de juguelcs preparado para la hora de juego contenía además ofreció el mismo cajón de juguetes, con los mismos contenidos, pero su
juego fue absolutamente diferente. tYació el cajón sin interesarse paro
21 SIL<:�na L. de Ferrer. nada en los juguetes y su esfuerzo se orientó en todo momento a poder
22 Cf. copitulo Xltr.
penetrar dentro de él, lográndolo al fin.J Una vez acomodado pidió que


TEORÍA Y TÍ:CriiCA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 119
118 ARMrNDA AOERASTURY

a repetir el mismo proceso casi sin intervalos de bienestar. Se le hicieron


s� �e; p�s�ese la lapa. Permaneció así durante un largo rato y en silcn­
siempre tratamientos con antibióllcos y sintomáticos, sin conseguir mejo­
CJ�,: p1d �endo luego ayuda para salir del cajón. En cuanto lo consiguió
saho cornendo del consultono en busca del padre, lo trajo de la mnno rarla. �1 cuadro se presentó por primera vez cuando tenía tres meses,
d��.e la sala de espera y se paró con él delante de la puerta. Allí per­ coincidiendo con el destete y con un desastre económico de los padres,;
clbJO un arc�.n de madera oscura, muy tallado, cuyn tapa pidió que le­ y amenaza de separación;) Cuando éstos consultaron al terapeuta 24 éste
)C$ advirtió que no podía tomarla en tratamiento, pero que la vería
van�asen a fm de poder explorar su contenido, mientras preguntaba qué
hab1a dentro. paro hacer un diagnóstico y derivarla a otro.2� Por lo tanto no interpretó.
�onociendo la historia de la niña comprendemos el significado de Puso a su disposición los juguetes que correspondían a su edad y
este Juego. Su madre había fallecido bacía un año, luego de seis meses agregó algunos otros que le parecieron útiles después de la entrevista
de grave enfermedad a raíz de lo cual Luisa fue trasladada a casa de inicial con los padres.!!11 Virginia llegó acompañada por la madre quien
la abuela, donde pasó los últimos meses de enfermedad de la madre. No le había explicado previamente el motivo de la consulta. Era pequeña
se le habló de todo esto por considerársela demasiado pequeña para para su edad, p¿í l ida y delgada, sus ojos grandes e inexpresivos recordaban
comprender la muerte y sus problemas, y tampoco se le dijo la verdad el rostro de una muñeca. Reclamó los chiches de los que le había hablado
en los d1as . �� que su madre estuvo tan grave. El padre de la niña, su madre y 1.._se separó de ella para entrar al consultorio sin expresar
cuando fallec1o la esposa, fue a vivir también en la casa donde estaba ninguna emoción, conducta que en una niña tan pequeña indicaba un
su hija Y tanto él como la abuela guardaron silencio sobre todo lo serio trastorno en los afectos:l Necesitaba ne.gar los ansiedades depresivas
acont e �i�� · LAl año del fallecimiento de la esposa, el padre vislumbró que le provocaba la separación de su madre y las ansiedades paranoides _J..
1� JlOSiblhdsd de volver a casarse y esta decisión incrementó en la niña que normalmente despierta toda situación nueva¡ la debilidad de su yo X
d1f�culta�es que ya existían: inhibición de juego, complicaciones en la hizo que para enfrentarlos recurriese n una intensa ne�ación.
rutma d1ana . Tomó un tenedor, un autito y un avión, balbuceó algo y tomando
Y con el medio ambiente, siendo éstos los motivos de la
c? nsulta:J Las características de su juego mostraban que el interés más ur.a cucharita dijo: "cucharita"¡ luego tomó un cuchillo y susurró: "cu­
L . chillo", poniendo después todos los cubiertos cerea de ella. Tomó un
V'IVo de f a c�1atura era que se le dijese la verdad, con respecto a algo
que ya eonoc1a en el fondo y que era la muerte de su madre. Sus esfuerzos avioncito y dijo: "mi mnmá viene a buscarme", y al terminar esta frase
po.r. develar este misterio se expresaron en el juego de meterse en el se apoderó de un avión rosado, le miró las ruedas, se las mostró al
caJon, donde a través de la identificación con la madre --colocarse en ltrapeutn, lns hizo girar y lo movió hacia atrás sin soltarlo de su mano.
el cajó� Y pedir que se �� pusiese la tapa- trataba de experimentar lo que Nos detendremos en este momento de la sesión para analizarla en
. detalle. El balbucear algo incomprensible, luego pronunciar claramente
se sen��a dentro. Tamh1en el hecho do pedir que se levantara la tapa
del caJon y qu� se le ayudase a salir de él era su forma de expresar cucharita y de un modo menos claro cuchillo, fue su forma de expresar
. que hay (Eosas que conoce bien, otras no muy bien y que algunas le
e! deseo de s al1r de ese confhcto, lo que no podía hacer sola. Sus
.
d1ficultades estab8ll íntimamente ligadas con esa verdad que le fue prohibido son incomprensiblesj Siendo la situación terapéutica desconocida para ella,
conocer, aunque sí padeció lns consecuencias, ya que no volvió a ver parecía que lo que no entendía era lo que pasaba allí entre ella y el tera-
a s� madre. LPara curarse necesitaba estar esclarecida sobre el destino Pf:Uta y al actuar de ese modo trataba de hacerle comprender cómo se

J1 de est� --conocer e! contenido del arcón-. Era lo que esperaba del


tratam�ento, el conocimiento de la verdad para ella y para su padre, al
sentía confundida. La angustia frente a esta situación nueva la lleva
a probar la realidad de si puede disponer de todo lo que hay, por eso
toma los cubiertos y los pone cerca de ella. Asegurada de que puede
. que h1z?. volver al consultorio y delante del cual interrogó sobre el
arcon. · caJOD:.} disponer de los juguetes, toma un avioncito que por la asociación verbal
.siguiente utiliza para personificar o su madre. La primera asociación :'('mi
Caso 6. momá viene a buscar�e'', es e�presión . t ambién del temor de que no
, rcaparec1endo aqu1 1 a ans1edad que nego_ a1 separarse de
p
Virginia es una niña de dos años y medio, que presentó desde los acont ezca as¡,
tres ? cuatro meses bronquitis espasmódic.as febriles, cuadro que se ella sin afectos:..} Esto se confirma cuando muestra el medio que tiene
..
rep11Jo con m ��a frecuencia, acompañado de anorexia, pérdida de peso,
::• Jorge Rovatti.
marcado decaJmJento· general e intensa palidez. Apenas repuesta volvía
25 Moisés Trnctemberg.
211 Dos avioncitos, dos nutitos, dos tnza.s, un espejito, dos juegos de cubiertos,

23 • L4 identificación con el objeto perdido es u.na forma de elaborar la pérdida. un ovillo de hilo, tijeras, tres bnrTas de pla.stilioa.


120 ARMIND.� ABERASTURY
TEORÍ \ Y TÉCNICA DEl. PSICOANÁLISIS DE i'\L�OS 121
el avión para desplazarse, los ruedas. t§c siente abandonada por su modre
Continuaremos ahora el relato de la sesión: toma una taza, un
y teme que no la venga a buscar.=!.¡ La intensidad de la angustia negada
al comienzo, vuelve a expresarse en el juego siguiente, donde intenta rAnto, coloca la toza boca abajo y luego modifica !:1 posición, colocándola
mágicamenlc negar el haberse separado al hacer volver el avioncito hacia boca nrriba. Con un cuchillo y un tenedor hace como si comiera, toma
atrás, desandando lo andado. dos cuchillos y los afila uno contra otro, luego toma el tenedor, deja
Sigamos ahora analizando su juego : Aparea dos avioncito5, uno la cuchara y teniendo en una mano el autito rosa, lo mueve ritmicamente
rosado y otro celeste, y frente a ellos pone un auto blanco. La elección de adelante hacia atrás, repetidas veces., dejando al autito blanco detrás
dtl color, la forma en que los coloca y los relaciones espaciales entre de ella. Levanta el avioncilo celeste y dice: "aquí está". Toma In taza y
ellos permiten suponer que el blanco In personifica o ella simbolizando el plato, bosteza, y los coloca al Indo de los cubiertos. Pone el avión
uno de sus síntomas -la palidez- y los otros dos a sus padres. En su ct>leste entre las piernas y lo hace subir por los muslos hacia los genitales;
juego el auto blanco está enfrentado con la pareja de sus padres unidos. coloca e1 celeste en un muslo y el rosa en otro. Luego coloca el celeste
�1( J Sabemos que la situación traumática más intensa en el conflicto edipico dc:l lado de los cubiertos y el rosa del lado del auto rosa. Estudiaremos
l es la de ser el tercero excluido. Si pensamos que los aviones representaron este fragmento de sesión en detalle. Poner la taza boca abajo sobre el
plato y modificar eso poniéndola boca arriba, es un gesto que corriente­
a los podres unidos no es sólo porque los ubicó en pareja sino porque
eligió uno rosa y uno cl!leste, colores que en nuestro medio simbolizan mente puede expresar que está vacía. Colocarla luego en una posición
comúnmenle lo femenino y masculino. Si aceptamos que el j ucgo tiene recept iva, en la que se le puode volver a poner algo, es un modo de
el valor de una asociación verbal, podemos decir que Virginia asoció el decirnos que está dispuesta a que se la llenen otra vez, siendo su asociación
abandono que experimenta cuando su madre se va al que siente cu:�ndo siguiente lomar un cuchillo y un tenedor y hacer como si comiera. La
sus padres están juntos. taza es el símbolo del pecho que quedó vacío y pide al terapeuta que •
L
Luego toma el autito blanco, lo acerca a otro, tomo los dos y los se lo llene de nUC\'O, por eso junta los cubiertos y finge comor.J Repite
hace rodar juntos mientras dice: "los autos". Los levanta, los enfrenta, así en este fragmento su pedido de que el trapcutn la acompañe y la
los superpone y los separa, para tomar luego el blanco manteniéndolo alimente y la llene en sus genitales :�n, modificando la imagen de vaciedad
en la mano y haciéndolo ir hacia adelante y atrás sucesim y rítmicnmcnte. que parece ligado a sus objetos originarios. !Los cuchillos que se afilan
Los hace rodar a los dos juntos, de tal modo que el blanco queda más haciéndose cortantes simbolizan los dientes a los que parece atribuir la
adelante, los aparca nuc,·amente, los toma juntos, pronuncia palabras pérdida del pecho. Además del incremento de In agresión oral provocada
que no se comprenden mientras pone en contacto las ruedas de uno por lo pérdida del pecho, sus deseos de morder hacen pensar que la
con las del otro. Dice: "los aviones", los junta y los une a los dos aparición de los dientes estuvo muy ligada con el destete, aunque la madre
autos. Durante este juego el terapeuta ha permanecido sentado en el no dio datos al respecto.
suelo contra la pared y Virginia delante de él. Nuevamente las configura­ Si consideramos lo que es el desarrollo de un niño, podemos deducir
ciones espaciales y el hecho de que el autito blanco la personificó previa­
que la t.Pérdida precoz del pecho condujo a Virginia a un temprano interés 1
mente a ella, hacen pensar que estos autitos eran en ese momento ella y el
terapeuta teniendo una relación que no acaba de comprender, cuyo carac­
por los genitales_!,� lo que en el material se representa por el nulo rosa J
que se mueve ntmicamcnte, se acerca al avioncito celeste -que repre·
terística es la de moverse rítmicamcnte, con intervención de las ruedas
S<'nta al padre -y lo lleva a sus genitales. La taza y el pinto que deja
como símbolo de las partes bajas del cuerpo -los genitales-. J!.a última
del Indo de los cubiertos significa que �n su inconsciente liga el pecho
parte de este juego, cuando forma las dos parejas, es la síntesis de la
con los :�li �c�tos y los dient� La búsqueda de unión genital para reem­
misma situación, en In que insiste en porte por falta de interpretación y
plazar la perdtda de la relac10n oral se expresa cuando pone el avioncito
en parte porque es uno de las características del juego: repetir los puntos
_
1
7' de urgcncill.) Nos ha comunicado que paro compensar el abandono realiza
entre las piemos y tal como acontece desde el momento de la aparición
del padre en el complejo de Edipo, muestra la fluctuación entre padre y
con el terapeuta -y antes con su hermana- lo que los padres hacen
modre, colocando el avioncito que simboliza a la madre en un muslo y
cuando están juntos y ella está soln.:!8
el que simboliza al padre en olro, hasta acercarlo a los genitales. Por
:!7 Cf. caso 3 de este capítulo. contacto �e identifica con la madre y necesita al padre como objeto de
:!8 Eata niña sigue au u-atamiento y en el material aclual aparece con claridad gratificación, buscando incorporarlo por la vagina.:,� Este intento fracasa
que UM de las soluciones a la envidia edipica fue el acoplarse a su hermana, con
la que realiulba juegos sexuales de carácter compulsivo.
�o Cf. el conceplo de fase genital previa en el pitulo TV.
ca



122 ARMINOA AOERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁ.LISIS DE NIÑOS 123

porque dicha unión está cargada de la peligrosidad que acompañó lo ansiedad. Comunica lo que ella siente cuando se masturba fantaseando
ruptura abrupta de la relación b oca pecho.
- con el coito de sus padres, inundada por una excitación que la asust.a
El material que sucede al anterior consiste en pinchar ambos lados y la enloquece. Podemos suponer que la respiración ruidosa reproduce
de su cuerpo con un tenedor y cuchillo y rasparse la cnbeza con éste, el jadeo de los padres en coito y sus sensaciones al masturba.rse así como
d;ciendo: "tac, tac"; golpearse el oído, ampliándonos nsí la comprensión la actuación de estas imagos en la bronquitis espasmódica. Llegamos a
de su fantasía inconsciente de enfermedad. lliabemos ahora que Virginin comprender que para Virginia t!a bronquitis, la pérdida de peso y la
siente dentro de In cabeza todo este conflicto: un pecho agotado, dientes anorexia se producen por la actuación de fantasías inconscientes de un
que muerden, un pene duro y cortante que golpea. El golpearse el oído coito peligroso de los p_adres, coito que es continuo y que ella no puede
es también una referencia a lo que oía durante el coito de sus padres, controlar ni con la muturbación ni con el juego e intenta como último
,

experiencias reales que entrelazándose con sus fantasías configuraron un recurso controlarlo dentro de su cuerpo. En estos procesos bronquiales
mundo interno que, como vemos en esta hora de juego, le hace sentir la fiebre �entura- jugaba uu rol fundamental, que se comprendió
la \mión genital tan peligrosa- como dienres que trituran alimento� a la �� de estas fantasías inconscientes que hemos dea tllad�
DIJimos que la taza representaba el pecho cuya p
.

Durante la fase genital previa, la escena está dominada por las fan· -_ e rdida no había
tasias de coito continuo de los padres. La frustración a la que está des· podido elaborar y que expresó a.l raspar el piso con la taza dada vuelta
tinada esta fase refuerza la ¡soncepción sádica del coito..:J Su forma de --()!ro de sus síntomas -"algo que raspa" como el catarro bronquial.
descarga, In masturbación y los juegos sexuales, se realizan entonces con Sus padres unidos tal como le acontecía durante la crisis, los siente en su
dichas fantasías y la culpa consecuente. En Virginia las situaciones seña· cuerpo jadeando, raspándola y no dejándola comer. De un modo dra·
ladas impidieron la elaboración normal de estas ansiedades, llevandola mático simboliza luego el fracaso en la elaboración de la pérdida del
a lo negación de In realidad y a lo somotización del conflicto como veremos
, pecho a través de la masturbación: toma en una mano una taza y un plato
en el material siguiente. y con la otra intenta parar el espejo, pero lo aprieta de tal manera que
Antes de continuar, quiero señalar otra característica de las configu· rompe el soporte de éste. Toe« entonces la parte roto del soporte y mira
raciones espaciales en sus juegos. Virginia permaneció sentada, sin mo· con desazón. Pone una taza entre los p iernas, toma el espejo y trata d�
verse, sin investigar nada de la habitación ni hacer ninguna pregunta. pegar el &oporte que había roto, mostrando nuevamente su fantasía de
Esto evidenciaba los trastornos en las funciones de su yo, el grado de CUracJOn.
• •

inhibición de su instinto epistemofílico, el incremento de la ansiedad El fracaso de la incorporación por la intensificación de la angustia
paranoide, su miedo del mundo externo negado en el comienzo de In depresiva lo expresa a través de la simbolización de la boca con dientes
SCSIOn. y la vagina dentada, colocando un tenedor dentro de la taza y sujetán·
• •

Continuaremos nhora con el relato de su juego: luego de golpenrse dolo en el borde, metiendo el mongo de otro que hace entrar y salir
la cabeza y el oído con la cuchara, puso un tenedor dentro de la taza, rítmicamente, reproduciendo el movimiento de la masticación y del coito.
revolvió y golpeó hnciendo "chic chic". Los dos aviones los colocó al La ansiedad y desesperación por sentirse incapaz de solucionar sus con·
l::do de.l coche rosa, los empujó, los tomó y los pu�o entre sus piernas. Se flictos sola --el terapeuta era un observador- lo expresó quedándose
levantó la pollern y se bnjó la bombacha exclamando "i Ah!" mirándose estática, parpadeando, cerrando los ojos, oscilando, frotándoselos, ras·
al espejo. Durante estas acciones su respiración fue ruidosn, dando se· c:ándose la nuca y luego los genitales, gimiendo, metiendo su mano dentro
ñales de intensa ansiedad y desesperación. Le tiró al terapeuta el coche· de la bombacha, quedándose adormecida. Se tambaleó hasta casi caerse,
cito rosa, luego lo puso entre las piernas y volvió a mirarse en el espejo. !e dio vuelta y dio la espalda al terapeuta y ae sostuvo la cabeza con

Paró el espejo en el piso con la luna orientada hacia el zapato y rascó las manos, emitiendo gemidos. Suspiró luego, respiró fuerte, se frotó
el piso con el espejo mientras hacía andar el autito entre las piernas. vivamente los ojos, los genitales, la cara y la boca, realizando esfuerzos
Bostezó, se miró dos veces al espejo, vocalizó algo como "chst chst ssb", respiratorios. Su cabello había caído sobre la cara y los ojos estaban
tomó In taza, bostezó nuevamente, golpeó sus genitales con el espejo, lo enrojecidos y húmedos y continuaba frotándose el ojo derecho. Por un
apoyó luego sobre ellos como s i tratara de metérselo dentro y luego raspó J momento pareció que iba a llorar. Al finalizar la hora se orinó.
con uno taza el piso. Dio la espalda al terapeuta como también daba la espalda a la vida
Ya no le sirve el autito para personificarlo masturbándose frente o con su enfermedad, que la obligaba a permanecer en cama, sin contactos
los padres en coito y recurre al espejo y o sus genitales, porque en este con el 111undo, rechazando la comida y todo lo que fuese goce.L El diag­
momento su yo ha perdido la función simbólica por el incremento de 1 nóstico, sin embargo, no fue sombrío porque demostró -fiobre todo en




124 ARMCNDA ABERA.STURY
TEOnÍA Y TÉCNICA DEL PSICOAi'>ÁLISIS DE NIÑOS 125

la primera parte de la sesión- una suficiente capacidad de juego y de El padre se hallaba de viaje cuando Ema nació, dejó pasar un tiempo
conexión que hacían esperar un éxito terapéutico. Además la ansiedad prolongado antes de conocerla y nunca se hizo Yerdadernmente cargo de
tan negada al principio de la sesión fue manifestándose hast:l llegar a ella. Desde que el p:1drc se relacionó con la hija, se planteó una situ:�ción
una crisis de angustio, que es de muy buen pronóstico en una niña de de pugna continua entre !:1 madre adoptiva y los abuelos paternos, ludwndo
esa edad_:j solapadamente por lo tenencia de In criatura. Esta situación se ''io agrn·
Los casos hasta ahora mencionados podrían ubicarse desde el punto \'ada por la diferencia de recursos económicos que Ema observaba entre
de vista técnico en lo que Melo.nie Klein llamo "análisis tempranos" 30• las dos familias -su madre adoptiva era pobre y los abuelos muy ricos­
Lo técnica que expongo en estas páginas borra esos límites, así como los y también por la formo eh que se la trataba, con muchas atenciones paro
que separan el análisis de niños del de adultos y es aplicable sin modi­ �cducirla, pero con poco afecto real. .La niña percibía esto y también
ficación a todas las edades. Trataré de mostrar que sólo va�ía la forma la indecisión del padre, que fluctuaba entre los dos ambientes.
en la que el niño se comunica con el terapeuta, y en parte la forma en Em:1 expresó el conflicto que esta situación le s;reaba cuando sacó
que se verbaliza la interpretación; y digo en parte porque las diferencias del cajón un trompo que hizo girar, y cuyo movimiento de balanceo
son nummas. acompañó con movimientos de su propio cuerpo ; cuando el trompo estaba
• •

Relataré, para ilustrar esto, las primeras horas de una niña de S años por parar y se tambaleaba antes de caer, dijo: "¿Para qué lado caerá?",
y medio que sufría de constipación, la de un varón de 8 años cuyos y antes de que cayese lo le\•antó dejándolo suspendido en el aire. Simbo·
síntomas eran cncopresis y enuresis, la de una niña de 6 años con fobia lizaba así la falta de seguridad y estabilidad que ella sentía incrementada
a los rengos y la de un varón epiléptico de 8 años. por el manejo de que era objeto en el ambiente familiar. En ciertas
ocasiones se le decía que seguiría Yiviendo con la madre adoptiva, y
Caso 7
en otras con sus abuelos, quedando siempre "en el aire".
Ema es una niño de S años y medio, que trajer�n al análisis �1 porque El síntoma por el cual la trajeron al análisis era una constipación
desde hacía seis meses padecía una constipación crónico. Su situación tan intensa, que pasaba S ó ó días sin evacuar su intestino, a pesar de
ambiental era muy particular; fue llevada al tratamiento por la persona haber sido sometida o toda clase de regímenes alimenticios y tr:�tamientos
que la cuidaba, a quien ella creia su madre. En realidad, la madre había
medicamentosos. Relataremos cómo expresó su síntoma y el conocimiento
fallecido durante el parto en un ataque de eclampsia, que causó su naci­ de que era por eso que iba de su casa a la del terapeuta. Tomó una
hoja de p:1pel en la que fue trazando el recorrido del troley (figura 2).
miento prematuro, por cesárea. Al nacer pesaba Kg. 1.300 y permaneció
en incubadora durante un mes, atendida por personal del establecimiento
Dijo: "Es el trole)• que va de tu casa a la mía" y marcó las paradas con
(figura l ) . La particular condición traumática de su nacimiento, sumada
gruesos nudos. Mientras dibujaba dijo: "El troley se desconcentra en la
a la frustración oral por falta de pecho materno, reemplaz:�do por una
Plaza San Martín, que es donde yo vivo, pero no sé por qué hacen bajar
pobre atención hospitalaria -durante el mes que permaneció en incuba·
un poco antes a la gente . . . se empujan para salir todos a la vez . . . y
dora -incrementaron sus ansiedades paranoides y depresivas. Relatare·
después el troley queda completamente vacío . . . "
mos su primera hora de tratamiento, en la que éstas se hicieron muy
evidentes. El recorrido del troley con los gruesos nudos -las pnradas- repre·
De los juguetes que lo terapeuta le había preparado tomó una ame· sentaba para Erna el recorrido de la materia fecal o través del intestino,
trallodora, la hizo sonar y revisó minuciosamente el caño, la colocó en mostrando luego en el curso del tratamiento, lo que era su fantasía in·
una balsa, junto a dos indios unidos y los dejó hundir, diciendo : "Peligro, consciente del acto de defecar y de la materia fecal. Porn Erna la materia
se abogan los dos." Simbólicamente expresó la repetición de su naci­ fecal representaba el feto dentro del vientre de !a madre y particularmente
miento que por las características señaladas estaba siempre unido a la ella, corno bija mala, es decir, como materia fecal destructiva. Al decir,
fantasía de que para nacer hay que luchar contra la muerte y sufrir mientras dibujaba, que la gente se baja un poco antes de la parada
abandono. final del troley mostraba su conocimiento de lo forma en que había nacído,
Su madre, antes de morir, confió el cuidado de Ema a un:� amiga :lbandonando el cuerpo de su madre en forma abrupta, antes de que
que al iniciarse el tratamiento era para la paciente su verdadera madre. ésta muriera -se parara-. Al final, el troley quedaba completamente
vacío, del. mismo modo que su madre quedó muerta. Quedarse hasta el
30 KLEIN, MELANIE: El psicoanálisis dc niños, capítulo 11. final hubiera significado morir con ella, pero el haberla abandonado antes
3 1 .Su terapeuta fue Sara G. de Jarosr. y vivir, la dejó cargada de una intenso culpa, que pagaba en parte con su



126 AllaiiNDA ABEHA$TURY

síntoma. Esto se completó aún más cuando terminó su dibujo agregándole


a la parada final en la plaza San Martín, una calavera -la muerte-.
r Esta culpa inconsciente es la que expresaba en su cuerpo a través
._, de la constipación. Con este síntoma Ema se identificaba con la madre
y reteniendo la materia feeal -símbolo del feto, ella misma- no aban·
donaba ni mataba a su madre. No dejar salir la materia fecal era para
ella perpetuar la fantasía de tener un feto vivo dentro de una madre viva.
Durante su primera hora de juego, luego de expresar estos conflictos,
la ansiedad se intensificó y después de dibujar la calavera, rasgó el papel
en dos y lo arrugó. El papel sucio y roto en dos ---wmo papel higiénico

usado-- personificaba su propio yo sucio por culpa y maltratado por la . .


división que creaban en ella sus conflictos internos y agravaban los adultos
con su actitud de disputársela, haciéndola sentirse dividida. Se sentía ea
este momento objeto de dos núcleos familiares que la seducían y se la
disputaban, pero ninguno de los cuales lograba constituir un único objeto
bueno -objeto bueno total- lo que la hacía refugiarse en un objeto
idealizado -su madrc--3�. Expresó en esa primera hora su fantasía incons·
cicnte de enfermedad y su necesidad de desembarazarse de ella -romper 1

el papel en el que la había representado, hacerlo un bollo y tirarlo en


el consultorio-. Ponía osí su enfermedad en manos de la terapeuta.
Durante muchos sesiones hizo a ésto continuos reproches, era evidente
que sentía que coda esclarecimiento de la verdad con respecto a su madre,
su podre, su madre adoptiva, los abuelos, etc.. la despedazaba, haciéndola 1� ·} � z'� l
-


renacer con tonto sufrimiento como el que experimentó en la realidad.
Sus reproches no eran más que un continuo pedido de amor, exigía con
r ;
justicia que la terapeuta le diese todo el amor que la madre no pudo
brindarle. Esta hora nos hace muy evidente que no obstante el esfuerzo
de los adultos que la rodeaban por ocultarle la verdad, ella sabia cuál
había sido el destino de su madre. En la figura 1 mostró cómo representó
su período en la incubadora, mientras los otros bebés estaban en la
nursery y como su madre estuvo sola con el médico en el momento del
parto.

Caso 8

En el caso anterior vimos cómo una niña de 5 años, que sufría de un


pertinaz estreñimiento, simbolizó las dificultades para evacuar el intestino. FICURA )
Mostrnremos ahora cómo Fernando, de 8 años, representó el síntoma con·
trario: la falta de control urinario y feeal. La primera hora de juego
fue diagnóstico, no habiéndose, por lo tanto, interpretado el material.

32 Idcnlización que es un corol:uio de In persecución.


cr. KLEIH, Mtt.AHJE: "Sorne theorctical conclusions rcgarding the emotionol
(jfc of the infant". Capitulo VI, Devtlopments in. PJycha·Ánaly.sis, Tbe Ho¡;nrth Pre!!.S
Ltd., 195�. Traducido en la Reui.sta Uruguaya de PJú:oanálisi.s, tomo IJ, pág. 3, 1958



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.Ao\UELLE

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fua nA 3


TEORÍA Y TÉCNICA ot;L PSICOANÁLISIS 01:: NIÑOS 127

.1:1 terapeuta 33 había dispuesto, para él, cubos, lápices de color, tijeras,
1 plastilina, sacapuntas, bolitas, goma de pegar y cinta adhesiva.
Fernando tomó los cubos y con ellos construyó un barco (figura 3)
diciendo que luego haría el muelle. Cuando lo construyó hizo un tanque
grande con una salida de agua (A) y dijo que en esta salida se producía
un "escape" y que encima había un basurero ( B ) . Señaló que alli se

acumulaba todo y había que solucionar esto con una válvula. Volvió a
decir que en A había un problema y que era necesario reforzar algo,
porque se acumulaba mucho y podía salirse todo el liquido. Si considera­
l'f.OS el tanque con su salida de agua (A) y el basurero (B) como la sim·
bolización proyectiva del vientre y de sus contenidos, y el apoyo (C) que
parece dar tan. poco sostén al tanque, por ser tanto más pequeño, que lo
que debe sostener, podríamos interpretar el total como una simbolización
de su esquema corporal y la inseguridad que le producía su síntoma tan
molesto. El barco que viene al muelle lo representaba a él viniendo al
tratamiento para que le arreglasen tanto la enuresis como la cncopresis.

Caso 9
Beatriz, niña de 6 años, fue analizada en dos oportunidades: cuando tenia
4 por padecer de una fobia a los rcngos, y a los 6 por una fobia a la
escuela. Relataremos la primera hora de su análisis 34 cuando tenia 4 años.
Beatriz tenia 2 años cuando un día, sentada con su madre en la
puerta de su casa, al ver pasar o un hombre rengo se puso a llorar
alerrorizada y quiso entrar. Desde entonces no pudo salir a la calle sino
bajo condiciones que le asegurasen que no vería ni estaría en contacto con
ningún rengo. La fobia se fue desplazando a situaciones que en algo
se relacionaban con la originaria; por ejemplo, no podía ver niños con una
pierna vendada, ni a nadie que tuviese dificultades en la marcha. El
terapeuta supo, por la madre, que Beatriz nació luego de un parto pro­
longado, sufrió de asfixia, no respiró en seguida y la mantuvieron veinte
días en incubadora, ayudándola con oxigeno para respirar. Cuando la
madre la puso al pecho tuvo dificultades para prenderse, lloraba y no
podía succionar. En estas circunstancias
una enfermera del sanatorio
ayudó mucho a la madre. Esta dice que sin ese apoyo inteligente . e
incondicional, no hubiera podido amamantarla. La lactancia, que se inició
con las dificultades mencionadas, continuó' luego hasta 1os nueve meses,
y al parecer sin trastornos, pero Beatriz fue siempre un bebé inquieto y
llorón. Cuando tenía un año y medio nació una hermana, es decir, que el
embarazo se inició cuando la paciente tenía nueve meses, período que en
todo desarrollo es de especial complejidad y mucho más en este caso, porque
coincidió con el d�stete y sobre la base de una mala iniciación de la
relación con la madre.

33 Manuel Kiz:ter.

1l
1 34 Con Héctor Carbarino.

1


12H Alt:\!H'>nt\ ABEIIASTUitY

TEOitÍA Y T�CNICA DEL PSICOA.�ÁLISIS DF. NIÑOS 129
Cuando ésta volvió a la cn5a con el nue,·o bebé, Beatriz lloró durante
horas. agarrándose de un modo dramático a los barrotes de la cuna de -producto del coito de los padres- a la figura de los rengos, éstos
su hermanita. se transforman en objetos perseguidores que debe evitar, y poniendo en
Poco antes de la iniciación del síntoma murió la abuela materna en ellos el odio y el miedo puede seguir viviendo en paz con su hermana.
circunstancias particularmente traumáticas para 13eatriz, pues dormía en • La madre dice que Beatriz adora a su hermana y en cierto sentido tiene
la misma cama que su nbueln. El fallecimiento aconteció durante In noche razón.
y súbitamente, pero según la madre la niña permaneció dormida y no De lo hasta ahora expuesto podemos inferir por qué Beatriz eligió
se enteró de lo ocurrido. Cuamlo un tiempo después le explicaron que su a los rengos corno objeto de su fobia. Esta coincidió con el aprendiz:Jje
abuelita se había ido al ciclo, Beatriz pidió morir para ir a jugar con de la marcha de su hermana, que ni caminar incrementó sus celos, euvidia
ella. La fobia a los rcngos coincidió con el aprendizaje de la marcha tic y rivalidad así como se transformó en alguien más temido porque podía
su hermana y se hizo realmente evidente el día que ésta dio los primeros desplazarse libremente y desplazarla. a ella. La muerte de la abuela '

pasos sola. De todos los d:�tos que suiJ!inistró la madre me parece impor· acontecida en esos días, significó para Beatriz el juicio de realidad de
tante señalar que una hermana de la abuela muerta es renga y que que la muerte existe, incrementando el miedo a que sus fantasías des·
Beatriz no la veía con frecuencia, ni antes ni después de la muerte de truclivas pudieran cumplirse. La renguera y la muerte se transformaron
la abuela. en dos hechos reales, y en el momento en que vio un rengo la renguera
de la hermana de su abuela y la muerte de ésta fueron el nexo que hizo
Be:llriz era una niña bonito, de mirada expresiva y simpática. F.u posible la unión en su inconsciente de renguera y muerte. De algún modo
su primera hora de juego, una ,·ez dentro del consultorio, miró asu>tada
el relato de los padres de su llanto incesante, agurrándose a los barrotes
todo lo que la rodeaba. Luego de algunos momentos de \"acilnción tomó
de In cuna en el día en que su hermana llegó a la casa, nos C\·oca la
un muñequito, luego otro y los miró alternativamente como comparándolos.
imagen de alguien que se agarra de algo parn no caer. Todos estos con·
Los dejó, tornó un teléfono y lo acercó a su cuerpo, tratando en seg uida
de parar una muñeca.
! .
?
· ten ?os �e fu�ron esclarccien o en el curso del tratamiento. La intcrpre·
tac1on s•stemallcn del matenal, formulada en el plano transferencia! y
Analicemos este fragmento: en la inspección ansiosa que hizo de la en su relación con los objetos originarios -padres. hermann, abuela­
habitación mostró su desconfianza frente al analista y el temor de que determinó una mejoría considerable de su fobia; esto indujo a la madre
fuese corno los padres. El afán de comunicarse intensamente con él a interrumpir el análisis dos meses después de iniciado.
La fobia a la escuela, que apareció a los dos años de este tratamiento.
lo expresó en la observación alternada de los rnuiíecos. seguid:t ele la
aproximación del teléfono a su cuerpo. Cuando paró la muñeca e,·idcnció
también estaba en ínrima relación con su hermana, de la que se había
su preocupación por la bipedestación y anunciÓ que su síntoma se rela· vuelto inseparable, permaneciendo siempre a su lado e impidiéndole toda
cionaba de algún modo con el ponerse de pie. Recordemos que la apari·
acción, es decir, paralizándola.
ción del síntoma coincidió con los primeros pasos de su herrnona, y el
embarazo de la madre, con los primeros pasos de Beatriz.
Continuó el juego tratando de introducir esa misma muiíeca en una
baiíera, sin poder conseguirlo; paró unos muiíecos, tomó luego una barra Gerardo, de 8 años, sufría de epilepsia, con frecuentes convulsiones, cua­
de plastílina, la partió por el medí., y preguntó: "¿Qué voy n hacer tro o cinco diarias, y su aprendizaje estaba perturbado por continuas ausen­
con esto partido?" En este nuevo í"ragmento de su juego e �tnmos más
cercn de comprender el significado de su fobi.a. Expresó el deseo de
l cias. Entró solo al consultorio y pareció no interesarse por los juguetes.
Comenzó a dibujar una casa, esmerándose en hacer bien todos los detalles
que la hermana no hubiera nacido -la muñeca que trata ele introducir Y lográndolo de un modo que podría valorarse como adecuado a su

en la bañera, símbolo del vientre materno- y esto lo hace inmediatamente edad. La pintó cuidadosamente y cuando la terminó dibujó sobre ella
después de haberla parado. Pero la hermana existe y se para -los mu· múltiples nubes grandes y oscuras. Las primeras estaban muy cerca del
iíecos que se ponen de pie- y entonces surgen sus impulsos destructivos borde superior de la hoja, y las que les siguieron se fueron acercando
y parte en dos la barra de plastilina, con el significado de romperle las cada vez más al techo de la casa. Cuando pintó la última se había perdido
piernas. Su problema es ahorn cómo arreglar lo que ha destruido: por el límite entre ese ciclo cargado de nubes y el techo de la casa. Entonces
eso le pide al terapeuta que le ensciíc a reparar las piernas de los rengos, dijo: "Llegó la tormenta, el techo se derrumba." La sucesión de nubes
que son un desplazamiento y eondcnsnción del daño n la hermana y a la cada ve.z más cerca de la casa hasta derrumbarla, simbolizaba y drama.
abuela. Mediante este desplnzarnicnto de los conflictos con su hcrnwna tizaba el "aura" y la tormenta que derrumba la casa, In convulsión y la
r·aida a consecuencia de ella.



1
130 ARMINDA ABERASTURY
Vlll. Entrevistas posteriores con Jos padres
Luego de decirme "llegó la tormenta", "la casa se derrumba", me
pidió que le enseñara a hacer una casa "que no se derrumbe". La fantasía
inconsciente de su enfermedad era que una fuerza ajena a él, incontrola­
ble -la tormenta- de la que sentía el anuncio -aura-pero contra la
cual no podía luchar, lo volteaba y le producía la convulsión. Su fantasía
de curación consistía en que le enseñara a controlar esa fuerza y a poder
así evitar la convulsión y el derrumbe.

Una vez que poseemos los elementos que consideramos útiles y sobre
ellos hemos elaborado nuestro diagnóstico del caso, concertamos una
nueva entrevista con los padres.
Es previo a la orientación o tratamiento la .jnvestigación cuidadosa
de sus posibilidades reales para cumplirlo, pues no conviene crearles
uno nueva ansiedad al ofrecerles una solución que sea inaccesible para
ellos. Debemos partir de la base de que un padre comúnmente no sabe lo
que es un tratamiento psicoanalítico y por lo tanto puede pensar que con
pocas horas o en pocas semanas todo estará solucionado. Generalmente
no conoce el costo de una sesión analítica y puede hacer sus cálculos
·�
comparándolos con lo que le costaría una profesora o un tratamiento médico
corriente. Sabemos por experiencia que la carestía del tratamiento psico­
analítico es el argumento más sencillo que utiliza todo padre para resis­
tirse a poner a su hijo en análisis, pero hay padres que realmente no lo
pueden afrontar. Familias que tienen muchas obligaciones y muy pocas
r) entradas tendrán que hacer u n verdadero sacrificio para pagar un trata­
miento largo y costoso; por eso en tales casos indico el tratamiento psico··
analítico sólo si lo considero indispensable para el niño. Quiero dejar bien
aclarado que en todo caso el tratamiento psicoanalítico es el más eficaz
siempre y cuando el esfuerzo que se demanda de los padres no exceda
de lo que humanamente puede pedírseles por un hijo.
Supongamos que nos consultan poi un trastorno del sue.ño, leve y
pasajero. Si se cuenta con un ambiente familiar adecuado y las condicio­
nes económicas son suficientemente amplias, puede y debe indicarse un
tratamiento para resolver los puntos de fijación que en el futuro podrían
desencadenar tina neurosis más seria, sobre todo si las circunstancias
exteriores se tornan adversas. Pero si la dificultad econ�mica es real,
Vigilando el crecimiento del niño con entrevistas frecuentes o en un grupo
de orientación de la madre, puede contemplarse la posibilidad de no tra-
tarlo sin grandes riesgos futuros. .
Muchas veces el síntoma de un niño está fabricado por la madre o,
por lo menos, mantenido o agravado por ella. En una oportunidad me
consultaron por un niño de 3 años y medio, Miguel, que orinaba la cama
por la noche. Todo cuanto supe de su vida hasta entonces y de su vida
familiar nctnal era muy alentador, pero la madre había padecido una
1.; 1


132
1
ARMINDA ABEI\ASTURY TEORÍA Y TÉCNICA OI::L PSICOAN,\ LISIS DE NIÑOS 133

enuresis y eso me orientó a averiguar cómo Iras más temprano resuelva sus problemas o se informe sobre las con·
era la conducta de ella con
el síntoma del hijo. Supe así que lo acostab diciones adecuadas para el buen desarrollo del niño, mayores son las
a todavía con pañales, aunque
el hijo desde hacía bastante tiempo le posibilidades de una mejor relación con su hijo desde los primeros
pedía que se los sacara. Cada
m:tñana se despertaba con la obsesión de s:tb estadios.
er si el niño había amanecido
1
seco o mojado e iba a comprobarlo de inmediato.
Supuse que la actitud de La clave del desarrollo posterior del niño )'ace en el primer :uio de
la madre y su ansiedad por el recuerdo de vida. Cuando Freud descubrió la importancia de los traumas infantiles
su propio síntoma tenía un
papel fundamental en el mantenimiento en el desarrollo posterior, se refirió en especial a los cinco primeros años
del de su hijo. Como se trataba
de una persona bastante informada en esto de vida. Dentro <le este concepto estaba in"olucrada la creencia de que
s temas, y el cuadro familiar
parecía sin excesivas complicaciones, le prop
use como ensayo, antes de el complejo de Edipo florecía alrededor de los 3 ó 4 años y que el
afrontar un tratamiento, que le quitara los supcryó se formaba posteriormente como heredero del complejo de Edipo.
pañales advirtiéndoselo al
niño Y que todas las noches lo despertara
a la misma hora y lo llevara Lo que hoy sabemos sobre el desarrollo nos hace suponer que en
<:Dminando hasta el baño para orinar; bo más
de una vez por noche. Le­ el primer año de vida se cumple ya la rclaeió_n del niiio con �m?os pro· ·
aclaré también que en la valoración actual de .
las neurosis la cnu rcsis genitores. En la segunda mitad de� pnmer ano co�. el fl?rec•m•ent� de
. :
no se const"dera un síntoma sino después de los
4 años, informa '
ción desti·
.
tendencias genitales y el estnb�ccumcnl de la ����ac1on c?! p•ca. se ���rr�
nada a aliviar su ansiedad. ? .
un círculo en el que las rclactones ob¡etales mtctan el lrtangulo edtplco
El niño reaccionó con alivio y satisfacción, aceptand
·

o las condiciones es el comienzo de las tendencias heterosexuales en las niiias y de las


Y a los pocos días de iniciada esta rutina
dejó de orinarse. Podríamos homosexuales en el varón, cuando pasan ambos a relacionarse con el
preguntarnos por qué un síntoma que con frecuenc
ia es rebelde, se solu­ pene del padre, abandonando en parle el pecho de la madre.
cionó tan fácilmente en este caso. Creo que el alivi .
o de la madre al En nuestra experiencia las clificuhudcs que surgen en el prtmcr ��o
_

saber que no era tan grave como ella pensaba,


favoreció la mejoría y dr. vida son las que revisten una mayor gravedad para el futuro. Un mno
por tener uno buena relación con el hijo pudo
cumplir con las indica­ que pierde a su podre antes del prim�r año esl� tan�o más c9ndenad�
ciones. Además se trataba de un niño con . .
un desarrollo normal cuyo a desarrollar conflictos psicológicos que st tuvtera stcte anos, por eJemplo-.
síntoma había sido favorecido por la ansiedad de la
madre, y que disponía El conocimiento del desarrollo de las primeras etapas nos permite
de un padre y una madre unidos y con buen
a relación con él.
Muchas \"Cccs hemos señalado que en tooo síntoma valorar lo normal o patológico de un logro, de una conduela o de una
debemos consi­ dificultad. Nos permite adecu:tr la exigencia de adaptación y los estímulos
derar series complementarías entre factores
internos y externos. Con un
conflicto interno --que en el caso de este niño al momento del desarrollo en que puede rendir el máximo y sin trastor·
era el temor a crecer 1
si los factores ambientales son buenos, pode
-
nos. Al darnos un marco en el cual podemos incluir el desarrollo normal
mos luchar contra el síntoma.
Si a este mismo conflicto interno se hubiesen sum o patológico en la relación de objeto, podemos valora la nor�al!dad
ado situaciones externas �
negativos, por ejemplo, fruta de contacto con de la relación del niiio con sus objetos de acuerdo a su mvel. Los ulttmos
l a madre, ausencia del aportes teóricos sobre la relación del niño con la madre, la inclusión
padre, castigos, exigencias equivocadas, el síntoma
estructurado que no bubiéram<,1s podido solucion
hubiese estado yo tan del padre y hermanos en In vida cm�ciona! d�l niño, �1 despert�r de
arlo en esta forma. De .
todos modos In indicación· hecha a los pad intereses la iniciación del proceso de stmboltzacton, permtteu la onenla·
res y aceptada por ellos fue '
In de seguir de cerca la e\•olución del niño y si apar ción del lactante, orientaciÓn que indudablemente será la mejor profilaxis
eciera otro síntoma de futuros trastornos. Así, hemos visto que la orientación temprana de
o recayera en el mismo, iniciar el tratamiento
psicoanalítico.
No siempre la madre puede reaccionar así porque gene la madre es el mejor antídoto para la formación de sintomas derivados
ralmente sus de dificultades no tan graves. Por ejemplo, madres cuyos hijos mayores
conflictos se lo impiden ; recurriremos entonces
al grupo de orientación hnbían tenido variadas alteraciones del sueño y de l a alimentación pu·
dr madres donde se interpretan y resuelven los
conflictos, además de dieron comprobar que después de su asistencia a un grupo de madres,
escl:lrccer lo q�:c es la vida <le un bebé. 1
Los grupos de orientación de madres ofrecen optimist en sus hijos menores no se presento ron estas alteraciones ; y aún cuadros
as posibilidades de caracteres más graves también tuvieron una incidencia menor 3•
para la profilaxis de las neurosis infantiles, sobre
En los niños de 1 a 5 años las modificaciones en la actitud de la
todo si la madre ingresa
en ellos cuando esl!í encinta o cuando el beb
é es pequeño, porque micn-

1 Un día observando un perrito de Lres meses junto a su madre, dijo: "Qué 2 Cf. capítulo X, pane l.
l:istima, est:i grande y no lo \'4 11 querer más". 3 Cf. capítulo XIII.
·


1
134 135
1

ARMII'iDA ADERASTURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS

madre, si bien no tan efectivas en todos los casos, siguen siendo muy hay siempre referencias a las dificultades que agregan los padres a la
importantes: si el niño está en tratamiento lo favore1:cn y si no lo está, ya complicada tarea de analizar a un niño. En efecto, debemos contar
el grupo lo ayuda a mejorar su conducta cuando disminuye el sentimiento con la participación de ellos desde la iniciación del tratamiento porque
de culpa, que es el punto de urgencia de la interpretación en el grupo. o
un niño no es un ser independiente social n i emocionalmente.

Durante muchos años se sostuvo que a diferencia del adulto faltaba



Esta culpa surge invariablemente con mayor o menor intensidad, de
acuerdo a In gravedad de la enfermedad del hijo. en el niño la conciencia de enfermedad y del padecimiento neurótico que
También recomendamos el ingreso de la madre en un grupo ·do lo impulsara a un tratamiento. Cuando comprendí que un niño sabia
orientación, en los casos de niños mayores de 5 años, porque el indudable que estaba enfermo y desde la primera hora mostraba su fantasía incon� ­
alivio de la culpa que experimenta favorece una mejor actitud frente a cicnte de enfermedad y curación y aceptaba al terapeuta por su prop1a
su hijo, en especial en los preadolescentes, para comprender sus conilictos decisión ' se me hizo muy claro el papel que jugaban los padres que no se
Y nuevas necesidades instintivas y poder aceptar su crecimiento. decidían al tratamiento o lo interrumpían 6 pretextando que el niño no

·

Cuando el niño padece de asma, acetonemia, tendencia a caerse y quería venir. Hasta ese momento, siempre t�oía la duda de si los pa res
golpearse, anginas a repetición, inhibiciones o trastornos en el desarrollo lo mantendrían en análisis el tiempo nccesano o --como era la exponen·
por detención de funciones básicas como la marcha o la palabra e inhibi­ cia de todos los analistas de niño� aprovecharían las vacaciones, o un
ciones en el aprendizaje escolar, la solución está en buscar las raíces viaje, o la desaparición de los síntomas para decidir la interrupción
inconscientes que han determinado estos cuadros. Y para hacer cons­ temporaria y a veces en un momento muy poco indicado 7•
ciente el inconsciente sólo disponemos hasta hoy de un método verdadc· En la primera época de m i trabajo recibía a los padres con bastante
ramente eficaz: el psicoanálisis. En estos casos, por lo tanto, no bastan frecuencia; si me pedían consejo se lo daba e influía sobre ellos a fnvor
'
los cambios de actitud externa e interna de la madre, por lo que será de las necesidades urgentes del niño. Si bien muchas veces daba un buen
necesario el tratamiento psicoanalítico del niño. Esta medida es a la vez resultado en el momento, me traía luego düicultades y una invariable
terapéutica y profiláctica,· pues la experiencia muestra que la mejoría actitud hostil y persecutoria aún en los casos en que el análisis objetiva­
del niño trae como consecuencia una disminución de la tensión familiar, mente había sido un éxito. La reflexión sobre el significado latente de
que de por sí es una profilaxis de nuevos trastornos. las entrevistas me fue llevando poco a poco a la técnica que expondré
En los casos que la indicación de psicoanálisis del niño sea perentoria en estas pagtoas.
• o

pero por dificultad económica real do los padres no puedan hacerlo, Fue durante el análisis de un niño de 4 años que había matado a
y en cambio la madre puede ingresar en un grupo de orientación, acla­ un 'primo de pocos meses 8, cuando conprendí mejor el pa�el que debía
raremos que esta solución es parcial y transitoria hasta que se pongan en �
asignar a los padres para vencer las d1hcultades .
que he senalado. Segun
condiciones de afrontar más adelante un tratamiento individual. Puede pude ver estas surgían de una confusión de su papel con el d�l terapeuta
parecer cruel decir esta verdad, pero postergar el conocimiento no es _ _
creada en la técnica anterior, en la que deb1an colaborar camb1ando s1tua·
sino perjudicar al hijo y a los padres. Si se trata por ejemplo de un niño ciones o actitudes.
epiléptico y tenemos la convicción de que sólo un tratamiento psicoana­ Uegué a la convicción de que no conviene dar consejos a l�s p�dres
lítico va a llevar al niño a liberarlo de sus síntomas, debemos defender -siempre que el niño esté en análisis- aun cuando se trate de s1t��C10Des
esta convicción aunque en un primer momento no sea fácil. En el caso .
sumamente equivocadas, como colocho, castigos corporales, seducc10n, ct.c.
de Nora 4 los padres debieron hacer grandes sacrificios para afrontar Sostengo que es sólo la mejoría del niño la que con di�
iona u� real camb1o
en el medio ambiente familiar y por lo tanto trabaJO con el en una re­
el tratamiento individual de la niña y el de grupo de orientación de la
madre, pero de no haberlos hecho, la enfermedad de la niña habría llegado
lación bipersonal como en el análisis de adultos.
a un grado tal que cualquier tipo de terapia hubiera fracasado. No sólo
El psicoanalista de niños se enfrenta con el doble problema de la
eso sino que de acuerdo a lo que vimos, la segunda hija a los pocos
años hubiera llegado a estar tan enferma como su hermana. en el
G PtcHON RtVJbl'l: Aru.!TNDA ABERASTURY DE: "La inclusión de los padres
En los libros de técnica de análisis de niños hasta hoy publicados G cuadro de la situación analítica y el manejo de esta situación a través de la ínter·
prelación". Rtu. de Psicoanálisis, lomo XIV, N° 1/2, pág. 137.
4 Cf. capitulo XIV, p:íg. 262. 7 Cf. capítulo VII. caso Beatru.
6 lú.EJN, MtLANtt: El plicoanálisis d e niños. Bibliol«a de Psicoanálisis, Bue· 8 P1cHOif RmiRE, ARMlNDA AsE!IASTURY ot: "La inclusión de los padres en el
nos Aires, 1948. cuadro d e )a situación analítica y el manejo de esta &ituación 11 trn� de la inter-
Fntoo, ANNA : Psicoanálisis del niño. Ed. Imán, Buenos Aires, 1951. pretación". /


136 AfiM INDA ADF.RASTURY TEOHÍA y TÉCNICA DEl. PSICOANÁLISIS 1>1:: NINOS 137

transferencia del paciente y de los padres. Entramos con este tema n un prohibición viciando desde el comienzo lo situación transferencia!. Esto
punto fundamental en técnica de nu1os: el manejo de los padres y su in· permitía además a los padres adaptarse a la n�eva relación �on el hijo.
.
efusión dentro del tratamiento del niño. Si la interpretación es el instrumento basteo del tra.tnmtento F.tco­
Con el descubrimiento de la técnica de juego se hizo posible com­ analítico y en especial la interpretación de la ��? nsfcreneJ_a, era cvtdcnte
prender cómo funcionaba la mente del niño pequeño, interpretar sus que Ja relación con los padres sin la intcrprctacJOn los de¡aba hbrados . a
conflictos y solucionarlos, pero frecuentemente el éxito de la terapia no cualquier tipo de elaboración.
. . . cada \ ez mas
!e veía acompañado de un aumento de la confianza de los padres. Por
_ _ .

Por otra parte la evolución del ps1coanahsJs nos llevo


el contrario, a menudo interrumpían el aná l isis del hijo por motivos fúti· a no valorizar en exceso los datos que los padres podían aportarnos sobre
les y súbitamente sin dejarnos ol tiempo suficiente para hacer elaborar al la vida diaria del niño g.
paciente la separación.
La práctica me fue enseñando que el consejo actuaba por la presencia
Aun cuando los analistas de niños hayan señalado esa dificultad téc­ . ndo
del terapeuta y que separados de éste, el padre o la madre segutan actua
nica repetidos veces, no hay trabajos que traten de comprenderla o so· que
con el hijo··de acuerdo con sus conflictos, pero con el agravante de
lucionorla. Se han limitado a estudiarla como un escollo inevitable, sos·
si actuaban como antes, sabían que esto estaba mal y q�e era causa d�
teniendo que el niño no va al tratamiento por su voluntad ni depende enfermedad para su hijo. El terapeuta se transformaba ast en un super
yo
de él la continuidad de éste. Años de experiencia en análisis de niños
y la culpa se convertía generalmente en ag�esión. . .
me llevaron a In confirmación de este hecho, pero me resistí a considerarlo cxten ores rm error era
Cuando pretendía modificar las situactones
como no solucionable. Pensé siempre que la dificultad debía surgir de una en la trans·
actuar como si los padres no tuviesen conflictos y apoyarme
deficiencia de In técnicn que, nacida de la técnica de adultos, no nos había � cuenta un
fercncia positiva que establecían conm go. P�ro . no tenía en
dado la clave paru resolver este problema.
factor inconsciente fundamental: la crec•ente nvaltdad en la q�
� en�aban
Uno de los obstáculos fundamentales consistía en la necesidad de nvnles
con c1 niño. Dejaban de ser padres para transformarse en ht¡os
manejar una transferencia doble y a veces triple. Como ya he señalado, en t ra­
en busca de ayuda, siendo uno el privilegiado, el �uc estab? .
durante muchos años seguí la norma clásica de tener entrevistas con los que no sólo no tema trata mten to stno
tamíento, contra otro perjudicado,
padres y en cierta medida estas entrevistas me servían para tener una ideo
que debía pagar por el otro.
de la evolución del tratamiento, y para aconsejar a estos. La experien­ o madre
A esta rivalidad se sumaba la que senltan conmtgo com
• .

cia me fue haciendo ver que ésta no era una buena solución a la neurosis ían hecho mal.
que roba el afecto del hijo y e�mie�da lo �ue �llos habr
1 familiar, ya que los motivos de la conducta equivocada eran inconscientes
y no podían modificarse por normas conscientes.
Todos estos sentimientos contrad1ctonos los 111ducJan a obra
r de un m�do

ran qucnd
compulsivo y muchas veces, aunque co�s�icntem�nte hubi�
Comprendí por ejemplo que cuando el padre o la madre reincidían en as1ado co1 su.
seguir mis consejos, no podían hacerlo SI mterfe�1an dem �nada
el colecho o en el castigo corporal, yo me transformaba en una figura situación afectiva conmtgo estab a cont am
propios conflictos 0 si su �
muy perseguidora y la culpa que sentían la canalizaban en agresión, difi­ todo este ¡uego
por los sentimientos contradictorios que he señalado. Como
cultando asi el tratamiento. Además, el aumento de la culpa los conducía o por ellos, se
de transferencias no podía ser interpretado, no era elaborad
a actuar peor con el hijo, buscando mi castigo o mi censura. El conflicto iencia absoluta
mantenía reprimido y los llevaba a fluctuar entre una obed
se agravaba al no ser interpretable ya que ellos no estaban en tratamiento
y una rebelión sistemática. .
y los llevaba o la interrupción del análisis. . . . .

EsLa complicada y sutil red hacía cada vez mas dtftc tl el mane¡ ? de
Comencé poco a poco a distanciar las entrevistas con los padres y r ;h.ada de Jdea:
a abandonar los consejos. Al comienzo de mi trab.ajo si me pedían anali­ las entrevistas en las que se manifestaba generalmente la ?
cJon, lo que lo:.
lización 0 de amor, y no el resentimiento .Y la frustr.�
zar un niño que dormía con los padres, aconsejaba darle una habitación
que otra parte
conducía con frecuencia a destruir el tratamtento del ht¡o
separada. Esto resultó ser un error, porque interfería abruptamente en rtante era_ q�e
de su personalidad defendía y sostenía. Otro hecho impo
o apurar la me¡ona.
la vida familiar y rompía artificialmente -<lesde afuera- una situación
sin saber cómo se había llegado a ella, sin saber cuál era la participación si el terapeuta del hijo les pedía �ambios pa.ra ayudar
se sentían fracasados si no podLan cumphrlos.
d d�
. .
La comprensión de estos problemas y el c..<:CO
del niño y en qué medida le era imprescit1dible en función de su neurosis.
aliVI arlos o solu­
La experiencia me enseñó que cuando el niño, aun en el caso de ser muy : que no era
pequeño, elaboraba el conflicto, exigía por sí mismo el cambio, con lu cionarlos me llevó a cambiar la técnica, pues entcndta 1)
ventaja de haberlo analizado previamente. Así yo no interfería con una

9 Cf. capítulo V.

• •
138 ARMINDA ADERASTURY
TEOIIÍA y TÉC:\ICA DEL !'SICOANÁLISIS DE NIÑOS l39
útil para el mno mi actuación anterior; 2) perturbaba la vida familiar;
3) terminaba por dañar el tratamiento. Decidí dejar a los padres que se hace intolerable, llegando a veces a intcrrum��r el trntnmiento. Cuando
siguieran su conducta habitual, no tratar de influirlos, no señt�larlcs lo� la curación del niño depende tanto de la nctuac10n �el terapeuta como .de
defectos o errores en su educación, siempre que pusieran al hijo en trn· ¡ actitud de los padres y de las modificaciones que estos hag�n de la v1da
tamiento. :
f ruiliar, se crean conflictos. Pueden sentirse incapaces de scgulf las no�mas
Un padre que necesita pegar a su hijo dejará de hacerlo transitoria· -por sus propios conflictos- y tenderán a rt:n�ar que el .tratam1�nto
mente por nuestro consejo, pero en cualquier momento repetirá la anterior anda mal· la culpa se hará insostenible y recurnran al mccamsmo ps1co·
conducta o alguna similar, si su cambio no obedece a la comprensión de los lógico ta; bien descripto por l\'1. Klcin que, si algo no puede ser reparado
motivos que le llevaban a actuar así. debe ser dest ru1"dn-.. 1 1 · A este mecanismo se deben en gran .parte las frc·
cuentes interrupciones del anáHsis de niños Con In tc��1ca actua1 en
.
·
.

Si una madre tiende a meter a su hijo en la cama matrimonial, nues·


cambio el terapeuta asume íntegra�ente su papel; 1� func10n del padre se
tro consejo de no hacerlo se verá limitado por la ansiedad conflictual que
la Ueva a ello. Pero si se cambia l.a pareja madre-hijo por la modificación linúta a enviar al hijo al análisis y pagar el trataJDlento �·
de una de las partes, el niño, aun el más pequeño, rechazará el colecho y La experiencia me mostró que aun niños muy peq�enos e�an capaces
buscará otra forma de contacto con la madre. Un tratamiento psicoann· de exigir dormir solos, evitar sit�aciones �o �as .que sen�n castigados, des·
lítico capacita a un niño, aún muy pequeño., pnra modificar su modio plazar su necesidad de afecto a f1guras mas JndJcados, s1 . l �s de sus padres
ambiente. Aunque a veces no sabe expresarse con palnbras o hacerse com· no lo eran. Hecuerdo un niño de 18 meses que se analtzo po.r t �a�tornos
prender en sus anhelos, los cambios en su conducta suelen ser una adver· en la marcha y lentilud en todo su desarrollo, que cunnd� m�Joro 1mpuso
tcncia que termina por ser comprendida. nuevas condiciones de vida, como dormir solo y estar mas Ltemp� . con la
madre que con la niñera. Es decir que al romper �1 v1nc�lo neurottco por
.
Esta me impulsó a suprimir casi totalmente las entrevistas con los
padres excepto cuando manifiestan tal necesidad de la entrevista que el la mejoría de uno de sus miembros, el otro podra camb1ar y elab�rar la
negarla llegaría a ser perturbador. En estos casos la realizo en condiciones situación de separación. Además es frecuente q�e frente a los camb1os del
_
establecidas de antemano: el niño, por pequeño que sen. debe estar infor· hijo también los padres· busquen ayuda terapeut�cn. . .
rondo del día y hora en que veremos a sus padres, y debe saber que todo Muchas son los modificaciones que ha su!nd . o el trata � 1ento ps1co ·
lo que se haLl..- le será comunicado. Se le informa también que el contenido analítico de niños. Ellas se deben al hecho que analtzamos nmos cada v�
de sus sesiones no será revelado, tal como convinimos con él al iniciar más pequeños 0 aún sin rudimentos de lenguaje, por .l.o que fue necesnno

¡
el tratamiento. buscar técnicas cada vez más adaptadas a la expres1on prever?al. .
La ansiedad manifestada por el niño al inicia r el trata nnen t�. -v1·
Los padres a su vez deben saber las condiciones de este convenio,
es decir que todo lo que ellos hablen será transmitido al niño, y que vido por él inconscientemente como una nueva ruptura de la relnc�OI� con
en cambio no podremos informarlos del contenido de las sesiones Ju. 1a madr..-,
� es la repetición de la angustia provocada
por el nacnmcnto.
Al comprenderlo, resolví que era importante reproduc1r �� ¡o pos1"ble la
·
El adoptar esta conducta lleva a un real afianzamiento del vinculo
1 situación originaria. Aclaro por eso a los padres y al nmo qu? es con·

1
con el niño y a una mejor relación con los padres. Estos se sienten aliviados
al depositar toda la enfermedad en manos del analista con la consecuente veniente que entre solo y si en In primera sesión no. lo logro, mte���eto
en todos los detalles su reacción frente a mí y le anunc1o que en la prox1ma

1
disminución de culpa al ser compartido.
entrará solo. Aconsejo a la madre que si no se siente capaz de soport�r
la separación hnga acompañar al niño por otrn per�ona, pues s� prop1a
Además, si los padres quedan ftrera de acción terapéutica -fuera del
consultorio- su vínculo transferencial con el analista se hoce más manejable
ansiedad podría perturbar l a iniciación . �el tratamiento. . � senalo q�e
al estar menos expuesto a las frustraciones inherentes a un contacto que, . na
yo me hare cargo de las reacciOnes del mno y esta aclarnc10n es necesa ·
siendo en apariencia profundo, resulta sólo superficial y de apoyo porque
porque puede ser que llore, se desespere, patalee � gntc · 13 L

a d. urn.�1on de

. .

la transferencia no es interpretada.
) 1<\ reacc10n, 1 a ·ntens1
· •

1 'dad el que sea o no acces1ble de mod1f1cacJon me·


diante la interpretación, nos enseña mucho sobre 1a ¡ustona de1 mno ·- Y su
·

Si el analista asume la total responsabilidad terapéotica, además de ·


aliviarlos ndopta una actitud más real y adecuada. Por el contrario, si
les aconsejamos cambios para ayudar en la mejorín del hijo y no pueden
forma de actuar en el mundo. .. .
Después de esta primera y abrup ta separa c1on, es cas1 la norma que
cumplirlos, se sienten responsables de cualquier retroceso y su ansiedad
l1 i ú de niños.
l<J.EtN, MELANIE: El psicoan4ls
J.O C!. capítulo IX. 12 Cf. C3pítulo V.
1s ce: caphulo XI.


140 AR�IIt'\DA ADERASTURY TEORÍA Y Tf:CNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 141

el niño entre al consultorio cspontánemente y permanezca en él. Más tarde mondan a sus hijos a colegios religiosos o les hacen cumplir con determi� a­
puede presentar nue1·as crisis, pero cada vez más fugaces y dominoblcs. das exigencias -generalmente los mjsmas que sus pr�pios padres les �r_n­
Los podres deberán traer al niño cuatro o cinco veces por semana, pusicron cuando niños-. Nado se ganaría con cx�J.carles la �o�lu_s10n
preferentemente cinco, en días y horas elegidos de antemano y éste per­ que se crea en la mente del hijo confrontando s� ate1smo y In �ehg10: 1dad
manece con el terapeuta durante cincuenta minutos, igual que un adulto que le imponen; esta contradicción deberá solucionarlo �1 prop•o p_nc.ento.
en tratamiento psicoanalítico. En caso de suspenderse las sesiones por La iniciación del tratamiento debe hacer�e estableciendo prev111mente
dificultades del analista, se reemplazarán siempre que sea posible )' lo las condiciones básicas, de modo tal que el terapeuta pueda o�tuar co� el
mismo si las dificultades provienen de los padres, porque muy impor­
es niño con la misma libertad que si se tratara de un a.dulto, sm neces1tar
tante la continuidad en las sesiones. nuevas entrevistas con los podres.
Se estipularán de antemano los honorarios y fecha de vacaciones del El tercer tema que es necesario aclarar con los padres la posición
es
analista. Esto permite a los padres organizar la vida familiar conociendo del terapeuta frente a la procedencia del l� iño: �?..?pción, ilegitimidad, etc.
pzeviamcnte las condiciones y buscando adaptarse a ellas. El contrato Es experiencia de los analistas que cuand? tos -nmos son adoptados saben
analítico establece que las sesiones suspendidas por dificultades del pa­ inconscientemente la verdad de su cond1C1on . . aun en aquellos casos en
ciente sean generalmente abonadas, ya sean por enfermedad, vacaciones Jos cuaJes se les ha ocultado celosamente y el análisis los ll�va a �acer
o cualquier otra causo. consciente esa situación. Al plantear el problema a sus padres, estos mas de
Lo continuidad del tratamiento debe preservarse dentro de lo po ii l
s J e una vez se negaron a decirle In verdad o interrumpieron bruscamente_ �1
pues a veces la angustia despertada por el análisis de un hijo lleva a tratamiento. Actualmente se informa de todo esto a los padres y se 1111·
inesperados proyectos de viaje o cambios o prolongación innecesario de ciará el tratamiento con la condición de que estén dispuestos a aclararle
enfermedades. su origen cuando él se lo pregunte s� no aceptan . esa condición, bajo
. •

Señalados yo los límites de nuestro papel, y asegurada la total reserva ningún concepto puede llevarse con ex•to el trotam1ento: Cu�ndo se va
del material que el nitío nos confía, debemos ·aún adorar otros puntos. acercando ese enfrentamiento del hijo con sus padres odoph1·os, estos suelen
1 E., necesario que los padres sepan que en algún momento del tratamiento pedir una entrevista.
surgirá In necesidad de un esclarecimiento sexual; por lo tanto debemos ase­ Al iniciar la sesión siguiente le comunicamos ni paciente el cont�nido
1 gurarnos que ellos acepten esa condición y sus consecuencias. No se les
aconsejo seguir una conducta determinada si los hijos los interrogan, pero
de aquélla, lo que facilitará el esclarecimiento, aliviando además lo ans1edad
de los padres que así se sienten ayudados. .
1 se les advierte que puede acontecer y deben estar preparados. En muchas otras situaciones donde un sector importante de la verdad
Es necesario aclarar también la posición del terapeuta ante el pro­ ha sido eludido, ésta técnica de entrevistas facilita el esclarecimiento en
blema religioso. Es frecuente que padres no practicantes pero en cierta el momento en que el niño cstú realn�ente p�eporado _ yara enfrent11r y
medida creyentes, eduquen a sus hijos en colegios religiosos o les den elaborar la verdad. No solamente el pac1ente, smo tmnh•en los padres, ne­
una educación religiosa. Esto confunde al niño que siente en conflicto
!e cesitan tjempo para aclarar algo que debió ser muy penoso para permanecer
entre dos tendencias y se responsabilizo del destino final de sus padres. • secreto tanto Hempo.
Por ejemplo puede preocuparse y pensar que los podres irán al infierno Trajeron en consulta a una niña adoptada que sufría d? graves tras­
si no cumplen con las exigencias que sus maestros espirituales les señalaron tomos de aprendizaje, uno de los síntomas frecuentes del nmo _ adoptado.
como imprescindibles. Cloria, de 9 años, solía expresar sus problemas dibujando casas de depar·
En nuestra experiencia esto trae graves consecuencias al niño. Hoy tomentos. Estas casas tenían 9 pisos -sus años- y el problema que plan­
padres muy religiosos que educan a sus hijos de acuerdo a sus creencias, teaba el dibujo ero el de las puertas cerradas de la planta baja -su
en
y que llegan a preferir que éstos sigan enfermos antes de arriesgar la primer año de vida-. En los pisos siguientes las ventanas también estaban
pérdida de la fe, en cuyo coso se evita In confusión pero no los conflictos.
En todos los cosos, es imprescindible aclara a los padres que la pérdida 1 cerradas. En sus asociaciones era evidente la preocupación de saber por
r
' dónde se entraba a la casa. El signilicado latente de esta pregunta era el
de la fe es posible dentro del tratamiento, pero que esto no significa que averiguar si había entrado por los genitales de su madre -la puerta de
el ternpeuta adopte una actitud activa en este tópico. Lo esclnrecerá a medida entrada- o por la puerta de entrada de la casa en que habitaba.
que aparezca el tema anaJizando los conflictos que en el niño han surgido Si la puerta permanecía _cerrada era po�que le habían negad� ese es:
por el mismo. Hay que señalar también que no es previsible ni el momento clarccimiento. Cuando la analista comenzo. a mterpretnr este matenal hablo
ni la. forma· en que se plantee el problema. En otros casos, padres ateos ron los padres para que confirmasen a la niña la verdad, pero no habían

• •
14.2 ARMINDA AOER�STURY TEORÍA Y TÉCNICA DEL PSICOANÁLISIS DE NIÑOS 143

sido advertidos y se opusieron terminantemente. Esto motivó la interrupción además que su conducta había sioo un intento de hacer suspender el
brusca del tratamiento. tratamiento porque no pudiendo dominar lo que estaba pasand? en su
En el caso de Pedrito H , cuando el tema del análisis era la diferencia cuerpo ---el crecimiento de sus pechos y las redondeces que la iban ha­
de sexos y sus fantasías de vaginización, tuve un llamado telefónico de la • ciendo mujer y las sensaciones nuevas que la invadían -quería dete­
madre para comunicarme que tenía conciencia de haber obrado mal pero r!er los conocimientos en su mente como un intento de detenerlos en
que había actuado impulsada por algo más fuerte que su voluntad. Al su cuerpo. Me había enviado a la madre para que yo arreglase ese lío
volver de una sesión el hijo le preguntó si ella tenia pene y le contestó y ponía además a prueba si su conducta �e había asustado, y si yo, coro� su�
"por supuesto que sí". El poder incluir en la sesión siguiente esta conver· _ .
padres, no respondía más a sus necestdades de escla�ectmtento. �ontmue
sación con su madre no sólo pennitió aclarar el conocimiento erróneo que diciéndole que la desaparición de sus síntomas más molestos habta modi­ _
le hubiese dejado una confusión aún mayor sobre la diferencia de sexos ficado la relación con sus padres y que en cierto sentido buscaba volver al
sino que hizo posible la rectificación de la madre sin demasiada angustia. pasado ocupándolos con nuevos problemas. El result�do de esta i?terpre­
Durante el análisis de Fanny, una niña de 10 años, cuyos padres r tación -que fue elaborando poco a poco y yo repella fragmentanamente
medio familiar más inmediato eran muy católicos y estaban por lo tanto cada vez que lo creía útil- fue la modificación de su · con�ucta. El �cla­
sometidos a represiones y prej uícios muy intensos, se me planteó un pro· recimiento de las causas más profundas que la habtan . mohvado revelo en
blema similar que pude solucionar manejando la entrevista con los padres la transferencia, como repetición de las situaciones originarias, un material
tal como he señalado. El padre era médico y conocía algo de psicoanálisis; .
nuevo. De pequeña hobía anhelado la posesión de un pene y los camb1os
la maore, que también era profesional, tenía un conocimiento teórico de octuales en su cuerpo reactivaron esas tempranas fantasías, y lo más temido
lo que podía ser el tratamiento de su hija y leyó mucho sobre este tema en su relación conmigo era que yo diese cumplimiento a ese viejo deseo.
antes de decidirlo. Estos conocimientos los habían familiarizado con la idea Hemos dicho que en la entrevista inicial se han asumido claramente los
de que el esclarecimiento de todo lo concerniente a la sexualidad era fun· p11pelcs : existe un terapeuta para un niño que necesita tra� a� iento y e�i�ten
damental, pero sicnoo ellos mismos muy inhibidos no se habían animado los padres de ese niño y su medio ambiente que van a reetbtr tos beneftc1os,
a dar a su hija ninguna respuesta a las insistentes preguntas que les hiciera
pero también los impactos de un tratamiento psicoanalítico. Deben saber,
desde pequeña. Pocos meses después de iniciado el tratamiento se incremen· por ejemplo, que las dificultades pueden incrementarse en un momento
taron las angustias genitales de mi paciente, ante los primeros índices de
crecimiento puberal. Por otra parte los síntomas más molestos habían
dado, y una rápida mejoría puede ser seguida de una recaí a; que al?
analizar un niño se pone en juego todo un pasado y es postble que se
desaparecido, motivo por el cual los padres estaban aliviados y se lo ex· les 'presenten momentos difíciles tanto a ellos como al hijo.
presaban. Un día pidieron una entrevista que les concedí previa consulta .
No es necesario ni adecuado anticipar los resultados del tratamtento
con mi paciente ; In madre estaba muy angustiada y con temores bastante ya que sólo durante el mismo po<lremos valorar realmente �� �ravedad del
justificados de que su bija les creara y se crease serias dificultades en el .
trastorno. Es tácito que si el terapeuta se hace cargo del anahsts es porque
colegio porque hablaba continuamente de sexo en términos muy vulgares tiene fe en el método. Generalmente los padres piden que se les indique la
y los perseguía con sus conocimientos. Concedí la entrevista pero haciéndoles forma de ayudar a la mejoría del niño, y entonces conviene valorizarles el
previamente las advertencias señaladas. En la sesión siguiente mientras esfuerzo que harán .. trayendo a su hijo cuatro o cinco veces por semana,
Fanny abría el cajón y se disponía a continuar un dibujo en el que tra­ puntualmente y durante un año como mínimo. Debe señalárseles que curo·
bajaba desde hacía varias sesiones le relaté íntegra la entrevista y le pliendo con esto ayudan del mejor modo al terapeuta.
intc.rpreté su conducta: asustar a sus padres y a sus compañeras y lograrlo Se valoriza el esfuerzo que realizan los padres al efectuar un tra­
era mostrarme hasta dónde estaba ella asustaos por las nuevas sensaciones tamiento tan largo y costoso, en el que la puntualidad es tan impor·
que sentía en su cuerpo y por lo que iba conociendo de él. Me apoyé
pera esta interpretación en los minuciosos detalles del dibujo. Estaba asus·
? �
tante y que muchas veces limita la movilidad e toda la amilia, va�acio?es,
viajes, paseos, etc. Esa posición se adapta mas a la rea hdad, es mas eftcaz
tada por los conocimientos que iba adquiriendo y que todavía consideraba y favorece· el éxito del tratamiento.
malos y prohibidos aunque Jiacía alarde de ellos. Por eso los formulaba En cierto sentido este cambio técnico siguió el mismo viraje que
en una fonna vulgar y chocante, para ser reprendida o censurada. Dije había sufrido el psicoanálisis mismo, preocupado al principio por los hechos
14 PtcUON Rrvti:ru:, A�t&IINDA ABERASTURY ot: "La transferencia en el anáJjsis
externos, por los traumas reales, enfocando lueg? su interés hnc a lo
.

de niños, en especial en los análisis tempranos", Rev. de Psicoanál isis, tomo IX. interno, casi desvalorizando lo externo y llegando fmalmente al mterjuego
'
N9 3, pág. 265. entre la realidad interna y externa. Ahora, sin desconsiderar lo exterior


144 AFIMJNI>A AIIERASTUFIY

real, se trabaja con lo interno -la versión que de la realidad da el nmo­


y los datos de la vida diaria que tlos dan los padres los iucluimos en el
análisis. De la misma mauera procedemos con adultos cuando nos relatan
algo, del Sr. X, y lo referimos a su relación con nosotros. Tampoco en
el análisis de adultos tratamos de cambiar los objetos que rodean a nuestro
pacieute, ni nos entrevistamos con sus familiares, ni los aconsejamos, aun­
que muchas veces vivan con eiJos relaciones de dependencia tan extrema
como la de un niño con sus padres. Los llevaremos a la independencia in­
Historiales clín icos
lernamenle y, si esto se logra, podrán recién llegar a desprenderse del
objclo exlerno real, en la medida en que sea necesario.
Nuestros hallazgos nos llevan también a la conclusión de que la validez
de los datos suministrados por los padres es muy relativa y podremos
saber más a través del niño mismo. Un niño, por pequeño que sea, nos •

informa por sí solo de la evolución sufrida a través del tratamiento y


cuando es necesario provoca consciente o inconscientemente una entre­
vista con los padres, quienes nos completan el cuadro del grupo familiar;
por lo tanto tampoco se justifican entrevistas para conocer los efectos
del tratorniento.
Esta nueva técnico tiene la ventaja de que mantenemos nuestro papel de
terapeutos, lo asumimos de un modo total al no confiar sino en nuestro
trabajo con el niño para solucionar sus problemas o síntomas y dejamos
a los padres en su papel de padres, sin perturbar la estructura familiar con
nuestros consejos.
Hecapítulando: Unicamente concedo una entrevista a los podres duran­
te el tratamiento cuando el paciente C!tá de acuerdo. Lo hablado se relata
en todos los detalles al niño al comienzo de la sesión siguiente. Le habíamos
En el capitulo IX mostraré cómo se desa�rolló el análi�� de dos niñ� de
6 y 4 atíos, con trastornos similares, y como fueron utiltzadU$ en la mter­
dado la certeza de que lo ocurrido en el consultorio quedaría tan her­
méticamente en secreto como el contenido de su cajón n
i dividual.
preúición los datos que 110s dieron los padres.
En el capitulo X, Pola l. de Tomás expone primero fragmentos del
A veces parecen no comprender lo que l es decimos o no interesarse

análisis de un niño de 3 a�i.os, señakndo cómo elaboró la muerte del


en absoluto, pero pronto vemos que cada uno de los detalles ha penetrado
en su mente y es elaborado a veces durante semanas o meses. Aunque con­
padre. Susana de Ferrer describe a continuación algunas :scsw!res del s�­
gundo análisis del mismo paciente, cuando ''a contaba 10 anos; � rmz
sideramos la unidad hijo<padres, la interpretación debe dirigirse exclusiva­
mente al paciente.1�
del casamiento y de un nuevo embarazo de la madre se reactrvaron
errél las mismas ansiedadl!s que acompariaron a la desaparición del padre,
y en este nueuo tratamientO pudo reclaborar el duelo.
En el capitulo XI se expone11 sesiones de tres nitios, tratados por _Mer­
cedes de Carbarino, Jorge Rovatti r Eduardo Salas. Los tres �actentcs

tienen distintas edadl!s y síntomas diferentes, pero todos ellos revrven. una
misma situación -el trauma de nacimiento-.-
En el capítulo X/1 Elisabetlr C. de Carma muestra . � tres �iríos
e en e� pe·
ríodo de latencia un meca ni smo similar, el de reprrmrr r arslar rm nucleo
de su insti ntividad percibido como destru.ctivo r peligroso, con lo que
i
adquiríart una aparenc ia de normalidad.
·15 Cf. caphulo V.


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