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72-99
Juan Solernó
Universidad Católica Argentina
Buenos Aires, Argentina
Abstract: The present article attempts to present Martin Heidegger’s early thought
about the question concerning technology. This exhibition focuses on the teaching period of
the German philosopher at the University of Marburg during the years 1923 and 1928. Firstly
the task of the destruction of metaphysics will be discussed by which Heidegger establishes a
living dialogue with the tradition through the dismantling of its fundamental notions and by
the appropriation of certain concepts in its original sense. Destruction will expose the horizon
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of understanding based on the phenomenon of production that is already operating in the
figure of Aristotle. Indeed, the reinterpretation of the Aristotelian ethics and its subsequent
radicalization mark the beginning of the genesis of Heidegger’s thinking on technology with
the adoption of the notion of téchne as a discoverer behavior. After examining the way in which
téchne uncovers beings, the conception of the tool and the primacy of what is ready-to-hand
will be addressed as other important moment in the reconstruction of the said origin. Finally,
this writing ends with a conclusion in which the exposed topics are synthesized and that will
glimpse the way that Heidegger will follow in later decades.
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La génesis del pensamiento de Martin
Heidegger sobre la técnica Ὁδός
Revista de Filosofía
Juan Solernó
Universidad Católica Argentina
Buenos Aires, Argentina
1. Introducción
L
a técnica se convierte explícitamente en uno de los temas centrales en el pensamiento
de Martin Heidegger luego del giro (Kehre) o vuelta, a partir del análisis y la
interpretación que el filósofo realiza acerca de dicha cuestión en la primera mitad de
la década de 1930, momento en el que comprende que la técnica moderna y el pensamiento
subyacente a ella representan la consumación del pensamiento occidental y, junto con ella, el
acabamiento de la filosofía como metafísica. Para entender esta caracterización original de la
técnica resulta provechoso aclarar cómo es que Heidegger llega a tal concepción. Es por ello
que se torna imprescindible la tarea de una genealogía que reproduzca la lógica necesaria del
desarrollo de este pensamiento sobre la técnica, trabajo que es asumido en este artículo.
Si se echa una mirada al camino del pensar transitado por el filósofo alemán a través de
la totalidad de su obra filosófica, es posible encontrar ciertos principios o sedimentos referidos
a la concepción de la técnica moderna en el Heidegger temprano de la década de 1920; es decir,
en los años antes de la aparición de Ser y tiempo, más precisamente en la explicación que
Heidegger otorga acerca del concepto de téchne en Aristóteles. En efecto, es la noción de téchne
la que lleva la voz cantante en la exposición de la génesis del pensamiento de Martin Heidegger
sobre la técnica. Caracterizada como un saber orientado a la producción y al manejo de los
útiles, la téchne aristotélica reapropiada por el pensador alemán como el comportamiento
descubridor que determina el modo de ser de los entes, mantiene cierto lugar de privilegio en la
metafísica griega. Tal es así, que ella es la que determina el sentido originario de lo que significa
“ser”.
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Las determinaciones fundamentales de la técnica se enmarcan dentro del andar
filosófico de Heidegger en su período docencia en la universidad de Marburgo entre los años
1923 y 1928, etapa en la que el filósofo se dedica continuar y profundizar sus anteriores
interpretaciones sobre la filosofía griega. La genealogía aquí intentada se remonta a aquellos
cinco años de su enseñanza en Marburgo, época que guarda una distancia de 30 años respecto
de la conferencia La pregunta por la técnica (1953), primera disertación de Heidegger en tener por
tema principal el tema de la técnica moderna, y otra distancia más corta respecto a la década de
1930, período en el que Heidegger elabora sus reflexiones acerca del arte en relación con la
técnica.
2. La destrucción de la metafísica
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universitaria de Friburgo. Heidegger dirá acerca de sus años en Marburgo que ellos constituyen
lo más fructífero de toda su actividad académica1. En esta media década también acontece la
relación de amor con Hannah Arendt y el comienzo de una amistad con Rudolf Bultmann que
durará para toda la vida.
1 Cfr. Heidegger, M., Briefe an Max Müller und andere Dokumente, Zaborowski, H; Bösl, A. (eds.), Karl Alber,
Freiburg / München, 2003, 27.
2 Cfr. Heidegger, M., Platon: Sophistes, Vittorio Klostermann, Frankfurt am Main, 1992, 1-5. A partir de ahora, este
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En la gran mayoría de los cursos anteriormente mencionados, Heidegger lleva a cabo
una tarea de “destrucción” emprendida contra la metafísica que debe ser correctamente
comprendida. Antes que nada, es preciso señalar que la destrucción no es “destructiva” sino
que ella es “una tarea que equivale a la explicación de las situaciones originarias y motivadoras
de las que brotan las experiencias filosóficas fundamentales”4 y es, además, una parte esencial
de la hermenéutica5. Su objetivo no es la aniquilación de opiniones sino “un desmontaje,
denudación y un poner-a-un-lado los enunciados históricos sobre la historia de la filosofía”
para, de este modo, “abrir los oídos, liberarnos para lo que se nos adjudica en la tradición
como ser del ente”6. Como una de las tres partes fundamentales de la fenomenología, siendo
las otras dos la reducción y la construcción, la destrucción es “una deconstrucción crítica de los
conceptos tradicionales, que, al comienzo, deben ser necesariamente empleados, que los
deconstruya hasta las fuentes a partir de las que fueron creados”7.
4 Heidegger, M., „Der Ursprung des Kunstwerkes“, en Holzwege, Vittorio Klostermann, Frankfurt am Main, 1977,
3-4. Traducción de Helena Cortés y Arturo Leyte, “El origen de la obra de arte”, en Caminos de bosque, Alianza,
Madrid, 2010, 17.
5 Cfr. Heidegger, M., „Phänomenologische Interpretationen zu Aristoteles (Anzeige der hermeneutischen
Situation)“, en Phänomenologische Interpretationen ausgewählter Abhandlungen des Aristoteles zu Ontologie und Logik, Vittorio
Klostermann, Frankfurt am Main, 2005, 368. Traducción de Jesús Adrián Escudero, Interpretaciones fenomenológicas
sobre Aristóteles (Indicación de la situación hermenéutica) [Informe Natorp], Trotta, Madrid, 2002, 51. A partir de ahora, este
texto será referido en las notas como NB y el número que acompañe inmediatamente a la abreviatura del texto
corresponderá a la versión alemana mientras que la página en su traducción al español se colocará entre corchetes.
6 Heidegger, M., „Was ist das – die Philosophie?“, en Identität und Differenz, Vittorio Klostermann, Frankfurt am
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el acto mismo del pensar filosófico. Lo que éste descubre, lo que ante él se muestra, aparece ya
comprendido de acuerdo con planteamientos o concepciones heredadas.
8 Cfr. Heidegger, M., Prolegomena zur Geschichte der Zeitbegriffs, Vittorio Klostermann, Frankfurt am Main, 1979, 187.
Traducción de Jaime Aspiunza, Prolegómenos para la historia del concepto de tiempo, Alianza, Madrid, 2006, 173. A partir
de ahora, este texto será referido en las notas como GA 20 y el número que acompañe inmediatamente a la
abreviatura del texto corresponderá a la versión alemana mientras que la página en su traducción al español se
colocará entre corchetes.
9 Cfr. Heidegger, M., Ontologie (Hermeneutik der Faktizität), Vittorio Klostermann, Frankfurt am Main, 1988, 75.
Traducción de Jaime Aspiunza, Ontología. Hermenéutica de la facticidad, Alianza, Madrid, 2000, 99.
10 Cfr. Heidegger, M., GA 20, 179 [164].
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El Estagirita es uno de los filósofos de mayor envergadura dentro de la historia de la
filosofía occidental que Heidegger somete a su desmontaje crítico. Él es, para el pensador
alemán, el cenit11 de la filosofía antigua, siendo la ousía el “concepto fundamental por antonomasia de
la filosofía aristotélica”12, dado que ella determina el concepto de ser de la metafísica. Justamente
el análisis que recae sobre este pensador griego se enfoca en aquella noción. La intención del
filósofo alemán es comprender la situación originaria en la que dicho concepto ha sido
acuñado. En primer lugar, Heidegger toma de manera muy considerada el uso idiomático pre-
filosófico de ousía para luego investigar la relación que dicho uso guarda con la ousía entendida
como término filosófico.
11 Cfr. Heidegger, M., Metaphysiche Anfangsgründe der Logik im Ausgang von Leibniz, Vittorio Klostermann, Frankfurt
am Main, 1978, 11.
12 Heidegger, M., Grundbegriffe der aristotelischen Philosophie, Vittorio Klostermann, Frankfurt am Main, 2002, 22. A
partir de ahora, este texto será referido en las notas como GA 18.
13 Ibid., 24.
14 Heidegger, M., GA 24, 153 [143].
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1. hypokeímenon: el ente que de antemano ya está ahí (animales, plantas, hombres,
montañas, el sol).
2. aítion tou eínai: la psyché (alma), la cual posibilita la orientación y el movimiento de
los seres vivos.
3. mórion enupárchon: el límite que determina a los entes en su ser.
4. to tí en eínai: el orismós (la definitio) y un “complejo de determinaciones del ser”.15
5. eídos: el fundamento de la posibilidad de comprensión de la presencia
independiente de un ente.
y de su estructura. Por otra parte, se opta por no utilizar la cursiva al escribir dicho término alemán.
20 Heidegger, M., GA 24, 148 [139].
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La morphé expresa la forma característica total impresa en un ente en la que cabe
descubrir lo que es. A partir de la figura y de la forma característica impresa de una cosa,
logramos saber de qué se trata ella. El imprimir una forma y una figura le confiere su peculiar
aspecto (eídos) a lo que ha de ser producido y a lo que ha sido producido. En el aspecto de una
cosa somos capaces de ver lo que ella es, su constitución quiditativa, el peculiar carácter
impreso en ella. De modo que “si tomamos un ente tal como viene a nuestro encuentro en la
percepción, entonces tenemos que decir que el aspecto de algo se basa en su forma
característica. Es la figura la que proporciona a la cosa su aspecto. Con respecto a los
conceptos griegos, el eídos, el aspecto, se funda en la morphé”21.
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la res extensa, siguiendo la pauta de un concepto de término medio de ser entendido como carácter de
ser-producido”24.
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ocular y teorética, lo cual implica un comportamiento distante hacia un objeto y tal actitud
puede ser adoptada por el Dasein sólo cuando este último se ha desocupado de la actividad
productiva. Esta forma objetiva de ver o percibir intuitivo es una modificación del ver en el
sentido de la circunspección del comportamiento productivo.
2006, 156.
32 Heidegger, M, GA 19, 22. Heidegger toma esto de Aristóteles, Ética Nicomáquea VI, 3, 1139b15ss.
83
implica al producir como modo del cuidado del Dasein, es presentado en Ser y tiempo dentro de
la analítica del mundo circundante. Lo interesante respecto a esto último es la distinción de lo
que está a la mano y lo que está-ahí, derivándose este último modo de ser del primero y
marcando así la primacía de lo a la mano. En última instancia, esto se traduce en una ontología
que todavía se orienta según el horizonte de comprensión basado en la producción y el uso de
los entes.
33 El interés de Heidegger por la fenomenología de la religión y el contenido de sus lecciones reunidas en el tomo
60 de la obra completa (Gesamtausgabe) bajo el título alemán Phänomenologie des religiösen Lebens se encuentran
profundamente analizadas en los siguientes capítulos de libros: Adrián Escudero, J., “Fenomenología de la vida
religiosa”, en Heidegger y la genealogía de la pregunta por el ser. Una articulación temática y metodológica de su obra temprana,
Herder, Barcelona, 2010, 137-223; Kisiel, T., “Theo-Logical Beginnings: Towards a Phenomenology of
Christianity”, en The genesis of Heidegger’s Being and Time, University of California Press, Berkeley, 1993, 69-115.
34 Si se desea profundizar en la presencia de Aristóteles que impregna toda la obra de Heidegger y en la
apropiación y la asimilación radical por parte de este último de la ontología aristotélica, recomendamos las
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torno a las siguientes tres cuestiones que son planteadas en el horizonte unitario de la pregunta
por el sentido del ser: en primer lugar, la pregunta por la verdad, que conduce a la noción de
desocultamiento (Unverborgenheit); en segundo lugar, la pregunta por el Dasein, que desemboca
en la ontología de la vida humana; y en tercer lugar, la pregunta por el tiempo, que acaba por
remitir a la temporeidad originaria del Dasein. De acuerdo con la finalidad de la presente
exposición, el único tema que será tratado a continuación es el primero de ellos.
El primer gran fruto del estudio que Heidegger emprende sobre Aristóteles es la
concepción del lenguaje como esencialmente apofántico (lógos apophantikós). De acuerdo con su
interpretación, la función básica del lógos consiste en hacer ver, en manifestar aquello de lo que
se habla, esto es, en hacerlo patente y comprensible: “La esencia de la proposición es la
apophaínesthai: hacer ver un ente, apó: a partir de él mismo. (…) Enunciado: decir lo dicho desde
la propia cosa, de modo que en este discurso su «acerca de qué» se haga visible, accesible a la
captación”35. En conexión con la idea anterior se encuentra la noción de verdad en sentido
apofántico: ella significa desocultar o desvelar.
investigaciones llevadas a cabo por el filósofo italiano Franco Volpi en: Volpi, F., Heidegger y Aristóteles, Fondo de
cultura económica, Buenos Aires, 2012.
35 Heidegger, M., Logik. Die Frage nach der Wahrheit, Vittorio Klostermann, Frankfurt am Main, 1976, 133.
Traducción de Joaquín Alberto Ciria, Lógica. La pregunta por la verdad, Alianza, Madrid, 2004, 112. A partir de ahora,
este texto será referido en las notas como GA 21 y el número que acompañe inmediatamente a la abreviatura del
texto corresponderá a la versión alemana mientras que la página en su traducción al español se colocará entre
corchetes.
36 Cfr. Heidegger, M., NB, 377 [62].
37 Heidegger, M., GA 21, 135 [113].
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tradición había previamente establecido: la proposición se funda y es derivada de la verdad. Y
frente al segundo prejuicio, la proposición no mantiene ninguna relación originaria con el ente;
antes bien, ella sólo es posible sobre la base de un previo estado de descubierto (Entdeckheit)
que actúa a modo de condición de posibilidad de la proposición:
Que el enunciado sea verdadero significa que descubre al ente en sí mismo. Enuncia,
muestra, «hacer ver» (apóphansis) al ente en su estado de descubierto. El ser-verdadero
(verdad) del enunciado debe entenderse como un ser-descubridor. La verdad no tiene, pues,
en absoluto, la estructura de una concordancia entre conocer y objeto, en el sentido de
una adecuación de un ente (sujeto) a otro (objeto).38
38Heidegger, M., Sein und Zeit, Vittorio Klostermann, Frankfurt am Main, 1977, 218-219. Traducción de Jorge
Eduardo Rivera, Ser y tiempo, Universitaria, Santiago de Chile, 1997, 239. A partir de ahora, este texto será referido
en las notas como SZ y el número que acompañe inmediatamente a la abreviatura del texto corresponderá a la
versión alemana mientras que la página en su traducción al español se colocará entre corchetes.
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mostrar algo, ser apophantikós, sólo si en él ocurre el alethéuein, el verdadero
desocultamiento. El discurso no es el único y primer portador de la alethés; es algo en que
la alethés puede ocurrir pero no tiene que ocurrir. El lógos no es el lugar donde el alethéuein
está en casa, donde este es autóctono.39
39 GA 19, 182.
40 Ibid., 21-22.
41 Ibid., 27.
42 Ibid., 40.
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Por ejemplo, el zapato está hecho para calzarlo y para que alguien lo calce. El producto de la
poíesis es algo producido para un futuro uso por parte del hombre. La téchne, por lo tanto, posee
al producto como objeto de su desocultar sólo en cuanto aún no está terminado; es decir, en
cuanto se encuentra en el proceso de llegar a ser.
43 Ibid., 40-44.
44 Ibid., 93.
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En cuanto a la última forma de desocultar, la phrónesis, ella suele ser traducida como
“sabiduría práctica” o “prudencia”, recordando que el adjetivo calificativo “prudente” se aplica
a quien puede deliberar apropiadamente, especialmente acerca de lo que es bueno para él. De
este modo, el objeto de la phrónesis está determinado como algo que también puede ser de otra
manera, dado que las diferentes situaciones de la vida sobre las que uno delibera son variables;
pero, desde el mismo principio, la phrónesis guarda una relación con el mismo ser que realiza el
acto de deliberación. Si enfrentamos los modos de ser de la téchne y de la phrónesis, ambos se
ocupan de cosas contingentes y deliberan acerca de lo práctico pero; no obstante, la
consideración propia de la téchne se relaciona simplemente con aquello que contribuye a la
producción de otra cosa, mientras que la reflexión de la phrónesis se relaciona con la acción
llevada a cabo en tanto que ella contribuye a quien delibera. El desocultar de la phrónesis, por lo
tanto, contiene una dirección referencial hacia la misma persona y su objeto de deliberación es
la vida misma, mientras que la téchne examina las maneras de producir útiles.
45 Ibid., 49-51.
89
De acuerdo a la interpretación heideggeriana, la téchne es para Aristóteles aquella que da
el sentido original de lo que significa “ser”. Como se ha visto en el segundo capítulo, el ser de
los objetos, su ousía, no es otra cosa que su estar-listo, su ser-producido en el sentido de
“bienes disponibles para el uso en el marco del mundo circundante”46. Acerca de cuál sea el
tipo y la manera en que inmediata y regularmente los objetos del mundo nos salen al
encuentro, dice Heidegger al respecto en conexión con Aristóteles que no se trata del ámbito
del ser de las cosas en tanto epistémico-teoréticas, esto es, en tanto objetos comprendidos
como tales, sino que se trata del ámbito de “los objetos producidos, el de los útiles empleados en
el trato cotidiano [con el mundo]”47; es decir, de aquello que en Ser y tiempo es entendido bajo el
término “útil”. El análisis de la mundaneidad expuesto en dicha obra48 es concebido
directamente a partir de una interpretación de la ética aristotélica, precisamente del contexto de
la téchne (relativa a lo que está a la mano –Zuhandenheit–, el útil) y la epistéme (relativa a lo que
está-ahí –Vorhandenheit–, las cosas).
La theoría ya no vale como la actividad más perfecta del hombre. En lugar de ello, la
práxis es elevada a la determinación fundamental del modo de ser del hombre, a su estructura
ontológica. En razón de esta variación cambia simultáneamente la relación de la práxis con las
otras dos determinaciones: lo que está a la mano (que corresponde a la poíesis) y lo que está-ahí
(que corresponde a la theoría) caracterizan los modos de ser de los entes que no son Dasein,
Aristoteles, Platon und die Vorsokratiker im Dienst der Seinsfrage“, en Heidegger Handbuch. Leben – Werk –
Wirkung, Diter Thomä (Ed.), J. B. Metzler, Krugzell, 2013.
90
que en cada caso se siguen de cómo el Dasein se comporta respecto a los entes: observando y
abstrayendo o bien manipulando y produciendo. Ulteriormente los comportamientos poiético
y teorético son entendidos ambos como modos de un comportamiento fundamental que
Heidegger llama la ocupación o el ocuparse (Besorgen), que es el cuidado para con las cosas. Con
ello, Zuhandenheit y Vorhandenheit, poíesis y theoría, son conectados entre sí y con el Dasein en una
relación coherente y unitaria. El comportamiento teorético, por su parte, es determinado como
un modo derivado frente al poiético, lo cual será explicado a continuación mediante la
exposición de la distinción de lo a la mano y lo que está-ahí.
91
antelación al encuentro con el picaporte particular, se está operando de acuerdo con la
estructura previa que revela a las entidades como útiles o herramientas para nuestros propósitos.
Tomar un útil como útil requiere que uno sepa que aquello es un útil.
92
Heidegger, se basa en el trato ocupante pero se distingue de él en que “para que el
conocimiento como determinación contemplativa de lo que está-ahí llegue a ser posible, se
requiere una previa deficiencia del quehacer que se ocupa del mundo”55, de modo que la
abstención de todo manejo, utilización y producción posibilita la aprehensión de lo que está
ahí. La deficiencia mencionada en la cita anterior consiste en “una determinada
desmundanización del mundo”56, en que “la mirada teorética ya ha reducido siempre el mundo
a la uniformidad de lo puramente presente [des puren Vorhandenen]”57. Hay que recordar que el
mundo en Heidegger es el espacio de significatividad gracias al cual el Dasein se orienta en sus
tratos y ocupaciones cotidianas, la estructura de relaciones referenciales constituida por y para
la existencia humana.
4. Conclusión
55 Ibid., 61 [87].
56 Ibid., 65 [93].
57 Ibid., 138 [162].
58 Cfr. Ibid., 356-364 [372-379].
59 Cfr. Ibid., 361 [376-377].
60 Cfr. SZ 158 [p. 181]
93
a los entes; es decir, que aprehende la verdad de los entes. La téchne, al igual que las otras
virtudes intelectuales (epistéme y phrónesis), es un modo de alethéuein, es un comportamiento en el
que el ente es descubierto o comprendido. Mediante la destrucción de la metafísica, que pone
en evidencia a la producción como su horizonte de comprensión, Heidegger concluye que la
téchne es aquel modo de desocultar lo ente que otorgó el sentido originario de lo que significa
ser.
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Lo que Heidegger no menciona en sus interpretaciones tempranas sobre Aristóteles, es
la manera específica en que el arte deja aparecer sus obras dentro del ámbito de la téchne. Para
los griegos, el término téchne era una expresión para aquello que en la modernidad aparece
separado como arte, por un lado, y técnica por el otro. Esta otra manera de pensar que
Heidegger encontrará en el arte a partir de los años treinta (después de su adhesión al
nacionalsocialismo) será el ejemplo o modelo de una nueva forma de pensar que, si bien
procede técnicamente, será capaz de liberar al pensamiento técnico de su propia limitación.
61 Este parece no ser el caso del parágrafo 15 de Ser y tiempo donde Heidegger habla de las cosas naturales: las
flores de la ladera son naturalmente algo distinto de las plantas utilizadas en medicina (zuhanden), pero también
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Será primeramente en los años treinta, poco tiempo después del frustrante rectorado
bajo la esvástica, que Heidegger pensará acerca de la naturaleza propia y distinta de las cosas.
En su artículo de 1935 llamado El origen de la obra de arte el pensador alemán revisará su
valoración filosófica de la coseidad (Dingheit) como estar-ahí (Vorhandenheit). Será a partir de las
obras de arte que uno podrá traer a la experiencia las diferencias de los distintos modos de ser:
ellas podrán mostrar cómo son las cosas por una parte y como son los útiles por otra parte.
Tanto las obras de arte como también los útiles tienen el principio de su ser fuera de sí, a saber,
su raíz común debe ser buscada en la determinación antigua de la téchne. Las obras concuerdan
con las cosas en que ambas son algo-otro que útiles, algo que en Ser y tiempo no fue tematizado
ni tampoco pudo ser tematizado. La cosa es así liberada del contexto pragmático y deja de ser
el útil que no está a la mano que en el modo de lo que está-ahí oficia de portador de funciones
y propiedades.
Finalmente, desde el punto de vista de esta disertación sobre la obra de arte se dejarán
ver dos cosas: en primer lugar, que los análisis de los modos de trato proto-técnicos de las
investigaciones ontológico-existenciales de Ser y tiempo se manifiestan por primera vez en su
relevancia para una filosofía de la técnica y, con ello, el primer y más temprano Heidegger, el
Heidegger del “útil”, aparece ya como un filósofo técnico; y en segundo lugar, que a partir del
pensamiento del arte será posible aclarar los detalles específicos de la concepción de la técnica
del Heidegger tardío; es decir, del Heidegger de la Gestell. La peculiaridad del modo de pensar y
de actuar técnico puede ser bien comprendida donde uno tiene ante sí en el pensar del arte la
posibilidad de otra forma de pensar en relación con las actividades de producción. El pensar
del arte posee junto con el pensar de la técnica una raíz en común: la téchne entendida en su
sentido griego (o mejor dicho, aristotélico) como una manera determinada de desocultar las
cosas del mundo. El Heidegger tardío tomará el concepto de la téchne aristotélico de un modo
mucho más crítico que el Heidegger temprano, en el cual él ahora intentará evitar otra vez la
posición metafísica fundamental de este pensar técnico y, con ello, corregir la propia
comprensión técnica reduccionista de Ser y tiempo en vinculación con la independencia de las
cosas.
Bibliografía
dichas flores son algo distinto de las plantas del botánico (vorhanden). Sin embargo, Heidegger no pone en cuestión
a partir de dicho ejemplo la independencia de las cosas en Ser y tiempo.
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