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Maestría en Economía Política con mención en Economía Argentina

Tesis de Maestría:

LA ACUMULACIÓN DE CAPITAL EN ARGENTINA 1910-2011

Alumno: ESTEBAN EZEQUIEL MAITO

Director de tesis: JUAN KORNBLIHTT

Buenos Aires, Agosto de 2015

RESUMEN
La presente tesis tiene como objetivo profundizar en la comprensión económica del capitalismo
argentino a partir de las categorías propias de la economía política marxista. En este sentido, se
incluye una primera parte en la que se presentan aspectos generales de la economía marxista. En una
1
segunda parte, se consideran una serie de elementos adicionales respecto al análisis de los capitales o
países en tanto particularidades y su relación con la totalidad social y las determinaciones generales
o más abstractas. En una tercera parte, una vez abordados los aspectos teóricos en las dos secciones
previas, se presenta un análisis empírico e histórico de la acumulación de capital en Argentina en base
a una serie de variables estimadas para el período 1910-2011, con el fin de resaltar la relación entre
acumulación de capital e historia en una sociedad concreta en la que impera el modo de producción
capitalista como forma de organización social.

2
Índice
Introducción……………………………………………………………………………………………
………………………..…p.9
PARTE I: LA TEORÍA MARXIANA DEL VALOR Y LA ACUMULACIÓN
Valor de uso, valor de cambio y
valor……………………………………………………………………………………p.18
La transformación del dinero en
capital…………………………………………………………………………………p.21
Proceso de trabajo y proceso de
valorización………………………………………………………………………….p.27
Capital constante y variable. Capital fijo y
circulante………………………………………………………………..p.33
La producción de
plusvalía………………………………………………………………………………………………
…..p.36
La transformación de la plusvalía en capital y la acumulación
capitalista…………………………………...p.39
La ley de la tendencia descendente de la tasa de
ganancia………………………………………………………..p.43
PARTE II: VALOR, PERIFERIA Y CRISIS
Trabajo, competencia y
valor………………………………………………………………………………………………..p.5
5
Capital industrial y renta del
suelo…………………………………………………………………………………………p.65
Renta del suelo y tipo de
cambio…………………………………………………………………………………………..p.72
Valor, tasa general y tasa individual de
ganancia……………………………………………………………………..p.77
Consideraciones sobre el valor y su estimación en una economía
particular………………………………p.85
PARTE III: EL PROCESO DE ACUMULACION DE CAPITAL EN ARGENTINA 1910-2011
La acumulación de capital y la tasa de ganancia en Argentina (1910-
2011)…………………………….….p.99

3
La tasa de ganancia y su
cálculo…………………………………………………………………………………………..p.100
El capital constante fijo de la economía argentina (1910-
2011)………………………………………….……p.101
La inversión en maquinaria nacional e importada hasta la
posguerra………………………………………p.106
La inversión en maquinaria desde el desembarco masivo del capital industrial
transnacional…….p.111
La tasa de ganancia en Argentina (1910-
2011)………………………………………………………………………p.115
La evolución de las ganancias, el capital fijo y los precios
relativos………………………………………….p.118
La distribución funcional del producto en el largo
plazo………………………………………………………..p.122
La masa de
ganancias………………………………………………………………………………………………
…………p.125
La acumulación de capital en Argentina en términos
sistémicos……………………………………………..p.128
Las ganancias por asalariado en moneda
internacional…………………………………………………………..p.131
La composición orgánica del capital en
Argentina…………………………………………………………………p.135
La tasa de ganancia a costos de reproducción y a costos
históricos………………………………………….p.140
Tasa de ganancia, esfuerzo inversor y tasa de
acumulación…………………………………………………….p.143
Los ciclos económicos y las crisis en
Argentina…………………………………………………………………….p.147
Acumulación y proceso
histórico…………………………………………………………………………………….....p.150
Conclusiones…………………………………………………………………………………………
………………………….p.169
Apéndice: Sobre las estimaciones de Juan Iñigo
Carrera……………………………………………………….p.174

4
Bibliografía……………………………………………………………………………………………
………………………….p.178
Anexo
metodológico…………………………………………………………………………………………
……………….p.182
Anexo
estadístico……………………………………………………………………………………………
…………………p.188

5
Indice de Tablas y Cuadros
PARTE II
- Tabla N°1 – Valor social a partir de condiciones particulares
heterogéneas……………………p.57
- Tabla N°2 – Homogeneidad entre condiciones particulares y
sociales…………………………..p.59
- Tabla N°3 – Valor social a partir de mayor diferenciación de condiciones
particulares……p.59
- Tabla N°4 – Venta por debajo del valor social impuesta por el capital más
avanzado……..p.61
- Tabla N°5 – Valor social e incremento de la productividad relativa de los capitales de menor
productividad…………………………………………………………………………………
……………………….p.63
- Tabla N°6 – Capital industrial y capital en ramas rentísticas, implicancias de sus diferentes
modalidades de
regulación……………………………………………………………………………………
….p.67
- Tabla N°7 – Reducción global de renta con incremento de la renta en país periférico…..p.71
- Tabla N°8 - Valor, productividad y tipo de
cambio…………………………………………………….p.72
- Tabla N°9 – Producción global sin renta diferencial en el capital
agrario………………………p.74
- Tabla N°10 – Producción global con renta diferencial en el capital agrario de un país
periférico………………………………………………………………………………………
………………………..p.76
- Tabla N°11 - Proceso de valorización total con igualación inter-ramal de tasas de
ganancia………………………………………………………………………………………
…………………………p.83
- Tabla N°12 - Valor del capital y la producción de acuerdo a dos criterios de MELT……..p.86
PARTE III
- Cuadro N°1 - Variables seleccionadas del proceso de acumulación (1910-
1924)………….p.150
- Cuadro N°2 - Variables seleccionadas del proceso de acumulación (1925-
1942)………….p.154

6
- Cuadro N°3 - Variables seleccionadas del proceso de acumulación (1943-
1963)………….p.156
- Cuadro N°4 - Variables seleccionadas del proceso de acumulación (1964-
1976)………….p.159
- Cuadro N°5 - Variables seleccionadas del proceso de acumulación (1977-
1989)………….p.162
- Cuadro N°6 - Variables seleccionadas del proceso de acumulación (1990-
2002)………….p.164
- Cuadro N°7 - Variables seleccionadas del proceso de acumulación (2003-
2011)………….p.166
- Cuadro N°8 – Tasas de variación del PBI, la participación y masa de las ganancias, el capital
fijo, la tasa de ganancia real, los precios relativos y la tasa de ganancia nominal. Tasa de
ganancia real y nominal y composición de valor del capital. Argentina 1910-2011, por
períodos………………………………………………………………………………………
……………………….p.171

ANEXO ESTADÍSTICO
- C1) Distribución funcional del PBI a precios de mercado en porcentaje y millones de pesos
de
1993…………………………………………………………………………………………
……………………..p.188
- C2) Capital fijo en construcción residencial, construcción reproductiva y maquinaria nacional
e importada millones de pesos de 1993, y participaciones relativas en el capital fijo
reproductivo.……………………………………………………………………………….…
………………….….p.190
- C3) Asalariados (miles), PBI por asalariado (PBI/L), ganancias netas por asalariado (G/L).
Composición técnica del capital como volumen de maquinaria (M&E/L) y de capital fijo
reproductivo por asalariado (CF/L). Costo laboral y salario real anual (salario nominal
deflactado por precios del producto y del consumidor respectivamente) por asalariado en
pesos de 1993, ganancias y salarios anuales por asalariado en dólares de
2012……………..p.192
- C4) Horas de trabajo vivo en millones (H), MELT en pesos y dólares corrientes y en dólares
constantes de 2012, valor del capital fijo en millones de horas (VK), valor unitario del capital
fijo (VUK) y del valor agregado neto (VUYn), valor del peso (1/MELT) y del
dólar…………………………………………………………………………………………
……………………….…p.194
- C5) Tasa de ganancia máxima (Yn/K) y tasa de ganancia (TG) a precios corrientes y
constantes (q), índice de precios relativos (IPR, IPIBIF/IPPBI), tipo de cambio real (TCR),

7
capital fijo en dólares de 2012 (CF U$S2012), tasa de acumulación en volumen (TAQ), valor
(TAV) y dólares de 2012 (TA U$S2012), esfuerzo inversor bruto (EIB) y neto (EIN)
nominales y tiempo de trabajo necesario para producir un peso a precios de 1993
(TTN$93)……………………………………………………………………………………
……………………….p.196
- C6) Composición de valor del capital como relación capital fijo/salarios (K/CV) y capital
fijo/valor agregado neto (K/Yn). Tasa de plusvalía simple (ganancias netas/salarios). Tipo de
cambio nominal (TCN) y de paridad relativa de poder adquisitivo (TCPR), capital fijo en
dólares corrientes (KU$S) y de paridad (KU$SPR), a costos históricos en dólares de paridad
(KCH). Precios relativos internacionales (PI, 1910=100). Tasa de interés real (TIR).
Productividad horaria (PH A/E) y MELT (MELT A/E) argentina como porcentaje de la de
Estados
Unidos…………………………………………………………………………………………
…………..p.198

Indice de Gráficos
PARTE 1
- Gráfico N°1 – Tasa de ganancia y composición del capital en Europa Occidental (1885-
2010)……………………………………………………………………………….…………
………………………….p.53
PARTE II
- Gráfico N°2 - Productividad horaria y MELT en Argentina como porcentaje de EEUU
(1929-
2008)…………………………………………………………………………………………
………………….p.89
- Gráfico N°3 - Capital fijo en volumen, valor y dólares de 2012. Argentina 1910-
1951……p.90
- Gráfico N°4 - Capital fijo en volumen, valor y dólares de 2012. Argentina 1950-
2011…….p.91
- Gráfico N°5 - Valor unitario, valor y volumen del capital fijo. Argentina 1910-
2011………p.92
- Gráfico N°6 - Valor unitario del capital fijo, del valor agregado neto y valores unitarios
relativos. Argentina 1910-
2011………………………………………………………………………………….p.93
- Gráfico N°7 - Valor y precio unitario del valor agregado neto. Argentina 1910-
2011……..p.94

8
PARTE III
- Gráfico N°8 - Volumen del capital fijo reproductivo y fuerza de trabajo asalariada. Argentina
1910-
2011…………………………………………………………………………………………
………………….p.102
- Gráfico N°9 - Participación en el capital fijo total de la maquinaria, la construcción
reproductiva y la construcción no reproductiva. Argentina 1910-
2011…………………………p.103
- Gráfico N°10 - Componentes del capital fijo reproductivo (construcción reproductiva,
maquinaria nacional y maquinaria importada. Argentina 1918-
2011……………………………p.104
- Gráfico N°11 - Maquinaria por asalariado. Argentina 1882-
2011………………………………..p.105
- Gráfico N°12 - Inversión en maquinaria y participación según origen nacional e importados.
Argentina 1900-
2011…………………………………………………………………………………………
…..p.106
- Gráfico N°13 - Tasas de crecimiento del volumen de maquinaria en Argentina y en Estados
Unidos 1926-
1954…………………………………………………………………………………………
………p.109
- Gráfico N°14 – Capital fijo en maquinaria y participación relativa de la maquinaria nacional
e importada en el stock. Argentina 1918-
2011…………………………………………………………….p.112
- Gráfico N°15 - Inversión en maquinaria nacional e importada como porcentaje del PBI a
precios constantes. Argentina 1900-
2011………………………………………………………………….p.114
- Gráfico N°16 - Tasa de ganancia y tasa de ganancia máxima a precios corrientes. Argentina
1910-
2011…………………………………………………………………………………………
………………….p.116
- Gráfico N°17 - Tasa de ganancia a precios corrientes y constantes, precios relativos de la
inversión. Argentina 1910-
2011……………………………………………………………………………..p.117
- Gráfico N°18 - Tasa de ganancia, composición de valor del capital y tasa de plusvalía.
Argentina 1910-
2011…………………………………………………………………………………………
….p.118

9
- Gráfico N°19 - Tasa de ganancia y variación de sus componentes. Argentina 1910-
1950…………………………………………………………………………………………
…………………………p.119
- Gráfico N°20 - Tasa de ganancia y variación de sus componentes. Argentina 1950-
2011…………………………………………………………………………………………
………………………….p.120
- Gráfico N°21 - Tasa de ganancia y tasa de ganancia sin pago de la fuerza de trabajo por
debajo de su valor. Argentina 1960-
2011………………………………………………………………….p.121
- Gráfico N°22 - Distribución funcional del producto bruto interno a precios de mercado.
Argentina 1910-
2011…………………………………………………………………………………………
…..p.123
- Gráfico N°23 - Masa de ganancias y variación de sus componentes. Argentina 1910-
1950…………………………………………………………………………………………
………………………….p.126
- Gráfico N°24 - Masa de ganancias y variación de sus componentes. Argentina 1950-
2011…………………………………………………………………………………………
………………………….p.127
- Gráfico N°25 - Producto bruto per cápita de Argentina como porcentaje de Estados Unidos
y el mundo (1900-
2008)…………………………………………………………………………………………p
.128
- Gráfico N°26 - Saldos acumulados del comercio exterior, de servicios financieros y rentas y
de la cuenta capital como porcentajes del PBI. Argentina 1910-
2009………………………….p.129
- Gráfico N°27 - Masa de ganancias en volumen, horas y dólares de 2012. Argentina 1910-
2011…………………………………………………………………………………………
………………………….p.130
- Gráfico N°28 - Ganancias por asalariado en dólares de 2012 y precios relativos
internacionales. Argentina 1910-
1955……………………………………………………………………...p.132
- Gráfico N°29 - Ganancias por asalariado en dólares de 2012. Argentina 1910-
2011….…p.133
- Gráfico N°30 - Tasa de ganancia máxima, tipo de cambio real y precios relativos de la
inversión. Argentina 1946-
2011……………………………………………………………………………….p.135

10
- Gráfico N°31 - Composición técnica y de valor del capital. Argentina 1910-
2011…………p.136
- Gráfico N°32 - Tasa de ganancia y composición de valor del capital (K/Yn), Argentina 1910-
2011…………………………………………………………………………………………
………………………….p.137
- Gráfico N°33 - Composición de valor del capital e incidencia de componentes. Argentina
1910-
1950…………………………………………………………………………………………
………………….p.138
- Gráfico N°34 - Composición de valor del capital e incidencia de componentes. Argentina
1950-
2011…………………………………………………………………………………………
…………….......p.139
- Gráfico N°35 - Tasa de ganancia a costos históricos y de reproducción. Argentina 1956-
2011…………………………………………………………………………………………
………………………….p.142
- Gráfico N°36 - Tasa de acumulación real, esfuerzo inversor y tasa de ganancia. Argentina
1910-
2011…………………………………………………………………………………………
………………….p.144
- Gráfico N°37 - Esfuerzo inversor bruto real y nominal. Argentina 1910-
2011…………….p.145
- Gráfico N°38 - Esfuerzo inversor bruto nominal y tasa de interés real. Argentina 1911-
2011…………………………………………………………………………………………
………………………….p.146
- Gráfico N°39 - Tasa de ganancia, tasa de acumulación y masa de ganancias en dólares de
2012. Argentina 1900-
1950…………………………………………………………………………………….p.152
- Gráfico N°40 - Capital fijo en volumen y en dólares de 2012. Argentina 1910-
1950…….p.155
- Gráfico N°41 - Tasa de ganancia, tasa de acumulación y masa de ganancias en dólares de
2012. Argentina 1950-
2011…………………………………………………………………………………….p.158
- Gráfico N°42 - Capital fijo en volumen y en dólares de 2012. Argentina 1950-
2011…….p.161
- Gráfico N°43 - Costo laboral y salario real anual. Argentina 1910-
2011……………………...p.165

11
- Gráfico N°44 - Tasa de plusvalía (ganancias netas/salarios). Argentina 1974-
2011……….p.168
- Gráfico N°45 - Tasa de ganancia sobre capital fijo incluyendo vivienda, cálculos propios y
de Iñigo Carrera. Argentina 1910-
2004…………………………………………………………………………p.174
- Gráfico N°46 - Participación asalariada en el producto neto, cálculos propios y de Iñigo
Carrera. Argentina 1910-
2004………………………………………………………………………………...p.176
- Gráfico N°47 - Masa de ganancia en millones de dólares de 2012, cálculos propios y a partir
de Iñigo Carrera. Argentina 1958-
1974……………………………………………………………..……..p.177

12
Introducción
La obra de Karl Marx ha tenido una amplia influencia en diferentes disciplinas. No obstante, la
interpretación de su obra ha estado influenciada por los contextos históricos particulares. La actual
crisis global ha renovado el interés en su teoría y sus implicancias para el análisis económico e
histórico moderno. Esto ha generado un creciente debate, no sólo entre marxistas y autores de las
escuelas neoclásicas y keynesianas, sino también al interior del marxismo.
Sin embargo, la principal obra de Marx, El Capital, raramente ha sido considerada en su verdadera
dimensión. A lo largo de esta obra, criticando y continuando el trabajo de los economistas clásicos
enmarcados en la teoría del valor trabajo como Smith y principalmente Ricardo, Marx sistematizaría
las grandes determinaciones de la economía capitalista.
Históricamente en Argentina han sido contados los esfuerzos por comprender su historia y desarrollo
desde el punto de vista de la economía política marxista.1 La gran mayoría de los análisis se han
realizado en el marco analítico ya sea de las corrientes de pensamiento liberales2, o de las corrientes
más relacionadas con el desarrollismo y el estructuralismo. 3 El presente trabajo tiene como objetivo
realizar un aporte en ese sentido, completando en parte lo realizado en un trabajo anterior.4
Milcíades Peña ha sido por largo tiempo uno de los principales autores que intentaron una
comprensión de la historia argentina desde la economía política marxista. No sólo en los ensayos que
conforman la Historia del Pueblo Argentino, sino también en la polémica con Jorge Abelardo Ramos
y la “izquierda nacional” publicada en sucesivos números de la revista Fichas y plasmada en el libro
Industria, Burguesía Industrial y Liberación Nacional.
Las obras de Oscar Braun, Mónica Peralta Ramos y Horacio Ciafardini también constituyeron
abordajes de la realidad nacional a partir de categorías de la economía política marxista.5
En años más recientes Juan Iñigo Carrera ha emprendido el estudio del desarrollo histórico del
capitalismo en Argentina con especial énfasis en el papel central de la renta diferencial del suelo en
el proceso de acumulación.
La obra de Eduardo Sartelli en particular, y del Centro de Estudios e Investigaciones en Ciencias
Sociales (CEICS) en general, ha confluido en buena parte con el enfoque de Iñigo Carrera,
produciendo una cantidad importante de investigaciones relacionadas con la historia económica del
país.
Tampoco pueden olvidarse aportes de Rolando Astarita, quien si bien no ha realizado formalmente
una obra concretamente referida en lo empíricoal desarrollo histórico argentino, ha defendido y
divulgado el enfoque que aquí sostenemos relacionado a la centralidad de la economía política en la
realidad y en el análisis de la misma.

1
Ver Peña (1974, 2012), Iñigo Carrera (1999, 2007).
2
Ver Díaz Alejandro (1970), Gerchunoff y Llach (2005).
3
Ver Ferrer (2012), Basualdo (2006).
4
Maito (2013).
5
Braun (1973), Peralta Ramos (2007), Ciafardini (1990).
13
No se trata, obviamente, de los únicos autores que intentaron una comprensión de la historia argentina
desde la teoría marxista generalmente entendida. Pero no han sido muchos más los autores que lo han
intentado desde la teoría económica marxista en particular. Creemos que la diferencia en este punto
no es menor y marca dos tendencias generales.
En la primera, mayoritaria, predomina un enfoque sin mayor puesta en relación con las
determinaciones particulares del modo de producción capitalista, enfoque al que podríamos
denominar “politicista”. Este predominio implica también una lectura específica de la obra marxiana,
volcada más a los análisis históricos de Marx, como El XVIII Brumario de Luis Bonaparte. Este
enfoque particular ha sido, sin dudas, el predominante tanto en círculos académicos como partidarios,
también influenciados por otros autores marxistas como Lenin, Trotsky y Gramsci. En buena medida,
las determinaciones del modo de producción, y el propio capital como relación social de producción,
aparecen desplazados en dichos análisis por el Estado y la lucha de clases como ejes centrales en
mayor o menor medida abstraídos de la producción capitalista propiamente dicha.
En la segunda tendencia impera otra lectura implícita de la obra marxiana que considera fundamental
la crítica de la economía política como el elemento clave del desarrollo histórico del modo de
producción y de la propia historia de la Argentina. Aquí El Capital es sin dudas la obra de referencia.
Pero también lo son otras dos obras como Elementos fundamentales para la crítica de la economía
política (o los Grundrisse) y Teorías sobre la plusvalía. No parece ser casual que las tres obras, todas
de extenso y complejo desarrollo, hegemonizaran prácticamente la totalidad de la etapa madura de
Marx desde 1857 hasta su muerte en 1883. Este desarrollo específico de las producciones marxianas
representa, creemos, una clara manifestación de la relevancia explicativa de la economía política
implícita en la propia concepción de Marx antes que de una inexistente vocación de “especialización
académica” en economía por parte del mismo autor.
A lo largo del trabajo iremos entonces fundamentando tanto en términos teóricos como empíricos
esta relevancia explicativa de la economía política marxista y su relación con el desarrollo histórico
argentino.
Otros investigadores y centros de estudios, aun sin sostener un enfoque económico marxista, han
generado una serie importante de trabajos e investigaciones sistematizadas sobre diversos temas que
constituyen un insumo fundamental para toda investigación económica o histórico-económica de la
Argentina, en mucha mayor medida si consideramos el enfoque marxista predominante arriba
señalado. Es el caso del esfuerzo estadístico para recopilar series históricas de Orlando Ferreres, del
Centro de Estudios de Población, Empleo y Desarrollo (CEPED) o la sede argentina de la Facultad
de Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).6
A pesar de un sentido común anclado en cierta relación establecida entre producción agrícola y modos
de producción precapitalistas, Argentina es uno de los países periféricos donde más rápidamente la
producción capitalista alcanzó un nivel hegemónico.7 Su agresiva inserción en el mercado mundial

6
Azpiazu y Kosacof (1989), Basualdo (2006), Ferreres (2010), Graña (2006), Graña y Kennedy (2008),
Lindenboim et al (2005), Peralta Ramos (2007).
7
Ver por ejemplo Arceo (2003) e Iñigo Carrera (1999, 2007). Ambos autores, si bien con diferencias y matices,
afirman el carácter capitalista de la Argentina de la segunda mitad del siglo XIX, en contraposición a una larga
tradición académica que afirmó o bien el carácter capitalista “deformado”, o bien el carácter irracional o
meramente rentista de la economía argentina durante el llamado “modelo agroexportador”. Otros estudios como
14
durante el último tercio del siglo XIX se basó en la producción de mercancías agrarias. Las
excepcionales condiciones naturales para la producción de bienes agropecuarios típicos de los países
centrales de clima templado, junto con el aporte de capitales criollos y extranjeros, fomentaron la
producción masiva para el mercado mundial. La llegada de millones de inmigrantes europeos al
campo y las ciudades implicó una enorme preponderancia relativa del trabajo asalariado, incluso en
niveles mayores a los de muchos países de Europa Occidental. En efecto, aquella gran corriente
migratoria puede también entenderse como impulsada por las altas perspectivas de rentabilidad que
promovía la acumulación de capital en una magnitud que superaba la disponibilidad de fuerza trabajo
criolla.8
Más allá de especificidades nacionales propias, la Argentina del siglo XX ha sido un país plenamente
capitalista, en el que el modo de producción se erigió en hegemónico y la acumulación de capital
subsumió el desarrollo social e histórico del país. Esta característica implicaría que la Argentina,
durante todo el período en cuestión, ha sido un país en el que las leyes propias del régimen de
producción capitalista se han desarrollado, y por lo tanto sería posible una lectura a la luz de las
mismas.
El presente trabajo busca constituirse así en una primera aproximación al estudio de la acumulación
en el largo plazo, brindando también una serie de estadísticas relevantes en torno a la cuestión que
puedan ser utilizadas como insumos de investigación por otros autores. Entendemos que el único
antecedente en este sentido es el estudio de Juan Iñigo Carrera (2007) que en un apartado particular
será revisado y criticado.
No obstante el estudio de la acumulación y la rentabilidad en Argentina cuenta con otros antecedentes
de alcance temporal más reducido o con tipos de mediciones diferentes a la que aquí realizaremos.
En este sentido la presente tesis cuenta con estimaciones de rentabilidad sobre capital fijo a precios
corrientes y constantes a costos de reproducción -incluyendo una estimación también a costos
históricos-.
Entre las estimaciones de mayor alcance temporal pueden citarse las de Reca y Verstraeten (1977) y
Michelena (2010).
En el primer caso, los autores realizan una estimación de la tasa de ganancia para el período 1935-
1973 considerando en el denominador una serie de activos como las viviendas y la tierra que en los
términos de nuestro trabajo no son considerados como parte del capital fijo reproductivo de la
sociedad. Adicionalmente los autores, al no contar con series largas de inversión, utilizaron una
metodología distinta a la aquí empleada para la estimación del capital fijo.
El trabajo de Michelena se basa en una diferenciación de sectores productivos y no productivos (que
generan plusvalía y que la consumen), apuntando a una caracterización más estructural de la tasa de
ganancia que la de nuestro trabajo. Independientemente de los inconvenientes metodológicos y
teóricos que dicho tratamiento implica, consideramos que nuestra estimación se ocupa de la
rentabilidad a un nivel más concreto y da cuenta en forma más acabada del contexto económico e
histórico en el que se desenvuelven los capitalistas y sus decisiones. El cálculo que aquí realizamos

los de Barsky y Djenderedjian (2003) y Sartelli (1997, 2000) refuerzan aún más la caracterización capitalista de la
Argentina del siglo XIX.
8
Ver por ejemplo Vázquez-Presedo (1979: 87-142).
15
se remite a la tasa de ganancia sobre capital fijo de todos los capitalistas, independientemente de que
su actividad genere o consuma plusvalía. Nuestra estimación y la de Michelena se mantienen por
carriles similares hasta inicios de la década del noventa. A partir de allí, la tasa de ganancia estimada
por Michelena presenta una recuperación que la ubicó en los niveles más altos de toda su serie (1960-
2007).
Peralta Ramos (2007, pp. 76-80) realiza una serie de consideraciones respecto al comportamiento de
la acumulación y la rentabilidad del capital industrial en 1935-1963, obteniendo conclusiones
similares a las que obtuvimos en el presente trabajo para dicho período.
Manzanelli (2012) utiliza la serie de stock de capital del INDEC y otra metodología en general,
centrándose en el período de la Convertibilidad y los años posteriores. Su estudio muestra una tasa
de ganancia en términos reales o constantes que promedió para 1993-2001 un 24,8%, mientras que
en 2003-2010 la misma se ubicó en el orden del 37,2%.
Buccieri y Solari (2012) también realizan una estimación de la tasa de ganancia sobre capital fijo a
precios constantes, en modo similar al trabajo realizado por Manzanelli. Las conclusiones son
similares tanto respecto a los resultados de Manzanelli como a los nuestros. Según el trabajo de
Buccieri y Solari en el período 2003-2012 la tasa de ganancia alcanzó un promedio de 24,2%, superior
a la vigente en el período de la Convertibilidad con un promedio de 20,9%.
Féliz (2015) realiza una estimación de la rentabilidad sobre capital circulante de las grandes empresas
para el período 1993-2011 a partir de la Encuesta Nacional de Grandes Empresas (ENGE) del INDEC.
En el presente trabajo nuestras estimaciones a precios constantes reflejan también una menor
rentabilidad en la Convertibilidad respecto a la post-convertibilidad: 31.9% y 35.2%,
respectivamente. No obstante, y aún cuando en el presente estudio la tasa de ganancia en términos
reales o de volumen es eventualmente considerada y estimada para todo el período 1910-2011,
consideramos que es la tasa de ganancia a precios corrientes de mercado la medición más indicada
de la rentabilidad, dado que considera la realidad sobre la que concretamente operan los capitalistas
y se realiza el proceso de valorización. La consideración de los precios relativos (de la inversión
respecto a los precios generales) es por otra parte fundamental en el contexto de una economía
nacional con bruscas alteraciones en los mismos como resultados de crisis y devaluaciones.
Basualdo (2006, pp.42-50) realiza estimaciones sobre los niveles de rentabilidad del capital extranjero
a lo largo del ciclo sustitutivo. A grandes rasgos, en modo similar al resultado alcanzado en el presente
trabajo para el total agregado, las series allí presentadas muestran una lenta corrosión de las
condiciones de rentabilidad del capital extranjero, tanto en lo referido a su tasa de ganancia como a
la masa de ganancias obtenida. En particular, dicho empeoramiento en las condiciones de valorización
comenzará a agudizarse desde mitad de la década del sesenta.9 En modo contrario, las series de Iñigo
Carrera suponen un incremento persistente de la rentabilidad general a lo largo del ciclo sustitutivo,
incluyendo la rentabilidad del sector manufacturero en el que el capital extranjero fue predominante.

9
Los cálculos que realiza Sourrouille (1980) para la industria automotriz, el sector manufacturero más importante
del período, también reflejan un progresivo deterioro de la rentabilidad a lo largo de la década del sesenta y la
primera parte de la década del setenta (el autor considera las utilidades sobre patrimonio y sobre ventas como
indicadores). Puede consultarse estudios sobre rentabilidades industriales sectoriales para el mismo período en
Petrei (1973), Guerberoff (1977) y Bastida et al (2014).
16
Se trata además de décadas durante las cuales la rentabilidad ha mostrado un descenso en la
generalidad de los países.
No obstante, la presente tesis no se limita a una estimación de la rentabilidad en el largo plazo sino
que incorpora estimaciones del stock de capital, la distribución del ingreso y la medición en términos
de valor de algunas variables.
Al final se presentan anexos metodológicos y estadísticos referidos a las series construidas para el
largo plazo referidas a la distribución funcional del producto (salarios, ganancias, consumo de capital
fijo e impuestos netos a la producción), stock de capital fijo a precios constantes y corrientes a pesos
y en moneda internacional, horas trabajadas para el total de la economía, expresión monetaria del
valor, valor del capital fijo en términos marxianos, tasa de acumulación, esfuerzo inversor,
composición técnica y de valor del capital.
La tesis se encuentra estructurada en tres partes. Una primera sección aborda y explicita algunos de
los puntos más relevantes de la teoría marxista del valor y la acumulación. Naturalmente, un abordaje
completo de una obra tan extensa y compleja excede los límites de la presente investigación. Se
intentará por el contrario brindar un marco general, y accesible a eventuales lectores no
consustanciados con la economía política marxista.
En la segunda parte se reconsideran algunas de aquellas cuestiones generales pertenecientes a un
mayor nivel de abstracción, ahora en términos del estudio de aspectos más concretos que expresan
una particularidad dentro de una totalidad, ya sea que hablamos de un capital o un espacio nacional.
Un punto relevante a este respecto, que recorrerá dicha sección y la última, es que el análisis del valor
y su lógica implican en términos de la particularidad concreta una diferencia potencial entre tiempo
de trabajo y valor generado cuya igualdad es tal, en los propios términos de Marx, sólo a nivel general
y del más alto nivel de abstracción.
Una tercera y última parte considera entonces las estimaciones realizadas incluyendo un análisis por
etapas conjunto del proceso social de acumulación y el proceso histórico propiamente dicho con el
fin de resaltar la relación, pocas veces resaltada, entre acumulación como proceso social y la historia
del espacio nacional en cuestión.

17
PARTE I
La teoría marxiana del valor y la acumulación

18
Valor de uso, valor de cambio y valor
Marx comienza su análisis del capital a partir de la mercancía como forma general en que se realiza
el trabajo social en la sociedad capitalista. La mercancía presenta un carácter dual. Por un lado, es un
objeto con cualidades concretas que permiten satisfacer algún tipo de necesidad y tiene por tanto un
valor de uso. Los valores de uso son efectivamente el contenido material de la riqueza cualquiera que
sea la forma social que adquiera esta en determinada sociedad. Por otra parte, en las sociedades en
las que impera el régimen capitalista, estos valores de uso portan también un valor de cambio, es
decir, una mera relación cuantitativa que establece cierta proporción en la que se intercambian valores
de uso de un tipo por otros valores de uso.
En apariencia toda mercancía parece tener distintos valores de cambio de acuerdo a la particularidad
de la mercancía con la que se intercambie. Una unidad de la mercancía A puede cambiarse por tres
unidades de la mercancía B, o diez unidades de la mercancía C, o dos unidades de la mercancía D.
Estos distintos valores de cambio de la misma mercancía expresan una sustancia común, siendo el
valor de cambio entonces la forma en la que esa sustancia común se manifiesta.
Este valor de cambio no puede brotar directamente de las cualidades concretas de los objetos en tanto
valores de uso, las cuales son específicas y por definición diferentes: “lo que caracteriza visiblemente
la relación de cambio de las mercancías es precisamente el hecho de hacer abstracción de sus valores
de uso respectivos”.10 El valor de cambio, la proporción en que unas mercancías se cambian por
otras, tiene que surgir de una propiedad común a todas las mercancías y esta propiedad es la de ser
productos del trabajo humano, ya no considerado en su forma concreta sino como mero gasto de
energía humana.
Los productos del trabajo sólo se presentan como mercancías cuando contienen esta doble forma, su
forma natural y su forma de valor. El doble carácter de la mercancía como valor de uso y valor de
cambio ya había sido identificado por la economía política clásica. Sin embargo, Marx fue el primero
en explicar ese doble carácter de la mercancía como expresión del doble carácter del trabajo
representado en ella. Todo trabajo útil que produce un valor de uso es siempre un trabajo concreto
que realiza una serie de acciones específicas sobre su objeto, de acuerdo a las características
específicas de este, a la división del trabajo social y al desarrollo de la fuerza productiva. Pero
adicionalmente todo trabajo es abstracto, simple gasto de energía humana o empleo de fuerza de
trabajo abstraída de sus formas concretas.
El valor de una mercancía surge así de la cantidad de trabajo abstracto contenido en ella y mensurable
de acuerdo a cierta unidad de medida temporal (horas, días, años). Pero la magnitud del valor de una
mercancía no está dada simplemente por el tiempo de trabajo invertido en su producción. De ser así,
mientras más ineficiente sea un trabajo, mientras más tiempo lleve realizar el proceso productivo
particular, mayor será el valor de su producto. Lo que determina la magnitud de valor de una
mercancía es el tiempo de trabajo socialmente necesario, promedio, para su producción.
De lo anterior se desprende que mientras mayor sea la fuerza productiva del trabajo, menor será el
valor individual de la mercancía y mayor su número, toda vez que en un mismo lapso de tiempo, por
ejemplo un día, el mismo valor representado por una jornada laboral individual se distribuye en un

10
Marx (1968a, p.5)
19
número mayor de mercancías, de valores de uso.11 El doble carácter del trabajo permite comprender
así, por ejemplo, la posibilidad de que la cantidad de valores de uso se duplique y sin embargo
representen una magnitud de valor igual o incluso menor que antes.
No obstante, el trabajo abstracto se expresa como valor en el valor de cambio debido a que la
producción social se realiza en forma privada e independiente, es decir bajo determinadas relaciones
de producción generales que determinan que los productos del trabajo se realicen como mercancías.
A diferencia de todos los regímenes de producción previos, en los que la utilidad social de un trabajo,
el hecho de ser trabajo socialmente necesario, se determinaba por toda una serie de relaciones
interpersonales, en el régimen capitalista los trabajos individuales se determinan como trabajos
socialmente necesarios por medio del mercado y sus productos elaborados en forma privada e
independiente, como mercancías.
Para el productor de mercancías los productos de su trabajo individual no tienen mayor valor de uso
que el que brota en el intercambio con otras mercancías.12 Los productos de su trabajo no tienen como
fin su consumo directo sino su consumo por otros, mediado por el intercambio. La producción de
mercancías como forma general de realizarse el trabajo y el metabolismo social implican entonces el
desarrollo creciente de la división social del trabajo.
“Y nuestros poseedores de mercancías advierten que este mismo régimen de división del trabajo que
los convierte en productores privados independientes hace que el proceso social de producción y sus
relaciones dentro de este proceso sean también independientes de ellos mismos, por donde la
independencia de una persona respecto a otras viene a combinarse con un sistema de mutua
dependencia respecto a las cosas.”13

La transformación del dinero en capital


La producción y circulación de mercancías son las premisas históricas del capital. Sin embargo es el
modo de producción capitalista el que transformará a la mercancía en la forma general que toman los
productos del trabajo social.
La forma simple de la circulación de mercancías M-D-M implica la transformación de la mercancía
en dinero y la de este último en mercancía. La circulación del dinero D-M-D por su parte involucra

“El mismo trabajo rinde, por tanto, durante el mismo tiempo, idéntica cantidad de valor, por mucho que cambie
11

su capacidad productiva. En cambio, puede arrojar en el mismo tiempo cantidades distintas de valores de uso,
mayores o menores según que su capacidad productiva aumente o disminuya” (Marx, 1968a, p.13). Como
veremos en la segunda parte de esta investigación, cuando abordamos el capital como multiplicidad o
particularidad, existen divergencias entre tiempo concreto de trabajo y magnitud de valor producido.
“El desarrollo de la productividad social del trabajo en el capitalismo se expresa por una parte en la disminución
del valor de cambio con respecto al valor de uso de las mercancías y por otra parte en un aumento de la masa de
valores de uso que compensa la disminución del valor de cambio” Mattick, 2013, p.128.
12
“La diversidad material de las mercancías es el motivo material a que responde el cambio y hace que los
poseedores de mercancías dependan los unos de los otros y viceversa, puesto que ninguno de ellos tiene en sus
manos el objeto que necesita, y en cambio todos poseen el que necesitan los demás.” Marx, 1968a, p.115.
13
Marx, 1968a , p.68
20
la compra de una mercancía y su posterior venta. Las fases en ambos ciclos son idénticas, pero
contrapuestas.
La forma M-D-M implica la producción de un no-valor de uso por el productor y su intercambio,
mediado por el dinero, por valores de uso para su consumo que abandonan así la órbita de la
circulación. Ambos polos presentan la misma forma de mercancía, mercancías de la misma magnitud
de valor pero con distintos valores de uso. El dinero es aquí el mediador del movimiento de
intercambios entre valores de uso que son inicio y desenlace del movimiento. En D-M-D el dinero es
el punto de inicio y el punto final, siendo la mercancía la que media en el movimiento. La finalidad
aquí es el propio valor de cambio. El proceso no debe su contenido a ninguna diferencia cualitativa
entre los dos polos sino a una diferencia cuantitativa. Evidentemente, dado que los montos de dinero
sólo se distinguen por su magnitud, cambiar dinero por una mercancía para luego venderla por la
misma cantidad de dinero constituye un sinsentido. El proceso acaba siempre sustrayendo a la
circulación más dinero del que a ella se lanzó.14
La fórmula completa del proceso de circulación del dinero es entonces D-M-D´, en donde D´ es igual
a D más una suma adicional, un plusvalor. El valor originalmente desembolsado no sólo se conserva
en la circulación sino que se incrementa y valoriza, “y este proceso es el que lo convierte en capital”.15
El proceso de circulación simple de mercancías, vender para comprar, sirve de medio para un fin, el
consumo de valores de uso, que se encuentra fuera de la circulación. En la circulación del dinero
como capital, el fin exclusivo es la valorización del valor, y por tanto el fin de cada proceso no es
más que la condición inicial para el siguiente en un movimiento incesante.
Si en la circulación simple de mercancías M-D-M la forma dinero, el valor, aparecía como un simple
mediador en el intercambio de las mismas como valores de uso para luego desaparecer al final del
proceso en el consumo, en la circulación del dinero D-M-D “la mercancía y el dinero, funcionan
como simples modalidades distintas de existencia del propio valor: el dinero como su modalidad
general; la mercancía como su modalidad especifica o transfigurada, por decirlo así”.16 Ahora el valor
pasa de una forma a otra, incrementando automáticamente su magnitud al ir adoptando sucesivamente
las formas de dinero y mercancía, valorizándose.17
La fórmula general del capital es entonces D-M-D´. El capital mercantil y el capital industrial
presentan la misma fórmula. En ambos casos, cierta cantidad de dinero sirve para la compra de
mercancías y su venta por un valor mayor. No obstante, en el caso del capital industrial o productivo
el ciclo tiene fases adicionales que median entre D y D´, en tanto que la compra de mercancías inicial
D-M es seguida de un proceso productivo P en el que la fuerza de trabajo produce un valor adicional

14
“Cabe, indudablemente, que en la fórmula M – D – M, los dos polos M y M, v. gr. el trigo y el traje, sean
también magnitudes de valor cuantitativamente distintas. El labriego puede, evidentemente, vender su trigo por
más de lo que vale o comprar el traje por menos de su valor. También puede ocurrir que el sastre le engañe. Sin
embargo, en esta forma de circulación, las tales diferencias de valor son puramente fortuitas.” (Marx, 1968a,
p.107).
15
(Marx, 1968a, p.107).
16
(Marx, 1968a, p.109).
17
“En efecto; el proceso en que engendra plusvalía es su propio proceso, y, por lo tanto, su valorización la
valorización de sí mismo. Ha obtenido la virtud oculta y misteriosa de engendrar valor por el hecho de ser valor.
Lanza al mundo crías vivientes, o al menos pone huevos de oro”. (Marx, 1968a, p.110).
21
expresado en M´ luego convertido en D´ en el mercado. En el caso de capital a interés la fórmula es
simplemente D-D´, sin mediación alguna.
¿Dónde se origina la plusvalía, la diferencia entre D y D´ en la fórmula general del capital? En la
circulación simple de mercancías sólo se opera una simple metamorfosis de las mercancías en la que
el intercambio mediado por la forma dinero no cambia las magnitudes de valor de las mismas. El
dinero intercede posibilitando el cambio de forma de sus valores, por lo que a nivel general la
circulación mercantil simple supone el intercambio de equivalentes. Sin embargo, en la realidad las
cosas se presentan en forma menos pura, por lo que, más allá de que toda mercancía se presenta en la
circulación con un precio como expresión dineraria de su valor, cabe preguntarse si la diferencia entre
D y D´ surge de un recargo adicional sobre el valor de su mercancía establecido por su productor en
el precio.
Pero en caso de establecer un recargo sobre el precio, que la venta de la mercancía por encima de su
valor sea la explicación del plusvalor, la ganancia así obtenida por el productor sería compensada por
el propio recargo establecido por el resto de los productores a los que se enfrenta como comprador.
La generalización del recargo como explicación del plusvalor no implica entonces modificación
alguna en la magnitud de valor total:
“Visto en su totalidad, el asunto se reduce, en efecto, a que todos los poseedores de mercancías se las
vendan unos a otros con un 10 por ciento de recargo sobre su valor, que es exactamente lo mismo
que si las vendiesen por lo que valen. Este recargo nominal de precios impuesto a las mercancías con
carácter general produce los mismos efectos que si, por ejemplo, los valores de las mercancías se
tasasen en plata en vez de tasarse en oro. Las expresiones en dinero, es decir, los precios de las
mercancías, crecerían, pero sus proporciones de valor permanecerían invariables”.18
Pero aun suponiendo que debido a la astucia, el privilegio o lo que se quiera unos venden sus
mercancías por encima de su valor y otros, aun contra sus deseos, por debajo del mismo, el problema
no varía ya que el valor total en términos agregados no se modifica:
“A vende a B vino por valor de 40 libras esterlinas y recibe a cambio trigo por valor de 50 libras.
Mediante esta operación A habrá convertido sus 40 libras en 50, sacando más dinero del que invirtió
y transformando su mercancía en capital. Observemos la cosa más de cerca. Antes de realizarse esta
operación, teníamos en manos de A vino por valor de 40 libras esterlinas, y en manos de B trigo por
valor de 50 libras, o sea, un valor total de 90 libras esterlinas. Realizada la operación, el valor total
sigue siendo el mismo: 90 libras. El valor circulante no ha aumentado ni un átomo: lo único que ha
variado es su distribución entre A y B. “19
De modo que, tanto en el caso que supongamos que se intercambian equivalentes como en el que no,
el intercambio de mercancías o la circulación no crea valor alguno. La transformación del dinero en
capital no puede explicarse entonces por la segunda fase de la circulación (M-D). Esta transformación
tiene que operarse necesariamente en la mercancía comprada en la primera fase del ciclo (D-M) pero
no en su valor, dado que por regla general las mercancías se compran a sus valores. La transformación
tiene que brotar así de su valor de uso, de su consumo. El capitalista descubre así en la circulación la
existencia de una mercancía “cuyo valor de uso posea la peregrina cualidad de ser fuente de valor,

18
(Marx, 1968a, p.115).
19
(Marx, 1968a, p.117).
22
cuyo consumo efectivo fuese, pues, al propio tiempo, materialización de trabajo, y, por tanto,
creación de valor. Y, en efecto, el poseedor de dinero encuentra en el mercado esta mercancía
específica: la capacidad de trabajo o la fuerza de trabajo”.20
La fuerza de trabajo es el conjunto de aptitudes físicas, mentales y emocionales que se presentan en
la corporeidad de una persona y cuya puesta en acción implica la condición para la producción de
valores de uso de cualquier tipo. No obstante, la presencia de la fuerza de trabajo en el mercado, como
una mercancía más que su poseedor vende, no es un aspecto propio de la fuerza de trabajo, ni natural,
sino un producto histórico determinado.
Supone, en primer lugar, que el vendedor de su fuerza de trabajo, carece de medios de producción,
por lo que sus condiciones de reproducción se encuentran así determinadas como productor y
consumidor. Al no poseer medios de producción, carece de la capacidad de producir sus propias
condiciones de existencia, sus propios valores de uso para su propio consumo. Producción y consumo
se separan. Tampoco tiene la capacidad de producir valores de uso como mercancías, que luego del
intercambio en el mercado le permitan hacerse con los valores de uso que conforman su consumo.
De modo tal que no cuenta con más valor de uso para ofrecer en el mercado que su propia fuerza de
trabajo y su consumo sólo puede realizarse mediado por la venta de esa mercancía específica que le
permitirá acceder al consumo de los valores de uso. El obrero aparece en el mercado como
doblemente libre, libre de disponer de su fuerza de trabajo como su mercancía propia y libre de medios
de producción que le permitan ofrecer otras mercancías o producir directamente sus condiciones de
existencia. El poseedor de su fuerza de trabajo y el poseedor de dinero se enfrentan en el mercado
como poseedores de mercancías, como personas jurídicamente libres e iguales.
Las distintas formas y funciones del dinero (equivalente simple y general, medio de circulación y de
pago, dinero mundial, etc.) aparecen en fases diversas de la historia y suponen una circulación de
mercancías poco desarrollada. Por lo cual mercancía y dinero no son las condiciones fundamentales
de surgimiento del capital si bien este último las supone como condiciones necesarias y luego las
desarrolla en forma universal. La condición fundamental para el surgimiento capital es que el
poseedor de medios de producción y dinero se encuentre en el mercado al obrero libre, libre en el
doble sentido, como vendedor de su fuerza de trabajo. El capital surge entonces como un tipo de
relación social de producción históricamente específico.
El valor de la fuerza de trabajo se encuentra determinado de un modo similar al del resto de las
mercancías, por el tiempo de trabajo socialmente necesario materializado en cierta cantidad de
mercancías para la reproducción del obrero en tanto poseedor de la fuerza de trabajo. La suma de
medios necesarios para la reproducción de la fuerza de trabajo incluye aquellos requeridos para la
reproducción de su núcleo familiar y el recambio generacional ante el retiro y desgaste de fuerzas de
trabajo en el tiempo.21

20
(Marx, 1968a, p.121).
21
“El poseedor de la fuerza de trabajo es un ser mortal. Por tanto, para que su presencia en el mercado sea
continua, como lo requiere la transformación continua de dinero en capital, es necesario que el vendedor de la
fuerza de trabajo se perpetúe, “como se perpetúa todo ser viviente, por la procreación”. Por lo menos, habrán
de reponerse por un número igual de fuerzas nuevas de trabajo las que retiran del mercado el desgaste y la muerte.
La suma de los medios de vida necesarios para la producción de la fuerza de trabajo incluye, por tanto, los medios
23
El valor de uso de la mercancía fuerza de trabajo se pone de manifiesto con posterioridad a la
contratación, en el ejercicio o la aplicación de la misma en el proceso de trabajo. El valor de uso que
obtiene el poseedor de dinero por la compra de la fuerza de trabajo sólo se revelará en el consumo
productivo de la misma, fuera de la esfera de la circulación, en el ámbito específico de la producción.
Marx cierra la sección segunda con una crítica general de la ideología capitalista en tanto simple
expresión de las apariencias que brotan de la circulación de mercancías:
“La órbita de la circulación o del cambio de mercancías, dentro de cuyas fronteras se desarrolla la
compra y la venta de la fuerza de trabajo, era, en realidad, el verdadero paraíso de los derechos del
hombre. Dentro de estos linderos, sólo reinan la libertad, la igualdad, la propiedad, y Bentham”.22
Luego que Marx desarrollara hasta sus últimas consecuencias la teoría del valor trabajo de los
economistas clásicos, la economía burguesa iniciará un camino de franco retroceso científico y se
retirará a la órbita de la circulación, horrorizada ante el enigma develado de la plusvalía generada en
la producción.23 De ahí en más, el valor surgirá de las interacciones subjetivas, libres y voluntarias,
en el ámbito de la circulación. Dado que en ésta poseedores de dinero y de fuerza de trabajo se
relacionan como vendedores y compradores libres de todo vínculo de dependencia personal, la
economía burguesa, convenientemente acomodada a esta apariencia, sostendrá que no existe
explotación en el régimen capitalista.
Proceso de trabajo y proceso de valorización
Contrario a lo que afirman todavía, casi un siglo y medio después, una abrumadora mayoría de
investigadores formados en las ciencias sociales, acerca de la inconveniencia de establecer categorías
universales24, Marx sostuvo, con indudable acierto, la existencia de una categoría universal del ser
humano como ser social.
“Como creador de valores de uso, es decir como trabajo útil, el trabajo es, por tanto, condición de
vida del hombre, y condición independiente de todas las formas de sociedad, una necesidad perenne

de vida de los sustitutos, es decir, de los hijos de los obreros, para que esta raza especial de poseedores de
mercancías pueda perpetuarse en el mercado.” (Marx, 1968a, p.125).
22
“La libertad, pues el comprador y el vendedor de una mercancía, v. gr. de la fuerza de trabajo, no obedecen a
más ley que la de su libre voluntad. Contratan como hombres libres e iguales ante la ley. El contrato es el resultado
final en que sus voluntades cobran una expresión jurídica común. La igualdad, pues compradores y vendedores
sólo contratan como poseedores de mercancías, cambiando equivalente por equivalente. La propiedad, pues cada
cual dispone y solamente puede disponer de lo que es suyo. Y Bentham, pues a cuantos intervienen en estos
actos sólo los mueve su interés. La única fuerza que los une y los pone en relación es la fuerza de su egoísmo, de
su provecho personal, de su interés privado”. (Marx, 1968a, pp.128-129).
23
“No sorprende que los apologistas del capital se refugien con predilección, hasta el día de hoy, en el terreno del
intercambio mercantil simple, cuando pretenden hacer desaparecer por arte de magia las contradicciones del
orden económico capitalista. Puesto que las relaciones capitalistas son también relaciones de intercambio, ahora
se las considera solamente como tales (…) Y olvidan, por otra parte, que la esfera de la circulación de las
mercancías sólo representa la superficie de la sociedad burguesa, debajo de la cual ocurren procesos enteramente
diferentes, los cuales producen otras relaciones económicas de esos individuos más complejas y más o menos en
conflicto con su libertad e independencia”. (Rosdolsky, 2004, pp.215-216).
24
Al respecto sostiene Eagleton (2004, pp.78-79): “Una rama del posmodernismo ve la historia como un asunto
en constante mutación, exuberantemente múltiple y de final abierto, una serie de coyunturas o discontinuidades
que sólo una violencia teórica puede juntar en la unidad de una narración única (...) la historia se vuelve una
galaxia de coyunturas aisladas, un racimo de eternos presentes, lo que es decir apenas una historia”.
24
y natural sin la que no se concebiría el intercambio orgánico entre el hombre y la naturaleza, ni por
consiguiente, la vida humana”25
Todo proceso de trabajo humano, en cualquier época, involucra una determinada acción, mediada por
un instrumento, sobre el objeto de trabajo de acuerdo a un fin previamente establecido. Para producir
un valor de uso todo proceso de trabajo consume productivamente y absorbe valores de uso como
medios de producción (instrumentos y objetos de trabajo) operando con el instrumento un cambio de
forma sobre el objeto.
El proceso de trabajo genéricamente entendido tiene la característica de ser, en el marco del modo de
producción capitalista, simultáneamente un proceso de valorización.
En tanto consumo productivo de la fuerza de trabajo el proceso de trabajo capitalista tiene dos
características distintivas: el obrero trabaja bajo el comando del capitalista y este es el propietario de
los productos del trabajo. El productor directo no ejerce propiedad alguna, que en las épocas
anteriores se manifestaba en forma más o menos parcial o condicionada por los vínculos de
dependencia personal, sobre los productos de su trabajo.
El proceso de trabajo capitalista es un proceso entre objetos comprados por el capitalista (medio de
trabajo, objeto de trabajo y fuerza de trabajo). Al comprar fuerza de trabajo, el capitalista “incorpora
el trabajo del obrero, como fermento vivo, a los elementos muertos de creación del producto,
propiedad suya también”.26 El obrero por su parte al realizar la venta de su fuerza de trabajo, realiza
su valor de cambio, recibe su equivalente monetario, pero, como ocurre con toda mercancía, enajena
su valor de uso.
Y el valor de uso particular de la fuerza de trabajo es el de ser capaz de producir un valor adicional
al de su reproducción, un plusvalor. Dado que el valor de la fuerza de trabajo está representado por
determinada cantidad de medios de vida, que encarnan en tanto valores de uso determinada cantidad
de tiempo de trabajo socialmente necesario, este tiempo de trabajo socialmente necesario expresado
en términos de horas por día tiene una magnitud específica que sólo debe ocupar una parte de la
jornada laboral.27 Si no fuera así, el capitalista habiendo adelantado cierto capital en medios de

25
(Marx, 1968a, p.10).
En las últimas décadas, todo reconocimiento sobre la centralidad del trabajo y su forma histórica específica en la
determinación del devenir humano ha sido condenado como “dogmático”. Sintomáticamente, tanto los
economistas como los sociólogos e historiadores han borrado de un plumazo el trabajo como categoría
determinante. Los unos, reforzando la teoría del valor subjetivo marginalista. Los otros, elaborando teorías en las
que la centralidad del trabajo es desplazada por otras categorías, respecto de las que el trabajo sería, con suerte,
una más, si no es que se decreta su lisa y llana desaparición, en pos de una nueva categoría central (discurso,
identidad).
26
(Marx, 1968a, p.137).
27
“Pero el trabajo pretérito encerrado en la fuerza de trabajo y el trabajo vivo que ésta puede desarrollar, su costo
diario de conservación y su rendimiento diario, son dos magnitudes completamente distintas. La primera
determina su valor de cambio, la segunda forma su valor de uso. El que para alimentar y mantener en pie la
fuerza de trabajo durante veinticuatro horas haga falta media jornada de trabajo, no quiere decir, ni mucho menos,
que el obrero no pueda trabajar durante una jornada entera. El valor de la fuerza de trabajo y su valorización en
el proceso de trabajo son, por tanto, dos factores completamente distintos. Al comprar la fuerza de trabajo, el
capitalista no perdía de vista esta diferencia de valor. El carácter útil de la fuerza de trabajo, en cuanto apto para
fabricar hilado o botas, es conditio sine qua non, toda vez que el trabajo, para poder crear valor, ha de invertirse
25
producción y en fuerza de trabajo se encontraría, finalizado el proceso, con un producto de idéntico
valor al capital inicial. Su circuito sería de este modo D-M-D, y no se habría producido valorización
alguna.
En tanto que la mercancía es unidad de valor de uso y valor, engloba simultáneamente un proceso
productivo y un proceso de creación de valor. El capitalista tiene como objetivo la producción de
valores de uso en tanto y en cuanto son el soporte material de valor de cambio, es decir, en tanto y en
cuanto sean mercancías. Aspira a producir entonces no sólo un valor de uso, ni siquiera un mero valor,
sino a producir una mercancía cuyo valor sea mayor al valor desembolsado en las mercancías
invertidas en su producción.
En el proceso de formación del valor del producto las mercancías compradas por el capitalista
intervienen de diferente modo. El valor de las materias primas y auxiliares, así como la parte
desgastada de los medios de producción propiamente dichos, es transferido al producto final. El
trabajo concreto de la fuerza de trabajo simultáneamente agrega valor y conserva el de los medios de
producción. La fuerza de trabajo le agrega nuevo valor al objeto sobre el que trabaja, incorporándole
una cantidad de trabajo determinada: “al incorporar a la materialidad muerta de estos factores la
fuerza de trabajo viva, el capitalista transforma el valor, el trabajo pretérito, materializado, muerto,
en capital, en valor que se valoriza a sí mismo”.28 El valor de los medios de producción reaparece en
el producto final como parte integrantes de su valor. Así el valor de los medios de producción se
conserva al transferirse al producto. Este valor que se transfiere es el que pierde en el proceso
productivo al destruirse el propio valor de uso en el que encarnaba.
Supongamos que en la producción mensual (20 jornadas de cinco horas de diez obreros, 1.000 horas
mensuales) de 10 tn de tornillos se utilicen 10 tn de acero y 10 tn de carbón. El valor de estos medios
de producción, materia prima y materia auxiliar, respectivamente, comprados en el mercado por el
capitalista, es de 100.000$ y 50.000$. Adicionalmente el capitalista contrata fuerza de trabajo de diez
obreros por un valor de 50.000$. De forma tal que el valor de cada hora de trabajo es 50$ (50.000$/(20
jornadas*5 horas*10 obreros). Las cinco horas diarias de trabajo se materializan en 2.500$ que
expresan la masa de medios de vida necesarios para la reproducción de la fuerza de trabajo. El dinero
con el que se pagó el acero y el carbón representa por su parte 3.000 horas de tiempo de trabajo
socialmente necesario (150.000$/50$).29
Finalizado el mes, la tonelada de tubos de acero vale 200.000$ que son la expresión monetaria de
4.000 horas de trabajo, 3.000 horas materializadas en el valor de los medios de producción transferido
y 1.000 horas de trabajo vivo realizado por la fuerza de trabajo. Sin embargo, el valor de los tubos es
exactamente el mismo que el valor de las compras realizadas por el capitalista. Se ha creado valor, en
tanto y en cuanto que la fuerza de trabajo ha agregado valor, tiempo de trabajo, al valor que
anteriormente se materializaba en el acero y el carbón. No obstante, la fuerza de trabajo simplemente
ha reproducido el valor que el capitalista pagó por ella. No ha existido valorización conformándose
en definitiva un simple ciclo D-M-D.

siempre en forma útil. Pero el factor decisivo es el valor de uso específico de esta mercancía, que le permite ser
fuente de valor, y de más valor que el que ella misma tiene”. (Marx, 1968a, p.144).
28
(Marx, 1968a, p.146).
29
Para simplificar, en este ejemplo hemos dejado de lado un elemento de fundamental importancia como el
capital fijo que no incide en la naturaleza de lo que se busca desarrollar en este caso.
26
Que el valor de la fuerza de trabajo sea expresión de cinco horas diarias de trabajo no implica que la
jornada de trabajo propiamente dicha se reduzca a esa extensión. Si contemplamos una jornada de
trabajo de diez horas (o 2.000 horas mensuales). La masa y el valor de los medios de producción
mensualmente procesados se duplicarán, siendo ahora 20 tn de acero y 20 tn de carbón por un valor
respectivo de 200.000$ y 100.000$. La fuerza de trabajo se aplicará a la producción durante diez
horas diarias, pero el monto necesario para su reproducción sigue representando cinco horas diarias
en los 50.000$ de salario. El tiempo de trabajo ahora involucra 6.000 horas materializadas en medios
de producción, 1.000 horas materializadas en los medios de vida equivalentes del obrero, y 1.000
horas que ahora conforman un plusvalor de 50.000$ (1.000 horas * 50$ hora). Ahora la producción
final alcanza los 400.000$ mensuales en relación a 350.000$ empleados en la compra de medios de
producción y fuerza de trabajo. El capitalista se encuentra con un excedente de 50.000$ sobre el valor
desembolsado originalmente. La fuerza de trabajo produjo un valor adicional al de su reproducción
al trabajar mayor tiempo del requerido para reproducir un equivalente de sus medios de vida (en este
caso, trabajó la misma cantidad de tiempo por encima del tiempo necesario para su reproducción,
cinco horas diarias).
Lo que en el caso anterior era en definitiva un mero intercambio de equivalentes en la propia
producción que igualaba el valor producido con el capital desembolsado, ahora, por la especificidad
de la fuerza de trabajo y su valor de uso, se revela como un intercambio de no-equivalentes.

Horas Dinero

D-M-D D-M-D´ D-M-D D-M-D´

1.000 2.000 Horas de Trabajo $ 50.000 $ 100.000

2.000 4.000 Acero $ 100.000 $ 200.000

1.000 2.000 Carbón $ 50.000 $ 100.000

1.000 1.000 Fuerza de Trabajo $ 50.000 $ 50.000

4.000 7.000 Capital $ 200.000 $ 350.000

4.000 8.000 Tubos de Acero $ 200.000 $ 400.000

- 1.000 Ganancia $ - $ 5.000

0% 14% Tasa de ganancia 0% 14%

0% 100% Tasa plusvalía 0% 100%

Lo que en la circulación se revela como un intercambio de equivalentes entre sujetos libres, en la


producción se revela como un intercambio de no equivalentes en el que la fuerza de trabajo manifiesta
su valor de uso, la capacidad de producir un valor que excede el de su reproducción. Este intercambio
de no equivalentes es el elemento que permite el surgimiento de la ganancia del capitalista y la
transformación del dinero en capital (D-M-D´). En definitiva, la valorización del valor.

27
La fórmula general del capital puede ser expresada entonces como la transformación del dinero en
capital a partir de la extracción de plusvalía en la órbita específica de la producción: D – M … P …
M´ - D´.
El capital realiza un circuito específico en el que modifica su forma para lograr valorizarse.
Inicialmente en la forma de capital-dinero (D), se intercambia por mercancías (medios de
producción, insumos y fuerza de trabajo) tomando la forma de capital-mercancía (M). El secreto de
la producción capitalista radica en que la fuerza de trabajo es capaz de generar un valor mayor al de
su reproducción, un plusvalor. Por esto mismo, el capital destinado a la fuerza de trabajo es capital
variable, mientras que el capital destinado a medios de producción (maquinaria, infraestructura) e
insumos es capital constante. El capital transmuta posteriormente a la forma de capital-productivo
(P) y realiza el proceso productivo en el que le extrae plusvalor a la fuerza de trabajo. Como resultado
del mismo, el capitalista se encuentra con una masa incrementada de mercancías (M´) que ahora
contienen el plusvalor extraído y que posteriormente intercambia por dinero en el mercado,
terminando su circuito como un capital-dinero de mayor monto (D´).
Capital constante y variable. Capital fijo y circulante
Las materias primas y auxiliares pierden su forma en el proceso productivo y transfieren la totalidad
de su valor al producto final. En tanto valores de uso ingresan en la circulación junto con su valor.
Los medios de producción (infraestructura, maquinaria, etc) conservan su forma en cada proceso
productivo del que participan. Transfieren su valor a lo largo de varios procesos productivos y varios
años. Su consumo implica cierto desgaste, que no es más que la pérdida paulatina de su valor de uso
y en consecuencia de su valor, que es transferido del mismo modo al producto.30 Sin embargo, a
diferencia de las materias primas sólo circula en cuanto valor. En cuanto valor de uso no ingresa en
la circulación, “no es enajenado por su poseedor; se mantiene en sus manos. Circula sólo en su aspecto
formal como capital, como valor perenne (…), sólo se realiza como valor mientras permanece como
valor de uso en las manos del capitalista”.31
Es el consumo de los medios de producción, de su valor de uso, el que permite que el trabajo cree
productos. Su valor no se consume sino que se conserva, “no porque sufra operación de ninguna clase
en el proceso de trabajo, sino porque el valor de uso en que existía anteriormente desaparece para
transformarse en otro distinto”.32 De este modo el valor de los medios de producción reaparece en el
producto final pero no se reproduce, “el valor de los medios de producción reaparece en el valor del
producto, pero no se reproduce, hablando en términos estrictos. Lo que se produce es un nuevo valor
de uso, en el que reaparece el valor de cambio anterior”.33 Esta propiedad de conservar y transferir el
valor objetivado en los medios de producción es una propiedad cualitativa del trabajo concreto: “El
conservar valor añadiendo valor es, pues, un don natural de la fuerza de trabajo puesta en acción, de

30
En términos convencionales del cálculo del stock y el consumo de capital fijo, existen distintas posturas respecto
a la función de depreciación del capital fijo, es decir a la forma en que se desarrolla su desgaste a lo largo de su
vida útil. La función lineal, por ejemplo, supone que el activo se desgasta exactamente en la misma proporción
cada año. Esta función es la más aceptada en la actualidad. Marx parece haber sostenido también este tipo de
función de depreciación (Marx, 1968a, pp.153-154). Otras funciones suponen en cambio un mayor desgaste
relativo en los años iniciales o en los años finales de la vida útil del activo.
31
(Marx, 1858b, pp.202-203).
32
(Marx, 1968a, p.157).
33
(Marx, 1968a, p.157).
28
la fuerza de trabajo viva, un don natural que al obrero no le cuesta nada y al capitalista le rinde mucho,
pues supone para él la conservación del valor de su capital”.34
Dado que el capital que toma la forma de medios de producción en general es conservado y transferido
al producto final en el proceso de trabajo, es un capital constante. Su magnitud de valor no varía en
el proceso productivo.
En cambio el capital con el que se adquiere fuerza de trabajo, en tanto que esta reproduce su valor
trabajando cierto número de horas y produce adicionalmente un valor adicional al de su reproducción,
es un capital variable.
Los factores objetivos del proceso de producción como simple proceso de trabajo, instrumentos y
objetos de trabajo, se corresponden con el capital constante, mientras que el factor subjetivo, el trabajo
vivo creador de valor, es el que pertenece al capital variable cuyo carácter variable justamente se
explica por el valor de uso específico de la fuerza de trabajo.
Considerado como simple proceso de trabajo, “veremos que el obrero no se comporta respecto a los
medios de producción como capital, sino como simple medio y material para su actividad productiva
útil. En una tenería, por ejemplo, el obrero curtidor trata las pieles simplemente como el objeto sobre
que versa su trabajo. No curte las pieles para el capitalista”.35 En cambio considerado como proceso
de valorización, son los propios medios de producción los que se transforman en medios destinados
a absorber trabajo ajeno.36 Ya no es el obrero el que absorbe los medios de producción en tanto valores
de uso para producir un valor de uso distinto sino que aquí los medios de producción “lo devoran
como fermento de su proceso de vida, y el proceso de vida del capital se reduce a su dinámica de
valor que se valoriza a sí mismo”.37
El capital constante invertido en medios de producción como edificaciones, infraestructura y
maquinaria transfiere una parte ínfima de su valor en cada proceso productivo. Esta transferencia se
completa luego de varios años. Este capital es un capital fijo en el sentido que completa su circuito
y es recuperado en un largo tiempo, encontrándose justamente fijado en su forma de capital-
productivo o capital-industrial.
En cambio el capital invertido en materias primas y auxiliares (capital constante circulante) así como
en fuerza de trabajo (capital variable) es transferido a lo largo del proceso productivo y reaparece
completamente en el producto final. El capital circulante cambia íntegramente su forma de capital-
productivo o capital-industrial a capital-mercancías en el propio proceso productivo.
La producción de plusvalía

34
(Marx, 1968a, p.156).
35
(Marx, 1968a, p.248).
36
“Y el capital no tiene más que un instinto vital: el instinto de acrecentarse, de crear plusvalía, de absorber con
su parte constante, los medios de producción, la mayor masa posible de trabajo excedente. El capital es trabajo
muerto que no sabe alimentarse, como los vampiros, más que chupando trabajo vivo, y que vive más cuanto más
trabajo vivo chupa. El tiempo durante el cual trabaja el obrero es el tiempo durante el que el capitalista consume
la fuerza de trabajo que compró. Y el obrero que emplea para sí su tiempo disponible roba al capitalista. El
capitalista se acoge, pues, a la ley del cambio de mercancías. Su afán, como el de todo comprador, es sacar el
mayor provecho posible del valor de uso de su mercancía.” (Marx, 1968a, p.179).
37
(Marx, 1968a, p.248).
29
El plusvalor obtenido en el proceso de producción capitalista surge, como vimos anteriormente, del
valor producido por la fuerza de trabajo excediendo su valor de reproducción.
La producción de este plusvalor no ocurre, naturalmente, en el aire sino en el marco de procesos
productivos que implican la aplicación de la fuerza de trabajo al objeto. La creación de plusvalor sólo
es posible en el marco de la conservación y transferencia del valor del capital constante que implica
la producción capitalista, es decir, como proceso de valorización de capital.
Ahora bien si el valor de reproducción diario de la fuerza de trabajo representa ocho horas diarias de
trabajo social, para que los obreros produzcan plusvalor deberán trabajar durante más de ocho horas
al día. La plusvalía absoluta surge por la ampliación absoluta del tiempo de trabajo o la jornada
laboral.
No obstante, el capitalista encuentra límites naturales infranqueables para extender la jornada laboral.
La duración natural de la jornada de 24 horas, límites fisiológicos de los propios cuerpos de los
obreros que requieren siempre un mínimo de tiempo de descanso para poder aplicar su fuerza de
trabajo en condiciones normales.
El plusvalor puede incrementarse por la reducción del tiempo de trabajo necesario para la
reproducción de la fuerza de trabajo. Aquí ya no se trata de un incremento absoluto de la jornada
laboral sino de una reducción de la parte de la jornada en la que el obrero trabaja para reproducir el
valor de su fuerza de trabajo. Si anteriormente, el tiempo de trabajo necesario para la reproducción
de la fuerza de trabajo era de ocho horas diarias y el capitalista obligaba a extender la jornada hasta
las diez horas, de modo de hacerse con dos horas diarias de tiempo de trabajo adicional o excedente.
Ahora con base en una jornada de ocho horas, los capitalistas pueden obtener dos horas de plusvalor
o trabajo adicional por haberse reducido el tiempo de trabajo necesario de ocho a seis horas.38 Esta
reducción implica un incremento de la productividad de los sectores que producen medios de vida
para los obreros, una reducción del valor de las mercancías que forman el consumo obrero. De este
modo se extrae plusvalía relativa.
Inicialmente el capital se adueñaba de los procesos de trabajo en la forma en que estos se habían
desarrollado hasta ese momento, y el valor de la fuerza de trabajo por ese mismo motivo no era
susceptible de una rápida reducción mediante el incremento de la productividad laboral. Se trata de
un período histórico en el que se implementa la subsunción formal del trabajo al capital, en el que
la relación de producción capitalista se impone respecto al resto de relaciones o formas de producción
sin revolucionar aún los procesos de trabajo o su base técnica.
El maquinismo y la gran industria consolidarán la extracción de plusvalía relativa como método
específicamente capitalista de producción de plusvalor, dado que la implantación de sistemas
integrados de maquinarias en los establecimientos implicó un incremento exponencial de la
productividad del trabajo con la consiguiente reducción del valor de las mercancías en general, y las

38
Esto no debe confundirse con el pago de la fuerza de trabajo por debajo de su valor que implica una expansión
relativa del trabajo adicional respecto al necesario basada en la afectación de la canasta de consumo obrero. Es
decir, aquí no se trata de un abaratamiento de los bienes que conforman dicha canasta sino de una reducción de
los bienes mismos que la conforman. El pago de la fuerza de trabajo por debajo de su valor involucra en definitiva
una caída del salario real y del poder adquisitivo así como de las condiciones de vida de los trabajadores.
30
que ingresan en el consumo obrero en particular.39 Aquí se realiza la subsunción real del trabajo al
capital, en donde el capital revoluciona los procesos productivos a partir de la división de tareas en
los establecimientos y la imposición de sistemas de máquinas que imponen el ritmo de trabajo a una
fuerza de trabajo crecientemente especializada en sus funciones. El capital alcanza así su desarrollo
pleno cuando el proceso de producción en su totalidad ya no aparece como dependiente de la habilidad
técnica del obrero sino de la aplicación tecnológica de la ciencia. La acumulación de capital fijo, el
incremento de su volumen y su eficacia, no sólo de cuenta del continuo proceso de valorización en el
que el plusvalor reaparece como trabajo muerto y capitalizado, sino también del nivel alcanzado por
el desarrollo de las fuerzas productivas y del capital en tanto dominio sobre el trabajo vivo.40
La tasa de plusvalor o tasa de plusvalía expresa entonces la relación entre el tiempo de trabajo
excedente y el tiempo de trabajo necesario para la reproducción de la fuerza de trabajo, o en términos
monetarios, la relación entre las ganancias y los salarios. Esta tasa indica naturalmente la magnitud
del proceso de valorización respecto, exclusivamente, a su fuente, a la fuerza de trabajo.41
La masa de plusvalía o masa de ganancias de un determinado capital o de un país (del capital social
total de un espacio nacional) se encuentra determinada entonces por el número de obreros o fuerzas
de trabajo, por el valor de la fuerza de trabajo y por el grado de explotación de la misma.42
Masa de Plusvalía = Fuerzas de Trabajo * Horas Trabajadas * Proporción Tiempo Excedente
Masa de ganancias = Asalariados * Salario Nominal Promedio * Tasa de Plusvalía

39
“La producción de plusvalía absoluta es la base general sobre que descansa el sistema capitalista y el punto de
arranque para la producción de plusvalía relativa. En ésta, la jornada de trabajo aparece desdoblada de antemano
en dos segmentos: trabajo necesario y trabajo excedente. Para prolongar el segundo se acorta el primero mediante
una serie de métodos, con ayuda de los cuales se consigue producir en menos tiempo el equivalente del salario.
La producción de plusvalía absoluta gira toda ella en torno a la duración de la jornada de trabajo: la producción
de plusvalía relativa revoluciona desde los cimientos hasta el remate los procesos técnicos del trabajo y las
agrupaciones sociales.
La producción de plusvalía relativa supone, pues, un régimen de producción específicamente capitalista, que sólo
puede nacer y desarrollarse con sus métodos, sus medios y sus condiciones, por un proceso natural espontáneo,
a base de la supeditación formal del trabajo al capital. Esta supeditación formal es sustituida por la supeditación
real del obrero al capitalista.” (Marx, 1968a, p.426).
40
“La acumulación del saber y de la destreza, de las fuerzas productivas generales del cerebro social, es absorbida
así, con respecto al trabajo, por el capital y se presenta por ende como propiedad del capital, y más precisamente
del capital fixe, en la medida en que éste ingresa como verdadero medio de producción al proceso productivo.
La maquinaria, pues, se presenta como la forma más adecuada del capital fixe y el capital fixe –en cuanto se
considera al capital en su relación consigo mismo- como la forma más adecuada del capital en general” (Marx,
2007b, p.220).
41
La tasa de plusvalía así entendida es la tasa simple de plusvalía. Es la que consideraremos en las mediciones del
presente trabajo, utilizando a la relación ganancias/salarios. No obstante, considerada la velocidad de rotación del
capital circulante, la tasa anual de plusvalía establece la relación entre las ganancias y el capital variable adelantado,
siendo este último igual a los salarios abonados en el año divididos las rotaciones anuales. En tanto que no existe
posibilidad de estimar la velocidad de rotación, la tasa anual de plusvalía no es considerada.
42
Obviamente, existen otras formas de expresar estas relaciones (Ganancias por asalariado * Asalariados ; Masa
salarial * Tasa de Plusvalía) pero los tres términos de la ecuación anterior permiten una comprensión completa
de los determinantes de la masa de ganancias, considerando también que no existen series históricas de duración
de la jornada laboral promedio en Argentina.
31
Reflexionando en términos exclusivos de tiempo de trabajo, el número de jornadas absolutas de
trabajo se encuentra determinado por el número de obreros empleados, pero debe considerarse
también la duración de la jornada, es decir el tiempo en horas. Considerando como dados el número
de obreros y la extensión de la jornada, la masa de ganancias se encontrará determinada por el tiempo
de trabajo que representa el capital variable. Considerando como dado a este último y el número de
obreros, la magnitud de la masa de plusvalía estará determinada por la extensión de la jornada laboral.
Considerando como dada a esta última y el capital variable en tanto tiempo de trabajo necesario, la
magnitud de la masa de plusvalía se encontrará determinada por el número de asalariados o fuerzas
de trabajo empleadas, es decir por la extensión de la relación de producción capitalista propiamente
dicha.
La transformación de la plusvalía en capital y la acumulación capitalista
Toda sociedad humana se fundamenta en un proceso metabólico continuo respecto a la naturaleza.
La producción social es simultáneamente el propio proceso de reproducción de determinada sociedad
y sus condiciones de producción. Para que dicho proceso se desarrolle y tenga su necesaria
continuidad se requiere también que una parte del trabajo anual se destine a reproducir los medios de
trabajo consumidos. La posibilidad del progreso de la fuerza productiva del trabajo se encuentra
íntimamente relacionada con la capacidad creciente de transformar objetos (sean estos “materiales”
o “inmateriales”) en medios de trabajo para otros procesos, por lo que una proporción más o menos
creciente de valores de uso ya no tendrán como fin el simple consumo individual sino el consumo
productivo, es decir, su utilización como medio o como objeto de trabajo de otros procesos.
En las sociedades capitalistas la reproducción se encuentra obviamente determinada por sus
relaciones de producción. Y dado que todo proceso de trabajo es un proceso de valorización que
apunta a expandir la plusvalía relativa disminuyendo el valor unitario de las mercancías e
incrementando su volumen para constituirse en una masa de valor mayor, el incremento de la fuerza
productiva que lo posibilita se realiza mediante el incremento de la masa de medios de producción
que un obrero puede poner en movimiento. Este último es un aspecto genérico del desarrollo de la
fuerza productiva. En el régimen capitalista, sin embargo, el incremento de la masa de medios de
producción en general es simultáneamente un incremento en el valor del capital constante que, no
obstante, no se presenta como una función lineal sino recorrido por irregularidades que surgen del
propio carácter contradictorio del modo de producción y sus fases cíclicas.
Al mismo tiempo como la ganancia es el único objetivo del capital, la expansión del plusvalor relativo
y la valorización del capital le otorgan a los procesos de trabajo el objetivo permanente de desarrollar
las fuerzas productivas para reducir el valor unitario de las mercancías dado que, de acuerdo a los
esquemas que presentamos en la segunda parte, esto permite producir un mayor valor por hora en
relación al resto de los competidores.
La acumulación de capital no es, por lo tanto, un simple incremento de medios de producción
históricamente universal, sino la expresión de la reproducción ampliada del capital, a partir de la
plusvalía extraída a la fuerza de trabajo reinvertida no sólo para reponer los medios de producción
consumidos, sino también para su expansión relativa.
El plusvalor extraído al obrero reaparece así objetivado sucesivamente en este proceso continuo de
reproducción como capital: “De este modo, el peso cada vez mayor del trabajo pretérito que colabora
en el proceso vivo de trabajo bajo la forma de medios de producción, se asigna a la figura enfrentada
32
con el propio obrero, fruto de cuyo trabajo pasado y no retribuido son, es decir, a la figura del
capital”.43
En el proceso de valorización el capital se presenta como una condición inicial del proceso de
producción que, una vez culminado, incluye en su producto bruto al capital ahora transferido y un
nuevo valor, incluida la plusvalía generada. Realizada la venta, el capital inicial y el trabajo sobrante
recientemente extraído se convierten en un nuevo monto de capital en la forma de dinero, ya
indiferenciados.
La acumulación lleva implícita también una condición respecto a la plusvalía, su transformación en
capital. Para que la acumulación de capital se desarrolle el capitalista no puede consumir toda su
ganancia sino utilizar una parte de esta para ampliar el capital objetivado en medios de producción.
La plusvalía se divide entonces en un fondo de consumo del capitalista, su ingreso o renta, y en un
fondo de acumulación, en capital. La acumulación se desarrolla a partir de la conversión de la
plusvalía en capital y en este sentido “la escala de la acumulación puede ampliarse repentinamente
con sólo variar la distribución de la plusvalía o del producto en capital y renta”.44 Si el capitalista
destinara la totalidad de su ganancia al consumo individual la acumulación no avanzaría, sino que se
daría una reproducción simple.
Por otra parte, la intensificación de la explotación de la fuerza de trabajo ya empleada encuentra
límites de modo tal que junto con la ampliación del capital constante se realiza también una
ampliación del capital variable, de la fuerza de trabajo. La reproducción ampliada del capital implica
entonces el crecimiento tanto del capital constante como del capital variable, “con la acumulación
que acompaña al desarrollo de su fuerza productiva, el trabajo conserva y eterniza, por tanto, bajo
una forma constantemente nueva, un capital cada vez más voluminoso”.45
No obstante, el sentido histórico de esta evolución marca un crecimiento relativo mayor del capital
constante respecto al variable, es decir, el incremento de la composición orgánica del capital conforme
se desarrolla la acumulación y la fuerza productiva para la reducción del valor de las mercancías y la
fuerza de trabajo.46 De forma tal que en el largo plazo el incremento del capital que permite el
incremento de la productividad del trabajo se manifiesta adicionalmente en una reducción relativa de
la demanda de fuerza de trabajo en relación a la magnitud del capital acumulado:
“El volumen creciente de los medios de producción comparado con la fuerza de trabajo que absorben
expresa siempre la productividad creciente del trabajo. Por consiguiente, el aumento de ésta se revela
en la disminución de la masa del trabajo, puesta en relación con la masa de medios de producción
movidos por ella, o sea, en la disminución de magnitud del factor subjetivo del proceso de trabajo,
comparado con su factor objetivo.”47

43
(Marx, 1968a, p.513).
44
(Marx, 1968a, p.518).
45
(Marx, 1968a, p.511).
46
“El grado social de productividad del trabajo se refleja en el volumen relativo de medios de producción que
el obrero convierte en producto durante cierto tiempo y con la misma tensión de la fuerza de trabajo. La masa
de medios de producción con que un obrero opera crece al crecer la productividad de su trabajo” (Marx,
1968a, p.525).
47
(Marx, 1968a, pp.525-526).
33
La reducción del factor subjetivo en el proceso de trabajo respecto al objetivo refiere en última
instancia al crecimiento de la composición orgánica del capital, al incremento relativo del capital
constante (trabajo objetivado) respecto al capital variable (trabajo vivo) que es expresión tanto del
desarrollo de la fuerza productiva del trabajo como de la transitoriedad histórica del capital en tanto
modo de producción expresada en la tendencia descendente de la tasa de ganancia.
La composición orgánica del capital sintetiza dos aspectos en parte diferentes. La composición
técnica, que expresa la relación entre la masa de medios de producción y la masa de fuerzas de trabajo
que los ponen en acción, y la composición de valor, que puede considerarse que expresa tanto la
relación entre el valor de los medios de producción y el de la fuerza de trabajo (capital constante-
capital variable, K/CV), como la relación entre el trabajo objetivado y el trabajo vivo (capital
constante-valor agregado neto, K/Yn).

La ley de la tendencia descendente de la tasa de ganancia


Existe, en los orígenes mismos de la economía política clásica, una preocupación por la tendencia al
descenso de la tasa de ganancia. Adam Smith y David Ricardo, entre otros, han sostenido a su manera
su existencia.48 La tendencia sistémica a la crisis y la generación insuficiente de beneficios han sido
también reflejadas por otros grandes exponentes de corrientes económicas diferentes de la escuela
clásica, expresando, por un lado, el carácter eminentemente real de la tendencia y, por el otro, las
particularidades teóricas de las corrientes económicas49.
Ricardo fundamentaba la tendencia en el encarecimiento del costo laboral por una productividad
agrícola decreciente, ante la necesidad de expandirse sobre tierras de peor calidad50. Sin embargo, el
supuesto ricardiano de una productividad marginal decreciente en la agricultura (que los neoclásicos
extrapolaron a toda actividad productiva) ha demostrado ser en definitiva irreal. La rentabilidad

48
“Cuando muchos mercaderes ricos ponen sus capitales en la misma industria, la mutua competencia que se
hacen tiende, como es natural, a disminuir sus beneficios; y cuando tiene lugar un acrecentamiento similar del
capital en las distintas industrias que funcionan en una misma sociedad, esa competencia produce necesariamente
idéntico efecto en todas ellas.” (Smith, 1956, p.76).
“Las utilidades tienden naturalmente siempre a decrecer, puesto que al progresar la sociedad y la riqueza, la
cantidad adicional de alimentos requerida sólo se obtiene por el sacrificio de una cantidad creciente de mano de
obra.” (Ricardo, 1959, p.92).
49
“La ortodoxia neoclásica extrapoló esta teoría (la teoría ricardiana de rendimientos decrecientes en la agricultura,
EEM) a la industria y postuló la existencia de un ¨rendimiento decreciente¨ del capital, resultante de la escasez
de este recurso. Keynes situó la causa de la contracción del beneficio en la especulación financiera y Schumpeter
en el desaliento de la innovación, generado por la burocratización de las sociedades contemporáneas”. (Katz,
2002, p.85).
50
“En todos los países y todos tiempos, las utilidades dependen de la cantidad de mano de obra necesaria para
proveer a los obreros de los artículos necesarios en aquella tierra o con el capital que no produce renta. En
consecuencia, los efectos de la acumulación serán distintos en los diferentes países, y dependerán principalmente
de la fertilidad de la tierra. Por extenso que un país sea, si sus tierras son de inferior calidad, y si prohíbe la
importación de productos alimenticios, se logrará la más moderada acumulación de capital con una gran
reducción en la tasa de utilidades” (Ricardo, 1959, pp.96-97).
34
muestra una tendencia descendente, no porque la productividad decrece, sino justamente porque se
incrementa en términos históricos.51
El proceso de producción capitalista es un proceso de valorización (D – D´) por medio de la
explotación de la fuerza de trabajo (D – M … P … - M´ - D´). El capital adelantado en forma de
dinero (D) es intercambiado por mercancías (M) -medios de producción, insumos (capital constante,
CC) y fuerza de trabajo (capital variable, CV)-. La fuerza de trabajo, a diferencia de los medios de
producción y los insumos, tiene la potestad de generar un valor adicional al de su reproducción. De
este modo, se realiza el proceso de producción propiamente dicho (P) en el que la fuerza de trabajo,
empleando los medios de producción, transforma los insumos resultando en una masa de mercancías
de un valor global mayor al previo (M´). En el producto final aparece así transferido el capital
constante empleado y un valor adicional que se descompone en capital variable (valor de
reproducción de la fuerza de trabajo retribuido por el capitalista) y la ganancia en tanto valor generado
por la fuerza de trabajo que excede el de su reproducción. El capital va de este modo transmutando
de capital-dinero a capital-mercancías, luego a capital-productivo, para finalmente retornar a la forma
de capital-mercancías y capital-dinero de un mayor valor. Este último paso es el que implica la venta
en el mercado (M´-D´), la realización de la ganancia y del ciclo de valorización.
La producción capitalista surge de relaciones de producción entre una clase propietaria de los medios
de producción y otra clase propietaria sólo de su fuerza de trabajo. Esta última tiene la capacidad de
producir un valor excedente al de su reproducción (tomando la forma de ganancia y salario
respectivamente). El régimen capitalista encuentra en la ganancia su único objetivo. Los procesos de
trabajo se encuentran de este modo determinados por el hecho de ser, simultáneamente, procesos de
valorización en los que se adelanta un capital con el fin de incrementar su valor en la producción,
apropiándose el plusvalor generado por la fuerza de trabajo.
El capitalista, frente a la necesidad de extraer una mayor plusvalía del trabajador y de vender a un
valor menor que sus competidores, se encuentra ante la misma solución: el incremento del capital
fijo. Esta dinámica competitiva implica en definitiva una creciente inversión en capital fijo para
imponerse, o al menos mantenerse, en la competencia y continuar operando como capitales. Es este
impulso a la mecanización en la competencia el que determina, en el largo plazo, una tendencia a la
caída de la tasa de ganancia, dado el mayor crecimiento relativo del capital constante en detrimento
del capital variable, destinado a la reproducción de la fuerza de trabajo, siendo esta última la única
fuente de la ganancia.52
El capital encuentra así su propio límite interno. En tanto tal, su única finalidad es incrementarse a
partir de la plusvalía extraída a la fuerza de trabajo, pero su único medio es el incremento relativo del
capital constante respecto al capital variable:

51
“La baja de la cuota de ganancia y la acumulación acelerada no son más que dos modos distintos de expresar el
mismo proceso en el sentido de que ambos expresan el desarrollo de la capacidad productiva.” (Marx, 1968c,
p.240).
52
En esta sección hacemos abstracción del proceso de igualación de las tasas de ganancias inter-ramales y la
transformación de los valores en precios de producción en tanto y en cuanto una conclusión de dichos desarrollos
por parte de Marx es que la competencia no modifica dicha tasa general. En un apartado posterior de la segunda
parte realizaremos algunas consideraciones al respecto.
35
“El medio empleado -desarrollo incondicional de las fuerzas productivas sociales- choca
constantemente con el fin perseguido, que es un fin limitado: la valorización del capital existente.”53
En los términos de Marx, este descenso tendencial de la tasa de ganancia se daría independientemente
de un descenso o estancamiento de los salarios en relación a las ganancias, es decir con una tasa de
plusvalía (ganancias/capital variable) constante o creciente:
“Este descenso relativo creciente del capital variable en proporción al constante y, por tanto, en
relación al capital total (…) hace que la composición orgánica del capital en su conjunto sea cada vez
más elevada, y la consecuencia directa de esto es que la cuota de plusvalía se exprese en una cuota
general de ganancia decreciente, aunque permanezca invariable e incluso aumente el grado de
explotación del trabajo.(…) La tendencia progresiva de la cuota general de ganancia a bajar sólo es,
pues, una expresión característica del régimen capitalista de producción del desarrollo ascendente
de la fuerza productiva social del trabajo.”54
Esto no niega que en los hechos concretos la tasa de ganancia puede mostrar períodos de crecimiento,
pero estos existen justamente porque los efectos contrarrestantes logran revertir parcialmente esta
presión a la baja otorgándole el carácter de una tendencia.
“Por donde resulta, en general, que las mismas causas que producen la baja de la cuota general de
ganancia provocan efectos contrarios que entorpecen, amortiguan y en parte paralizan aquella acción.
No anulan la ley, pero sí atenúan sus efectos. Sin estas causas sería inconcebible no la baja misma de
la cuota general de ganancia, pero sí su lentitud relativa. Por eso esta ley sólo actúa como una
tendencia cuyos efectos sólo se manifiestan palmariamente en determinadas circunstancias y en el
transcurso de largos períodos.”55
La tendencia descendente de la tasa de ganancia es un aspecto inmanente del modo de producción
capitalista. Es la conclusión lógica de la ley del valor marxiana, de su explicación del cambio
tecnológico, la competencia y la formación de una tasa general de ganancia. Marx mismo establece
esta obvia conexión entre su teoría del valor y la tendencia descendente, que aparece expresada por
así decirlo en el valor de cualquier mercancía particular como “célula económica de la sociedad
burguesa”.
“Como el desarrollo de la fuerza productiva y la correspondiente elevación en cuanto a la
composición del capital hacen que una cantidad cada vez menor de trabajo ponga en movimiento una
cantidad cada vez mayor de medios de producción, resulta que cada parte alícuota del producto total,
cada mercancía concreta o cada unidad concreta de mercancías de la masa total producida absorbe
menos trabajo vivo y contiene, además, menos trabajo materializado, tanto por el desgaste del capital
fijo empleado como por las materias primas y auxiliares consumidas (…) No obstante, puede
aumentar la masa de ganancia contenida en cada mercancía, siempre y cuando que aumente la cuota
de la plusvalía absoluta o relativa. La mercancía contiene menos trabajo nuevo añadido, pero, en
cambio, aumenta la parte de trabajo no retribuido con relación a la parte de trabajo pagado. Sin
embargo, esto sólo puede ocurrir dentro de ciertos y determinado límites. A medida que, al
desarrollarse la producción, se acentúa en proporciones enormes el descenso absoluto de la suma del

53
(Marx, 1968c, p.248).
54
(Marx, 1968c, pp.214-215).
55
(Marx, 1968c, p.238).
36
trabajo vivo añadido a cada mercancía, disminuirá también en términos absolutos la masa de trabajo
no retribuido que en ella se contiene, por mucho que esta masa aumente en términos relativos, es
decir, en proporción al trabajo pagado.”56
Como puede verse, existe una enorme similitud de razonamiento respecto a los componentes del valor
de la mercancía y a la tendencia descendente de la tasa de ganancia. Justamente se refieren a la misma
realidad desde dos ángulos diferentes. En ambos casos el incremento de la tasa de plusvalía encuentra
límites claros para contrarrestar el incremento relativo del trabajo objetivado (capital constante) en la
determinación del valor de la mercancía o de la tasa de ganancia.
Tal es la conexión entre la ley de la tendencia descendente de la tasa de ganancia y la ley del valor
que, en realidad, la primera queda prácticamente planteada en el volumen I de El Capital, con la Ley
General de la Acumulación Capitalista.
“La acumulación del capital, que al principio sólo parecía una dilatación cuantitativa, se desarrolla,
como hemos visto, en un constante cambio cualitativo de su composición, haciendo aumentar
incesantemente el capital constante a costa del capital variable.”57
Es ese mismo principio, la tendencia propia del capital a incrementar en mayor medida el capital
constante respecto al variable, el que establece la tendencia descendente de la tasa de ganancia, la
cual no es más que otra expresión del incremento de la acumulación y la productividad social del
trabajo bajo las relaciones de producción capitalistas.
En los términos de Marx, la tasa de ganancia debe calcularse sobre el capital total adelantado en
medios de producción (capital fijo constante), materias primas e insumos (capital circulante
constante) y fuerza de trabajo (capital variable). El cálculo del capital circulante constante y variable
adelantados supone el conocimiento no sólo del llamado consumo intermedio y de la masa salarial
sino también de la velocidad de rotación del capital circulante. Dada la dificultad para estimar esta
última, y que el incremento lógico en la misma –conociéndose para algunos años el consumo
intermedio y la masa salarial y su proporción respecto al capital fijo- conlleva una creciente
participación del capital fijo adelantado en el capital total adelantado y en desmedro del capital
circulante mismo, la tasa de ganancia sobre capital fijo puede tomarse como un indicador sólido del
desenvolvimiento de la rentabilidad.
La tasa de ganancia sobre el capital fijo puede expresarse, dividiendo el numerador y el denominador
por la masa salarial, como determinada por la tasa simple de plusvalía (TP, o G/CV) y la composición
de valor del capital (CVC, o K/CV):
TG = G = G/CV = TP .
K K/CV CVC
De este modo la evolución de la tasa de ganancia sintetiza la evolución relativa de estos dos
componentes. En los términos de Marx, en el largo plazo la tasa de ganancia descenderá debido a un
mayor incremento de la composición de valor del capital respecto a la tasa de plusvalía.

56
(Marx, 1968c, p.226).
57
(Marx, 1968a, p.532).
37
Los autores que niegan la ley de la tendencia descendente de la tasa de ganancia suelen afirmar que
el aumento de la explotación del trabajo, de la tasa de plusvalía, permite siempre compensar el
aumento de la composición y la caída de la rentabilidad previa, resultando en una indeterminación
general que se entrelaza con una caracterización de los ciclos económicos desligados de cualquier
tendencia general de largo plazo. El capitalismo sería entonces una eterna repetición de alzas y bajas
mutuamente compensatorias.58
Rosdolsky afirma respecto a estos autores que
“pasan por alto la circunstancia de que la elevación de la tasa de ganancia por incrementación del
grado de explotación del trabajo no es un proceso abstracto, una operación aritmética, (…) el
plustrabajo que puede realizar un obrero tiene determinados límites; por una parte en la duración de
la jornada laboral, por la otra en la porción de la misma necesaria para la reproducción de la propia
fuerza de trabajo”59
La reducción del valor de las mercancías permite la reducción del valor de la fuerza de trabajo,
expandiendo la parte de la jornada laboral en la que el obrero realiza trabajo excedente. Este impulso
a la reducción del valor de la fuerza de trabajo por parte del capital es permanente.
No obstante, lo que Rosdolsky intenta subrayar es que, aun considerando que el valor de la fuerza de
trabajo se mantuviera constante en cuanto a los medios de vida que la conforman, el incremento de
la productividad no se reflejaría en forma proporcional en la reducción del valor de la fuerza de
trabajo:
“Si la jornada normal de trabajo comprende, por ejemplo 8 horas, ningún aumento de la productividad
puede exprimirle al obrero mayor plustrabajo que 8 menos tantas horas como correspondan a la
producción del salario. Si la técnica de producción lograse reducir el tiempo de trabajo necesario de,
por ejemplo, 4 horas a media hora, el plustrabajo (en el caso de una jornada laboral de 8 horas) aún
seguiría constituyendo no más de 15/16 de la jornada laboral. Ascendería de las 4 horas originarias
7.5, vale decir que ni siquiera se duplicaría. Pero al mismo tiempo la productividad del trabajo debería
crecer monstruosamente”60
En efecto, la productividad debería multiplicarse por ocho para lograr dicho incremento. Dada una
división entre trabajo necesario y excedente, o una proporción entre salarios y ganancias, el múltiplo

58
Ver por ejemplo Sweezy (1946, pp.96-108), Robinson (1942, pp.35-42), y más recientemente Heinrich (2013)
y Reuten & Thomas (2011). Heinrich sugiere que incluso con una participación de las ganancias o una tasa de
plusvalía decreciente, para confirmar la ley, debería confirmarse que el valor total del capital o la composición de
valor del capital no hayan descendido en mayor medida. Lo que supone en definitiva que el capital no es un
proceso de valorización en el que el valor acumulado se incrementa. Como último recurso teórico, Heinrich
niega la propia naturaleza del capital como valor que se expande para justificar su rechazo a la ley de la tendencia
descendente de la tasa de ganancia. Tampoco comprende que esta última es, principalmente, una ley derivada
de la ley del valor y la acumulación antes que una simple interpretación de tres capítulos aislados del tercer tomo
de El Capital. Para una crítica a Heinrich, ver Carchedi y Roberts (2013).
59
(Rosdolsky, 2004, p.450).
Incluso la participación asalariada ha mostrado en términos históricos, a pesar de su descenso en las últimas
décadas, una tendencia a incrementarse, mientras que las ganancias netas han reducido su participación debido,
además, al crecimiento de la participación de los impuestos netos y el consumo de capital fijo en el producto.
Como se verá posteriormente, Argentina no ha sido la excepción.
60
(Rosdolsky, 2004, pp.450-451).
38
del incremento de la productividad no multiplica en la misma proporción la plusvalía sino el
denominador de la fracción de la jornada que constituye el trabajo necesario. Así, representando el
tiempo necesario en la jornada 1/2 de la misma, para que represente 1/16 la productividad debería
multiplicarse por ocho (multiplicación por ocho del denominador de 1/2). Adicionalmente, el capital
constante fijo debería incrementarse en forma exponencial para lograr un incremento de la
productividad de tal magnitud. Dado que en el régimen capitalista el trabajador es un mero apéndice
de un sistema de máquinas, el incremento de la productividad laboral depende del incremento de la
fuerza productiva de los medios de producción, a dicho incremento en la tasa de plusvalía le
correspondería un incremento mayor de la composición del capital, afectando la rentabilidad.
Por ello, el incremento de la plusvalía relativa mediante la mecanización forma parte de las
determinaciones abstractas y generales de la ley. Los factores contrarrestantes se ubican en un menor
nivel de abstracción y por ese motivo no niegan la ley en cuanto tal sino que le dan el carácter de una
ley tendencial. Así, cuando Marx enumera los factores contrarrestantes, no considera tanto el
incremento de la plusvalía relativa por la mecanización sino el “aumento del grado de explotación del
trabajo”, cuyos mecanismos implican un incremento de la tasa de plusvalía por el crecimiento del
plusvalor absoluto, dado cierto valor de la fuerza de trabajo, mediante la prolongación de la jornada
laboral o la inclusión de más miembros familiares en la fuerza de trabajo a cambio de un mismo
“salario familiar”. En el caso del segundo factor contrarrestante, “pago de la fuerza de trabajo por
debajo de su valor”, nos encontramos con la misma lógica: la expansión de la plusvalía relativa aquí
no se produce por un incremento de la productividad sino reduciendo la masa de valores de uso que
ingresan en el consumo obrero y el valor de la fuerza de trabajo.61
La composición orgánica del capital puede expresarse también como la relación capital constante fijo
y valor agregado neto de depreciación o consumo de capital fijo (K/Yn), explicitando directamente
la relación entre el trabajo objetivado y el trabajo vivo.
La tasa de ganancia (G/K) puede expresarse así de un modo alternativo respecto a la ecuación anterior,
como producto de la evolución de la tasa de ganancia máxima o relación producto-capital (Yn/K) y
de la participación de las ganancias en el valor agregado neto (G/Yn)-
TG = G * Yn .

61
Otros factores contrarrestantes introducen aspectos concretos de la competencia y sectores particulares. Por
ejemplo, el tercer factor (“abaratamiento de los elementos que conforman el capital constante”) se refiere a la
productividad relativa de las ramas que producen medios de producción, mientras que el cuarto (“superpoblación
relativa”) considera las ramas con mayores barreras técnicas a la mecanización o las ramas más nuevas que
inicialmente trabajan con una menor composición del capital que el promedio. En el caso del quinto factor
referido al comercio exterior se revela nuevamente el carácter mucho más concreto y limitado de los factores
contrarrestantes. Considerando abstractamente el sistema capitalista como un todo este factor directamente
desaparece. El comercio exterior tiene aquí un doble efecto. La importación de mercancías producidas en
mejores condiciones abarata tanto el capital constante como el capital variable. La exportación de mercancías por
su parte permite una ampliación de la circulación para la producción propia y la realización de plusvalor ante una
demanda social solvente mucho mayor que la restringida al propio estado. Lo que se considera en ambos casos,
en este factor contrarrestante, es el diferente desarrollo de la fuerza productiva del capital en términos
combinados, inter-ramales e internacionales.

39
Yn K
O de otro modo, como el cociente entre la participación de las ganancias y la composición de valor
del capital entendida como relación capital-valor agregado o trabajo objetivado-trabajo muerto:
TG = G/Yn .
K/Yn
Ahora bien, por otro lado, el incremento de la productividad podría contrarrestar la tendencia
descendente de la tasa de ganancia por un incremento, ya no de una tasa de plusvalía que se ha
mostrado relativamente estable (o en este caso la participación de las ganancias G/Yn), sino del valor
agregado total en relación al capital fijo (Yn/K). A pesar de una tasa de plusvalía estable o
descendente en el largo plazo, tasas de crecimiento mayores del valor agregado respecto al capital
fijo podrían en efecto contrarrestar la tendencia. Esto debería verse expresado en el ratio producto-
capital (también denominado tasa máxima de ganancia), aquella tasa para el caso extremo en el que
el tiempo requerido para la reproducción de la fuerza de trabajo ha sido reducido a cero y todo el
valor agregado se convierte efectivamente en ganancia.
La tasa de ganancia máxima expresa así la relación entre trabajo muerto y trabajo vivo, entre el capital
en su forma productiva (y fija) y la totalidad del valor que la fuerza de trabajo genera en el marco de
las relaciones de producción capitalistas y que constituye para el capital la única fuente de su continua
valorización.

Gráfico N°1 - Tasa de ganancia y composición orgánica del capital (K/Yn, eje der.)
en Europa Occidental 1885-2010 (Alemania, Gran Bretaña, Holanda y Suecia)

TG K/Yn
35% 2,40

30% 2,20

25% 2,00

20% 1,80

15% 1,60

10% 1,40

5% 1,20
1893

1949

1993
1885
1889

1897
1901
1905
1909
1913
1917
1921
1925
1929
1933
1937
1941
1945

1953
1957
1961
1965
1969
1973
1977
1981
1985
1989

1997
2001
2005
2009

Fuente: Maito (2015).


La tendencia descendente de la tasa de ganancia se fundamenta, en realidad y primeramente, en lo
que el ratio producto-capital refleja: la tendencia inmanente del capital a su propia sobreacumulación
respecto a su fuente de valorización. En tanto relación producto/capital su trayectoria descendente
muestra el descenso tendencial de la rentabilidad en el modo de producción capitalista y sus límites

40
históricos. E inversamente, como relación capital/producto, muestra la tendencia al incremento de la
acumulación y la composición de valor del capital, como contracara del mismo proceso.62
“La baja de la cuota de ganancia y la acumulación acelerada no son más que dos modos distintos de
expresar el mismo proceso en el sentido de que ambos expresan el desarrollo de la capacidad
productiva”.63

PARTE II
Valor, periferia y crisis

62
Diversos estudios han demostrado que en términos empíricos el descenso de la tasa de ganancia en el largo
plazo se encuentra relacionado en forma preponderante al descenso de la tasa de ganancia máxima (Y/K) siendo
la incidencia de la caída en la participación de las ganancias (G/Y) menor. Al respecto, ver Edvinsson (2010) para
Suecia, Kliman (2009) para Estados Unidos, Maito (2013, 2014) para Argentina, Reino Unido y Alemania,
Marquetti (2010) para el caso brasileño, entre otros.
63
(Marx, 1968b, p.240).
41
Trabajo, competencia y valor
En el valor de cambio de una mercancía se expresa su valor en tanto tiempo de trabajo socialmente
necesario para su producción. La conformación de un valor mercantil engloba un proceso de
equiparación general de los trabajos particulares por medio de sus propios productos dado que “no es
la productividad individual la que determina el valor de cualquier mercancía particular, sino la
productividad socialmente necesaria, o promedio, requerida para su producción”.64 Si el tiempo de
trabajo socialmente necesario surge de las condiciones medias o normales de producción, cabe
preguntarse cómo se determina el valor social de una mercancía a partir de diferentes valores
individuales o condiciones particulares de producción, que no requieren necesariamente el mismo
tiempo de trabajo para producir el mismo tipo de mercancía.65
En la competencia los capitales pujan por incrementar su cuota de mercado. Los diferenciales de
productividad que se traducen en un mayor plusvalor relativo obligan a los capitales más avanzados
a mantener estos diferenciales y a los capitales de menor desarrollo a reducirlos o perecer.
Normalmente se tiende a suponer que en el marco de disparidades de productividad la hora de trabajo
individual se expresa en un mismo valor para cada capital, que una hora de trabajo privado se
convierte sin mediación social ni equiparación con el resto de los productores de mercancías en una
hora de trabajo social. Así para esta visión “naturalista”, una hora “natural” de trabajo, con absoluta
prescindencia de las condiciones sociales de valorización, rendiría siempre el mismo valor.66
Se ignora así que sólo el tiempo de trabajo socialmente necesario cuenta como fuente de valor y se
supone entonces que cualquier hora de trabajo, en las condiciones particulares que sean, rinde el
mismo valor. Al nivel de abstracción que desarrolla Marx en su exposición, los incrementos de la
productividad del trabajo no redundan en un aumento del valor social de la rama, pero esto es en
términos agregados o razonando a partir de las condiciones promedio, sociales, de las ramas.67
En términos particulares o individuales, al interior de una rama, el trabajo más productivo representa
más valor por unidad de tiempo, y esta no es más que la situación opuesta a aquella en la que las horas
de trabajo realizadas con una menor productividad relativa no se traducen en un mismo valor.68

64
(Mattick, 2013, p.94).
65
“Ahora bien, es de una importancia extraordinaria, decisiva, el que, mientras dura el proceso de transformación
del algodón en hilados, este proceso no absorba más que el tiempo de trabajo socialmente necesario. Sí, en
condiciones normales, es decir, en las condiciones sociales medias de producción, durante una hora de trabajo a
libras de algodón se convierten en b libras de hilado, sólo podrá considerarse como jornada de trabajo de 12
horas aquella que convierta 12 X a libras de algodón en 12 X b libras de hilo. Sólo el tiempo de trabajo
socialmente necesario cuenta como fuente de valor.” (Marx, 1968a, p.141).
66
“Y confunden, además, trabajo individual y trabajo socialmente necesario. No es el gasto individual de trabajo
lo que crea valor, sino solamente el gasto de trabajo reconocido como socialmente necesario por el mercado .
Esto depende de los niveles relativos de productividad.” (Mandel, 1969, p.314).
67
Marx aclara explícitamente al inicio de su exposición: “Por consiguiente, lo que determina la magnitud de valor
de un objeto no es más que la cantidad de trabajo socialmente necesario, o sea el tiempo de trabajo socialmente
necesario para su producción. Para estos efectos, cada mercancía se considera como un ejemplar medio de su
especie (subrayado nuestro)” (Marx, 1968a, p.7).
68
“Se dirá que si el valor de una mercancía se determina por la cantidad de trabajo invertida en su producción,
las mercancías encerrarán tanto más valor cuanto más holgazán o más torpe sea el hombre que las produce o, lo
que es lo mismo, cuanto más tiempo tarde en producirlas” (Marx, 1968a, p.6).
42
Y al no traducirse en un mismo valor tampoco se traducen en un mismo plusvalor: “Es decir, que la
proporción entre el trabajo necesario y el trabajo excedente, que en condiciones sociales medias era
de 5:1 es ahora de 5:3. (…) Esta expresión en dinero rebasa la expresión en dinero del trabajo social
medio de la misma clase”.69 Por el contrario, los capitales que actúan por debajo de las condiciones
medias sufren el mismo proceso pero en sentido opuesto.70
Los capitalistas que utilizan métodos de producción más perfeccionados se apropian una parte mayor
de la jornada de trabajo que sus competidores, dado que su trabajo actúa como trabajo potenciado
generando un mayor valor por unidad de tiempo.
Tabla N°1 – Conformación de un valor social a partir de condiciones particulares heterogéneas
V.U.
CASO 1 H Q V %H %V.U. %V Q/H V/H
(H/Q)

I 200 600 0,33 300 25% 67% 38% 3,00 1,50

II 200 400 0,50 200 25% 100% 25% 2,00 1,00

III 200 350 0,57 175 25% 114% 22% 1,75 0,88

IV 200 250 0,80 125 25% 160% 16% 1,25 0,63

TOTAL 800 1.600 0,50 800 100% 100% 100% 2,00 1,00

Horas trabajadas (H), volumen del producto (Q), valor unitario (V.U.), valor de producción (V),
participación en las horas trabajadas (%H), porcentaje del valor unitario social (%V.U.), porcentaje
del valor de producción social (%V), productividad horaria (Q/H), valor por hora (V/H).

El capital I al producir con métodos más avanzados, genéricamente ligados a una mayor inversión en
capital fijo, logra que su tiempo de trabajo se exprese en un mayor valor por hora trabajada (1,5). De
un modo inverso, los capitales III y IV al producir en condiciones peores que las condiciones medias,
es decir con una productividad horaria relativamente menor, generan un menor valor por hora (0,88
y 0,68).
Los cuatro capitales trabajan el mismo número de horas (200). Podemos suponer incluso que utilizan
el mismo número de obreros cuyo valor de reproducción se encuentra representado por 100 de las
200 horas (dejamos de lado aquí el capital constante). Como se ve, en la conformación del valor
social, que surge de la multiplicación del producto total por su valor unitario promedio (0,50 =
800/1600), las 200 horas del capital I se traducen en un valor de 300 (0,50*600), mientras que las
200 horas de II y III sólo se expresan en valores sociales de 175 y 125 respectivamente (0,50*350 y

69
(Marx, 1968a, p.255).
70
Existe, por otra parte, una disparidad obvia entre el valor producido en distintos países, con estructura de clases
o expansión de las relaciones de producción capitalista similares, que en modo alguno se explican por tan
simplista concepción del valor como expresión de una hora “natural” de trabajo. Existe muy abundante evidencia
censal que marca, desde siempre, diferencias marcadas en el valor agregado por obrero entre los capitales, y que
en modo alguno se justifican por una mayor cantidad de horas trabajadas, sino justamente por su fuerza productiva
particular.
43
0,50*250). Así y todo en términos sociales una hora de trabajo representa siempre el mismo valor
(800 horas totales = 800 valor total). Se mantiene el principio de que una jornada o una hora (social)
de trabajo rinde siempre el mismo valor.
Lo que inicialmente se presentaba como una división de la jornada de trabajo en partes iguales para
todos los capitales (100 horas de trabajo necesario y 100 horas de trabajo excedente) ahora se traduce
en distintas magnitudes.
“Esto permite al capitalista que aplica métodos de producción perfeccionados apropiarse en forma de
trabajo excedente una parte mayor de la jornada en comparación con los demás capitalistas de la
misma rama industrial. Hace individualmente lo mismo que hace en grande y en conjunto el capital
en la producción de la plusvalía relativa.”71
El trabajo potenciado de I le permite generar un valor equivalente a 300 horas de trabajo social,
apropiándose como trabajo excedente el doble de valor y dividiendo su jornada ahora en 1/3 de trabajo
necesario y 2/3 de trabajo excedente. Los capitales III y IV, en vez de las 100 horas de trabajo
excedente iniciales, generan un valor social equivalente a 75 y 25 horas de trabajo excedente.
En la competencia los capitales pujan por incrementar su cuota de mercado. Los diferenciales de
productividad que se traducen en un mayor plusvalor relativo obligan a los capitales más avanzados
a mantener estos diferenciales y a los capitales de menor desarrollo a reducirlos o perecer. A
continuación expondremos situaciones hipotéticas en el marco de la competencia a partir de la
situación inicial de la tabla N°1.
En el caso de que el resto de los capitales lograran igualar la productividad del capital I las condiciones
particulares de producción quedarían homogeneizadas representando directamente las condiciones
sociales medias y todos los valores individuales al valor social en tanto tiempo de trabajo socialmente
necesario, “borrándose con ello la diferencia entre el valor individual de las mercancías producidas
en condiciones de mayor baratura y su valor social. La misma ley de la determinación del valor por
el tiempo de trabajo, que los capitalistas dotados de métodos nuevos perciben en el hecho de poder
vender sus mercancías por menos de su valor social, obliga a sus competidores, por la fuerza de la
concurrencia, a implantar los nuevos métodos de producción”. 72

Tabla N°2 – Homogeneidad entre condiciones particulares y sociales


V.U.
CASO 2 H Q V %H %V.U. %V Q/H V/H
(H/Q)

I 200 600 0,33 200 25% 100% 25% 3,00 1,00

II 200 600 0,33 200 25% 100% 25% 3,00 1,00

III 200 600 0,33 200 25% 100% 25% 3,00 1,00

IV 200 600 0,33 200 25% 100% 25% 3,00 1,00

71
(Marx, 1968a, p.256).
72
(Marx, 1968a, p.256).
44
TOTAL 800 2.400 0,33 800 100% 100% 100% 3,00 1,00

En el caso de producirse un mayor incremento de los diferenciales de productividad entre I y el resto,


por ejemplo duplicando su productividad de 3,0 a 6,0, las tendencias del primer cuadro se verían
profundizadas.
Tabla N°3 – Valor social a partir de mayor diferenciación de condiciones particulares
V.U.
CASO 3 H Q V %H %V.U. %V Q/H V/H
(H/Q)

I 200 1.200 0,17 436 25% 46% 55% 6,00 2,18

II 200 400 0,50 145 25% 138% 18% 2,00 0,73

III 200 350 0,57 127 25% 157% 16% 1,75 0,64
IV 200 250 0,80 91 25% 220% 11% 1,25 0,45

TOTAL 800 2.200 0,36 800 100% 100% 100% 2,75 1,00

La incidencia de I sobre las condiciones sociales medias de producción es ahora mucho mayor, no
logrando tampoco II representar las condiciones medias. El valor social de la mercancía por otra parte
se ha reducido de 0,50 a 0,36 horas (o de 30 minutos a 21 minutos 36 segundos) con el desarrollo de
la fuerza productiva total (por más que aquí sólo sea producto del incremento de la productividad de
sólo un capital). La brecha entre la participación en valor y en horas se expande aún más para el
capital I representando el 55% del valor a pesar de trabajar la misma cantidad de horas que el resto
(25%). El capital IV por su parte aun trabajando 200 horas no sólo no logra generar plusvalor alguno
sino que tampoco logra producir un valor que equivalga al de la fuerza de trabajo (100 horas), dado
que su producción total sólo alcanza un valor de 91. Este capital podría aún continuar en actividad
logrando un excedente mediante el pago de la fuerza de trabajo por debajo de su valor (pagando 70
horas en vez 100, por ejemplo, obteniendo un valor excedente de 21) pero obviamente sus condiciones
de valorización se verán comprometidas. Pero tenemos aquí un primer descubrimiento de esta
concepción del valor: nos permite explicar en forma las pérdidas o ganancias negativas que
experimentan capitales individuales respecto a sus competidores.
En este punto debiera quedar claro que, contrario a lo que suele suponer la teoría convencional,
determinados capitales, ramas de producción o espacios nacionales pueden presentar condiciones de
valorización y reproducción crecientemente negativas independientemente de variables como su nivel
de empleo o el incremento de su producción sin incremento de la productividad horaria o por obrero.
Incluso más, como demuestra la comparación entre la tabla original y el segundo caso respecto en
particular al capital, rama o país IV, este puede ser el caso aun cuando las variables mencionadas no
presentan individual o nacionalmente consideradas variación negativa alguna o hasta presentan
variación positiva pero menor a la media. Son las condiciones sociales, y llegado el caso mundiales,
medias las que definen la valorización y el éxito de la reproducción social de determinado capital o
espacio nacional en el que impera el régimen capitalista. Lo desarrollado en este párrafo es de una
45
gran importancia para comprender, por ejemplo, la crisis de la industrialización por sustitución de
importaciones en Argentina y en otros países. El incremento de la productividad y de la fuerza
productiva se constituye entonces en una presión permanente en vías a alcanzar la máxima
valorización o incluso apenas sostenerla en un mismo nivel.
La tendencia a la concentración y centralización de capitales y las disparidades de productividad
implican que, contrario al segundo caso expuesto en el que cada capital representaba directamente las
condiciones sociales medias, los capitales más concentrados tienden a representar en forma más
directa o aproximada las condiciones sociales medias de producción constituyéndose por tanto en
reguladores de su rama de actividad. No obstante, debe considerarse también que al interior de
determinada rama en la que compiten diversos capitales las condiciones normales o la productividad
mínima necesaria de un modo u otro limita la amplitud de las disparidades productivas al establecerse
un capital mínimo necesario para operar en dicha rama.
En otro caso, existe la posibilidad que el capital particular que alcance los métodos y la productividad
más avanzada venda a su valor individual para obligar a la competencia a vender por debajo del valor
social que en el cuadro original era de 0,50, y ahora es igual al valor individual (0,33) del capital I
(obviamente existen infinidad de posibilidades intermedias).
Tabla N°4 – Venta por debajo del valor social impuesta por el capital más avanzado
V.U.
CASO 4 H Q V %H %V.U. %V Q/H V/H
(H/Q)

I 200 600 0,33 200 25% 100% 38% 3,00 1,00

II 200 400 0,50 133 25% 150% 25% 2,00 0,67

III 200 350 0,57 117 25% 171% 22% 1,75 0,58
IV 200 250 0,80 83 25% 240% 16% 1,25 0,42

TOTAL 800 1.600 0,33 533 100% 100% 100% 2,00 0,67

En este caso la rama entera vende por debajo de su valor al representar las 800 horas de trabajo sólo
un valor de 533. O lo que es lo mismo, cada hora de trabajo se traduce, contrario a todos los casos
anteriores en que la mercancía se vendía a su valor social medio, en sólo un valor de 0,67. Aquí la
hora social no rinde el mismo valor social de 1,0 como en los casos previos, la rama vende su
producción por debajo de su valor.73

73
Inversas conclusiones surgirían en el caso en el que, por ejemplo, debido a una demanda mucho mayor que la
producción efectiva el valor unitario del capital de menor productividad se convierta en el valor unitario social.
La producción de dicha rama se vendería así por encima de su valor social. Estos desajustes entre oferta y
demanda que implican ventas por encima o debajo del valor ramal son genéricamente transitorios. La movilidad
de capitales, el incremento de la productividad y la centralización y concentración del capital que elimina capitales
provocan tendencias en el sentido opuesto. La venta de la producción ramal por encima o debajo de su valor
implica así que la sociedad destine un mayor o menor tiempo de trabajo a la reproducción de dicha rama que en
46
De todas formas es importante remarcar que esta potestad que el valor individual de I se convierta en
valor social está lejos de ser sólo una mera decisión consciente de dicho capital como en el último
caso. Tal como vimos en el segundo caso, a medida que se incrementa la concentración y
centralización del capital, una tendencia universal del modo de producción, el valor social y el valor
individual del o los capitales más concentrados tienden a emparentarse o igualarse (lo que se observa
comparando valores individuales con el valor social en la tabla original y en el segundo caso). La
discrecionalidad potencial del capital I, que los teóricos marxistas defensores de la teoría del capital
monopolista confunden con la anulación de la ley del valor, se encuentra, por contrario,
profundamente fundamentada y limitada por esta última.
El caso es también representable para períodos de recesión o caída de demanda, en donde la
sobreproducción y la oferta excedente promoverían la venta por debajo del valor (no consideramos
por simplicidad un descenso en las ventas físicas). La simple comparativa con la tabla original marca
también, dentro de un cuadro de empeoramiento general de las condiciones de valorización, niveles
críticos para los capitales de menor productividad por lo que en este caso, la tendencia a la
concentración y centralización del capital se agudiza al desplazar a los capitales menos productivos.
Nuevamente, esta tendencia escapa a la simple voluntad de los agentes y se encuentra ya presente en
la tabla original al recibir el capital I más valor por las mismas horas de trabajo. Se trata de una
tendencia inmanente al capital y la competencia, sólo agudizada en los períodos de crisis.
Ahora bien, esto no implica que en la competencia concreta un mismo capital, por caso I, se mantiene
siempre por sobre sus competidores. Estos pueden fusionarse y así lograr incremento de
productividad que igualen o incluso superen las condiciones de valorización de I. Incluso en términos
internacionales pueden aparecer determinados países que posibiliten condiciones de valorización más
propicias en base, por ejemplo, al escaso valor de su fuerza de trabajo (suponiendo también que el
desarrollo general de la fuerza productiva posibilita la producción capitalista en dichos países sobre
dicha base social), como en el caso de algunos países del sudeste asiático.
Tabla N°5 – Valor social e incremento de la productividad relativa de los capitales de menor
productividad.
V.U.
CASO 1 H Q V %H %V.U. %V Q/H V/H
(H/Q)

I 200 600 0,33 300 25% 67% 38% 3,00 1,50

II 200 400 0,50 200 25% 100% 25% 2,00 1,00

III 200 350 0,57 175 25% 114% 22% 1,75 0,88

IV 200 250 0,80 125 25% 160% 16% 1,25 0,63

las condiciones de venta ramal por su valor, por tanto aquellos desajustes repercuten en las condiciones del resto
de las ramas. Como veremos luego, existe una segunda determinación del tiempo de trabajo socialmente
necesario que se agrega a la primera determinación de las condiciones de producción y se relaciona con la
demanda social solvente y el tiempo de trabajo que la sociedad destina a determinada rama en tanto que
equivalente para la realización concreta.

47
TOTAL 800 1.600 0,50 800 100% 100% 100% 2,00 1,00

V.U.
CASO 5 H Q V %H %V.U. %V Q/H V/H
(H/Q)

I 200 600 0,33 225 33% 89% 38% 3,00 1,13

II 200 400 0,50 150 33% 133% 25% 2,00 0,75

III 100 350 0,29 131 17% 76% 22% 3,50 1,31

IV 100 250 0,40 94 17% 107% 16% 2,50 0,94

TOTAL 600 1.600 0,38 600 100% 100% 100% 2,67 1,00

En este quinto caso los capitales III y IV requieren 50 horas de trabajo necesario para una fuerza de
trabajo del mismo número de obreros, siendo el trabajo excedente como en el resto de los casos de
igual magnitud relativa que el necesario, en este caso de 50 horas. El cambio de situación es notable,
y probablemente muy ilustrativo del proceso de “desindustrialización” global vivido desde los años
setenta en buena parte del mundo, no sólo Argentina, con la excepción justamente de los espacios
nacionales o regiones que cuentan con la mencionada baratura de la fuerza de trabajo, en mayor
medida países asiáticos.74
El valor por hora en I y II, que en términos de naciones podríamos considerar como un país central y
uno periférico como Argentina, se reduce en forma marcada. En el caso de I sigue siendo mayor
respecto al promedio pero reduciendo su diferencial notablemente (1,50 a 1,13). En II, y a pesar de
ser el segundo capital en magnitud, las condiciones de valorización ya se volvieron directamente
negativas (pasando de 1,00 a 0,75), representando el trabajo excedente ya no la misma magnitud de
100 sino sólo un valor de 50, apenas la mitad que el trabajo necesario de 100 horas. El valor unitario
de su producción pasa de representar la media social general a representar la producción más
ineficiente, excediendo en un 33% el valor unitario social. Su giro es dramático, pero por otra parte
sólo comprensible en términos sistémicos, ante condiciones particulares o propias que no parecerían
variar (200 horas, mismo producto, misma productividad).
En cambio en III y IV, sus condiciones de valorización para el mismo volumen de producción que en
la tabla original (suponiendo que allí representaran países periféricos de menor desarrollo relativo
que países como Argentina) mejoran en forma notable. En base a una mayor productividad horaria,
su valor producido por hora se incrementa pasando de 0,88 a 1,31 en III y de 0,63 a 0,91 en IV. De
aquí en adelante no resulta difícil comprender que la producción de III y IV se incremente en mayor
medida, dadas sus mejores condiciones de valorización, y la posición relativa de I y II se debilite aún
más.

74
La desindustrialización, como caída de la participación relativa de la industria en el producto y el empleo, desde
los años setenta se ha presentado en mayor o menor medida en todos los países centrales y buena parte de los
países periféricos como los latinoamericanos y africanos que durante la posguerra habían mostrado un
incremento relativo de la producción industrial.
48
Un punto trascendental de lo desarrollado en este apartado es que el trabajo excedente como valor y
en consecuencia la tasa de plusvalía de un capital particular, a diferencia de lo que ocurre en términos
agregados, se define en la competencia por su productividad relativa respecto al resto de los capitales
y su capacidad de valorización.
Estos ejemplos que hemos presentado no apuntan, obviamente, a representar cabalmente alguna
realidad histórica concreta pero si a ilustrar como la dinámica del valor y la competencia permiten
comprender algunos fenómenos históricos y económicos durante las últimas décadas.75
Capital industrial y renta del suelo
Las actividades agrarias y mineras en el capitalismo tienen una especificidad. Mientras que en el
capital industrial en general (industrial no en el sentido de capital manufacturero sino en el sentido
marxiano de capital que se valoriza mediante la explotación de fuerza de trabajo) la tasa de ganancia
normal aparece regulada por las condiciones de producción medias, en el caso del capital industrial
agrario o minero la tasa de ganancia normal es regulada por las condiciones de producción menos
eficientes de acuerdo a la demanda social solvente de las mercancías en cuestión.
En las actividades agrarias y mineras determinadas condiciones naturales diferenciales en el marco
de los procesos productivos potencian la productividad del trabajo aplicado. De lo anterior se deduce
que un mismo monto de capital por trabajador podrá arrojar productos desiguales según la distinta
cualidad del suelo. En dicho contexto el precio de producción individual del suelo de peores
condiciones naturales será el precio de producción social, valorizándose a la tasa de ganancia normal.
El resto de tierras, de mayor calidad, obtendrá una ganancia extraordinaria, superior a la normal de la
tierra marginal, dado que su precio de producción individual se ubicará por debajo del social. Esta
ganancia extraordinaria es la renta diferencial de la tierra, que luego es en principio apropiada por el
terrateniente o por otros agentes sociales mediante diversos mecanismos.
Estas características han determinado históricamente una mayor facilidad de inserción en el mercado
mundial para los países periféricos, basada en la producción de mercancías agrarias o mineras. La
mayor facilidad reside en que la producción en la que interviene la renta diferencial genera, como
rama de producción, un mayor valor por hora trabajada, a diferencia del resto de las actividades en

75
Sólo esta concepción no “naturalista” del valor puede explicar el derrumbe de la capacidad de generar valor de
una economía como parte de la economía mundial, que se expresa en la notable reducción del valor de
producción, expresado en dinero mundial, luego de una crisis, y en consecuencia en el valor de la hora de trabajo
de la economía particular respecto al resto. Aquellos marxistas con dicha concepción “naturalista” debieran
afirmar en dichas circunstancias que no existe desvalorización alguna de la economía más allá de la reducción
neta de empleos u horas trabajadas, lo que en definitiva constituiría una subestimación descomunal de las crisis y
desvalorizaciones.
Nótese que la visión “naturalista” del valor no podría articular una explicación como la que aquí presentamos. Si
cualquier hora de trabajo privado, en las condiciones que sean, produce siempre el mismo valor, en el caso del
capital industrial las 200 horas de trabajo se traducirían para todos los capitales en 200 de valor realizado,
vendiendo en cada caso a su valor unitario particular, de forma tal que no existe posibilidad alguna de imposición
de un valor social que regule el metabolismo social. No existe posibilidad, dadas las horas trabajadas particulares
y el volumen de producción, de que cada capital cumpla este principio “naturalista” sino sólo vendiendo a su
valor unitario particular. Nuevamente, el trabajo privado aparece teniendo la potestad de volverse social sin
referencia a la totalidad social.
49
las que rige el principio de que una hora de trabajo social rinde la misma cantidad de valor social.76
Y en tanto los capitalistas, incluso los agrarios, buscan la máxima valorización posible de su capital,
es a estas ramas hacia donde dirigirán, en dicho contexto histórico, su capital.77
Esta diferencia surge exclusivamente del modo de regulación específico de los dos distintos ámbitos
de la economía: las condiciones peores en el caso de las ramas productoras de mercancías portadoras
de renta diferencial, y las condiciones promedio en el caso del resto de las ramas. A continuación se
ofrecen dos sencillos ejemplos de la incidencia de las condiciones de regulación de la tasa de ganancia
normal en la determinación del valor social para el capital industrial en general, y para el capital
industrial aplicado a la agricultura o a la minería en particular.
Cuando se trata del capital industrial en general, el valor social de una mercancía surge del tiempo de
trabajo socialmente necesario como tiempo promedio, que en el ejemplo coincide (aunque no tendría
que hacerlo necesariamente) con el de uno de los capitales (II).78 De modo tal que aquellos capitales
que utilicen métodos de producción más avanzados obtendrán un mayor valor por hora trabajada (I)
y aquellos que trabajen por debajo de las condiciones medias producirán un menor valor por hora
trabajada (III y IV), al multiplicarse la cantidad de valores de uso producidos por el valor unitario
social promedio. El capital II al expresar directamente las condiciones sociales genera idéntico valor
por hora trabajada, y en términos sociales una hora de trabajo genera el mismo valor (800 horas, 800
de valor, 1,0 de valor por hora).79
Tabla N°6 – Capital industrial y capital en ramas rentísticas, implicancias de sus diferentes
modalidades de regulación.
CAPITAL INDUSTRIAL

V.U.
H Q V %H %V.U. %V Q/H V/H
(H/Q)

76
Como se verá posteriormente la consideración, dentro de la totalidad, de la rama rentística significa que
finalmente en las ramas no rentísticas las horas de trabajo rinden un menor valor social.
77
La propiedad de la tierra, una vez agotadas las condiciones de expansión de la frontera, se convierte
posteriormente en una barrera a la concentración y centralización del capital, por lo que en las actividades agrarias
el capital no ha alcanzado los niveles de concentración que en la generalidad de las ramas.
78
Consideramos para el caso del capital industrial al valor unitario social y al valor social como los promedios
ponderados, de acuerdo al total de horas y valores de uso de la rama. Con 800 horas y 1600 valores de uso, el
valor unitario social es de 0,5 horas, y es sólo multiplicando el número de valores de uso por ese promedio que
el valor social se igualará con las 800 horas trabajadas. Si tomásemos el promedio simple de los valores unitarios
individuales (es decir sumándolos y dividiéndolos por cuatro), el valor unitario social sería de 0,55, que
multiplicado por 1600 resultaría en un valor de 880 para 800 horas sociales. Similares incongruencias, surgirían
de considerar ya no el promedio simple sino la moda. No obstante estas incongruencias refieren a la mera
igualdad matemática. En la realidad las mercancías no se intercambian en tal forma de acuerdo a sus valores sino
que convergen en torno a dichos valores. Más allá de esto, lo importante es comprender la dinámica implícita en
el valor y la competencia.
79
Como ya señalamos, Marx supone, al considerar el valor en general, que todos los capitales industriales reúnen
las condiciones de producción promedio (II) y por tanto tiende a manejarse más en el nivel de abstracción
expresado aquí en el Total de la rama. Distintos son los casos en los que hace referencia a la competencia al
interior de cierta rama, en la que los diferenciales de productividad y la posibilidad de vender a un valor menor
al social por los capitales más productivos adoptan una centralidad fundamental.
50
I 200 600 0,33 300 25% 67% 38% 3,00 1,50

II 200 400 0,50 200 25% 100% 25% 2,00 1,00

III 200 350 0,57 175 25% 114% 22% 1,75 0,88

IV 200 250 0,80 125 25% 160% 16% 1,25 0,63


TOTAL 800 1.600 0,50 800 100% 100% 100% 2,00 1,00

CAPITAL AGRARIO

V.U.
H Q V %H %V.U. %V Q/H V/H
(H/Q)

I 200 600 0,33 480 25% 42% 38% 3,00 2,40

II 200 400 0,50 320 25% 63% 25% 2,00 1,60

III 200 350 0,57 280 25% 71% 22% 1,75 1,40
IV 200 250 0,80 200 25% 100% 16% 1,25 1,00

TOTAL 800 1.600 0,80 1.280 100% 100% 100% 2,00 1,60

Las cosas cambian cuando consideramos la rama rentística regulada por las peores condiciones,
suponiendo aquí que se aplican las mismas 200 horas de trabajo a tierras de distinta calidad, que aquí
consideramos la causa única y directa de la diferencia de productividad. Es en este caso el capital
aplicado a la tierra peor (IV) el que aparece como regulador y cuyo valor unitario individual deviene
valor unitario social. La rama rentística en virtud de su modalidad de regulación produce un mayor
valor social por hora, a diferencia de las ramas en las que la regulación se basa en las condiciones
promedio. Este mayor valor social en las ramas rentísticas es un “falso valor social” en virtud que no
expresa el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción (800 horas).80 No obstante, la
distribución del valor entre los capitales no varía y sigue siendo expresión directa de los diferenciales
de productividad. Tampoco lo hacen los diferenciales de valor por hora trabajada, aunque varíen en
términos absolutos estos últimos respecto al capital industrial en general (1,0 de valor por hora ya no
es la magnitud de valor promedio sino 1,6).
Vemos en definitiva en las ramas rentísticas que el valor unitario social lo define el productor menos
eficiente, el mayor valor unitario particular. Esto es coyunturalmente posible de darse en el capital
industrial en general (por un exceso de demanda o escasez de oferta), pero dicha situación sería luego
revertida por una mayor afluencia de capitales ante condiciones de valorización excepcionales que en

80
En el marco del debate en Argentina entre Iñigo Carrera y Astarita sobre la renta de la tierra y su carácter de
“falso valor social”, mientras que Iñigo Carrera le dedica poco más de un párrafo a la cuestión (2007, p.15) en un
apartado dedicado a “la fuente de la plusvalía que constituye la renta”, Astarita supone que el “falso valor social”
remite más bien a un parábola de Marx sobre el capitalismo sin tener existencia real alguna. A continuación
intentaremos demostrar que dicho “falso valor social” existe y se fundamenta en la forma específica de regulación
que existe en las ramas rentísticas, teniendo por su parte a nivel intra-ramal la misma centralidad la productividad
relativa de cada capital.
51
definitiva terminaría restableciendo a grandes rasgos al valor unitario promedio como el valor unitario
social, vendiéndose la producción ramal a su valor. La gran diferencia es que en la rama rentística
esta última posibilidad se encuentra, prácticamente por definición, limitada: “Es la determinación del
valor comercial, tal como se impone a base del régimen capitalista de producción por medio de la
competencia; ésta crea un falso valor social. Esto es obra de la ley del valor comercial, al que están
sometidos los productos agrícolas”.81
Ahora bien, que el productor menos eficiente sea, en la actividades rentísticas, el que reciba la tasa
normal de ganancia y regule el precio de producción social no quiere decir que dicha regulación surja
de sus condiciones particulares exclusivamente, sino que es la totalidad de la producción de la rama
en el marco de la competencia, contemplados los incremento de la productividad de todos sus
capitales, la que termina estableciendo las condiciones marginales y “reguladoras”.
El despliegue histórico del capital industrial ha implicado una serie de desarrollos específicos. La
inserción en el mercado mundial de los países periféricos se ha basado históricamente en la
producción de algunas mercancías portadoras de renta diferencial que generaban un mayor plusvalor
(contemplado dentro de este último obviamente el “falso valor social”) que el resto de las actividades
y permitían una mayor capacidad de valorización y competitividad a los capitalistas en esta actividad,
no sólo respecto al resto de capitales que actuaban en la rama rentística sino respecto al capital
industrial aplicado al resto de las actividades las cuales implicaban enormes cantidades de capital,
dado el desarrollo alcanzado por el capital industrial, para apenas mantenerse en la competencia. 82
El capital al promover el desarrollo de las fuerzas productivas tiende a anular el efecto de los
diferenciales de productividad relacionados con condiciones naturales aunque su expansión global
implica, con los incrementos absolutos de demanda que conlleva, crecimientos cíclicos de dichos
diferenciales. Ciertamente el desarrollo de la industria del transporte ha restringido una de las dos
condiciones diferenciales centrales desarrolladas por Marx, como son la situación (distancia
geográfica) y la fertilidad natural (sea en términos agrarios o mineros, en cuanto a disponibilidad
natural del recurso). La renta diferencial basada en la situación o la ubicación geográfica ha
experimentado una notable reducción. El desarrollo de medios de producción químicos que permitan
restituir o reemplazar a bajo costo los sustratos naturales del suelo, o directamente reemplazar el
propio producto en tanto valor de uso (como por ejemplo en el caso del caucho, el algodón o la lana
y sus sustitutos sintéticos), ciertamente va en el mismo sentido aunque con un ritmo menor. En tanto
que el capital desarrolla nuevas esferas de producción, y por tanto la producción capitalista agraria
ocupa una proporción menor de la producción social, la renta de la tierra enfrenta una tendencia a
reducirse relativamente.
Finalizando esta sección, es interesante plantear un último ejemplo referido a la inserción de un país
periférico. En este caso un capital marginal (III) que puede representar en primer lugar un país y en
segundo otro periférico, o bien el mismo país periférico luego de un fuerte incremento de la
productividad por la puesta en producción de tierras mejores, como podría ser el caso argentino en el

81
(Marx 1968c, p.614).
82
En dicho contexto, los orígenes agropecuarios de muchos de los capitales nacionales de mayor tamaño, que
Basualdo (2006) identifica como una “oligarquía diversificada”, cobran un mayor sentido.
52
siglo XIX e inicios del siglo XX, pasa de regulador, es decir de obtener sólo la tasa de ganancia
normal, a producir una gran renta diferencial.
El capital inicialmente marginal (III) duplica su inversión, manteniendo la misma composición, y
triplicando su productividad, la cantidad de unidades producidas. Dicho capital pasa a valorizarse
desde una tasa normal del 33,3% a una tasa del 54,7%, representando la renta una magnitud
proporcionalmente significativa. Siendo inicialmente el capital regulador, sus horas de trabajo
representaban directamente las condiciones sociales (16 horas, 16 de valor). Sin embargo ahora sus
32 horas representan un valor de 37,1, mejorando notablemente sus condiciones de valorización desde
una relación hora-valor de 1,0 a 1,16. Por otra parte, la relevancia de la producción del nuevo capital
regulador (II) en la producción total se expresa, gracias a este incremento de productividad de III, en
una reducción enorme del (falso) valor global de la rama, su tasa de ganancia y la renta diferencial en
particular, más allá del crecimiento de esta última en III. Inicialmente 24 horas de plustrabajo se
traducían en 106,2 de plusvalor global (106,2 : 24 = 4,42) para la rama, mientras que ahora la inserción
del país periférico aún cuando incrementa su plusvalor individual, repercute en forma considerable
en términos globales reduciendo en forma notable el plusvalor: ahora 28 horas de plustrabajo se
traducen en un plusvalor de 46,9 (46,9 : 28 = 1,67).

Tabla N°7 – Reducción global de renta con incremento de la renta en país periférico.
CAPITAL AGRARIO

CC CV P V.I. Q V.U. V TG Gn RENTA

I 90 10 10 110 90 1,22 160,0 60,0% 33% 26,7%

II 90 10 10 110 80 1,38 142,2 42,2% 33% 8,9%

III 10 2 4 16 9 1,78 16,0 33,3% 33% 0,0%

TOTAL 190 22 24 236 179 1,78 318,2 50,1% 33% 16,8%

CC CV P V.I. Q V.U. V TG Gn RENTA

I 90 10 10 110 90 1,22 123,8 23,8% 10% 13,8%

II 90 10 10 110 80 1,38 110,0 10,0% 10% 0,0%

III 20 4 8 32 27 1,19 37,1 54,7% 10% 44,7%

TOTAL 200 24 28 252 197 1,38 270,9 20,9% 10% 10,9%

Capital constante (CC), capital variable (CV), plustrabajo (P), valor individual previa determinación
del valor social (V.I.), volumen de producción (Q), valor unitario (V.U.), valor social –incluyendo el
falso valor social-(V), tasa de ganancia (TG), ganancia normal (Gn) y renta diferencial.
En el primer caso, en el país periférico (III) el plustrabajo de 4, al ser el productor menos eficiente,
se traduce en un mismo plusvalor de 4. En el segundo caso, por el contrario, el plustrabajo de 8 se
traduce en una plusvalía de 13,1. La tasa de plusvalía en el país periférico (III) pasa del 200% (4/2)

53
al 327% (13,1/4) en un contexto de menor rentabilidad global. Este punto tiene relevancia a la hora
de comprender la alta participación de las ganancias a inicios del siglo XX en Argentina, como
veremos en futuras secciones.
Dada la mayor capacidad de generar valor de las ramas rentísticas, y en general de aquellos países en
los que estas se encuentran predominando, generan condiciones de valorización social superiores que
de por sí presentarán un mayor atractivo para el capital global, así como un poder adquisitivo de sus
monedas que permite una mayor importación en general de mercancías y una mayor disparidad entre
el valor por hora en la rama rentística respecto a las no rentísticas que deprime relativamente la tasa
de ganancia en estas últimas. Esta es la explicación del gran monto de inversiones en la Argentina del
siglo XIX, de su capacidad de endeudamiento ciertamente sustentado en la futura persistencia de renta
como ganancia extraordinaria en la economía que sustentará el pago de intereses.
Renta del suelo y tipo de cambio
A continuación se expondrán una serie de ejemplos para clarificar la tendencia a la sobrevaluación
de la moneda en los países en los que la producción de mercancías portadoras de renta diferencial
tiene un peso relevante. Este punto ya fue destacado por Iñigo Carrera (2007) aunque creemos que su
exposición podría ser más comprensible y clarificadora.
Tabla N°8 - Valor, productividad y tipo de cambio
V.U. TC TC
H Q V %H %V.U. %V Q/H V/H
(H/Q) (x*A) (x*Total)

A 100 300 0,33 100 25% 100% 25% 3,00 1,00 1,00 1,00

B 100 300 0,33 100 25% 100% 25% 3,00 1,00 1,00 1,00

C 100 300 0,33 100 25% 100% 25% 3,00 1,00 1,00 1,00

D 100 300 0,33 100 25% 100% 25% 3,00 1,00 1,00 1,00

TOTAL 400 1200 0,33 400 100% 100% 100% 3,00 1,00 1,00 1,00
V.U. TC TC
H Q V %H %V.U. %V Q/H V/H
(H/Q) (x*A) (x*Total)

A 100 600 0,17 150 25% 67% 38% 6,00 1,50 1,00 0,67

B 100 400 0,25 100 25% 100% 25% 4,00 1,00 1,50 1,00

C 100 350 0,29 88 25% 114% 22% 3,50 0,88 1,71 1,14

D 100 250 0,40 63 25% 160% 16% 2,50 0,63 2,40 1,60

TOTAL 400 1600 0,25 400 100% 100% 100% 4,00 1,00 1,50 1,00

Horas trabajadas (H), producto real en volumen (Q), valor unitario (V.U.), Valor (V), porcentaje del
total de horas trabajadas (%H), del valor unitario social (%VU) y del valor total (%V), productividad
(Q/H), valor por hora trabajada (V/H), tipo de cambio respecto al país A (TC (x*A)) y respecto al
total (TC (x*Total).
54
El cuadro expone una situación de total homogeneidad entre países por un lado y de heterogeneidad
por el otro, siempre a partir del mismo número de horas trabajadas en los cuatro espacios nacionales.
El valor generado en cada caso particular se relaciona con la productividad de la economía y un menor
valor unitario. De modo tal que los países con una productividad mayor a la media producen una
mayor proporción del valor total (38%) en relación a la proporción individual de horas trabajadas
(25%). Así y todo, en términos agregados siempre rige el mismo principio de que una hora de trabajo
social produce el mismo valor (V/H TOTAL = 1,0). Los tipos de cambio por su parte reflejan estas
desproporcionalidades en la capacidad de generar valor. Mientras mayor sea esta última, mayor valor
relativo tendrá la moneda del correspondiente espacio nacional respecto al resto.83 Destacamos en
este punto que la visión “naturalista” del valor marxiano nada puede explicar respecto a la relación
entre valor y tipos de cambio, dado que todos los países generarían el mismo valor por hora.
Ahora bien, dentro de la generalidad planteada por el cuadro anterior no queda comprendida la
cuestión de la renta de la tierra. Si como vimos anteriormente esta expresa un “falso valor social” y
por tanto, en términos agregados de la rama, un mayor valor social respecto a las horas trabajadas,
parecería lógico entonces que el resto de las ramas (no rentísticas) en términos agregados obtendrían
un menor valor social relativo por horas trabajadas. En caso contrario nos encontraríamos con una
capacidad cuasi-milagrosa de producir un mayor valor total (contempladas ramas rentísticas y no
rentísticas conjuntamente) respecto a la totalidad de horas trabajadas. De modo tal que los cuadros
iniciales, que contemplaban el capital industrial en general y el capital agrario en particular deben
reformularse en un sentido si los contemplamos, ya no como abstracciones teóricas, sino en el marco
de una economía, dado que en este último caso el “falso valor social” generado en las ramas rentísticas
implicaría que en las ramas no-rentísticas no se produce el mismo valor social por hora trabajada,
sino un valor social menor (el valor por hora trabajada no sería así 1,0 sino un número menor).
En los dos cuadros a continuación se establece cierta configuración del capital industrial aplicado a
actividades no-rentísticas y a continuación se suponen dos situaciones particulares del capital agrario
y en consecuencia dos resultados distintos en la configuración del capital total. Los capitales C y D
representan países periféricos con una menor cantidad de horas trabajadas dada su reciente inserción
en el mercado mundial y la escasa extensión relativa, respecto a los países centrales (A y B), del
capital.
En los países centrales la productividad general y la agraria son similares, con idénticas cantidades
de horas. En el caso de los países periféricos, la productividad laboral del capital industrial es menor
respecto al de los países centrales y respecto a la rama rentística en los mismos países periféricos (1,0
vs 2,0). Como en este primer caso en el capital agrario no existe renta y todos los países producen al
mismo valor unitario, el valor total de la producción de cada país es igual a la suma directa del valor
producido por su capital industrial y su capital agrario (recordemos que suponemos siempre que las
diferencias de productividad eventuales en el agro se deben exclusivamente a la distinta condición
del suelo).
Tabla N°9 – Producción global sin renta diferencial en el capital agrario

83
TC (x*A) expresa los tipos de cambio en referencia a la moneda del país A, dividiendo el V/H de A por el de
cada país, mientras que TC (x*Total) los expresa en referencia a la economía global, dividiendo el V/H Total,
que por definición siempre será igual a 1,0, por los V/H particulares.
55
CAPITAL INDUSTRIAL

V.U. TC TC
H Q V %H %V.U. %V Q/H V/H
(H/Q) (x*A) (x*Total)

A 100 200 0,50 104,8 45% 95% 47,6% 2,00 1,05 1,00 0,95

B 100 200 0,50 104,8 45% 95% 47,6% 2,00 1,05 1,00 0,95

C 10 10 1,00 5,2 5% 191% 2,4% 1,00 0,52 2,00 1,91

D 10 10 1,00 5,2 5% 191% 2,4% 1,00 0,52 2,00 1,91

TOTAL 220 420 0,52 220 100% 100% 100% 1,91 1,00 1,05 1,00

CAPITAL AGRARIO –I-

V.U. TC TC
H Q V %H %V.U. %V Q/H V/H
(H/Q) (x*A) (x*Total)

A 100 200 0,50 100 45% 100% 45,5% 2,00 1,00 1,00 1,00
B 100 200 0,50 100 45% 100% 45,5% 2,00 1,00 1,00 1,00

C 10 20 0,50 10 5% 100% 4,5% 2,00 1,00 1,00 1,00


D 10 20 0,50 10 5% 100% 4,5% 2,00 1,00 1,00 1,00

TOTAL 220 440 0,50 220 100% 100% 100% 2,00 1,00 1,00 1,00

CAPITAL TOTAL –I-


V.U. TC TC
H Q V %H %V.U. %V Q/H V/H
(H/Q) (x*A) (x*Total)

A 200 400 0,50 204,8 45% 98% 46,5% 2,00 1,02 1,00 0,98

B 200 400 0,50 204,8 45% 98% 46,5% 2,00 1,02 1,00 0,98

C 20 30 0,67 15,2 5% 130% 3,5% 1,50 0,76 1,34 1,31

D 20 30 0,67 15,2 5% 130% 3,5% 1,50 0,76 1,34 1,31

TOTAL 440 860 0,51 440 100% 100% 100% 1,95 1,00 1,02 1,00

El tipo de cambio es mayor en los países periféricos (1,31), dado que su capital industrial genera un
menor valor relativo (tipo de cambio de 1,91), mientras que en el sector rentístico, dada la inexistencia
de ganancia extraordinaria o renta diferencial los tipos de cambio de los cuatro países, con
productividades iguales en dicha rama, serían en este caso iguales (1,0).
Ahora bien ¿qué ocurre en el caso en el que la renta diferencial en los países periféricos se expande?
En este caso suponemos todo exactamente igual que en el caso anterior con la sola excepción del
56
capital agrario. En C el volumen de producción no es de 20 ni la productividad de 2,0 sino de 25 y
2,5. Por lo que el valor unitario particular de sus mercancías agrarias (0,40) se ubica por debajo del
nivel regulador de 0,50, ahora vigente sólo en A, B y D. Y dado que seguimos suponiendo que las
productividades agrarias expresan la diferente condición de los suelos (renta de tipo I), la valorización
del capital agrario en C es de 12,5, existiendo un “falso valor social” de 2,5 por encima de las 10
horas trabajadas, y en términos de la rama rentística un valor de 222,5 en relación a 220 horas
trabajadas. El valor por hora agrario en C ahora es superior al de los otros países, y en consecuencia
la participación en el valor ramal respecto a las horas trabajadas. La existencia de renta implica
también una estructura mucho más heterogénea en los países periféricos (C) en donde el valor por
hora trabajada en el agro más que duplica al del resto del capital industrial y su tipo de cambio varía
en modo similar, siendo mucho más bajo en dicha rama.
Nótese que en los términos del primer cuadro (tabla N°9) la productividad y el valor por hora en la
periferia representaba aproximadamente el 75% del de los países centrales, mientras que el valor de
su moneda era un 33% menor. Ahora con exactamente las mismas horas trabajadas, pero un
rendimiento mayor en la rama rentística gracias a la condición diferencial del suelo y la diferente
productividad, el valor producido en la periferia, comprendido el “falso valor social” constituido por
renta diferencial del país periférico C, es mayor y se refleja también en el valor por hora (88% respecto
de los países centrales) y los tipos de cambio que en C ahora expresan una moneda con sólo 15%
menor capacidad de representar valor respecto a los países centrales, a diferencia del 33% anterior y
aún vigente en D.
Tabla N°10 – Producción global con renta diferencial en el capital agrario de un país periférico
CAPITAL INDUSTRIAL

TC TC
H Q V.U. V %H % VU % V Q/H V/H
(x*A) (x*Total)

A 100 200 0,50 104,8 45,5% 95% 47,6% 2,00 1,05 1,00 0,95
B 100 200 0,50 104,8 45,5% 95% 47,6% 2,00 1,05 1,00 0,95

C 10 10 1,00 5,2 4,5% 191% 2,4% 1,00 0,52 2,00 1,91


D 10 10 1,00 5,2 4,5% 191% 2,4% 1,00 0,52 2,00 1,91

TOTAL 220 420 0,52 220 100% 100% 100% 1,91 1,00 1,05 1,00

CAPITAL AGRARIO –II-

TC TC
H Q V.U. V %H % VU % V Q/H V/H
(x*A) (x*Total)

A 100 200 0,50 100 45,5% 100% 44,9% 2,00 1,00 1,00 1,01
B 100 200 0,50 100 45,5% 100% 44,9% 2,00 1,00 1,00 1,01

C 10 25 0,40 12,5 4,5% 80% 5,6% 2,50 1,25 0,80 0,81

57
D 10 20 0,50 10,0 4,5% 100% 4,5% 2,00 1,00 1,00 1,01

TOTAL 220 445 0,50 222,5 100% 100% 100% 2,02 1,01 0,99 1,00

CAPITAL TOTAL –II-

TC TC
H Q V.U. V %H % VU % V Q/H V/H
(x*A) (x*Total)

A 200 400 0,50 203,6 45,5% 98% 46,3% 2,00 1,02 1,00 0,98

B 200 400 0,50 203,6 45,5% 98% 46,3% 2,00 1,02 1,00 0,98

C 20 35 0,57 17,6 4,5% 112% 4,0% 1,75 0,88 1,15 1,13

D 20 30 0,67 15,2 4,5% 131% 3,4% 1,50 0,76 1,34 1,32

TOTAL 440 865 0,51 440 100% 100% 100% 1,97 1,00 1,02 1,00

Las monedas de los países periféricos tienen una menor capacidad de representar valor de acuerdo a
su menor productividad general. Sin embargo, adicionalmente la determinación de la renta le otorga
un mayor valor relativo que el vigente en el caso en el que la misma no existiera, como puede
apreciarse en los últimos dos cuadros elaborados. Los tipos de cambio son mayores, o los valores de
las monedas menores, en los países periféricos pero ciertamente en menor proporción debido al efecto
de la renta diferencial.84 Un tipo de cambio de 1,14 efectivamente implica un menor valor
representado respecto a la moneda de referencia, pero un mayor valor que en el caso de un tipo de
cambio de 1,31 sin el efecto de la renta. Remarcamos a este respecto que ambos tipos de cambio se
derivan de las productividades relativas y el valor por hora trabajada, de determinada configuración
del valor producido en estos países, con total independencia de otros factores que inciden en el nivel
concreto del tipo de cambio. Los tipos de cambios en los países periféricos con una renta diferencial
destacable tienden de este modo a estar sobrevaluados respecto a la paridad simple que surgiría de su
nivel de desarrollo de la fuerza productiva.85

84
Bien afirma aquí Iñigo Carrera: “Cuando la renta se expande, se vigorizan las formas de su apropiación por el
capital industrial: la moneda nacional tiende a la sobrevaluación frente a la que circula en el mercado mundial”
(Iñigo Carrera, 1999, p.14).
85
Pero ¿cómo hemos computado este “falso valor social” de modo que en CAPITAL TOTAL –II- las 440 horas
coincidan con un valor de 440? Sumando los valores de ambos sectores en cada país (la suma global de ambos
sectores es 442,5, 2,5 de valor constituido por renta), dividiéndolos por 442,5 y multiplicando dicho porcentaje
por 440, el total de horas trabajadas. De no hacerlo estaríamos estableciendo un incremento milagroso del valor
social total de 2,5. Lo importante en este punto es dejar claro que este falso valor social existe y modifica las
condiciones previas.
El mismo cálculo pero para el caso del total de la rama rentística (222,5/442,5 * 440) arroja un valor social en la
misma de 221,2. Es decir que necesariamente el resto del capital industrial recibe menos que 220 por sus 220
horas trabajadas, en concreto 218,8. En términos agregados el capital agrario y el capital industrial suman así un
valor de 440 de acuerdo a las 440 horas trabajadas pero la existencia de renta diferencial anula la repartición
equivalente de acuerdo a las horas trabajadas que en el primer caso, sin renta, existía entre la rama rentística y el
58
Valor, tasa general y tasa individual de ganancia
Hasta aquí hemos desarrollado la cuestión del valor sin mayores referencias al proceso de igualación
de la tasa de ganancia entre distintas ramas. Se trata sin dudas de una de las partes más controversiales
de El Capital que aún hoy despierta debates.86
Si el valor de cada rama es el que rige en la realidad concreta, y por tanto las tasas de ganancia se
derivan directamente de aquel, aquellas ramas cuya composición orgánica derivada de sus
condiciones técnicas (relación capital constante – capital variable) sea mayor, se valorizarán
sistemáticamente a una tasa de ganancia menor que el resto de las ramas.
Aquí de acuerdo a Marx la ley del valor sufre una modificación. Las mercancías ya no se venden por
su valor en tanto tiempo de trabajo socialmente necesario corporizado, sino en tanto tiempo de trabajo
socialmente necesario para su reproducción, es decir, contemplando las distintas composiciones
orgánicas que constituyen las condiciones iniciales y de posibilidad de su producción en tanto que
producción capitalista.
“En la competencia, la ley fundamental –que se desarrolla de manera diferente a la ley basada en el
valor y el plustrabajo- consiste en que el valor está determinado no por el trabajo contenido en él, o
el tiempo de trabajo en que se le ha producido, sino por el tiempo de trabajo en el que puede
producírsele, o en el tiempo de trabajo necesario para su reproducción. Sólo de esta manera el capital
singular es puesto realmente en las condiciones del capital en general, aunque la apariencia sea
entonces como si hubiera quedado sin efecto la ley originaria. Pero sólo de esa manera el tiempo de
trabajo necesario es puesto como determinado por el movimiento del capital mismo”87
De este modo surge una tasa general de ganancia, también aquí aislada teóricamente de las
oscilaciones de mercado en uno u otro sentido, que retribuye a todas las ramas de modo uniforme.
Las tasas de ganancia de mercado podrán mostrar desviaciones respecto de esta tasa general de
ganancia de acuerdo a desniveles en la oferta y demanda relativas a las distintas ramas. No obstante
dichas desviaciones se mantendrían alrededor de los niveles determinados por dicha igualación.

resto: “Lo que la sociedad, considerada como consumidora, paga de más por los productos agrícolas, lo que
representa una diferencia de menos en la realización de su tiempo de trabajo en productos de la tierra, representa
ahora una diferencia de más para una parte de la sociedad: los terratenientes”. (Marx, 1968c, p.614).
86
A este respecto la academia se ha concentrado en debates verdaderamente bizantinos sin mayor preocupación
por su sentido o su relación con la realidad. Demás está aclarar que desarrollos como el que presentamos en este
trabajo, aun cuando se encuentran prácticamente planteados pero sin desarrollar en la obra de Marx, han estado
completamente ausentes. La mayor parte de la controversia se ha centrado así sobre el llamado “problema de la
transformación” que encuentra su base en un aparente error de Marx al desarrollar el establecimiento de una tasa
general de ganancia y los precios de producción. Este error consistiría en que al calcular los precios de
producción, los montos adelantados de capital estarían expresados en términos de valor y no de precios, por lo
que las igualdades implícitas en la transformación realizada por Marx no se sostendrían una vez que los insumos
de producción fueran recalculados en términos de precios. Nuestra posición a este respecto es clara: no existe tal
“problema” de la transformación porque los insumos son efectivamente adquiridos y están expresados en
términos de precios. La transformación refiere por otra parte a una transformación de las plusvalías ramales en
ganancias de montos diferentes mediante el establecimiento de precios de producción.
87
(Marx, 2007b, p.175).
59
Los valores totales de cada rama sufren por su parte una modificación. Mientras que sus precios de
costo se mantienen de igual forma, el proceso de igualación supone modificaciones en el plusvalor
total de cada rama, de modo tal que la suma de este para cada una de ellas, ahora convertido en
ganancia, sea igual a la multiplicación de la tasa general de ganancia por el capital total adelantado
de cada rama particular.
“La clase capitalista distribuye así hasta cierto punto el plusvalor total, de tal modo que participa en
él de modo uniforme, según la proporción de la magnitud de su capital, en vez de hacerlo según los
plusvalores creados realmente por los capitales en las diversas ramas de los negocios”88
Los precios de producción permiten así que cada rama se valorice a la tasa general de ganancia.
Retribuyen en forma uniforme el costo de producción de todas las ramas. En unas ramas, para un
capital de 100, el precio de costo puede estar conformado por 90 de capital constante y 10 de capital
variable mientras que en otra rama el capital constante tendría un valor de 10 y el variable de 90, es
decir, existen composiciones orgánica desiguales para un mismo precio de costo de 100 y que por
tanto, dada una tasa de plusvalía similar, implican plusvalías también desiguales.
Hasta aquí habíamos supuesto en nuestra explicación del valor que cada capitalista vendía su
mercancía a sus valores sociales. No obstante como producto capitalista las mercancías no se venden
a su valor unitario social sino a sus precio de producción unitario social. Este precio si bien se
fundamenta en las propias relaciones de valor incorpora así el proceso de igualación de las tasas de
ganancia. Los precios de mercado de las mercancías también aquí fluctuarán en torno a estos precios
de producción.
El proceso global de valorización que surge en este contexto y a partir de la concepción del valor en
la que nos basamos, que no es más que la explicitación de su configuración intra-ramal, es por demás
interesante. El proceso de igualación de las tasas de ganancia ramales, es decir el establecimiento de
una tasa de ganancia uniforme inter-ramal en modo alguno supone una tasa de ganancia uniforme
para todos los capitales de la sociedad o de una rama particular. A este respecto se ha tendido a
suponer que el proceso de igualación supone, además, uniformidad en la tasa de ganancia para todos
los capitales, siendo sus tasas concretas vigentes en la realidad no uniformes y en mayor medida
explicadas por desviaciones entre oferta y demanda en el mercado. No obstante, y sin dejar de existir
la posibilidad de esa última incidencia, las tasas de ganancia uniformes a nivel ramal suponen tasas
de ganancia particulares diferentes. La divergencia está planteada ya a este nivel de abstracción y por
otro lado supone a favor del proceso de igualación una mayor dosis de representatividad respecto a
la realidad, en donde las tasas uniformes a nivel intra-ramal no parecen existir. Por el contrario, la
regla marca más bien la existencia de importantes diferencias en las tasas de ganancia individuales
que no por ello se manifiestan con independencia o violando la ley del valor y el establecimiento de
una tasa general de ganancia en los términos que aquí planteamos.
En la Tabla N°11 queda plasmado el proceso de valorización social en su totalidad, contemplando
tanto las relaciones de valor al interior de cada rama como la interacción entre las distintas ramas a
partir del establecimiento de una tasa general y la modificación que introduce esta última sobre el
cuadro general.

88
(Marx, 2007a, p.393).
60
Fácilmente puede apreciarse que, hasta esta sección, nos hemos venido ocupando del proceso de
valorización en lo que concierne a las primeras columnas del cuadro. Dejando de lado la primer
columna, referida al capital constante (H-CC), las siguientes nueve columnas (desde H-FT –horas de
trabajo vivo- hasta VA/H-FT –valor agregado por hora de trabajo vivo) han sido desarrolladas
previamente en la primera parte de este trabajo. La contradicción entre condiciones privadas y
sociales de producción también puede observarse considerando las columnas que refieren a variables
que cada capital particular establece inicialmente en modo consciente, en tanto productor privado e
independiente, que para cada uno de ellos (cada fila) corresponde a las primeras cuatro columnas
(capital constante o H-CC, trabajo vivo H-FT, volumen de producción y valor unitario individual
V.U.). Cada uno de ellos se enfrente así en forma ciega a la totalidad del proceso social de producción
que los determina en sus procesos de valorización particulares (la totalidad de las filas y columnas
con la salvedad de sus cuatro casilleros particulares). Así y todo, cualquier modificación individual
del capital constante o el trabajo vivo empleado (capital variable), aun permaneciendo los montos del
resto de los capitales de todas las ramas iguales, modifica en mayor o menor medida el cuadro de
valorización social total y afecta al resto en su propio proceso de valorización.
Cabe aclarar que hemos establecido, para simplificar la lectura, que en todas las ramas el capital
variable equivale a la mitad de las horas de trabajo vivo (H-FT) y que al interior de cada una de
aquellas los capitales utilizan el mismo número de horas de trabajo vivo. También consideramos que
el capital constante es sólo capital constante circulante.
Puede observarse que la tabla cumple con los criterios de correspondencia convencionales referidos
al problema de la transformación. El valor total y el precio de producción total son los mismos (7.800).
La plusvalía y las ganancias también son iguales (1.300). Los precios de producción surgen de la
venta de las mercancías a sus precios de producción unitarios promedio. Las masas de ganancias
surgen de restar a estos precios de producción los precios de costo. El sub-cuadro que presentamos
muestra el proceso de igualación como tradicionalmente se lo presenta, en términos agregados
promedio de cada rama.
La falta de abordaje del valor en los términos que aquí hemos hecho ha llevado así a sostener la
existencia de tasas de ganancia particulares uniformes en nombre de la teoría marxiana. El nivel de
irrealidad que planteaba tal afirmación a cualquiera que pretendiera establecer una simple conexión
entre teoría y realidad concreta probablemente ha significado también una pérdida de interés en una
profundización de esta cuestión y en la teoría marxiana en general.
Con el enfoque del valor que consideramos correcto, por el contrario, los diferenciales de tasas de
ganancia al interior de una rama se manifiestan en el propio establecimiento de una tasa general de
ganancia, e incluso en el establecimiento de un valor social, y no deben ser introducidos como un
elemento posterior, propio de las oscilaciones del mercado que en tanto fenómenos coyunturales
escapan a la explicación propiamente dicha.
El régimen de producción capitalista supone así un proceso de reducción de trabajos privados y
concretos a trabajo social abstracto como trabajo de productividad horaria (valor) y composición
orgánica (precios de producción) medios. La igualdad entre plustrabajo, plusvalor y ganancia es
entonces real sólo en términos agregados. En términos del total de una rama existe igualdad entre
plustrabajo y plusvalor, pero divergencia respecto a la ganancia (salvo en el caso en que la rama

61
represente exactamente la composición orgánica media). En términos de capitales particulares, salvo
coincidencias fortuitas, existe divergencia entre plustrabajo, plusvalor y ganancia.
Intencionalmente también hemos establecido condiciones de producción absolutamente homogéneas
en la rama A. El resultado allí es que todos los capitales de la rama se valorizan a la tasa de ganancia
general. Es decir, es bajo el supuesto de que todos los capitales operan en las condiciones de
producción promedio de las ramas, al nivel de abstracción que entendemos que tiende a sostener el
propio Marx en buena parte de El Capital salvo cuando se ocupa específicamente de la competencia
intra-ramal, que todos los capitales se valorizarían a la misma tasa de ganancia uniforme. Ambos
aspectos suelen darse erróneamente por sentados en la mayor parte de los autores.

62
TABLA N°11 - Proceso de valorización total con igualación inter-ramal de tasas de ganancia
% VA/
H- H- % Vol/ TG TP TP
Vol. V H- %V H- CV P CV TG G PP
CC FT V.U. V.U. H-FT (V) (V) (G)
FT FT C

100 33,3 100 20,0


I 300 300 300 2,00 600 25% % 25% 1,0 1,0 150 150 2,0 % % 60% % 90,0 540

100 33,3 100 20,0


II 300 300 300 2,00 600 25% % 25% 1,0 1,0 150 150 2,0 % % 60% % 90,0 540
100 33,3 100 20,0
III 300 300 300 2,00 600 25% % 25% 1,0 1,0 150 150 2,0 % % 60% % 90,0 540

100 33,3 100 20,0


IV 300 300 300 2,00 600 25% % 25% 1,0 1,0 150 150 2,0 % % 60% % 90,0 540

100 100 100 33,3 100 60 20,0


A 1.200 1.200 1.200 2,00 2.400 % % % 1,0 1,0 600 600 2,0 % % % % 360 2.160
15,4 200 360 27,7 270,
I 900 150 1.350 0,78 1.125 25% 93% 38% 9,0 1,5 75 150 12,0 % % % % 0 1.215
100 11,1 100 180 20,0 135,
II 600 150 900 0,83 750 25% % 25% 6,0 1,0 75 75 8,0 % % % % 0 810

107 12,9
III 450 150 675 0,89 563 25% % 19% 4,5 0,8 75 38 6,0 7,1% 50% 90% % 67,5 608

107 12,9
IV 450 150 675 0,89 563 25% % 19% 4,5 0,8 75 38 6,0 7,1% 50% 90% % 67,5 608

100 100 100 11,1 100 180 20,0


B 2.400 600 3.600 0,83 3.000 % % % 6,0 1,0 300 300 8,0 % % % % 540 3.240

63
28,6 200 200 28,6 200,
I 600 200 600 1,33 900 25% 89% 38% 3,0 1,5 100 200 6,0 % % % % 0 900
100 20,0 100 100 20,0 100,
II 400 200 400 1,50 600 25% % 25% 2,0 1,0 100 100 4,0 % % % % 0 600

105 16,7 16,7


III 350 200 350 1,57 525 25% % 22% 1,8 0,9 100 75 3,5 % 75% 75% % 75,0 525

120
IV 250 200 250 1,80 375 25% % 16% 1,3 0,6 100 25 2,5 7,1% 25% 25% 7,1% 25,0 375

100 100 100 20,0 100 100 20,0


C 1.600 800 1.600 1,50 2.400 % % % 2,0 1,0 400 400 4,0 % % % % 400 2.400

TO 100 100 100 20,0 100 100 20,0 1.30


T. 5.200 2.600 6.400 1,22 7.800 % % % 2,5 1,0 1.300 1.300 4,0 % % % % 0 7.800

% VA/
H- H- %V %P Vol/ TG
Vol. V H- H- CV P CV TG PPU G PC PP
CC FT V.U. T P H-FT (V)
FT FT C

33,3 20,0
A 1.200 1.200 1.200 2,00 2.400 46% 31% 28% 1,00 1,00 600 600 2,0 % % 1,80 360 1.800 2.160

11,1 20,0
B 2.400 600 3.600 0,83 3.000 23% 38% 42% 6,00 1,00 300 300 8,0 % % 0,90 540 2.700 3.240

20,0 20,0
C 1.600 800 1.600 1,50 2400 31% 31% 31% 2,00 1,00 400 400 4,0 % % 1,50 400 2.000 2.400

64
TO 100 100 100 20,0 20,0 1.30
1,22
T. 5.200 2.600 6.400 7.800 % % % 2,46 1,00 1.300 1.300 4,0 % % 1,22 0 6.500 7.800

H-CC=Capital constante ; H-FT= Horas trabajadas ; Vol.=Volumen de producción ; V.U.= Valor unitario ; V= Valor de producción ; %H-
FT= Porcentaje de horas trabajadas ; %V.U.= Porcentaje del valor unitario social ; %V= porcentaje del valor ramal ; Vol/H-FT= Productividad
por hora trabajada ; VA/H-FT= Valor agregado por hora trabajada ; CV=Capital variable ; P=Plusvalía ; CVC=Composición de valor del
capital ; TG(V)= Tasa de ganancia en valor ; TP(V)= Tasa de plusvalía en valor ; TP(G)= Tasa de plusvalía G/CV ; TG=Tasa de ganancia ;
G=Ganancias ; PP=Precios de Producción.
%VT= Porcentaje del valor de producción social ; %PP= Porcentaje del precio de producción social ; PPU= Precio de producción unitario ;
PC=Precio de costo (CC+CV).

65
En tanto que aquí hemos introducido la cuestión de las condiciones de producción heterogéneas y su
influencia en la conformación de los valores sociales y el valor producido por cada capital, el
establecimiento de una tasa de ganancia uniforme inter-ramal implica tasas de ganancia individuales
diferentes a partir de la valorización de las producciones particulares al precio de producción unitario
promedio de la rama.
La rama C, por su parte, tiene las mismas proporciones totales que el capital social total, por lo cual
su tasa de ganancia en términos de valor y en términos de precios de producción es la misma. Idénticas
conclusiones pueden establecer respecto a su valor y sus precios de producción totales.
Las relaciones de valor al interior de una rama y las distintas capacidades de valorización que se
desprenden de condiciones de producción heterogéneas entre productores de una misma mercancía
son las que definen los diferenciales de rentabilidad que surgen posteriormente al proceso de
igualación de las tasas de ganancia ramales. Este último, potencia o debilita, de acuerdo a la posición
relativa de la rama, las tasas de ganancia particulares que encuentran su base en la propia ley del
valor. Así, para el caso de la rama B que tiene la mayor composición orgánica y una tasa de ganancia
en términos de valor del 11,0% el proceso de igualación establece una tasa de ganancia del 20,0%
expandiendo las tasas de plusvalía en términos monetarios en un 80%. Los diferenciales de
rentabilidad particulares que existían en la rama en términos de valor, dadas las diferentes
productividades, se mantienen iguales aunque en base a niveles de rentabilidad mayores.
De esta forma, la supuesta redundancia (sostenida por algunos autores pertenecientes al marxismo
analítico y a la escuela sraffiana) de la teoría del valor no sólo queda completamente desmentida, sino
que la misma es fundamental para comprender las tasas de ganancia particulares al interior de una
rama. Por otra parte, en cuanto a la determinación de los precios, aun cuando las ramas A y B
presentan diferenciales de productividad horaria (1 a 6) y de composición del capital (2 a 8) marcados,
en el primer caso el valor determina en gran medida sus niveles de precios. En el caso de la rama A,
un valor unitario de 2,00 que se expresa en un precio de producción unitario de 1,80. En el caso de la
rama B, un valor unitario de 0,83 que se expresa en un precio de producción unitario de 0,90.89
Por ello mismo, el proceso de nivelación de la tasa de ganancia y transformación en precios de
producción que Marx desarrolló tuvo como objetivo, no demostrar la irrelevancia del valor, sino
justamente que la ley del valor domina el movimiento de los precios, que la tasa general de ganancia
se encuentra determinada por la tasa de ganancia en valor y que los precios de producción son
iguales a los valores en el nivel agregado.
Obviamente, la tendencia del capital mediante la competencia, la concentración y centralización de
capitales y la mecanización de los procesos productivos es hacia una mayor homogenización de las
condiciones de producción y por tanto a una reducción en los diferenciales de rentabilidades intra-
ramales en términos de valor, que posteriormente se traducirán en una tendencia, establecimiento de
una tasa general de ganancia mediante, a la uniformidad de todas las tasas de ganancia individuales.
Es en este sentido, creemos, que se debe relacionar la determinación del valor y la igualación de las
tasas de ganancia en sus tendencias más profundas. De este modo, con las obvias excepciones y
oscilaciones particulares, el capitalismo presenta una tendencia tanto al descenso de la tasa general

89
Esta correlación entre valores y precios ha sido demostrada por Shaikh (2006) para la economía estadounidense
mediante el método iterativo.
66
de ganancia como a la uniformidad de esta última en términos ya no inter-ramales sino también intra-
ramales.
Consideraciones sobre el valor y su estimación en una economía particular
Convencionalmente los estudios sobre procesos de acumulación en espacios nacionales se valen de
la MELT (expresión monetaria del valor o monetary expression labor time por sus siglas en inglés)
con el objetivo de medir la evolución de ciertas variables en términos de valor.90 En tanto que a lo
largo de un año cualquier economía realiza determinada magnitud de trabajo mensurable en términos
de horas o jornadas, el valor agregado neto nominal expresa dicha magnitud de valor en términos
monetarios. La MELT surge así del cociente entre el valor agregado neto nominal y las horas
trabajadas. No obstante, las implicancias de esta herramienta son raramente consideradas a la hora de
abordar la cuestión al nivel de abstracción general, en términos internacionales o globales.91 En este
sentido, sobre todo cuando pretendemos analizar países periféricos, surgen distintos resultados a
partir de considerar la MELT sobre una base exclusivamente nacional o en términos sistémicos.
Tabla N°12 - Valor del capital y la producción de acuerdo a dos criterios de MELT
K V
K V
VA MELT (K$/MELT (K$/MELT
I K$ L (K$/MELT (K$/MELT
$ (VA$/L) NACIONA NATIONA
GLOBAL) GLOBAL)
L) L)
200 200 10
US
0 0 0 20,0 100,0 100,0 133,3 133,3

100 100 10
ARG
0 0 0 10,0 100,0 100,0 66,7 66,7

GLOBA 300 300 20


L 0 0 0 15,0 200,0 200,0 200,0 200,0

K V
K V
VA MELT (K$/MELT (K$/MELT
II K$ L (K$/MELT (K$/MELT
$ (VA$/L) NACIONA NACIONA
GLOBAL) GLOBAL)
L) L)

90
Ver por ejemplo Freeman (1998), Kliman (2009), Moseley (2011), Dumenil & Foley (2013).
91
En los términos de la tabla N°11 referida al proceso de valorización total y el establecimiento de una tasa general
de ganancia, también debemos considerar su expresión en base a la economía mundial como totalidad, lo cual
implicaría en primer lugar un esfuerzo por establecer supuestos más o menos reales respecto a los niveles de
composición del capital y del resto de las variables en términos de zonas o capitales particulares (I, II, III y IV).
La magnitud de dicha tarea escapa a los alcances de este trabajo y a la propia elaboración de dicha tabla. No
obstante si considerásemos que en esta última los capitales I y III de las tres ramas corresponderían a dos países
distintos, nos encontraríamos así con que en cada uno de ellos las horas de trabajo se expresarían en diferentes
MELTs, tal como mostraremos a continuación para Argentina y Estados Unidos, y eventualmente en diferentes
tasas de ganancia, tal como mostramos en Maito (2013b).
67
200 200 10
US
0 0 0 20,0 100,0 100,0 160,0 160,0
10
ARG 750 500
0 5,0 150,0 100,0 60,0 40,0

GLOBA 275 250 20


L 0 0 0 12,5 220,0 200,0 220,0 200,0

K V
K V
VA MELT (K$/MELT (K$/MELT
III K$ L (K$/MELT (K$/MELT
$ (VA$/L) NACIONA NACIONA
GLOBAL) GLOBAL)
L) L)
200 200 10
US
0 0 0 20,0 100,0 100,0 114,3 114,3

125 150 10
ARG
0 0 0 15,0 83,3 100,0 71,4 85,7
GLOBA 325 350 20
L 0 0 0 17,5 185,7 200,0 185,7 200,0

Ilustramos esta situación en la tabla N°12. En un primer caso hipotético nos encontramos con dos
países cuyas MELTs, expresadas en términos de dinero mundial o una moneda común como el dólar,
son normalmente diferentes más allá de una eventual igualdad en las horas trabajadas (lo que
aproximadamente puede comprenderse a partir de los diferentes valores agregados per capita o por
hora). Los valores del capital y la producción son así iguales (100-100) si consideramos una MELT
basada en términos estrictamente nacionales (VA$/L del espacio nacional particular), o diferentes si
consideramos la MELT en términos globales o sistémicos (133,3-66,7).
El segundo caso refleja aquellas situaciones en las que la moneda nacional de Argentina se devalúa –
incluyendo un incremento sostenido del precio relativo de la inversión como se muestra en el gráfico
N° - durante las crisis y su producción resulta en menos dólares por hora trabajadas. La MELT basada
en términos nacionales aquí parece subvaluar la extensión de la crisis en tanto y en cuanto sólo al
nivel de empleo determina las variables en términos nacionales. De este modo, dejando de lado
cualquier cambio en los precios relativos de la inversión, el valor del capital en Argentina sería
relativamente mayor (150-100). Por otro lado, en escala global, o considerando el valor determinado
a nivel sistémico, la crisis aparece reflejada en una masiva devaluación y desvalorización del capital
que implica una reducción de 66,7 a 60 respecto a la situación original, y una mayor diferencia en el
valor del capital entre ambos países en desmedro del capital asentado en Argentina (60-160) .
En el tercer caso, más cercano a las fases alzistas del ciclo, al presentar Argentina un mayor
incremento relativo de su MELT respecto al resto o a la totalidad, su valor permanece exactamente
igual respecto al primer caso, si consideramos la MELT como determinada en términos estrictamente
nacionales. En cambio, si consideramos la MELT determinada en términos de la totalidad su valor es
mayor. Este es el caso para períodos en los que Argentina ha tendido a sobrevaluar su tipo de cambio

68
en fases cíclicas ascendentes. Pero también el caso en Estados Unidos cuando el dólar se devalúa
respecto al resto de las moneda, como en las décadas de 1970 o el 2000, y por lo tanto la
desvalorización de su economía incluso podría haber sido mayor que lo que los diversos estudios han
establecido en términos exclusivos de una MELT determinada sobre una base íntegramente
nacional.92
En los gráfico N°3 y N°4, se muestran tres medidas referidas al capital fijo reproductivo. En términos
reales, como cierto volumen de valores de uso, expresado en millones de pesos de 1993. En términos
de valor, estimado con una MELT sobre una base nacional, como millones de horas. En dólares
constantes de 2012, multiplicando su volumen por los precios de la inversión, convirtiéndolo a dólares
corrientes y deflactando la suma por los precios del producto estadounidense.
En el contexto de El Capital, Marx sostuvo que el incremento en el valor del capital se encuentra
determinado por el incremento de la masa de medios de producción (y de la composición técnica)
alcanzando tales niveles que su valor total también crecería, a pesar de la reducción en los valores
unitarios como consecuencia del incremento de la productividad en su producción.
Sin embargo, la expresión de dicha tendencia en países periféricos como Argentina debe ser extendida
considerando aspectos adicionales. La divergencia en ambas medidas del capital fijo establecida
previamente se relaciona con la reducción de la MELT en términos internacionales. Una hora de
trabajo concreto, cuando lidiamos con el capital como particularidad –sea un capital individual o un
espacio nacional como aglomeración parcial de capitales individuales-, no se expresa necesariamente
en el mismo grado como valor sino de acuerdo a la productividad relativa.

Gráfico N° 2 - Productividad horaria (G-K U$$ ) y MELT (en U$$, eje derecho) en
Argentina como porcentaje de EEUU (1929-2008)

MELTU$$ G-KU$$/H

80% 65%

70%
60%
60%
55%
50%

40% 50%

30%
45%
20%
40%
10%

0% 35%
1955

1993
1929
1931
1933
1935
1937
1939
1941
1943
1945
1947
1949
1951
1953

1957
1959
1961
1963
1965
1967
1969
1971
1973
1975
1977
1979
1981
1983
1985
1987
1989
1991

1995
1997
1999
2001
2003
2005
2007

Fuente: ver cuadro N°6 en anexos.

92
De acuerdo al Bank of International Settlements (BIS) el tipo de cambio efectivo de Estados Unidos cayó desde
147,1 en 1970 a 102,2 en 1978 (con base 100 en 2000, implicando una caída en el índice una devaluación de la
moneda).
69
La reducción de la MELT nacional expresada en dinero mundial es una expresión de la devaluación
y desvalorización del capital en términos sistémicos que se desencadena durante las crisis en
determinado espacio nacional. En tanto que el tipo de cambio real crece debido a la devaluación de
la moneda nacional respecto a la moneda internacional, este cambio también se ve reflejado en los
precios de los medios de producción importados, afectando en forma negativa los precios relativos
de la inversión expresados en moneda nacional. Por esta razón durante las crisis, al implicar la
devaluación una caída en el monto del capital valuado en dinero mundial (en este caso como medida
aproximada, dólares constantes), también implica un incremento del valor del capital (estimado con
una MELT restringida al espacio nacional) debido al mayor crecimiento de los precios de la inversión,
incluso a pesar que en términos reales la inversión cayera. La conclusión entonces es que el espacio
nacional requiere una mayor cantidad de su propio trabajo para reproducir su capital fijo que antes
aun cuando su valor en términos sistémicos habrá caído.

Gráfico N°3 - Capital fijo en volumen (mill.pesos de 1993), valor (millones de horas,
eje derecho) y en dinero mundial (dólares de 2012) - Argentina (1910-1951)

Volumen U$$2012 Valor

80.000 21.000

70.000
18.000
60.000
15.000
50.000

40.000 12.000

30.000
9.000
20.000
6.000
10.000

- 3.000
1913

1920

1927
1910
1911
1912

1914
1915
1916
1917
1918
1919

1921
1922
1923
1924
1925
1926

1928
1929
1930
1931
1932
1933
1934
1935
1936
1937
1938
1939
1940
1941
1942
1943
1944
1945
1946
1947
1948
1949
1950
1951

Fuente: ver cuadros N°2, N°4 y N°5 en anexos.


Este patrón ha sido más pronunciado desde la crisis de 1975 y las crisis cíclicas que Argentina ha
experimentado subsiguientemente. La productividad horaria relativa (gráfico N° ) alcanzó en 1973
un punto máximo desde el pico anterior de la Gran Depresión.
El valor del capital estimado mediante la MELT sobre una base nacional se encuentra de este modo
siempre influenciada por las condiciones sistémicas, aun cuando el cálculo de la MELT global no sea
posible. Cabe mencionar aquí que el incremento abrupto de la MELT argentina en dólares, no debe
entenderse como un incremento en dicha magnitud del valor globalmente entendido producido por
hora. Dado que el dólar estadounidense sufrió una abrupta devaluación durante dicho años, una
cantidad importante de países habrían incrementado en tal sentido su MELT en dólares. Por ello
conviene entender las variables en dólares constantes como una aproximación a la cuestión, enfocada

70
mayoritariamente desde el punto de vista de la acumulación en Argentina.93 Establecida esta
distinción podemos ahora considerar la evolución del valor del capital acumulado.

Gráfico N°4 - Capital fijo en volumen (mill.pesos de 1993), valor (millones de horas,
eje derecho) y en dinero mundial (dólares de 2012) - Argentina (1950-2011)

Volumen U$$2012 Valor

800.000 45.000

700.000 40.000
600.000
35.000
500.000
30.000
400.000
25.000
300.000
20.000
200.000

100.000 15.000

- 10.000
1950
1952
1954
1956
1958
1960
1962
1964
1966
1968
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
Fuente: ver cuadros N°2, N°4 y N°5 en anexos.
Tanto el valor como el volumen del capital fijo se incrementaron sustancialmente a lo largo de todo
el período 1910-2011. Mientras que el valor, considerando al año 1980 como base 100, creció desde
15,1 a 128,4 (750,3%), el volumen de capital fijo aumentó de 10,1 a 209,4 (1.973,2%). Las horas
trabajadas, sobre la misma base, aumentaron 310,0%, desde 36,9 hasta 151,3.
El incremento menos pronunciado del valor en relación al volumen se explica por el abaratamiento
del capital constante derivado de la reducción en su valor unitario (valor del capital fijo/volumen del
capital fijo) desde un índice inicial de 149,8 en 1910 hasta 61,3 en 2011. No obstante, más allá de
este descenso en el largo plazo, durante períodos particulares el valor unitario del capital fijo puede
incrementarse considerando los desarrollado previamente, afectando así la acumulación y la
rentabilidad.

93
Adicionalmente, podría utilizarse un tipo de cambio de paridad relativa de poder adquisitivo que permitiera
valuar el capital fijo en dólares haciendo abstracción de la sobrevaluación o subvaluación de la moneda. A este
respecto, si bien cae fuera de lo desarrollado en el presente trabajo dicha medición, en el anexo estadístico
incluimos la valuación del capital fijo en dólares de paridad relativa de acuerdo a la metodología desarrollada por
Iñigo Carrera (2007, pp.31-35).

71
Gráfico N° 5 - Valor unitario, valor (eje der.) y volumen (eje der.) del capital fijo
(1980=base 100) - Argentina (1910-2011)

V.U. Valor Volumen

300 250

250
200

200
150
150
100
100

50
50

0 -
1928

1973

2006
1910
1913
1916
1919
1922
1925

1931
1934
1937
1940
1943
1946
1949
1952
1955
1958
1961
1964
1967
1970

1976
1979
1982
1985
1988
1991
1994
1997
2000
2003

2009
Fuente: ver cuadros N°2 y N°4 en anexos.
Este ha sido el caso de la Gran Depresión y el colapso de los mercados mundiales, que implicaron un
incremento sostenido del tipo de cambio para Argentina y el empeoramiento de los términos
internacionales del intercambio para las exportaciones, afectando los precios relativos de la inversión
(una parte importante eran medios de producción importados) y la tasa de ganancia (la renta
diferencial del suelo, en tanto ganancia extraordinaria, cayó con el Crack). El incremento del valor
del capital durante esos años estuvo entonces más relacionado con el incremento del trabajo necesario
para reproducir su capital fijo (lo que incluyó un incremento en los valores unitarios en la medida en
que capitales nacionales comenzaron a producir, con menor tecnología y productividad, medios de
producción previamente importados) antes que con un incremento neto de la masa de medios de
producción propiamente dicha. Por dichas razones, el valor unitario del capital fijo alcanzó un punto
máximo de 270,1 en 1950, representando el nivel de 61,3 en 2011 una reducción de 77,3% para aquel
período particular de seis décadas.94

94
En tanto que el valor unitario del capital fijo aquí lo calculamos sobre la evolución de su volumen queda fuera
de la estimación un aspecto adicional. Por ejemplo, si en un año se produce una computadora con determinada
capacidad de procesamiento y al otro año se producen tres computadoras con una capacidad de procesamiento
quintuplicada, nuestra estimación sólo considerará el crecimiento de una a tres computadoras, aun cuando
consideramos el procesamiento de datos como su principal valor de uso, más allá de su materialidad inmediata
representada en la computadora como tal. De modo que nuestra aproximación a los valores unitarios del
producto y el capital fijo encuentra este límite, tendiendo por lo tanto a sobrestimar los valores unitarios que para
este caso se habrían reducido más de considerarse la capacidad de procesamiento como el valor de uso
materializado en el mismo tipo de producto.
72
Gráfico N°6 - Valor unitario del capital fijo, del valor agregado neto (horas de
trabajo por cada peso a precios de 1993) y valores unitarios relativos (V.U.R., eje
der., 1993=1.00) - Argentina 1910-2011

U.V.K. U.V.Y. R.U.V.

0,300 1,60

0,250 1,40

0,200 1,20

0,150 1,00

0,100 0,80

0,050 0,60

- 0,40
1931

1943
1910
1913
1916
1919
1922
1925
1928

1934
1937
1940

1946
1949
1952
1955
1958
1961
1964
1967
1970
1973
1976
1979
1982
1985
1988
1991
1994
1997
2000
2003
2006
2009
Fuente: ver cuadro N°4 en anexos.
Durante las décadas de la posguerra (1950-1974) la reducción del valor unitario del capital fijo se
basó en cierto sentido en la maduración de capitales nacionales que durante los primeros años del
peronismo habían logrado importar en forma masiva medios de producción en un contexto de
recuperación del comercio mundial. Pero el factor más relevante ha sido la inversión extranjera
directa realizada por capitales originarios de Estados Unidos y Europa en el marco de la estrategia de
industrialización por sustitución de importaciones (ISI). A partir de 1958 los flujos de inversión
extranjera directa se incrementarían en forma marcada.
Sin embargo, esos capitales se establecerían en un contexto particular, típico de los años de posguerra
en países periféricos con un marcado desarrollo capitalista previo e inserción en los mercados
mundiales (condiciones que excluirían en mayor medida al SE asiático). Sus inversiones se
constituirían en medios de producción obsoletos para las condiciones de producción imperantes en
los propios países centrales y en el mercado mundial. Los Estados periféricos actuaron en un sentido
similar, promoviendo esta modalidad de actuación de estos capitales transnacionalizados a través de
una serie de ventajas impositivas y arancelarias, pero en un contexto de mayores tarifas en relación a
los niveles previos a la Gran Depresión que en definitiva promovían la presencia de aquellos capitales
en su forma de capital-productivo en desmedro de su forma de capital-mercancía producida en otro
país.95

95
En este sentido, adicionalmente a las políticas públicas para la promoción de estas inversiones extranjeras, el
tamaño relativo del mercado interno en términos de poder adquisitivo y proporción de asalariados urbanos, así
como cierto desarrollo industrial previo, fueron elementos claves para la atracción de dichos capitales, elementos
que suponen, como ya señalamos, un desarrollo capitalista y una inserción en el mercado mundial previos.
73
Gráfico N° 7 - Valor unitario (V.U., eje der.) y precio unitario (P.U.) del valor
agregado neto - Argentina 1910-2011

V.U. P.U.

4,E+00 0,30
1,E+00 0,29
3,E-01 0,27
1910
1913
1916
1919
1922
1925
1928
1931
1934
1937
1940
1943
1946
1949
1952
1955
1958
1961
1964
1967
1970
1973
1976
1979
1982
1985
1988
1991
1994
1997
2000
2003
2006
2009
6,E-02 0,26
2,E-02 0,24
4,E-03 0,23
1,E-03
2,E-04 0,21
6,E-05 0,20
2,E-05 0,18
4,E-06 0,17
1,E-06
2,E-07 0,15
6,E-08 0,14
1,E-08 0,12
4,E-09 0,11
9,E-10 0,09
2,E-10
6,E-11 0,08
1,E-11 0,06
4,E-12 0,05
9,E-13 0,03
2,E-13
6,E-14 0,02
1,E-14 -

Fuente: ver cuadro N°4 en anexos para valor unitario. Precio unitario a partir de series de PBI de
Ferreres (2010)
La expansión del capital fijo en países periféricos como Argentina se integraría así al ciclo específico
del capital fijo en los países centrales, donde la renovación de la maquinaria, ahora más compleja y
productiva debido al salto tecnológico gestado en la propia guerra, no implicaría el descarte de líneas
de producción en todos los casos sino su traslado a países periféricos que representaran plazas
atractivas.96
La capacidad de producir valor (expresada en una mayor MELT) se encuentra íntimamente
relacionada con la productividad de la economía. Esta tiene que incrementarse permanentemente a
cierta tasa (que dependerá del resto) para producir el mismo valor por unidad de tiempo, tal como
vimos en la sección sobre valor y competencia. En caso contrario, la menor generación de valor se
impondría abriendo el camino a la devaluación de la economía y la crisis (como una reducción de la
MELT del país en términos internacionales o sistémicos). La llegada masiva de inversiones
extranjeras directas permitió incrementos sustanciales de la productividad de la economía en dicho
sentido (como se refleja en la considerable reducción del valor unitario del capital fijo). Sin embargo,
la modalidad de actuación específica, restringida a la escala de los mercados internos periféricos,
otorgaron a los procesos de sustitución de importaciones una limitación insalvable con la excepción
de algunos países del SE asiático en los que, por otra parte, dicha modalidad de actuación y la propia
inversión extranjera directa de empresas privadas se vieron más restringidas.
Estas especificidades implicarían en el mediano o largo plazo incrementos insuficientes en la
productividad relativa y una creciente divergencia respecto al desarrollo de la fuerza productiva

96
Respecto a la promoción de la radicación del capital transnacional en la posguerra, ver Altimir, Santamaría y
Sourrouille (1966). Fajnzylber (1981) realiza una evalución crítica de los procesos de industrialización por
sustitución de importaciones latinoamericanos en relación al desempeño industrial en los países centrales y en
los países asiáticos de reciente industrialización.
74
materializado en los capitales y espacios nacionales más avanzados, pero también respecto a
determinado países periféricos.
En términos generales la contribución de la maquinaria nacional al capital fijo de la economía se
incrementaría, toda vez que aquella divergencia conllevaba una creciente falta de complementariedad
entre el capital fijo argentino - conformada por maquinaria obsoleta descartada en los países centrales
– y el estado del arte que esos mismos capitales transnacionales establecían en los países centrales y
el mercado mundial, resultando en un sistema industrial altamente integrado con menores
requerimientos relativos de importaciones pero con una productividad claramente insuficiente en
términos internacionales.
El resultado final ha sido la aparente contradicción entre la maduración de la sustitución de
importaciones y su imposibilidad de reflejar en términos sistémicos dicha maduración en términos de
la participación en la producción y el comercio mundiales. Desde el pico cíclico alcanzado en 1964
(10.218 dólares de 2012 por asalariado) las ganancias por asalariado se redujeron en forma
permanente hasta 1975 (4.180 dólares de 2012), con la excepción del año 1973 en el que un fuerte
incremento en los precios de las materias primas apuntaló un crecimiento de las ganancias en dólares.
La ISI mostraría así una limitación insalvable en el contexto internacional, que mantendría al país
alejado de los niveles de productividad vigentes en los países centrales y en un número de países
periféricos con un crecimiento más dinámico. Esta limitación sería evidente durante la década del
setentas, cuando la escala insuficiente comenzaría a ser afectada por la competencia internacional y
la crisis global.
En la segunda mitad de los años setentas el volumen del capital fijo continuó expandiéndose y, en
tanto que los valores unitarios del capital cayeron, el valor del capital se mantuvo relativamente
estable en el nuevo nivel establecido por la crisis de 1975. No obstante, una nueva crisis en 1982
establecería un nuevo nivel, nuevamente influenciado por el aumento del valor unitario del capital
fijo. A lo largo de la “década perdida” de los ochentas, cuando la tasa de ganancia mostró su mínimo
histórico, el valor del capital fijo se mantuvo estable debido tanto a un estancamiento de la inversión
real como de los valores unitarios.
Luego de la crisis en 1989-1990, mientras que el volumen del capital fijo comenzó a expandirse, su
valor descendió debido a un notable descenso de su valor unitario. Este último se fundamentó en un
masivo crecimiento de la importación de medios de producción como expresión concreta del
abaratamiento del capital constante. La reducción en los aranceles y el bajo tipo de cambio real fueron,
entre otras, algunas de las medidas públicas implementadas por el Estado capitalista. La participación
de las importaciones en la inversión total en maquinaria y equipo creció desde 11,5% en 1990 a 42,8
en 1994 (la inversión total en maquinaria y equipo creció desde los 6.320 millones de pesos de 1993
hasta los 20.720 millones en los mismos años). La participación de la maquinaria importada, con la
obvia interrupción de 2001-2002, continuó creciendo hasta 2011, revirtiéndose una tendencia que se
había desarrollado previamente a lo largo de todo el siglo. A diferencia de las décadas del período de
sustitución de importaciones, la reducción absoluta del valor unitario del capital desde 1990 ha estado
basada en el desplazamiento de los productores nacionales por la competencia internacional, lo que
en definitiva resultaría en una reducción sustancial de la participación de las ramas manufactureras
en la producción y el empleo.

75
De todos modos, lo anterior no supone a grandes rasgos una modalidad de acción diferente del capital
transnacional, el cual produce para el mercado mundial mercancías basadas en renta diferencial del
suelo mientras produce otros bienes manufacturados (automotriz, textiles, químicos) para el
MERCOSUR y América Latina como ampliaciones del mercado interno que suponen una mayor
escala y productividad que durante la ISI pero con la misma incapacidad de los capitalistas para
competir realmente en el mercado mundial en aquellas producciones que no se vean beneficiadas por
la renta diferencial del suelo.

PARTE III
El proceso de acumulación de capital en Argentina
(1910-2011)

La acumulación de capital y la tasa de ganancia en Argentina 1910-2011


En las siguientes secciones se presentarán los resultados de las estimaciones realizadas de una serie
de variables relevantes para el estudio de la acumulación en Argentina desde el punto de vista de la
economía política marxista. Naturalmente la utilidad de estas estimaciones excede esta investigación
y su marco analítico específico.
Constituye sin dudas todo un síntoma que, siendo el régimen capitalista un régimen cuya finalidad es
la ganancia mediante la valorización y la acumulación, no se considere el estudio de la rentabilidad

76
un aspecto central del análisis y la realidad económica, social y política. Por el contrario, se trata de
una temática poco desarrollada.
En tanto la relación de producción capitalista se expande, la reproducción de una determinada
formación económico-social se encuentra crecientemente regida por las leyes del capital, o en
términos de Mattick, existe una “creciente interdependencia entre la producción y la vida social en
general”.97 El carácter de relación social general que alcanza la relación capitalista implica en
definitiva que una parte mayoritaria de la población para reproducir sus condiciones de existencia
deba vender su fuerza de trabajo en el mercado, por lo cual la vida en general, cotidiana, de la
población se encuentra determinada por las condiciones concretas de valorización y acumulación de
capital que enfrentan los capitalistas ante los que la clase obrera tiene un papel subordinado como
vendedora de su fuerza de trabajo. Depende de esta venta para reproducir sus condiciones de
existencia, pero la venta de su fuerza de trabajo depende de la voluntad del capitalista como
contraparte del intercambio. Y esa voluntad aparece expresada en la demanda general de fuerza de
trabajo, a partir de las mejores o peores condiciones de valorización vigentes, y sintetizadas en la tasa
de ganancia que se erige así en un regulador del metabolismo social. El carácter cíclico del capital,
además, atenta en forma permanente contra la estabilidad más básica de las condiciones de
reproducción de la fuerza de trabajo.
La tasa de ganancia y su cálculo
Como en parte desarrollamos previamente, en el presente trabajo consideramos a la tasa de ganancia
como el cociente entre la masa de ganancias y el capital fijo (G/K).98 Esta medición en particular
requiere series largas de inversión -a partir de la cual se construye una serie de stock de capital fijo,
de producción y de distribución del producto.
El cociente entre el producto neto de depreciación o consumo de capital fijo (Yn) y el stock neto de
capital reproductivo o capital fijo (K) nos permite contemplar el límite máximo de la tasa de ganancia,
los niveles de rentabilidad para el caso hipotético en el que la clase obrera no necesitara consumir
para reproducir su fuerza de trabajo, y evaluar el sustento de las explicaciones que hacen hincapié en
la distribución como elemento central del comportamiento de la tasa de ganancia.99
En general, para los países centrales las mediciones en términos corrientes (o nominales) y constantes
(o reales) no arrojan divergencias significativas. Sin embargo, en el caso de los países periféricos
históricamente una parte considerable de medios de producción no han sido producidos localmente.
Las crisis periódicas, que implican desvalorización relativa del capital en todas sus formas, y en
particular del capital-dinero, eventualmente merman la capacidad de importar medios de producción,
elevándose sus precios relativos y afectando la inversión y la rentabilidad. Un mayor crecimiento de
los precios de los medios de producción, disminuirá los niveles de rentabilidad, mientras que una
evolución relativa favorable a los precios del producto, por contrario, los elevará. En este sentido, los

97
(Mattick, 2013, p.172).
98
Se consideran las ganancias netas (excedente neto de explotación en términos de las cuentas nacionales), es
decir, las ganancias brutas descontados los impuestos netos y el consumo de capital fijo. Para mayores detalles,
consultar el anexo metodológico.
99
Este conjunto de explicaciones, generalmente conocidas como “profit squeeze” o del “estrangulamiento de las
ganancias”, considera que es el comportamiento de los salarios reales el que pone en cuestión los niveles de
rentabilidad. Para una crítica de estas explicaciones ver Weeks (1979) y Shaikh (2006, pp.152-158).
77
abruptos ascensos de IPIBIF/IPPBI son más bien un síntoma de la crisis de rentabilidad y la
desvalorización de la moneda, antes que una causa.
La disponibilidad de series históricas de precios implícitos de la inversión bruta fija y el PBI nos
permite establecer cálculos en precios corrientes, y lograr así una aproximación mayor a los niveles
de rentabilidad vigentes en cada año. Por otra parte, la construcción de una serie de consumo de
capital fijo a partir de la serie construida de stock de capital fijo reproductivo de la economía nos
permite descontar este componente del producto bruto y obtener el producto neto, el cual es
numerador más apropiado para medir la tasa de ganancia máxima o productividad del capital toda
vez que al no descontar el consumo de capital fijo (en tanto desgaste o capital constante fijo
transferido) del producto bruto el trabajo vivo no aparece separado de esta porción transferida del
capital constante.
Cabe resaltar que a lo largo del presente trabajo el consumo de capital fijo refiere exclusivamente al
consumo de capital fijo reproductivo.

El capital constante fijo de la economía argentina (1910-2011)


En este apartado en particular abordaremos algunos rasgos salientes de la evolución histórica del
capital constante fijo en Argentina. El stock neto de capital fijo reproductivo considera las
maquinarias y construcciones en funciones a costos de reposición, descontadas de estas últimas las
construcciones residenciales, que forman parte del consumo personal y no de la producción
capitalista.
A continuación se presentan series propias de capital fijo de la economía argentina incluyéndose
además series de capital fijo en maquinaria nacional e importada para el período 1918-2011.
Convencionalmente para determinar la maquinaria y las construcciones productivas en funciones se
utiliza el método de inventarios permanentes (MIP), mediante el cual, estableciéndose vidas útiles
para los dos tipos de medios de producción (19 años para la maquinaria y 48 años para las
construcciones) y la función de depreciación (lineal, es decir que a lo largo de cada año de vida útil
se consume la misma proporción del activo), se calcula el stock neto de capital reproductivo
acumulando para cada año las inversiones pasadas de acuerdo a la vida útil y la depreciación
establecidas.
De este modo para cualquier año t el stock de maquinaria será igual a la totalidad de la inversión en
maquinaria realizada en dicho año, más 18/19 de la inversión realizada en el año t-1, más 17/19 de la
inversión realizada en t-2, y así sucesivamente hasta el año t-18 cuyo aporte al stock será de 1/19 de
la inversión original. Idéntico cálculo deberá realizarse para las construcciones con su
correspondiente vida útil y depreciación.

78
Gráfico N°8 - Volumen de capital fijo reproductivo y fuerza de trabajo asalariada
(1910-2011)

Capital Fijo (mill.$93) Asalariados (000´s, eje der.)

700.000 14.000

600.000 12.000

500.000 10.000

400.000 8.000

300.000 6.000

200.000 4.000

100.000 2.000

- 0

1986
1910
1914
1918
1922
1926
1930
1934
1938
1942
1946
1950
1954
1958
1962
1966
1970
1974
1978
1982

1990
1994
1998
2002
2006
2010
Fuente: ver cuadros N°2 y N°3 en anexos.
Tanto el capital fijo o stock neto de capital reproductivo, como el producto, pueden ser medidos en
términos reales (constantes) o nominales (corrientes). Las mediciones en términos reales hacen
referencia a una evolución física o en volumen de las categorías, haciendo abstracción de las
variaciones de precios, mientras que las mediciones nominales las expresan en términos monetarios
y, por ende, toman en cuenta también la evolución de los precios.
Siendo una estimación del stock a costos de reposición, las inversiones acumuladas que conforman
el stock son computadas en términos reales o de volumen y luego de obtenido el stock real se lo
deflacta por un índice de precios de la inversión. Si se tratase de una estimación del stock a costos
históricos, las inversiones acumuladas serían directamente las inversiones nominales de cada año de
acuerdo al nivel de precios particular vigente en cada uno de ellos.
La masa de medios de producción o el volumen de capital fijo reproductivo de la economía argentina
(maquinaria e infraestructura) se ha multiplicado por 20,7 en el último siglo, desde 29.284 millones
de pesos constantes en 1910 a 607.518 millones en 2011, mientras que la fuerza de trabajo sólo se ha
quintuplicado desde 2,5 millones de asalariados a 12,7 millones en el mismo período.

79
Gráfico N°9 - Participación en el capital fijo total de la maquinaria (M&E), la
construcción reproductiva (CR) y la construcción no-reproductiva (CnoR)

M&E CR CnoR

100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%

1967

2006
1910
1913
1916
1919
1922
1925
1928
1931
1934
1937
1940
1943
1946
1949
1952
1955
1958
1961
1964

1970
1973
1976
1979
1982
1985
1988
1991
1994
1997
2000
2003

2009
Fuente: ver anexo metodológico y cuadro N°2 del mismo.
En el gráfico N°9 a título ilustrativo se muestra la participación de cada componente en una medición
convencional del stock de capital fijo, es decir, aquella que incluye las viviendas (la construcción no
reproductiva). Inicialmente estas presentaban una participación del 69,3% en el stock mientras que al
año 2011 su aporte era del 44,2%. El capital fijo reproductivo propiamente dicho ha expandido así su
participación en forma relativa conforme la composición técnica del capital se ha incrementado.

Gráfico N°10 - Componentes del capital de capital fijo reproductivo

CR M&Enac. M&Eimp.

100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
1942

1981
1918
1921
1924
1927
1930
1933
1936
1939

1945
1948
1951
1954
1957
1960
1963
1966
1969
1972
1975
1978

1984
1987
1990
1993
1996
1999
2002
2005
2008
2011

Fuente: ver cuadro N° 2 en anexos.


El aporte de la maquinaria al capital fijo reproductivo también ha mostrado un incremento relativo a
lo largo del último siglo, con algunas interrupciones en las décadas de menor inversión como los años
treinta y ochenta. La participación de la maquinaria en el capital fijo reproductivo se ha incrementado

80
desde el 19,9% en 1910 hasta el 47,9% en 2011. Dado que la maquinaria tiene una menor vida útil
que las construcciones reproductivas, los descensos generales de la inversión tienden a reducir en
forma más pronunciada su participación en el stock. Lo inverso también ocurre cuando la inversión
muestra un incremento importante.
El volumen de maquinaria por asalariado se ha incrementado más de 36 veces entre 1882 y 2011
desde 635 a 22.937 pesos constantes de 1993.100 Como puede observarse, el incremento no es lineal
sino que los ritmos de acumulación varían de acuerdo al contexto histórico específico, las fases del
ciclo y otros aspectos, pero el incremento de la acumulación y la fuerza productiva del trabajo en el
sentido marxiano han operado. Buena parte de las grandes crisis históricas del capitalismo argentino
desembocaron en un descenso del volumen de maquinaria por asalariado, como la crisis de 1891, la
Primera Guerra Mundial, el Crack del 29, las crisis de 1981-1982, 1989 y la de 2001-2002.

Gráfico N° 11- Maquinaria por asalariado. Argentina 1882-2011 (pesos de 1993)


25.000

22.500

20.000

17.500

15.000

12.500

10.000

7.500

5.000

2.500

-
1903

1984
1882
1885
1888
1891
1894
1897
1900

1906
1909
1912
1915
1918
1921
1924
1927
1930
1933
1936
1939
1942
1945
1948
1951
1954
1957
1960
1963
1966
1969
1972
1975
1978
1981

1987
1990
1993
1996
1999
2002
2005
2008
2011
Fuente: ver cuadro N° 3 en anexos.
Existe una corriente general dentro de las ciencias sociales argentinas que tiende a negar cualquier
desarrollo industrial previo a la sustitución de importaciones, haciendo mención, casi exclusivamente,
a las industrias procesadoras de materias primas agropecuarias, las cuales indudablemente constituían
con la textil, y como en cualquier país periférico, las principales ramas de la industria manufacturera.
No obstante, dentro de dicha corriente se desconocen, en general, desarrollos industriales en otras
ramas. Como bien ha demostrado Villanueva (1972) la concepción general de dicha corriente es más
bien una versión “olímpica” de los hechos, y la tendencia del crecimiento industrial, tanto absoluto
como en relación al producto bruto, ya se había consolidado en el primer tercio del siglo. Del mismo
modo, los datos en la próxima sección muestran que el crecimiento de la participación de la
maquinaria nacional dentro de la inversión en maquinaria es una tendencia que también se empezó a
consolidar en las primeras décadas del siglo.

100
Este hecho cuestiona la visión tradicional de muchos partidos y autores marxistas, que sostienen sin mayor
respaldo el estancamiento de las fuerzas productivas desde la primera mitad del siglo XX.
81
Gráfico N° 12 - Inversión en maquinaria (Inv.M&E) y participación según origen
nacional (M&ENac.) o importado (M&EImp.). Argentina 1900-2011
M&Enac. M&Eimp. Inv.M&E

100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
1912

1978

1987
1900
1903
1906
1909

1915
1918
1921
1924
1927
1930
1933
1936
1939
1942
1945
1948
1951
1954
1957
1960
1963
1966
1969
1972
1975

1981
1984

1990
1993
1996
1999
2002
2005
2008
2011
Fuente: ver cuadro N° 2 en anexos.
En oposición a dicha tesis, y a las teorías sobre la irracionalidad anticapitalista de la burguesía
terrateniente durante el período, también debe señalarse que el incremento de las importaciones
argentinas fue acompañado de un mayor incremento relativo de las importaciones de maquinaria e
insumos intermedios, en definitiva, de capital constante.
La inversión en maquinaria nacional e importada hasta la posguerra.
A lo largo de la primera mitad del siglo XX existe un ascenso claro de la participación de la inversión
en maquinaria nacional hasta la posguerra. Esta tendencia incluye, obviamente, todo el período del
siglo en el que predominó el “modelo agroexportador”. La inversión en maquinaria nacional pasó de
representar el 14.9% de la inversión total en maquinaria, durante el quinquenio 1900-1904, al 57.9%
en 1925-1929. Si bien la crisis del 30, con la devaluación y la caída de importaciones consiguientes,
disminuyeron aún más la participación de la inversión en maquinaria importada, este descenso no fue
un hecho aislado, sino un elemento constante desde inicios del siglo.
La crisis del 30, ciertamente, motivó un aumento de la participación de la maquinaria nacional (que
aumentó al 74% en el quinquenio 1930-1934). Sin embargo, este aumento se dio en un contexto en
el que la propia inversión en maquinaria nacional no logró superar su nivel de 1929, el cual sería
superado recién en forma abrupta en 1946. La Segunda Guerra Mundial, en este contexto, se
constituyó en el período del siglo de menor participación relativa de la maquinaria importada. Al
derrumbe del comercio internacional producto de la Gran Depresión se agregaría la reconversión de
las economías centrales para la guerra. La oferta de bienes de producción en países dependientes de
la importación de maquinaria se vería así fuertemente reducida y desarticulada. En 1945, la inversión
en maquinaria nacional fue de 1.140 millones de pesos de 1993, mientras que en 1929 su monto a
valores constantes había sido de 1.907 millones de pesos de 1993. Incluso, el mayor nivel alcanzado
tras la crisis, en 1938, se dio en consonancia con la menor participación relativa de la maquinaria
nacional. Lo mismo ocurrirá en 1946. La inmediata posguerra presenta, por contrario, un fuerte

82
crecimiento de esta última. Dicha coyuntura reunió varios factores que alentaron el crecimiento
importador.
Parece existir entonces un patrón que recorre todo el período 1930-1945 e incluso llega a los
cincuenta. El aumento de la participación de la maquinaria nacional se da en consonancia con caídas
generales de la inversión. Mientras que los aumentos absolutos de la inversión en maquinaria nacional
se presentan en años en los que la maquinaria importada crece en mayor medida, traccionando la
inversión general y la propia compra de maquinarias nacionales. El comportamiento desde fines de
los cincuenta hasta mediados de los setenta es bien distinto: el crecimiento y la estabilización en altos
niveles de participación de la inversión en maquinaria nacional se presentan en conjunto con un
aumento sostenido de la inversión, aunque las fluctuaciones menores en la participación sigan
respondiendo al mismo patrón.
En 1945 el stock de capital en maquinaria era inferior al de 1929, experimentando en particular un
fuerte descenso entre 1940 y 1945 (variación anual promedio de -3.7%). Si bien ambas inversiones
en maquinaria cayeron fuertemente, la inversión en maquinaria importada era prácticamente
inexistente en 1945 (representando 5.7% de la inversión en maquinaria de ese año, y sólo el 8.4% de
la inversión en maquinaria importada de 1939). No obstante, la producción nacional de bienes de
capital acompañó el descenso, llegando a representar en 1945 sólo 59.6% de la inversión en
maquinaria nacional de 1939.
El cuadro general era entonces el de una fuerte descapitalización, dentro del cual los productores
nacionales no estaban en condiciones de sustituir la maquinaria importada, por cuestiones tanto
técnicas (incapacidad tecnológica de reproducir los medios de producción importados, dependencia
de los mismos productores de maquinaria importada) como de costos (precios relativos de la inversión
en alza). A este respecto, Katz & Kosacoff subrayan en relación al período 1930-1944:
“no es infrecuente que los productos con que se inicia la sustitución de importaciones hayan sido
copia de un diseño extranjero largamente rezagado con respecto al “estado del arte” internacional
vigente al momento de la copia, (…) el equipamiento físico de la planta fabril estaba compuesto por
máquinas usadas y auto-fabricadas, de un alto grado de obsolescencia física y tecnológica; (…) el
grado de integración vertical de los establecimientos fabriles era poco menos que total, ante la falta
de subcontratistas y abastecedores de insumos, partes y componentes”101
Se configuraba así un cuadro potencial para una fuerte demanda de bienes de producción, una vez
restituidas otras condiciones macroeconómicas, y en mayor medida de importados.
Adicionalmente, los cambios tecnológicos producidos durante los últimos años, motorizados en
buena medida por la reconversión de las economías centrales para la guerra, significaron un cambio
cualitativo sustancial de los bienes de capital.
De forma tal que la dotación de maquinaria de la economía argentina, que en los treinta se había
reducido y alejado de la frontera internacional, se encontraba ahora, ante un contexto de notable
progreso tecnológico, con un redoblado grado de obsolescencia y escasa renovación.
Las caracterizaciones de los años atravesados por la Segunda Guerra Mundial en Argentina no suelen
tomar en consideración la relevancia de los niveles de inversión en dicho contexto económico, mucho
101
(Katz & Kosacoff, 1989, p.48).
83
menos el stock y la acumulación de capital fijo. No obstante, sin considerarse estos factores, el
crecimiento notable de las importaciones durante el peronismo queda también sin un gran elemento
explicativo. El nivel de atraso relativo del capital fijo en maquinaria en Argentina revestía tal
magnitud, que su renovación mediante la importación se hacía ineludible. Las tasas de crecimiento
del stock de capital en maquinaria estadounidense fueron las mayores de la serie histórica de BEA,
que comienza en 1925, y probablemente de su historia.

Gráfico N° 13 - Tasas de crecimiento del volumen del stock de maquinaria y equipo


en Argentina y Estados Unidos (1926-1954)
Argentina USA
40%
35%
30%
25%
20%
15%
10%
5%
0%
-5%
-10%
1935

1950
1926
1927
1928
1929
1930
1931
1932
1933
1934

1936
1937
1938
1939
1940
1941
1942
1943
1944
1945
1946
1947
1948
1949

1951
1952
1953
1954
Fuente: ver cuadro N°2 en anexos, USA = Bureau of Economic Analysis.
Dada la centralidad de la economía estadounidense en la producción de maquinaria más desarrollada
y compleja, y su relevancia como proveedora para los países dependientes, este enorme crecimiento
de su stock de maquinaria no expresa otra cosa que una notable expansión de la frontera tecnológica
internacional.102 El aporte del peronismo a la renovación del capital fijo en el país vía importaciones,
es también un elemento explicativo adicional del apoyo empresario que el mismo tendría.103 El fin de
la guerra encuentra a Argentina, en un comercio mundial restablecido, con grandes saldos acumulados
que permitirán financiar la importación de maquinaria y términos del intercambio muy favorables

102
De acuerdo a datos de Maddison (1994) y considerando a Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Japón,
el stock de maquinaria en Estados Unidos representaba en 1950 el 75,3% del volumen total de maquinaria de
los cuatro países.
El tamaño de la economía estadounidense, su liderazgo tecnológico y sus enormes tasas de incremento en la
producción de maquinaria, en conjunto con una demanda insatisfecha por la interrupción de los flujos
comerciales o la destrucción de la guerra, implicaron necesariamente una modificación sustantiva de la
productividad.
103
“Por ejemplo, las dos principales asociaciones gremiales metalúrgicas estaban divididas entre los fabricantes de
industria ligera pro peronistas –las cuales producían bienes de consumo (refrigeradores, hornos de cocina,
ventiladores eléctricos, repuestos de automóviles, etc.) y se beneficiaban de la expansión del mercado de
consumo- y los fabricantes de productos de industria pesada (maquinaria y equipamiento), antiperonistas,
quienes objetaban las políticas gubernamentales de importar indiscriminadamente la maquinaria y el
equipamiento que los industriales de bienes de consumo necesitaban. Una división similar existió en la rama
textil” (Brennan y Rougier, 2013, p.102).
84
para las exportaciones argentinas. En 1946-1951 la importación de maquinaria se expande nada
menos que a una tasa anual promedio de 109.7%, mientras que la inversión en maquinaria nacional
lo hace a un 19.9%. La participación relativa alcanzada en 1951 por la inversión en maquinaria
importada será recién superada en 1997.
En el capitalismo, el crecimiento de la producción, la generación de nuevo valor, guarda una íntima
relación con la dotación de maquinaria de la economía. La ampliación de la producción de mercancías
se realiza en conjunto con la inversión en medios de producción de mayor fuerza productiva. La
competencia entre empresas las impulsa a realizar inversiones en capital fijo que les permitan abarcar
mayores cuotas de mercado aumentando su productividad. El fuerte descenso de la tasa de ganancia
de la economía durante el peronismo, más allá de las mejoras en la participación de los asalariados
en el ingreso, se explica principalmente por un fuerte crecimiento del capital fijo y de los precios
relativos de la inversión.
Los primeros años de la década del cincuenta encontrarán a la Argentina con términos del intercambio
menos favorables, comenzando a vislumbrarse presiones sobre la balanza de pagos, devaluación del
tipo de cambio y estancamiento en las exportaciones. La tasa de crecimiento del capital fijo en
maquinaria mostrará nuevamente niveles descendentes desde 1951 hasta 1954. En este breve período
la reducción de la tasa (de 6,8% a 1,8%) estuvo enteramente explicada por la reducción en la tasa de
acumulación de maquinaria importada (de 26,1% en 1951 a 2,5% en 1954), manteniéndose estancada
en bajos niveles la tasa de crecimiento del stock de maquinaria nacional (alrededor del 1,5%).
En dicha coyuntura, el peronismo intentará alentar la radicación masiva de empresas extranjeras
mediante una ley, que no obstante tendría un reducido impacto. La presencia de capitales extranjeros
más desarrollados, permitiría aumentar no sólo la importación de maquinaria que estos llevarían a
cabo sino también la producción nacional de la misma, aportando tecnología y conocimiento para el
aprendizaje de productores o proveedores nacionales.
La inversión en maquinaria desde el desembarco masivo del capital industrial transnacional.
En dicho marco, será la llegada de capitales transnacionales europeos y estadounidenses la que, a
partir de 1958, provocará un nuevo crecimiento sostenido de la participación de la maquinaria
nacional dentro del capital fijo, la cual durante la posguerra tendió más bien a descender, justamente
hasta el año 1957. La “dependencia” tecnológica que antes se manifestaba más claramente en el
ámbito del comercio exterior, como dependencia importadora, ahora aparecía en mayor medida
“internalizada” con la presencia de las transnacionales en el mercado interno, como dependencia del
conjunto de la economía respecto a un grupo concentrado de empresas. Si bien en el nuevo estado de
situación, la economía no dejó de depender del ingreso de maquinaria importada, relativamente esta
dependencia, en su forma comercial, se redujo. Desde fines de los años cincuenta hasta 1976 existirá
un rasgo distintivo ya señalado, el aumento de la participación de la maquinaria nacional en el stock
se presentará en conjunción con un crecimiento del stock total.
Será entonces el ingreso masivo del capital transnacional el factor que establecerá dicho rasgo
distintivo. Buena parte de este período suele ser caracterizado como la segunda etapa de la
industrialización por sustitución de importaciones, en la cual experimentarían un mayor crecimiento
relativo las industrias pesadas, relacionadas con mayores dotaciones de capital fijo y complejidad
tecnológica, en gran medida aportados por el capital industrial transnacional. Su radicación en

85
Argentina y sus eslabonamientos hacia atrás y hacia delante, confluyeron en una mayor producción
relativa de maquinaria nacional.

Gráfico N° 14 - Capital fijo en maquinaria y participación relativa de la maquinaria


nacional e importada en el stock. Argentina 1918-2011

M&Enac. M&Eimp. CFM&E mill.$93

100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
1942

1981
1918
1921
1924
1927
1930
1933
1936
1939

1945
1948
1951
1954
1957
1960
1963
1966
1969
1972
1975
1978

1984
1987
1990
1993
1996
1999
2002
2005
2008
2011
Fuente: ver cuadro N°2 en anexos.
No obstante, esos capitales actuaban en Argentina bajo una modalidad particular, típica del contexto
de posguerra en la periferia. Sus inversiones estaban conformadas principalmente por medios de
producción obsoletos para las condiciones vigentes en sus países de origen, que en definitiva acotaban
su escala a un mercado interno restringido.
Pero ¿por qué motivo las economías dependientes como la de Argentina buscaban atraer al capital
industrial transnacional? Estos capitales en tanto tales habían alcanzado un notable desarrollo de la
fuerza productiva. Tal como hemos observado anteriormente en la segunda parte de este estudio, la
capacidad de generar plusvalor se encuentra íntimamente relacionada con la productividad relativa
de la economía, de modo tal que esta última debe incrementar su productividad en forma permanente
y a un ritmo similar al resto para producir el mismo valor per cápita por unidad de tiempo. De no
hacerlo, la desvalorización general de la economía y la crisis se impondrían. En tanto dichos capitales
representaban el mayor desarrollo de la fuerza productiva, su radicación se convertiría necesariamente
en un objetivo central desde el punto de vista del capital en su conjunto.
La modalidad de actuación del capital transnacional en la economía presentaba una limitación
intrínseca en el contexto internacional, que lo mantenía alejado de la frontera internacional y de los
niveles de productividad de los países centrales y de una serie de países periféricos de crecimiento
más dinámico. Dicha insuficiencia era, en el caso de los capitales de propiedad nacional, aún mayor.
Esta limitación se hizo patente ya durante la década del 70, cuando la insuficiente escala comenzaría
a verse afectada por la competencia internacional.
Entre 1973-1976 el stock de maquinaria importada se redujo a una tasa promedio del 1,3%, mientras
que el stock de maquinaria nacional continuó creciendo hasta 1981. Aquella reducción, estará a su
vez relacionada con, entre otras cosas, el fin de las operaciones en el país por parte de algunas

86
transnacionales. El verdadero trasfondo fue una caída sustancial de la tasa de ganancia de la economía
que derivó en fuertes modificaciones del aparato productivo.
Durante la dictadura la participación relativa del stock de capital en maquinaria nacional presentaría
una reducción desde el 87,0% al 85,4% en 1982, por el mayor aumento relativo de la inversión neta
en maquinaria importada, fomentada por políticas comerciales liberales y una moneda sobrevaluada.
La crisis de 1982 y, en general, buena parte de los ochenta, recorridos por una fuerte crisis de
rentabilidad y de cuenta corriente, permitió en cierta medida posponer este desplazamiento masivo
de productores nacionales por la competencia internacional. Durante la década de los ochenta existió
una fuerte descapitalización y una mayor participación de la inversión en maquinaria nacional ante la
escasez de divisas. El cuadro en este aspecto fue muy similar al de 1930-1945.
Desde los 90, la maquinaria nacional viene siendo notablemente desplazada por la maquinaria
importada, revirtiéndose una tendencia iniciada con el mismo siglo XX. Cabe destacar que, contrario
a lo enunciado por algunos economistas, esta reversión continúa hasta la actualidad. Hay que
remontarse a 1919 para encontrar un nivel de participación menor de la maquinaria nacional en el
capital fijo en maquinaria.

Gráfico N°15 - Inversión en maquinaria nacional e importada como porcentaje del


PBI a precios constantes (1900-2011)

M&Enac./PBI M&Eimp./PBI

16%

14%

12%

10%

8%

6%

4%

2%

0%
1957

1972
1900
1903
1906
1909
1912
1915
1918
1921
1924
1927
1930
1933
1936
1939
1942
1945
1948
1951
1954

1960
1963
1966
1969

1975
1978
1981
1984
1987
1990
1993
1996
1999
2002
2005
2008
2011

Fuente: ver cuadro N°2 en anexos.


En términos generales la inversión en maquinaria ha mostrado una participación creciente como
porcentaje del producto bruto interno, claro que mediada por extensos períodos de caída en dicha
participación relativa así como modificaciones en el aporte de la maquinaria nacional e importada.

La tasa de ganancia en Argentina 1910-2011


La tasa de ganancia muestra una clara tendencia histórica al descenso en el período considerado.
Durante la primera década del período (1910-1919) la tasa de ganancia nominal sobre capital fijo

87
promedió el 90,0%, mientras que en la última década (2002-2011) su promedio fue de 32,0%,
resultando en una reducción entre ambos extremos del 64,4%.
Este descenso se explica por una sobreacumulación relativa de capital, hipótesis que se ve reforzada
por el comportamiento similar de la tasa de ganancia máxima.104 La sobreacumulación de capital
expresa un mayor crecimiento relativo del trabajo pretérito, objetivado en capital fijo acumulado,
respecto al trabajo vivo expresado en el valor agregado de la economía (producto neto, Yn).
Los descensos relativos de la tasa de ganancia, respecto a la tasa de ganancia máxima, dan cuenta de
un descenso de la participación de las ganancias netas en relación a lo apropiado por la clase obrera,
y viceversa, expresando esas diferencias la incidencia de la distribución en la tasa de ganancia. Como
puede apreciarse en el gráfico N°16, esta incidencia es marginal. En el largo plazo la tendencia
descendente de la tasa de ganancia se presenta, de este modo, con independencia de los cambios
distributivos en uno u otro sentido.
El período posterior a la gran Crisis del 29 aparece, sin dudas, como el de mayor descenso de la
rentabilidad. Previamente, al inicio de la serie, la economía argentina había experimentado un fuerte
descenso de la tasa de ganancia que sería revertido, una vez finalizada la Primera Guerra Mundial.
Pero ya en 1925 la rentabilidad iniciaría un camino de franca caída. Entre 1925 y 1950, la tasa se
reduce un 3,3% anual promedio, pasando del 102,4% al 35,0% en dicho lapso. Será principalmente
entre 1955-1964, en buena parte debido a cambios regresivos en la distribución, que la rentabilidad
experimentará cierta recuperación, aunque por debajo de los niveles vigentes aún en los dos años
iniciales del primer gobierno de Perón. En el año 1966, durante el cual llegara al poder la dictadura
de Onganía, la tasa de ganancia se ubicará en niveles inferiores a los vigentes en aquel período de
diez años de leve recuperación, estabilizándose, a grandes rasgos, hasta 1973.

Gráfico N° 16 - Tasa de ganancia máxima y tasa de ganancia. Argentina 1910-2011

TG YN/K (eje der.)

120% 1,80

1,60
100%
1,40

80% 1,20

1,00
60%
0,80

40% 0,60

0,40
20%
0,20

0% -
1970

1982
1910
1912
1914
1916
1918
1920
1922
1924
1926
1928
1930
1932
1934
1936
1938
1940
1942
1944
1946
1948
1950
1952
1954
1956
1958
1960
1962
1964
1966
1968
1972
1974
1976
1978
1980
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010

104
Cabe recordar que el capital a lo largo de su circuito (D-M…P…M´-P´) adopta la forma de capital-dinero,
capital-mercancías y capital-productivo, siendo el capital fijo en particular sólo una expresión del capital-
productivo.
88
Fuente: ver cuadro N°5 en anexos.
La tasa de ganancia se derrumba finalmente en 1974-1975, alcanzando el mínimo histórico hasta ese
momento, pasando del 40,6%, en 1973, al 25,0% en 1975. Esta caída coincide a nivel general con la
operada en otros países.105 Más importante aún, se trata de una caída que trasciende la capacidad
política de la clase capitalista de reducir los costos laborales y la participación de los trabajadores en
el ingreso: la tasa de ganancia máxima del capital desciende en forma similar.106 Si bien en 1976 la
tasa de ganancia experimenta el mayor crecimiento interanual de toda la serie –la dictadura militar
hace descender la participación de los trabajadores en el producto a niveles anteriores a la década del
veinte-, retomará un rumbo descendente en forma inmediata, alcanzando niveles incluso menores a
los de 1975.

Gráfico N°17 - Tasa de ganancia a precios corrientes y constantes, y precios


relativos de la inversión (1993=1.00 , eje der.). Argentina 1910-2011
TG constantes TG corrientes Precios relativos (IPIBIF/IPPBI)

120% 1,6

1,4
100%
1,2
80%
1,0

60% 0,8

0,6
40%
0,4
20%
0,2

0% 0,0
1952

1991
1910
1913
1916
1919
1922
1925
1928
1931
1934
1937
1940
1943
1946
1949

1955
1958
1961
1964
1967
1970
1973
1976
1979
1982
1985
1988

1994
1997
2000
2003
2006
2009
Fuente: ver cuadro N°5 en anexos.
Desde inicios de los noventa, la tasa de ganancia retomará una senda ascendente hasta 1997. Al año
siguiente, comenzará un nuevo descenso hasta 2002. El ciclo de recuperación, iniciado a partir de
2003 culminará en 2009, con consonancia con la crisis de rentabilidad global que llega hasta el
presente. Las tasas de ganancia vigentes en la década del noventa y en la primera década del siglo
XXI, sólo se ubicaron por encima del nivel promedio de los ochenta. La recuperación es, de esta
forma, muy acotada, no logrando superar el nivel promedio de la primera parte de los setenta.

105
Por ejemplo, en Estados Unidos y Europa: Duménil & Lévy (2002, 2005), Chile: Maito (2012), Brasil:
Marquetti et. al (2010), México: Mateo Tomé (2006).
106
Para un análisis sobre el apoyo generalizado de las patronales al golpe militar, ver Sanz Cerbino (2010).
89
Gráfico N° 18 - Tasa de ganancia (TG), composición de valor del capital (CVC) y tasa
de plusvalía (G/CV). Argentina 1910-2011
TG TP (eje der.) CVC (eje der.)
120% 800%

700%
100%
600%
80%
500%

60% 400%

300%
40%
200%
20%
100%

0% 0%
1910

1955

1979
1913
1916
1919
1922
1925
1928
1931
1934
1937
1940
1943
1946
1949
1952

1958
1961
1964
1967
1970
1973
1976

1982
1985
1988
1991
1994
1997
2000
2003
2006
2009
Fuente: ver cuadros N°5 y N°6 en anexos.
Considerando el comportamiento histórico de la tasa de ganancia en tanto expresión de la tasa de
plusvalía y la composición de valor del capital surge, de acuerdo al gráfico N°18, una tendencia de
largo plazo al incremento de esta última, mientras que la tendencia de la tasa de plusvalía ha sido más
bien descendente en la primera mitad del siglo XX y con un relativa estabilidad con posterioridad a
la Segunda Guerra Mundial.
La evolución de las ganancias, el capital fijo y los precios relativos
En los gráficos N°19 y N°20 se muestra el comportamiento de la tasa de ganancia de acuerdo a la
incidencia positiva o negativa de los distintos componentes (ganancias y capital fijo en términos reales
o de volumen, y precios relativos de la inversión respecto al producto).
En los gráficos las variaciones se presentan de acuerdo al sentido positivo o negativo sobre la
rentabilidad, es decir, las variaciones, por ejemplo, del capital fijo y los precios relativos de la
inversión que en el gráfico muestran valores negativos en realidad son variaciones positivas en ambos
casos, que al incrementar el denominador tienen en definitiva incidencia negativa, tal como lo refleja
el gráfico. En el caso de las ganancias, por el contrario, la incidencia sobre la rentabilidad coincide
con el sentido de las tasas de variación (crecimiento de las variable afecta positivamente la
rentabilidad). La trayectoria de la tasa de ganancia puede leerse entonces como un resultado neto
aproximado de la acción de estos tres componentes.
En el período 1911-1950, la masa de ganancias en términos reales creció a un promedio anual de
2,3%, debido a un crecimiento del producto de 3,2% y una reducción de la participación de las
ganancias en el mismo de 0,9%.107 El capital fijo se expandió a la misma tasa anual promedio que la
masa de ganancias, 2,3%. Sin embargo, los precios relativos de la inversión registraron una tasa anual

107
La variación de la masa de ganancias puede expresarse como igual a la variación neta del producto y la
participación de las ganancias (TVA G = TVA Y + TVA G/Y).
90
de crecimiento del 3,0%, por lo que a lo largo del período la tasa de ganancia mostró un ritmo de
descenso anual del 2,1%.
Con posterioridad a la Primera Guerra Mundial, el crecimiento de la tasa de ganancia hasta 1925
estuvo principalmente motorizado por el aumento del producto, aunque a finales de la década el resto
de los componentes acentuará su incidencia negativa, en mayor medida el capital fijo.

Gráfico N°19 - Tasa de ganancia y variación de sus componentes (1910-1950)

G CF mill.$93 IPIBIF/IPPBI TG (eje der.)

30% 120%

20% 100%

10%
80%
0%
60%
-10%
40%
-20%

-30% 20%

-40% 0%
1917

1926

1945
1910
1911
1912
1913
1914
1915
1916

1918
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925

1927
1928
1929
1930
1931
1932
1933
1934
1935
1936
1937
1938
1939
1940
1941
1942
1943
1944

1946
1947
1948
1949
1950
Fuente: ver cuadros N°1, N°2 y N°5 en anexos.
A partir de la Gran Depresión, un componente se torna decisivo: los precios relativos de la inversión
se incrementan marcadamente. Entre 1930 y 1950, la tasa de ganancia se reduce a un 3,2% anual. El
capital fijo se incrementa un 1,9% en términos reales, mientras que las ganancias lo hacen a un ritmo
menor, 1,6%. Pero adicionalmente los precios relativos crecen a una tasa anual promedio de 4,5%.
En el período 1950-2011, la cantidad de años con crecimiento de los precios relativos de la inversión
fue relativamente menor que en el período previo. Sin embargo, durante períodos de crisis y caída de
la tasa de ganancia, el tipo de cambio real y los precios relativos de la inversión crecieron a tasas
importantes, como por ejemplo en los años 1975, 1982, 1990 y 2002, en los que la incidencia negativa
de los precios relativos, producto de la crisis y desvalorización, fue muy marcada.

91
Gráfico N°20 - Tasa de ganancia y tasa de variación de sus componentes. Argentina
1950-2011

G CF mill.$93 IPIBIF/IPPBI TG (eje der.)

40% 60%

30%
50%
20%
40%
10%

0% 30%

-10%
20%
-20%
10%
-30%

-40% 0%
1958

1964
1950
1952
1954
1956

1960
1962

1966
1968
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
Fuente: ver cuadros N°1, N°2 y N°5 en anexos.
De un modo similar, durante estas crisis el incremento de la participación de las ganancias adquirió
una intensidad pronunciada. El pago de la fuerza de trabajo por debajo de su valor como mecanismo
contrarrestante de la caída de la tendencia descendente de la tasa de ganancia se ha constituido, desde
la dictadura militar iniciada en 1976, en un elemento permanente dentro de un contexto histórico de
baja rentabilidad.108
Todos los años en los que la participación del capital (de las ganancias netas) se expandió a una tasa
anual mayor al 10% se concentran en el período iniciado a mitad de los setenta. En orden de magnitud,
los años fueron 1976 (variación del 35,7% en la participación), 2002 (18,6%), 1988 (12,1%) y 1982
(10,2%).

108
Ciertamente puede citarse el Rodrigazo en 1975 como un antecedente que, no obstante, en buena medida
quedó anulado por la movilización del movimiento obrero que permitió recuperar el poder adquisitivo del salario
frente al escenario de crisis y el intento de implementar el plan de ajuste por parte del gobierno peronista. A este
respecto, puede consultarse Torre (2004).
92
Gráfico N°21 - Tasa de ganancia (TG) y tasa de ganancia sin pago de la fuerza de
trabajo por debajo de su valor (TG-FT1973). Argentina 1960-2011)

TG TG-FT1973

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%
1972

1984

1996

2008
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
2007
2009
2010
2011
Fuente: ver anexos.
En el gráfico N°21 se puede observar el efecto sobre la rentabilidad de este mecanismo contrarrestante
a lo largo del período posterior. Se ha tomado el salario real de 1973 como base. Luego se ha realizado
el ejercicio de mantener constantes los niveles salariales en los años posteriores, deduciendo de las
ganancias la diferencia entre la masa salarial realmente existente y la masa salarial que hubiera
surgido de un salario real constante, es decir apenas estancado en el nivel de 1973.
El pago de la fuerza de trabajo por debajo de su valor ha sido uno de los factores contrarrestantes
señalados por Marx. Particularmente, es un factor que entra en acción durante las crisis cíclicas en
pos de la restauración de los niveles de rentabilidad vía el incremento relativo de la masa de ganancias,
de la tasa de plusvalía, no ya mediante un mayor desarrollo de la fuerza productiva que incremente la
plusvalía relativa sino afectando el fondo de consumo de la fuerza de trabajo.
En Argentina el pago de la fuerza de trabajo por debajo de su valor continúa siendo un mecanismo
compensatorio permanente (sin por ello dejar de existir una búsqueda permanente por expandir las
ganancias incrementando la fuerza productiva aún en escala insuficiente). Si bien nuestras series
llegan a 2011, nada indica que esto se haya modificado en los últimos años, sino más bien al contrario.
La continuidad de este mecanismo ha sido tan marcada que la dictadura, si bien ha sido fundamental
en su consolidación, ni siquiera ha sido el período en que el pago de la fuerza de trabajo por debajo
de su valor alcanzó sus niveles máximos. Estos se han registrado en las crisis de 1989 y 2002,
incrementando la tasa de ganancia en algo más que un 80%. O lo que es lo mismo, extrayendo ese
nivel porcentual adicional de plusvalía de la fuerza de trabajo.

La distribución funcional en el largo plazo


Las ganancias muestran en el largo plazo una reducción en sus niveles de participación en el producto.
Esta tendencia se ha confirmado ya en forma general para los países centrales, en los que la

93
participación asalariada es mucho más elevada que en los países periféricos y el monto del consumo
de capital fijo, la asignación que representa el desgaste del capital fijo, en algunos casos supera a las
propias ganancias netas. En el caso argentino también existe una presión sobre la masa de ganancias
netas en el largo plazo por el aumento de la participación de los impuestos netos y el consumo de
capital fijo. El incremento relativo de este último es una expresión, en el ámbito de la distribución
funcional, del incremento relativo del capital fijo respecto a la fuerza de trabajo o al trabajo vivo, y
de la tendencia a la sobreacumulación de capital.

Gráfico N°22 - Distribución del PBIpm. Argentina 1910-2011

Salarios Impuestos Netos Consumo de Capital Fijo Ganancias


100%
90%
80%
70%
60%
50%
40%
30%
20%
10%
0%
1946

1954

1962
1910
1912
1914
1916
1918
1920
1922
1924
1926
1928
1930
1932
1934
1936
1938
1940
1942
1944
1948
1950
1952
1956
1958
1960
1964
1966
1968
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
Fuente: ver cuadro N°1 en anexos.

Mientras que en 1910 impuestos netos y consumo de capital fijo representaban el 8,3% del PBI a
precios de mercado, en 1950 dicha participación creció hasta el 11,0%, y en 2011 alcanzó el 20,3%.
Así, por ejemplo, durante 1934, la participación asalariada se ubicó en un nivel porcentual similar al
de 2002 (27,8%), pero en el primer año las ganancias representaron el 63,1% del PBI y en 2002 el
52,8%.109
Los niveles de participación asalariada tienden a ser menores en relación a los países centrales, en los
que además la participación ha sido más estable. En el período recorrido por la industrialización por
sustitución de importaciones (1946-1975) la participación asalariada registró un promedio de 37,3%
(y de 38,6% en el decenio 1966-1975). Durante el peronismo la misma se incrementará en forma
clara, superando el pico anterior de 1928 -32,1%- y alcanzando un máximo de 42,6% en 1954. Sin

109
Esta tendencia de la distribución en el largo plazo, y la incidencia del incremento en la composición orgánica
del capital expresado en la participación del consumo de capital fijo, tampoco es abordada por las teorías “profit
squeeze” o del “estrangulamiento de las ganancias”. Al respecto Marx afirma: “lo que caracteriza a la creciente
productividad del trabajo es precisamente el hecho de que la parte fija del capital constante experimenta un fuerte
aumento y también, por tanto, la parte de valor de la misma que se transfiere a las mercancías por medio del
desgaste” (1968c, p.258).
94
embargo, desde 1955 la participación descenderá en forma marcada. En particular en 1959 se dará un
descenso pronunciado que la ubicará incluso por debajo de los niveles de 1928. Desde los sesenta
mostrará un crecimiento sostenido hasta 1975, incluyendo un nuevo pico de 42,7% en 1974. Con la
dictadura se operará la mayor caída interanual de toda la serie, pasando del 41,4% al 26,6%.
Durante el período 1976-2011 la participación de los salarios se derrumbó en los años críticos (1981-
1982, 1988-1989, 2001-2002), promediando un 33,0%. No obstante, la participación asalariada fue
más de tres puntos porcentuales superior en 1990-2011 respecto a 1976-1989, siempre con niveles
salariales inferiores el período previo a la última dictadura.
En el caso argentino, parece haber una elevada participación inicial de las ganancias, en buena medida
por la enorme productividad agropecuaria. El PBI per cápita argentino al año 1910 representaba
alrededor del 80% del PBI per cápita de Estados Unidos de acuerdo a las estimaciones de Maddison
(en dólares G-K de 1990). Tal productividad era explicada antes que por un desarrollo de la
acumulación de capital y la fuerza productiva general del trabajo de similar magnitud a la de la
generalidad de los países centrales, por una masa de ganancias especialmente conformada por la
ganancia extraordinaria generada en la rama agropecuaria en virtud de una mayor productividad
relativa basada en mejor condiciones naturales.
En esta rama, así como en la minería en general, la productividad de un mismo trabajo varía de
acuerdo a condiciones naturales no reproducibles y monopolizables, siendo regulada la tasa de
ganancia por los capitales menos eficientes y de menor productividad. De modo tal que la ganancia
extraordinaria, que toma la forma de renta diferencial del suelo, no brota necesariamente de una
mayor acumulación relativa de capital y mecanización, si bien esta última es una condición necesaria
de la producción de mercancías agrarias y en el largo plazo se encuentra determinada por las leyes de
acumulación.110 La mayor productividad se verá reflejada en el elevado nivel de participación de las
ganancias que surgirá también como resultado de un menor consumo de capital fijo, por la menor
acumulación relativa del mismo, y de una participación asalariada también baja en virtud de que el
valor de la fuerza de trabajo se encuentra determinado por los atributos productivos de la misma, en
ausencia de un desarrollo industrial general, aún confinada a tareas relativamente simples.

La masa de ganancias
A continuación se muestra la evolución de la masa real de ganancias (a pesos constantes de 1993).
Esta evolución puede descomponerse según la variación de una serie de componentes.
TVA G = TVA L + TVA Y/L + TVA G/Y
El incremento del número de fuerzas de trabajo (L, empleo asalariado) es uno de los factores
explicativos del incremento de la masa de plusvalor de la economía. La productividad por asalariado

110
De acuerdo a Iñigo Carrera (2007, pp.92 y 99), el total de ganancias del capital agrario y la renta de la tierra
agropecuaria pasaron de representar en 1929, respectivamente, el 32,1% y el 20,4% del total de las ganancias de
la economía al 20,2% y el 8,4% en 1933. Expresando la mayor productividad y rentabilidad relativa de la actividad,
cabe mencionar que al año 1929 representaba aquel 32,1% de las ganancias a partir de un capital fijo del orden
de un 12,9% del total. La tasa de ganancia –sobre capital fijo- del capital agrario se habría reducido del 60.6% al
25.1% en los dos años mencionados en primer lugar.
95
(Y/L) da cuenta del incremento del volumen producido por cada asalariado gracias a incrementos de
la productividad. La tasa de plusvalía, aunque en esta sección utilizaremos directamente la
participación de las ganancias en el producto (G/Y), es el tercer elemento explicativo del incremento
o descenso de la masa de ganancias, dando cuenta de la evolución relativa en el ámbito de la
distribución independientemente del comportamiento de la productividad.
Entre 1910 y 1950, la masa de ganancias se incrementó a una tasa promedio del 2,3%, a partir de un
crecimiento anual de la productividad por asalariado del orden del 1,1%, un descenso de la tasa de
plusvalía del -0,9% (ambos resultan en un crecimiento anual del 0,2% en las ganancias por asalariado)
y una expansión anual de la fuerza de trabajo del 2,1%.
En el período de posguerra, en cambio, se produjeron modificaciones en los aportes al incremento de
la masa de ganancias. Entre 1950 y 2011, esta creció a una tasa promedio del 2,7%, a partir de una
tasa de crecimiento anual de la productividad por asalariado del 1,4%, un descenso de la tasa de
plusvalía del -0,1% (que en conjunto implicaron un crecimiento de 1,3% de las ganancias por
asalariado) y un crecimiento de la fuerza de trabajo del orden del 1,4% anual.

Gráfico N°23 - Masa de ganancias y variación de componentes (1910-1950)

Productividad por Asalariado Tasa de Plusvalía Fuerza de Trabajo Masa Ganancias

30% 45.000

25%
40.000
20%
35.000
15%

10% 30.000

5% 25.000
0%
20.000
-5%
15.000
-10%

-15% 10.000
1913

1922

1931

1940
1910
1911
1912

1914
1915
1916
1917
1918
1919
1920
1921

1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
1930

1932
1933
1934
1935
1936
1937
1938
1939

1941
1942
1943
1944
1945
1946
1947
1948
1949
1950

Fuente: ver cuadros N°1, N°3 y N°6 en anexos.


Del mismo modo que en el caso de la tendencia descendente de la tasa de ganancia, en el marco de
la tendencia al incremento de la masa de ganancias en el largo plazo se desarrollan períodos de
estancamiento relacionados con los ciclos de corto y mediano plazo y las crisis cíclicas. En particular
se destaca el largo período de estancamiento de la masa de ganancias que se inicia desde la dictadura
hasta la crisis hiperinflacionaria. Luego de 1972 la masa de ganancias ingresa en un sendero
descendente, y en forma más pronunciada desde 1974, año en que la tasa de ganancia muestra una
aguda caída hasta un mínimo histórico, lo que diferencia dicha caída cíclica de la acontecida en 1966-
67. La dictadura gracias a la política represiva y el ajuste implementado consigue elevar en forma
marcada la masa y la tasa de ganancia, lo que en definitiva implicó una elevación del nivel desde el
cual las reducciones en la masa y la tasa continuaron desarrollándose. Durante el período alfonsinista,
tampoco existió una recuperación destacable de la masa de ganancias que recién reingresaría en una
96
senda de crecimiento a partir de los años noventa. Sin embargo, luego de 1997 la masa de ganancias
comienza a caer en conjunto con la tasa. Luego del piso de cíclico de 2001, ambas se expanden
gracias, principalmente, al incremento de la tasa de plusvalía y la masa de fuerzas de trabajo.

Gráfico N°24 - Masa de ganancias y variación de componentes (1950-2011)

Productividad por Asalariado Tasa de Plusvalía Fuerza de Trabajo Masa Ganancias

30% 200.000
25% 35,7%
180.000
20% 160.000
15%
140.000
10%
120.000
5%
100.000
0%
80.000
-5%
-10% 60.000

-15% 40.000

-20% 20.000
1962

1984
1950
1952
1954
1956
1958
1960

1964
1966
1968
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982

1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
Fuente: ver cuadros N°1, N°3 y N°6 en anexos.
No obstante, este breve análisis de la evolución histórica de la masa de ganancias se ha realizado
considerando sólo su evolución en términos reales o de volumen. La expansión del plusvalor debe
también estimarse en una moneda que, como medida del valor, lo exprese en forma más o menos
aproximada transformado en ganancia en términos sistémicos o mundiales.

La acumulación de capital en Argentina en términos sistémicos


Lo desarrollado hasta aquí en la tercera parte del presente trabajo se ha centrado en el análisis de las
variables económicas sobre una base mayoritariamente nacional. En este sentido, las variables
expresadas en términos corrientes reflejan la situación vigente en el mercado, mientras que las
variables expresadas en términos constantes o reales su evolución física. Sin embargo, considerando
que el régimen capitalista es un régimen en esencia mundial, corresponde realizar una valoración del
capital en Argentina en virtud de su relación con la economía mundial. En este sentido, la
productividad relativa de la economía argentina presenta un sostenido descenso en el largo plazo.

97
Gráfico N°25 - Producto bruto per capita de Argentina como porcentaje del
producto bruto per capita de Estados Unidos y del mundo (1900-2008)

Arg./EEUU Arg./Mundo (eje der.)

90% 300%
80%
250%
70%
60% 200%
50%
150%
40%
30% 100%
20%
50%
10%
0% 0%
1900

1936

2005
1903
1906
1909
1912
1915
1918
1921
1924
1927
1930
1933

1939
1942
1945
1948
1951
1954
1957
1960
1963
1966
1969
1972
1975
1978
1981
1984
1987
1990
1993
1996
1999
2002

2008
Fuente: tablas de Maddison.
El comportamiento de los saldos de determinadas cuentas del balance de pagos respecto al resto del
mundo también da cuenta de una pérdida de dinamismo con posterioridad a la Gran Depresión en
cuanto a la capacidad de acumular dinero mundial en tanto representante universal de la riqueza. El
saldo acumulado de las tres cuentas aquí consideradas luego de mantener cierta estabilidad en los
años sesentas y setentas, comienza un nuevo descenso desde la crisis de mediados de los setenta y la
dictadura hasta volverse negativo durante la década de los ochenta, reflejando la incapacidad de la
economía para generar valor en términos de dinero mundial que necesariamente se verá reflejado en
una escasa afluencia de dólares y un creciente déficit en servicios financieros y rentas, en el marco
de cambios profundos en el funcionamiento de la economía mundial y el accionar de los capitales
crecientemente centralizados a nivel global.

98
Gráfico N°26 - Saldo acumulado del comercio exterior (SACOMEX), de servicios
financieros, rentas (SACSF&R) y de la cuenta capital (SACC), saldo acumulado
agregado de las tres cuentas, porcentajes del PBI. Argentina 1910-2009
125%

100%

75%

50%

25%

0%
1925

2006
1910
1913
1916
1919
1922

1928
1931
1934
1937
1940
1943
1946
1949
1952
1955
1958
1961
1964
1967
1970
1973
1976
1979
1982
1985
1988
1991
1994
1997
2000
2003

2009
-25%

-50%
SACOMEX SACC SASF&R SACE+SASF&R+SACC
-75%

-100%

Fuente: elaboración propia a partir de datos de Ferreres (2010). Se acumularon los saldos netos en
dólares de cada cuenta desde 1910 y se dividió el saldo acumulado de cada año por el PBI en dólares
corrientes en base al tipo de cambio del mismo Ferreres.

Con el propósito de analizar el proceso de acumulación de capital en Argentina, en términos de una


moneda internacional para reflejar así el alcance del proceso de acumulación y valorización,
presentamos las estimaciones en dólares constantes de 2012, unidad de medida que nos permite dejar
de lado la influencia de la inflación estadounidense en el caso de utilizar dólares corrientes.
En primer lugar, como hemos venido observando, se identifican dos tendencias centrales señaladas
por Marx, la tendencia descendente de la tasa de ganancia y el incremento de la masa de ganancias
de la economía. Con la ampliación de la acumulación el capital se expande, y con él la fuerza de
trabajo de la que extrae trabajo vivo para su valorización, por lo que el número absoluto de jornadas
laborales y horas, que constituyen -en particular su fracción excedente- la masa de plusvalía, se
incrementa. Y en tanto y en cuanto este incremento es, debido al desarrollo de la fuerza productiva y
la mecanización por el capital, relativamente menor que el experimentado por el capital constante, la
tendencia descendente de la tasa de ganancia también se desarrolla.

99
Gráfico N°27 - Masa de ganancias en valor (mill. de horas), millones de dólares de
2012 (eje der.) y millones de pesos de 1993 (eje der.). Argentina 1910-2011

U$$2012 Horas G $93

14.000 250.000

12.000
200.000
10.000

8.000 150.000

6.000 100.000
4.000
50.000
2.000

- -
1943

1958
1910
1913
1916
1919
1922
1925
1928
1931
1934
1937
1940

1946
1949
1952
1955

1961
1964
1967
1970
1973
1976
1979
1982
1985
1988
1991
1994
1997
2000
2003
2006
2009
Fuente: ver cuadros N°1, N°3 y N°6 en anexos.
El análisis de las categorías en moneda nacional constante o en términos reales es siempre de gran
utilidad y permite también apreciar el comportamiento de determinadas variables en el largo plazo,
cuya evolución en términos corrientes se encuentra notablemente influenciada por la inflación. Es el
caso, por ejemplo, de la tasa de acumulación que, al medir el crecimiento nominal interanual del
capital fijo, en períodos de alta inflación y crisis puede arrojar niveles extremadamente altos con nulo
crecimiento de la inversión real neta o del valor del capital fijo en dinero mundial. Tal tasa de
acumulación sería así más bien un indicador del aumento de precios que de la acumulación de capital
propiamente dicha.111 En el caso del esfuerzo inversor esta distorsión obviamente no se produce
porque es una relación entre dos magnitudes del mismo año.
En modo similar a lo desarrollado previamente, en la parte II, en el caso del capital fijo, presentamos
la evolución de la masa de ganancias considerando a la misma en términos de horas de trabajo
nacional, de volumen y en dólares de 2012. Considerando del mismo modo al año 1980 base 100,
mientras que el volumen de las ganancias creció desde 17,5 en 1910 a 168,7 en 2011 (crecimiento del
864%), en términos de valor o de horas de trabajo la masa de ganancias se incrementó desde 53,6 a
120,3 en los mismos años (aumento del 124%).
Las ganancias por asalariado en moneda internacional
Las ganancias por asalariado en el largo plazo muestran un relativo estancamiento expresadas en
moneda internacional (dólares constantes de 2012). Pero este relativo estancamiento esconde en
realidad dos fases claramente diferenciadas.
Se distingue con claridad un sendero descendente a lo largo de toda la primera mitad del siglo XX, o
al menos desde la finalización de la Primer Guerra Mundial, lo que ayuda a entender en mejor medida
la decadencia del “modelo agroexportador” en una época en la que el precio relativo de las mercancías

111
En efecto, aunque no la incluimos en este estudio, la tasa de acumulación nominal en pesos alcanza un máximo
en las crisis hiperinflacionarias de fines de los ochentas y principios de los noventa.
100
primarias en el mercado mundial tenía un rol fundamental en la determinación de la masa de
ganancias de la economía. En el gráfico N°28, puede observarse la relación entre las ganancias por
asalariado y los precios relativos de las mercancías agrarias argentinas.112
La producción de mercancías agrarias y su realización en el mercado mundial, al ser producidas en
mejores condiciones naturales que implicaban una elevada productividad y un menor valor individual,
permitía en definitiva que el capital agrario en Argentina produjera un mayor valor relativo por hora
trabajada, de acuerdo a lo que desarrollamos anteriormente en cuanto al valor como tiempo de trabajo
socialmente necesario, más aún en este tipo de actividades sujetas a condiciones naturales
monopolizables que determinan que la tasa de ganancia normal reguladora sea la del capital menos
productivo y se encuentre especialmente determinada por la demanda mundial.113

Gráfico N°28 - Ganancias por asalariado en dólares de 2012 y precios relativos


internacionales (1910=100 eje der.). Argentina 1910-1955.

Ganancias por Asalariado U$$2012 Precios Relativos Internacionales


18.000 200
16.000
175
14.000
150
12.000
10.000 125

8.000 100
6.000
75
4.000
50
2.000
- 25
1924

1938

1952
1910
1911
1912
1913
1914
1915
1916
1917
1918
1919
1920
1921
1922
1923
1925
1926
1927
1928
1929
1930
1931
1932
1933
1934
1935
1936
1937
1939
1940
1941
1942
1943
1944
1945
1946
1947
1948
1949
1950
1951
1953
1954
1955
Fuente: ver cuadros N°3 y N°6 en anexos.
En la actualidad el monto de las ganancias por asalariado no supera el pico alcanzado en el auge del
“modelo agroexportador”. Sin embargo existe una tendencia ascendente, mediada por una gran
irregularidad, desde fines de la década del cincuenta.
Con el desembarco masivo del capital industrial transnacional, existió un incremento de la masa de
ganancias en términos internacionales, apuntalado por un crecimiento de la participación de las
ganancias en el ingreso y un fuerte ajuste salarial.114 Sin embargo, la modalidad de actuación de aquel

112
Los precios relativos en dicho gráfico son los precios internacionales del trigo, el maíz y la carne divididos por
los precios internacionales de las manufacturas, a partir de los índices elaborados por Grilly & Yang (1988).
113
“Los capitales invertidos en el comercio exterior pueden arrojar una cuota más alta de ganancia, en primer
lugar porque aquí se compite con mercancías que otros países producen con menos facilidades, lo que permite
al país más adelantado vender sus mercancías por encima de su valor, aunque más baratas que los países
competidores. Cuando el trabajo del país más adelantado se valoriza aquí como un trabajo de peso específico
superior, se eleva la cuota de ganancia, ya que el trabajo no pagado como un trabajo cualitativamente superior se
vende como tal” (Marx, 1968c, p.237)
114
En 1959 se produjo la segunda mayor caída interanual del salario real en todo el siglo XX, sólo superada por
la de 1976. Es en dicho marco que el Plan CONINTES (Conmoción Interna del Estado) adquiere una lógica
101
capital transnacional se basaba en la importación de líneas de producción obsoletas en términos
internacionales o al menos en relación a las condiciones imperantes en los países centrales.

Gráfico N°29 - Ganancias por asalariado en U$$ de 2012 (1910-2011)


5 per. media móvil (Ganancias por asalariado en U$$ de 2012)
20.000
18.000
16.000
14.000
12.000
10.000
8.000
6.000
4.000
2.000
-
1937

1970

2006
1910
1913
1916
1919
1922
1925
1928
1931
1934

1940
1943
1946
1949
1952
1955
1958
1961
1964
1967

1973
1976
1979
1982
1985
1988
1991
1994
1997
2000
2003

2009
Fuente: ver cuadro N°3 en anexos.

De modo tal que una vez establecidas esas líneas de producción los incrementos de la productividad
fueron relativamente reducidos y se encontraron obviamente determinados por esa modalidad de
actuación. Los procesos de innovación locales se remitían a aquella base, aquel capital fijo, con
importantes niveles de obsolescencia. Igualmente, la reducción del coeficiente de importación se
realizó, más allá de los niveles de protección, sobre esa misma base. Estas especificidades y su
pérdida de dinamismo en cuanto a los incrementos de productividad se expresarían en una caída de
las ganancias por asalariado en dólares y de la inversión extranjera directa neta que durante la primera
parte de la década del setenta presentaría niveles prácticamente nulos o directamente negativos en
determinados sectores como el automotriz.115
Como ya se señalara en la segunda parte, en estas condiciones no es de extrañar que descendiera el
aporte relativo de la maquinaria importada, toda vez que a nivel internacional el desplazamiento de
la frontera tecnológica implicaba una creciente falta de complementariedad entre el capital fijo
argentino y el estado del arte en términos de los países centrales. La contraparte de lo anterior fue la
proliferación de productores y proveedores locales basados en la adaptación tecnológica a una
dotación general de capital fijo con alto nivel de obsolescencia internacional y baja escala, resultando

explicación histórica también como correlato de un severo plan de ajuste implementado durante el gobierno de
Frondizi.
115
Azpiazu y Kosacoff (1989, p.161) sostienen: “La segunda mitad de la década del sesenta revela una paulatina
desaceleración de la inversión directa extranjera; este comportamiento se halla asociado con la repatriación de
capitales y con un muy bajo coeficiente de reinversión de beneficios. Ambos fenómenos persisten y se intensifican
en el trienio 1973-1975, en el que se conjugan con un ínfimo ingreso de nuevos capitales extranjeros”.
102
en un capital social altamente integrado, con bajo coeficiente importador, pero con una productividad
restringida en términos internacionales.116
El incremento de la lucha de clases y la participación asalariada representó a su vez una presión
adicional sobre la capacidad de expandir las ganancias por asalariado luego del pico cíclico alcanzado
en 1964 durante el resto del período de la ISI.
Durante la dictadura, la enorme expansión de las ganancias gracias al terrorismo de Estado aplicado
sobre la clase obrera se conjugó con una fuerte sobrevaluación de la moneda, aspecto que también
tuvo un papel central en el crecimiento de las ganancias por asalariado durante la convertibilidad. En
ambos casos el incremento obviamente no se sostuvo sobre esas bases, como dejarían en evidencia
las crisis de 1982 y 2001.
Ahora bien, que los incrementos de las ganancias en dólares durante la dictadura y la convertibilidad
hayan estado tan fundados en un tipo de cambio real artificialmente bajo no implica que el
comportamiento de este último sea autónomo o desligado del propio proceso de acumulación. Por el
contrario, como puede observarse en el gráfico N°30, existe una interrelación entre tasa de ganancia,
tipo de cambio y precios relativos de la inversión. Obviamente, siempre intervienen una mayor
variedad de aspectos pero en términos generales puede decirse que las crisis periódicas generan una
desvalorización fuerte del capital en todas sus formas, incluida la de capital-dinero. El capital social
del espacio nacional, como parte alícuota del capital social global se desvaloriza en forma relativa.
La crisis de rentabilidad desemboca en una fuerte devaluación del tipo de cambio, perdiendo así la
moneda su capacidad de representar valor en relación a la moneda de referencia. Los precios relativos
de la inversión también se incrementan. Hasta qué punto esto es principalmente explicable por el
componente importado en los medios de producción escapa a los alcances de este trabajo pero cabe
señalar que, por ejemplo, en 1975 el bajo coeficiente importador no impidió que los precios relativos
se incrementen en forma marcada junto al tipo de cambio.

116
El Estado, como garante general del proceso de acumulación, por su parte iría tomando un papel cada vez más
relevante en la producción, al apuntalar los procesos en ramas productoras de insumos (siderurgia, petroquímica),
aportando capital como accionista o subsidiando capitales particulares para incrementar su rentabilidad y así
promover una mayor inversión que incremente la productividad.
103
Gráfico N°30 - Tasa de ganancia máxima (eje der.), tipo de cambio real y precios
relativos de la inversión (1993=1.00 eje der.). Argentina 1946-2011.
Y/K (der.) TCR IPIBIF/IPPBI
12 1,80

10 1,60

1,40
8
1,20
6
1,00
4
0,80

2 0,60

- 0,40
1962

1984

2006
1946
1948
1950
1952
1954
1956
1958
1960

1964
1966
1968
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982

1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004

2008
2010
Fuente: ver cuadro N°5 en anexos.
Durante las fases posteriores a las crisis de rentabilidad, el tipo de cambio tiende a apreciarse (el nivel
alcanzado dependerá probablemente de aspectos más concretos y específicos) y los precios relativos
de la inversión a descender hasta que una nueva crisis vuelve a dispararlos.
La composición orgánica del capital
El incremento relativo de la masa de medios de producción puestos en movimiento por la fuerza de
trabajo representa, como vimos anteriormente, el desarrollo de las fuerzas productivas del trabajo
social. Al mismo tiempo es, bajo las relaciones de producción capitalistas, el fundamento sobre el
que Marx desarrolla la ley de la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. La composición orgánica
del capital es la relación entre el capital constante y el capital variable (gráfico N°31) - en su defecto
entre capital constante y valor agregado (gráfico N°32)- y es la síntesis de las composiciones técnica
y de valor del capital.
La composición técnica del capital refleja el desarrollo relativo de la masa de trabajo objetivado (que
aquí reducimos al capital fijo) respecto a la masa de trabajo vivo (fuerza de trabajo).
CTC = CF$1993 .
Asalariados
Si bien la composición técnica conforma la base de la composición orgánica, esta última es una
síntesis de la composición técnica y la composición de valor del capital. La composición técnica da
cuenta exclusivamente del desarrollo relativo del capital constante y variable en términos de volumen.
Sin embargo, en términos de valor, este desarrollo relativo puede diferir.

104
Gráfico N°31 - Composición técnica y de valor del capital. Argentina 1910-2011.
CVC CTC
8,5 60.000

7,5 50.000

6,5
40.000
5,5
30.000
4,5
20.000
3,5

2,5 10.000

1,5 -
1910

1991
1913
1916
1919
1922
1925
1928
1931
1934
1937
1940
1943
1946
1949
1952
1955
1958
1961
1964
1967
1970
1973
1976
1979
1982
1985
1988

1994
1997
2000
2003
2006
2009
Fuente: ver cuadros N°3 y N°5 en anexos.
Dada la mayor fuerza productiva del sector que produce medios de producción, la evolución del
capital constante en términos de volumen tiende a ser mayor que en términos de valor, por lo que la
composición de valor podría mostrar un menor incremento relativo.
La composición técnica, luego de mostrarse estable durante la primera mitad del siglo XX, se
incrementa en forma sostenida desde la posguerra, coincidiendo mayores tasas de crecimiento del
capital fijo con menores tasas de incremento de la fuerza de trabajo en relación a la primera mitad del
siglo (con la excepción de la década del ochenta en la que el volumen de capital fijo permaneció
estancado). La composición técnica, en defintiiva, se ha cuadruplicado desde la posguerra.

Gráfico N°32 - Tasa de ganancia y composición de valor del capital (K/Yn).


Argentina 1910-2011

TG CVC (K/Yn) Polinómica (TG) Polinómica (CVC (K/Yn))

120% 2,5

100%
2,0

80%
1,5
60%
1,0
40%

0,5
20%

0% -
1931
1934
1910
1913
1916
1919
1922
1925
1928

1937
1940
1943
1946
1949
1952
1955
1958
1961
1964
1967
1970
1973
1976
1979
1982
1985
1988
1991
1994
1997
2000
2003
2006
2009

105
Fuente: ver cuadro N°5 en anexos.
El gráfico N°32 muestra la trayectoria conjunta de la tasa de ganancia y la composición de valor del
capital (aquí ratio capital fijo-valor agregado, a precios corrientes). En el largo plazo, como tendencia
histórica, la relación inversa parece confirmarse.
Así y todo debemos recordar que el comportamiento de la tasa de ganancia surge de la evolución
conjunta de la tasa de plusvalía y la composición orgánica del capital (particularmente la composición
de valor). De modo tal que la tasa de ganancia puede incluso descender con una composición estable
o decreciente debido a un mayor descenso relativo de la tasa de plusvalía.
Ahora bien, entendiendo la composición del capital como la relación a precios corrientes entre el
capital fijo (CF$) y el variable consumido en la fuerza de trabajo (o masa salarial, MS$):
CVC = CF$1993 x IPIBIF . = CF$ .
MS$1993 x IPPBI MS$ .
Puede establecerse su evolución como el producto de las modificaciones de sus distintos
componentes, es decir, como la evolución del capital fijo en términos reales (CF$1993), los precios
relativos de la inversión respecto al producto (IPIBIF/IPPBI) y la masa salarial real (MS$1993). 117
TVA CVC = TVA CF$1993 + TVA IPIBIF/IPPBI + TVA MS$1993
Durante la Primera Guerra Mundial se produce un fuerte incremento de la composición debido
principalmente a la reducción de la masa salarial en un contexto de notable caída de la tasa de
ganancia y destrucción de empleos.

117
Cabe aclarar que la evolución de la masa salarial (del costo laboral real y el empleo asalariado) ha sido graficada
también con el signo contrario para reflejar en el mismo sentido que las otras dos variables su incidencia en la
composición. Es decir, las variaciones que aparecen como positivas (negativas) en el gráfico reflejan en realidad
una evolución negativa (positiva) de la masa salarial real que en definitiva incrementa (disminuye), del mismo
modo que el crecimiento del capital fijo y los precios relativos, la composición de valor del capital.
106
Gráfico N°33 - Composición de valor del capital (K/CV) e incidencia de
componentes. Argentina 1910-1950.
CF mill.$93 IPIBIF/IPPBI CLR+Empleo CVC
40% 6,0

30% 5,5
5,0
20%
4,5
10% 4,0
0% 3,5

-10% 3,0
2,5
-20%
2,0
-30% 1,5
-40% 1,0

1947
1910
1911
1912
1913
1914
1915
1916
1917
1918
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
1930
1931
1932
1933
1934
1935
1936
1937
1938
1939
1940
1941
1942
1943
1944
1945
1946

1948
1949
1950
Fuente: ver cuadros N°1, N°2, N°3 y N°5 en anexos.
La interrupción de los flujos de comercio internacional afectó la rentabilidad y en particular la
agropecuaria. Dejando de lado este incremento durante la conflagración mundial, la composición
hasta la Crisis del 29 muestra una relativa estabilidad, e incluso una leve tendencia a la baja (en 1928
alcanza un mínimo de 2,06).
En la década del treinta, sobre todo a partir de la segunda mitad, la composición se irá incrementando.
El principal motivo fue el cambio en los precios relativos de la inversión. Tanto el capital fijo como
la masa salarial tuvieron niveles relativamente menores de tasas de crecimiento en relación a los años
previos y los posteriores, en un contexto de fuerte caída de la rentabilidad y bajos niveles de
acumulación. Desde los últimos años de la Segunda Guerra Mundial, el crecimiento de la masa
salarial durante el peronismo ejerce un contrapeso al de los precios relativos, que de todas formas se
mantienen elevados, ahora en conjunto con un importante crecimiento del capital fijo.
Desde 1950 el capital fijo tendrá una incidencia positiva sobre la composición, con la salvedad de la
década del ochenta y la crisis del régimen de convertibilidad a fines del siglo XX, períodos en los
cuales el capital fijo decreció o tuvo un crecimiento nulo.

107
Gráfico N°34 - Composición de valor del capital (K/CV)e incidencia de componentes.
Argentina 1950-2011.

CF mill.$93 IPIBIF/IPPBI CLR+Empleo CVC


60% 8,0

7,0
40%

6,0
20%
5,0
0%
4,0

-20%
3,0

-40% 2,0
1970

1992
1950
1952
1954
1956
1958
1960
1962
1964
1966
1968

1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990

1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
Fuente: ver cuadros N°1, N°2, N°3 y N°5 en anexos.
La composición desciende desde mediados de los sesenta tanto por un crecimiento de la masa salarial
como por un abaratamiento relativo de la inversión. No obstante, la crisis de 1975 disparó la
composición. El tipo de cambio real pasó de 5,39 en 1974 a 9,75 en 1975, devaluación sólo superada
en todo el siglo considerado por las de las crisis de los años 1982 y 2002. Los precios relativos de la
inversión experimentaron el crecimiento interanual más grande de toda la serie -29,9%-. La
composición de valor del capital pasó de 2,81 en 1974 a 3,92 en 1975. Al año siguiente, la dictadura
militar provocaría una mayor elevación de la misma, llegando a 6,30, al promover el crecimiento de
la participación de las ganancias más grande de toda la serie, a expensas de una enorme reducción de
la masa salarial.
La composición permanecerá en niveles históricamente muy elevados, alcanzando un pico en 1982,
hasta la década del noventa. En consecuencia, la tasa de ganancia no mostró signo de recuperación
sostenida entre 1976 y 1990. Sin embargo, luego de un abrupto descenso a inicios de los años
noventa, durante el resto de la década la composición se irá elevando en un contexto de mayor
acumulación de capital fijo y un creciente desempleo y estancamiento de los salarios. En 2002, la
crisis eleva en forma abrupta la composición, por la desvalorización y el crecimiento de los precios
relativos de la inversión, e incluso en mayor medida, por el derrumbe salarial y de los niveles de
empleo. Durante el ciclo kirchnerista la composición desciende, a pesar de las importantes tasas de
acumulación, gracias el crecimiento de la masa salarial, en particular del empleo.
La tasa de ganancia a costos de reproducción y a costos históricos
A pesar que en este trabajo estimamos la tasa de ganancia valorando el capital fijo a costos de
reproducción o reposición, existe una corriente marxista relevante que sostiene que la tasa de ganancia
debe estimarse valorando el capital fijo a costos históricos.118

118
Esta corriente es el temporalismo, cuyos principales representantes son Kliman, Freeman y Carchedi.
108
La construcción de un stock de capital fijo reproductivo usando el método de inventarios permanentes
difiere en uno y otro caso. En el del capital fijo a costos de reproducción, se acumula la inversión real
de los años previos, de acuerdo a la vida útil y al patrón de consumo del activo, obteniéndose un stock
real o en términos de volumen que luego es valorado por un índice de precios del año vigente. Para
el caso del capital fijo valorado a costos históricos, lo que se acumula no es la inversión real, no se
estima un volumen de maquinaria, sino la inversión nominal de cada año, también de acuerdo a la
vida útil y al patrón del consumo del activo.
No obstante, el cálculo del stock a costos históricos presenta dificultades en términos de la moneda
nacional de un país con altos niveles históricos de inflación. Dado que un incremento de precios
general durante cierto año implica un incremente nominal importante de las ganancias en el
denominador respecto al capital fijo acumulado en los años previos, sobre un nivel general de precios
mucho menor. De este modo, por ejemplo, una crisis hiperinflacionaria debiera significar un
incremento exponencial de la tasa de ganancia. Por lo tanto se hace necesario realizar el cálculo del
capital fijo a costos históricos en términos nominales utilizando como unidad el dinero mundial, en
este caso el dólar, en tanto medida del valor de las variables económicas. En forma similar al caso de
alta inflación referido a la moneda nacional, la utilización de dólares corrientes puede tener un mismo
efecto, por ejemplo, en coyunturas de sobrevaluación de la moneda.119 En consecuencia el cálculo del
capital fijo a costos históricos se ha realizado en base a la inversión nominal reproductiva de cada año
en términos de dólares de paridad relativa de poder adquisitivo, con el método de inventario
permanente en base a las mismas vidas útiles utilizadas en el cálculo del stock a costos de
reproducción.

119
Presentaría una mayor volatilidad respecto a la tasa de ganancia a costos de reposición o reproducción, en
buena medida relacionada con las variaciones del tipo de cambio en uno u otro sentido. En períodos con
tendencia a la sobrevaluación de la moneda, el valor agregado se aprecia en dólares incrementando relativamente
la ganancia. Si bien con la inversión ocurre lo mismo, esto sólo ocurre con la inversión del año vigente, no con la
pasada que conforma buena parte del capital fijo, por lo que el efecto neto de la apreciación tiende a ser el de
incrementar la rentabilidad a costos históricos. De modo inverso, las devaluaciones del tipo de cambio reducen
drásticamente la masa de ganancias en el numerador, frente a un capital fijo que, a pesar de la caída de la inversión
anual generada por la devaluación, valuado a costos históricos no se reduce. En cambio, a costos de reproducción
la variación del tipo de cambio no afecta la relación entre ganancias y capital fijo, por más que afecte sus montos
absolutos en dólares.
109
Gráfico N°35 - Tasa de ganancia a costos históricos (CH) y de reproducción (CR).
Argentina 1956-2011
CH CR Lineal (CH) Lineal (CR)
65%

60%

55%

50%

45%

40%

35%

30%

25%

20%
1968

1974

1980
1956
1958
1960
1962
1964
1966

1970
1972

1976
1978

1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
Fuente: ver cuadro N°6 en anexos.
Una comparación entre las dos tasas de ganancia muestra que ambas series comparten una tendencia
descendente, de modo similar a las comparaciones realizadas por Kliman para Estados Unidos.120
La tasa de ganancia a costos históricos, sin embargo, no es una tasa de ganancia en el sentido
marxiano, contrario a lo afirmado por los temporalistas. Estos parecen confundir la tasa de ganancia
como regulador metabólico en el régimen capitalista con un simple indicador de rentabilidad de una
empresa individual. Ciertamente, desde el punto de vista de un capital individual, su rentabilidad
puede encontrarse más relacionada con sus costos históricos. Sin embargo, la tasa de ganancia así
entendida no tiene forma de regular el metabolismo social o el desplazamiento de capitales. Sólo la
tasa de ganancia a costos de reposición tiene esa potestad en tanto y en cuanto implica un indicador
de la rentabilidad, e indirectamente del costo, que muestra una rama o espacio nacional al resto de los
capitales. En términos de la tasa a costos históricos no existe posibilidad que regule el movimiento
del capital porque por definición los capitales no tienen información de la rentabilidad del resto.
Cualquier capital a la hora de evaluar su permanencia en determinada rama o espacio también valora
las condiciones presentes de rentabilidad en términos de los costos de reproducción que tiene su
permanencia o su traspaso a otra rama y el inicio de actividades.

Tasa de ganancia, esfuerzo inversor y tasa de acumulación


La tasa de acumulación expresa el ritmo en el que se desarrolla la inversión neta en capital fijo, es
decir aquella que amplía el stock. Por otra parte, el esfuerzo inversor refleja la relación entre la
inversión neta, el ritmo de la acumulación, por un lado, y las ganancias netas, por el otro.
Hemos visto anteriormente que el descenso tendencial de la tasa de ganancia se relaciona con
crecientes gastos en capital fijo, motivados por la competencia entre capitales que apuntan a aumentar

120
Ver Kliman (2009, pp.39-50)
110
la productividad de su fuerza de trabajo, e imponerse al resto vendiendo a menores precios. Esta
lógica, propia del capital, implica que la constante inversión en nueva capacidad productiva que
encaran individualmente los capitales, resulta en una reducción de la rentabilidad del conjunto.
La evolución de la tasa de acumulación y el esfuerzo inversor, de acuerdo a lo que hemos desarrollado
previamente, estará sujeta a dos influencias. En el largo plazo, por el incremento de la composición
orgánica del capital como tendencia del capitalismo, debieran desarrollar cierta tendencia ascendente.
Sin embargo, y en segundo lugar, las tasas deberían modificarse de acuerdo a los ciclos de mediano
y corto plazo en los que la coyuntura y las expectativas de ganancias ejercen su influencia. Se trata
entonces de tendencias cíclicas al interior de una tendencia mayor. Este es, entendemos, un punto
crucial para entender la economía capitalista, generalmente analizada únicamente a partir de sus
tendencias cíclicas como meras repeticiones, sin inserción en ninguna tendencia general.
El esfuerzo inversor, la relación entre la inversión neta que amplía el capital fijo y la masa de
ganancias, presenta una tendencia ascendente, encontrando su punto máximo en el año 2011, cuando
representó el 27,0% de las ganancias netas corrientes.
La tasa de acumulación y el esfuerzo inversor se pliegan al movimiento de la tasa de ganancia. Se
trata de una sucesión más o menos continua en la que, una vez que la rentabilidad cae hasta cierto
nivel, motivada por una alta tasa de acumulación previa, esta última también desciende, permitiendo
una mayor renovación del capital fijo, mediante la destrucción de porciones obsoletas del mismo.
Esta destrucción de capital, su desvalorización, permite elevar parcialmente los niveles de
rentabilidad. Ante este nuevo panorama de recomposición de los negocios, los capitalistas comienzan
un nuevo ciclo de inversiones que elevan la tasa de acumulación y el esfuerzo inversor, hasta que la
tasa de ganancia vuelve a descender y se reinicia el proceso. No obstante, esta sucesión regular se
enmarca siempre en la tendencia de largo plazo de las tres variables, no como una simple repetición,
y debe ser comprendida en cada momento histórico, considerándose las incidencias particulares de
los determinantes.

Gráfico N°36 - Tasa de acumulación real (TA), esfuerzo inversor neto nominal (EIN)
y tasa de ganancia (TG, eje der.). Argentina 1910-2011

TA EI TG (eje der.)

30% 120%

25%
100%
20%
80%
15%

10% 60%

5%
40%
0%
20%
-5%

-10% 0%
1912

1930

1962

1994
1910
1914
1916
1918
1920
1922
1924
1926
1928
1932
1934
1936
1938
1940
1942
1944
1946
1948
1950
1952
1954
1956
1958
1960
1964
1966
1968
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010

Fuente: ver cuadro N°5 en anexos.


111
Dada la tendencia histórica a la reducción de la participación de las ganancias en el producto y al
incremento relativo del capital fijo, cada punto porcentual de incremento de la tasa de acumulación
significa un esfuerzo inversor cada vez mayor, como se aprecia en la creciente brecha entre ambas
variables. Adicionalmente, el descenso de los precios relativos de la inversión “optimiza” el esfuerzo
inversor y contrarresta parcialmente la tendencia anterior. Las políticas públicas que explícitamente
sobre-valúan la moneda promueven la importación de medios de producción y el descenso de sus
precios relativos a fines de optimizar el esfuerzo inversor.121

Gráfico N° 37 - Esfuerzo inversor bruto real (EIBR) y nominal (EIBN) (1910-2011)

EIBR EIBN Polinómica (EIBN)

45%

40%

35%

30%

25%

20%

15%

10%

5%

0%
1922

1928

2009
1910
1913
1916
1919

1925

1931
1934
1937
1940
1943
1946
1949
1952
1955
1958
1961
1964
1967
1970
1973
1976
1979
1982
1985
1988
1991
1994
1997
2000
2003
2006
Fuente: ver cuadro N°5 en anexos.
Considerando el esfuerzo inversor en términos brutos, es decir como la relación entre la inversión
bruta reproductiva y las ganancias brutas (ganancias netas y consumo de capital fijo) se puede
observar a grandes rasgos la misma tendencia ascendente. En definitiva, y dejando de lado los
movimientos cíclicos con toda su riqueza y relevancia analítica e histórica, los capitalistas tienden a
reinvertir una proporción creciente de sus ganancias en forma productiva, es decir, la plusvalía es
crecientemente convertida en capital en desmedro del consumo personal de los capitalistas.
Esto obviamente no implica que los capitalistas consuman cada vez menos sino que una masa
incrementada de plusvalía, que implica un incremento absoluto del gasto destinado a inversión y del
consumo personal de los capitalistas, tiende a ampliar relativamente la porción destinada a la
acumulación de capital y su reproducción ampliada.

121
Estas políticas comerciales suelen ser criticadas por muchos autores debido a su efecto sobre los capitales
nacionales que competirían con dichas importaciones, pero esos autores suelen dejar de lado esta función
específica en la acumulación, lo que los lleva a caracterizarla simplemente como una política errada contra la
“industria nacional” sin señalar el beneficio que representa para los capitales nacionales en tanto abaratamiento
del capital constante.
112
Gráfico N°38 - Esfuerzo inversor bruto nominal (EIB) y tasa de interés activa real
(TIR, eje der.). Argentina 1911-2011.

TIR EIB Polinómica (TIR)

50% 40%

40%
20%
30%
0%
20%

10% -20%

0%
-40%

1956

1995
1911
1914
1917
1920
1923
1926
1929
1932
1935
1938
1941
1944
1947
1950
1953

1959
1962
1965
1968
1971
1974
1977
1980
1983
1986
1989
1992

1998
2001
2004
2007
2010
-10%
-60%
-20%

-30% -80%

Fuente: ver cuadro N°6 en anexos.


La interrelación entre el esfuerzo inversor y la tasa de interés a lo largo del siglo muestra que, en
forma muy esquemática, los descensos relativos en la tasa de interés real posibilitan un incremento
del esfuerzo inversor, y viceversa. En particular, a partir de la posguerra se observa un salto
importante en el esfuerzo inversor - cuya contrapartida hemos observado anteriormente en la
evolución de la tasa de acumulación del capital fijo durante aquellos años - en conjunto con una
consolidación más o menos permanente de la tasa de interés real en valores negativos, lo que
constituye en cierta medida un subsidio al capital industrial que toma deuda. No obstante, en forma
clara desde la década del ochenta las tasas de interés reales negativas no se traducirían en un
incremento del esfuerzo inversor, en el contexto de un período de mínimos históricos de la tasa de
ganancia y competitividad del capital que operaba en el país (mínimos históricos respecto a su
productividad relativa, situación crítica de balanza de pagos).
El esfuerzo inversor se recuperaría durante los noventa en un contexto de mayor rentabilidad, incluso
con tasas de interés positivas en niveles no vistos desde la década del veinte. Esta recuperación se
dará sobre todo en los años iniciales de la década durante los que, como hemos desarrollado antes,
existió un enorme abaratamiento del capital constante con la caída de sus valores unitarios. De todas
formas, al final de la década con el empeoramiento de las condiciones de valorización desde 1997 y
un aumento aun mayor de las tasas de interés, el esfuerzo inversor descenderá para luego
incrementarse en forma sostenida durante la última década, con tasas de interés mayormente negativas
pero aún así no demasiado importantes en comparación al período 1945-1990.

Los ciclos económicos y las crisis en Argentina


Los niveles de rentabilidad de la economía regulan la tasa de acumulación de capital.122 Ante un
escenario expansivo con tasas de ganancia en niveles relativamente altos o crecientes los capitalistas
122
Sobre los ciclos en Argentina, Burkún y Vitelli (2010, pp.39-128).
113
expanden su inversión con el correspondiente correlato en los niveles de empleo. El incremento de la
tasa de acumulación incrementa la demanda de fuerza de trabajo (si bien la tendencia histórica del
capital es la de una disminución relativa de fuerza de trabajo por unidad de capital invertida debido
al incremento de la composición orgánica del capital), lo que a su vez se refleja en un incremento de
los salarios reales durante la fase expansiva del ciclo. Las condiciones de vida y sociales muestran
aquí una mejora relativa, el consumo crece. El personal político a cargo del gobierno goza de una
relativa legitimidad y hegemonía.
Sin embargo, el régimen capitalista tiende a desarrollar las fuerzas productivas con prescindencia
relativa del valor y la plusvalía implícitas en dicho desarrollo, aun cuando finalmente el capital busca
conservar e incrementar su valor, los medios implícitos en esta búsqueda atentan contra su propio
objetivo. La fase expansiva, motorizada por un alza previa de la rentabilidad derivada de la crisis
anterior, se desenvuelve con una ampliación relativa del capital constante que, en el marco de la
competencia por reducir el valor de las mercancías y abarcar mayores cuotas de mercado, excede las
posibilidades de valorización que surgen de la plusvalía producida.
Si en los inicios de la fase expansiva el incremento de la tasa de plusvalía, por el descenso del empleo
y salario real derivado de la crisis anterior, implicaba incluso cierto descenso de la composición del
capital (dada la mayor tasa relativa de expansión del empleo y los salarios) desde un pico alcanzado
en la propia crisis, en el apogeo de la fase expansiva la composición se ha incrementado nuevamente
al incrementarse los esfuerzos inversores de los capitalistas en el marco de la competencia. El capital
fijo y la mecanización continúan ampliándose pero ya la tasa de crecimiento del empleo es baja o
directamente nula. Y dado que la plusvalía, de la que la ganancia es sólo una expresión monetaria,
surge del propio trabajo vivo empleado, esta es relativamente insuficiente para asegurar la
valorización normal de un capital social incrementado, más aún si consideramos que en el auge del
ciclo la tasa de plusvalía es normalmente menor respecto a los años iniciales del ciclo, con altos
niveles relativos de desempleo y salarios reales reducidos.
La menor demanda de fuerza de trabajo, en conjunto con el empeoramiento de las condiciones de
valorización, supone un creciente ataque sobre las condiciones laborales y sociales de la clase obrera.
Se incrementan los problemas laborales, el salario real se estanca o retrocede, afectando el consumo
de las familias y las perspectivas o planes futuros. El personal político de la clase dominante a cargo
del gobierno, sea o no el mismo de la fase expansiva, comienza a ser cuestionado en forma más o
menos general, tanto por los capitalistas, por no garantizar mejores condiciones de valorización para
sus negocios, como por los trabajadores, por ver afectadas crecientemente sus condiciones de vida
más elementales.
Cuando finalmente sobreviene la crisis, el capital se desvaloriza en todas sus formas. En su forma de
capital-dinero, la moneda nacional pierde valor respecto al dinero mundial, pierde capacidad de
representar valor en la magnitud en la que lo hacía previamente. El incremento de la productividad
motorizado en la fase expansiva gracias al crecimiento de la inversión neta se reflejaba, por el
contrario, en un incremento del valor relativo de la moneda nacional. El capital constante fijo se ve
también desvalorizado, afectando el patrimonio de los capitalistas. Si el objetivo de la producción
capitalista es la continua valorización del valor mediante la extracción de plusvalía, las crisis de
valorización no hacen más que marcar que dicho objetivo escapa a la voluntad de los capitalistas
tomados en forma aislada. En el marco de un país particular, los capitalistas ante el empeoramiento
de las condiciones de valorización tratan de anticiparse a la crisis y la desvalorización de su capital-
114
dinero y su capital-productivo intentando enajenarlos a cambio de dinero mundial, en cuanto forma
absoluta de representación de la riqueza. En el marco de un país particular como Argentina, en el que
el incremento de la productividad relativa es insuficiente, en términos sistémicos la hora de trabajo
representa un menor valor. El capital variable también se desvaloriza en la forma de una pérdida de
poder adquisitivo del salario tanto en términos reales como en términos del dinero mundial. La tasa
de ganancia cae y con ella la tasa de acumulación, es decir la inversión neta, y como consecuencia la
creación de nuevos puestos de trabajo asalariado. El incremento del desempleo a su vez reduce el
número de fuerzas de trabajo o jornadas laborales realizadas, lo que afecta en forma directa a la masa
de plusvalía y la reduce, dependiendo de la magnitud de la expansión de la plusvalía relativa que
genera la caída del salario real. La desvalorización producida por la crisis preparará las condiciones
para una futura expansión a partir del incremento de la tasa de plusvalía y la depuración de capitales
que elimina a aquellos con una menor productividad relativa.
Acumulación y proceso histórico
En la siguiente sección realizaremos un recorrido histórico considerando algunas de las variables del
proceso de valorización en conjunto con aspectos relevantes de la historia social y económica del país
en el sentido al que apuntamos inicialmente en la introducción del presente trabajo.
Si como vimos anteriormente el período 1910-1950 mostraba un descenso sostenido de la masa de
ganancias por asalariado, en términos del total de la economía gracias al incremento de la fuerza de
trabajo la masa de ganancias en dólares de 2012 muestra más bien cierto estancamiento. No obstante,
cada caída de la masa de ganancias, al menos las referidas a las grandes crisis (Guerras Mundiales,
Crack del 30), vuelve a ubicarla en el mismo nivel cercano a los 20.000 millones de U$$2012.
Cuadro N°1 - Variables seleccionadas del proceso de acumulación (1910-1924)

TAU Emp
TG TA EI W G Pi TP GTU$$ TCR PBI
$$ .

191 109,4 8,7 7,9 6,3 10 293


7,3%
0 % % % 2.240 6.554 % 0 % 30.044 2,19

191 93,8 7,5 8,0 15,6 0,9 10 287


1,8%
1 % % % % 2.282 6.557 % 3 % 29.785 2,23

191 93,1 5,0 5,3 10,3 10 227


5,2% 8,2%
2 % % % 2.648 6.010 % 7 % 31.099 2,16

191 92,9 4,6 5,0 0,2 232


1,0% 93 1,0%
3 % % % 2.620 6.084 % % 31.341 2,17

- -
191 83,2 2,6 3,2 11 235
1,3% 9,9 10,4
4 % % % 2.604 6.127 5 % 28.447 2,19
% %

191 85,6 0,4 0,5 3,9 13 262


6,4% 0,5%
5 % % % 2.344 6.140 % 5 % 31.131 2,08

115
- - -
191 82,8 12 320 -
0,4 0,4 8,1% 8,5
6 % 2.133 6.824 1 % 32.525 2,06 2,9%
% % %

- - -
191 79,9 17 406 -
1,7 2,1 2,1% 9,8
7 % 1.784 7.243 5 % 32.059 2,00 8,1%
% % %

- -
191 91,6 21,3 14 444 18,3
2,2 2,4 4,3%
8 % 1.633 7.245 % 4 % 38.346 1,84 %
% %

- - -
191 87,2 3,3 13 318
2,2 2,6 17,6 3,7%
9 % 2.116 6.733 % 7 % 30.093 2,30
% % %
-
192 97,8 0,0 0,0 2,5 12 301
19,6 7,3%
0 % % % 2.319 6.984 % 2 % 27.135 2,51
%
-
192 91,2 0,8 0,9 0,4 214
24,7 77 2,6%
1 % % % 3.024 6.481 % % 19.049 3,12
%

192 91,6 1,5 1,6 12,4 0,4 207


78 8,0%
2 % % % % 3.346 6.916 % % 21.508 3,07

192 99,8 3,5 3,5 5,4 226 11,0


-0,3% 83
3 % % % 3.335 7.542 % % 23.360 3,34 %

192 107,1 4,7 4,4 9,0 238


7,0% 97 7,8%
4 % % % 3.209 7.640 % % 26.813 3,30
Fuente: ver anexos. En los cuadros que siguen a continuación las columnas expresan las siguientes
categorías: TG = tasa de ganancia sobre capital fijo a precios corrientes, TA = tasa de acumulación
real o en volumen, EI = esfuerzo inversor neto a precios corrientes, TAU$S2012= tasa de
acumulación en dólares constantes de 2012, W = costo laboral real anual por asalariado en pesos de
1993, G = ganancia real anual por asalariado en pesos de 1993, Emp. = tasa de variación
anual del empleo asalariado, Pi = precios relativos internacionales de las exportaciones argentinas
(1910=100), TP = tasa de plusvalía (G/W), GTU$S2012 = masa de ganancias total de la economía
en millones de dólares constantes de 2012, TCR = tipo de cambio real (serie de Ferreres) y PBI =
tasa de variación anual del PBI real. ||Nótese que en los siguientes cuadros y gráficos las tasas de
acumulación (TA y TAU$S2012) para facilitar la exposición son expresadas como tasas de variación
respecto al año anterior, a diferencia de las mismas tasas en los anexos estadísticos que se expresan
respecto al año vigente y no al previo.

116
En el caso de la Primera Guerra, el descenso de la tasa de ganancia en 1914 fue acompañado de una
caída pronunciada de la tasa real de acumulación que en definitiva implicaría una profunda crisis con
fuertes caídas del salario real y el empleo. El enorme ascenso de los precios internacionales de las
exportaciones argentinas permitió a la burguesía mantener el nivel de su masa de ganancias, más allá
de su caída en el mismo año 1914. En tanto que el incremento de estos precios se trasladaba en forma
más o menos directa a la economía interna, los años de incrementos de precios internacionales suelen
implicar abruptas caídas del costo laboral e incremento de la tasa de plusvalía, mientras que los años
de caída de precios expanden los salarios reales y se reduce la tasa de plusvalía.123
La masa de ganancias alcanza un pico para toda la primera mitad del siglo XX en el año 1918. En
dicho año la reactivación económica con altos precios internacionales implica un alto incremento del
empleo asalariado y el PBI en conjunto con una reducción del costo laboral real y un fuerte incremento
de las tasas de plusvalía y ganancia, aún con tasas de acumulación reales negativas. El brusco
descenso salarial que ubica al salario real en un nivel que representa sólo el 60% del poder adquisitivo
previo a la guerra convive con una alta demanda de fuerza de trabajo. En dichas condiciones la
conflictividad obrera comenzará una fase de ascenso, al tiempo que luego de 1918 la crisis capitalista
se expresa en la forma de un monumental derrumbe de la masa de ganancias (de 38.346 millones de
U$$2012 en 1918 a 19.049 millones en 1921) y desvalorización del capital-productivo y del capital-
dinero. La desvalorización alcanzó tal magnitud que la tasa de ganancia no presentó variaciones
demasiado significativas entre 1918 y 1921, pasando el valor del capital fijo de 41.849 a 20.893
millones de U$$2012. Claro que, desde el punto de vista de los capitalistas, el sostenimiento de
determinado nivel de rentabilidad a costa del valor de sus activos es un cuadro igual, o mayormente,
ruinoso.

Gráfico N°39 - Tasa de ganancia, tasa de acumulación (U$S2012) y masa de


ganancias (mill.U$S 2012, eje der.). Argentina 1910-1950

Tasa de Acumulación Tasa de Ganancia Ganancias U$$2012

120% 60.000
105% 55.000
90% 50.000
75% 45.000
60% 40.000
45% 35.000
30% 30.000
15% 25.000
0% 20.000
1912

1946
1910
1911

1913
1914
1915
1916
1917
1918
1919
1920
1921
1922
1923
1924
1925
1926
1927
1928
1929
1930
1931
1932
1933
1934
1935
1936
1937
1938
1939
1940
1941
1942
1943
1944
1945

1947
1948
1949
1950

-15% 15.000
-30% 10.000

Fuente: ver cuadros N°3 y N°5 en anexos.

123
Mientras que en 1910-1914 los precios generales (deflactor del PBI) crecieron a una tasa promedio de 1,8%,
en 1915-1918 lo hicieron a una tasa del 14,5%.
117
Entre 1918 y 1922 se vivirán algunas de las represiones más brutales de la historia argentina, como
La Semana Trágica en 1919 o el fusilamiento de cientos de trabajadores en La Patagonia Rebelde en
1921. En las filas de la burguesía existirá una fuerte actividad política anti-obrera que se reflejará no
sólo en el accionar fascistizante de La Liga Patriótica sino también en la formación de la organización
patronal más importante del momento, la Asociación del Trabajo, que emprendería una campaña
contra las organizaciones sindicales principalmente desde 1918 hasta 1921.124
En 1921, por otra parte, los precios relativos internacionales volverán a ubicarse finalmente en
niveles similares a la preguerra, cayendo nada menos que un 37,1% respecto a 1920, lo que repercutió
en un importante incremento del salario real y una aguda caída interanual del 29,8% de la masa de
ganancias en dólares constantes. A partir de 1922 el proceso de acumulación se reinicia superando
los niveles salariales y de empleo vigentes en 1912, incrementándose la masa de ganancias y las tasas
de acumulación.
A finales de la década, no obstante, se desencadenaría una histórica crisis general del capitalismo,
cuyos efectos en Argentina suelen ser subestimados, en buena medida porque suele evaluarse la
situación por lo que el capitalismo en efecto no es, un modo de producción cuyo fin es la producción
de valores de uso restingida a un ámbito nacional. De este modo, se evalúa exclusivamente la
evolución real, física, del producto bruto interno como prueba irrefutable de la vitalidad de la
economía argentina de la época.
Sin embargo, una evaluación a la luz de las propias categorías del capital muestra un panorama
completamente diferente, que por otra parte muestra una mayor relación con los cambios políticos
iniciados en 1930, como reacción política a un contexto de crisis económica.
La masa de ganancias de 1929 recién será superada en 1944, y sin embargo dicha situación sólo se
extenderá un par de años más ya que luego de 1948 comenzará un franco descenso. La tasa de
ganancia descendió de 89,4% en 1929 a 61,9% en 1932. La tasa de acumulación real por su parte
experimentó una brusca desaceleración desde 6,0% a -1,4%, mientras que la tasa de acumulación en
dólares se redujo marcadamente durante tres años consecutivos. El tipo de cambio real se elevó a 2,88
a 4,81. El empleo asalariado se redujo durante cuatro años consecutivos.
Las ganancias se redujeron en forma marcada, y aún así a un menor ritmo que el valor del capital fijo,
razón por la cual la tasa de ganancia, a diferencia del período previo, tuvo una mayor caída desde un
89,4% en 1929 a un 61,9% en 1932.

Cuadro N°2 - Variables seleccionadas del proceso de acumulación (1925-1942)

124
“El golpe de gracia a un movimiento obrero agotado luego de cinco años de combate desigual llega con la
huelga general de 1921. Desde al menos mediados de 1920 se hizo notar entre las diferentes tendencias del
movimiento obrero la necesidad de convocar a una huelga general contra la Liga y la actividad represiva estatal y
paraestatal. Sin embargo, tal tarea se postergaba a medida que las fuerzas gremiales iban siendo diezmadas por la
acción persistente de las fuerzas patronales amparadas por el gobierno.” (Sartelli, 1996, p.46) Ver también Rapalo
(2012).
118
TAU Emp
TG TA EI W G Pi TP GTU$$ TCR PBI
$$ .
-
192 102,4 4,3 4,2 15,7 - 11 228
0,4
5 % % % % 3.292 7.498 0,9% 3 % 29.681 2,95
%

192 94,4 4,2 4,5 214 4,8


4,1% 4,2% 99
6 % % % 3.451 7.394 % 28.464 3,05 %

192 92,0 5,0 5,5 11,9 11 198 7,1


6,3%
7 % % % % 3.659 7.237 0 % 31.067 2,90 %

192 90,0 5,6 6,3 11 185 6,2


7,0% 4,2%
8 % % % 3.863 7.166 2 % 32.504 2,87 %

192 89,4 6,0 6,7 - 11 198 4,6


5,5%
9 % % % 3.890 7.697 0,5% 4 % 34.079 2,88 %

-
193 85,7 3,7 4,4 - 213
-9,1% 93 4,1
0 % % % 3.632 7.731 2,6% % 29.701 3,19
%

- -
193 69,7 0,0 0,0 - 188
12,4 78 6,9
1 % % % 3.690 6.956 1,7% % 21.184 4,26
% %

- - -
193 61,9 - 181
1,4 2,2 2,5% 66 3,3
2 % 3.690 6.683 1,2% % 19.274 4,81
% % %

- -
193 73,0 15,8 186 4,7
0,8 1,1 3,0% 70
3 % % 3.692 6.868 % 26.309 3,37 %
% %

-
193 76,7 0,8 1,1 227 7,9
12,9 5,9% 83
4 % % % 3.316 7.527 % 24.069 4,79 %
%

193 77,1 1,2 1,5 10,0 10 192 4,3


2,3%
5 % % % 3.517 6.755 % 1 % 24.783 4,44 %

193 70,1 2,0 2,8 21,8 10 189 0,8


1,1%
6 % % % % 3.555 6.713 7 % 27.427 3,93 %

193 82,1 3,8 4,7 13 205 7,2


4,3% 4,9%
7 % % % 3.442 7.052 8 % 33.520 3,67 %

193 60,4 3,3 5,5 10,1 - 183 0,3


86
8 % % % % 3.685 6.744 0,5% % 27.139 4,26 %

119
-
193 67,0 1,4 2,1 190 3,8
11,9 4,0% 72
9 % % % 3.611 6.843 % 26.550 4,57 %
%

194 60,6 0,6 0,9 13,2 - 195 1,6


75
0 % % % % 3.620 7.052 0,1% % 27.177 4,54 %
-
194 57,5 0,0 11,2 199 5,2
0,1 2,6% 80
1 % % % 3.693 7.340 % 28.635 4,51 %
%

- -
194 61,3 - 209 1,1
0,6 0,9 0,5% 81
2 % 3.704 7.746 2,2% % 30.728 4,72 %
% %

Fuente: ver anexos.


En ese mismo año la masa de ganancias tocará su piso cíclico. El descenso de la tasa de ganancia
coincidió con una clara caída de los precios internacionales y desvalorización del capital en su forma
de capital-productivo (tasas de acumulación en dólares constantes de -9,1% y -12,4% en 1930 y 1931)
y capital-dinero (el tipo de cambio real pasó de 2,88 a 4,81 entre 1929 y 1932).
A partir de 1933 algunas variables muestran una recomposición. El PBI se incrementa con una fuerte
incidencia del empleo en un contexto de rentabilidad más favorable en relación a los dos años
anteriores. No obstante, en el año 1937 este pequeño ciclo de recuperación alcanzará su punto más
alto, en conjunto con un incremento de los precios relativos internacionales de las exportaciones. La
tasa de ganancia que en 1933-1937 promedió 75,8% en el siguiente quinquenio mostraría un nivel
promedio de 61,4%, al tiempo que las tasas reales de acumulación para los mismos períodos fueron
de 1,4% y 0,9%. En un mismo sentido se desaceleró la creación de puestos de trabajo pasando de una
tasa anual promedio de crecimiento de 5,0% a 0,8% en 1938-1942.
En 1943 tanto el costo laboral como las ganancias reales por asalariado superarían los niveles de
1929. Desde 1944 a 1948, con la salvedad de 1945, se viven años de expansión económica y la tasa
de acumulación real finalmente se incrementa.

120
Gráfico N°40 - Capital constante fijo en millonesde pesos de 1993 y millones de
dólares de 2012. Argentina 1910-1950

CFU$$2012 CF$1993

100.000
90.000
80.000
70.000
60.000
50.000
40.000
30.000
20.000
10.000
0
1911

1923

1934
1910

1912
1913
1914
1915
1916
1917
1918
1919
1920
1921
1922

1924
1925
1926
1927
1928
1929
1930
1931
1932
1933

1935
1936
1937
1938
1939
1940
1941
1942
1943
1944
1945
1946
1947
1948
1949
1950
Fuente: ver cuadros N°2 y N°5 en anexos.
En el caso de la segunda posguerra el contexto es distinto en relación a la Primera Guerra. El
incremento de las ganancias apuntalado por el incremento de los precios internacionales no estuvo
acompañado de una caída significativa del costo laboral sino que por el contrario con el crecimiento
de las ganancias se experimentó un aumento simultáneo de la tasa de acumulación real y del empleo.
Algunas políticas particulares del gobierno (regulación de alquileres y de precios de alimentos)
además permitieron un menor aumento relativo del índice de precios al consumidor respecto al índice
de precios del producto, lo que en definitiva representaba un mayor incremento del salario real en
relación al costo laboral.125
Los incrementos de los precios internacionales no aparecen en el contexto interno trasladándose a los
precios y afectando el poder adquisitivo del salario, que entre los años 1946 y 1949 vivirá un
incremento inusitado en el marco del primer gobierno peronista.
Cuadro N°3 - Variables seleccionadas del proceso de acumulación (1943-1963)
TAU Emp
TG TA EI W G Pi TP GTU$$ TCR PBI
$$ .
-
194 55,8 - - 202 -
0,4 0,5% 97 4,76
3 % 0,8% 3.985 8.046 5,2% % 31.701 0,7%
%

125
Sobre la diferente evolución del costo laboral y el salario real, ver cuadro N°3 en los anexos estadísticos.
Recordamos que el costo laboral real surge en el marco de esta investigación de deflactar los salarios nominales
por el índice de precios del producto y refleja el costo de la fuerza de trabajo para el capitalista mientras que el
salario real surge de utilizar el índice de precios al consumidor y por lo tanto da cuenta del poder adquisitivo del
salario desde el punto de vista del propio trabajador.
121
194 68,2 0,6 13,4 197 11,3
0,9% 9,2% 91 4,81
4 % % % 4.142 8.144 % 35.485 %

194 53,5 0,7 33,0 - 185 -


1,2% 92 4,12
5 % % % 4.513 8.369 8,3% % 37.025 3,2%

194 62,5 2,5 13 185


4,1% 2,6% 5,4% 3,84 8,9%
6 % % 4.693 8.686 4 % 44.418

194 62,3 6,4 10,2 12,5 13 168 11,1


7,2% 4,29
7 % % % 4.891 8.193 % 2 % 47.446 %

194 48,6 6,4 13,2 146


-9,1% 2,7% 88 6,32 5,5%
8 % % % 5.440 7.949 % 33.604

-
194 38,3 4,4 11,4 118 -
17,7 2,2% 99 7,98
9 % % % 5.878 6.958 % 21.834 1,3%
%

195 35,0 3,5 10 114


9,9% -8,8% 1,4% 8,78 1,2%
0 % % 5.927 6.748 5 % 18.192

-
195 42,6 5,2 12,1 120
25,5 4,0% 97 10,28 3,9%
1 % % % 5.652 6.772 % 16.472
%

195 38,4 3,2 28,7 - 113 -


8,3% 91 7,33
2 % % % 5.881 6.620 4,3% % 19.102 5,0%

195 39,5 2,8 11,0 112


7,2% 3,4% 89 5,3%
3 % % % 5.986 6.690 % 21.829 6,99

195 39,3 2,4 110


6,1% -0,8% 0,6% 84 4,1%
4 % % 6.333 6.944 % 21.520 7,57

-
195 45,3 3,3 125
7,2% 11,0 1,3% 76 7,1%
5 % % 6.276 7.827 % 22.098 8,10
%

195 42,9 3,5 15,6 132


8,2% 0,8% 79 2,8%
6 % % % 6.099 8.042 % 24.196 8,45

195 43,0 4,3 13,4 140


9,9% 2,3% 73 5,2%
7 % % % 6.044 8.444 % 27.464 7,81

195 45,6 5,0 11,0 143


7,2% 2,4% 74 6,1%
8 % % % 6.367 9.118 % 31.270 7,71

195 47,3 2,9 23,4 - 182 -


6,1% 85
9 % % % 5.178 9.439 2,5% % 39.972 5,80 6,5%

122
196 49,6 6,8 13,7 13,5 172
0,0% 82 7,9%
0 % % % % 5.632 9.679 % 47.606 4,80

196 46,1 7,8 16,8 17,8 149


1,0% 82 7,1%
1 % % % % 6.421 9.553 % 52.186 4,28

196 42,8 5,7 13,4 - 161 -


-1,4% 85
2 % % % 6.267 10.061 2,0% % 47.743 4,73 1,6%

196 42,9 3,8 - 165 -


8,8% 3,6% 89
3 % % 6.067 10.027 1,5% % 49.566 4,61 2,4%
Fuente: ver anexos.
Sin embargo, desde 1948, las caídas de los precios internacionales y de la tasa de ganancia máxima
(relacionadas con la desvalorización de la moneda y el incremento de los precios relativos de la
inversión) afectarían marcadamente la rentabilidad del capital, cuya tasa de ganancia descendería
desde 62,3% en 1947 a 35,0% en 1950. Adicionalmente, el gran desarrollo alcanzado por el
movimiento obrero permitió a la clase obrera mejorar ostensiblemente su posición relativa respecto a
los capitalistas. Si en 1943 la tasa de plusvalía alcanzaba el 202%, es decir, que la clase obrera
trabajaba 1/3 de la jornada para su reproducción y 2/3 para los capitalistas, durante los primeros años
de la década del cincuenta las proporciones eran prácticamente similares.
Entre 1948 y 1951 se produce una permanente pérdida de valor en dólares de 2012 del capital
constante fijo y la valorización de los capitalistas se ve entorpecida al punto que las ganancias reales
por asalariado se contraen hasta el año 1951 y en términos sistémicos su masa alcanza un mínimo
histórico de 16.471 millones de U$$2012. No obstante recién al año siguiente se experimentará una
contracción del PBI y el empleo, en el marco también de cierto giro ortodoxo del gobierno peronista
frente al empeoramiento de las condiciones de acumulación.
Si bien el costo laboral real sólo aparece cayendo en 1951, lo cual por otra parte significó un
incremento de la tasa de plusvalía, el poder adquisitivo del salario desde el punto de vista de los
trabajadores experimentó una caida continua en 1950-1952. De todas formas, para el año 1954 el
salario real se encontraba ya en niveles similares a 1948-1949. El costo laboral real en cambio
superaba en 1954 todos los registros previos, alcanzando la tasa de plusvalía un mínimo histórico
hasta ese momento de 110%. Las ganancias netas reales por asalariado eran inferiores a las de los
primeros años peronistas y la masa de ganancias en dólares constantes menos de la mitad de la
correspondiente a los años 1946 y 1947.
Con el descenso de la tasa de ganancia respecto a los años iniciales del gobierno peronista tanto la
tasa de acumulación como el esfuerzo inversor habían reducido sus niveles. Es dentro de este cuadro
de crisis de rentabilidad que podemos entender no sólo la creciente preocupación gubernamental por
incrementar la productividad intentando una paulatina racionalización económica (Plan de
Estabilización de 1952) y una mayor apertura al capital industrial extranjero (incentivando su
inversión), sino también la creciente regimentación del movimiento obrero que, entre otros puntos,

123
podemos ver expresada en la creciente intervención de seccionales o gremios combativos por parte
de la CGT.126

Gráfico N°41 - Tasa de ganancia, tasa de acumulación (U$S2012) y masa de


ganancias (mill.U$S2012). Argentina 1950-2011.

Tasa de Acumulación Tasa de Ganancia Ganancias U$$2012

80%
132,9%
60%

100.000
40%

20%

0%
1962

1984
1950
1952
1954
1956
1958
1960

1964
1966
1968
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982

1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
-20%

-40%

-60% 10.000

Fuente: ver cuadros N°2 y N°5 en anexos.


El incremento de la tasa de ganancia vivido a partir del derrocamiento de Perón tuvo uno de sus
pilares en el creciente ataque a la clase obrera por la “Revolución Libertadora” y el incremento de la
tasa de plusvalía. Este último no se fundamentó en un mayor incremento relativo de la productividad
respecto a un costo laboral también creciente, sino en un incremento de la productividad en conjunto
con costos laborales estancados, que no superarán su nivel de 1954 sino en 1964. Adicionalmente el
ritmo de crecimiento del empleo asalariado entre 1959 y 1963 fue negativo, con una tasa anual
promedio de -1,0%. En particular en 1959, en el marco del Plan CONINTES el gobierno de Frondizi
profundizaría la represión sobre el movimiento obrero resultando en una mayor caída de los costos
laborales y un incremento aun mayor de una tasa de plusvalía que ya venía elevándose desde 1955.
De este modo, incluso en un año con una profunda caída de la actividad económica, la tasa de
ganancia se incrementará. Las ganancias en dólares más que duplicarán sus valores vigentes en el
peronismo, conformándose un cuadro también más atractivo para la llegada de inversión extranjera
directa, capital industrial transnacional que más allá de su especificidad o modalidad de actuación
constituía un avance en el desarrollo de la fuerza productiva y la capacidad general de valorización
de la economía.
Junto con el crecimiento de la tasa de ganancia desde mediados de la década del cincuenta, las tasas
de acumulación y el esfuerzo inversor se elevaron y, en modo relativamente similar a la masa de
ganancias, el valor del capital fijo se expandió en forma relativamente sostenida sin experimentar
mayores desvalorizaciones (o tasas de acumulación en U$$2012 negativas).

126
“Antes de 1948, la mayoría de las intervenciones fueron resultado de la existencia de problemas internos en las
organizaciones; luego de esa fecha, la abrumadora mayoría fue motivada por la negatoria de un sindicato a poner
fin a un huelga” (Doyon, 2006, p.312).
124
Cuadro N°4 - Variables seleccionadas del proceso de acumulación (1964-1976)

TAU Em
TG TA EI W G Pi TP GTU$$ TCR PBI
$$ p.

196 48,3 4,1 10,5 3,8 169 10,3


8,5% 93
4 % % % 6.435 10.898 % % 61.606 4,34 %

-
196 46,3 3,8 3,1 156
8,3% 11,3 88 9,2%
5 % % 7.133 11.121 % % 52.476 5,32
%

196 41,8 3,6 25,3 0,5 134


8,6% 94 0,6%
6 % % % 7.701 10.304 % % 59.406 4,12

196 37,9 3,9 10,2 3,2 118


-7,6% 88 2,6%
7 % % % 7.972 9.424 % % 49.634 4,59

196 38,0 4,7 12,3 11,2 1,3 119


91 4,3%
8 % % % % 8.094 9.663 % % 55.329 4,07

196 40,8 6,2 15,1 4,2 122


1,6% 90 8,5%
9 % % % 8.397 10.249 % % 60.372 4,18

197 40,5 6,1 15,1 2,2 118


0,7% 89 5,4%
0 % % % 8.877 10.468 % % 60.441 4,29

-
197 41,2 6,5 15,9 2,0 118
14,9 91 3,8%
1 % % % 9.169 10.780 % % 52.281 5,28
%

-
197 42,8 6,1 14,3 1,5 138
11,8 87 2,0%
2 % % % 8.469 11.673 % % 47.952 6,46
%

197 40,6 4,8 11,9 62,4 1,8 12 117


3,9%
3 % % % % 9.478 11.120 % 8 % 73.788 4,19

197 33,1 4,5 13,7 3,9 12


-8,4% 93% 5,4%
4 % % % 10.431 9.703 % 6 55.075 5,39

-
197 25,0 3,4 13,4 2,9 -
21,3 93 98%
5 % % % 9.768 9.586 % 32.786 9,75 0,6%
%

-
197 32,9 4,1 12,6 51,0 207
0,4 89 0,0%
6 % % % % 6.308 13.058 % 64.994 6,42
%

Fuente: ver anexos.

125
El período iniciado en 1964, contemplado sin más preconcepciones que las que caracterizan a una
economía capitalista, muestra una paulatina corrosión de las condiciones de valorización del capital.
En 1966 la tasa de ganancia desciende a niveles previos a 1955 y la tasa de plusvalía pasa de 169%
en 1964 a 134%. La masa de ganancias en dólares constantes no superará su monto del año 1964 sino
hasta el advenimiento de la última dictadura militar. La única excepción al respecto ha sido el año
1973 en el que el ascenso abrupto de los precios relativos de exportación tuvo un papel fundamental.
Las ganancias reales por asalariado, más allá de un pico en 1972 explicado por la baja de los costos
laborales, permanecieron también estancadas.
En el marco de una agudización de la lucha de clases y un crecimiento del poder de movilización de
la clase obrera, el costo laboral se incrementó en forma marcada desde 6.435 pesos de 1993 en 1964
a un promedio de 9.893 en el trienio 1973-1975, mientras que las ganancias reales por asalariado se
redujeron de 10.898 en 1964 a 10.136 en dicho trienio.
En 1971-1972 comienza a manifestarse de hecho una desaceleración del proceso de acumulación en
forma más clara. La tasa de acumulación real y el esfuerzo inversor alcanzan un punto máximo en
1971 para luego mostrar tasas descendentes. La acumulación de capital valuada en moneda
internacional, ínfima en 1969 y 1970, es negativa entre 1971 y 1975 con la ya mencionada excepción
de 1973.127 A partir de este último año, las ganancias reales por asalariado comienzan a caer y la tasa
de plusvalía alcanza un nuevo mínimo histórico de 93% en 1974, que los capitalistas no lograrían
revertir al año siguiente gracias a la extraordinaria movilización obrera que desarticula el brutal plan
de ajuste conocido como el Rodrigazo.
El año 1975 será en efecto el año del estallido de la crisis general. La tasa de ganancia alcanzaría un
nuevo mínimo histórico de 25,0% (en 1974 también había alcanzado un nuevo mínimo histórico de
33,1%) mientras que la masa de ganancias en dólares se redujo en forma espectacular un 40,4%. El
capital fijo se desvalorizó un 21,3% mientras que el tipo de cambio real pasó de 5,39 a 9,75 en un
año.128

127
Puede establecerse entonces el siguiente desarrollo de la acumulación medida en dólares desde la década del
cincuenta. Desde 1956 hasta 1964 la acumulación es sostenida, con tasas positivas en prácticamente todos los
años. Entre 1965 y 1968 la acumulación empieza a mostrar una mayor irregularidad, con contracciones (1965 y
1967) y expansiones (1966 y 1968) claras. Desde 1969 la acumulación muestra un claro estancamiento (1969 y
1970) que luego se convierte en contracciones persistentes (1971, 1972, 1974, 1975) con la mencionada excepción
de 1973.
128
Como se señalara previamente, la relación valor agregado-capital o tasa de ganancia máxima también
experimentó un descenso histórico, por lo que no debe confundirse el efecto cierto del incremento de la
participación asalariada sobre la tasa de ganancia con su explicación fundamental, la caída de la tasa de ganancia
máxima como expresión de la sobreacumulación de capital. Adicionalmente, podría aducirse que la caída de la
tasa de ganancia máxima, la relación producto-capital o trabajo vivo-trabajo objetivado, responde a un
desincentivo a la actividad provocado por la lucha de clases que así se expresaría en un descenso del producto.
Sin embargo las tasas de crecimiento del producto no mostraron una caída significativa en tal sentido.
126
Gráfico N°42 - Capital constante fijo en millonesde pesos de 1993 y millones de
dólares de 2012. Argentina 1950-2011

CFU$$2012 CF$1993

800.000

700.000 500.000,0
600.000

500.000

400.000
50.000,0
300.000

200.000

100.000

0 5.000,0
1952

1972
1950

1954
1956
1958
1960
1962
1964
1966
1968
1970

1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004
2006
2008
2010
Fuente: ver cuadros N°2 y N°5 en anexos.
El desarrollo de la lucha de clases mostraba un creciente avance de la clase obrera y en particular de
sus sectores más combativos. La agudización del conflicto en todas sus formas, directas e indirectas,
encontraba a una burguesía incapaz de imponer condiciones sociales y políticas que permitan mejorar
sus condiciones de rentabilidad y cuya hegemonía social comenzaba a ser cuestionada. El nuevo
apoyo de una parte considerable de los sectores dominantes a un regreso, antes negado, de Perón
evidencia tanto la agudización del conflicto social como el creciente deterioro de la acumulación ante
los que Perón aparecía como un último recurso de estabilización política y social en su carácter de
líder bonapartista. El fracaso del plan de ajuste de Celestino Rodrigo en particular, y del gobierno
peronista en general, comenzaría a nuclear a todas las fracciones de la clase dominante detrás de la
misma solución política: la instauración de un gobierno militar que barra con toda resistencia política,
social y sindical de la clase obrera, y en particular sus sectores clasistas y combativos de la izquierda
peronista y socialista, para así relanzar la acumulación expandiendo la tasa de plusvalía.
La duplicación interanual de la tasa de plusvalía lograda por la dictadura militar mediante el
terrorismo de estado provoca una inmediata elevación de la tasa de ganancia que crece de 25,0% en
1975 a 32,9% en 1976 y 37,3% en 1977, permaneciendo de todas formas en niveles inferiores a 1973
y todos los años previos, con la salvedad de 1950.
La tasa de acumulación y el esfuerzo inversor también se incrementan durante los dos primeros años
de la dictadura. Mientras que la masa de ganancias en dólares constantes se incrementa en forma
marcada gracias a la enorme apreciación del tipo de cambio, la tasa de plusvalía comienza un rápido
descenso desde el 221% alcanzado en 1977 hasta 129% en 1980. La participación asalariada se ha
recuperado sólo en parte y el estallido de la crisis global de 1981-1982 significará un nuevo retroceso
en este apartado. En 1982, la tasa de plusvalía se ha incrementado hasta el 207% y el costo laboral
real se había reducido nada menos que un 32,9% en relación a 1980.
Cuadro N°5 - Variables seleccionadas del proceso de acumulación (1977-1989)

127
TAU Em P
TG TA EI W G TP GTU$$ TCR PBI
$$ p. i

197 37,3 6,4 17,3 42,6 0,4 7 221 6,4


7 % % % % 6.404 14.151 % 7 % 105.269 4,06 %

- -
197 32,2 4,2 13,1 32,9 7 187
0,9 3,2
8 % % % % 6.926 12.969 4 % 120.766 3,03
% %

197 33,2 4,3 12,9 38,1 0,9 8 164 6,9


9 % % % % 7.995 13.129 % 6 % 171.792 2,16 %

198 30,8 4,4 14,4 32,1 0,4 8 129 1,5


0 % % % % 9.316 12.034 % 9 % 210.696 1,68 %
- - -
198 30,2 2,6 9 146
8,6% 41,5 1,1 5,4
1 % % 8.374 12.220 0 % 120.501 3,00
% % %
- -
198 27,6 0,5 0,6 7 207
1,9% 44,0 3,2
2 % % 6.251 12.956 % 7 % 61.754 7,11
% %

-
198 26,8 0,6 8 167 4,1
2,2% 6,9% 1,7
3 % % 7.680 12.839 6 % 64.223 7,20 %
%

198 23,9 0,3 12,4 4,2 8 127 2,0


1,4%
4 % % % 8.815 11.196 % 5 % 64.255 6,39 %

- - -
198 23,7 - 0,7 7 127
0,6 10,3 7,0
5 % 2,4% 8.229 10.457 % 9 % 57.125 6,34
% % %

-
198 25,7 - 3,2 5 119 7,1
0,1 8,6%
6 % 0,3% 8.822 10.540 % 9 % 67.464 5,12 %
%
-
198 27,0 0,8 1,5 5 131 2,6
3,0% 13,8
7 % % 8.524 11.181 % 7 % 61.082 6,06 %
%

-
198 30,5 0,5 17,0 1,7 6 171
1,5% 1,9
8 % % % 7.075 12.093 % 6 % 80.740 5,58
%

128
- - -
198 30,8 - 0,3 7 211
0,9 39,3 6,9
9 % 2,8% 5.667 11.934 % 0 % 49.473 8,96
% % %

Fuente: ver anexos.


La crisis se expresó en un nuevo descenso de la tasa de ganancia y en una desaceleración espectacular
de la tasa de acumulación y el esfuerzo inversor. La desvalorización del capital en dólares fue de
41,5% y 44,0% en 1981-1982, el tipo de cambio real se disparó de 1,68 en 1980 a 7,11 en 1982. La
masa de ganancias se redujo un 70,7% en 1982 respecto a 1980. Esta crisis orgánica del capitalismo
argentino que derivó en una crisis de la dictadura militar, apuntalada por una creciente movilización
popular y el descontento de la clase dominante respecto a las condiciones de valorización, ha sido en
buena medida ocultada por la intelectualidad post-dictatorial bajo la falsa dicotomía
dictadura/democracia como eje fundamental de los procesos históricos y de su comprensión, o en
otros casos transformada en una simple “crisis de la deuda” descontextualizada de la crisis general y
global iniciada en los años setenta y principios de los ochenta.
La productividad del capital tocó un nuevo piso en 1982 aunque, dado el descenso de los costos
laborales que permitieron incrementar la tasa de plusvalía, la tasa de ganancia alcanzaría un mínimo
histórico, para todo el período 1910-2011, en 1985. Nuestra estimación encuentra en la década del
ochenta una importante confirmación. En esta década en la que la tasa de ganancia alcanza sus
mínimos históricos se produce también un verdadero derrumbe de la tasa de acumulación y el
esfuerzo inversor, que quiebran una tendencia histórica ascendente. La “década perdida” fue así la
década con la menor tasa de ganancia en toda la historia argentina. Se sobreentiende aquí también
que, en el marco de una crisis global y considerando que ya a principios de los años setenta el capital
transnacional industrial reducía sus inversiones en Argentina, el crecimiento relativo de los grupos
económicos nacionales en el período respecto al capital transnacional responde en buena medida a un
notable empeoramiento de las condiciones de rentabilidad en el país que supuso un menor atractivo
para la continuidad de sus operaciones. No obstante, una vez restablecidas parcialmente las
condiciones de rentabilidad, el capital transnacional industrial volvería a expandir su incidencia
relativa en forma marcada, como finalmente ocurriría desde los años noventa.
Cuadro N°6 - Variables seleccionadas del proceso de acumulación (1990-2002)
TAU Em P
TG TA EI W G TP GTU$$ TCR PBI
$$ p. i
- -
199 24,0 - 132,9 5 131 -
1,6 1,0
0 % 6,8% % 7.501 9.845 9 % 89.806 3,67 1,8%
% %

-
199 27,7 - 5,0 5 110 10,6
0,1 5,8%
1 % 0,4% 8.725 9.600 % 8 % 109.496 2,71 %
%

199 29,7 2,2 2,3 5 100


7,3% 7,3% 9,6%
2 % % 9.696 9.698 % 7 % 126.017 2,24

129
-
199 29,8 3,4 11,3 6
9,0% 1,7 97% 5,7%
3 % % % 10.661 10.362 1 137.901 2,11
%

199 33,4 4,5 13,3 0,1 5 109


2,7% 5,8%
4 % % % 10.852 11.842 % 7 % 158.851 2,07
-
199 32,3 2,7 5 119 -
8,4% 4,3% 0,9
5 % % 10.046 11.928 8 % 160.151 2,07 2,8%
%

199 36,2 3,3 0,3 6 141


9,2% -0,8% 5,5%
6 % % 9.523 13.459 % 8 % 177.894 2,12

199 37,8 4,7 12,6 7,6 5 141


1,2% 8,1%
7 % % % 9.599 13.514 % 5 % 188.106 2,16

199 35,5 5,0 14,0 4,1 5 128


2,4% 3,9%
8 % % % 10.100 12.885 % 0 % 181.057 2,17

199 32,4 3,3 10,1 1,3 4 121 -


-0,1%
9 % % % 9.905 11.993 % 8 % 165.177 2,25 3,4%

-
200 33,8 2,4 5 130 -
7,2% -2,9% 1,9
0 % % 9.591 12.489 0 % 167.048 2,32 0,8%
%

-
200 31,5 0,8 5 124 -
2,6% -3,9% 4,5
1 % % 9.800 12.200 4 % 149.712 2,43 4,4%
%

- - - -
200 28,9 - 5 190
1,7 52,5 7,4 10,9
2 % 6,0% 7.398 14.048 9 % 65.219 6,18
% % % %

Fuente: ver anexos.


Durante esta última década la tasa de ganancia tuvo una sostenida recuperación desde el piso de 1990
(24,0%) hasta 1997 (37,8%). Tanto el costo laboral como el salario real mostraron un incremento
hasta 1993, con un crecimiento ya ínfimo en 1994. La Crisis del Tequila en 1995 afectaría la
financiación e indirectamente la tasa de acumulación y el esfuerzo inversor que en el trienio 1992-
1994 habían mostrado una tendencia ascendente.
Luego de dicha crisis, por otra parte, la tasa de desocupación mostraría un abrupto incremento dentro
de una década con muy bajos niveles de creación de empleo. Es así como en 1996 la tasa de plusvalía
pasó de 119% a 141% debido tanto a un descenso de los costos laborales como a un crecimiento de
las ganancias reales por asalariado. Sin embargo a partir de 1998 estas últimas comenzarían a caer.
La tasa de desempleo volvería a incrementarse sin significar un incremento mayor de la tasa de
plusvalía, lo que implicaría una reducción de la masa de ganancias por el menor número de jornadas
de trabajo. La ampliación marcada del ejército industrial de reserva mostraba límites para ampliar la
130
tasa de plusvalía reduciendo el valor de la fuerza de trabajo más allá de cierto límite. La deflación
causada por la contracción del nivel de actividad a su vez elevaba el tipo de cambio real, reduciéndose
aun más la masa de ganancias en dólares constantes.
La tasa de acumulación y el esfuerzo inversor experimentaban una marcada desaceleración luego de
1998. La desvalorización del capital, inversamente, se aceleraba: 0,1% en 1999, 2,9% en 2000, 3,9%
en 2001 y finalmente, en el estallido de la crisis, 52,5% en 2002.
Desde el pico cíclico alcanzado en 1997, la tasa de ganancia se redujo en forma persistente alcanzando
un piso de 28,9% en 2002. La masa de ganancias en dólares, debido a la abrupta depreciación de la
moneda que produjo la crisis, se redujo a prácticamente 1/3 de su pico cíclico, aún habiéndose
producido un notable crecimiento de la tasa de plusvalía explicado por la enorme reducción de los
costos laborales y el ataque a las condiciones de vida de la clase obrera. En una involución histórica
pocas veces vista, el salario real en 2003 es el menor desde 1945, un 25,5% más bajo respecto a 2001
(el costo laboral real cae 26,2%) y un 55,2% menor en relación al máximo histórico alcanzado en
1974.

Gráfico N°43 - Costo laboral real (W/IPPBI) y salario real (W/IPC) anual en pesos de
1993. Argentina 1910-2011.
CLR SLR
18.000
16.000
14.000
12.000
10.000
8.000
6.000
4.000
2.000
-
1967

1982
1910
1913
1916
1919
1922
1925
1928
1931
1934
1937
1940
1943
1946
1949
1952
1955
1958
1961
1964

1970
1973
1976
1979

1985
1988
1991
1994
1997
2000
2003
2006
2009

Fuente: ver cuadro N°3 en anexos.


El incremento de la tasa de ganancia desde el mismo año 2003 irá acompañado de un importante
ritmo de crecimiento del empleo con una tasa de plusvalía superior al 200%. La tasa de acumulación
y el esfuerzo inversor alcanzarán tasas positivas y un incremento persistente, apenas interrumpido en
2009, hasta 2011.
Junto con el incremento del nivel de actividad y de los precios relativos de las exportaciones, la
apreciación cambiaria durante el ciclo expansivo se expresará en un aumento de la masa de ganancias
en dólares que en parte explicaría el incremento posterior a 2009 de la tasa de acumulación real y el
esfuerzo inversor. No obstante, recién en 2011 la masa de ganancias en moneda internacional
superaría el nivel de 2008.
Cuadro N°7 - Variables seleccionadas del proceso de acumulación (2003-2011)

131
TAU Em
TG TA EI W G Pi TP GTU$$ TCR PBI
$$ p.
-
200 33,0 - 15,4 5,6 209 8,8
0,2 55
3 % 0,6% % 7.225 15.112 % % 85.883 5,20 %
%

200 33,8 1,9 11,5 9,2 199 9,0


5,5% 58
4 % % % 7.445 14.843 % % 98.164 5,10 %

200 35,3 2,9 5,6 189 9,2


8,4% 8,8% 58
5 % % 7.965 15.050 % % 111.365 4,78 %

200 35,3 4,1 11,5 7,4 169 8,5


8,8% 62
6 % % % 8.653 14.598 % % 121.261 4,67 %

200 35,1 5,7 16,3 15,2 2,8 156 8,7


74
7 % % % % 9.553 14.860 % % 139.024 4,26 %

200 34,1 6,6 19,4 15,7 1,2 140 3,3


90
8 % % % % 10.248 14.376 % % 156.170 3,66 %

-
200 27,1 4,4 16,1 0,7 115
0,0% 72 4,6
9 % % % 10.707 12.272 % % 124.023 3,73
%

201 28,7 6,2 21,7 2,1 112 8,2


9,8% 81
0 % % % 11.403 12.764 % % 144.377 3,16 %

201 28,9 7,8 27,0 13,1 2,7 92 104 5,8


1 % % % % 12.085 12.610 % % 164.046 2,76 %

Fuente: ver anexos.


La tasa de ganancia en el período 2003-2008 tendió a mostrar una relativa estabilidad,
incrementándose desde 2003 hasta 2005 y manteniéndose prácticamente en el mismo nivel en 2005-
2007. Si bien en 2008 presenta una pequeña caída, en el año 2009 con el desenvolvimiento de la crisis
global la tasa de ganancia muestra un descenso importante de siete puntos porcentuales (34,1% a
27,1%) para luego mostrar un incremento en los dos años siguientes que de todas formas la mantienen
en niveles cercanos a los del nuevo nivel establecido por la crisis.
A partir de 2008 se observa también un menor ritmo de crecimiento del empleo relacionado con el
relativo empeoramiento de las condiciones de valorización, más aún con el descenso de la tasa de
plusvalía luego de la crisis global que marcaría un claro descenso del nivel de las ganancias reales
por asalariado, cayendo de 14.376 a 12.272 pesos de 1993.
El crecimiento del empleo y el PBI, así como las tasas de acumulación y el esfuerzo inversor fueron
mayores respecto a los niveles vigentes en la década del noventa.
El ciclo de la post-convertibilidad (2003-2011) no logró alcanzar el pico máximo de rentabilidad, ni
la masa de ganancias en moneda internacional, del período previo (1991-2001). Las ganancias reales
132
por asalariado fueron notablemente superiores (14.054 pesos constantes) en relación a la
convertibilidad (11.815 pesos constantes), mientras que el costo laboral por asalariado fue incluso
inferior (9.476 pesos constantes contra 9.863).
Al haber imperado en la post-convertibilidad una mayor composición orgánica del capital, según
pudimos ver en secciones anteriores, la mayor tasa de plusvalía vigente durante el período no se
correspondió con una mayor tasa de ganancia.129
El comportamiento de la tasa de plusvalía da cuenta, por otra parte, del escaso sustento de algunas
opiniones excesivamente generosas en la caracterización de la post-convertibilidad. Si bien es cierto
que el salario real (también el costo laboral) tuvo un crecimiento más o menos constante desde 2004
hasta 2011 (con una desaceleración del ritmo de crecimiento desde 2008, incluido un descenso
interanual en 2009), lo cierto es que sus tasas de crecimiento no fueron demasiado mayores en
relación a los incrementos de productividad. De esto último se desprende que la recomposición
salarial fue tan constante como lenta, lo que en definitiva implicó un ritmo de disminución de la tasa
de plusvalía, desde el pico cíclico generado por la crisis, extraordinariamente lento incluso en
comparación con las dos crisis previas de 1982 y 1989, lo que en definitiva da cuenta de un notable
nivel de explotación de la fuerza de trabajo a lo largo de buena parte del período de la post-
convertibilidad, sólo comparable en estos términos con la última dictadura militar.

Gráfico N° 44 - Tasa de plusvalía (ganancias netas/salarios). Argentina 1974-2011.


230%

210%

190%

170%

150%

130%

110%

90%

70%

50%
1989

2001
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988

1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000

2002
2003
2004
2005
2006
2007
2008
2009
2010
2011

Fuente: ver cuadro N° 6 en anexos.

En efecto, entre 1976 y 1980 la tasa de plusvalía promedió 182%, alcanzando un mínimo de 129%
en 1980. Entre 1982 y 1986 la tasa de plusvalía promedió 150%, con un mínimo de 119% en el último
año. En el período 1989-1993, la tasa de plusvalía promedió 130%, con un mínimo del 97% en 1993.

129
Si bien la recuperación ubicó a la tasa en niveles similares, esta menor rentabilidad en el período 2003-2011
respecto a 1993-2001 contraste con la situación inversa que muestra la tasa de ganancia a precios constantes según
nuestra estimación y la de otros autores como Manzanelli (2012) y Buccieri y Solari (2012).
133
Finalmente entre 2003 y 2007 la tasa promedió 184%, con un altísimo mínimo de 156% en 2007. Así
y todo, no estamos respetando en este último caso el criterio de periodización que es partir desde el
año en el que la tasa de plusvalía se dispara, además de utilizar una periodización no ajena a
cuestionamientos respecto al supuesto carácter fundacional del año 2003. Considerando el período
2002-2006, la tasa de plusvalía fue en promedio del 191%, con un mínimo en el quinto año de nada
menos que el 169%. Es decir, guarismos mayores que en la dictadura militar y mínimos superiores a
los promedios de 1982-1986 y 1989-1993.

Conclusiones
A lo largo de la presente tesis intentamos aportar elementos para la comprensión de la historia y la
economía argentina como expresión de algunas de las determinaciones inherentes al modo de
producción capitalista, desarrolladas por la economía política marxista de acuerdo a lo que hemos
visto en la primera parte.
La consideración del valor social en relación una particularidad permite comprender en forma más
clara fenómenos de la competencia así como la heterogeneidad y desigualdad imperante en las
capacidad de valorización, íntimamente ligadas con la productividad relativa a las condiciones de
producción sociales medias. En definitiva, los trabajos privados y concretos no representan en forma
directa trabajo social abstracto sino por medio de una objetivación que refiere siempre a una totalidad
social antes que a un criterio naturalista o fisiológico.130
Asimismo, establecimos algunas características particulares referidas a países periféricos como
Argentina en relación a la renta diferencial del suelo y su influencia sobre las condiciones de
valorización. Las actividades rentísticas por su modo específico de regulación o determinación del
tiempo de trabajo socialmente necesario implican siempre un “falso valor social” en desmedro del
resto de las actividades, influenciando también, o al menos inicialmente, las rentabilidades relativas
de la economía al permitir, por un lado, obtener un mayor valor por hora trabajada en general, y por
el otro, mediante la sobrevaluación de la moneda que provoca, afectando la competitividad del resto
de las ramas del espacio nacional en relación con la competencia internacional.
Estas cuestiones deben ser consideradas a la hora de intentar estimar en términos de valor algunas
variables económicas como el propio capital fijo, tal como se ha estimado al final de la segunda parte
mediante el cálculo de la expresión monetaria del valor (MELT). La utilización de la MELT en el
marco de una economía nacional para valuar el capital constante fijo refleja en particular el tiempo
de trabajo nacional necesario para reproducir el mismo con relativa independencia del tiempo
necesario en términos sistémicos. Así, hemos visto como en coyunturas de crisis el incremento de los
precios debido a las devaluaciones incrementa el tiempo de trabajo nacional necesario para la
reproducción del capital fijo al tiempo que en términos de dinero mundial el valor del mismo, por el
contrario, descendía en términos relativos.

130
Al respecto, ver Bonefeld (2010).

134
En la tercera parte, finalmente, hemos emprendido el análisis del proceso de acumulación a partir de
la estimación las variables fundamentales como el capital fijo, la masa de ganancias, la tasa de
acumulación, el esfuerzo inversor o la tasa de ganancia.
Con especificidades propias en cada período, la tendencia descendente de la tasa de ganancia se
manifiesta para los 102 años que abarca este estudio en un descenso anual promedio de la tasa del
orden del 0,6%.
Este descenso se fundamenta en un menor crecimiento relativo de las ganancias (2,6%) respecto al
capital fijo (3,1%), potenciado por un incremento anual promedio de los precios relativos de la
inversión del orden del 0,8%.
No obstante, según qué períodos consideremos los componentes muestran evoluciones diferentes.
Hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, la masa de ganancias se expandió más que el capital fijo,
lo que implicaría un crecimiento de la tasa de ganancia en términos de volumen. Sin embargo, esta
tasa no representa la situación vigente en la realidad concreta de la sociedad capitalista, donde los
productores se rigen por los precios corrientes de mercado. En este sentido desde 1925 y hasta la
década del cincuenta existió un dramático descenso de la tasa de ganancia a valores corrientes o
nominales, debido al persistente incremento de los precios relativos de la inversión explicado por la
baja productividad de los sectores productores de medios de producción y el deterioro de los términos
del intercambio y del tipo de cambio real que posibilitaba la importación de medios de producción.
La consideración de la tasa de ganancia nominal nos brinda un panorama completamente distinto
sobre un período en el cual suele considerarse, tomando las variables en términos reales o de volumen,
que el capitalismo argentino no experimentó en forma aguda las consecuencias de la Gran Depresión
(lo que por otra parte, entra en contradicción con la historia política argentina durante los años
siguientes).
Cuadro N°8 – Tasas de variación del PBI, la participación y masa de las ganancias, el capital
fijo, la tasa de ganancia real, los precios relativos y la tasa de ganancia nominal. Tasa de
ganancia real y nominal y composición de valor del capital. Argentina 1910-2011, por períodos.

TVA
TVA TVA TVA TVA TVA IP TVA TG
TG TG CVC
PBI G/PBI G K IBIF/PBI TG Real
Real

1910-2011 3,0% -0,3% 2,6% 3,1% -0,4% 0,8% -0,6% 45,7% 52,4% 3.64

1910-1929 3,7% -0,8% 2,9% 3,0% 0,4% 1,1% -0,8% 54,3% 92,8% 2.85

1930-1945 1,9% -0,2% 1,8% 1,0% 0,8% 4,5% -2,2% 56,4% 67,5% 2.95

1946-1974 4,0% -1,1% 2,8% 4,9% -2,0% -0,4% -1,0% 49,9% 43,6% 3.13

1975-1989 0,2% 2,7% 2,7% 2,1% 0,6% 1,0% 0,3% 34,2% 29,2% 5.48

1990-2011 3,7% -1,0% 2,6% 3,3% -0,5% -0,7% 0,5% 32,5% 32,0% 4.23

Fuente: ver anexos.

135
Dada la tendencia al deterioro de los precios relativos de la inversión a deprimir la tasa de ganancia,
y ante la falta de capitales nacionales con la escala y tecnología adecuada, el surgimiento de sectores
(muchos de ellos militares) con proyectos que buscaban establecer al Estado como principal productor
de una serie de insumos críticos no se remite ya sólo al surgimiento de una abstracta “conciencia
nacional” sino a revertir una aguda tendencia que ponía en jaque a la propia organización social
capitalista del país.
Esa reversión se consolidaría en mayor medida con el desembarco masivo del capital industrial
transnacional que aún bajo su modalidad específica de actuación (baja escala y obsolescencia
internacional) representaba un avance en el desarrollo de la fuerza productiva social y en particular
del sector productor de medios de producción.
En modo similar, hemos comprobado un paulatino estancamiento de la industrialización por
sustitución de importaciones respecto a las ganancias por asalariado en términos sistémicos y a la
propia tasa de ganancia. Este cuadro se contrapone a una de las caracterizaciones más aceptadas
respecto al período sustitutivo y el advenimiento de la dictadura, que se abstrae del proceso de
valorización y la tasa de ganancia como regulador del metabolismo social bajo las relaciones de
producción capitalistas.131
Los tradicionales “modelos de acumulación” mediante los cuales se suele interpretar la historia
económica argentina se presentan, por otra parte, constituidos inicialmente por violentos descensos
de la tasa de ganancia a partir de los cuales las rentabilidades relativas y toda una serie de variables
macroeconómicas se modifican, agudizándose la disputa entre fracciones de la clase dominante en la
distribución de la plusvalía en el marco de crisis generalizadas. Esto se aplica tanto al inicio
espontáneo de la industrialización sustitutiva producto del Crack del 29, como a la industrialización
sustitutiva de posguerra y al comúnmente llamado modelo neoliberal consolidado a partir de la
segunda mitad de la década del setenta.
El deterioro de la productividad relativa, de acuerdo a lo que hemos desarrollado en la segunda parte
del presente trabajo, parece ser parte relevante en la explicación de la creciente gravedad de las crisis
vividas en el país en las últimas décadas, expresada en abrupta desvalorizaciones en términos de
dinero mundial (tasas de acumulación altamente negativas).
La estimación de algunas de las variables relacionadas al proceso de valorización, aun con todas las
limitaciones implícitas en su construcción y operacionalización, nos han permitido poner en relación

131
“La instauración de un nuevo régimen de acumulación de capital no se origina en el agotamiento de la
industrialización basada en la sustitución de importaciones, ya que durante la década anterior (1964-1974) se
había producido un crecimiento ininterrumpido del PBI interno, se había registrado una acentuada expansión
industrial y se había modificado la naturaleza del ciclo corto sustitutivo, que ahora no implicaba una reducción
del PBI en su etapa declinante.” (Basualdo, 2006, pp. 115-116). Basualdo capta acertadamente la naturaleza de
clase de la última dictadura militar en el sentido de promover un crecimiento de la tasa de plusvalía. No obstante,
al valorar el período sustitutivo en términos del crecimiento del PBI y no de la rentabilidad del capital como
principal impulsor de la producción, no alcanza a observar que dicho ajuste se encontraba socialmente motivado
por una profunda crisis de rentabilidad ante la cual la clase dominante terminaría, al menos en principio,
alineándose detrás del golpe militar que la garantizara sus condiciones de valorización mediante un incremento
espectacular de la tasa de explotación. En este sentido, Basualdo habla de una “revancha oligárquica” sin
profundizar mayormente en esta cuestión particular.
136
aspectos relevantes de la historia concreta con la producción capitalista en tanto modo de producción
en el que se realiza y reproduce diariamente la sociedad.
Adicionalmente algunas hipótesis planteadas en la economía política marxiana se han visto
confirmadas para el largo plazo: reducción del tiempo de trabajo necesario, incremento de la fuerza
productiva del trabajo y de la composición técnica y orgánica del capital, tendencia descendente de
la tasa de ganancia e incremento de la masa de ganancias, transformación creciente de plusvalía en
capital (esfuerzo inversor creciente).
Quedarán, seguramente, un gran número de cuestiones por abordar y profundizar, pero en la extensión
limitada de este trabajo esperamos haber colaborado en la comprensión de la realidad histórica,
económica y social de nuestro tiempo.

137
APÉNDICE: Sobre las estimaciones de Iñigo Carrera.
La obra de Juan Iñigo Carrera es, sin dudas, de las más sugerentes que se hayan producido en la
ciencia social argentina durante las últimas décadas. Autor de una indudable capacidad intelectual,
ha tenido el doble mérito de abordar la historia de nuestro país apuntando a una comprensión de largo
plazo y a partir de la economía marxista. En este sentido, el significado histórico de su obra es
incuestionable. Incluimos este comentario sobre sus estimaciones como un apéndice porque, al final
de cuentas, la comparación es más fructífera una vez desarrolladas las nuestras.
Nos concentraremos en particular en sus mediciones respecto a la tasa de ganancia sobre capital fijo,
el propio capital fijo y la distribución.
Un primer aspecto importante para señalar es que Iñigo Carrera incluye las viviendas en sus cálculos.
En el gráfico N°45 se muestra una comparación entre nuestras estimaciones de la tasa de ganancia
sobre el capital fijo (incluidas las viviendas) y la que se desprende de las series de Iñigo (considerando
sus series de “Capital fijo sin ganado” y “Plusvalía neta” para el capital total).

Gráfico N°45 - Tasa de ganancia sobre capital fijo incluyendo viviendas, cálculos
propios y de Iñigo Carrera. Argentina 1910-2004
Propia Iñigo Carrera
40%

35%

30%

25%

20%

15%

10%

5%

0%
1910
1912
1914
1916
1918
1920
1922
1924
1926
1928
1930
1932
1934
1936
1938
1940
1942
1944
1946
1948
1950
1952
1954
1956
1958
1960
1962
1964
1966
1968
1970
1972
1974
1976
1978
1980
1982
1984
1986
1988
1990
1992
1994
1996
1998
2000
2002
2004

Fuente: ver cuadros N°1, N°2 y N°5 en anexos e Iñigo Carrera (2007).
A partir de ahí las divergencias más grandes parecerían surgir por las distintas series de distribución
del ingreso construidas que en el caso de Iñigo muestran un salto excesivo en el primer peronismo y
un derrumbe posterior sin el menor crecimiento de la participación asalariada durante las décadas de
posguerra, en las que la participación asalariada mostró un incremento en prácticamente todos los
casos registrados a nivel internacional.
Nuestras series marcan niveles iniciales de participación de las ganancias elevados.132 La inserción
en el mercado mundial basada en la producción de mercancías portadoras de renta diferencial implica,
132
Dado que las series de Iñigo no discriminan los impuestos netos a la producción de las ganancias netas,
consideramos aquí a las ganancias incluidos dichos impuestos. En tanto que la participación de estos crece en el
tiempo, no debe interpretarse, por ejemplo, que la participación asalariada en relación a las ganancias netas
alcanzó los niveles del peronismo durante los noventa como parece desprenderse de nuestras series en el gráfico
138
como se vio anteriormente, un mayor plusvalor en relación al plustrabajo realizado, o en términos
internacionales un mayor valor de producción de la economía en relación a las horas trabajadas. De
lo que se desprende que, justamente, en los años iniciales debiera esperarse una participación de las
ganancias más bien elevada. Conforme la renta reduce su magnitud relativa de acuerdo al desarrollo
de otros sectores, este efecto debiera entonces mitigarse, como pareciera desprenderse de una
comparación entre nuestras series de ganancias por asalariado en dólares de 2012 y los precios
relativos internacionales (ver nuevamente gráfico N°28).133
Las series de Iñigo Carrera, en cambio, comienzan con un muy elevado nivel de participación
asalariada y por ende un menor nivel de participación de las ganancias, no reflejándose dicha
particularidad referida a la propia renta diferencial y su efecto inicial en la distribución estimada. Los
niveles iniciales de participación asalariada parecen, por otro lado, exageradamente altos, al nivel de
los países centrales en un país sin un desarrollo industrial capitalista amplio y una fuerza de trabajo
comparativamente más débil en términos organizativos y políticos.

Gráfico N° 46 - Participación asalariada en el producto neto (PBI-consumo de capital


fijo), cálculos propios y de Iñigo Carrera. Argentina 1910-2004
Propia Iñigo
80%

70%

60%

50%

40%

30%

20%

10%

0%
1967

1991
1910
1913
1916
1919
1922
1925
1928
1931
1934
1937
1940
1943
1946
1949
1952
1955
1958
1961
1964

1970
1973
1976
1979
1982
1985
1988

1994
1997
2000
2003
Fuente: ver anexos e Iñigo Carrera (2007).
La participación asalariada de las series de Iñigo establece también un patrón extraño que es parte
relevante en el comportamiento anormal de sus series de rentabilidad durante el período sustitutivo.
El incremento de la participación asalariada vivido en Argentina y buena parte del mundo capitalista
desde la década del sesenta hasta mediados de los años setenta, que ha significado un incremento
sostenido a la lucha de clases y del movimiento obrero, no aparece expresado en sus series. Así, el
ciclo sustitutivo en vez de aparecer signado por una lenta corrosión de las condiciones de valorización,

N°46, dado que justamente aquí las ganancias incluyen los impuestos netos a la producción (en términos de las
cuentas nacionales). En un sentido similar, cuando calculamos la distribución sólo en relación a las ganancias
netas, excluyendo los impuestos, nuestras series alcanzan el 50% durante los gobiernos peronistas en los
cincuentas y setentas, del mismo modo que Graña y Kennedy (2008) cuya estimación es la base de la nuestra.
133
Recordemos que los precios relativos en dicho gráfico son los precios internacionales del trigo, el maíz y la
carne divididos por los precios internacionales de las manufacturas, a partir de los índices elaborados por Grilly
& Yang (1988).
139
muestra como vimos anteriormente un crecimiento sostenido de dichas condiciones para el capital,
lo que se contradice ya no sólo con nuestras estimaciones sino con la gran mayoría de las estimaciones
realizadas para otros países en la posguerra. Incluso con algunas caracterizaciones realizadas por el
propio Iñigo para dicho período en Argentina.
Si durante la sustitución de importaciones la modalidad de actuación del capital industrial
transnacional, o capital medio en los términos de Iñigo, fue la de actuar de acuerdo a una escala
restringida al mercado interno, o fragmentado en los términos de Iñigo, no se desprende de sus series
que ello haya implicado limitación alguna al capital y su valorización, aun en un período de corrosión
mundial de la rentabilidad.
De acuerdo a lo visto en la primera parte sobre el valor y el capital industrial, los incrementos de la
productividad persistentemente menores en términos sistémicos sólo pueden implicar una presión
sobre el propio proceso de valorización y el valor medido en términos sistémicos.

Gráfico N°47 - Masa de ganancias en millones de dólares de 2012, cálculos propios


y de Iñigo Carrera. Argentina 1958-1974
Iñigo Propia
80.000

70.000

60.000

50.000

40.000

30.000

20.000

10.000

-
1958 1959 1960 1961 1962 1963 1964 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 1972 1973 1974

Fuente: ver cuadro N°3 en anexos y elaboración propia sobre Iñigo Carrera (2007).
Evidentemente existe un incremento desmedido de las ganancias en las series de Iñigo que lo pone
en plena contradicción con su caracterización del período que a grandes rasgos compartimos desde el
punto de vista de las limitaciones al proceso de valorización impuestas por la modalidad de actuación
del capital industrial transnacional “fragmentado”.134

134
Puntualicemos también que dicha cuadruplicación de las ganancias en dólares constantes, considerando que
su participación en el producto se mantuvo dentro de un rango acotado, debiera implicar prácticamente una
cuadruplicación del producto bruto medido en dichos términos, cosa que, en efecto, lejos ha estado de ocurrir.
140
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ANEXO METODOLÓGICO:
CUADRO 1) DEL ANEXO ESTADÍSTICO
Serie de producto bruto interno: Ferreres (2010) -1874-2009- e Indice General de Actividad (IGA)
elaborado por el mismo autor para los años 2010-2011.
Serie de participación asalariada: A partir de Graña (2006) -1935-1946- y Graña y Kennedy (2008) -
1947-2006-. La masa salarial se obtuvo multiplicando la participación en el PBI a pb estimada por
los autores para 1947-2006 –cuadros N°3 y N°4 de su trabajo-. La multiplicación de dicha masa por
el PBI a precios de mercado arrojó así una participación diferente, compatible con la de Graña para
1935-1946.
Se extrapoló hacia atrás desde 1934, a partir de la serie de Graña y su estimación del empleo
asalariado, utilizando la variación del salario real industrial y el IPC de Ferreres (2010), y la variación
del empleo de Iñigo Carrera (2007, p.208-209), suponiendo constante la tasa de asalarización en
70,5% de los ocupados (nivel promedio de 1947-1956 y de 1947-2006). Para 2007-2010, Graña y
Kennedy nos han aportado los datos de su serie extendida, mientras que para 2011 se ha aplicado la
variación del empleo asalariado a partir de la EPH y de los salarios del INDEC, obteniendo así la
masa salarial.
Serie de consumo de capital fijo: se le restó a la inversión bruta interna fija reproductiva la variación
del stock de capital reproductivo, es decir la inversión neta.
Serie de impuestos netos a la producción: obtenida de Lindenboim et al (2005). Como esta última
serie llega hasta el año 1950 (6,4% del producto) se la expandió hacia atrás a partir de la tasa de
variación de la recaudación tributaria, disponible en Ferreres (2010). Idéntico procedimiento se
realizó para los años posteriores a 2006.
Serie de ganancias netas: Se restó al producto bruto interno la masa salarial que surge de los niveles
de participación estimados, el consumo de capital fijo y los impuestos netos a la producción. Las
146
ganancias netas surgen de este modo como el residual de las tres sustracciones realizadas al producto
bruto interno y equivalen al excedente neto de explotación –incluyendo el ingreso mixto- de las
cuentas nacionales.
CUADRO 2) DEL ANEXO ESTADÍSTICO
Series de stock de capital fijo reproductivo: A partir de las series de inversión en maquinaria y
construcción de Tafunnel (2011) -1856-1874-, Ferreres (2010) -1875-2009- e INDEC -2010-2011-,
y de inversión en construcción reproductiva y residencial de Maia y Nicholson (2005), mediante el
método de inventarios permanentes, utilizando depreciación lineal y vidas útiles de 19 años para la
maquinaria y 48 años para las construcciones reproductivas.
Cabe explicitar más claramente los criterios seguidos con el capital fijo en construcción reproductiva,
considerando que las series de inversión en construcción reproductiva y residencial de Maia y
Nicholson cubren el período 1900-2004. Se han construido series de stock para ambos tipos de
construcción, teniendo la construcción residencial los mismos supuestos de vida útil y depreciación.
Se obtienen así las dos series de stock para el año 1947 en adelante, dada las vidas útiles.
En relación al período anterior se tomó en cuenta que existe una alta correlación entre, por un lado,
la participación del stock de construcción reproductiva sobre el stock en construcción total, y, por el
otro, el promedio para los últimos 25 años de la participación de la inversión en construcción
reproductiva sobre la inversión en construcción total. La correlación de Pearson para 1948-1988
(luego de este año Maia y Nicholson imputan una participación del 40% en la inversión en
construcción hasta 2004) es de 0.868, mientras que la participación del stock en construcción
reproductiva sobre el de la construcción total promedia 30.95% mediante el método de inventarios
permanentes, y la participación promedio de la inversión para los últimos 25 años promedia 30.91%.
El descubrimiento de esta simple regularidad está obviamente basado en que el peso, dentro del stock
calculado con el método de inventarios permanente, de los años iniciales es siempre muy menor, dado
que el monto invertido en el primer año de los 48 -de por sí muy menor al de un año más reciente-
aporta sólo 1/48 de su magnitud original, el segundo 2/48, y así sucesivamente. Al año 1988, las
inversiones de los últimos 25 años aportaban el 86.7% del stock en construcción. Por eso mismo, la
participación promedio de la inversión en construcción reproductiva dentro de la inversión en
construcción total, tiene una alta correlación con la participación entre stocks y nos permite, en
definitiva, expandir el cálculo de la participación del stock en construcción reproductiva hasta 1924.
Para 1923-1910 se ha realizado la misma operación, descendiendo, naturalmente, el número de años
de la participación promedio de la inversión, permaneciendo la proporción del stock en construcción
reproductiva en porcentajes similares a 1924. Desde 1992 en adelante se ha utilizado la serie de
inversión en construcción reproductiva de CEPAL (2011, p.13) para continuar el cálculo del stock de
esos años con el método de inventarios permanentes.
Para la estimación de la participación relativa de la maquinaria nacional e importada (1918-2011) se
utilizaron las series de inversión e importación de CEPAL (1900-1950) y Coremberg (1950 en
adelante). Se ha utilizado la serie 1900-1955 de composición porcentual de las importaciones
argentinas a valores constantes de CEPAL (1958, p.110), y dentro de ellas, las de importación de
maquinaria y equipo para la agricultura y para la industria. A partir de esa participación de la
maquinaria en las importaciones, se calculó su monto a precios constantes de 1993, utilizando la serie
de importaciones de Ferreres (2010). Luego, de la resta de ese monto a la serie de Ferreres de

147
inversión bruta interna fija en maquinaria y equipo, surge la serie de inversión en maquinaria nacional.
Para el período iniciado en 1950 se utilizó la serie de Coremberg, de inversión en maquinaria nacional
e importada como porcentaje del PBI. Se aplicaron los coeficientes al PBI de Ferreres, pero como
este tiene algunas diferencias con el PBI de Coremberg, surgía que el monto así estimado no coincidía
exactamente con la propia serie de inversión en maquinaria de Ferreres, por lo cual se aplicó en
definitiva las participaciones relativas de la maquinaria nacional y la importada a la serie de inversión
de Ferreres, cuyas series de importación se habían utilizado como referencia para la primera parte de
nuestra serie.

CUADRO 3) DEL ANEXO ESTADÍSTICO


Serie de asalariados: Se tomó como base la estimación de asalariados de Graña y Kennedy (2008)
para el período 1947-2006, y la variación del empleo total de Iñigo Carrera (2007, p.208-209),
suponiendo constante la tasa de asalarización en 70,5% de los ocupados (nivel promedio de 1947-
1956 y de 1947-2006 de acuerdo al mismo estudio de Graña y Kennedy). Para 2007 en adelante se
empalmó con ocupados y tasa de asalariados de la EPH.
En el resto de las estadísticas del cuadro se dividieron los agregados económicos por el número de
asalariados (PBI a pm, ganancias netas, stock de capital en maquinaria y total reproductivo a precios
constantes). CLR/L surge de deflactar la masa salarial corriente por el índice de precios del producto
y dividirla por el número de asalariados. SLR/L surge de deflactar la masa salarial corriente por el
índice de precios al consumidor y dividirla por el número de asalariados. Las ganancias y salarios
anuales por asalariado en dólares de 2012 surgen de dividir la masa salarial corriente por el tipo de
cambio nominal y deflactar el número obtenido por el deflactor del PBI estadounidense (BEA).

CUADRO 4) DEL ANEXO ESTADÍSTICO


Horas trabajadas: Se consideraron las horas trabajadas por los asalariados exclusivamente. Dado que
la tasa de asalarización se mantuvo relativamente estable esto no introduce mayores distorsiones. En
virtud de captar la reducción de las horas de trabajo diarias en el largo plazo, se imputó al año inicial
50 horas de trabajo semanales por asalariado y un descenso lineal interanual del 0,2% en las horas
que en el año 2011 implicaban 40,8 horas semanales. Se multiplicaron las horas semanales de cada
año por el número de asalariados y 50 semanas trabajadas.
Series de MELT: Valor agregado neto a precios corrientes de mercado (PBI menos consumo de
capital fijo), dividido por el número de horas trabajadas.
Serie valor del capital fijo: Capital fijo reproductivo a precios corrientes dividido por la MELT. El
resultado arroja las horas de trabajo social requeridas para reproducir el capital fijo.
Serie valor unitario del capital fijo: Valor del capital fijo dividido el capital fijo a precios constantes
de 1993. El resultado arroja la cantidad de horas de trabajo social por cada peso constante de capital
fijo.

148
Serie valor unitario del valor agregado: Horas trabajadas divididas por el valor agregado neto (PBI
menos consumo de capital fijo) a precios constantes de 1993. El resultado arroja la cantidad de horas
de trabajo social por cada peso constante producido.
Series de valor del peso y el dólar: Surge de la inversa de las MELT correspondientes. El resultado
expresa la cantidad de horas de trabajo social representada por una unidad del signo monetario.

CUADRO 5) DEL ANEXO ESTADÍSTICO


Series de tasa de ganancia: Cociente entre las ganancias netas y el capital fijo reproductivo a precios
corrientes y constantes.
Series de tasa de ganancia máxima: Cociente entre el valor agregado neto (PBI a precios de mercado
menos consumo de capital fijo) y el capital fijo reproductivo a precios corrientes y constantes.
Serie de índices de precios relativo: Se utilizaron los índices de precios implícitos del producto y de
la inversión bruta fija de Iñigo Carrera (1910-1934), de Ferreres (1935-2009) y del INDEC (2010-
2011). En el caso de Iñigo Carrera existen dos índices separados para maquinaria y construcciones.
Se han ponderado ambos índices, obteniéndose un índice unitario cuyas variaciones se empalmaron
con la serie de Ferreres. Para el caso del índice de precios del producto, desde 2008 en adelante el
índice surge de dividir el PBI en términos corrientes calculado por el INDEC por el PBI en términos
constantes calculado por Ferreres.
Series de tipo de cambio real: Se utilizó la serie de Ferreres (2010).
Serie de capital fijo en dólares de 2012 : Surge de dividir el capital fijo a precios corrientes por el tipo
de cambio y deflactarlo por el índice de precios del producto estadounidense.
Series de tasas de acumulación en volumen, valor y dólares de 2012: Para cada año la tasa de
acumulación es igual al monto de la variación del capital fijo respecto al año anterior, dividido por el
capital fijo del año vigente.
Series de esfuerzo inversor bruto y neto nominal: Para cada año el esfuerzo inversor neto nominal es
igual al monto de la variación del capital fijo respecto al año anterior, dividido por las ganancias netas
del año vigente a precios corrientes. En el caso del esfuerzo inversor bruto, se dividida la inversión
bruta fija reproductiva por la sumatoria de las ganancias netas y el consumo de capital fijo.
Series de tiempo de trabajo necesario para producir un peso de 1993: Surge de la inversa de la
productividad horaria multiplicada por 60 – (1/PBIxH)*60 - . El resultado indica los minutos de
trabajo para producir un peso constante de 1993.

CUADRO 6) DEL ANEXO ESTADÍSTICO


Series de composición de valor del capital: Capital fijo reproductivo a precios corrientes dividido por
la masa salarial (K/CV) y por el valor agregado neto - PBI pm menos consumo de capital fijo - (K/Yn)
a precios corrientes.

149
Serie de tasa de plusvalía: Ganancias netas divididas por la masa salarial de la economía.
Serie de tipo de cambio nominal: Series de Ferreres (2010).
Serie de tipo de cambio de paridad relativa de poder adquisitivo: Series de Iñigo Carrera (2007). Para
2005 en adelante, estimaciones de Juan Kornblihtt.
Series de capital fijo en dólares corrientes y dólares de paridad: Capital fijo reproductivo a precios
corrientes dividido por los correspondientes tipos de cambio.
Serie de capital fijo a costos históricos: Para evitar distorsiones que surgen en este tipo de cálculo
debido a altos niveles de inflación o sobrevaluación cambiaria, el mismo se ha realizado a partir de
la inversión nominal reproductiva de cada año valuada a dólares de paridad relativa de poder
adquisitivo, mediante el método de inventarios permanentes, con las mismas funciones de
depreciación y vidas útiles que en el caso del capital de costos de reproducción.
Serie de precios relativos internacionales: Promedio simple del precio internacional del maíz, el trigo
y la carne dividido por el índice de precios internacional de las manufacturas de Grilli y Yang (1988),
actualizado por los autores.
Serie de tasa de interés real: Serie de Ferreres (2010).
Series de productividad horaria y MELT de Argentina como porcentaje de Estados Unidos: En el
primer caso se dividió el producto bruto de ambos países en dólares G-K de 1990 de Maddison, por
el número total de horas trabajadas por los asalariados. En el caso estadounidense, estas últimas, de
acuerdo a las series oficiales de BEA, llegan hasta 1948 dado que la serie de horas semanales por
asalariado concluye en dicho año. No obstante la serie de número de asalariado llega hasta 1929. Se
estimó el número de horas semanales trabajadas empalmando con la serie oficial de BEA las
variaciones en las horas semanales trabajadas en la industria de acuerdo al informe de la NICB
(National Industrial Conference Board)
http://www.nber.org/databases/macrohistory/rectdata/08/m08030.dat .
En el segundo caso, se estimó una MELT en dólares corrientes para Estados Unidos del mismo modo
que para Argentina.

150
ANEXO ESTADISTICO

C1) Distribución funcional del PBI a precios de mercado en porcentaje y millones de pesos de
1993

Salari Impues Consu Gananc PBI Salari Impues Consu Gananc


os tos mo ias (Ferrer os tos mo de ias
Netos Capita es) Netos Capita
l Fijo l Fijo

191 23,6% 3,2% 4,3% 69,0% 24.001 5.657 772 1.020 16.552
0
191 23,8% 3,3% 4,5% 68,4% 24.432 5.815 808 1.100 16.708
1
191 28,2% 3,3% 4,6% 63,9% 26.428 7.443 878 1.213 16.894
2
191 27,6% 3,4% 4,8% 64,2% 26.703 7.377 901 1.293 17.131
3
191 27,6% 2,4% 5,0% 64,9% 23.938 6.609 579 1.202 15.548
4
191 25,7% 2,1% 4,9% 67,3% 24.064 6.182 511 1.179 16.192
5
191 22,0% 2,0% 5,6% 70,4% 23.371 5.144 470 1.299 16.458
6
191 18,1% 1,8% 6,7% 73,4% 21.478 3.883 391 1.439 15.765
7
191 17,0% 1,7% 6,1% 75,2% 25.415 4.310 424 1.560 19.122
8
191 21,9% 2,1% 6,4% 69,7% 26.350 5.767 545 1.686 18.353
9
192 22,9% 2,2% 5,8% 69,1% 28.268 6.481 623 1.644 19.520
0
192 29,3% 2,4% 5,7% 62,7% 28.991 8.484 682 1.643 18.181
1
192 30,1% 2,4% 5,3% 62,2% 31.309 9.425 749 1.654 19.482
2

151
192 28,5% 2,6% 4,5% 64,4% 34.759 9.902 887 1.580 22.390
3
192 27,7% 2,5% 3,8% 66,0% 37.470 10.38 933 1.430 24.723
4 4
192 28,3% 2,8% 4,5% 64,4% 37.313 10.55 1.047 1.661 24.048
5 7
192 29,5% 2,8% 4,6% 63,2% 39.113 11.53 1.077 1.803 24.702
6 1
192 31,0% 2,8% 4,8% 61,4% 41.887 12.99 1.161 2.021 25.708
7 7
192 32,1% 2,8% 5,5% 59,6% 44.481 14.29 1.244 2.424 26.517
8 6
192 30,8% 2,7% 5,6% 60,9% 46.531 14.31 1.277 2.616 28.324
9 4
193 29,2% 2,5% 6,1% 62,1% 44.606 13.02 1.125 2.734 27.723
0 4
193 31,3% 3,2% 6,4% 59,1% 41.510 13.01 1.313 2.654 24.529
1 3
193 32,0% 3,6% 6,3% 58,0% 40.134 12.85 1.464 2.537 23.278
2 5
193 31,5% 3,5% 6,3% 58,6% 42.021 13.24 1.478 2.652 24.642
3 9
193 27,8% 3,2% 5,9% 63,1% 45.337 12.60 1.473 2.659 28.605
4 1
193 31,1% 3,7% 5,6% 59,7% 47.309 14.70 1.728 2.635 28.243
5 4
193 31,5% 3,5% 5,5% 59,5% 47.703 15.02 1.689 2.624 28.369
6 2
193 29,8% 3,6% 5,4% 61,1% 51.160 15.26 1.854 2.782 31.263
7 1
193 31,7% 3,7% 6,6% 58,0% 51.317 16.26 1.920 3.371 29.764
8 2
193 31,1% 3,5% 6,5% 58,9% 53.282 16.57 1.848 3.460 31.403
9 1

152
194 30,7% 3,3% 6,3% 59,7% 54.146 16.59 1.794 3.422 32.334
0 6
194 30,5% 3,0% 5,9% 60,6% 56.976 17.37 1.708 3.355 34.535
1 8
194 29,6% 2,9% 5,7% 61,9% 57.604 17.03 1.673 3.257 35.634
2 9
194 30,4% 2,9% 5,4% 61,4% 57.212 17.38 1.659 3.064 35.102
3 7
194 31,0% 3,3% 4,7% 61,0% 63.656 19.74 2.094 3.014 38.808
4 0
194 32,0% 3,7% 4,9% 59,4% 61.612 19.72 2.265 3.031 36.588
5 8
194 32,2% 3,6% 4,5% 59,6% 67.114 21.61 2.439 3.041 40.017
6 7
194 34,0% 4,7% 4,4% 56,9% 74.579 25.35 3.504 3.256 42.468
7 2
194 36,8% 5,0% 4,3% 53,8% 78.665 28.96 3.966 3.407 42.324
8 9
194 41,2% 5,5% 4,6% 48,8% 77.645 31.99 4.236 3.545 37.872
9 2
195 41,6% 6,4% 4,6% 47,4% 78.587 32.71 4.990 3.629 37.251
0 8
195 39,7% 8,0% 4,6% 47,6% 81.642 32.44 6.564 3.749 38.881
1 8
195 41,7% 6,3% 5,0% 46,9% 77.533 32.32 4.908 3.911 36.388
2 6
195 41,7% 6,8% 5,0% 46,6% 81.642 34.00 5.552 4.074 38.009
3 7
195 42,6% 5,8% 5,0% 46,7% 85.013 36.19 4.914 4.215 39.688
4 6
195 39,9% 5,5% 4,7% 49,8% 91.018 36.34 5.042 4.299 45.327
5 9
195 38,0% 7,1% 4,7% 50,2% 93.546 35.59 6.614 4.416 46.926
6 0

153
195 36,7% 7,5% 4,6% 51,2% 98.392 36.06 7.389 4.552 50.386
7 5
195 37,3% 4,9% 4,5% 53,4% 104.397 38.89 5.095 4.700 55.705
8 7
195 31,6% 5,8% 5,0% 57,6% 97.654 30.85 5.654 4.889 56.254
9 6
196 31,8% 8,6% 4,8% 54,7% 105.345 33.54 9.102 5.039 57.658
0 7
196 34,3% 10,0% 4,8% 51,0% 112.824 38.65 11.260 5.410 57.505
1 0
196 33,3% 7,9% 5,3% 53,5% 111.033 36.97 8.805 5.890 59.362
2 6
196 32,5% 7,9% 5,8% 53,8% 108.400 35.25 8.542 6.338 58.266
3 4
196 32,4% 7,0% 5,6% 55,0% 119.566 38.79 8.358 6.703 65.708
4 7
196 34,0% 7,6% 5,5% 53,0% 130.522 44.35 9.894 7.114 69.156
5 8
196 36,6% 8,6% 5,7% 49,0% 131.365 48.13 11.337 7.499 64.399
6 0
196 38,1% 11,1% 5,8% 45,1% 134.841 51.39 14.927 7.758 60.760
7 6
196 37,6% 11,8% 5,7% 44,9% 140.635 52.86 16.595 8.071 63.107
8 1
196 37,4% 11,3% 5,6% 45,7% 152.644 57.13 17.249 8.527 69.736
9 3
197 38,4% 10,7% 5,7% 45,2% 160.861 61.71 17.260 9.120 72.771
0 0
197 39,0% 9,4% 5,8% 45,8% 166.913 65.03 15.740 9.680 76.460
1 4
197 35,8% 8,7% 6,1% 49,4% 170.179 60.97 14.840 10.329 84.036
2 4
197 39,3% 8,4% 6,2% 46,1% 176.761 69.47 14.760 11.014 81.510
3 8

154
197 42,7% 11,4% 6,3% 39,7% 186.316 79.47 21.240 11.680 73.926
4 0
197 41,4% 11,4% 6,6% 40,6% 185.211 76.61 21.114 12.302 75.181
5 4
197 26,6% 11,4% 6,9% 55,1% 185.189 49.26 21.112 12.815 101.994
6 9
197 25,5% 11,4% 6,8% 56,3% 197.015 50.21 22.460 13.372 110.967
7 7
197 28,2% 11,4% 7,5% 52,9% 190.666 53.83 21.736 14.297 100.798
8 5
197 30,7% 11,4% 7,4% 50,5% 203.892 62.69 23.244 15.008 102.950
9 0
198 35,4% 11,2% 7,6% 45,8% 207.011 73.37 23.185 15.664 94.788
0 4
198 33,3% 9,8% 8,3% 48,6% 195.787 65.20 19.187 16.241 95.156
1 3
198 25,8% 11,8% 8,8% 53,6% 189.602 48.99 22.396 16.676 101.539
2 1
198 30,0% 11,3% 8,6% 50,1% 197.401 59.17 22.334 16.977 98.918
3 3
198 35,1% 11,7% 8,5% 44,6% 201.349 70.75 23.585 17.148 89.866
4 0
198 35,5% 10,1% 9,3% 45,1% 187.352 66.50 18.997 17.357 84.497
5 0
198 36,7% 10,8% 8,7% 43,8% 200.726 73.57 21.710 17.536 87.905
6 6
198 35,0% 10,4% 8,6% 46,0% 205.926 72.17 21.348 17.740 94.668
7 0
198 30,1% 9,5% 8,9% 51,5% 202.022 60.90 19.129 17.890 104.100
8 3
198 26,0% 9,7% 9,5% 54,8% 188.011 48.91 18.175 17.918 103.005
9 3
199 34,7% 10,0% 9,7% 45,6% 184.569 64.11 18.464 17.835 84.153
0 7

155
199 38,4% 10,7% 8,6% 42,2% 204.094 78.34 21.893 17.650 86.204
1 6
199 39,8% 12,5% 7,9% 39,8% 223.701 89.02 28.034 17.598 89.041
2 8
199 40,7% 12,0% 7,8% 39,5% 236.505 96.17 28.330 18.520 93.478
3 7
199 39,1% 12,0% 6,1% 42,7% 250.308 97.96 30.159 15.281 106.901
4 6
199 37,0% 11,8% 7,4% 43,9% 243.186 89.90 28.614 17.919 106.748
5 6
199 33,3% 12,1% 7,5% 47,1% 256.626 85.45 31.150 19.246 120.775
6 5
199 33,4% 12,6% 7,0% 47,0% 277.441 92.64 34.908 19.448 130.437
7 8
199 35,2% 12,6% 7,2% 44,9% 288.123 101.4 36.371 20.860 129.436
8 56
199 36,2% 12,1% 7,8% 43,9% 278.369 100.8 33.678 21.813 122.065
9 13
200 34,7% 12,0% 8,2% 45,2% 276.173 95.75 33.129 22.587 124.698
0 9
200 35,4% 11,5% 9,0% 44,1% 263.997 93.47 30.317 23.845 116.363
1 2
200 27,8% 9,8% 9,7% 52,8% 235.236 65.36 22.998 22.740 124.129
2 9
200 26,3% 10,2% 8,5% 55,1% 256.023 67.40 25.989 21.667 140.967
3 0
200 27,2% 10,6% 8,0% 54,2% 279.141 75.85 29.625 22.448 151.216
4 3
200 28,1% 11,0% 7,7% 53,1% 304.764 85.68 33.596 23.567 161.912
5 9
200 30,2% 11,3% 7,4% 51,0% 330.565 99.98 37.367 24.551 168.667
6 1
200 31,6% 12,1% 7,2% 49,1% 359.170 113.4 43.379 25.877 176.471
7 43

156
200 33,2% 12,9% 7,4% 46,5% 371.146 123.1 47.746 27.571 172.711
8 18
200 36,6% 13,2% 8,3% 41,9% 354.234 129.4 46.823 29.527 148.405
9 78
201 36,7% 14,0% 8,1% 41,1% 383.281 140.7 53.804 31.134 157.568
0 75
201 37,8% 14,5% 8,2% 39,4% 405.435 153.2 58.849 33.411 159.921
1 54

C2) Capital fijo en construcción residencial, construcción reproductiva y maquinaria nacional


e importada millones de pesos de 1993, y participaciones relativas en el capital fijo
reproductivo.

Construcció Construcció Maquina Capital Cons M& M&E M&E


n No n ria & Fijo tr. E % Nacio Import
Reproducti Reproducti Equipo Reproducti Repr nal % ada %
va va vo .%

19 80,1 19,9
10 64.660 23.043 5.715 28.758 % %
19 79,7 20,3
11 69.725 24.794 6.303 31.096 % %
19 78,5 21,5
12 72.866 25.696 7.023 32.719 % %
19 77,3 22,7
13 75.865 26.515 7.790 34.305 % %

157
19 77,1 22,9
14 76.222 27.167 8.065 35.231 % %
19 77,1 22,9
15 75.129 27.288 8.089 35.377 % %
19 77,0 23,0
16 73.814 27.144 8.103 35.246 % %
19 77,1 22,9
17 72.290 26.716 7.957 34.673 % %
19 77,2 22,8 9,2% 13,5%
18 71.007 26.202 7.732 33.934 % %
19 77,0 23,0 9,5% 13,6%
19 69.919 25.545 7.642 33.188 % %
19 76,2 23,8 10,0% 13,9%
20 69.994 25.278 7.914 33.191 % %
19 75,3 24,7 10,2% 14,4%
21 70.394 25.220 8.253 33.472 % %
19 75,2 24,8 10,8% 14,0%
22 71.689 25.551 8.431 33.983 % %
19 74,4 25,6 11,9% 13,8%
23 74.339 26.178 9.020 35.198 % %
19 73,1 26,9 13,2% 13,6%
24 76.541 27.018 9.929 36.947 % %
19 71,3 28,7 15,0% 13,7%
25 78.320 27.512 11.088 38.600 % %
19 69,3 30,7 16,5% 14,1%
26 79.485 27.942 12.363 40.305 % %
19 68,0 32,0 16,9% 15,1%
27 81.602 28.865 13.582 42.448 % %
19 66,2 33,8 18,3% 15,4%
28 84.767 29.790 15.197 44.987 % %
19 64,5 35,5 19,9% 15,6%
29 89.046 30.861 17.000 47.860 % %
19 64,1 35,9 20,2% 15,7%
30 92.588 31.882 17.834 49.716 % %

158
19 64,1 35,9 20,8% 15,2%
31 93.360 31.835 17.867 49.702 % %
19 64,6 35,4 21,0% 14,4%
32 92.849 31.666 17.367 49.033 % %
19 65,1 34,9 21,2% 13,7%
33 92.596 31.649 16.992 48.641 % %
19 65,7 34,3 21,5% 12,9%
34 93.383 32.201 16.836 49.037 % %
19 65,7 34,3 21,9% 12,4%
35 93.254 32.597 17.013 49.610 % %
19 65,8 34,2 22,2% 11,9%
36 92.989 33.314 17.293 50.607 % %
19 65,3 34,7 23,0% 11,6%
37 93.840 34.368 18.248 52.616 % %
19 64,7 35,3 23,8% 11,4%
38 95.587 35.216 19.191 54.407 % %
19 64,8 35,2 24,4% 10,8%
39 97.059 35.757 19.418 55.175 % %
19 65,1 34,9 24,8% 10,1%
40 97.847 36.096 19.385 55.482 % %
19 65,8 34,2 24,9% 9,4%
41 98.902 36.484 18.981 55.465 % %
19 66,9 33,1 24,6% 8,5%
42 99.957 36.881 18.276 55.157 % %
19 68,2 31,8 24,2% 7,6%
43 100.985 37.472 17.454 54.926 % %
19 69,8 30,2 23,5% 6,6%
44 102.776 38.594 16.679 55.273 % %
19 71,2 28,8 23,1% 5,8%
45 104.454 39.590 16.048 55.639 % %
19 71,2 28,8 23,6% 5,2%
46 106.585 40.642 16.448 57.090 % %
19 68,0 32,0 26,5% 5,5%
47 108.976 41.469 19.501 60.971 % %

159
19 66,4 33,6 27,2% 6,4%
48 112.582 43.238 21.901 65.140 % %
19 66,7 33,3 26,7% 6,6%
49 116.628 45.468 22.655 68.123 % %
19 67,4 32,6 25,7% 6,9%
50 121.211 47.564 23.012 70.576 % %
19 67,0 33,0 24,8% 8,3%
51 126.300 49.829 24.582 74.411 % %
19 66,7 33,3 24,3% 9,0%
52 130.633 51.300 25.554 76.854 % %
19 66,8 33,2 23,9% 9,3%
53 134.918 52.854 26.251 79.106 % %
19 67,0 33,0 23,6% 9,3%
54 138.706 54.346 26.714 81.060 % %
19 66,5 33,5 24,1% 9,4%
55 142.962 55.717 28.085 83.802 % %
19 65,7 34,3 24,5% 9,8%
56 147.372 57.045 29.808 86.853 % %
19 64,9 35,1 25,1% 10,0%
57 152.433 58.873 31.837 90.710 % %
19 64,5 35,5 25,7% 9,8%
58 158.563 61.625 33.872 95.497 % %
19 64,5 35,5 26,2% 9,3%
59 161.676 63.405 34.950 98.355 % %
19 62,8 37,2 27,9% 9,3%
60 166.218 66.258 39.239 105.497 % %
19 60,6 39,4 29,9% 9,5%
61 171.049 69.325 45.059 114.384 % %
19 59,0 41,0 31,1% 9,9%
62 174.908 71.643 49.709 121.352 % %
19 58,5 41,5 31,6% 9,8%
63 177.781 73.837 52.274 126.112 % %
19 57,8 42,2 32,8% 9,4%
64 181.365 76.054 55.442 131.496 % %

160
19 57,1 42,9 34,2% 8,8%
65 185.383 78.064 58.659 136.723 % %
19 56,5 43,5 35,1% 8,4%
66 189.930 80.101 61.704 141.805 % %
19 56,1 43,9 35,7% 8,2%
67 194.910 82.715 64.790 147.505 % %
19 55,8 44,2 36,2% 8,1%
68 201.360 86.279 68.453 154.731 % %
19 55,4 44,6 36,5% 8,1%
69 209.981 91.386 73.519 164.905 % %
19 55,3 44,7 36,9% 7,8%
70 219.172 97.037 78.591 175.628 % %
19 55,2 44,8 37,2% 7,6%
71 228.736 103.700 84.205 187.905 % %
19 55,1 44,9 37,6% 7,3%
72 237.475 110.269 89.894 200.163 % %
19 54,9 45,1 38,3% 6,9%
73 244.447 115.361 94.929 210.291 % %
19 54,8 45,2 38,7% 6,5%
74 252.552 120.726 99.523 220.249 % %
19 54,9 45,1 38,9% 6,2%
75 262.426 125.074 102.812 227.886 % %
19 55,3 44,7 38,8% 5,8%
76 272.571 131.576 106.170 237.746 % %
19 55,3 44,7 38,9% 5,8%
77 282.813 140.518 113.608 254.126 % %
19 56,0 44,0 38,3% 5,7%
78 292.889 148.596 116.733 265.329 % %
19 56,3 43,7 37,9% 5,8%
79 303.878 156.208 121.034 277.242 % %
19 56,6 43,4 37,4% 6,0%
80 315.777 164.087 126.009 290.096 % %
19 57,2 42,8 36,6% 6,3%
81 324.557 170.256 127.607 297.864 % %

161
19 58,4 41,6 35,5% 6,1%
82 330.971 174.853 124.604 299.457 % %
19 59,6 40,4 34,7% 5,8%
83 336.654 179.421 121.846 301.267 % %
19 60,3 39,7 34,2% 5,5%
84 340.614 182.396 119.912 302.307 % %
19 61,2 38,8 33,6% 5,2%
85 342.145 183.972 116.625 300.597 % %
19 62,3 37,7 32,7% 4,9%
86 345.539 187.223 113.117 300.340 % %
19 63,4 36,6 31,8% 4,8%
87 350.044 192.075 110.686 302.760 % %
19 64,5 35,5 30,9% 4,5%
88 353.912 196.291 107.854 304.144 % %
19 65,6 34,4 30,0% 4,4%
89 353.752 197.875 103.648 301.523 % %
19 66,8 33,2 29,0% 4,2%
90 351.556 198.084 98.612 296.696 % %
19 67,5 32,5 28,2% 4,4%
91 352.045 200.030 96.318 296.348 % %
19 67,1 32,9 27,7% 5,2%
92 354.571 203.287 99.619 302.906 % %
19 66,2 33,8 27,3% 6,5%
93 358.565 207.484 105.971 313.455 % %
19 64,8 35,2 26,8% 8,4%
94 363.969 212.598 115.495 328.093 % %
19 64,2 35,8 26,3% 9,5%
95 367.288 216.328 120.868 337.196 % %
19 63,2 36,8 25,8% 11,0%
96 371.413 220.568 128.233 348.801 % %
19 61,8 38,2 25,2% 13,1%
97 377.798 226.279 139.912 366.191 % %
19 60,3 39,7 24,6% 15,1%
98 385.085 232.575 152.830 385.405 % %

162
19 59,5 40,5 24,0% 16,4%
99 389.804 237.148 161.345 398.494 % %
20 59,0 41,0 23,5% 17,5%
00 393.316 240.890 167.609 408.499 % %
20 59,1 40,9 22,9% 18,0%
01 394.947 243.342 168.568 411.910 % %
20 59,8 40,2 22,6% 17,6%
02 391.213 242.193 162.656 404.849 % %
20 60,3 39,7 22,2% 17,5%
03 391.266 243.509 160.503 404.012 % %
20 60,0 40,0 21,9% 18,1%
04 395.022 247.222 164.477 411.699 % %
20 59,3 40,7 21,6% 19,1%
05 404.229 251.442 172.760 424.202 % %
20 58,3 41,7 21,4% 20,3%
06 417.699 257.805 184.332 442.137 % %
20 57,1 42,9 21,0% 21,9%
07 430.464 267.892 201.095 468.988 % %
20 55,8 44,2 20,5% 23,7%
08 442.125 280.293 221.981 502.274 % %
20 55,5 44,5 20,2% 24,3%
09 452.713 291.269 233.968 525.237 % %
20 54,0 46,0 19,9% 26,1%
10 466.213 302.592 257.550 560.143 % %
20 52,1 47,9 19,7% 28,2%
11 480.507 316.641 290.877 607.518 % %

163
C3) Asalariados (miles), PBI por asalariado (PBI/L), ganancias netas por asalariado (G/L).
Composición técnica del capital como volumen de maquinaria (M&E/L) y de capital fijo
reproductivo por asalariado (CF/L). Costo laboral y salario real anual (salario nominal
deflactado por precios del producto y del consumidor respectivamente) por asalariado en pesos
de 1993, ganancias y salarios anuales por asalariado en dólares de 2012.

G/L CF/L SR/L Gu$$/L Wu$$/L


Asalariad PBI/L M&E/ CLR/
os L L

191
0 2.525,5 9.503 6.554 2.263 11.59 2.240 2.882 11.896 4.066
5
191
1 2.548,3 9.588 6.557 2.473 12.54 2.282 2.936 11.688 4.068
3
191
2 2.811,1 9.401 6.010 2.498 12.06 2.648 3.408 11.063 4.874
0
191
3 2.816,0 9.483 6.084 2.766 12.65 2.620 3.372 11.130 4.793
0
191
4 2.537,7 9.433 6.127 3.178 14.30 2.604 3.372 11.210 4.765
0
191
5 2.637,0 9.126 6.140 3.067 13.66 2.344 3.027 11.806 4.507
7
191
6 2.411,6 9.691 6.824 3.360 14.81 2.133 2.826 13.487 4.216
4
191
7 2.176,5 9.868 7.243 3.656 16.15 1.784 2.429 14.730 3.628
5

164
191
8 2.639,4 9.629 7.245 2.929 13.12 1.633 2.082 14.528 3.275
6
191
9 2.725,7 9.667 6.733 2.804 12.34 2.116 2.824 11.041 3.469
3
192
0 2.794,8 10.114 6.984 2.832 11.97 2.319 2.932 9.709 3.224
3
192
1 2.805,4 10.334 6.481 2.942 11.99 3.024 3.627 6.790 3.169
1
192
2 2.816,8 11.115 6.916 2.993 12.15 3.346 4.175 7.636 3.694
7
192
3 2.969,0 11.707 7.542 3.038 11.85 3.335 4.269 7.868 3.480
5
192
4 3.235,8 11.580 7.640 3.069 11.41 3.209 4.220 8.286 3.480
8
192
5 3.207,3 11.634 7.498 3.457 12.03 3.292 4.418 9.254 4.062
5
192
6 3.340,8 11.708 7.394 3.701 12.06 3.451 4.468 8.520 3.977
4
192
7 3.552,3 11.791 7.237 3.824 11.94 3.659 4.714 8.745 4.421
9
192
8 3.700,4 12.021 7.166 4.107 12.15 3.863 5.009 8.784 4.735
7
192
9 3.680,1 12.644 7.697 4.619 13.00 3.890 4.969 9.260 4.680
5

165
193
0 3.585,7 12.440 7.731 4.974 13.86 3.632 4.517 8.283 3.891
5
193
1 3.526,3 11.772 6.956 5.067 14.09 3.690 4.867 6.008 3.187
5
193
2 3.483,2 11.522 6.683 4.986 14.07 3.690 5.162 5.534 3.056
7
193
3 3.588,1 11.711 6.868 4.736 13.55 3.692 4.772 7.332 3.942
6
193
4 3.800,5 11.929 7.527 4.430 12.90 3.316 4.914 6.333 2.790
3
193
5 4.181,3 11.315 6.755 4.069 11.86 3.517 5.032 5.927 3.086
5
193
6 4.226,0 11.288 6.713 4.092 11.97 3.555 4.934 6.490 3.437
5
193
7 4.433,5 11.539 7.052 4.116 11.86 3.442 4.998 7.561 3.691
8
193
8 4.413,2 11.628 6.744 4.349 12.32 3.685 5.233 6.150 3.360
8
193
9 4.588,9 11.611 6.843 4.231 12.02 3.611 5.122 5.786 3.053
4
194
0 4.584,8 11.810 7.052 4.228 12.10 3.620 5.097 5.928 3.042
1
194
1 4.705,2 12.109 7.340 4.034 11.78 3.693 5.177 6.086 3.062
8

166
194
2 4.600,3 12.522 7.746 3.973 11.99 3.704 5.498 6.680 3.194
0
194
3 4.362,7 13.114 8.046 4.001 12.59 3.985 6.201 7.266 3.599
0
194
4 4.765,5 13.358 8.144 3.500 11.59 4.142 6.636 7.446 3.788
9
194
5 4.371,7 14.094 8.369 3.671 12.72 4.513 6.893 8.469 4.567
7
194
6 4.606,8 14.568 8.686 3.570 12.39 4.693 7.565 9.642 5.209
3
194
7 5.183,7 14.387 8.193 3.762 11.76 4.891 8.585 9.153 5.464
2
194
8 5.324,7 14.774 7.949 4.113 12.23 5.440 9.764 6.311 4.320
3
194
9 5.443,1 14.265 6.958 4.162 12.51 5.878 9.774 4.011 3.388
6
195
0 5.520,0 14.237 6.748 4.169 12.78 5.927 9.197 3.296 2.895
5
195
1 5.741,4 14.220 6.772 4.282 12.96 5.652 8.839 2.869 2.394
1
195
2 5.496,7 14.105 6.620 4.649 13.98 5.881 8.081 3.475 3.087
2
195
3 5.681,3 14.370 6.690 4.621 13.92 5.986 8.641 3.842 3.438
4

167
195
4 5.715,7 14.874 6.944 4.674 14.18 6.333 9.395 3.765 3.434
2
195
5 5.791,5 15.716 7.827 4.849 14.47 6.276 9.140 3.816 3.060
0
195
6 5.835,2 16.031 8.042 5.108 14.88 6.099 9.972 4.147 3.145
4
195
7 5.967,2 16.489 8.444 5.335 15.20 6.044 9.656 4.602 3.294
1
195
8 6.109,4 17.088 9.118 5.544 15.63 6.367 10.298 5.118 3.574
1
195
9 5.959,5 16.386 9.439 5.865 16.50 5.178 7.994 6.707 3.679
4
196
0 5.957,0 17.684 9.679 6.587 17.71 5.632 8.350 7.992 4.650
0
196
1 6.019,4 18.743 9.553 7.486 19.00 6.421 9.335 8.670 5.827
2
196
2 5.900,3 18.818 10.061 8.425 20.56 6.267 8.941 8.091 5.040
7
196
3 5.811,0 18.654 10.027 8.996 21.70 6.067 8.934 8.530 5.161
2
196
4 6.029,2 19.831 10.898 9.195 21.81 6.435 9.809 10.218 6.033
0
196
5 6.218,6 20.989 11.121 9.433 21.98 7.133 10.830 8.439 5.413
6

168
196
6 6.250,0 21.018 10.304 9.873 22.68 7.701 10.991 9.505 7.104
9
196
7 6.447,2 20.915 9.424 10.049 22.87 7.972 11.259 7.699 6.512
9
196
8 6.530,7 21.535 9.663 10.482 23.69 8.094 10.879 8.472 7.097
3
196
9 6.803,9 22.435 10.249 10.805 24.23 8.397 11.387 8.873 7.270
7
197
0 6.952,0 23.139 10.468 11.305 25.26 8.877 11.769 8.694 7.373
3
197
1 7.092,6 23.534 10.780 11.872 26.49 9.169 12.410 7.371 6.270
3
197
2 7.199,4 23.638 11.673 12.486 27.80 8.469 11.792 6.661 4.833
3
197
3 7.330,1 24.114 11.120 12.951 28.68 9.478 13.546 10.066 8.580
9
197
4 7.618,6 24.455 9.703 13.063 28.90 10.431 15.542 7.229 7.771
9
197
5 7.843,0 23.615 9.586 13.109 29.05 9.768 15.414 4.180 4.260
6
197
6 7.810,7 23.710 13.058 13.593 30.43 6.308 9.572 8.321 4.020
9
197
7 7.841,5 25.125 14.151 14.488 32.40 6.404 9.142 13.425 6.075
8

169
197
8 7.772,4 24.531 12.969 15.019 34.13 6.926 9.266 15.538 8.299
7
197
9 7.841,4 26.002 13.129 15.435 35.35 7.995 10.311 21.908 13.341
6
198
0 7.876,5 26.282 12.034 15.998 36.83 9.316 12.007 26.750 20.707
1
198
1 7.786,7 25.144 12.220 16.388 38.25 8.374 10.861 15.475 10.604
3
198
2 7.837,3 24.192 12.956 15.899 38.20 6.251 9.244 7.880 3.802
9
198
3 7.704,3 25.622 12.839 15.815 39.10 7.680 12.318 8.336 4.987
4
198
4 8.026,3 25.086 11.196 14.940 37.66 8.815 13.776 8.006 6.303
4
198
5 8.080,7 23.185 10.457 14.432 37.19 8.229 12.006 7.069 5.564
9
198
6 8.340,4 24.067 10.540 13.562 36.01 8.822 11.892 8.089 6.770
0
198
7 8.467,2 24.321 11.181 13.072 35.75 8.524 11.316 7.214 5.500
7
198
8 8.608,0 23.469 12.093 12.529 35.33 7.075 10.288 9.380 5.488
3
198
9 8.631,3 21.782 11.934 12.008 34.93 5.667 8.134 5.732 2.722
4

170
199
0 8.547,8 21.593 9.845 11.537 34.71 7.501 9.653 10.506 8.005
0
199
1 8.979,1 22.730 9.600 10.727 33.00 8.725 9.809 12.195 11.083
4
199
2 9.181,7 24.364 9.698 10.850 32.99 9.696 9.985 13.725 13.723
0
199
3 9.021,2 26.217 10.362 11.747 34.74 10.661 10.661 15.286 15.728
6
199
4 9.027,2 27.728 11.842 12.794 36.34 10.852 10.712 17.597 16.126
5
199
5 8.949,3 27.174 11.928 13.506 37.67 10.046 9.894 17.895 15.072
8
199
6 8.973,7 28.598 13.459 14.290 38.86 9.523 9.355 19.824 14.027
9
199
7 9.652,0 28.744 13.514 14.496 37.93 9.599 9.339 19.489 13.843
9
199
8 10.045,2 28.683 12.885 15.214 38.36 10.100 9.573 18.024 14.128
7
199
9 10.177,8 27.351 11.993 15.853 39.15 9.905 9.318 16.229 13.404
3
200
0 9.984,7 27.660 12.489 16.787 40.91 9.591 9.134 16.730 12.848
3
200
1 9.538,3 27.678 12.200 17.673 43.18 9.800 9.333 15.696 12.608
5

171
200
2 8.836,0 26.622 14.048 18.408 45.81 7.398 7.306 7.381 3.887
8
200
3 9.328,3 27.446 15.112 17.206 43.31 7.225 6.953 9.207 4.402
1
200
4 10.187,8 27.400 14.843 16.145 40.41 7.445 7.496 9.635 4.833
1
200
5 10.758,6 28.327 15.050 16.058 39.42 7.965 7.963 10.351 5.478
9
200
6 11.554,1 28.610 14.598 15.954 38.26 8.653 8.849 10.495 6.221
7
200
7 11.875,2 30.245 14.860 16.934 39.49 9.553 9.766 11.707 7.526
3
200
8 12.014,0 30.893 14.376 18.477 41.80 10.248 10.171 12.999 9.266
7
200
9 12.093,4 29.291 12.272 19.347 43.43 10.707 10.139 10.255 8.948
2
201
0 12.345,0 31.047 12.764 20.863 45.37 11.403 10.908 11.695 11.406
4
201
1 12.681,8 31.970 12.610 22.937 47.90 12.085 11.171 12.936 13.531
5

172
C4) Horas de trabajo vivo en millones (H), MELT en pesos y dólares corrientes y en dólares
constantes de 2012, valor del capital fijo en millones de horas (VK), valor unitario del capital
fijo (VUK) y del valor agregado neto (VUYn), valor del peso (1/MELT) y del dólar.

V
MEL MELT V U$
VU VU
H MELT T U$S20 VK V$ U$ S
K Yn
U$S 12 S 201
2

191 6.313, 0,000000000000 4.157, 0,14 0,27 1,43E+ 3,3 0,1


0,295 6,61
0 8 06992 6 2 5 13 9 5
191 6.358, 0,000000000000 4.851, 0,15 0,27 1,44E+ 3,4 0,1
0,292 6,54
1 0 06924 8 2 3 13 2 5
191 6.999, 0,000000000000 5.035, 0,14 0,27 1,39E+ 3,2 0,1
0,304 6,63
2 7 07206 3 9 8 13 9 5
191 6.997, 0,000000000000 5.077, 0,14 0,27 1,36E+ 3,2 0,1
0,310 6,64
3 8 07343 3 3 5 13 3 5
191 6.293, 0,000000000000 5.170, 0,14 0,27 1,36E+ 3,2 0,1
0,311 6,61
4 7 07349 4 2 7 13 1 5
191 6.526, 0,000000000000 5.394, 0,15 0,28 1,30E+ 3,1 0,1
0,321 6,74
5 8 07667 5 0 5 13 2 5
191 5.957, 0,000000000000 5.366, 0,15 0,27 1,12E+ 2,6 0,1
0,378 7,32
6 0 08929 3 0 0 13 4 4
191 5.365, 0,000000000000 5.284, 0,15 0,26 9,23E+ 2,1 0,1
0,475 7,60
7 5 1083 2 0 8 12 0 3
191 6.493, 0,000000000000 5.680, 0,16 0,27 7,94E+ 1,7 0,1
0,562 7,37
8 7 1259 6 4 2 12 8 4
191 6.692, 0,000000000000 5.707, 0,17 0,27 8,05E+ 1,8 0,1
0,540 6,04
9 5 1242 8 0 1 12 5 7
192 6.848, 0,000000000000 5.132, 0,15 0,25 6,88E+ 1,7 0,1
0,572 5,40
0 6 1453 0 3 7 12 5 9

173
192 6.860, 0,000000000000 5.002, 0,14 0,25 7,96E+ 2,5 0,2
0,400 4,18
1 8 1256 7 9 1 12 0 4
192 6.874, 0,000000000000 4.929, 0,14 0,23 8,40E+ 2,3 0,2
0,430 4,76
2 8 1191 5 4 2 12 3 1
192 7.231, 0,000000000000 4.889, 0,13 0,21 7,84E+ 2,2 0,2
0,440 4,79
3 7 1276 7 9 8 12 7 1
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0,457 4,97
4 0 1334 6 6 8 12 9 0
192 7.781, 0,000000000000 5.125, 0,13 0,21 7,55E+ 1,8 0,1
0,532 5,65
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192 8.088, 0,000000000000 5.675, 0,14 0,21 8,01E+ 1,9 0,1
0,506 5,31
6 7 1249 6 1 7 12 8 9
192 8.583, 0,000000000000 6.015, 0,14 0,21 8,07E+ 1,9 0,1
0,525 5,61
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0,531 5,78
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193 8.332, 0,000000000000 8.330, 0,17 0,22 9,81E+ 3,8 0,2
0,262 3,74
2 7 1020 3 0 2 12 2 7
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0,335 4,91
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193 9.055, 0,000000000000 7.917, 0,16 0,21 8,86E+ 3,5 0,2
0,286 3,97
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193 9.942, 0,000000000000 8.149, 0,16 0,22 9,08E+ 3,4 0,2
0,290 3,94
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193 10.02 0,000000000000 9.004, 0,17 0,22 8,62E+ 3,1 0,2
0,323 4,35
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193 10.50 0,000000000000 8.264, 0,15 0,21 7,84E+ 2,6 0,2
0,383 4,94
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174
193 10.43 0,000000000000 10.72 0,19 0,21 8,09E+ 3,1 0,2
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0,340 2,50
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195 12.63 0,000000000000 16.27 0,21 0,17 1,03E+ 2,3 0,3
0,424 3,06
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195 13.03 0,000000000001 16.16 0,20 0,16 9,23E+ 2,0 0,2
0,479 3,42
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195 13.08 0,000000000001 16.36 0,20 0,16 8,34E+ 2,1 0,3
0,474 3,35
4 4,3 198 0,9 2 2 11 1 0

175
195 13.23 0,000000000001 15.25 0,18 0,15 7,13E+ 2,1 0,3
0,460 3,20
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195 13.30 0,000000000001 16.31 0,18 0,14 5,48E+ 1,9 0,2
0,514 3,45
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195 13.57 0,000000000002 16.96 0,18 0,14 4,36E+ 1,7 0,2
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195 13.50 0,000000000006 17.33 0,17 0,14 1,61E+ 1,2 0,2
0,776 4,88
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196 13.58 0,000000000009 15.76 0,13 0,12 1,03E+ 0,8 0,1
1,17 7,17
1 7,9 702 5,8 8 7 11 5 4
196 13.29 0,000000000012 17.52 0,14 0,12 8,19E+ 0,9 0,1
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1,16 6,72
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196 13.96 0,000000000035 17.35 0,12 0,11 2,84E+ 0,6 0,1
1,45 8,18
6 7,9 18 3,2 2 3 10 9 2
196 14.37 0,000000000044 18.16 0,12 0,11 2,23E+ 0,7 0,1
1,32 7,22
7 9,8 82 2,3 3 3 10 6 4
196 14.53 0,000000000051 18.23 0,11 0,11 1,96E+ 0,6 0,1
1,53 8,00
8 6,8 14 3,3 8 0 10 6 3
196 15.11 0,000000000058 17.93 0,10 0,10 1,72E+ 0,6 0,1
1,65 8,25
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197 15.41 0,000000000066 18.23 0,10 0,10 1,50E+ 0,5 0,1
1,72 8,18
0 2,8 58 0,7 4 2 10 8 2
197 15.69 0,000000000093 18.52 0,09 0,10 1,07E+ 0,6 0,1
1,52 6,85
1 3,0 16 4,7 9 0 10 6 5

176
197 15.89 0,000000000152 19.51 0,09 0,09 6,56E+ 0,7 0,1
1,33 5,74
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197 16.15 0,000000000256 19.56 0,09 0,09 3,91E+ 0,4 0,1
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197 17.21 0,000000000971 29.89 0,13 0,10 1,03E+ 0,7 0,2
1,28 4,38
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197 17.10 30.79 0,13 0,09 1,96E+ 0,5 0,1
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197 17.14 27.74 0,10 0,09 7,10E+ 0,3 0,1
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8 8,0 1,0 3 6 07 3 8
197 17.07 28.03 0,10 0,09 1,06E+ 0,1 0,0
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198 17.38 36.49 0,12 0,10 3,93E+ 0,2 0,1
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198 18.14 33.77 0,11 0,09 9,27E+ 0,2 0,1
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198 18.40 34.09 0,11 0,10 1,98E+ 0,2 0,1
0,005049 4,51 7,76
8 8,8 7,1 2 0 02 2 3

177
198 18.42 36.18 0,12 0,10 6,84E+ 0,3 0,2
0,1463 2,67 4,43
9 1,7 1,5 0 8 00 7 3
199 18.20 38.23 0,12 0,10 3,18E- 0,1 0,1
3,14 6,12 9,77
0 6,9 4,6 9 9 01 6 0
199 19.08 31.86 0,10 0,10 1,26E- 0,1 0,0
7,95 8,05 12,41
1 7,5 1,2 8 2 01 2 8
199 19.47 28.32 0,09 0,09 1,02E- 0,1 0,0
9,85 9,94 14,97
2 9,1 2,2 4 5 01 0 7
199 19.10 27.46 0,08 0,08 8,76E- 0,0 0,0
11,41 11,42 16,84
3 0,3 5,7 8 8 02 9 6
199 19.07 25.94 0,07 0,08 7,89E- 0,0 0,0
12,67 12,69 18,31
4 4,8 0,5 9 1 02 8 5
199 18.87 27.67 0,08 0,08 7,90E- 0,0 0,0
12,67 12,67 17,91
5 2,4 2,0 2 4 02 8 6
199 18.88 26.55 0,07 0,08 7,50E- 0,0 0,0
13,33 13,34 18,51
6 5,9 8,4 6 0 02 7 5
199 20.27 27.10 0,07 0,07 7,44E- 0,0 0,0
13,43 13,46 18,35
7 2,9 5,5 4 9 02 7 5
199 21.05 28.69 0,07 0,07 7,59E- 0,0 0,0
13,17 13,17 17,75
8 6,5 2,9 4 9 02 8 6
199 21.29 31.22 0,07 0,08 8,15E- 0,0 0,0
12,27 12,27 16,31
9 1,8 2,2 8 3 02 8 6
200 20.84 30.33 0,07 0,08 7,99E- 0,0 0,0
12,52 12,53 16,30
0 6,0 4,9 4 2 02 8 6
200 19.87 30.56 0,07 0,08 8,13E- 0,0 0,0
12,30 12,22 15,55
1 4,1 3,1 4 3 02 8 6
200 18.37 37.12 0,09 0,08 6,51E- 0,2 0,1
15,37 4,86 6,08
2 4,2 0,0 2 6 02 1 6
200 19.35 35.27 0,08 0,08 5,63E- 0,1 0,1
17,78 6,02 7,38
3 8,9 9,3 7 3 02 7 4
200 21.10 36.74 0,08 0,08 5,13E- 0,1 0,1
19,51 6,62 7,90
4 0,4 1,0 9 2 02 5 3
200 22.23 36.28 0,08 0,07 4,53E- 0,1 0,1
22,07 7,54 8,70
5 8,1 4,0 6 9 02 3 1

178
200 23.83 37.21 0,08 0,07 3,93E- 0,1 0,1
25,42 8,26 9,23
6 4,7 3,3 4 8 02 2 1
200 24.44 36.83 0,07 0,07 3,24E- 0,1 0,0
30,84 9,89 10,74
7 8,0 0,2 9 3 02 0 9
200 24.68 36.36 0,07 0,07 2,67E- 0,0 0,0
37,51 11,84 12,59
8 4,3 6,9 2 2 02 8 8
200 24.79 41.84 0,08 0,07 2,58E- 0,1 0,0
38,79 10,39 10,94
9 7,8 0,1 0 6 02 0 9
201 25.26 36.04 0,06 0,07 1,91E- 0,0 0,0
52,47 13,41 13,94
0 3,0 2,8 4 2 02 7 7
201 25.90 35.32 0,05 0,07 1,53E- 0,0 0,0
65,26 15,80 16,08
1 0,4 5,7 8 0 02 6 6

C5) Tasa de ganancia máxima (Yn/K) y tasa de ganancia (TG) a precios corrientes y constantes
(q), índice de precios relativos (IPR, IPIBIF/IPPBI), tipo de cambio real (TCR), capital fijo en
dólares de 2012 (CF U$S2012), tasa de acumulación en volumen (TAQ), valor (TAV) y dólares
de 2012 (TA U$S2012), esfuerzo inversor bruto (EIB) y neto (EIN) nominales y tiempo de
trabajo necesario para producir un peso a precios de 1993 (TTN$93).

CF TA
Yn/ TG Yn/ IP TC TA TA EI TTN
TG U$S2 U$S2 EIB
Kq q K R R Q V N $93
102 012

19 57,6 1,5 109, 0, 2,1 27.46 10,5 7,9


0,81 15,78
10 % 4 4% 53 9 7,8 % %

179
19 53,7 1,3 93,8 0, 2,2 31.73 8,4 14,3 13,5 11,1 8,0
0,76 15,61
11 % 3 % 57 3 9,6 % % % % %
19 51,6 1,4 93,1 0, 2,1 33.39 5,7 3,6 8,7 5,3
0,78 4,9% 15,89
12 % 1 % 55 6 0,1 % % % %
19 49,9 1,4 92,9 0, 2,1 33.72 4,8 0,8 8,4 5,0
0,75 1,0% 15,72
13 % 0 % 54 7 7,3 % % % %
19 44,1 1,2 83,2 0, 2,1 34.17 1,8 1,8 6,7 3,2
0,66 1,3% 15,78
14 % 5 % 53 9 3,4 % % % %
-
19 45,8 1,2 85,6 0, 2,0 36.36 4,2 4,1 0,5
0,67 0,7 6,0% 16,27
15 % 5 % 53 8 5,5 % % %
%
- - -
19 46,7 1,1 82,8 0, 2,0 39.29 3,7
0,65 0,9 0,5 7,5% 0,4 15,29
16 % 5 % 56 6 4,2 %
% % %
- - -
19 45,5 1,0 79,9 0, 2,0 40.13 2,9
0,61 1,6 1,6 2,1% 2,1 14,99
17 % 7 % 57 0 3,6 %
% % %
- -
19 56,3 1,2 91,6 0, 1,8 41.84 7,0 2,4
0,74 1,5 4,1% 2,4 15,33
18 % 0 % 61 4 8,6 % %
% %
- - -
19 55,3 1,2 87,2 0, 2,3 34.49 0,5 3,0
0,78 3,0 21,3 2,6 15,24
19 % 3 % 63 0 1,9 % %
% % %
- - -
19 58,8 1,3 97,8 0, 2,5 27.73 4,7 0,0
0,83 0,5 11,2 24,4 14,54
20 % 9 % 60 1 4,5 % %
% % %
- -
19 54,3 1,4 91,2 0, 3,1 20.89 0,5 5,8 0,9
0,85 2,6 32,7 14,20
21 % 2 % 60 2 3,5 % % %
% %
-
19 57,3 1,4 91,6 0, 3,0 23.47 1,8 11,0 6,4 1,6
0,90 1,5 13,17
22 % 4 % 63 7 4,9 % % % %
%
-
19 63,6 1,5 99,8 0, 3,3 23.40 2,7 7,4 3,5
0,96 0,8 -0,3% 12,48
23 % 1 % 64 4 5,9 % % %
%
19 66,9 1,5 107, 0, 3,3 25.04 4,7 3,0 7,6 4,4
0,99 6,5% 12,60
24 % 8 1% 62 0 2,8 % % % %

180
19 62,3 1,5 102, 0, 2,9 28.98 4,3 1,7 13,6 7,8 4,2
0,94 12,51
25 % 4 4% 61 5 2,0 % % % % %
19 61,3 1,4 94,4 0, 3,0 30.16 4,2 9,7 8,6 4,5
0,94 3,9% 12,41
26 % 5 % 65 5 5,5 % % % %
19 60,6 1,4 92,0 0, 2,9 33.76 5,0 5,6 10,7 9,9 5,5
0,96 12,30
27 % 6 % 66 0 1,6 % % % % %
19 58,9 1,4 90,0 0, 2,8 36.13 5,6 3,8 11,2 6,3
0,96 6,6% 12,04
28 % 7 % 66 7 3,1 % % % %
19 59,2 1,4 89,4 0, 2,8 38.13 6,0 2,2 11,7 6,7
0,95 5,3% 11,42
29 % 3 % 66 8 5,8 % % % %
-
19 55,8 1,3 85,7 0, 3,1 34.67 3,7 4,0 9,8 4,4
0,87 10,0 11,58
30 % 4 % 65 9 6,7 % % % %
%
-
19 49,4 1,1 69,7 0, 4,2 30.37 0,0 13,0 6,9 0,0
0,81 14,2 12,22
31 % 4 % 71 6 3,8 % % % %
%
- -
19 47,5 1,0 61,9 0, 4,8 31.12 8,2 5,5
0,79 1,4 2,4% 2,2 12,46
32 % 3 % 77 1 1,0 % %
% %
- - -
19 50,7 1,2 73,0 0, 3,3 36.03 13,6 5,7
0,83 0,8 13,4 1,1 12,23
33 % 0 % 69 7 6,1 % %
% % %
-
19 58,3 1,1 76,7 0, 4,7 31.39 0,8 7,2 7,4 1,1
0,89 14,8 11,98
34 % 8 % 76 9 8,3 % % % %
%
19 56,9 1,2 77,1 0, 4,4 32.13 1,2 2,8 7,7 1,5
0,92 2,3% 12,61
35 % 4 % 74 4 0,5 % % % %
19 56,1 1,1 70,1 0, 3,9 39.12 2,0 9,5 17,9 9,3 2,8
0,91 12,61
36 % 4 % 80 3 7,4 % % % % %
-
19 59,4 1,2 82,1 0, 3,6 40.82 3,8 10,2 4,7
0,94 9,0 4,2% 12,31
37 % 9 % 72 7 3,0 % % %
%
19 54,7 1,0 60,4 0, 4,2 44.95 3,3 23,0 14,1 5,5
0,91 9,2% 12,20
38 % 0 % 91 6 7,4 % % % %

181
- -
19 56,9 1,1 67,0 0, 4,5 39.61 1,4 10,3 2,1
0,93 5,4 13,5 12,19
39 % 0 % 85 7 1,6 % % %
% %
19 58,3 0,9 60,6 0, 4,5 44.82 0,6 10,3 11,6 10,0 0,9
0,94 11,96
40 % 8 % 96 4 6,1 % % % % %
-
19 62,3 0,9 57,5 1, 4,5 49.84 0,0 8,4 10,1 9,5
1,00 0,1 11,64
41 % 2 % 08 1 0,9 % % % %
%
- - -
19 64,6 0,9 61,3 1, 4,7 50.09 8,0
1,01 0,6 7,5 0,5% 0,9 11,24
42 % 6 % 05 2 5,0 %
% % %
- -
19 63,9 0,8 55,8 1, 4,7 56.82 2,8 11,8 8,5
1,01 0,4 0,8 10,71
43 % 8 % 15 6 5,8 % % %
% %
-
19 70,2 1,0 68,2 1, 4,8 52.01 0,6 8,3 0,9
1,11 13,6 -9,3% 10,49
44 % 8 % 03 1 1,3 % % %
%
19 65,8 0,8 53,5 1, 4,1 69.19 0,7 12,2 24,8 10,5 1,2
1,07 9,92
45 % 7 % 23 2 8,3 % % % % %
-
19 70,1 1,0 62,5 1, 3,8 71.03 2,5 11,7 4,1
1,13 11,1 2,6% 9,58
46 % 1 % 12 4 0,4 % % %
%
19 69,7 1,0 62,3 1, 4,2 76.13 6,4 6,9 17,4 10,2
1,17 6,7% 9,68
47 % 4 % 12 9 1,2 % % % %
-
19 65,0 0,8 48,6 1, 6,3 69.16 6,4 19,5 22,2 13,2
1,15 10,1 9,41
48 % 6 % 34 2 7,0 % % % %
%
-
19 55,6 0,7 38,3 1, 7,9 56.95 4,4 14,9 22,9 11,4
1,08 21,4 9,73
49 % 4 % 45 8 4,0 % % % %
%
19 52,8 0,6 35,0 1, 8,7 51.92 3,5 7,1 22,4 9,9
1,04 -9,7% 9,73
50 % 9 % 51 8 6,2 % % % %
- -
19 52,3 0,8 42,6 1, 10, 38.67 5,2 21,8 12,1
1,01 16,6 34,3 9,72
51 % 2 % 23 28 4,8 % % %
% %
19 47,3 0,7 38,4 1, 7,3 49.77 3,2 4,8 22,3 19,5 8,3
0,94 9,78
52 % 7 % 23 3 6,4 % % % % %

182
-
19 48,0 0,7 39,5 1, 6,9 55.24 2,8 18,3 7,2
0,96 0,7 9,9% 9,58
53 % 9 % 22 9 2,6 % % %
%
19 49,0 0,7 39,3 1, 7,5 54.78 2,4 1,2 17,5 6,1
0,99 -0,8% 9,23
54 % 9 % 25 7 1,4 % % % %
- -
19 54,1 0,8 45,3 1, 8,1 48.75 3,3 16,9 7,2
1,03 7,2 12,4 8,72
55 % 6 % 19 0 0,8 % % %
% %
19 54,0 0,8 42,9 1, 8,4 56.36 3,5 6,5 13,5 18,3 8,2
1,00 8,53
56 % 0 % 26 5 2,2 % % % % %
19 55,5 0,7 43,0 1, 7,8 63.92 4,3 3,8 11,8 19,8 9,9
1,00 8,28
57 % 8 % 29 1 1,6 % % % % %
19 58,3 0,8 45,6 1, 7,7 68.53 5,0 0,1 20,1 11,0
1,04 6,7% 7,97
58 % 1 % 28 1 1,7 % % % %
19 57,2 0,7 47,3 1, 5,8 84.58 2,9 2,0 19,0 15,3 6,1
0,94 8,30
59 % 7 % 21 0 1,9 % % % % %
-
19 54,7 0,8 49,6 1, 4,8 96.02 6,8 11,9 21,4 13,7
0,91 10,9 7,67
60 % 3 % 10 0 8,8 % % % %
%
19 50,3 0,8 46,1 1, 4,2 113.1 7,8 0,9 15,1 24,8 16,8
0,89 7,23
61 % 1 % 09 8 03,9 % % % % %
19 48,9 0,7 42,8 1, 4,7 111.5 5,7 10,1 22,5 13,4
0,84 -1,4% 7,18
62 % 4 % 14 3 19,2 % % % %
-
19 46,2 0,7 42,9 1, 4,6 115.5 3,8 18,5 8,8
0,79 0,9 3,4% 7,23
63 % 4 % 08 1 00,2 % % %
%
-
19 50,0 0,8 48,3 1, 4,3 127.6 4,1 17,3 8,5
0,85 6,5 9,5% 6,79
64 % 2 % 04 4 27,8 % % %
%
-
19 50,6 0,8 46,3 1, 5,3 113.2 3,8 3,1 17,7 8,3
0,88 12,7 6,40
65 % 1 % 09 2 62,2 % % % %
%
19 45,4 0,7 41,8 1, 4,1 141.9 3,6 2,9 20,2 19,0 8,6
0,85 6,38
66 % 8 % 09 2 53,9 % % % % %
19 41,2 0,7 37,9 1, 4,5 131.1 3,9 4,5 21,4 10,2
0,81 -8,3% 6,40
67 % 5 % 09 9 19,9 % % % %

183
19 40,8 0,7 38,0 1, 4,0 145.7 4,7 0,4 10,1 23,1 12,3
0,80 6,20
68 % 5 % 07 7 78,8 % % % % %
-
19 42,3 0,7 40,8 1, 4,1 148.0 6,2 24,8 15,1
0,82 1,7 1,5% 5,94
69 % 9 % 04 8 56,5 % % %
%
19 41,4 0,8 40,5 1, 4,2 149.0 6,1 1,6 24,8 15,1
0,82 0,7% 5,75
70 % 0 % 02 9 72,6 % % % %
-
19 40,7 0,8 41,2 0, 5,2 126.9 6,5 1,6 25,2 15,9
0,80 17,5 5,64
71 % 1 % 99 8 10,8 % % % %
%
-
19 42,0 0,7 42,8 0, 6,4 111.9 6,1 5,1 23,5 14,3
0,78 13,4 5,61
72 % 9 % 98 6 40,2 % % % %
%
19 38,8 0,8 40,6 0, 4,1 181.7 4,8 0,3 38,4 21,8 11,9
0,77 5,48
73 % 1 % 95 9 43,5 % % % % %
19 33,6 0,7 33,1 1, 5,3 166.4 4,5 8,7 25,6 13,7
0,75 -9,2% 5,40
74 % 4 % 01 9 01,5 % % % %
-
19 33,0 0,5 25,0 1, 9,7 130.9 3,4 28,3 30,0 13,4
0,72 27,1 5,58
75 % 5 % 32 5 47,3 % % % %
%
19 42,9 0,5 32,9 1, 6,4 197.7 4,1 2,9 33,8 25,8 12,6
0,69 5,54
76 % 3 % 31 2 19,0 % % % % %
-
19 43,7 0,5 37,3 1, 4,0 281.9 6,4 29,9 28,0 17,3
0,69 11,0 5,22
77 % 9 % 17 6 78,0 % % % %
%
19 38,0 0,5 32,2 1, 3,0 374.7 4,2 7,7 24,7 26,1 13,1
0,64 5,34
78 % 4 % 18 3 03,6 % % % % %
-
19 37,1 0,5 33,2 1, 2,1 517.5 4,3 27,6 25,5 12,9
0,65 7,3 5,02
79 % 8 % 12 6 47,1 % % % %
%
-
19 32,7 0,6 30,8 1, 1,6 683.6 4,4 24,3 27,4 14,4
0,63 1,9 4,96
80 % 0 % 06 8 57,5 % % % %
%
-
19 31,9 0,5 30,2 1, 3,0 399.6 2,6 7,3 22,8 8,6
0,59 71,1 5,18
81 % 6 % 06 0 20,3 % % % %
%

184
-
19 33,9 0,4 27,6 1, 7,1 223.7 0,5 17,8 19,0 1,9
0,56 78,6 5,37
82 % 5 % 23 1 67,6 % % % %
%
-
19 32,8 0,4 26,8 1, 7,2 239.2 0,6 19,8 2,2
0,58 6,2 6,5% 5,06
83 % 8 % 22 0 51,2 % % %
%
19 29,7 0,4 23,9 1, 6,3 268.8 0,3 3,8 11,0 21,1 1,4
0,59 5,16
84 % 7 % 24 9 93,1 % % % % %
- - -
19 28,1 0,4 23,7 1, 6,3 241.2 3,2 18,2
0,56 0,6 11,4 2,4 5,57
85 % 7 % 19 4 77,1 % %
% % %
- - -
19 29,3 0,5 25,7 1, 5,1 262.1 18,6
0,60 0,1 9,3 8,0% 0,3 5,35
86 % 2 % 14 2 40,1 %
% % %
-
19 31,3 0,5 27,0 1, 6,0 226.0 0,8 1,1 20,7 3,0
0,61 16,0 5,29
87 % 3 % 16 6 05,0 % % % %
%
19 34,2 0,5 30,5 1, 5,5 264.5 0,5 1,0 14,6 17,7 1,5
0,60 5,47
88 % 4 % 12 8 21,4 % % % % %
- - -
19 34,2 0,5 30,8 1, 8,9 160.4 5,8 14,0
0,56 0,9 64,9 2,8 5,88
89 % 1 % 11 6 53,9 % %
% % %
- -
19 28,4 0,4 24,0 1, 3,6 373.6 5,4 57,1 15,1
0,56 1,6 6,8 5,92
90 % 7 % 18 7 61,9 % % %
% %
- - -
19 29,1 0,5 27,7 1, 2,7 395.3 17,5
0,61 0,1 20,0 5,5% 0,4 5,61
91 % 9 % 05 1 04,7 %
% % %
-
19 29,4 0,6 29,7 0, 2,2 424.1 2,2 22,4 7,3
0,65 12,5 6,8% 5,22
92 % 5 % 99 4 13,8 % % %
%
-
19 29,8 0,6 29,8 1, 2,1 462.4 3,4 26,0 11,3
0,66 3,1 8,3% 4,85
93 % 6 % 00 1 16,5 % % %
%
-
19 32,6 0,6 33,4 0, 2,0 474.9 4,5 23,9 13,3
0,67 5,9 2,6% 4,57
94 % 9 % 97 7 43,2 % % %
%

185
19 31,7 0,6 32,3 0, 2,0 495.5 2,7 6,3 21,2 8,4
0,64 4,2% 4,66
95 % 5 % 98 7 45,8 % % % %
-
19 34,6 0,6 36,2 0, 2,1 491.6 3,3 21,1 9,2
0,65 4,2 -0,8% 4,42
96 % 8 % 96 2 90,8 % % %
%
19 35,6 0,7 37,8 0, 2,1 497.4 4,7 2,0 23,2 12,6
0,66 1,2% 4,38
97 % 0 % 94 6 50,5 % % % %
19 33,6 0,6 35,5 0, 2,1 509.4 5,0 5,5 25,2 14,0
0,65 2,4% 4,38
98 % 9 % 94 7 35,8 % % % %
19 30,6 0,6 32,4 0, 2,2 509.0 3,3 8,1 22,9 10,1
0,61 -0,1% 4,59
99 % 5 % 94 5 86,9 % % % %
-
20 30,5 0,6 33,8 0, 2,3 494.3 2,4 20,0 7,2
0,59 2,9 -3,0% 4,53
00 % 6 % 90 2 42,0 % % %
%
20 28,2 0,6 31,5 0, 2,4 475.1 0,8 0,7 17,4 2,6
0,57 -4,0% 4,52
01 % 3 % 90 3 58,2 % % % %
- - -
20 30,7 0,4 28,9 1, 6,1 225.5 17,7 11,3
0,52 1,7 110,7 6,0 4,69
02 % 9 % 06 8 55,6 % %
% % %
- - -
20 34,9 0,5 33,0 1, 5,2 260.1 13,3 13,5
0,57 0,2 5,2 0,6 4,54
03 % 4 % 06 0 97,7 % %
% % %
20 36,7 0,5 33,8 1, 5,1 290.1 1,9 4,0 10,3 18,8 5,5
0,61 4,54
04 % 6 % 09 0 54,7 % % % % %
-
20 38,2 0,5 35,3 1, 4,7 315.5 2,9 21,0 8,4
0,64 1,3 8,1% 4,38
05 % 9 % 08 8 72,3 % % %
%
20 38,1 0,6 35,3 1, 4,6 343.4 4,1 2,5 23,8 11,5
0,66 8,1% 4,33
06 % 1 % 08 7 95,0 % % % %
-
20 37,6 0,6 35,1 1, 4,2 395.5 5,7 13,2 27,9 16,3
0,67 1,0 4,08
07 % 3 % 07 6 50,3 % % % %
%
-
20 34,4 0,6 34,1 1, 3,6 457.7 6,6 13,6 30,6 19,4
0,64 1,3 3,99
08 % 4 % 01 6 01,6 % % % %
%

186
20 28,3 0,5 27,1 1, 3,7 457.8 4,4 13,1 30,8 16,1
0,59 0,0% 4,20
09 % 6 % 04 3 53,2 % % % %
-
20 28,1 0,6 28,7 0, 3,1 502.5 6,2 34,3 21,7
0,59 16,1 8,9% 3,95
10 % 6 % 98 6 11,4 % % %
%
-
20 26,3 0,6 28,9 0, 2,7 568.1 7,8 11,6 38,1 27,0
0,57 2,0 3,83
11 % 8 % 91 6 43,6 % % % %
%

C6) Composición de valor del capital como relación capital fijo/salarios (K/CV) y capital
fijo/valor agregado neto (K/Yn). Tasa de plusvalía simple (ganancias netas/salarios). Tipo de
cambio nominal (TCN) y de paridad relativa de poder adquisitivo (TCPR), capital fijo en
dólares corrientes (KU$S) y de paridad (KU$SPR), a costos históricos en dólares de paridad
(KCH). Precios relativos internacionales (PI, 1910=100). Tasa de interés real (TIR).
Productividad horaria (PH A/E) y MELT (MELT A/E) argentina como porcentaje de la de
Estados Unidos.

K/ K/ G/C TCN TCP KU$ KU$S KC PI TIR PH MELT


Yn CV V R S PR H A/E A/E

19 0,6 2,6 292, 2,37E 3,54E 1.22 821 100 3,0


10 5 7 6% -13 -13 7 ,0 %
19 0,7 3,0 287, 2,37E 3,57E 1.41 941 102 9,0
11 5 6 3% -13 -13 7 ,6 %
19 0,7 2,4 227, 2,37E 3,58E 1.53 1.013 107 1,5
12 1 4 0% -13 -13 1 ,2 %
19 0,7 2,5 232, 2,37E 3,6E- 1.57 1.036 93, 6,5
13 1 0 2% -13 13 3 1 %

187
19 0,8 2,8 235, 2,36E 3,56E 1.61 1.067 115 7,9
14 0 3 3% -13 -13 0 ,4 %
19 0,8 3,0 261, 2,39E 3,8E- 1.73 1.088 135 -
15 0 6 9% -13 13 1 ,2 0,2
%
19 0,8 3,8 319, 2,36E 3,78E 2.03 1.268 120 -
16 7 7 9% -13 -13 0 ,7 0,2
%
19 0,9 5,0 406, 2,28E 3,77E 2.51 1.518 175 -
17 4 8 0% -13 -13 1 ,4 8,7
%
19 0,8 4,8 443, 2,24E 4,03E 3.19 1.775 144 -
18 4 4 6% -13 -13 3 ,0 15,7
%
19 0,8 3,6 318, 2,3E- 3,31E 3.08 2.141 137 14,1
19 2 5 2% 13 -13 1 ,4 %
19 0,7 3,0 301, 2,54E 3,35E 2.93 2.226 122 -
20 2 8 2% -13 -13 5 ,1 8,0
%
19 0,7 2,3 214, 3,14E 3,33E 2.00 1.887 76, 21,7
21 0 5 3% -13 -13 1 7 %
19 0,7 2,2 206, 2,77E 2,98E 2.11 1.970 77, 28,0
22 0 6 7% -13 -13 9 8 %
19 0,6 2,2 226, 2,9E- 2,88E 2.15 2.167 82, 8,5
23 6 7 1% 13 -13 2 9 %
19 0,6 2,2 238, 2,92E 2,93E 2.30 2.294 97, 4,5
24 3 2 1% -13 -13 2 1 %
19 0,6 2,2 227, 2,49E 2,79E 2.72 2.434 113 10,4
25 5 2 8% -13 -13 7 ,1 %
19 0,6 2,2 214, 2,47E 2,68E 2.87 2.645 98, 10,1
26 9 7 2% -13 -13 0 7 %
19 0,6 2,1 197, 2,36E 2,69E 3.15 2.771 109 8,0
27 9 5 8% -13 -13 8 ,5 %
19 0,6 2,0 185, 2,36E 2,72E 3.32 2.884 112 7,3
28 8 6 5% -13 -13 4 ,2 %

188
19 0,7 2,2 197, 2,39E 2,74E 3.50 3.060 114 5,9 60,8 51,0%
29 0 1 9% -13 -13 8 ,1 % %
19 0,7 2,4 212, 2,74E 2,84E 3.07 2.965 93, 5,8 56,8 42,4%
30 4 9 9% -13 -13 3 3 % %
19 0,8 2,7 188, 3,46E 2,68E 2.41 3.117 78, 24,6 48,9 29,2%
31 7 0 5% -13 -13 4 4 % %
19 0,9 2,9 181, 3,89E 2,67E 2.18 3.181 66, 19,6 43,2 25,1%
32 7 2 1% -13 -13 3 3 % %
19 0,8 2,5 186, 3,23E 2,81E 2.46 2.829 70, - 48,6 36,1%
33 3 5 0% -13 -13 1 2 6,0 %
%
19 0,8 2,9 227, 3,95E 2,42E 2.26 3.694 83, 19,0 46,8 26,4%
34 5 6 0% -13 -13 3 3 % %
19 0,8 2,4 192, 3,8E- 2,51E 2.36 3.576 100 - 46,3 26,7%
35 0 9 1% 13 -13 2 ,9 0,5 %
%
19 0,8 2,6 188, 3,59E 2,94E 2.90 3.552 106 - 47,5 30,3%
36 8 9 9% -13 -13 9 ,7 2,9 %
%
19 0,7 2,4 204, 3,33E 2,87E 3.16 3.673 138 2,6 47,5 33,4%
37 7 9 9% -13 -13 6 ,0 % %
19 1,0 3,0 183, 3,92E 2,64E 3.38 5.023 85, 6,0 43,3 25,5%
38 0 3 0% -13 -13 3 7 % %
19 0,9 2,8 189, 4,33E 2,9E- 2.95 4.409 72, 4,1 45,0 24,5%
39 1 3 5% -13 13 3 5 % %
19 1,0 3,2 194, 4,37E 3,33E 3.37 4.434 75, 3,0 45,3 24,2%
40 2 1 8% -13 -13 9 0 % %
19 1,0 3,4 198, 4,24E 3,58E 4.01 4.749 79, 2,6 45,9 24,2%
41 9 6 7% -13 -13 0 8 % %
19 1,0 3,4 209, 4,23E 3,56E 4.34 5.166 81, - 45,2 25,1%
42 4 1 1% -13 -13 8 0 0,4 %
%
19 1,1 3,6 201, 4,06E 3,9E- 5.19 5.412 96, 4,0 46,4 27,9%
43 3 2 9% -13 13 9 6 % %
19 0,9 2,8 196, 4,02E 4,1E- 4.87 4.777 90, 5,4 45,3 28,1%
44 2 8 6% -13 13 2 9 % %

189
19 1,1 3,4 185, 4,04E 4,77E 6.65 5.634 92, - 47,2 31,5%
45 5 7 5% -13 -13 1 4 12,3 %
%
19 0,9 2,9 185, 4,09E 4,36E 7.63 7.166 133 - 49,6 32,7%
46 9 6 1% -13 -13 9 ,9 10,7 %
%
19 0,9 2,6 167, 4,53E 4,19E 9.07 9.813 132 - 50,8 33,7%
47 6 9 5% -13 -13 6 ,3 7,1 %
%
19 1,1 3,0 146, 6,98E 4,58E 8.70 13.27 87, - 51,6 24,1%
48 7 1 1% -13 -13 7 0 6 5,8 %
%
19 1,3 3,0 118, 1,17E 6,47E 7.15 12.94 98, - 47,9 16,4%
49 5 9 4% -12 -13 6 1 7 16,8 %
%
19 1,4 3,2 113, 1,6E- 7,92E 6.59 13.32 105 - 46,1 13,3%
50 4 5 9% 12 -13 5 3 ,0 14,0 %
%
19 1,2 2,8 119, 2,37E 9,9E- 5.26 12.60 97, - 46,6 11,6%
51 2 1 8% -12 13 7 9 1 21,1 %
%
19 1,3 2,9 112, 2,29E 1,2E- 6.89 13.15 90, - 45,5 13,9%
52 1 3 6% -12 12 4 7 8 22,1 %
%
19 1,2 2,8 111, 2,26E 1,5E- 7.74 11.66 89, 3,7 45,0 15,1%
53 6 3 8% -12 12 4 7 3 % %
19 1,2 2,7 109, 2,53E 1,48E 7.75 13.24 84, 3,4 45,1 14,3%
54 6 9 7% -12 -12 0 9 2 % %
19 1,1 2,7 124, 3,05E 1,68E 7.01 12.73 76, - 46,1 13,1%
55 6 5 7% -12 -12 4 3 0 4,4 %
%
19 1,2 3,0 131, 3,55E 1,88E 8.38 15.83 12.2 78, - 47,2 14,2%
56 6 7 9% -12 -12 7 7 28 7 3,3 %
%
19 1,2 3,2 139, 3,96E 2,24E 9.83 17.37 13.2 73, - 47,6 15,2%
57 9 5 7% -12 -12 0 7 44 0 12,0 %
%

190
19 1,2 3,1 143, 5,01E 2,77E 10.7 19.48 14.5 73, - 48,3 15,9%
58 3 4 2% -12 -12 75 8 38 8 15,8 %
%
19 1,2 3,8 182, 7,98E 6,72E 13.4 15.97 15.0 85, - 44,6 18,5%
59 9 6 3% -12 -12 55 8 94 0 48,2 %
%
19 1,2 3,4 171, 8,28E 7,7E- 15.4 16.65 16.2 82, - 47,7 23,0%
60 1 7 9% -12 12 89 6 77 0 13,0 %
%
19 1,2 3,2 148, 8,29E 7,98E 18.4 19.16 17.8 82, - 49,5 26,1%
61 3 2 8% -12 -12 51 8 64 0 2,2 %
%
19 1,3 3,7 160, 1,16E 1,11E 18.4 19.27 19.0 85, - 48,3 22,4%
62 6 5 5% -11 -11 41 2 06 1 11,2 %
%
19 1,3 3,8 165, 1,39E 1,38E 19.3 19.44 19.7 89, - 46,8 22,8%
63 6 5 3% -11 -11 02 2 39 1 5,8 %
%
19 1,2 3,5 169, 1,57E 1,61E 21.6 21.11 20.6 93, - 48,2 25,9%
64 2 1 4% -11 -11 57 9 40 3 4,3 %
%
19 1,2 3,3 155, 2,44E 1,95E 19.5 24.48 21.7 87, - 49,9 21,7%
65 4 6 9% -11 -11 70 8 37 7 9,1 %
%
19 1,2 3,2 133, 2,42E 2,52E 25.2 24.22 22.6 94, - 49,3 25,9%
66 8 0 8% -11 -11 24 3 97 1 11,4 %
%
19 1,3 3,1 118, 3,39E 3,31E 24.0 24.59 23.7 88, - 48,8 22,7%
67 4 2 2% -11 -11 14 4 05 0 9,6 %
%
19 1,3 3,1 119, 3,35E 3,57E 27.8 26.11 25.0 91, 6,3 49,1 24,5%
68 4 5 4% -11 -11 33 8 06 4 % %
19 1,2 2,9 122, 3,51E 3,38E 29.6 30.80 27.1 89, 13,6 51,1 25,2%
69 6 9 1% -11 -11 65 6 44 9 % %
19 1,2 2,9 117, 3,86E 3,6E- 31.4 33.71 29.4 88, 9,7 51,9 24,6%
70 5 1 9% -11 11 44 5 84 6 % %

191
19 1,2 2,8 117, 6,14E 4,82E 28.1 35.80 32.0 90, - 51,5 19,9%
71 3 5 6% -11 -11 07 5 84 5 6,7 %
%
19 1,2 3,2 137, 1,15E 7,53E 25.8 39.49 34.8 86, - 51,3 16,2%
72 6 2 8% -10 -11 62 7 27 6 17,3 %
%
19 1,2 2,8 117, 1,13E 1,15E 44.3 43.54 37.3 128 - 52,8 25,9%
73 4 9 3% -10 -10 20 9 43 ,4 19,0 %
%
19 1,3 2,8 93,0 1,63E 1,28E 44.2 56.36 40.8 125 2,4 54,5 22,0%
74 5 1 % -10 -10 63 6 69 ,7 % %
19 1,8 3,9 98,1 7,62E 3,78E 38.1 76.85 45.3 93, - 51,3 12,2%
75 3 2 % -10 -10 23 1 95 1 49,1 %
%
19 1,8 6,3 207, 2,58E 2,02E 60.8 77.74 50.3 88, - 50,3 17,5%
76 9 0 0% -09 -09 67 1 87 7 66,4 %
%
19 1,7 5,9 221, 4,23E 4,87E 92.3 80.20 57.1 76, - 52,6 27,3%
77 0 2 0% -09 -09 37 2 20 8 25,2 %
%
19 1,8 5,8 187, 8,08E 1,28E 131. 82.89 62.1 73, - 50,3 33,2%
78 5 1 2% -09 -08 314 2 21 6 26,7 %
%
19 1,7 4,9 164, 1,34E 2,49E 196. 105.7 69.1 85, - 53,3 49,2%
79 2 5 2% -08 -08 456 23 62 8 28,3 %
%
19 1,6 4,1 129, 1,85E 4,21E 283. 124.4 77.8 88, - 53,6 66,4%
80 7 9 2% -08 -08 169 33 36 6 17,6 %
%
19 1,7 4,8 145, 6,11E 8,26E 181. 133.9 84.6 90, 7,8 50,3 35,4%
81 9 4 9% -08 -08 034 12 84 2 % %
19 2,2 7,5 207, 3,62E 2,08E 107. 187.1 91.8 76, - 48,2 16,3%
82 0 1 3% -07 -07 557 91 21 6 24,2 %
%
19 2,1 6,2 167, 1,57E 9,02E 119. 208.0 100. 86, - 49,5 17,9%
83 0 3 2% -06 -07 546 79 164 0 40,9 %
%

192
19 2,1 5,3 127, 9,73E 6,59E 139. 205.8 107. 85, - 47,5 18,8%
84 2 2 0% -06 -06 403 26 521 0 55,5 %
%
19 2,1 5,3 127, 7,20E 5,42E 128. 171.1 111. 78, - 43,4 15,9%
85 2 7 1% -05 -05 874 98 021 8 62,0 %
%
19 1,9 4,6 119, 1,09E 9,04E 143. 172.5 115. 59, - 44,1 18,5%
86 1 4 5% -04 -05 113 59 274 3 7,3 %
%
19 1,9 4,8 131, 2,87E 2,03E 126. 179.5 121. 57, - 44,4 15,7%
87 0 5 2% -04 -04 968 06 272 3 1,4 %
%
19 1,8 5,6 170, 1,12E 9,69E 153. 177.6 126. 65, - 42,3 17,9%
88 6 0 9% -03 -04 707 60 238 6 34,7 %
%
19 1,9 6,8 210, 5,47E 2,97E 96.7 178.2 128. 69, - 39,4 10,1%
89 7 3 6% -02 -02 57 02 699 7 74,1 %
%
19 2,1 5,4 131, 0,513 0,733 234. 163.7 129. 58, - 39,5 22,1%
90 1 6 3% 019 81 092 5 75,2 %
%
19 1,7 3,9 110, 0,988 1,69 256. 149.8 130. 58, - 40,7 27,6%
91 1 7 0% 352 67 918 1 34,3 %
%
19 1,5 3,3 100, 0,991 1,9 281. 146.8 135. 57, - 42,2 32,2%
92 3 7 0% 556 54 516 3 5,7 %
%
19 1,5 3,2 97,2 0,999 1,97 313. 159.1 142. 60, - 45,1 35,8%
93 1 6 % 769 14 835 8 0,3 %
%
19 1,4 3,2 109, 0,999 1,98 329. 166.0 150. 57, 5,7 48,3 38,4%
94 5 6 1% 059 25 127 1 % %
19 1,5 3,6 118, 1,00 2,07 350. 169.3 155. 58, 14,0 47,4 37,6%
95 4 7 7% 486 17 416 4 % %
19 1,4 3,9 141, 0,999 1,89 354. 187.3 163. 67, 10,3 48,3 37,9%
96 8 1 3% 383 17 366 6 % %

193
19 1,4 3,7 140, 0,998 1,79 364. 203.4 174. 55, 8,7 47,9 37,0%
97 2 2 8% 863 27 827 2 % %
19 1,4 3,5 127, 1,00 1,8 377. 209.9 187. 49, 9,7 47,6 35,2%
98 5 9 6% 875 30 036 9 % %
19 1,5 3,7 121, 1,00 1,85 383. 207.1 194. 48, 12,3 44,4 31,5%
99 4 3 1% 167 17 974 5 % %
20 1,5 3,8 130, 0,999 1,74 380. 218.2 201. 49, 11,3 44,1 30,7%
00 2 5 2% 127 45 820 8 % %
20 1,5 3,9 124, 1,01 1,79 373. 209.9 204. 53, 27,8 43,4 28,6%
01 8 5 5% 630 84 767 9 % %
20 2,0 6,5 189, 3,17 2,4 180. 237.6 202. 58, 21,5 40,7 10,9%
02 2 7 9% 232 81 786 9 % %
20 1,8 6,3 209, 2,95 2,53 212. 247.8 204. 54, 5,0 40,8 12,8%
03 6 4 1% 286 62 359 7 % %
20 1,7 5,8 199, 2,95 2,64 243. 271.5 212. 57, 2,3 39,8 13,3%
04 9 9 4% 393 12 875 7 % %
20 1,6 5,3 189, 2,93 2,79 273. 286.9 225. 58, - 40,6 14,5%
05 9 5 0% 505 39 378 0 3,2 %
%
20 1,6 4,7 168, 3,08 2,90 307. 325.8 244. 61, - 40,8 15,3%
06 3 8 7% 324 03 041 7 2,1 %
%
20 1,5 4,4 155, 3,12 3,20 364. 355.3 270. 73, - 42,8 17,7%
07 9 3 6% 167 77 363 8 2,8 %
%
20 1,5 4,1 140, 3,17 3,65 430. 373.9 300. 89, - 44,6 20,7%
08 7 1 3% 732 97 691 5 2,6 %
%
20 1,7 4,2 114, 3,73 4,08 434. 397.9 323. 72, 3,7
09 8 3 6% 634 82 868 2 %
20 1,5 3,5 111, 3,91 4,81 483. 393.5 352. 81, -
10 2 7 9% 397 01 277 0 5,7
%
20 1,4 3,3 104, 4,13 5,27 558. 437.5 390. 92, -
11 6 1 4% 186 70 762 5 3,1
%

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