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Revista Latinoamericana de Estudios de Seguridad

Red Latinoamericana de Análisis de Seguridad y Delincuencia Organizada (RELASEDOR)


y FLACSO Sede Ecuador
ISSN 1390-4299 (en línea) y 1390-3691 - Diciembre 2016 - No. 19

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URVIO, Revista Latinoamericana de Estudios de Seguridad
Número 19, diciembre de 2016
Quito - Ecuador
ISSN 1390-4299 (en línea) y 1390-3691

URVIO, Revista Latinoamericana de Estudios de Seguridad,


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Presentación: ¿Ciudades seguras? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7-15


Martín Scarpacci

Crónica de un ingreso a Hábitat III. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17-19


Luis Fernando González Escobar

Tema central

Acoso sexual en lugares públicos de Quito: retos para una “ciudad segura”. . . . . . . . . . . . 21-36
Liudmila Morales Alfonso, Nathalia Quiroz del Pozo y Graciela Ramírez Iglesias

Inseguridad y mecanismos barriales de protección en el Perú urbano. . . . . . . . . . . . . . . . 37-52


Sofía Vizcarra y Diana Bonilla

Balance de estrategias de seguridad para zonas críticas en Bogotá y Medellín . . . . . . . . . . 53-69


Juan Carlos Ruiz-Vásquez y Katerin Páez

Evaluación de la policía de proximidad en la ciudad de Santa Fe . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70-89


Pedro Campoy-Torrente, Ariel Andrés Chelini y Carles Soto-Urpina

Incidencia de la seguridad comunitaria en el capital social


de barrios urbanos en San José, Costa Rica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90-110
Julio Solís Moreira

Violencia cotidiana, marginación, limpieza social y pandillas en Guatemala . . . . . . . . . . 111-127


Nelly Erandy Reséndiz Rivera
Misceláneo

Crimen organizado en una ciudad de América Latina: la Ciudad de México . . . . . . . . . . 129-145


Arturo Alvarado Mendoza

Topología del miedo: impactos en la percepción espacial


de la seguridad en América Latina . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 146-161
Alfonso Valenzuela-Aguilera

¿Son efectivas las cámaras de video vigilancia para reducirlos delitos?. . . . . . . . . . . . . . . . 162-178
Víctor Manuel Sánchez Valdés

Entrevista

Desafíos para el futuro urbano en América Latina


Entrevista a Augusto Barrera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180-189
Por Martín Scarpacci

Reseñas

El proceso de construcción de una comunidad en seguridad entre


Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. Red de Política de Seguridad, . . . . . . . . . 191-194
Nicolás Alvarez Rosas

Drogas, bandidos y diplomáticos: formulación de política pública de


Estados Unidos hacia Colombia, de Winifred Tate. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195-197
Aurora Inés Moreno Torres

Política editorial. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198-199


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Presentation: Illegal economies and their trajectories . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7-15


Martín Scarpacci

Chronicle of an entry to Habitat III. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 17-19


Luis Fernando González Escobar

Central topic

Sexual harassment in public places of Quito: challenges for a “safe city”. . . . . . . . . . . . . . 21-36
Liudmila Morales Alfonso, Nathalia Quiroz del Pozo y Graciela Ramírez Iglesias

Insecurity and neighborhood protection mechanisms in the urban Peru . . . . . . . . . . . . . 37-52


Sofía Vizcarra y Diana Bonilla

Assessing the practice of hot spots policing in Bogotá and Medellin . . . . . . . . . . . . . . . . 53-69
Juan Carlos Ruiz-Vásquez y Katerin Páez

Proximity Police evaluation in Santa Fe city. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 70-89


Pedro Campoy-Torrente, Ariel Andrés Chelini y Carles Soto-Urpina

Incidence of community security in the social capital of


urban neighborhoods in San José, Costa Rica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 90-110
Julio Solís Moreira

Daily violence, marginalization, social cleansing and gangs in Guatemala . . . . . . . . . . . . 111-127


Nelly Erandy Reséndiz Rivera
Miscellaneous

Organized Crime in Latin American Cities. The Case of Mexico City . . . . . . . . . . . . . . . 129-145
Arturo Alvarado Mendoza

Topology of fear: impacts on the spatial perception of safety in Latin America. . . . . . . . . 146-161
Alfonso Valenzuela-Aguilera

How effective are surveillance video cameras to reduce crime? . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 162-178


Víctor Manuel Sánchez Valdés

Interview

Challenges for the urban future in Latin America


Interview to Augusto Barrera . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 180-189
By Martín Scarpacci

Books reviews

El proceso de construcción de una comunidad en seguridad entre


Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador y Perú. Red de Política de Seguridad, . . . . . . . . . 191-194
Nicolás Alvarez Rosas

Drogas, bandidos y diplomáticos: formulación de política pública de


Estados Unidos hacia Colombia, de Winifred Tate. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 195-197
Aurora Inés Moreno Torres

Política editorial. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 198-199


Tema central
DOI: http://dx.doi.org/10.17141/urvio.19.2016.2401

Urvio, Revista Latinoamericana de Estudios de Seguridad, No. 19, Quito, diciembre 2016, pp. 37-52
RELASEDOR y FLACSO Sede Ecuador • ISSN 1390-4299 (en línea) y 1390-3691
Inseguridad y mecanismos barriales de
protección en el Perú urbano1
Insecurity and neighborhood protection
mechanisms in the urban Peru
Sofía Vizcarra2 y Diana Bonilla3
Fecha de recepción: 29 de agosto de 2016
Fecha de aceptación: 20 de octubre de 2016.

Resumen
Este trabajo explora y compara, a través del empleo de técnicas cualitativas, las actuales percepciones de
inseguridad que se han generado en los últimos años en los vecinos de dos barrios urbanos del Perú y los
respectivos mecanismos barriales de protección que han implementado para darles una respuesta. Por un
lado, la Ronda Urbana del barrio de “Agua de Pajaritos” en el distrito de Huamachuco, departamento
de La Libertad; y por otro lado las rejas y vigilantes en las calles del barrio de La Huerta en el distrito
del Rímac, departamento de Lima. Si bien ambos barrios se sitúan en contextos urbanos diferentes, en
ambos casos se han evidenciado características comunes que permiten aproximarse a las percepciones
sobre inseguridad y las visiones sobre la provisión de seguridad, a veces contradictorias con la convivencia
democrática en las ciudades modernas.
Palabras clave: percepción de inseguridad, barrio, mecanismo de protección, desorden social.

Abstract
This paper explores and compares, through the use of qualitative techniques, the new perceptions of in-
security generated over the last years among the neighbors of two urban neighborhoods in Peru and the
respective neighborhood protection mechanisms implemented in response. On the one hand, the Ronda
Urbana of the Agua de Pajaritos neighborhood in Huamachuco district, La Libertad department, and on
the other hand, the security grilles and watchmen of the La Huerta neighborhood, in Rimac district, Lima
department. While both neighborhoods take place in different urban environments, in both cases we find
common characteristics that allow us to approach to eh insecurity perceptions and the visions about secu-
rity provision, sometimes contradictory to the ideal about civic coexistent in modern cities.
Key words: insecurity perceptions, neighborhood, protection mechanisms, social disorder.

1 La investigación para la elaboración de este artículo ha sido en parte financiada por el proyecto “Violence Research and
Development” de la Universidad de Bielefeld en colaboración con la Pontificia Universidad Católica del Perú. La primera
versión de este artículo ha sido presentada en una ponencia en el III Congreso Latinoamericano y Caribeño de Ciencias
Sociales en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales – FLACSO Ecuador (Quito) del 26 al 28 de agosto del 2015.
2 Magister en Ciencia Política y estudiante del Doctorado en Sociología por la Pontifica Universidad Católica del Perú
(PUCP), Licenciada en Estudios Iberoamericanos y Master en Seguridad Internacional por el Institut d’études Politi-
ques de París – Sciences Po. Es Investigadora Principal del Laboratorio de Criminología y Estudios sobre la Violencia
de la PUCP. Correo: sofia.vizcarra@pucp.edu.pe
3 Licenciada en Sociología y estudiante de la Maestría en Sociología por la Pontifica Universidad Católica del Perú
(PUCP). Es Investigadora Adjunta del Laboratorio de Criminología y Estudios sobre la Violencia de la PUCP. Correo:
diana.bonilla@pucp.edu.pe

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URVIO, Revista Latinoamericana de Estudios de Seguridad


No. 19 - Quito, diciembre 2016 - pp.37-52 - © FLACSO Sede Ecuador ISSN: 1390-4299
Sofía Vizcarra y Diana Bonilla

Introducción de un enfoque de ecología humana, que enfati-


za el espacio y el territorio como variables de la
En las ciudades de América Latina existe una alta interacción y convivencia humana en la ciudad
percepción de inseguridad, a pesar de que no en (Pico e Inmaculada 2010).
todas existen altos niveles de victimización (Ca- Este artículo analiza las características de
rrión, Zárate y Zechmeister 2015; PNUD 2013, las percepciones de inseguridad de los vecinos
67). Sin embargo, la percepción de inseguridad y cómo estas influyen en la generación de de-
motiva a los ciudadanos a desarrollar diversos me- terminadas respuestas barriales de provisión de
canismos de protección. En ese abanico de me- seguridad. Para ello, se han seleccionado dos ba-
canismos se encuentran prácticas que van desde rrios en las ciudades de Lima y Huamachuco,
las iniciativas privadas de seguridad como la cons- donde existen dos mecanismos de provisión de
trucción de enclaves urbanos o barrios fortifica- seguridad: rejas y asociaciones de vigilantismo
dos (Caldeira 2000), instalación de cámaras de vi- comunitario (rondas urbanas). El artículo se di-
gilancia, contratación de servicios seguridad hasta vide en cuatro secciones: la primera presenta una
iniciativas comunitarias como la formación de revisión de los principales conceptos teóricos re-
asociaciones vecinales de vigilancia, entre otros. lacionados, la segunda detalla las consideracio-
Según el Proyecto de Opinión Pública de nes metodológicas, la tercera analiza las percep-
América Latina (LAPOP), el Perú registra una ciones de inseguridad en los casos estudiados, y
de las tasas más altas de percepción de insegu- la cuarta aborda el funcionamiento de los meca-
ridad en la región, solo superado por Venezuela nismos de provisión de seguridad barrial.
(Carrión, Zárate y Zechmeister 2015). Dicha
percepción está relacionada al miedo que ge-
neran al menos dos elementos: los fenómenos Aproximaciones teóricas al
criminales (robos, hurtos, etc.) y los fenómenos miedo al crimen y la
de desorden social (consumo de drogas en la desorganización social
vía pública, vehículos que transitan a alta velo-
cidad, desconocidos en espacios públicos, etc.) La seguridad se ha estudiado desde perspectivas
(Zevallos y Mujica 2016). Estos fenómenos han teóricas que enfatizan distintos aspectos, como
sido estudiados desde diferentes perspectivas la seguridad relacionada al crimen, a la violen-
teóricas. Por un lado, las investigaciones sobre cia política, a la salud, entre otros. Sin embargo,
el miedo al crimen han contribuido a identifi- cabe entender la seguridad a partir de dos ele-
car sus principales componentes, entre ellos la mentos: por un lado, como la ausencia de ame-
victimización, la confianza en las autoridades, nazas: un estado de seguridad absoluta. Por otro
la influencia de los medios o el entorno social lado, también como un estado de neutralización
(Vilalta 2009; Naredo 2002). Por otro lado, el de amenazas: encontrarse protegido y, además,
desorden social ha sido entendido desde la teoría tener formas de evitar exponerse al peligro
de la desorganización social como la inhabilidad (Zedner 2003, 155). De manera complemen-
de una comunidad para dar cuenta de los valores taria, también se define la seguridad como una
comunes de sus residentes y mantener un con- construcción social que implica una especie de
trol social efectivo (Sampson 2012). Además, es “igualdad de la vida social, un ámbito libremen-
importante tener en cuenta esta noción dentro te compartido por todos” (United Nations Hu-

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Inseguridad y mecanismos barriales de protección en el Perú urbano

man Settlements Programme 2007). Aplicado al hallazgos de estas teorías es que las características
ámbito de la seguridad ciudadana, ello hace re- de los barrios influyen más que las de los ha-
ferencia principalmente a no tener miedo de una bitantes en la incidencia delictiva en la ciudad
agresión violenta, ser consciente de que la propia (Shaw y McKay 1942). Asimismo, se toma en
integridad física será respetada y poder disfrutar cuenta la desorganización social de los barrios
de la intimidad de la vivienda o circular tranqui- como una variable importante de la delincuen-
lamente por la calle sin temer robos o agresiones. cia. Posteriormente, dicha desorganización es
A partir de dicha definición, separamos para el definida como la inhabilidad de una comunidad
análisis de este caso dos de sus dimensiones más para dar cuenta de los valores comunes de sus
importantes: las amenazas relacionadas al miedo residentes y mantener un control social efecti-
al crimen y las relacionadas al desorden social. vo. Esta es generada por la debilidad o ausencia
A partir de la revisión de literatura acerca del de eficacia colectiva, noción que interrelaciona
tema, se ha identificado una predominancia de la cohesión y la confianza con el compromiso
las perspectivas cuantitativas en el estudio del proactivo para intervenir en el mantenimiento
miedo al crimen (Clemente y Kleiman 1977; de control social en un espacio, y que surge a
Vilalta 2009), por lo que se resalta aquí la ne- partir de eventos o situaciones que involucren
cesidad de contribuir al conocimiento de dicho emociones como el miedo, ansiedad u odio de
fenómeno desde una dimensión subjetiva, que los residentes (Sampson 2012). Una de las evi-
también tenga en cuenta las percepciones y pers- dencias más claras de la desorganización social
pectivas de los sujetos. Así, el miedo al crimen es el desorden social, entendido como un fenó-
será entendido como una reacción emocional de meno del comportamiento que puede ser visi-
temor a partir de la identificación de elementos ble (consumo público de alcohol, prostitución),
relacionados al crimen en el entorno inmediato experimentado (acoso sexual callejero) o puede
teniendo en cuenta las experiencias y frecuencia ser notado a través de evidencias directas (grafiti,
en dicho entorno (Kessler 2009; Garofalo 1981). vandalismo) (Skogan 1990, 4).
Se identifica al miedo, al crimen básicamente, En el caso latinoamericano, las percepciones
como una respuesta ante elementos percibidos de inseguridad han generado respuestas que in-
en el ambiente (Ferraro 1995). Sin embargo, las cluyen estrategias de protección individual o co-
características de dicho ambiente y aquello que lectiva, públicas o privadas que han sido estudia-
se identifica en él como peligroso no pueden ser das particularmente a un nivel barrial (Caldeira
analizados únicamente bajo la noción de miedo 2000; Ploger 2006; Goldstein 2003; Rowland
al crimen. Se requiere estudiarlas desde distintas 2006). Así, el barrio cobra un rol fundamental
nociones, como la de desorden social en el barrio. entendido como espacio de relaciones sociales,
La teoría de la desorganización social es una como una agrupación o colectividad que funcio-
de las principales corrientes que estudia el crimen na como mediador entre la familia y la ciudad
en la ciudad. Esta se enmarca en el desarrollo (Ledrut 1971), o como un grupo social prima-
de la escuela de Chicago y las teorías ecológicas rio donde se espera una sociabilidad y respon-
acerca del crimen urbano (Burgess 1925; Shaw y sabilidades específicas, sostenidas por fronteras
McKay 1942), que se centran en la importancia de diferenciación que contienen aspectos obje-
de la relación entre este y el entorno físico y so- tivos como subjetivos, físicos y culturales (Ke-
cial en que se desarrolla. Uno de los principales ller 1979). Asimismo, el barrio representa una

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Sofía Vizcarra y Diana Bonilla

privatización progresiva del espacio público, una una situación generalizada de descrédito y des-
instancia media entre lo personal y lo social, el confianza hacia las instituciones estatales res-
dentro y el fuera, que recompone el espacio en ponsables de la provisión de seguridad, así como
función de los significados y trayectorias que le un déficit en los recursos con los que cuentan
atribuyen los sujetos (Mayol 1999). estas instituciones para su labor (Carrión, Zárate
Entonces, en los barrios latinoamericanos, y Zechmeister 2015).
las respuestas a la inseguridad se expresan princi-
palmente en mecanismos de control territorial y
social que se enmarcan en un nuevo paradigma Consideraciones metodológicas
de control del delito. Este comprende nuevas para la investigación barrial en
formas de regularlo, a través de aparatos de pre- dos ciudades peruanas
vención y control conformados por organiza-
ciones de prevención, asociaciones público-pri- Esta investigación compara dos casos de estudio
vadas, y policía comunitaria. No obstante, estos a partir del empleo de herramientas cualitativas:
mecanismos expresan muchas veces una visión la observación en el barrio, durante un mes en
de sociedad marcada por una fuerte demanda cada barrio, y la aplicación de 52 entrevistas a
de seguridad y un giro punitivo en lo legal en distintos actores como vecinos, ronderos, vigi-
los últimos años (Iturralde 2010; Sozzo 2016). lantes y policías. Veintidós entrevistas fueron
Dichos mecanismos generan un subsistema de aplicadas en el barrio de La Huerta (Lima) y
relaciones al interior del sistema de seguridad 30 en el barrio de Agua de Pajaritos (Huama-
ciudadana (CIDH 2009), ya que conectan ór- chuco). El trabajo de campo en ambos barrios
ganos del sistema de seguridad y justicia con la se realizó entre diciembre del 2013 y diciembre
comunidad. Así, se desdibujan o extienden los del 2014. Esta investigación se plantea como un
límites del control formal del delito, ya que aho- estudio comparado de casos y no tiene como ob-
ra también actores civiles toman responsabilidad jetivo extrapolar las conclusiones a otros barrios
en dicho control (Garland 2001, 279 – 280). del Perú, sino plantear la necesidad de desarro-
Esta multiplicidad de mecanismos barriales llar mayores estudios a nivel barrial para com-
de seguridad comunitaria ha sido estudiada en prender lo que viene sucediendo en el país en
América Latina, identificando que la participa- relación a los mecanismos de seguridad barrial.
ción de los ciudadanos en ellas permite distin- Los casos fueron seleccionados a partir de
guir sus diversas formas e implicancias (Ungar criterios de disimilaridad4 a fin de reflejar las
2007; Dammert 2003; Pegoraro 2002; Fruhling diferentes realidades urbanas que existen actual-
2004). Las investigaciones señalan que muchos mente en el Perú, país que en las últimas décadas
de estos mecanismos responden también a in- ha tenido un creciente proceso de urbanización:
eficiencias o desconfianza en la gestión estatal para el 2007, 75.9% de la población era urbana
o municipal de la seguridad, e implican una
gran capacidad de agencia de parte de los veci- 4 El empleo del criterio de disimilaridad permite evidenciar
que la escala de aglomeración urbana y el nivel socioeco-
nos (Caldeira 2000; Plöger 2006). Así, se han nómico de los barrios no son factores determinantes para
estudiado estos mecanismos teniendo en cuen- la aparición de mecanismos de seguridad barrial como los
descritos en esta investigación. No se trata solo de un fenó-
ta también las características de los servicios de meno de grandes ciudades o barrios ricos, sino que aparece
provisión de seguridad del Estado, donde existe en distintos contextos urbanos del Perú actual.

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Inseguridad y mecanismos barriales de protección en el Perú urbano

(INEI 2007). Asimismo, el número de ciudades barrio como espacio social y la seguridad en él.
de más de 20 mil habitantes se ha multiplicado Respecto a la seguridad, es importante mencio-
por ocho en poco más de una década. Dentro nar que el distrito del Rímac en general contaba,
de este sistema, existen tres grupos: las ciudades al 2013, con una tasa de 1670 denuncias por
metropolitanas y grandes (Lima, Arequipa, Tru- cada 100 mil habitantes (INEI 2015). Además,
jillo y Chiclayo) que representan el 5.06% del en La Huerta, según una encuesta aplicada en
total; las intermedias, que representan el 37.8%, el barrio, solo un 27% de hogares habían sido
y las pequeñas, que representan el 56.7%. (INEI víctimas de algún delito dentro del mismo a lo
2011). Este estudio explora los mecanismos de largo de todo el tiempo que han vivido allí (Bo-
seguridad barrial en dos barrios de dos ciudades nilla 2015), por debajo del promedio de victimi-
correspondientes al primer y segundo grupo.5 zación nacional urbana de 35.9% (INEI 2014).
Se trata de los barrios de La Huerta y Agua de Por otra parte, el barrio de Agua de Pajari-
Pajaritos, pertenecientes a ciudades de diferentes tos se ubica en Huamachuco, ciudad intermedia
escala, principales actividades económicas y ni- donde el crecimiento urbano y demográfico de
veles de criminalidad. la última década está ligado al auge de la minería
En Lima, capital del Perú y megaciudad con aurífera en los Andes peruanos, dentro del de-
alrededor de 10 millones de habitantes, se en- partamento de La Libertad. Este barrio cuenta
cuentra el barrio de La Huerta, en el distrito del alrededor de 500 viviendas y es uno de los más
Rímac. Este barrio comprende cuatro manzanas antiguos de la ciudad. Es un barrio residencial
de viviendas y dos parques, que albergan apro- con casas de adobe y quincha de dos pisos, aun-
ximadamente 320 viviendas según la asociación que ya se encuentran también algunas casas de
de vecinos, siendo la mayoría viviendas indepen- material noble y calles asfaltadas. Si bien se trata
dientes, todas de material noble y con un pro- de un barrio de la clase media huamachuquina,
medio de dos pisos. Su principal característica, no es comparable con un barrio de clase media
es su carácter cerrado, debido a la instalación de de una ciudad grande, ya que sus habitantes no
rejas que cubren todas sus entradas y salidas. Es tienen el mismo promedio de ingresos. Varios
un barrio de clase media alta a pesar de encon- de ellos son empleados públicos, comerciantes
trarse en un distrito de clase media baja (INEI y agricultores. Agua de Pajaritos es uno de los
2007). Sin embargo, la transición demográfica barrios más seguros de la ciudad, donde no se
del barrio hacia una composición de nuevos habían reportado hechos delictivos importantes
vecinos tanto de otros departamentos como de (más allá de hurtos y peleas callejeras). Esto se
otras zonas de la ciudad ha generado una sensa- condice con la situación del delito en el distrito
ción de rechazo en los vecinos más antiguos. Así, Huamachuco, que registraba en el año 2013 una
se generan tensiones entre aquellos que se con- tasa de 749 denuncias por delito por cada 100
sideran a sí mismos “vecinos tradicionales” y los mil habitantes, según cifras de la propia comisa-
nuevos habitantes de La Huerta, que evidencian ría local, por debajo de la tasa de denuncias a ni-
las representaciones de los vecinos acerca del vel nacional para el año 2013 de 879 denuncias
por cada 100 mil habitantes (Policía Nacional
5 Con más de 20 mil habitantes al 2014, Huamachuco del Perú 2014).
es una ciudad intermedia tanto desde una perspectiva de-
mográfica como desde una perspectiva territorial (Bensús y
Como en muchas ciudades de la sierra y
Pérez 2014). selva peruana, el auge minero en Huamachuco

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Sofía Vizcarra y Diana Bonilla

ha generado nuevas dinámicas económicas y so- se detalla en la tabla 1. Ambas categorías son
ciales, como el desarrollo del sector comercial, elementos conforman la percepción de insegu-
los servicios, el entretenimiento y la educación ridad, de modo que esta no solo se entiende en
(Bensús y Pérez 2014; Vizcarra 2015). Sin em- términos de victimización.
bargo, este desarrollo no es del todo bien reci- Como principales amenazas relacionadas al
bido, ya que genera representaciones negativas crimen, los vecinos de ambos barrios identifican
sobre los nuevos habitantes y el desarrollo de los robos (y hurtos) de viviendas y callejeros,
actividades ilegales o moralmente reprochadas como en la mayoría de barrios del país (Muji-
por los habitantes antiguos de la ciudad (robos, ca, Zevallos, López y Prado, 2015). Aunque la
peleas, prostitución, etc). incidencia y características de estos delitos son
diferentes en cada barrio, es claro que la preo-
cupación por la protección del patrimonio en el
Percepciones barriales sobre territorio barrial es uno de los principales ele-
la inseguridad contemporánea mentos que guían la elección de sus mecanismos
locales de provisión de seguridad.
A pesar de ser contextos diferentes, en ambos Asimismo, el desorden en los espacios públi-
barrios los vecinos identifican dos grandes cate- cos constituye una preocupación importante de
gorías de amenazas a la seguridad: i) las ligadas los vecinos, aunque sus manifestaciones también
a la incidencia criminal, específicamente los de- sean diferentes en cada caso. En ambos barrios, el
litos contra el patrimonio y ii) las ligadas a las consumo de alcohol y drogas en el espacio público
diferentes manifestaciones de desorden público es considerado una amenaza. Sin embargo, en La
que ocurren en su entorno. Cada categoría tiene Huerta también hay amenazas ligadas al caos ve-
manifestaciones específicas en cada barrio, como hicular y a los usos de los espacios públicos, mien-

Tabla 1. Principales amenazas a la seguridad percibidos en Agua de Pajaritos y La Huerta

Amenazas a la seguridad
Agua de Pajaritos La Huerta
(¿Qué temen?)
Robo de viviendas
Robo callejero
Crimen
Robo de autos o autopartes
Robo de tiendas -
Consumo de drogas o alcohol en el espacio público
Muestras de afecto de parejas en el espacio público
Desorden
Peleas de bares Tránsito de alta velocidad
Prostitución -
Elaboración de las autoras sobre la base a las entrevistas con vecinos de La Huerta y Huamachuco.

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Inseguridad y mecanismos barriales de protección en el Perú urbano

Tabla 2. Origen de las amenazas a la seguridad percibidos por los vecinos


de La Huerta y Agua de Pajaritos.

La Huerta Agua de Pajaritos


Actores externos
Origen de las amenazas
Jóvenes
(¿A quién le temen?)
Migrantes Vecinos de otros barrios de menor nivel
socioeconómico
Trabajadores de las minas
Elaboración de las autoras en base a las entrevistas con vecinos de La Huerta y Huamachuco.

tras que en Agua de Pajaritos estas están ligadas to. Sin embargo, dada la densidad de los lazos
más al aumento de bares y locales de prostitución. sociales en estos barrios, la representación social
El origen de estas amenazas a la seguridad es acerca del actor peligroso se extiende también al
identificado por los vecinos de ambos barrios en extraño, a quien es definido por ser ajeno al ba-
relación a dos fenómenos que han caracterizado rrio, al “otro” en el contexto de un espacio que
el desarrollo de ambos barrios: i) la migración, se busca proteger dentro de otro considerado pe-
ya sea reciente o de larga data, que modifica la ligroso en general (Mora 2002; Goffman 1970).
composición de las ciudades en las que se en- Estas representaciones acerca de otros veci-
cuentran estos barrios y ii) la imagen peligrosa nos del distrito, así como la percepción acerca
de sus entornos, ya sea zonas aledañas o ciudades de sí mismos como vecinos de mayor nivel so-
cercanas, como se resume en la tabla 2. cioeconómico, predisponen la interacción en el
Así, por ejemplo, la experiencia de vivir en espacio público, retroalimentando las imágenes
el distrito del Rímac, cerca de espacios y veci- acerca del peligro y generando un afán de mayor
nos que se perciben como peligrosos, principal- privatización del barrio en aras de su protección.
mente por su menor nivel socioeconómico, ha Estas situaciones generan nuevas demandas de
permitido que se configure cierta subjetividad protección y seguridad a fin de reducir toda po-
compartida acerca del crimen en tanto quiénes tencial amenaza a la tranquilidad de los vecinos.
lo generan, por qué y dónde. De manera similar, En los dos barrios estudiados, la demanda
en Agua de Pajaritos, la amenaza se asocia con las de seguridad está ligada al control del territo-
personas provenientes de las ciudades de Trujillo rio: ¿quiénes circulan, de dónde vienen y para
y Cajamarca, especialmente la primera, asociada qué? Los vecinos dan especial importancia a po-
a una fuerte presencia del crimen organizado y der conocer y controlar lo que pasa en lo que
bandas delictivas. Este conocimiento influye en consideran su barrio, y a establecer una clara
las maneras de percibir y experimentar la ciu- diferenciación entre “adentro” y “afuera”, entre
dad y las relaciones sociales. Los elementos que los “vecinos” y los “foráneos”. Esto, además de
comprenden la construcción de lo que se toma otros elementos, contribuye a que las principales
por peligro y actor peligroso devienen en estig- demandas de seguridad se traduzcan en deman-
mas hacia determinados espacios y a quienes los das de mayor vigilancia y patrullaje, así como en
habitan, asociados inherentemente con el deli- demandas de policía en las proximidades, que

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Sofía Vizcarra y Diana Bonilla

den respuesta a las ocurrencias menores. Sin em- alta demanda de patrullaje a pie por las calles
bargo, dicha provisión no es cubierta completa- para prevenir los robos y hurtos callejeros, deli-
mente por el Estado, por lo que se crean nuevos tos de alta incidencia en la zona.
mecanismos para suplir estas demandas. Esta desconfianza y falta de recursos se tradu-
La provisión de seguridad ciudadana tiene cen en la baja valoración del trabajo que realiza
por objetivo disminuir en parte, el nivel de in- tanto la Policía Nacional como el Serenazgo. La
seguridad de los vecinos, tanto a nivel objetivo encuesta realizada en La Huerta evidenció que
como subjetivo. Es decir, no se trata solo de ga- más del 80% de vecinos sostiene que la policía
rantizar la integridad física y patrimonial de los contribuye nada o poco a la seguridad, mientras
habitantes de un barrio, sino también de dismi- que casi un 90% opina lo mismo acerca del sere-
nuir sus percepciones de inseguridad. Los res- nazgo (Bonilla 2015). Además, estas cifras se ex-
ponsables de la provisión de seguridad ciudadana plican también por la percepción de corrupción
a nivel local son, en primer lugar, las autoridades dentro de la institución policial:
estatales, ya sea de nivel nacional (Policía Nacio-
“No veo a la policía, nunca los he visto acá,
nal) o de nivel local (Serenazgos Municipales).
no vienen por acá” (Vecina de la Huerta
En ambos barrios (y en el país a nivel gene- 03, en entrevista con las autoras).
ral), la confianza en dichas instituciones estatales
de seguridad se encuentra debilitada debido a: i) “La policía es corrupta. Y los choros saben
la insuficiencia de capacidades institucionales y que la policía está pintada, hay falta de au-
toridad” (Vecino de la Huerta 03, en entre-
débil cobertura; ii) la imagen de ineficiencia y iii)
vista con las autoras).
fenómenos de corrupción. En la región latinoa-
mericana, la policía peruana se ubicó entre las tres En el caso de Huamachuco, la provisión de se-
peores evaluadas entre el año 2007 y 2010 (Costa guridad pública también es deficiente, según lo
2012). Así, por ejemplo, en Lima la aprobación de declarado por los vecinos de Agua de Pajaritos.
la Policía Nacional y del Serenazgo fue de 30.1% Los oficiales de la Policía local también reco-
y 34.4% en el año 2012 (Ciudad Nuestra 2012). nocen una insuficiente capacidad institucional
En el caso del distrito del Rímac, la aproba- para patrullar el distrito completo, ya que su
ción de la Policía es de 19.8% y del Serenazgo, jurisdicción incluye no solo la zona urbana sino
16.3%. Existen cuatro comisarías, 288 efecti- también la zona rural. Esto fue confirmado por
vos policiales y 55 efectivos de Serenazgo (PNP documentos policiales internos, que señalaban
2014), lo que equivale a 1 policía por cada 588 que existe, en promedio, 1 policía por cada 700
habitantes. Las denuncias recibidas por cada habitantes en el distrito (muy por debajo del
comisaría son sistematizadas anualmente para estándar recomendado por las Naciones Unidas
elaborar mapas del delito que tienen como fin de 1 policía por cada 330 habitantes) (UNODC
identificar los puntos críticos de la zona que 2010). En este contexto, no sorprende que mu-
ameritan distintos tipos de operativos y presen- chos de los vecinos perciban que hay una falta de
cia policial. Ninguno de los puntos identificados personal policial:
en estos mapas se encuentra en el territorio de La
Huerta. Sin embargo, a nivel distrital los policías “Aquí en Huamachuco hay 30 policías.
entrevistados coinciden en señalar una falta de Quince de ellos están en su “día libre”
recursos importante en el distrito, debido a la como le dicen, porque están de guardia de

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manera continua. La mayoría de veces, de Respuestas vecinales: mecanismos


esos 15, 8 o 10 tienen que ir a comisiones barriales de protección
de servicio externas (atender incidentes o
llamados de vecinos fuera del área urbana).
En función de las características y tradiciones
Entonces solo quedan cuatro policías en
la ciudad, y de ellos, tres usualmente es- de cada barrio, se establecen formas específicas
tán ocupados en labores administrativas, y de organización para la provisión de seguridad.
solo uno está disponible para patrullaje y es Surgen así dos mecanismos diferentes: las rejas
muy difícil para él. La región necesita más en las calles en La Huerta y la organización de
policías aquí” (Vecino de Agua de Pajaritos vigilantismo local denominada Ronda Urbana
01, en entrevista con las autoras).
en Agua de Pajaritos. Ambas tienen como obje-
En Huamachuco también resalta como factor tivo común proveer de seguridad a los vecinos,
de desconfianza la imagen corrupta que se tiene objetivo que logran a nivel de las percepcio-
de la Policía. Ello corresponde a una percepción nes aunque no necesariamente del delito, pero
general a nivel nacional respecto de esta insti- presentan algunas características diferenciadas
tución, que es considerada una de las tres más como se observa en la tabla 3.
corruptas del Perú (Proética 2015). La presencia Las similitudes de estos mecanismos residen
sistémica de la corrupción en el Perú se refleja no principalmente en su objetivo y enfoque: ambos
solo en la policía, sino en todas las instituciones buscan ejercer algún tipo de control territorial y
encargadas de la persecución y sanción del delito social en sus respectivos barrios. Ello se traduce
(INA 2001). Así, muchos entrevistados piensan en una presencia efectiva y continua en el barrio,
que tanto la policía como las autoridades judi- donde se pueden realizar controles aleatorios,
ciales en Huamachuco son corruptas: restricciones al tránsito, entre otras acciones que
buscan evitar el paso de “extraños” sospechosos.
“Hay mucha corrupción en la policía.
No obstante, estos mecanismos difieren en
Cuando capturan a un ladrón, siempre lo
sueltan muy rápido” (Vecino de Agua de sus formas de funcionamiento y en el grado de
Pajaritos 03, en entrevista con las autoras). participación que demandan de los vecinos. En
el caso de La Huerta, el control territorial se
“Las autoridades a veces responden a nues- realiza a partir de la instalación de tres rejas que
tros pedidos, a veces no. Todo depende del
cubren todas las entradas/salidas del barrio y la
dinero. Es por eso que la gente no confía en
la policía, porque son corruptos” (Vecino contratación de vigilantes privados a inicios de
de Agua de Pajaritos 02, en entrevista con la década del 2000. En tanto respuesta colecti-
las autoras). va, la instalación de las rejas y su mantenimiento
implican un grado significativo de organización
En ambos casos, la constante es la sensación de
social de los vecinos, expresada a través del aporte
que existe una incapacidad estatal para responder
económico para su instalación y el pago mensual
a las demandas vecinales, y la desconfianza en las
para su mantenimiento. En este caso, se terciariza
instituciones públicas proveedoras de seguridad.
la provisión de seguridad, por lo que no es nece-
Esto, sumado a las percepciones de inseguridad
sario que el vecino participe directamente en ella.
descritas en estos barrios, lleva a los vecinos a
Para los vecinos de La Huerta, la implemen-
organizarse para buscar formas complementarias
tación de las rejas se hace necesaria y pertinen-
de garantizar su seguridad a nivel local.
te ya que existe consenso sobre la necesidad de

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Tabla 3. Principales características de las respuestas vecinales de provisión


de seguridad en La Huerta y Agua de Pajaritos.
Características de las
Agua de Pajaritos La Huerta
respuestas
Control social del barrio y represión de
Objetivo Control territorial y social del barrio
delitos cometidos
Prevención situacional y sanción (casti- Prevención situacional y control del
Enfoque
gos físicos o servicio comunitario) territorio
Vigilantes abren y cierran las rejas para
Vigilancia nocturna del barrio por un
el paso de vehículos que deben ser
grupo de ronderos (10 aprox.) desde
Forma de funciona- identificados, rondan el barrio para
las 9 pm hasta las 4 am. De haber
miento vigilar el uso de los parques y calles y
ocurrencias graves, se contacta a la PNP
tratan de expulsar a actores que rom-
o Serenazgo
pen el orden social del barrio.
Alto: Vecinos salen a rondar el barrio
Bajo: Vecinos pagan una cuota mensual
diariamente de manera obligatoria,
Grado de participación no estable para el mantenimiento de las
salvo que se pague a otro vecino para
rejas y pago de los vigilantes
cubrir el turno
Fuente: Elaboración de las autoras en base a las entrevistas con vecinos de La Huerta y Huamachuco.

protección frente a ambos tipos de amenazas (el rurales de la provincia. Sin embargo, a diferencia
crimen y el desorden) y sobre las representacio- de este tipo de organización, las rondas urbanas
nes de los vecinos acerca del peligro. Los vecinos no contaban con un reconocimiento legal por
temen a quien evalúan como peligroso en base a parte del Estado.
su fachada (Goffman 1981) y la interacción que En Agua de Pajaritos existe una visión
tienen en el espacio público de la calle, espacio muy marcada de que todos tienen en el deber
considerado inherentemente peligroso dado el de contribuir a la seguridad pública. Como lo
contexto del barrio: estar ubicado en el distrito manifiesta un vecino: “Yo creo que la seguridad
percibido como muy inseguro. Sin embargo, la hacen todos, porque es seguridad ciudadana,
también temen a aquel extraño, ajeno al barrio, a es una cuestión de seguridad.” (Vecino Agua de
quien no pertenece a él, que constituye una ame- Pajaritos, Huamachuco, en entrevista con las au-
naza que debe ser mantenida fuera del mismo toras). A partir de esa visión, la ronda urbana no
Por otra parte, en Agua de Pajaritos, la ronda funciona paralelamente al Sistema de Seguridad
urbana surge hacia el año 2003, cuando la Poli- Local reconocido por las autoridades, sino que
cía impulsa la creación de Juntas Vecinales para logró su reconocimiento en el Plan Distrital de
involucrar a los vecinos en la seguridad local. En seguridad ciudadana. Ello permitió que se esta-
algunos barrios de Huamachuco, este proceso blezcan canales de coordinación entre la ronda
fue visto con desconfianza, por lo que los vecinos urbana y las autoridades oficiales. Una interven-
decidieron organizarse de manera independiente ción típica de los ronderos urbanos implica la
a la Policía. Este tipo de organización se inspiró cooperación con las autoridades oficiales, a pesar
en la tradición de las rondas campesinas, que ha- de los recursos limitados y la disposición de las
bían tenido experiencias exitosas en los distritos autoridades mismas:

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“Cuando capturas a alguien, llamas al Se- en sus barrios. Así, por ejemplo, una encuesta
renazgo y ellos vienen con sus carros para aplicada a los vecinos de La Huerta arrojó que
llevar al detenido a la policía. Ellos hacen el 70% de delitos cometidos dentro del barrio
todo el papeleo; ellos hacen sus propias
según los vecinos fueron cometidos luego de la
investigaciones y deciden si el detenido
tiene que permanecer en custodia o si lo instalación de las rejas, pero que los vecinos tie-
sueltan. Ellos también continúan con el nen una alta sensación de seguridad dentro del
procedimiento legal de llevar al criminal barrio gracias a ellas (Bonilla 2015).
al juez. Pero no siempre hay condiciones Estos mecanismos permiten que ambos tipos
para la coordinación y el trabajo en con-
de respuesta generen una percepción de seguri-
junto. A veces no tenemos saldo para hacer
la llamada. En otros casos, la policía no te dad según lo declarado por los vecinos. A pesar
apoya, o el juez tampoco apoya” (Rondero de lo poco sofisticado y la informalidad de su
de Agua de Pajaritos 01, en entrevista con funcionamiento, estos mecanismos son percibi-
las autoras). dos como más eficaces que la respuesta estatal,
más allá de sus resultados objetivos. Así, hay
Además, dado que la ronda está conformada siempre un quiebre en la narrativa de los vecinos
por miembros de la comunidad, sus acciones acerca del barrio, un antes y un después de es-
corresponden a las prioridades de la población. tos mecanismos, caracterizado por una supuesta
De acuerdo al cuaderno de registro del comité disminución del crimen en el barrio, así como
distrital de la ronda, la mayoría de los casos en la transformación del espacio en tanto se vuelve
los que intervienen están relacionados a hurto,
robo, robo de vehículos, estafas y deudas no pa-
Diagrama 1: Mecanismos de acción de la
gadas. Pero la ronda también ha mantenido un Ronda Urbana y de las Rejas y Vigilantes.
rol activo en el mantenimiento del orden público
en la zona a través del control de la prostitución.
Así tanto las rejas y vigilantes como la ron-
da urbana responden a preocupaciones locales y
cumplen roles específicos ligados con el control
del territorio y el uso del espacio público. En
cierto sentido, los consensos sociales que surgen
respecto al peligro y los niveles de organización
social constatados podrían traducir una cierta
existencia de eficacia colectiva (Sampson 2012)
Sin embargo, los mecanismos específicos de ac-
ción que se detallan en el Diagrama 1, traducen
un accionar que no siempre respeta los derechos
de aquellos que no provienen de estos barrios,
y que contradicen la visión más democrática de
eficacia colectiva expresada por Sampson (2012).
Además, estos mecanismos no siempre son efec-
tivos para el control del delito; sin embargo, sí
Fuente: Elaboración de las autoras en base a las entrevistas con
generan que los vecinos se sientan más seguros vecinos de La Huerta y Huamachuco.

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Sofía Vizcarra y Diana Bonilla

más tranquilo, más habitable, más cómodo. para hacerlo, aquellos que son señalados como
Así, por ejemplo, los vecinos de Agua de Pa- culpables son objeto de castigos físicos (ilegales)
jaritos perciben que la ronda es más eficiente en sin haber pasado por un debido proceso. El fun-
castigar a los agresores, incluso si esto algunas cionamiento de estos mecanismos, sin el debido
veces implica el uso de la fuerza y la desatención control de las autoridades es susceptible de ge-
al debido proceso de ley. Su modo de lidiar con nerar excesos, muestra de ello son algunos de los
las ofensas criminales también tiene la ventaja de procesos abiertos a los ronderos de Huamachuco
que es menos burocrático y más rápido. Este es por secuestro y agresión.
un aspecto clave en la búsqueda de apoyo públi- En resumen, en ambos casos, el sistema de
co y legitimidad de la ronda. seguridad a nivel local actualmente consiste de
dos tipos de fuentes de provisión de servicios de
“La mayoría de veces, los problemas de la seguridad: por una parte, las instituciones esta-
gente se relacionan con valores de menos
tales con un mandato público de proveer segu-
de 500 o 1000 soles y por esa cantidad no
hay sentencia de cárcel. Esta es una dura ridad y justicia (policía, autoridades judiciales,
verdad porque usualmente aquellas vícti- fiscales y agentes de seguridad local) y, por otra
mas de estafas son las más pobres, aquellas parte, la propia comunidad organizada que asu-
que van a la policía y preguntan ¿cómo se me de facto algunas funciones de provisión de
paga?, aquellas que no saben leer y escribir seguridad, e incluso en algunos casos, de justicia.
y pueden ser fácilmente estafadas por eso”
(Vecino del centro de Huamachuco 01, en
Esta configuración se acerca a lo que Garland
entrevista con las autoras). (2001) describe como un mercado de provisión
de seguridad, que ha ido evolucionando en el
El control social que se ejerce por ambos tipos de tiempo, adquiriendo una forma mixta de econo-
mecanismos obedece a ciertas normas y valores mía y extendiendo los límites del control formal
compartidos por los vecinos acerca de cómo de- a actores no estatales. A nivel local, la contribu-
bería ser el barrio y el comportamiento en él. Este ción de los municipios (a través del Serenazgo) y
acuerdo evita que exista una desorganización so- de los mecanismos barriales se vuelven más im-
cial, entendida en términos de Sampson (2012), portantes para los ciudadanos que aquellas orga-
y genera un efecto barrio en relación al mismo. nizadas por el gobierno central (Rowland 2005,
La existencia de las rejas y vigilantes o de la ronda 2006; Costa y Romero 2010).
urbana repercute en este sentido en la identifi-
cación de los vecinos con el barrio en términos
de las actitudes y valores que tienen en común y Conclusiones
el rechazo hacia lo externo. Sin embargo, estos
mecanismos limitan los derechos de aquellos que Las percepciones de inseguridad en los barrios
no pertenecen al barrio, quienes no han formado estudiados incluyen elementos de contexto liga-
parte del consenso sobre los mecanismos de segu- dos al crecimiento económico y urbano de las
ridad. Así, las rejas restringen el tránsito vehicu- ciudades peruanas en las últimas décadas. Es-
lar y peatonal, obligando a muchos a cambiar de tos elementos han generado nuevas dinámicas
ruta y realizar desvíos innecesarios. En el caso de caracterizadas por la presencia de actores que
las Rondas, los “extraños” son objeto de controles reconfiguran estos espacios (nuevos vecinos) y
en las calles, por personas que no están facultados sus actividades económicas (enriquecimiento o

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Inseguridad y mecanismos barriales de protección en el Perú urbano

pauperización de los espacios). Las actuales per- bién la restricción de libertades, derechos ciuda-
cepciones de inseguridad no solo se relacionan danos y, en algunos casos, la justificación del uso
con la victimización directa o indirecta, sino de la violencia para combatir la inseguridad. Con
también con el temor que generan fenómenos ello, se pone en duda el carácter democrático de
de desorden social provenientes de los cambios esta particular eficacia colectiva. La existencia y
en el entorno urbano. Ambos elementos resultan funcionamiento de estos mecanismos llevan a
en la percepción general acerca del peligro y de plantear una reflexión acerca de los nuevos esque-
quién lo encarna en relación a dichos contextos. mas de seguridad barrial a nivel local en distintos
Estas percepciones también se alimentan de contextos urbanos del Perú. Asimismo, ponen
la desconfianza en las autoridades (Policía, Sere- sobre la mesa la necesidad de analizar la parti-
nazgo Municipal, Ministerio Público, etc.), que cipación de los vecinos en la provisión de segu-
ha aumentado en los últimos años. Existen nu- ridad y sus implicancias, ya que constituyen un
merosas limitaciones relacionadas a los recursos elemento central de las estrategias de seguridad
y capacidades en distintos niveles de estas insti- ciudadana que vienen siendo implementadas en
tuciones, así como fenómenos de corrupción y las ciudades latinoamericanas. Además, plantea
abusos, que generan un descrédito generalizado la necesidad de diferenciar las respuestas que sir-
en la población. Dada la poca aprobación de la ven para la reducción de la victimización objetiva
labor de estas instituciones y la urgencia de las de aquellas que sirven para reducir la percepción
demandas, aparecen inherentemente mecanis- de inseguridad en base a otros elementos como
mos organizados por la propia ciudadanía que el desorden social, que también alimentan la di-
buscan responder a una demanda general de se- mensión subjetiva de la seguridad ciudadana.
guridad ciudadana, en su dimensión objetiva y
subjetiva. De esta manera surgen diversas formas
y estrategias de protección individual o colectiva, Bibliografía
públicas o privadas, abanico dentro del cual se
encuentran las rondas urbanas y las rejas de se- Bensús, Viktor y Andrés Pérez. 2014. “Nuevas
guridad en los barrios. Estas buscan proteger el dinámicas territoriales en ciudades inter-
patrimonio de los vecinos así como su integridad medias. El caso de Huamachuco, La Li-
física y, por extensión, controlar lo que sucede en bertad”. Arquitectura y Ciudad 20.
el barrio, que se entiende como propiedad priva- Bonilla, Diana. 2015. “Percepciones de inse-
da comunitaria. Como resultado, a pesar de que guridad en un barrio enrejado del distrito
estos mecanismos no necesariamente logran con- del Rímac. Miedo al crimen y desorden
trolar el delito, sí han logrado que los vecinos se social”. Tesis para optar por el grado de
sientan más seguros y reconozcan su importancia licenciada en sociología por la Pontificia
para la provisión de seguridad ciudadana. Universidad Católica del Perú.
Si bien ambos mecanismos se organizan de Burgess, Ernest W. 1967 (1925). “The Growth
maneras distintas, expresan una misma visión of the City: An Introduction to a Research
acerca de la inseguridad y cómo se debe respon- Project”. En The City, editado por Robert
der a ella. En este sentido, traducen, en parte, lo E. Park y Ernest W. Burgess, 47-62. Chi-
que Sampson (2012) denomina eficacia colecti- cago: University of Chicago Press.
va. Sin embargo, dichas visiones incluyen tam-

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