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LA DESCRIPCION
No obstante que en el uso del término se puede coincidir con la definición anterior,
en la investigación se utilizan diversos sinónimos de descripción (examinar, identificar, dar
cuenta, etc.) que, sin embargo, señalan tareas de indagación muy diferentes a las cuales
conviene distinguir adecuadamente.
Las tareas y el uso del término descripción para los fines de este texto, quedan
comprendidas en el concepto más amplio de análisis descriptivo, y deben quedar
especificados en los objetivos de un estudio social o de una investigación descriptiva, de
acuerdo con las características que se le asignan a cada tipo de investigación en otra sección
de este capítulo.
Debe tenerse presente que ninguna forma de descripción agota todos los aspectos
que forman el objeto de investigación, si bien es cierto que dentro de las ciencias sociales
encontramos con frecuencia exposiciones extensas que sólo son informes o narraciones
detalladas – de posible utilidad en un primer plano de información – que descripciones
según las exigencias de la investigación social en el sentido más estricto. El problema
central de la investigación descriptiva consiste en establecer criterios para seleccionar los
elementos que serán descritos y recoger la información pertinente para, posteriormente,
efectuar su sistematización y presentación.
5. Descripción de las propiedades que tiene el objeto de estudio. Este objetivo tiene
semejanzas con el que presentamos en el número 1; sin embargo, la diferencia consiste en
que, en este caso, el objeto de estudio está ubicado y se requiere conocer sus características
principales, de acuerdo con el marco de referencia conceptual o teórico que se utilice. Este
es tal vez el objetivo que se formula con más frecuencia en la investigación descriptiva. De
manera semejante que en el primer objetivo, la caracterización en la forma señalada puede
hacerse con variables cuantitativas, con características cualitativas o con ambas a la vez. Un
ejemplo es la descripción de las actitudes que tienen los obreros frente a la educación de sus
hijos.
6. Descripción de las diferencias que hay, o se presentan, entre dos o más subgrupos
de la población que es objeto de estudio. Desde luego, se debe comenzar por seleccionar
los subgrupos y luego las variables o características cualitativas que son relevantes, desde el
punto de vista teórico o práctico, para los propósitos de la investigación. En la investigación
cuantitativa, las diferencias se expresan por comparación de medios aritméticos (los
hombres tienen 5.4 años de escolaridad y las mujeres 4.8), por medio de porcentajes (45%
de las escuelas populares tienen profesores sin título, en comparación con 12% de las
escuelas de los sectores medios), etc. En la investigación cualitativa, cualesquiera que sean
las características de la comparación, se expresan en términos verbales, gráficos, etc.
9. Descripción de las relaciones del objeto de estudio con otros objetos. Generalmente,
en la investigación cuantitativa este objetivo consiste en buscar asociaciones o
correlaciones entre variables, ya sean cuantitativas o cualitativas, para lo cual hay una gran
variedad de técnicas. En esta actividad se toman en cuenta la magnitud de la relación (si la
hay) y su naturaleza (positiva o negativa), etc. Esta tarea puede ser especialmente difícil en
la investigación cualitativa no obstante que en los últimos años se han logrado avances
importantes con la proposición de diversos esquemas de análisis para lograr establecer
relaciones entre los fenómenos.
Todos los objetivos anteriores han sido enunciados en formas más o menos
generales. Para los efectos de su investigación (recolección de informaciones y análisis),
estos objetivos son especificados de muy diferentes maneras: a partir de la selección de
algunas características, variables o rasgos de una dimensión mayor (dentro de las actitudes
autoritarias, por ejemplo, las que se refieren específicamente al autoritarismo político); de
la selección de grupos (con respecto a los hombres, los que están en el grupo de edad de 15
a 19 años); la selección de etapas (en el proceso de socialización, las etapas preescolares);
la selección de algunas características de descripción dentro de un conjunto mayor (las
características que tienen los maestros); la selección de sólo algunas características de
clasificación o de algunas relaciones (por ejemplo, con variables que pueden ser
consideradas como “independientes”); la selección de lugares específicos (escuelas de áreas
rurales) o períodos determinados (la deserción escolar en el período 1975-1985), etc.
Por otro lado, se puede afirmar que todos los objetivos pueden ser utilizados
comparativamente. Así, en el desarrollo de un fenómeno, por ejemplo, la descripción de la
socialización infantil puede estudiarse y compararse en diversas clases sociales, lo mismo
que la magnitud de la deserción durante dos o tres períodos, etc.
LA CLASIFICACION
La clasificación puede hacerse con base en uno o más criterios o características que
posean los objetos sociales; los criterios pueden ser cuantitativos o cualitativos, o de ambos
tipos a la vez. Por otro lado, la clasificación puede ser natural si las categorías ya están
dadas (hombre-mujer; rural-urbano), o bien puede ser construida por el investigador.
Una forma especial de clasificación está constituida por las tipologías, es decir, los
sistemas de categorías denominados tipos, los cuales son definidos por diversas
características o criterios que se consideran esenciales. El carácter distintivo de una
tipología consiste en que cada uno de los tipos manifiesta, de manera permanente y regular,
conductas diferentes, o bien se encuentra asociado con pautas de conductas diferenciales.
Por ejemplo, una tipología de integración social referida a personas, implicará que cada una
de sus clases manifestará conductas políticas, económicas, culturales y sociales diferentes.
Entre estas clasificaciones –de especial relevancia teórica- es muy conocida, para dar unos
ejemplos, la tipología de caracteres sociales de Riesman (la muchedumbre solitaria), que
distingue entre personas “dirigidas hacia sí” y “personas dirigidas hacia otros” o, en otro
contexto, entre “sociedades abiertas” y “sociedades cerradas”, etc.
LA EXPLICACION
La explicación funcionalista.
La explicación por leyes.
La explicación causal..
La explicación funcionalista
Hechos o sucesos naturales, psicológicos o sociales (por ejemplo, en todo grupo hay
sanciones para aplicarlas a los miembros que se aparten de las normas aceptadas en el
mismo).
Leyes o generalizaciones empíricas (por ejemplo, la cohesión de un grupo aumenta con
la amenaza externa).
Las explicaciones del primer grupo son psicológicamente más atractivas porque suelen
apelar a otros sucesos para explicar el hecho estudiado, pero no hay diferencia esencial con
el otro tipo de explicación, pues en ambos casos se hace referencia a hechos y leyes que
“rigen” al hecho y a otros relacionados con él. Sin embargo, en la explicación de hechos la
referencia a otros sucesos “explicativos” es explícita y la referencia a leyes es implícita,
situación que oculta la inferencia deductiva que se realiza.
Sí P1 P2
No q2 q2
100% 100%
La explicación deductiva en las ciencias sociales podría aplicarse siempre que
tuviera las premisas generales, a partir de las cuales se hiciera la deducción de otras
premisas más específicas hasta llegar a la proposición que se refiere al hecho que queremos
explicar (véase el ejemplo siguiente). El problema está en que dadas las características de
los hechos sociales, no ha sido posible encontrar propiedades sociológicamente importantes
y pertinentes que se den en todas las unidades que se consideren (individuos o grupos).
Uno de los muy pocos ejemplos de explicación deductiva en las ciencias sociales es el
proporcionado por Merton (Social theory and social structure) para ubicar, en un esquema
hipotético deductivo, la generalización empírica encontrada por Durkheim, según la cual,
los católicos tienen una tasa de suicidio menor que la de los protestantes. El esquema de
Merton es el siguiente:
El esquema deductivo es la forma que debería tomar la teoría social para que se
pudieran explicar los sucesos o fenómenos de su campo de estudio. Si por teoría
entendemos un conjunto interrelacionado de proposiciones que se refieren a ese campo
empírico con términos rigurosamente definidos, entonces podemos decir que la explicación
por leyes no se puede aplicar en el estado actual de desarrollo de las ciencias sociales.
Además de las explicaciones estadísticas, las cuales en ciencias sociales son más bien
“argumentos explicativos” y, con mayor frecuencia, explicaciones post factum formuladas
después de que los sucesos han sido estudiados; son hipótesis plausibles con nulo o muy
bajo grado de contrastación empírica previa. Sus fórmulas más usuales son:
“Se debería (se explicaría) a X.” Ejemplo: los altos niveles de aspiración educacional de
los sectores de más bajos ingresos se deberían (se explicarían) a su baja visibilidad de
los medios materiales para alcanzar esos niveles.
“El desempleo provoca desinterés por los asuntos políticos”. Esto se explicaría porque
el desempleo provoca ansiedad, y la preocupación por la política, que requiere mayor
preocupación intelectual, es bloqueada por esa ansiedad.
La causalidad
Si el debate que hay en las ciencias sociales acerca de la explicación es intenso, éste
es aún mayor en lo que concierne al concepto o categoría de la causalidad, tanto por la
diversidad de posiciones expuestas como por su larga historia (desde Platón y Aristóteles
hasta nuestros días), en la filosofía y en las ciencias de cualquier tipo. Desde luego, dado el
carácter introductivo del presente tratamiento, sólo se darán los elementos estrictamente
necesarios para ubicar el problema en su situación actual.
En el lenguaje común, el principio causal se enuncia como “todo efecto tiene una
causa” o, en forma más refinada, “si C ocurre, entonces (y sólo entonces) E es siempre
producido por él”, o bien, en una expresión típica en las ciencias sociales: “la marginalidad
social es la causa de la despersonalización de los pobladores que viven en esa condición”.
Con base en los aportes de los investigadores citados, entre otros, las relaciones de
causalidad se realizan por medio del análisis de senderos (path analysis), que consiste
básicamente en formular una serie de conexiones causales entre los datos recogidos en un
estudio empírico. Si el modelo construido por el investigador se ajusta a los datos
recogidos, entonces se mantiene como esquema explicativo causal posible; en caso
contrario, se rechaza (la técnica de análisis de senderos se estudiará en uno de los capítulos
finales de este texto) (véase fig. 2.1).
X1 0.22
0.30
0.15
X3 X5
0.08
0.18
0.41
X2 0.29
X4
X1 = escolaridad
X2 = área de residencia
X3 = tipo de ocupación
X4 = sexo
X5 = ingresos laborales