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BRIONES GUILLERMO

METODOS Y TECNICA DE LA INVESTIGACIÓN PARA LAS CIENCIAS


SOCIALES
TRILLAS, MEXICO; 1985

FUNCIONES DE LA INVESTIGACIÓN SOCIAL

En el comienzo del capítulo anterior, se definió a la investigación social como un


proceso de creación de conocimientos sobre la realidad social: su estructura, sus
transformaciones, etc.

Si bien esta definición es adecuada desde el punto de vista general, en la práctica la


investigación cumple con funciones más específicas como son: la descripción, la
clasificación y la explicación. Estas funciones se diferencian por el nivel de conocimientos
que proporcionan, de tal modo que la explicación es el más alto y supone, para su
realización, el cumplimiento de las otras funciones, especialmente de la descripción.

LA DESCRIPCION

En el Diccionario de la Lengua Española (ed. 1984), el término describir se define


como: “Representar a personas o cosas por medio del lenguaje, refiriendo o explicando sus
distintas partes, cualidades o circunstancias”. Definiciones similares se encuentran en los
diccionarios especializados de filosofía, educación, etc.

No obstante que en el uso del término se puede coincidir con la definición anterior,
en la investigación se utilizan diversos sinónimos de descripción (examinar, identificar, dar
cuenta, etc.) que, sin embargo, señalan tareas de indagación muy diferentes a las cuales
conviene distinguir adecuadamente.

Las tareas y el uso del término descripción para los fines de este texto, quedan
comprendidas en el concepto más amplio de análisis descriptivo, y deben quedar
especificados en los objetivos de un estudio social o de una investigación descriptiva, de
acuerdo con las características que se le asignan a cada tipo de investigación en otra sección
de este capítulo.

Debe tenerse presente que ninguna forma de descripción agota todos los aspectos
que forman el objeto de investigación, si bien es cierto que dentro de las ciencias sociales
encontramos con frecuencia exposiciones extensas que sólo son informes o narraciones
detalladas – de posible utilidad en un primer plano de información – que descripciones
según las exigencias de la investigación social en el sentido más estricto. El problema
central de la investigación descriptiva consiste en establecer criterios para seleccionar los
elementos que serán descritos y recoger la información pertinente para, posteriormente,
efectuar su sistematización y presentación.

Después de revisar algunos trabajos de investigación, es posible distinguir los


siguientes tipos de análisis descriptivos o de objetivos:

1. Caracterización global del objeto de estudio. En la investigación cuantitativa, el


análisis correspondiente para cubrir dicho objetivo consiste en la utilización de alguna
medida de tendencia central o de alguna distribución de frecuencias de una o más variables
que tienen la mayor importancia en la definición del problema de la investigación.

2. Determinación de los objetivos sociales que tienen ciertas características. Tanto en


la investigación cuantitativa como en la cualitativa, la tarea de análisis tiene una misma
orientación, expresada en el objetivo. Por ejemplo, si el problema principal de estudio fuera
la conducta autoritaria de los profesores en el proceso de enseñanza-aprendizaje, la
determinación consistiría en establecer, mediante definiciones e indicadores apropiados,
quiénes son los profesores que se comportan autoritariamente en el aula con el fin de
describir su conducta. La diferencia entre el análisis cuantitativo y el cualitativo se
encuentra en el tipo de indicadores elegidos y en las técnicas para la recolección de las
informaciones. En el primer caso, son captados por observación o por medio de escalas de
comportamiento estructuradas; en el segundo, por observación no estructurada de
indicadores cualitativos expresados con descripciones verbales.

3. Descripción del contexto en el cual se presenta cierto fenómeno. La primera tarea


consiste en ubicar el fenómeno; posteriormente se señalan las principales características
sociológicas, económicas y, según el caso, psicologicosociales de ese contexto. En el
análisis cuantitativo, la descripción se debe realizar con sus propios términos, y en el
cualitativo, mediante descripciones de tipo etnográfico. En ambos casos, la selección de
variables o de características descriptivas debe guiarse por el marco teoricometodológico de
referencia.

4. Descripción de la magnitud del fenómeno. Esta actividad remite directamente a un


análisis cuantitativo. Generalmente, se trata de calcular la magnitud, por ejemplo, de la tasa
de deserción escolar, la extensión geográfica que abarca el fenómeno, la devaluación
económica de la educación básica entre tales o cuales magnitudes, etc.

5. Descripción de las propiedades que tiene el objeto de estudio. Este objetivo tiene
semejanzas con el que presentamos en el número 1; sin embargo, la diferencia consiste en
que, en este caso, el objeto de estudio está ubicado y se requiere conocer sus características
principales, de acuerdo con el marco de referencia conceptual o teórico que se utilice. Este
es tal vez el objetivo que se formula con más frecuencia en la investigación descriptiva. De
manera semejante que en el primer objetivo, la caracterización en la forma señalada puede
hacerse con variables cuantitativas, con características cualitativas o con ambas a la vez. Un
ejemplo es la descripción de las actitudes que tienen los obreros frente a la educación de sus
hijos.

6. Descripción de las diferencias que hay, o se presentan, entre dos o más subgrupos
de la población que es objeto de estudio. Desde luego, se debe comenzar por seleccionar
los subgrupos y luego las variables o características cualitativas que son relevantes, desde el
punto de vista teórico o práctico, para los propósitos de la investigación. En la investigación
cuantitativa, las diferencias se expresan por comparación de medios aritméticos (los
hombres tienen 5.4 años de escolaridad y las mujeres 4.8), por medio de porcentajes (45%
de las escuelas populares tienen profesores sin título, en comparación con 12% de las
escuelas de los sectores medios), etc. En la investigación cualitativa, cualesquiera que sean
las características de la comparación, se expresan en términos verbales, gráficos, etc.

7. Descripción de las partes, categorías o clases que componen el objeto de estudio.


Esta es la tarea, por definición, de la descripción. Ya sea que la caracterización de esos
componentes se realice en términos cuantitativos o cualitativos, conviene tener presente que
la orientación y los límites del análisis están dados por el marco conceptual de referencia
(el cual, a su vez, como en otros de los objetivos expuestos, puede estar presente en los
objetivos generales de la investigación y en los propósitos de la misma).

8. Descripción del desarrollo o la evolución del objeto de estudio. Expresado en esta


forma, se trata de un objetivo general, pues en términos específicos puede referirse a las
etapas que es posible distinguir en ese desarrollo, las características de las etapas, las
formas en que se presentan en el tiempo, etc.

9. Descripción de las relaciones del objeto de estudio con otros objetos. Generalmente,
en la investigación cuantitativa este objetivo consiste en buscar asociaciones o
correlaciones entre variables, ya sean cuantitativas o cualitativas, para lo cual hay una gran
variedad de técnicas. En esta actividad se toman en cuenta la magnitud de la relación (si la
hay) y su naturaleza (positiva o negativa), etc. Esta tarea puede ser especialmente difícil en
la investigación cualitativa no obstante que en los últimos años se han logrado avances
importantes con la proposición de diversos esquemas de análisis para lograr establecer
relaciones entre los fenómenos.

Todos los objetivos anteriores han sido enunciados en formas más o menos
generales. Para los efectos de su investigación (recolección de informaciones y análisis),
estos objetivos son especificados de muy diferentes maneras: a partir de la selección de
algunas características, variables o rasgos de una dimensión mayor (dentro de las actitudes
autoritarias, por ejemplo, las que se refieren específicamente al autoritarismo político); de
la selección de grupos (con respecto a los hombres, los que están en el grupo de edad de 15
a 19 años); la selección de etapas (en el proceso de socialización, las etapas preescolares);
la selección de algunas características de descripción dentro de un conjunto mayor (las
características que tienen los maestros); la selección de sólo algunas características de
clasificación o de algunas relaciones (por ejemplo, con variables que pueden ser
consideradas como “independientes”); la selección de lugares específicos (escuelas de áreas
rurales) o períodos determinados (la deserción escolar en el período 1975-1985), etc.

Por otro lado, se puede afirmar que todos los objetivos pueden ser utilizados
comparativamente. Así, en el desarrollo de un fenómeno, por ejemplo, la descripción de la
socialización infantil puede estudiarse y compararse en diversas clases sociales, lo mismo
que la magnitud de la deserción durante dos o tres períodos, etc.

Asimismo, en el análisis descriptivo se pueden usar técnicas o enfoques


cuantitativos y cualitativos en forma combinada, o bien referirse simultáneamente a
diferentes unidades de análisis (los estudiantes, por un lado, con sus características
individuales y, por otro, las escuelas, también con sus características colectivas complejas).

LA CLASIFICACION

Otra de las funciones específicas de la investigación social consiste en la


clasificación de los objetos que se estudian (grupos, estructuras, procesos, situaciones), es
decir, la ubicación de los objetos en un sistema de categorías. Clasificar es categorizar.

La clasificación puede hacerse con base en uno o más criterios o características que
posean los objetos sociales; los criterios pueden ser cuantitativos o cualitativos, o de ambos
tipos a la vez. Por otro lado, la clasificación puede ser natural si las categorías ya están
dadas (hombre-mujer; rural-urbano), o bien puede ser construida por el investigador.

Una forma especial de clasificación está constituida por las tipologías, es decir, los
sistemas de categorías denominados tipos, los cuales son definidos por diversas
características o criterios que se consideran esenciales. El carácter distintivo de una
tipología consiste en que cada uno de los tipos manifiesta, de manera permanente y regular,
conductas diferentes, o bien se encuentra asociado con pautas de conductas diferenciales.
Por ejemplo, una tipología de integración social referida a personas, implicará que cada una
de sus clases manifestará conductas políticas, económicas, culturales y sociales diferentes.
Entre estas clasificaciones –de especial relevancia teórica- es muy conocida, para dar unos
ejemplos, la tipología de caracteres sociales de Riesman (la muchedumbre solitaria), que
distingue entre personas “dirigidas hacia sí” y “personas dirigidas hacia otros” o, en otro
contexto, entre “sociedades abiertas” y “sociedades cerradas”, etc.

LA EXPLICACION

Cualquier persona, continuamente se hace preguntas sobre sucesos del acontecer


social: ¿por qué ocurre el fracaso escolar?, ¿cuáles son los factores que explican la
delincuencia infantil?, ¿cómo se produce la socialización política?, etc. Las respuestas a
preguntas como las anteriores –si cumplen con ciertos requisitos- constituyen explicaciones
de los fenómenos aludidos.

Desde los comienzos de su construcción sistemática en el siglo pasado, las ciencias


sociales trataron de cumplir con la explicación, función principal de las ciencias. Los
intentos han ido desde el establecimiento de “factores determinantes” (psicológicos,
económicos, geográficos, climáticos, raciales, etc.), hasta la proposición de hipótesis y
“teorías explicativas”. Como se comprenderá, no es posible referir con detalle todas las
formas de búsqueda y, por lo mismo, la presentación que haremos tiene el carácter
exclusivo de una introducción.

Antes de referirnos al aspecto central de nuestro tema, conviene aclarar que la


explicación en ciencias sociales se complica –entre otras razones- porque se trata, de
acuerdo con la naturaleza de los objetos de estudio, de conciliar dos enfoques temporales
diferentes: por un lado, una explicación diacrónica, que consiste en la búsqueda de factores
antecedentes, históricos o genéticos y, por el otro, una explicación sincrónica, la cual no
contiene referencias temporales o de factores sucesivos, aun cuando se pueda reconocer que
los elementos del esquema explicativo tienen una dimensión o un origen histórico (para
tratar de expresarlo en forma más clara: si ese esquema contiene hipótesis o leyes, en ellas
se reconoce el carácter histórico o de vigencia temporal).

En los paradigmas clásicos alusivos a la investigación empírica, dentro del enfoque


sincrónico, se distinguen tres tipos principales de explicación:

La explicación funcionalista.
La explicación por leyes.
La explicación causal..

La explicación funcionalista

Es la forma que toma la explicación teleológica en el paradigma funcionalista. En


este paradigma, explicar los hechos antropológicos o sociológicos consiste en determinar su
función dentro del sistema social, entendida dicha función como la contribución que hace a
su mantenimiento. He aquí un ejemplo tomado de la obra de B. Manilowski, uno de los
principales representantes del funcionalismo en la antropología, Magic, science and
religion:

La persistencia de las costumbres de entierro de tipo X en una sociedad se


explica no por las funciones o propósitos manifiestos atribuidos a ellos por los
miembros de dicha sociedad, sino por su función latente: poner de manifiesto
los sentimientos de solidaridad de los miembros y mejorar así la moral ante el
temor que la muerte inspira inevitablemente en la mayoría de los humanos.

En la bibliografía pertinente hay numerosas críticas a la explicación funcionalista;


por ejemplo, las referentes a la gran dificultad de identificar tanto el sistema a que se refiere
la función que se estudia, como el estado en que se encuentran, en cierto momento, las
variables que lo mantienen en tal estado y que están relacionadas entre sí –entre ellas la
variable que cumple la función-; asimismo, para demostrar que esta última variable tiene la
misma contribución en algún otro sistema (por ejemplo, en el primero puede ocasionar la
cohesión pero en otro puede ser un factor de conflicto), etc.

Otra crítica se refiere a la identidad que se establecería entre la explicación


funcionalista y la explicación por leyes, si se pudiera cumplir con las difíciles condiciones
señaladas anteriormente y siempre que se lograra formular una teoría que relacionara
estados antecedentes con estados consecuentes del sistema, “variables funcionales” con
“efectos funcionales”, etc.

La explicación por leyes

La explicación por leyes de un suceso consiste en ubicarlo dentro de un sistema


deductivo en el cual dicho suceso se deriva lógicamente de un conjunto de proposiciones
generales y de datos no contenidos en él:

Hasta el momento hemos mencionado los siguientes rasgos de la explicación: i) que


consiste en responder a cuestiones de porqué (aspecto pragmático); ii) que se refiere a
fórmulas, las cuales pueden o no referir a su vez a hechos y estructuras (aspecto semántico)
y iii) que consiste en una argumentación lógica con proposiciones generales y particulares
(aspecto sintáctico).

Un cuarto rasgo de interés de la explicación es de naturaleza ontológica: desde este


punto de vista podemos decir que explicar un hecho expresado por un explicandum es
insertar ese hecho en un esquema nomológico expresado por la(s) ley(es) o regla(s)
implicadas por el explicans –o sea, localizar el hecho en un sistema de entidades
interrelacionadas por leyes.

La explicación científica puede referirse a:

 Hechos o sucesos naturales, psicológicos o sociales (por ejemplo, en todo grupo hay
sanciones para aplicarlas a los miembros que se aparten de las normas aceptadas en el
mismo).
 Leyes o generalizaciones empíricas (por ejemplo, la cohesión de un grupo aumenta con
la amenaza externa).

Las explicaciones del primer grupo son psicológicamente más atractivas porque suelen
apelar a otros sucesos para explicar el hecho estudiado, pero no hay diferencia esencial con
el otro tipo de explicación, pues en ambos casos se hace referencia a hechos y leyes que
“rigen” al hecho y a otros relacionados con él. Sin embargo, en la explicación de hechos la
referencia a otros sucesos “explicativos” es explícita y la referencia a leyes es implícita,
situación que oculta la inferencia deductiva que se realiza.

La mayoría de las generalizaciones empíricas encontradas por la investigación sociológica,


de psicología social, educacional, etc., son de tipo estadístico, con la siguiente expresión
típica: “El p1 por ciento de las personas del grupo A tiene la característica C, mientras que
el p2 por ciento (mayor, menor o igual que p1) de las personas del grupo B tiene la misma
característica C.” O bien, lo mismo expresado en un cuadro:
A B

Sí P1 P2

No q2 q2

100% 100%
La explicación deductiva en las ciencias sociales podría aplicarse siempre que
tuviera las premisas generales, a partir de las cuales se hiciera la deducción de otras
premisas más específicas hasta llegar a la proposición que se refiere al hecho que queremos
explicar (véase el ejemplo siguiente). El problema está en que dadas las características de
los hechos sociales, no ha sido posible encontrar propiedades sociológicamente importantes
y pertinentes que se den en todas las unidades que se consideren (individuos o grupos).

Uno de los muy pocos ejemplos de explicación deductiva en las ciencias sociales es el
proporcionado por Merton (Social theory and social structure) para ubicar, en un esquema
hipotético deductivo, la generalización empírica encontrada por Durkheim, según la cual,
los católicos tienen una tasa de suicidio menor que la de los protestantes. El esquema de
Merton es el siguiente:

 La cohesión social provee apoyo psicológico para el agrupamiento de los miembros


sujetos a agudas tensiones y ansiedades.
 Las tasas de suicidio dependen de las ansiedades y tensiones no mitigadas a las que se
encuentran sujetas las personas.
 Los católicos tienen una cohesión social mayor que los protestantes.
 Por tanto, son de esperarse tasas de suicidio menores entre los católicos que entre los
protestantes.

El esquema deductivo es la forma que debería tomar la teoría social para que se
pudieran explicar los sucesos o fenómenos de su campo de estudio. Si por teoría
entendemos un conjunto interrelacionado de proposiciones que se refieren a ese campo
empírico con términos rigurosamente definidos, entonces podemos decir que la explicación
por leyes no se puede aplicar en el estado actual de desarrollo de las ciencias sociales.

Además de las explicaciones estadísticas, las cuales en ciencias sociales son más bien
“argumentos explicativos” y, con mayor frecuencia, explicaciones post factum formuladas
después de que los sucesos han sido estudiados; son hipótesis plausibles con nulo o muy
bajo grado de contrastación empírica previa. Sus fórmulas más usuales son:

 “Se debería (se explicaría) a X.” Ejemplo: los altos niveles de aspiración educacional de
los sectores de más bajos ingresos se deberían (se explicarían) a su baja visibilidad de
los medios materiales para alcanzar esos niveles.
 “El desempleo provoca desinterés por los asuntos políticos”. Esto se explicaría porque
el desempleo provoca ansiedad, y la preocupación por la política, que requiere mayor
preocupación intelectual, es bloqueada por esa ansiedad.

La causalidad

Si el debate que hay en las ciencias sociales acerca de la explicación es intenso, éste
es aún mayor en lo que concierne al concepto o categoría de la causalidad, tanto por la
diversidad de posiciones expuestas como por su larga historia (desde Platón y Aristóteles
hasta nuestros días), en la filosofía y en las ciencias de cualquier tipo. Desde luego, dado el
carácter introductivo del presente tratamiento, sólo se darán los elementos estrictamente
necesarios para ubicar el problema en su situación actual.

En el lenguaje común, el principio causal se enuncia como “todo efecto tiene una
causa” o, en forma más refinada, “si C ocurre, entonces (y sólo entonces) E es siempre
producido por él”, o bien, en una expresión típica en las ciencias sociales: “la marginalidad
social es la causa de la despersonalización de los pobladores que viven en esa condición”.

Las dificultades de la explicación causal se deben no sólo a su conceptualización y


significación filosófica última, sino con respecto a la investigación, a las condiciones que
debería cumplir, entre las cuales destacan las siguientes:

 Los cambios observados en un objeto A pueden ser atribuidos a un factor externo y no a


condiciones internas de A.
 El objeto cuyos cambios se quieren explicar está aislado respecto de otras influencias
distintas de aquella que se considera la causa.
 Entre los fenómenos “efecto” y “causa” hay una relación unívoca de variación.
 El fenómeno “causa” antecede en el tiempo al fenómeno “efecto”.

En la investigación social de los últimos años, hay varios enfoques importantes de la


causalidad. Dentro del paradigma analítico explicativo, se destacan los trabajos de Blalock
y Boudon, con directa referencia y aplicación a la investigación empírica (Huber M.
Blalock, “Causal Inferences in Non experimental Research”, University of North Carolina
Press, Carolina del Norte, 1961; Blalock, H. M. y A. B. Blalock (compliladores),
Methodology in Social Research, McGraw-Hill, Nueva York, 1968; R. Boudon, L’analyse
mathématique des faits sociaux, Plon, París. 1967).

Con base en los aportes de los investigadores citados, entre otros, las relaciones de
causalidad se realizan por medio del análisis de senderos (path analysis), que consiste
básicamente en formular una serie de conexiones causales entre los datos recogidos en un
estudio empírico. Si el modelo construido por el investigador se ajusta a los datos
recogidos, entonces se mantiene como esquema explicativo causal posible; en caso
contrario, se rechaza (la técnica de análisis de senderos se estudiará en uno de los capítulos
finales de este texto) (véase fig. 2.1).

X1 0.22
0.30
0.15
X3 X5
0.08
0.18
0.41
X2 0.29

X4
X1 = escolaridad
X2 = área de residencia
X3 = tipo de ocupación
X4 = sexo
X5 = ingresos laborales

Figura 2.1. Diagrama de senderos.

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