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CANDIOTI.M-2014-Gramsci y La Praxis Como 'Actividad Sensible' (Gramsci y La Sociedad Intercultural) PDF
CANDIOTI.M-2014-Gramsci y La Praxis Como 'Actividad Sensible' (Gramsci y La Sociedad Intercultural) PDF
ANTONINO FIRENZE
JORDI MIR GARCIA
(editores)
GRAMSCI
y la sociedad intercultural
En 1994, el historiador británico Eric J. Hobsbawm conslaló
que los estudios sobre Antonio Gramsci no sólo no habían d is-
minuido pese a la hegemonía política que el neoliberalismo
consiguió apuntalar tras la caída del Muro de Berlín, sino que
su figura estaba siendo objeto de renovada atención por parte
de investigadores de todo el mundo. Desde entonces, la
bibliografía sobre este gran pensador marxista no ha dejado
de crecer en número y calidad, consolidándole como "clásico"
de la cultura. El presente libro se inserta en esta nueva ola de
estudios gramscianos, y ofrece una serie de contribuciones de
estudiosos, algunos de los cuales de reconocido prestigio
internacional, centrados sobre todo en el interés que los
Cuadernos de la cárcel de Gramsci han suscitado entre inves-
tigadores (historiadores, sociólogos, politólogos, filósofo s,
antropólogos y teóricos de la literatura) dedicados a los estu-
dios culturales y a los denominados estudios subalternos,
señaladamente a partir de la difusión de los principales textos
de Edward Said y Stuart Hall. Además de estas temáticas rela-
cionadas con el ámbito interdisciplinar del saber humanísti-
co y social, el libro incluye otros ensayos acerca de cómo
Gramsci empleó determinadas categorías conceptuales
(hegemonía, sentido común y moral popular, americanismo y
fordismo, internacionalismo, clases subalternas, cesarismo,
traducibilidad de los lenguajes, etc.) para articular su pensa-
miento político. En definitiva, esta obra va dirigida tanto a los
estudiosos interesados en Gramsci como a aquellos activistas
que quieran reflexionar sobre su práctica política partiendo
de uno de los más célebres intelectuales del siglo XX. Este pro-
yecto fue impulsado por Francisco Fernández Buey (1943-
2012), uno de estos investigadores de gran prestigio al qu e
tanto debemos. Aquí se recoge su última aportación, inédila
hasta ahora.
11 I IJ J J~I,~I I l l. Jllli.II.II
GIAIMEPALA
ANTONINO FIRENZE
JORDI MIR GARCIA
(EDITORES)
GRAMSCI
Y LA SOCIEDAD
INTERCULTURAL
M O N TE S 1 N O ·s -· • i
: \'
ENSAYO
Esta publicación surge del trabajo desarrollado en el marco de la Catedra
UNESCO d'Estudis Imerculturals de la Universitat Pompeu Fabra y de los pro-
yectos "Estudio comparativo del origen y evolución de los movimientos sociales
en España (1960-1980) y de su impacto institucional en la actualidad" (FFI2009-
13290) y Estudio comparativo del origen y evolución de los movimientos sociales
en España (1990-20 11) y del impacto de sus ideas y propuestas. (FFI20 12-
39268) del Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España, promo-
vidos por el Grup de Recerca Emergent (2009 SGR 1035) del Centre d'Estudis
sobre Moviments Socials de la Universitat Pompeu Fabra.
Presentación 9
MIGUEL CANDIOTI *
'
11
242
menschliche Tatigkeit, Praxis") aparece en la tesis 1, mientras que en
la tesis 5 se lee "actividad sensible-humana prdctica" (''praktische
menschlich-sinnliche Tatigkeit") y en la tesis 9 se critica al "mate-
rialismo que no comprende lo sensible como actividad práctica"
("der Materialismus, der die Sinnlichkeit nicht als praktische Tatig-
keit begreift")l. La precisión de estas expresiones deja mucho que de-
sear -pues, en rigor, no es lo mismo afirmar que la práctica es
actividad sensible y que lo sensible es actividad práctica- pero queda
claro que para comprender la definición de prdctica (Praxis) que aquí
nos brinda Marx se vuelve imprescindible desentrañar la relación que
él establece entre los dos conceptos principales que utiliza, a saber, el
de actividad y el de sensibilidad.
¿A qué se refiere Marx Ton eso de que la práctica es la actividad
humana sensible? ¿Acaso a que la práctica es "sensible" en tanto ac-
tividad propia de los sentidos humanos? ¿O simplemente a que la
práctica es "sensible" en tanto actividad humana patente a los sen-
tidos? ¿Se trata aquí de la práctica humana como la actividad del
sentir (o percibir sensiblemente), o bien de la práctica humana como
actividad sentida (o percibida sensiblemente, empíricamente)? Sólo
si recurrimos al texto de La ideología alemana, obtenemos una res-
puesta contundente. Allí Marx rara vez emplea la infausta fórmula
"actividad sensible" (sinnlich Tatigkeit), sino que se refiere allí ex-
plícitamente a "los individuos reales, su actividad y sus condiciones
materiales de vida, tanto aquellas que se han encontrado ya hechas,
como las engendradas por su propia actividad", esto es, por "su
comportamiento hacia el resto de la naturaleza", por "la modifica-
ción que [los fundamentos naturales] experimentan en el curso de
la historia por la acción de los hombres", especialmente por "la in-
dustria y el comercio"; todo lo cual es comprobable "por la vía pu-
7. Karl Marx, 'Thesen über Feuerbach" [1845], en K. Marx y F. Engels, Wérke, Berlín,
Dietz, 1969, vol. 3, pp. 5-7.
24 \
ramente empírica" 8 • Y luego, refiriéndose abiertamente a Feuerbach,
escribe Marx lo siguiente:
Resulta, pues, del todo evidente que con "actividad sensible" Marx
no se refiere a ninguna actividad que sea propia de los sentidos, como
no sea la mera certificación, comprobación o (re)conocimiento de la
existencia de algo que los trasciende, a saber, la actividad prdctíca en
tanto acción humana que transforma permanentemente el mundo
material del que ella misma forma patt"e, y que al hacerlo excede y
condiciona a toda la actividad cognoscente de los sentidos y del pen-
samiento (aunque esta actividad pueda luego, a su vez, guiar parcial
mente a la otra) 10 •
.
1
11
De este modo, el elemento novedoso que el planteamiento de
Marx introduce y destaca en oposición al idealismo y al materialismo
precedente no es otro que la actividad prdctica humana, la subjetivi-
dad prdctica, como distinguible de la teórica o cognoscente, y como
su condicionante relativo. Lo que Marx viene a decir, precisamente,
es que no basta con ocuparse de la subjetividad teórica, de su actividad
cognoscente abstracta (idealismo) o de su contemplación sensible de
naturaleza (materialismo tradicional), sino que es preciso percatarse,
afinando a la vez la sensibilidad y el pensamiento, de que ante todo
existe la subjetividad prdctica que forma parte de la realidad objetiva,
a la cual modifica constantemente con una actividad que es bien tan-
gible, patente a los sentidos, sensible, y no una actividad sensorial,
sensitiva o de los sernidos. Marx está simplemente destacando que la
actividad prdctica humana transformadora del mundo material es sus-
ceptible de ser comprobada en la experiencia sensible y siempre pre-
cede a la actividad cognoscente: todos somos sujetos prdcticos antes de
ser sujetos teóricos. Y que aunque nuestra subjetividad cognoscente y
nuestra subjetividad prdctica no existan separadamente, ambas deben
ser adecuadamente distinguidas y reconocidas en su especificidad.
Por lo demás, no cabe ninguna duda de que ese "lado activo", que
Marx -en la tesis 1- exige al materialismo desarrollar en contraste
con la actividad meramente teórica y abstracta del idealismo, no está
en los sentidos sino en lo que ellos captan, esto es, no está en la subje-
tividad cognoscente o teórica (el sujeto "puro') sino en la subjetividad
práctica (el sujeto-objeto), cuya fundamental actividad transformadora
del mundo es preciso asumir y orientar en un sentido revolucionario.
Tal es la tarea de ese nuevo tipo de materialista que debe ser el comu-
nista: un "materialista práctico" 11 que desarrolle una revolucionaria
"actividad prdctico-crítica" 12 • Marx funda así, pues, un inédito ma-
13. Giovanni Gentile, La Filosofia di Marx: studi critici, Firenze, Sansoni, 1959, pp.
68-71.
14. !bid., pp. 78-79.
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lo produce por completo. Como se ve, esto equivale sin más a negar la
existencia de toda objetividad ontológica o realidad material exterior
a la mera consciencia y, por consiguiente, implica totalizar o fetichizar
la pu~a actividad del conocimiento, la mera subjetividad teórica.
Ahora bien, eso no es en absoluto lo que Marx se propone en las
Tesis, como vimos, sino más bien todo lo contrario, a saber, superar
la pura actividad humana cognoscente y reconocer la importancia
fundamental de la actividad humana material, o sea, de la acción
transformadora del mundo objetivo, en una palabra: de la prdctica.
Lo que el subjetivismo de Gentile -que luego será heredado parcial-
mente por Gramsci- no llega a comprender es que para Marx la prdc-
tica no se origina en la actividad de los sentidos ni en el conocimiento
en general, sino todo lo contrario: es la actividad cognoscente la que
tiene su base material en la actividad práctica que la excede y condi-
ciona. La actividad de los sentidos -de la que Marx no escribe ni una
sola palabra en las Tesis- sólo puede ser entendida como aquella que
percibe a la práctica en tanto ésta es una actividad sensible y objetiva.
Pero esa actividad de los sentidos no participa de la actividad práctica
como tal, ni mucho menos la hace brotar de sí. Y, por tanto, la orien-
tación parcial que el conocimiento en general puede ejercer sobre la
práctica material siempre llega después del condicionamiento que
ésta ya ha ejercido sobre aquél. Para desconcierto del idealismo, la
práctica constituye una poderosa fuerza motriz material que no es
racional en sí misma, aunque pueda ser parcialmente guiada por la
IV
247
II,IIIIIIIIIÍ\1110 niti,o 11011 !1.1 llll'lltl' d1, <•IIIIIIH' 1 ol po.\itivi.\1110 li
losotico, mcrafisica c mística dl'll'Fvolmionc l' dclla Natura. 11
marxismo si fonda sull'idealismo filosotlco [... ]. L'idealisnw lilo-
sofico e una dottrina dell' essere e della conoscenza, secando la qua le
questi due concetti si identificano e la realra e cio che si conoscc
teoricamente, il nostro io stesso. Che Marx abbia introdotto nelk
sue opere elementi positivistici non meraviglia e si spiega: Marx
non era un filosofo di professione, e qualche volta dormicchiava
anch' egli. ll cerro e che 1' essenziale della sua dottrina e in dipen-
denza dell'idealismo filosofico e che nello sviluppo ulteriore di
questa filosofia e la corrente ideale in cui il movimento proletario
e socialista confluisce in aderenza storica. Si pensi del resto all'uso
grande che i socialisti fanno della parola "coscienza", "coscienza di
classe"' "coscienza socialista e proletaria"; e implícita in questo lin-
guaggio la concezione filosofica che si "e" solo quando "si conosce",
"si ha coscienza" del proprio essere: un operaio "e" proletario quando
"sa" di essere tale e opera e pensa secando questo suo "sapere" 15 •
15. Antonio Gramsci, Scritti giovanili: 1914-1918, Torino, Einaudi, 1958, pp. 327-
328.
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cmopeo occidental, sino adem;Ís la postulación de unas rígidas leyes
evolutivas objetivas que habrían de regir siempre todo desarrollo so-
cial. La subjetividad de los bolcheviques, con su acción voluntaria y
consciente, ha demostrado que no era necesario someterse a tales
dogmáticos esquemas evolutivos "objetivos". De este modo, para
Gramsci, los revolucionarios rusos representan el auténtico marxis-
mo, que no sería objetivista sino subjetivista.
¿Se equivoca el joven Gramsci al aplaudir la revolución rusa como
la confirmación de que4el marxismo no es una metafísica de la his-
toria, es decir, una teoría de las leyes necesarias y objetivas del desarro-
llo social por etapas determinadas? Entiendo que no, y que en esa
crítica antiobjetivista reside precisamente el máximo acierto de su
posición. No obstante, antiobjetivismo no equivale sin más a subje-
tivismo, y creo que Gramsci los confunde. ¿Cuál sería la diferencia
básica entre ellos? Mientras el subjetivista niega la existencia de
cualquier tipo de realidad material que limite la actividad del puro
sujeto cognoscente-volitivo, el antiobjetivista, en cambio, puede muy
bien ser materialista y afirmar, por tanto, que hay una objetividad
ontológica que excede al sujeto cognoscente-volitivo y lo limita hasta
cierto punto: pero lo que niega es que se pueda conocer exactamente ese
límite objetivo tal como es en sí. El materialismo práctico-crítico de
las Tesis es, como hemos visto, antiobjetivista pero no subjetivista,
pues apuesta precisamente a la capacidad de transformación de la
objetividad material por parte de la subjetividad prdctica, una capaci-
dad de transformación cuyos límites reales existen, pero sólo pueden
conocerse verdaderamente acometiendo esa práctica material misma.
La diferencia con el planteamiento de Gramsci está en que éste parece
esperarlo todo más bien de la subjetividad pura e infinita del prole-
tariado ruso. Confía en que la nueva conciencia revolucionaria lo revo-
lucionará todo por sí misma y por sí misma creará un socialismo con
los máximos niveles de productividad y de felicidad conocidos. Por
eso afirma tajantemente que: "I rivoluzio~ari creeranno essi stessi le
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condizion í nccessarit· fll'l l.t rl'al izzazíonc cor11 pkta l' píl·11a dl'l loro
ideale" 16 •
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realidad lllatni.d, ultima instancia, a pura actividad "práctica" de
t'll
' '
17. Antonio Gramsci, Quaderni del carcere, Torino, Einaudi, 1975, pp. 1493.
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