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C A PÍ TU LO 1
Modelos de cultura
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Cl Señor, quizá esté vivo. Le vi cómo batía
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e las olas y cabalgaba sobre ellas.
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Seguía aflote y rechazaba la embestida
de las aguas, afrontando el oleaje.
Su audaz cabeza descollaba sobre olas
en combate y, remando con brazos vigorosos,
alcanzó la costa.5
nature is made better by no mean/ But nature makes that mean; so over
that art,/Which you say adds to nature, is an a rt/That nature makes ... This
is an arUWhich does mend nature -change it rather, buUThe art itself is
nature.
5. La tempestad, Madrid, Austra l , 1997, pág . 70. S i r, he may live/ «I saw
h i m beat the s u rges under him /And ride upon the i r backs, he trod the
water/ Whose enmity he flung aside, and breasted/The surge most swoln
that met him; his bold head/ ' Bove the contentious waves he kept, a n d
oared/ H imself w i t h his good a rms in lustry stro ke/ To th' shore . .. »
Eagleton atribuye este pasaje a Gonza lo, el viejo consejero, pero son pala
bras de Francisco, uno de los nobles (N. del t.J
material maleable, doblega algo que «pugna», algo antagónico
y resistente a la acción humana. Sin embargo, es esa misma
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resistencia la que le permite actuar sobre ese océano. La natura
leza produce por sí misma los medios para trascenderse, de un
modo parecido al «suplement0» derrideano, contenido ya en
todo aquello a lo que suple. Según veremos más adelante, este
derroche gratuito que denominamos cultura posee una extra
ña necesidad. La naturaleza siempre tiene algo de cultural,
mientras que las culturas se construyen a base de ese tráfico ;;::
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incesante con la naturaleza que llamamos trabajo. La ciudades r
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se levantan con arena, madera, hierro, piedras, agua y otros ele o
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to punto, fue una falsa guerra. Para Matthew Arnold y sus discí
pulos,. Jo opuesto a Ja ruJtura era Ja anarquia que engendraba Ja
propia civilización. Una civilización totalmente materialista,
decían, generaría brutos y resentidos dedicados a arruinarla,
"" pero, refinando a estos rebeldes, la cultura correría al rescate de
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la civilización que provocaba todo ese malestar. Así pues, aun
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o que las conexiones políticas entre los dos conceptos se entrecru
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o zaban, la civilización se transformó en algo totalmente burgués,
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mientras que la cultura acabó siendo patricia y populista, las
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22. Culture and Jmperialism, Londres, 1993, pág. xxix (trad. cast.:
Cultura e imperialismo, Barcelona, Anagrama, 1993).
La primera variante importante de la palabra «cultura»
implica una crítica anticapitalista; la segunda restringe a la par
32 que pluraliza la noción al asociarla con una forma de vida com
pleta; la tercera implica su gradual reducción a las artes, pero
aún en este caso la palabra puede tener un significado más res
tringido o más amplio: puede abarcar la actividad intelectual
en general (la ciencia, la filosofia, la sabiduria y cosas así) o que
dar reducida a empresas presuntamente más «imaginativas»
<! corno la música, la pintura y la literatura. La gente «cultivada»
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es gente que tiene cultura en este sentido más espeáfico. Desde
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o luego, entendida así, la palabra insinúa un desarrollo histórico ,
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o dramático. Sugiere, para empezar, que la ciencia, la filosofia, la
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política y la economía no se pueden considerar algo creativo o
imaginativo. También sugiere -para plantearlo de la forma más
sombría- que los valores «civilizados» sólo son alcanzables por
medio de la fantasía F.sto supone, desde luego, una visión dema
siado cáustica de la realidad social: la creatividad se podia encon
trar en el arte, pero lpor qué no se podía encontrar en otro sitio?
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de mercado.
Lo que aquí está en cuestión, pues, no es exactamente la cul
tura, sino una selección particular de valores culturales. Ser civi
lizado o cultivado es haber sido agraciado con sentimientos
refinados, con pasiones bien temperadas, con modales adecua
dos y con un espíritu abierto. Fs comportarse razonable y mode s::
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radamente, con una sensibilidad innata para los intereses de los rn
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otros; es practicar la autodisciplina y estar dispuesto a sacrificar t:J
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23. On the Aesthetic Education of Man, pág. 141 ( trad. cast. cit., pág.
173).
24. Jbíd., pág. 146 <trad. cast.: pág. 1 7 6 ) .
25. lbíd., pág. 151 (trad. cast.: pág. 178) .
En ambos casos, parece haber un salto constitutivo entre la cul
tura y su encarnación material. La polivalencia estética nos ins-
pira acciones que la contradicen con su carácter selectivo y 37
espeáfico.
La palabra «cultura» encierra un texto histórico y filosófico,
pero también un terreno de conflicto polític;o. Tal como lo plan
tea Raymond Williams: «El complejo de sentidos [de la palabra]
indica una argumentación compleja sobre las relaciones entre
el desarrollo humano general y un modo determinado de vida, s:
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y entre ambos y las obras y prácticas del arte y la inteligencia».26 rn
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De hecho, ésa es la historia trazada por Williams en su Culture o
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and Society 1780-1950, donde cartografía la versión autóctona r::;
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inglesa de la Ku!turphi!osophie europea Esta línea de pensamien "'
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consagradas, así corno las instituciones que las producen. las dis
tribuyen y las regulan. Con este sentido relativamente reciente
de la palabra, la cultura es, a la v� un síntoma y un remedio. Si
es un oasis de valor y, por tanto, ofrece una especie de solución.
Pero si la educación y las artes son los únicos reductos de creativi
dad que sobreviven. entonces sí que tenernos un grave problema
lEn qué condiciones sociales la creatividad llega a confinarse a la
música y la poesía, mientras que la ciencia, la tecnología, la polí
tica, el trabajo y la vida doméstica se convierten en algo terrible
mente prosaico? En fin, sobre esta noción de cultura cabe
plantear lo que Marx ya afirmó sobre la religión: lPuede tanta
trascendencia compensar tan terrible alienación?
Pero, aunque esta idea minoritaria de cultura sea un sínto
ma de una crisis histórica, también es un tipo de remedio.
Corno la cultura en tanto forma de vida, este modelo da tono y
textura a la abstracción ilustrada de la cultura corno civiliza
ción. En las corrientes más fértiles de la crítica literaria inglesa,
de Wordsworth a Orwell, lo que proporciona un buen índice
de la calidad de la vida social corno un todo son las artes y espe
cialmente las artes del lenguaje común. Pero si en este sentido
de la palabra la cultura posee la inmediatez sensible de la cultu-
ra como forma de vida, también hereda la predisposición nor
mativa de la cultura como civilización. Las artes pueden refle
40 jar la vida valiosa, pero también son la medida de ella Las artes
dan expresión a ese tipo de vida, pero también la juzgan. Y así,
unen realidad y deseo de un modo parecido a como lo hace la
política radical
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