Ignora el contexto de las personas, familias (determinantes de la salud.)
Genera brechas en el cuidado de la salud (grupos poblacionales, problemas de salud). Compite y debilita otros programas de salud no priorizados. Diversidad de interpretaciones del APS. Segmentación de sectores públicos y privados. Participación comunitaria limitada. Falta de sostenibilidad financiera. Una rectoría y liderazgo débil en defensa de la salud.