Está en la página 1de 25

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu

Santo. Amén.

(Invocamos la presencia del Espíritu Santo y hacemos


un Acto de Contrición, pidiendo a Dios, con profundo
arrepentimiento, perdón por nuestros pecados)

ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO


(San Agustín)
Espíritu Santo, inspíranos, para que pensemos
santamente.
Espíritu Santo, incítanos, para que obremos
santamente.
Espíritu Santo, atráenos, para que amemos las cosas
santas.
Espíritu Santo, fortalécenos, para que defendamos las
cosas santas.
Espíritu Santo, ayúdanos, para que no perdamos nunca
las cosas santas.
Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN
Dios mío, me arrepiento de todo corazón de haberte
ofendido, porque eres infinitamente bueno. Dame tu
santa gracia para no ofenderte más. Amén.

¡Señor, que anduviste camino tan penoso cargando


la Cruz, en que te ofreciste víctima por nuestras
iniquidades! ¿Cómo andaré yo tan costosa jornada
llevando sobre mí el peso de mi maldad, si Tú, Señor,
no me ayudas?
¡Pequé!, me agobian mis culpas y no puedo subir
con ellas la Santa Cuesta.
Se me parte el corazón de pensar en mis pecados,
pero sé que conduces por este bendito sendero al
que, arrepentido, se acoge a tu misericordia. ¡Dame
la mano, Señor!... Te lo pido por la angustia que pasó
tu Santísima Madre al verte en la calle de la
Amargura. Amén.
PRIMERA ESTACIÓN
JESÚS ES CONDENADO A MUERTE

Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí,
pecador. Amén.

Bendito y alabado sea para siempre tan gran Señor


Y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor.

¡Oh, Jesús mío!, tu silencio me enseña a llevar las


contradicciones con paciencia.

Señor, pequé, ten misericordia de mí.


Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María 1 Gloria


SEGUNDA ESTACIÓN
JESÚS VA CARGANDO CON LA CRUZ

Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí,
pecador. Amén.

Bendito y alabado sea para siempre tan gran Señor


Y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor.

Esta Cruz, ¡Jesús mío!, debería ser mía; mis


pecados te crucificaron.

Señor, pequé, ten misericordia de mí.


Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María 1 Gloria


TERCERA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ BAJO LA CRUZ

Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí,
pecador. Amén.

Bendito y alabado sea para siempre tan gran Señor


Y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor.

¡Jesús mío!, por esta primera caída, no me dejes


caer en pecado mortal.

Señor, pequé, ten misericordia de mí.


Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María 1 Gloria


CUARTA ESTACIÓN
JESÚS ENCUENTRA A SU AFLIJIDÍSIMA MADRE

Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí,
pecador. Amén.

Bendito y alabado sea para siempre tan gran Señor


Y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor.

Que ningún afecto humano, ¡Jesús mío!, me impida


seguir en el camino de la Cruz.

Señor, pequé, ten misericordia de mí.


Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María 1 Gloria


QUINTA ESTACIÓN
SIMÓN EL CIRINEO AYUDA A JESÚS

Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí,
pecador. Amén.

Bendito y alabado sea para siempre tan gran Señor


Y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor.

¡Jesús mío!, que yo acepte con resignación


cualquier prueba que sea tu voluntad enviarme.

Señor, pequé, ten misericordia de mí.


Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María 1 Gloria


SEXTA ESTACIÓN
LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí,
pecador. Amén.

Bendito y alabado sea para siempre tan gran Señor


Y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor.

Imprime, oh, ¡Jesús mío!, tu Sagrado Rostro sobre


mi corazón y concédeme que nunca sea borrado
por el pecado.

Señor, pequé, ten misericordia de mí.


Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María 1 Gloria


SÉPTIMA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí,
pecador. Amén.

Bendito y alabado sea para siempre tan gran Señor


Y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor.

Que esta segunda caída, ¡Jesús mío!, me libre de


recaer en la culpa.

Señor, pequé, ten misericordia de mí.


Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María 1 Gloria


OCTAVA ESTACIÓN
JESÚS ENCUENTRA A LAS MUJERES DE
JERUSALÉN

Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí,
pecador. Amén.

Bendito y alabado sea para siempre tan gran Señor


Y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor.

Mi mayor consuelo, ¡Jesús mío!, sería oírte decir:


“Muchos pecados te son perdonados, porque has
amado mucho”.

Señor, pequé, ten misericordia de mí.


Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María 1 Gloria


NOVENA ESTACIÓN
JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí,
pecador. Amén.

Bendito y alabado sea para siempre tan gran Señor


Y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor.

Cuando me sienta cansado, ¡Jesús mío!, en el


camino de la vida, sé Tú mi sostén y mi
perseverancia en los trabajos.

Señor, pequé, ten misericordia de mí.


Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María 1 Gloria


DÉCIMA ESTACIÓN
JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDOS

Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí,
pecador. Amén.

Bendito y alabado sea para siempre tan gran Señor


Y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor.

Despójame, ¡Jesús mío!, del afecto a las cosas


terrenas y revísteme de la túnica de contrición y de
penitencia.

Señor, pequé, ten misericordia de mí.


Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María 1 Gloria


UNDÉCIMA ESTACIÓN
JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ

Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí,
pecador. Amén.

Bendito y alabado sea para siempre tan gran Señor


Y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor.

Enséñame, ¡amado Jesús mío!, a perdonar las


injurias y a olvidarlas.

Señor, pequé, ten misericordia de mí.


Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María 1 Gloria


DUODÉCIMA ESTACIÓN
JESÚS MUERE EN LA CRUZ

Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí,
pecador. Amén.

Bendito y alabado sea para siempre tan gran Señor


Y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor.

Ya estás en la agonía, ¡Dulce Jesús mío!, pero tu


Sagrado Corazón late de amor por los pobres
pecadores.

Señor, pequé, ten misericordia de mí.


Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María 1 Gloria


DECIMA TERCIA ESTACIÓN
JESÚS ES BAJADO DE LA CRUZ Y PUESTO EN
LOS BRAZOS DE SU SANTÍSIMA MADRE

Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí,
pecador. Amén.

Bendito y alabado sea para siempre tan gran Señor


Y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor.

Recíbeme en tus brazos, ¡oh, afligida Madre!, y


concédeme un verdadero y sincero dolor de mis
pecados.

Señor, pequé, ten misericordia de mí.


Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María 1 Gloria


DECIMA CUARTA ESTACIÓN
JESÚS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO

Te adoramos, oh, Cristo, y te bendecimos.


Porque con tu Santa Cruz redimiste al mundo y a mí,
pecador. Amén.

Bendito y alabado sea para siempre tan gran Señor


Y su Santísima Madre que padeció tan gran dolor.

Cuando yo, ¡Jesús mío!, te reciba en mi corazón en


la Sagrada Eucaristía, haz que sea una digna
morada para recibirte.

Señor, pequé, ten misericordia de mí.


Pecamos y nos pesa, ten misericordia de nosotros.

1 Padre Nuestro, 1 Ave María 1 Gloria


Para ganar las indulgencias concedidas al rezo del
Santo Vía Crucis, pidamos por las intenciones y
necesidades del Sumo Pontífice, el Papa Francisco.

1 Padre Nuestro,
1 Ave María,
1 Gloria

Que el Señor le de sabiduría para iluminar a los


pueblos y rectitud para santificar a la Iglesia. Amén.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.


Amén.
SEMANITA DOLOROSA A LA
VIRGEN DE LA SOLEDAD
Virgen de la soledad, mi espejo y mi luz.
Tú, que te quedaste sola al pie de la cruz.
Sola te pusieron, sola te dejaron.
Remedia, Señora, nuestras necesidades, por el amor
de Dios.

Lunes: Padre Nuestro (5)


Martes: Ave María (5)
Miércoles: Salve (5)
Jueves: Credo (5)
Viernes: Santo Sudario (5)

ORACIÓN DEL SANTO SUDARIO


Señor, Dios, que nos dejaste la señal de tu pasión en la
sábana en la cual fue envuelto tu cuerpo santísimo,
cuando por manos de José fuiste bajado de la cruz,
concédenos, Señor, ¡oh piadosísimo Señor!, que por tu
muerte y sepultura santa sean llevadas las almas del
purgatorio a la gloria de la resurrección, por el mismo
Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.

Sábado: Se le hace la petición a la Santísima Virgen,


de la necesidad que
solicitamos su remedio.

Domingo: Se le da gracias por el favor recibido.


ORACIONES

PADRE NUESTRO:
Padre nuestro,
que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.

Danos hoy nuestro pan de cada día;


perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén

AVE MARIA:
Dios te salve, María,
llena eres de gracia,
el Señor es contigo,
bendita, Tú eres, entre todas las mujeres
Y bendito es el fruto de tu vientre, Jesús.

Santa María,
Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora, y en la hora de nuestra muerte. Amén.
GLORIA:
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
Como era en el principio,
ahora, y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.

SALVE:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia,
vida, dulzura y esperanza nuestra;
Dios te salve.
A Tí llamamos los desterrados hijos de Eva;
a Tí suspiramos, gimiendo y llorando,
en este valle de lágrimas.
Ea, pues, Señora, abogada nuestra,
vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos;
y después de este destierro muéstranos a Jesús,
fruto bendito de tu vientre.
¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María!.
Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios,
para que seamos dignos de alcanzar
las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
CREDO:
Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo su único Hijo Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo.
Nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato,
fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los
infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios
Padre, todopoderoso.
Desde allí va a venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo, la Santa Iglesia católica
la comunión de los santos, el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne y la vida eterna. Amén.
ALGUNAS INDICACIONES PARA REZAR ESTE
SANTO VÍA CRUCIS.

 Rezar el Vía Crucis, con devoción (amor, fervor y


veneración) a Jesucristo que se entrega por
nosotros, pecadores, para reconciliarnos con Su
Padre.

 Después de la Santa Misa, podemos decir que el Vía


Crucis es una de las principales devociones del
cristiano y medio eficacísimo, no sólo de honrar la
pasión y muerte del Hijo de Dios, sino también de
convertir a los pecadores, enfervorizar a los tibios y
adelantar a los justos en la virtud. Recémoslo con
frecuencia, preferentemente todos los martes y
viernes y pidamos en el ofrecimiento, por la
conversión de los pecadores y por las almas del
purgatorio.

 En cada estación del Vía Crucis, al rezar las


jaculatorias “Te adoramos, oh, Cristo y te
bendecimos…”, “Bendito y alabado sea para
siempre tan gran Señor…” y en el Gloria, hacemos
una inclinación de cabeza, con profunda
reverencia*. Esto es, con el fin de rendirle a Dios,
Trinidad Santísima, la gloria, alabanza, y el honor
que merece.
* La reverencia nos acerca más a Dios, nos lleva a una
silenciosa transformación en la vida. Si somos
reverentes, el Señor derramará su Espíritu sobre
nosotros con mayor abundancia.

También podría gustarte