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Un Padre esperaba ansioso el nacimiento de su bebé, por

supuesto quería que sea un varón. Grande fue su


desilusión cuando llegó al mundo “Anita”.

Quedó un poco desilusionado pero al poco tiempo Anita se


ganó el corazón de su papá, tanto que se hicieron muy
buenos amigos.

Ya cuando Anita iba creciendo, siempre manifestaba su


gran deseo de cumplir los 15 años, y decía a su padre.
Papá cuando cumpla 15… ¿qué me vas a regalar?, a lo
cual su padre respondía, aun no se hija, aun no sé.. pero seguro que será algo hermoso.

Anita cada vez se hacía más grande y siempre anhelaba cumplir sus 15 años, era su gran ilusión. De tanto
en tanto la pregunta de Anita volvía.. ¿Papi que me vas a regalar cuando cumpla mis 15? Será algo hermoso
hija de eso no tengas dudas le respondía su padre.

Un día Anita y sus padres fueron a la Iglesia, a solo una semana de su tan anhelado cumpleaños de 15, al
llegar al auditorio, Anita tropezó por una silla que estaba en el salón, unos pasos más y Anita volvió a
tropezar, luego.. antes de tomar su asiento Anita cayó desvanecida en el suelo. Sus padres, asustados la
levantaron y la llevaron inmediatamente al Hospital más cercano, lo atendieron de urgencia, entró a la sala y
después de 5 largos minutos, salió el Médico diciendo que si en 48 horas no se consigue un nuevo corazón
para Anita, ella moriría.

Sus padres inmediatamente hicieron todos los trámites necesarios para conseguir el nuevo corazón para
Anita, llegaron a las entidades de beneficencia para pedir ayuda, pero no se conseguía el corazón para la
niña, ya pasaron 24 horas y nada.

Después de un tiempo llegó la GRAN NOTICIA, se había encontrado un corazón para ella.

La operación fue exitosa y a pocos días ella estaba dada de alta y podía salir del Hospital.

Una vez en casa Anita, dijo.. ¿dónde está papá?, que hace rato que no lo veo, su madre con lágrimas en los
ojos entrego a Anita un sobre con una carta adentro donde decía.

Querida hija.

Tu gran anhelo siempre fue cumplir tus 15 años, ¿verdad?, bueno ya se acerca el día, y siempre
quisiste saber cual era el regalo que te iba hacer.

Hijita, quiero decirte que te he dado el regalo mas valioso que podía darte para este día tan especial
para ti, te di MI CORAZÓN, si.. MI CORAZÓN, ese que está hoy latiendo dentro tuyo para que tengas
vida.

Y quiero que sepas que siempre estaré contigo estés donde estés, y cuando te sientas sola,
simplemente siente la brisa del viento cuando llega a tu rostro, que ese seré yo acariciándote.

Firma: Tu papá
El árbol de las preocupaciones:

Un rico comerciante contrató a un carpintero para restaurar una antigua casa colonial. Como el
comerciante era de esas personas a las que les gusta tener todo bajo control y le preocupaba
que el trabajo no quedase bien, decidió pasar un día en la casa, para ver cómo iban las obras.

Al final de la jornada, se dio cuenta de queel carpintero había trabajado mucho, a pesar de que
había sufrido varios contratiempos. Para completar el día de mala suerte, el coche también se
negó a funcionar así que el empresario se ofreció para llevarle a casa.

El carpintero no habló durante todo el trayecto, visiblemente enojado y preocupado por todos
los contratiempos que había tenido a lo largo del día. Sin embargo, al llegar invitó al
comerciante a conocer a su familia y a cenar, pero antes de abrir la puerta, se detuvo delante de
un pequeño árbol y acarició sus ramas durante pocos minutos.

Cuando abrió la puerta y entró en la casa, la transformación era radical: parecía un hombre feliz.
La cena transcurrió entre risas y animada conversación. Al terminar la velada, el carpintero
acompañó al comerciante al coche. Cuando pasaron por delante del árbol, este le preguntó:

- ¿Qué tiene de especial ese árbol? Antes de entrar estabas enojado y preocupado y después de
tocarlo eras otro hombre.

- Ese es el árbol de los problemas – le respondió el carpintero. – Soy consciente de que no


puedo evitar los contratiempos en el trabajo pero no tengo por qué llevarme las preocupaciones
a casa. Cuando toco sus ramas, dejo ahí las preocupaciones y las recojo a la mañana siguiente,
cuando regreso al trabajo. Lo interesante es que cada mañana encuentro menos motivos para
preocuparme que los que dejé el día antes.

Esa noche, el rico comerciante aprendió una de las lecciones más valiosas de su vida.
POR QUÉ EL AMOR ES CIEGO
Cuentan que una vez se reunieron en un lugar de la tierra todos los sentimientos y cualidades de los hombres.
Cuando el aburrimiento había bostezado por tercera vez, la locura como siempre tan loca, les propuso: ¿vamos a
jugar a las escondidas?
La intriga levantó la ceja intrigada y la curiosidad sin poder contenerse preguntó: "a las escondidas ... y ¿eso cómo
es?"
"Es un juego - explicó la locura - en que yo me tapo la cara y comienzo a contar desde uno hasta un millón
mientras ustedes se esconden y cuando yo haya terminado de contar, el primero de ustedes que encuentre,
ocupará mi lugar para continuar el juego".
El entusiasmo bailó entusiasmado, secundado por la euforia, la alegría dio tantos saltos que terminó por
convencer a la duda, e incluso a la apatía, a la que nunca le interesaba nada. Pero no todos quisieron participar.
La verdad prefirió no esconderse. ¿Para que? Si al final siempre la hallaban. Y la soberbia opinó que era un juego
muy tonto (en el fondo lo que la molestaba era que la idea no hubiera sido de ella) y la cobardía prefirió no
arriesgarse.
Uno, dos, tres ... Comenzó a contar la locura. La primera en esconderse fue la pereza, que como siempre tan
perezosa, se dejó caer tras la primera piedra del camino. La fe subió al cielo y la envidia se escondió tras la sombra
del triunfo que con su propio esfuerzo había logrado subir a la copa del árbol mas alto.
La generosidad casi no alcanza a esconderse. Cada sitio que hallaba le parecía maravilloso para alguno de sus
amigos. ¿Que si un lago cristalino? Ideal para la belleza. ¿Que si una rendija de un árbol? Perfecto para la timidez.
¿Que si el vuelo de una mariposa? Lo mejor para la voluptuosidad. ¿Que si una ráfaga de viento? Magnífico para
la libertad .... Así terminó por acurrucarse en un rayito de sol.
El egoísmo en cambio encontró un sitio muy bueno desde el principio: airado, cómodo, pero solo para él. La
mentira se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en realidad se escondió detrás del arcoiris) y la pasión y
el deseo en el centro de los volcanes. El olvido ... se me olvidó donde se escondió el olvido.. pero eso no es lo más
importante.
Cuando la locura contaba 999.999 el amor aun no había encontrado sitio para esconderse, pues todo lo
encontraba ocupado ... Hasta que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores.
Un millón contó la locura y comenzó a buscar.
La primera en aparecer fue la pereza, a sólo tres pasos detrás de una piedra. Después escuchó a la fe hablando
con Dios en el cielo con convicción, y la pasión y el deseo los sintió en el vibrar de los volcanes.
En un descuido encontró a la envidia y claro pudo deducir donde estaba el triunfo.
Al egoísmo no tuvo ni que buscarlo: el solito salió disparado de su escondite, que había resultado ser un nido de
avispas. De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a la belleza. Con la duda, resultó más fácil
todavía, pues la encontró sentada sobre una cerca, sin decidir aun de que lado esconderse. Así fue encontrando a
todos, al talento entre la hierba fresca, a la angustia en una oscura cueva, a la mentira detrás del arcoiris (mentira
, si estaba en el fondo del mar) y hasta al olvido que ya se había olvidado que estaba jugando a las escondidas.
Pero sólo el amor no aparecía en ningún sitio. La locura buscó detrás de cada árbol, bajo cada arroyito del
planeta, en cada cima de las montañas y cuando estaba al darse por vencida, divisó un rosal y pensó: el amor
como siempre tan cursi, seguro se escondió entre las rosas. Tomó una horquilla y comenzó a mover unas ramas,
cuando de pronto un doloroso grito se escuchó.
Las espinas habían herido en los ojos al amor. la locura no sabía que hacer para disculparse: lloró, rogó, imploró,
pidió perdón y hasta prometió ser su lazarillo.
Desde entonces, desde que por primera vez se jugó en la tierra a las escondidas, el amor es ciego y la locura
siempre lo acompaña.

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