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A partir de este año del 2017 y tomando como base el 110 aniversario de la primera
escuela formadora de profesores de educación física, se irán presentando algunos aspectos
que consideramos sobresalientes acerca de la historia de la educación física mexicana y por
ello, iniciamos con unos breves antecedentes relativos a los primeros cursos e iniciativas que
sobre educación física que se impartieron en nuestro país, para posteriormente, iniciar con
los puntos sobresalientes de la Escuela Magistral.
ANTECEDENTES
Durante los últimos años del gobierno de Juárez en 1870 se realizaron nuevos
esfuerzos para mejorar y ordenar el trabajo educativo en el México independiente y posterior
a las Leyes de Reforma, en donde ya sin tantos problemas de luchas intestinas y durante un
periodo de paz, algunos de los principales o más destacados maestros del país, identificaron
tres grandes problemas educativos: el problema del método didáctico, la enseñanza objetiva
y la educación integral.
Para efectos de este trabajo, nos enfocaremos al tercer problema, la educación
integral, ya que dentro de esta se encuentra ubicada a la educación física, correspondiendo a
Antonio P. Castilla hacer la revisión pedagógica en la materia, en donde, luego de largas
discusiones al respecto, se concluyó que:
…el objetivo de la educación integral era proporcionar una cultura general lo más amplia
posible, sin descuidar ninguno de los aspectos de formación del ser humano. Por eso figuraban en los
planes de estudio materias humanísticas, asignaturas de especialidad y actividades que, como la
educación física y las de formación estética propiciaban el desarrollo integral del hombre; todo ello
respetando siempre la personalidad del educando y tratando de programar las diferentes asignaturas
de acuerdo con la edad del estudiante.
Del mismo modo, se preocupó también por la formación de maestros, ya que la gran
mayoría de los que había (6,000 de los 8000 existentes), carecían de preparación específica
para la docencia.
Destacando en este espacio, que Díaz Covarrubias señaló la necesidad de incluir
ejercicios gimnásticos en las instituciones en las que se atendía la instrucción elemental, así
como la de mejorar las condiciones higiénicas de los edificios escolares.
A partir de 1880, llega a la Secretaría de Justicia e Instrucción Pública Ezequiel
Montes, quien se declara contario a la ideología dominante del momento, el positivismo, e
inicia una reforma educativa más liberal, dos años más tarde y debido a los frutos alcanzados
hasta ese momento de su administración, se consideró necesario integrar un criterio general
para normar las condiciones higiénicas y pedagógicas básicas que pudieran garantizar la
realización de las tareas educativas, organizándose un congreso (Congreso Higiénico
Pedagógico 1882) en el que participaron destacados maestros y médicos experimentados,
diseñándose para el efecto la siguiente temática a revisar: condiciones higiénicas de los
edificios escolares, modelo de mobiliario escolar para satisfacer las exigencias de higiene,
características de los libros y útiles escolares, métodos de enseñanza, distribución diaria del
trabajo escolar y las precauciones a tomar para prevenir enfermedades contagiosas.
De lo anterior, se llegó -entre otras y para el interés de este trabajo- a las siguientes
conclusiones: la orientación de los edificios y salones de clase debe estar convenientemente
orientados, es necesario un espacio abierto para patio de juegos en cada escuela, el método
de enseñanza que conviene adoptar es el que propone cultivar todas las facultades físicas,
intelectuales y morales del niño. Los ejercicios deben ser graduados, para desarrollar cada
facultad, la distribución diaria del trabajo escolar debe considerar el crecimiento anímico y
corporal de los niños.
Durante ese mismo año de 1882, se da un cambio en el gabinete presidencial,
designándose a Joaquín Baranda como nuevo titular de instrucción pública y quien se
mantuvo en el cargo por poco más de 18 años, permitiéndole esta situación el ver fructificar
muchas de sus políticas educativas, disponiendo del tiempo necesario para su debida
implementación y un seguimiento adecuado a las mismas, además de poder reunir un
magnífico equipo de trabajo entre los que destacan Enrique Rébsamen, Carlos A. Carrillo,
Justo Sierra, Alberto Correo y otros más.
Fue durante su gestión que en el estado de Veracruz dio inicio la reforma pedagógica
que se le encargo a Rébsamen y que se relata a continuación:
De acuerdo con Curiel (1999):
Los intentos sistemáticos y formales de la educación normal se iniciaron con los avances
pedagógicos de la Escuela Modelo de Orizaba, fundada por Enrique Laubscher, maestro de gran
vocación. En ella experimentó con éxito un novedoso plan de estudios y métodos de enseñanza para
la instrucción primaria apoyado en los principios de la enseñanza objetiva… En 1885 se incorporó a
la Escuela Modelo de Orizaba el eminente pedagogo suizo Enrique C. Rébsamen que contribuyó a la
importante tarea de Laubscher atendiendo los cursos de pedagogía…Rébsamen inició su obra
pedagógica con la fundación de una Academia Nacional, con cursos de perfeccionamiento para
profesores. El proyecto y la organización eran avanzados para su época y marcaron rumbos de
trascendencia para la pedagogía mexicana contemporánea. La enseñanza de ciencias pedagógicas
fue impartida por Rébsamen, la de cursos prácticos por Laubscher. El alumnado de la Academia se
integró con profesores provenientes de diversas regiones.
Fue tal el éxito de la recién creada Academia, que tuvo repercusión inmediata en todo el
país, lo que dio lugar a la creación de otras escuelas normales, dando así por iniciada la
educación normalista mexicana sistemáticamente organizada, siendo el propio Rébsamen el
encargado de implantarla en otros estados, dando por resultado que para 1900, ya funcionaran
45 escuelas normales en el país, lo que le llevó a que, para 1901, fuese nombrado director
general de enseñanza normal.
La concepción educativa de Rébsamen se apoyaba en autores de la
pedagogía alemana (Herbart, Ziller, Diesterweg, Froebel y Kehr), de la
francesa (Rousseau y Jacotot), de la inglesa (Spencer y Bain) y desde
luego, de la pedagogía suiza (Pestalozzi y Giart). Por ello, Rébsamen
consideraba su doctrina ecléctica ya que manejaba las reformas y las
aportaciones más trascendentales de las diversas tendencias
pedagógicas de la época.
Ya para 1889, el nivel de instrucción pública se había elevado
notablemente, por lo que fue necesario unificar a todos los sistemas educativos estatales en
uno solo concibiendo para ello la realización de un magno congreso de instrucción en donde
se discutieran los problemas más importantes que México tenía en materia educativa para
encontrar las mejores soluciones, invitando a todos los Estados a que enviaran a sus
representantes, logrando reunir en la capital del país a los docentes más importantes del
momento. Fue tan grande el valor de este primer congreso nacional, que se le denominó por
el propio Baranda el Congreso Constituyente de la Enseñanza, teniendo lugar del 1 de
diciembre de 1889, hasta el 31 de marzo de 1890. Entre los más destacados miembros de la
mesa directiva estuvieron Enrique Rébsamen, Justo Sierra, Luis E. Ruiz y Manuel Cervantes
Ímaz.
Durante este congreso tuvieron lugar 19 comisiones dictaminadoras de los diferentes
trabajos discutidos y luego se agregaron 7 comisiones más, conformándose de esta manera
26 grupos de trabajo que resolvieron las 67 preguntas temáticas que se sometieron a estudio.
El informe final estuvo a cargo de Luis E. Ruiz en su carácter de secretario de la mesa
directiva del congreso, obteniendo 124 resoluciones aprobadas y las propuestas para su
cumplimiento.
Entre otras tantas y en el interés de este trabajo, se comentarán algunas relacionadas con
el tema que nos ocupa acerca de la educación física, por lo que, dentro de la enseñanza
elemental obligatoria se acordó incluir la asignatura de gimnasia, mientras que, para la
Escuela de Párvulos, se destinaba a los niños entre 4-6 años y cuyo objetivo era favorecer su
desenvolvimiento físico, intelectual y moral, incluyendo para ello las asignaturas de juegos
libres y juegos gimnásticos; en tanto que, para la instrucción primaria elemental y superior
se contemplaban las asignaturas de gimnasia y ejercicios militares.
Por otra parte, el 6° tema se refirió a Trabajos Manuales y Educación Física, en donde se
concluyó que además de los ejercicios militares y como medios de educación física, son
indispensables los juegos al aire libre y los ejercicios gimnásticos.
Con lo anterior, se despertó un gran entusiasmo entre el magisterio y con las autoridades
educativas, lo que dio pie a que se organizara un nuevo congreso para finales de ese mismo
año, concluyendo, como en el primer caso, al año siguiente (1891), agregándose a los temas
tratados en el primer congreso, los de educación normal, instrucción preparatoria y escuelas
especiales, de donde se alcanzaron 83 resoluciones aprobadas , de las cuales destacan que el
método que se emplee no sólo procure la transmisión de conocimientos, sino que a la vez
promueva el desenvolvimiento integral de las facultades de los alumnos, enfatizando
nuevamente el valor e importancia de una educación integral.De igual manera, se destacó la
importancia de la formación de maestros, declarándose necesaria la formación pedagógica
del futuro docente y la participación de tantos maestros como grupos y escuelas existieran.
Como fue posible apreciar con este breve recorrido de antecedentes, fueron muchas y
muy importantes las aportaciones que en materia de educación física y de la formación de
los docentes para poder estar en posibilidades de ofrecer una mejor educación a la gran
mayoría de la población y que, además, sirvieron de base para la creación de la Escuela
Magistral de Esgrima y Gimnasia, con lo que se confirma que su creación no fue obra de la
casualidad o de un simple interés particular, sino más bien, una consecuencia lógica del
proceso que se venía gestando 37 años atrás.
En ocasión de que el centro que el profesor Merignac había fundado en Argentina llevaba
el nombre de Escuela Magistral de Esgrima y Gimnasia, se decidió darle el mismo nombre
en nuestro país.
Como parte del reglamento interior, se decidió que dicha institución preparar en tres
años a profesores titulados, los que con grado de teniente y con el título de Profesor de
Esgrima y Gimnasia, pasarían comisionados a las corporaciones militares y escuelas
oficiales para impartir enseñanza y práctica de la Esgrima, Tiro, Gimnasia y otros deportes
e instrucción militar.
La escuela se ubicó en un antiguo edificio del centro de la ciudad de México, ubicado
en la actual calle de Isabel la Católica #59 frente a la biblioteca nacional y que hoy subsiste
como un negocio de artículos de piel. Este local contaba con tres pisos, en la planta baja se
creó la escuela que contaba con un espacio para gimnasio y contaba con una barra fija, anillos,
caballo transversal, espalderas, cables con nudos y lisos, trapecio y otros equipos para la
práctica de la gimnasia, en la misma planta baja se destinó un espacio para vestidores, el
salón de estudios y una sala de armas para la práctica de las diversas modalidades de la
esgrima: florete, espada y sable.
En el primer piso se destinó un espacio para los servicios sanitarios y se adecuó una
sala de armas particular para el director Merignac y algunas personalidades de la época tales
como David Rincón Gallardo, José Ives Limantour y otros.
Mientras que el segundo piso se destinó a las habitaciones del propio Luciano
Merignac.
Tanto la secretaría de guerra como de instrucción pública, cada una por su lado,
publicaron una convocatoria los requisitos que se solicitaban a los aspirantes de ingreso, por
lo que cada una tuvo interese diferentes, ofreciendo 15 espacios llamados de número para
que fueran ocupados por los alumnos de planta (alumnos numerarios) y 5 lugares más para
aquellos alumnos que fueran ocupando las vacantes que se presentaran (supernumerarios).
La convocatoria de la secretaría de instrucción pública se dio a conocer el 28 de enero
de 1908, manifestando que la escuela tenía como objeto formar profesores de asignatura,
estableciendo los requisitos de contar de 17 a 21 años de edad, justificar que se cuenta con la
instrucción primaria superior o estudios de secundaria y tener buena conducta, constitución
robusta y no padecer de ninguna lesión orgánica y presentar autorización del padre o tutor,
así como un escrito dirigido al director de la escuela, señalándose asimismo que la duración
de los estudios sería de tres años y se cursarían las asignaturas de manejo de florete, sable y
espada, gimnasia sueca, natural y de aparatos, anatomía, fisiología, masoterapia, primeros
auxilios, lucha olímpica, boxeo, atletismo, cultura física con pesas, excursionismo, psicología
y pedagogía aplicada entre otras más; y, que al terminar sus estudios, recibirían un diploma
que los acreditase, para que a juicio de la propia secretaría, se les contratara para dar sus
servicios en los planteles que se les asignara.
Durante el primer año de existencia de la escuela, ésta tuvo la dependencia de las cos
secretarías citadas, sin embargo, la secretaría de instrucción pública desistió su participación
y quedó exclusivamente en manos de la secretaría de guerra.
Para el 24 de febrero de 1908 se hace la inauguración oficial de los cursos estando
presentes las altas autoridades en primer lugar, el vicepresidente de México Ramón Corral,
Manuel González Cosío, Secretario de Guerra y Marina de así como el director Luciano
Merignac y el subdirector Ángel Escudero.
El inicio de clases fue el 3 de marzo y su plan de estudios fue similar al de la Escuela
de Joinville-Le Pont de Francia, proveniente de la famosa escuela de Francisco Amorós, uno
de los máximos impulsores de la Gimnasia de esa época en Europa y que se caracterizaba
por un enfoque militar como en muchas partes del mundo, pero también con la tendencia
hacia una nueva pedagogía.
La escuela tuvo algunas participaciones especiales destacando la celebración del
primer centenario de la Independencia, motivo por el cual se organizaron unos eventos
deportivos a nivel nacional, comprendiendo deportes como atletismo, boxeo, esgrima, lucha
y gimnasia en aparatos, obteniendo los alumnos de la escuela la mayoría de los triunfos.
Lamentablemente y debido fundamentalmente a la situación de la lucha armada que
dio inicio en 1910, sólo permitió que esta escuela tuviera dos generaciones de alumnos
(64valumnos en total), muchos de los cuales perdieron la vida durante la revolución. Sin
embargo, entre los sobrevivientes y muy destacados egresados de esa primera escuela se
pueden mencionar a Tirso Hernández García (que años después tendría un papel decisivo en
el desarrollo de la educación física nacional), Oscar Mauro Camacho, Alfonso Guerrero
Cortés, Antonio Lazcano, Juan Soto Arruti, Teodoro Ávila Becerril, Mario González de la
Rosa, Carlos Gómez Scalan, Alfredo A. Ramos Fernández, Amado Jordán, entre otros.
Es así como se cerró la primer escuela, pero con ello se dio inicio a una gran historia
que llega hoy a sus 110 años de vida.
Fuentes de Información y consulta
1. Bazant, M. (1995), Historia de la Educación durante el Porfiriato: los
Congresos de Instrucción, Colegio de México, México.
2. Betancor, M. y Vilanou, C. (1995), Historia de la Educación Física y el
Deporte a través de los textos, PPU, Barcelona.
3. Curiel M. (1999), La Educación Normal, capítulo XIII del libro Historia de
la Educación Pública en México, de Solana, Bolaños, et. Al., Fondo de
Cultura Económica, México.
D338822D3877&qs=&si=&ss=sub&st=tab&trs=wtt&tpr=sbt&ts=1506959
129128.
4. Eisenberg, R. Coordinadora (2007), Corporeidad, Movimiento y Educación
Física, 1992-2004, UNAM, ESEF, Dirección General de Educación Normal
y Actualización del Magisterio, México.