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El imperio Inca
La arquitectura
Los Incas desarrollaron un estilo altamente
funcional de arquitectura pública que se
distinguió principalmente por sus técnicas
avanzadas de ingeniería y de trabajo fino de la
piedra. El plano de sus ciudades estaba basado
en un sistema de avenidas principales
atravesadas por calles más pequeñas que convergían en una plaza abierta
rodeada de edificios municipales y templos. Las estructuras eran de un solo piso,
con un perfecto ensamblado de piedras talladas; también se usaban ladrillos de
adobe y paja en las regiones costeras. Para la construcción de grandes
monumentos tales como la gran fortaleza de Sacsayhuamán cerca de Cuzco,
unos bloques masivos poligonales fueron ensamblados entre sí con una
extraordinaria precisión. En las regiones montañosas, como la espectacular
ciudadela andina ubicada en el Machu Picchu, la arquitectura inca refleja a
menudo algunas adaptaciones ingeniosas del relieve natural.
LA RELIGION
Introducción:
Los pueblos que habitaban América antes de la conquista europea tenían diversas
formas de organización económica, social y política. Algunos habían desarrollado
sociedades urbanas y otros sólo practicaron una agricultura simple o eran
cazadores y recolectores. Los aztecas y mayas, en la región mesoamericana, y los
incas, en la andina, desarrollaron sociedades urbanas. En estas sociedades, la
construcción de complejas obras de riego y la aplicación de técnicas agrícolas
habían favorecido el crecimiento constante de la producción agrícola y de la
población. Se habían desarrollado las ciudades y la organización social estaba
fuertemente jerarquizado.
Entre los aztecas y los incas, como entre los mayas, los guerreros y los
sacerdotes conformaban el grupo privilegiado y ejercían el gobierno. La mayoría
de la población, compuesta por campesinos y trabajadores urbanos, debía
entregar fuertes tributos en productos y trabajo. Estas sociedades estaban
organizadas y gobernadas por fuertes Estados teocráticos, llamados así porque
toda la autoridad residía en los sacerdotes y porque el jefe del Estado era
considerado como un dios. Por esto, las primeras ciudades se organizaron
alrededor del centro ceremonial o templo. Los templos eran edificios que tenían
funciones religiosas y también económicas, dado que almacenaban y distribuían
los productos tributados por los campesinos.
A la llegada de los españoles, las únicas sociedades urbanas que existían en
América eran la azteca y la inca; la cultura maya había desaparecido en el siglo XI
d.C.
La gran expansión del imperio fue posible por la cuidada organización de la fuerza
militar. Para facilitar el desplazamiento de sus ejércitos, los incas construyeron una
vasta red de caminos. La existencia de tambos o postas a lo largo de esos
caminos servía para el descanso de las tropas en campaña y para el recambio de
animales y armas.
Redistribución y reciprocidad
La sociedad incaica funcionaba sobre la base de la reciprocidad y la redistribución.
Consistía en la práctica entre todos los miembros de una comunidad. Por ejemplo,
los habitantes de un ayllu se ayudaban entre sí a sembrar y a cosechar en las
parcelas de subsistencia; y, en ocasión de un matrimonio, toda la comunidad
ayudaba a levantar la casa de los recién casados. Los incas incorporaron el
principio de reciprocidad de los ayllus como una de las bases del funcionamiento
económico y social de su imperio.
Los tributos de las comunidades campesinas dados al Estado eran de tres tipos:
2. Trabajos individuales periódicos y rotativos a los que llamaban mita, con este
sistema se construían puentes y caminos.
Y prevenían al emperador:
“perderéis todas las guerras que comiences y otros hombres con las armas se
harán dueños de estas tierras…”
En el imperio de los incas la llegada de los españoles también fue precedida por
presagios y profecías. Se anunciaban fenómenos naturales: rayos, cometas y
cambios en el color del Sol y la Luna. El cronista Garcilaso de la Vega cuenta al
respecto:
Los incas esperaban también el retorno de un dios salvador, Viracocha. Por ello
cuando tuvieron noticias de la llegada de Pizarro, muchos creyeron que era la
esperada divinidad:
“Quién puede ser sino Viracocha… era de barba negra y otros que lo
acompañaban de barbas negras y bermejas”.
Pero los españoles pronto disiparon la ilusión de los incas, según lo afirmaba un
cronista de origen indígena:
“Pensábamos que era gente grata y enviados de Viracocha, pero paréceme que
ha salido al revés, hermanos, que estos que entraron a nuestras tierras no son
hijos de dios sino del demonio.”
Tal parece que la conquista de la nación Ychma fue pacifica, una suerte de alianza
y vasallaje. Tupac Yupanqui mando construir en Pachacamac el “Templo del sol”.
Pirámide dedicado al control político y económico del nuevo estado conquistado.
La guerra con Chile abarcó de 1879 a 1883, las causas de esta guerra se
encuentran en la grave crisis financiera por la que atravesaba Chile por lo que quiso
apoderarse de las ricas Salitreras de Atacama (de Bolivia) y de Tarapacá (del Perú).
Surgido de más antes el conflicto entre Chile y Bolivia, el primero apeló al pretexto
del impuesto de los 10 centavos del quintal de salitre exportado, que Bolivia había
creado para agravar a la Compañía Anónima de Salitre y Ferrocarril de Antofagasta,
constituida por capitalistas chilenos y que Chilenos sostenía que era ilegal porque
según anterior tratado firmado entre ambos países, la exportación de salitre debía
estar libre de todo gravamen. Y sin mediar mayor explicación ocupó territorio
boliviano .
Mariano Ignacio Prado que gobernaba el Perú, decidió enviar al diplomático peruano
Don José Antonio Lavalle, en calidad de mediador, pero Chile, deseoso de envolver
a nuestro país en la contienda alegando la existencia de una alianza secreta entre
Perú y Bolivia, declaró la guerra al Perú el 5 de abril de 1879, en circunstancias de
que nuestro país no se encontraba preparado para ello.
El desarrollo del conflicto presenta 3 fases: la Campaña Marítima, la Campaña
Terrestre del sur y La Campaña de Lima, con la resistencia, hasta el tratado de
Ancón.
La campaña marítima debía definir el dominio del Pacífico, necesario para conducir
fuerzas al teatro de la guerra, ya que ni Chile ni el Perú, disponía de caminos o
ferrocarriles. Esta era la razón por la cual, Chile, de tiempos atrás, había cuidado de
conformar convenientemente su escuadra. Esta campaña registró los siguientes
principales combates: El de Iquique, el 21 de mayo de 1879, en le que
nuestro monitor "Huáscar" hundió a la cañonera chilena "Esmeralda", mientras
nuestra Fragata "Independencia", al perseguir a la "Covadonga", encalló en Punta
Gruesa perdiendo así el Perú la mejor unidad de nuestra escuadra; el Combate de
Angamos, el 8 de octubre del mismo año, en que el monitor "Huáscar", después de
admirables hazañas, fue cercada por la naves enemigas y capturada cuando el
abordaje consiguió cerrar sus válvulas que habían sido abiertas por los defensores
para que no cayera en manos del enemigo. El comandante del monito, don Miguel
Grau, llamado "El Caballero de los Mares", murió heroicamente en la acción,
acompañándole muchos en el paso a la inmortalidad, la pérdida de nuestro Huáscar
dio a Chile el dominio del mar.
La campaña sobre Lima de inició con el desembarco del ejército chileno en Pisco y
Chilca entre noviembre y diciembre de 1880, culminó esta campaña con
las acciones de San Juan (13 de enero de 1881) y de Miraflores (15 de enero),
adversas al Perú y que determinaron la ocupación de la capital por los chilenos.
Cáceres organizó la resistencia en el centro y tras heroicas marchas obtuvo sobre
el enemigo las siguientes victorias de Pucará (5 de julio de 1882), Marcavalle y
Concepción (9 de julio); mientras Iglesias en el norte había obtenido el triunfo de
San Pablo (13 de julio).
Conducido preso a Chile el presidente provisorio, Dr. Francisco García Calderón,
designado por una asamblea de notables, reunida en Lima, por no aceptar
condiciones de paz, concesión territorial considerando que una victoria sobre Chile
era casi imposible; y ante el fracaso de las negociaciones de paz con la intervención
de Los Estado Unidos del anterior, Iglesias dirigió una proclama a la nación, desde
la hacienda Montan, instando al país a negociar la paz con Chile, por nuestros
propios medios, así convocó una asamblea legislativa que le nombre presidente
regenerador y la autorizó hacer la paz con Chile.
Los chilenos, al constatar la sinceridad de Iglesias, decidieron negociar la paz con
el. Pero como estas podrían ser entorpecidas por Cáceres o su actitud de
resistencia podría determinar que los peruanos no aceptaran condiciones severas,
decidieron eliminar al héroe de la Breña, logrando derrotarlo en la batalla de
Huamachuco, el 10 de julio de 1883, habiendo sido el mártir de esta acción, el
coronel Leoncio Prado.
El tratado que puso fin a la guerra fue el de Ancón, firmado el 20 de octubre de
1883, por el cual el Perú cedía a Chile definitivamente la provincia litoral de
Tarapacá y este último quedaría en posesión de Tacna y Arica, hasta por 10 años,
al cabo de los cuales, se llevaría a cabo plebiscito o consulta popular, para saber si
esta provincias se incorporaba al Perú o continuaban en poder de Chile. El país
favorecido daría al otro, 10 millones de pesos.
Las consecuencias de la guerra fueron: La pérdida total de nuestra riqueza salitrera
y parte del guano; depresión completa de nuestras industrias y comercio;
destrucción de las haciendas azucareras de la Costa desaparición de nuestra
moneda, y de muchas fortunas privadas; la ruina de nuestro crédito exterior y el
hecho de tener fronteras con Chile.
LA GUERRA EN EL MAR:
La superioridad militar chilena se hizo evidente desde el inicio de la guerra, aunque
la historiografía chilena haya pretendido negarla.
El cuadro comparativo de las fuerzas navales de uno y otro país exhibe la ventaja
de Chile. Sus naves eran más numerosas y más modernas; sus blindados, por
ejemplo, tenían diez años menos de antigüedad. Entre unos y otros, la guerra de
secesión norteamericana y la guerra de Crimea suscitaron avances en
la arquitectura naval. En pocos años, el Huáscar y la Independencia, que en su
momento fueron buques de primera, quedaron separados. Se podría graficar lo que
afirmamos comparando las cuatro pulgadas y media de blindaje de las naves
peruanas con las nave pulgadas del Cochrane y del Blanco Encalada. Por lo demás,
estos últimos poseían doble hélice, que les permitía mayor capacidad de maniobra.
Su artillería aventajaba a la nuestra en número y en adelantos técnicos. La
superioridad chilena se deducía, empero, a las distancias tecnológicas. En el orden
humano, debido a la calidad marinera de la oficialidad, la ventaja concluyente era
para el Perú. El trajín de la guerra así lo demostró.
Aún conociendo la superioridad en el mar, los chilenos no dieron el primer paso: las
naves se mantuvieron inactivas las cinco primeras semanas. El alto mando chileno
no resolvía si limitarse a esperar la iniciativa peruana o, como su poderío lo permitía,
avanzar y bloquear el Callao .
Sólo el 16 y el 17 de mayo el Cochrane y el Blanco Encalada, en convoy con el
Chacabuco, el O’Higgins, el Abtao, el Matías Cousiño y el Magallanes salían desde
Iquique rumbo al norte. Las precauciones fueron grandes para evitar que se
conociera el hecho y para ello optaron por navegar distantes de la línea de la costa.
De esa manera, el factor sorpresa, se pensaba, produciría el éxito completo en el
primer encuentro de las escuadras.
Williams Rebolledo, comandante de la escuadra chilena, se proponía, no bloquear
el puerto donde imaginaba se hallaba la escuadra peruana, sino hundirla en su
totalidad en un primer encuentro. El Abtao, convertido en una suerte de brulote,
lanzado contra las otras naves chilenas, en especial los blindados, hundirían el resto
de la escuadra defensora del primer puerto peruano .
El plan preparado por Rebolledo partía de un supuesto: la escuadra peruana,
menos numerosa, de menor blindaje y escaso poder de fuego, no debía haber salido
de la bahía chalaca.
La sorpresa de Rebolledo fue mayúscula. Por algunos pescadores tomados en las
islas Hormigas, supo de las naves peruanas habían salido rumbo al sur hacía cinco
días. Su desilusión creció al comprender que las dos débiles naves que había
dejado protegiendo Iquique podrían ser atacadas por las superiores naves
peruanas.
Iquique: 21 de mayo.
DE IQUIQUE A ANGAMOS:
En la convicción de que eludir el combate ante fuerzas tan superiores era imposible,
el comandante Grau se dispuso a cumplir con su deber. Ordenó al comandante de
la Unión huir, lo que permitió la salvación de aquella nave.
A los veinte minutos de iniciada la acción, una granada lanzada desde el Cochrane
"chocó en la torre del comandante, le perforó y estallando dentro hizo volar al
contralmirante Señor Grau, que tenía el mando del buque, y dejó moribundo al
teniente primero don Diego Ferré, que le servía de ayudante", según consta en el
parte del combate firmado en San Bernardo, el 16 de octubre, por Manuel Melitón
Carbajal. Se continuó el combate con singular coraje de parte de los defensores
del monitor Huáscar, cuyo blindaje, que llevaba tan valiosa carga, no tenía, sin
embargo, resistencia ante las poderosas baterías de las naves chilenas .
El combate fue tenaz y sostenido, y se sucedieron en el comando de las naves
peruanas los oficiales Aguirre y Rodrigues, hasta que, no quedando nada por hacer,
el último comandante del Huáscar, el teniente primero Pedro Gárezon, ordenó abrir
las válvulas para hundir el buque. La nave, ya incapacitada para la defensa, sufrió
el abordaje del enemigo.
La Campaña Terrestre
EL VIAJE DE PRADO:
Prado había abandonado el Perú y había dejado en el poder, una vez más, al
enfermizo y reblandecido general La Puerta. Para ausentarse del país, hizo uso de
la autorización legislativa de medio año antes, que apuntaba a que, en caso de que
la guerra fuera feliz, avanzaría boliviano y, eventualmente, hacia territorio enemigo.
La razón del viaje esgrimida por el presidente se fundamentó en la necesidad de su
presencia en Europa con el fin de adquirir las naves indispensables para una guerra
que, según juzgaba, se prolongaría por mucho tiempo. Acertado o no, el juicio de
la historia se ha inclinado por censurar acremente la actitud del presidente Mariano
Ignacio Prado.
PIÉROLA AL PODER:
EL HEROÍSMO EN LIMA:
LA CAMPAÑA DE LA BREÑA:
La ocupación de la capital desplazó el centro de la lucha al interior del país, pues
aunque el ejército regular estaba diezmado, los jefes, oficiales y soldados
sobrevivientes lo mismo que la población civil no estaban dispuestos a rendirse
definitivamente, ya que no aceptaban todas las condiciones de paz que querían
imponer los invasores.
Así, acabó siendo la sierra la región donde se decidiría la suerte del Perú. Lima era
el centro político y económico, pero las tierras altas son hasta la actualidad la zona
medular del país. Esto no lo entendió Chile hasta que tuvo que hacer frente a la
campaña de La Breña o de la resistencia .
La última etapa de la guerra tomó el nombre de "La Breña" por el territorio donde se
desarrollaron las principales acciones. Esta tierra accidentada y hostil a los
invasores, ubicada en la sierra central entre Ayacucho y Junín, ha pasado a la
historia como "La Breña" y los luchadores fueron conocidos como "los breñeros".
Los breñeros fueron la base para la constitución del ejército del centro. Ellos
permitieron la recomposición de las fuerzas nacionales, luego de la campaña de
Lima, y los que alentaron la esperanza de Cáceres después de la derrota de
Huamachuco.
PRINCIPALES ACCIONES:
Julio Guerrero, secretario de Cáceres y encargado de sus memorias, en la primera
nota a dicho escrito, señala cuatro periodos en el desarrollo de la compaña de La
Breña.
Primer periodo: se improvisa un ejército y se formula la estrategia para la
resistencia. El gobernador militar chileno del Perú, Patricio Lynch, al ver que la
guerra así se alargaba, decide realizar una expedición a la zona, pero su
inaccesibilidad y las epidemias lo obligaron a regresar a la capital, mientras Cáceres
se hacía fuerte en jauja y Tarma. Se dieron las acciones en Sangrar /26 de julio de
1881), en Canta contra Letelier, y en Pucará. Se produjo, además, la defección del
comandante pierolista Panizo, quien se negó a aceptar el gobierno de Cáceres y lo
enfrentó en Acuchimay (22 de febrero de 1883)
Segundo periodo: Cáceres reorganizó su ejército, se adiestraron las guerrilla y
tuvieron lugar los combates de Marcavalle, Pucará y Concepción (9 y 10 de julio de
1882), que fueron victorias de la resistencia. El ejército actuaba apoyado por
los grupos guerrilleros, que incursionaron, además en Canta y Huarochirí.
Tercer periodo: el ejército del centro, ante la ofensiva chilena, que concentró sus
fuerzas sobre él, se retiró hacia la sierra norte, llegó hasta Huamachuco, luego de
marchas sumamente duras y allí tuvo lugar, el 10 de julio de 1883, la batalla de ese
nombre, que se perdió, sobre todo, por la falta de armas.
Cuarto periodo: Cáceres formó el último ejército en Andahuaylas. De allí pasó a
Ayacucho, de donde se retiraron las tropas chilenas de Urviola. Pero cuando los
peruanos se dirigieron a Huancayo llegó la noticia de la firma del tratado de paz de
Ancón.
REPRESALIAS CHILENAS:
El ingreso chileno a la sierra central les ocasionó muchos inconvenientes, pues
debieron enfrentar la poca colaboración de los pobladores, la guerra de desgaste
aplicada por Cáceres a través de los guerrilleros y las epidemias de tifus, entre otras
dificultades. No fue una campaña victoriosa como la del sur, lo cual les disgustó
profundamente y los llevó a tomar represalias contra los pueblos que se atrevieran
a enfrentarlos.
Uno de estos casos fue la venganza macabra que tomaron contra Teodoro
Peñaloza, quien se enroló en las filas de Cáceres y colaboró en la voladura de
puentes en el valle del Mantaro. Los chilenos entraron en su hacienda, la saquearon
y lo quemaron vivo, junto con su madre y su criada .
En general, muchos pueblos de la sierra como Cerro de Pasco, Tarma, La Oroya,
Jauja, Concepción, Marcavalle, Pucará, Zapallanga, Acostambo y Nahuimpuquio
fueron objeto de depredaciones por no haber sido hospitalarios y por oponer
resistencia al ingreso chileno.
LA RESISTENCIA EN EL NORTE:
La campaña de La Breña no fue la única manifestación de la decisión peruana de
continuar la lucha en defensa del territorio. También quienes se retiraron a la sierra
norte estuvieron dispuestos a detener al enemigo, aunque estos esfuerzos no fueron
tan prolongados como los de Cáceres .
Hacia Cajamarca se re tiró uno de los héroes de la campaña de Lima Miguel
Iglesias, y junto con él otros patriotas como José Mercedes Puga, hacendado de la
localidad, quien colaboró en la formación del batallón Gálvez y estimuló al general
Iglesias en la lucha que favoreció a los peruanos en San Pablo, el 13 de julio de
1882.
Poco después, sin embargo, ocurridas las represalias chilenas en Cajamarca contra
los bienes de los principales defensores, el propio Iglesias lanzó el manifiesto de
Montán con el objeto de firmar la paz con Chile. Esto le valió el enfrentamiento con
Puga.
3. Participación indígena en la guerra con chile
Así, el 20 de octubre de 1883 se firmó el tratado de Ancón entre el Perú y Chile. Los
firmantes por el Perú fueron Mariano Castro Zaldivar y José Antonio de Lavalle, en
representación del gobierno de Iglesias, y Jovino Novoa en representación de Chile.
En 1884, se produjo a la ratificación por el congreso, pero quedaron proposiciones
pendientes derivadas de las condiciones que se establecían en el convenio.
Ejemplo de estas fue la tercera cláusula sobre el destino de Tacna y Arica y las
referidas al pago de la deuda del guano a Gran Bretaña. Lo definitivo era la pérdida
de Tarapacá y la consagración del derecho de conquista territorial en América.
Es el órgano autónomo encargado de hacer cumplir y ejecutar las leyes, así también
es responsable del buen funcionamiento de los servicios públicos que la colectividad
necesita para su desarrollo y bienestar.
e) Convocar a elecciones.
f) Conceder indultos y conmutar penas.
EL CONSEJO DE MINISTROS.
El Presidente del Consejo de Ministros, quien puede ser ministro sin cartera, es,
después del Presidente de la República, el portavoz autorizado del gobierno,
coordina las funciones de los demás ministerios y firma los decretos legislativos, los
decretos de urgencia y los demás decretos y resoluciones que señala la ley y la
constitución.
• Aprobar los decretos legislativos y los decretos de urgencia que dicta el presidente
de la República, así como los proyectos de ley y los decretos y resoluciones que
dispone la ley. Esto conforme a la constitución Art. 104.
• Las demás que le otorgan la constitución Art. 119 - 129 y las leyes.
LOS MINISTERIOS.
3. Ministerio de Agricultura.
7. Ministerio de Educación.
8. Ministerio de Justicia.
9. Ministerio de Defensa.
• La Comisión Permanente.
PATRIA
Significado de patria
La palabra “Patria” proviene del latín Pater, que significa padre, y patris, que significa tierra
paterna.
La patria designa el lugar donde uno nace o adopta como propia. El territorio al que una
persona se siente ligada por vínculos afectivos, culturales o históricos.
La patria resulta así una expresión de solidaridad basada en los valores de la Historia y que
se proyectan como esperanza de justicia social.
Se denomina patriotismo, al pensamiento o sentimiento que vincula a un individuo con su
patria.
La patria peruana
La patria es el referente social y nacional de la existencia histórica del Perú.
La patria tiene un componente subjetivo que pertenece al campo de la conciencia social
colectiva e individual. Es el sentimiento de pertenencia, de identidad con un conglomerado
social y su devenir histórico.
La patria también tiene componentes objetivos, de carácter material como el territorio, la
población, las condiciones de existencia, la organización de la economía y el ejercicio del
poder.
En resumen la patria es toda la comunidad peruana, es su territorio, sus recursos, y todo lo
que en el país existe.
NACION
Nación: territorio en que habitan personas con origen, costumbres, cultura común.
Un país puede tener varias nacionalidades; por ejemplo Bolivia se declara
plurinacional.
Patria: Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la que se siente ligado el
ser humano por vínculos jurídicos, históricos y afectivos. Se puede tener más de
una patria.
ESTADO