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Evolución humana

La evolución humana u hominización es el proceso de evolución biológica de la especie


humana desde sus ancestros hasta la actualidad.1 El estudio de dicho proceso requiere de un
análisis interdisciplinario en el que se complementen conocimientos desde ciencias como
la genética, la antropología física, la paleontología, la estratigrafía, la geocronología,
la arqueología y la lingüística.
El término humano, en este contexto, se refiere a los individuos de la especie Homo sapiens.
Evidencia morfológica, genética y molecular han determinado que la especie más cercana
a Homo sapiens es el chimpancé (Pan troglodytes).23 De esta manera, el estudio específico de
la evolución humana es el estudio del linaje, o clado, que incorpora a todas las especies más
cercanas a los humanos modernos que a los chimpancé. Evidencia molecular4 y
paleontológica5 han estimado que el ancestro común entre Homo sapiens y Pan troglodytes,
vivió en África entre 5 a 7 millones de años (Ma). A partir de esta divergencia, dentro del
linaje hominino continuaron emergiendo nuevas especies, todas ellas extintas actualmente a
excepción de Homo sapiens.

Notas sobre taxonomía[editar]


La taxonomía se encarga de la clasificación de los organismos. Por ende, la definición
de especie es un aspecto fundamental para clasificar especímenes como pertenecientes a
distintas o mismas especies. En organismos vivos es posible definir especies bajo el criterio
de la capacidad que tienen distintos individuos de reproducirse y tener descendencia fértil
(definición de especie biológica). Sin embargo, el registro fósil plantea más problemas, ya que
es imposible ver el potencial reproductivo entre organismos extintos. Esto hace que el definir
especies en paleontología sea extremadamente complejo. Un supuesto para definir y nombrar
especies basadas en el registro fósil es a partir de la morfología; bajo esta premisa esperamos
que exista mayor variación morfológica entre especies que entre individuos de la misma
especie.[cita requerida]
En el estudio de la evolución humana, definir y nombrar especies es, como en toda disciplina
paleontológica, no sólo un fenómeno científico pero también político. En ese sentido, podemos
dividir a los paleontólogos en dos extremos de acuerdo a la cantidad de especies que están
dispuestos a definir en el registro fósil: los agrupadores (lumpers) tratarán de definir unas
pocas especies, con mayor variación inter-específica (es decir, dentro de la especie), mientras
que los divisores (splitters) definirán nuevas especies cuando existe una pequeña diferencia
morfológica entre especímenes. Obviamente estos son dos extremos de un fenómeno y la
mayoría de los paleontólogos se ubicarán en algún punto medio.[cita requerida]
Primeros Homo[editar]
Reconstrucción de Homo habilis

No se sabe con certeza de qué especie proceden los primeros miembros del género Homo; se
han propuesto Australopithecus africanus, A. afarensis y A. garhi, pero no hay un acuerdo
general. También se ha sugerido que Kenyanthropus platyops pudo ser el antepasado de los
primeros Homo.16
Clásicamente se consideran como pertenecientes al género Homo los homínidos capaces de
elaborar herramientas de piedra. No obstante, esta visión ha sido puesta en duda; por
ejemplo, se ha sugerido que Australopithecus ghari fue capaz de fabricar herramientas hace
2,5 millones de años.17 Las primeras herramientas eran muy simples y se encuadran en
la industria lítica conocida como Olduvayense o Modo 1. Las más antiguas proceden de la
región de Afar (Etiopía) y su antigüedad se estima en unos 2,6 millones de años,18 pero no
existen fósiles de homínidos asociados a ellas.
De esta fase se han descrito dos especies, Homo rudolfensis y Homo habilis, que
habitaron África Oriental entre 2,5 y 1,8 millones de años atrás, que a veces se reúnen en una
sola. El volumen craneal de estas especies oscila entre 650 y 800 cm³.

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