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I. TRABAJO CONJUNTO CON OTROS.

Relaciones de autoría de actos.

Pocas veces la actividad profesional se desenvuelve sin que la ingeniero colabore en sus actos
con los de otras personas. En el tema anterior se dedica una Lección al ingeniero trabajando
individualmente, pero aun en estos casos, se da mucho la colaboración con consultores, con los
propios clientes, con personas subordinadas, etc., que caen dentro de los análisis que se hacen a
continuación.
En muchas actividades del ingeniero, surgen relaciones con los actos de otras personas,
especialmente en tres campos:
1. Con los que son coautores de sus proyectos, documentos, etc.
2. Con los que son corresponsables en los trabajos y sus correcciones.
3. Con los que tienen vecindad en las líneas de mando (organigrama, jerárquico).
4. Con los que tienen vecindad física (grupos de trabajo)

En todos estos casos, cabe contemplar la justicia de estas acciones conjuntas, y la posible
cooperación si los otros no actúan bien. Estas pueden ser pasiva (admitiendo el no hacer nada) o bien
activa (actuando de forma que se favorezca la acción de los otros) porque se busca algún bien mayor.
Cuando los otros actúan contra uno, la relación con ellos es de tipo defensivo y cuando solo hay
probabilidad de que lo intenten, será simplemente preventiva.

Relación de autoría de documentos.


Cuando en los proyectos, estudios, etc., hay colaboración del autor con otras personas, la
mención del nombre del autor reporta ventajas económicas o de prestigio. Quien realmente sea el creador
de los conceptos o el que ha elegido los caminos y tomado las principales decisiones merece el
reconocimiento de la autoría, pero la justicia exige a menudo citar otros nombres como coautores, porque
su intervención, quizá no tan importante, ha sido necesaria.

En libros, artículos técnicos, proyectos, etc., es frecuente esta situación. La propiedad intelectual
se debe a quien público un concepto por primera vez, y es de justicia nombrar a aquel autor cuando se
cita el concepto. No es fácil determinar obligaciones de este tipo cuando, al desarrollar proyectos, se
copian conceptos expuestos en proyectos de otros autores. Algunas veces estos conceptos pueden
considerarse como conocimientos públicos, pero, si el autor está al alcance, es de buen profesional
pedirle autorización, o, en su caso, citarlo en la memoria técnica, en los cálculos, etc.

Relación de responsabilidad compartida.


Cuando intervienen varias personas en un trabajo profesional, la responsabilidad, puede quedar
compartida entre unas y otras. Los buenos profesionales determinan los aspectos de este reparto, antes
de iniciar los trabajos. De esta forma quedan claras las consecuencias para unos y otros. De no hacerlo,
surgen discusiones o los participantes eluden la parte de responsabilidad que en justicia les debería
alcanzar. Este es un campo en el que el buen hacer profesional se manifiesta con mucha profundidad.

Ejemplo:
El director de proyectos de un complejo industrial necesito un depósito elevado de agua con una
capacidad de 1.500 m3. Su experiencia en esta clase de proyectos de concreto armado no era
proporcionada entonces a un tamaño tan grande. Pregunto a un consultor muy experto en estos temas si
podía darle las directrices para desarrollar este proyecto, y el consultor le propuso que le encarga el
proyecto completo.
Entonces el director del complejo industrial le advirtió que, de recibir solo las directrices, si luego
cayera el depósito, estaba dispuesto a ir a la cárcel, pero de encargar el proyecto completo le traspasaba
esta molestia. El consultor entendió y acepto este traspaso.

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